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LECCIÓN 7: EL AMOR

Versículo de memoria: Mateo 22.37, “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con
toda tu alma, y con toda tu mente”.

Nuestro Señor estableció el amor como la más alta de todas las ____________________ espirituales. Y el
apóstol Pablo confirmó la superioridad del amor cuando dijo: “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el
amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor” (1 Corintios 13:13).

EL EJEMPLO DE PEDRO
En Juan 21:15-17
el Señor dijo: “Pedro, ¿me amas más que estos?”. ¿A qué se refería? Tal vez el Señor
estaba preguntando si Pedro lo amaba más que los otros discípulos. Pedro había pretendido en cierta ocasión
ser más fiel que los demás. Sin duda, creía que su amor por el Maestro era mayor que el de ellos.
“Pedro,
¿me amas? ¿Me amas de veras?”. El Señor estaba utilizando el verbo agapao, refiriéndose al tipo más
elevado y supremo de amor.
No sabemos cuánto tiempo tardaría Pedro en responder, pero cuando lo hizo,
empleó un verbo distinto – phileo –, que indica respeto y devoción: “Sí, Señor, tú sabes que te amo”. Es
como si dijera: “Te quiero mucho”.

Tal vez Pedro pensaba que su amor era supremo, pero avergonzado por su reciente fracaso, no podía estar
delante del Señor y reivindicar semejante clase de amor.

LAS CARACTERÍSTICAS DE NUESTRO AMOR POR DIOS


¿Qué clase de amor quería Jesús recibir de Pedro? Descubrimos lo que es el verdadero amor si consideramos
más detenidamente este incidente entre Jesús y Pedro.

1. El ___________________ (Juan 21:18-19).
En esto consiste amar a Dios: es esa clase de amor que está
dispuesto a sacrificarse por Él. No se trata del amor sentimental del que tanto oímos hablar. No es un mero
sentimiento. Pedro ya tenía eso, pero no bastaba.

2. La ____________________ (Juan 21:19).
Una segunda característica del amor que nuestro Señor
demanda de nosotros es a través de la obediencia. No solo se trata de un amor sacrificial, sino también
sumiso. “Sígueme”, le ordenó a Pedro. La obediencia sacrificial se brinda por amor, el cumplimiento de 1
Juan 2:5, “pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado;
por esto sabemos que estamos en él”.

LAS CARACTERÍSTICAS DE NUESTRO AMOR POR LOS DEMÁS


Del mismo modo que el amor a Dios no es un sentimiento inducido emocionalmente, tampoco lo es el amar
a otras personas. Este tipo de amor también exige sacrificio. Escribiendo acerca de ello en 1 Juan 3:14-15, el
apóstol Juan pasa de una declaración en cuanto a amar a los hermanos – en plural – a otra acerca de amar al
hermano, en singular. Algunas personas dicen: “Bueno, yo amo a los cristianos colectivamente, pero
sencillamente no aguanto a algunos individuos”.

Resulta muy fácil amar al ancho mundo, y es bastante sencillo sentir amor por la iglesia; sin embargo, puede
hacérsenos muy difícil amar a una determinada persona. Pero el amor que nuestro Señor demanda es de
esa clase práctica y personal que se expresa principalmente a los individuos.

1. El Amor en ______________. Demostramos nuestro amor haciendo sacrificios personales para suplir las
necesidades de los demás (1 Juan 3.16-17).
2. Amar con _________________
(Juan 13.3-5).
El Dios encarnado se inclinó para lavar el polvo de los
pies a Sus discípulos débiles y pecadores. ¡Eso es amor!
Se trata precisamente de la clase de amor que el
Señor exige a Sus discípulos. Y tras Su sorprendente ejemplo de humillación, dijo: “Un mandamiento nuevo
os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto
conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13.34-35).

CONCLUSIÓN
El apóstol Juan resume el amor como llave del crecimiento espiritual con estas sencillas y conocidas
palabras: “Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad” (1 Juan 3.18).
LECCIÓN 7: EL AMOR

Versículo de memoria: Mateo 22.37, “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con
toda tu alma, y con toda tu mente”.

Nuestro Señor estableció el amor como la más alta de todas las virtudes espirituales. Y el apóstol Pablo
confirmó la superioridad del amor cuando dijo: “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos
tres; pero el mayor de ellos es el amor” (1 Corintios 13:13).

EL EJEMPLO DE PEDRO
En Juan 21:15-17
el Señor dijo: “Pedro, ¿me amas más que estos?”. ¿A qué se refería? Tal vez el Señor
estaba preguntando si Pedro lo amaba más que los otros discípulos. Pedro había pretendido en cierta ocasión
ser más fiel que los demás. Sin duda, creía que su amor por el Maestro era mayor que el de ellos.
“Pedro,
¿me amas? ¿Me amas de veras?”. El Señor estaba utilizando el verbo agapao, refiriéndose al tipo más
elevado y supremo de amor.
No sabemos cuánto tiempo tardaría Pedro en responder, pero cuando lo hizo,
empleó un verbo distinto – phileo –, que indica respeto y devoción: “Sí, Señor, tú sabes que te amo”. Es
como si dijera: “Te quiero mucho”.

Tal vez Pedro pensaba que su amor era supremo, pero avergonzado por su reciente fracaso, no podía estar
delante del Señor y reivindicar semejante clase de amor.

LAS CARACTERÍSTICAS DE NUESTRO AMOR POR DIOS


¿Qué clase de amor quería Jesús recibir de Pedro? Descubrimos lo que es el verdadero amor si consideramos
más detenidamente este incidente entre Jesús y Pedro.

1. El Sacrificio (Juan 21:18-19).
En esto consiste amar a Dios: es esa clase de amor que está dispuesto a
sacrificarse por Él. No se trata del amor sentimental del que tanto oímos hablar. No es un mero sentimiento.
Pedro ya tenía eso, pero no bastaba.

2. La Obediencia (Juan 21:19).
Una segunda característica del amor que nuestro Señor demanda de
nosotros es a través de la obediencia. No solo se trata de un amor sacrificial, sino también sumiso.
“Sígueme”, le ordenó a Pedro. La obediencia sacrificial se brinda por amor, el cumplimiento de 1 Juan 2:5,
“pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto
sabemos que estamos en él”.

LAS CARACTERÍSTICAS DE NUESTRO AMOR POR LOS DEMÁS


Del mismo modo que el amor a Dios no es un sentimiento inducido emocionalmente, tampoco lo es el amar
a otras personas. Este tipo de amor también exige sacrificio. Escribiendo acerca de ello en 1 Juan 3:14-15, el
apóstol Juan pasa de una declaración en cuanto a amar a los hermanos – en plural – a otra acerca de amar al
hermano, en singular. Algunas personas dicen: “Bueno, yo amo a los cristianos colectivamente, pero
sencillamente no aguanto a algunos individuos”.

Resulta muy fácil amar al ancho mundo, y es bastante sencillo sentir amor por la iglesia; sin embargo, puede
hacérsenos muy difícil amar a una determinada persona. Pero el amor que nuestro Señor demanda es de
esa clase práctica y personal que se expresa principalmente a los individuos.

1. El Amor en Acción. Demostramos nuestro amor haciendo sacrificios personales para suplir las
necesidades de los demás (1 Juan 3.16-17).
2. Amar con Humildad
(Juan 13.3-5).
El Dios encarnado se inclinó para lavar el polvo de los pies a Sus
discípulos débiles y pecadores. ¡Eso es amor!
Se trata precisamente de la clase de amor que el Señor exige
a Sus discípulos. Y tras Su sorprendente ejemplo de humillación, dijo: “Un mandamiento nuevo os doy: Que
os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos
que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13.34-35).

CONCLUSIÓN
El apóstol Juan resume el amor como llave del crecimiento espiritual con estas sencillas y conocidas
palabras: “Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad” (1 Juan 3.18).

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