356 Grabaciones.
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> VARIOS
¢ GRABACIONES
ANDREW TYSON, piano
Obras de Scarlatti, Schubert, Albéniz y
Mompou. ALPHA 546 (1 CD)
El título que el pianista estadounidense Andrew
Tyson ha querido dar a su tercer CD, Landscapes,
supone tanto una especie de sinécdoque
musical, puesto que contiene los bellísimos
Paisajes de Federico Mompou como un
homenaje a la música española y a la idea del
paisaje como concepto inspirador. Suponemos
que esto es lo que explica la presencia de
Schubert, el eterno Wanderer, entre Scarlatti, el
citado Mompou y Albéniz.
Sin duda nos encontramos ante un pianista
de grandísima envergadura, un verdadero
virtuoso con una imaginación portentosa y con
una capacidad de recreación de paisajes sonoros
realmente excepcional. Sin embargo, algo falla.
Tyson padece de una auténtica obsesión por ser
original, pasando por encima de las partituras
sin recato, alterando ritmos, articulaciones,
destacando caprichosamente unas notas u otras
o llevando al absurdo la ejecución de muchas
frases. Y no nos referimos a su idea de que si
toca Scarlatti al piano utiliza los medios que el
instrumento le proporciona, cosa que
compartimos a riesgo de atraernos las iras de
historicistas y puristas purísimos, sino de
empeñarse en hacer lo que nadie ha hecho,
arbitrariamente, sin —pensamos— mucha
justificación musical. Así, Mompou, uno de los
compositores más elegantes y esenciales que
haya habido, suena amanerado y casi relamido.
En la Sonata en La Mayor D 664 de Schubert,
que es una de sus pocas obras felices y casi
despreocupadas, pasan cosas nuevas a cada
instante, en cada nota, hasta la extenuación.
Pero la guinda nos espera en su primer
cuaderno de la Iberia: cesuras imposibles,
cambios en los ritmos, fraseos
incomprensibles, rubatos incongruentes… una
oda a la arbitrariedad. Y lo peor del caso es que
todo ello está hecho con una maestría
pianística indiscutible y con un sonido
realmente maravilloso. Qué pena más grande.
Ana García Urcola
68 SCHERZO
QUASI MORENDO
Obras de Brahms, Pesson y Sciarrino
Reto Bieri, clarinete. Cuarteto Meta4
ECM 4818082 (1 CD)
Es este un disco que demuestra lo bien que
encaja Salvatore Sciarrino (1947) con los
clásicos. El corazón del álbum es el Quinteto op.
115 de Brahms, que aquí conoce una de las
versiones más atractivas de su discografía
moderna. El clarinetista Reto Bieri aborda su
parte con una austeridad que contagia al
Cuarteto Meta4. El caudal sonoro se vuelve
resignado y hay una voluntad de controlar el
tono, volviendo a Brahms más nostálgico que
lírico, más melódico que robusto. Las cuerdas
se tornan ligeras y se pretende una lucidez que
no rompa el sonar diáfano, delicado de Bieri.
Hay pocas o ninguna posibilidad de encontrar
en la fonografía de la obra una versión similar a
esta; y en ese repensar al clásico el registro
adquiere una importancia fundamental. No se
trata de crispar la música, de encerarla de
modernismo, antes al contrario los músicos
aquí reunidos relajan al romántico Brahms y
nos entregan una versión de proporciones más
humanas.
“Cómo el sonido nace en esta obra es un
misterio incluso para mí”, asegura Bieri sobre la
obra para clarinete que prologa a Brahms, Let
me die before I wake (1982) de Sciarrino, cuyo
título tomó prestado el compositor de un libro
sobre eutanasia. Música que ha de escucharse
en total silencio y con plena concentración
para atisbar cómo comienza a construirse ante
nosotros. Su pertinencia mayor o menor aquí
es lo de menos ante la sustanciosa y críptica
belleza de una partitura, para clarinete solo,
que trasciende su aparente levedad. El epílogo
es confiado a Gérard Pesson, que presenta
Nebenstück (1988). Aquí el engarce con Brahms
es directo, ya que la obra descompone su balada
op. 10 nº 4. El sentido de homenaje es pleno, y la
transición entre la enormidad del Quinteto y la
estética puntillista de Pesson funciona como
deshilachamiento, como forma de ir cerrando
la audición.
Ismael G. Cabral
MOZART / CHAIKOVSKI:
Sinfonía nº 40 en Sol menor K. 550.
Sinfonía nº 6 en si menor op. 74,
“Patética”. Orquesta de la Gewandhaus
de Leipzig. Director: Andris Nelsons
ACCENTUS 20445 (1 DVD)
Cuando en mayo de 2018, apenas dos meses
después de que se grabara en vivo este DVD,
Nelsons y la Gewandhaus visitaron Madrid con
este mismo programa, que ya tuve ocasión de
reseñar desde estas páginas, al finalizar la Patética,
Nelsons consiguió que el público se contuviera
un tiempo antes de aplaudir tras el desolado final
de la sinfonía de Chaikovski. En el DVD ese largo
silencio se prolonga de forma espeluznante
durante 1’16”, con Nelsons batuta en alto,
paralizada, y los músicos sin mover un músculo,
manteniendo sus instrumentos exactamente en
la posición donde ejecutaron la última nota. Solo
cuando finalmente cierra su partitura, el público
recibe con calurosos aplausos la estupenda
interpretación, apasionada, desgarrada,
exquisitamente matizada y ejecutada de manera
excelente por la formidable orquesta de Leipzig,
formación que nos sigue asombrando en cada
escucha, muy especialmente por una sección de
cuerda sencillamente maravillosa.
Ese largo silencio es el epílogo idóneo que
refleja la comunión tan especial que Nelsons y
sus músicos consiguieron con el público.
La unanimidad en el respeto por el dolor
desgarrado de la obra entera y, especialmente,
del último movimiento, de la muerte que, como
explicaba Bychkov hace poco, llega inexorable
pero que el músico evidentemente no deseaba,
no es sino el testimonio de lo que una
interpretación debe finalmente lograr: que el
público participe, con su dosis de tensa y
callada atención, del mensaje que los intérpretes
transmiten, cerrando el círculo de una
interpretación que tiene una magia especial.
Lo que ocurre antes es también parecido a lo
que vimos en Madrid. Una versión elegante de
la penúltima sinfonía mozartiana, masiva en el
contingente y roma de aristas, que parece
menos tensa de lo que en realidad es. Poco
importa. La magia aquí es la magnífica Patética, y
por ella merece la pena este DVD.
Rafael Ortega Basagoiti