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El enfoque “tradicional”
En términos generales, este enfoque se asocia muy directamente a la
definición de competitividad presente en el desempeño comercial de las
naciones como sumatoria del comportamiento de las firmas que en ellas
se localizan. De acuerdo con esto, suelen utilizarse ciertas metodologías o
instrumentos de medición de la competitividad a nivel internacional cuyo
denominador común es el análisis de la evolución del market share de un
país en el mercado mundial, trátese de la participación total de las
exportaciones del país en relación con las exportaciones totales mundiales
o algún recorte particular de mercancías representativas de las corrientes
de comercio más dinámicas al momento de la medición23. En este último
caso, suelen tomarse las exportaciones de manufacturas o también de
productos de alta tecnología, definidos de alguna de las diversas formas
posibles
la competitividad internacional no sólo es vista como el desempeño de un
país en los mercados externos sino también como la capacidad de ese
país de hacer frente a los productos foráneos en el mercado interno.
Dentro de estos, destacan la tasa de cobertura, la tasa de penetración, el
indicador de adaptación a la demanda mundial, la contribución relativa o el
saldo comercial de productos hi-tech, la posición de mercado por rama, el
indicador de ventaja comparativa revelada, etcétera
Por tanto, en términos generales, la competitividad de un país, desde el
enfoque tradicional, está determinada por la relación entre salarios
promedio de la economía y nivel del tipo de cambio. En este sentido, una
caída de los salarios o un aumento del tipo de cambio (depreciación de la
moneda nacional) implica ganancias de competitividad; por el contrario, un
aumento de los salarios o una caída del tipo de cambio (apreciación de la
moneda nacional) implica pérdidas de competitividad. En este sentido, si
bien se reconoce que la mejor forma de ganar competitividad es mediante
la mejora de la productividad de las empresas, se sostiene que eso es
“cosa de la firma” y no asunto de la política pública.
El enfoque “estructural”
Este nuevo enfoque sobre como definir, medir y fomentar la competitividad
macroeconómica surge de la insatisfacción y la poca capacidad explicativa
del anterior. Su origen debe ser rastreado en los esfuerzos realizados en el
seno de la OCDE
De esta forma, y de manera estilizada, la competitividad estructural puede
ser entendida como aquella que deriva del conjunto de innovaciones y
conductas tecnológicas de los agentes que se desenvuelven dentro de un
determinado sistema nacional de innovación, sean éstos empresas u otras
instituciones u organizaciones ligadas a las actividades de cambio técnico
u organizacional. Por lo tanto, si bien desde este enfoque se entiende que
existe una multiplicidad de fuentes desde donde emana la competitividad,
se sostiene que su fuente principal es el saber o el conocimiento necesario
para llevar a cabo tales actividades32
el cual determina la aparición de ventajas competitivas dinámicas,
entendidas como aquellas que no están basadas en la dotación de
recursos con que naturalmente cuentan las naciones sino que pueden ser
construidas y reconstruidas a través de esfuerzos concientes y conjuntos
realizados por las firmas, coadyuvadas por distintas medidas,
instrumentos de política e instituciones relacionadas al sistema nacional
de innovación. En términos de Chudnovsky y Porta, se trata de la obtención
de una “competitividad industrial genuina basada en el progreso
tecnológico que incorpore las ventajas de la nueva tecnología y del cambio
organizacional, que se oriente hacia la especialización intraindustrial y
hacia los productos que corporizan el avance tecnológico”.
En síntesis, de lo visto hasta aquí, se pueden reconocer tres niveles
distintos en la determinación de la competitividad estructural: un primer
nivel relacionado a los esfuerzos individuales o competencias de las
firmas, un segundo nivel vinculado a la existencia de una estructura
productiva predeterminada dentro de la cual operan esas firmas y, por
último, un nivel relacionado a las políticas de fomento de la competitividad
que afectan no sólo a la firma sino a su entorno. A este último respecto,
Chudnovsky y Porta concluyen en que “cuando hablamos de
competitividad internacional de una economía nacional, nos estamos
refiriendo a un fenómeno que se manifiesta a través de la competitividad
de las firmas, pero que involucra también la acción voluntaria del gobierno
para promover esa competitividad, que a su vez se construye sobre una
determinada estructura de la economía que incluye tanto su configuración
productiva como aspectos institucionales que van más allá de lo
productivo”40.
los 12 pilares de la competitividad
El foro económico mundial viene desarrollando y publicando desde 1979
el índice global de competitividad, midiendo la competitividad de los
países bajo 12 pilares o categorías diferentes a las que se les asocian
distintos indicadores con el objetivo de promover políticas económicas,
sociales y culturales que favorezcan la competitividad del país y con ello
su crecimiento económico y prosperidad.
● Entorno Institucional
● Infraestructuras
● Ambiente macroeconómico
● Salud y educación primaria
● Educación superior y especializada
● Eficiencia de los mercados
● Eficiencia del mercado laboral
● Desarrollo del mercado financiero
● Adaptación tecnológica
● Tamaño del mercado
● Sofisticación de los negocios
● Innovación
ntorno institucional
Infraestructura
Indicadores de la infraestructura
Ambiente macroeconómico
● Expectativa de vida.
● Tasa de matriculación en educación primaria.
● Salarios y productividad.
● Políticas laborales para la contratación y despido.
● Porcentaje de mujeres trabajadoras.
Mercado financiero
Adopción tecnológica
Innovación
Indicadores de la innovación.
La decisión es nuestra… Más nos vale acertar en nuestra elección… De ello depende nuestra
felicidad, y la supervivencia de un mundo que exige colaboración y no enfrentamiento para
seguir siendo humano. No convirtamos en verdad la afirmación de Hobbes de que el hombre
es un lobo para el hombre… ¿No sería mejor que el hombre fuera ejemplo para el hombre?
Competitividad
Definición
Por ejemplo, una empresa será muy competitiva si es capaz de obtener una
rentabilidad elevada debido a que utiliza técnicas de producción más eficientes que
las de sus competidores, que le permiten obtener ya sea más cantidad y/o calidad
de productos o servicios, o tener costos de producción menores por unidad de
producto.
Generalmente se basa en una ventaja competitiva, esto es, una cierta habilidad,
recursos, tecnología o atributos que hacen superior al que la posee. Se trata de un
concepto relativo en donde se compara el rendimiento de una persona u
organización con respecto a otras.
No obstante, lo anterior, cabe mencionar también que no existe una definición única
de competitividad existiendo varias interpretaciones y formas de medición que
dependen del contexto en que se analice (empresarial, deporte, relaciones
internacionales, etc.).
Competencia
es la acción en la cual las personas, las empresas o las naciones proceden a
demostrar sus capacidades a la hora de conseguir un objetivo. Ejm: un campeonato
deportivo, una feria de negocios, la lucha por colocar productos en mercados
externos, etc.
Son muy pocas empresas, de los millones que existen en el mundo, las que
realmente compiten en la mayor parte de los mercados nacionales o internacionales
y que logran cuotas de mercado crecientes.
Competitividad
Esta diferenciación permite vender el producto más caro y aumentar los márgenes.
· La quinta está relacionada con el tamaño. Cuanto más grande es la empresa
La calidad total no solo se refiere al producto o servicio en sí, sino que es la mejoría
permanente del aspecto organizacional, gerencial; tomando una empresa como una
máquina gigantesca, donde cada trabajador, desde el gerente, hasta el funcionario
del más bajo nivel jerárquico están comprometidos con los objetivos empresariales.
Para que la calidad total se logre a plenitud, es necesario que se rescaten los valores
morales básicos de la sociedad y es aquí, donde el empresario juega un papel
fundamental, empezando por la educación previa de sus trabajadores para conseguir
una población laboral más predispuesta, con mejor capacidad de asimilar los
problemas de calidad, con mejor criterio para sugerir cambios en provecho de la
calidad, con mejor capacidad de análisis y observación del proceso de manufactura
en caso de productos y poder enmendar errores.
La experiencia indica que para alcanzar el éxito se necesita, como condición previa,
un verdadero cambio de mentalidad del empresario.
Veamos diferentes estrategias para mejorar la competitividad que puedes poner en
práctica en tu negocio.
Vivimos en un entorno cada vez más personalizado, y en el que además cada vez es
más fácil recoger información de clientes. También disponemos de más canales de
comunicación para poder gestionar nuestros contactos y listas de clientes. En este
sentido, herramientas como el CRM se ha convertido en uno de los instrumentos
estratégicos clave para aumentar la satisfacción de los clientes.
Trabajar en esta área es fundamental para que tu empresa pueda solucionar sus
defectos y posicionarse como un negocio que realmente deja satisfechos a sus
compradores.
A todos los niveles, sin embargo, es posible medir, controlar, monitorizar y mejorar
los procesos de trabajo. Pero primero tienes que conocerlos, determinarlos y buscar
la manera de evitar problemas como el presentismo, el absentismo y la dispersión a
la hora de que cada empleado realice sus tareas.
En cualquier caso, una empresa que quiera ser competitiva tiene que ser
innovadora. Y la innovación pasa por un profundo conocimiento de las necesidades
de tus clientes, una investigación exhaustiva y constante de tus productos y una
inversión adecuada en la mejora y la gestión de los mismos, así como en el diseño y
creación de otros nuevos en un entorno cambiante y en el que continuamente
surgen nuevas necesidades.
4. Internacionalizarse o expandirse
Si tu empresa quiere ser competitiva, otra de las claves que debes tener en cuenta
es la necesidad de internacionalizarte o expandirte. No todas las empresas salen a
vender en el extranjero, pero hoy día las posibilidades son mucho más atractivas en
muchos sectores gracias a las posibilidades que te abre Internet y el comercio
electrónico.
Para ser competitivo, debes replicar tu modelo de negocio una vez hayas logrado
consolidarlo y exportarlo a otros mercados, teniendo en cuenta que deberás buscar
las similitudes y considerar que a veces puede haber diferencias (culturales, legales,
etc.) que pueden hacer el proceso de internacionalización más difícil.
5. Optimizar costes
Es esencial que tu empresa pueda reducir costes y tratar de hacer más con menos.
Cuanta más liquidez y rentabilidad puedas obtener por las actividades empresariales
que estás realizando, generalmente será mejor para tu negocio. Ahora bien, no
queremos decir con esto que reducir costes siempre sea la solución; de lo que se
trata es de reducir costes innecesarios, tratar de automatizar el mayor número de
cosas y obtener ventajas competitivas del uso de la tecnología.