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“¿Qué puede querer decir que la experiencia sea un oficio, tal y como lo son la alfarería, la música,

o la programación, por ejemplo?”. Así sugerida, la pregunta es imprecisa. Sennett no propone que
la experiencia sea un oficio; habla, por el contrario, del “oficio de la experiencia” (354). Es decir
que la experiencia no es de por sí un oficio; no es algo que esté necesaria e indisolublemente
atado a la artesanía. El proyecto de El artesano, en este orden de ideas, sería el de pensar la
experiencia no como un fenómeno inmediato, más allá de toda reflexión que no le sea posterior,
sino como una posibilidad de cultivar nuestras relaciones con el mundo y con nosotros mismos. El
argumento central lo resume Sennett así: “el oficio que consiste en producir objetos físicos
proporciona una visión interior [insight] de las técnicas de la experiencia capaces de modelar
nuestro trato con los demás” (355). En otras palabras, la artesanía es un oficio de la experiencia en
el que aprendemos civilidad.

“‘Artesanía’ designa un impulso humano duradero y básico, el deseo de realizar bien una tarea, sin
más” (20).

Sennett inscribe su proyecto sobre “cultura material”, del cual El artesano es la primera parte, en
la tradición “del pragmatismo norteamericano”; una línea de pensamiento cuyo principal rasgo
sería “la búsqueda de problemas filosóficos insertos en la vida cotidiana” (26). Tomando como
referencia la obra de pensadores como Peirce, James, y Dewey, Sennett busca mostrar que volver
nuestra atención a las especificidades del trabajo artesanal nos ayudaría a entender la experiencia
“como oficio” (354). Con esto en mente, la pregunta que propongo para discutir durante este
módulo es, en principio, sencilla: ¿Qué puede querer decir que la experiencia sea un oficio, tal y
como lo son la alfarería, la música, o la programación, por ejemplo? En otras palabras, ¿qué
“problemas filosóficos” son los que Sennett piensa que solo se pueden plantear si se atiende al
“espíritu artesanal”?

Obviamente, para poder sugerir una respuesta a esta pregunta es necesario primero hacerse
claridad acerca de lo que Sennett entiende por “experiencia”. En este respecto, sugiero que habría
que tener en cuenta, al menos, las siguientes dos consideraciones. Primera: uno de los objetivos
de Sennett al escribir El artesano era el de buscar nuevas formas de pensar el trabajo en el
capitalismo tardío, de manera que éste deje de parecer una actividad mecánica y alienante. Para
ello se vale del pensamiento pragmático, según el cual “para trabajar bien, la gente necesita
libertad respecto de las relaciones entre medios y fines” (353). Así pues, cabe preguntarse qué
tipo de oficio vendría a ser la experiencia, si éste se encuentra más allá de consideraciones
instrumentales medios-fines, y si su principal objetivo es la maestría en el logro de un trabajo
“bien hecho”. Si la artesanía se agota en sí misma, ¿qué es lo que podemos aprender de ella?

Segunda consideración: al referirse a la artesanía, Sennett busca alejarse de ideas como las de
talento, genio, y virtuosismo. En principio, todos podemos aprender un oficio; no se trata de dones
innatos propiedad de unos cuantos elegidos. En este orden de ideas, lo que atrae a Sennett del
oficio del artesano es que éste se centra “en objetos en sí mismos y en prácticas impersonales”
(354). Dicho de otro modo, el trabajo artesanal se preocupa mucho más por la artesanía que por el
artesano. ¿Qué tipo de experiencia es ésta en la que las prácticas no dependen tanto de las
capacidades individuales como de las características propias del material con el que se ha de
trabajar y de los problemas a resolver?

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