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Todos buscamos pertenecer, sentirnos integrados, incluidos.

Sabemos que es en la familia


donde se da origen a la unión y se busca la convivencia con amor; pero, el amor de pronto
no basta, cuando hay situaciones familiares que enmarañan a quienes integran el clan.
Al surgir circunstancias que nuestros ancestros han omitido, censurado, callado porque
avergüenzan, culpan, traicionan lo que se supone es “bueno” trae como consecuencia la
exclusión de aquellos que han trasgredido las normas, principios, valores o acuerdo
familiares.
En el momento que comencé a leer pensé… “si yo sería una excluida” al romper el esquema
familiar al que estaban acostumbrados en casa, en el cual todos mis tíos permanecían bajo
el mismo techo de mis abuelos. Tengo un dilema “¿me excluyen o yo me excluyo?”, por
pensar y actuar diferente al sistema, por simplemente hacerme responsable de mis propias
decisiones, por haber escogido evolucionar de manera diferente.

Siempre he agradecido con infinito amor todo lo que me dieron e hicieron por mí y aunque
en algunos casos haya estado en desacuerdo en algunas formas de pensar y actuar
principalmente de los que formamos parte de la misma línea gozan de mi respeto, los honro
y los acepto como son.

Soy hija y nieta mayor, aunque tuve mamá y papá, viví en casa de mis abuelos bajo su
tutela y al comenzar a independizarme no fui bien vista (desde antes existían situaciones de
celos y rechazo por parte de algunos familiares) Para ellos, el ser profesional, casarme y
formar mi propia familia hizo acentuar situaciones discordantes en la cual hacían mención
con sentimientos negativos de la forma como había encaminado mi vida. Y hasta el presente
mi familia de origen está muy distanciada, dividida por egos, rencores y juicios entre si.

Respecto a mi familia paterna los realzo también, los respeto, ellos saben quién soy y yo sé
quiénes son ellos; aunque han sido pocos los encuentros y contactos familiares.

En cuanto a las sensaciones corporales que puedo reflejar sentí melancolía, aislamiento
inquietud, y me pregunté “soy excluida?”. Aunque también pensé, yo no me porté mal,
solo quise avanzar en el camino y eso me da tranquilidad, recompensa y calma. Y reflexioné,
“me excluí yo”? Los defino como “sentimientos encontrados”. Aunque considero que mi
buena conciencia individual me ha hecho sentir bien al tomar decisiones y asumir cambios
diferentes a los patrones establecidos y aunque “asome” el juicios de la familia como lo
refieres en la explicación.

Por otra parte, pensé en un hermano materno al que todos han rechazado por consumir
drogas, de hecho lo tildan de que es la “oveja negra” de la familia, porque su forma de vida
no es bien vista en la sociedad, en los valores y normas que se comparten en la familia.
Respecto a él le he apoyado hasta donde ha sido posible, aunque debo admitir que en
muchas ocasiones también he sentido desprecio, rencor, rabia y rechazo por los problemas
que ha causado, pero no lo he abandonado y tengo presente que él ocupa su lugar en
nuestro entorno.

En fin, entiendo que la exclusión es parte de los errores del pasado y que Incluir, es dar
lugar en el corazón a lo que no tiene lugar. Es necesario tocar la realidad tal cual se nos

¿Incluir, requiere trabajar en un cambio de conciencia?

Saludos y abrazos

Odalys Tovar

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