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INTRODUCCIÓN:
Dificultades en la vida todos las vamos a tener, desde
muy niños nos enfrentamos a ellas, tenemos dificultad
para aprender a caminar, a comer, a hablar y a medida
que vamos creciendo nos vamos a enfrentar a otras
dificultades en las que a veces salimos lastimados: una
traición, desilusión, abusos, rechazos, ofensas. Y si
nosotros permitimos que estos golpes de la vida controlen
nuestras emociones entonces vamos a tener una vida
estancada y mediocre así que, el día de hoy quiero
hablarle de dejar el pasado atrás.
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Jua 5:6 Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que
llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano?
Jua 5:7 Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien
me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre
tanto que yo voy, otro desciende antes que yo.
Jua 5:8 Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda.
Jua 5:9 Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su
lecho, y anduvo…
1.DEJANDO LA AUTO-LASTIMA
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Es cierto que cuando alguien vive una experiencia
traumática, esa persona deberá ser tratada con
cuidado hasta que se haya recuperado, Pero la
verdad es que algunas personas no se quieren
recuperar del todo porque les gusta demasiado el
hecho de tener toda la atención de los demás. Eso se
llama auto-compasión.
Leí una historia de una familia que perdió a su único
en un accidente de trabajo, sus padres se llaman Phil
y Judy. Fue uno de esos accidentes sin sentido,
inexplicables, para los cuales no existen palabras de
aliento. La familia y los amigos se quedaron cerca de
la pareja por varios meses, se compadecían de ellos
en su pena y hacían todo por ayudarlos para volver a
la normalidad de nuevo. Pero Phil y Judy rehusaban
soltar su pena, cada vez que se hacía mención de su
hijo, se les llenaban de lágrimas los ojos y comenzaba
de nuevo su duelo. Lentamente los consoladores
dejaron de llegar, las personas dejaron de hablarles
por teléfono y sus familiares evitaban visitarlos.
Cuando algún pobre valiente se atrevía a animar a la
pareja, se les contestaba con caras furiosas y una ola
de insultos. ''Es que tú no sabes lo que es perder tu
único hijo", dijo Phil, pero Dios sí sabe", alguien le
respondió. Quince años después Phil y Judy seguían
sumergidos en la autocompasión y el aislamiento
provocado por ellos mismos. ¿Por qué? Porque no
querían mejorar. Si usted ha experimentado algo
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doloroso, no permita que esa experiencia sea el
enfoque de su vida deje de hablar de ello; deje de
mencionárselo a sus amigos. Deje ir lo viejo, para que
Dios pueda darle lo nuevo. Es natural sentir tristeza y
acongojarse (eso es vivir el dolor), pero no debería
estar de luto todavía cinco o diez años más tarde (Eso
es vivir en el dolor). Si en realidad desea avanzar en
su vida, escuche lo que Jesús dijo: Levántate.
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No puedes caer en la autocompasión y dejar que el
pasado envenene tu futuro. En un auto, hay un
parabrisas muy grande y hay tres retrovisores muy
pequeños. La razón por la que el parabrisas es tan
grande es porque el auto fue diseñado para ir hacia
adelante. El lugar a donde te diriges es más
importante que el lugar donde ya estuviste. Es por eso
que no puedes vivir más en el pasado. El filósofo
británico Alan Watts dijo: "Centrarse en el pasado es
como conducir un automóvil mirando por el
retrovisor".
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Su actitud debe ser: Dios no entiendo, pero confío en
ti.
Después de la muerte de Moisés, todo mundo quedó
desubicado, la mayoría estaban muy tristes y Dios les
permitió llorarlo por treinta días. Cuando estos días se
completaron, Dios le dijo a Josué que era tiempo de
que asumiera su nuevo puesto. Era tiempo de
emprender cosas nuevas. Josué extrañaría a Moisés,
pero sabía que tenía seguir adelante. Hay un tiempo
para llorar. Pero, debemos tomar decisiones para
comenzar y seguir avanzando hacia nuestras metas.
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está asegurado en Dios y Él tiene planes de bien y no
de mal.
CONCLUSIÓN:
El pasado es algo que ya se acabó, que no va a regresar
y que no podemos cambiar, por lo que no tiene sentido
que sigamos pensando en él. Lo único que podemos
lograr si continuamos pensando en él, es perdernos de
vivir el presente, y darnos cuenta un día de que se nos
fue la vida desperdiciándola pensando en lo que pudo ser
y nunca fue.
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