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- LAUVIAH

DIOS LOADO Y EXALTADO


Se le debe invocar: del 12 al 16 de Mayo inclusive, todo el día y la noche. Los nacidos
en estas fechas pueden invocarlo todo el año y en cualquier momento. Además: el 31 de
Marzo, el 14 de Junio, el 28 de Agosto, el 9 de Noviembre, el 19 de Enero, todo el día también.
En el ciclo diario: de las 3,20 a las 3,40 h., a partir de la salida del Sol.

Lo que puede obtenerse de LAUVIAH:


1.- Ser sabio, como lo fue el Rey Salomón.
2.- La consecución del poder (especialmente para hombres políticos se puede rezar, en este
sentido, por ellos).
3.- Protección contra las tempestades, las naturales y las morales.
4.- Consecución de la celebridad, gracias al talento.
5.- Protección contra el orgullo, la ambición desmesurada, los celos y las calumnias.

Plegaria:
“LAUVIAH: Dios Loado y Exaltado.
Viva el Eterno, y bendito sea mi pedregal. ¡Que el Dios de mi salvación sea exaltado!.

LAUVIAH: Dios que eternizas las situaciones


y que das el placer del renombre
a los que viven en tu paz.
A ti te pido que me ayudes a sacar de mis adentros
aquello que de algún modo puede ser útil
a la renovación de la vida.
Saca de mi pasado, ¡Oh LAUVIAH!
sólo aquello que hable del eterno amor,
sólo aquello que sea razonable y justo,
y encierra en mi
la complacencia en lo episódico,
en lo que se hunde bajo el peso de las convenciones.
Destruye mi orgullo, mis vanas apetencias
y no permitas que los celos me inciten
a levantar falsos testimonios.
Que pueda, ¡Oh LAUVIAH!, ser ejemplo
de las virtudes que emanan del Padre”.
LAUVIAH
Exhorta:

“Los obreros del Templo necesitan


reposo. Tu jornada ha sido dura,
peregrino,
y es justo que ahora
descanses. Por ello he
puesto en ti
los árboles frondosos que incitan al reposo
y el público complaciente predispuesto al
aplauso. Vive este sueño de celebridad
sin inquietudes, sin sobresaltos.
Evoca tu pasado incierto, el placer y la
zozobra con los que en un día te
identificaste;
llama a tu vida a personas que
fueron y a otras que pudieron ser,
recréate, complácete en el recuerdo
petrificado, porque la hora del despertar
quizás no esté lejana y deberás recoger las
herramientas de trabajo
y ponerte de nuevo en camino.
Yo sólo puedo ofrecerte un alto, una pausa,
y sería lamentable, peregrino, que creyeras que ya has
llegado. La mía no es más que una bella jornada de tu vida,
un momento de recreo,
porque el Templo aún no está
terminado y le falta lo más bello, su
ornamentación.
Para concebir aquello que ha de dar a la obra su
belleza, necesitaré aún de ti,
ya que sin belleza nada es fuerte ni
verdadero. Es importante que el sueño no te
fatigue.
Es importante que tu sueño sea feliz”.

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