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Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia:

municipio de Titiribí

Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia CORANTIOQUIA

Universidad de Antioquia

Investigadora Responsable:
Sofía Botero Páez
Departamento de Antropología
Universidad de Antioquia

Medellín, Noviembre del 2000


Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia:
municipio de Titiribí

Investigación financiada por la Corporación Autónoma Regional del Centro de


Antioquia CORANTIOQUIA y la Universidad de Antioquia

Dependencia ejecutora: Centro de Investigaciones Sociales y Humanas CISH de la


Universidad de Antioquia

Contrato interinstitucional No 1986

Equipo de Trabajo:
Sofía Botero Páez, arqueóloga
Lucas Mateo Guingüe Valencia, antropólogo
María Isabel Marín Cerón, geóloga
Carlos Alejandro Salazar, geólogo
Claudia Echeverri Mejía, estudiante de antropología
Liliana Gómez Londoño, estudiante de antropología
Raúl Piedrahita Santamaría, arquitecto y estudiante de antropología
Gloria Baéz Vásquez, dibujante

La fotografía que aparece en la contraportada, corresponde a una fotografía digital


tomada por la antropóloga Isabel Escobar Acevedo, encargada de crear el Museo
Virtual de la Universidad de Antioquia.
Presentación
“Múltiples procesos y situaciones anómalas y dolorosas aquejan la sociedad y al territorio en Colombia.
Pero también se han abierto importantes posibilidades y fuerzas sociales para construir un futuro de paz y
progreso dentro del respeto y aprecio por el territorio, sus culturas, su historia de ocupación y su
ambiente. El paulatino despertar de dispersas y desintegradas potencialidades y fuerzas sociales, en su
diario construir de la democracia establecida en la Constitución Nacional, y también en su desarrollo
particular en el las leyes y decretos que posteriormente la han venido retomando, entre las cuales
destacan la Ley del Medio Ambiente, la Ley de la Cultura y la Ley del Desarrollo Territorial, auguran un
país distinto que desafortunadamente aún no se esboza en el horizonte de las esperanzas y sueños; pero
ello no obsta para que en medio de la oscuridad de nuestras dolencias y fracasos nos empeñemos en
construir una Colombia civilizada y bella, que serenamente afincada en el pasado trabaje para mejorar y
superarse. El programa de poblamiento y dinámicas territoriales se estableció para contribuir a conseguir
así, una nación amable para los colombianos”. 1

Una rigurosa implementación de la normatividad vigente: Ley 99/93 del Medio Ambiente; Ley 397/97,
Ley de la Cultura y Ley 388/97, de Desarrollo Territorial, le permite a Corantioquia, orientar el diseño
de una estructura espacial en los municipios de su jurisdicción, que consulte en igualdad de
condiciones, las dimensiones económica, social, cultural, política y ambiental. Con la formulación del
“Plan de Gestión Ambiental Regional, 1998-2006”, Corantioquia incorpora como parte de sus políticas
de gestión, la consolidación y desarrollo del Programa de Poblamiento y Dinámicas Territoriales,
considerando que el conocimiento de los procesos históricos y la recuperación de la memoria cultural
de sus pobladores, tienen un papel preponderante en la vida de las comunidades, y que conllevan al
fortalecimiento de la identidad cultural local, regional y nacional.

En este proyecto, naturalmente, la investigación arqueológica esta llamada a proporcionar las técnicas
y elementos que permitan el registro de los vestigios de las transformaciones del paisaje natural, y
proponer las aproximaciones e interpretaciones necesarias para discernir los diferentes procesos
históricos que coincidieron en un mismo escenario. Se espera que tal información y aproximación
posibilite avanzar en la reconstrucción de las regiones y sociedades que constituyen nuestro pasado y
la base de nuestra identidad. Con el trabajo que se presenta a continuación, se espera no sólo
consolidar esta idea, sino desarrollarla tanto en sus fines más teóricos y lejanos como en los más
prácticos e inmediatos.

“Si algún tema va a unir las páginas siguientes es éste: una insistencia en que el arqueólogo no
desentierra cosas, sino gentes” (Wheeler, [1952] 1981: 7).

1Tomado de: “Programa de poblamiento, impacto y dinámicas territoriales en la jurisdicción de Corantioquia. Una
estrategia para la paz y el desarrollo regional” En: Boletín de Antropología Universidad de Antioquia, Volumen 13, No 30,
páginas: 12-25.
Tabla de contenido
Página

Agradecimientos

Noticias sobre unos organales................................................................................... 3

Estrategia de Investigación: alcances y variaciones................................................ 9


Registro cartográfico.......................................................................................... 9
En terreno......................................................................................................... 10
En laboratorio.................................................................................................... 15

Titiribí un buen lugar para vivir............................................................................... 17


Ubicación............................................................................................................ 17
Caracterización fisiográfica................................................................................... 17
Clima y vegetación............................................................................................ 20
...... Suelos.............................................................................................................. 23
Geología.................................................................................................................. 26

Los organales de Titiribí.............................................................................................. 32


Organales de la Floresta y El Balsal....................................................................... 32
Organales de El Bosque: Patudo y Cajones........................................................... 37

Las pruebas.................................................................................................................. 49
Los organales.......................................................................................................... 49
Los líticos, la cerámica, y el tiempo......................................................................... 51
El Achiral................................................................................................................. 67
Los Micos................................................................................................................ 76
La Peña................................................................................................................... 88
Los caminos empedrados....................................................................................... 101
Los buscadores de tesoros y la perdida de información......................................... 112

Las tareas...................................................................................................................... 116

Anexos
Registro estratigráfico
Reportes de resultados sobre dataciones
Listado de materiales procedentes del municipio de Titiribí, registrados en el
Museo de la Universidad de Antioquia
Licencia de excavación

Bibliografía
Agradecimientos

A los pioneros: al erudito Juan Bautista Montoya y Flórez, reconocido como el “más ilustre hijo de
Titiribí” agudo y sensible observador, cuyo trabajo sobre los “Titiribies y Sinifanaes” se constituye
para nosotros en fuente primaria de inagotable información; a Graciliano Arcila Vélez, entusiasta
investigador, creador y salvaguarda de la más importante colección de cerámica procedente de
Titiribí, al que le debemos horas de apasionante reflexión y discusión sobre sus escritos e ideas; a
Luis Fernando Vélez, antropólogo, el que a pesar de una muerte prematura y absurda, logro
trasmitirle a su familia y coterráneos el interés y respeto por el pasado.

A los antiguos y actuales habitantes del municipio.

A Corantioquia, a su director y equipo de colaboradores por su permanente y oportuna gestión.

A la Universidad de Antioquia, por proporcionarnos los espacios y el tiempo necesarios para realizar
el proyecto.

A Edgar, él sabe todo lo que hizo, y a Fercho y a Enrique por lo mismo.

Y a La Rodas por su belleza acogedora y tranquila.

A mi Marcelo ...
por su luz y su oscuridad.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 3

Noticias sobre unos “organales”

Desde finales de la década del cuarenta y hasta finalizar la década del sesenta, el arqueólogo
Graciliano Arcila Vélez realizó investigaciones en un marco geográfico delimitado principalmente por
"el río Cauca, el río Amagá y la quebrada Sinifaná, ... con prolongaciones hacia la región de Heliconía
..." (Arcila, 1969:14); parte central de la región conocida en la actualidad como suroeste antioqueño.
Como producto de estos estudios se publicó el texto: “Introducción al estudio arqueológico de los
Titiribíes y Sinifanaes, Antioquia, Colombia” (Arcila, 1969), donde el investigador reporta diversos
hallazgos y observaciones que giran entorno a grandes acumulaciones de roca, similares a cavernas,
que denomina “organales” y que señala como “ricas estaciones arqueológicas” (Arcila, 1969: 17).

Dicho texto fue el punto de partida de nuestro interés, cautivado tanto por esa “riqueza”, como por una
serie de particularidades en torno a estos reportes: primero, nuestra percepción de tales “organales”
como sitios arqueológicos con un carácter diferente a los hasta ahora trabajados por la disciplina en
Antioquia, generalmente asociados a practicas funerarias, de producción o de habitación; segundo, la
referencia de múltiples otros "sitios" asociados a los organales, que componen una región amplia
donde los vestigios y evidencias materiales de ocupaciones antiguas son abundantes y diversas, tal y
como se colige no sólo de la lectura de Arcila, (1969) sino también de autores como Uribe Ángel,
(1885); Montoya y Flórez, (1922) y las crónicas de conquista: 1

“Desde la provincia de Arma hasta la de Çenufana habra XX leguas y desde Çenufana a


Aburrá puede aver seys, en todo este camino hay grandes edifiçios de caminos hechos a
mano e grandes por las syerras e medias laderas que en el Cuzco no los ay mayores y
todo esto perdydo y destruydo e no ay yndio que sepa dezir cómo ha sydo ni de que se a
despoblado por lo que se puede pensar que los a despoblado las grandes guerras que
avido entre los naturales” (Tomado de “Relación de Anzerma”, crónica atribuida a Jorge
Robledo, 1539 – 1541. En: Tovar, 1993: 350).

Sobre los organales como fenómeno natural, nuestra pesquisa en fuentes bibliográficas nos mostró
que la geología regional no cuenta con estudios que se refieran al término “organal” como un
fenómeno natural preciso o establecido y que no existe cartografía ni reportes particulares. El término

1Estos autores no son sólo contemporáneos a la información que proporcionan, sino que nos ofrecen un
palimpsesto que cubre una temporalidad de más de quinientos años en el que es posible vislumbrar una
viva y dinámica presencia indígena.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 4

“organal” no corresponde a una expresión técnicamente reconocida y tipificada, con contenidos


precisos, si no a la extensión de una denominación genérica de algunas regiones de Antioquia, para
referirse a grandes acumulaciones de roca, que al sobreponerse erráticamente forman espacios
interticiales entre los que, aún con dificultad, es posible desplazarse.

La única mención, ubicada sobre este fenómeno, la que presenta el geólogo Gerardo Botero quien en
su “Contribución al conocimiento de la geología de la zona central de Antioquia”, los reporta como una
forma geomorfológica especial descrita como: “acumulaciones de rocas generalmente en cañadas u
hondonadas del terreno,” (Botero, 1963: 33). Para Botero se trata de bloques residuales de
exfoliación, que por efectos de la erosión o de movimientos tectónicos se concentran usualmente en
las cañadas o hacia las partes más bajas de la topografía (Botero, 1.963: 34).

Mayor información encontramos en la literatura regional y referida hacia la segunda mitad del siglo
XIX, en donde las descripciones de los “organales” se asocian a geoformas generadas por la acción
erosiva del agua y que son aprovechadas por esforzados mineros para la extracción de oro. En la obra
del autor antioqueño Francisco Gómez (Efe Gómez) encontramos una reiterada utilización de este
termino:

“Cuando una mañanita cateamos una cinta a la entrada de un organal.... y empezamos


a sacar amarillo... y la cinta a meterse por debajo del organal ... la señora no sabe lo
que es un organal... Son pedrejones sueltos, redondeados, grandísimos...amontonados
cuando el diluvio, pero pedrones. Como catedrales, como cerros... y que montones!
Con decirle que el río, que es poco menos que el Cauca se mete por debajo de un
montón de esos... y se pierde. Se le oye mugir allá... hondo. .... Por entre las piedras
íbamos arrastrándonos desnudos , de barriga, como culebras detrás de la cinta que era
un canal angosto. Llegamos a un punto en que no cabíamos... ni untándonos de sebo
pasaba el cuerpo por aquellas estrechuras.” (Tomado del relato: “La tragedia del
minero”. Gómez, 1991:119-123.)

Estableciendo la misma relación entre organles y minería y retomando información de la tradición oral
campesina, el literato costumbrista Tomas Carrasquilla también nos ofrece una vivida descripción de
este fenómeno:
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 5

“Por los escombros que han rodado a las cañadas, en polvo, en arenas, en guijarros, en
pedriscos, en moles, ha trabajado durante muchos siglos el agua de Dios, que sabe
romperlo y arrasarlo todo. Las moles que no pudo arrastrar no la atajan: por debajo de
estos pedrejones se abren salidas o sumideros... En estos enchorizados y embutidos
deja, a más del oro que ella extrae de la tierra, los granos preciosos que ha arrancado a
los escombros susodichos. Es esto lo que persiguen los mineros por debajo de las
moles. Asentadas o clavadas se ven, muy orondas y muy lisas. Algunos siglos de
aguaceros y de vientos les han matado las aristas, las han redondeado, peinado y
relamido. El polvo, las briznas, la basura que el viento ha traído y apelmazado en sus
lomos y en sus flancos, les proporcionan capas vegetales; de allí los líquenes, los
musgos, los helechos, las yedras...
A las labores del agua en estas cañadas han seguido las del hombre. Si ella abrió
huecos por debajo de las piedras, él los abre a su turno. Desde los tiempos coloniales se
han perseguido en Antioquia estas minerías de la sabia naturaleza... De esos agujeros
les viene a estos laboreos el nombre de organales. ¿Organales? Los diccionarios de
nuestra lengua no registran tal vocablo. Acaso sea corruptela de hornaguera o de
hornagal, por derivación arbitraria... es lo cierto que en Antioquia llaman organales a los
varios agujeros, más o menos juntos, más o menos verticales, que abre el agua en
ciertos terrenos, lo mismo que a las madrigueras que socavan algunos bichos de caza” 2
(Carrasquilla, 1995: 176 – 178). 3

Siguiendo esta misma línea de tradición oral, es a partir de información proporcionada por
“guaqueros”, que el investigador Graciliano Arcila, desde el año de 1948, ubica y explora los llamados
“organales” del ‘Bosque’, ‘la Floresta’ y ‘el Balsal’, en el municipio de Titiribí. La naturaleza de estos
sitios comparte varias características con la descripción de Carrasquilla, pero difiere en esencia con la
imagen de los mineros buscando oro debajo de las moles de piedra, que apunta hacia la explotación
de aluviones en corrientes continuas de agua donde particularmente abundan las rocas.

2 “hornaguear. (De hornaguera) cavar o minar la tierra para sacar hornaguera // 2. And. Mover una cosa de un lado para
otro, a fin de hacerla entrar en un lugar en que cabe a duras penas. Por ej.: el pie en un zapato estrecho. ...”
“hornaguera. (Dek lat. fornacaria. t.f. de –rius, propio del horno) f. carbon de piedra.”,(en negrilla en el original.
“hornaguero, ra. (De hornaguera) adj. Flojo, holgado o espacioso // aplicase al terreno en que hay hornaguera. Tomado
del Diccionario de la Real Academia Española. Vigésima primera edición. Tomo II p. 1124.

3 Estas descripciones contienen características comunes con los fenómenos estudiados en Titiribí, sin ajustarse
completamente a lo observado por nosotros, la diferencia sustancial esta en que no encontramos relación con
los procesos de extracción minera.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 6

Así describe Arcila los “organales” mencionados:

“Dichos laberintos se encuentran en las faldas y depresiones de las colinas que dan
hacia la vertiente izquierda del riachuelo Amagá y sobre la margen derecha del río Cauca. Las
oquedades se entrelazan en una extensión de varias hectáreas y se comunican a
profundidades de 10 y 20 metros. En consecuencia, los espacios están limitados en líneas
horizontales, verticales y oblicuas, que dan a veces la sensación de perfiles artificiales. Sobre
la superficie de las rocas han crecido los árboles y el matorral, que de lejos da la impresión de
estar plantadas sobre piso firme ...” (Arcila, 1969: 17 - 18).

Los “organales” de Titiribí, observados y registrados por


nosotros, son también grandes acumulaciones de
guijarros, pedriscos y moles de roca, que han rodado
para asentarse o clavarse formando salidas y
sumideros. Se observa igualmente en ellos el efecto de
las lluvias y el viento que modela y redondea las aristas
de la roca, tanto como un abundante recubrimiento
vegetal.

Es importante tener en cuenta que si bien para este investigador la “riqueza” de estos organales
consiste en la abundancia de objetos de factura humana: “Los organales del Bosque, la Floresta y el
Balsal (...) son ricas estaciones arqueológicas, de donde hemos extraído más de 10.000 fragmentos
que se encuentran en proceso de estudio, además de cerámicas completas y elementos líticos...”
(Arcila, 1969: 17), y no en la posibilidad de desarrollar una estricta explotación minera, tal y como se
realizó y realiza en otros lugares de Titiribí, 4 ha sido esta misma riqueza, la que sin duda alguna ha
atraído la atención de muchos buscadores de tesoros y “guaqueros”.

Otras formaciones referidas con carácter de “cavernas”, pero claramente similares a los oganales 5 son
mencionadas por Arcila, con mayor detalle pero sin precisar su ubicación, en el vecino municipio de
Venecia, al oriente del cerro Tusa:

4 Desde el siglo XIX, las minas de El Zancudo por ejemplo, se reconocen como las más importantes de la región y de

Antioquia, (Molina y Castaño, 1988).

5 Es de señalar que en este caso no se habla de organales, sino de un lugar denominado “El Cuevero”.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 7

“Al oriente de este cerro se encuentra la finca de Santa Catalina, de propiedad de la


familia Correa, en la cual existe lo que los vecinos llaman el Cuevero que en la época en
que lo visitamos estaba rodeado de guaduales en toda la extensión de la pendiente. Se
trata de un cerro formado por enormes masas volcánicas erosionadas y dispuestas en
conglomerados desde el ápice a la base de la colina. La erosión excavo los limos y
arcillas que revestían dicho conglomerado y quedó la armazón de rocas formando topes
caprichosos y variados, que forman a lo largo de toda la pendiente interminables
laberintos que se comunican entre si a niveles. Dichos laberintos son tenuemente
iluminados a trechos por la luz del sol que penetra a través de las hendiduras o
claraboyas, espacios naturales que dejan las rocas entre sí. Árboles gigantescos y
bambúes renacieron encima de los peñascos en el curso de los años, y sobresalen por
encima del perfil del cerro.

En este cuevero se hizo una recolección superficial y semi-superficial de fragmentos de


cerámica en los depósitos sedimentarios de las cornisas y pasadizos. Dicha recolección
está constituida por una gran cantidad de bordes y fragmentos cuyas características se
pueden asimilar en gran parte en tipo de forma y decoración a la cerámica que en el país
se ha llamado convencionalmente Quimbaya ... se han encontrado algunas manos de
piedra de mortero ...” (Ibid:21-22).

Llama la atención, que a pesar del carácter sorprendente de estos reportes, ellos no han tenido
ninguna repercusión en el conjunto descriptivo y explicativo propuesto por la arqueología antioqueña.
Los rumores, entre guaqueros y población en general, acerca de la existencia de “cavernas” y
“túneles” asociados a actividades humanas antiguas en Antioquia (en especial en la región de
suroeste), son comunes, pero el único reporte desde la arqueología conocido sobre tales evidencias,
lo realizó el citado investigador, en la publicación del año 1969. Los “organales” como objeto de
estudio, aparecieron y desaparecieron con esta publicación y desde entonces han permanecido en lo
que se considera la esfera de lo que se considera el folklore.

Como una excepción, que a la vez corrobora nuestra afirmación, esta la mención a la existencia de
organales en el municipio de Yolombo realizada por Correa, (1996), la investigadora además de
retomar la descripción de Botero (1963) comenta al respecto de la cerámica en ellos encontrada:

“Yacimiento 16B1 “Los organales” ... La prospección llevada a cabo con pobladores de la
región, entre ellos el señor Jorge Humberto Gallego, estudioso de la cultura local, arrojó
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 8

como resultado la presencia de un único grupo cerámico, sorprendentemente uniforme


en su tecnología forma y decoración. Tal grupo se asocia estilísticamente con el
comúnmente denominado estilo cerámico “marrón inciso” el cual sin embargo presenta
particularidades notorias” (Correa, 1996: 93-94). 6

Nuestro trabajo procuró verificar, actualizar y profundizar tales reportes, con el fin de retomarlos y proponerlos
como sitios arqueológicos de enorme interés en tanto permiten ampliar el conocimiento que sobre las
sociedades prehispánicas tenemos hasta el momento. Así mismo, presentaremos las evidencias de actividad
humana encontrados por fuera de los organales, tratando de proponer un cuadro de problemas y
significaciones útil para avanzar en los objetivos propuestos y como derrotero de trabajo hacia el futuro.

6A partir de la información gráfica proporcionada por esta investigadora, no logramos establecer relación estilística con la
cerámica hallada en los organales de Titiribí, sin embargo uno de los auxiliares de campo en esa investigación, al
conocer la cerámica y el contexto de Titiribí, sin titubear lo consideró como “igual”.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 9

Estrategia de investigación: realizaciones y variaciones

Tener como punto de partida, el informe realizado por el investigador Gracialiano Arcila, determinó no
sólo la delimitación de las áreas a estudiar 7 y la elaboración del proyecto, sino la definición de la
estrategia de investigación. Considerando el tiempo transcurrido desde la realización de su trabajo y
los procesos por todos conocidos de destrucción de sitios arqueológicos, por el avance de las
fronteras urbanas, agrícolas y mineras, sin olvidar el simple saqueo; teníamos como una posibilidad
cierta que estos lugares ya no existieran o que estuvieran alterados de tal manera que no se
correspondieran con el reporte presentado por Arcila en 1969. Este riesgo se asumió en primer lugar
tratando de ubicar los lugares y personas por él mencionadas, para luego corroborar la información y
en lo posible completarla en los puntos que a nuestro juicio, era necesario profundizar o precisar.

Registro cartográfico

La revisión cartográfica permitió, en un primer momento, la delimitación y visualización del área


general dentro de la cual se ubican los organales, posteriormente posibilitó el registro de redes
hidrográficas, variaciones altitudinales, áreas de bosques, usos del suelo, caminos y vías de acceso,
adecuaciones del terreno y ubicación de viviendas actuales, que permitieron entender y recrear de
cierta forma, la características más relevantes de la zona.

Las áreas de trabajo se identificaron geodésicamente mediante coordenadas planas de Gauss con
origen en el Observatorio Astronómico de Bogotá, según cartografía del instituto Geográfico Agustín
Codazzi IGAC, planchas números: 146, escala 1:100.000; 146 III D, escala 1:25.0000, y 146 III D–3 y
4, escala 1:10.000. Se contó además, con un excelente conjunto de fotografías aéreas, tomadas
recientemente por la Oficina de Catastro Departamental:

AE 064, Faja 4N/1997, fotos número 321, 322, 323 para la Falda del Cauca, Otra Mina, El Balsal
escala 1:10.420.
AE 064, Faja 06/ 1998, fotos número: 339, 340 para Otra Mina, El Zancudo, Sitio Viejo en escala
1:10.780.

7 “...Dichos laberintos se encuentran en las faldas y depresiones de las colinas que dan hacia la vertiente
izquierda del riachuelo Amagá y sobre la margen derecha del río Cauca.” (Arcila, 1969:18).
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 10

AE 064, Faja 3N/ 1998, fotos número 313, 314, 315 para la Falda del Cauca, El Balsal, y El Morro, en
escala 1:10.380.
AE 064, Faja 05/1998, fotos número 071, 072 para Falda del Cauca, El Zancudo, Otra Mina, en escala
1:10.800.
AE 073, Faja 8C/1998 fotos número 64,65,66 para Los Micos y La Peña, escala 1:10.650.
AE 064, Faja 9S/1998, fotos números 372,373,374 para El Bosque y La Albania en escala 1:10.283.

Para la caracterización geológica y geomorfológica se delimitaron dos zonas de trabajo: una zona
Oeste que corresponde a los organales ubicados en la vereda La Floresta, sector del Balsal, que
abarca además, las cercanías a la vereda La Falda del Cauca y la Hacienda Lara. 8 La zona Este
correspondiente a la vereda El Bosque, donde se encuentran los organales Patudo y Cajones,
incluyendo las vereda Los Micos y La Peña. Estas zonas se delimitaron a escala 1: 10.000 en sus
respectivos mapas, y son la base para el registro de la información temática correspondiente a la
geología, la geomorfología, zonificación morfológica y la ubicación de las áreas abordadas durante la
prospección arqueológica. Para registrar la intrincada red de caminos empedrados, observada en la
zona, se utilizó cartografía en escala 1: 25.000, tratando de presentar su dimensión y la relación
existente entre ellos. La cartografía 1: 10.000 y 1: 25.000, se digitalizo en formato ACAD V.14, para
efectos de presentación y edición del informe, este formato además, permite la conversión a formato
ARC VIEW, para efectos de consolidar una base de datos en sistemas de información geográficos.

En terreno

Dentro de los organales. De la descripción que hace el investigador Graciliano Arcila sobre los
organales, se derivó la planeación y propuesta de la estrategia para abordarlos:

“... Las oquedades se entrelazan en una extensión de varias hectáreas y se


comunican a profundidades de 10 y 20 metros. En consecuencia, los espacios
están limitados en líneas horizontales, verticales y oblicuas, que dan a veces la
sensación de perfiles artificiales.” (Arcila, 1969:18) “... Como la totalidad del
organal está cubierto de vegetación, es necesario al principio, despejar alguna
abertura entre las rocas y penetrar en las oquedades donde ya no hay follaje. De

8La cartografía IGAC 1:10.000 correspondiente a esta zona presenta una nube que cubre aproximadamente el
70% del área
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 11

aquí en adelante es menester iluminar con lámpara para poder avanzar, ya que la
luz natural que penetra por las grietas va siendo cada vez más escasa” (Ibid: 24).

Fue sobre estos elementos, que se determinó la realización de recorridos sistemáticos y un


registro grafico y fotográfico intensivo con el fin de lograr la caracterización de cada organal y
detectar áreas y espacios diferentes en su interior.

Por otro lado, aunque Arcila refiere con detalle, la manera en que es posible desplazarse en los
organales y lo que en ellos se encuentra:

“La exploración de los organales requiere operaciones cuidadosas. Primeramente, no


deben ser menos de tres las personas que penetran en ellos para ayudarse mutuamente
en la labor de hacer camino a través de las zarzas y de las lianas que por doquier cierran
el paso; ... Es fatigante la marcha por las distintas posiciones corporales en cada
momento: agachar la cabeza, meterse de pies por un orificio pasar de lado o estrecho por
una grieta, pasar arrastrado sobre el vientre, permanecer en cuclillas gran parte del
tiempo, llevar en una mano la lámpara y sostenerse en la otra para no caer. La angustia
que produce el silencio en la semioscuridad y el pasarse largos ratos de no encontrar
ningún vestigio indígena. ... Una vista a los organales requiere un gran tino de la
orientación y un gran tino para trepar y descender en condiciones de inseguridad.” (Arcila,
1969: 23-24).

Dado que este investigador no proporcionó información sobre tamaños o áreas y muy seguramente,
debido a la utilización de términos como “habitáculos” “salones”, “repisas”, “cornisas” y “alacenas”,
hicieron que el equipo de investigación, se formara una idea sobre los organales que no se
correspondió con lo encontrado en campo. Así, además del choque y la emoción propia de enfrentarse
con la realidad, resulto sorprendente lo irregular y estrecho de los espacios que se forman entre las
rocas y en consecuencia la enorme dificultad que significa entrar a ellos, pero sobre todo fue
sorprendente, la dificultad de realizar un registro tan sistemático como el que había sido proyectado.
La extrema variabilidad de los espacios que deja la acumulación aleatoria de las rocas, y el hecho de
que muchos de ellos estén “interconectados”, es decir que es posible pasar de un lado a otro a través
de las rocas – en la gran mayoría de los casos reptando-, hace que sea prácticamente imposible
establecer entradas o salidas, el comienzo o el final de un espacio determinado; así mismo, se hacia
dramático el hecho de que dependiendo de la localización del observador, techos, pisos o paredes
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 12

pueden ser unos u otros indistintamente. Conocidas y analizadas estas condiciones, en primer
termino, se decidió no realizar el registro de las distancias, orientaciones y alturas necesarias para el
registro topográfico de las distintas áreas y espacios detectados, optando por realizar dibujos y
esquemas de aquellos espacios o situaciones que por una u otra razón consideramos “prototipos”: de
espacios grandes o demasiado estrechos, de la ubicación de la cerámica o de los líticos, de la
ubicación forma y combinación de las rocas etc., tratando de verificar la existencia de algún patrón o
constante significativa al momento de pensar la manera en que estos espacios fueron utilizados.
Además, a pesar de tener todas las condiciones en contra: imposibilidad de establecer perspectivas,
contrastes, escalas e incluso foco, se realizó un registro fotográfico intensivo.

Así mismo, no obstante las dificultades de acceso a los


espacios formados entre las rocas, para efectos de
registro, se decidieron hacer recorridos sistemáticos,
sectorizando los organales de acuerdo a sus
pendientes en La Floresta El Balsal y Cajones, o a su
forma (orientación) en el caso del organal Patudo.

Aunque a simple vista, el acceso a la gran mayoría de


los espacios parece imposible, la elasticidad, delgadez
y tozudez de Claudia, María, Lucas y Raúl y la
paciencia y conocimiento de nuestros guías,
permitieron la observación y registro de estos espacios

así como la recolección de aproximadamente 1000 fragmentos cerámicos y 8 instrumentos líticos: 5


manos de moler y 3 fragmentos de lo que pudieron ser utensilios como machacadores, golpeadores
etc., además de fragmentos de rocas cuya procedencia se consideró ajena o exótica a los organales.

Un elemento que permanentemente fue motivo de discusión y de preocupación al momento de realizar


el registro, fue su confiabilidad. A la dificultad de registrar espacios tan variables, se sumó la
imposibilidad de registrar elementos que permitieran -con un mínimo de certeza- establecer la
ubicación original de los vestigios; en la gran mayoría de las veces, se hizo enormemente difícil,
explicar el “sitio” donde fueron hallados los vestigios y peor aún entender la manera como habían
llegado allí. muy pronto pudimos concluir que éstos, pueden estar en “cualquier parte”.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 13

Aunque la explicación más sugerente es sin duda, una antigua acción humana; es necesario tener en
cuenta la dinámica que permanentemente afecta el tamaño y la ubicación de los bloques de roca:
erosión por exfoliación, reacomodamiento entre bloques, filtración permanente de aguas etc.,
fenómenos que sin duda fragmentaron la cerámica y alteraron su ubicación. A este hecho, se suma la
evidencia de intervenciones recientes; además de los vestigios cerámicos y líticos se encuentran
numerosos elementos como basura sin descomponer, plásticos, pilas, balas etc., que hablan de una
actual, permanente y destructiva acción humana, lo cual hace que la certeza de estar frente a sitios de
actividad humana antigua, no intervenidos o contaminados sea, por decir lo menos, remota.

Igualmente incierta es la posibilidad de obtener


información estratigráfica al interior de los organales;
además de la escasa existencia de pisos o superficies
aptos para la acumulación de sedimentos o materia
orgánica, esta el hecho de que si bien estos materiales
pueden considerarse como abundantes, pues caen
permanentemente desde las partes altas cercanas a los
organales y proveniente de su propia cobertura vegetal,
también se pierden arrastrados por la filtración de aguas
lluvias que penetran por los intersticios y fisuras dejados
por la acomodación errática de las rocas, y por la
existencia de corrientes de agua permanentes y en
ocasiones caudalosas que los atraviesan.

Fuera de los organales. Para la localización y descripción de evidencias sobre la gente que habitó
los alrededores de los organales, y que suponemos los utilizaron; si bien es cierto que se realizó el
registro de los elementos contextuales espaciales, arquitectónicos y geográficos que consideramos
tenían interés o relación con las problemáticas arqueológicas: caminos, “vallados”, saladeros,
estratigrafías de los taludes, sitios de extracción de materiales, etc.; la observación se concentró
sobre los elementos geomorfológicos y geográficos que por su ubicación o aptitud morfológica
pudieran tener interés o significación para la ocupación humana y que por lo demás abundan en la
zona. Es así como se privilegiaron los topes de colina aplanados y en algunos casos evidentemente
intervenidos; en total se prospectaron un total de 28 topes de colina o aterrazamientos, cuyas áreas
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 14

oscilaron entre los 15.000 m 2 y los 1.000 m 2 (véase el aparte correspondiente al registro de campo, en
el presente texto, Anexo No 1).

Descombrando
camino en el potrero
del Achiral, vereda
La Falda del Cauca.

Para la prospección de éstas áreas se realizaron barrenados y pozos de sondeo (50 cm X 50 cm), de
acuerdo con el potencial que se percibía en cada una de ellas; de cada uno de los sondeos se realizó
un registro estratigráfico y se recolectaron los elementos que se pensaban útiles a los objetivos
propuestos: cerámica, carbón semillas, nódulos, suelos etc., todos los procedimientos y observaciones
fueron consignados en diario de campo.

Teniendo como referente inmediato, la densidad de materiales hallados en los organales, en terreno
estuvimos permanentemente preocupados por lo que considerábamos muy pobre evidencia de
vestigios relacionables, de manera directa y cierta, con la gente que pudo haberlos utilizado. En
general, consideramos notoria la ausencia no sólo de materiales arqueológicos comúnmente
observados tales como líticos, cerámica y carbón, sino la ausencia de la acumulación de los suelos
orgánicos que normalmente acompaña estas evidencias.

Aunque parte de la explicación, evidentemente esta relacionada con los drásticos procesos erosivos
que afectan toda la zona; 9 tratando de obtener mayor información, la prospección se amplió hasta
lugares alejados de ellos a distancias que en ocasiones sobre paso los 7 kilómetros, abordando
espacios que a nuestro parecer, ofrecían condiciones optimas tanto para la ocupación humana como

9Además de que la deforestación es crítica en el área de estudio, la mayor parte del suelo se usa para pastoreo
de ganadería extensiva, creando un fenómeno de reptación severa, aumentando la posibilidad de pérdidas de
suelos asociados a los horizontes A y B, los cuales son bastante móviles.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 15

para la conservación de sedimentos o materiales erosionados; es de señalar que a pesar de esto no


logramos colectar mayor información.

El conocimiento, opiniones y creencias


que tienen los actuales habitantes del
municipio, lo consideramos como de
primer orden, no sólo por la
insustituible guía que representan sino
por el compromiso que nos convoca a
realizar un trabajo que pueda de
alguna manera establecer nexos
cercanos con el pasado; así ante la
insistente mención de sitios
misteriosos o prodigiosos y buscando
entender los elementos culturales
significativos asociados con el paisaje, se prospectaron prácticamente la totalidad de los lugares que
fueron referenciados en las entrevistas realizadas durante la pesquisa etnográfica.

En laboratorio

Para el registro y análisis de los materiales cerámicos y líticos se tuvieron en cuenta no sólo los
hallados por nosotros, sino los correspondientes a la investigación realizada por Arcila, (1969) sobre
cuya procedencia geográfica y contextual no hay duda; y los materiales completos procedentes del
municipio de Titiribí donados desde el año 1942, al Museo Universitario. 10

El primer esfuerzo de análisis se concentró en establecer diferencias entre los materiales cerámicos y líticos
provenientes de los distintos organales, y entre los distintos sectores establecidos al momento de la
recolección; una vez verificado que no es posible establecer diferencias significativas, percibibles a simple
vista, se procedió a dibujar y a realizar su reconstrucción gráfica de la cerámica, a partir de los fragmentos a
la vez que se anotaban las características observadas en “diario de campo”. Estas características fueron
contrastadas con las tablas de datos y resultados obtenidos por las estudiantes Liliana Gómez y Carolina
Espinal (2000), quienes en la realización de su trabajo de grado describieron y analizaron exhaustivamente,
los materiales provenientes de la investigación reportada por Arcila, en 1969; así mismo se revisaron

10 Actualmente ubicados en las colecciones de referencia arqueológica y el taller del Museo de la Universidad

de Antioquia.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 16

cuidadosamente los materiales y bibliografía con las que este investigador sustenta su idea de contactos
interétnicos. A los instrumentos líticos se les identificó la procedencia de los materiales geológicos, e igual que
a la cerámica, se les realizó registro gráfico y descriptivo.

Aunque no fue una tarea expresamente formulada, a lo largo de la realización de la investigación fueron
apareciendo referencias contenidas en documentación histórica, las cuales fueron en lo posible verificadas e
incorporadas al conjunto de datos que se consideraron pertinentes a los objetivos del proyecto.

Dada la incertidumbre que representaban los carbones localizados al interior de los organales, para
obtener dataciones, se enviaron para análisis de termoluminiscencia, al laboratorio de
termoluminiscencia de la Universidad de Durham en Inglaterra, 3 muestras cerámicas procedentes de
los organales: 2 de La Floresta, altamente contrastantes entre sí y una de El Bosque, representativa
del conjunto más grande y homogéneo relacionado con los organales. Para la datación mediante el
análisis de C14, se envió a los laboratorios de Beta Analytic, el carbón procedente de una de la
terrazas de Los Micos y los restos óseos provenientes de un entierro localizado en la vereda La Peña.

Vasija procedente de Titiribí,


Museo Universidad de Antioquia.
Número de registro 2889
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 17

Titiribí, un buen lugar para vivir


Ubicación
El Municipio de Titiribí se encuentra ubicado a los 6° 03’ 48” de latitud Norte y 1° 43’ 00” de longitud
Oeste, en la región conocida como Suroeste Cercano en el Departamento de Antioquia,.su altura
sobre el nivel del mar es de 1.500 metros en promedio; administrativamente, limita con los Municipios
de Angelópolis y Amagá, al oriente; Concordia, al occidente; Armenia Mantequilla al Norte y Venecia
al sur. Los límites naturales del municipio los constituyen los valles de los ríos Cauca, al Occidente;
Amagá, al Norte; Sinifaná, al sur; y otras fuentes de agua menores al oriente.

Específicamente, la zona de estudio corresponde al flanco sur del valle encañonado del río Amagá, el
cual posee una morfología empinada con largas pendientes cuyo desnivel entre la base del valle y la
cima de los cerros alcanza los 1400 m en un trayecto horizontal de hasta 5 km. A lo largo de este
empinado trayecto, se definen corredores de baja pendiente donde la aptitud morfológica y paisajística
para el establecimiento de actividades antrópicas, es mayor que en resto del valle.

Foto No. 1.
Visual hacia el oriente del cañón del
río Amaga.

Caracterización fisiográfica
Al extremo occidental del municipio las expresiones dominantes del relieve están representadas por la
morfología del flanco oriental del Valle medio del río Cauca, que en la zona está definido por un
profundo y pronunciado cañón con elevado escarpe erosivo que limita la margen derecha haciendo
transición hacia una vertiente empinada y quebrada con pendientes largas y accidentadas, por los
cambios litológicos que se suceden en cortos trayectos y por la incisión vertical de corrientes de agua
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 18

con valles estrechos, largos y semirrectos, separados por divisorias de aguas con escalones y
peldaños morfológicos que sobresalen por sus formas planas. La zona de La Floresta presenta
características particulares del relieve debido a la variedad de formas y expresiones que se conjugan
como terrenos ondulados, semiplanicies amplias, cerros agudos y bajos con cimas planas y cuchillas
alargadas con escarpes en sus vertientes. La oferta hídrica está dada por las microcuencas de las
quebradas La Balsala y la Franá con sus tributarios que hacen parte de la cuenca del río Amagá, y la
quebrada la Floresta que vierte sus aguas al río Cauca. Como accidentes orográficos se destacan: La
Cuchilla Floresta, Cerro el Morro, Cerro el Palmichal, Morro Redondo, el Valle del Río Cauca y el Valle
del Río Amagá.

Foto No. 2.
“La Laguna”, quebrada El Tambo, muy próxima a
su desembocadura en el río Amaga. 11

El extremo oriental del área de estudio, lo conforman el corregimiento de La Albania, la vereda La


Peña, y la vereda Los Micos, con referentes importantes como la hacienda Las Margaritas y la
hacienda El Bosque. La morfología de esta zona está determinada por dos accidentes principales: el
cañón del río Amagá y el cerro El Corcovado que controla el flanco sur de este río, donde se
presentan elevados escarpes erosivos combinados con vertientes empinadas suavizadas por amplios
peldaños con cimas semiplanas. La incisión vertical de las corrientes de agua que drenan la zona ha
formado valles estrechos, largos, semirrectos y superficiales, separados por divisorias de aguas
amplias con escalones y peldaños morfológicos que sobresalen por sus formas planas. La oferta

hídrica está representada por las microcuencas de las quebradas La Zarzala, La Secreta, La Mica,
cañada La Melliza, cañada Honda y Piedra Gorda que drenan hacia el río Amagá.

11
Consideramos que este referente geográfico es al que se refiere una popular leyenda que cuentan los habitantes de
Titiribí, en la que se refieren que “.. existe una cueva cuya entrada se hace de lado, quienes se han atrevido a entrar allí
cuentan que ven un lago muy hermoso y al otro lado divisan una barca, cuentan además que en este paraje existen unas
columnas hechas por los indios y un círculo en el suelo donde nunca crece la hierba ni nada que se siembre, dicen que
en este lugar era donde bailaban las brujas”. (Plan de Ordenamiento Territorial, 1999: 145).
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 19

Zona Oeste de estudio, fotografía aérea tomada por Catastro Departamental de Antioquia. Escala 1:
10.380. Vuelo AE O64, fotos 324-323. las áreas boscosas señaladas corresponden a los organales de
la Floresta y el Balsal.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 20

Zona Este de estudio, fotografía aérea tomada por Catastro Departamental de Antioquia. Escala 1:
10.283. Vuelo AE O64, foto 374. las áreas boscosas señaladas corresponden a los organales de El
Bosque.

Clima y vegetación
De acuerdo con Espinal (1961), esta zona tiene características secas, puesto que las cordilleras
actúan como barreras naturales al paso de los vientos portadores de humedad que proceden del
Pacífico y del Magdalena; según el sistema de Holdbrige (1978), se determinan dos diferentes zonas
de vida:
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 21

Bosque seco Tropical (bs-T): Ubicado hacia el cañón del río Cauca y del río Amaga y laderas de la
vertiente Occidental de la cordillera central donde hoy predominan los potreros limpios para ganadería
extensiva y relictos de bosques en etapas sucesionales tempranas.

Bosque premontano (b-PM): Se ubica en geoformas como valles fluviales, lomas y laderas que pueden
ser, desde suavemente inclinadas hasta fuertemente escarpadas, en donde la vegetación primaria ha
sido transformada por especies arbustivas propias de etapas sucecionales tempranas. Esta zona
corresponde a la parte media de la vertiente donde la ganadería se combina con cultivos agrícolas. En
la actualidad, en toda la zona, han desaparecido casi totalmente los bosques naturales, estando
restringidos sólo a las partes más altas (divisorias y cimas), a algunos drenajes y a los Organales.

El municipio, tiene como característica una temperatura media superior a los 24 0 C, con una
precipitación media anual entre 1.000 y 2.000 mm. Para las riveras del río Amagá, la precipitación
media anual es de 2.300 mm, en una zona de vida tipo Bosque Húmedo Tropical; la pluviosidad se
distribuye en dos estaciones secas: enero a marzo y julio a septiembre) y dos estaciones húmedas:
abril a junio y octubre a diciembre, Espinal (1964).

Una vivida descripción que presenta Montoya y Flórez, nos permite entender elementos
observados en el presente e imaginarnos como pudo haber sido el paisaje de la zona, en el
pasado:

“Las palmeras más cuidadosamente cultivadas en la provincia de Sinifaná eran los


corozos pequeños (Martinezia), llamados chascaraises y los grandes (Acro Comiá
antioquensis), empleados sobre todo para sacar manteca, que servía para la comida y
el alumbrado en candiles. De las chontas tenían dos clases: la de tierra caliente, de
fruto rojo, poco interesante, y la de tierra fría, de almendra muy agradable. Los
cuescos (Cocos butyrace), almendra poco usada hoy en la alimentación cuyo nombre,
así como el de Cuisco, eran los de poblaciones o tribus mejicanas y que aquí llevaba
una de las parcialidades de los Catíos. Cocos no tenían y fueron más tarde
importados de la Costa por los españoles. El táparo (Athalea amygalina), palmera sin
tronco, casi especial a la región de Titiribí, cuya almendra tenía los mismos usos que
el corozo, es una palmera de grandes hojas de suma elegancia, planta de verdadero
ornato pero enteramente olvidada por nuestros arboricultores. Como de corozos,
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 22

táparos, guayabos, papayos, pita, guamos y balsos había inmensos bosques, los
españoles llamaron esos puntos: Corozal, Taparal, Guayabal, Papayal, Pital, Guamal
o Balsal; aunque tales bosques han desaparecido, las localidades conservan el
nombre. Por último aunque no servía para la alimentación, la palma de pita era muy
cultivada por su fibra, que es una especie de lino de color terroso, que empleaban
aquí para tejer atarrayas o hamacas, aunque la inferior calidad a las que se hacen de
cumare y moriche en el Orinoco; de esta palmera sacaron los Mayas las fibras que les
servían para tejer su ropa, que al principio creyeron los españoles era de lino.
Utilizaban además, como hoy se hace en el Chocó, en grande escala el fruto del
Chontaduro para la alimentación y empleaban también la tagua en ciertos artefactos.
(Montoya y Flórez, 1922: 565-566) 12

Foto No. 3.
“El Palmichal” parte baja,
vereda La Floresta.

También, específicamente relacionado a Titiribí, este autor menciona como productos utilizados
por los indígenas la pitayas (cereus pithaya), “tan frecuente como en el valle de Aburra el higo
de penca” (Opuntia vulgaris), el papayo (carica) de “varios olores y tamaños”, la piña blanca y
amarilla (Ananasa) y piñuelas (Bromelia), además proporciona información sobre la utilización
de las flores de guama para atraer y mantener enjambres de abejas:

“... En algunas poblaciones, como Titiribí, en el punto denominado Pilos, hasta Sitio
Viejo, los indígenas tenían extensos guamales, en los cuales se veían todas las

12
La permanente referencia que hace esta autor a Centroamérica, debe entenderse como la utilización coherente del
marco teórico en boga en la época y que notoriamente encuentra apoyo en las evidencias observadas por él en Titiribí, y
que además, su observación esta estimulada y desarrollada, por el conocimiento de las crónicas y documentos históricos
disponibles en su momento.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 23

variedades conocidas de guamas y en los alrededores de éstos, miles de colmenas de


abejas domésticas, como en Betoma y Posigüeica, con el objeto de que los insectos,
aprovechándose del néctar de las flores, hicieran una miel más perfumada y agradable,
que los indígenas extraían en épocas de verano y en la menguante, sin perjudicar el
enjambre. Pedro Simón dice que en la provincia de Santa Marta había valles que tenia
hasta ochenta mil colmenas para poblaciones de mil casas.” (Montoya y Flórez, 1922:
568).

Suelos
Para la zona de trabajo, no fue posible localizar estudios relacionados con este tema, a excepción de
el realizado por la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia en el año de 1992: “Estudio de
zonificación y uso potencial de los suelos del suroeste Antioqueño”, el cual a pesar de estar enfocado
a describir suelos aptos para el cultivo del café elaborado presenta descripciones e información básica
sobre el comportamiento de los suelos de enorme interés.

Según este estudio, una de las causas de los activos procesos de perdida de suelo y meteorización
observados, esta originada en el tipo de roca a partir del cual éstos se formaron: andesitas
hornblendo-feldespáticas.

“Las andesitas hornblendo-feldespáticas son rocas ígneas de estructura porfirítica que


se caracteriza por presentar en una masa de color gris claro minerales de color blanco
y negro identificables a simple vista. Los minerales blancos corresponden a feldespatos
plagioclasas (andesinas) de tamaños variables, normalmente de 2 a 4 milímetros. Los
oscuros son hornblendas y se manifiestan en forma de agujas brillantes de 2 a 3
milímetros de longitud. Ocasionalmente aparecen láminas delgadas de mica biotita.”

“La meteorización de este material se hace en capas concéntricas de la periferia hacia


adentro, primero empieza el resquebrajamiento físico dando así la oportunidad para
que los agentes de descomposición comiencen simultáneamente a obrar. Si la
pendiente es muy fuerte y la zona lluviosa, como la que nos ocupa, los productos de
este proceso se pierden en solución dando como resultado suelos pedregosos muy
superficiales (...). Donde la pendiente lo permite se forman suelos de colores pardo
amarillento a rojizos con manchas blancas que corresponden a feldespatos en procesos
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 24

de transformación, textura mediana a pesada, bien drenados y de mediana fertilidad


natural.” (FNC, 1992: 183)

De acuerdo al estudio en mención, en la “zona ecológicamente óptima cafetera”, el 80% de los suelos
tienen mucha profundidad efectiva, de colores pardo amarillento a rojizos, drenaje externo rápido,
interno medio, buena retención de humedad, franco arcillo limosos, pegajosos y plásticos,
susceptibles a la erosión, abundante actividad de macroorganismos y mediana fertilidad natural.
Presentan a través del perfil fragmentos de material parental en proceso de meteorización en
proporciones y tamaños que no afectan los cultivos. Superficialmente poseen pedregosidad que varía
desde un 15% hasta más del 60%. Este último caso corresponde a pequeñas áreas coluviales (...). Un
10% del área está cubierta por cenizas volcánicas altamente resistentes a la erosión y otro 10%
corresponden a suelos que tienen limitaciones de uso por escasa profundidad efectiva, (FNC, 1992:
185).

En la “zona baja”, los suelos presentan características muy similares a las del clima cafetero; difieren
un poco en su proporción y además en éstos no se encuentra cubrimiento de cenizas volcánicas en
extensión importante. En general el 80% de los suelos son profundos, en su perfil se observa un
primer horizonte de color pardo y espesor inferior a 20 centímetros en el 60% de los casos, que
descansa sobre otro de colores pardo amarillentos a rojizos, texturas medianas a pesadas con
fragmentos de material parental en proceso de meteorización en proporción que varía entre el 15 y el
40%. En algunos sitios de acumulación el espesor del primer horizonte es mayor. La pedregosidad
superficial varía también en los mismos porcentajes, siendo más alta en las pequeñas áreas de
piedemonte. El 20% restante de los suelos presenta limitaciones por profundidad efectiva, (FNC,
1992: 188).

Usos actuales del suelo


Actualmente la principal actividad económica es la ganadería extensiva con su consecuente apertura
de potreros y generalizada siembra de pastos, el transitar del ganado y el sobre pastoreo incluso en
vertientes empinadas, activa la destrucción del suelo; las modificaciones antrópicas sobre el paisaje
por la tala de la vegetación natural, es crítica y se ha extendido de manera generalizada hasta los
escarpes donde la pendiente restringe el uso del suelo y no se pueden llevar a cabo actividades
económicas.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 25

El cultivo del café y la caña de azúcar que en épocas anteriores tuvieron gran importancia, hoy se
encuentran enormemente reducidas, siendo la actividad cafetera prácticamente inexistente, la cañera
se encuentra en franca decadencia. Solamente nos fue posible observar cultivos de yuca, frutas y
hortalizas en el cañón de la quebrada Franá, (véase foto No 4).

Foto No. 4. Visual sobre el cañón de la Frana, saliendo desde el caserío de Otra Mina

La extracción de carbón por métodos subterráneos aunque no genera conflicto con el uso superficial
del suelo, a la larga ha generado fuertes procesos de subsidencia, originando hundimientos de
grandes dimensiones de forma circular, (Tabares, 1995: 87 y 91). Así mismo se explotan materiales de
construcción en los lechos de las quebradas y en los taludes de la carretera que comunica con el
casco urbano de Titiribí.

Foto No. 5.
Corregimiento de La Albania, al fondo Cerro Tuza
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 26

Geología
La región del Suroeste Antioqueño se encuentra ubicada en el flanco occidental de la Cordillera
Central, geológicamente constituido por un núcleo metamórfico antiguo posiblemente de edad
Paleozoica intruido por rocas ígneas como el Stock de Amagá, los Gabros de Romeral y la Diorita de
Pueblito. Hacia la región del Río Cauca, se encuentran rocas ígneas de afinidad oceánica
pertenecientes al Complejo Quebradagrande. A lo largo del Terciario, sobre todo este conjunto de
rocas se depositó la Formación Amagá; durante del Terciario tardío dicho conjunto fue afectado por la
actividad magmática, dando lugar a la formación de cuerpos porfídicos generalmente andesíticos,
correspondientes a antiguos cuellos volcánicos que han quedado como geoformas sobresalientes que
hoy definen rasgos predominantes del paisaje, tales como El Palmichal, Morro Redondo, Monte
Redondo y El Corcovado.

El área de trabajo, se encuentra enmarcada por el denominado Sistema de Fallas Cauca-Romeral,


evidenciado por la falla la Cascajosa de dirección predominantemente Norte-Sur y algunas fallas
locales como la de las Ánimas, la Zarzala y lineamientos observados en las fotografías aéreas. Las
rocas sedimentarias presentan plegamiento estrecho de tipo anticlinal y sinclinal con ejes en dirección
general Norte-Noroeste. A continuación se describen, de manera general, las principales unidades
litológicas que afloran en la zonas de interés para la investigación sobre los organales:

Formación Amagá (Ts). Estas rocas se presentan en una cuenca sedimentaria, controlada por los
sistemas de fallas regionales, y afloran en general en las partes bajas del área de estudio, donde son
explotados mantos de carbón. Está representada por los miembros medio y superior, en una franja
alargada Norte-Sur, intruída por los pórfidos de Morro Redondo, El Palmichal, EL Corcovado y Monte
Redondo.

Su morfología está representada por colinas bajas onduladas y suaves, recubiertas por flujos de
escombros con bloques de orden métrico, coluviones, y depósitos de derrubios, provenientes de las
altas vertientes donde aflora el Complejo Quebradagrande. Esta formación, también se encuentra
recubierta por los depósitos de vertiente de granulometría gruesa compuestos por flujos de escombros
y depósitos de derrubios que forman los denominados Organales.

El perfil de meteorización de estas rocas, está constituido en general, por saprolitos arenosos de color
amarillo acompañados de materiales con textura limo-arcillosa, deleznables, con coloraciones
moteadas de café-parduscas (abigarradas), numerosas y pequeñas concreciones de hierro, con poco
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 27

desarrollo de capa orgánica. Los suelos son superficiales, poco desarrollados, donde el horizonte
orgánico es incipiente sin formación del horizonte B propiamente dicho; presentan baja fertilidad
natural, debido a la pobreza en minerales que generen nutrientes para las plantas.

En general, esta unidad geológica se encuentra altamente afectada por procesos erosivos activos
inducidos por el sobrepastoreo, la acción hídrica superficial y la pendiente del terreno; dado que son
naturalmente muy susceptibles y a que han sido sometida a una intensa explotación carbonífera a
través de socavones que posteriormente presentan hundimientos y remociones en masa como
consecuencia de las aguas de infiltración.

En predios de la Hacienda El Bosque, está caracterizada por una secuencia de areniscas y arcillas
grises con pequeños paquetes de carbón. Hacia la vereda los Micos afloran bancos de areniscas muy
deleznables, con coloraciones blanco grisáceas y pardo amarillentas, pertenecientes al Miembro
superior.

Esta unidad es correlacionable con el Terciario Carbonífero descrito por Grosse (1926) y redefinida
por González (1978), como Formación Amagá, según la nomenclatura de este autor las rocas que
afloran en el área de estudio corresponden a los miembro medio y superior de la Formación Amagá,
datadas como Oligoceno Superior-Mioceno Superior por Van der Hammen (1958).

Complejo Quebradagrande (Kv). Esta unidad litológica aflora al este de la zona de estudio y en la
carretera Titiribí-El Balsal, en una franja Norte-Sur limitada por la Falla Sabanalarga, que la pone en
contacto con la Formación Amagá, y algunos cuerpos intrusivos hipoabisales de composición diorítica.

Se caracteriza por tener rocas volcánicas de color verdoso, masivas, muy compactas, por ello muy
resistentes a los procesos erosivos; la resistencia a la meteorización de las rocas se refleja en
geomorfología abrupta, escarpada y contrastante.

A escala de afloramientos, las rocas se presentan bastante trituradas, este fracturamiento acelera, de
cierto modo, su proceso de meteorización, indicado por coloraciones rojizas debido a la alteración de
los minerales ferrosos. Esta unidad es utilizada como material de afirmado para carreteras.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 28

El perfil de meteorización de esta unidad litológica es superficial poco evolucionado, de colores rojizos
y grises en condiciones de alta humedad, no hay formación de horizonte B, así que el perfil se
compone de horizonte A suprayaciendo el horizonte C.

Regionalmente, se correlaciona con la Formación Quebradagrande descrita por Botero (1963), de


edad Cretácea; es denominado actualmente Complejo Quebradagrande por Maya y González, (1995).

Pórfidos andesíticos del Palmichal, Morro Redondo y El Corcovado (Tpa). Estas unidades litológicas
afloran en los cerros del mismo nombre; por su tamaño pueden estar asociados a Lacolitos como lo
sugiere Grosse, (1926).

Pórfido de Morro Redondo: Está constituido por rocas volcánicas porfídicas de composición
andesítica, con abundantes fenocristales de Hornblenda y Plagioclasa inmersos en una matriz de color
gris. Está afectado tectónicamente por la falla Sabanalarga, que ha producido intenso diaclasamiento
en el macizo rocoso. Los bloques generados por dicho diaclasamiento y la meteorización, al rodar por
la vertiente y acumularse en las zonas de pendiente baja, han formado hacia el sector del Balsal y la
Floresta grandes depósitos de bloques reconocidos localmente como “organales”.

Pórfido del Palmichal: Al igual que Morro Redondo, esta conformado por pórfidos de composición
andesítica. Sin embargo se encuentra bastante meteorizado generando suelos arcillosos de coloración
grisácea.

Ambos cuerpos rocosos están asociados a las intrusiones neoterciarias correspondiente a cuellos
volcánicos, silos y diques, que afectan a la Formación Amagá, como producto de la última etapa del
vulcanismo de la Formación Combia. Estos pórfidos desarrollan un perfil de meteorización residual
constituido por saprolito de color rojizo y amarillento, textura arcillo–arenosa, recubierto por una capa
de suelo orgánico de hasta 30 cm de espesor en las cimas de los cerros.

Pórfido del Corcovado. El accidente orográfico que forma, corresponde a un cuello volcánico
asociado a la Formación Combia, de composición Andesítica. En las partes altas se presenta en
formas escarpadas, que exhiben un patrón de diaclasamiento denso; de los escarpes se desprenden
eventualmente gran cantidad de bloques de tamaño métrico. En algunos sectores se presentan
perfiles totalmente meteorizados generando suelos residuales de color amarillo rojizo, y en otros
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 29

sectores se pueden observar núcleos de roca fresca rodeados del saprolito de la misma roca, en una
compleja relación, se encuentran recubiertos por depósitos de vertiente.

Depósitos Cuaternarios Indiferenciados (Qc). Este tipo de depósitos se encuentran cubriendo las
unidades anteriormente descritas en forma de coluviones, flujos de escombros y depósitos de bloques
o derrubios.

Se generan en el contacto entre las formaciones Amagá y Quebradagrande y la vertientes escarpadas


los cuerpos porfídicos, debido al intenso fracturamiento que presentan las unidades litológicas por
efecto de la falla Sabanalarga. Sobre el talud de la carretera El Balsal - Lara, se observan depósitos
de escombros ricos en rocas angulosas pertenecientes al Complejo Quebradagrande. Localmente se
evidencian bloques rodados de gran tamaño.

Hacia el borde Norte del cerro el Corcovando (sector de Monte Redondo) aflora un gran depósito de
vertiente elongado en sentido Norte, que cubre el contacto entre el Pórfido Andesítico y los
sedimentos de la Formación Amagá. Está conformado por bloques de pórfido andesítico con diámetros
entre 0.5 m y 5 m, y que varían de subredondeados a angulosos, embebidos en una matriz arcillosa
de color amarilla a rojiza. También hay depósitos de derrubios en la base de El Corcovado hacia la
parte alta de la vereda Los Micos, donde los bloques son de tamaño métrico, angulosos y cubren una
amplia zona tanto en sentido transversal como longitudinal de la vertiente. Un gran flujo de escombros
y lodo ocupa el valle de la Quebrada Los micos en sectores de la Hacienda El Bosque conformando
los denominados organales del Patudo y Cajones.

Foto No. 6.
Afloramiento del pórfido del
Corcovado, parte baja, hacia la
hacienda El Bosque
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 30

Procesos morfodinámicos
Por las condiciones y características geológicas y geomorfológicas del área de estudio, y de acuerdo
con lo observado en campo, los procesos morfodinámicos que inciden en la estabilidad del suelo y
formación de los organales, están relacionados con la dinámica del agua tanto superficial como
subsuperficial, los principales procesos corresponden a movimientos en masa, caída de bloques de
roca y reptación.

Dinámica del agua. La acción del agua está relacionada principalmente a los flujos subterráneos y a
la escorrentía superficial. Los flujos subterráneos son debidos al agua que se infiltra en las partes
altas de las laderas y que se encarga de mantener total o parcialmente saturado el terreno. En cuanto
al agua superficial, la dinámica está determinada por el uso actual del suelo, la pendiente y el
sobrepastoreo factores que dinamizan la erosión.

Movimientos en masa. Estos procesos erosivos están asociados a la pendiente del terreno, al estado
actual de la roca-suelo y al grado de saturación presente, actúan combinadamente para la ocurrencia
de desgarres, flujos de lodo y deslizamientos rotacionales.

Caída de rocas. Proceso con una actividad actualmente baja pero que en épocas pasadas tuvo gran
importancia en la zona de estudio, factor que está evidenciado por la ocurrencia de gran cantidad de
bloques rocosos en superficie. Dichos bloques son de rocas porfídicas y rocas diabásicas, angulosos,
semifrescos y con tamaños por lo general mayores a 0.5 m de diámetro, llegando a alcanzar hasta 3.5
- 4.0 m. Su grado de empotramiento en el terreno es variable, presentándose desde totalmente sueltos
hasta por completo enterrados en la vertiente. Este proceso ha ocurrido en las partes escarpadas y de
alta pendiente por acción de la gravedad y el fracturamiento de las rocas aflorantes.

Reptación. Este fenómeno erosivo corresponde al movimiento lento y continuo de la parte más
superficial del suelo, generando una superficie irregular en el terreno el cual adopta formas
escalonadas. Su dinámica se debe a la sobresaturación del saprolito en sectores de pendientes
medias donde la gravedad no induce el desplazamiento rápido de la masa de tierra involucrada.

Flujos de lodos y/o escombros. Son depósitos de vertiente caracterizados porque sus agentes
dinamizantes principales son la gravedad por alta pendiente del terreno y la sobresaturación en agua,
si bien es cierto que para su ocurrencia deben coincidir aspectos como pendientes críticas,
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 31

condiciones de humedad determinadas y eventualmente acciones detonantes como sismos; el hecho


innegable es que la gravedad actúa como fuerza indispensable para la formación de estos depósitos.

Dentro de este grupo se ha acordado diferenciar, según la proporción matriz / bloques, aquellos que
podrían llamarse “flujos de lodos”, de los denominados “flujos de escombros”. En los primeros existe
un marcado predominio de la matriz, generalmente de suelo fino granular, entre los bloques de roca
en ella embebidos; mientras que para los segundos la situación es completamente opuesta. En la
carretera que conduce hacia la Hacienda La Lara, se pueden distinguir al menos tres eventos de flujo
de lodos, aunque en algunos sectores parece predominar la fracción gruesa.

Depósitos de derrubios. Estos depósitos son el producto de inestabilidad de macizos rocosos que se
encuentran altamente fracturados o diaclasados, detonados en algunas ocasiones por movimientos
telúricos, aguaceros torrenciales y la gravedad, entre otros; son producto estricto de la caída de rocas.

Foto No.7.
Sitio Viejo.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 32

Los organales de Titiribí

“Los organales del Bosque, la Floresta y el Balsal (...) son ricas estaciones arqueológicas, de donde
hemos extraído más de 10000 fragmentos que se encuentran en proceso de estudio, además de
cerámicas completas y elementos líticos” (Arcila, 1969: 17).

Con la descripción de los “organales” de Titiribí, ubicados en los sectores ‘La Floresta’, ‘El Balsal’ y ‘El
Bosque’, buscamos precisarlos como fenómenos naturales, como base a partir de la cual pretendemos
desarrollar un trabajo de análisis en torno a las evidencias culturales allí encontradas. La fuente y
origen de los materiales rocosos que conforman los organales se estableció a partir del análisis
geomorfológico del relieve, la caracterización de las formas de los bloques de roca y la alteración de
sus superficies, la ubicación espacial, la identificación de procesos de erosión, entre otros factores de
orden morfogenético.

Hasta donde ha sido posible establecer, los organales en el municipio de Titiribí son el resultado de
procesos morfodinámicos cuya ocurrencia esta condicionada por la conjugación de factores
litológicos, estructurales, geomorfológicos y erosivos que en conjunto actuaron para formar depósitos
de vertiente de tipo flujos de escombros, combinados con acumulaciones de derrubios. La caída de
rocas y posteriores procesos de lavado y reacomodamientos, inducidos por acción de escorrentías,
han posibilitado la ocurrencia de grandes deslizamientos que modelaron el paisaje y formaron las
acumulaciones de roca que forman lo que en la región se denomina como “organales” u “organeras”.

Los organales estudiados se encuentran localizados en “... las faldas y depresiones de las colinas que
dan hacia la vertiente izquierda del riachuelo Amagá y sobre la margen derecha del río Cauca.”
(Arcila, 1969:18); separados entre sí por una distancia de aproximadamente 21 kilómetros por
carretera o 10 kilómetros tomados en línea recta sobre el mapa. Cada organal posee diferencias en
cuanto a la forma, génesis, distribución espacial, configuración interna, tamaño de bloques y
espesor. 13

13 Comparados con los organales de El Bosque, los organales de La Floresta y el Balsal, presentan no sólo pendientes fuertes sino

espacios interticiales son en general mucho más estrechos.


Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 33

La idea de un evento súbito como un sismo,


que haya servido como detonante para la
ocurrencia de los factores que originaron la
formación de estos organales no es muy
factible, ya que de acuerdo con las
evidencias de campo, no se observaron en
la zona deslizamientos cosísmicos, que
pudieran relacionarse temporalmente con la
formación de los organales.

Foto No. 8. Interior del organal Patudo,


hacienda El Bosque.

Al interior de los organales se desarrolla una alta dinámica erosiva que ocasiona reacomodamientos,
inducidos por dinámicas internas de fracturamiento de los bloques de rocas, lo cual ocasiona la
reducción paulatina del tamaño de los bloques y de los espacios vacíos intersticiales. Entre los
procesos erosivos observados están: la separación en capas por meteorización esferoidal,
desprendimientos rocosos en caras expuestas a la acción de la gravedad donde actúa la exfoliación
por dilatación de la superficie de los bloques de roca, la acción hídrica concentrada y ocasional que
produce el lavado y arrastre de elementos finos y la acción biológica asociada con el crecimiento de
flora y la descomposición de biomasa.

Sobre el tipo de vegetación y de animales que se encuentran asociados a los organales, Graciliano
Arcila realizó una observación interesante:

“Una de las características más importantes al interior del organal es la casi total
ausencia de vida vegetal y animal dentro de él, pues ni aun insectos es fácil encontrar;
en todos los sitios interiores una intensa sequedad como es natural, puesto que la
corriente de agua se perderá a través del piso poroso y grietas interminables”. (Arcila,
1969: 24).
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 34

Es de aclarar que esta observación es valida para los espacios intersticiales, más no para el entorno
creado alrededor de las rocas, el cual es rico en vegetación arbórea, arbustiva y rastrera, además de
musgos, líquenes y lianas, y en animales tales como pájaros, insectos, batracios y caracoles; además
anotamos que muy seguramente Graciliano realizó su observación durante la estación seca, de
nuestra experiencia durante el invierno, podemos añadir, que en los espacios interiores más amplios
se encuentran murciélagos y en los más abiertos y externos encontramos abundantes caracoles y que
sólo en una ocasión encontramos huellas de lo que pudiera ser una madriguera.

Organales de La Floresta y El Balsal

Foto No.9. A la izquierda la línea prolongada de vegetación, señala el organal El Balsal; a la derecha
el organal La Floresta, igualmente cubierto de vegetación. Visual desde el cerro El palmichal.

Una vez localizados los organales, se optó por comenzar con los denominados organales de La
Floresta y El Balsal; ubicados a aproximadamente 8 kilómetros de la desembocadura del río Amaga en
el río Cauca, en la divisoria de aguas formada por las quebradas El Balsal y la Floresta. Desde la
cabecera Municipal se recorren aproximadamente 12 km hacia el Occidente, por la carretera sin
pavimentar que conduce hacia el caserío de Otra Mina, la vereda La Falda del Cauca, la Hacienda
Rodas, la hacienda El Balsal y finalmente La Floresta.

Sobre estos organales específicamente, el profesor Arcila, (1969) ofrece menos información y los
habitantes del municipio dicen no conocerlos y no han oído hablar de ellos, y quienes los conocen
afirman que son “muy pobres” y alertan sobre la perdida de tiempo que significa investigar allí, ya que
“no hay nada”.
Nuestro guía y ayudante de campo, el señor Héctor Ochoa, vive en la zona inmediata a los organales,
desde hace 17 años, y aunque permanentemente los atraviesa por su parte media para acortar camino
rumbo a su trabajo, no conocía información sobre la potencialidad arqueológica de estos sitios y
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 35

afirma que no a oído hablar de ellos y no cree que éstos sean visitados por niños o por adultos de la
zona.

De acuerdo con la observación realizada en campo, se plantea a nivel hipotético que la formación de
los organales de La Floresta y El Balsal, se origina en la meteorización in situ del Pórfido de Morro
Redondo, intensificada por la acción del agua sobre las superficies de debilidad o diaclasamiento
existentes en el macizo rocoso, debido a la acción de la Falla de Sabanalarga. Posteriormente la
ocurrencia de deslizamientos expusieron las rocas, que luego por la acción de la gravedad se
desprendieron y se acumularon en zonas de baja pendiente, dispuestas en dos depresiones del
terreno, una hacia la quebrada la Floresta y otra en la vertiente norte hacia la quebrada El Arrayanal.

Organal La Floresta. Tiene un área aproximada de 34.700 m² calculada a partir de vértices


coordenados en X1 1.163.300, Y1 1.137.340; X2 1.163.275, Y 2 1.137.605; X 3 1.163.160, Y3 1.137.600
X 4 1.163.120; Y 4 1.137.340; presenta una forma ovalada, orienta en sentido Este-Oeste, en planta
tiene una longitud de 350 m y ancho variable de 190 m en su parte alta y de 260 m en la parte baja y
una variación altitudinal de unos 30 m entre la zona baja y la parte alta, así mismo los espesores del
depósito varían: en la parte superior 11 m, 15 m en la zona central y aproximadamente 7 m en la parte
baja. Esta cubierto por vegetación arbórea espaciada y exuberante vegetación rastrera y trepadora.

Los espacios intersticiales desarrollados en el interior del organal son gobernados por la pendiente y
el tamaño de los bloques, su disposición es errática y generan pocos espacios intersticiales grandes.
Según las características de forma, dimensión, tamaño de bloques y ubicación espacial, para efectos
del registro, se diferenciaron tres sectores que se describen a continuación:

Sector alto. Representa la parte inicial del depósito de vertiente, es la zona más estrecha del organal,
tiente 120 m de largo por unos 90 m a 170 m de ancho. El depósito cuenta con una acumulación de
bloques de roca de tamaños entre 1 m y 2 m de diámetro, muy angulosos, los espacios intersticiales
en su interior aumentan en tamaño y frecuencia en dirección de la pendiente hacia zona media. En
esta zona el depósito tiene unos 11 m de espesor, se ubica entre los 1.140 y 1.150 msnm tiene una
pendiente empinada que se incrementa por la cercanía al escarpe que marca su límite oriental.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 36

Foto No. 10.


Organal La Floresta sector alto.

Sector medio. Correspondiente a la parte más amplia y espaciosa tanto en planta como en el interior
del organal, tiene una longitud que varía entre 80 m y 160 m y un ancho que varía entre 200 m y 260
m, se ubica entre los 1.120 y 1.140 msnm, esta conformado por bloques semiangulosos, tamaño
métrico con diámetros que van desde 1 m hasta 4 y 5 m; el depósito tiene en este sector unos 15 m de
espesor, se exploró hasta una profundidad de unos 6 m por espacios ínter bloques.

Foto No. 11.


Organal La floresta, sector medio

Sector bajo. Corresponde a la parte terminal de depósito de vertiente, se ubica entre los 1.110 y los
1.120 msnm, está formada por bloques de tamaños que alcanzan los 2 m de diámetro, por ello los
espacios vacíos intersticiales son reducidos, los espacios comunicados entre sí son pocos y no
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 37

permiten el desplazamiento de personas; el espesor del depósito no excede los 7 m. En el interior del
depósito hay una alta humedad producto del permanente discurrir de aguas, debido a la baja
pendiente del sustrato.

Organal El Balsal. Arcila, no ofrece detalles sobre los organales del Balsal, pero hace mención de
información relacionada con esta zona:

“En el Balsal de los Echeverri, potrero Buenavista, paraje que antaño fuera ocupado por
los indios llamados Pobres, los señores José Pablo Toro y Luis Arboleda, sacaron oro de
los sepulcros indígenas que fue vendido a don Indalecio Flórez T. Las Ollas sacadas por
ellos sirvieron por mucho tiempo de tinajas en casa de José Pablo, propietario de la
Hacienda en donde fueron excavadas las guacas” (Arcila, 1969:19).

Este organal tiene forma alargada en planta en sentido Sur-Norte, con un área de aproximadamente
58.000 m², definida a partir de vértices coordenados: en X 1 1.164.210, Y1 1.137.480; X2 1.164.240, Y 2
1.137.610; X 3 1.163.660, Y3 1.137.825 X4 1.163.640; Y 4 1.137.710. Las relaciones espaciales entre las
geoformas naturales asociadas, sugiere que su génesis corresponde a un flujo de escombros, como
factor principal, que se desplazó por un antiguo cauce, ello condicionó las características morfológicas
del depósito, que luego fue modelado por el flujo de aguas permanentes que lavaron la matriz del
flujo, formando espacios intersticiales. Es muy probable que el desprendimiento de los bloques
procedentes del Pórfido de Morro Redondo, se hayan encausado por el drenaje que actualmente corre
debajo de los bloques.

Para efectos descriptivos, se establecieron dos sectores que se detallan a continuación:

Sector alto. Se halla en el extremo más alto del organal, limitando en la parte norte por la vía a Titiribí,
se ubica en la base del escarpe erosivo de donde se desprendieron los bloques de roca que lo
constituyen: bloques de pórfido andesítico angulosos, de tamaños métricos de hasta 4m de diámetro,
predominado los tamaños entre 1 y 2 m. Se ubica entre los 1.160 y 1.180 msnm, con pendiente
abrupta, mide aproximadamente 200 m de largo por 90 m de ancho.

Sector bajo. Comprende aproximadamente el 70% del área total del organal, se ubica entre los 1.120
y 1.160 msnm, y tiene aproximadamente 420 m de longitud, por 70 metros en su pare más estrecha y
130 metros en su parte más ancha. Posee una pendiente suave en el extremo sur que se incrementa
hacia el norte, los tamaños de los bloques de roca oscilan entre 2 m y 6 m de diámetro con formas
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 38

subangulosas, el depósito alcanza unos 8 m a 12 m de espesor. La base de este organal esta cruzada
por una caudalosa corriente de agua permanente.

Foto No. 12. Interior del organal


El Balsal, sector bajo.

Foto No. 13
Organal El Balsal, sector bajo

Finalmente anotamos como un elemento significativo, la existencia de un muy corto tramo de camino
empedrado, cuatro metros aproximadamente, que hacia el occidente y en la media ladera bordea el
organal La Floresta; al preguntar a nuestro guía sobre él, lo identifica perfectamente bien y comenta
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 39

que conoció otros tramos de este empedrado hacia abajo pero no hacia arriba y aunque él nunca lo
vio usar ni a oído hablar sobre él o sus constructores, afirma que lo hicieron para subir caña de azúcar
hasta el trapiche que existía más arriba. 14 A pesar de los esfuerzos hechos para localizar otros tramos
de este camino y conocer su orientación, ello no fue posible.

Organales de El Bosque

“En el organal del Bosque a que nos referimos se han encontrado no sólo fragmentos,
sino también ceramios completos colocados en repisas y alacenas” Arcila, 1969:

Los organales denominados por los trabajadores de la hacienda como Patudo y Cajones, se
encuentran localizados en la vereda Los Micos, hacienda El Bosque, al Este del casco urbano del
municipio de Titiribí. El conjunto formado por los organales en esta zona tiene un área total
aproximada de 240.000 m².

Foto No. 14.


La concentración de vegetación en el plano medio de la foto, señala la ubicación del organal Patudo,
hacienda El Bosque

Sobre su origen, se plantea como hipótesis que se inicia con la formación de un profundo perfil de
meteorización “in situ” del Pórfido de El Corcovado y Monte Redondo. El proceso de alteración físico
química de la roca ocurrió de manera diferencial, formándose grandes bloques de roca sin
descomponerse que quedaron embebidos en el perfil o matriz de suelo, este proceso de formación del
suelo residual del pórfido, proporcionó los lodos y rocas que se desplazaron por la empinada vertiente
y que alcanzaron partes muy alejadas, en relación con el origen del deslizamiento, llegando hasta las
zonas bajas donde el relieve suave, permitió su depositación sobre la Formación Amagá. Este

14
En los reportes de la visita de Herrera y Campuzano (1616), son fecuentes las referencias a cultivos de “cañas”
relacionadas tanto con Titiríbí como con el resto del Departamento. A.H.N. Visitas Antioquia, tomos I, II y III.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 40

mecanismo de transporte, formó depósitos de vertiente de tipo flujo de escombros, cuya particularidad
es que al finalizar su caída, carecen de matriz o material granular fino.

En la parte alta del organal denominado Cajones, 15 aflora el Pórfido Andesítico, con una dinámica
erosiva intensa debida al diaclasamiento y fracturamiento de las rocas que posteriormente caen a
través de la alta pendiente; este proceso erosivo forma depósitos de derrubios por acumulación de
bloques de rocas con superficies angulosas, que se superponen en la base del escarpe y conforman el
sector bajo del organal en el sector denominado Cajones, los bloques de roca desprendidos del
escarpe tienen poco desplazamiento y son de granulometría variada.

Tal y como lo refiere el investigador Graciliano Arcila:

“El Bosque es el nombre que se da a una hacienda de este municipio de Titiribí, situada
en el corregimiento de la Albania, entre la quebrada de este mismo nombre, el riachuelo
Amagá y el Alto de Monterredondo. La localidad se presenta en declive más bien rápido
hacia el riachuelo antes citado. Estos terrenos forman una estribación de la colina de Los
Micos ... Topográficamente los organales de esta hacienda se dividen en dos grupos: el
del Patudo y el de Cajones. De éstos han sacado los guaqueros, desde tiempo atrás,
cerámicas y fragmentos. Nosotros los descubrimos arqueológicamente, y en dos
ocasiones sacamos de ellos algunos miles de fragmentos ... ,(Arcila, 1969: 24 – 25).

Los organales Patudo y Cajones, presentan características diferentes en su proceso de formación, por
ello se describen por separado.

Organal Patudo. Con un área de aproximadamente 58.000 m² definida a partir de vértices


coordenados en: X 1 1.164.570, Y 1 1.146.300; X 2 1.164.420, Y2 1.146.450; X 3 1.164.250, Y3 1.146.265
X 4 1.164.350; Y 4 1.146.030, presenta una forma elíptica, orientada en sentido Suroeste-Noreste, en
planta tiene una longitud de 300 m de largo x 180 m de ancho; con una variación altitudinal de unos 80
m aproximadamente, entre los sectores alto y bajo; el espesor del depósito varía dependiendo de cada
zona, se estima que para el sector alto alcanza los 10 m y 15 m para el sector bajo.

Según la génesis de formación y su ubicación espacial del organal, se definieron tres sectores para su
mejor descripción:

15 Vertiente media del pórfido de Monte Redondo.


Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 41

Sector alto. Compuesta por bloques de rocas subredondeados, constituye la parte sur del depósito,
tiene unos 80 m de largo y unos 160 m de ancho, los bloques de roca que lo constituyen tienen entre
2 m y 6 m de diámetro, están alojados en un sector con pendiente moderada; el depósito de vertiente
posee un espesor aproximado de unos 7 m, se ubica entre los 1.260 y 1.300 msnm.

Sector medio. La constituye un escarpe erosivo donde aflora la roca in situ muy fracturada, es allí
donde ocurren los desprendimientos y caída de rocas que forman el depósito del organal en la parte
baja; el escarpe está recubierto sectorialmente por algunos pequeños bloques de rocas. Se ubica
entre los 1.230 y 1.260 msnm, tiene unos 40 m de largo y 220 m de ancho.

Sector bajo. Corresponde al depósito de derrubios conformado por bloques de roca angulosos que
provenientes de la parte media del organal, alcanzando un espesor de unos 15 m, los espacios
intersticiales son amplios y permiten el desplazamiento de personas por ellos y por los espacios ínter
bloques. Hay una dinámica erosiva la interior de este sector inducida por fraccionamiento de bloques
de roca y erosión concentrada por el discurrir de aguas concentradas de escorrentía.

Foto No. 15.


Organal Patudo, hacienda El Bosque,
Sector bajo

Organal Cajones. Con un área de aproximadamente 175.600 m², definida a partir de vértices
coordenados en: X 1 1.164.175, Y 1 1.146.230; X 2 1.164.240, Y2 1.146.510; X 3 1.163.465, Y3 1.146.780
X 4 1.163.335; Y 4 1.146.510; se ubica en la base de un gran escarpe erosivo, donde ocurre el cambio
litológico que posibilita la depositasión del material rocoso que se desprende del escarpe. Su forma es
irregular, alargada en sentido Sur-Noroeste, posee unos 800 m de largo y tiene un ancho variable
entre 60 m y 200 m.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 42

Considerando el tamaño de las rocas que forman este organal y los espacios interticiales que forman
al superponerse, creemos que Arcila, se refería a este organal al hacer la siguiente descripción:

“Entre las oquedades quedan a veces recintos que los guaqueros llaman salones, en
donde se puede estar de pies. Es de observar que sobre el piso y en las grietas se
encuentran fragmentos rara vez una cerámica entera. Igualmente en las cornizas que
forman las lajas sobresalientes en las techumbres de los salones se encuentran también
fragmentos y por excepción algún ceramio completo. ... (Arcila, 1969: 25).

De acuerdo con la distribución espacial, tamaño, forma y génesis de los bloques de roca, para
efectos del registro se dividió en cuatro sectores:

Sector Occidental. Formada por bloques de rocas que alcanzan dimensiones de hasta 6m de
diámetro. Este sector tiene una forma cuadrada de 200 m de lado que se ubica entre los 1.230 y 1.300
msnm, el depósito tiene un espesor de unos 10 a 15 m sobre una pendiente suave que se torna
abrupta hacia el extremo Sur. Presenta además una dinámica erosiva alta por acción de aguas de
escorrentía al interior del depósito y la acción biológica de vegetación arbórea y arbustiva densa.

Sector Central. Está constituida por flujos de escombros con bloques de rocas subredondeados; los
depósitos se diferencian por el tipo de material que los constituye, la forma de los bloques de rocas y
las relaciones espaciales entre ellos. Posee forma cuadrada de 200 m de lado aproximadamente, y se
encuentra cubierto por densa vegetación trepadora y arbustiva. Los espacios entre los bloques son
relativamente amplios, cubren una amplia zona de poca profundidad. El depósito alcanza los 15 m de
espesor y está compuesto por bloques de rocas cuya dimensión puede ser hasta de 10 m de diámetro.
Se ubica entre los 1.230 y 1.300 msnm, la pendiente es moderada y la dinámica erosiva interior es
intensa por la acción permanente de aguas concentradas y de escorrentía.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 43

Foto No. 16.


Interior del organal
Cajones, sector central.

En este sector, se realizaron 4 barrenos y 2 pozos de sondeo, los pozos de sondeo se realizaron al
interior del organal, de ellos, uno sobre un inmenso bloque de roca y cuya acumulación puntual de
suelo orgánico, alcanzó una profundidad de 80 centímetros. En la parte inmediatamente exterior al
organal, se realizo 1 barreno con los siguientes resultados: 16

Estratigrafía al exterior:

Horizonte A: de 0 a 4 cm de profundidad, consiste en una acumulación suelta de materia


orgánica (raíces y hojas) proveniente de la vegetación que crece sobre las rocas.
Horizonte B: de 4 a cm de profundidad, se trata de un suelo compacto, de color pardo,
textura limo arcillosa, producto de la descomposición de materia orgánica.

Horizonte de transición BC: de a cm de profundidad, su textura limo arcillosa aunque a


mayor profundidad se torna arenoso; se encuentra muy húmedo, su color es gris con
coloraciones amarillas en bandas, originadas en el proceso de sedimentación.

Horizonte C: a parir de 90 cm de profundidad, se encuentra el saprolito de características


porfídicas, abigarrado, mostrando descomposición incompleta de los minerales que lo
conforman. Aparece el nivel freático a 125 cm de profundidad.

16 Es necesario enfatizar en la dificultad de establecer estratigrafías al interior de los organales, debido a la inexistencia de pisos o

superficies propicias para la depositación de materia orgánica, la cual si bien cae permanentemente proveniente de las partes altas
anexas a los organales y de su propia cobertura vegetal, también se filtra y se pierde arrastrada por la filtración de aguas lluvias que
penetran por los intersticios y fisuras dejados por la acomodación errática de las rocas, y por la existencia de corrientes de agua
permanentes y en ocasiones caudalosas que los atraviesan.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 44

Estratigrafía al interior:

Horizonte A0: de 0 a 4 cm de profundidad, consiste en una acumulación suelta de materia


orgánica (raíces y hojas) proveniente de la vegetación que crece sobre las rocas.

Horizonte A1: de 4 a 30 cm de profundidad, suelo de color 5 YR 2.5/1 (black), de textura


arenosa, con alto contenido de materia orgánica, lombrices y raíces.

Horizonte A2: de 30 a 50 cm de profundidad, suelo bioturbado con presencia de semillas, su


color es similar al anterior, aunque presenta menor cantidad de materia orgánica. Su textura
se torna un poco arcillosa. Se encuentran fragmentos de material cerámico y abundantes
bloques de roca.

Horizonte A3: a partir de 50 cm de profundidad, de color 7.5 YR 3/1 (very dark gray), 7.5 YR
3/2 (dark brown) de textura arcillosa, plástico y muy compacto. Aparece a los 54 cm de
profundidad, una concha de caracol en muy buen estado de conservación. La aparición de
grandes bloques de roca obligan a suspender la excavación.

Foto No. 17.


Organal Cajones, sector central.
Punto de donde proviene la
información estratigráfica. l

Sector Oriental. Corresponde a la continuidad de los mismos procesos erosivos y génesis de


formación y cualidades espaciales de la zona central; esta zona no pudo ser explorada en detalle
debido a la espesa vegetación que creció sobre las rocas que hizo prácticamente imposible el acceso
a esta parte del organal. Tiene una forma irregular con unos 400 m de largo y entre 100 y 200 m de
ancho, se ubica entre los 1.200 y 1.340 msnm.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 45

Sector norte. Se puede considerar como una extensión aislada de la zona central, sin embargo está
constituido exclusivamente por un depósito de flujo de escombros que se halla en proceso de
modelado y conformación y cuyo estado evolutivo, no ha formado espacios intersticiales entre los
bloques de roca. Tiene una forma alargada en sentido Este-Oeste, ocupa la parte central del lecho de
un cuerpo de agua. Se ubica entre los 1.140 y lo 1.170 msnm, sobre una pendiente suave sin
sobrepasar los 6m de profundidad. Sus dimensiones son de 200 m de largo por 80 m de ancho,
aproximadamente.

En la búsqueda de los organales, se había mencionado un lugar llamado “Patio Bonito”, que al parecer
corresponde a un espacio de potreros donde estos se encuentran. Para llegar a este lugar, la
indicación fue regresar un poco por la carretera destapada que une la hacienda con la carretera
principal y tomar un camino que se encontraría a mano izquierda, dar con este, fue sorpresa que se
tratara también de un camino empedrado que cruza bordeando los organales.

Foto No. 18.


Camino empedrado que bordea los organales del Bosque. La banca empedrada tiene un ancho
constante entre 90 cm. y 100 cm, presenta obras de drenaje que desvían la escorrentía. En el
recorrido se verifican tramos bien conservados al igual que otros donde el empedrado esta destruido.

Es particularmente interesante, observar a lo largo de este camino un fenómeno de superposición,


evidencia de diferentes momentos en el uso del camino, que genera un trazado sobre el terreno con
aspecto de ‘trenza’: en varios tramos, el empedrado se encuentra cubierto y oculto por vegetación
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 46

baja y a su lado, siguiendo el mismo recorrido, lo acompañan senderos no empedrados que denudan
un suelo de color rojizo-naranja (‘bermejo’). Así mismo, es posible observar elementos en su trazado,
que llaman la atención sobre la pericia y cuidado empleado por sus constructores, así por ejemplo, a
la altura del organal Patudo, el trazo empedrado del camino gira en forma de S para superar una
irregularidad del terreno, mientras que el sendero sin piedra preferido en la actualidad se separa de
este, superando la misma irregularidad en línea recta sin realizar ningún rodeo.

Foto No 19.
Camino que bordea los organales del Bosque, en
este punto comienza a salir del sector de los
organales orientándose hacia el oriente, rumbo a
La Albania.

Durante la prospección, el trabajo se concentró en seguir el camino y revisar sus contextos. Hasta
donde se recorrió (aproximadamente 3 km), este mantiene su banca empedrada, excepto en algunos
puntos donde se encuentra destruido por fenómenos de erosión del suelo o por acción humana
directa. A lo largo del recorrido se observaron alteraciones del terreno que pueden corresponder a
terrazas de habitación. El camino sigue la topografía de tal manera que su trayecto abandona el cañón
del río Amagá, girando para orientarse hacía el corregimiento La Albania. Nuestro guía nos informa
que el camino que pasa por el organal es viejo y que muy seguramente lo construyeron los anteriores
dueños de la hacienda para transportar caña.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 47

Fotos Nos. 20, 21 y 22.


Detalles sobre el camino que desde
los organales del Bosque, conduce
hasta La Albania. A la altura de este
corregimiento, el camino presenta
varias derivaciones, una de ellas
empalmaría con el que se conoce
como “Camino Municipal”, véase
foto de abajo a la izquierda, este
tramo del camino, aunque corto, -
aproximadamente 40 metros-, se
encuentra particularmente bien
conservado y en el no se observan
huellas de reparaciones recientes.

Es importante anotar la existencia de otro camino empedrado que desde la actual vía que comunica la
mina de Las Margaritas con la carretera que conduce a Titiribí, baja prácticamente en línea recta
hasta el caserío de los trabajadores de la hacienda, en un trayecto de aproximadamente 600 metros.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 48

A diferencia del anterior, en la realización de este camino, se utilizaron exclusivamente cantos


rodados sacados de la quebrada inmediata, siendo notable la dificultad que significa transitar sobre
superficies redondeadas y en ocasiones mal encajadas. Por información de los habitantes del caserío,
deducimos que este camino pudo haberse construido hace más de 40 años.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 49

Las pruebas

Lo que podría considerarse como las “pruebas” de actividad humana antigua, tanto al interior como al
exterior de los organales, ha sido hasta el momento la cerámica y los instrumentos líticos; nosotros, a
partir de los elementos arqueológicos, etnográficos, geográficos y documentales, colectados durante
la investigación, pretendemos evidenciar una rica e intensa actividad antrópica, en un área que hasta
donde sabemos, podría extenderse desde Venecia hasta más allá de Santafé de Antioquia, 17 antiguo
territorio en el que incidieron los denominados “Titiribies y Sinifanaes”, en un lapso de tiempo de por lo
menos 2.000 años.

Los organales

En este punto del trabajo, creemos tener los elementos necesarios para comenzar a pensar en la
manera como los organales fueron utilizados y ahondar en ellos como sitios de actividad humana
antigua. Al respecto Arcila, 1969, expone varias ideas:

“... Son aspectos que llenan de satisfacción al investigador cuando después de varias
horas ha logrado salir a la luz del día con buena cantidad de objetos arqueológicos,
prueba inequívoca de la habitabilidad prehistórica de aquellas oquedades que antaño
fueron habitáculos, refugios o santuarios de pobladores precolombinos.” (Arcila, 1969:
24).

De estas ideas es interesante anotar que este investigador insiste en atribuir un carácter de vivienda a
los organales, a las que además les da una temporalidad, sin insistir en las ideas de “refugios”,
“santuarios” e incluso “basurales”, también mencionadas por él:

“De acuerdo a los datos arqueológicos que poseemos y que en el respectivo turno de
publicación se analizarán parece que las últimas zonas habitadas por los indígenas a

17“La “provincia de los Titiribíes” estaba entre los río Cauca y Porce, a 16 leguas de Santafé de Antioquia. Aunque en el
documento de archivo no dice en que dirección se encontraba dicha provincia, es probable que estuviera al sureste de
Santafé y al suroeste del valle de Aburrá, donde hoy en día queda el municipio de Titiribí, a unas 16 leguas de Santafé
de Antioquia. Llama la atención que los españoles repartieron en encomiendas a los indios de la cuenca del río arriba del
Cauca, hasta Penderisco y existe una encomienda de los Titiribíes, pero no de los Sinifanaes o Senufaná, grupo
indígena que habitaba al suroeste del valle de Aburrá, en la cuenca del río Cauca, entre Santafé de Antioquia y
Caramanta mencionado por los cronistas.” (Cordoba, 2000: 60-61).
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 50

juzgar por los habitáculos estudiados fueron: Los Micos, El Retiro, Corcovado y
Sabaletas. Los organales del Bosque, La Floresta y El Balsal, cavernas naturales que
fueron utilizadas por los indígenas como vivienda. ... En estas estructuras que a groso
modo hemos descrito y que por naturaleza se han formado a costa de los agentes de
la erosión, vivió el indígena posiblemente en la última etapa cultural de preconquista y
durante la hazaña conquistadora. Su permanencia en ellas parece no haber sido de
mucha duración, pues que la perennidad del hombre en estos habitáculos careció de
muchos medios económicos y sociales” (Arcila, 1969: 17-18).

De acuerdo con las observaciones realizadas por nosotros, la utilización de los organales como
vivienda, entendida ésta como el lugar donde un núcleo familiar realiza actividades tales como
preparar los alimentos y descansar, no es posible. No sólo por lo estrecho de la inmensa mayoría de
los espacios, si no por lo irregular y errático de éstos en donde si bien los “techos” abundan, los
“pisos” son prácticamente inexistentes, además de la alta y permanente humedad que allí se registra;
por experiencia sabemos que las piedras, –aún las más grandes- no ofrecen protección ante un
aguacero y que producir o mantener fuego en las condiciones existentes, sería por decirlo menos, una
odisea. Por estas mismas razones y por la cantidad y calidad de los vestigios hallados en su interior,
la idea de “refugio”, o de escondite, tampoco nos parece plausible.

La idea de basurero apenas insinuada por Arcila, esta relacionada con la insistente pregunta que se
hace este autor acerca de porque al interior de los organales, se encuentra la cerámica fragmentada:

“Todavía es un secreto para nosotros la razón por la cual se encuentra destruida


dentro del organal toda la cerámica. Se ignora si la destrucción la hicieron los mismos
que usaron las vasijas y los idolillos, o fueron personas ajenas al grupo y a su cultura
las que hicieron tal destrucción. .... Aunque se han encontrado algunos especimenes
completos incluyendo algunas manos de mortero de piedra, se colige que
posiblemente no hayan sido los fabricantes, sino posteriores intrusos cuya finalidad
era la perturbación o la destrucción bélica. La cerámica no fue llevada entera para ser
destruida, sencillamente fue destruida después de sus servicios, tal vez por fanáticos
foráneos que lucharon contra los tabús, mitos y creencias indígenas, quizás por los
que usufructuaron el servicio y destruyeron los objetos al sentirse perseguidos. (Arcila,
1969: 25-26).
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 51

La idea de “basurero”, en su momento fue


considerada por nosotros, se trataría en todo
caso de unos lugares a donde se
depositarían materiales, a los que por alguna
razón habría que darles especial tratamiento,
incluso cuando ya no es posible utilizarlos o
mantenerlos en los espacios de actividades
cotidianas.

Si bien esta idea de “basurero” podría ser aún objeto de análisis, tanto la ubicación de los materiales
(en lugares prácticamente inaccesibles) como el hallazgo de vasijas completas, nos hace considerar
que esta idea tampoco se ajusta a las evidencias encontradas, quedándonos por explorar la idea de
que los organales constituyen espacios donde el orden de los aspectos cosmogónicos y rituales de
los antiguos habitantes de estos territorios, se funden y representan; en un lugar que en palabras de
Arcila, podríamos denominar santuario; espacio sagrado, cuya importancia y significación no estaría
articulada a la cerámica, sino a la roca.

De aquí en adelante, intentaremos exponer de manera coherente los elementos encontrados dentro y
fuera de los organales, que nos permiten sustentar esta idea.

Los líticos, la cerámica y el tiempo

Si bien establecer el tipo de sitio que pudo representar los organales, entraña una extrema dificultad,
al ser totalmente incierta la posibilidad de conocer en detalle la manera en que estos fueron utilizados
y ni siquiera la forma en que fueron colocados la cerámica y demás elementos; considerar la manera
en que éstos se hallaron, además del análisis de sus formas y tecnología, puede arrojar algunas
luces al respecto.

Tal y como lo habíamos mencionado, la cerámica y los líticos en los organales, pueden encontrarse
en “cualquier parte”, la más inaccesible o la más evidente, y a todo lo largo y ancho de ellos. Aunque
naturalmente en los lugares en que los vestigios lograron resguardarse del agua y los depredadores,
se encuentran mejor conservados, llama poderosamente la atención, el hecho de encontrar
fragmentos correspondientes a más de la mitad de las vasijas en lugares en los que no es posible
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 52

considerar factores de rodamiento para explicar su posición, este hecho nos indicaría que
necesariamente fueron colocados, incluso en algunas ocasiones, con la intención de ser protegidos
contra eventuales deslizamientos. 18

Si bien los instrumentos líticos hallados en los organales, resultan ser pocos, comparados con la
cantidad de vestigios cerámicos, los consideramos tremendamente significativos. Durante nuestra
temporada de campo en los organales, colectamos una serie de materiales líticos, correspondientes
en su mayoría a manos de moler completas o fragmentos de ellas, así como fragmentos de roca
ajenos a los organales, (cuarzos, arcillolitas rojizas, basaltos etc.) por lo que deducimos que al igual
que los artefactos, fueron llevados y dejados allí; 19 igual situación reporta Arcila, 1969: “... se han
encontrado algunos especimenes completos [de cerámica] incluyendo algunas manos de mortero de
piedra” (Ibíd. :25.), se trata de manos de moler ovoides pulidas, las cuales presentan desgaste.

Foto No. 23.


Manos de moler, procedentes del organal
La Floresta

Pero no sólo esta la presencia de fragmentos de roca o la significativa relación que pudiera
establecerse entre estos líticos y la preparación del maíz, u otro tipo de alimentos; consideramos así
mismo importante tener en cuenta la existencia de una importante industria lítica en la región; 20 Arcila,
reporta además para el municipio de Titiribí el hallazgo de “idolillos” un “cuenco” “una caja” y varias
“hachas neolíticas” (Arcila, 1969: 36-37); así mismo es notorio el énfasis puesto por Montoya y Flórez
al hacer mención de construcciones en piedra y de instrumentos líticos localizados en la zona:

“En el retiro vivía una parcialidad de la tribu de los Titiribíes, porque en los deshierbes
de los cafetales, se encontraron muchos recatones de piedra usados lo que indica que
eran bastante agricultores (Montoya y Flórez, 1922: 541).

18
Si este fuera el caso, la fractura de los materiales pudo haber sido ocasionada por la caída de trozos de roca
producidos por exfoliación.
19 Además de éstos líticos, en la parte baja del organal EL Basal, se encontraron concentrados trozos grandes de carbón

mineral, como en otros casos, es difícil afirmar o proponer con certeza que ellos fueron dejados allí intencionalmente, ya
que al ser un mineral tan abundante en la zona bien pudo haberse rodado, ... pero concentrado... en ese lugar? ...
20 A nuestro juicio, incluso señalada en la actualidad, por la profusión de caminos empedrados que hasta hace muy poco

tiempo se construían en Titiribí.


Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 53

“En la finca de la Hondura quedan muchas ruinas de cañerías de piedra o acueductos


muy bien labrados y que, sin duda, se destinaban para el regadío de la estación seca. En
el potrero llamado El Tesoro se ven grandes montones de piedra de cañería con sus
muescas para ensamblar, como las del Perú, que sin duda pertenecieron a antiguos
edificios, anfiteatros y patios enlosados; restos ruinosos de grandes albercas de piedra
para bañarse, en que todavía se ve la gradería para bajar al fondo; sillas de piedra
talladas en la roca; restos de barretones, cinceles, escoplos formones y regatones
trabajados con todo primor en piedra durísima. De estos utensilios de trabajo envió el Dr
Antonio J, Pelaez, actual propietario, varios al Dr Blanchard, de Paris quien los regalo al
Museo Etnográfico.” (ïbid.: 544).

A nuestro juicio, La cerámica hallada en los organales también fue trabajada con “todo primor”; la alta
estandarización tecnológica, la gran diversidad formal, y el alto grado de elaboración que presenta
este conjunto de vestigios cerámicos, además de sus importantes cantidades, hacen afirmar que su
producción en Titiribí, alcanzó grados de desarrollo tecnológico y artístico notables y aunque sobre
ella todo está por estudiarse, nosotros nos limitaremos aquí a enfatizar aspectos que nos parecen
relevantes en la sustentación de la hipótesis de que los organales son espacios de índole sagrada, y
en la idea de adentrarnos en los aspectos rituales que a través de ella podamos inferir. 21

Además de la ya señalada densidad de los materiales, salta a la vista un conjunto donde la hermosa
factura de la cerámica, café o café rojiza con acabados pulidos y brillantes, pastas delgadas, y sobrias
decoraciones, lo hacen claramente diferenciable. Al referirse a la cerámica de los organales, es
posible hacerlo recalcando su tremenda diversidad y relativa homogeneidad sin que esto presente
contradicción, (véase planchas 1 a 5). Diversidad en sus formas: en distintos porcentajes se presentan
vasijas globulares y subglobulares, cuencos, cuencos aquillados pandos y hondos, en forma de
corazón y romboidales, platos, botellones, bandejas, alcarrazas, figurinas antropomorfas y poporos;
aunque la popularidad parecen tenerla los cuencos, más aún los cuencos aquillados.

Diversidad en las técnicas y motivos decorativos: impresiones, incisiones, excisiones, acanalados,


pinturas, repujados y aplicaciones se combinan entre si de tal manera que es prácticamente imposible
identificar dos vasijas decoradas de la misma manera; homogeneidad en los temas: líneas, líneas
paralelas cruzadas, verticales, oblicuas; pintura roja y blanca: en bandas, en líneas, paralelas,

21Un reciente trabajo realizado por las estudiantes Liliana Gómez y Carolina Espinal, ofrece una detallada descripción de
este conjunto, asociado por ellas a una especifica unidad de producción. Gómez y Espinal, 2000.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 54

oblicuas cruzadas. Diversidad en sus bordes: redondeados, rectos, biselados, directos y planos,
evertidos y levemente evertidos, sin decoración o decorados con bandas de pintura blanca o crema en
la parte plana; evertidos directos decorados con puntos impresos, aplicaciones zoomorfas y bandas de
pintura blanca o crema; biselados exteriores levemente evertidos etc. Relativa homogeneidad en sus
tamaños: un mismo tamaño se repite con frecuencia, con una notable tendencia hacia tamaños que
pudiéramos considerar pequeños, aproximadamente el 60% de la muestra tendría diámetros entre 11
y los 30 centímetros, con alturas que no sobrepasarían los 50 centímetros, con una tendencia muy
marcada a preferir alturas entre los 12 y 25 centímetros.

Comparando con otras cerámicas de Antioquia e imbuido por la idea de que finalmente en la
antigüedad no era posible llegar a grandes destrezas o avances tecnológicos, Arcila, 1969, no
reconoce la habilidad de los alfareros Titiribíes, y atribuye su procedencia a sociedades foráneas y
tierras lejanas, 22 propone además, asociaciones con cerámicas y gentes provenientes del río
Guachiconó en la cuenca del Patía, San Agustín, 23 la región Quimbaya, en el Quindío; Nare, en la
cuenca del río Magdalena; Urrao, Santa Helena del Opón y la Costa Atlántica.

Al respecto nosotros sólo pudimos corroborar la información sobre la cerámica del Patía y de San
Agustín; 24 sin embargo creemos necesario considerar que si bien, efectivamente es posible encontrar
existe similitud en formas o técnicas decorativas, en sitios o regiones diversos; es necesario evaluar en
primer lugar, si estos elementos formales permiten afirmar que existieron “relaciones”, o como propone
Arcila “contactos interétnicos”; en segundo lugar entender que proponer y sustentar hipótesis sobre el
tipo de relaciones pudieron haberse dado, implica necesariamente responder una serie de preguntas
sobre los contextos de hallazgo, cantidad, grado de similitud entre otros aspectos, con las que se
ponga a prueba no sólo la idea de “intercambio”, sino sus contenidos, direccionalidad, importancia,
peso especifico dentro del conjunto total de relaciones etc.

22 Nosotros creemos tener elementos para pensar que gran parte de la producción cerámica proveniente de los
organales y localizada en Titiribí y Venecia, se llevó a cabo localmente.
23 Duque Gomez, Luis. “Exploraciones Arqueológicas en San Agustín”. Suplemento No. 1 de la Revista Colombiana de

Antropología. Bogotá. Imprenta Nacional. 1964.


24 Además del texto reseñado por Arcila:, Duque Gomez, (1964), anotamos que fotografías de esta decoración las

presenta este mismo autor en: “Contribuciones al conocimiento de la estratigrafía cerámica de San Agustín Colombia.
Biblioteca Banco Popular. Bogotá, 1975; señalamos además que si se trata de seguir esta línea argumentativa, en este
mismo texto se podrían hallar otras formas y decoraciones similares a las encontradas en Titiribí.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 55

Foto No.24.
Vasija hallada en los organales del Bosque por Graciliano
Arcila, 1969, al referirse a ella afirma: “Esta cerámica desde
el punto de vista de la decoración granulada, tiene un valor
muy singular, si se tiene en cuenta que una decoracipon
semejante, o mejor identica, fue hallada por Luis Duque
Gómez en San Agustin en el nivel de Mesitas Medio. La
fecha anotada por Duque Gómez, al estrato donde se
encontro este tipo de decoración es la de 1200 años.... esta
pieza es muy exotica no sólo en el mismo Titiribí , sino en
todo Antioquia” (Arcila, 1969: 40). Museo Universidad de
Antioquia, registro No 2932.

Foto No. 25.


Vasija procedente de Titiribí, actualmente
localizada en el taller del cuarto piso del
Museo de la Universidad de Antioquia,
registro No 2683. De ella Graciliano Arcila,
reporta: “Esta cerámica encontrada en el
alto de La Otra Mina, quebrada Franá en
Titiribí, es atípica de esta región y por
consiguiente única en los especimenes
encontrados que nos recuerda además
cerámicas semejantes en el río Guachicono,
cuenca del Patía” (Arcila, 1969: 30).

Además, es tal la diversidad y calidad de la cerámica encontrada por Arcila, que reiteradamente
señala su originalidad:

“En fin lo que nos proponemos es denunciar que en el complejo cultural de los
Titiribíes y Sinifanaes, se conjugan los factores distributivos que antes hemos
hecho, en relación con otras expresiones de otras regiones en las cuales dicha
manifestación es típica pero que en Titiribí es atípica o mejor un elemento aislado,
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 56

sin ninguna manifestación endoculturizante dentro del conjunto, es decir, que


algunas piezas, sea por su tipo de forma, su decoración o su motivo, son
ejemplares únicos en esta región” (Arcila, 1969: 27).

“El complejo cultural de los Tiribíes y Sinifanaes, con la cerámica y lítica de


Amaga, 25 Venecia y Titiribí, tiene una variedad tipológica que expresa el reflejo
cultural de otras regiones del país. Su ámbito va más allá de Antioquia por todo el
Occidente Colombiano, desde el Alto Sinú hasta el Macizo Colombiano. En el tipo
de forma y de decoración se pueden hacer cotejos de cerámicas que revelan
intercambios comerciales, sin que haya existido un notorio desarrollo locatario de la
técnica. Aproximadamente un 50% de las tipologías de los Titiribíes y Sinifanaes,
se encuentran en un ámbito geográfico de influencia más o menos amplio entre las
montañas de Antioquia y el viejo departamento de Caldas en Colombia.” (Arcila,
1969: 39).

Sobre la originalidad de estos materiales cerámicos, Gómez y Espinal, (2000), aportan otros
elementos:

“Con respecto a las alcarrazas es necesario señalar que se diferencian claramente


de las identificadas en el municipio de Andes (Obregón et al 1998) las alcarrazas
de Titiribí y Venecia presentan cuellos alargados y estrechos, con asa puente muy
pequeña y vertederas que en conjunto con el cuello tienen una forma de “Y”. Así
mismo, los fragmentos de poporo presentan cuellos alargados con una
protuberancia hacia su parte media, unidos a cuerpos globulares que presentan
sobre su cara externa un buen tratamiento y acabado de la superficie (engobe y
bruñido); no debe pasarse por alto que este tipo de recipientes sólo ha sido
encontrado en estos municipios dentro de la totalidad de la muestra que
constituyen las colecciones de referencia. Al igual que lo planteado para la unidad
de producción de suroeste, la identificación de este tipo de recipientes (alcarrazas
y poporos) hace pensar, a modo de hipótesis, en la producción de bienes de élite:
objetos que eran utilizados por un reducido grupo de la población, en pequeñas
cantidades y con atributos formales y tecnológicos de alta calidad (arcillas muy

25 Es de anotar que la cerámica registrada como proveniente del municipio de Amaga depositada en las Colecciones de

Referencia del Museo de la Universidad de Antioquia, es muy poca 80 fragmentos, con los cuales no es posible
establecer relación con la cerámica extraída de los organales.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 57

bien preparadas, cocciones más homogéneas, buenos tratamientos y acabados de


superficie.” (Gómez y Espinal, 2000 sp.).

Para el caso especifico de los organales, sería del mayor interés establecer mediante el análisis de la
procedencia de arcillas, sí los elementos identificados como foráneos, pudieron haber sido elaborados
con materiales locales, y en ese caso analizar si se trata de que el alfarero viajó, vio, le contaron, o el
resultado de su trabajo es una simple coincidencia; o por el contrario se trata de materiales
efectivamente traídos de tierras lejanas, en ese caso, el hecho de transportar a lo largo de 600, 700 o
más kilómetros (pero incluso 60), una vasija relativamente grande (una persona no podría transportar
más que una a la vez), y tremendamente frágil, para ser depositada dentro de un organal; plantea un
tipo de motivación o relación que supera con mucho el orden de lo meramente práctico o comercial.
Por lo pronto y para efectos de la reflexión que intentamos construir, el hecho de la mera existencia de
este tipo de cerámica, enfatiza para nosotros la importancia y trascendencia de los organales.

Fotos Nos. 26 y 27. Cuencos acorazonados provenientes del municipio de Titiribí, según registros del
Museo de la Universidad de Antioquia, el No. 4485 descrito como “totuma” y el No. 5899A descrito
como “cerámica” procedente de “Titiribí-Sinifana”. Véase en Plancha No 5, cuencos acorazonados
procedentes de los organales.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 58

Foto No. 28.


Vasija registrada en el Museo de la
Universidad de Antioquia bajo el No 7038,
procedente de El Bosque (Titiribí) y descrita
como “Cantaro”. Fragmentos de recipientes
similares con tamaños que pueden ir desde
los 45 centímetros de altura hasta los 20,
fueron encontrados al interior de los
organales, véase plancha No 4., para efectos
de las descripción los denominamos como
“botellones”.

Además de considerar como importante la calidad de la factura, llama la atención que un enorme
porcentaje de los recipientes depositados en los organales, este relacionada no con la cocción o
consumo de alimentos (es notoria la ausencia de hollín), sino con recipientes más apropiados para
ofrecerlos: cuencos, bandejas, platos, botellones. Cuando uno observa el conjunto de la cerámica
extraída de los organales, se le viene a la mente la idea de vida, de banquete, de fiesta (véase
planchas Nos 1 a 5) y esta idea permanece, a pesar de la existencia de vasijas que tradicionalmente
han sido denominadas como “urnas” (véase plancha 4, números 7-11).

Respecto de la dispersión y relaciones que a partir del análisis cerámico nosotros podemos
establecer, es de anotar en primer lugar, que cuencos aquillados similares a los registrados en Titiribí
se encuentran en prácticamente todo el departamento de Antioquia y en el departamento de Caldas,
asociados a lo que se ha definido como el estilo “marrón inciso”. 26

En segundo lugar, tal y como había sido propuesto por el investigador Graciliano Arcila, el análisis de
la cerámica colectada por nosotros y de las muestras cerámicas conservadas en las colecciones de
referencia del Museo de la Universidad de Antioquia, procedentes de los organales de Titiribí y

26 Catálogo de la exposición: “El Marrón Inciso de Antioquia Colección Museo Universitario”, varios autores;

Catálogo de exposición: “Antioquia Pasado Aborigen”, Castillo, 1992; Colección Arte de la Tierra. “Quimbaya”.
1990, varios autores.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 59

Venecia, permiten considerarlas como plenamente contemporáneas, tanto por sus características
formales como tecnológicas.

La comparación de la cerámica de Titiribí, con piezas completas de diversas colecciones localizadas


en museos, indicaría igualmente un estrecho parentesco con otras zonas del departamento: vasijas
periformes proveniencias de los municipios de Urrao Ituango y Santa fé, de Antioquia, resultan
aparentemente idénticas a las vasijas que es posible reconstruir a partir de fragmentos colectados en
los organales de Titiribí. 27

Foto No. 29.


Vasija registrada en el Museo De la
Universidad de Antioquia como
proveniente del departamento de
Antioquia. Recipientes denominados
periformes similares a los que es posible
reconstruir a partir de los fragmentos
colectados en Titiribí, han sido registrados
como procedentes de Urra y Santa Fé de
Antioquia en el “Catálogo del Marrón
Museo de la Universidad de Antioquia, (1993). Otra vasija de estas, proveniente de Ituango se
encuentra expuesta en la muestra permanente del Museo Universitario (20 piso).

Recipientes globulares con engobe rojo y pintura blanca formando motivos espirales, identificados por
Arcila como provenientes del sur del país, específicamente de Guachicono en el valle del río Patia,
han sido igualmente registrados como provenientes de Sopetrán en el departamento de Antioquia y de
Manizales en el departamento de Caldas, 28 (véase foto No. 25).

Así mismo, en la colección del Museo de la Universidad de Antioquia se encuentran recipientes


aquillados con decoración escaleriformes entre el borde y la quilla, tremendamente populares en
Titiribí, registrados como procedentes de Pácora (Caldas) y del municipio de Urrao (Antioquia). Asas
zoomorfas asociadas a platos con decoración impresa de triángulos o rombos en la cara interna

27 No obstante, las similitudes formales, consideramos necesario realizar otos análisis, incluyendo estudios de
proveniencia de arcillas que aporten datos que permitan afirmar y especificar el tipo de relación que es posible
establecer.
28 Exhibidos respectivamente en los Museos de la Universidad de Antioquia y de Caldas.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 60

similares, por no decir idénticos, a los de Titiribí, se identificaron como provenientes de Santa Fé de
Antioquia, (véase fotos No. 32).

Foto No. 30.


Plato procedente de Santa Fé de Antioquia, Indro;
según registros del Museo de la Universidad de Foto No. 31.
Antioquia Fragmentos de platos procedentes de los
organales de Titiribí. Un fragmento similar fue
hallado en el talud del camino que de la
hacienda La Lara conduce a la “Barca de los
Pobres” (desembocadura del Amaga en el
Cauca).

Finalmente, llamamos la atención sobre la relación que pudieron tener los antiguos habitantes de la
cuenca alta de la quebrada Piedras Blancas (oriente cercano antioqueño), con la gente del suroeste,
particularmente Titiribí y Heliconia; 29 fragmentos provenientes de una o dos vasijas, color amarillento
claro 10YR 7/6 (yellow), con abundante mica, fueron hallados en los organales de Titiribí, siendo
visualmente idénticos a los registrados en la vereda Mazo, corregimiento de Santa Helena,
relacionados con una datación de 1430 +/- 70, señalamos que este tipo de arcilla proviene del Batolito
Antioqueño del cual hasta donde sabemos no existen afloramientos en Titiribí. En esta zona de la

29 Para Heliconia, ver en las Colecciones de Referencia Arqueológica del Museo de la Universidad de Antioquia, los
materiales provenientes de la investigación de Restrepo y Castro 1997; para el resto de la cerámica proveniente de este
municipio, anotamos que si bien comparten algunas características formales con la cerámica proveniente de los
organales: cuencos aquillados, decorados con tríadas de pintura blanca por ejemplo, otras características nos permiten
pensar que se trata de tradiciones o momentos alfareros distintos, las características más contrastantes estarían en el
color tanto de las pastas como de los engobes, en el tratamiento de las arcillas y en acabados un tanto mas burdos y
descuidados.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 61

Piedras Blancas, se localizaron además, asas zoomorfas y bifurcadas, muy similares a las también
registradas en Titiribí (Botero y Vélez, 1995: 103-105; Ochoa, 1998).

Foto No. 32.


Asas procedentes del municipio de Titiribí, un asa
muy similar a la que en la foto aparece abajo, fue
recuperada en la cuenca de la Piedras Blancas,
vereda Mazo, la cual se identifico como la
representación de un oso perezoso (véase Botero y
Vélez, 1995: 102-103).

Respecto de la temporalidad relacionada con los organales, podemos descartar la idea de que los
vestigios hallados en su interior. corresponden a una ocupación tardía, incluso contemporánea a la
conquista, tal y como la propone Arcila, basado en el hecho de no haber encontrado una secuencia
estratigráfica al interior de los organales, asociada a la acumulación de suelos y vestigios humanos,
señalando reiteradamente que los vestigios arqueológicos se encuentran en “superficie”:

“Estos [fragmentos] se encuentran totalmente a la vista en la superficie, como si


hubieran sido allí abandonados sobre el piso. Entre las oquedades quedan a veces
recintos que los guaqueros llaman salones, en donde se puede estar de pies. Es de
observar que sobre el piso y en las grietas se encuentran fragmentos rara vez una
cerámica entera. Igualmente en las cornisas que forman las lajas sobresalientes en las
techumbres de los salones se encuentran también fragmentos y por excepción algún
ceramio completo. En algunos de los salones se encontraron fragmentos muy
pequeños de huesos al parecer humanos, pero sin constatación segura. ... Hasta el
momento en nuestras investigaciones, no ha sido encontrado sitio alguno en los
organales donde hacer estratigrafía puesto que dentro de los sedimentos no se ha
rescatado ningún espécimen arqueológico.” .... (Arcila, 1969: 25-26).

Las dataciones logradas a partir del análisis de termoluminiscencia, 30 permiten no sólo superar esta
mecánica idea, sino proponer una temporalidad asociada a evidencias cerámicas diversas,

30Análisis realizados en el Luminescence Dating Laboratory, Department of Archaeology University of Durham, véase
anexo No 2.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 62

eventualmente relacionadas con procesos de expansión o relación con gentes ubicadas hacia el
nordeste, tal y como lo estaría señalando la documentación histórica:

“La cuenca del río arriba del Cauca, en Antioquia, en su parte occidental está próxima a
la cuenca del río Atrato, en el Chocó, lugar de asentamiento de los indios Chocoes, grupo
indígenas aguerrido con el cual Titiribíes y Sinifanaes tuvieron enfrentamientos antes de
la conquista española, asiéndolos desplazar de parte de su territorio occidental hacia la
banda oriental del río Cauca.” (Cordoba, 2000: 33 y 34).

Sea como fuere, por lo pronto tenemos que para el año 180 +- 100 DC, la importancia de los
organales esta asociada al mayor y más homogéneo conjunto cerámico, representado por un popular
cuenco aquillado; considerando la cantidad y calidad de la cerámica podemos pensar que se trata del
más intenso momento de utilización del organal, por parte de gente que gente que vivía cerca o
relativamente cerca de ellos.

Cuenco localizado en el organal Patudo, parte


baja, denominada para efectos de la datación
como El Bosque, la fecha asociada a el es 1820
± 100 ± 140 AD 180 ± 100 ± 140, Dur2000 TL qi
273-3. (Véase en plancha No 2, vasija No 6).

Para el año 640 ± 260 DC, la asociación se establece con vasijas que por su color forma y decoración
no se consideran como pertenecientes al conjunto anterior; se trataría de piezas con muy escasa
representación y que tienen claro parentesco con cerámicas localizadas hacia el Cauca en SantaFé de
Antioquia y Sopetrán, (véase fotos Nos... ). Es importante señalar que hasta el momento no tenemos
elementos para señalar una dirección en esta relación; a juzgar por las evidencias que permiten
identificar la observación directa: color, grosor, tipo de decoración etc., y por supuesto por su baja
representatividad, podemos pensar que se trata de vasijas realizadas por fuera del contexto de Titiribí;
¿se trataría de vasijas intercambiadas o compradas o regaladas y traídas para ser depositadas en los
organales,? o fueron traídas desde tan lejos por sus mismos fabricantes?
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 63

Foto No. 33.


Fragmento de vasija localizada en el
organal La Floresta, parte media alta.
Denominada para efectos de la datación
como Floresta fina, la fecha asociada a
ella es 1360 ± 260 ± 280 AD 640 ± 260 ±
280, Dur2000 TL qi 273-2. (Véase en
plancha 4, vasija No 1).

Los fragmentos datados hacia el año 1500, ± 100, corresponden a una pieza única, grande, de color
gris-habano, de factura extremadamente irregular, cuya pasta apenas si fue tratada, sin huellas de uso
ni ahumado, decorada con una línea de triángulos incisos sobre la parte externa del borde, que por su
forma y peso podría pensarse que se trato de una pieza hecha exclusivamente para ser depositada
dentro del organal. La ubicación de esta pieza, hacia un extremo, en un lugar de inmediato acceso por
estar apenas alejado algunos metros de la parte externa al organal y relativamente cerca del tramo de
camino empedrado que lo bordea, nos hace pensar que pudo haberse tratado de una “ofrenda”
colocada en un momento de emergencia. Hecho que cobraría relevancia, si consideramos que en ese
momento la zona se encontraban en guerra. 31

Vasija localizada en el
organal La Floresta, parte
media alta, denominada para
efectos de la datación como
Floresta burda (coarse), la
fecha asociada a ella es 500
± 80 ± 100 AD 1500 ± 80 ±
100, Dur2000 TL qi 273-1.

31 “La cuenca del río arriba del Cauca, en Antioquia, en su parte occidental está próxima a la cuenca del río Atrato, en el

Chocó, lugar de asentamiento de los indios Chocoes, grupo indígenas aguerrido con el cual Titiribíes y Sinifanaes
tuvieron enfrentamientos antes de la conquista española, asiéndolos desplazar de parte de su territorio occidental hacia
la banda oriental del río Cauca.” (Cordoba, 2000: 44)
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 64

Fotos Nos. 34 y 35.


Detalles sobre cerámica denominada
“Floresta Burda”, a pesar de haberse
recuperado 10 fragmentos grandes de la
misma vasija, incluidos dos del borde, se
hizo muy difícil determinar con mayor
certeza su forma debido a la imposibilidad
de mantenerlos unidos.

Pero además de los líticos, la abundante y hermosa cerámica, a los organales fueron llevados
artefactos de otra naturaleza, en donde la constante parece ser una excelente factura. Uno de los
objetos que más llama la atención del investigador Arcila, es quizás una “batea” de tamaño 42 X 25.5
cm, con incrustaciones de cuarzo, procedente del organal del Manchal, la cual desafortunadamente no
logramos localizar:

“... Batea de madera fina de comino, madera fina de ebanistería (especie de azafate),
ligeramente cóncava pero blindada solamente a los lados, labrada de una sola pieza y
tiene forma rectangular. Hacia la mitad de la longitud lateral la línea se abre hacia
afuera en ángulo como para formar losange. En la superficie interna y bien centralizado
un cuadrilátero de 190 de lado y en la superficie circunscrita se tiene incrustaciones de
granos de cuarzo de líneas angulares generalmente exaedros y dispuestos a medio
centímetros de distancia unos de otros. También se encuentran tetraedros y
pentaedros. Las incrustaciones fueron hechas en cajas previamente hechas pero de tal
modo que el grano de cuarzo entrara presionado. La batea así condicionada sirvió como
rallador (raspador o triturador), de sólidos más o menos blandos. El resto de la
superficie superior fue pintada de blanco de origen mineral. Este artefacto encontrado
en los organales del Manchal, cerca al Bosque en Titiribí, es uno de los especimenes
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 65

más particulares de la arqueología antioqueña y tal vez de Colombia. ... posiblemente


se trate de un artefacto post-colombiano ya que para su acabado pudo necesitarse un
instrumento de precisión que diera pulimento a las líneas, tal vez algún metal que los
indígenas de pre-conquista pudieron no haber tenido de origen y quizás originado del
Conquistador, pero cuyo uso aborigen es indudable ya que se encuentra asociado a la
cerámica y lítica de los organales. .... En la superficie del cuadrilátero hay huellas de
líneas que parecen indicar un proyecto previo de la colocación de los granos de cuarzo,
para que quedaran armónicamente situados, según lo determinado por los losanges que
las líneas forman.” (Arcila, 1969: 32-33).

El hecho de que los organales se encuentren cubiertos de vegetación, de alguna manera oculta para
nosotros un hecho evidente: en ellos las fuerzas de la naturaleza se representan de forma contundente,
inmensas moles de roca arrastradas y luego gracias a su propia fuerza sostenidas; sostenidas además
en un doble sentido: sostenidas una sobre otra formando lugares únicos; y sostenidas en el tiempo, la
roca como material perenne por excelencia marca hitos que trascienden los ámbitos cotidianos e
individuales. Cualquiera que haya sido la explicación que en el pasado se dio la formación de estos
sitios, podemos suponer que se ésta se fundamento en la observación y en el conocimiento de su
medio circundante pero que, a diferencia de nosotros, la valoración y significación de ese conocimiento
se hizo en un plano cosmogónico, cual otro sería si no el sentido de llevar hasta estos lugares, objetos
preciosos?.

Muchos otros elementos ajenos a lo que normalmente se reconoce dentro de la racionalidad científica
pudieran ser tomados en cuenta al momento de entender el significado que tuvieron estos espacios
para las personas que depositaron estos objetos: la luz, en los organales no se observaron huellas de
ahumado o quemas que pudieran indicar que a ellos se entro utilizando fuego para alumbrarse; la
atmósfera imponente húmeda intima y serena que se crea el juego claro-oscuro de la luz al interior de
los organales; la vegetación y los animales que pudieron también exclusivos de estos lugares, su
ubicación con respecto a la totalidad del territorio, pudieran ser elementos interesantes de rastrear y
determinar con el fin de acercarnos un poco más a esa cosmogonía que acabamos de vislumbrar.

Durante nuestro trabajo de campo, no solamente encontramos “pruebas” de actividad humana antigua
al interior de los organales, también las hallamos al exterior de ellos. Ya habíamos anotado como lo
que consideramos una relativa ausencia de evidencia arqueológica, determinó la extensión e intensidad
de nuestras actividades de campo, pero no fue sólo esta “ausencia”, lo que motivaba nuestra
preocupación, era también el hecho de no encontrar similitud entre los vestigios cerámicos colectados
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 66

afuera, y los hallados en los organales; además de lo pequeño, erosionado y no diagnóstico de los
fragmentos, estaba el hecho de tratarse en general de cerámica gruesa y burda, en la que ni siquiera
podíamos percibir similitud en las arcillas utilizada en las vasijas halladas en los organales.

Si bien sin duda, parte de la explicación se encuentra en los masivos procesos erosivos que vive la
región, consideramos que también muy posiblemente estamos frente a las evidencias de una sociedad
en crisis, correspondiente al último período de ocupación indígena (incluida la conquista española) en
la que el acceso sosegado al tiempo y a los recursos necesarios para la producción de objetos
esmeradamente acabados e incluso únicos, ya no fue posible o deseable.

Foto No. 36.


Fragmento de cuenco localizado en una
de las terrazas prospectadas alrededor de
los organales del Bosque (véase área de
prospección arqueológica No. 3). Es de
resaltar que se trata de un fragmento
único ya que no se halló ningún otro
similar ni adentro ni fuera de los
organales.

Para continuar con el análisis que nos proponemos, además del registro estratigráfico detallado
presentado en el anexo No 1, a continuación presentaremos los hallazgos realizados en la vereda
Falda del Cauca (potrero El Achiral), vereda Los Micos, (terrazas de Los Micos) y en la vereda La
Peña, en contextos por fuera de los organales, en los que la presencia y utilización de la roca sigue
siendo un elemento, a nuestro parecer, protagonista.
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Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 101

Los Caminos empedrados

Si bien ciertamente los caminos empedrados no son los únicos en Titiribí, sin duda ellos tienen
una importancia insoslayable; a lo largo del texto, nos esforzamos por dar cuenta no sólo de la
reiterada presencia de estos caminos en el paisaje y en los imaginarios de las personas, sino de lo
que consideramos ubicaciones significativas, en relación a los sitios arqueológicos. En adelante ,
intentaremos además, evidenciar que esta presencia a sido una constante en la vida del municipio
y de la región y sustentar la idea de que esta red y la tecnología necesaria para su construcción,
tiene su origen en las necesidades y conocimientos prehispánicos y que fue a partir de ella que se
organizó la vida colonial e incluso republicana. 47

Como un primer elemento, es necesario insistir en la importancia de reconocer el hecho de que los
españoles llegaron a territorios completamente humanizados, transformados y civilizados, incluso
de tal manera, que no encontraron parámetro de comparación en su propia sociedad o
experiencia:

“Desde la provincia de Arma hasta la de Çenufana habra XX leguas y desde


Çenufana a Aburrá puede aver seys, en todo este camino hay grandes
edifiçios de caminos hechos a mano e grandes por las syerras e medias
laderas que en el Cuzco no los ay mayores y todo esto perdydo y destruydo
e no ay yndio que sepa dezir cómo ha sydo ni de que se a despoblado por
lo que se puede pensar que los a despoblado las grandes guerras que avido
entre los naturales” (Tomado de “Relación de Anzerma”, crónica atribuida a
Jorge Robledo, 1539 – 1541. En: Tovar, 1993: 350).

Es interesante notar que los españoles no compararon los caminos encontrados aquí con los
suyos, ni los describieron a partir de su experiencia en Europa, tal y como hicieron al describir
muchos otros de sus descubrimientos, se los describe y compara con caminos empedrados
recientemente conocidos en América: los incas, “hechos a mano y grandes”. Al respecto sería
interesante allegar elementos para abordar la discusión sobre si los españoles de la época

47
Ello lógicamente incluye su transformación, su destrucción, y la construcción de nuevas vías y rutas a través de las
cuales se desarrolló la nueva sociedad que si reconocemos como nuestra antepasada.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 102

contaban con el bagaje conceptual y tecnológico necesario para acometer la construcción de


caminos como los que estamos reseñando. 48

Tempranas referencias coloniales, 1617, relacionadas con pleitos por la posesión de las tierras de
los Titiribíes, registran la existencia de caminos “reales” que atraviesan estos territorios y los
esfuerzos de los indígenas en la construcción de caminos que al parecer se adaptan a las nuevas
circunstancias:

“Los indios Titiribíes ubicados en Quirimará, en la segunda mitad del siglo XVI
hacen una desviación del camino real Santafé - Popayán que pasa por la
estancia de Juan Cortés cerca a donde empieza la loma de los Titiribíes, cerca
del nacimiento de la quebrada Insur” (Cordoba, 2000: 111). 49

Enfatizamos en el hecho de que es mano de obra indígena, y que para el caso de los caminos, no
contamos con ningún elemento que nos permita suponer que implementaron tecnologías
impuestas por los conquistadores. Lógicamente en documentos con los que se intenta defender
supuestos derechos sobre tierras, o minas no es necesario ni pertinente especificar o detallar
sobre elementos tecnológicos ni sobre los caminos ni sobre cualquier otro elemento de
procedencia indígena, -y resaltamos nosotros ni siquiera española-.

Volviendo a retomar la información que tenemos para Titiribí y el suroeste cercano, proporcionada
por Cordoba (2000), más tarde, en el año de 1682:

“los mercaderes Pedro Cortés Osorio y Peralta y Lorenzo de Ocampo, residentes


en la villa de Nuestra Señora de la Candelaria de Medellín, presentan una
capitulación solicitando permiso para componer el camino de Sinifaná asumiendo
ellos mismos las gastos porque tienen necesidad de transportar ganado, bestias
mulares y cargas desde Buga, y si los caminos no están en buen estado,
aumentarán sus pérdidas” (Cordoba, 2000: 111-112).

48Sin olvidar la existencia de los caminos romanos, a manera de anécdota recordamos que el tan trascendente
“Camino de Santiago” en enormes trayectos apenas esta marcado por una estrecha y denudada senda y hasta
donde sabemos no ha sido considerando necesario demostrar su importancia a partir de análisis ingenieriles.

49Véase también la trascripción No 3 que hace esta autora del documento 4201 del Archivo Histórico de Antioquia,
Fondo Colonia, Serie Tierras Tomo 158 del Año 1617- 1671, Folios: 583r-658v); e información sobre “El camino real
de Guaca pasa cerca a las salinas de Guaca y Sabaletas que ha sido propiedad en el siglo XVII de Simón de Murga,
Juan Jaramillo de Andrade, Juan Zapata y Tomasa Zapata. (Cordoba, 2000: 112).
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 103

Siguiendo nuestra línea argumentativa, subrayamos que se trata de reparar un camino ya


existente y que es creíble y posible que esta acción pueda ser emprendida por personas
particulares, situación que se vería corroborada un siglo más tarde cuando “El juez poblador de
San Fernando de Borbón [Amaga] manifiesta en 1790 que los caminos están muy abiertos y son
muy transitables.” (Córdoba 2000: 112). 50

Para el año de 1885, Uribe Ángel, observador contemporáneo a los eventos que describe hace las
siguientes afirmaciones:

“... Estamos inclinados a creer que fue en el punto que ocupa la cabecera de este
distrito, [Concordia]. o en alguna de sus cercanías en donde tuvo lugar la muerte del
distinguido capitán Francisco César. Quedan aún como restos de la vida indígena en
este territorio, señales de antiguos caminos, y algunas fosas en donde los aborígenes
se hacían sepultar con sus riquezas. ... De la época colonial no queda el menor
indicio. (Uribe Ángel, [1885] 1985: 154).

Considerando la ruta de poblamiento que a renglón seguido describe este autor: “En 1830 penetró
en aquellos bosques Manuel Herrera con su familia y atravesó el Cauca por medio de una balsa de
guaduas fabricada por él mismo.” (Ibíd., 1995: 154), uno de los “antiguos caminos “ a los que se refiere
Uribe Ángel coincidiría con el camino empedrado que aún en la actualidad conduce desde el caserío de
Otra Mina en Titiribí hasta Concordia y que fue recorrido por nosotros hasta la desembocadura del
río Amaga en el Cauca, en el punto conocido como “la balsa de los pobres”, en un trayecto de más
de 15 kilómetros, (véase fotos Nos 75 a 85).

50
Los arqueólogos podríamos asumir como tarea, la ubicación y seguimiento de estos caminos,
tratando de conocer tanto sus aspectos técnicos como la geografía humana de la que hacia parte esta
red vial colonial, con el fin de proponer elementos sólidos para el análisis sobre un tema que si bien ha
comenzado a ganar interés, también muy rápidamente ha caído en las trampas de los paradigmas
colonialistas –los indios no podían- y las salidas imposibles –no es posible datarlos-, sin realmente
avanzar en ninguna dirección ni argumentativa ni descriptiva.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 104

Foto Nos. 75 y 76.


El llamado “camino viejo” sigue la
ruta: Alto de Otra Mina-Quebrada
La Frana-Falda del Cauca-Balsa
de los Pobres. El ancho promedio
de su calzada es de 1.50 m.

Las piedras utilizadas para construir la


rasante, basaltos y areniscas, tienen un
tamaño promedio entre los 25 y 35 cm de
formas variadas, en las que predominan las
aristas rectas, y las superficies sub
redondeadas y planas. Se observan
además confinamientos transversales que
forman gradas y canales que desvían las
aguas de escorrentía.

Foto No. 77.


La profundidad promedio que alcanzan a
tener la rasante es de aproximadamente 25
cm.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 105

Fotos Nos. 78, 79 y 80.


Una banca profunda es característica de este camino,
la enmarañada vegetación que la cubre impidió
verificar si en sus paredes existen muros de
contención u otro tipo de adecuaciones para proteger
y drenar la rasante.
Obsérvese el trazado ondulante que sigue durante
largos tramos.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 106

Foto No. 81.


Detalle sobre los ángulos de giro
rectos, el trazo transversal que
muestra la foto alcanza un largo
de 6 m, y un ancho de
aproximadamente 1.10 metros.

Foto No. 82.


Obsérvese ángulo de giro contra la
pared de la banca.

Foto No. 83.


Detalle sobre canal excavado y construido
sobre la roca in situ.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 107

Foto No. 84. Foto No. 85.


Obsérvese como enormes roca in situ Camino viejo a Concordia, muy cerca de la
hacen parte del camino. desembocadura de el río Amaga en el
En algunos sectores son perfectamente Cauca. Hace aproximadamente 2 años, un
visibles las sendas que en la actualidad gigantesco derrumbe destruyó
sigue la gente, sea evitando el empedrado completamente, un importante tramo del
o los profundos fangales que se forman en camino, justo en el punto en que el camino
su ausencia, no se observaron toma la fuerte pendiente que lo conduce a la
rectificaciones o modificaciones excepto en rivera del río. Así mismo en el trayecto que
el punto en que este es atravesado por la bordea el Amaga, el camino desaparece en
actual carretera (escuela de la Falda del varios tramos, afectado por las crecientes del
Cauca). río, naturalmente, los tramos más cercanos a
los contrafuertes de las colinas están mejor
conservados.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 108

Para el año de 1920, contamos con el extraordinario registro de la red de caminos principales,
realizado por el geólogo alemán Emil Grosse, (1926), a partir de la cual realiza y amarra la
investigación y observaciones consignadas en su libro: “Estudio geológico del terciario carbonífero
de Antioquia. En la parte occidental de la Cordillera Central entre el río Arma y Sacaojal ...”:

“ Los trabajos comenzaron el 1 de diciembre de 1920 en el manchal, continuación


meridional de la región de los Micos ... Entre los puntos trigonométricos obtenidos se
colgaron los itinerarios, los cuales tuvieron que limitarse en lo esencial a los caminos
reales y a algunos secundarios, si bien también fueron levantados algunos trechos
parciales de cursos de arroyos y ríos .... Después de haber pasado al mapa los
caminos y las cumbres de una región determinada, se sacaba una copia en papel
transparente y se inscribía en ella las corrientes de agua y los desfiladeros desde los
puntos de buena vista, generalmente desde las vertientes opuestas. ... Algunas
secciones de los caminos los levantamos con cinta métrica y brújula a fin de obtener
más exacta la distancia de los puntos ya conocidos, son estos los caminos de
Galápagos de Angelópolis y de Pueblito, el camino Titiribí - Los Alpes – Piedras
Gordas, el camino Alto del Nudo – Cerro Tusa hasta la última elevación antes de la
partida para el camino a la hacienda Cerro Tuza y el camino por la cresta de la loma
de Quirimará desde el Alto de la Papa hasta un altico inmediatamente al sur del
camino de Ebejico a Anza.” (Grosse, 1926: 2 a 4). 51

En lo que corresponde a la zona trabajada por nosotros, pudimos verificar que tanto los caminos
señalados como “reales” y “secundarios”, se encuentran en la actualidad empedrados en extensos
tramos, queda sin embargo, como derrotero de trabajo hacia el futuro, el seguimiento y descripción
de esta red, a la que permanentemente se la asocia con los eventos conocidos más lejanos en el
tiempo:

51
Esta red, más otros datos proporcionados por cartografía relacionada con la mina del Zancudo, esta consignada
en los 6 mapas anexos a su trabajo, escala 1: 50.000; utilizando convenciones que señalan no sólo el rigor de su
tarea sino las jerarquías de los caminos reconocidas en la época: una línea roja gruesa continua para los “caminos
reales levantados”, una línea continua menos gruesa que la anterior señala los “caminos secundarios levantados” y
una línea roja discontinua señala los caminos “no levantados”. Para nosotros, esta cartografía tiene un interés
múltiple, ya que no sólo nos permite superponer las distintas cartografías ya detectadas, sino que nos permite
establecer con precisión los lugares mencionados por Montoya y Flórez, cuya toponimia ha cambiado o proliferado
de tal manera, que hoy se hace muy difícil ubicar.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 109

“... Indudablemente antes que el capitán Juan de Frades, subalterno del


conquistador Jorge Robledo pisará tierra titiribiseña, en el año 1541, el descubridor
Francisco Cesar en su desplazamiento de Urabá hacia el Suroeste Antioqueño,
quizá buscando “El Dorado” fue quien primero holló por los lados de Heliconia,
Armenia y Caracol en su marcha hacia algún vedeadero del padre Cauca, el
territorio donde medraban los súbditos del cacique Titiribí...” (Tomado de “Distritos”,
revista de hechos y gentes de los municipios colombianos. Titiribí. Año V No 8
marzo-abril de 1966: 15).

Además, es interesante volver encontrar referencias que señalan el buen estado de la red vial de
la región; para el año 1966 se resalta que en Titiribí

“Los caminos de Herradura y las vías de penetración vecinales no dejan aislada de la


cabecera ninguna de sus inspecciones y veredas lo mismo los municipios colindantes
y entre ellos se destacan:

Un camino de herradura que de la cabecera conduce a Armenia, pasa por las veredas
de Sitio Viejo y El Zancudo y recorre 20 Km aproximadamente. 52

El camino que sale del lugar llamado Los Alpes hacia Angelópolis, el cual recorre 14
Km aproximadamente.

Otro camino que sale del lugar llamado Las juntas, sobre la carretera y llega hasta el
Municipio de Venecia. Recorre 18 Km aproximadamente.

El camino que sale de la cabecera, pasa por las veredas La Otramina, y La Falda del
Cauca, baja hacia el Amagá pasando cerca a la vereda Lara y cae finalmente al
Cauca en el sitio denominado “el paso de los pobres”, finalmente llega al Municipio
de Concordia con un recorrido de 25 Km aproximadamente.” ...” (Tomado de
“Distritos”, revista de hechos y gentes de los municipios colombianos. Titiribí. Año V
No 8 marzo-abril de 1966: 18).

52
Este es el camino que asciende por el Alto del Caracol, véase fotos Nos 86 a 89.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 110

Fotos Nos, 86 y 87. Detalles del camino que desde Sitio Viejo (minas del Zancudo) conduce
hasta Armenia Mantequilla.

Foto Nos 88.


Al fondo de la fotografía, Alto del Caracol,
en donde el trazado del camino debe
superar pendientes de más de 30 grados.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 111

Finalmente, queremos resaltar la existencia de “otros”caminos empedrados, que como derivaciones de los
principales (léase más extensos), o independientes de ellos, abundan en la zona; de muchos de ellos no
logramos obtener referencias sobre el momento de su construcción; de otros, es fácil establecer que se
trata de la moda adoptada por muy adinerados compradores recién llegados ( ... ), y que se trata de
senderos construidos como entradas a haciendas o mansiones, en donde tanto la información obtenida a
través de los vecinos, como su direccionalidad, técnica constructiva y materiales empleados, señalan con
toda claridad su temporalidad y utilidad.

Foto No. 89.


Sitio Viejo. Camino que se desprende
desde la carretera y conduce a un caserío.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 112

Los buscadores de tesoros y la perdida de información

Sorprende que los habitantes de Titiribí sin excepción, identifiquen “los filos” de las montañas y las
colinas, como lugares sin duda relacionados con las actividades de “los indios” y con la existencia de
guacas o tesoros enterrados; siendo muy difícil encontrar uno de estos filos o topes de colina que no
hayan sido intervenidos, algunos de ellos de manera dramática y masiva al punto de que esta
destrucción se constituye en un elemento insoslayable e incluso determinante para la investigación
arqueológica en el municipio.

Foto No. 90. El palmichal, cuchilla hacia el norte, se encuentra totalmente guaqueada, obsérvese los
árboles que han crecido al interior de los huecos, el tamaño promedio de cada abertura es de
aproximadamente 11 X 11 metros.

Ya habíamos mencionado que en la investigación realizada por Arcila, la información proporcionada


por guaqueros, fue uno de los elementos guía, sin embargo, a juzgar por la información obtenida por
nosotros, la gran mayoría de las intervenciones relacionadas con la búsqueda de tesoros, parece
haberse realizado “hace tiempo” y aunque en la actualidad se refieren constantemente al potencial
arqueológico de una gran cantidad de lugares y de guacas “positivas”, en las que se halló o sería
posible hallar oro y cerámica, no logramos obtener información más especifica al respecto. En la
actualidad la guaqueria no es una práctica corriente o que se considere lucrativa y el único guaquero
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 113

profesional reconocido, sólo ha realizado “un trabajo” en Titiribí, su formación y experiencia la realizó
en los departamentos de Caldas y Risaralda. Consideramos que en estricto sentido no podría
calificarse como producto de la guaquerial el hallazgo fortuito de la vereda La Peña, al cual ya nos
referimos.

Foto No. 91.


Monte Redondo (hacienda Los Micos), pese a que
se afirma que este lugar fue un cementerio
indígena y que se cree que en el aún se
conservan múltiples tesoros, sólo logramos
precisar que de allí se han excavado algunos
volantes de huso. Actualmente, se observan
múltiples excavaciones realizadas por guaqueros.
Obsérvese sobre la cuchilla canales,
posiblemente de drenaje.

Foto No. 92. Morro Redondo (La Floresta), en su cima se registraron 16 excavaciones producto de la
guaquería, en la foto, la intervención que parecía más reciente, en ella se excavó hasta una
profundidad de 60 centímetros sin lograr encontrar evidencias de actividad indígena y si trozos de una
botella de aguardiente, seguramente compañera de los últimos guaqueros.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 114

Así mismo, la denominada Cuchilla La Floresta, 53 pareciera haber sufrido una suerte de bombardeo, a
juzgar por las dimensiones y cantidad de perforaciones que allí se observan. Con relación a la intensa
guaqueria observable y a la temporalidad en que ella se llevo a cabo, llama la atención, el hecho de
que mucha de la información obtenida por nosotros, pareciera ser igualmente vox populi en la década
del veinte; Montoya y Flórez, al exponer sus ideas sobre el significado de las grafías de la “Piedra del
Indio” anota:

“... sin duda muy interesantes para los jefes de la tribu, que debieron ser muy ricos a
juzgar por el enorme número de sepulturas antiguas excavadas en la época, porque no
hay tradición en Titiribí de que aquí se hayan excavado guacas y porque algunas
excavaciones están aún rodeadas de bosques seculares. Esto indica que los
conquistadores tuvieron noticia cierta de su riqueza y las trabajaron, o bien que los
mismos aborígenes las sacaron trasladando sus tesoros a punto más seguro; si quedan
algunas sin trabajar deben ser de pobres. D. Enrique Echavarria, actual propietario de la
hacienda, hizo trabajar algunas de estas sepulturas y sólo encontraron algunos husos de
hilar, de barro quemado; toda la tierra estaba perfectamente revuelta y trastornada, con
carbones y restos de ceniza en el fondo.” (Montoya y Flórez, 1922: 541).

Las observaciones de este agudo autor, parecen estar corroboradas por la información contenida en el
texto de Robert West: “La minería de aluvión en Colombia durante el período colonial”; quien en el
capitulo II, al referirse a la guaqueria como una técnica de la minería aurífera, anota:

“La mayoría de los artefactos registrados en Antioquia provenían probablemente de


tumbas localizadas en la jurisdicción de Santa Fe de Antioquia y posiblemente del
distrito de Frontino y Dabeiba, situado al noroeste y muy rico en tumbas 72 ”

En el texto de pie de página se lee: “Un documento de 1615 indica que en las vecindades de Titiribí,
en el Cauca se estaban explotando tumbas. AHNC, Visitas de Antioquia III; f, 53r.” (West 1972: 62).

Paradójicamente, el afán de los buscadores de tesoros, significa no solo irreparables perdidas tanto
de información como de vestigios, sino que señala la “riqueza” de que gozaban los antiguos

53
Véase mapas correspondientes a la zona oeste de estudio en el anexo No1.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 115

habitantes de estos territorios y nos reafirman en la idea de que esta sociedad había alcanzado
notables técnicas productivas.

“... Estamos inclinados a creer que fue en el punto que ocupa la cabecera de este
distrito, [Concordia]. o en alguna de sus cercanías en donde tuvo lugar la muerte del
distinguido capitán Francisco César. Quedan aún como restos de la vida indígena en
este territorio, señales de antiguos caminos, y algunas fosas en donde los aborígenes
se hacían sepultar con sus riquezas. De estas han sido excavadas algunas sumamente
ricas, y entre ellas, dos, de donde se extrajeron 10 libras de oro fino en la primera
situada en la loma de Pueblo Rico, y 46 de oro de la misma calidad, con más de 25 y ¾
de oro bajo en la segunda. Las alhajas extraídas de estos depósitos representaban
argollas, fajas, cinturones, petos, y figuras de brutos y de seres humanos. De la época
colonial no queda el menor indicio.” (Uribe Ángel, 1885: 154).

Vasija registrada en el Museo de la Universidad de Antioquia


con el No. 3724. Procedencia: Municipio de Titiribí. Colección
de Don Leocadio Maria Arango
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 116

Las tareas

“Ni por un instante, naturalmente, pretendo que la pala sea más importante que la
pluma; son instrumentos gemelos pero en este punto de excavar, la mente directiva
debe tener, en un grado desarrollado, esa vigorosa calidad en tres dimensiones que
es menos inmediatamente esencial a algún otro tipo de investigación. En forma muy
simple y directa, la arqueología es una ciencia que debe ser vivida, “sazonada con
sentido humano”. La arqueología muerta es el polvo más seco que puede
soplar.”(Wheleer, [1952] 1981:7).

El paciente lector que llego hasta este punto, ya tiene una idea de la cantidad de necesidades y
carencias que todavía deben ser abordadas y ojalá resueltas, para considerar que estamos
cerca de entender las dinámicas históricas y significaciones que motivaron las acciones de las
sociedades más antiguas que poblaron estos territorios. Desde esta perspectiva y con una
visión de largo plazo, la primera tarea debe ser sin duda la de hacer énfasis en la importancia y
potencial de esta región, resaltando sus enormes valores históricos y patrimoniales. Para ello
se debe superar el abordaje sensacionalista, guaquero y tesorero que se la ha hecho a la zona;
difundiendo, proponiendo, apoyando y desarrollando proyectos de investigación que aporten
contenidos históricos sólidos y susceptibles de divulgarse a públicos amplios. Con ello
consideramos que se ayudaría además, a detener la destrucción de las innumerables huellas y
vestigios de una historia antigua que desconocemos y que podría quedarse muda sino se
protegen y valoran sus evidencias.

Desde una perspectiva más inmediata, tal y como fue propuesto en el texto, quedan tareas
susceptibles de realizarse en el corto plazo, con las cuales consideramos es posible avanzar la
construcción de este conocimiento y de esta historia.

• Se hace necesario desarrollar investigaciones, con énfasis bibliográfico, geográfico,


etnográfico, documental y por supuesto arqueológico, que permitan esclarecer, los
tipos de sitio que están relacionados con los organales, las formas de su utilización y
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 117

temporalidades de uso. Hasta donde sabemos, la utilización de ellos, supera


ampliamente el ámbito del suroeste cercano antioqueño, marcando nuevamente el
hecho de encontrarnos frente a sociedades más grandes y complejas de lo que hasta
el momento nos hemos atrevido a suponer.

• A partir de la descripción detallada, de la cerámica procedente de los organales y en


general de Titiribí, (en la que se incluyan análisis mineralógicos y de procedencia de
arcillas), ampliar el trabajo, al análisis sistemático de los materiales arqueológicos
ingresados a Colecciones de referencia, para verificar y buscar nuevas asociaciones
contextuales y tipológicas (importantes en términos regionales y macro-regionales),
teniendo en cuenta que, hasta donde se ha observado, un alto porcentaje de la
cerámica, sólo se registra en Titiribí, ello implicaría la búsqueda de un espectro mayor
de asociaciones con tipologías foráneas a la región en cuestión.

• Es necesario, revisar, analizar y en lo posible precisar, la red de caminos ya detectada,


tanto durante la colonia como durante la república, ampliando el análisis a las
relaciones espaciales y sociales que esta red esta articulando. En el estado actual de la
discusión es fundamental allegar datos confiables, acerca de la geopolítica y
conocimientos tecnológicos de periodos más cercanos a nosotros, para los cuales
pareciera existir mayor documentación y de los cuales asumimos si quedan vestigios.

• A la luz de los datos ya obtenidos, realizar ejercicios de relectura e interpretación que


permitan presentar síntesis ya indispensables; y proponer puntos de vista y reflexión
nuevos, que a sí sea de manera hipotética, nos permitan salir de los distintos callejones
sin salida, a los que conducen lecturas fragmentadas y acríticas de los datos.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 1

A N E X O S

No. 1. Registro estratigráfico

No. 2. Reportes de resultados sobre dataciones

No. 3. Listado de materiales cerámicos y líticos provenientes del municipio de Titiribí,


localizados en el Museo de la Universidad de Antioquia

No. 4. Licencia ICANH


Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 2

Anexo No. 1.

Registro estratigráfico*

Para identificar los sitios de interés arqueológico se realizó un reconocimiento preliminar, tanto
geomorfológico como arqueológico, que incluyó una prospección detallada de los organales, y una
prospección determinística y aleatoria intensificando el muestreo en las cimas de colinas, peldaños
morfológicos, vertientes medias y bajas, así como en las laderas bajas, pues es allí donde se presenta
mayor posibilidad de hallar evidencias arqueológicas. Se realizaron, por lo menos dos unidades de
muestreo en cada una de estas unidades geomorfológicas, para establecer la presencia de material
cultural.

En cada unidad arqueológica identificada, se obtuvo información general relacionada con la


localización cartográfica, las particularidades morfológicas, las dimensiones y el correspondiente
registro estratigráfico; además de la descripción específica de los elementos asociados, su
profundidad, tamaño y estado de conservación. Se tomaron algunas muestras de suelo para
posteriores análisis físico-químicos y mineralógicos, además de la recolección de muestras de carbón
u otros materiales orgánicos con el fin de obtener dataciones radiométricas absolutas.

Área Oeste: La Floresta–El Balsal

Gomorfología y áreas de intervención arqueológica


En general se identificaron 4 unidades geomorfológicas contrastantes en el área Oeste de estudio,
dentro de las cuales se determinaron 2 áreas principales de prospección arqueológica, que
corresponden a los Organales de La Floresta y El Balsal, y 10 áreas más, determinadas por sus
características o aptitudes morfológicas como posibles lugares de asentamiento, que evidenciaran
intervención humana o que por su localización permitieran la acumulación

*
Esta síntesis fue elaborada por la estudiante del Departamento de Antropología de la Universidad de Antioquia Claudia
Echeverri, y presentada como informe final dentro de la asignatura Trabajo de Grado II.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 3

Ubicación de las áreas de prospección arqueológica según vértices coordenados. Zona Oeste:
La Bloresta y El Balsal.
Unidad Área de prospección Cota Coordenada (X) Coordenada (Y) Área m²
Geomorfológica arqueológica
1.163.320 1.137.290
UG-I Organal La Floresta 1120-1180 1.163.320 1.137.555 48.000
1.163.210 1.137.565
1.163.140 1.137.330
1.163.655 1.137.675
UG-I Organal El Balsal 1070-1180 1.164.180 1.137.430 78.000
1.164.235 1.137.540
1.163.680 1.137.770
1.163.440 1.137.180
UG-I 1 1150 1.163.445 1.137.300 18.000
1.163.320 1.137.290
1.163.330 1.137.175
1.163.700 1.137.540
UG-I 2 180 1.163.740 1.137.550 4.900
1.163.740 1.137.590
1.163.700 1.137.585
1.163.655 1.137.425
UG-I 3 1180 1.163.655 1.137.485 8.300
1.163.565 1.137.475
1.163.560 1.137.415
1.163.600 1.137.045
UG-II 4 1180 1.163.615 1.137.150 7.200
1.163.575 1.137.155
1.163.550 1.137.055
1.163.700 1.137.375
UG-I 5 1150 1.163.905 1.137.410 18.900
1.163.895 1.137.475
1.163.750 1.137.485
1.163.900 1.137.605
UG-I 6 1130 1.164.010 1.137.595 15.600
1.164.015 1.137.710
1.163.895 1.137.685
1.163.305 1.137.745
UG-II 7 1300 1.163.360 1.137.780 24.600
1.163.225 1.137.990
1.163.155 1.137.910
1.166.240 1.137.390
UG-I 8 550-630 1.166.445 1.137.425 50.000
1.166.480 1.137.550
1.166.250 1.137.600
1.165.220 1.138.910
UG-III 9 1250-1430 1.165.450 1.138.820 35.000
1.165.520 1.138.940
1.165.295 1.139.040
1.165.100 1.138.780
UG-III 10 1420 1.165.155 1.138.800 8.000
1.165.140 1.138.865
1.165.070 1.138.850
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 4

En la zona Oeste del área de estudio se delimitaron cuatro unidades geomorfológicas diferenciables
entre sí. Estas unidades se describen a continuación.

Unidad geomorfológica I (UG-I). Se caracteriza por un relieve ondulado con semicolinas bajas a
medias, posee una morfometría de poco contraste rodeada por cerros redondeados, en la que
predominan pendientes suaves a moderadas que se incrementan hacia el Norte (valle del Río Amagá),
con un patrón de drenaje es subdendrítico a subparalelo poco denso; litológicamente está constituida
por las rocas sedimentarias de la Formación Amagá.

Esta unidad abarca parte de la vereda La Floresta sector El Balsal y es de especial interés en el
presente estudio ya que se encuentran algunas semicolinas y ondulaciones del terreno con cimas
planas que pueden sugerir algún tipo de adaptación humana; en estos lugares se realizó prospección
y exploración sistemática con la ejecución de pozos de sondeo y barrenos, cuyo fin era observar la
estratigrafía natural y la evidencia de algún tipo de actividad humana que sirviera para establecer
correlaciones con las evidencias encontradas en los organales. Es importante anotar que existen
grandes fenómenos erosivos en esta unidad que han ocasionado la perdida de suelo. Los procesos de
erosión más comunes son el sobrepastoreo, y los deslizamientos favorecidos por la baja competencia
de la roca parental. En general no se encontró una estratigrafía asociada a actividad humana, ya que
se trata simplemente de un perfil de meteorización inmaduro de las rocas de la formación Amagá
(carente de horizonte B).

Unidad Geomorfológica II (UG-II). Caracterizada por colinas altas con pendientes fuertes hasta
abruptas, con laderas largas y filos agudos a subredondeados. Comprende los altos El Palmichal y
Morro Redondo; litológicamente corresponde a los Pórfidos del mismo nombre.

Unidad Geomorfológica III (UG-III). La constituyen las partes mas altas, con pendientes fuertes,
largas y paralelas. Sus filos son agudos y alargados en dirección Norte - Sur controlados posiblemente
por la tectónica regional, asociada a la falla Sabanalarga; litológicamente corresponde a las rocas
volcánicas del Complejo Quebradagrande.

Hacia el sector de la Vereda La Falda del Cauca y la Hacienda Rodas, se separaron algunas áreas de
interés arqueológico conocidas por los pobladores de la región con el nombre de Achiral.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 5

Unidad Geomorfológica IV (UG-IV). Se caracteriza por presentar una geoforma con superficie
semiplana tabular inclinada o buzante bastante particular, está conformada por las cuchillas La
Floresta y Loma Nutibara; litológicamente, esta asociada a la Formación Combia.

Área de prospección arqueológica 1 (UG-I). Con una superficie de aproximadamente 18.000 m²


calculada a partir de vértices coordenados en: X1 1.163.440, Y 1 1.137.180; X 2 1.163.445, Y 2 1.137.300;
X 3 1.163.320, Y3 1.137.290 X4 1.163.330; Y4 1.137.175; su altura sobre el nivel del mar es de 1150 m.
Corresponde a dos semicolinas separadas por un drenaje natural, ubicadas al SW del Organal de La
Floresta.

Área de prospección
arqueológica No 1. La Floresta
En esta unidad se realizaron 16
pozos de sondeo con una
distancia de 7 m entre ellos y 11
barrenos con 5 m de separación
entre sí; de los cuales 7 fueron
en la pendiente; estas
actividades arqueológicas se
hicieron en forma de cruz con
una orientación Este – Oeste y
Norte – Sur.

En un pequeño descanso en la
ladera de la colina aledaña, se
realizó una línea de 3 barrenos
cada 5 m en dirección N – S.
Los círculos achurados señalan
la ubicación de excavaciones,
posiblemente realizadas por
guaqueros.

La semicolina de mayor tamaño se encuentra actualmente cubierta por pastos para la ganadería, en la
cual se encuentra un saladero y una casa en la actualidad abandonada. En las excavaciones más
cercanas a la casa, se encontró gran cantidad de basura como huesos, plástico, metal, vidrio, loza,
tela y teja. En los pozos realizados en la zona central se encontraron fragmentos cerámicos de
tamaño menor a 5 cm; dichos pozos se encuentran ubicados muy cerca de evidencias de guaquería.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 6

La estratigrafía en esta área presenta las siguientes características:

Horizonte A: entre 0 y 2 cm de profundidad, capa orgánica escasa o nula en su


desarrollo, compuesta por restos de pastos y con presencia de lombrices.

Horizonte C: entre 2 y 30 cm de profundidad, suelo de color 10 YR 4/3 (brown) con


abundante presencia de lombrices y algunas trazas de carbón, también aparecen
nódulos de roca alterada de tamaño 1 cm, con abundante cantidad de raíces y poca
bioturbación. Aparecen concreciones de hierro cuya mayor concentración se presenta a
los 22 cm de profundidad. La textura es limo arcillosa, aunque en algunas ocasiones
suele tomar tonos de gris dando como resultado un color 10 YR 3/2 (very dark grayish
brown), abigarrado con tonos amarillos y rojizos.

Horizonte de transición CD: a partir de los 30 cm de profundidad de textura areno limosa


de color 10 YR 5/6 (yellownish brown) con coloraciones anaranjadas y ocres, presenta
concreciones de hierro en menor cantidad y nódulos de arcilla, conserva parte de la
estructura de la roca original. Algunas veces se presenta un estrato de arcilla de color 10
YR 5/2 (grayish brown) con un espesor de 10 cm a los 35 - 40 cm de profundidad.

La estratigrafía del escalón ubicado en la colina aledaña a la anteriormente descrita, arrojó los
siguientes resultados:

Horizonte A: entre 0 y 2 cm de profundidad, capa vegetal con presencia de pastos para la


ganadería.

Horizonte C: de 2 a 20 cm de profundidad, de color oscuro 10 YR 4/3 (brown), textura


limo arcillosa, abigarrado con tonos rojos y amarillos, abundancia de concreciones de
hierro.

Horizonte de transición CD: de 20 cm de profundidad en adelante, no se pudo determinar


con claridad este estrato, ya que la gran concentración de concreciones de roca no
permitía continuar el trabajo con barreno. De textura areno limoso de color 10 YR 5/6
(yellownish brown).
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 7

Área de prospección arqueológica 2 (UG-I). Con una superficie de aproximadamente 4.900 m²


calculada a partir de los siguientes vértices coordenados: X1 1.163.700, Y 1 1.137.540; X2 1.163.740, Y2
1.137.550; X 3 1.163.740, Y 3 1.137.590 X 4 1.163.700; Y 4 1.137.585. Altura aproximada 1180 m.s.n.m.
Corresponde a un escalón morfológico aledaño a mayor altura, esta expresión del relieve se halla a 30
metros del costado occidental del organal El Balsal, en su parte media (aproximadamente 20m sobre
la carretera).

Foto No. 1. Visual desde la media ladera del cerro El Palmichal, la vegetación en el extremo
izquierdo marca la ubicación del organal La Floresta. Áreas de prospección arqueológica 1 y 3.

El perfil generalizado comprende una estratigrafía natural derivada de la Formación Amagá:

Horizonte A: de 0 a 4 cm de profundidad. Compuesto de pastos para la ganadería, con


presencia de lombrices.

Horizonte B: de 4 a 12 cm de profundidad, de color 10 YR 4/3 (brown) con características


de granulosidad; aparecen algunas trazas de carbón vegetal.

Horizonte de transición BC: a partir de los 12 cm de profundidad, aparece un suelo de


color 10 YR 5/6 (yellownish brown) con coloraciones ocres, presenta gran cantidad de
nódulos de arcilla y algunos óxidos de hierro. A partir de 45 cm de profundidad, se
dificulta el trabajo con barreno debido a la abundancia de concreciones.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 8

Área de prospección
arqueológica Nos 2 y 3
En el área de prospección
arqueológica 2, se realizaron
en total 4 barrenos en una
superficie plana que presenta
claras evidencias de labores de
banqueo.

El área de prospección
arqueológica 3 corresponde a
un plano de adecuación en el
que se realizaron 34 barrenos
en forma de 5 líneas paralelas
con una separación de 10 m
entre sí y 5 m entre cada
barreno.
En la gráfica los árboles
marcan la ubicación del
organal.

Foto No. 2.
Área de prospección arqueológica No 3.
La vegetación señala la ubicación del
organal LaFloresta.

Área de prospección arqueológica 3 (UG-I). Con una superficie de aproximadamente 8.300 m²


calculada a partir de vértices coordenados en: X1 1.163.555, Y 1 1.137.425; X 2 1.163.655, Y 2 1.137.485;
X 3 1.163.565, Y3 1.137.475 X 4 1.163.560; Y 4 1.137.415. Se encuentra a una altura de 1180 m.s.n.m. Se
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 9

trata de una colina que presenta un corte en la pendiente, resultado de una posible adecuación para
su uso; dicho corte corresponde a un espacio plano en la ladera en el cual se encuentra actualmente
un saladero para el ganado.

La estratigrafía general observada es:

Horizonte A: entre los 0 y 2 cm de profundidad, a veces inexistente compuesto de pastos


para la ganadería y presencia de actividad orgánica como lombrices.

Horizonte B: entre los 2 y 20 cm de profundidad, límite difuso, la actividad orgánica es


menor que la del horizonte anterior, aunque se encuentran trazas de carbón en poca
cantidad y persiste la abundancia de raíces, hay poca bioturbación. Su textura es limo
arcillosa de color 10 YR 4/3 (brown) abigarrado con coloraciones rojizas y amarillas
evidencias de actividad orgánica y nódulos de piedra de tamaño 1 cm.

Horizonte de transición BC: a partir de los 20 cm de profundidad y en adelante, su color


es 10 YR 5/6 (yellownish brown) de textura areno limosa, con nódulos de hierro y arcilla,
conservando parte de la estructura de la roca original. Las coloraciones varían de
anaranjadas a ocres. No se observó ningún tipo de material cultural.

Área de prospección arqueológica 4 (UG-II). Con una superficie de aproximadamente 7.200 m²


calculada en vértices coordenados: X 1 1.163.600, Y 1 1.137.045; X2 1.163.615, Y 2 1.137.150; X 3
1.163.575, Y 3 1.137.155 X 4 1.163.550; Y4 1.137.055. Su altura es de 1180 m.s.n.m. Corresponde a un
cerro de cima redondeada y pendientes largas y paralelas. Desde la cima se tiene una buena
visibilidad hacia las lomas Nutibara, Vizcaya y hacia el valle del Río Amagá; pudiera tratarse de un
lugar estratégico, ya que permite un amplio dominio visual sobre el territorio.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 10

Foto No. 3.Terraza sobre la cuchilla del cerro El Palmichal, vereda La Floresta, en el primer plano
puede observarse el área de prospección arqueológica No 4.

Área de prospección
arqueológica No 4. Terraza en el
cerro El Palmichal.
Se realizaron 5 barrenos en la
cima y 7 pozos de sondeo en un
escalón morfológico a media
vertiente. La estratigrafía natural
(suelo residual) en la cima se
presenta a partir del desarrollo
de horizonte B y en el peldaño un
coluvión producto de la
depositación de sedimentos finos
y algunos fragmentos de roca
provenientes de la cima del
cerro, (Pórfido del Palmichal).

La etnografía señala este lugar por encontrarse allí, gran cantidad de cerámica. En las laderas de este
cerro se reporta además la existencia de un basurero; debido a esto, según los habitantes de la zona,
en las laderas de este cerro basta remover un poco la tierra suelta para comenzar a encontrar cuescos
y pedazos de cerámica en abundancia.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 11

En general este cerro presenta en su cima, intensa actividad asociada a la guaquería, por lo cual se
encuentran numerosas excavaciones de hasta 5 m de ancho por 7 m de largo. El perfil generalizado
de suelo residual desarrollado en pórfido se describe a continuación:

Horizonte A: de 0 a 18cm de profundidad, se trata de un horizonte orgánico superficial


constituido por la descomposición de material vegetal. Desde los 15 centímetros
aparecen muy pequeños fragmentos de cerámica.

Horizonte B: de 18 a 30cm de profundidad, es un suelo con abundante materia orgánica


mezclada con rocas tamaño gravas, de matriz limo arenosa, húmeda de color 10 YR 4/3
(brown). A lo largo del estrato se presentan muy pequeños fragmentos cerámicos.

Horizonte C: a partir de 30cm de profundidad, suelo amarillo rojizo, textura arcillosa


arenosa, seco, compacto, con concreciones de óxidos de hierro, de color 10 YR 5/6
(yellownish brown).

En el escalón morfológico ubicado en la Vertiente occidental de Cerro, el perfil de meteorización


muestra un depósito coluvial que recubre la geoforma y modela su expresión superficial; por medio de
la realización de varios pozos de sondeo se encontró material cultural a una profundidad de unos 30
cm embebido en el depósito, así como carbón vegetal a diferentes profundidades, la ocurrencia de
este fragmento de cerámica, y el carbón vegetal, obedece a transporte por erosión superficial en
sectores aledaños de mayor altura y posterior enterramiento por superposición de eventos erosivos.
La estratigrafía encontrada en dos de los sondeos de exploración realizados, se describe a
continuación.

Horizonte A: de 0 a 35cm de profundidad, limo arcilloso, de color 10 YR 4/3 (brown),


textura arcillo arenosa con fragmentos de rocas hasta 1cm de diámetro, con abundante
cantidad de raíces.

Horizonte C: a partir de 35cm de profundidad, corresponde a un suelo areno limoso de


color similar al anterior, con coloraciones de gris y manchas de materia orgánica;
presencia de abundantes fragmentos de roca meteorizada, conserva parte de la
estructura de la roca original. Se encontró un fragmento de cerámica muy erosionado.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 12

Área de prospección arqueológica 5 (UG-I). Con una superficie de aproximadamente 18.900 m²


calculada a partir de vértices coordenados en: X1 1.163.700, Y 1 1.137.375; X 2 1.163.905, Y 2 1.137.410;
X 3 1.163.895, Y 3 1.137.475 X 4 1.163.750; Y 4 1.137.485, y a una altura de 1150 m.s.n.m. Se trata de
una ondulación del terreno de forma alargada, con tope plano y estrecho y una alta concentración de
palmeras, ubicado al norte de la Vía Titiribí El Balsal. El perfil generalizado comprende una
estratigrafía natural derivada de la Formación Amagá con la presencia de algunos restos de cerámica
en los horizontes superficiales.

La estratigrafía es la siguiente:

Horizonte A: de 0 a 4 cm de profundidad, con límite difuso, compuesto por una capa


vegetal conformada por pastos para ganadería, presencia de raíces, lombrices y
abundantes semillas de palma.

Horizonte C: de 4 a 15 cm de profundidad, con límite claro. Su color es 10 YR 4/3


(brown), de textura arcillosa, compacto y abigarrado con coloraciones anaranjadas y
ocres, presencia de raíces, lombrices, trazas de carbón, rocas pequeñas y nódulos de
hierro. En este estrato aparecen fragmentos cerámicos y una pequeña lasca de cuarzo
lechosos de 1 x 0.5 cm.

Horizonte de transición CD: a partir de los 15 cm de profundidad, con textura areno


limosa de color 10 YR 5/6 (yellownish brown) con coloraciones anaranjadas y ocres, con
algunas trazas de carbón mineral. Conserva parte de la estructura de la roca parental,
contiene nódulos de hierro y roca pequeños.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 13

Área de prospección
arqueológica No 5.

Se realizaron 21 pozos de
sondeo en línea recta cada 5 m
a lo largo de su tope. El perfil
generalizado comprende una
estratigrafía natural de la
Formación Amagá con la
presencia de algunos
fragmentos cerámicos bastante
erocionados y muy pequeños (2,
3 mm) cuarzos.

Área de prospección arqueológica 6 (UG-I). Con una superficie de aproximadamente 15.600 m²


calculada según vértices coordenados en: X 1 1.163.900, Y 1 1.137.605; X 2 1.164.010, Y2 1.137.595; X 3
1.164.015, Y3 1.137.710 X4 1.163.895; Y 4 1.137.685, su altura aproximada es de 1130 m.s.n.m.
Corresponde a dos ondulaciones planas ubicadas al Este del Organal del Balsal, y a ambos lados del
camino que une el sector del Silencio con la Hacienda Lara.

La estratigrafía de la colina plana ubicada a la izquierda de la carretera hacia la Hacienda Lara es la


siguiente:

Horizonte A1: de 0 a 2 cm de profundidad algunas veces inexistente, capa vegetal


compuesta de pastos para ganadería y lombrices.

Horizonte A2: de 2 a 37 cm de profundidad, de color 10 YR 3/3 (dark brown), areno


arcilloso con trazas pequeñas de carbón mineral y vegetal, presencia de raíces y
lombrices. Aparecen fragmentos de cerámica.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 14

Horizonte C: de 37 a 50 cm de profundidad, suelo plástico de color 10 YR 4/3 (brown)


con coloraciones de amarillo ocre, de textura arcillosa, se observan nódulos de hierro
muy meteorizados de 3 cm de espesor y óxidos de manganeso.

Horizonte de transición CD: a partir de 50 cm de profundidad, el suelo presenta las


mismas características que el anterior volviéndose más plástico y compacto, lo cual
imposibilita continuar el trabajo con barreno. Se trata del saprolito de los suelos de la
formación Amagá.

Area de prospección arqueológica


No 6. La Floresta-El Balsal.
Ubicada al lado izquierdo de la
carretera que se dirige hacia la
Hacienda Lara.
Se realizaron 11 barrenos de
acuerdo con dos líneas rectas
paralelas entre sí, en dirección
N40E y 2 barrenos más ubicados a
ambos lados de las líneas.

Estratigrafía de la colina ubicada a la derecha de la misma caretera: (6 A)

Horizonte A1: de 0 a 2 cm de profundidad, componen el estrato pastos para la ganadería,


lombrices y raíces.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 15

Horizonte A2: de 2 a 36 cm de profundidad, de color 10 YR 3/3 (dark brown), areno


arcilloso con trazas pequeñas de carbón mineral, raíces, lombrices y concreciones de
hierro muy meteorizadas.

Horizonte C: a partir de 36 cm de profundidad, su color es 10 YR 4/3 (brown) con


coloraciones de amarillo y ocre, arcilloso y plástico, se observan nódulos de hierro.

Área de prospección
arqueológica No 6. Localizada al
lado derecho de la carretera
que conduce hacia la Hacienda
la Lara.
Corresponde a una pequeña
colina en la cual se realizaron
12 barrenos en forma de zigzag
en dirección N44E.

Área de prospección arqueológica 7 (UG-II). Sobre Morro Redondo, con una superficie de 24.600
m² , calculada a partir de vértices coordenados en: X1 1.163.305, Y 1 1.137.745; X2 1.163.360, Y 2
1.137.780; X 3 1.163.225, Y3 1.137.990 X 4 1.163.155; Y4 1.137.910, y una altura de 1300 m.s.n.m.

Corresponde a un cerro aislado de pórfido andesítico con tope plano y estrecho de forma alargada en
dirección N33W, su base es amplia y las pendientes son largas, abruptas y escarpadas. De igual
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 16

forma se encuentra alterada su estratigrafía y modificada su superficie por grandes y erráticas


intervenciones, producto de la guaquería. De esta área se desprendieron los bloques de rocas que
constituyen los organales de La Floresta y El Balsal.

La información estratigráfica obtenida en este sondeo fue la siguiente:

Horizonte A: de 0 a 4cm de profundidad, compuesto por capa vegetal de pastos para la


ganadería y lombrices.

Horizonte B: de 4 a 30cm de profundidad, de color 10 YR 4/3 (brown) abigarrado con


amarillo, textura arcillosa con presencia de nódulos de hierro y trazas de carbón.

Horizonte de transición BC: a partir de 30cm de profundidad, textura areno limosa con
presencia de abundantes trazas de carbón y fragmentos de roca. Su color es 10 YR 5/6
(yellownish brown) con coloraciones anaranjadas y ocres. Se hallaron en su interior
algunos fragmentos de material cerámico muy erosionados.

Área de prospección
arqueológica No 7. Morro
Redondo.

Sobre la cima, en la gráfica los


círculos achurados señalan
profundas excavaciones
realizadas por guaqueros.
En uno de sus topes se
realizaron 2 pozos de sondeo,
uno de ellos en un lugar
intervenido por guaquería donde
se encontró vidrio y plástico
correspondientes a los restos de
una botella de aguardiente y
una bolsa, suponemos que se
trata de evidencias dejadas por
los guaqueros.
Se realizaron además 5
barrenos de forma aleatoria.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 17

Área de prospección arqueológica 8 (UG-I). En la rivera norte del río Amaga, con un área de
aproximadamente 50.000 m², calculada a partir de vértices coordenados en: X 1 1.166.240, Y 1
1.137.390; X 2 1.166.445, Y2 1.137.425; X3 1.166.480, Y3 1.137.550 X4 1.166.250; Y4 1.137.600, de
acuerdo al análisis de paisaje, se determinó esta zona como arqueológicamente interesante debido a
su geomorfología de peldaños planos, además de los informes sobre hallazgos en la hacienda Lara de
piezas cerámicas indígenas. Ubicada en cercanías a la casa de dicha hacienda, corresponde a tres
peldaños cuya morfología ha sido modelada por un coluvión en la parte más alta, una terraza aluvial
en la margen Izquierda del Río Amagá y la llanura aluvial de este mismo río. Presenta concentración
de palmeras y actualmente se encuentra acondicionada para el uso de la ganadería. Su altura está
entre los 550 a 630 m.s.n.m. Como rasgo arqueológico sobresaliente, se detecta la presencia de
líneas de piedra, posiblemente muros, en la actualidad cubiertos por la vegetación, por su ubicación;
cerca del contrafuerte de una colina y alejados del río, no parece tratarse de adecuaciones para
proteger la terraza ni hacer parte de un corral para el ganado. Es interesante anotar que en esta zona
los saladeros para el ganado están en su gran mayoría colocados sobre pisos en piedra, protegiendo
así eficazmente el suelo contra el pisoteo y permanente humedad que afecta estos lugares.

Área de prospección
arqueológica No 8. Hacienda La
Lara.
Dada la enorme cantidad de
piedra fue imposible realizar
pozos de sondeo
sistemáticamente. Se realizaron
cortes en perfil en el peldaño
superior y en el inferior,
señalados en la gráfica por
semicírculos achurados; en el
segundo peldaño, se realizaron
dos pozos de sondeo y 8
barrenos.
Obsérvese en la gráfica la
localización de los muros de
piedra.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 18

En el peldaño 1, parte superior de la colina, se revisó un perfil, el cual arrojó información sobre
depósitos de origen coluvial en este tope plano. En el segundo peldaño, se realizaron 2 pozos de
sondeo y 8 barrenos, que arrojaron información acerca de la procedencia aluvial de este nivel, se
realizó además la limpieza de un perfil y un vallado en roca. El tercer nivel se trata de la llanura de
inundación del Río Amagá, el cual pasa por un lado de esta unidad.

Estratigrafía en el peldaño 1:
Horizonte A: de 0 a 2 cm de profundidad, compuesto de raíces y pastos para la
ganadería.

Horizonte C: a partir de 2 cm de profundidad, suelo limo arcilloso de color 10 YR 3/2


(very dark grayish brown), inclusiones de tamaño arena y concreciones de hierro y
abundancia de fragmentos de roca.

Estratigrafía en el peldaño 2:
Horizonte A: de 0 a 2 cm de profundidad, compuesto por pastos para la ganadería.

Horizonte B: a partir de 2 cm de profundidad, corresponde a un suelo de color 10 YR 3/2


(very dark grayish brown), limo arcilloso con arenas de cuarzo y fragmentos areniscas
silíceas verdes, anfibolitas y diabasas redondeados a subredondeados de 18 cm de
diámetro aproximadamente en una matriz de color. A partir de los 45 cm de profundidad,
predomina arena gruesa, fragmentos de cuarzo, rocas verdes y anfibolitas silíceas, el
material es más fino aunque el contacto entre los estratos es gradacional.

Foto No. 4. Hacienda La Lara, obsérvese los peldaños en los que se realizo la prospección
arqueológica; en el plano medio de la foto el río Amaga.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 19

Área de prospección arqueológica 9 (UG-III). “El Achiral”, con una superficie aproximada de 35.000
m² calculada a partir de vértices coordenados en: X 1 1.165.220, Y 1 1.138.910; X2 1.165.450, Y 2
1.138.820; X 3 1.165.520, Y3 1.138.940 X 4 1.165.295; Y4 1.139.040, está constituida por tres peldaños
morfológicos a media vertiente con largas y empinadas pendientes, en divisoria de aguas donde la
pendiente se suaviza. El perfil de meteorización superficial se desarrolla sobre un depósito de
granulometría fina (coluvión) donde no se ha formado una diferenciación horizontal clara. Su altura
está entre los 1250 y los 1430 m.s.n.m.

La gráfica corresponde a las


áreas de prospección
arqueológica 9 y 10.
En el área señalada con el
número 9, se realizaron 7 pozos
de sondeo ubicados en la parte
plana de cada uno de los
escalones de la pendiente; en
ellos como elementos asociados
a actividad antrópica se
localizaron abundantes trazas
de carbón desde los 15
centímetros de profundidad y
algunos cuarcitos y un
fragmento cerámico.

El área de prospección
arqueológica 10 corresponde a
un escalón aledaño, en el cual
se realizaron 2 pozos de
sondeo, véase extremo
izquierdo de la gráfica.

Se trata de un potrero cuya denominación se debe a la abundancia de la planta llamada achira la cual
tiene hojas anchas como la del plátano, de tamaño pequeño y flor grande y roja o en algunos casos
amarilla. Este potrero según información etnográfica, es de suma importancia, debido a la presencia
de evidentes adecuaciones del terreno correspondientes a drenajes. Al abordar dicho lugar, se pudo
corroborar la existencia, además de los drenajes, de un camino empedrado (obsérvese línea continua
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 20

en la gráfica). En las partes planas que forman las terrazas se observan excavaciones producto de la
guaquería, una de ellas se encuentra llena de agua posiblemente con el propósito de acondicionarla
como pozo para el ganado, comúnmente llamado jagüey.

El perfil de meteorización está definido por un horizonte orgánico de color gris oscuro, con textura
arcillosa - arenosa y con presencia de fragmentos de roca alterada, la ocurrencia de materia orgánica
se mantiene en toda la profundidad investigada (50 cm), la gradación hacia la base del horizonte
muestra un aumento de material rocoso alterado, cambio en la textura limo arenosa, disminución leve
del contenido en materia orgánica, sin embargo no hay formación de horizontes claramente
diferenciables; en casi todo el perfil se encuentran fragmentos de carbón vegetal en descomposición y
presencia de alta humedad; todo lo anterior corresponde a un coluvión que se superpone sobre la roca
meteorizada.

La estratigrafía general es la siguiente:

Horizonte A: de 0 a 10 cm de profundidad, corresponde a un suelo limo arcilloso, de color


7.5 YR 2.5/1 (black), textura arcillo- arenosa con fragmentos de rocas hasta 1 cm de
diámetro, con abundante cantidad de raíces.

Horizonte C: a partir de 10 cm de profundidad con límite claro, de color 10 YR 4/3


(brown), con algunas manchas, producto de la descomposición de materia orgánica. Es
un suelo areno limoso, con abundantes fragmentos de roca meteorizada, concreciones
de hierro, trazas de carbón y fragmentos pequeños de cuarzo; conserva parte de la
estructura de la roca original. Se encontró fragmento cerámico a 15cm de profundidad. Al
finalizar este estrato, en lo que corresponde a una línea transicional, se encontró carbón
vegetal en una franja de aproximadamente 2cm de espesor. A partir de los 22cm de
profundidad, comienza a darse un cambio gradacional a gris mezclado con amarillo.

Observación. La estratigrafía de las áreas de prospección arqueológica (4 y 9) correspondiente a


escalones morfológicos, está constituida por depósitos coluviales que recubren las superficies de las
mismas, por lo tanto no hay desarrollo de un perfil de meteorización in situ diferenciado por
horizontes. En cuanto al carbón vegetal encontrado a diferentes profundidades, su presencia podría
corresponde a transporte y depositación por medios naturales (erosión hídrica superficial), por lo tanto
la asociación de este, con material cultural (fragmentos de cerámica), no permite una filiación
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 21

estratigráfica directa entre los dos tipos de restos materiales, ya que intermedia para su ubicación
espacial y estratigráfica, un fenómeno erosivo natural.

Área de prospección arqueológica 10 (UG-III). Con una superficie aproximada de 8.000 m²


calculada a partir de vértices coordenados en: X1 1.165.100, Y 1 1.138.780; X 2 1.165.155, Y 2 1.138.800;
X 3 1.165.140, Y3 1.138.865 X4 1.165.070; Y 4 1.138.850, corresponde a un peldaño morfológico aislado
del área anterior pero perteneciente al mismo sistema morfológico. Altura aproximada 1420 m.s.n.m.
(Véase foto No )

La estratigrafía de esta área consta de una capa de materia orgánica gruesa de unos 35 cm de
espesor con textura arcillosa y un sustrato areno arcilloso con abundantes gravas angulosas de color
gris oscura muy húmeda, plástica y compacta, se reconoce carbón vegetal en la primera capa del
perfil.

Se realizaron 2 pozos de sondeo que arrojaron los siguientes resultados:

Horizonte A: de 0 a 37cm de profundidad, suelo limo arcilloso, conformado por pastos


para el ganado, textura arcillo arenosa con fragmentos de rocas hasta 1cm de diámetro,
con abundante cantidad de raíces.

Horizonte C: a partir de 37cm de profundidad, areno limoso de color 10 YR 4/3 (brown)


con coloraciones de gris y manchas de materia orgánica, alto contenido de grava,
fragmentos de cuarzo pequeños, fragmentos de roca subredondeados, presenta
meteorización a partir del depósito y conserva parte de la estructura de la roca parental.
Seguidamente se encuentra una franja de carbón vegetal de 2cm de espesor.

Cuchilla La Floresta (UG-IV). Con un área de aproximadamente 60.000 m² según vértices


coordenados en: X 1 1.164.020, Y1 1.136.325; X2 1.164.060, Y 2 1.136.425; X 3 1.163.540, Y3 1.136.640
X 4 1.163.450; Y 4 1.136.500; correspondiente a la denominada Cuchilla de La Floresta, en ella no se
realizaron labores de excavación, debido a intensa concentración de intervenciones de guaquería, la
cual llega incluso a modificar la forma de la superficie de esta unidad. Su altura sobre el nivel del mar
es 1150-1200 m.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 22

Área Este: Los Micos-El Bosque

Geomorfología y áreas de prospección arqueológica

En esta zona en particular, se identificaron 2 unidades geomorfológicas contrastantes:

Unidad Geomorfológica I (UG-I). Esta unidad está caracterizada por un relieve ondulado suave con
la presencia de semicolinas bajas; está representada por el relieve que modela la formación Amagá
(rocas sedimentarias), el cual forma un cambio notable de la pendiente en la parte baja de la vertiente
del flanco sur del valle del río Amagá que finaliza en el cañón del río con pendientes fuertes hasta
abruptas, laderas largas y filos estrechos con cimas subredondeadas.

La red de drenaje de esta unidad es de forma paralela, densa, donde predominan principalmente los
drenajes con cauces profundos, lechos torrenciales y alta capacidad erosiva, que denotan un control
estructural; tienen formas rectas y largas, con divisorias estrechas y poco pronunciadas. Abundan los
procesos erosivos por socavación lateral, incisión vertical y movimientos en masa lentos, inducidos
por la dinámica del agua.

Unidad Geomorfológica II (UG II). Corresponde a la parte centro sur del área Este de estudio. La
constituyen las partes más altas con pendientes fuertes y largas de forma convexa–cóncava, donde
sobresalen las cuchillas alargadas con cimas amplias, semiplanas y escalonadas formando peldaños
de particular interés para la prospección arqueológica.

Se trata de una unidad cuyo modelado del relieve ocurre en rocas ígneas plutónicas de composición
andesítica y textura porfídica, formando una cuchilla de base amplia que representa parte del cerro
Corcovado. La red de drenaje erosivo es subparalela espaciada compuesta por pocos drenajes
importantes; los tributarios son largos, con cauces profundos, rectos y muy torrenciales, algunos
controlados por estructuras.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 23

Foto No. 5. Panorámica de la hacienda El Bosque desde la carretera que conduce a Titiribí.

Ubicación de las áreas de prospección arqueológica según vértices coordenados. Zona Este:
Los Micos-El Bosque
Unidad Área de prospección Cota Coordenada (X) Coordenada (Y) Área m²
Geomorfológica arqueológica
UG-I 1.164.310 1.146.040
Organal Patudo 1250-1350 1.164.535 1.146.220 64.000
1.164.395 1.146.385
1.164.250 1.146.185
1.164.130 1.146.185
UG-I Organal Cajones 1250-1400 1.164.215 1.146.400 218.400
1.163.410 1.146.690
1.163.275 1.146.495
1.164.170 1.146.020
UG-II 1 1370 1.164.245 1.146.050 11.300
1.164.250 1.146.150
1.164.120 1.146.100
1.164.975 1.146.410
UG II 2 1200 1.164.930 1.146.420 2.500
1.164.925 1.146.475
1.164.975 1.146.480
1.164.685 1.146.430
UG-I 3 1250 1.164.670 1.146.445 1.500
1.164.730 1.146.450
1.164.720 1.146.490
1.164.480 1.146.400
UG-I 4 1270 1.164.560 1.146.450 8.400
1.164.535 1.146.580
1.164.400 1.146.485
1.164.425 1.146.545
UG-I 5 1270 1.164.515 1.146.630 18.200
1.164.425 1.146.705
1.164.345 1.146.640
1.163.865 1.146.775
UG-I 6 1200 1.163.900 1.146.820 4.800
1.163.850 1.146.865
1.163.825 1.146.830
1.163.180 1.146.710
UG-I 7 1200 1.163.195 1.146.750 3.500
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 24

1.163.125 1.146.750
1.163.130 1.146.710
1.163.145 1.146.625
UG-I 8 1300 1.163.145 1.146.680 4.500
1.163.070 1.146.675
1.163.080 1.146.615
1.162.200 1.144.120
UG-I 9 1750 1.162.215 1.144.150 1.400
1.162.180 1.144.170
1.162.165 1.144.140
1.162.285 1.144.235
UG-II 10 1750 1.162.340 1.144.300 7.500
1.162.270 1.144.345
1.162.225 1.144.265
1.162.345 1.144.965
UG-II 11 1830 1.162.505 1.144.965 18.900
1.162.505 1.145.045
1.162.355 1.145.060
1.162.595 1.144.995
UG-II 12 1830 1.162.665 1.145.090 14.000
1.162.630 1.145.150
1.162.525 1.145.065
1.162.980 1.145.320
UG-II 13 1780 1.163.100 1.145.400 15.000
1.163.050 1.145.475
1.162.930 1.145.395
1.163.425 1.146.005
UG-II 14 1570 1.163.725 1.146.015 40.500
1.163.735 1.146.115
1.163.420 1.146.135

Foto No. 6. Hacienda El Bosque terrazas localizadas arriba del organal patudo, área de prospección
arqueológica No 1.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 25

Área de prospección arqueológica 1 (UG-II). Con una superficie aproximada de 11.300 m²,
calculada a partir de vértices coordenados en: X1 1.164.170, Y 1 1.146.020; X 2 1.164.245, Y 2 1.146.050;
X 3 1.164.250, Y3 1.146.150 X4 1.164.120; Y 4 1.146.100,.; correspondiente a la cima de la colina desde
la cual comienza el denominado organal Patudo, a una altura de 1370 m.s.n.m.

Esta área está ubicada al extremo noreste de la UGII y se encuentra dentro de una unidad de colinas
bajas recubiertas por flujos de escombros y bloques de roca.

Los suelos encontrados son:

Horizonte A: de 0 a 14 cm de espesor, de color 10 YR 4/2 (dark grayish brown)


compuesto de pastos para la ganadería, raíces y lombrices, abundancia de pequeños
fragmentos de rocas de pórfido alterado y nódulos redondeados, de textura areno limosa
muy blanda y suelta. Se encontró un fragmento cerámico en este estrato.

Horizonte C: de 14 a 34 cm de profundidad, de textura areno limosa, su color es 10 YR


3/2 (very dark grayish brown) con coloraciones de amarillo, nódulos de roca en
abundancia, fragmentos de cuarzo de 1 cm de diámetro y trazas de carbón. Se
encuentra un fragmento cerámico en este nivel.

Horizonte de transición CD: a partir de los 34 cm de profundidad, textura arenosa muy


compacta de color 10 YR 5/6 (yellownish brown) con fragmentos de pórfido muy
meteorizados y coloraciones anaranjadas que evidencian actividad orgánica.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 26

Área de prospección
arqueológica No 1. Hacienda El
Bosque.
En esta área se realizaron 5
pozos de sondeo, 3 de ellos en
escalones en la pendiente y los
restantes en el tope plano. La
figura geométrica triangular
muestra la presencia de rocas.

Área de prospección arqueológica 2 (UG-I). Con una superficie aproximada de 2.500 m² según
vértices coordenados en: X1 1.164.975, Y 1 1.146.410; X 2 1.164.930, Y 2 1.146.420; X 3 1.164.925, Y 3
1.146.475; X 4 1.164.975; Y 4 1.146.480, su altura es de 1200 m.s.n.m.; corresponde a una colina de
cima plana actualmente cubierta de vegetación baja y espinosas, tiene pendiente moderada.

Presenta la siguiente estratigrafía:

Horizonte A: de 0 a 2 cm de profundidad, compuesto de pastos y raíces.

Horizonte B: de 2 a 26 cm de profundidad, suelo de color 10 YR 3/2 (very dark grayish


brown) con coloraciones de gris, textura areno limosa con presencia de nódulos de arcilla
y cuarzos de tamaño milimétrico en poca cantidad, traza de carbón y concreciones de
hierro. Fragmentos cerámicos a 22 cm de profundidad.

Horizonte de transición BC: de 26 a 40 cm de profundidad, suelo de características


similares al anterior, un poco más suave y suelto, presenta coloraciones amarillas y
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 27

anaranjadas. Fragmentos de cerámica a 30 y 40 cm de profundidad; el primero, asociado


a carbón vegetal y lasca de cuarzo.

Horizonte C: a partir de los 40 cm de profundidad, suelo saprolítico de textura arenosa y


suave, color 7.5 YR 6/8 (reddish yellow) con coloraciones amarillas y rojizas, presenta
algunas concreciones de arcillolitas.

Áreas de prospección
arqueológica Nos 2, 3, 4 y 5.
Hacienda El Bosque.
Se trata de ondulaciones
suaves del terreno y algunas
cimas planas.

Área de prospección arqueológica 3 (UG-I). Con una superficie aproximada de 1.500 m² calculada
según vértices coordenados en: X 1 1.164.685, Y1 1.146.430; X2 1.164.670, Y 2 1.146.445; X 3 1.164.730,
Y 3 1.146.450 X4 1.164.720; Y 4 1.146.490, corresponde a una colina con cima plana, en la cual se
encuentra un montículo, posible resultado de adecuación humana. Se encuentra a una altura de 1250
m.s.n.m; presenta evidencias de guaquería. Se realizaron 4 pozos de sondeo, uno en el montículo y
los restantes en la parte plana, los cuales arrojaron los siguientes datos:
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 28

Horizonte A: de 0 a 2 cm de profundidad, algunas veces inexistente, compuesta por


pastos para la ganadería.

Horizonte B: de 2 a 24 cm de profundidad, suelo de color 10 YR 4/1, 4/2 color? muy


húmedo de textura areno limosa, con coloraciones de gris, presencia de fragmentos de
cuarzo milimétricos, trazas de carbón, concreciones de hierro y fragmentos cerámicos a
20 y 23 cm de profundidad.

Horizonte de transición BC: de 24 a 34 cm de profundidad, de características similares al


anterior, color 10 YR 4/4 (dark yellowish brown), 10 YR 5/6 (yellowish brown), pierde
tonos pardos y toma coloraciones más amarillas y anaranjadas, presenta concreciones
de arcillolitas.

Horizonte C: a partir de los 34 cm de profundidad, suelo saprolítico de color 7.5 YR 6/8


(reddish yellow) con coloraciones amarillas y rojizas, concreciones de arcillolitas de
textura arenosa y suave.

Área de prospección arqueológica 4 (UG-I). Con una superficie aproximada de 8.400 m² según
vértices coordenados en: X1 1.164.480, Y 1 1.146.400; X 2 1.164.560, Y 2 1.146.450; X 3 1.164.535, Y 3
1.146.580 X 4 1.164.400; Y4 1.146.485, se trata de una serie de colinas bajas en las cuales se
realizaron 4 pozos de sondeo en posibles adecuaciones o escalones naturales del terreno cuyas
características son propicias para el desarrollo de actividades humanas. Su altura aproximada es de
1270 m.s.n.m. Su estratigrafía es la siguiente:

Horizonte A: de 0 a 8 cm de profundidad, compuesto por pastos para la ganadería, raíces


y lombrices.

Horizonte B: de 8 a 23 cm de profundidad, suelo de color 10 YR 3/2 (very dark grayish


brown) con coloraciones de gris de características suave al tacto y deleznable, presenta
coloraciones anaranjadas debido a la actividad orgánica, contiene pequeños fragmentos
de roca de 1 cm aproximadamente, pórfidos de 5 cm muy meteorizados, cuarzos y
concreciones de hierro milimétricas y trazas de carbón. A los 20 cm de profundidad
aparece fragmento de cerámica.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 29

Horizonte de transición BC: de 23 a 40 cm de profundidad, suelo de características


similares al anterior, pero de color abigarrado amarillo, rojo y gris, presenta concreciones
de arcillolitas, nódulos de hierro y fragmentos de pórfido, persisten las trazas de carbón.
Aparecen fragmentos cerámicos a los 27 cm de profundidad y una pequeña lasca de
cuarzo de 1 cm aproximadamente.

Horizonte C: a partir de los 40 cm de profundidad, suelo saprolítico de coloraciones


amarillas, blancas y rojizas, concreciones de arcillolitas de textura compacta y plástica.

Foto No. 98. Visual hacia el oriente, desde la parte alta del organal patudo, al fondo
el cañón del río Amaga. Áreas de prospección arqueológica Nos 2, 3, 4 y 5.

Área de prospección arqueológica 5 (UG-I). Con una superficie aproximada de 18.200 m², calculada
a partir de vértices coordenados en: X 1 1.164.425, Y1 1.146.545; X 2 1.164.515, Y2 1.146.630; X 3
1.164.425, Y 3 1.146.705 X 4 1.164.345; Y4 1.146.640, se encuentra a 1270 m.s.n.m; corresponde a una
serie de semicolinas bajas y ondulaciones suaves del relieve que modela las rocas sedimentarias de
la Formación Amagá, se trata de suelos residuales inmaduros a partir de la formación del horizontes
B. Estas superficies planas conforman la base del organal, y están actualmente cubiertas por
abundantes bloques de roca aislados. Se realizaron 6 pozos de sondeo, los cuales arrojaron los
siguientes resultados:
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 30

Horizonte A: de 0 a 5 cm de profundidad, plástico, algunas veces inexistente debido a la


erosión por sobrepastoreo.

Horizonte B: de 5 a 28 cm de profundidad, suelo de textura arenosa, de color 10 YR 4/4


(dark yellowish brown) con coloraciones amarillas, compuesto por concreciones de roca,
pórfidos de 5 cm, fragmentos de cuarzo de mm y algunas trazas de carbón.

Horizonte de transición BC: de 28 a 47 cm de profundidad y límite difuso, suelo muy


arenoso un poco plástico y compacto, abigarrado con coloraciones de amarillo, rojo y
anaranjado, presencia de concreciones de hierro, cuarzo, minerales oscuros y trazas de
carbón hasta 40 cm de profundidad aproximadamente.

Horizonte C: a partir de 47 cm de profundidad, suelo saprolítico de coloraciones blancas


y amarillas, mantiene la textura arenosa y un poco de plasticidad.

Área de prospección arqueológica 6 (UG-I). Con una superficie aproximada de 4.800 m² según
vértices coordenados en X 1 1.163.865, Y1 1.146.775; X2 1.163.900, Y 2 1.146.820; X 3 1.163.850, Y 3
1.146.865 X 4 1.163.825; Y4 1.146.830, comprende una ondulación del terreno cuya forma corresponde
a una semicolina baja de cima plana compuesta de 3 escalones, en el más bajo hay restos de una
casa. Su altura es de 1200 m.s.n.m. El perfil de meteorización se describe a continuación:

Horizonte A: de 0 a 10 cm de profundidad, compuesto por pastos para la ganadería,


raíces y carbón mineral.

Horizonte B: de 10 a 24 cm de profundidad, de color 10 YR 4/4 (dark yellowish brown)


con coloraciones amarillas y grises, de textura areno limosa, se encuentran cuarzos y
fragmentos de roca de tamaño milimétrico, aparece fragmento cerámico a 14 cm de
profundidad.

Horizonte de transición BC: a partir de 24 cm de profundidad, de color amarillo 10 YR 5/6


(yellowish brown) con coloraciones de blanco y gris, textura areno limosa.

Área de prospección arqueológica 7 (UG-I). Con una superficie de aproximadamente 3.500 m²


según vértices coordenados en: X 1 1.163.180, Y1 1.146.710; X2 1.163.195, Y 2 1.146.750; X 3 1.163.125,
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 31

Y 3 1.146.750 X 4 1.163.130; Y 4 1.146.710, su altura es 1200 m.s.n.m; se trata de una semicolina baja
con cima plana y una ondulación suave del terreno, en un relieve de rocas sedimentarias. Presenta
una buena aptitud geomorfológica para uso humano. En su pendiente se observan 2 posibles
adecuaciones en forma de aterrazamientos. A partir de las actividades arqueológicas se registro el
siguiente perfil estratigráfico:

Horizonte A: de 0 a 4 cm de profundidad, algunas veces inexistente, compuesto de raíces


y pastos para la ganadería.

Horizonte B: de 4 a 18 cm de profundidad, es un suelo de color 10 YR 4/3 (brown) de


textura areno limosa un poco plástico, se encuentra abigarrado con amarillo y gris, se
encuentran raíces, abundancia de concreciones de arcillolitas y cuarzos de 1 cm, se
encuentra carbón vegetal en trazas, mal quemado o en nódulos.

Horizonte de transición BC: de 18 a 25 el cambio de estrato es gradual, las


características de este estrato son similares a las del anterior, tomando consistencia más
arenosa y coloraciones anaranjadas y rojizas. Se encuentra fragmento de cerámica a 20
cm de profundidad.

Área de prospección arqueológica 8 (UG-I). Con una superficie de aproximadamente 4.500 m²


calculada a partir de vértices coordenados en: X1 1.163.145, Y 1 1.146.625; X 2 1.163.145, Y 2 1.146.680;
X 3 1.163.070, Y 3 1.146.675 X 4 1.163.080; Y 4 1.146.615, pertenece a la misma formación de rocas
sedimentarias que la semicolina del área de prospección No 7. Su altura sobre el nivel del mar es de
1300 m. La estratigrafía registrada es la siguiente:

Horizonte A: de 0 a 2 cm de profundidad compuesto de pastos para la ganadería.

Horizonte B: de 2 a 17 cm de profundidad, suelo color gris con coloraciones ocre debido


a la oxidación de materia orgánica, hay presencia de pórfidos, trazas de carbón y
abundancia de concreciones de hierro. Se encuentran fragmentos cerámicos a 16 cm de
profundidad.

Horizonte de transición BC: a partir de 17 cm de profundidad, compacto y plástico, de


características similares al estrato anterior, su color es amarillo y gris.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 32

Áreas de prospección arqueológica Nos


6, 7 y 8. Hacienda El Bosque.
El área 6 comprende 3 escalones en
dos de los cuales se realizaron pozos de
sondeo.
En el área 7 se realizaron 2 pozos de
sondeo, uno en la cima, uno en cada
uno de los escalones de la pendiente y
un pozo más, en la base de la colina.
En el área 8 se realizaron 4 pozos de
sondeo

Área de prospección arqueológica 9 (UG-II). Con una superficie de aproximadamente 1.400 m²,
calculada a partir de vértices coordenados en: X1 1.162.200, Y 1 1.144.120; X 2 1.162.215, Y 2 1.144.150;
X 3 1.162.180, Y 3 1.144.170 X 4 1.162.165; Y 4 1.144.140, está constituida por un peldaño morfológico
cubierto de cultivos de café y pastos para la ganadería, corresponde a una expresión semiplana del
relieve en la base del cerro El Corcovado, este cambio de pendiente está influenciado por un cambio
litológico, presenta un suelo residual de Pórfido Andesítico. Su altura es 1750 m.s.n.m. En esta unidad
se realizaron 2 pozos de sondeo, los cuales arrojaron la siguiente información:

Horizonte A: de 0 a 20 cm de profundidad, compuesto por materia orgánica en


descomposición producto de la acumulación de hojas del cafetal. Suelo limo arcilloso, de
color 10 YR 4/3 (brown), textura arcillo arenosa con fragmentos de rocas hasta 1 cm de
diámetro, con abundante cantidad de raíces. Posee fragmentos de cerámica abundantes
y algunas trazas de carbón vegetal, tiene una base difusa con el horizonte inferior.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 33

Horizonte B: a partir de 20 cm de profundidad, el color es 10 YR 4/4 (dark yellowish


brown) con coloraciones amarillas. Areno limoso de color café amarillento manchado por
materia orgánica presencia de abundantes fragmentos de roca meteorizada, conservando
parte de la estructura de la roca original, aparecen fragmentos cerámicos en poca
cantidad. Hacia la base el color toma coloraciones de gris moteado de amarillo.

Área de prospección arqueológica 10 (UG-II). Con una superficie de aproximadamente 7.500 m²


coordenadas planas (vértices coordenados) en X 1 1.162.285, Y1 1.144.235; X 2 1.162.340, Y 2
1.144.300; X3 1.162.270, Y 3 1.144.345 X4 1.162.225; Y 4 1.144.265, su altura es 1750 m.s.n.m.;
separada del área anteriormente descrita por un drenaje erosivo, posee características muy similares.

Áreas de prospección
arqueológica Nos 9 y 10.
En esta gráfica el área de
prospección arqueológica No 9,
corresponde al cafetal.
En el área de prospección
arqueológica 10, se realizaron
13 pozos de sondeo a lo largo
de 3 líneas paralelas entre sí,
con orientación N-E.

Las actividades arqueológicas arrojaron la siguiente estratigrafía:

Horizonte A: de 0 a 30 cm de profundidad, compuesto por pastos para la ganadería y


abundantes raíces. Se trata de un suelo limo arenoso de color 10 YR 4/3 (brown), textura
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 34

arcillo arenosa con fragmentos de rocas hasta 1 cm de diámetro, presencia de pórfido


alterado, con abundante cantidad de raíces. Aparecen fragmentos cerámicos.

Horizonte de transición BC: de 30 a 43 cm de profundidad, corresponde a un suelo areno


limoso de color 2.5 Y 3/3 (dark olive brown), con manchas, producto de la
descomposición de materia orgánica, su textura es arenosa, muy suelto y suave. Se
encuentran abundantes fragmentos de roca meteorizada y conserva parte de la
estructura de la roca original. Aparecen algunos fragmentos de cerámica.

Horizonte C: a partir de 43 cm de profundidad, color 10 YR 5/6 (yellowish brown) con


algunas mezclas de carbón hasta 1m de profundidad y fragmentos de pórfido, persisten
las raíces en menor cantidad. A los 56 cm de profundidad, se encuentra lasca de cuarzo.
Estrato de textura es arenosa, muy similar al anterior.

Áreas de prospección arqueológica


Nos 11 y 12, Los Micos.
Mediante barrenados se determino
el potencial arqueológico en estas
terrazas, luego de esto se
realizaron pozos de sondeo,
buscando ampliar la información ya
obtenida.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 35

Área de prospección arqueológica 11 (UG-II). Los Micos, con un área de aproximadamente 18.900
m² según vértices coordenados en: X 1 1.162.345, Y1 1.144.965; X 2 1.162.505, Y2 1.144.965; X 3
1.162.505, Y 3 1.145.045 X4 1.162.355; Y4 1.145.060, su altura es 1830 m.s.n.m; corresponde a una
colina de tope semirredondeado que constituye uno de los peldaños de una cuchilla alargada en
sentido noreste, litológicamente desarrollada en suelos residuales de Pórfido Andesítico. En una
primera visita se realizaron 8 barrenos y en la segunda jornada se realizaron 4 pozos de sondeo que
arrojaron los siguientes resultados:

Horizonte A: de 0 a 28cm de profundidad, compuesto de pastos para la ganadería con


abundante cantidad de raíces. De textura arcillosa, color 10 YR 4/4 (dark yellowish
brown), muy húmedo y compacto. Presencia de fragmentos de rocas de pórfido alterado,
algunas trazas de carbón tanto mineral como vegetal, lascas de cuarzo, cerámica en todo
el horizonte y algunos nódulos de arcilla sin quemar.

Horizonte B: de 28 a 34 cm de profundidad, de color 10 YR 5/6 (yellowish brown) con


coloraciones de gris, amarillo oliváceo y anaranjado, textura limo arenosa, poco
compacto semiplástico, contiene fragmentos de cuarzo de 1 cm aproximadamente.
También se encuentran fragmentos de cerámica y abundantes fragmentos de roca
meteorizada.

Horizonte C: a partir de 34 cm de profundidad, suelo de color 5 YR 5/6 (yellowish red) – 5


YR 5/8 (yellowish red), de textura arcillo limosa, muy compacto.

Área de prospección arqueológica 12 (UG-II). Con un área de aproximadamente 14.000 m²


calculada a partir de vértices coordenados en: X1 1.162.595, Y 1 1.144.995; X 2 1.162.665, Y 2 1.145.090;
X 3 1.162.630, Y3 1.145.150 X 4 1.162.525; Y 4 1.145.065, se encuentra a una altura de 1830 m.s.n.m.,
corresponde a una colina de cima amplia, ligeramente convexa. Debido a las condiciones de humedad
del suelo, los fragmentos cerámicos encontrados en esta unidad se encuentran completamente
erosionados. En una primera visita se realizaron 11 barrenos; en visita posterior se hicieron 5 pozos
de sondeo. De estas labores arqueológicas se obtuvo la siguiente estratigrafía:

Horizonte A: de 0 a 25 cm de profundidad, de color 7.5 YR 2.5/1 (black), limo arcilloso,


muy suave, compuesto por pastos para la ganadería, abundantes raíces, y presencia de
fragmentos cerámicos.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 36

Horizonte B: de 25 a 35 cm de profundidad, se trata de un horizonte de transición de


color 7.5 YR 3/2 (dark brown), algunas veces se torna de color 2.5 Y 3/3 (dark olive
brown), franco arcilloso, se le observa estructura y trazas de carbón, persisten los
fragmentos de cerámica.

Horizonte de transición BC: a partir de 35 cm de profundidad, suelo arcillo limoso de


color 10 YR 5/8 (yellowish brown).

Área de prospección arqueológica 13 (UG-II). La Cumbre. Con una superficie de aproximadamente


15.000 m² coordenadas planas (vértices coordenados) en X 1 1.162.980, Y 1 1.145.320; X 2 1.163.100,
Y 2 1.145.400; X3 1.163.050, Y 3 1.145.475 X4 1.162.930; Y 4 1.145.395, su altura es 1780 m.s.n.m.

La estratigrafía es la siguiente:

Horizonte A: de 0 a 28 cm de profundidad, textura arcillosa de grano grueso, su color es


7.5 YR 2.5/1 (black), aparecen fragmentos de cerámica muy superficiales; estrato
semiplástico compuesto de raíces en abundancia, pórfidos, concreciones de arcilla y
trazas de carbón vegetal. La transición entre estratos es gradacional.

Horizonte B: de 28 a 37 cm de profundidad, suelo de color 5 Y 4/4 (olive) - 2.5 Y 3/3


(dark olive brown) con coloraciones oscuras debidas a posibles raíces en
descomposición de un bosque actualmente inexistente. De textura arcillosa, similar al
anterior estrato, su consistencia es más plástica. Aparecen fragmentos cerámicos
asociados a abundante carbón en pequeños trozos y cuarzo.

Horizonte de transición BC: de 37 a 54 cm de profundidad, suelo de color 7.5 YR 3/2


(dark brown), más homogéneo, la textura continúa igual al estrato anterior, pero aumenta
presenta mezcla con coloraciones amarillas y rojas, contiene fragmentos de carbón
vegetal con manchas de materia orgánica.

Horizonte C: a partir de 54 cm de profundidad, de color 10 YR 5/8 (yellowish brown), su


textura es compacta y plástica, no se distinguen manchas o moteados y persisten las
trazas de carbón.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 37

Área de prospección
arqueológica No 13. La cumbre

En la cima de esta colina se


realizaron 5 pozos de sondeo
orientados E-O y 2 pozos más
en un escalón a menor altura.

Se realizaron además 2 pozos de sondeo en un gran escalón que hace parte de la colina anterior, de
tope plano con indicios de actividades de guaquería, que arrojaron los siguientes resultados:

Horizonte A: de 0 a 2 cm de profundidad, compuesto por pastos para la ganadería.

Horizonte B: de 2 a 29 cm de profundidad, de color gris con manchas de oxidación, muy


compacto, plástico y de textura arcillosa, compuesto por concreciones de hierro y
abundante carbón.

Horizonte de transición BC: a partir de 29 cm de profundidad, suelo de color gris sin


moteado, producto de la alta descomposición de materia orgánica.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 38

Los suelos de esta área poseen diferentes coloraciones en la capa orgánica, que recubre los
horizontes de suelo residual de Pórfido Andesítico cuyo principal distintivo son los colores amarillo
rojizo.

Área de prospección arqueológica 14 (UG-II). Con una superficie de aproximadamente 40.500 m²,
según vértices coordenados en: X 1 1.163.425, Y1 1.146.005; X2 1.163.725, Y 2 1.146.015; X 3 1.163.735,
Y 3 1.146.115 X 4 1.163.420; Y4 1.146.135, a una altura de 1570 m.s.n.m., corresponde a un sector de la
cima del denominado Monte Redondo, constituye un escalón morfológico de grandes dimensiones, de
forma plana, delimitado por pendientes abruptas; constituida por suelos residuales de Pórfido
Andesítico.

Área de prospección
arqueológica no 14. Monte
Redondo.

En esta unidad se realizaron


barrenos y pozos de forma
intercalada en una línea en
dirección E - O. Presenta
numerosas alteraciones debidas
a actividades de guaqueria.

La información estratigráfica obtenida es la siguiente:

Horizonte A: de 0 a 32 cm de profundidad, textura arcillosa arenosa, de color 10 YR 4/3


(brown), presencia de fragmentos de rocas de pórfido alterado, con abundante cantidad
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 39

de raíces; presenta carbón vegetal, fragmentos de cuarzo lechoso y fragmentos de


material cerámico en la base.

Horizonte de transición BC: de 32 a 50 cm de profundidad, de color 10 YR 5/6 (yellowish


brown) con coloraciones anaranjadas. Textura limo arenoso, poco compacto
semiplástico, contiene fragmentos de roca meteorizada y con bioturbaciones.

Horizonte C: a partir de 50 cm de profundidad, suelos anaranjados productos de la


meteorización de los pórfidos que los componen.

Observación: Las áreas de prospección arqueológica 11, 12, 13 y 14, corresponden a peldaños
morfológicos escalonados en la misma cuchilla aislados entre sí por drenajes, con cimas planas y
amplias desarrolladas en suelos residuales de Pórfido Andesítico. La formación de suelos en estas
cuatro áreas es muy similar, se diferencia por el contenido de material cultural, espesor de la capa
orgánica y la posición morfológica.
Anexo No. 3.
Registro de ingreso de material cerámico y lítico al Museo de la Universidad de Antioquia
proveniente del Municipio de Titiribí, Antioquia Colombia

Número Descripción Ubicación Fecha ingreso Responsable


911 Cántaro de arcilla cocida Titiribí El Bosque (Antioquia) 1948 Graciliano Arcila / Agustín Granda (guaquero)
913 Urna funeraria de arcilla cocida Titiribí El Bosque (Antioquia) 1948 Graciliano Arcila / Agustín Granda (guaquero)
914 Tapa de la urna funeraria No.913 Titiribí El Bosque (Antioquia) 1948 Graciliano Arcila / Agustín Granda (guaquero)
915 Urna funeraria de arcilla cocida Titiribí El Bosque (Antioquia) 1948 Graciliano Arcila / Agustín Granda (guaquero)
916 Tapa de la urna funeraria No.915 Titiribí El Bosque (Antioquia) 1948 Graciliano Arcila / Agustín Granda (guaquero)
917 Volante de huso de arcilla cocida Titiribí El Bosque (Antioquia) 1948 Graciliano Arcila / Agustín Granda (guaquero)
918 Volante de huso de arcilla cocida Titiribí El Bosque (Antioquia) 1948 Graciliano Arcila / Agustín Granda (guaquero)
919 Caracol terrestre encontrado en guaca Titiribí El Bosque (Antioquia) 1948 Graciliano Arcila / Agustín Granda (guaquero)
920 Caracol terrestre encontrado en guaca Titiribí El Bosque (Antioquia) 1948 Graciliano Arcila / Agustín Granda (guaquero)
921 Hacha de piedra neolítica simple Titiribí El Bosque (Antioquia) 1948 Graciliano Arcila / Agustín Granda (guaquero)
922 Hacha de piedra neolítica simple Titiribí El Bosque (Antioquia) 1948 Graciliano Arcila / Agustín Granda (guaquero)
1051 Cincel neolítico Titiribí (Antioquia) I/1950 Darío Toro (estudiante del Lliceo) Canjeada 7/III/50
1297 Cerámica antropomorfa de arcilla cocida Titiribí (Antioquia) 19/VII/1952 Adán Echeverri (donación)
1298 Volante de huso de arcilla cocida Titiribí (Antioquia) 19/VII/1953 Adán Echeverri (donación)
2683 Urna funeraria Otramina-Franá Titiribí (Quebrada) 7/V/1957 Francisco Antonio Vélez Marín (compra) agricultor
2684 Tapa de urna funeraria Otramina-Franá Titiribí (Quebrada) 7/V/1958 Francisco Antonio Vélez Marín (compra) agricultor
2875 Vasija de arcilla cocida Titiribí (Antioquia) 5/IX/1957 Francisco Vélez Marín / Julio César Villa
2876 Vasija de arcilla cocida Titiribí (Antioquia) 5/IX/1957 Francisco Vélez Marín / Julio César Villa
2877 Vasija de arcilla cocida Titiribí (Antioquia) 5/IX/1957 Francisco Vélez Marín / Julio César Villa
2878 Vasija de arcilla cocida Titiribí (Antioquia) 5/IX/1957 Francisco Vélez Marín / Julio César Villa
2879 Fragmento de vasija Titiribí (Antioquia) 5/IX/1957 Francisco Vélez Marín / Julio César Villa
2880 Vasija de arcilla cocida Titiribí (Antioquia) 5/IX/1957 Francisco Vélez Marín / Julio César Villa
2881 Vasija de arcilla cocida Titiribí (Antioquia) 5/IX/1958 Francisco Vélez Marín / Julio César Villa
2882 Elemento en piedra Titiribí (Antioquia) 5/IX/1958 Francisco Vélez Marín / Julio César Villa
2883 Elemento en piedra Titiribí (Antioquia) 5/IX/1958 Francisco Vélez Marín / Julio César Villa
2884 Nódulo de piedra Titiribí (Antioquia) 5/IX/1958 Francisco Vélez Marín / Julio César Villa
2885 Hacha de piedra neolítica simple Titiribí (Antioquia) 5/IX/1958 Francisco Vélez Marín / Julio César Villa
2886 Nódulo de piedra Titiribí (Antioquia) 5/IX/1958 Francisco Vélez Marín / Julio César Villa
2887 Nódulo de piedra Titiribí (Antioquia) 5/IX/1958 Francisco Vélez Marín / Julio César Villa
2888 Tortero de arcilla cocida Titiribí (Antioquia) 5/IX/1958 Francisco Vélez Marín / Julio César Villa
2889 Idolillo femenino Titiribí (Antioquia) 5/IX/1958 Francisco Vélez Marín / Julio César Villa
2890 Silbato Titiribí (Antioquia) 5/IX/1958 Francisco Vélez Marín / Julio César Villa
2891 Hueso pequeño Titiribí (Antioquia) 5/IX/1958 Francisco Vélez Marín / Julio César Villa
2929 Vasija de arcilla cocida decorada Titiribí (Antioquia) VIII/1958 Humberto Restrepo / César Villa
2930 Vasija de arcilla cocida decorada Titiribí (Antioquia) IX/1958 César Villa
2931 Vasija de arcilla cocida decorada Titiribí (Antioquia) IX/1958 César Villa
2932 Vasija de arcilla cocida decorada Titiribí (Antioquia) IX/1958 César Villa
2933 Vasija de arcilla cocida decorada Titiribí (Antioquia) IX/1958 César Villa
2934 Totuma de arcilla cocida Titiribí (Antioquia) IX/1958 César Villa
2935 Hacha neolítica simple Titiribí (Antioquia) IX/1958 César Villa
2936 Nódulo de piedra Titiribí (Antioquia) IX/1958 César Villa
2937 Nódulo de piedra Titiribí (Antioquia) IX/1958 César Villa
2938 Nódulo de piedra Titiribí (Antioquia) IX/1958 César Villa
2939 Vasija de arcilla cocida Titiribí (Antioquia) IX/1958 César Villa
2957 Urna cineraria Titiribí (Antioquia) 13/X/1958 Raúl Restrepo
2958 Tapa de la urna cineraria No.2957 Titiribí (Antioquia) 13/X/1958 Raúl Restrepo
2959 Vasija de arcilla cocida decorada Titiribí (Antioquia) 13/X/1958 Raúl Restrepo
2960 Tortera (Volante) de arcilla cocida Titiribí (Antioquia) 13/X/1958 Raúl Restrepo
2961 Tortera (Volante) de arcilla cocida Titiribí (Antioquia) 13/X/1958 Raúl Restrepo
2962 Tortera (Volante) de arcilla cocida Titiribí (Antioquia) 13/X/1958 Raúl Restrepo
2963 Tortera (Volante) de arcilla cocida Titiribí (Antioquia) 13/X/1958 Raúl Restrepo
2964 Tortera (Volante) de arcilla cocida Titiribí (Antioquia) 13/X/1958 Raúl Restrepo
3724 Olla de arcilla decorada antropomorfa con asa Titiribí (Antioquia) 22/IV/1956 Colección de Dn. Leocadio Arango
4390 Olla de arcilla cocida (reconstruida) Titiribí (Cuevero Charco Hondo) 27/II/1959 Francisco A. Mejía
4391 Hacha de piedra (neolítica simple) Titiribí (Cuevero Charco Hondo) 27/II/1959 Francisco A. Mejía
4484 Vasija de arcilla cocida decorada Charcohondo Titiribí (Antioquia) 20/III/1959 César Villa
4485 Totuma (en forma de corazón) Charcohondo Titiribí (Antioquia) 20/III/1959 César Villa
4486 Vasija de arcilla cocida El paso de los pobres (Cabildo) Titiribí 20/III/1959 Jaime Toro
4494 Vasija de arcilla cocida Cabildo Titiribí (Antioquia) 6/VIII/1959 César Villa
4495 Figura antropomorfa (reproducción) Titiribí El Bosque (Antioquia) 6/VIII/1959 César Villa
4496 Hacha neolítica simple Titiribí El Bosque (Antioquia) 6/VIII/1959 César Villa
4504 Vasija decorada (reconstruida) Titiribí El Bosque (Antioquia) 27/X/1959 Raúl Restrepo
4507 Olla de arcilla cocida (reconstruida) Cuevas de El Retiro a 3Km al S. Del área urbana de Titiribí 11/II/1960 César Villa
4508 Plato de arcilla cocida Cuevas de El Retiro a 3Km al S. Del área urbana de Titiribí 11/II/1960 César Villa
4509 Tortero de arcilla cocida Cuevas de El Retiro a 3Km al S. Del área urbana de Titiribí 11/II/1960 César Villa
4510 Tortero de arcilla cocida Cuevas de El Retiro a 3Km al S. Del área urbana de Titiribí 11/II/1960 César Villa
4519 Vasija de arcilla cocida decorada con asas Titiribí La Floresta (Antioquia) 26/IV/1960 Octavio Gonzalez / Raúl Restrepo
4520 Hacha neolítica Titiribí La Floresta (Antioquia) 26/IV/1960 Octavio Gonzalez / Raúl Restrepo
4521 Pulidor neolítico Titiribí La Floresta (Antioquia) 26/IV/1960 Octavio Gonzalez / Raúl Restrepo
4522 Vasija de arcilla cocida decorada Titiribí La Floresta (Antioquia) 26/IV/1960 Octavio Gonzalez / Raúl Restrepo
4523 Tapa de urna funeraria Titiribí La Floresta (Antioquia) 26/IV/1960 Octavio Gonzalez / Raúl Restrepo
4525 Cántaro de arcilla cocida Titiribí La Floresta (Antioquia) 7/V/1960 Octavio Gonzalez / Raúl Restrepo
4526 Vasija de barro cocida decorada Titiribí La Floresta (Antioquia) 7/V/1960 Octavio Gonzalez / Raúl Restrepo
4527 Idolillo femenino Titiribí La Floresta (Antioquia) 7/V/1960 Octavio Gonzalez / Raúl Restrepo
4528 Copa de arcilla cocida con asas Titiribí La Floresta (Antioquia) 7/V/1960 Octavio Gonzalez / Raúl Restrepo
4617 Vasija de arcilla cocida Charcohondo - El Retiro (finca) Titiribí 6/VIII/1962 Don. de Julio C. Villota
4618 Vasija de arcilla cocida Titiribí La Floresta- El Cuevero 6/VIII/1962 Don. de Julio C. Villota
4619 Cántaro de arcilla cocida Titiribí La Floresta- El Cuevero 6/VIII/1962 Don. de Julio C. Villota
4620 Fragmento de vasija de arcilla Titiribí La Floresta- El Cuevero 6/VIII/1962 Don. de Julio C. Villota
5134 Rodillo de madera Titiribí (Antioquia) 1962 Julio César Villa
5241 Mano de mortero Titiribí (Antioquia) 19/VII/1963 Traído al Museo por el Dr. Graciliano Arcila Vélez
5242 Mano de mortero Titiribí (Antioquia) 19/VII/1963 Traído al Museo por el Dr. Graciliano Arcila Vélez
5243 Piedra simple Titiribí (Antioquia) 19/VII/1963 Traído al Museo por el Dr. Graciliano Arcila Vélez
5244 Mano de mortero Titiribí (Antioquia) 19/VII/1963 Traído al Museo por el Dr. Graciliano Arcila Vélez
5245 Piedra simple Titiribí (Antioquia) 19/VII/1963 Traído al Museo por el Dr. Graciliano Arcila Vélez
5246 Regatón de piedra (cincel) Titiribí (Antioquia) 19/VII/1963 Traído al Museo por el Dr. Graciliano Arcila Vélez
5247 Mano de mortero Titiribí (Antioquia) 19/VII/1963 Traído al Museo por el Dr. Graciliano Arcila Vélez
5248 Mano de mortero Titiribí (Antioquia) 19/VII/1963 Traído al Museo por el Dr. Graciliano Arcila Vélez
5249 Fragmento de metate de piedra Titiribí (Antioquia) 19/VII/1963 Traído al Museo por el Dr. Graciliano Arcila Vélez
5250 Mano de mortero Titiribí La Floresta- El Cuevero 6/VIII/1962 Traído al Museo por el Dr. Graciliano Arcila Vélez
5251 Mano de mortero Titiribí La Floresta- El Cuevero 6/VIII/1962 Traído al Museo por el Dr. Graciliano Arcila Vélez
5256 Cerámica de arcilla cocida Titiribí-El cuevero 13-19/VII/1956 Comisión Dr. G. Arcila Vélez
5257 Cerámica de arcilla cocida Titiribí-El cuevero 13-19/VII/1956 Comisión Dr. G. Arcila Vélez
5275 Hacha neolítica Titiribí (Antioquia) 20/VII/1963 Comisión UdeA - Dr. Graciliano Arcila Vélez
5276 Hacha neolítica Titiribí (Antioquia) 20/VII/1963 Comisión UdeA - Dr. Graciliano Arcila Vélez
5277 Fragmento de hacha neolítica Titiribí (Antioquia) 20/VII/1963 Comisión UdeA - Dr. Graciliano Arcila Vélez
5278 Mano de mortero Titiribí (Antioquia) 20/VII/1963 Comisión UdeA - Dr. Graciliano Arcila Vélez
5279 Alisador de piedra Titiribí (Antioquia) 20/VII/1963 Comisión UdeA - Dr. Graciliano Arcila Vélez
5280 Hacha neolítica Titiribí (Antioquia) 20/VII/1963 Comisión UdeA - Dr. Graciliano Arcila Vélez
5281 Caracol Titiribí (Antioquia) 20/VII/1963 Comisión UdeA - Dr. Graciliano Arcila Vélez
5310 Cerámica de arcilla cocida Finca Roa (hacia el cauca,abajo de la Floresta) 15/I/1964 Raúl Restrepo finca de Ramón Antonio Ochoa
5311 Cerámica de arcilla cocida Finca Roa (hacia el cauca,abajo de la Floresta) 15/I/1964 más abajo de la Floresta hacia el Cauca
5312 Cerámica de arcilla cocida Finca Roa (hacia el cauca,abajo de la Floresta) 15/I/1964 sacada por Raúl Restrepo
5313 Cerámica de arcilla cocida Finca Roa (hacia el cauca,abajo de la Floresta) 15/I/1964 y traída al Instituto por
5314 Cerámica de arcilla cocida Finca Roa (hacia el cauca,abajo de la Floresta) 15/I/1964 Francisco José Vásquez
5425 Volante de huso Titiribí Monterredondo- Los Micos 6/VII/1964 Comisión UdeA traída al Museo por el Dr. G. Arcila
5899A Cerámica de arcilla cocida Titiribí (Antioquia) 4/II/1965 Vendida por César Villa
5890B Vasija de arcilla cocida Titiribí (Antioquia) 4/II/1965 Vendida por César Villa
5891B Cerámica de arcilla cocida Titiribí (Antioquia) 4/II/1965 Vendida por César Villa
5892B Cerámica de arcilla cocida Titiribí (Antioquia) 4/II/1965 Vendida por César Villa
5893B Cerámica de arcilla cocida Titiribí (Antioquia) 4/II/1965 Vendida por César Villa
6079 Cerámica de arcilla cocida Titiribí El Bosque (Antioquia) VI/1965 Vendida por Julio César Villa (reconstruida)
6080 Cerámica de arcilla cocida Titiribí El Bosque (Antioquia) VI/1965 Vendida por Julio César Villa (reconstruida)
6094 Triturador de piedra negra con cuadrículas Charcohondo - Finca "El Retiro" Titiribí XII/1965 Comisión UdeA / Dr. Luis Fernando Vélez Vélez
6095 Fragmento lítico Detrás de la casa de "Los Micos" Titiribí XII/1965 Comisión UdeA / Dr. Luis Fernando Vélez Vélez
6096 Esfera de hierro maciso con 2 perforaciones La Floresta - Titiribí 5/XII/1965 Comprado a Julio César Villa
6109 Olla de barro cocido sin bordes Puente Soto - Titiribí 24/IX/1965 Comprado a Julio César Villa
6110 Olla grande y aplanada de barro cocido Organales de Cajones- El Bosque Titiribí 19/VIII/1965 Julio César Villa / Francisco Mejía
6111 Cántaro de barro cocido Organal Cajones- El Bosque Titiribí 19/VIII/1965 Julio César Villa / Francisco Mejía
6112 Olla de barro cocido decorada Organal Cajones- El Bosque Titiribí 2/VIII/1965 Julio César Villa / Francisco Mejía
6174 Mortero con incisiones (fragmentado) Organal Cajones- El Bosque Titiribí 17/IX/1965 Comprado a Julio César Villa
6175 Mortero completo Organal Cajones- El Bosque Titiribí 17/IX/1965 Comprado a Julio César Villa
6176 Mortero (completo) por ambos lados (no es indígena) Organal Cajones- El Bosque Titiribí 17/IX/1965 Comprado a Julio César Villa
6205 Cincel de piedra pulido Hacienda Cabildo Titiribí 11/IV/1966 Vendido por Julio César Villa, sacado del organal
6206 Hachita de piedra con una inclusión de piedra diferente Hacienda Cabildo Titiribí (sacado del organal) 11/IV/1966 Vendido por Julio César Villa, sacado del organal
6207 Pequeña mano de mortero Hacienda Cabildo Titiribí (sacado del organal) 11/IV/1966 Vendido por Julio César Villa, sacado del organal
6208 Olla de barro cocida (reconstrucción) Hacienda Cabildo Titiribí (sacado del organal) 19/IV/1966 Vendido por Julio César Villa, sacado del organal
6209 Olla de barro cocida (reconstrucción) Hacienda Cabildo Titiribí (sacado del organal) 19/IV/1966 Vendido por Julio César Villa, sacado del organal
6210 Silbato zoomorfo reconstruido Hacienda Cabildo Titiribí (sacado del organal) 19/IV/1966 Vendido por Julio César Villa, sacado del organal
6211 Vasija de barro cocido El Porvenir - Titiribí 4/V/1966 Sacadas por Samuel García
6212 Vasija de barro cocido (reconstruida) El Porvenir - Titiribí 4/V/1966 y vendidas por Julio César Villa
6213 Pulidor de piedra Los Micos - Titiribí XII/1965 Donado por Luis Fernando Vélez Vélez
6229 Mortero no indígena bifásico El Zancudo - Titiribí IV/1966 Vendido por Julio César Villa
6230 Fragmento de mortero no indígena bifásico El Zancudo - Titiribí IV/1966 Vendido por Julio César Villa
6231 Callana - está quebrada y pegada Líbano - Titiribí 26/VII/1966 Vendida por Francisco Antonio Mejía
6232 Olla de barro cocido desbordada Titiribí El Bosque (Antioquia) 1966 Vendida por Julio César Villa
6233 Hacha de piedra Titiribí El Bosque (Antioquia) 1966 Vendida por Julio César Villa
6234 Hacha de piedra Titiribí El Bosque (Antioquia) 1966 Vendida por Julio César Villa
6235 Hacha de piedra Titiribí El Bosque (Antioquia) 1966 Vendida por Julio César Villa
6236 Callana Titiribí El Bosque (Antioquia) 6/VIII/1966 Vendida por Julio César Villa
6237 Olla antropomorfa * Titiribí El Bosque (Antioquia) 6/VIII/1966 Vendida por Julio César Villa
6261 Piedra oboide (El Retiro) Titiribí - Antioquia 16/I/1967 Vendida por Cayetano Zapata
6262 Posible mano de mortero Titiribí El Bosque (Antioquia) 16/I/1967 Vendido con fragmento de cerámica por Julio C. Villa
6263 Mano de mortero Titiribí El Bosque (Antioquia) 16/I/1967 Vendido con fragmento de cerámica por Julio C. Villa
6264 Mano de mortero Titiribí El Bosque (Antioquia) 16/I/1967 Vendido con fragmento de cerámica por Julio C. Villa
6265 Mano de mortero Titiribí El Bosque (Antioquia) 16/I/1967 Vendido con fragmento de cerámica por Julio C. Villa
6266 Vasija de tipo Quimbaya 16/I/1967 Reconstruida y vendida por Julio C. Villa Donado (con**)
6281 Vasija de barro cocido (desbordada) Titiribí (Antioquia) 20/I/1967 Comprado a Julio César Villa
6282 Vasija de barro cocido Titiribí (Antioquia) 20/I/1967 Comprado a Julio César Villa
6283 Vasija de barro cocido Titiribí (Antioquia) 20/I/1967 Comprado a Julio César Villa
6502 Olla de barro cocido - Decorada: incisiones*** Líbano - Titiribí 10/VIII/1967 Comprado a Julio Patiño
6503 Hacha de piedra Líbano - Titiribí 10/VIII/1967 Comprado a Julio Patiño
6504 Hacha de piedra Líbano - Titiribí 10/VIII/1967 Comprado a Julio Patiño
6505 Fragmento de hacha de piedra Líbano - Titiribí 10/VIII/1967 Comprado a Julio Patiño
6506 Plato de barro cocido - Decorado: pastillaje, manos forma de tapa Líbano - Titiribí 10/VIII/1967 Comprado a Julio Patiño
7037 Copa de barro cocido Titiribí (Antioquia) 20/VIII/1968
7038 Cántaro de barro cocido Titiribí El Bosque (Antioquia) 20/VIII/1968 Comprado a Julio César Villa
7045 Olla de barro cocido Titiribí El Bosque (Antioquia) 20/VIII/1968 Comprado a Julio César Villa
7046 Olla de barro cocido quebrada Titiribí El Bosque (Antioquia) 20/VIII/1968 Comprado a Julio César Villa
7047 Olla de barro cocido quebrada Titiribí El Bosque (Antioquia) 20/VIII/1968 Comprado a Julio César Villa
7048 Fragmento de muñeco de barro cocido La Meseta - Titiribí 20/VIII/1968 Comprado a Julio César Villa
7634 Vasija antropomorfa Titiribí (Antioquia) 5/V/1969 Comprado a Julio César Villa
7635 Vasija zoomorfa Titiribí (Antioquia) 5/V/1969 Comprado a Julio César Villa
7642 Mortero de piedra Titiribí (Antioquia) 16/V/1969
7643 Mortero de piedra Titiribí (Antioquia) 16/V/1969
8106 Pedazo de escudilla Titiribí (Antioquia) 21/II/1970
8774 Hacha de piedra Titiribí (Antioquia) 30/IV/1972 Donada por León Ochoa Pérez
8775 Fragmento de pulidor de piedra Titiribí (Antioquia) 30/IV/1972 Donada por León Ochoa Pérez
9594 Artefacto lítico Titiribí (Antioquia)
9610 Cántaro Titiribí (Antioquia) 22/XI/1973
9611 Olla de arcilla cocida Titiribí (Antioquia) 22/XI/1973
9612 Olla de arcilla cocida Titiribí (Antioquia) 22/XI/1973
10740 Tapa de urna Titiribí (Antioquia) II/1981 Sergio Vélez (donación)
10741 Urna de barro Titiribí (Antioquia) II/1981 Sergio Vélez (donación)

* La vasija que corresponde a este número no presenta forma antropomorfa


** No es legible el documento
*** Esta vasija contiene carbón y fragmentos de hueso quemados
Nota: Del total de vasijas registradas, sólo se revisaron 51. No se realizó una revisión de los líticos de esta colección.
El museo también cuenta con un registro de ingreso de fragmentos cerámicos y óseos; sin ser revisado cuidadosamente llama la atención
la cantidad de registros relacionados con Titiribí.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí

Bibliografía

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