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063 - Tumores Malignos de Las Fosas Nasales y Senos Paranasales. Granulomas Malignos PDF
063 - Tumores Malignos de Las Fosas Nasales y Senos Paranasales. Granulomas Malignos PDF
CAPÍTULO 63
TUMORES MALIGNOS DE LAS FOSAS NASALES Y
SENOS PARANASALES. GRANULOMAS
MALIGNOS
INTRODUCCIÓN
En los últimos años hemos asistido a algunos cambios tanto en el diagnóstico como en el
manejo terapéutico de los tumores de fosa nasal y de senos paranasales.
Las tasas de supervivencia han ido aumentando en los trabajos publicados en los últimos
años, sin embargo éstas siguen siendo bajas, con supervivencias a los 5 años del 30 al 60% por
ciento en los mejores casos.
Algunas de las causas de esta elevada mortalidad son: la rareza de estos tumores (suponen
aproximadamente el 3% de los tumores de vía aerodigestiva superior), la similitud en los síntomas
de presentación con otras patologías de carácter benigno y la capacidad de propagarse con facilidad
hacia estructuras vecinas afectando a zonas nobles.
Esto hace que muchas veces estos tumores sean diagnosticados en estadios avanzados. Son
más frecuentes en varones y tienen un pico de incidencia entre los 50 y los 59 años de edad.
ANATOMÍA
Las fosas nasales se situan en el macizo facial y están divididas en dos partes por el tabique
nasal, dando lugar a dos túneles que se comunican hacia delante con el exterior a través de las
narinas y hacia atrás con la nasofaringe a través de las coanas. Están formadas por un esqueleto
óseo y un esqueleto fibrocartilaginoso.
1. Pared interna o tabique: formado por la lámina perpendicular del etmoides, el hueso
vómer y el cartílago cuadrangular.
2. Pared superior o bóveda: su parte más anterior corresponde al dorso nasal, la parte
media a la lámina cribosa del etmoides y la parte posterior a la cara anterior del cuerpo
del esfenoides.
3. Pared externa: está formada por seis huesos: maxilar, unguis, cornete inferior,
etmoides, palatino y esfenoides.
4. Pared inferior o suelo: Formado por la apófisis horizontal de los huesos maxilar y
palatino.
Los senos paranasales son cavidades aéreas en el espesor de los huesos craneales, situados
alrededor de las fosas nasales:
1. Seno maxilar: es el más grande, está en el espesor del hueso maxilar. Tiene forma de
pirámide, cuya base es la pared latero-nasal y su vértice se dirige hacia el zigoma. Su
techo es el suelo de la órbita y su suelo el proceso alveolar del hueso maxilar. Su
ostium natural drena al meato medio.
2. Seno etmoidal: está formado por múltiples cavidades separadas por finas láminas de
hueso situadas en el laberinto etmoidal y rodeadas por los huesos frontal, maxilar,
lacrimal, esfenoides y palatino. Está situado en la parte superior de la cavidad nasal
entre las dos órbitas, y separado de ellas por la lámina papirácea. En cada lado las
celdas se dividen en anteriores, medias y posteriores. Las anteriores y medias drenan al
meato medio y las posteriores al meato superior.
3. Seno frontal: son dos, y se sitúan detrás de los arcos supraciliares, raramente son
simétricos y su septum normalmente no está exactamente en la línea media. Están
ausentes al nacimiento, generalmente se desarrollan a los siete u ocho años de vida.
Drenan en el meato medio a través del ducto naso-frontal, que atraviesa la parte
anterior del etmoides.
4. Seno esfenoidal: son dos y se sitúan en la parte más superior y posterior de la fosa
nasal, en el interior del hueso esfenoides, su forma y la localizacion de su septum
también suelen ser irregulares. Su pared posterosuperior es el suelo de la silla turca. El
nervio óptico y la carótida interna se relacionan estrechamente con la pared superior-
lateral y sus canales óseos pueden estar dehiscentes en la cavidad del seno.
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ETIOLOGÍA
2. Tabaco
4. Sinusitis crónica.
PATOLOGÍA
Epiteliales
Carcinoma de células escamosas
Diferenciado
Escamoso basaloide
Adenoescamoso
Carcinoma de células no escamosas
Carcinoma adenoide quístico
Carcinoma mucoepidermoide
Adenocarcinoma
Carcinoma neuroendocrino
Carcinoma de células claras
Melanoma
Neuroblastoma olfatorio
Carcinoma indiferenciado
No epiteliales
Condrosarcoma
Sarcoma osteogénico
Cordoma
Sarcoma de tejidos blandos
Fibrosarcoma
Fibrohistiocitoma maligno
Hemangiopericitoma
Angiosarcoma
Ssarcoma de Kaposi
Rabdomiosarcoma
Linfoproliferativos
Linfoma
Reticulosis polimorfa
Plasmocitoma
Metastásico
Renal
Pulmón
Mama
Ovario
Capítulo 63 Tumores malignos de las fosas nasales y senos paranasales. Granulomas malignos
En cuanto a la localización y según los datos del trabajo previamente referenciado, el sitio
más habitual es el seno maxilar (55%), la cavidad nasal (23%), seno etmoidal (20%), seno
esfenoidal (1%) y seno frontal (1%).
ESTADIFICACIÓN
Seno maxilar
T1 - Tumor limitado a la mucosa del seno maxilar sin erosión o destrucción del hueso
T2 - Tumor que produce erosión o destrucción ósea incluyedo extensión al paladar duro y/o al meato medio, excepto
extensión a la pared posterior del seno maxilar y las apófisis pterigoides.
T3 - Tumor que invade cualquiera de los siguientes: pared posterior ósea del seno maxilar, tejido celular subcutáneo,
suelo o pared medial de la órbita, fosa pterigoidea, seno etmoidal.
T4a - Tumor que invade el contenido orbitario anterior, piel de la mejilla, apófisis pterigoides, fosa infratemporal, lámina
cribiforme, senos frontal o esfenoidal.
T4b - Tumor que invade cualquiera de los siguientes: ápex orbitario, dura, cerebro, fosa craneal media, pares craneales
(excepto V2), nasofaringe o clivus.
Las metástasis ganglionares son raras al momento del diagnóstico, variando entre un 3 a
un 16%, aumentando su incidencia en el caso de extensión tumoral a la cavidad oral. Su presencia
determina un mal pronóstico con una supervivencia menor del 10% a los 5 años.
Estadificación por grupos en Cáncer de Orofaringe, Hipofaringe, Laringe, Labio y Cavidad Oral y Seno Maxilar.
American Joint Committee on Cancer
Tabla 2. Clasificación TNM y estadificación por grupos de los tumores malignos de fosas nasales y
senos paranasales. American Joint Committee on Cancer.
1.- Los signos y síntomas precoces de los tumores nasosinusales son sutiles e inespecíficos, en
muchas ocasiones son completamente asintomáticos, o asemejan patología benigna como sinusitis
crónica, alergia o poliposis nasosinusal. Los síntomas más habituales son la obstrucción nasal, la
presión o dolor a nivel de senos paranasales, la rinorrea, la epistaxis, y la anosmia. La no
desaparición de estos síntomas con el tratamiento adecuado o la presencia de síntomas y signos
unilaterales debe alertarnos sobre una posible malignidad, en estos casos deben realizarse pruebas
de imagen.
La clínica específica de cada tipo de tumor, se describe a continuación, teniendo en cuenta que
muchos síntomas se pueden superponer independientemente del origen del tumor. La vía más
Capítulo 63 Tumores malignos de las fosas nasales y senos paranasales. Granulomas malignos
más frecuencia neoplásicos. Los tumores también pueden ser submucosos sin presentar, en este
caso, alteraciones en la mucosa más que el abombamiento. Cualquier lesión sospechosa debe ser
biopsiada, preferiblemente después de haber realizado una prueba de imagen, con lo que podemos
evitar el sangrado profuso o la salida de líquido cefalo-raquídeo.
- b) cavidad oral
En cuanto a la diseminación a distancia, que se produce vía hematógena a través del plexo
vertebral y vía linfática a través de los ganglio retrofaríngeos. Las metástasis ganglionares
ensombrecen mucho el pronóstico.
Estudios de imagen
Están indicados:
El signo principal que nos hace sospechar la existencia de un tumor maligno es la erosión
ósea, con las siguientes peculiaridades:
• Puede estar ausente en los tumores de pequeño tamaño, en estadios iniciales. En estos
casos puede ser imposible diferenciar el tumor de un proceso inflamatorio.
• El carcinoma epidermoide suele producir erosión ósea agresiva
• El carcinoma metastásico, los sarcomas y algunos linfomas producen erosión ósea con
menor frecuencia, tienden a remodelar el hueso en vez de destruirlo de forma agresiva
Biopsia
En el caso de la fosa nasal, la mayoría de los tumores son accesibles por vía endonasal.
En los tumores de seno maxilar puede obtenerse por vía endoscópica o por abordaje externo
(Caldwel-Luc).
Los del seno etmoidal pueden abordarse también por vía endoscópica o por etmoidectomía
externa (incisión de Lynch).
La mayoría de los tumores de seno esfenoidal son accesibles por vía endoscópica.
TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
La resección quirúrgica, sola o combinada con terapia complementaria sigue siendo el pilar
fundamental del tratamiento de los tumores malignos del tracto nasosinusal.
La cirugía está indicada siempre que haya adecuada evidencia de que el tumor es resecable
en su totalidad con una morbilidad aceptable. El desarrollo de los abordajes craneofaciales ha
ampliado las indicaciones a los tumores que se extienden a la base de cráneo e incluso a los que
tienen extensión intracraneal. La utilización de las técnicas de reconstrucción, que incluyen
colgajos libres microvasculares, colgajos de pericráneo y prótesis han reducido la morbilidad en
casos de grandes resecciones.
Se debe establecer una distinción entre la vías de abordaje, que describen la incisión, la
disección de tejidos blandos y las osteotomías que se requieran para exponer estructuras adyacentes
y permitir una resección completa de la extensión de la resección, que describe las estructuras que
es necesario resecar para que todo el tumor con márgenes adecuados sea extirpado. El tratamiento
quirúrgico debe incluir la reconstrucción de los defectos quirúrgicos creados por la exéresis
tumoral.
RADIOTERAPIA
En base a los trabajos publicados, hoy parece evidente que la combinación de la cirugía con
radioterapia postoperatoria adyuvante consigue mejores resultados tanto en control local de la
enfermedad como en supervivencia.
Capítulo 63 Tumores malignos de las fosas nasales y senos paranasales. Granulomas malignos
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Los problemas más importantes que causa la radioterapia son, por una parte, la poca
sensibilidad de algunos tumores, como el carcinoma mucoepidermoide, y por otra, los efectos
secundarios como son la osteorradionecrosis, estenosis esofágica, hemorragias intracerebrales, etc.
QUIMIOTERAPIA
Una de las nuevas pautas que se está utilizando con mejores resultados es el cis-platino
intraarterial.
Para tumores N+, se usa tanto la cirugía como la radioterapia, con similares resultados.
Para tumores N0, el tratamiento profiláctico del cuello no ha demostrado que aumente la
supervivencia.
Hay que tener en cuenta que la afectación nodal aparece entre el 10 y el 38% de los casos,
y que suele asociarse a recidiva local y/o metástasis a distancia.
PRONÓSTICO
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• El tipo histológico (78% para el adenocarcinoma, 60% para el carcinoma epidermoide y 40%
para el carcinoma indiferenciado)
• El estadio T, con tasas de 91% y 49% para los T1 y T4 respectivamente
• La localización, con tasas del 77% para los de fosa nasal, 62% para el seno maxilar y 48% para
el etmoides
• Tipo de tratamiento, con tasas del 79% para los que recibieron solo cirugía, 66% para los que
recibieron cirugía y radioterapia y 57% para los que recibieron solo radioterapia
• Extensión local, con peor pronóstico para aquellos que se extienden a la fosa pterigomaxilar, a
los senos frontal y esfenoidal, la erosión de la lámina cribiforme y la invasión de la duramadre.
En presencia de invasión orbitaria, la exenteración de la órbita se relacionó con una mejora de
la supervivencia
Estos mismos autores realizan un metaanálisis revisando 154 artículos publicados entre
1960 y 2000, con un total de 16.396 pacientes. La hipótesis de esta revisión es si la supervivencia
de los tumores de fosa nasal y senos paransales ha mejorado en los últimos 40 años. La hipótesis
secundaria es valorar si las diferencias en la supervivencia están basadas en diferencias en el tipo
histológico, en la localización del tumor, en el estadio o en el tratamiento aplicado. Solo
seleccionan artículos que presentan resultados de tratamiento en pacientes con carcinoma de las
fosas nasales o senos paranasales, que tengan al menos 20 pacientes y con un seguimiento superior
a 2 años. Los datos se separaron en 4 grupos (décadas), según el año de publicación:
1960,1970,1980 y 1990.
La tasa de supervivencia global fue del 41%. Sin embargo, al dividir las supervivencias
según la década a estudio, nos encontramos con los siguientes datos (Tabla 3). Las diferencias entre
las cifras de supervivencia resultaron estadísticamente significativas (p<0,001)
Tabla 3. Evolución por décadeas de la supervivencia global de los carcinomas de fosa nasal y senos
paranasales. Tomado de Dulguerov et al. Cancer 2001;92(21):3012-3019
Las cifras de supervivencia divididas según el tipo histológico demuestran en casi todos los
subtipos un incremento de la supervivencia similar a las cifras anteriormente reflejadas. En el caso
de los adenocarcinomas, no ha existido mejoría. En los carcinomas indiferenciados existen peores
resultados en la década de los 90 que en las precedentes.
Capítulo 63 Tumores malignos de las fosas nasales y senos paranasales. Granulomas malignos
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Si dividimos los datos según la localización tumoral se observa que los tumores que más
han aumentado su supervivencia son los de seno maxilar y los de etmoides, mientras que los de
fosa nasal mantienen una supervivencia estable del 60%.
GRANULOMA MALIGNO
Diversos términos han sido usados, comenzando por McBride quien en 1896 describió por
primera vez el “granuloma maligno” ; desde entonces otras referencias han sido: granuloma
gangraenescens, ulcera granulomatosa progresiva, reticulosis polimorfa y granuloma letal de línea
media. Todas ellas coinciden en describir un mismo cuadro clínico, con evolución fatal y etiología
desconocida. Sólo el término reticulosis polimorfa indica un posible origen anatomopatológico.
Gracias a las técnicas actuales que se aplican de forma auxiliar al análisis histopatológico,
parece desvelarse que, una vez excluidos los diagnósticos de neoplasia, enfermedades
granulomatosas (enfermedad de Wegener, síndrome de Churg-Strauss, poliangeítis microscópica,
etc) y el uso de cocaína inhalada, el resto de procesos que se engloban dentro de este cuadro
clínico, parece corresponder a linfomas no Hodgkinianos (LNH) extranodales de células
Natural Killer (NK)-células T.
Clínica
La edad de aparición es variable, con un pico de incidencia máxima en torno a los 60 años, y
con predominio en el sexo masculino.
Los LNH de la región medio-facial parece que presentan una predilección racial, ya que son
una forma bastante frecuente de linfoma extranodal en países asiáticos (Hong Kong) y
sudamericanos (Perú), mientras que son poco comunes en países occidentales, constituyendo
menos del 0.5% de los casos. En Europa y Norteamérica son más frecuentes los linfomas de células
B en el área del círculo de Waldeyer.
Síntomas iniciales:
- rinitis y sinusitis poco específicas, que pueden cursar con obstrucción nasal o con rinorrea
- epistaxis
- congestión y edema facial
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Progresión:
a) local:
- algias faciales y deformidades estéticas, debido a la infiltración de partes blandas,
cartílago y hueso
- extensión a cavidad oral, laringe o hipofaringe
- paresia o parálisis de pares craneales, diplopia o proptosis, debido a la extensión a base
de cráneo e infraorbitaria, respectivamente
- sobreinfección bacteriana o fúngica de las lesiones, como actinomicosis
b) sistémica:
- muchos casos permanecen localizados en fosas nasales, mientras que otros pueden
extenderse a pulmón o piel
- la diseminación a hígado, aparato gastrointestinal o sistema nervioso central es más
rara
- finalmente el fallecimiento del paciente se presenta como resultado de caquexia,
hemorragia masiva, meningitis o infección intercurrente
De forma paradójica, el estado general del paciente suele mantenerse bastante bueno,
independientemente del curso de la enfermedad local, que suele ser bastante agresivo.
Ocasionalmente pueden aparecer los llamados síntomas B, característicos de los linfomas (más
típicamente de los linfomas hodgkinianos): fiebre, cuadro catarral, sudoración nocturna y pérdida
de peso.
Diagnóstico
En la exploración física se observa una lesión ulcerada en la mucosa del septum, del
vestíbulo nasal o en la línea media del paladar. Con menos frecuencia se afectan la nasofaringe o la
pared lateral nasal. Dicha úlcera tiene una coloración grisáceo-amarillenta, con una superficie
granulomatosa y friable.
Las técnicas de imagen nos sirven para evaluar la extensión de la lesión, controlar la
progresión y evaluar la eficacia del tratamiento. La TC determina la afectación ósea y cartilaginosa
(destrucción del septum nasal, destrucción de la pared medial del seno maxilar, etc) y la RMN la
extensión a tejidos blandos, órbita y estructuras intracraneales.
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Tratamiento
La supervivencia global a los 5 años es del 82% con la terapia combinada con respecto al
72% con quimioterapia sola. Se ha visto sin embargo que para tumores en estadios iniciales, la
radioterapia sola es una buena opción.
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Conclusión
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PALABRAS CLAVE
Carcinoma, Neoplasia, Orbita, Fosas nasales, Senos paranasales, Seno frontal, Seno esfenoidal,
Seno maxilar, Celdas etmoidales, Cirugía endoscópica nasosinusal, Abordaje craneofacial,
Exenteración orbitaria, Cirugía de base de cráneo, Granuloma maligno, Granuloma de la línea
media.