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ROSARIO A LA VIRGEN DEL CARMEN

Nos ponemos en presencia del Señor haciendo la señal de Cruz. Por la señal de la Santa Cruz... Amén.
Invocamos al Espíritu Santo. Ven Espíritu Santo, ven por medio de la poderosa intercesión del corazón Inmaculado de
María tu amadísima esposa. Amén.
Para que nuestra oración llegue al cielo pedimos humildemente perdón a Dios por nuestros pecados y por el mundo
entero rezando el pésame.

No me pesa, Señor, haber faltado por el eterno mal que he merecido, ni me pesa tampoco haber perdido el cielo como
pena a mi pecado.

Pésame haber tus voces despreciado y tus justos mandatos infringido, porque con mis errores he ofendido tu Corazón,
Señor, por mí llagado.

Llorar quiero mis culpas humillado, y buscar a mis males dulce olvido en la herida de amor de tu costado.

Quiero tu amor pagar, agradecido, amándote cual siempre me has amado y viviendo contigo arrepentido.

Acto de Contrición:
Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío por ser Vos quien sois y porque os amo
sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido. También me pesa porque podéis castigarme con las
penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la
penitencia que me fuere impuesta. Amén.

Ofrecimiento:
Virgen Santísima, purifica nuestros labios y nuestros corazones para rezar dignamente tu santísimo rosario, el que
humildemente ofrecemos en satisfacción de nuestros pecados, aumento de la fe, feliz estado de la Iglesia, destrucción de
las herejías, paz y concordia y por las benditas almas del Purgatorio.
Oración primera:-
Virgen del Carmen, seguimos transitando el camino de la plegaria y la reflexión hacia una meta, la de conocerte más y
amarte mejor. Ilumínanos, Señora de la luz, para redescubrirte cada día en el misterio de Cristo y de la Iglesia.
Haz que, a través de la experiencia espiritual del Carmelo, te contemplemos como Virgen orante que nos enseña a
acoger, meditar, vivir y proclamar la Palabra de Dios y como Madre Espiritual que acompaña el desarrollo de nuestra
existencia cristiana desde el Bautismo hasta la plenitud que es Cristo.
Rosa del Carmelo perfúmanos en alma y cuerpo, para que seamos buen olor de Cristo en medio de nuestros hermanos.
Estrella del mar, conduce nuestra barquilla en la noche oscura del destierro hasta las playas luminosas de la Patria.
Reina del Cielo, que un día, junto a ti, gocemos de una eternidad para proclamar la grandeza del Señor porque el
Poderoso hizo en ti maravillas. Amén.

Hacemos un minuto de silencio y elevamos al Señor nuestra acción de gracias por todos los beneficios recibidos de su
generosidad y depositamos con confianza a los pies de nuestra Madre Santísima todas nuestras intenciones particulares,
familiares, amigos y bienhechores, uniéndonos a las intenciones de esta comunidad, por quienes confían en nuestras
oraciones y por aquellos que rezan por nosotros.

Meditemos con los ojos de María estos Sagrados Misterios


CUENTAS GRANDES: Padre Nuestro.

CUENTAS CHICAS: Antes de cada Avemaría, decir:


“A la Virgen del Carmen la quiero y venero, porque nos protege a la hora de la muerte y saca a las almas del Purgatorio”.
Al terminar cada Decena, decir:
"Flor del Carmelo, viña florida, esplendor del cielo, Virgen sin mancilla, singular Madre cariñosa, intacta de hombre, a
los carmelitas proteja tu nombre, estrella del mar.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Avemaría purísima, sin pecado concebida.

Misterios Gozosos: Lunes y sábados


En el Primer Misterio contemplamos: La Encarnación del Hijo de Dios Lc. 1,26-38
María recibe el mensaje del Ángel Gabriel y acepta Gozosa ser la Madre del Salvador.
Virgen del Carmen, Concédenos el Don de fe, para que estemos siempre dispuestos a cumplir la Voluntad de Dios, al
aceptar sin condiciones su palabra.
Fruto: la humildad/o fidelidad a la gracia

En el Segundo Misterio contemplamos: La visitación de María Le. 1,39-56


María sale de prisa, para ayudar a su prima Isabel, llevando al Niño Jesús.
Virgen del Carmen, queremos imitarte siempre este gesto de bondad con todas las personas necesitadas, que nuestros
actos nos hagan solidarios y produzcan frutos de amor.
Fruto: amor al prójimo.

En el Tercer Misterio contemplamos: El nacimiento de Jesús Le. 2,1-20


Jesús nace pobre en Belén.
Virgen del Carmen, enséñanos de tu Hijo a no poner nuestra confianza en las riquezas, para que no adoremos los ídolos
del dinero, del poder ni del prestigio, sino poner toda nuestra confianza en Dios
Fruto: desprendimiento.

En el Cuarto Misterio contemplamos: La presentación de Jesús Le. 2, 22-40


María y José van al templo a ofrecer al Niño Jesús.
Virgen de Carmen, tú que escuchaste las palabras del profeta Simeón, concédenos tu fortaleza para que nosotros
ofrezcamos nuestros sufrimientos y colaboremos en la salvación del Mundo.
Fruto: obediencia

En el Quinto Misterio contemplamos: El Niño Jesús perdido y encontrado en el Templo Le. 2,42-52
María y José encuentran al Niño Jesús en el templo.
Virgen del Carmen, concédenos imitar tu fe y que aceptemos en nuestras vidas los designios de Dios y con humildad
siempre busquemos estar cerca de Jesús.
Fruto: búsqueda de Jesús.

Misterios Dolorosos: martes y viernes


En el Primer Misterio contemplamos: La oración y la agonía de Jesús en el huerto Mt. 26,36-46
Jesús en el monte de los olivos ora y suda sangre.
Virgen del Carmen: al meditar la escena en el huerto de los olivos te pedimos la gracia de aceptar la voluntad del Padre
como tú lo hiciste.
Fruto: Contrición.

En el Segundo Misterio contemplamos: La flagelación de Jesús Le. 18, 31-43


A Jesús lo ataron a una columna y le dieron innumerables azotes.
Virgen del Carmen: tu Hijo encarna en ese momento su vocación de servicio, es decir morir a sí mismo, esa misma
donación nos lleve a imitarlo, para que así ganemos la vida eterna.
Fruto: Mortificación de los sentidos.

En el Tercer Misterio contemplamos: La coronación de espinas Jn. 19,2-11


Los soldados trenzaron una corona de espinas y se la pusieron en la cabeza.
Virgen del Carmen: la humillación de tu Hijo es la sabía pedagogía de Dios, teniendo en cuenta que por este camino de
contrariedad , nos lleva a enfrentar el dolor y ofrecérselo a El.
Fruto: Mortificación del espíritu o humildad.

En el Cuarto Misterio contemplamos: Jesús con la Cruz camino del Calvario Le. 23, 26-32
Jesús lleva el peso del pecado de toda la humanidad.
Virgen del Carmen: junto a la Cruz de tu Hijo depositamos a los pies de El todos nuestros problemas, nuestros
sufrimientos y te pedimos que aprendamos a llevar la cruz de cada día.
Fruto: Paciencia y resignación.

En el Quinto Misterio contemplamos: La Crucifixión y muerte de Jesús Lc. 23, 33-38


Nos recuerda el gran amor de Dios, que se entregó por nuestros pecados y nuestra salvación.
Virgen del Carmen: tú que ofreciste tus dolores en la cruz, concédenos fortaleza para que podamos llegar al final de
nuestras vidas, sabiendo que nuestra misión está cumplida.
Fruto: Perseverancia y deseo de salvación de las almas.

Misterios Gloriosos: miércoles y domingos


En el Primer Misterio contemplamos: La Resurrección Mt. 28,1-7
Jesús resucitado es la vida, está con nosotros todos los días.
Virgen del Carmen: tú que fuiste colmada de alegría en la Resurrección de tu Hijo, concédenos que nuestras vidas sean
testimonio de fe, esperanza y amor.
Fruto: Fe y conversión o verdadera alegría.

En el Segundo Misterio contemplamos: La Ascensión Me. 16,14-20


Jesús sube al cielo en cuerpo y alma.
Virgen del Carmen: que fuiste figurada en una nube por el profeta Elías, que con su lluvia fecundaste copiosamente la
tierra, te pedimos que nos alcances de tu Hijo copiosas lluvias de bendiciones en auxilio para nuestras almas.
Fruto: Esperanza y ansia del cielo.

En el Tercer Misterio contemplamos: La venida del Espíritu Santo He. 2,1-4


Los Apóstoles en oración con María reciben el Espíritu Santo.
Virgen del Carmen: danos la gracia de perseverar en la oración y así nos dispongamos a recibir los dones del Espíritu
Santo y que El renueve nuestras vidas con frutos de virtudes y buenas obras.
Fruto: Caridad y celo apostólico.

En el Cuarto Misterio contemplamos: La Asunción de la Virgen Apoc. 12,1


Llevada por los ángeles, María sube al cielo en cuerpo y alma.
Virgen del Carmen: te pedimos que siempre estés cerca de nosotros para protegemos y asistimos en el momento de
nuestra muerte.
Fruto: Devoción a María

En el Quinto Misterio contemplamos: La Coronación de la Santísima Virgen Apoc. 12,1


María es Coronada como Reina y Madre de todo lo creado.
Virgen del Carmen: Tú que fuiste ensalzada como Reina del Universo, a semejanza de tu Hijo concédenos a nosotros, tus
hijos peregrinos de este mundo, tu protección maternal y que un día todos gocemos contigo la alegría del reino.
Fruto: Confianza en María.

Misterios Luminosos: jueves


En el Primer Misterio contemplamos: El Bautismo de Jesús en el Jordán Mt. 3,13-17
Jesús recibe el Bautismo de parte de San Juan en el Río Jordán
Virgen del Carmen: tú que fuiste preservada de toda mancha de pecado, concédenos mantener siempre nuestra alma libre
de pecado.
Fruto: Purificación o espíritu de conversión

En el Segundo Misterio contemplamos: La auto revelación de Jesús en las bodas de Cana Jn. 2,1-11
Jesús y María son invitados a una boda (parientes por el lado de San José)
Virgen del Carmen: Tú que intercediste ante tu hijo en las bodas de Cana, intercede por nosotros para ser obedientes al
mandato de Jesús.
Fruto: Acudir a la intercesión de María.

En el Tercer Misterio contemplamos: El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión Me. 1,14-15 2,3-13
Jesús anuncia el reino de Dios a todos los hombres.
Virgen del Carmen: Tú que escuchaste las palabras de tu Hijo mejor que nadie, enséñanos a tener ese espíritu
Evangelizador y a ser testigos de su reino.
Fruto: Testimonio y misión o crecer en espíritu misionero

En el Cuarto Misterio contemplamos: La transfiguración de Jesús en el Monte Tabor. Le. 9,28-36


Jesús se revela mostrando su gloria.
Virgen del Carmen: tú que eres modelo de contemplación, ayúdanos a que fijemos los ojos en el rostro de Jesús y que El
mismo nos descubra su fulgor divino, reflejo del Padre.
Fruto: La contemplación o espíritu de oración.

En el Quinto Misterio contemplamos: La institución de la Eucaristía Le. 22,19-20.


La Eucaristía es el Sacramento de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.
Virgen del Carmen: Tú que eres la compañera privilegiada en el camino de la Fe, danos la gracia de buscar con
frecuencia la compañía de Jesús en la Eucaristía.
Fruto: Amor a la Eucaristía.

ORACIÓN FINAL
Virgen Santísima del Carmen: Este Rosario es en acción de Gracias por toda tu intersección por nosotros, desde antes de
empezar el mundo. Te damos Gracias por todo lo que nos has enseñado, por llevarnos de tu mano a tu Divino Hijo Jesús
y por estar pendiente de nuestras humanas necesidades, las de nuestra familia, nuestros prójimos y nuestros enemigos. Te
damos Gracias Oh Madre Santa porque nos protegerás en la hora de nuestra muerte, de nuestras angustias y nos sacarás
con prontitud del Purgatorio. Amén.

LAS TRES AVEMARÍAS DE SALUTACIÓN


Dios te salve Maria, Hija de Dios Padre, llena eres de Gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y
bendito es el fruto de tu vientre: Jesús. Santa Maria Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros los pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Dios te salve Maria, Madre de Dios Hijo, llena eres de Gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y
bendito es el fruto de tu vientre: Jesús. Santa Maria Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros los pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Dios te salve Maria, Esposa fiel de Dios Espíritu Santo, llena eres de Gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas
las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús. Santa Maria Madre de Dios y Madre nuestra ruega por nosotros los
pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Dios te salve Maria, templo y sagrario de la Santísima Trinidad: No permitas Virgen Santísima que ningún cristiano viva
ni muera en pecado mortal. Amén
Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia, vida y dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve a ti llamamos los
desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando en este triste valle de lágrimas….

OREMOS
Te suplicamos Señor, infundas tu Gracia en nuestras almas, para que quienes por el anuncio del Ángel, hemos conocido
la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y su Cruz, lleguemos a la Gloria de la Resurrección. Por el mismo
Jesucristo, Nuestro Señor. Amén

LETANÍAS A LA SANTÍSIMA VIRGEN

Señor ten piedad


Cristo ten piedad
Señor ten piedad
Santa María
Santa Madre de Dios
Santa Virgen de las vírgenes
Hija elegida del Padre
Madre de Cristo Rey
Esposa del Espíritu Santo
Virgen hija de Sión
Virgen pobre y humilde
Virgen dulce y obediente
Esclava del señor
Madre corredentora
Llena de gracia puente de la belleza
Compendio de maravillas
Fruto escogido de la Redención
Perfecta discípula de Cristo
Purísima imagen de la Iglesia
Nueva mujer
Mujer vestida de sol
Mujer coronada de estrellas
Señora afable
Señora llena de piedad
Señora nuestra
Alegría de Israel
Esplendor de la iglesia
Orgullo del género humano
Abogada de la gracia
Maestra de piedad
Ayuda del pueblo de Dios
Reina de caridad
Reina de misericordia
Reina de la paz
Reina de los ángeles
Reina de los patriarcas
Reina de los profetas
Reina de los mártires
Reina de los confesores
Reina de las vírgenes
Reina de todos los santos
Reina concebida sin pecado original
Reina llevada al cielo
Reina del mundo
Reina del cielo
Reina del universo
Reina de las familias
Reina del Santo Rosario
Reina y hermosura del Carmelo,

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo perdónanos. Señor


Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo escúchanos, Señor
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo ten piedad de nosotros.

V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios


R. Para que seamos dignos de alcanzar y gozar las promesas y gracias de Nuestro Señor Jesucristo. Amen
Bajo tu amparo nos acogemos oh Santa Madre de Dios, no desprecies las súplicas que te hacemos en nuestra necesidad;
antes bien, líbranos de todos los peligros, oh Virgen Gloriosa y Bendita, ruega por nosotros oh Santa Madre de Dios, para
que seamos dignos de alcanzar y gozar las gracias y promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Oremos; te suplicamos Señor, que nos asista con su intercesión poderosa la Santísima Virgen, María, Madre y Reina del
Carmelo, para que, guiados por su ejemplo y protección, lleguemos hasta la cima del monte de la perfección que es
Cristo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amen.

CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN DEL CARMEN


Virgen del Carmen, llévanos sobre nuestro pecho tu santo Escapulario, signo de nuestra consagración a tu Corazón
inmaculado. Madre querida, somos tus hijos: unos hijos de tu entera pertenencia. Nuestra consagración. Señora, nos
exige una entrega sin reservas a tu persona, una dedicación generosa a tu servicio, una fidelidad inquebrantable a tu amor
y una solicita imitación de tus virtudes.
Queremos vivir, conforme al ideal carmelitano, en ti, por ti, contigo y para ti. Gracias a tu Escapulario, Virgen bendita,
somos miembros de tu cuerpo místico del Carmelo y participamos de la consagración comunitaria de la Orden a ti, que
eres su Cabeza. Nuestra consagración se une, pues, a la de toda la familia carmelitana y acredita así su valor y eficiencia.
Santa María, Abogada y Mediadora de los hombres, no podríamos vivir nuestra consagración con olvido de quienes son
tus hijos y nuestros hermanos. Por eso, nos atrevemos a consagrarte la Iglesia y el mundo, nuestras familias y nuestra
patria.
Te consagramos especialmente los que sufren en el alma o en el cuerpo: los pecadores, los presos, los desterrados, los
enfermos, los hambrientos... Madre y Reina del Carmelo, por nuestra consagración somos del todo tuyos ahora en el
tiempo. Que los sigamos siendo también un día en la Eternidad. Así sea.

ORACIONES FINALES
Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues solo un Dios se recrea en tan graciosa belleza, a ti celestial Princesa,
Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día, alma, vida y corazón, mírame con compasión, no me dejes Madre Mía;
y dame tu santa bendición, que yo la recibiré para mí y para mi familia, mi prójimo y el mundo entero, en el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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