Hombres Maltratadores Tratamiento Psicológico de Agresores

PORTADA MALTRATADORES 220 14/7/08 11:29 Página 1
PABLO CARBAJOSA VICENTE, es licen-

ciado en Psicología por la Universidad
3 ANDRÉS QUINTEROS TURINETTO, es
Licenciado en Psicología por la Universi-
Pontificia de Comillas de Madrid, espe- dad Nacional de Córdoba, Argentina, y
cializado en psicología clínica. Master en se especializó en Psicología Clínica y Fo-
Psicología Cognitivo Conductual Social rense en ese país y en Chile. Es Master
por el Centro Bertrand Russell de Ma- en Psicología Clínica, Legal y Forense
drid y Experto en Terapia Familiar Sisté- por la Universidad Complutense de Ma-
mica por la Universidad Complutense
HOMBRES drid, en la que actualmente está reali-
HOMBRES MALTRATADORES
de Madrid. Hombres maltratadores. La violencia de género es una lacra social que zando su tesis de doctorado.
necesita múltiples acciones efectivas para erradicarla. Intervenir con los
MALTRATADORES
Ha desarrollado su labor clínica en el hombres maltratadores es una de ellas. Se ha desempeñado como psicólogo en
ámbito de la salud mental y las drogo- el tratamiento de agresores en varios
En este libro los autores definen este tipo de violencia como un abuso de
dependencias. En el Centro de Estudios Centros de Argentina y Chile; en España,
poder e indican las particularidades que la caracterizan, al presentar una
Sobre la Violencia Familiar de Leganés coordinó el Centro de Estudios Sobre la
radiografía del maltrato y del agresor.
coordinó y desarrolló tratamientos indivi- Violencia Familiar de Leganés (Madrid) y
duales y grupales para hombres maltra- Reflexionan y analizan aquellos aspectos que necesitan abordarse para TRATAMIENTO PSICOLÓGICO DE AGRESORES actualmente dirige el Instituto Stoa de
tadores. En la actualidad, desarrolla el lograr el cese de la violencia, preguntándose en ese recorrido: ¿Qué hace Madrid, centro creado por ASPACIA, Aso-
programa de intervención para agreso- que un hombre maltrate a su pareja?. ciación para la Conviviencia y especializa-
res en medio abierto en los Servicios A partir de este interrogante, los autores describen los desarrollos de do en la prevención y erradicación de la
Sociales Penitenciarios de Almería. diversos investigadores sobre las características de los agresores, definen su violencia.
propia perspectiva en este tema y concluyen con otro cuestionamiento:
Fue profesor adscripto y titular de distin-
¿Cómo se interviene terapéuticamente con estas personas?
tas universidades en Argentina y Chile y
Sus respuestas surgen de la reflexión sobre su experiencia clínica con ha dictado diversas clases de postgrado
hombres maltratadores, desarrollada en los últimos años en servicios y master, en temas de violencia familiar
gestionados por Grupo 5 Acción y Gestión Social y, en la actualidad, en el
y de género en Chile y Brasil.
Instituto Stoa para la Prevención y Erradicación de la Violencia de Madrid.
ANDRÉS QUINTEROS TURINETTO - PABLO CARBAJOSA VICENTE Ha publicado diversos artículos sobre
victimología, desarrollos clínicos, foren-
ses, sobre violencia familiar y de género
y el libro: “Víctimas de terrorismo. Los
atentados masivos”.
ANDRÉS QUINTEROS
PABLO CARBAJOSA
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programa de intervención para agreso- que un hombre maltrate a su pareja? ciación para la Conviviencia y especializa-
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INTERIOR MALTRATADORES 20/8/08 14:51 Página 5
ANDRÉS QUINTEROS TURINETTO

PABLO CARBAJOSA VICENTE
HOMBRES
MALTRATADORES
TRATAMIENTO PSICOLÓGICO DE AGRESORES
ÍNDICE
Introducción .......................................................................................... 7
1. Conceptos fundamentales de la violencia en la
pareja .................................................................................................. 11
1.1. La violencia de género como violación de los
derechos humanos fundamentales .......................... 11
1.2. Maltrato en la pareja y violencia de género ......... 13
1.3. Modalidades de violencia dirigida hacia
la mujer .................................................................................. 24
1.4. La violencia en la dinámica de la relación
de la pareja .......................................................................... 31
1.5. El ciclo de la violencia y la dinámica de la
relación de pareja ............................................................. 34
2. Las características de la persona que maltrata
a su pareja ....................................................................................... 41
2.1. Tipologías de los hombres que maltratan
a sus parejas ........................................................................ 42
2.2. Las características de las parejas violentas
desde la perspectiva sistémica ................................... 54
2.3. Rasgos específicos de las personas que maltratan
a sus parejas ........................................................................ 63
2.4. Enfoque dinámico e integrador de las
características del agresor ............................................ 84
3. Teorías explicativas de la violencia en la pareja ........... 93

3.1. Teoría generacional .......................................................... 94
3.2. La teoría sistémica ............................................................ 99
3.3. La perspectiva de género .............................................. 104
3.4. La teoría psicoanalítica ................................................... 109
3.5. El modelo ecológico ......................................................... 118
3.6. Historia personal, familiar y género .......................... 123
3.7. Integración de los conceptos: características
de la persona que agrede en relación con las
teorías explicativas ............................................................. 134
4. Intervención psicosocial en personas que maltratan
a sus parejas ................................................................................... 137
4.1. Fase de ingreso ................................................................... 144
4.1.1. La adherencia al tratamiento y la
motivación ................................................................ 145
4.1.2. El diagnóstico psicosocial ............................... 195
4.2. Fase de tratamiento ......................................................... 205
4.2.1. Organización de las sesiones
terapéuticas ............................................................ 211
4.2.2. Las etapas de la intervención
psicológica grupal ................................................. 214
A) Etapa de contemplación .................................... 218
B) Etapa de acción para el cambio .................... 238
C) Etapa de mantenimiento: prevenir
y consolidar los cambios ................................... 252
4.3. Fase de seguimiento ........................................................ 253
4.4 Resumen del proceso de tratamiento ..................... 254
Bibliografía ............................................................................................ 263
INTRODUCCIÓN
El problema de la violencia de género es un flagelo que afec-

ta a un número importante de mujeres, como lo reflejan trágica-
mente las estadísticas de los distintos organismos y los medios de
comunicación que diariamente informan sobre los asesinatos co-
metidos por los hombres maltratadores. Pero ésta es la punta del
iceberg que sale a la luz, puesto que por debajo de la superficie
se oculta una gran cantidad de mujeres que sufren diariamente
malos tratos a manos de sus parejas.
La atención al problema de violencia de género en España ha
ido creciendo en los últimos años. Un hito fundamental ha sido la
promulgación de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de
Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género.. A
raíz de la aparición de esta ley, se han creado juzgados especiali-
zados, organizado equipos técnicos y desarrollado organismos es-
tatales que se dedican al registro y análisis de los casos
relacionados con ella.
En España, según los datos extraídos del informe anual del Ob-
servatorio Estatal de violencia sobre la mujeres perteneciente al
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales (2007), en 2006, un
6,3% de las mujeres manifestaron haber sido maltratadas algu-
na vez en la vida por su pareja (cónyuge, compañero sentimen-
tal o novio) o ex pareja (ex cónyuge, ex compañero sentimental o
ex novio), es decir, 1.187.232 mujeres.
Otro dato que refleja la magnitud del problema es el núme-
ro de denuncias presentadas por este delito, que ha ido aumen-
tando de 43.313 en 2002, a 62.170 en 2006, lo que refleja un
7
incremento del 71,21% de denuncias en este período. Esta can-

tidad muestra la gravedad del problema, que ya supone el 70%
de los casos de delitos contra las personas en nuestro país.
El número de homicidios de mujeres cometidos por sus pa-
rejas y ex parejas en los últimos años sigue sin disminuir. Entre
enero de 2000 y el final de junio de 2007 ascendió hasta 476.
Estos datos indican la necesidad de desarrollar distintas es-
trategicas para erradicar la violencia, por lo que es fundamental
construir una red coordinada a distintos niveles: 1) judicialmen-
te, estableciendo leyes efectivas que condenen el maltrato y pro-
porcionando todos los medios para hacerla efectiva (juzgados
suficientes, juicios rápidos, profesionales especializados, etc.);
2) programas de intervención que protejan a las víctimas (casas
de acogida, centros de asistencia a las víctimas, etc.); 3) estrate-
gias de prevención coordinadas a nivel nacional, que modifiquen
los patrones culturales y sociales que sustentan la desigualdad en-
tre hombres y mujeres; 4) intervención con las personas que ejer-
cen la violencia. Sólo una respuesta integral y con la disposición
de los medios materiales y económicos necesarios será eficaz pa-
ra extirpar esta problemática de la sociedad.
Con respecto a esta última medida, la ley contra la violencia de
género plantea la necesidad de realizar programas de tratamiento
a las personas condenadas por este delito. Por ello, es importan-
te investigar sobre las distintas experiencias desarrolladas y dise-
ñar intervenciones específicas y especializadas, que no sólo asistan
a individuos condenados, sino que puedan atender a todas las
personas que maltratan a sus parejas.
El presente libro tiene como objetivo transmitir el trabajo que
hemos realizado a lo largo de varios años, realizando tratamientos
a maltratadores en distintos países: Argentina, Chile y España. Ac-
tualmente desarrollamos nuestra labor en el Instituto Stoa, centro
8
especializado para la prevención y erradicación de la violencia cre-

ado por ASPACIA, Asociación para la Convivencia, y en los Servi-
cios Sociales Penitenciarios de Almería.
Para poder sistematizar este recorrido hemos dividido el texto
en cuatro capítulos:
1. En el primero describimos los conceptos esenciales para
abordar este problema: definiciones, tipos de maltrato y di-
námica de las relaciones violentas.
2. En el segundo capítulo detallamos las características de los
agresores, partiendo de las tipologías construidas por diver-
sos autores y desarrollando las características que presen-
tan a nivel cognitivo, afectivo, conductual e interaccional.
3. En el capítulo tres exponemos las teorías que explican la
violencia de género y posteriormente enumeramos las prin-
cipales causas que generan el maltrato en la pareja.
4. Por último, sistematizamos el proceso de tratamiento que
hemos desarrollado en estos años: principios básicos de
la intervención, estrategias motivacionales con agresores,
etapas del tratamiento, proceso de seguimiento y preven-
ción de las recaídas.
Este recorrido pretende dar a conocer un procedimiento eficaz
que ha permitido que un número significativo de personas dejen
de agredir a sus parejas y con ello cumplir el objetivo central de
este tipo de programas: proteger a las víctimas.
Queremos señalar nuestra preocupación por implementar un
lenguaje no sexista, aunque también hemos tenido en cuenta la
dificultad que puede presentar la lectura de un texto que se
adapte estrictamente a esta forma de discurso neutral. Comple-
mentarlo con la posibilidad de facilitar una lectura fluida suele
ser difícil de armonizar. Por tanto, cuando decimos “el psicólogo”
9
o “el profesional”, aplicamos la expresión en un sentido general

y amplio haciendo referencia tanto a lo femenino como a lo
masculino.
Por último, queremos señalar que hemos logrado congeniar
entre los autores un discurso técnico y práctico. A pesar de proce-
der de formaciones teóricas distintas, esto no ha entorpecido
nuestro encuentro, sino que más bien ha logrado potenciarlo, con-
fluyendo en la construcción de un modelo de tratamiento especí-
fico que ha sido enriquecido por la experiencia particular que
previamente habíamos recorrido por separado.
10
2. LAS CARACTERÍSTICAS DE LA PERSONA

QUE MALTRATA A SU PAREJA
En los últimos 25 años se han desarrollado varias investigacio-

nes para determinar las características de las personas que ejer-
cen violencia contra sus parejas y se han creado varias
clasificaciones tipológicas.
La mayoría de los autores revisados coincide en resaltar funda-
mentalmente que los individuos que maltratan no son todos igua-
les y que no poseen una patología particular que los identifique,
pero sí se podrían determinar categorías a partir de algunas va-
riables diferenciadoras.
A continuación se describirán las clasificaciones que adquirie-
ron mayor relevancia e influencia tanto en las investigaciones co-
mo en los modelos de intervención. Para poder explicarlas con
mayor claridad, se han dividido en tres categorías:
2.1. Modelos basados en el desarrollo de tipologías, que inclu-
yen a las personas que maltratan en dos o tres grandes
cuadros según algunas variables que permiten organizar
las categorías.
2.2. Un segundo modelo que las clasifica desde la variable
vincular y que se basa en la teoría sistémica.
2.3. Modelos que priorizan el análisis de las características y
rasgos particulares sin clasificarlos en estructuras.
41
2.1. Tipologías de los hombres que maltratan a sus parejas
En el primer grupo encontramos diversas clasificaciones que

mantienen particularidades similares. En este texto se describirán
algunas de ellas: las tipologías de Dutton, Echeburúa, Jacobson y
Gottman, la categorización de Saunders, la de Holtzworth-Munroe
y Stuart, y, por último, la clasificación de Michael Johnson.
Dutton y Golant (1997) describen en su libro El golpeador,
que las personas que maltratan a sus parejas pueden clasificarse
en tres categorías:
• Agresores psicopáticos: Se caracterizan porque, además de
maltratar a sus parejas, también agreden a otras personas y
cometen diversos tipos de delitos, es decir, ejercen una vio-
lencia generalizada. Para determinar los rasgos que definen
a estas personas, Dutton y Golant (1997) recurren a los es-
tudios realizados por Hare sobre la psicopatía y señala que
estos hombres tienen una falta de conciencia moral y de
sentimiento de culpa, incapacidad para ponerse en el lugar
del otro, escasa o nula expresión emocional, imposibilidad
de mantener objetivos a largo plazo y de establecer proyec-
tos realistas. La mayoría tiene conductas marcadamente an-
tisociales. También resalta que se encuentran controlados y
calmados cuando agreden a sus parejas.
• Agresores hipercontrolados: Se caracterizan por ser contro-
ladores, exigen la subordinación total y no toleran que sus
parejas cuenten con recursos propios. Son abusadores
emocionales (descalifican el trabajo y las iniciativas de la
mujer), que controlan minuciosamente sus actividades y el
dinero. Existen dos subtipos:
a) Activos: Son los fanáticos del control, necesitan dominar
al otro, son minuciosos, perfeccionistas y dominantes.
42
b) Pasivos: Son distantes con sus parejas y las rechazan

emocionalmente.
• Agresores cíclicos/emocionalmente inestables: Esta catego-
ría es extensamente desarrollada por Dutton. Les caracte-
riza por su incapacidad para expresar los sentimientos y por
la intensa necesidad de controlar sus relaciones íntimas, son
celosos y mantienen un estado de ánimo cíclico, por lo que
experimentan cambios bruscos y son fácilmente irritables.
Ejercen principalmente violencia emocional, humillando y
avergonzando a sus parejas, aunque también son propen-
sos a utilizar el maltrato físico.
Echeburúa, Del Corral y Amor (1999), en cambio, establecen
dos formas de clasificar a las personas que maltratan según dos
variables:
• La extensión de la violencia: Dentro de esta primera cate-
goría se describen dos tipos:
– Los que solamente son violentos dentro del hogar: Re-
presentan al 74% de las personas que han asistido a su
programa de intervención. Se caracterizan por ejercer un
maltrato grave y por mantener una doble imagen –do-
ble fachada–: fuera del hogar se muestran tranquilos y
amables mientras que dentro son agresivos. La violen-
cia se desencadenaría por las frustraciones o los celos
patológicos.
– Las personas violentas en general: Representan el 26%
de las personas agresivas. Ejercen violencia tanto dentro
como fuera del hogar, mantienen la idea distorsionada
de la utilización de la violencia como medio de resolu-
ción de los conflictos y generalmente han sufrido mal-
trato infantil.
43
• Perfil psicopatológico presentado:

– Personas con déficit en las habilidades interpersonales:
Representan el 55% de los casos. Emplean la violencia
como estrategia de afrontamiento de los problemas, tie-
nen una marcada carencia de socialización y de las ha-
bilidades adecuadas para las relaciones interpersonales.
– Personas sin control de impulsos: Son el 45% del to-
tal, tienen episodios bruscos e inesperados de descon-
trol, son incapaces de dominar su agresividad, aunque
tienen conciencia de lo inadecuado de la conducta que
ejercen.
Concordando con la mayoría de los autores, Echeburúa, Del
Corral y Amor indican que los maltratadores no tienen un trastor-
no psicopatológico específico, pero destacan que en algunos ca-
sos sí se aprecian algunas enfermedades mentales, como la
psicosis. Con respecto a los trastornos de personalidad, señalan
que podría relacionarse con el trastorno antisocial.
De las investigaciones desarrolladas por dichos autores, se des-
taca que el 45% de los sujetos asistidos por ellos presenta un his-
torial psiquiátrico anterior, marcado por el abuso del alcohol,
ansiedad, depresión y celos patológicos.
Neil Jacobson y John Gottman (2001), a partir de una inves-
tigación que realizaron con parejas violentas, concluyeron que si
bien es erróneo afirmar que todos los hombres que agreden a sus
parejas son iguales, sí se puede establecer una clasificación a par-
tir de una importante diferencia: existirían hombres que cuando
maltratan a sus mujeres interiormente se encuentran tranquilos
y les disminuye el número de pulsaciones cardíacas, mientras que
otro grupo, cuando agreden, interiormente se alteran y las pulsa-
ciones aumentan considerablemente.
44
A partir de esta diferencia establecen dos categorías de maltra-

tadores:
• Los cobras: Representan al 20% de las personas que ejer-
cen violencia contra sus parejas y se caracterizan por ser
más agresivos emocionalmente al comienzo de una dis-
cusión. A pesar de que parecen alterados en el momento
en que ejecutan la agresión, por dentro mantienen la cal-
ma mientras agreden verbal o físicamente a sus mujeres.
Son más propensos a usar armas en las agresiones físicas
y pueden llegar con frecuencia a ser muy violentos.
Manifiestan una tendencia marcadamente antisocial y de-
lictiva desde la adolescencia y sus conductas agresivas po-
seen un grado alto de sadismo; además, son violentos
fuera del círculo familiar y tienen una menor dependencia
emocional que el otro grupo. No son celosos, pero sí he-
donistas e impulsivos; aunque pueden pedir perdón des-
pués de una agresión, no lo sienten realmente, creen
tener derecho a todo lo que desean y maltratan para que
nadie interfiera en sus objetivos. Las relaciones que es-
tablecen son superficiales y además, abusan del alcohol y
de las drogas.
Los autores expresan que algunas personas de esta catego-
ría son psicópatas o antisociales –en un 90% han sido diag-
nosticados de antisociales– se muestran incapaces de
mantener relaciones íntimas y de mostrar interés por el
otro. Sus parejas son instrumentos para obtener placer y pa-
ra satisfacer sus necesidades.
La historia familiar está marcada por el maltrato o el aban-
dono emocional (el 78% procede de familias en las que se
ha producido algún tipo de violencia, mientras que ese por-
centaje disminuye al 51% en el caso del segundo grupo); es
45
decir, que sus familias de origen son más violentas y, en un

porcentaje elevado, tanto la madre como el padre los mal-
trataron.
• Los pitbull: Al contrario de los cobra, se alteran interior-
mente, son más dependientes y celosos, y sienten terror
a ser abandonados. Agreden únicamente dentro de su fa-
milia (sólo el 3% manifiesta violencia generalizada, con-
tra el 44% de los cobra) y no tienen historial delictivo. Es
común que en su familia de origen el padre maltratara
a su madre.
Necesitan tener el control absoluto de sus parejas, pero,
a diferencia de los cobra que controlan para obtener pla-
cer, éstos lo hacen por el pánico que sienten a ser aban-
donados. También a diferencia de los primeros, que
pueden cambiar de víctima con más facilidad, los pitbull
no dejan a sus parejas tranquilas incluso después de la
separación. En este sentido, si bien son menos violen-
tos que el primer grupo, a la larga, cuando la mujer con-
creta el divorcio, pueden ser muy agresivos e incluso
llegar a matar a sus parejas.
Según estos autores, los pitbull abusan del alcohol y en me-
nor medida de otras drogas, a diferencia de los cobra que
pueden consumir todo tipo de sustancias.
Otra tipología de los hombres que maltratan a sus parejas es
la elaborada por Saunders (1992, 2003), que clasifica a estas per-
sonas en tres tipos: los que ejercen violencia sólo dentro de la
familia, los que son violentos de manera generalizada y los emo-
cionalmente volátiles.
Las características marcadas por este autor para cada tipolo-
gía son:
46
Emocionalmente
Sólo en la familia Generalizado
volátil
Violentos sólo en el Generalmente Episodios violentos en
contexto familiar. violento. contextos extrafamiliares.
Menor probabilidad Mayor probabilidad de A mitad de camino
de haber sufrido abusos en la infancia. entre los otros dos
abusos en la infancia. tipos.
Menor índice de Mayor violencia A mitad de camino
violencia severa. severa. entre los otros dos
tipos.
Nivel más bajo de Nivel moderado de El nivel más alto de
abuso psicológico. abuso psicológico. abuso psicológico.
Sentimientos Verbalización mínima Altos niveles de enojo,
reprimidos. de sentimientos de depresión y celos (más
ira, depresión y celos. intentos de suicidio).
Actitudes más flexibles Actitudes más rígidas Actitudes rígidas sobre
sobre los roles en relación a los roles los roles sexuales.
sexuales. sexuales.
Satisfechos con el Alternancia entre Menor satisfacción,
matrimonio, con bajo satisfacción y conflicto con mayor
nivel de conflicto. en el matrimonio. nivel de conflicto.
Consumo esporádico Uso habitual de Poca frecuencia de uso
de alcohol en relación alcohol en relación de alcohol en relación
con los episodios con los episodios con los episodios
violentos. violentos. violentos.
Alguna posibilidad de Alguna posibilidad de Mayor probabilidad
tratamientos tratamientos de tratamientos
anteriores. anteriores. anteriores.
Saunders establece esta distinción a partir del grado en que se

encuentran las variables: contexto de la violencia, maltrato infantil,
violencia física, nivel de abuso psicológico, sentimientos, rigidez de
los pensamientos de género, satisfacción del matrimonio, consu-
mo de alcohol y drogas, y realización de tratamientos anteriores.
El siguiente cuadro analiza todas las variables:
47
Tipología de hombres Sólo en Emocional

Generalizado
que maltratan la familia volátil
En función del contexto
Episodios
donde se produce la Familiar General
extrafamiliares
violencia
Índice de abusos en la
Menor Mayor Intermedio
infancia
Índice de violencia
Menor Mayor Intermedio
severa
Expresión de
Altos niveles
sentimientos (ira, Represión Mínima
(más suicidio)
depresión, celos)
Rigidez de actitudes
relacionadas con los Menor Mayor Intermedio
roles sexuales
Satisfacción en el
Mayor/menor Alternancia Menor/mayor
matrimonio/conflictividad
Frecuencia de consumo
de alcohol en relación
Intermedio Mayor Menor
con los episodios
violentos
Probabilidad de
Alguna Alguna Mayor
tratamientos anteriores
Holtzworth-Munroe y Stuart (1994) elaboraron una tipología

que fue muy difundida en Estados Unidos en la década de los no-
venta y principios de 2000.
Para elaborar dicha clasificación tuvieron en cuenta tres varia-
bles que posibilitaban establecer diferencias entre subtipos de per-
sonas que maltratan a sus parejas y que son:
• La severidad de la violencia física, así como su frecuencia
y los abusos sexuales y psicológicos.
48
• La generalidad/extensibilidad de la violencia exclusivamente

familiar o fuera del entorno de la familia. Se incluyen también
las variables de conducta delictiva y los antecedentes legales.
• La psicopatología de los maltratadores y los trastornos de
personalidad asociados.
A partir de estas variables, los autores realizan una revisión de
las diferentes investigaciones desarrolladas y las tipologías cons-
truidas hasta ese momento, y concluyen que existen tres catego-
rías de hombres que maltratan a sus parejas:
• Pasivo-dependiente: Es el grupo que presentaría menor se-
veridad en la violencia física y menor probabilidad de ejer-
cer abuso sexual y psicológico. El maltrato de este grupo se
restringe exclusivamente a los miembros de la familia y es
muy raro que cometan actos de violencia fuera del hogar o
que realicen otro tipo de delitos.
También muestran poseer una baja base psicopatológica
y no presentan trastornos de personalidad. Representarían
al 50% del total de hombres que agreden a sus parejas. Es-
te grupo sería similar a la primera categoría descrita por
Saunders de sólo en la familia.
• Disfóricos/límites: Manifiestan un grado moderado o se-
vero de maltrato, incluyendo también el abuso sexual y psi-
cológico. Al igual que el grupo anterior, su violencia se
restringe, generalmente, al núcleo familiar, aunque pudie-
ran existir algunos hechos de violencia fuera de ésta.
Los hombres incluidos es esta categoría son los más dis-
fóricos/límite, psicológicamente angustiados y emocional-
mente volátiles. Pueden evidenciar características de
personalidad esquizoides y límite, y presentan problemas
de abuso de drogas y alcohol. Representarían el 25% de
las personas que maltratan a sus parejas.
49
• Generalmente violentos y antisociales: Ejercen una violencia

de pareja de moderada a severa, incluyendo el abuso sexual
y psicológico. Son los que presentan una mayor agresividad
extrafamiliar y poseen amplios historiales de conducta crimi-
nal y antecedentes policiales. Tienen un elevado consumo de
alcohol y drogas, y es frecuente que presenten un trastorno
de personalidad antisocial o una psicopatía. Representarían el
25% de todos los hombres que maltratan a su pareja.
Para una mejor descripción de esta tipología se incluye la siguien-
te tabla en la que se establecen las diferencias según las variables
consideradas (Holtzworth-Munroe y Stuart, 1994):
Pasivo Maltratador Violentos en

Dimensión
dependiente disfórico/límite general
Severidad de la
violencia familiar:
- Violencia física. Baja Moderada-alta Moderada-alta
- Abuso sexual y
psicológico. Bajo Moderado-alto Moderado-alto
Generalidad de la
violencia:
- Violencia extrafamilar. Baja Baja-moderada Alta
- Conducta delictiva,
complicaciones
legales. Baja Baja-moderada Alta
Psicopatología/
trastorno de
personalidad:
- Trastorno de Ninguno o pasi- Límite o Antisocial/
personalidad. vo/dependiente esquizoide psicopatía
- Abuso de
alcohol/drogas. Bajo-moderado Moderado Alto
- Depresión. Baja-moderada Alta Baja
- Ira/cólera. Moderada Baja Moderada
50
Para estos autores, esta clasificación permite comprender me-

jor las características de los hombres que ejercen violencia con-
tra sus parejas y de esta manera posibilita señalar las causas que
la provocan e indicar los factores de riesgo que desencadenan el
maltrato en cada subgrupo.
Otra tipología creada es la de Michael Johnson (1995, 1999
y 2005). Este autor señala tres categorías de maltrato que distin-
gue a partir de la función que tiene la violencia en las relaciones
de pareja. Su clasificación no parte de analizar las características
del agresor, sino de cómo la violencia sirve para ejercer el con-
trol y la dominación en las relaciones.
En este sentido desarrolla tres categorías:
• Terrori s t a í nt i mo –a nt eri orment e l l a ma do t erroris t a pa t ri a r -
cal–: Describe a las personas que utilizan la violencia para
dominar y tomar el control total de la relación. Es un mal-
trato perpetrado casi exclusivamente por hombres. Éstos tie-
nen la necesidad de tener el control permanente y general
sobre la mujer y buscan, a través del maltrato, dominar
constantemente todos los espacios de ella.
La base que causa este tipo de violencia es la diferencia cul-
tural de género producto de la desigualdad de poder que
subyace en la sociedad. En este sentido, Johnson expresa
que el modelo explicativo creado en la ciudad de Duluth,
Minnesota (Pence y Paymar, 1993), es esencial para enten-
der el terrorismo íntimo o patriarcal.
Este autor afirma que cuando se habla de violencia domés-
tica o de pareja y del hombre maltratador, se hace referen-
cia exclusivamente al terrorista íntimo.
• Resistencia mediante la violencia: Son las personas que
reaccionan al intento de ser controlados, es decir, que es en
51
realidad una respuesta ante un maltrato previo. Es gene-

ralmente realizado por las mujeres que son víctimas de la
violencia de pareja. En este caso, se produce como una
reacción contra el maltrato que se sufre.
Ante una agresión, las mujeres responden de formas dife-
rentes. Algunas se abandonan reaccionando con sumisión
ante los ataques y otras, en cambio, tratan de liberarse de
diferentes maneras, una forma es enfrentarse y defenderse
del maltrato con otra agresión.
En este caso, la respuesta de la mujer no puede ser consi-
derada bajo ningún punto de vista como un maltrato diri-
gido al hombre, sino que es una conducta de reacción de
la víctima para protegerse y en muchos casos salvar su vida
o la de sus hijos. En este caso, la violencia no tiene el obje-
tivo de controlar al otro, sino que al contrario, la de liberar-
se de esa opresión.
• Violencia circunstancial: Se produce a partir de conflictos y
tensiones específicas dentro de la relación. Puede ser reali-
zada tanto por hombres como por mujeres. En este tipo de
agresión, la necesidad de control se produce ante situacio-
nes conflictivas en las que se elevan las tensiones, provo-
cando una reacción violenta en alguno de los dos, que
puede ser de menor importancia si en la discusión en la
que, por ejemplo, uno empuja o le da una bofetada al otro,
hay un arrepentimiento inmediato, se disculpa y no vuelve
a hacerlo nunca, o puede ser un problema más duradero si
el conflicto persiste, pero la violencia no se generaliza por-
que aparece solamente ante esas situaciones.
En este caso, la búsqueda de control no es permanente co-
mo en la primera tipología descrita, sino que es puntual,
surge a partir de una lucha de poder por un tema concreto
52
–reparto de los bienes, guarda y custodia de los hijos, etc.–.

Ésa es su gran diferencia; si, por ejemplo, señala Johnson,
ninguno de los dos intenta controlar generalmente al otro,
entonces se trataría de un caso de violencia circunstancial.
El maltrato puede ser incluso frecuente si se repite la situación
que la provoca y, además puede ser muy grave porque la se-
veridad de la agresión no es una característica que la diferen-
cie de los otros tipos de violencia, ya que pudiera ocurrir un
hecho circunstancial que produzca un homicidio y, por el con-
trario, un maltrato permanente general y sistemático que no
utilice el abuso físico. Aunque esto puede suceder, por lo ge-
neral la violencia circunstancial es puntual y más leve, mien-
tras que la del terrorista íntimo, permanente y grave.
En conclusión, lo que distingue a estos tres tipos de violencia
es que, en el tercer caso, el maltrato está afincado en los aconte-
cimientos de una situación particular más que en un intento de
controlar por completo la relación, como sucede en el terrorista ín-
timo. En cambio, en la resistencia mediante la violencia, ésta es
una reacción contra el maltrato que realiza el otro.
Johnson señala que esta diferenciación es importante, por un
lado, para comprender este problema, como, por ejemplo, cuan-
do afirma que el terrorista íntimo se muestra más tradicional en
actitudes respecto al género que los hombres no violentos o los
que ejercen violencia circunstancial; y, por otro lado, para realizar
las intervenciones más adecuadas, como cuando indica que las
técnicas de control de la rabia son eficaces en los casos de violen-
cia circunstancial, pero en menor medida para trabajar con las per-
sonas incluidas en la primera tipología.
Este autor, atendiendo a otras clasificaciones como la de Holtz-
worth-Munroe y Stuart (1994) y la de Jacobson y Gottman
(2001), divide a los terroristas íntimos en dos categorías:
53
a) Terrorista íntimo dependiente, que tiene las características

del bordeline/disfórico, del pitbull o del cíclico; es decir, que
son celosos, dependientes y necesitan utilizar la violencia
para mitigar el miedo a perder a su pareja.
b) Terrorista íntimo antisocial, cuyas características son simila-
res al generalmente violento antisocial, al cobra o al llama-
do psicopático. Maltratan de manera generalizada, cometen
otros tipos de delitos y utilizan la violencia en todos los ám-
bitos para poder mantener el control. Están menos atados
a sus parejas y, además, son fríos emocionalmente.
En ambos casos son impulsivos, mantienen una actitud hostil
hacia las mujeres y carecen de habilidades sociales.
El autor no descarta establecer subcategorías en la violencia cir-
cunstancial, pero expresa que las investigaciones no son aún tan
consistentes como para especificarlas con detalle.
2.2. Las características de las parejas violentas desde la perspec-

tiva sistémica
Desde la visión de la psicología sistémica, no se podría ha-

blar de tipologías de la persona que agrede, porque para esta
teoría, el análisis y la intervención deben recaer en el tipo de re-
lación. El foco de atención pasa de las características de la per-
sona a los modos de comunicación y de vínculo que establece
la pareja.
Para Perrone y Nannini (1995), la violencia no puede explicar-
se desde las características individuales, sino desde la relación
vincular que se mantiene.
En este sentido, no habría características cognitivas, afectivas o
comportamentales que fueran las causas de las agresiones, sino
54
PORTADA INTERVENCION:Maquetación 1 13/10/10 13:05 Página 1
COLECCIÓN ACEBo
1. El fracaso en la adopción. Prevención y 8 FRANCISCO CALABOZO CASADO (Madrid, 1976)
es psicólogo clínico, Master de Psicología
reparación. Jolanda Galli y Francesco Viero.
Clínica y de la Salud, psicólogo interno re-
2. La entrevista psicosocial. Proceso y proce-
sidente en la Unidad de Psicología Clínica
dimientos. David Mustieles Muñoz.
y de la Salud de la Facultad de Psicología
3. Hombres maltratadores. Tratamiento psi- de la Universidad Complutense de Madrid
cológico de agresores. Andrés Quinteros y psicoterapeuta humanista rogeriano.
INTERVENCIÓN EN PRIMERA PERSONA

Turinetto y Pablo Carbajosa Vicente. A lo largo de su trayectoria profesional ha
4. La adopción: demasiados prejuicios y
escasa conciencia. Marinella Ferranti.
Existen pocas publicaciones centradas en la relación de ayuda como un método para
trabajar con personas los problemas relacionales que nos encontramos en la vida. Las
reflexiones, del autor y de otros profesionales, que este libro recoge, aportarán a los
INTERVENCIÓN trabajado como psicólogo clínico atendien-
do a personas normalizadas con proble-
mas de salud mental y a personas sin
5. Reproducción asistida, Aspectos psicológi-
cos de la esterilidad, la parentalidad y la
filiación. Manuela Cecotti.
lectores algo más que teoría: aportarán experiencia práctica y personal.
Intervención en primera persona está dividido en dos partes. La primera, La relación
EN PRIMERA PERSONA hogar en el acompañamiento en su proce-
so de cambio, y ha supervisado técnica-
mente equipos profesionales en el
6. El milagro de la cigüeña probeta. Reflexio- de ayuda, analiza los postulados de los dos máximos exponentes de la corriente
humanista: Carl Rogers y Robert Carkhuff. El primero denominó su propuesta desempeño de sus funciones. En la actua-
nes clínicas: de la reproducción asistida a la LA RELACIÓN DE AYUDA - REFLEXIONES EN LA INTERVENCIÓN
adopción. Jolanda Galli y Alessandra Moro. “intervención centrada en la persona”, mientras que el segundo utilizó el término lidad es coordinador en el SAMUR Social.
“relación de ayuda” y “counselling”. Ha sido coautor de varios libros: Trabajo
7. El camino a casa: Los derechos del niño de Calle: un despacho sin puertas, Cons-
En la segunda parte, Reflexiones en la intervención, el autor se cuestiona acerca de
en la adopción internacional. María Elena
lo que nos pasa a los profesionales cuando trabajamos con personas, lo que les pasa truyendo Relaciones, Un acuerdo con lu-
García (coord.). a los usuarios cuando inician un proceso de cambio y, por último, lo que sucede en ces y Cuadernos de Salud Mental,
el encuentro entre ambos, es decir en la relación. editados por Fundación RAIS.
COLECCIÓN SAÚCo – Historias de vida Un libro dirigido a todas aquellas personas que trabajan con personas, un marco muy
amplio donde hay lugar para multitud de propuestas, modelos y corrientes. En él, los
1. Retrato en blanco y negro. Manual de su- profesionales encontrarán claves para reflexionar sobre su quehacer diario, y a los
pervivencia para padres adoptivos solteros, estudiantes (Trabajo social, Educación social, Integración social, Terapia ocupacional, “Los lectores del presente libro, escrito sin pe-
divagaciones sobre la adopción, los prejui- Psicología...) el modelo aquí propuesto les será muy útil para iniciarse en el camino danterías de erudito, con el estilo sencillo, direc-
cios y la sexualidad. Angelo B. Pereira. de la intervención con personas. to y ameno propio de quien busca enraizarse
2. Vivir sin barreras. La historia de Luigi en la vida misma más que en las ideas recibi-
“Pucho” Maccione contada por su familia y FRANCISCO CALABOZO CASADO das acerca de ésta, disfrutarán y sacarán pro-
amigos. Mary Cruz Rodríguez Maccione. vecho de su lectura.”
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CALABOZO CASADO
Antonio Guijarro
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PORTADA MALTRATADORES 220 14/7/08 11:29 Página 1

PABLO CARBAJOSA VICENTE, es licen-

PABLO CARBAJOSA VICENTE, es licen-

PABLO CARBAJOSA VICENTE, es licen-

ANDRÉS QUINTEROS TURINETTO

3. Teorías explicativas de la violencia en la pareja ........... 93

El problema de la violencia de género es un flagelo que afec-

incremento del 71,21% de denuncias en este período. Esta can-

especializado para la prevención y erradicación de la violencia cre-

o “el profesional”, aplicamos la expresión en un sentido general

2. LAS CARACTERÍSTICAS DE LA PERSONA

En los últimos 25 años se han desarrollado varias investigacio-

2.1. Tipologías de los hombres que maltratan a sus parejas

En el primer grupo encontramos diversas clasificaciones que

b) Pasivos: Son distantes con sus parejas y las rechazan

• Perfil psicopatológico presentado:

A partir de esta diferencia establecen dos categorías de maltra-

decir, que sus familias de origen son más violentas y, en un

Saunders establece esta distinción a partir del grado en que se

Tipología de hombres Sólo en Emocional

Holtzworth-Munroe y Stuart (1994) elaboraron una tipología

• La generalidad/extensibilidad de la violencia exclusivamente

• Generalmente violentos y antisociales: Ejercen una violencia

Pasivo Maltratador Violentos en

Para estos autores, esta clasificación permite comprender me-

realidad una respuesta ante un maltrato previo. Es gene-

–reparto de los bienes, guarda y custodia de los hijos, etc.–.

a) Terrorista íntimo dependiente, que tiene las características

2.2. Las características de las parejas violentas desde la perspec-

Desde la visión de la psicología sistémica, no se podría ha-

INTERVENCIÓN EN PRIMERA PERSONA

PABLO CARBAJOSA VICENTE, es licen-

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