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Los almacenes son factores fundamentales para la competitividad de todas las empresas

sean locales, nacionales e internacionales. Aunque está por demás decir que un buen
manejo de los almacenes nos lleva a obtener beneficios a continuación explico algunos de
los beneficios que nos da un almacén y más importante aún, el buen manejo del mismo. Los
almacenes cumplen un servicio que, si es bien utilizado, agrega una ventaja competitiva a
las compañías, ya que permite contar con el producto correcto, en el momento preciso y en
el lugar adecuado. Por ejemplo, si dos empresas tienen los mismos procesos productivos,
pero una es capaz de administrar su almacén mejor que la otra, seguramente entregará los
pedidos más rápido, lo que será muy apreciado por sus clientes y le permitirá ganar
mercado a su competencia.

La administración de almacenes e inventarios es vital para la productividad de una


organización. Ya que ayuda a darle un valor agregado a la empresa como se mencionaba,
ya que ayuda a que la cadena de suministros sea más flexible y precisa, la vuelve más
rápida además de que al tener un buen manejo de almacenes se nos facilita conocer de
manera más rápida cuanto tenemos de mercancía, sea materia prima o productos
terminados. Es decir nos ayuda a la hora de realizar un inventario a que esta sea una tarea
que se realice con mayor facilidad.

Como todo sistema la empresa sea de servicios o de producción etc. Necesita que
todas sus partes trabajen en conjunto para funcionar mejor, otra razón por la que es
importante el almacén o almacenes de una empresa. Es que la buena administración del
mismo facilita el logro de ahorros potenciales, así como el aumento de utilidades. Su
importancia estratégica incluye la participación integral junto con las funciones de
mercadotecnia, ventas, compras, planeación, producción. Cuanto mejor sea la organización
del servicio, costos y tiempos de ejecución en un almacén más repercutirá esto en la mejora
de rendimiento de una empresa. Es decir que entre mejor manejado el almacén se traducirá
en mayor productividad la que la empresa tendrá.

Por ultimo pero no menos importante, la importancia de un almacén son sus


objetivos primarios, es decir el resguardo, custodia, control y abastecimiento de materiales
y productos. La facilitación para manejar los materiales y maximizar el volumen de
productos disponibles para fabricar así como para distribuir a los clientes. Ayudar a la
cadena de suministro y ser de suma ayuda al departamento de contabilidad.
Las actividades de un almacén varían totalmente de una empresa a otra, más podría decirse
que las actividades generales de un almacén son las que se enlistan y describen a
continuación:

 Recepción de Materiales: recibir para su cuidado y protección todos los materiales y


suministros: materias primas, materiales parcialmente trabajados, productos
terminados, y piezas y suministros para la fabricación, para mantenimiento y para la
oficina.

 Registro de entradas y salidas del Almacén: llevar registros al día de sus existencias
para proporcionar materiales y suministros, mediante solicitudes autorizadas, a los
departamentos que los requieran.

 Almacenamiento de materiales: resguardar materias primas, materiales parcialmente


trabajados, productos terminados, etc.

 Mantenimiento de materiales y de almacén: mantener el almacén limpio y en orden,


teniendo un lugar para cada cosa y manteniendo cada cosa en su lugar, es decir, en
los lugares destinados según los sistemas aprobados para clasificación y
localización.

 Despacho de materiales: proporcionar materiales y suministros para mantener las


líneas de producción ampliamente abastecidas de materias primas, materiales
indirectos y de todos los elementos necesarios para que tengan un flujo continuo de
trabajo.

 Coordinación del almacén con los departamentos de control de inventarios y


contabilidad: otorgar información necesaria al personal correspondiente que lo
solicite.
El proceso para la localización de un almacén:

 Análisis preliminar. Se trataría aquí de estudiar las estrategias empresariales y las


políticas de las diversas áreas (Operaciones, Marketing, etc.), para traducirlas en
requerimientos para la localización de las instalaciones. Dada la gran cantidad de
factores que afectan a la localización, cada empresa deberá determinar cuáles son los
criterios importantes en la evaluación de las alternativas: necesidades de transporte,
suelo, suministros, personal, infraestructuras, servicios, condiciones
medioambientales, etc. El equipo de localización deberá evaluar la importancia de
cada factor, distinguiendo entre los factores dominantes y los factores secundarios.
Los primeros son imprescindibles y los segundos son deseables.

 Búsqueda de alternativas de localización. Se establecerá un conjunto de localizaciones


candidatas para un análisis más profundo, rechazándose aquéllas que claramente no
satisfagan los factores dominantes de la empresa (por ejemplo: existencia de recursos,
disponibilidad de mano de obra adecuada, mercado potencial, clima político estable,
etc.).

 Evaluación de alternativas (análisis detallado). En esta fase se recoge toda la


información acerca de cada localización para medirla en función de cada uno de los
factores considerados.

 Selección de la localización. A través de análisis cuantitativos y/o cualitativos se


compararán entre sí las diferentes alternativas para conseguir determinar una o varias
localizaciones válidas. Dado que, en general habrá una alternativa que sea mejor que
todas las demás en todos los aspectos, el objetivo del estudio no debe ser buscar una
localiza óptima sino una o varias localizaciones aceptables. En última instancia otros
factores más subjetivos, como pueden ser las propias preferencias de la Dirección,
determinarán la localización definitiva.

La localización o ubicación de un almacén es una decisión estratégica, puesto que


afecta a casi todos los departamentos de la empresa e influye directamente en los costes.
Con el fin de buscar el lugar óptimo para instalar un almacén, la empresa se sirve de varias
fases, comenzando por la creación de un equipo formado por personal de todos los
departamentos, que se encargará de seleccionar la localización del almacén.
Este equipo establecerá unos criterios o requisitos necesarios para dicha ubicación,
ordenándolos por orden de prioridad, tras lo cual se buscarán las ubicaciones candidatas a
tenor de los susodichos criterios. Una vez llegado a este punto, el equipo recopilará la
información de cada candidatura, tanto la información cualitativa [situación, clima,
accesos…], como la cuantitativa [costes]; a continuación evaluará dicha información, a
partir de lo cual establecerá la selección elegida para la localización del almacén.

A la hora de tomar la decisión final, el equipo antes mencionado debe fijar su


atención en varios factores decisivos, cuales son: la distancia del almacén a los clientes y a
los proveedores la cual es óptimo que sea mínima posible para ahorrar costes en el
transporte de los productos, el tipo de transporte que se vaya a utilizar [terrestre, marítimo,
aéreo, por ferrocarril…], la accesibilidad es decir que este bien comunicado y, si es posible,
cerca de una autopista, el precio del terreno, la disponibilidad y características de la mano
de obra y otros condicionantes y servicios como el clima, los impuestos, las licencias, las
facilidades de servicios.

Existen varios métodos analíticos para hallar el punto geográfico óptimo, en donde
se supone debería situarse el almacén:

El más utilizado se denomina “centro de gravedad” y su empleo va encaminado a una


primera aproximación en base a las distancias entre el almacén y los clientes
exclusivamente; otros sistemas se basan en las distancias entre el almacén y los
proveedores, y otros combinan las dos distancias

Otro método distinto al anterior es el denominado “ponderación de los factores”,


cuya resolución ya es más específica, pues con él se decide entre varias ubicaciones
posibles. Consiste en seleccionar dichas ubicaciones, determinando los factores o requisitos
imprescindibles; a continuación se le asigna a cada uno de estos factores un peso, que
refleja la importancia que la empresa concede según su política; luego, en cada una de las
posibles ubicaciones se le da una puntuación por cada factor.

Ponderar los factores es una manera de asignar valores cuantitativos a todos los
factores relacionados con cada alternativa de decisión y de derivar una calificación
compuesta que puede ser usada con fines de comparación.
Esto lleva al decisor a incluir sus propias preferencias al decidir la ubicación, y puede
conjugar ambos factores cuantitativos y cualitativos. La metodología de aplicación se puede
estructurar en los siguientes pasos:

1. Identificar los factores relevantes para la decisión

2. Asignar una ponderación a cada factor para indicar su importancia relativa

3. Asignar una escala común a cada factor

4. Calificar cada lugar potencial de acuerdo a la escala diseñada, y multiplicar las


calificaciones por las ponderaciones

5. Sumar los puntos de cada ubicación, y escoger la ubicación que tenga más puntos

Por ultimo está el “análisis económico” Las ubicaciones probables pueden ser comparadas
desde un punto de vista económico por una estimación de los costos fijos y variables y
entonces calcularlos para un volumen representativo en cada ubicación.

El análisis del punto de equilibrio para decidir ubicaciones se aplica a situaciones


específicas de un producto (o línea de productos). Si están implicados varios productos, los
efectos de sus respectivos costes y volúmenes deben ser apropiadamente ponderados. Este
análisis también presupone que los costes fijos permanecen constantes y que los costes
variables permanecen lineales. Si el volumen esperado es muy cercano al punto de
intersección de dos localizaciones, otros factores pueden influir más que los costes.

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