Está en la página 1de 11

Introducción

Alejandro Casona es considerado uno de los más relevantes autores españoles de


la primera mitad del siglo XX. El lirismo, el ingenio, el humor y la naturalidad, entre
otros, son elementos constitutivos de su estilo y recorren la mayoría de su producción.

El presente trabajo pretende demostrar la presencia reiterada de dos


características en tres obras de Alejandro Casona. Primero, el deseo amoroso funciona
como eje central de las obras. Segundo, el desenlace de las obras siempre se resuelve a
favor de los deseos de los personajes principales. Las obras de Casona con las que se
trabajará son: La dama del alba1(1944), La barca sin pescador2(1945) y Prohibido
suicidarse en primavera3(1937).

En buena parte de las obras teatrales de Casona se presentan dos ejes temáticos o
conflictos fundamentales ligados entre sí. Por un lado, la búsqueda del amor o deseo
amoroso. Por otro lado, el conflicto entre realidad y deseo/ilusión. El deseo se
identificaría con el amor, la felicidad, la unión familiar, la vida; la realidad, por el
contrario, se ve reflejada principalmente en la soledad, la muerte, el dolor, la pobreza.
Es posible encontrar múltiples elementos menores que se desprendan de los anteriores.

En primer lugar, para demostrar la importancia central del deseo amoroso,


plantearemos el modelo (o esquema) actancial de cada obra (o los modelos de cada una)
y luego compararemos los modelos resultantes. El concepto de modelo actancial aquí
utilizado es el desarrollado por A. J. Greimas en Semántica estructural (1966) y
profundizado luego por, entre otros, Anne Ubersfeld en Semiótica teatral (1977). El
modelo actancial presenta las funciones sintácticas básicas de la estructura de un relato
y cómo los personajes que ocupan dichas funciones se relacionan entre sí. El modelo
actancial nos permitirá visualizar cómo las obras de Casona se construyen alrededor del
deseo amoroso que une al sujeto con un objeto (independientemente del personaje que
ocupe cada función).

1
Casona, Alejandro. La dama del alba. Buenos Aires, Losada, 1993.
2
Casona, Alejandro. La barca sin pescador. Buenos Aires, Losada, 1993.
3
Casona, Alejandro. Prohibido suicidarse en primavera. Madrid, EDAF, 2011.

1
En segundo lugar, desarrollaremos brevemente el argumento de la obra,
exponiendo los conflictos que se presenten y la manera en que se resuelven. De este
modo, se demostrará que las tres obras poseen un desenlace positivo o final feliz, donde
el deseo amoroso de los personajes principales se concreta y el deseo/ilusión parece
imponerse sobre la realidad.

El modelo actancial

Anne Ubersfeld trabaja, en Semiótica estructural4, sobre el modelo actancial


desarrollado anteriormente por A. J. Greimas.

El modelo actancial es la visualización esquemática de la estructura sintáctica de


un relato. Las funciones básicas de todo relato son representadas por los actantes. Un
actante se identifica, pues, con un elemento (lexicado o no) que asume en la frase
básica del relato una función sintáctica5. Los actantes están relacionados
intrínsecamente entre sí y los modelos son variables e invertibles. Un mismo relato
puede contener a la vez más de un modelo actancial.

El modelo desarrollado por Greimas consta de seis actantes: Sujeto (S), Objeto
(O), Destinador (D1), Destinatario (D2), Ayudante (A) y Oponente (Op). ...nos
encontramos con una fuerza (o un ser D1); guiado por él (por su acción), el sujeto S
busca un objeto O en dirección o en interés de un ser D2 (concreto o abstracto); en esta
búsqueda, el sujeto tiene sus aliados A y sus oponentes Op.6 Cualquier relato, narrativo
o dramático, puede ser reducido a este modelo básico. La flecha que une al Sujeto con el
Objeto indica el deseo; dependiendo del caso, el deseo puede ser de diversa índole. Por
nombrar algunos ejemplos, puede encontrarse el deseo amoroso, económico, moral, etc.

4
Ubersfeld, Anne. Semiótica teatral. Madrid, Cátedra, 1989.
5
Idem. Pág. 48-49.
6
Idem. Pág. 49.

2
No debe confundirse al actante con el personaje. El actante es una función
sintáctica, una acción a realizar. Los personajes son los seres particulares que llevan a
cabo las acciones. Un concepto o una fuerza (como el Eros o la sociedad) pueden
funcionar como actante. Varios personajes a la vez pueden ser un mismo actante y un
mismo personaje puede funcionar en diferentes puestos actanciales a lo largo de la obra.

Así se presenta el esquema básico del modelo actancial:

El desenlace: deseo frustrado o final feliz

Considerando los dos aspectos más importantes que marcamos en las obras, el
conflicto presentado por deseo amoroso y el conflicto realidad-deseo, es natural que el
desenlace de dichas obras dependa de la resolución de estos conflictos. Si los personajes
principales logran obtener su Objeto (el amor del otro) y el deseo consigue imponerse
sobre la realidad, se estará en presencia de un desenlace positivo para dichos personajes,
un final feliz. Si, por el contrario, el deseo amoroso se frustrara, si la soledad y la
tristeza se apoderaran del ambiente y los personajes sucumbieran ante la pobreza y la
muerte, el desenlace sería negativo, y la realidad habría disuelto al deseo y a la ilusión.

En las obras de Casona que analizaremos a continuación, el deseo amoroso es la


relación fundamental entre los personajes principales. En torno a sus deseos es que la
trama avanza. Al principio de la obra, todo parece perdido (a excepción, quizás, de

3
Prohibido suicidarse en primavera, donde se presentan de entrada al menos dos puntos
de vista diferentes). La soledad, la tristeza y los recuerdos dolorosos inmovilizan a los
personajes. no hay posibilidad de una felicidad futura. Son personajes anclados al
pasado. Sin embargo, cuando la esperanza surge con la llegada de alguien nuevo, todos
los personajes cobran vitalidad; el ambiente inclusive se torna fresco y luminoso: Telva.
−... Lo que tú has hecho aquí en unos pocos meses no lo había conseguido yo en años.
¡Ahí es nada! Una casa que vivía a oscuras, y un golpe de viento que abre de pronto
todas las ventanas. Eso fuiste tú.7

Al final de las obras, el conflicto entre la realidad gris circundante y el anhelo de


felicidad se resuelve a favor del segundo. Es notable, sin embargo, como las soluciones
propuestas por Casona en su teatro permiten la coexistencia de realidad y deseo. La
posibilidad que se presenta en ocasión de una victoria de la realidad, es la de una ilusión
erradicada, sin lugar en el mundo. En cambio, cuando triunfa la ilusión de amor y un
entorno familiar agradable, los personajes no se aíslan de la realidad. Precisamente es
este deseo cumplido lo que les permite subsistir en esa realidad amenazadora.

Las obras

La dama del alba

En La dama del alba se presenta la situación de una familia que reside en un


pueblo de Asturias, España. Angélica, la hija mayor de la familia, ha huido con su
amante días después de su casamiento. Martín, su marido, no ha querido contar la
verdad al pueblo para mantener impecable su recuerdo. La familia, desolada, en especial
la Madre, cree que se ha ahogado en el río. Se presenta una noche una Peregrina, que
luego se revela al Abuelo como la mismísima muerte personificada. Debe llevarse a
Martín, destinado a morir accidentado, pero se queda dormida y pierde la oportunidad.
Vuelve Martín llevando en brazos a Adela desmayada, que se ha querido suicidar en el
7
Casona, Alejandro. La dama del alba. Op.cit. p. 48.

4
río. Pasan dos meses y Adela ha ocupado el lugar de Angélica: en el pueblo, en la
familia y en el corazón de Martín, quien la quiere pero el recuerdo doloroso de Angélica
no le permite estar con ella. Adela también le quiere y sufre por su inminente partida.
Vuelve la Peregrina, aparentemente para llevarse a Adela. Sin embargo, por la noche,
sola la Peregrina en la casa, llega de improviso Angélica, despechada, buscando volver
a su familia. La Peregrina le explica que su lugar ha sido ocupado por Adela y su
retorno sólo mancharía su recuerdo. Angélica se convence y más tarde el pueblo
encuentra su cuerpo inmaculado flotando en el río. La familia obtiene la tan deseada paz
y Martín y Adela pueden finalmente estar juntos.

Los siguientes son los modelos actanciales de la obra que reflejan el carácter
central del deseo amoroso:

Se puede observar en los modelos que, tomando como Sujeto ya sea a Martín o a
Adela (siendo el otro su Objeto), el deseo principal es claramente un deseo romántico o
amoroso. En el caso de Adela como Sujeto se encuentran también deseos menores por
Objetos como una nueva vida, una familia y felicidad. Por supuesto, en esta lectura se
considera a los deseos menores como subordinados al principal. Así sucederá también
en las obras restantes. En torno a este Sujeto que busca conseguir el amor de su Objeto
(o, más precisamente, obtener su Objeto), se construye toda la obra y se desarrolla la
trama. El Destinador es, como en toda búsqueda amorosa, el Eros, que Ubersfeld
entiende como una fuerza ‹‹individual›› (afectiva, sexual) que, en cierto modo, se

5
confunde también con el sujeto.8 El personaje mismo ocupa simultáneamente el puesto
de Destinador y Destinatario. Los ayudantes son esencialmente los mismos para ambos
Sujetos. Es interesante lo que sucede con los oponentes. La Peregrina ocupa al principio
el lugar de Oponente, pues llega para llevarse a Martín y luego, supuestamente, a Adela.
Sin embargo, al final, funciona como Ayudante al convencer a Angélica de retirarse del
cuadro. En el caso de Adela, el mismo Martín funciona como Oponente de su deseo, ya
que no quiere estar con ella debido a sus recuerdos.

En el final de la obra se dan las siguientes situaciones: Adela y Martín


encuentran el amor, Angélica ya no puede intervenir, la familia consigue la tan ansiada
tranquilidad y recupera la vitalidad. El desenlace es evidentemente positivo para todos
los personajes.

La barca sin pescador

La barca sin pescador se inicia con Ricardo Jordán, accionista, presenciando


como su empresa se derrumba. Aparece en su oficina el Caballero de negro, el diablo en
persona. El Caballero le ofrece riquezas si acepta matar a un hombre al azar sólo con su
voluntad, sin mancharse las manos. Ricardo acepta y el Caballero ejecuta el crimen.
Ricardo llega a oír un grito de mujer desgarrando la oscuridad. Inmediatamente, su
empresa vuelve a ganar dinero.

Tiempo después Ricardo llega a la isla donde vive Estela, la viuda de Péter
Anderson, el hombre asesinado. Estela vive con la Abuela, dos mujeres solas que
apenas pueden mantenerse, en una casa solitaria y gris (similar al hogar de La dama del
alba luego antes de la llegada de Adela). Llega Ricardo a la casa preguntando por Péter
y las mujeres lo reciben. Ricardo, culpable y sin intereses, se queda en la casa un par de
semanas hasta el retorno de su barco. Poco a poco ocupa el lugar de Péter en el pueblo:
sus ocupaciones, sus amigos, el afecto hacia Estela. En esta obra, igual que en La dama
del alba, vemos cómo un personaje nuevo ocupa la posición, las relaciones y las
funciones de un personaje desaparecido. (Ricardo por Péter, Adela por Angélica).
Ricardo descubre que en realidad quien mató a Péter fue Cristián, su vecino celoso.
8
Ubersfeld, Anne. Op.cit. p.50.

6
Aparece el Caballero de negro, confiesa la inocencia material de Ricardo y reclama el
pago de un asesinato real. Ricardo lo resuelve diciendo que él ahora es diferente, Y el
día que no quede en mi alma ni un solo rastro de lo que fui, ese día Ricardo Jordán
habrá matado a Ricardo Jordán.9 Ricardo se queda en la isla en compañía de Estela.
Ahora ninguno está sólo y pueden construir una nueva vida entre los dos.

Los siguientes son los modelos actanciales principales de la obra:

Observamos en los modelos como los Sujetos, sus respectivos Objetos y los
Destinadores y Destinatarios son esencialmente iguales a los presentados en La dama
del alba. El deseo amoroso es lo central. Varían, de acuerdo al argumento de cada obra,
los Objetos secundarios, los Ayudantes y los Oponentes. Nuevamente es el Eros la
fuerza que ordena al Sujeto conseguir su Objeto.

En cuanto al desenlace, la obra finaliza también con un final feliz. Ricardo


encuentra la tranquilidad que buscaba y se libera de la culpa que lo carcomía. También
encuentra una mujer con quien vivir y un pueblo que lo acepta. Estela consigue la
verdad sobre la muerte de Péter y un hombre que puede empezar a llenar el vacío en su
vida y en su casa.

En esta obra, el final pareciera inclinarse aún más que en la anterior hacia la
ilusión, o al menos hacia lo ideal. Ricardo llega para suplir, en todos los sectores, a
Péter. La confesión del crimen libera tanto a Cristián (para morir en paz quizás) como a

9
Casona, Alejandro. La barca sin pescador. Op.cit. p. 135.

7
Estela (para recuperar su vida). Mediante un hueco legal y la astucia, Ricardo se libra
del contrato con el Caballero de negro sin necesidad de quitarle la vida a alguien.

Prohibido suicidarse en primavera

Comienza la obra en el Hogar del Suicida, establecimiento donde el Doctor


Roda supuestamente acoge a potenciales suicidas y los ayuda a dar el paso final,
ofreciéndoles una amplia gama de escenarios y métodos para quitarse la vida. En
realidad, la intención del Doctor es rehabilitarlos, convencerlos de que sigan viviendo.
Hay numerosos personajes, cada uno con su historia propia pero los principales, según
nuestro entender, son Chole y Fernando.

Fernando y Chole son una pareja de periodistas que se aman profundamente y


llegan por azar al Hogar. Interesados por el relato del lugar que les hace el Doctor
deciden quedarse a investigar. Luego llega Juan, hermano de Fernando, decidido a
suicidarse por el odio hacia su hermano, que lo ha superado en todo y le ha robado la
única mujer que quería: Chole. Lo tranquilizan y Juan se encuentra con la feliz pareja,
generando conflicto. Chole, sintiéndose culpable de separar a los hermanos, intenta
suicidarse arrojándose a lago. Juan la salva y Chole decide quedarse con Juan, que
nunca ha tenido nada propio, a pesar de que no lo ama. Cuando la pareja parece estar a
punto de disolverse, Juan, agradecido por el afecto que Chole profesa por él, renuncia a
ella. Juan encuentra la paz como residente del Hogar y la pareja vuelve a estar junta.

Los siguientes son los modelos actanciales de la obra:

8
Los modelos de esta obra se construyen con las mismas relaciones que los
anteriores y con aún menos personajes involucrados. El Sujeto desea a su Objeto,
movido por el Eros (D1) (y por el Sujeto mismo) y en beneficio del Sujeto mismo (D2).
Tomando a Chole como Sujeto, ella misma aparece como uno de sus Oponentes en los
momentos en que decide lanzarse al lago o abandonar a Fernando en provecho de Juan.
Es notable también que, al igual que sucedía en La dama del alba con la Peregrina, un
mismo personaje funcione como Oponente primero y luego como Ayudante: Juan crea
el conflicto, separa a la pareja y finalmente renuncia a Chole para que ella y Fernando
puedan ser felices juntos.

En esta tercera obra, si ampliamos el foco de atención a algunos personajes


secundarios, podremos observar cómo aún en ellos el deseo amoroso (aunque
contaminado con otras intenciones) es el principio regidor.

Tomando como Sujeto a Juan, que en los modelos previos aparecía como
Ayudante u Oponente, el deseo amoroso sigue siendo lo principal. Aunque hemos de
aclarar que el deseo de superar a su hermano parece ser más fuerte en algunos pasajes
de la obra. Si tomamos como Sujeto al Amante imaginario, uno de los pacientes del
Hogar, la situación es similar. El Amante desea a Cora Yako, actriz de teatro, y la
consigue. Sin embargo, el Objeto real del Amante es la idealización sentimental de una
Cora Yako que cantaba sólo para él. No quiere a la Cora auténtica que le propone irse
con ella de viaje. El deseo sigue siendo amoroso pero el Objeto se parte en dos
personajes: uno real y otro ilusorio. La Cora auténtica será el Oponente del Amante, que
prefiere a la Cora idealizada. Fernando finalmente convence al Amante de quedarse con
su imaginación y olvidar la realidad.

9
Esta aceptación de la imaginación del Amante nos permite enfocarnos ahora
sobre el desenlace de la obra. Si en La barca sin pescador ya veíamos un final más
cercano a la ilusión que en La dama del alba, aquí es aún mayor la predilección por la
los deseos ilusorios. Todos los personajes tienen su final feliz. Ninguno de los
potenciales suicidas llega a quitarse la vida. Los personajes que ya eran amados siguen
siéndolo y los que estaban solos o desmotivados encuentran compañía o un objetivo que
conquistar. El Amante imaginario es la personificación misma del triunfo de la ilusión:
pudiendo elegir entre la Cora Yako real que lo ama, aunque no enteramente como él
quiere, y la Cora Yako de su imaginación, elige a la segunda.

Conclusiones

Presentando los modelos actanciales principales y el cierre de cada obra, hemos


conseguido en primer lugar demostrar que el deseo amoroso es lo que une a los
protagonistas, que en torno a este deseo es que se construye la trama y que los
desenlaces corresponden a lo que denominamos al principio como final feliz o desenlace
positivo.

Al comparar las tres obras, tanto en el aspecto actancial como en la trama,


pudimos observar ciertos recursos o situaciones que se repiten: 1) un personaje
desaparecido es reemplazado por uno nuevo, que adopta sus características y sus
funciones. 2) los hogares donde un personaje ha desaparecido se muestran silenciosos e
inmóviles. Esto se invierte cuando el nuevo personaje devuelve la vitalidad y el color al
hogar y a quienes lo habitan. 3) un personaje que se presenta al principio como
Oponente aparece más adelante como Ayudante.

La elaboración de múltiples modelos actanciales sobre una misma obra,


intercambiando a los personajes que se desempeñan como Sujeto, permite visualizar las
relaciones de dichos personajes desde diferentes puntos de vista, favoreciendo a una
consideración más vasta y a una comprensión más profunda de las obras.

10
Quedará, por lo tanto, para trabajos posteriores la tarea de encontrar otros
recursos reiterados por el autor, ampliar el número de modelos dispuestos sobre una
misma obra para su consideración y el desarrollo del análisis aquí propuesto tomando
otras obras de Alejandro Casona demostrando, si se diera el caso, que una parte aún
mayor de su producción sigue líneas temáticas como el amor y el triunfo de la ilusión
sobre la realidad.

Bibliografía

Casona, Alejandro. La barca sin pescador. Buenos Aires, Losada, 1993.

Casona, Alejandro. La dama del alba. Buenos Aires, Losada, 1993.

Casona, Alejandro. Prohibido suicidarse en primavera. Madrid, EDAF, 2011.

Ubersfeld, Anne. Semiótica teatral. Madrid, Cátedra, 1989.

11

También podría gustarte