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El Pago de Los Beneficios Sociales y Las Vacaciones
El Pago de Los Beneficios Sociales y Las Vacaciones
1. INTRODUCCIÓN
La misma situación se produce cuando el trabajador percibe un monto de dinero por concepto
de vacaciones, sea dentro de su relación laboral o a la culminación de la misma, en caso de
existir las denominadas “vacaciones truncas”.
Sin embargo, aun cuando en ambas situaciones la empresa desembolse dinero para el pago
de dichas obligaciones existentes dentro de un contrato laboral, los momentos en los cuales
se puede justificar el gasto en el Impuesto a la Renta no necesariamente coinciden con la
entrega del dinero al trabajador, sea en su cuenta de depósitos de CTS o en la cuenta donde
se le deposita su remuneración.
En el área contable de cada empresa siempre existen dudas respecto al momento en el cual
se puede deducir el pago de los beneficios sociales y las vacaciones, toda vez que se aplican
reglas distintas. El motivo del presente informe es justamente analizar las reglas aplicables
para cada supuesto, permitiendo al lector identificar las posibilidades de deducción del gasto y
no tener alguna contingencia con el fisco en una posible revisión tributaria.
Para que un gasto se considere deducible para efectos de poder determinar la renta neta de
tercera categoría, necesariamente deberá cumplir con el denominado “Principio de
Causalidad”, el cual se encuentra regulado en el artículo 37º de la Ley del Impuesto a la
Renta (en adelante LIR).
Así, se señala que para establecer la renta neta de tercera categoría se deducirá de la renta
bruta los gastos necesarios para producirla y mantener su fuente, en tanto la deducción no
esté expresamente prohibida por esta Ley. Como señala GARCÍA MULLÍN,“En forma
genérica, se puede afirmar que todas las deducciones están en principio regidas por el
principio de causalidad, o sea que sólo son admisibles aquellas que guarden una
relación causal directa con la generación de la renta o con el mantenimiento de la
fuente en condiciones de productividad.” 1
Dentro de la doctrina nacional, en palabras de PICÓN GONZALES se considera a la
causalidad como “… la relación existente entre un hecho (egreso, gasto o costo) y su
efecto deseado o finalidad (generación de rentas gravadas o el mantenimiento de la
fuente). Debe tenerse presente que este principio no se considerará incumplido con la
falta de consecución del efecto buscado con el gasto o costo, es decir, se considerará
que un gasto cumplirá con el principio de causalidad, aun cuando no se logre la
generación de la renta”2.
Para poder calificar determinados conceptos como deducibles es necesario que se acredite
una relación causal de los gastos efectuados con la generación de la renta y a su vez el
mantenimiento de la fuente. Es decir, debe tratarse de gastos necesarios o propios del giro de
la empresa, observamos que los gastos deben guardar coherencia y estar ligados a la
generación de la fuente productora de la renta.
Bajo esta concepción se permite la deducción de los gastos que tengan la característica de
necesarios e indispensables para poder producir la renta y/o también mantener la fuente
generadora, es decir, se entienden por gastos necesarios aquellos desembolsos estrictamente
indispensables.
Se permite la deducción de todos aquellos gastos necesarios para producir y/o mantener la
fuente generadora de renta, tomando en cuenta adicionalmente la totalidad de desembolsos
que puedan contribuir de manera indirecta a la generación de renta.
Conforme lo precisa el texto del literal a) artículo 57º de la Ley del Impuesto a la Renta, las
rentas de tercera categoría se considerarán producidas en el ejercicio gravable en que se
devenguen. En ese mismo sentido se consideran devengadas mes a mes,
independientemente que al titular de los predios se le cumpla con el pago de la factura
respectiva.
El último párrafo del literal a) del artículo 57 de la Ley del Impuesto a la Renta indica que“Las
rentas de las personas jurídicas se considerarán del ejercicio gravable en que cierra su
ejercicio comercial. De igual forma, las rentas provenientes de empresas unipersonales
serán imputadas por el propietario al ejercicio gravable en el que cierra el ejercicio
comercial”.
Al consultar la doctrina nos percatamos que ENRIQUE REIG menciona sobre el concepto del
devengado lo siguiente: “… rédito devengado es todo aquel sobre el cual se ha adquirido
el derecho de percibirlo por haberse producido los hechos necesarios para que se
genere. Correlativamente en cuanto a los gastos, se devengan cuando se causan los
hechos en función de los cuales, terceros adquieren su derecho a cobro.”4
En idéntico sentido se expresa MEDRANO CORNEJO cuando expresa que “… según este
método los ingresos son computables en el ejercicio en que se adquiere el derecho a
recibirlos (…) asumiendo como premisa que la renta se ha adquirido cuando la
operación de la cual deriva el ingreso se encuentra legalmente concluida, sin que sea
indispensables que el deudor haya cumplido con el pago, sino tan sólo que desde el
punto de vista jurídico el acto o negocio se encuentra perfeccionado (…)” 5.
Los contribuyentes que generan rentas empresariales, deben reconocer que tanto los ingresos
como los gastos se consideran producidos en el ejercicio gravable en el cual éstos se han
devengado. Siendo ello así, si una empresa contrata los servicios de fumigación de una
oficina, en aplicación del principio del devengo dicho gasto también corresponderá al mismo
período, no pudiendo ser trasladado al próximo ejercicio gravable, salvo que se cumpla con la
salvedad establecida en el último párrafo del artículo 57º de la Ley del Impuesto a la Renta.
Dentro de los diversos pronunciamientos del Tribunal Fiscal relacionados con la aplicación del
Principio del Devengo, debemos citar a las siguientes RTF.
RTF N° 102-5-2009
“(…) La norma citada establece que los ingresos de tercera categoría se consideran
producidos en el ejercicio comercial en que se devenguen, principio contable que la Ley del
Impuesto a la Renta no define, por lo que procede remitirse a la doctrina, toda vez que ello
permitirá determinar si los ingresos por intereses que fueron acotados por la Administración
constituyen ingresos gravables”.
RTF N° 0281-2-2006
“El concepto del devengado implica que se hayan producido los hechos sustanciales
generadores del ingreso y/o gasto y que el compromiso no esté sujeto a condición que pueda
hacerlo inexistente, siendo que el hecho sustancial generador del gasto o ingreso se origina
en el momento en que se genera la obligación de pagarlo o el derecho de adquirirlo, aun
cuando a esa fecha no haya existido el pago efectivo, lo que supone una certeza razonable en
cuanto a la obligación y a su monto.”
RTF Nº 466-3-1997
“El rédito devengado importa sólo una disponibilidad jurídica (pero no económica o efectivo
ingreso), existiendo un derecho del beneficiario que se incorpora a su patrimonio y que puede
ser valuado monetariamente. Esto significa que hay una realización del ingreso tan sólo
potencial, más no efectiva”
Sobre el tema coincidimos con la opinión de HIRACHE FLORES quien indica lo siguiente“El
párrafo 22 del marco conceptual señala que las operaciones incurridas por una entidad
deben ser reconocidas o registradas en el periodo en que devengó, esto quiere decir
cuando ocurren; ahora bien, el hecho de contar o no con el comprobante de pago, no
nos limita a realizar el registro contable de la operación.
Así, existe un antecedente legislativo que ya no está vigente, pero que sin duda ilustra
sobre el contenido del concepto beneficio social, pues éste continúa usándose desde
prácticamente el inicio del Derecho del Trabajo en el país. Nos referimos al reglamento
de la Ley N° 4916. La norma reguló la CTS en su fase primigenia y el seguro de vida, que
según la definición reglamentaria no hay duda que tenían la calidad de “beneficios”, a
los que los usos y costumbres plasmados en la legislación, jurisprudencia y también en
la doctrina, se le agregó el calificativo de “sociales”; es decir: “beneficios sociales”, o
como lo definiría Cabanellas: “beneficio laboral o de los trabajadores” 7.
En ese mismo sentido coincidimos con MORALES C. cuando precisa que “desde el punto de
vista legal, conceptual y doctrinario, los beneficios sociales están identificados con el
otorgamiento de un determinado derecho a favor de trabajadores, distinto a la
remuneración que se le abona como contraprestación del servicio; con o sin pago de
una determinada cantidad, que a su vez puede tener o no carácter remunerativo, que
satisface los fines previstos por la respectiva ley, el acuerdo de partes (pacto individual
o colectivo), la decisión unilateral del empleador o la costumbre para su
otorgamiento”8.
Dentro de la legislación laboral no existe una definición del término “beneficios sociales”,
motivo por el cual debemos recurrir a la doctrina, con la finalidad de obtener un respaldo. De
este modo, al efectuar una revisión de la doctrina nacional apreciamos que conforme lo
señala TOYAMA MIYAGUSUKU “Los beneficios sociales laborales son una de las
instituciones claves de las relaciones individuales de trabajo y se constituyen en la
pretensión más recurrente en los procesos laborales”9.
El mismo autor precisa que los beneficios sociales “son todos aquellos conceptos que
perciben los trabajadores por o con ocasión del trabajo dependiente. No importa su
origen (legal – heterónomo – o convencional – autónomo-); el monto o la oportunidad
del pago; la naturaleza remunerativa del beneficio; la relación de género-especie; la
obligatoriedad o voluntariedad; etc. Lo relevante es que lo percibe el trabajador por su
condición de tal” 10.
De conformidad con lo señalado por el literal j) del artículo 37º de la Ley del Impuesto a la
Renta se precisa que son gastos deducibles para la determinación de las rentas de tercera
categoría las asignaciones destinadas a constituir provisiones para beneficios sociales,
establecidas con arreglo a las normas legales pertinentes.
Para BUENO TIZÓN VIVAR “debemos entender que hoy en día los beneficios sociales a
los que hace referencia el inciso j) del artículo 37 del Texto Único Ordenado de la Ley
del Impuesto a la Renta son todos aquellos beneficios establecidos por ley diferentes
de la remuneración y de los beneficios establecidos convencionalmente.
Según dicho inciso, para deducir los beneficios sociales rige el criterio de lo
devengado, toda vez que se toma en cuenta el derecho a percibir el ingreso por parte
del trabajador, que no necesariamente coincide con el momento en que se realiza el
pago efectivo”11.
Uno de los típicos beneficios sociales que se conocen en materia tributaria es el pago de la
denominada Compensación de Tiempo de Servicios, la cual de acuerdo con la legislación
laboral debe ser depositada en una cuenta a nombre del trabajador en dos oportunidades al
año, en los meses de mayo y noviembre.
Un ejemplo de ello puede ser la provisión que se realiza anualmente de la CTS, la cual
conforme lo señala el texto del artículo 1º de la Ley de Compensación por Tiempo de
Servicios, (cuyo Texto Único Ordenado fue aprobado por el Decreto Supremo Nº 001-97-TR),
al indicar que la compensación por tiempo de servicios tiene la calidad de beneficio social de
previsión de las contingencias que origina el cese en el trabajo y de promoción del trabajador y
su familia.
Dicho artículo precisa que los empleadores depositarán en los meses de mayo y noviembre de
cada año tantos dozavos de la remuneración computable percibida por el trabajador en los
meses de abril y octubre respectivamente, como meses completos haya laborado en el
semestre respectivo. La fracción de mes se depositará por treintavos.
El tema de los dozavos y treintavos ha sido recogido en la RTF Nº 325-3-2012 cuando precisa
lo siguiente:
“Se revoca en cuanto al reparo por provisión por vacaciones. Se indica que de conformidad
con las normas que regulan las vacaciones, a los trabajadores que tienen un mes de servicio
les asiste por record trunco una compensación a razón de dozavos y treintavos de la
remuneración vacacional, la que se irá configurando de forma paralela a la ejecución del
contrato de trabajo, de modo que dicha obligación del empleador se irá contabilizando a razón
de un dozavos y treintavos de la remuneración vacacional por cada mes completo de labor por
lo que en aplicación del principio del devengado, se deja sin efecto el reparo”.
Allí se menciona que “los beneficios a los empleados a corto plazo, son beneficios a los
empleados (diferentes de las indemnizaciones por cese) cuyo pago ha de ser liquidado
en el término de los doce meses siguientes al cierre del periodo en el que los
empleados hayan prestado los servicios que les otorgan esos beneficios”.
Es pertinente indicar que HIRACHE FLORES precisa que “Los beneficios a corto plazo se
deben reconocer cuando el empleado haya prestado servicios al empleador (entidad),
como gasto por el importe de la remuneración o beneficio a corto plazo que ha de pagar
por tales servicios; y su contrapartida es un pasivo.
En este sentido, no existe una obligación de tipo tributario que determine que el pago de la
CTS en los períodos señalados anteriormente sea necesario para su deducción del gasto en
la determinación de la renta neta de tercera categoría, motivo por el cual bastaría la provisión
contable para poder realizar la deducción, no requiriéndose el pago como ocurre con el caso
de lo señalado en el literal v) del artículo 37º de la Ley del Impuesto a la Renta, donde se
exige para justificar el gasto anual que se cumpla con el pago de las rentas de segunda,
cuarta y quinta categoría hasta antes de la presentación de la declaración jurada anual del
Impuesto a la Renta.
Ello determina que en el caso de la CTS para poder justificar el gasto no se debe cumplir con
el pago para poder deducirlo sino que basta solamente el devengo de la CTS, ello determina
que se puede justificar plenamente su deducción si solamente ocurrió el devengo.
8. CASUISTICA APLICATIVA Nº 1
ENUNCIADO
La empresa “Repuestos del Norte S.A.” tiene trabajadores en planilla respecto de los cuales
se encuentra en la obligación de pagarles la Compensación por Tiempo de Servicios, por los
periodos noviembre 2012 a abril 2013, por el monto de S/. 12,500 Nuevos Soles y el período
mayo 2013 a noviembre 2013, por el monto de S/. 18,600 Nuevos Soles,
Frente a esta obligación la empresa consulta si debe cumplir con el desembolso de dinero
necesario para poder cumplir con la obligación de pago para justificar el gasto o solo deberá
cumplir con la provisión contable y el gasto puede ser justificado en la determinación de la
renta neta de tercera categoría para el Impuesto a la Renta.
SOLUCIÓN
Al efectuar una revisión de la legislación del Impuesto a la renta, apreciamos que el literal j)
del artículo 37º de la Ley del Impuesto a la Renta precisa que son gastos deducibles para la
determinación de las rentas de tercera categoría las asignaciones destinadas a constituir
provisiones para beneficios sociales, establecidas con arreglo a las normas legales
pertinentes.
Retornando al tema tributario, apreciamos que en el caso materia de análisis podemos indicar
que la CTS depositada por la empresa “Repuestos del Norte S.A.” que corresponde al
período noviembre 2012 a abril 2013, por el monto de S/. 12,500 Nuevos Soles y el período
mayo 2013 a noviembre 2013, por el monto de S/. 18,600 Nuevos Soles, son perfectamente
deducibles en la determinación de la renta neta de tercera categoría, en la Declaración Jurada
Anual del Impuesto a la Renta del ejercicio gravable 2013.
Cabe agregar que la empresa ha cumplido con la declaración de los montos de la CTS en
ambos periodos, conforme se indica a continuación:
En esta parte la empresa comunicará en el PDT respectivo solo la CTS que ha devengado
pero no pagado.
- La Compensación por Tiempo de Servicios – CTS que corresponde al período mayo 2013 a
noviembre 2013 por el monto de S/. 18,600.00, fue declarada a través del PDT Nº 601 –
Planilla Electrónica con número de orden 39501217-85, con fecha 21.12.2013.
En esta parte la empresa comunicará en el PDT respectivo solo la CTS que ha devengado
pero no pagado.
Sin embargo, debemos advertir que para efectos laborales podrá tener una contingencia por la
comisión de una infracción por no cumplir con el pago de la Compensación por Tiempo de
Servicios – CTS.
Tengamos presente que existe una obligación para realizar el depósito de la CTS, conforme lo
determina los artículos 2° y 22° del Decreto Supremo N° 001-97-TR, los cuales señalan que la
compensación por tiempo de servicios se deposita semestralmente dentro de los primeros
quince días naturales de los meses de mayo y noviembre de cada año en la institución elegida
por el trabajador. Una vez efectuado el depósito queda cumplida y pagada la obligación, sin
perjuicio de los reintegros en caso de depósitos insuficientes o diminutos.
Al existir la comisión de la infracción laboral antes indicada, precisamos que la multa que la
autoridad laboral imponga a la empresa se graduará de acuerdo a lo señalado en el artículo
48º del Decreto Supremo N° 019-2006-TR, el cual contiene un cuadro que se copia a
continuación.
SILVA VILLACORTA indica con respecto al tema que “Las vacaciones, término
proveniente del latín vacare (cesar) constituyen una suspensión de la prestación del
trabajador amparada por la ley, proporcionándole a aquél un período de descanso anual
remunerado”15 .
Desde que un trabajador ingresa a laborar a un centro de labores se inicia el cómputo del
plazo para que el mismo pueda hacer uso del derecho al descanso remunerado, lo cual
comúnmente se denomina “vacaciones”.
El texto del artículo 10 de dicha norma precisa los periodos que deben tomarse en cuenta. Allí
se indica lo siguiente:
c) En los casos en que el plan de trabajo se desarrolle en sólo cuatro o tres días a la
semana o sufra paralizaciones temporales autorizadas por la Autoridad Administrativa
de Trabajo, los trabajadores tendrán derecho al goce vacacional, siempre que sus faltas
injustificadas no excedan de diez en dicho período. Se consideran faltas injustificadas
las ausencias no computables para el récord conforme al artículo 13º de esta Ley”.
11. CASUISTICA APLICATIVA Nº 2
ENUNCIADO
La empresa nos consulta si al 31 de diciembre de 2013 puede deducir el gasto por las
vacaciones no gozadas de manera proporcional y que ha provisionado contablemente,
tomando en cuenta que el trabajador no ha renunciado y sigue prestando servicios a la
empresa. Sobre todo porque está realizando la preparación de los Estados Financieros, para
cumplir con la presentación de la Declaración Jurada Anual del Impuesto a la Renta del
ejercicio 2013.
SOLUCIÓN
De este modo, el trabajador Pedro Gonzáles Torreblanca que tiene un sueldo de S/.
4,000.00 Nuevos Soles mensuales, al ingresar a laborar a la empresa “Cerámicos del Norte
S.A.C.” con fecha 1 de abril del 2013, hasta el 31 de diciembre de dicho año no habrá
completado el período considerado como record vacacional, a efectos de poder tener derecho
al descanso de los treinta (30) días. Se observa que entre abril y diciembre existirán nueve (9)
meses y no los doce (12) que exigiría la norma para el otorgamiento del derecho.
En este caso se aprecia que para efectos de la aplicación del principio del devengo de las
operaciones, la empresa deberá efectuar la provisión de las vacaciones mes a mes, lo cual
implicaría considerar los denominados dozavos (1/12) por cada mes. Si entre abril y diciembre
existen nueves meses, ello determinará que existirán nueve dozavos (9/12), faltando
completar tres dozavos (3/12).
Los 9/12 del sueldo que es S/. 4,000.00 se convertirían en S/. 2,999.97 que al redondear
podría convertirse en S/. 3,000.00
Sin embargo, al revisar los plazos en los cuales el trabajador tiene el cumplimiento del plazo
para que pueda gozar del descanso remunerado, ello sucederá en el mes de abril del año
2014, al haberse cumplido al culminar el mes de marzo de 2014 el plazo del año que son los
doce meses.
En términos de dozavos, observamos que en los tres primeros meses del año 2014 existirán
tres dozavos de la remuneración del trabajador y se representa del siguiente modo:
Los 3/12 del sueldo que es S/. 4,000.00 se convertirían en S/. 999.99 que al redondear podría
convertirse en S/. 1,000.00
La cifra de S/. 1,000.00 (que equivale a 3/12) se debe sumar a los S/. 3,000.00 (que equivale a
9/12 y que fue materia de reparo en el año 2013), totalizando la suma de S/. 4,000.00 (que
equivale a 12/12 y sería la unidad) considerando que en el ejercicio 2014 ya existe el
cumplimiento del record vacacional, ello determina que en ese ejercicio resultaría deducible la
suma de S/. S/. 4,000.00 en su integridad, siempre que se produzca el pago de dicha suma al
trabajador, bajo el criterio de lo percibido.
Dentro del numeral 5 de la NIC 12 – Impuesto a las ganancias se define a las diferencias
temporarias del siguiente modo:
“DIFERENCIAS TEMPORARIAS son las que existen entre el importe en libros de un activo o
pasivo en el estado de situación financiera y su base fiscal. Las diferencias temporarias
pueden ser:
(a) diferencias temporarias imponibles, que son aquellas diferencias temporarias que dan
lugar a cantidades imponibles al determinar la ganancia (pérdida) fiscal correspondiente a
periodos futuros, cuando el importe en libros del activo sea recuperado o el del pasivo sea
liquidado; o,
(b) diferencias temporarias deducibles, que son aquellas diferencias temporarias que dan
lugar a cantidades que son deducibles al determinar la ganancia (pérdida) fiscal
correspondiente a periodos futuros, cuando el importe en libros del activo sea recuperado o el
del pasivo sea liquidado.
La base fiscal de un activo o pasivo es el importe atribuido, para fines fiscales, a dicho activo
o pasivo”.
En el caso de las vacaciones debemos precisar que al ser estas calificadas como una renta de
quinta categoría, ello determinaría que no constituyen un beneficio laboral, como si sucede
con la Compensación por Tiempo de Servicios – CTS, de tal manera que para que sean
deducibles como gasto deberá tomarse en consideración el principio del percibido y no del
devengado.
Tengamos en cuenta lo señalado por el literal a) del artículo 34º de la Ley del Impuesto a la
Renta, el cual determina que se consideran rentas de quinta categoría lo siguiente:
(Parte pertinente)
“Artículo 34: Son rentas de quinta categoría las obtenidas por concepto de:
No se considerarán como tales las cantidades que percibe el servidor por asuntos del servicio
en lugar distinto al de su residencia habitual, tales como gastos de viaje, viáticos por gastos de
alimentación y hospedaje, gastos de movilidad y otros gastos exigidos por la naturaleza de sus
labores, siempre que no constituyan sumas que por su monto revelen el propósito de evadir el
impuesto.
Tratándose de funcionarios públicos que por razón del servicio o comisión especial se
encuentren en el exterior y perciban sus haberes en moneda extranjera, se considerará renta
gravada de esta categoría, únicamente la que les correspondería percibir en el país en
moneda nacional conforme a su grado o categoría”.
Al ser las vacaciones consideradas como rentas de quinta categoría, necesariamente debe
aplicarse el principio del percibido, tal como lo determina el literal d) del artículo 57º de la Ley
del Impuesto a la Renta.
En esta secuencia de ideas apreciamos que en el caso de las vacaciones interesa el criterio
del percibido y no el devengado.
LA SEGUNDA: En concordancia con lo señalado por el literal v) del artículo 37º de la Ley del
Impuesto a la Renta, se precisa que los gastos o costos que constituyan para su
perceptor rentas de segunda, cuarta y quinta categoría podrán deducirse en el ejercicio
gravable a que correspondan cuando hayan sido pagados dentro del plazo establecido
para la presentación de la DJ correspondiente al ejercicio. Ello se determina porque las
remuneraciones vacacionales son consideradas como una renta de quinta categoría.
En cumplimiento con lo señalado en el texto del literal j) del artículo 37º de la Ley del Impuesto
a la Renta, la Compensación por Tiempo de servicios – CTS al ser catalogada como un
beneficio social, se encontraría inmersa en la regla del citado literal, el cual señala que son
deducibles en la determinación de la renta neta de tercera categoría las asignaciones
destinadas a constituir provisiones para beneficios sociales, establecidas con arreglo a las
normas legales pertinentes.
Un caso de las vacaciones de los trabajadores también puede servir para apreciar como la
normatividad tributaria influye en la elaboración de los Estados Financieros. Si existen dentro
de la empresa algunos trabajadores que han ingresado a laborar en el mes de mayo y que al
31 de diciembre no han generado el derecho al goce físico del descanso que de acuerdo a la
norma laboral le corresponde, toda vez que no ha laborado doce meses, por lo que las
provisiones por dozavos que se hubieran realizado hasta el fin del año, en aplicación del
principio del devengo contable, serán reparables, generando una diferencia temporal y a la
vez influye en la elaboración del Estado Financiero toda vez que se va a considerar un activo
diferido, ya que esos montos servirán para deducir el Impuesto a la Renta que corresponda
pagar en el siguiente ejercicio.
Para evitar situaciones que perjudicaban al contribuyente por la aplicación del criterio emitido
en la RTF Nº 7719-4-2005, sobre todo en el caso de la aplicación de multas tributarias que se
pudieran generar a raíz de algunas modificaciones de la información consignada en las
declaraciones juradas, el propio Tribunal Fiscal emitió la RTF Nº 4123-1-2006 que tiene el
carácter de observancia obligatoria y determinó que:
“Conforme a lo señalado por el numeral 1) del artículo 170º del Código Tributario, no
procede aplicar intereses ni sanciones por la incorrecta determinación y pago del
Impuesto a la Renta que se hubiera generado por la interpretación equivocada de los
alcances del inciso j) del artículo 37º de la Ley del Impuesto a la Renta en lo que
respecta al tratamiento tributario de las remuneraciones vacacionales”.