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partir de una serie de informaciones previas y vinculadas empírica y/o lógicamente entre sí,
llamadas premisas.
Premisas: conjunto de enunciados que expresan los datos de partida
Conclusión: enunciado final que expresa la nueva información obtenida a partir de las
premisas
Premisas:
El ladrón del queso es un gato o un ratón
Las huellas demuestran que no es un ratón
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Conclusión:
El ladrón del queso es un gato
Ejemplo:
Todos los seres humanos son mortales
Antonio y Luisa son seres humanos
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Antonio y Luisa son mortales
Las premisas y la conclusión puesto que son enunciados que afirman algo (“los
gorriones son ovíparos”) o lo niegan (“los murciélagos no son pájaros”), pueden ser
verdaderas o falsas. En cambio, los razonamientos no pueden ser verdaderos ni falsos, pues
no afirman ni niegan nada. Por lo tanto, no hablaremos de razonamientos verdaderos, sino
de razonamientos correctos o válidos. La corrección de los razonamientos es un requisito
importante para obtener conclusiones verdaderas. Sin embargo, no es suficiente. Para estar
seguros de la verdad de la conclusión, se han de dar a la vez la corrección del razonamiento
y la verdad de las premisas. Por esta razón, cuando se da solo una de las dos cosas,
corremos el riesgo de obtener una conclusión falsa, aunque no siempre será así.
Verdad: Se dice que un enunciado (o una proposición) es verdadero cuando hay una
correspondencia entre la realidad y el enunciado. Para averiguar la verdad o falsedad de un
enunciado debemos encontrar la forma de contrastar su contenido con la realidad. La lógica
deductiva no se preocupa por los medios para establecer el valor de verdad de las
proposiciones. Solo los enunciados son verdaderos o falsos, nunca diremos que un
argumento sea verdadero o falso, sino que diremos que es válido o no válido.
Validez: La lógica se ocupa principalmente de establecer una clara distinción entre
razonamientos válidos y razonamientos no válidos. Los razonamientos válidos son aquellos
en los que la inferencia entre las premisas y la conclusión es perfecta. Por tanto, lo esencial
para determinar si un argumento es o no válido es analizar su forma o estructura
(independientemente de su contenido material). Un argumento válido exige que las
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premisas estén bien formuladas (respeten las normas sintácticas del idioma en que se
expresan) y que guarden entre ellas coherencia lógica.
Dentro de la lógica formal clásica se pueden distinguir varios tipos, de los cuales
estudiaremos la de enunciados.
Lógica de enunciados: Estudia la validez formal de los razonamientos teniendo
únicamente en cuenta el valor de verdad (verdadero o falso) de cada enunciado. Toma
los enunciados como un todo, sin analizarlos internamente en sujeto y predicado.
Lógica de predicados: Analiza la estructura interna de los enunciados, pues los
considera proposiciones en las que una propiedad (predicado) se atribuye a un sujeto.
Lógica de clases: Considera que los enunciados son proposiciones en las que se
expresan lazos entre individuos y clases. Los predicados son analizados como
propiedades que comparten individuos que pertenecen a la misma clase o conjunto.
Una proposición solo puede ser verdadera (V) o falsa (F). A continuación vemos las tablas
de verdad de los distintos conectores.
Negador
Se representa con el símbolo ¬ y se lee “no”, “no es el caso de que” o “es falso que”. Si un
enunciado p es verdadero, su negación ¬p es falsa; por tanto, invierte el valor de verdad de un
enunciado. Es el único símbolo lógico que se aplica a un solo enunciado
p ¬p
V F
F V
Conjuntor
Se representa con el símbolo y se lee “y”, “pero”, “aunque”. Da lugar a fórmulas
complejas que son verdaderas únicamente cuando son verdaderas las dos proposiciones que
las componen.
p q p q
V V V
V F F
F V F
F F F
Disyuntor
Se representa con el símbolo V y se lee “o”, “o…o”, “o bien… o bien”, “ya…ya”. La
disyunción es verdadera cuando uno de sus miembros lo es; dicho de otro modo, es falsa
sólo en el caso de que ambos miembros sean a la vez falsos. Esta es la disyunción inclusiva.
p q pVq
V V V
V F V
F V V
F F F
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Implicador o condicional
Se representa con el símbolo → y se lee “si…entonces”, “si…por tanto”, “si…en
consecuencia”, “…se infiere…”. Una implicación es verdadera siempre que el antecedente
no sea verdadero y el consecuente falso. Expresa una relación suficiente entre antecedente y
consecuente, por eso si el primero es verdadero, también lo es el segundo. Pero el antecedente
no es condición necesaria para el consecuente; por eso, puede ser verdadero el consecuente
aunque el antecedente sea falso.
p q p→q
V V V
V F F
F V V
F F V
Coimplicador o bicondicional
Se representa con el símbolo ↔ y se lee “si y sólo si…”, “equivale a …”. Expresa
condiciones necesarias y suficientes. El co-implicador es verdadero cuando ambas
proposiciones tienen el mismo valor de verdad; es decir, cuando o los dos son verdaderos o
los dos son falsos.
p q p↔q
V V V
V F F
F V F
F F V
2º Se asignan valores de verdad a las variables, de modo que se reproduzcan todas las combinaciones posibles. El número de combinaciones posibles se
obtiene elevando 2 al número de variables que haya, 2
n
p q r
V V V
V V F
V F V
V F F
F V V
F V F
F F V
F F F
4º Para asignar valores de verdad de los enunciados compuestos que integran la fórmula
principal debes basarte en la tabla de verdad de los símbolos lógicos que aparece en ese
enunciado
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p q r (pVq) (pVq)→ r
V V V V V
V V F V F
V F V V V
V F F V V
F V V V V
F V F V F
F F V F V
F F F F V
5º Los valores de verdad que aparecen en la última columna son todos los valores de verdad
que puede tener la fórmula. El valor de verdad de la fórmula depende del valor de verdad
de los enunciados simples que la integran. Una tabla de verdad puede proporcionar tres
soluciones:
A) Tautología: Cuando todos los valores de verdad de la última columna son
verdaderos. Un ejemplo de un enunciado tautológico es “todo cuerpo es extenso”.
Son enunciados en los que el predicado va incluido en el sujeto y por lo tanto es
imposible que sean falsos
B) Contradicción: Cuando todos los valores de verdad de la última columna son
falsos. Un ejemplo de un enunciado contradictorio sería “Algunos triángulos tienen
cuatro ángulos”.
C) Indeterminación: Cuando los valores de verdad de la última columna alternan V
y F. A su vez esta solución admite tres posibilidades:
1ª. Indeterminación probable: El número de V es superior al de F (“En agosto
hará calor en Madrid”)
2ª. Indeterminación absoluta: El número de V y F es el mismo.
3ª. Indeterminación posible: El número de F es superior al de V (“Estudiando
solo el día antes del examen, aprobaré con nota”).
Para realizar inferencias deductivas correctamente, tenemos que respetar unas leyes
lógicas fundamentales y aplicar unas reglas de inferencia. Las leyes lógicas o principios
lógicos fundamentales son formas de razonamiento que se consideran siempre correctas
porque se presuponen en todo razonamiento; es decir, parece imposible que podamos
razonar o incluso pensar si no las aceptamos. Hay cuatro principios lógicos fundamentales:
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Los tres principios anteriores fueron ya formulados por el filósofo griego Aristóteles.
Leibniz, pensador alemán del siglo XVII (1646-1716), añadió un cuarto principio, conocido
con el nombre de principio de razón suficiente.
d) Ley o principio de razón suficiente: el principio de razón suficiente dice que "todo
objeto, hecho o suceso debe tener una razón suficiente que lo explique". Es decir, que nada
existe sin una causa o razón determinante. El principio de razón suficiente da respuesta a
una exigencia natural de nuestra razón, según la cual nada suceder "porque sí", pues todo
obedece a una razón. Con otras palabras, este principio viene a sostener que nada sucede
por azar ni por casualidad. En suma, el principio de razón suficiente nos dice: "todo tiene
una razón de ser".
Las reglas de inferencia son instrucciones que nos permiten construir inferencias válidas; es
decir, nos permiten pasar correctamente de unos enunciados a otros, asegurando así su validez
(¡¡no su verdad!!). Hay muchas reglas de inferencia. Nosotros vamos a conocer solo las
principales y más relevantes. También son las que usamos las personas con mayor frecuencia
al razonar. Se pueden representar de forma esquemática:
d) El silogismo:
b) Términos: en todo silogismo hay también tres términos. Se llama "término mayor" al
predicado de la conclusión, que debe aparecer en la premisa mayor. Se llama "término
menor" al sujeto de la conclusión, que aparece también en la premisa menor. El "término
medio" es el que aparece en las dos premisas (mayor y menor) y nunca en la conclusión.
EJEMPLO
Todos los hombres (término medio) son mortales (término mayor)
Sócrates (término menor) es hombre (término medio)
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Sócrates (término menor) es mortal (término mayor)
Por su parte, los modos del silogismo se refieren a la combinación del tipo de
proposiciones que forman un silogismo, según la cantidad (universal o particular) y la
cualidad (afirmativa o negativa). Hay cuatro tipos de proposiciones posibles:
Universal afirmativa (A): “todo hombre es mortal”, “todo metal se dilata con el
calor”
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Considerando figuras y modos surgen 256 combinaciones posibles. Pero solo 24 son
válidas (seis por cada figura), de las que 19 son principales y 5 subalternos (su conclusión
es particular). La teoría del silogismo fue desarrollada por Aristóteles, y luego evolucionó
en la lógica estoica y, especialmente, en la lógica medieval.
No todos los silogismos son válidos. Para que lo sean (lo que, como ya sabemos no
quiere decir que sus premisas y conclusión sean verdaderas), el silogismo debe respetar una
serie de reglas. Es muy importante conocerlas, pues ellas no solo nos permiten reconocer un
silogismo válido de otro no valido, sino también nos permiten asegurarnos de que, si se nos
pide, somos capaces de completar adecuadamente un silogismo deductivo.
1ª. El silogismo no puede tener más de tres términos: mayor, menor y medio.
2ª. El término medio no puede entrar en la conclusión
3ª. El término medio ha de tomarse en su extensión universal por lo menos en una de
las premisas.
3ª. La conclusión siempre lleva la peor parte, entendiendo por peor parte que si hay
una proposición negativa, entonces la conclusión será negativa, y si hay una proposición
particular, entonces la conclusión es particular.
4ª. De dos premisas particulares no puede obtenerse ninguna conclusión (el término
medio no estaría tomado en su extensión universal en ninguna de ellas…)
A) Falacias formales: las falacias formales son razonamientos no válidos pero que a
menudo se aceptan por su semejanza con formas válidas de razonamiento o inferencia.
Falacia de la afirmación del consecuente: razonamiento que partiendo de un
condicional (si p, entonces q) y dándose o afirmando el segundo o consecuente, se concluye
p, que es el primero o el antecedente. (Ejemplo: "Si cobro, estoy contento; estoy contento.
Entonces, he cobrado"; puede estar contento por otros motivos).
p →q
q
__________
p
Es un argumento falaz que tiene semejanza con el argumento válido o regla de inferencia
conocida como modus ponens o afirmación del antecedente
p →q
p
_________
q
p →q
¬p
_________
¬q
Es un argumento falaz que tiene semejanza con el argumento válido o regla de inferencia
conocida como modus tollens o negación del consecuente
p →q
¬q
_________
¬p
B) Falacias no formales: las falacias no formales son razonamientos en los cuales lo que
aportan las premisas no es adecuado para justificar la conclusión a la que se quiere llegar.
Se quiere convencer no aportando buenas razones, sino apelando a elementos no
pertinentes o, incluso, irracionales.
Falacia ad hominem, o falacia personal: en lugar de refutar la verdad de lo que se
afirma se ataca a la persona que hace la afirmación. (Ejemplo: "Los ecologistas dicen que
consumimos demasiado energía; pero no hagas caso porque los ecologistas siempre
exageran").
Falacia ad baculum o falacia de la amenaza: razonamiento en el que para establecer
una conclusión o posición no se aportan razones, sino que se recorre a la amenaza, a la
fuerza o al miedo. Es un argumento que permite vencer, pero no convencer. (Ejemplo: "No
vengas a trabajar a la tienda con este piercing; recuerda que quién paga, manda").
Falacia ad verecundiam o falacia de autoridad: razonamiento o discurso en lo que se
defiende una conclusión u opinión no aportando razones, sino apelando a la autoridad de
alguna persona o institución con prestigio (Ejemplo: “El premio nobel de economía ha
dicho que España creará mucho empleo en los próximos años. Seguro que será así, ¿acaso
sabes tú más economía que él?)
Falacia ad populum o falacia del pueblo: razonamiento en el que se omiten las razones
adecuadas y se exponen razones no vinculadas con la conclusión, pero que se sabe serán
aceptadas por el auditorio, despertando sus sentimientos y emociones. Es una
argumentación demagógica o seductora. (Ejemplo: "Tenemos que prohibir que venga gente
de fuera. ¿Qué harán nuestros hijos si los extranjeros los roban el trabajo y el pan?).
Falacia ad ignorantiam o falacia de la ignorancia: razonamiento en el que se pretende
defender la verdad (falsedad) de una afirmación por el hecho que no se puede demostrar lo
contrario, o viceversa. (Ejemplo: "El monstruo del lago Ness existe. Si no existiese, ya se
habría demostrado”).
Falacia “post hoc, ergo propter hoc (falsa causa): razonamiento que a partir de
la coincidencia entre dos fenómenos establece, sin suficiente base, una relación causal: el
primero es la causa y el segundo, el efecto. (Ejemplo: "El cáncer de pulmón se presenta
(frecuentemente) en personas que fuman cigarrillos; por lo tanto, fumar cigarrillos es la
causa de este cáncer").
Falacia histórica o de la tradición: argumento en el que se intenta establecer la validez
o verdad de una afirmación apelando al pasado. Es decir, establecer lo que “debe ser” a
partir de lo que “es” o “ha sido”. (Ejemplo: “Siempre se ha estudiado filosofía en el
bachillerato español. Por lo tanto, los alumnos de bachillerato deben seguir cursando esa
materia”).
Falacia anacrónica: es la contraria a la anterior. Desde el presente (el “es”) se juzga el
pasado (lo que “ha sido”). (Ejemplo: “No sé por qué la gente sigue estudiando hoy latín, si
el Imperio Romano y la Edad Media fueron épocas bárbaras en las que no se respetaban
los Derechos Humanos. ¿Qué pueden enseñarnos aquellas culturas?”).