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Calidad y Productividad

Filosofía de calidad en el

Mundo de la escuela

Mtro. Lauro Guerrero M.

Alumno: José Gpe Batista González


Mat. 1578

17 de Febrero de 2014
Introducción

La calidad en la educación es una de las expresiones más utilizadas en el ámbito


educativo, sobre todo cuando se desea justificar cualquier proceso de evaluación
o de cambio. Por eso se hace imprescindible tomar este tema, sobre todo por que
como se señala en la actualidad, para llegar a tener un cambio verdadero en la
educación no solo se necesitan reformas estructurales o elaboradas de una noche
a otra, por así decirlo, sino también un cambio en la filosofía y métodos de
enseñanza de los maestros, que es con estos el verdadero fuerte para poder
realizar todas estas modificaciones, en el presente trabajo pretenderemos abordar
el pensamiento de calidad aplicado a la educación de una manera general y solo
como referencia para futuras revisiones, es de gran transcendencia que lo que se
está realizando hasta hoy por el gobierno pueda ser que funcione si todos
generamos el cambio estructural de raíz.
La calidad de la educación se ha constituido en los últimos tiempos, en principio
organizador de las políticas institucionales y estatales. El concepto de calidad de
la educación es polisémico, multidimensional y contextualizado. Alude a un rasgo
o atributo de lo educativo, referido a distintos niveles (macro y micro) y a múltiples
dimensiones de cada nivel; además, expresa concepciones de la educación,
valores o criterios no siempre coincidentes. El punto focal de su acción es la
educación definida como instancia de construcción y distribución del conocimiento
socialmente válido.

Una educación de calidad es aquella que promueve:

· La construcción de conocimientos psicológica, social y científicamente


significativos.

· El desarrollo de procesos de pensamiento y estrategias cognitivas que le


permitan al sujeto “aprender a aprender”.

· La apropiación de instrumentos para participar en la vida económica, política y


social, contribuyendo a la construcción de un modelo social democrático.

· El desarrollo de habilidades básicas que posibiliten al educando, la inserción


en condiciones adecuadas en el nivel siguiente del sistema educativo o la
incorporación a la vida activa.

· La aplicación del conocimiento para operar sobre la realidad.

· La posibilidad de la duda y la discusión.

· La consideración de las características propias del sujeto de aprendizaje, en


sus aspectos cognitivos, socio-afectivos y psicomotrices.

· El crecimiento profesional del docente.

Desde esta perspectiva, es importante tener en cuenta factores políticos y


culturales, donde se torna relevante la participación ciudadana como forma de
gobierno.

Sin embargo, en la actualidad percibimos un sistema educativo en el cual la


calidad está sumamente deteriorada y cuestionada. Tenti Fanfani expresa: “... en
efecto, resulta lamentable tener que afirmar que el deterioro de los insumos del
proceso educativo (caída del gasto, deterioro del salario docente, disminución del
tiempo de aprendizaje, etc.) no puede menos que producir un empobrecimiento de
los procesos de producción del aprendizaje y por lo tanto, una pérdida de calidad
de los productos educativos”[7]. De esta manera la Calidad de la Educación es
considerado un tema conflictivo en el ámbito educativo, enfrentándose diversas
posturas en los diferentes momentos históricos.
Imaginemos un libro de texto escrito en un lenguaje indescifrable o una pizarra sin
tizas. Imaginemos una clase que se celebra en una sala de conciertos
estruendosa, o a un niño o niña que intenta hacer sus deberes en medio de un
huracán. Es claro que cuando faltan los componentes clave del proceso de
aprendizaje y el contexto, la educación en sí misma está condenada al fracaso.

Ciertamente, recibir una educación de escasa calidad es lo mismo que no recibir


educación alguna. Tiene poco sentido brindarle a un niño o niña la oportunidad de
matricularse en la escuela si la calidad de la educación es tan precaria que no le
permitirá alfabetizarse, adquirir las habilidades aritméticas básicas o prepararse
para la vida. Una educación de calidad, esencial para el aprendizaje verdadero y
el desarrollo humano, se ve influida por factores que proceden del interior y el
exterior del aula, como la existencia de unos suministros adecuados, o la
naturaleza del entorno doméstico del niño o niña. Además de facilitar la
transmisión de conocimientos y aptitudes necesarios para triunfar en una profesión
y romper el ciclo de pobreza, la calidad desempeña un papel crítico a la hora de
disminuir la brecha existente entre los géneros en materia de educación básica.

El obstáculo más importante que dificulta la educación es la discriminación por


motivos de género: las niñas constituyen el grupo poblacional más extenso privado
del derecho a aprender. De los 93 millones de niños y niñas desescolarizados,
casi el 52% son niñas. Para los progenitores que cuentan con recursos limitados,
la calidad de la educación desempeña un papel crucial a la hora de decidir
matricular a sus hijas o que éstas prosigan su educación. Si las niñas no
aprenden, si lo que aprenden no es útil, o si el entorno escolar no es seguro, los
progenitores no enviarán a sus hijas a la escuela.

Mejorar la calidad educativa deberá ser la prioridad de cualquier programa cuyo


objeto sea escolarizar a las niñas y lograr que prosigan su educación. UNICEF
adapta sus programas educativos a los estilos de aprendizaje de las niñas y
promueve entornos que facilitan su formación. El modelo de Escuelas adaptadas a
la niñez es en la actualidad el medio más importante empleado por UNICEF para
concienciar acerca de la calidad en la educación y promoverla. Existen al menos
cinco elementos clave que afectan a la calidad de la educación: lo que el
estudiante trae consigo, el entorno, los contenidos, los procesos y los resultados.
Estos elementos constituyen una base que permite supervisar la calidad.

1. Lo que el estudiante trae consigo. ¿Qué experiencias aporta el estudiante a la


escuela y qué dificultades concretas enfrenta? ¿Se ha visto afectado por
situaciones de emergencia, por el maltrato, el trabajo infantil o el SIDA? ¿En su
primera infancia, su educación preescolar y las experiencias vividas en su familia y
su comunidad fueron positivas? ¿El lenguaje empleado en su hogar es muy
distinto del que se usa en su escuela? ¿Ha contado con la preparación suficiente
que la permita mantener el ritmo de la escuela?

2. Entorno. ¿El entorno de aprendizaje es saludable, seguro, protector,


estimulante y tiene en cuenta las necesidades de los géneros?
3. Contenidos educativos. ¿Son pertinentes los materiales didácticos y los
programas de estudios? ¿Imparten destrezas básicas, especialmente en lo que se
refiere a la alfabetización y la aritmética elemental? ¿Promueven técnicas para la
vida y aprendizaje sobre cuestiones tales como el género, la salud, la nutrición, la
prevención del SIDA, la paz, u otras prioridades de ámbito nacional y local? ¿En
qué medida el contenido de los programas de estudio y los materiales didácticos
incluyen o excluyen a las niñas?

4. Procesos. ¿Los métodos que los profesores emplean se centran en los niños y
las niñas? ¿Sus valoraciones facilitan el aprendizaje y reducen las disparidades?
¿Se gestionan debidamente las aulas y las escuelas? ¿Los métodos de
enseñanza, aprendizaje y apoyo – provengan de los supervisores, el personal
docente, los programas o las comunidades– mejoran o disminuyen la capacidad
de las niñas?

5. Resultados. ¿Qué resultados esperamos para las niñas en materia de


educación básica? ¿Cómo se puede documentar el grado de progreso del
aprendizaje de las niñas y valorar la influencia del programa de estudios en su
crecimiento futuro? Los resultados educativos deberían estar vinculados a los
objetivos nacionales relativos a la educación y promover una participación positiva
en la sociedad.

La educación de calidad es clave para la igualdad entre los géneros, la seguridad


humana, el desarrollo de las comunidades y el progreso de las naciones. Es un
reto enorme, pero también una oportunidad. Como el motor de un coche o las alas
de un avión, representa la diferencia entre permanecer inmóviles y avanzar hacia
el futuro.
Conclusión

La calidad en la educación implica tener en consideración que el hecho educativo


es un hecho cultural, que el mejoramiento de la calidad pasa centralmente por el
profesor, que el núcleo del proceso educativo es la formación del alumno y los
cambios que este manifiesta, no solo cognitivamente, sino en cómo se reflejan en
su vida. Que para que exista una buena calidad en conocimientos, planes,
resultados, visiones educativas, debe existir una buena evaluación en todos los
aspectos y esta debe hacerse desde una perspectiva holística, es decir
considerando la integridad de los procesos educativos y la interrelación entre el
proceso y el producto educativo.
Bibliografía

Ishikawa, K. (1988): ¿Qué es control total de calidad? La modalidad japonesa. Editorial de


Ciencias Sociales, La Habana.

Lipman, M; A. M, Sharp y F, Oscanyan. (1992): La Filosofía en el aula. Ediciones de la Torre.


Madrid.

Tiana, A. (1998): “ Evaluación de la calidad de la educación: Modelos e indicadores”. En


Biblioteca Virtual de la OEI.

SEP. (1989): Programa para la Modernización Educativa 1989-1994. Secretaría de


Educación Pública. Poder Ejecutivo Federal, México

Schmelkes, S. (1992): Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas. SEP, México.

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