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Enlaces de raíces entre arboles como una forma inteligente de comunicación

BOSQUES
LOS ÁRBOLES DEL BOSQUE HABLAN ENTRE SÍ
POR ASHES TO LIFE 21 MAR 2019 474 VIEWS

Como adelantábamos en el artículo «Inteligencia emocional compartida entre personas y


bosques«, los árboles son seres vivos que respiran, deciden, sienten, se protegen y se
comunican entre sí. Suzanne Simard, Investigadora, Doctora y Profesora de Ecología
Forestal en la Universidad de Columbia Británica en Canadá junto a su equipo de trabajo
descubrieron que los árboles de un bosque hablan entre sí. Árboles y plantas se comunican
e interactúan entre sí mediante una red subterránea de hongos que a todos los individuos de
un ecosistema. A través de esta simbiosis, las plantas pueden contribuir al desarrollo y
crecimiento mutuo y ayudar a los diferentes ejemplares del bosque, así que no sólo se
comunican, sino que se ayudan.

El descubrimiento indica que todos los árboles de un bosque, sean de la misma o de distinta
especie, están conectados entre sí a través de una red subterránea de micorrizas (mico= hongo,
riza= raíz) -hongos que se conectan entre ellos y con las raíces de los árboles-. A través de
ella se traspasan recursos vitales como carbono, agua, nitrógeno y fósforo, pero también
comparten información más compleja y establecen distintos tipos de relaciones que les
permite alertarse ante posibles peligros e incluso ayudarse entre sí cuando alguno está en
condiciones menos favorables.

Las micorrizas son conocidas desde hace décadas, pero hasta hace relativamente poco no se
comenzó a comprender la complejidad, importancia y el papel que desempeña la red de
micorrizas en los ecosistemas forestales. Es importante destacar que se puede hablar de red
cuando un hongo se conecta a las raíces de dos o más plantas, formándose así un puente de
comunicación entre ellos. Esta conexión permite que, a través de esos conductos
subterráneos, se traspasen de planta a planta señales y nutrientes.

Con su investigación, el equipo de trabajo también pudo comprobar que los árboles juegan
distintos roles dentro de esta red subterránea. Los árboles más grandes y viejos (conocidos
como «árboles madre») son los que están más conectados con el resto y favorecen el traspaso
de recursos vitales a los árboles más jóvenes (plántulas). De hecho, en las pruebas realizadas
en los bosques de Columbia Británica, se plantaron pequeñas plántulas alrededor de un árbol
madre al que le inyectaron el isótopo de carbono-13 (13C). Algunas de estas plántulas fueron
plantadas en bolsas que las excluían de la red de micorrizas, mientras que otras quedaron
directamente en contacto con el suelo a su alrededor. Se descubrió que las plantas sin bolsas,
además de haber recibido ese isotopo inyectado al árbol madre, tuvieron mucha mayor
supervivencia y mejor desarrollo. La propia Suzanne indica «Pudimos concluir que los
árboles más viejos estaban, de alguna forma, subsidiando a estas plántulas, transfiriéndoles
una gran cantidad de recursos (…) Y eso se vio asociado con un aumento de su supervivencia
y crecimiento«. Agrega «Ahora sabemos que el bosque es una red interconectada de
individuos, un sistema interconectado, y que hay recursos que se desplazan de manera
regular en esta red.

De esta manera, la Doctora Suzanne Simard sostiene que un bosque tiene más resiliencia al
funcionar como una comunidad, existiendo sinergias entre sus interacciones. Un bosque
con conexiones entrelazadas por el suelo, tiene la capacidad de colaborar y de ser más
fuerte.
Pero estas investigaciones van mas allá y han demostrado que, además de transferir
nutrientes, lo árboles usan la red de micorrizas para enviarse señales de defensa. En un
invernadero, los científicos plantaron juntos varios ejemplares de pino oregón, algunos de
ellos aislados en bolsas de poro fino. Determinados individuos fueron sometidos a estrés
mediante una infección inducida con larvas que se comían su follaje. Inmediatamente, los
árboles que estaban conectados a la red de micorrizas comenzaron a producir enzimas para
sobre-activar el sistema inmune y estar más fuertes (como la producción de resinas y
compuestos tóxicos), mientras que los árboles que estaban aislados del suelo mediante bolsas
no mostraron cambios metabólicos y quedaron más susceptibles al posible ataque.

Los resultados de la investigación reflejan que los bosques son mucho más de lo que vemos
en la superficie. A través de su red interna, los árboles del bosque hablan entre sí,
extendiendo su información entre individuos cercanos y ejemplares que se encuentran a
grandes distancias. Esta habilidad les permite cuidarse y ayudarse, formando una comunidad
jerárquica en la que cada individuo tiene un papel importante.

Simard remarca que estas redes de árboles, al contar con múltiples conexiones, son robustas
y muy resilientes al daño. Pero advierte que, a la vez, pueden ser altamente vulnerables si se
eliminan los árboles madre. «Si perdemos estos árboles más viejos –por una sequía, lo ataca
un escarabajo o los cortamos para hacer casas–, toda la red puede colapsar, porque son los
nodos centrales del sistema«, señala. Por eso, enfatiza en la importancia de protegerlos. Un
aspecto llamativo que detectaron durante las investigaciones es que cuando un árbol madre
va a morir acelera la transferencia de carbono a sus árboles más pequeños y a otros árboles
vecinos, dirigiendo esa energía a ciertos individuos dentro de su comunidad. «Yo interpreto
que hay una inteligencia, una sabiduría, una protección que se trasmite de una generación a
la otra. Estas plantas están conectadas en el tiempo y en el espacio, y a través de las
generaciones«, expone Suzanne.

Ésta “inteligencia y sabiduría” acumulada de la naturaleza a la que se refiere la Doctora, como


indicábamos en el artículo “La Naturaleza: Fuente de inspiración” nos lleva una ventaja
de casi 4.000 millones de años de experiencia. ¿Cómo es posible que, como “especie
inteligente”, no nos detengamos a escucharla? Somos nosotros, los humanos, quienes
debemos tomar conciencia y comenzar a entablar conversaciones de tú a tú con la naturaleza.
Sólo así, aprendiendo de ella y entendiendo cuales son sus ritmos y necesidades, lograremos
estar más cerca de la naturaleza y por ende, de un futuro sostenible.

ASHES TO LIFE #CuidaTuPielYlaDelPlaneta


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