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“Derecho ambiental en Colombia.

Implicaciones, herramientas y consecuencias de su descono-


cimiento: estudio jurisprudencial. ”

Laurys Marcela Larios Castro1

Con la entrada en vigencia de la Constitución política de Colombia de 1991 y la adopción del


Estado social de derecho por parte del Estado colombiano, se presentaron serias e importantes
modificaciones en lo que respecta a la forma de considerar el derecho y a cómo eran tratados los
derechos en su momento. En el anterior sentido, y contrario a lo que establecía su antecesora, la
nueva carta política de Colombia tenía dentro de su “catálogo” de derechos, acepciones tales
como los derechos fundamentales, la dignidad humana y el medio ambiente. Es por ello, que
desde amplios sectores académicos y profesionales jurídicos se llegó a pensar y hasta afirmar,
que en realidad lo que establecía la nueva Constitución era demasiado en relación a lo que estaba
normalizado en el panorama jurídico en Colombia, y que en consecuencia de ello, este texto nor-
mativo fundamental y superior, no iba a ser más que un texto escrito sin ninguna validez material,
al mejor estilo del realismo norteamericano. No obstante, y luego de múltiples esfuerzos y tra-
bajos, la nueva constitución colombiana es un proyecto en marcha que no ha sido abandonado,
y que pese a sus innumerables atrasos, sigue manteniendo el norte principalista. Uno de los fac-
tores que más ha generado importancia y relevancia luego de la entrada en vigencia de la carta
de 1991, es el enfoque ambientalista y de protección medio ambiental como eje principal de la
protección de la vida humana y el cuidado de los ecosistemas.

Luego de la segunda guerra mundial y de las grandes catástrofes que a causa de ello se dieron,
el mundo jurídico tuvo que hacerse replanteamientos en cuanto a sus bases principales y sus ejes
de acción. Uno de estos principales cambios tuvo que ver con la protección al medio ambiente y

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Laurys Marcela Larios Castro. Abodaga egresada de la Universidad Libre de Colombia-Seccional Cú-
cuta. Candidata a master en Derecho público de la Universidad Libre de Colombia.
la concepción del Estado sobre el tema medio ambiental. Lo graves daños causados por las guer-
ras, la creciente deforestación y los miles de damnificados, pusieron en boca del derecho el me-
dio ambiente y sus efectos jurídicos. Previo a ello, el tema medio ambiental en Colombia y en el
mundo, no era ampliamente reconocido y mucho menos podía entenderse como un tema
autónomo del derecho, sin embargo, el mundo jurídico se vio obligado a tenerlo en cuenta, y en
el caso colombiano, a adentrarlo dentro su ordenamiento madre y principal: el constitucional. Es
así, que poco a poco y de manera progresiva y transicional, se comienza a hablar de derecho del
medio ambiente y sus implicaciones. Al lado de la inclusión de estas reformas medio-ambien-
tales, la constitución también le otorgó a estos factores de acción para su cumplimiento: así es,
el medio ambiente y el derecho ambiental no llegó a Colombia a ser un derecho muerto y sin
practicad, y por el contrario, ha sido un derecho que cuenta con herramientas para ser material-
izado y ha sido tratado, desarrollado y teorizado por los órganos de cierre principales en Colom-
bia: La Corte Constitucional y el Consejo de Estado.

En relación con lo anterior, lo que se busca en el presente ensayo es determinar este factor y
darle un desarrollo teórico que revele su inaplicable importancia. Para ello, se estudiarán dos
sentencias emitidas por los organismos de cierre mencionados y se intentará responder a
preguntas bases que permiten teorizar sobre el tema en general.

El cuestionamiento principal de este ensayo, es la determinación general de la materia en


cuestión: ¿Cómo puede ser definido el derecho ambiental en general, y cuáles son sus considera-
ciones dentro del plano jurídico colombiano? Según concepto de las Naciones Unidas y el Estado
de Derecho, en colaboración con la Contraloria general del Estado, el derecho ambiental o el
derecho del medio ambiente, es un conjunto de normas jurídicas que regulan las relaciones y las
interacciones humanas con el medio ambiente y los ecosistemas (Contraloria, 2015). No ob-
stante, la concepción del derecho ambiental como rama autónoma del derecho público, tiende
a ser un poco más amplia y con ciertas precisiones que es preciso tener en consideración para
esta finalidad. En ese sentido, la Corte Constitucional ha tenido muchísimos pronunciamientos y
concepciones sobre la materia y sobre sus acepciones teóricas y jurídicas. Mediante sentencia de
Constitucionalidad, en el año 2015 la Corte Constitucional Colombiana, hizo precisión sobre el
hecho de que, al tratarse de un conjunto o una composición de normas jurídicas, el derecho am-
biental es toda la legislación y la jurisprudencia emitidas sobre la defensa del medio ambiente
natural, en su concepción ecológica, histórica y antropocéntrica (Corte Constitucional, C-449,
2015). Es así, que esta corporación argumenta que el derecho ambiental o el derecho del medio
ambiente, es un derecho que tiene distintas concepciones y fundamentaciones, desde distintos
puntos de vista:
a) El punto de vista antropocéntrico, es aquel que considera que todo el derecho ambiental
y su cuerpo normativo, tiene fundamento en la protección de las dignidades humanas y en la
protección de la vida como derecho fundamental y la interacción del hombre con los demás
elementos de la naturaleza.
b) Dentro del sentido histórico del derecho medioambiental, se encuentra el grave daño y
abandono que ha tenido el medio ambiente dentro los conflictos, el desarrollo económico y
el desarrollo personal del ser humano. Nunca, desde la creación del derecho, se había tenido
en cuenta el medio ambiente como factor importante en su creación, aplicación y desarrollo,
hoy por hoy, y por todas las consecuencias históricas, es responsabilidad del Estado y de los
ordenamientos proteger el medio ambiente y sus relación con el hombre de manera priori-
taria.
c) Po último, el aspecto ecológico hace referencia específica al hecho de que los ecosistemas
tienen una relevancia importantísima dentro de la historia del ser humano y su interacción
con ellos. Desde los animales, hasta la flora y los elementos importantes como las vías
acuáticas, forman un gran equilibrio que debe mantenerse de forma ecológica, orientada por
la razón y la responsabilidad medioambiental. Quiere decir esto, que el derecho ambiental
forma un conjunto de normas que busca en un primer lugar, lograr que todas las actividades
humanas estén orientadas a la protección del medioambiental, ya sea como responsabilidad
privada o como compromiso ciudadano.
De acuerdo a lo anterior, otro de los cuestionamientos importantes para el desarrollo del
presente ensayo, es hablar sobre el hecho de si la Constitución política de 1991 es una constitu-
ción ecológica con todas las implicaciones que esto conlleva. Pues bien, el primer elemento a
tener en cuenta en este punto, es el concepto ala que se hace referencia cuando se habla de una
“Constitución ecológica”. Y en este sentido, se pueden encontrar ciertas disposiciones contenidas
en sentencias de la Corte Constitucional y el Consejo de Estado, que tratan el tema de la con-
stitución política de 1991 y el medio ambiente y el ecologismo. En un primer lugar, el Consejo de
Estado mediante sentencia 66203 de 2013, señaló que la protección medioambiental está espe-
cialmente normada en la Constitución de 1991, y que al menos 50 artículos hacían referencia al
derecho medioambiental y al ecologismo, lo que permitía hablar de una Constitución ecológica,
esto es, un conjunto de disposiciones que regulan la relación de la sociedad con la naturaleza y
el medio ambiente, y que tienen como presupuesto básico un principio-deber de recuperación,
conservación y protección (Consejo de Estado, 66203, 2013). De acuerdo a lo anterior, no solo la
Constitución de 1991 es una constitución ecológica, sino que también dentro de ella podemos
encontrar un cuerpo normativo tan nutrido, que puede hablarse incluso de una constitución eco-
lógica autónoma, que obliga al Estado a proteger, conservar y recuperar el medio ambiente, y
velar por vías positivas o negativas, la protección del medio ambiente por parte de los integrantes
del Estado, velando por las generaciones presentes y las futuras y venideras.

Al lado de ello, también la Corte hizo referencia al hecho de si la constitución de 1991 es una
constitución ecológica, o si puede hablarse de una constitución ecológica, señalando que la Con-
stitución Política de 1991 considere al medio ambiente un derecho con carácter de interés supe-
rior, toda vez que mediante un grandísimo catálogo de disposiciones que configuran la denomi-
nada Constitución Ecológica (Corte Constitucional, T-299, 2008). Esta decisión y posición, cabe
resaltar, ha sido ratificada por el organismo de cierre constitucional, quien considera la misma
disposición sobre la constitución ecológica en sentencia de Constitucionalidad C-259 de 2016.

Cabe resaltar, y para dar desarrollo al ensayo, que otro de los puntos importantes en este
punto, al hablarse del medio ambiente como derecho de interés general y superior, es el hecho
de si puede hablarse del medio ambiente sano como un derecho fundamental dentro de toda la
lista de derechos fundamentales que ofrece la Constitución política de Colombia, y en consecuen-
cia, si este puede ser protegido, exigido o recuperado mediante el uso de la acción de tutela para
la protección de los derechos fundamentales. Cuando hablamos de derechos fundamentales,
hablamos del derecho a la vida, a la educación, a la salud y a la dignidad humana. No obstante,
siempre se tuvo por bajo un derecho que gravemente puede tener consecuencias sobre los an-
teriores si no se protege: el derecho al medio ambiente. Cuando Karel Vasak en 1979 habló de la
división de los derechos humanos, realizo una división tripartita de estos y señaló que según su
ubicación debía ser la importancia de su protección. No obstante, el derecho al medio ambiente
sano y lo que se conoció en ese momento como los derechos agrarios y alimentarios, se ubicaban
en el último escaño propuesto por esto teórico. Pues bien, ¿quiere decir esto que esa es la im-
portancia del derecho al medio ambiente dentro de los derechos a proteger? La respuesta es
negativa. Cuando Vasak realizó esta tridivisión, señaló que estos tres niveles estaban inter-
conectados entre sí, y que cualquier fallo en cualquiera de ellos, iba a ser descendiente en sus
consecuencias, ¿qué quiere decir esto? En primer lugar, hace referencia al hecho de que si hay
alguna falla en el derecho al medio ambiente, existirá obligatoriamente una falla en el derecho a
la vida y a la salud, que es un derecho de primera generación. Pese a esto generar revuelo, fue la
primera aproximación que se tuvo a la concepción del derecho al medio ambiente sano como un
derecho humano y como un derecho fundamental en Colombia.

En relación con lo anterior y con la relevancia de constitución ecológica que afirman El Consejo
de Estado y la Corte Constitucional, el tratamiento al medio ambiente como derecho fundamen-
tal ha sido bastante estudiado y es preciso tener en cuenta ciertas consideraciones aquí. En pri-
mer lugar, la Corte constitucional mediante sentencia de fallo de tutela afirma que el derecho al
medio ambiente es un derecho de carácter constitucional y sobre todo fundamental, esto justi-
ficado en el hecho de que cuando se afecta el medio ambiente su equilibrio, se afecta direc-
tamente la preservación de la vida humana y a razón de ello y de forma generaliza: el derecho a
la vida y a la salud, que sin duda hacen parte de ese catálogo de derechos fundamentales que
pregona la constitución política de 1991. (Corte Constitucional, T-536, 1992)- Así mismo, medi-
ante sentencia de tutela la corte Constitucional ha esgrimido las concepciones desde las que ha
considerado el medio ambiente como un derecho fundamental, y ha señalado que el medio am-
biente es un derecho constitucional fundamental que ha de contar con las herramientas que sean
necesarias para su protección desde el punto de vista jurídico:

“(i) es un principio que irradia todo el orden jurídico en cuanto se le atribuye al Estado la obligación de
conservarlo y protegerlo; (ii) aparece como un derecho constitucional de todos los individuos que es exi-
gible por distintas vías judiciales; (iii) tiene el carácter de servicio público, erigiéndose junto con la salud,
la educación y el agua potable, en un objetivo social cuya realización material encuentra pleno fundamento
en el fin esencial de propender por el mejoramiento de la calidad de vida de la población del país;
y (iv) aparece como una prioridad dentro de los fines del Estado…”. (Corte Constitucional, T-325, 2017)

De acuerdo a lo anterior, al tratarse de un derecho fundamental y de un derecho de interés


superior, existen diversos mecanismos que permiten hacer exigible este derecho y su realización
material para el cumplimiento de sus objetivos: la protección del medio ambiente, de la salud y la
vida humana. Cuando hablamos del medio ambiente sano, como ya se ha mencionado, se habla de
un derecho de interés superior por su conexidad con el derecho a la salud y a la vida. Por ello,
mediante sentencia ya referenciadas en este caso, la Corporación Constitucional señaló que se
aplican los mismos mecanismos que han de aplicarse para proteger un derecho fundamental, con
todas las acepciones de subsidiaridad, falta de otro mecanismo o urgencia de un asunto. Así mismo,
la Corte ha considerado que si la acción de tutela es el medio más eficaz e idóneo para proteger el
derecho al medio ambiente sano, este desplazará a los demás que estén disponibles pero sean me-
nos efectivos (Corte Constitucional, T-536, 1992).

En un caso concreto expresado, mediante sentencia T-055 de 2011, la Corte Constitucional


estableció una de las obligaciones preventivas esenciales del Estado Colombiano en lo que se
refiere al medio ambiente sano, y así estableció que de acuerdo a la Declaración de Río ratificada
por Colombia, el Estado Colombiano tiene el deber, en los casos en los que se ponga en riesgo el
medio ambiente y en consecuencia los derechos a la vida y a salud, de evitar la realización de
proyectos que sin certeza científica, pongan en riesgo el medio ambiente sano y los derechos
fundamentales de las personas en conexidad. De otro lado, y hablado un poco de la jurisdicción
contenciosa administrativa, y de acuerdo a lo expresado por la Corte Constitucional en relación
con la obligación de prevención del Estado, si una autoridad administrativa de orden nacional o
territorial emite un acto administrativo por medio del cual se adoptan medidas que ponen en
riesgo el medio ambiente sano y la vida y salud, este será susceptible de demanda por el medio
de control correspondiente y con el concepto de violación de violación directa de la ley y riesgo
de personas, sin descartar la acción de tutela por su inmediatez. Así, la misma corporación en
sentencia de constitucionalidad señaló que la prevención del Estado y la obligación de prevención
de este, es una forma constitucional que determina la necesidad de intervención de las autori-
dades frente a peligros potenciales que se ciernen sobre el medio ambiente y la salud pública
(Corte Constitucional, C-595, 2010).

En relación con lo anterior, un último cuestionamiento es la determinación y el hecho de si


existe alguna forma de responsabilidad patrimonial del estado por daños ambientales y ecológi-
cos. En este sentido, corresponde en una mayor manera esta determinación al Consejo de Estado
y a sus providencias, ya que, en una mayor manera, estos establecen las disposiciones, la via-
bilidad y la determinación propia de la responsabilidad patrimonial del Estado. En este sentido,
se estará hablando de un cuerpo normativo que tiene cierta antigüedad con respecto a las con-
cepciones generales de derecho medioambiental, toda vez que el fundamento principal de la
responsabilidad patrimonial del Estado en estos casos, se puede encontrar en muchos artículos
de orden constitucional y en el artículo 16 de la ley 23 de 1973, al establecer que:

ART. 16.—El Estado será civilmente responsable por los daños ocasionados al hombre o a los
recursos naturales de propiedad privada como consecuencia de acciones que generan contamina-
ción o detrimento del medio ambiente. Los particulares lo serán por las mismas razones y por el
daño o uso inadecuado de los recursos naturales de propiedad del Estado.
Es así, que de acuerdo al fundamento de que toda acción u omisión tiene determinada con-
secuencia, el Estado deberá responder en los casos en los que se cause un daño a razón de la
contaminación. Es importante señalar, que mediante Sentencia 19001233300020120052602 de
noviembre de 2017, el consejo de Estado en su sección tercera, estableció los requisitos para que
se configure la responsabilidad patrimonial del Estado, acalorando además conceptos im-
portantes sobre el daño en este caso y su relación con el daño ecológico, el daño al medio ambi-
ente y la contaminación, afirmando que la contaminación es un fenómeno general, y que él por
sí solo no es un daño, sino que debe presentarse a consecuencia de este hecho fáctico como
fenómeno, ciertos daños a derechos y bienes jurídico protegidos. De todos los requisitos, se
encuentran dos que son supremamente importantes para el entendimiento del caso:

i. La contaminación desencadena un daño ambiental cuando produce


un deterioro, detrimento, afectación o aminoración en la esfera personal o patrimonial
de un sujeto o sujetos determinables.
ii. Se produce dicho daño ambiental cuando los derechos, bienes e in-
tereses resultan cercenados o negados absolutamente, limitados indebidamente, o cu-
ando se condiciona su ejercicio. (Consejo de Estado, 52602, 2017)

De acuerdo a lo anterior, y a forma de conclusión, se puede hacer un recorrido por lo señalado


en cada uno de los cuestionamientos y su importancia general para la determinación del ensayo.
En un primer lugar, la definición del derecho ambiental se pudo concretar como una definición
súper compuesta con muchas herramientas de su lado, lo que permite tener un gran campo de
acción. No obstante, y al acudir a lo preceptuado por las corporaciones de cierre, se encontró
que el derecho ambiental tiene distintos enfoques y concepciones, lo que hace que su validez se
vea subjetivizada sin afectar sus objetivos. En renglón seguido, se habló también de la constitu-
ción de 1991 y la constitución ecológico, determinándose que son más de 50 artículos que hacen
referencia al tema y que buscan regular las relaciones humanas con el medio ambiente y los
ecosistemas, esto garantizando que de acuerdo a los objetivos de la constitución, se hablara de
una propia constitución ecológica con todas sus implicaciones. Al lado de ello, se determinó que
desde luego y por conexidad, el derecho al medio ambiente es un derecho fundamental con todas
las implicaciones judiciales de ello, y que se trata de un derecho fundamental en el sentido que
al afectarse, indefectiblemente se ven afectados otros derechos que tiene carácter natural fun-
damental, como la salud y la vida. Por ello, se debió hablar también de las herramientas del es-
tado para la prevención, la protección, la recuperación y la sanción a los daños medioambien-
tales, determinándose que el Estado colombiano tiene la obligación de prevención desde la
declaración de Rio y desde la promulgación de la constitución de 1991. También, se habló de la
responsabilidad patrimonial del Estado en los daños causados al medio ambiente, lográndose
identificar ciertos requisitos, ciertas características y ciertas individualizaciones en cuanto a la
determinación de la responsabilidad patrimonial del Estado. Hoy por hoy, el derecho ambiental
no es más un derecho subsidiario, por el contrario, es un derecho principal con todas las implica-
ciones propias, que tiene una relación directa con el desarrollo del ser humano, los ecosistemas
y la vida en la tierra.

REFERENCIAS

Contraloria general de la República. (8 de enero de 2015). Aspectos básicos del derecho


ambiental: una mirada hacia el control fiscal ambiental. Bogotá D.C.: Contraloria general de la
República.

Corte Constitucional Colombiana, Sala plena. (16 de julio de 2015) Sentencia C-449. [M.P.
Jorge Iván Palacio Palacio]

Consejo de Estado de Colombia, sección tercera. (05 de noviembre de 2013). Fallo 66203
[C.P. María Claudia Rojas Lasso]

Consejo de Estado de Colombia, sección tercera. (22 de noviembre de 2017). Fallo 52602
[C.P. Jaime Orlando Santofimio Gamboa]
Corte Constitucional Colombiana, Sala tercera. (03 de abril de 2008) Sentencia T-299.
[M.P. Jaime Córdova Triviño]

Corte Constitucional Colombiana, Sala sexta. (23 de septiembre de 1992) Sentencia T-536.
[M.P. Simón Rodriguez Rodríguez]

Corte Constitucional Colombiana, Sala séptima. (15 de mayo de 2017) Sentencia T-325. [M.P.
Aquiles Arrieta Gómez]

Constitucional Colombiana, Sala plena. (27 de julio de 2010) Sentencia C-595. [M.P. Jorge
Iván Palacio Palacio]

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