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ZYGMUNT BAUMAN: ENTENDIMIENTO DE

UN UNIVERSO INFINITO
ZYGMUNT BAUMAN: THE UNDERSTANDING OF AN
INFINITE UNIVERSE
Alberto González Pascual
Universidad Rey Juan Carlos y del Centro Universitario Villanueva
adscrito a la Universidad Complutense de Madrid
alberto.pascual@urjc.es

Recibido: octubre 2018


Aceptado: noviembre 2018

Palabras clave: Zygmunt Bauman, racionalidad líquida, amor líquido, adiaforización, alienación.
Krywords: Zygmunt Bauman, liquid rationality, liquid love, adiaphorization, alienation.

Resumen: Como homenaje a las aportaciones intelectuales, morales y po-


líticas de las obras de Zygmunt Bauman, en este artículo (dedicado a su
memoria) se realiza una síntesis dialéctica de varios de los conceptos más
fundamentales que desarrolló a lo largo de su prolífica carrera (la adioforiza-
ción, la racionalidad líquida, el amor líquido, la marginación de los pobres,
la minusvaloración de los que son diferentes subsumidos en categorías de
subhumanos y la urgencia de la toma de conciencia para actuar éticamen-
te). En la exposición crítica se dejan emerger capas de análisis procedentes
de otros pensadores (como Kant, Freud, Platón, Lacan, Levinas y Marx) con
el fin de proporcionar un mayor esplendor, flexibilidad y amplitud al pensa-
miento trascendente y potencialmente utópico de Bauman.

Abstract: As a tribute to the intellectual, moral and political contributions


of the works of Zygmunt Bauman, this article (in memoriam) presents a
dialectical synthesis of the core concepts that he developed throughout
his prolific career (adiaphorization, liquid rationality, liquid love, the
marginalization of the poor, the undervaluation of those who are different
subsumed into subhuman categories and the urgency of the awareness to
act ethically). In the critical exposition, layers of analysis from other thinkers
(such as Kant, Freud, Plato, Lacan, Levinas and Marx) are allowed to emerge
in order to provide Bauman’s transcendent and potentially utopian thinking
with greater splendor, amplitude and flexibility.

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¿Quién es el tercero que camina siempre a tu lado?
(Amado Zygmunt)
Si cuento, solo estamos tú y yo juntos
pero cuando levanto la vista al camino blanco
siempre hay otro caminando a tu lado
escabulléndose envuelto en un mantón marrón,
lleva capucha (y pijama,
no sé si es hombre, mujer o chispa del ancestro,
un rey celestial, fantasía del Otro)
-pero ¿quién es ese a tu otro lado?
Eres esfera cuyo centro está en todas partes,
y la circunferencia en ninguna.
Degeneración solo aquí, sobre la Tierra,
y no en todas las partes del Universo.

(Soñado Bauman)1

1. Introducción: revelación y
entusiasmo
En estos tiempos de incipiente oscuridad
más tarde, él y su familia fueron exiliados como
no es popular ni particularmente cómodo consecuencia de una campaña antisemita impul-
el intento de demostrar, en la teoría y en sada por el régimen comunista. Así se convirtió
la práctica, el ideal puro de fenómenos en un refugiado por segunda vez y sus experien-
como la fraternidad y el amor a la inteli- cias de pobreza y marginación lo llevaron hacia
gencia. Pese a lo cual, la decisión en tor- una sociología comprometida y explícitamente
no a cómo hacer un homenaje útil (en el moral. Después de varios puestos docentes tem-
sentido crítico que demandaba Sócrates porales en las universidades de Tel Aviv, Haifa y
Melbourne, al fin, en 1971, se estableció en Gran
de quienes se atrevían a escucharlo) que
Bretaña. Allí dirigió el departamento de socio-
refleje lo descubierto y aprendido en las logía de la Universidad de Leeds durante veinte
obras de Zygmunt Bauman2, casi no me años, hasta 1991, y continuó como emérito hasta
su muerte. Su primer libro mundialmente cono-
1. Poema aportado por el autor de este artículo cido fue Modernidad y Holocausto (1989), una
en homenaje al espíritu perseverante de Zygmunt clara advertencia del potencial genocida latente
Bauman (en él se parafrasean unos versos de La en cualquier sociedad moderna que busca privi-
Tierra Baldía de T.S. Eliot, al tiempo que toma legiar el orden y la eficiencia sobre la moral, la
inspiración de un comentario de Alexandre Koyré responsabilidad ética y el cuidado del prójimo. A
a propósito del pensamiento de Nicolás de Cusa). principios de este siglo publicó su influyente obra
2. Zygmunt Bauman nació el 19 de noviembre Modernidad líquida (2000), en la que desplegó
de 1925 y falleció el 9 de enero de 2017, a los su metáfora más celebrada, adoptada por activis-
91 años. Natural de la ciudad de Poznan, situada tas e intelectuales de todo el mundo para denun-
en el centro occidental de Polonia. Entre sus ex- ciar y resistir discursivamente los efectos de la
periencias biográficas consta que fue víctima de globalización y la creciente deshumanización y
los nazis. Desde 1948 comenzó a dar clases de mercantilización de las relaciones sociales. Entre
sociología en la Universidad de Varsovia, donde los muchos honores que le concedieron destacó
se convirtió en catedrático en 1964. Cuatro años el premio Theodor W. Adorno en 1998.

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tiempo tras la aceptación de reali- para que caigan bajo las reglas universa-
zar este comentario para la Revista Inter- les. Tal vez su agudeza para no equivo-
nacional de Pensamiento Político. Con el carse denota que asumió durante toda su
recuerdo, evocado desde el fondo de la vida como investigador de la condición
mente, de un relámpago que quiebra el humana el desafío kantiano de superar
silencio de un falso refugio, entendí que los escasos conocimientos intelectuales
el modo de realizarlo, el motivo correcto, que hemos sido capaces de forjar para
debía ser la interpretación del desorden alcanzar lo universal, y, en concreto, para
moral y político acumulado a los pies de poder preparar nuestro entendimiento
las leyes y creencias de una sociedad re- para la ética (como el otro proyecto inaca-
bajada, sitiada y líquida (como la diagnos- bado de prepararnos para unas condicio-
ticó Bauman), las cuales, como columnas nes tales que los derechos inalienables de
que crujen cuando el suelo es agitado, la humanidad pueden ser entendidos con
sostienen una humanidad exasperada las concordancias que son necesarias en
bajo la forma de un proyecto complicado relación con los derechos de los pobres,
y falible de civilización infinita. Presento los marginados e incluso de los que son
un esfuerzo por describirlo, aun con di- asesinos de otros seres humanos4). El
versos límites y abreviaciones, utilizando combate de Bauman, racional y material,
solamente algunos de los cuantiosos, lú- ha sido contra la ensoñación, la fantasía
cidos y originales conceptos analíticos y y la superstición con la que la sociedad
prácticos creados por este sabio nacido se dirige entusiasmada (bajo el zumbido
en Poznan. narcótico de la Schwärmerei5) hacia luga-
res sin llegada ni retorno, precipitándose
Trayendo al centro el lacónico inciso de
la pérdida de la realidad. La idea del Bien
Kant sobre la falta de Juicio en proclama-
le precede.
dos eruditos3, sostengo que no es el caso
que nos atañe, pues quien haya leído la
4. Aquí citaré como contrapunto las conocidas
prolífica producción de ensayos de Zyg-
palabras de Marx relativas a que “el crimen no
munt tiene la intuición de que él sí sabe puede suprimirse más que cuando se haya colo-
elegir los casos concretos que disecciona cado al hombre en condiciones tales que se haya
vuelto imposible” que puedan cometerse.
3. En relación al ingenio natural que está más allá 5. El término Schwärmerei, de larga tradición en
de toda educación (lo que popularmente es eti- la teología, filosofía, psiquiatría y literatura ale-
quetado como “talento” por la cultura posindus- manas desde la Reforma hasta el Romanticismo,
trial), Kant dirime que “la falta de esta capaci- designa de un modo general aquello que se cala
dad es, de hecho, lo que llamamos necedad y tal como un delirio fanático (contenido en la metáfo-
defecto no tiene remedio (…aunque cualquiera) ra luterana del enjambre de abejas que zumba sin
puede muy bien llegar, a base de estudio, hasta pausa, cegado sobre el lugar en el que se halla la
la misma erudición”, lo que nunca será suficiente verdad). Igualmente, sirvió durante mucho tiem-
dado que si la razón se usa inadecuadamente (es po como palabra común para englobar en una
decir, aquel que no sabe aplicar en la práctica el misma categoría los casos de visiones, sueños,
conocimiento que tiene) porque hay carencia de profecías y alucinaciones de pacientes e “ilumi-
ingenio, pues, no se producirá el entendimiento nados” descarriados. Véase para un estudio por-
e igualmente faltará el Juicio y solo se accedería menorizado el artículo de Rodríguez Baigorria,
al conjunto que pertenece a la doxa. Ver Kant, Martin, “La Ilustración alemana y los dilemas de
Immanuel. Crítica de la razón pura. Taurus, Ma- la Schwärmerei” en Aufklärung. Revista de filo-
drid, 2017, p. 180 sofía, 2014, 1 (julio-diciembre).

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2. Los síntomas de la no ubicuo dentro del sistema lacaniano,
expresión de la negación a la asimilación
deshumanización de los o integración tanto de lo primitivo como
extraños y diferentes de lo que es valorado como lo nuevo (de-
tonante de la inestabilidad general) queda
Hay una marca condensada en las estra- formalizada por Zygmunt Bauman como
tegias discursivas del sujeto occidental un significante antropoémico7 (a su de-
para abordar el misterio, la incertidum- cir exacto una “estrategia”): un rasgo del
bre, el extrañamiento y las diferencias lenguaje transferido a la realidad psíquica
de ideas y formas que a este le resultan y cultural mediante el cual activamos un
arriesgadas e incluso peligrosas en el esfuerzo cognitivo y a la vez moralizante
Otro, quien antes fue aprendido dentro para expulsar de los límites de nuestra
de la sociedad de acogida como el expo- civilización aquello que se siente por ella
nente de lo opuesto a la familia, la religión como una amenaza a su orden y al uno
y la escuela, los cuales qué otras cosas que hemos asimilado, aunque haya sido
son sino herederos gentiles de los reyes aceptado por trauma, como la unidad
taumatúrgicos que lo (nos) han concebi- necesaria. Este “vómito” (fobia émica),
do y adorado (al sujeto) cual niño hasta que ejercita el lanzamiento de lo diferente
el presente (actuando como los prístinos hacia lo que nos queda lejano o en “en-
aparatos del Estado moderno que siem- claves vigilados”, se ha convertido en una
bran las creencias y los conocimientos fuerza motriz que gobierna el devenir de
empíricos, mistificados ambos por un las posibilidades culturales y políticas que
propósito necesariamente ideológico en el gestamos como sociedad y que ilustran
inconsciente de cada proyecto de mente los síntomas del enfermo, nuestra madre
antes de su preciso nacimiento, dotando Europa, que tras su aparente resurrec-
así a cada recién nacido de un discurso y ción ética al inicio de la segunda mitad
un número6 pendiente de trámite para ser del pasado siglo, ya solamente deambu-
admitido en la sociedad). Esta marca, sig- la terminal, pues aquel revivir careció de
dialéctica, sin ojo ni supralogos8.
6. El significante “número” lo desplazo, primero,
a su vertiente neoplatónica como símbolo del lo- Con el coraje del héroe que solo lo es por
gos (lo real; la academia de Platón), es decir, lo méritos propios, el de aquel que puede
que ya existe y que a través de la activación coor- ser humillado sin que nadie sienta miedo
dinada (dialéctica) de la inteligencia y la imagi- por las represalias, Bauman se preocupa
nación queda al descubierto para la conciencia
(de tal forma que todo fenómeno que puede ser
-la curva de la alienación de la sociedad-; la es-
reducido a un número existe matemáticamente
cuela de Jeremy Bentham y Adam Smith).
para el entendimiento). Segundo, a su vertiente
psicológica (logoterapia; la escuela de Víctor E. 7. Bauman, Zygmunt. La ética posmoderna. Si-
Frankl), por tanto, de lo que da sentido a la exis- glo XXI, Madrid, 2009, p. 183.
tencia para orientar la conducta práctica del su- 8. En referencia a la virtud de las virtudes (o tam-
jeto hacia una realización plena (ética y neuróti- bién conocida como la estimativa, que evalúa la
camente útil). Y tercero, a su vertiente mercantil, perfección de los valores que a su vez proporcio-
como signo de un valor que posee una cotización nan la ponderación de la vida buena a las virtu-
dentro del mercado capitalista y que puede variar des que, en su inicio, siendo naturales, aparecen
según la evolución interna de este (lo que genera imperfectas). Véase Plotino. Enéadas. Losada,
un número=plusvalía para una parte del mercado Buenos Aires, 2005, p. 84 y ss.

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por entender tales síntomas para ir des- Propongo que los sentimientos ambivalen-
granando una teoría social ágil,����������
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que colo- tes y confusos que suscita la presencia de
ca a modo de cataplasma bajo nuestros extraños -esos otros subdefinidos, subde-
sentidos obstruidos y que podrá si no cu- terminados, ni vecinos ni forasteros, aunque
rar, sí al menos aliviar la ansiedad -quizás (incongruentemente) en potencia ambas
anestesiarla- que nos sobreviene por la cosas- se describan como proteofobia. El
falta de entendimiento de los fenómenos termino se refiere a la aprehensión provoca-
sociales y su relación con la conducta da por la presencia de fenómenos multifor-
humana; dicho de otro modo, nos apor- mes y alotrópicos que tercamente desafían
el conocimiento, tan adicto a la claridad,
ta una especie de “sueño de Descartes”9
eliden su deber y debilitan las tan familiares
para empujarnos a la superación del des-
retículas clasificatorias.10
garro existencial derivado de no parar de
andar, sin salirnos del camino, a pesar de He ahí, en el sintagma que encarnan “los
hacerlo sin saber, más allá de la función fenómenos multiformes”, un síntoma de
biológica que ocupa, cuál es el propósito la aversión a la totalidad de la humanidad
totalizador que se oculta tras el significado por la humanidad y la catarsis regresiva
literal que designa el propio acto de cami- que absorbe la mentalidad occidental me-
nar hacia delante: diante el desigual desarrollo institucional
de las variantes del cristianismo11 y más

9. Aquí aludo a la interpretación de los sueños de 10. Op. cit., Bauman, p. 185.
René Descartes apuntada por el historiador Maxi- 11. El cristianismo primitivo, representado por el
me Leroy en su obra sobre el filósofo francés. En movimiento que lideraron Jesús y sus seguidores
el análisis de Leroy, sobre el que más tarde so- dentro de la tradición judía, implicó, entre otros
licitará la opinión de Freud para contrastar sus factores, una disrupción con respecto a la noción
conclusiones, basado en una paráfrasis narrada de autoridad contenida en la visión escatológica
por un abad del siglo XVII, Adrien Baillet (quien de la basileia (el advenimiento del reino sagra-
es considerado el primer biógrafo de Descartes), do de Dios). La reinterpretación de la Tora que
todos los objetos, personas y visiones que recor- presentó el rabino de Galilea posicionó la basi-
daba Descartes de varios sueños que él mismo leia al servicio de la totalidad de la humanidad
calificó como signos de epifanía, contenían los (incluidos los impíos, los sucios, los pecadores
significantes del deseo inconsciente que le condu- y los pobres), eliminando la diferenciación en-
jo durante toda su vida: adoptar la sindéresis para tre la santidad y la limpieza de los elegidos y de
compensar los errores y pecados de su juventud, los rectos en relación con la anonimización de la
y de ese modo albergar al Espíritu de la Verdad multitud (símbolo de los restos excrementales).
(la decisión permanente y ascética de comprome- En la visión y praxis resultante, el mensaje de-
ter su vida con la reflexión filosófica y científica). fendía que todo el mundo, sin restricción alguna
Freud, claro está, matizaba esta interpretación tan (por razón de paganismo, etnia, género, estatus
evidente en relación con la sexualidad reprimi- social o estigmatización moral o cultural), estaba
da de Descartes (subrayando el famoso “melón” invitado a unirse y disfrutar del reino (el pueblo
que aparece como regalo en el recuerdo de uno de Israel perdía su exclusividad) puesto que la
de los sueños). La extensa obra de Bauman puede basileia se hallaba en el interior de cada perso-
ser recibida como una herramienta práctica para na por su propia naturaleza humana (la cuestión
discernir una senda para la sindéresis. Ver Freud, era aceptar la unidad trascendente dentro de la
Sigmund. Obras completas. Volumen 21 (1927- diversidad o continuar reprimiéndola). Sin em-
31) Amorrortu, Buenos Aires, 1976, pp. 198-206. bargo, el desarrollo histórico posterior enseguida
Ver Leroy, Maxime. Descartes, le philosophe au recaerá en subrayar enunciados y categorías del
masque. Rieder, Paris, 1929. patriarcado que siempre fueron cruciales en la

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tarde por la causalidad estructural del ca- de Freud este queda consignado como el
pitalismo y su sincronía con el nacionalis- indicio de un proceso represivo, de modo
mo12. Volviendo al síntoma, en el sistema que aflora en la conducta del sujeto con
la forma de prohibiciones o penitencias
tradición hebrea, y que terminaron por reprodu- unas veces, y otras mediante satisfaccio-
cirse en la evolución del cristianismo en combi- nes sustitutivas que se repiten compulsi-
nación con la tradición política y los principios vamente13. Si lo reprimido es convenido
económicos inherentes a las estructuras ideológi- como aquellas representaciones “inacep-
cas de los siglos II al V. La unidad trascendente
tables para la conciencia”14, el síntoma
de la totalidad (universalidad) de la humanidad
como creación de Dios podemos relacionarla puede manifestarse como una estrechez
con la idea de universalidad o totalidad ideada ante el peligro (de lo prohibido), es decir,
quince siglos más tarde por Kant como la plura- como el signo de la angustia sustanciado
lidad considerada como unidad. En efecto, Kant en aquello que amenaza al sujeto con re-
identificada una conciencia “pura, originaria tornar a una situación primigenia e infantil,
e inmutable” (la “apercepción trascendental”) como si repentinamente fuera de nuevo
mediante la cual sería posible el entendimiento
un niño desvalido y por siempre inacaba-
objetivo de lo diverso, o dicho de otra forma, la
mente solo puede pensar la identidad del yo en
do15 (a modo de un segundo nacimiento
medio de la diversidad por medio del concepto
crecimiento no era meramente la consecuencia
a priori (la causa) y no empírico (responde a re-
de leyes naturales que dirigían la producción ca-
glas a priori). Por tanto, el entendimiento solo
pitalista sino (que la causa se hallaba) en la con-
es imaginable por la necesidad de la unidad de
tinua existencia de sectores precapitalistas en el
conciencia, lo que es extrapolable a la dimensión
país que el “capitalismo” capturó y llevó a su
sobre el espacio y el tiempo que abrió el discur-
esfera de influencia. Una vez que este proceso se
so de Jesús (al traer la esperanza del futuro a la
expandió a todo el territorio nacional, los capi-
experiencia del presente). En ese contexto teo-
talistas se vieron obligados a buscar otras partes
lógico, la sacralidad de la humanidad solo podía
de la tierra, otras tierras precapitalistas, para
entenderse como unidad universal, es decir, en
llevarlos al proceso de acumulación de capital
aplicación al entendimiento de la totalidad de la
que se alimentaba de lo que estuviera fuera de
humanidad como concepto. Los objetivos que
sí mismo”. Por consiguiente, el nacionalismo se
fija Bauman, judío de nacimiento, para encarrilar
arma como el virus que propicia la efectividad de
su deducción (en el sentido Kantiano -quid juris-
la expansión. Me planteo, por analogía, si no será
de alegar razones, pruebas y derechos) reflejan
este proceso un síntoma de la repetición compul-
la tensión justificativa de la unidad de la huma-
siva del acto “traumático” de expropiación adya-
nidad como constante política y religiosa. Véase
cente a la pulsión de muerte. Ver el comentario
op. cit., Kant, p. 116 y pp. 136-137. Ver Schüssler
sobre Luxemburgo contenido en Arendt, Han-
Fiorenza, Elisabeth. In memory of her. A feminist
nah. Hombres en tiempos de oscuridad. Gedisa,
theological reconstruction of Christian origins.
Barcelona, 1990, p. 49 y siguientes.
Crossroad, New York, 1983 ,pp. 119-121
13. Freud, Sigmund. Inhibición, síntoma y an-
12. Aquí me limitaré a recomendar la perspecti-
gustia. Amorrortu, Buenos Aires, 2016, p. 77.
va de Althusser en “Ideología y aparatos ideo-
lógicos del Estado” por un lado. Y la de Rosa 14. Ibidem., pp. 15-17. En este sentido, Jacques
Luxemburgo en “La acumulación del capital” André advierte del proceso causal que se inicia
por otro. En relación a esta segunda, resumo una rápidamente hacia el desprendimiento del afecto
de sus ideas seminales que regeneró la tradición (de lo que es reprimido).
marxista comúnmente aceptada en su tiempo 15. “La existencia intrauterina de hombre se pre-
(aunque la mayoría de la élite intelectual re- senta abreviada en relación a la de la mayoría de
presentativa de ese movimiento en Alemania la los animales; es dado a luz más inacabado que
despreció vehementemente): “(…) El proceso de estos. Ello refuerza el influjo del mundo exterior

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pero más traumático). En consonancia, nos importa poco y nos sentimos tentados a
al igual que ocurre con el genio vienés, que nos importe aún menos (…) por lo que
Bauman tiene un objetivo primordial que es probable que sigamos cometiendo actos
fluye de una raíz originaria y eterna: disec- irracionales e inmorales, así como actos que
cionar el significado de la dominación y el son irracionales aunque morales, y otros
control que la cultura, como expresión de que son racionales e inmorales.16
la superestructura, despliega en nuestro En efecto, Bauman refleja cómo se produ-
yo social para hacer de nosotros lo que ce el desfallecimiento del entendimiento
no somos, una identidad sustraída, otro práctico sobre aquellas situaciones (los
ser que por lo general deviene asustado fenómenos) sobre las que no estamos
y que busca la fantasía de una protección enseñados para comprender, puesto que
absoluta para atreverse a ocupar el lugar “desafían el conocimiento” y “debilitan
que desea nuestro inconsciente reprimi- las retículas clasificatorias”. Necesaria-
do, y así proceder al descendimiento de mente, para exponer la geometría de este
la apariencia de bienestar y autocontrol. padecimiento y las “maneras de controlar
Bauman, con su característica habilidad el problema” por parte de los mecanis-
para el juico analítico, nos presenta los mos de dominación social, procederé al
efectos sociales y psíquicos (emocionales) ejercicio de revisar el canon de la razón
que provocan el orden y la administración pura y el principio de la no contradicción
del espacio social por parte de los apa- para recorrer en un sentido crítico la de-
ratos ideológicos de los estados, quienes ducción realizada por Bauman. Es fácil
alcanzarían su plenitud (concebida esta recordar que, para Kant, de las tres pre-
como certeza apodíctica) al instaurar un guntas que, gracias al uso de la razón, po-
“mapeado cognitivo” en la conciencia del demos formularnos para, en la indagación
ciudadano, lo que a su vez tiene efectos que suscitan, llegar a alcanzar el sentido
sobre la comprensión del espacio social que debe para la condición humana,
en el que deviene la vida material que el la decisiva (o trascendental) era “¿qué
sujeto reproduce en términos morales: puedo esperar?”17. En esta proposición
En el espacio social mapeado cognitivamen- (que, como expresé en la introducción,
te, el extraño es alguien del que sabemos representa el ánimo del espíritu de verdad
poco y deseamos saber aún menos. En el con el que se siente comprometido este
espacio moral, el extraño es alguien que comentario por el hecho de ser una cues-
tión teórica y práctica en simultaneidad)
real, promueve prematuramente la diferenciación se contiene que para el hombre y la civili-
del yo respecto del ello, eleva la significatividad zación hay algo que esperar: la felicidad.
de los peligros del mundo exterior e incrementa Como consecuencia, la dignidad de la fe-
enormemente el valor del único objeto que puede licidad vendría a quedar establecida por
proteger de estos peligros y sustituir la vida intra-
una ley absoluta que directamente sinteti-
uterina perdida. Así, este factor biológico produce
las primeras situaciones de peligro y crea la ne- za que aquélla es “el empleo de la libertad
cesidad de ser amado, del que el hombre no se de un ser racional”. Pocas dudas le caben
librara jamás”; luego el amor es, como metáfora, a Bauman de que esa ley, cuya claridad
la sustitución de la necesidad de dejar de sentir el debería ser de una proporcionalidad igual
peligro, pues, lo que está en sí inacabado equivale
a la indefensión (que representa la forma primitiva 16. Op. cit., Bauman, p. 189.
de la angustia). Véase ibidem., p. 124. 17. Op. cit., Kant, p. 630.

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y que conduciría a un fin práctico (“haz fágica (que incluye al otro. Es decir, el
aquello mediante lo cual te haces digno visitante o externo a debe apegarse para
de ser feliz”), se encuentra en realidad tener posibilidades de ser aceptado. Dis-
alienada por las experiencias del sujeto puesto a dejar de ser para volver a ser de
en la sociedad; dicho de otro modo, como acuerdo a un marco de referencia), y la
advertía Kant, se cumple que “el sistema émica (el visitante o externo a queda cla-
de la moralidad va indisolublemente liga- sificado como lo diferente a lo nuestro. La
do al de la felicidad, pero solo en la idea condena social y normativa se hace evi-
de la razón pura”18 (especulativa). dente si el sujeto se atreve a prolongar su
estancia entre nosotros tal y como es. La
Consecuentemente, la infelicidad pura
resistencia a dejar de ser para así seguir
(tomada como el entendimiento nulo) del
siendo, coloca al sujeto en una situación
ciudadano contemporáneo debe conec-
de peligro para sí del que es considera-
tarse con su impotencia para ejercer su
do el único responsable). La dominación
libertad práctica en términos racionales.
impone de manera binaria una elección
Bauman señala que en el instante en que
totalitaria (de “una u otra” entre esas op-
no “sabemos seguir adelante” porque
ciones, las únicas posibles). La felicidad
la diversidad de los fenómenos supera
que es entendida por quien es nativo del
la uniformidad de la educación recibida
lugar, pues, aquel que cree que pertenece
(ajustada estratégicamente para domi-
debidamente antes que el resto (la multi-
nar), sin certezas sobre las reglas que
tud informe y excremental) al Estado, se
deben aplicarse ante lo reprimido, surge
la asegura (como garantía de orden) me-
la demanda por una programación del
diante discursos que apelan a la conser-
espacio social en la que los sentimientos
vación de la seguridad identitaria e “insti-
morales serían suprimidos al servicio de
tuciones correctivas para los fracasados y
un sistema alternativo de creencias, opi-
los recalcitrantes; el ostracismo cultural y
niones y juicios que resuelven la proble-
la denigración de las costumbres extran-
mática en una dirección: generando unos
jeras, con el atractivo de la asimilación
sentimientos extraviados con respecto al
cultural; el proselitismo nacionalista, con
fin práctico de la felicidad pero que son
la posibilidad de repatriación y limpieza
tomados como significantes socialmente
étnica; la igualdad de ciudadanía legal-
aptos para controlar el síntoma; lo que
mente proclamada, con el control de la in-
ayudaría a contextualizar las inclinacio-
migración y las reglas de deportación”19.
nes de las minorías y desfavorecidos a la
La contradicción de fines obviada en este
hora de sentir atracción hacia discursos
encadenamiento de opuestos ha sido
fascistas, xenófobos, sexistas o antisemi-
“democráticamente” legalizada, saltán-
tas que de un modo u otro les debilitan
dose el principio del entendimiento puro
en el plano de los fenómenos empíricos
analizado por Kant20. En este sentido, ¿un
tanto como que les alejan de la dignidad
universal. 19. Op. cit., Bauman, p. 184.
20. Kant se esforzó por diferenciar, en aras de
Entre las estrategias para dominar (y pro-
obtener un conocimiento analítico, aquello que
tegernos del extraño, del diferente y del puede ser simultaneo con respecto a lo que puede
extranjero), Bauman distingue entre la ser sucesivo, y del mismo modo separó lo que es
un juico determinado por una propiedad tempo-
���.Ibidem., p. 633. ral, de aquel que es estrictamente analítico (que

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ciudadano y las leyes que lo moldean y ordenan pueden contener fines racistas y,
a la vez, de no discriminación de acuerdo
aspira a tener una validez universal). Por ejem-
a la dignidad de la felicidad? Y de la mis-
plo, mediante el enunciado negativo de que una
persona joven no puede ser una persona vieja al
ma forma, ¿puedo comportarme como un
mismo tiempo, aunque sí lo terminará siendo racista hoy en un determinado supuesto y
en tiempos diferentes o sucesivos (obviamente, mañana, sucesivamente, decir tomar mis
queda descuidado el carácter ideológico y cul- decisiones como alguien que combate ese
turalista en el sentido de que una persona joven mismo racismo en otro escenario diferen-
puede comportarse en la práctica social como te mientras que, simultáneamente, ejerzo
alguien precozmente viejo y, al revés, un viejo en ambos momentos mi libertad racional-
puede comportarse de un modo regresivamen-
mente? Lo que aquí está en juego no es la
te infantil). La intención de su razonamiento se
explica mejor con la siguiente descripción: “Si secuencia temporal de los acontecimien-
digo que una persona no es culta, debo añadir tos ni siquiera la hipocresía de los hombres
la condición de simultaneidad, ya que quien es en términos de moralidad, sino dilucidar si
inculto en un momento puede ser culto en otro en ese tipo de simultaneidades estaríamos
momento. Si afirmo, en cambio, «Ninguna per- adquiriendo un conocimiento válido de
sona inculta es culta», tenemos una proposición la condición humana a priori, o bien si la
analítica, ya que la propiedad de la incultura
contradicción identificada (mediante pre-
formaría parte del sujeto (…) sin necesidad de
añadir la condición de simultaneidad”. Ver op. dicados que contradicen los conceptos)
cit., Kant, p. 193. Por consiguiente, la compleji- necesariamente lo anula. Si ocurre lo se-
dad discursiva a la que se enfrenta un sujeto en gundo es cuando quedaríamos trabados,
el mundo contemporáneo cae en la aporía de la es decir, no estaríamos accediendo a nin-
causalidad y de la no contradicción, ya que unas guna verdad absoluta (o analítica) y habría
veces act��������������������������������������
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a como un racista -formalmente no de- que rendirse a que la condición universal
clarado- (exento de censura moral) que es asis-
para conocer al Otro empíricamente es
tido por leyes que le habilitan un deber práctico
para serlo (protegiendo bienes públicos escasos y
una cuestión relativa, obscura, problemá-
preservando la seguridad del estado y de los seres tica y ambigua, en la que cada cual (go-
queridos), mientras que en otras ocasiones, por biernos, partidos, iglesia, escuela y sujetos
medio del mismo régimen normativo, adopta un individuales) puede elegir la estrategia que
conocimiento universal sobre la totalidad de la mejor le venga en cada coyuntura (esta se-
humanidad (la ayuda pública o privada califica- ría la síntesis Baumaniana).
da como “humanitaria”, y asistiendo el acceso a
la nacionalidad para extranjeros). Aunque sea de Las causas culturales de este fenómeno
este modo, el razonamiento puro nos conduciría práctico se explican perfectamente con
a elucidar una proposición analítica que validara la crítica de Freud sobre los imperativos
que «ninguna persona racista es no racista». Sin éticos de los mandamientos (tomados por
duda, el dilema sobre el contenido de las polí-
imposibles para nuestra psique21). A la
ticas de inmigración europeas y la reproducción
de la espacialización social, moral y estética (a 21. Freud deslumbra sin escrúpulos la mirada
través del mapa asistido por los medios de comu- compasiva cuando expone que “el mandamiento
nicación para ilustrar la llegada de inmigrantes «Ama a tu prójimo como a ti mismo» es la más
“ilegales” y el miedo o precio por tratarles como fuerte defensa en contra de la agresión huma-
seres humanos cuando son presentados como “no na, y un destacado ejemplo del proceder apsi-
humanos” (en el sentido de “no iguales a noso- cológico del superyó de la cultura. El mandato
tros”) o solamente como “casi humanos” (solo es incumplible; una inflación tan grandiosa del
“parcialmente como nosotros”) reflejan la distor- amor no puede tener otro efecto que rebajar su
sión reglada que capta Bauman con su ingenio. valor, no el de limitar el apremio. La cultura

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vez que desemboca en otro espaciamiento
descuida todo eso; solo amonesta: mientras más para el desarrollo productivo de la convi-
difícil la obediencia al precepto, más meritorio vencia social: el espacio estético. Estaría-
es obedecerlo. Pero en la cultura de nuestros mos así en un territorio donde al extraño se
días, quien lo hace suyo se pone en desventaja
le deja deambular para que participe del
respeto de quienes lo ignoran (…) La ética lla-
mada «natural» no tiene nada para ofrecer aquí, espacio de la ciudad siempre y cuando la
como no sea la satisfacción narcisista de tener extrañeza que suscite para la conciencia
derecho a considerarse mejor que los demás”. de normalidad se considere que está bajo
Freud, Sigmund. Obras completas. Volumen control22. Tanto el inmigrante como el tu-
21 (1927-31) Amorrortu, Buenos Aires, 1976, rista, si ocupan el lugar correcto, digamos
p. 138. Para entender mejor la causa por la que que “su lugar”, pues, “vigilado”, formarán
Freud nos alarma de este modo en “El malestar parte del espectáculo y entretenimiento del
de la cultura”, es revelador citar el comentario
espacio urbano; esta sería una prueba de
de Lacan en su Seminario 7, cuando analiza el
cómo dentro del espacio físico es “acogi-
origen del “horror” que provoca que el sujeto se
eche atrás a la hora de amar al otro como a él do” el espacio moral. Pero esta introduc-
mismo: “¿Ante qué retrocedemos? (…) Retroce- ción de lo moral en lo estético va acompa-
demos ante el atentar contra la imagen del otro ñada de una dinámica de distanciamiento,
porque es la imagen sobre la cual nos hemos for- algo que se observa, por ejemplo, cuando
mado como yo. Ese prójimo tiene precisamente los efectos materiales o externalidades de
sin duda toda esa maldad de la que habla Freud, la gentrificación en sus diferentes moda-
pero que no es otra que la misma ante la cual lidades (fachadas restauradas o aseadas,
retrocedo en mí mismo, y que amarlo es verda-
infraestructuras y mobiliarios renovados,
deramente amarlo como un mí mismo, pero al
mismo tiempo es necesariamente aproximarme
apertura de comercios, ensanche de ace-
a cierta crueldad; la suya o la mía, me objeta- ras, tráfico regulado, alquiler vacacional de
rán, pero todo lo que acabo de explicarles es viviendas, etcétera) son recibidos como
justamente para mostrarles que nada dice aquí́ estímulos sensoriales placenteros por los
que sean distintas. Parece más bien que fuera la miembros de la comunidad que queda al
misma, con la condición de que sean atravesa- margen del coste o de alguna posible le-
dos los limites que me hacen plantearme frente sión o perjuicio en su statu quo, momento
al otro como mi semejante” (pp. 119-122). En mi
este en el que el Otro (aquellos que son
forma de analizarlo, el nexo entre el horror que
lesionados o expulsados) queda transmu-
bloquea el avance hacia el amor al prójimo, y el
grueso desgarramiento que sufre la posibilidad de tado en lo extraño (en el inmigrante, el su-
una ética para la vida, que refleja el núcleo cultural
de lo que angustia a Bauman, lo localizo en la con- aprisiona en su fantasma, solo podría producirse a
solidación posmoderna de la creencia de que uno partir de cuestionarme si la huida que práctico de
mismo, para ser útil para la sociedad (y obtener su mi semejante es plenamente lógica, pues, el Otro,
protección), debe dejar de cuestionarse a sí mismo como tal, es también una parte semejante de mí (y
(y con ello, tal y como sugiere Bauman en varios de mi unidad con el resto de la humanidad), lo que
momentos de su obra, el ciudadano productivo debería mostrarme su contrario, es decir, lo ilógico
-que trabaja, vota y disfruta del consumo- olvida de haberme detenido, que a su vez se opondría al
el desafío eterno de mejorarse a si mismo ante un mecanismo irracional que encandila al Ello.
ideario ético). En consecuencia, mi argumento es 22. “Los extraños pueden disfrutarse únicamente
que el salto dialéctico que implica amar al otro, si su extrañeza ya ha sido asegurada, si los es-
concebido este goce del prójimo como un espejo pectadores la intuyen y tienen confianza de que
en cuyo trasfondo aguardan los mismos miedos, la complacencia no representa ningún peligro”.
deterioros y deseos maliciosos que uno mismo Op. cit., Bauman, p. 190.

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cio, el pobre y el groseramente débil para En la apelación “libre de ataduras” es
ser integrado en ese espacio), es decir, donde se encuentra el quid político de
queda reducido a un organismo informe o nuestro tiempo, en cuanto a lo que un
“cuerpo ajeno” para la unidad de la que el acto moral significa y la demanda que
resto sí que participa (basada en el deleite este ejerce sobre nuestra conciencia so-
de percibir lo que está limpio, en orden, cial. Desde lo cual, Bauman destila dos
arreglado, progresado y que genera valor consideraciones decisivas:
económico, equiparando las sensaciones
i. El acto moral se ha tintado (naturali-
recibidas con valores morales). Paradóji-
zado) de ambivalencia24, concebido
camente, fruto de la radicalidad moral que
vehicula este choque perceptivo, emerge Bretaña y gracias a ello llegar al poder del esta-
una dialéctica entre esa ajenidad y el en- do e implantar una “vacía utopía socialista”. Al
cuentro de un deber: argumentar su hipótesis describe abreviadamente
el pensamiento de Lenin, como la idea referida
La actitud moral, con su molesta proclividad a la ventaja que otorga esperar a que una nación
a forjar sus propios grilletes en la forma de sea derrotada por algún enemigo para, aprove-
responsabilidad por el otro –que convierte al chando el caos resultante, implantar un proceso
Otro de objeto de satisfacción en un Rostro revolucionario. Cohen desacredita la causalidad
exigente– es un enemigo declarado de la co- de la dialéctica defendida por Lenin al contrapo-
rriente, la esencia del espaciamiento estéti- nerle que los colapsos económicos más disrup-
co. La actitud moral ata la atención a su ob- tivos siempre han provocado el advenimiento
jeto por más tiempo de lo que habría hecho de dictaduras fascistas o el acceso al poder de la
si estuviera libre de ataduras: convierte la derecha más conservadora. No entraré en criticar
las intenciones, omisiones y aporías evidentes de
atención en una fuente de responsabilidad,
la lógica política que practica Cohen. Lo que me
y la responsabilidad involucra mantener la
interesa es el proceso cognitivo que precipita que
atención en tanto el Rostro la necesite.23 Rowling, haciendo suyas las ideas de Cohen, al
23. Bauman, ibidem., p. 206. Para comprender mismo tiempo que reconoce la existencia de los
mejor esta proposición es interesante citar un pobres, marginados y débiles, niegue la posibi-
comentario de la celebre escritora de literatura lidad moral e histórica de eliminar esa situación
popular J.K. Rowling en la red social Twitter el mediante un programa socialista. De manera que
pasado 16 de diciembre de 2019, haciéndose eco la exigencia del Rostro hacia su responsabilidad
de un artículo de Nick Cohen en The Guardian, individual logra amortiguarla al demostrar para
publicado en la misma fecha bajo el título “Why sí misma que no hay una alternativa política con
are Labour`s leaders so quite on Europe? May- valor moral, luego su responsabilidad (que sim-
be its the lure of disaster”. El tweet de Rowling plemente se materializaría en no votar al partido
recogía el siguiente párrafo del texto original de laborista, lo que se traduce, probablemente, en
Cohen: “Desear el sufrimiento a las personas que salvarse de gravámenes fiscales que reduzcan su
son más débiles y pobres que tú es repugnante y patrimonio) queda involucrada con la situación
no es menos desagradable cuando Jeremy Cor- del Otro, aunque sobre dicha situación, de cons-
bin en lugar de Jacob Rees-Mogg está deseando ciente sufrimiento para quien observa, no contri-
que la miseria de los demás crezca para hacer buya a cambiarla ni eliminarla (porque, a tenor
avanzar su programa político”. El artículo com- de la alineación, no puede serlo, habilitándose así
pleto de Cohen es un ataque directo a Corbin, al la distensión psíquica).
que acusa de ser un ortodoxo leninista, dando por 24. “En la compleja red de dependencias mu-
hecho que el ala radical del partido laborista (que tuas, las consecuencias de cualquier acto for-
según Cohen es la que domina las decisiones que zosamente son ambivalentes; ningún acto, por
toma Corbin) espera con ilusión que el Brexit más noble y desinteresado que sea -y beneficioso
haga colapsar la sociedad y la economía de Gran para algunos-, puede salvarse verdaderamente

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como un algoritmo desacralizado cuyo “lujo” idealista) para la felicidad real (la
fin (si fuera universal) es hacer posible cual es experimentable en la escala que
la realización individual (el placer que solo es posible recrear).
culturalmente está autorizado), permu-
ii. La adiaforización social emerge como
tado en un cálculo de posibilidades para
una isla cognitiva o espacio de aten-
multiplicar las ganancias y minimizar
ción reducido y condicionado para re-
las pérdidas de la vida (estableciendo
lacionarse sincopadamente con el Otro
antinomias aceptadas, naturalmente,
(lo que supone no tener que asumir
como racionalmente inevitables: reco-
el coste por no cumplir con los com-
nocimiento versus vergüenza, sacrificio
promisos hacia él). La acción moral se
versus satisfacción). El Mandamiento
fragmenta en resultados esperables,
judeocristiano queda sancionado como
pero tanto la intención como el efecto
un “reino” fuera de la realidad históri-
final del acto adquieren una significa-
ca; inalcanzable (sublimado como un
ción neutral y, si cabe, inapreciable
de herir a quienes se encuentran, inadvertida-
para merecer el elogio o el rechazo
mente, del lado receptor”. Ibidem., p. 207. Esta (el contacto con lo extraño tiene lugar,
ambivalencia también es el resultado de la caída pese a que el diálogo se posponga o se
del proyecto de contener la conducta ética del diluya en un discurso colmado de bue-
hombre en un régimen normativo incuestionable, nos deseos). Esto es justamente lo que
perfectamente medido y comprobado para toda implanta la adiaforizacion: el permiso
situación. Bauman revisa la escuela intuicionista (culturalmente institucionalizado) para
liderada por G. E. Moore (tendente al enunciado
la rendición al hecho de que la perso-
de que “lo bueno es evidente” y no necesita de
explicación ni concepto que lo delimite, pues, na “no puede derrotar la ambivalencia,
su comprensión se compone de ejemplos con- solo aprender a vivir con ella”25.
cebidos como posibilidades sensuales, ya sea el
Consecuentemente, el cierre del sujeto
“afecto personal” o la “apreciación de lo bello”)
pero no para prescribirla como superior sino para
se produce como un empujón deliberado
hallar un lugar, el que él quiere ocupar, que equi- (“nudge”) para escapar del deber (y sal-
valga a un entendimiento racional, histórico y tar a otro deber más fácil de satisfacer), y
críticamente intermedio, pues, que no niegue ni con ello poder sobrevivir a la presión de
renuncie a ninguna de las dos perspectivas, ni la las fuerzas inconmensurables que cince-
universalista ni la personal, aunque enfatizando, lan y someten el curso de la vida material.
eso sí, un escepticismo necesario (la inteligencia El “fracaso” moral que es identificado (la
del número que veneraba Kant) para contrastar
inacción ante la persistencia de pobres,
la fuerza de la opinión unánime que “de ningu-
na manera es garantía de su valor ético”. Por de personas sin vivienda, de trabajadores
tanto, a su parecer, mediado por su memoria del precarios sin cualificación ni prestaciones
Holocausto, “(…) no hay contradicción entre el sociales, la denegación de permisos de
rechazo a la ética de las normas de convención residencia a los inmigrantes, el descenso
social fundamentadas racionalmente, y la insis- de los ciudadanos en la escalera social
tencia de que sí importa, y tiene importancia mo- por pérdidas de empleo, renta y endeu-
ral, lo que hacemos y de lo que desistimos”. La
damiento; todos estos fenómenos precipi-
conclusión es armar al sujeto con una puerta para
el entendimiento (la propia conciencia concebida tan en la conciencia de cada individuo la
como la responsabilidad moral que es personal e urgencia de un aprendizaje práctico para
inalienable) como garantía para “desobedecer la
orden de hacer el mal”. Ibidem., p. 292. 25. Ibidem., p. 208.

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huir –y a cualquier precio mantenerse de ayuda y protección que el Estado asu-
alejado- del espacio que ocupan los pa- me y gestiona hacia este. He ahí el modo,
cientes del “fracaso”) en verdad no gene- recorrido una y otra vez por el peregrinaje
ra reflexión ni inflexión para impulsar una de la conciencia del sujeto, que es utilizado
transformación social que se oponga a la para recibir la absolución, es decir, para re-
creencia de que aquello de lo que se com- producir el límite del amor hacia los demás
pone son procesos inevitables (aunque su en base a las necesidades de la razón y
presencia exprese el reconocimiento de el “sentido común” (que determinan el al-
la impotencia del sujeto moral en nuestra cance de la recaudación fiscal y el dimen-
sociedad). En realidad, el “fracaso”, como sionamiento de los presupuestos estatales
significante, es obliterado (neutralizado), para sufragar servicios públicos, pensiones
dado que se teje el consenso social de y subsidios); ambos son retorcidos en ar-
que la dificultad que entraña la obligación tefactos ideologizados para expiar la culpa
de vivir productivamente en el mundo por el fracaso de la no salvación de los “ros-
moderno impide la razonable realización tros” del prójimo (la situación sembrada y
de dicho sujeto moral. creída de que “no podemos permitírnoslo”27
definitivamente es abrazada).
Así es como Bauman conduce su inves-
tigación sobre la vigencia (mutilada) del La salida a la luz para dejar atrás tanta
cuerpo social hasta capturar un cambio de niebla y polvo nos la señala Bauman en
situación: “el paso de la modernidad sóli- la dirección ascendente de unos eslabo-
da o pesada a la (posmodernidad) ligera o nes ilusionantes, fronterizos con un espa-
licuada”26. Por tanto, dicho cambio, vincula- cio en el que el espíritu trascendente y el
do a la evolución de la estructura productiva inconsciente político se llenan el uno al
y de la relación entre capital y trabajo, tie- otro, que le marcan, compuestos por las
ne su transposición en las manifestaciones huellas de Emmanuel Levinas y Vladimir
morales y de amor que son establecidas Jankélévitch. En uno de los extremos del
con el Otro, así como en los mecanismos anillo que forman estos eslabones entre
sí, pues, subido primero en el discurso
26. Bauman categoriza dos fases: (i) La fase pe-
de Levinas, Bauman, sentencia que el
sada (o sólida) basada en el “compromiso entre
capital y trabajo fortalecido por el carácter mu- Estado (concebido desde el ideologema
tuo de su dependencia”. (ii) La fase ligera (licuada liberal que vertebra la cultura dominan-
o líquida) la vincula con la mentalidad de a corto te) es un mecanismo de violencia que
plazo, sustentada en la sustitución de la alegoría
productiva de “hasta que la muerte nos separe” 27. “Podríamos ayudarlos, a todos alegremente,
o dicho por él de otro modo: “los miembros de pero esto no es posible sin repartir nuestra ri-
la pareja ya no esperan estar mucho tiempo en queza, sin unos impuestos más altos, y esto sería
compañía del otro”. Los “inputs” o salidas de este perjudicial o estúpido (…) Puede que sea tris-
cambio histórico de mentalidad cultural desembo- te y deprimente no poder guiarse por los senti-
can en los enunciados (recibidos como demandas mientos, pero el amor necesita a la razón para
para la represión del sujeto) relativos a nociones que lo salve de su necedad”. Ibidem., p. 198. La
vagas y desplazadas de sus marcos lingüísticos y ironía es aclarada para evitar malas vibraciones:
científicos originales como la flexibilidad y la re- “Lo que sostengo es que estas son utilizaciones
siliencia, señaladas para absorber las necesidades indebidas de la razón. Ofrecen una escapatoria
del mercado, la empresa y el compañero de vida. de una difícil situación moral, no la ocasión para
Ver Bauman, Zygmunt. La sociedad individuali- hacer frente a sus verdaderos dilemas y tratar de
zada. Cátedra, Madrid, 2001, pp. 32-40. resolverlos “. Ídem.

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ejecuta divisiones (lo real queda organi- legítimo y distorsión del mundo moral”29.
zado en clases y categorías) y delimita el Mientras que en el otro extremo de la
amor a los demás, es decir, administra la conjunción del anillo lo que prima es la
“misericordia” que discurrirá entre leyes disquisición de Jank����������������������
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vitch sobre el sen-
y costumbres mediada por el lenguaje de tido de lo impuro como signo equilibrado
la justicia, y proporciona un espacio on- de la humanidad esencial. De modo que
tológico al hecho de que en sí la justicia lo asimétrico, imperfecto, delicado e in-
nunca es definitiva, sino que siempre se constante, lo que no genera la disyunción
podrá alcanzar una “justicia más justa” sino una mezcla, pues, ese ser impuro es
(lo que implica una contradicción lógica y lo que permite el conocimiento de uno
las consecuentes pérdidas de eficacia ra- y del Otro, enalteciendo que “quien no
cional al aplicarse desde una concepción es ni lo uno ni lo otro, es por ello mismo
tan sesgada). El despertar del olvido ético uno y otro”30. Una forma de afirmar que
queda resumido en el siguiente hallazgo: el hombre no podrá dejar de ser un con-
flicto31 entre la positividad (optimismo) y
La justicia que el Estado administra nace
de la caridad gestada y criada dentro de la
situación ética primaria. Y, sin embargo, la 29. Para Levinas, la responsabilidad ética del in-
justicia solo puede ser administrada si nunca dividuo no tiene límites sociales o normativos, de
un modo u otro, ajustándose a la esencia hebrea,
deja de verse empujada por su impulso mo-
cada uno es infinitamente responsable: “(…) un
tor original; si se conoce a sí misma como la
ser humano que realmente merezca ese nombre
persecución interminable de una meta siem- en su sentido europeo, derivado de los griegos y
pre elusiva, la re-creación entre individuos- la Biblia, es un ser humano que considera la san-
ciudadanos de esa singularidad del signo de tidad como el valor último, un valor inalcanza-
nacimiento del Otro como Rostro.28 ble”. Ibidem., p. 207. La santidad aludida queda
sustentada en la preocupación por el prójimo por
Bauman continúa concretando que el
delante de la de uno mismo no por alienación,
escenario primordial de la ética es el de sino por elección, no por la determinación de un
la justicia social o, dicho con otras pala- concepto a priori y, en cambio, sí por una pasión
bras, el mundo social es a la vez “vástago (aunque esta sea rechazada en un instante) de res-
ponsabilidad (a mi pesar) por el Rostro. La santi-
dad es el núcleo que cura la indiferencia hacia el
Otro “al margen de todo cálculo y de todo posi-
28. Ibidem, p. 205. La inclinación de un Estado ha-
ble agradecimiento”. Ver Chalier, Chaherine. La
cia la justicia dimana del excedente de compasión
huella del infinito. Emmnauel Levinas y la fuente
que tiene su fuente primaria que no es otra que la
hebrea. Herder, Barcelona, 2004, pp. 232-235.
propia conducta ética de los sujetos que están bajo
su amparo (más allá de la cultura explícita, anda 30. Jankélévitch, Vladimir. Lo puro y lo impuro.
depositada en las raíces implícitas de esta misma Taurus. Madrid, 1990, p. 10.
un artefacto de conjunción entre el inconsciente y 31. La expresión con la que designa el desacuer-
el desarrollo teorético mediante el cual se inmu- do (el “conflicto”) quedaría ilustrada por Janké-
niza el despertar al Otro en la conciencia de cada lévitch en su alusión al autorretrato literario del
uno sin caer en falsificaciones (mi cuidado de él, y duque La Rochefoucauld: “(…) podría servir
su propia preocupación de mi exentas de intereses de ilustración al fragmento de Pascal sobre la
egoístas y de puntos ciegos o de indiferencia). En naturaleza intermedia del hombre. El pintor que
consecuencia, el Estado no debe ser más que el se representa lúcidamente con sus verrugas, pe-
espejo que da testimonio del “peso” que tiene ese queños defectos y reproduce las disimetrías de su
excedente (la transferencia de la responsabilidad rostro, expresa en su lenguaje la verdad de una
infinita a los hechos “impuros”). condición híbrida en la que el mal convive con el

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la negatividad (malicia) a partir de lo cual te reprimido de ambos rostros), precipi-
la pureza “vacía” (pues la que no es así tando que lo que fue una vez simple sea
únicamente le correspondería a Dios) se transformado en un enunciado complejo,
demuestra como una construcción ideo- denso y alterado (apareciendo la angustia
lógica preparada para separar al hombre por la alteración). Gracias a ello emerge
de sus semejantes. el desdoblamiento del sujeto (no su frag-
mentación sino su enriquecimiento al in-
Bauman, en su desarrollo teórico se movi-
troducirse en el discurso del Otro), desde
liza como un receptáculo de estos dos es-
el cual, el sacrificio por el entendimiento
labones de pensamiento, articulando una
de la responsabilidad hacia los demás32
comarca de reunificación entre, primero,
puede existir.
la indagación de un espacio ético donde
quede superada la desunión del ideal es-
piritual con respecto a la vida material y 3. El pobre de vida eterna
sensual, quedando ambos intricadamen-
te asociados y comprometidos. Y, segun-
do, de la catarsis que viene detonada por Los “hombres pobres”, como el motor de
la interacción de la conducta del sujeto la fantasía con la que los ebionitas pro-
con la presencia del Otro (y la práctica pagaron el cristianismo por el Norte de
de un diálogo oculto con el inconscien- África y Oriente Medio durante los prime-
ros siglos de nuestra era (usado como ex-
bien que nos desea en una zona intermedia entre presión simbólica de una transformación
el optimismo y la misantropía”. Ibidem., p. 11. La social cuya meta teleológica se circunscri-
doble negación del eslabonamiento adverbial “ni, bía a la espera de otro mundo), como es
ni” nos dirige hacia un contraste de opuestos de fácilmente reconocible, ha ido sufriendo
gran relevancia para nuestra conciencia. Por con-
siguiente, el núcleo significativo susceptible de
adherirse a la argumentación moral que estamos 32. “El sacrificio es el acercamiento a aquel de
desarrollando radicaría en que la contaminación quien se es responsable”. Ver Levinas, Emmanuel.
que nos sobreviene por medio del Otro es, con De otro modo que ser, o más allá de la esencia.
exactitud, la que nos encamina positivamente Sígueme, Salamanca, 1987, p. 190. Ejemplifico
hacia el proceso de “purificación” (descubierto este “sacrificio” con la conducta de Cleo, la tata
como el destino escatológico para otra realidad protagonista del filme “Roma” de Alfonso Cua-
significante, equivalente a un proyecto común rón (2018), quién en la superación del dolor por
para la humanidad como unidad y totalidad): “En la pérdida de su bebé, muerto en el parto, arriesga
todo el género humano, como en toda la huma- su vida salvando de que se ahoguen en una playa a
nidad, nadie es puro, jamás lo ha sido ni nunca los hijos de su patrona (aunque ella misma, Cleo,
lo será, nadie, ni siquiera un santo, nadie y ni en realidad, no supiera nadar). La familia que es
siquiera por milagro, y, a pesar de todo, el de- salvada le devuelve moralmente el amor recibido
seo de pureza alza obstinadamente su protesta en (la causa indicada, la del acercamiento recíproco,
nosotros contra los fracasos, los desmentidos y es de donde va generándose el excedente de mise-
las decepciones de la experiencia”. Ídem., p. 22. ricordia), y aunque no sea declarada políticamente
¿Acaso no es dicha “protesta”, la exigencia de la extinción de la diferencia de clases (la relación
pureza, la misma que vivifica el juicio racional entre ama y esclava no se supera), lo que sí se
de los votantes de izquierdas a la hora de reti- enfatiza en el discurso del filme es la igualación,
rarse del compromiso y la esperanza depositados como parte del Otro, entre ambos sujetos en cuan-
en los partidos que históricamente les han repre- to al sacrifico que, como mujeres (abandonadas
sentado, sustanciada (la protesta) en el incumpli- por los hombres), asumen hacia sus hijos (y los
miento reincidente de las obligaciones éticas? hijos de los demás).

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una abrupta transliteración, mediada, en Mateo (19,24)34 ha quedado sublimado
última instancia, por la ética del trabajo durante los últimos ciento cincuenta años
moderna33, perfectamente codificada por a través de la existencia de una clase tra-
la lógica cultural del capital, y con el con- bajadora u “obrera” que, poco a poco, no
siguiente adueñamiento de un lenguaje solamente fue tratando de diferenciarse
particular, mítico y así fuertemente político de otra clase inferior o “baja” así como de
desde el cual regular la evolución psicoso- rescindir cualquier lazo en común con la
cial de la mentalidad predominante en el de los marginados, sino que, después, en
seno de las sociedades contemporáneas. el desarrollo posmoderno, recibió la pre-
Por consiguiente, hace tiempo que nadie tensión de dejar de serlo (o ser no obrera)
quiere ser un “hombre pobre”, pues en el para ocupar un nuevo espacio de privile-
hecho de serlo ya no se reconoce huella gios reformulados o expandidos dentro del
alguna de una vía hacia la redención o ilu- concepto sociológico falsamente elástico
minación, ni de una puerta intermedia ha- e igualmente alienante de clase “media”.
cia una revolución social. Aquel mensaje Bauman aclara del siguiente modo cuál
de movilización, y a la vez de burla, con es el hilo conductor de este vocabulario:
reminiscencias comunistas, trasladado
La expresión “clase obrera” evoca la imagen
a la boca de Jesús por el evangelista de de una clase de personas que desempeña
un determinado papel en la sociedad, que

34. Recuerdo el versículo aludido que a su vez


33. Bauman describe la ética del trabajo anterior parafrasea un enunciado del Talmud: “Y os digo
a su fase de adiaforización como “la fórmula de nuevo: es más fácil para un camello pasar por
para que ambos grupos (trabajadores y empre- el ojo de una aguja que para un rico entrar en
sarios) hicieran coincidir sus intereses”, y cuya el reino de Dios”. Fue Georg Brandes quien ar-
síntesis quedaba resumida en la creencia de que gumentó en su celebre obra “El mito de Jesús”
“el trabajo era el camino que, al mismo tiempo, (Crítica Literaria, Madrid, 2010) la inspiración
podía crear la riqueza de las naciones y acabar permanente que los autores de los Evangelios to-
con la pobreza de los individuos”. Efectivamente, man del Antiguo Testamento y del Talmud, hasta
la “apología del trabajo” derivó de las necesida- el punto de que prácticamente la totalidad de los
des industriales del siglo XIX hasta que, progre- acontecimientos y testimonios narrados en aque-
sivamente, se fue creando la disyunción definitiva llos vienen a ser adaptaciones o extrapolaciones
entre crecimiento económico y crecimiento en el de sucesos, profecías y discursos recogidos en
empleo (al cabo de décadas de perfeccionamiento estos últimos (p. 89), reduciéndose al mínimo
técnico y distribución acumulativa de la riqueza las posibilidades de que fueran hechos históricos
ya no fueron necesarios tantos trabajadores. Las síncronos con la vida de quiénes los escribieron
tecnologías de automatización y la racionalización (fueran quienes fueran). Curiosamente, el proce-
de la producción adecuaron aquello de que “el so de neutralización de los objetivos compartidos
aumento de la mano de obra limita la productivi- entre las clases antagónicas a través de la ética
dad”, lo cual fue alzado, por delante de cualquier del trabajo viene a ser el negativo de su fuente
noción sobre la creación de valor, como un precep- primera, es decir, una deformación en absoluto
to central para cumplir con el fin de la economía. innovadora ni progresiva de las raíces que ori-
Se puede admitir que, de un modo simple, refleja ginariamente nutrieron el proceso múltiple (po-
el momento posindustrial en el que las relaciones lítico, científico y artístico) mediante el cual se
de trabajo fueron desarrollándose desde el siglo implantó la fe en el capitalismo como motor le-
XX hasta la actualidad. Ver: Bauman, Zygmunt. gítimo del crecimiento económico y civilizatorio
Trabajo, consumismo y nuevos pobres. Gedisa, (una “fe” cuajada mediante un desplazamiento
Barcelona, 2003, pp. 99 y 102. ideológico de los significados implícitos).

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hace una aportación útil al conjunto de ella a los criterios subjetivos que desde el Su-
y, por lo tanto, espera una retribución. El peryo y la superestructura son postulados
término “clase baja” reconoce la movilidad y vigilados en el desempeño productivo y
de una sociedad donde la gente esta en cívico individual para que cada cual sea
continuo movimiento donde cada posición adscrito a cada clase, susceptible así de
es momentánea (…) Hablar de “clase baja” recibir un tipo de protección y reconoci-
es evocar a personas arrojadas al nivel más miento (que se resume en el deseo de los
bajo de una escala pero que todavía pue-
demás y del propio Estado de ser ese yo).
den subir (…) En cambio, la expresión clase
marginada corresponde ya a una sociedad Fruto de este deslizamiento político y
que ha dejado de ser integral (…) es una cultural abanderado por la doctrina del
categoría de personas que está por debajo liberalismo durante la segunda mitad del
de las clases, fuera de toda jerarquía, sin siglo pasado, se ha finalizado el velado de
oportunidad ni siquiera necesidad de ser la lucha estructural entre las clases so-
readmitida en la sociedad organizada.35 ciales, dirigiendo el foco cognitivo hacia
En primer lugar, aplicando el prisma del una fantasía mítica que Stanley Aronowitz
materialismo dialéctico, la clase obrera, describe como un reemplazo de la mate-
abastecida en nuestro tiempo por, esen- rialidad de las estructuras sociales por la
cialmente, los trabajadores industriales y del lenguaje y los textos (sustantivizados,
de servicios, han pasado a ser estratifi- por ejemplo, en los mensajes que son
cados según su acceso a los medios de distribuidos por los medios de comuni-
consumo, unido a la relación que dicho cación, gobiernos, empresas e individuos
nivel de consumo encadena con su posi-
ción en la jerarquía ocupacional. Una re- importancia del valor estético contenida en la
lación mediada por una serie de factores propia experiencia del trabajo (ese “estético” se
como las retenciones fiscales que aporta convierte en un acelerador de la diferenciación
identitaria, el individualismo y el estatus social).
cada miembro al Estado (en las relaciones
De modo que “se exige que las profesiones ele-
sociales, el porcentaje de IRPF se ha con- vadas (las que entran en el exclusivo club de las
vertido en un signo lingüístico que más que crean vocación o que tienen sentido “trascen-
allá de su función matemática también dente”) tengan las misma cualidades necesaria
es utilizado para designar o estratificar el para apreciar el arte: buen gusto, refinamiento,
lugar que ocupa un sujeto en la escala del criterio, dedicación desinteresada y una vasta
éxito social), el nivel de estudios realiza- educación. Otros trabajos son considerados tan
viles y despreciables que no se los concibe como
dos, la práctica profesional alineada con
actividades dignas de ser elegidas voluntaria-
la vocación desarrollada36, y la adaptación mente. Es posible realizar estos trabajos solo
por necesidad (…)”. El valor estético de las pro-
35. Ibidem., Bauman, p. 103. fesiones elevadas o de las pseudoprofesiones que
36. Bauman expone el artefacto de la “vocación” la cultura de consumo legitima como altamente
como otra distorsión de la ética del trabajo de productivas (véase el caso de modelos de publi-
nuestro tiempo. La evolución de esta ha precipita- cidad, actores, periodistas y gente VIP que han
do que se haya perdido la concepción igualitaris- profesionalizado su tiempo de trabajo vendiendo
ta de la que partió, en el sentido de que cualquier productos gracias a subir sus fotos tomadas de su
tipo de trabajo, fuera más o menos cualificado, vida personal a sus redes sociales) han terminado
penoso o alienante, dignificaba a la persona. Sin por “elevar el trabajo mismo a la categoría de
embargo, el advenimiento del consumismo ha entretenimiento supremo y más satisfactorio que
introducido un factor de disrupción, esto es, la cualquier otra actividad”. Ibidem., p. 59.

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cosificados en mercancía a través de las este mismo concepto, del análisis racional
redes sociales alojadas en Internet o en basado en datos y remisa a la iniciativa de
las aplicaciones de los teléfonos móviles), indagar en los porqués de los aconteci-
pues, reafirmándose una materialidad mientos, lo que finalmente hace vacía la
narrativa37 alejada, por la razón de ser de realidad social que es pensada. Una con-
secuencia de este vaciamiento es que los
37. Para Aronowitz, la consecuencia de que las miembros de cada clase en conflicto ya no
diferencias sociales hayan sido extirpadas de la perciben los condicionamientos de su vida
categoría dialéctica de clase (a lo que añadiría como el efecto de una relación antagónica
que la explicaciones de dichas diferencias están a partir de la cual queda estructurada la
siendo desplazadas hacia otras narrativas como
sociedad, la economía y el resto de insti-
la de igualdad de g�������������������������������
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nero, diversidad étnica y cul-
tural o sobre cuestiones raciales), consistiría en tuciones que vertebran el Estado. Esta ne-
el fenómeno de que la estructura de la sociedad gación desemboca en un aumento de las
solamente sea concebida y asimilada como un creencias sustentadas en discursos instru-
ascenso unidireccional y verticalizado, deposi- mentales que sintonizan con los deseos
tándose el permiso de las reglas de organización reprimidos (incluidos los no civilizatorios)
bajo el gobierno ilimitado de una concepción je- y que una vez lo traicionan en la práctica
rárquica de carácter antigravitatorio o de siem-
(lo que será denunciado por el siguiente
pre de arriba hacia abajo. Dicho de otro modo, la
expectativa legítima de transformar democrática- discurso para su propio provecho), es este
mente la estructura social desde sus capas infe- fracaso el que posibilita que afloren nuevos
riores cada vez está más sofocada (y no digamos textos igualmente alienantes.
la esperanza de eliminar las clases sociales como
En segundo lugar, el análisis de la etno-
los signos ideológicos de una desigualdad natu-
ralizada cuando estas mismas han sido vetadas logía de los marginados que realiza Bau-
como actores políticos legítimos). El diagnósti- man38 concluye sin tapujos que todos
co sobre el desfallecimiento ético que leemos en aquellos que reciben la marca de serlo
Bauman se solapa con los efectos esperables de pasan a compartir un rasgo esencial:
la negación de la lucha de clases que identifica
Aronowitz: “Las prácticas de clase dejan sedi- la vida (ni sentirse responsable o culpable por no
mentos materiales en los procesos laborales, en conseguirlo), sino que opte por una radicalización
las instituciones, en la vida cotidiana y en el len- de la protesta y una exigencia paradójica e irra-
guaje vernáculo, incluso cuando los objetivos de cional de soluciones antidemocráticas que acaben
los actores políticos no se cumplen plenamente o con la mínima posibilidad de corregir la injusticia
no se manifiestan como formas vivas de conflictos social incrustada en el orden establecido (el deseo
sociales y políticos. Y estas prácticas a menudo hacia el colapso y la pulsión de muerte son cada
contradicen las creencias y normas de los actores. vez más evidentes entre perfiles empobrecidos o
En resumen, nos referimos a lo que decimos, pero desencantados que voluntariamente deciden se-
a veces nuestras acciones hablan con una voz guir programas políticos contrarios a sus intere-
diferente de nuestra voz moral”. V������������
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éase��������
Aronow- ses históricos de clase; a menudo mimetizando
itz, Stanley. How Class Works. Power and Social un estado letárgico y autista).
Movement. Yale University Press, New Haven, ����������������������������������
. Apoyada por la descripción de Herbert
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J.
2003, pp. 7-9. Desde mi punto de vista, la ima- Gans en “The War against the Poor: The Un-
gen que se proyecta en el inconsciente político, la derclass and Antipoverty Policy”. Basic Books,
de vivir en una sociedad “estática” en la que las New York, p. 2: incluye a los “fracasados” es-
instituciones que regulan el ascenso social existen colares, mujeres sin recursos con hijos fuera del
al margen o cada vez más alejadas de las necesi- matrimonio, drogodependientes, desempleados
dades de la base, provoca que esta última ya no de larga duración, mendigos, delincuentes y per-
desee alcanzar la “cima” como reto principal para sonas que duermen en la calle.

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(…) los demás no encuentran razón para debilidad del que es un objeto marginal
que existan; posiblemente imaginen que es- con respecto a él (el pobre) queda asis-
tarían mejor si ellos no existieran. Se arroja tida por una ética corruptora que habilita
a la gente a la marginalidad porque se la a que aquellas personas que no pasan la
considera definitivamente inútil, algo sin lo prueba de suficiencia (que pacta el Esta-
cual todos los demás viviríamos sin proble- do con el mercado) sean postergadas del
mas (…) Todos nos beneficiaríamos si des- mecanismo de reconocimiento del Otro
aparecieran.39 e incluso aniquiladas de la conciencia
Partiendo de esta proposición se puede colectiva: invisibles o bien culpabiliza-
inferir tanto que la sola presencia de los das pues son “ellas las que se situaron,
marginados atenta tanto contra el goce por propia elección, al margen de toda
estético de la “nueva” ética del trabajo, obligación moral”, es decir, la sociedad
como que, al mismo tiempo, incorpora (compuesta únicamente por los que no
para la conciencia de los bienaventurados son marginados) no siente el deber inso-
de la clase “trascendente” (y los que as- bornable de preocuparse por ellos e in-
piran a integrarse en ella) una liberación cluso experimenta asco ante la demanda
de la responsabilidad hacia la fragilidad de solidaridad que la miseria, el dolor y
de los hombres40 (mientras que los que la humillación del prójimo contagian por
quedan atrapados en el desencanto cruel las esquinas de las calles de las ciudades
o en el horror giran su insatisfacción ha- ricas, forzando a que tenga lugar la ex-
cia dicha fragilidad en forma de odio y pulsión cognitiva para frenar la distorsión
violencia hacia todo, especialmente ellos espacial. Ese “asco”, como el manto mi-
mismos). Esta retirada del sujeto ante la sántropo que precede a la acción inmoral,
queda bajo un proceso de saneamiento
39. Ibidem., Jameson, p. 104. fruto de adiaforizar sus consecuencias.
40. Levinas nos ilumina esa disconformidad es-
Por tanto, la moral (que venera la socie-
tética mediante una lúcida reflexión acerca de la dad) no lo alcanza. Toda esta coyuntura,
producción del arte: “Nos vengamos de la mal- que está institucionalizada, desemboca
dad produciendo su caricatura, que le quita la en dos dinámicas que operan en el nivel
realidad sin aniquilarla; se conjuran las malas mnémico de la evolución cultural y políti-
potencias llenando el mundo de ídolos que tienen ca de nuestras sociedades:
bocas, pero que no hablan”. Levinas, de fondo,
hila que todas las formas de entretenimiento (y i. El (nuevo41) pobre debe ser eliminado
aquí podríamos incluir los informativos televisi- para gozar del orden42. Por lo tanto,
vos cuando, en ocasiones, recogen las desgracias
de los marginados en imágenes) son elementos 41. Encajado dentro de la “nueva” ética del tra-
adoptados por el sujeto para acceder a la evasión bajo que articula el concepto de marginado como
del mundo, pero con su simple contemplación aquel que se expulsa por convicción de una fun-
solamente cabe una interpretación: recibirlas ción de utilidad para la sociedad.
como un signo de la vergüenza o, dicho de otro 42. Bauman lo descompone en dos ejes: (i) El
modo, parafraseándole, asistimos a la presencia eje de la capacidad de elección en permanente
de la maldad que surge de festejar la vida por conflicto psíquico entre la pulsión de controlar el
algunos cuando reina la peste entre los demás. caos y la incertidumbre; lo que provoca la “resis-
Véase Levinas, Emmanuel. La realidad y su som- tencia a aceptar la vida en sociedad con todas
bra: libertad y mandatos, trascendencia y altura. sus impurezas”; y, al mismo tiempo, tal impulso
Trotta, Madrid, 2001, pp. 123-150. También véa- misántropo colisiona con la propia necesidad del
se op. cit., Chalier, p. 205 y siguientes. ser humano de siempre desear elegir, lo que incu-

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rre en procurar cambios y modificaciones que por debido a que la uniformidad, la previ-
lógica impactan sobre el curso del orden. (ii) El sibilidad y la sostenibilidad son signifi-
eje del establecimiento de normas para tener un cantes ensalzados como virtudes na-
referente seguro, esto es: “nos dicen qué es por- turales (designan nuevos significados
tarse bien en una sociedad ordenada”. La nor- relacionados con el bien social) que
ma es lo normal, y quien se desvía de la norma luego son gestionadas por los progra-
se convierte en un exponente de lo “anormal”.
mas políticos (en los cuales acceden
Véase Ibidem., Bauman. pp. 130-132. Desde mi
experiencia, ambos ejes son perfectamente ob- a un reconocimiento universal no so-
servables en la mentalidad de perfiles de la clase bre su contenido teórico sino sobre lo
“trascendente” adscritos ideológicamente a pro- que exige su aplicación práctica), se
gramas de conservación del estado actual de la deduce que hay molestas impurezas
sociedad. Lo ejemplifico del siguiente modo: una que deben ser borradas para que no
persona (útil y reconocida por la sociedad) que atasquen la reproducción armónica de
equipara exactamente los sujetos políticos del
esas virtudes. La persistencia del po-
comunismo y del fascismo (reducidos a mode-
los revolucionarios del statu quo), y que como bre entra en la categoría de “barrera”
salida propugna sistemas de estabilización del para la consecución de la armonía del
orden que sirvan para garantizar su libertad y Estado, sin embargo, su eliminación
evitar la inflexión revolucionaria que tanto teme, en la práctica se posterga puesto que
en realidad, también está de acuerdo con redu- están presentes otras impurezas con
cir al máximo el número de elecciones que con- las que hay que aprender a convivir;
serva, optando por un universo inflacionario de
véase como la corrupción política, la
normas cuya función programática es la de fijar
(y alterar) límites y estructurar categorías con las
especulación, la usura y los paraísos
que la cultura de consumo y el Estado ejercen su fiscales aunque sean relacionados
dominio. Ahora bien, cuando la insatisfacción de con lo impuro y se dictaminen normas
este sujeto alcanza un punto de neurosis máximo, para corregirlas, ocurre que al mismo
no resulta extraño que opte por aproximarse a un tiempo son admitidos como disfuncio-
extremo revolucionario (indistintamente de cuál) nalidades que genera el propio siste-
con el que reencontrarse, en primera instancia, ma (cuyo fin último no es garantizar
con su ansia de libertad (que suele relacionar con
la justicia social sino la democracia re-
la capacidad de elección que le fue reprimida),
para después, en un segundo momento o fase, au- presentativa como gestor delegado de
torizar otro modelo normativo, sumamente disci- la economía de mercado; la felicidad
plinario si cabe, que vuelva a contener su ansie- como destino de la humanidad es re-
dad. Por supuesto, se observa en este movimiento forzada en este segundo fin, homolo-
que lo que el hombre pierde en la repetición de gado como la puerta que es “realista”
su renuncia a lo que significa el conocimiento de atravesar). Del discurso oficial, al final,
su libertad es en sí el propio hombre (pues, su
lo que se sustancia es que el pobre,
naturaleza humana), de modo que agota su liber-
tad por estar separado de su propio ser. Conci- cuanto menos, quede pragmática-
bo la libertad (desde el perímetro de la tradición mente disimulado (alejado, confinado,
poshegeliana) como la necesidad que es perfecta con rostro pero sin voz propia, y lo su-
y lúcidamente comprendida por mi ser o, dicho ficientemente distraído para que no se
con otras palabras, equivale a la superación de la asocie ni rebele contra su alienación).
alineación que determina mi conciencia. He ahí,
por cierto, el simiente del hombre total y univer- vez, Jean-Yves. El pensamiento de Marx. Taurus,
salmente concreto soñado por Marx. Véase Cal- Madrid, 1964, p. 618.

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ii. El (nuevo) pobre, como el antiguo, es decía a un mandato ideal, neutral u
eterno, puesto que no puede ser eli- objetivo, sino a la que exige el capital.
minado completamente, quedando Ahora, el pobre es pensado, recreado
adscrito a la estructura de los factores y calculado como el incómodo fantas-
inmanentes de la historia. Aunque es ma del Yo racional (aquel actúa como
cierto que su razón de ser (su justifica- una figura alegórica de encarnación
ción teleológica) ha variado por com- de la civilización hundida, provocando
pleto. Bauman distingue el cambio de episodios psicóticos en los que se vi-
mentalidad en base a la periodización vifican situaciones mnémicas general-
de transición premoderno versus mo- mente inaccesibles a la conciencia).
derno. De modo que, en el mundo
En resumidas cuentas, la adiaforización
premoderno, la existencia (y la misión)
con la que vivimos el mundo simultánea-
de los pobres adquiría un sesgo mís-
mente con y sin los pobres, (con la que
tico y redentor que era disfrutado por
Bauman enlaza ambas dinámicas), a mi
las clases más pudientes para expiar
modo de analizarlo, es otra determina-
sus carencias morales43. Mientras que
ción de la alineación. Adiaforización es
en la era moderna, el análisis racional
pues una de las áreas en las que opera la
provocó que los pobres dejaran de ser
alineación. Este último concepto implica
una cuestión de tradición (relativa al
que el sujeto humano se ha dado exte-
poder de lo muertos sobre los vivos y a
riormente un mundo neto y subjetivo de
la preparación de una vida mas allá de
normas donde pesa, sobre todo lo demás,
la terrenal), y se giraron en un “proble-
su carácter estético. Es ese mundo reifi-
ma” de lógica que se debía solucionar
cado quien ha velado o directamente ha
para que el resto del discurso moral y
inducido a que la sociedad rechace lo que
económico pudiera ser mantenido en
en el mundo hay de verdadero y concre-
pie44. Es evidente que la lógica no obe-
to. Claro está que tanto en el utillaje de
Marx como en el de Bauman, el círculo
43. “La presencia de los pobres era, por lo tan-
to, un regalo de Dios para todos los demás: una de la alienación supone una tensión (o
oportunidad para practicar el sacrificio, para lucha) para que el sujeto recupere el en-
vivir una vida virtuosa, arrepentirse de los pe- tendimiento de su experiencia (aquel acto
cados y ganar la bendición celestial. Se podría de descubrir lo oculto a fuerza de romper
decir que una sociedad que buscara el sentido con el mandamiento que lo prohíbe que
de la vida en la vida después de la muerte habría tanto emocionaba a Kipling45). Cuando
necesitado, de no contar con los pobres, inventar
otro camino para la salvación personal de los rable, una sangría para la riqueza de las nacio-
más acomodados”. Ibidem., Bauman, p. 134. nes”. (iii) Los pobres adquieren un nuevo perfil:
44. Varios aspectos definen la época moderna a aquel que ingenua o desesperadamente acepta
este respecto: (i) “Los pobres representaron, des- su situación y afloja su voluntad para ya no salir
de entonces, una amenaza y un obstáculo para de sus situación de marginación “inmune a las
el orden; además desafiaron la norma”. En con- tentaciones del trabajo” y mansamente haciendo
creto, la norma racionalista de ser productivos o acopio de escasas necesidades para cubrir y sen-
culturalmente útiles. (ii) “(…) encontraron todo tirse “natural”. Ibidem., p. 135.
tipo de razones para quejarse y rebelarse contra 45. El proyecto de transgresión en aras de des-
los más afortunados, a los cuales empezaron a cubrir la libertad que está contenido en el poe-
culpar por su privaciones. La antigua ética de ma “El explorador” (1898) de Rudyard Kipling;
la caridad cristiana pareció ya una carga intole- con su célebre ruptura con el sentido común al

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Bauman fija la sentencia de la inmunidad dad de que el sujeto se ponga a sí mismo
a lo ético como el rasgo posmoderno que en entredicho, es decir, sin tomar partido
precipita la repetición eterna de la aliena- ante su estado amnésico del deber que
ción46, queda determinada la imposibili- tiene como hombre (por ser un sujeto
pensante): el de evaluar sus propias con-
resistirse a creer que “ es absurdo ir más lejos, vicciones y actos prácticos en base a la
es el límite de la conservación”; nos conduce a experiencia material que le rodea (atento
su contrario (el opuesto a la convención social): a los efectos comprobables y evidentes
la esperanza de que todavía hay un conocimiento
que él produce en el mundo).
perdido (no accesible en el presente) que puede
ser recuperado y que nos purificará. Especulando La reducción de la alineación, tanto en
sobre este poema una vez encajado en la imagi- Marx como en Bauman, pasa por redu-
nación de Bauman y Marx, quedaría claro que el
cir a la nada todo aquello que causa el
despertar de la conciencia ética en el individuo
no debe concebirse como un viaje de progresi-
sufrimiento humano47. Nadie puede cam-
vidad para el perfeccionamiento interno, de ma-
nera que en tal hipótesis se admitiría que gracias den ser negados como generadores y receptores
a todas las determinaciones exteriores se tendría de empatía y compasión. A partir de esta menta-
como resultado que la humanidad definitivamen- lidad no es raro entender que fluya la noción de
te alcance la libertad total (verdadera). Al con- que los parados de larga duración o el desempleo
trario, en sus respectivas utopías, el despertar no estructural están compuestos por “seres huma-
es más que salvarse del trauma que genera ese nos redundantes”. Véase Bauman, Zygmunt ¿La
viaje (las violentas objetivaciones ) para, llega- riqueza de unos pocos nos beneficia a todos? Pai-
do el salto dialéctico, recuperar lo que ya había dós, Barcelona, 2014, pp. 25 y 94-95. Otro ejem-
y siempre hubo, ya no antes de la existencia del plo de esta lógica es el lenguaje económico y fi-
hombre sino en el potencial de las relaciones so- nanciero que es utilizado para realizar pronósticos
ciales que él creó una vez estas queden liberadas sobre el futuro de la historia y las opciones políti-
de la enajenación, pues, conscientes del deber cas de la sociedad para enfrentarse a la siguiente
(humano) en la realidad concreta. crisis. Véase la entrevista en EL PAÍS a la eco-
46. Bauman hace un análisis del desplazamien- nomista jefe del banco HSBC, Janet Henry (del
to que sufre la relación cartesiana entre sujeto y 30 diciembre de 2018). En esta, titulada “El cre-
objeto hacia el espacio de la alienación. En su cimiento mundial ha tocado techo”, la ideología
razonamiento distingue dos etapas: (i) Los su- radicalmente conservadora y racista del presidente
jetos (demostrados a sí mismos en la acción de de Brasil, Jair Bolsonaro, es asumida y obviada
buscar de la que son capaces) primero establecen siempre y cuando sea capaz de cumplir con “(…)
sus necesidades materiales, después estructuran las reformas estructurales necesarias. Si consigue
los conjuntos de clasificación y matrices de eva- realizar cambios es posible que el sentimiento de
luación para ordenar el mundo de los objetos. El los invesores internacionales mejore”.
fin es simple: dominarlos. (ii) Los sujetos, en la 47. Para Marx, por ejemplo, la salida de la alie-
costumbre adquirida de sentir el mundo a partir nación de las religiones corría adherida al fin úl-
del dominio material sobre todo lo inanimado, timo de su pensamiento: si las condiciones (de
aplican la misma lógica “a las relaciones entre existencia) inhumanas desaparecieran del mun-
seres humanos o entre categorías de seres huma- do, la causalidad necesaria sería que, entre otras
nos (como con la clasificación aristotélica que muchas supresiones, la religión quedaría evapo-
situaba a los esclavos entre las «herramientas rada, prescindible como un sostenedor del orden.
que hablan»), un modo que tiende a tratar a los Véase op. cit., Calvez, p. 59. No obstante, aunque
humanos de acuerdo con los patrones elabora- en los círculos intelectuales de los países cristia-
dos y destinados a los cosas”. Por consiguiente, nos más desarrollados la alienación de las reli-
emerge una categoría de personas carentes de giones se considera un elemento superado desde
conciencia, motivaciones y voluntad, y que pue- hace dos siglos, lo cierto es que todavía en la

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biar la humanidad salvo la propia huma- representa en ese conjunto de compradores
nidad por su humanidad (el carácter del es la medida principal y m�������������������
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s fiable de la fe-
diagnóstico mostrado hasta aquí es un licidad temporal.48
filamento propedéutico para atravesar la La felicidad ha quedado cercenada de su
puerta que debería permitir que lleguen el propósito primigenio (indiscutiblemente
Bien y la Belleza al mundo social). mitificado por el arte y la evasión de la
realidad): el amor; un significante enig-
4. Los líquidos sociales del mático sobre el que el consumismo opera
concienzudamente para desarmarlo de
amor y el consumo su capacidad para debilitar la carga del
narcisismo y desublimar la compulsiva
Los análisis didácticos de Bauman des- resolución del deseo que la imagen del
embocan en un mensaje fácil de entender espejo reificado devuelve a la conciencia
y quizás, a estas alturas, desprovisto polí- de nosotros mismos: la meta existencial
ticamente del potencial crítico que cabría (alineada) es el placer, por tanto, (la per-
esperar de su recepción en una sociedad versión) trata de alcanzar, y si puede ser
racional y ética: por poco dinero, la multiplicación expo-
nencial de los “momentos de júbilo, arre-
(…) el camino de la felicidad pasa por ir de
bato o éxtasis” con los que compensar el
compras. Desde este postulado, la suma to-
tal de las compras de un país es la medida
dolor y los sacrificios que la vida, con sus
principal y más fiable de la felicidad de una obligaciones productivas, nos exige.
sociedad, y el tamaño de lo que cada uno Debe quedar claro que el deseo y el amor
son senderos diferentes (o de sentido
práctica política continúa siendo un factor rema- opuesto), pero sucede que en contadas
nente de la ideología, de modo que el capitalismo ocasiones se cruzan. Para Bauman, el
todavía la articula (con la diversidad de credos
deseo es “el anhelo de consumir”49 por
disponibles, como el protestante, el musulmán, el
hinduismo, el judaísmo, etcétera) como un meca- el motivo de que consumir nos produce
nismo eficaz para retardar o impedir la supresión atracción hacia la presencia de objetos
de alienaciones más poderosas y transversales que son externos a nosotros. En la de-
(que afectan a creyentes y ateos por igual), sin ducción con la que prosigue Bauman, de
responsabilizarse de los efectos secundarios que claras raíces psicoanalíticas además de
produce dicha estrategia de “subvención” (entre filosóficas, el deseo implica la voluntad de
otros, el ensalzamiento del nacionalismo, la jus-
“despojar la alteridad de su otredad”50, es
tificación del racismo, la dominación de mujeres
e indígenas, y la servilidad de los débiles y des-
. Op. cit., Bauman, p. 67.
���
favorecidos económica y culturalmente). Para
evitar malentendidos con respecto a este último . Bauman, Zygmunt. Amor líquido. Acerca de
��������������������
razonamiento, la “subvención” que denunció su- la fragilidad de los vínculos humanos. Fondo de
prime o domeña el programa ético de las religio- cultura económica, Madrid, 2005, p. 24.
nes en la práctica política, es decir, se adopta un ������������������������������������������
. Ídem. En general, la alteridad hay que
pacto tácito a tres bandas, entre el funcionamien- entenderla como lo que no somos (y �������������
lo que so-
to del mercado, el Estado y las instituciones re- mos frente al Otro), pero que forma parte de la
ligiosas, para aceptar una derilección que afecta, unidad o del número, de lo que se infiere que hay
en este caso, a la “propiedad” de la exégesis de la un deber de ponerme en el lugar de este otro ros-
moral y, consiguientemente, se refuerza, gracias tro para poder comprenderlo. Ahora bien, cuando
a ella, la adiaforización general. el deseo (que es el goce) del otro se impone en

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decir, de expulsar su poder de ser como te presente en ambas (y objetivada por la
división de mí, para hacerme su dueño compartición de semas que dialogan en-
aunque sin el riesgo de recibir tentacio- tre sí). Lo que nos remite a que el amor,
nes (es decir, sin tener que amarlo). Aho- en su capacidad infinita de abstracción,
ra, en cambio, el amor tiene un sentido es capaz de unificar en sus límites una
específico que se diferenciaría del deseo significación que diríamos sintética y si-
del siguiente modo: multánea (fruto del movimiento de la dia-
léctica), generando una expectativa de
El amor es la supervivencia del yo a través
de la alteridad del yo. Y por eso, el amor
cambio y a la vez una posibilidad expe-
implica el impulso de proteger, de nutrir, de riencial que desemboca en un placer con-
dar refugio, y también de acariciar y mimar, creto e inédito por la conjunción de lo que
o de proteger celosamente, cercar, encarce- antes discurría mediante significantes
lar. Amar significa estar al servicio, estar a nítidamente separados o que se alejaban
disposición, esperando ordenes, pero tam- entre sí. En segundo lugar, “el amor, es
bién puede significar la expropiación y con- dar lo que no se tiene”52, lo cual hay que
fiscación de toda responsabilidad.51 restituirlo dentro de cómo tiene lugar el
proceso de amor, es decir, en su devenir
Para reanalizar el alcance profundo de
dentro de una tensión entre la función del
esta síntesis me remito, como estratégica
amante y la del amado53, lo cual, en otras
discursiva, a centrar el foco en otra sínte-
palabras, sugiere que la función de cada
sis, la acometida por Lacan a propósito de
uno es una sustitución de la dicotomía en-
la estructura del amor en “El Banquete”
tre el ansia de poseer y el de ser poseído,
de Platón. Así y en primer lugar, para ar-
luego el juego del poder nutre el proce-
ticular el propio concepto hay que asumir
so del amor. Volviendo a “El Banquete”,
que el amor es, ante todo, una metáfora
un elogio del amor (epainos), en la que
y, como tal, funciona con una lógica de
cada invitado presente en el ágape hace
sustitución. Lo amplío: una realidad que
una exposición sobre su particular visión y
se expresa por medio de otra realidad en
experiencia sobre este enigma. La dispa-
la que se manifiesta, de una forma más
clara o menos velada, un nexo o constan- 52. Lacan, Jacques. Seminario 8: La transferen-
cia en su disparidad subjetiva, su pretendida si-
mi conciencia, lo que sucede es que quiero arre- tuación, sus excursiones técnicas (1960-61). Es-
batarle la otredad (su voluntad de querer ser otro cuela freudiana de Buenos Aires, Buenos Aires,
diferente de mí), es decir, me he introducido en 2002, p. 24.
su discurso pero no para entenderlo, cediéndole 53. “(…) el amante como el sujeto del deseo, con
el reconocimiento de su derecho a ser, sino para todo el peso que tiene para nosotros este término,
dominarlo (y en el caso del amor, para poseerlo). el deseo ― y al eromenos, al amado, como aquel
La alteridad, en el contexto aludido, al estar lo- que, en esa pareja, es el único en tener alguna
calizado en el mecanismo del deseo, surge como cosa (…) lo que caracteriza al erastes, al amante,
un reflejo de la pulsión de destrucción, puesto para todos aquellos que se acercan a él, ¿no es
que una vez se consume (pues lo mastico), esta esencialmente lo que le falta? Nosotros, podemos
queda convertida en un desecho, de manera que añadir en seguida que él no sabe lo que le falta,
la satisfacción que obtengo de “masticarlo” en- con ese acento particular de la inciencia que es el
seguida se desvanece: lo que se percibe al final del inconsciente. Y por otra parte, el eromenos,
del proceso de consumo por el mismo sujeto es la el objeto amado, ¿no se ha situado siempre como
presencia de la pulsión de muerte. aquel que no sabe lo que tiene, lo que tiene oculto,
51. Ibidem., p. 25. y que constituye su atractivo?”. Ibidem., p. 25.

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ridad se muestra, por ejemplo, en Agatón dad en el contexto del sujeto (consumi-
con su descripción pacífica de un amor dor); el que aprende a amar, antes que
que amansa y reconcilia54. Mientras que nada, (deseando) consumiendo objetos;
en Pausanias55, el concepto se enriquece del que nos habla Bauman57. Se podría
semánticamente mediante un aprendi- decir que Platón antecede el componente
zaje de valoraciones que nos aproxima a crítico recomenzado por Bauman cuando
una lectura utilitarista56 de plena actuali- aquel designa con un flemático sentido de
54. “El Amor es el que da «paz a los hombres, humor el criterio oculto, hipócrita e indivi-
calma a los mares, silencio a los vientos, lecho y dualista contenido en el “falso” discurso
sueño a la inquietud.» Él es el que aproxima a los de Pausanias58. Platón, sobre su posición
hombres, y los impide ser extraños los unos a los ética sobre el amor, nos habla con silen-
otros; principio y lazo de toda sociedad, de toda
reunión amistosa, preside a las fiestas (…)”.
Platón. Obras completas. Edición de Patricio de vinismo: “Era un rico calvinista (…) No pien-
Azcárate, tomo 5, Madrid 1871, p. 330. so que sea el privilegio del calvinismo producir
55. “El Amor, como dije al principio, no es de ricos, pero no carece de importancia dar la in-
suyo ni bello ni feo. Es bello, si se observan las dicación de esto, pues de todos modos se puede
reglas de la honestidad; y es feo, si no se tienen observar que la teología calvinista ha tenido este
en cuenta estas reglas. Es inhonesto conceder efecto de hacer aparecer, como uno de los ele-
sus favores a un hombre vicioso o por malos mentos de la dirección moral, que es en esta tierra
motivos. Es honesto, si se conceden por motivos que Dios colma de bienes a los que ama. En otra
justos á un hombre virtuoso. Llamo hombre vi- parte también, quizá́ , pero desde esta tierra. Que
cioso al amante popular que ama el cuerpo más la observación de los mandamientos divinos tiene
bien que el alma; porque su amor no puede te- por fruto el éxito terrestre, no ha carecido de fe-
ner duración, puesto que ama una cosa que no cundidad en todo tipo de empresas. Como quiera
dura. Tan pronto como la flor de la belleza de que sea, el calvinista en cuestión trataba el orden
lo que amaba ha pasado, vuela a otra parte, sin de los méritos que adquiría para sí desde esta tie-
acordarse ni de sus palabras ni de sus prome- rra para el mundo futuro, exactamente en el re-
sas. Pero el amante de un alma bella permanece gistro de la página de una contabilidad -Tal día,
fiel toda la vida, porque lo que ama es durable. comprada tal cosa. Y todas sus acciones estaban
Así́, pues, la costumbre entre nosotros quiere que dirigidas en el sentido de adquirir para el más allá́
uno se mire bien antes de comprometerse; que una caja fuerte bien llena”. Véase op. cit., Lacan.
se entregue á los unos y huya de los otros; ella Seminario 8, clase 4: La psicología del rico, p. 14.
anima a ligarse a aquellos y huir de estos (…) Ciertamente, es fácil vislumbrar la escala de valo-
si con una esperanza de utilidad o de ganancia res que termina por ser establecida en el discurso
se entrega uno a un amante, que se creía rico, de Pausanias, y es por ello que su contemporanei-
que después resulta pobre, y que no puede cum- dad se intensifica por aquello que niega.
plir su palabra, no es menos indigno, porque es 57. “Si el deseo ansía consumir, el amor ansía
ponerse en evidencia y demostrar que mediando poseer”. Véase op. cit., Bauman, p. 25
el interés se arroja a todo, y esto no tiene nada 58. Cuando Pausanias acaba su alegato, el turno
de bello. Por el contrario, si después de haber le correspondía a Aristófanes, a quien le sobre-
favorecido a un amante, que se le creía hombre viene un fuerte hipo, teniendo que ceder su pues-
de bien, y con la esperanza de hacerle uno mejor to a Eriximaco. Lacan cita en su comentario una
por medio de su amistad, llega a resultar que este pista que le proporcionó Kojève para argumentar
amante no es tal hombre de bien y que carece de que la actitud de Aristófanes es, en realidad, una
virtudes, no es deshonroso verse lino en este caso burla hacia todo lo expuesto por Pausanias (el
engañado”. Ibidem., Platón, pp. 313-314. hipo le sobreviene por haber estado destornillado
56. Lacan no se resiste a transferir el carácter de la risa durante la alocución de este). Ibidem.,
económico de Pausanias a la psicología del cal- Lacan, pp. 20-21.

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cios, hipos y por boca de Sócrates59, pero Bauman al cerciorarse de que el amor (el
el conjunto de esta obra que he traído a deseo de poseer), que aprendía y practi-
colación no es sino una radiografía polí- caba el sujeto (como categoría de homo
tica (moral) de su época (tan diferente y faber) por medio de la cultura que le fue
a la vez tan familiar). En correspondencia transmitida por la incipiente sociedad in-
con Bauman, Platón estaría de acuerdo dustrial, y que a su vez él estaba cons-
en la relación de atracción versus repul- truyendo, tenía una propiedad esencial: la
sión que se da entre el deseo (que ani- durabilidad del compromiso, equivalente
quila su objeto) y el amor que “crece con a la durabilidad de los objetos que eran
sus adquisiciones y se satisface con su producidos en el inicio. Por el contrario,
durabilidad”60. En la lógica de Platón, se en la sociedad posindustrial esa propie-
desea (y se ama) lo que no se posee en dad ha sido escindida, rota, desatando
el presente, lo que no se está seguro de
poseer todavía, y lo que se quiere seguir lo incierto e inconsistente y, al mismo tiempo,
poseyendo en el futuro61 (he ahí el punto adquiere la propiedad singular de lo que resul-
de encuentro con el análisis de Bauman ta ser incontenible (lo que se mueve, desliza o
sobre la especificidad del comportamien- propaga rápida y fácilmente por cualquier espa-
cio o medio, pues, que su contención es difícil).
to del amor en oposición al deseo limitado
La metáfora de la razón líquida funciona como
a consumir). sustitución (alteración) del uso teórico y pr�����
���
cti-
Una vez realizada esta concentrada dis- co de la razón que concebía Kant. Recordemos
que, para este último, el uso teórico de la razón
quisición sobre la naturaleza del amor se
es “aquel mediante el cual conozco a priori
puede entender con menor ambigüedad (como necesario) que algo es”. En cambio, el uso
la crítica a la razón “líquida”62 que arma práctico es “aquel por medio del cual se conoce a
59. La ciencia de lo bello emerge como el fin su- priori qué debe suceder (…) hay leyes prácticas
premo (del Amor) y denota el propósito de con- que son absolutamente necesarias (las morales)”.
vertirse en un sabio en la materia. Precisamente, Finalmente, Kant postuló que la razón “no produ-
esto se sustenta en que la tarea de Sócrates era la ce conceptos (de objetos), sino que simplemente
de trascender la doxa y alcanzar el episteme (la los ordena”, es decir, el objeto es construido por
ciencia o saber que da cuenta de sus razones). Sin nosotros (por el entendimiento) por medio de la
embargo, Platón, en la penúltima intervención de síntesis dialéctica. En el salto alegórico que pro-
Sócrates, se aproxima al rol de un analista de la pone Bauman, el uso de la razón no ordena moral-
psique (y del irracional inconsciente) y nos anun- mente a priori qué debe suceder, sino que las leyes
cia la pregunta clave (la raíz): ¿Amor de qué? En prácticas necesarias son desplazadas por el poten-
concreto:“¿el Amor es el amor de una cosa o de cial de gratificación del objeto en el plano teórico.
nada?” Y continúa con la huella de lo que nos Luego el objeto es construido en base a nuevas
devuelve al terreno acotado por Bauman (inte- leyes prácticas que permiten la distensión de las
rrogando Sócrates a su esforzado Agatón sobre si contradicciones dialécticas: su fin es mitigar, diluir
el Amor desea la cosa que él ama, concluye así: y neutralizar las “ataduras” (las cuales, para Bau-
“mira si no es más bien necesario que el que desea man, suponían una prueba del ingenio cultural de
le falte la cosa que desea, o bien que no la desee si la sociedad). Por consiguiente las categorías (que
no le falta”). Véase op. cit., Platón, pp. 333. ordenan o guían el entendimiento) y que dan “con-
cordancia entre el concepto y el objeto”, han sido
60. Ídem., Bauman.
distorsionadas o sustituidas por otras categorías,
61. Ibidem., Platón, p. 334. las cuales son las que crean la ilusión que funda
62. El significante “líquida” que da propiedad a la racionalidad líquida (como otro lenguaje de la
“razón” se desplaza hacia un territorio de signi- alienación) que opaca la verdad. Véase op. cit.,
ficados relacionados con lo volátil, lo inestable, Kant, pp. 525 y 530-531.

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una cultura que “ve opresión en los com- La inseguridad integral que sienten las
promisos duraderos; los vínculos durables personas (porque les viene por todas par-
despiertan su sospecha de una depen- tes), y que les produce una ansiedad con
dencia paralizante. Para la moderna ra- un acento redomado, surge de perder el
cionalidad líquida del consumo, no exis- derecho a consumir y, por extensión, de
ten ni necesidad ni uso que justifiquen su verse forzados a establecer relaciones
existencia”63. sexuales que excedan lo episódico (la
duración óptima es una cuestión central
Ante tal perspectiva pocas dudas quedan
para la vida líquida, teniendo que ser uno,
sobre el hecho de que el amor (como
el mensaje, cada vez más directo, breve o
fenómeno dentro de la cultura) ha sido
de “ir al grano” para cualquier forma de
definitivamente (parafraseando a Lacan)
comunicación humana que despierte la
desengranado de la Belleza, y con ello el
curiosidad del otro y la atención del públi-
potencial sexual (con su responsabilidad
co), por ende, ese temor acelera la huida
hacia el Otro) ha quedado despojado de
de todas las causas que pueden hacer
su función de “constructor” dentro de la
que, como si fuera una enfermedad mal-
sociedad: el sujeto consumidor resultan-
dita por la cultura, vuelvan a clavarse los
te se hace con las riendas de ese poten-
grilletes del compromiso en la conciencia
cial y lo abre “hacia modos novedosos e
del sujeto hasta poseer el destino de su
imaginativos”64 que quedan determina-
misma identidad sexual66.
dos en el fondo de su motivación por la
lógica de las relaciones con los objetos. Así, Bauman configura críticamente el
En otras palabras, y solapando las dos ecosistema social por el que deambulan
realidades, se diría que el potencial sexual el homo consumens y el homo sexualis;
queda concebido bajo las mismas leyes cada cual como registro de la marcha sin
de la práctica del deseo (de las posibilida- propósito ético (universal) de la razón pos-
des) de consumir (y de no poder hacerlo): moderna. Este último arquetipo (sexua-
lis) es sumamente relevante, ya que la
La vida útil de los bienes por lo general so-
insatisfacción (el ansia que se agudiza
brevive a la utilidad que tienen para el con-
sumidor. Pero si son usados repetidamente, por no consumir) no queda restringida
los bienes adquiridos frustran la búsqueda a la comarca de los objetos inanimados,
de la variedad, y el uso sostenido hace que sino que alcanza las puertas de un nuevo
pierdan su lustre y su brillos. Pobres aque- catálogo, el de las identidades sexuales,
llos que, por escasez de recursos, están dado que se consolida; por medio de la
condenados a usar bienes que ya no pro- razonabilidad del mercado (que entiende
meten sensaciones nuevas e inexploradas los motivos para cualquier tipo de nece-
(…) ellos son los excluidos de la sociedad sidad, incluso la necesidad de la nada) y
de los consumidores, son los consumidores 66. “¿Qué tipo de compromiso, si es que lo hay,
fallidos, los inadecuados e incompetentes, establece la unión de dos cuerpos? ¿De qué
los fracasados.65 manera, si es que de alguna�������������������
, compromete el fu-
turo de ellos? ¿Es posible mantener el encuentro
sexual aislado del resto de los objetivos de
vida, o acaso se invadirá (tenderá a hacerlo, se
63. Ibidem., Bauman, p. 70.
permitirá que lo haga) el resto de los aspectos
64. Ibidem., p. 72. de la vida, saturándola y transformándola?”.
65. Ibidem., p 73. Ibidem., p. 74.

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con la ciencia a su servicio; la alterabili- la realidad fáctica que captamos con los
dad de todo aquello que se consideraba sentidos (la cuestión relevante aquí es si
anteriormente como inalterable. Y esto es, sabemos todo de lo que somos capaces
si no un estadio de la propia insatisfacción y si nos importa). El segundo tensor es la
como el signo esencial del lenguaje de la consiguiente división del ver y el saber ver-
posmodernidad, al menos, un reflejo de sus qué se hace y qué se debería hacer68.
una angustia e inseguridad infinitas:
Es un hecho cotidiano el acostumbra-
La vida del homo sexualis está, por tanto, miento a lo incómodamente feo, a la
plagada de angustias. Existe siempre la aptitud de volverse indiferente o de sim-
sospecha de que estamos viviendo en la plemente (por lo estrechamente cercano)
mentira o en el error, de que algo de impor- hacer uso de una falta de reacción que
tancia crucial se nos ha escapado, perdido no recibe censura o sanción de ninguna
o traspapelado, de que algo hemos dejado autoridad. Esta ausencia de crítica (de
sin explorar o intentar, de que existe una exculpación sobre una revisión del peca-
obligación vital para con nuestro yo genuino do del que somos testigos y del que nos
que no hemos cumplido, o de que alguna contagiamos) se está complementando
posibilidad de felicidad desconocida y com-
con un tedio incremental hacia la indaga-
pletamente diferente de la experimentada
ción del por qué, de manera que la diso-
hasta el momento se nos ha ido entre las
nancia en lo cognitivo se hace absoluta, y
manos o está a punto de desparecer para
la posibilidad de comprender la realidad
siempre si no hacemos nada al respecto.67
cae en el vacio, en un imparable retroce-
so (las causas se nos escapan o creemos
5. La escuela de Bauman: que son tan obvias e insubsanables que
abandonamos la reflexión de ellas, pues,
esperanza para la acción ya nada tienen que ver conmigo). El vere-
moral dicto de Bauman refleja la problemática
de nuestra época histórica:
El sufrimiento continúa su reino en la (…) el problema es que a diferencia del pa-
tierra, a pesar de los vestigios de pros- sado, la magnitud de nuestra conciencia del
peridad aparente que la globalización va destino de los otros y el alcance de nuestra
distribuyendo a medida que expande la capacidad de afectar ese destino (ya sea
producción en unos extremos del mundo para dañarlo o separarlo) no se superponen
y los contrae en otros. Lo cierto es que se (…) Solo una parte relativamente pequeña
generan dos tensores en la conciencia del de los resultados y repercusiones de nues-
individuo que trata de decidir qué hacer tros actos está sujeta a regulación ética o
y cómo reaccionar ante el conocimiento 68. “(…) la brecha entre lo hecho y lo que hay
que tiene de lo que es desigual e injusto. que hacer parece ensancharse en vez de decre-
Así, el primer tensor es que nunca antes cer. Cada vez hay en el mundo más asuntos tur-
la especie humana, como audiencia, tuvo bios que piden venganza o remedio a los gritos,
a su alcance tantas imágenes en directo pero nuestra capacidad de actuar, y particular-
de los horrores, el hambre, la miseria, la mente la aptitud para actuar con eficacia, parece
ir marcha atrás, empequeñecida aun más por la
corrupción, la muerte y el mal que castiga
colosal tarea”. Bauman, Zygmunt. La sociedad
sitiada. Fondo de cultura económica, Buenos Ai-
67. Ibidem., p. 79. res, 2004, p. 258.

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guiada por sentimientos morales; pocos el hombre mismo. Despierto: soy cuerpo.
actos toman en consideración los posibles Y soy concreto. Ahora contesta Bauman;
efectos que tendrán mas allá de los destina- otra vez os dejo con él:
tarios o los participantes presentes.69
Juzgar la vida “como es” en función de la
No es tarea fácil, ni teórica ni pr������������
����������
ctica, elu- vida como debería ser (es decir, una vida que
cidar la solución al problema a no ser que se imagina diferente de la vida conocida, y
primero entendamos c�����������������
��������������
mo hay que plan- particularmente una vida que sería mejor y
tear un problema. El propósito (y el ideal) preferible a aquélla) es un rasgo definitivo,
del combate político (de las ideas univer- constitutivo de la humanidad (…) Lo que
sales y de los cuerpos que son materia) al impulsa a la vida humana y la mantiene en-
que me despierta el viaje hacia Bauman caminada es la necesidad de trascender. La
es el sueño utópico de alcanzar la certeza trascendencia -la transgresión- es la moda-
apodíctica que Kant deseaba para la ma- lidad del ser-en-el-mundo de los humanos.
yoría de edad de una sociedad (el ansia de Impedir la transgresión y/o rehuirla señalan
poseerla de un modo no dialéctico, dejan- una patología de ese ser (…) Para que la
do atrás su carácter problemático). Pero constante urgencia por trascender se articule
en proyectos, deben cumplirse condiciones
¿es esto posible? ¿e ir más allá?:
especiales; la naturaleza de estas condicio-
Un mayor grado de libertad civil parece pro- nes definirá la forma de las articulaciones po-
vechosa para la libertad espiritual del pueblo sibles (…) La utopía es una de esas formas
y, pese a ello, le coloca límites infranquea- de articulación. Las condiciones que definie-
bles; en cambio un grado menor de esa li- ron esa forma fueron las de la modernidad en
bertad civil procura el ámbito para que esta su estadio inicial “sólido”. 71
libertad espiritual se despliegue con arreglo
a toda su potencialidad. Pues, cuando la na- 71. Ibidem., Bauman, pp. 271-272. La trascen-
turaleza ha desarrollado bajo tan duro tegu- dencia es sustituida por él mismo bajo el ape-
mento ese germen que cuida con extrema lativo de “transgresión”, lo que significa, en la
ternura, a saber, la propensión y la vocación cultura del lenguaje oficial del Estado, “la viola-
hacia el pensar libre, ello repercute sobre ción de un precepto o una ley”, por ello, desde mi
la mentalidad del pueblo (merced a lo cual análisis, el “pesimismo” con el que se ha querido
este va haciéndose cada vez más apto para categorizar popularmente el mensaje de Bauman
sería indebido salvo si con ese segundo denomi-
la libertad de actuar) y finalmente acaba
nador se quiere significar que su mensaje es ante
por tener un efecto retroactivo hasta sobre
todo dialéctico (lo cual adquiere concordancia
los principios del gobierno, el cual incluso con la acción de transgredir). Si este fuera el caso
termina por encontrar conveniente tratar al tendría entonces una cortés afinidad con la ética
hombre, quien ahora es algo más que una geométrica de Marx, que radicaba en que el hom-
máquina, conforme a su dignidad.70 bre coincidiera perfectamente con lo real, es de-
cir, que la responsabilidad ética del hombre debía
Ni soy como una máquina ni como objeto ser “que se haga lo que es, que realice su esencia
alguno que se haya producido salvo por dentro de su apariencia, que adopte el ritmo de
la experiencia única y total”, una síntesis dialéc-
69. Aquí la solución que deja caer para el hombre tica que contenía igualmente el argumento de que
mortal (inspirado por Ulrich Beck) son las “so- el hombre tiene una vocación universal y genéri-
luciones biográficas a contradicciones sistémi- ca: la naturaleza del hombre es su relación con el
cas”. Ibidem., p. 263. otro hombre (como totalidad, pues, con la huma-
70. Kant. Immanuel ������������������������
¿Qué es la Ilustración?� nidad). La trascendencia para Bauman, influido
Alianza editorial, Madrid, 2013, p. 98. por Levinas, es una marcha humanista (como en

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Evocando a Ralph Waldo Emerson a tra-
vés de la mirada de Erich Fromm, “las co-
sas y la circunstancias que nosotros mis-
mos hemos creado”72 nos dominan desde
lo más profundo, y por esta razón es una
ley necesaria el despertar a la acción éti-
ca, volver a ser un individuo que actúa
conforme a ella. La idea política y moral
de una humanidad imaginanda como uni-
dad está todavía por hacer, e igualmente
el renacimiento humanista volverá a coger
las riendas.

el joven Marx) hacia la salvación de la humani-


dad dentro de la sociedad (por ende, exenta de
la concepción del eterno retorno a la naturaleza
que dominó en el marxismo después de Marx),
aunque siendo consciente de que la historia no
progresa linealmente, sino zigzagueando, y, más
todavía, que la historia cuando avanza en el tiem-
po y en el espacio lo hace por la acción libre del
hombre, oponiéndose (negando) y combatiendo
lo que en la sociedad hay en contra de esa rela-
ción vocacional con el otro hombre, con la tarea
de vaciarla (dicha relación social) de alineacio-
nes y privaciones mediante negaciones de nega-
ciones que enriquecerían el devenir y también la
imaginación utópica (por medio de este segundo
concepto se daría el salto de lo cualitativo a lo
cuantitativo ajustado a la lógica de Hegel, pues,
en dirección contraria a la lógica de Lenin) pese
a que por momentos se desaten repeticiones y
pérdidas contra la dignidad del hombre. Véase
también op. cit., Calvez p. 493.
72. Fromm, Erich, El humanismo como utopía
real. Paidós, Barcelona, 2007, p. 40.

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