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En buena parte de las obras teatrales de Casona se presentan dos ejes temáticos o
conflictos fundamentales ligados entre sí. Por un lado, la búsqueda del amor o deseo
amoroso. Por otro lado, el conflicto entre realidad y deseo/ilusión. El deseo se
identificaría con el amor, la felicidad, la unión familiar, la vida; la realidad, por el
contrario, se ve reflejada principalmente en la soledad, la muerte, el dolor, la pobreza.
Es posible encontrar múltiples elementos menores que se desprendan de los anteriores.
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Casona, Alejandro. La dama del alba. Buenos Aires, Losada, 1993.
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Casona, Alejandro. La barca sin pescador. Buenos Aires, Losada, 1993.
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Casona, Alejandro. Prohibido suicidarse en primavera. Madrid, EDAF, 2011.
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En segundo lugar, desarrollaremos brevemente el argumento de la obra,
exponiendo los conflictos que se presenten y la manera en que se resuelven. De este
modo, se demostrará que las tres obras poseen un desenlace positivo o final feliz, donde
el deseo amoroso de los personajes principales se concreta y el deseo/ilusión parece
imponerse sobre la realidad.
El modelo actancial
El modelo desarrollado por Greimas consta de seis actantes: Sujeto (S), Objeto
(O), Destinador (D1), Destinatario (D2), Ayudante (A) y Oponente (Op). ...nos
encontramos con una fuerza (o un ser D1); guiado por él (por su acción), el sujeto S
busca un objeto O en dirección o en interés de un ser D2 (concreto o abstracto); en esta
búsqueda, el sujeto tiene sus aliados A y sus oponentes Op.6 Cualquier relato, narrativo
o dramático, puede ser reducido a este modelo básico. La flecha que une al Sujeto con el
Objeto indica el deseo; dependiendo del caso, el deseo puede ser de diversa índole. Por
nombrar algunos ejemplos, puede encontrarse el deseo amoroso, económico, moral, etc.
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Ubersfeld, Anne. Semiótica teatral. Madrid, Cátedra, 1989.
5
Idem. Pág. 48-49.
6
Idem. Pág. 49.
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No debe confundirse al actante con el personaje. El actante es una función
sintáctica, una acción a realizar. Los personajes son los seres particulares que llevan a
cabo las acciones. Un concepto o una fuerza (como el Eros o la sociedad) pueden
funcionar como actante. Varios personajes a la vez pueden ser un mismo actante y un
mismo personaje puede funcionar en diferentes puestos actanciales a lo largo de la obra.
Considerando los dos aspectos más importantes que marcamos en las obras, el
conflicto presentado por deseo amoroso y el conflicto realidad-deseo, es natural que el
desenlace de dichas obras dependa de la resolución de estos conflictos. Si los personajes
principales logran obtener su Objeto (el amor del otro) y el deseo consigue imponerse
sobre la realidad, se estará en presencia de un desenlace positivo para dichos personajes,
un final feliz. Si, por el contrario, el deseo amoroso se frustrara, si la soledad y la
tristeza se apoderaran del ambiente y los personajes sucumbieran ante la pobreza y la
muerte, el desenlace sería negativo, y la realidad habría disuelto al deseo y a la ilusión.
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Prohibido suicidarse en primavera, donde se presentan de entrada al menos dos puntos
de vista diferentes). La soledad, la tristeza y los recuerdos dolorosos inmovilizan a los
personajes. no hay posibilidad de una felicidad futura. Son personajes anclados al
pasado. Sin embargo, cuando la esperanza surge con la llegada de alguien nuevo, todos
los personajes cobran vitalidad; el ambiente inclusive se torna fresco y luminoso: Telva.
−... Lo que tú has hecho aquí en unos pocos meses no lo había conseguido yo en años.
¡Ahí es nada! Una casa que vivía a oscuras, y un golpe de viento que abre de pronto
todas las ventanas. Eso fuiste tú.7
Las obras
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río. Pasan dos meses y Adela ha ocupado el lugar de Angélica: en el pueblo, en la
familia y en el corazón de Martín, quien la quiere pero el recuerdo doloroso de Angélica
no le permite estar con ella. Adela también le quiere y sufre por su inminente partida.
Vuelve la Peregrina, aparentemente para llevarse a Adela. Sin embargo, por la noche,
sola la Peregrina en la casa, llega de improviso Angélica, despechada, buscando volver
a su familia. La Peregrina le explica que su lugar ha sido ocupado por Adela y su
retorno sólo mancharía su recuerdo. Angélica se convence y más tarde el pueblo
encuentra su cuerpo inmaculado flotando en el río. La familia obtiene la tan deseada paz
y Martín y Adela pueden finalmente estar juntos.
Los siguientes son los modelos actanciales de la obra que reflejan el carácter
central del deseo amoroso:
Se puede observar en los modelos que, tomando como Sujeto ya sea a Martín o a
Adela (siendo el otro su Objeto), el deseo principal es claramente un deseo romántico o
amoroso. En el caso de Adela como Sujeto se encuentran también deseos menores por
Objetos como una nueva vida, una familia y felicidad. Por supuesto, en esta lectura se
considera a los deseos menores como subordinados al principal. Así sucederá también
en las obras restantes. En torno a este Sujeto que busca conseguir el amor de su Objeto
(o, más precisamente, obtener su Objeto), se construye toda la obra y se desarrolla la
trama. El Destinador es, como en toda búsqueda amorosa, el Eros, que Ubersfeld
entiende como una fuerza ‹‹individual›› (afectiva, sexual) que, en cierto modo, se
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confunde también con el sujeto.8 El personaje mismo ocupa simultáneamente el puesto
de Destinador y Destinatario. Los ayudantes son esencialmente los mismos para ambos
Sujetos. Es interesante lo que sucede con los oponentes. La Peregrina ocupa al principio
el lugar de Oponente, pues llega para llevarse a Martín y luego, supuestamente, a Adela.
Sin embargo, al final, funciona como Ayudante al convencer a Angélica de retirarse del
cuadro. En el caso de Adela, el mismo Martín funciona como Oponente de su deseo, ya
que no quiere estar con ella debido a sus recuerdos.
Tiempo después Ricardo llega a la isla donde vive Estela, la viuda de Péter
Anderson, el hombre asesinado. Estela vive con la Abuela, dos mujeres solas que
apenas pueden mantenerse, en una casa solitaria y gris (similar al hogar de La dama del
alba luego antes de la llegada de Adela). Llega Ricardo a la casa preguntando por Péter
y las mujeres lo reciben. Ricardo, culpable y sin intereses, se queda en la casa un par de
semanas hasta el retorno de su barco. Poco a poco ocupa el lugar de Péter en el pueblo:
sus ocupaciones, sus amigos, el afecto hacia Estela. En esta obra, igual que en La dama
del alba, vemos cómo un personaje nuevo ocupa la posición, las relaciones y las
funciones de un personaje desaparecido. (Ricardo por Péter, Adela por Angélica).
Ricardo descubre que en realidad quien mató a Péter fue Cristián, su vecino celoso.
8
Ubersfeld, Anne. Op.cit. p.50.
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Aparece el Caballero de negro, confiesa la inocencia material de Ricardo y reclama el
pago de un asesinato real. Ricardo lo resuelve diciendo que él ahora es diferente, Y el
día que no quede en mi alma ni un solo rastro de lo que fui, ese día Ricardo Jordán
habrá matado a Ricardo Jordán.9 Ricardo se queda en la isla en compañía de Estela.
Ahora ninguno está sólo y pueden construir una nueva vida entre los dos.
Observamos en los modelos como los Sujetos, sus respectivos Objetos y los
Destinadores y Destinatarios son esencialmente iguales a los presentados en La dama
del alba. El deseo amoroso es lo central. Varían, de acuerdo al argumento de cada obra,
los Objetos secundarios, los Ayudantes y los Oponentes. Nuevamente es el Eros la
fuerza que ordena al Sujeto conseguir su Objeto.
En esta obra, el final pareciera inclinarse aún más que en la anterior hacia la
ilusión, o al menos hacia lo ideal. Ricardo llega para suplir, en todos los sectores, a
Péter. La confesión del crimen libera tanto a Cristián (para morir en paz quizás) como a
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Casona, Alejandro. La barca sin pescador. Op.cit. p. 135.
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Estela (para recuperar su vida). Mediante un hueco legal y la astucia, Ricardo se libra
del contrato con el Caballero de negro sin necesidad de quitarle la vida a alguien.
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Los modelos de esta obra se construyen con las mismas relaciones que los
anteriores y con aún menos personajes involucrados. El Sujeto desea a su Objeto,
movido por el Eros (D1) (y por el Sujeto mismo) y en beneficio del Sujeto mismo (D2).
Tomando a Chole como Sujeto, ella misma aparece como uno de sus Oponentes en los
momentos en que decide lanzarse al lago o abandonar a Fernando en provecho de Juan.
Es notable también que, al igual que sucedía en La dama del alba con la Peregrina, un
mismo personaje funcione como Oponente primero y luego como Ayudante: Juan crea
el conflicto, separa a la pareja y finalmente renuncia a Chole para que ella y Fernando
puedan ser felices juntos.
Tomando como Sujeto a Juan, que en los modelos previos aparecía como
Ayudante u Oponente, el deseo amoroso sigue siendo lo principal. Aunque hemos de
aclarar que el deseo de superar a su hermano parece ser más fuerte en algunos pasajes
de la obra. Si tomamos como Sujeto al Amante imaginario, uno de los pacientes del
Hogar, la situación es similar. El Amante desea a Cora Yako, actriz de teatro, y la
consigue. Sin embargo, el Objeto real del Amante es la idealización sentimental de una
Cora Yako que cantaba sólo para él. No quiere a la Cora auténtica que le propone irse
con ella de viaje. El deseo sigue siendo amoroso pero el Objeto se parte en dos
personajes: uno real y otro ilusorio. La Cora auténtica será el Oponente del Amante, que
prefiere a la Cora idealizada. Fernando finalmente convence al Amante de quedarse con
su imaginación y olvidar la realidad.
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Esta aceptación de la imaginación del Amante nos permite enfocarnos ahora
sobre el desenlace de la obra. Si en La barca sin pescador ya veíamos un final más
cercano a la ilusión que en La dama del alba, aquí es aún mayor la predilección por la
los deseos ilusorios. Todos los personajes tienen su final feliz. Ninguno de los
potenciales suicidas llega a quitarse la vida. Los personajes que ya eran amados siguen
siéndolo y los que estaban solos o desmotivados encuentran compañía o un objetivo que
conquistar. El Amante imaginario es la personificación misma del triunfo de la ilusión:
pudiendo elegir entre la Cora Yako real que lo ama, aunque no enteramente como él
quiere, y la Cora Yako de su imaginación, elige a la segunda.
Conclusiones
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Quedará, por lo tanto, para trabajos posteriores la tarea de encontrar otros
recursos reiterados por el autor, ampliar el número de modelos dispuestos sobre una
misma obra para su consideración y el desarrollo del análisis aquí propuesto tomando
otras obras de Alejandro Casona demostrando, si se diera el caso, que una parte aún
mayor de su producción sigue líneas temáticas como el amor y el triunfo de la ilusión
sobre la realidad.
Bibliografía
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