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EXPEDIENTE N° 01136-2010-0-0201-JR-PE-02

CUADERNO PRINCIPAL
ESCRITO N° 05
FUNDAMENTA RECURSO DE NULIDAD – SOLICITA COPIA
DE GRABACIONES DE AUDIO - SEÑALA CASILLA
ELECTRÓNICA

SEÑORA PRESIDENTE DE LA SEGUNDA SALA PENAL DE APELACIONES -

LIQUIDADORA DE LA CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE ANCASH:

HÉCTOR ALFREDO ALTAMIRANO ARTEAGA, Abogado de don Eduardo

Laguna Bazán, en el proceso que se le sigue por el delito de Violación Sexual

en agravio de la menor de iniciales K.M.R.L., ante Usted respetuosamente

digo:

Que, en plazo legal, e invocando lo prescrito por el inciso a) del artículo 292º

en concordancia con el inciso 1º) del artículo 298º del Código de Procedimientos

Penales PRESENTO LA FUNDAMENTACIÓN DEL RECURSO DE NULIDAD

interpuesto contra la sentencia de fecha 26 de setiembre del 2019, mediante la

que se condenó a mi defendido a 35 años de privación de libertad y se ordena pagar

la reparación civil de S/.3,000.00; solicitando se conceda el recurso que se interpone

y se eleve el expediente a la instancia Suprema, donde se obrará conforme a ley, por

los siguientes fundamentos:

1. Nuestra parte respetuosamente considera que la resolución impugnada contiene

graves errores y, en tal sentido, es violatoria de los Derecho Constitucionales a

Tutela Procesal Efectiva, al Debido Proceso, a la Debida Motivación de las

Resoluciones, a la Presunción de Inocencia y a la Defensa, todos relacionados

con la libertad individual, como pasamos a explicar.

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2. Antes de ingresar a analizar el fondo de la sentencia que se impugna, llamamos

la atención respecto del contenido de varias de las actas obrantes en autos,

suscritas por la Presidente y por la Relatora de la Sala cuyo contenido difiere de

la realidad pues se consigna que el recurrente, Héctor Alfredo Altamirano

Arteaga, asistió y participó en las mismas, lo que no es verdad, circunstancia que

por sí sola acarrea la nulidad de la sentencia emitida.

3. En efecto, en las actas correspondientes a las sesiones fechadas el 05 y el 31 de

julio, el 13 y el 27 de agosto de 2019, se consignó falsamente al letrado Héctor

Alfredo Altamirano Arteaga como quien participó ejerciendo la defensa técnica del

acusado, lo que jamás ocurrió pues, en esas fechas, yo me encontré atendiendo

distintas diligencias profesionales en Huaraz así como asuntos personales en

otras ciudades, conforme fluye de los documentos que se anexan al presente.

Desconocemos la razón o razones por las que se ha incurrido en dichas

irregularidades; lo cierto es que las mencionadas actas jamás fueron aprobadas

con sus respectivos textos pues, evidentemente, eso hubiera sido observado. En

tal sentido, dichas actas jamás fueron puestas en conocimiento de la defensa

técnica para su aprobación, lo que constituye un agravio adicional que vicia el

proceso. Para probar lo que se afirma, debe anexarse a los actuados, y también

proporcionársenos, las grabaciones de audio que realiza el personal de la Sala, a

las que nos remitimos para verificar lo afirmado.

4. Al respecto, el día 05 de julio de 2019, el abogado Héctor Alfredo Altamirano

Arteaga no estuvo en la ciudad de Huaraz sino en la ciudad de Tacna, para lo

cual salió de Huaraz a Lima el día 03 de julio por la noche y de Lima a Tacna se

trasladó en vuelo de Latam (LA2169) que salió el día 04 de julio a las 11:29 horas

del aeropuerto Jorge Chávez; regresando de Tacna a Lima el día 07 de julio, en

vuelo Latam (LA 2160) que salió a las 19:28 horas; lo que acredito con la

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impresión de los documentos electrónicos de confirmación de compra y tarjetas

de embarque respectivas. Respecto al día 31 de julio de 2019, el recurrente

participó en la Audiencia de Apelación de Auto de Adecuación de Plazo de

Prolongación de Prisión Preventiva realizada ante la Primera Sala Penal de

Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Ancash en el Expediente N°

00288-2019-1-0201-SP-PE-01, en el Establecimiento Penal de Huaraz,

proceso en el que ejerzo la defensa técnica de don Ángel Walter Mogrovejo

Adrián; diligencia que fue programada para las 4.00 pm pero que se inició a las

04.20 pm porque la Sala Penal estuvo en otra audiencia (tal y como se consigna

en el acta de su propósito); precisando que por tratarse de una audiencia en el

Establecimiento Penal de Huaraz, tuve que acudir con tiempo de anticipación, lo

que no permitió participar en el juicio oral en este caso; al respecto se presenta la

impresión del acta respectiva. En lo referido al día 13 de agosto de 2019,

participé ante el Segundo Juzgado de Investigación Preparatoria de Huaraz en la

Audiencia de Control de Acusación realizada en el Expediente N° 00201-2018-5-

0201-JP-PE-02, desde las 15.00 horas hasta las 16:15 horas, precisando que en

dicho proceso soy el encargado de la defensa técnica de don Albersio Juan

Cerna Carbajal (se anexa impresión de su propósito). Finalmente, el día 27 de

agosto de 2019, intervine ante el Quinto Juzgado de Investigación Preparatoria

Especializado en Delitos de Corrupción de Funcionarios de Huaraz, en la

Audiencia de Continuación de Control de Acusación realizada en el Expediente

N° 01022-2016-71-0201-JR-PE-03, que se desarrolló desde las 15:00 horas

hasta las 17:12 horas, encargándome de la defensa técnica de don Nells Fabio

Anaya Colonia (se adjunta impresión del acta de su propósito). En consecuencia,

queda probada la falsedad de dichas actas.

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5. Al margen de dicha irregularidad, en la sentencia se incurre en una

fundamentación arbitraria, ilógica y aparente, en principio porque rompe y

trasgrede el razonamiento realizado por la Corte Suprema en la Ejecutoria de

fecha 28 de junio de 2018 y, asimismo, porque en su razonamiento o análisis

probatorio se deja de lado, primero, lo establecido en el Acuerdo Plenario N° 02-

2005/CJ-116 de fecha 30 de setiembre de 2005 (que paradójicamente, se invoca

en la misma sentencia); en segundo lugar, porque cita y analiza sesgadamente y

fuera de contexto las declaraciones de la supuesta menor agraviada y de su

madre y, por último, porque no da respuesta alguna a la posición de mi defensa

técnica respecto de la acusación fiscal y de lo actuado en el Juicio Oral; todo lo

cual ha ocasionado que se llegue llegado a una conclusión condenatoria en base

a cuestiones subjetivas sin relación válida con las pruebas actuadas.

6. Refiriéndome al incumplimiento del razonamiento y la línea trazados por la Corte

Suprema en la Ejecutoria de fecha 28 de junio de 2018, de una sencilla lectura

integral y armónica de los fundamentos noveno, décimo y undécimo se determina

que en dicha ocasión se declaró la nulidad de la sentencia condenatoria que la

anterior Sala Superior se había dictado contra mi defendido, porque se incurrió

en motivación incompleta e insuficiente pues el Tribunal Superior no cumplió

con incorporar a través de la actuación de los medios probatorios en el plenario

respecto a lo ordenado en la ejecutoria suprema del cinco de junio de dos mil

quince –fojas trescientos ochenta y cuatro–, en la que se ordenó la realización de

un nuevo juzgamiento a fin que se recabara: a) La declaración de la menor

agraviada K. M. R. L., b) La confrontación entre el encausado Eduardo Laguna

Bazán y la testigo Sara Rosaria Laguna Bazán, por sus versiones contradictorias.

c) La pericia psiquiátrica del acusado Eduardo Laguna Bazán para determinar su

perfil sexual y control de veracidad. d) La pericia psiquiátrica de la agraviada para

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establecer el daño causado. En consecuencia, reitero, la Sala Suprema dispuso

que, a fin de garantizar la debida motivación de resoluciones judiciales,

conforme al artículo ciento treinta y nueve, apartado cinco, de la

Constitución Política del Estado, resulta necesario que la instancia de

mérito motive, incorporando en su juicio el análisis y valoración en su

conjunto, los medios de prueba señalados en el considerado precedente,

debiéndose agotar los medios necesarios para tal fin, para lo cual declaró la

nulidad de la mencionada sentencia condenatoria.

7. Bajo dicha premisa, es válido establecer que la única forma de poder condenar a

mi defendido era actuando previamente las pruebas ordenadas, lo que no ocurrió

por lo que debió ser absuelto. En efecto, tanto la menor agraviada como su

señora Madre no declararon en juicio por decisión propia, situación que implica

la inexistencia de persistencia en la incriminación, lo que resta total

credibilidad a las declaraciones prestadas por dichas personas en la etapa

preliminar que fueron, además, erróneamente analizadas en la sentencia, como

se verá más adelante; consecuentemente, no se cumple el referido requisito de

persistencia en la incriminación establecido por el Acuerdo Plenario N° 02-

2005/CJ-116 de fecha 30 de setiembre de 2005. Evidentemente, dicha renuencia

a declarar en juicio imposibilitó también que se pudieran realizar la confrontación

ordenada (entre mi defendido y la Madre de la agraviada), así como la pericia

psiquiátrica de la menor agraviada. En cuanto se refiere a la pericia psiquiátrica

que debía practicarse a don Eduardo Laguna Bazán para determinar su perfil

sexual y control de veracidad, ésta tampoco se actuó por habérselo así

recomendado la defensa técnica como estrategia de defensa y no por decisión

del acusado, como erróneamente se afirma en la sentencia que se impugna.

Adicionalmente, al respecto la recomendación de la defensa técnica se

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fundamenta en el derecho constitucional a la No Autoincriminación, máxime si se

considera que el señor Laguna Bazán optó por guardar silencio en el juicio oral.

En tal sentido, consideramos inapropiado sostener, como lo hace la Sala

Superior, que lo correcto hubiese sido acudir a la ciudad de Lima ante el o la

psiquiatra para decirle que no iba a someterse al examen, pues dicha situación

importaba un gasto económico que mi defendido no estaba en posibilidades de

asumir. Lo cierto es que jamás podrá sostenerse válidamente que mi defendido

tuvo un comportamiento de obstrucción que implica que es responsable del delito

que se le imputa.

8. Consecuentemente, si no se actuaron los medos de prueba que a juicio de la

Sala Suprema eran imprescindibles para acreditar la responsabilidad de mi

defendido, es jurídica y materialmente imposible condenarlo, pues se mantiene

incólume su Presunción de Inocencia que determinó la nulidad de la sentencia

condenatoria anteriormente dictada.

9. Otro aspecto que planteamos es que en este proceso judicial no se encuentra

en discusión si la menor agraviada, en algún instante de su vida, fue

víctima de una agresión o violación sexual, pues se trata de un hecho no

controvertido a la luz de lo establecido en el Certificado Médico Legal Nº 002146-

CLS de fecha 26 de mayo de 2010 y, por ende, cualquier valoración del referido

documento probatorio no puede ser sacado de su contexto pues éste sólo

acredita que la mencionada menor sufrió acceso carnal o similar en algún

instante de su vida, pero jamás puede asignársele el sentido probatorio de

relacionar tal acto con el recurrente, peor aún sin realizar un examen o análisis

objetivo de lo actuado en el Juicio Oral. Por tanto, lo que debió ser materia de

examen o valoración probatoria exhaustiva es la supuesta relación de mi

defendido con los hechos que se le imputaron, lo que no ha sucedido,

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limitándose la Sala a esgrimir una fundamentación aparente, ilógica, incompleta e

insuficiente.

10. Para ello, nuestra parte considera que de forma arbitraria, la Sala ha invocado y

aplicado prueba indiciaria, esto a pesar que en ningún momento del proceso ni

del Juicio Oral, el Ministerio Público ha sustentado la acusación en dicha prueba

no directa; dicho de otro modo, a pesar de no haberse debatido de forma alguna

la existencia de prueba indiciaria o indirecta, la Sala, irrogándose facultades del

Ministerio Público, ha basado la sentencia en dicho tipo de prueba. Con ello se

ha violentado mi Derecho al Debido Proceso y a la Defensa puesto que jamás se

me acusó en base a prueba indiciaria y, por ende, tampoco se ejerció defensa

alguna basándose en la misma. Con dicha forma de actuar, la Sala Superior ha

sustituido al Ministerio Público realizando (aun inconsistentemente, como se verá

más adelante) un supuesto examen de inferencia que jamás realizó la Fiscalía.

11. En efecto, de lo actuado en el juicio oral no se han satisfecho los requerimientos

establecidos en el Acuerdo Plenario N° 02-2005/CJ-116 de fecha 30 de setiembre

de 2005, en cuanto a la declaración de la menor agraviada y de su Madre, en

primer lugar porque ambas se han negado a declarar en juicio oral, lo que

determina que NO EXISTA PERSISTENCIA EN LA INCRIMINACIÓN. A mayor

abundamiento, no se consideró que la declaración de la menor no fue tomada en

Cámara Gesell sino en presencia de su Madre y otras personas, en condiciones

proscritas que implican la invalidez de tal diligencia.

12. Nuestra parte considera que lo que en la sentencia se denominan pruebas

periféricas que corroborarían la declaración de la menor agraviada

(eventualmente también la declaración de su señora Madre), a la luz de una

apreciación crítica objetiva, lógica y sana, no son tales y, por el contrario, la Sala

Superior, arbitrariamente, ni siquiera se ha pronunciado analizando los

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argumentos o elementos de defensa que establecen que dichas “pruebas

periféricas” no existen o su valor probatorio es sumamente débil y cuestionable

para fundamentar una condena.

13. En efecto, en primer lugar, no se dice absolutamente nada sobre un elemento

objetivo incontrovertible constituido por lo tardío de la denuncia formulada por la

Madre de la agraviada, lo que le resta total credibilidad objetiva. En efecto, no

existe un solo razonamiento, porque no lo hay, para justificar que la Madre de la

agraviada haya formulado la denuncia dos meses después de que

supuestamente conoció que su hija había sido violada, peor aún si los supuestos

hechos se produjeron un año y medio o dos años antes. Al respecto es menester

considerar el discernimiento de la Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema en

el quinto fundamento de la Ejecutoria de fecha 24 de marzo de 2017, R.N. N°

1756-2015-Lima Este, en que se establece que la denuncia tardía no permite

dotar a la misma de fiabilidad a su sindicación.

14. Por otro lado, la Sala sostiene que el Certificado Médico Legal Nº 002146-CLS de

fecha 26 de mayo de 2010 de fojas 39 prueba la responsabilidad de mi

defendido, lo que constituye un error pues, como ya se dijo anteriormente, la

denuncia es tardía y, peor aún, se trata de un documento que evidencia la

existencia de una desfloración antigua. En efecto, al respecto es menester

invocar y considerar lo discernido por la Ejecutoria de fecha 24 de marzo de

2017, R.N. N° 1756-2015-Lima Este, específicamente en su fundamento 4.3 en el

sentido de que, por lo tardío de su realización, no es el medio idóneo para

respaldar la sindicación de la menor agraviada

15. Existe una directa relación entre el razonamiento del numeral precedente y el

hecho de que no establece en forma alguna la existencia de relación de dicha

lesión a la indemnidad sexual de la menor y mi patrocinado. Asimismo porque

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dicho examen se practicó el 26 de mayo de 2010, es decir luego de más de año y

medio o dos años de los supuestos hechos imputados, por lo que dicho informe,

por lo tardío de su realización, no es el medio idóneo para respaldar la versión de

la agraviada respecto de las supuestas agresiones sexuales que databan de una

fecha mayor al año de antigüedad. En todo caso, no se trata de un indicio fuerte,

pues debe tenerse en cuenta además que la denuncia penal de parte fue

formulada por la madre de la menor supuestamente agraviada, con por lo

menos dos meses de posterioridad a haber tomado conocimiento de los

supuestos hechos, y por lo menos un año y medio o dos años después de

los supuestos actos investigados, a lo que debe agregarse que no existe

referencia alguna, siquiera aproximada, de la fecha exacta o aproximada en

que se habría cometido el delito pues la denuncia no aporta datos exactos o

siquiera aproximados de esa data; situaciones que restan total credibilidad

a la denuncia y que constituyen contraindicios probados de desvirtúan al

supuesto indicio de la sentencia.

16. Adicionalmente, en Juicio Oral se actuó la declaración prestada por la testigo

doña Shirley Yovana Huamán Capra, (acta de fojas 51 oralizada en Juicio Oral),

esposa de Julián Laguna Bazán, hermano de la denunciante, QUIEN

MANIFESTÓ QUE LA MADRE DE LA MENOR AGRAVIADA LE EXPRESÓ

QUE EL PADRE DE LA MENOR AGRAVIADA, WERNER ROBLES INGA,

HABÍA VIOLENTADO SEXUALMENTE A LA MENOR APROXIMADAMENTE

EN EL MES DE JUNIO DE 2009, declaración que guarda conexión lógica o

correlato con el resultado del referido Certificado Médico Legal y que constituye

también otro contraindicio de gran importancia.

17. La Sala también afirma que el Protocolo de Pericia Psicológica Nº 002125-2010-

PSC de fecha 25 de mayo de 2010 de fojas 41 vuelta, específicamente por

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consignarse en dicho documento que la agraviada presentaba “reacción ansiosa

por estresor de tipo sexual”; acredita la responsabilidad de mi defendido, lo que

consideramos erróneo porque se trata de un documento en el que no establece

de forma alguna la relación de dicha “reacción ansiosa por estresor de tipo

sexual” de la menor y mi patrocinado; también porque dicha “reacción ansiosa

por estresor de tipo sexual” de la menor corresponde a la agresión sexual que le

habría proferido su propio padre biológico, a la luz de lo declarado por la testigo

doña Shirley Yovana Huamán Capra, (acta de fojas 51 oralizada en Juicio Oral),

esposa de Julián Laguna Bazán, hermano de la denunciante, QUIEN

MANIFESTÓ QUE LA MADRE DE LA MENOR AGRAVIADA LE EXPRESÓ

QUE EL PADRE DE LA MENOR AGRAVIADA, WERNER ROBLES INGA,

HABÍA VIOLENTADO SEXUALMENTE A LA MENOR APROXIMADAMENTE

EN EL MES DE JUNIO DE 2009, declaración que guarda conexión lógica o

correlato con el resultado del referido Protocolo de Pericia Psicológica; lo que es

un contraindicio que desvirtúa al indicio de la sentencia.

18. Sobre el Examen Pericial Psicológico practicado a mi defendido por mandato

expreso de la Corte Suprema, no se estableció que mi patrocinado sufriera de

algún tipo de anomalía, desviación sexual o trastorno mental que tuviera relación

alguna con pedofilia u otro trastorno similar, por lo que se trata de una prueba

que no aporta cargo alguno contra mi defendido; ello al margen de considerar

que nuestro Derecho Penal es de hechos y no de personas.

19. La minoría de edad de la agraviada y la vinculación familiar de mi patrocinado

con la agraviada, que constituyen en todo caso cuestiones fácticas relacionadas

con el elemento material del delito, pero que en nada se relacionan con la

supuesta responsabilidad penal de mi defendido respecto del hecho que se le

imputa; por tanto, tampoco constituyen indicios de dicha responsabilidad.

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20. Adicionalmente, en la sentencia se menciona que los referidos supuestos actos

probados se encuentran corroborados con la sindicación directa de la menor

agraviada y con la declaración de su madre, afirmación que no se ajusta a la

verdad pues, del examen exhaustivo de dichas declaraciones se llega a la

ineludible conclusión de que no tienen la característica de reiterancia y

uniformidad (la persistencia ya se analizó anteriormente) y, por el contrario, son

contradictorias entre sí pues, como bien se dejó establecido en el Juicio Oral, al

formular la denuncia verbal y al declarar ante el Ministerio Público, la madre de

la menor refirió hechos que luego no fueron materia de ratificación por

dicha menor, específicamente en cuanto a que mi defendido la habría sometido

a actos de sexo oral; circunstancia que prueba que la denuncia es falsa.

Adicionalmente, tanto la madre como la menor agraviada se negaron a ratificar

sus iniciales y contradictorias declaraciones en Juicio Oral, aspecto cuya

connotación no ha sido analizada debidamente por la Sala pues es evidente que

si la Sala Suprema requirió la actuación de dichas declaraciones, lo hizo en el

entendido de que eran necesarias para sustentar una eventual condena y, por

tanto, al no actuarse las mismas, la acusación es, por decir lo menos,

inconsistente.

21. Asimismo, en el mismo sentido, la Sala Superior no ha considerado que desde

un inicio de la investigación, mi patrocinado ha negado uniforme y reiteradamente

la responsabilidad penal que se le imputa, brindando una versión coherente y

lógica de su posición, explicando que la denuncia obedece a que siempre llamó

la atención a su hermana por dejar solos a sus hijos, por tener una y otra relación

sentimental con diversos hombres, a quienes llevaba indiscriminadamente a su

cuarto, donde pernoctaba con ellos a pesar de consistir en una sola habitación; lo

que fue aceptado por la propia Madre de la agraviada en su declaración, cuando

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afirmó vivir en su domicilio con un sujeto que, por su nombre, evidentemente se

trataba de un extranjero, pese a lo cual la Sala afirma lo contrario (punto 16.1).

22. Por otro lado, la Sala tampoco ha dicho absolutamente nada, es decir no ha

valorado, otros contraindicios de mayor relevancia y validez probatoria, todos

actuados en Juicio Oral, que desvirtúan los indicios en que se fundamenta la

condena, como por ejemplo que mi patrocinado sólo acudía al domicilio de la

denunciante en esporádicas ocasiones cuando llegaba a la ciudad de

Huaraz, domicilio en el que la denunciante vivía con la menor agraviada y su

hijo mayor; que EL LUGAR DONDE DOMICILIABA LA DENUNCIANTE Y SUS

DOS MENORES HIJOS ESTABA CONSTITUIDO POR UNA SOLA

HABITACIÓN O AMBIENTE, que formaba parte de un inmueble de mayor

dimensión donde residía la dueña del mismo, según la denunciante de

nombre Nelly, quien asumía el cuidado sus menores hijos cuando élla salía a

trabajar, todo ello conforme expresamente lo declaró la madre de la

agraviada; quien adicionalmente declaró que élla misma era quien lavaba la

ropa de su menor hija así como la bañaba, no dando explicación lógica ni

coherente alguna para que nunca haya advertido la presencia de restos de

sangre o semén en la ropa interior de la menor que tuvieran correlato con

los hechos denunciados.

23. Asimismo, que en todas las ocasiones en que mi patrocinado llegaba al

domicilio de la denunciante, siempre estuvo presente el hijo mayor de ésta

(hermano de la supuesta agraviada), según a lo declarado por la misma

denunciante, dicho que la menor nunca estuvo sola con mi patrocinado, lo

que implica que si se hubiera cometido el delito, el hermano de la menor

hubiera tomado conocimiento de tales hechos, lo que jamás ocurrió. Es más,

nadie jamás escuchó ninguna queja de la menor, lo que evidencia lo falso de la

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incriminación pues una menor de 7 a 8 años que sea violentada sexualmente por

lo menos llora y grita en ese instante, ante el lógico dolor que sufriría; tampoco

hay evidencia alguna de que la menor se quejara después de las numerosas

violaciones que, falsamente,, imputa a mi defendido.

24. Lamentablemente, la Sala afirma falsa y tendenciosamente que la agraviada, su

hermano y su Madre ocupaban una vivienda, CUANDO EN REALIDAD SÓLO

OCUPABAN UNA SOLA HABITACIÓN como la propia Madre declaró; cuestión

fáctica de suma importancia en el caso pues si únicamente ocupaban un cuarto,

¿cómo puede sostenerse válidamente que estando siempre el hermano de la

menor acompañándola, no se diera cuenta de más de diez ocasiones en que

supuestamente la agredió sexualmente?

25. Consecuentemente, no sólo no existe prueba periférica que haya corroborado la

manifestación de la agraviada sino, por el contrario, existen muchísimos

contraindicios de considerable fuerza acreditativa que desestiman totalmente la

veracidad de dicha declaración.

26. Por último, tampoco se ha tenido en consideración que mi patrocinado carece de

antecedentes de ninguna naturaleza.

PRIMER OTROSI DIGO.- Que, solicito que antes de elevar los actuados a la

Instancia Suprema, se me entregue copia de las grabaciones de audio

correspondientes a todas las sesiones del juicio oral realizado, lo que me permitirá

hacer valer los derechos de mi patrocinado. Asimismo, dejo constancia que se están

anexando al presente, las copias de las actas de audiencias citadas así como los

documentos que acreditan que el recurrente se encontraba fuera de Huaraz el día

05 de Julio de 2019.

SEGUNDO OTROSI DIGO.- Que, nuestra parte se reserva el derecho de ampliar la

presente fundamentación.

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TERCER OTROSI DIGO.- Que, para efectos de las notificaciones en la Instancia

Suprema, desde ya SEÑALO CASILLA ELECTRÓNICA Nº 52266 (SINOE).

ANEXOS:

5 – A Impresiones de confirmaciones de vuelos y de tarjetas de embarque

correspondientes al viaje del 04 al 07 de julio del 2019.

5 – B Acta de Audiencia de Apelación de Auto de Adecuación de Plazo de

Prolongación de Prisión Preventiva realizada el día 31 de julio de 2019 ante la

Primera Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Ancash

en el Expediente N° 00288-2019-1-0201-SP-PE-01, en el Establecimiento

Penal de Huaraz

5 – C Acta de la Audiencia de Control de Acusación realizada el día 13 de agosto de

2019 en el Expediente N° 00201-2018-5-0201-JP-PE-02, ante el Segundo

Juzgado de Investigación Preparatoria de Huaraz.

5 – D Acta de la Audiencia de Continuación de Control de Acusación realizada el día

27 de agosto de 2019 ante el Quinto Juzgado de Investigación Preparatoria

Especializado en Delitos de Corrupción de Funcionarios de Huaraz, en el

Expediente N° 01022-2016-71-0201-JR-PE-03.

Sírvase, señora Presidente, conceder el recurso de nulidad interpuesto y,

oportunamente, elevar los actuados a la Sala Suprema competente.

Huaraz, octubre de 2019.

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