Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
EN LA LEY 20087/06 *
Sumario
*
Una primera versión de este trabajó se publicó en Revista de Derecho Social
Latinoamérica N°2. Ed. Bomarzo. Buenos Aires, 2007.
**
Director del Departamento de Derecho del Trabajo y Seguridad Social de la Facultad
de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
1
Paradojalmente en un período en que a partir de 1999-2000 se ratifican los convenios
básicos de libertad sindical y en el año 2001 se consagran diversas normas
promocionales del sindicato en la ley núm. 19.759.
1
El escaso número de tribunales especializados, lo engorroso de los
procedimientos y el recargo en el trabajo de los jueces, 2 explican de alguna
manera, que el ejercicio de las acciones en esa sede, no sea la vía que el titular
de los derechos utilice, principalmente por razones de tiempo y probablemente
de eficacia para hacer cumplir las normas que le permiten obtener sus medios
de subsistencia. 3 No solo se trata de los derechos que emanan de las
obligaciones típicas del contrato de trabajo, caracterizadas por su naturaleza
patrimonial, sino también, en el caso de los derechos fundamentales.
De ahí que a partir del año 2000 se impulsó el debate acerca de la justicia del
trabajo, que ha concluido con una profunda modificación a la legislación
orgánica y procesal del trabajo a través de las leyes 20.022 y 20.022 de 2005 y
de la ley 20.087 de 2006 y sus modificaciones contenidas en las leyes 20.260
y 20.287, lo que de otra parte está en concordancia con el proceso de
modernización de la justicia habida en lo criminal y en la justicia de familia.
El objetivo central que ha presidido el proceso ha sido la tutela efectiva de los
derechos laborales y de seguridad social.
2
laboral y previsional habría de responder exclusivamente a criterios técnicos. 4
Tras un año de trabajo de diagnóstico, el Foro de la Reforma Procesal Laboral
y Previsional dirigido por el profesor Patricio Novoa Fuenzalida, se abocó a la
elaboración de una propuesta legislativa destinada a servir de base para la
presentación de los proyectos de ley que habrían de modificar la legislación
orgánica y procedimiento en juicio laboral y previsional.
4
A diferencia de las reformas sustantivas de la Ley 19.759 en las que a través del
diálogo social se intentó el acuerdo entre los actores sociales para las modificaciones al
Código del Trabajo, lo que en definitiva no se logró, enviando el Gobierno al Parlamento
el respectivo proyecto de ley.
5
A la entrada en vigencia de la ley 20.087 existían 20 juzgados del trabajo en el país,
los que pasaron a ser 81. Entre 1927 (antes Tribunales de Conciliación y Arbitraje, en
1924) y 1981, existieron los juzgados de letras del trabajo en Chile. En ese último año
se eliminó la justicia especializada, pasando los tribunales civiles a conocer de las
causas del trabajo. La supresión de los tribunales especializados en esos años contó
con el rechazo unánime de parte de la comunidad jurídica laboral. Años después se
reinstaló la justicia especializada.
3
a) Desde luego, la creación de una justicia especializada que conoce de los
títulos ejecutivos laborales como previsionales;
c) Se consagra una acción cautelar respecto del ejecutado para que se requiera
de la Tesorería General de la República la retención e imputación de la
eventual devolución de impuestos del ejecutado para servir a los créditos
previsionales y laborales;
Se puede en todo caso señalar a modo síntesis que los principales cambios
radican en el modelo de juicio adoptado y en las funciones que se asignan al
juez, de acuerdo a la finalidad de tutela efectiva del derecho.
6
Para el nuevo procedimiento en juicio del trabajo, se desarrolló una exigente
preparación de los funcionarios judiciales a través de la Academia Judicial, que es la
institución que tiene a su cargo la formación de jueces.
4
En efecto, se pasa de un modelo de juicio caracterizado por la secuencia de
actos procesales ordenados a la sentencia a uno enmarcado por las audiencias,
en las que se desarrolla toda la actividad de las partes y en regla general, las
actuaciones del juez.
De otra parte, las atribuciones que se reconocen al juez importan de una parte,
una afirmación de los principios formativos del proceso y de otra, al
reconocérsele rectoría en el proceso, se radica en el órgano jurisdiccional la
tutela efectiva de los derechos, sin que los aspectos rituales sean óbice para
ello, eliminándose en el procedimiento las formalidades que no contribuyen a
su pronto decurso.
Así también, queda establecido que corresponde a las partes ciertos deberes en
tanto sujetos procesales obligados, en virtud del principio de la buena fe
procesal, repugnando a la idea de tutela efectiva el abuso procesal. Es por lo
mismo que las actuaciones dilatorias o aquellas que tiendan a dificultar el
avance del proceso, son sancionadas trátese de acciones u omisiones,
especialmente de la parte respecto de la cual se ha ejercido la acción.
Una modificación trascendente es aquella que dice relación con los efectos
que se establecen del silencio del demandado, cuando no concurre a la
audiencia o cuando no negare los hechos contenidos en la demanda, por lo que
podrá el juez estimarlos como tácitamente admitidos. Importa en consecuencia
una norma que modifica una regla de aplicación en el procedimiento actual
5
por la que en esos casos se entiende que quedan todas las afirmaciones como
controvertidas.
Lo mismo ocurre con la notificación, toda vez que a partir de aquella que se
practique respecto de la demanda, en el curso del proceso y aún respecto de la
propia sentencia, se entiende efectuada de pleno derecho, por lo que, tanto
aquellas resoluciones que se dicten en las audiencias como del propio fallo, las
partes se tienen por notificadas en el mismo acto o en la fecha en la que el juez
decida la citación para oír sentencia. El efecto procesal de la rebeldía de la
parte es de tenerla por notificada en la oportunidad legal. 7
4. La oralidad
La oralidad tiene que ver con la estructura del juicio, en tanto interpuesta que
sea la demanda y habiéndosela notificado al demandado, se cita a una
audiencia de preparación del juicio en la que se establecen los hechos a ser
probados, debiendo en la misma anunciarse los medios de prueba o requerirse
de aquellos que necesariamente hacen necesaria de una previa actuación
procesal, como es el caso de la exhibición de documentos y del informe de
peritos. En la audiencia de juicio, básicamente se rinde la testifical y se
practica las demás pruebas como la instrumental - previamente presentada y
admitida en la audiencia preparatoria, la confesional y las demás diligencias o
actuaciones como la propia pericial.
La oralidad importa un cambio en la labor del juez, toda vez que no sólo debe
resolver de inmediato las diversas incidencias que se planteen en las
7
Es una de las principales causas de retardo del procedimiento antiguo, en tanto se
notificaba la demanda, el auto de prueba y la citación para confesar, la sentencia y el
cumplimiento de la misma.
6
audiencias sino que además - en correspondencia con la inmediación -
requiere de habilidades distintas de las del proceso escriturado, cuando se está
enfrentado a la producción de la prueba, por la que el juez construye a su vez
la convicción que se expresa en el razonamiento que lo llevará a una
resolución. De este modo, durante la misma, podrá establecer los elementos
necesarios para llegar a esa, fundadamente, exigencia ésta que la ley le impone
en cuanto debe sujetarse a las leyes reguladoras de la prueba, conforme a la
sana crítica.
Otro principio relevante que se introduce además a través de las facultades que
se le reconocen al juez, es el de la celeridad, probablemente uno de los
aspectos más conflictivos del actual procedimiento en juicio del trabajo. Se
trata entonces de que el procedimiento se desenvuelva y la controversia se
resuelva al más breve plazo, por lo que el juez debe contar con las
atribuciones tendientes a formarse convicción en el plazo más breve,
conforme a la secuencia de actos procesales establecidos en la ley. De este
modo, la celeridad tiene que ver también con el impulso procesal de oficio que
permite al juez dar curso al proceso sin que éste quede entregado a la actividad
de las partes.
7
a éstos, de modo que no constituyen meras orientaciones sino un imperativo
legal que ordena el curso del proceso.
Se puede sintetizar esto en que el proceso no existe sino en las audiencias, que
constituyen la oportunidad procesal para la actuación de las partes. Ello sin
embargo no afecta a las actuaciones que el juez estime conveniente, en el
ejercicio de las atribuciones que se le reconocen o de ciertos incidentes que es
posible se puedan plantear aún antes de la notificación, como puede ocurrir
con las resoluciones que emanan del examen de admisibilidad que hace el juez
de la demanda.
8
Debe hacerlo de inmediato sobre la de incompetencia del tribunal, de falta de
capacidad, de falta de personería del demandante, de ineptitud del libelo, de
caducidad, de prescripción o aquella en que se reclame del procedimiento,
9
El acuerdo total o parcial tiene el mérito de sentencia ejecutoriada. En el último caso,
se tramita separadamente su cumplimiento.
8
En la audiencia de juicio se rinde la prueba, correspondiendo en caso de
despido la testifical, en primer lugar a la demandada. El orden de la prueba es
documental, confesional, testifical y los restantes que se hayan fijado.
Conforme lo ordena la ley, debe el juez atender a las reglas de la sana crítica
para la apreciación de la prueba, lo de que debe expresar en el fallo
fundándolo conforme al mérito del proceso. De este modo, a diferencia de la
prueba en el juicio civil, el juez tiene una mayor amplitud para considerar los
elementos probatorios aportados, lo que obviamente no puede llevar a una
decisión arbitraria o que implique una vulneración de las leyes reguladoras de
la prueba, cuestión ésta susceptible de sanción a través de la anulación del
fallo.
9
del debido proceso – para lo cual se le otorgan las facultades necesarias para
contar con todos los elementos necesarios para su decisión y para la
justificación de ella.
Los hechos que así se estimen, han de encuadrarse en un marco normativo que
por expresa disposición de la ley, se abren no sólo a aquellas disposiciones
legales que resultan aplicables de acuerdo a la legislación laboral, sino
además, a aquellas otras que son parte del ordenamiento jurídico, como ocurre
con las normas constitucionales que resulten aplicables, como de las que
emanan de los tratados internacionales ratificados por el Estado de Chile y que
se encuentren vigentes. Esto tiene especial importancia en el caso de los
derechos sindicales y de aquellas materias que quedan comprendidas entre los
derechos fundamentales.
10
10
es obligatorio recurrir previamente en ese ámbito - y el procedimiento de
tutela de los derechos fundamentales.
10
En las controversias que no exceden de 8 IMM, el que se inicia ante la Inspección del
Trabajo, en el que las partes concurren con todas sus pruebas documentales. Si no se
produce conciliación, puede el trabajador deducir demanda ante el tribunal del trabajo,
para que éste con el mérito de los mismos, se pronuncie. Si se reclama de esa decisión
sea que se acoja o deniegue la demanda monitoria, tiene lugar el juicio en única
audiencia.
11
El artículo 2 del CT reproduce el Convenio 111 de la Organización Internacional del
Trabajo.
12
El inciso 6 de ese artículo se refiere a ciertos requisitos para la contratación de
trabajadores de alta dirección en las empresas. (Antecedentes comerciales, financieros
y otros)
11
legitimación activa sólo el trabajador, cuando el hecho ha significado además,
el despido.
12
del derecho y para lo cual se requiere que ejerza las facultades que las normas
le otorgan de una parte y que asuman el mandato legislativo de procurar el
cumplimiento de la ley, permitiendo de este modo que los ciudadanos puedan
ejercer los derechos que el ordenamiento jurídico les reconoce.
13