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MOTIVACION SOCIAL

En la vida cotidiana, las personas


suelen comportarse de una determinada
manera como consecuencia de
múltiples razones. Algunos de estos
motivos presentan un carácter básico y
elemental; otro por el contrario resultan
más complejos, interconectándose entre
sí. A veces las razones que movilizan el
comportamiento humano son las
consecuencias ambientales, otras veces
la persona simplemente actúa movida
por el interés o placer que conlleva
llevar a cabo una conducta
determinada. Se suele definir la
motivación extrínseca, como aquellos
procesos activadores del
comportamiento por razón de las
consecuencias ambientales derivadas
de la realización de determinadas
conductas. La motivación intrínseca, es
la conducta que se lleva a cabo para
satisfacer necesidades personales, por el interés y placer de realizarla. En la mayoría de
los casos la motivación humana obedece a ambos motivos.

En el análisis psicológico de las necesidades humanas, se ha establecido la distinción


entre motivos primarios o fisiológicos y motivos secundarios o aprendidos, a estos
últimos también se les conoce como motivos sociales. Las necesidades sociales son
necesidades aprendidas, que se desarrollan y se expresan en el contacto con otros, es
decir, se encuentran determinadas por el medio y la cultura. La persona concebida como
organismo y la persona concebida como ser social confluyen en el análisis de la
motivación social.

La motivación social es definida por diferentes autores por ejemplo


• Festinger. Pone de relieve que la motivación social es aquella que lleva a la conducta
social, entendiendo por conducta social la que implica interacción con otras personas.
Reconoce que existen algunos motivos que por su propia naturaleza llevan siempre a una
acción social, como por ejemplo el motivo de afiliación o de comparación social. La
aportación básica de él es que establece la distinción entre motivos sociales y no sociales.
• Murphy. La motivación social no es lo que determina el tipo de acción que
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emprendemos sino más bien lo que hay dentro de nosotros que nos lleva a la acción
social.
• McClelland. Sirve para vigorizar, dirigir y seleccionar las respuestas. Recoge los dos
puntos anteriores señalados por Murphy y añade uno más: la motivación puede dar
cuenta del aprendizaje, al ir eliminando poco a poco las respuestas que no conducen hacia
la meta con rapidez y eficacia.
• McClintock. Da un paso más al considerar que el concepto de acción social planteado
por los autores anteriores pasa por alto una de las características fundamentales de tal
acción social, como es la que ésta no incluye solo las metas individuales de una persona,
sino también las metas de los demás actores participantes en la acción, en la medida en
que todos los actores son interdependientes entre sí.

La motivación social se dedica a estudiar los factores externos o de situación que se cree
ejercen efectos motivacionales sobre los seres humanos. En el estudio de la motivación
social se acentúan los factores externos y de situación, aunque, como afirma Cofer
(1978), la atención se centra también en las características internas y permanentes del
individuo como, al menos, una variable muy importante en su conducta de logro, de
afiliación y relacionada con el poder. En estos estudios, los factores de situación son
implícita, aunque no explícitamente, sociales por naturaleza.

Desde hace mucho, hay un considerable interés por la motivación adquirida, que gira
principalmente alrededor del tópico de los incentivos. Los incentivos se refieren a
objetos, como recompensas, o a situaciones y condiciones como conocimiento de los
resultados, competencia y cooperación, que se usan con el propósito de alertar la
motivación a la ejecución. Como factores sociales que influyen en la motivación humana
están el público, los compañeros, la rivalidad, la cooperación y la competencia. Se
realizaron estudios iniciales de factores sociales en relación con la conducta en el
contexto de una controversia sobre el concepto de mente de grupo.

Esta controversia giraba sobre si, en un grupo, existe o no un factor o proceso que
trascienda a los individuos particulares involucrados. Una alternativa a la mente de grupo
era afirmar que las propiedades del grupo no contienen nada que no esté presente ya en
los miembros individuales de dicho grupo. Las investigaciones que más influyeron fueron
las de Allport. Este autor encontró pruebas de facilitación social porque algunos sujetos
mostraban un incremento cuantitativo de respuestas en condiciones sociales. Según
Allport, sus hallazgos no exigían un concepto de mente de grupo, pero recurría a
nociones de lo individual para explicar sus hallazgos.

Existen muchos fenómenos en el campo general de la psicología social que tienen rasgos
motivacionales. Ciertas teorías sobre la motivación han surgido en el contexto de
investigaciones de procesos sociales. Propiedades de grupo como lo atractivo, la
cohesión, los patrones de comunicación, el liderazgo y el papel de los otros y los efectos

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de los estándares de grupo se presentan sin duda, en parte, según patrones motivacionales
de individuos, con los que interactúan y modulan sus efectos.

Cuando se es miembro de un grupo, existen varias razones para tender a cambiar la forma
de actuar, pensar, creer o sentir en dirección a las normas del grupo. Las presiones de
otros recaen sobre el individuo, y la frecuencia de interacción es un factor. Como
miembro del grupo se debe perder parte de la individualidad. En este campo se
estudiaron, como un tipo de influencia social, la sugerencia de prestigio: del grupo y la
mayoría o la opinión de expertos. En suma, se mostró que varias reacciones, opiniones y
juicios de sujetos, eran susceptibles de cambio en dirección del grupo, de la mayoría o de
la opinión de un experto.

Los motivos sociales podemos clasificar así


grupos
Los motivos sociales son aquellos procesos psicológicos que mueven a las personas, o las
impulsa, a pensar, sentir y actuar en una dirección determinada en situaciones que
implican otras personas. Los motivos sociales son el recurso fundamental del que
disponen las personas para manejar las situaciones a las que se enfrentan a lo largo de sus
vidas.

El modelo de Fiske
Introduce cinco motivos sociales centrales, que incrementa la integración de la persona
en los grupos, y favorecen su supervivencia física y psicológica. Considera fundamental
el de pertenencia, porque en torno a él se organizan los cuatro que son la comprensión, el
control, la potenciación personal y la confianza.

El modelo de Kip Williams


La aportación más conocida de este autor es el estudio del ostracismo, también
denominado tratamiento silencioso, y definido como la exclusión consensuada de los
privilegios comunes o de la aceptación social.
Su modelo gira en torno a la forma en que las personas se enfrentan a una valoración
negativa. Otras dos necesidades según Williams, son el control sobre el propio ambiente
social y la existencia significativa, que se refiere al hecho de que las personas necesitan
que los demás reconozcan su existencia y las tengan en cuenta.

YESSICA TALERO MEDINA

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