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municipio de Titiribí
Universidad de Antioquia
Investigadora Responsable:
Sofía Botero Páez
Departamento de Antropología
Universidad de Antioquia
Equipo de Trabajo:
Sofía Botero Páez, arqueóloga
Lucas Mateo Guingüe Valencia, antropólogo
María Isabel Marín Cerón, geóloga
Carlos Alejandro Salazar, geólogo
Claudia Echeverri Mejía, estudiante de antropología
Liliana Gómez Londoño, estudiante de antropología
Raúl Piedrahita Santamaría, arquitecto y estudiante de antropología
Gloria Baéz Vásquez, dibujante
Una rigurosa implementación de la normatividad vigente: Ley 99/93 del Medio Ambiente; Ley 397/97,
Ley de la Cultura y Ley 388/97, de Desarrollo Territorial, le permite a Corantioquia, orientar el diseño
de una estructura espacial en los municipios de su jurisdicción, que consulte en igualdad de
condiciones, las dimensiones económica, social, cultural, política y ambiental. Con la formulación del
“Plan de Gestión Ambiental Regional, 1998-2006”, Corantioquia incorpora como parte de sus políticas
de gestión, la consolidación y desarrollo del Programa de Poblamiento y Dinámicas Territoriales,
considerando que el conocimiento de los procesos históricos y la recuperación de la memoria cultural
de sus pobladores, tienen un papel preponderante en la vida de las comunidades, y que conllevan al
fortalecimiento de la identidad cultural local, regional y nacional.
En este proyecto, naturalmente, la investigación arqueológica esta llamada a proporcionar las técnicas
y elementos que permitan el registro de los vestigios de las transformaciones del paisaje natural, y
proponer las aproximaciones e interpretaciones necesarias para discernir los diferentes procesos
históricos que coincidieron en un mismo escenario. Se espera que tal información y aproximación
posibilite avanzar en la reconstrucción de las regiones y sociedades que constituyen nuestro pasado y
la base de nuestra identidad. Con el trabajo que se presenta a continuación, se espera no sólo
consolidar esta idea, sino desarrollarla tanto en sus fines más teóricos y lejanos como en los más
prácticos e inmediatos.
“Si algún tema va a unir las páginas siguientes es éste: una insistencia en que el arqueólogo no
desentierra cosas, sino gentes” (Wheeler, [1952] 1981: 7).
1Tomado de: “Programa de poblamiento, impacto y dinámicas territoriales en la jurisdicción de Corantioquia. Una
estrategia para la paz y el desarrollo regional” En: Boletín de Antropología Universidad de Antioquia, Volumen 13, No 30,
páginas: 12-25.
Tabla de contenido
Página
Agradecimientos
Las pruebas.................................................................................................................. 49
Los organales.......................................................................................................... 49
Los líticos, la cerámica, y el tiempo......................................................................... 51
El Achiral................................................................................................................. 67
Los Micos................................................................................................................ 76
La Peña................................................................................................................... 88
Los caminos empedrados....................................................................................... 101
Los buscadores de tesoros y la perdida de información......................................... 112
Anexos
Registro estratigráfico
Reportes de resultados sobre dataciones
Listado de materiales procedentes del municipio de Titiribí, registrados en el
Museo de la Universidad de Antioquia
Licencia de excavación
Bibliografía
Agradecimientos
A los pioneros: al erudito Juan Bautista Montoya y Flórez, reconocido como el “más ilustre hijo de
Titiribí” agudo y sensible observador, cuyo trabajo sobre los “Titiribies y Sinifanaes” se constituye
para nosotros en fuente primaria de inagotable información; a Graciliano Arcila Vélez, entusiasta
investigador, creador y salvaguarda de la más importante colección de cerámica procedente de
Titiribí, al que le debemos horas de apasionante reflexión y discusión sobre sus escritos e ideas; a
Luis Fernando Vélez, antropólogo, el que a pesar de una muerte prematura y absurda, logro
trasmitirle a su familia y coterráneos el interés y respeto por el pasado.
A la Universidad de Antioquia, por proporcionarnos los espacios y el tiempo necesarios para realizar
el proyecto.
A mi Marcelo ...
por su luz y su oscuridad.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 3
Desde finales de la década del cuarenta y hasta finalizar la década del sesenta, el arqueólogo
Graciliano Arcila Vélez realizó investigaciones en un marco geográfico delimitado principalmente por
"el río Cauca, el río Amagá y la quebrada Sinifaná, ... con prolongaciones hacia la región de Heliconía
..." (Arcila, 1969:14); parte central de la región conocida en la actualidad como suroeste antioqueño.
Como producto de estos estudios se publicó el texto: “Introducción al estudio arqueológico de los
Titiribíes y Sinifanaes, Antioquia, Colombia” (Arcila, 1969), donde el investigador reporta diversos
hallazgos y observaciones que giran entorno a grandes acumulaciones de roca, similares a cavernas,
que denomina “organales” y que señala como “ricas estaciones arqueológicas” (Arcila, 1969: 17).
Dicho texto fue el punto de partida de nuestro interés, cautivado tanto por esa “riqueza”, como por una
serie de particularidades en torno a estos reportes: primero, nuestra percepción de tales “organales”
como sitios arqueológicos con un carácter diferente a los hasta ahora trabajados por la disciplina en
Antioquia, generalmente asociados a practicas funerarias, de producción o de habitación; segundo, la
referencia de múltiples otros "sitios" asociados a los organales, que componen una región amplia
donde los vestigios y evidencias materiales de ocupaciones antiguas son abundantes y diversas, tal y
como se colige no sólo de la lectura de Arcila, (1969) sino también de autores como Uribe Ángel,
(1885); Montoya y Flórez, (1922) y las crónicas de conquista: 1
Sobre los organales como fenómeno natural, nuestra pesquisa en fuentes bibliográficas nos mostró
que la geología regional no cuenta con estudios que se refieran al término “organal” como un
fenómeno natural preciso o establecido y que no existe cartografía ni reportes particulares. El término
1Estos autores no son sólo contemporáneos a la información que proporcionan, sino que nos ofrecen un
palimpsesto que cubre una temporalidad de más de quinientos años en el que es posible vislumbrar una
viva y dinámica presencia indígena.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 4
La única mención, ubicada sobre este fenómeno, la que presenta el geólogo Gerardo Botero quien en
su “Contribución al conocimiento de la geología de la zona central de Antioquia”, los reporta como una
forma geomorfológica especial descrita como: “acumulaciones de rocas generalmente en cañadas u
hondonadas del terreno,” (Botero, 1963: 33). Para Botero se trata de bloques residuales de
exfoliación, que por efectos de la erosión o de movimientos tectónicos se concentran usualmente en
las cañadas o hacia las partes más bajas de la topografía (Botero, 1.963: 34).
Mayor información encontramos en la literatura regional y referida hacia la segunda mitad del siglo
XIX, en donde las descripciones de los “organales” se asocian a geoformas generadas por la acción
erosiva del agua y que son aprovechadas por esforzados mineros para la extracción de oro. En la obra
del autor antioqueño Francisco Gómez (Efe Gómez) encontramos una reiterada utilización de este
termino:
Estableciendo la misma relación entre organles y minería y retomando información de la tradición oral
campesina, el literato costumbrista Tomas Carrasquilla también nos ofrece una vivida descripción de
este fenómeno:
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 5
“Por los escombros que han rodado a las cañadas, en polvo, en arenas, en guijarros, en
pedriscos, en moles, ha trabajado durante muchos siglos el agua de Dios, que sabe
romperlo y arrasarlo todo. Las moles que no pudo arrastrar no la atajan: por debajo de
estos pedrejones se abren salidas o sumideros... En estos enchorizados y embutidos
deja, a más del oro que ella extrae de la tierra, los granos preciosos que ha arrancado a
los escombros susodichos. Es esto lo que persiguen los mineros por debajo de las
moles. Asentadas o clavadas se ven, muy orondas y muy lisas. Algunos siglos de
aguaceros y de vientos les han matado las aristas, las han redondeado, peinado y
relamido. El polvo, las briznas, la basura que el viento ha traído y apelmazado en sus
lomos y en sus flancos, les proporcionan capas vegetales; de allí los líquenes, los
musgos, los helechos, las yedras...
A las labores del agua en estas cañadas han seguido las del hombre. Si ella abrió
huecos por debajo de las piedras, él los abre a su turno. Desde los tiempos coloniales se
han perseguido en Antioquia estas minerías de la sabia naturaleza... De esos agujeros
les viene a estos laboreos el nombre de organales. ¿Organales? Los diccionarios de
nuestra lengua no registran tal vocablo. Acaso sea corruptela de hornaguera o de
hornagal, por derivación arbitraria... es lo cierto que en Antioquia llaman organales a los
varios agujeros, más o menos juntos, más o menos verticales, que abre el agua en
ciertos terrenos, lo mismo que a las madrigueras que socavan algunos bichos de caza” 2
(Carrasquilla, 1995: 176 – 178). 3
Siguiendo esta misma línea de tradición oral, es a partir de información proporcionada por
“guaqueros”, que el investigador Graciliano Arcila, desde el año de 1948, ubica y explora los llamados
“organales” del ‘Bosque’, ‘la Floresta’ y ‘el Balsal’, en el municipio de Titiribí. La naturaleza de estos
sitios comparte varias características con la descripción de Carrasquilla, pero difiere en esencia con la
imagen de los mineros buscando oro debajo de las moles de piedra, que apunta hacia la explotación
de aluviones en corrientes continuas de agua donde particularmente abundan las rocas.
2 “hornaguear. (De hornaguera) cavar o minar la tierra para sacar hornaguera // 2. And. Mover una cosa de un lado para
otro, a fin de hacerla entrar en un lugar en que cabe a duras penas. Por ej.: el pie en un zapato estrecho. ...”
“hornaguera. (Dek lat. fornacaria. t.f. de –rius, propio del horno) f. carbon de piedra.”,(en negrilla en el original.
“hornaguero, ra. (De hornaguera) adj. Flojo, holgado o espacioso // aplicase al terreno en que hay hornaguera. Tomado
del Diccionario de la Real Academia Española. Vigésima primera edición. Tomo II p. 1124.
3 Estas descripciones contienen características comunes con los fenómenos estudiados en Titiribí, sin ajustarse
completamente a lo observado por nosotros, la diferencia sustancial esta en que no encontramos relación con
los procesos de extracción minera.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 6
“Dichos laberintos se encuentran en las faldas y depresiones de las colinas que dan
hacia la vertiente izquierda del riachuelo Amagá y sobre la margen derecha del río Cauca. Las
oquedades se entrelazan en una extensión de varias hectáreas y se comunican a
profundidades de 10 y 20 metros. En consecuencia, los espacios están limitados en líneas
horizontales, verticales y oblicuas, que dan a veces la sensación de perfiles artificiales. Sobre
la superficie de las rocas han crecido los árboles y el matorral, que de lejos da la impresión de
estar plantadas sobre piso firme ...” (Arcila, 1969: 17 - 18).
Es importante tener en cuenta que si bien para este investigador la “riqueza” de estos organales
consiste en la abundancia de objetos de factura humana: “Los organales del Bosque, la Floresta y el
Balsal (...) son ricas estaciones arqueológicas, de donde hemos extraído más de 10.000 fragmentos
que se encuentran en proceso de estudio, además de cerámicas completas y elementos líticos...”
(Arcila, 1969: 17), y no en la posibilidad de desarrollar una estricta explotación minera, tal y como se
realizó y realiza en otros lugares de Titiribí, 4 ha sido esta misma riqueza, la que sin duda alguna ha
atraído la atención de muchos buscadores de tesoros y “guaqueros”.
Otras formaciones referidas con carácter de “cavernas”, pero claramente similares a los oganales 5 son
mencionadas por Arcila, con mayor detalle pero sin precisar su ubicación, en el vecino municipio de
Venecia, al oriente del cerro Tusa:
4 Desde el siglo XIX, las minas de El Zancudo por ejemplo, se reconocen como las más importantes de la región y de
5 Es de señalar que en este caso no se habla de organales, sino de un lugar denominado “El Cuevero”.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 7
Llama la atención, que a pesar del carácter sorprendente de estos reportes, ellos no han tenido
ninguna repercusión en el conjunto descriptivo y explicativo propuesto por la arqueología antioqueña.
Los rumores, entre guaqueros y población en general, acerca de la existencia de “cavernas” y
“túneles” asociados a actividades humanas antiguas en Antioquia (en especial en la región de
suroeste), son comunes, pero el único reporte desde la arqueología conocido sobre tales evidencias,
lo realizó el citado investigador, en la publicación del año 1969. Los “organales” como objeto de
estudio, aparecieron y desaparecieron con esta publicación y desde entonces han permanecido en lo
que se considera la esfera de lo que se considera el folklore.
Como una excepción, que a la vez corrobora nuestra afirmación, esta la mención a la existencia de
organales en el municipio de Yolombo realizada por Correa, (1996), la investigadora además de
retomar la descripción de Botero (1963) comenta al respecto de la cerámica en ellos encontrada:
“Yacimiento 16B1 “Los organales” ... La prospección llevada a cabo con pobladores de la
región, entre ellos el señor Jorge Humberto Gallego, estudioso de la cultura local, arrojó
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 8
Nuestro trabajo procuró verificar, actualizar y profundizar tales reportes, con el fin de retomarlos y proponerlos
como sitios arqueológicos de enorme interés en tanto permiten ampliar el conocimiento que sobre las
sociedades prehispánicas tenemos hasta el momento. Así mismo, presentaremos las evidencias de actividad
humana encontrados por fuera de los organales, tratando de proponer un cuadro de problemas y
significaciones útil para avanzar en los objetivos propuestos y como derrotero de trabajo hacia el futuro.
6A partir de la información gráfica proporcionada por esta investigadora, no logramos establecer relación estilística con la
cerámica hallada en los organales de Titiribí, sin embargo uno de los auxiliares de campo en esa investigación, al
conocer la cerámica y el contexto de Titiribí, sin titubear lo consideró como “igual”.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 9
Tener como punto de partida, el informe realizado por el investigador Gracialiano Arcila, determinó no
sólo la delimitación de las áreas a estudiar 7 y la elaboración del proyecto, sino la definición de la
estrategia de investigación. Considerando el tiempo transcurrido desde la realización de su trabajo y
los procesos por todos conocidos de destrucción de sitios arqueológicos, por el avance de las
fronteras urbanas, agrícolas y mineras, sin olvidar el simple saqueo; teníamos como una posibilidad
cierta que estos lugares ya no existieran o que estuvieran alterados de tal manera que no se
correspondieran con el reporte presentado por Arcila en 1969. Este riesgo se asumió en primer lugar
tratando de ubicar los lugares y personas por él mencionadas, para luego corroborar la información y
en lo posible completarla en los puntos que a nuestro juicio, era necesario profundizar o precisar.
Registro cartográfico
Las áreas de trabajo se identificaron geodésicamente mediante coordenadas planas de Gauss con
origen en el Observatorio Astronómico de Bogotá, según cartografía del instituto Geográfico Agustín
Codazzi IGAC, planchas números: 146, escala 1:100.000; 146 III D, escala 1:25.0000, y 146 III D–3 y
4, escala 1:10.000. Se contó además, con un excelente conjunto de fotografías aéreas, tomadas
recientemente por la Oficina de Catastro Departamental:
AE 064, Faja 4N/1997, fotos número 321, 322, 323 para la Falda del Cauca, Otra Mina, El Balsal
escala 1:10.420.
AE 064, Faja 06/ 1998, fotos número: 339, 340 para Otra Mina, El Zancudo, Sitio Viejo en escala
1:10.780.
7 “...Dichos laberintos se encuentran en las faldas y depresiones de las colinas que dan hacia la vertiente
izquierda del riachuelo Amagá y sobre la margen derecha del río Cauca.” (Arcila, 1969:18).
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 10
AE 064, Faja 3N/ 1998, fotos número 313, 314, 315 para la Falda del Cauca, El Balsal, y El Morro, en
escala 1:10.380.
AE 064, Faja 05/1998, fotos número 071, 072 para Falda del Cauca, El Zancudo, Otra Mina, en escala
1:10.800.
AE 073, Faja 8C/1998 fotos número 64,65,66 para Los Micos y La Peña, escala 1:10.650.
AE 064, Faja 9S/1998, fotos números 372,373,374 para El Bosque y La Albania en escala 1:10.283.
Para la caracterización geológica y geomorfológica se delimitaron dos zonas de trabajo: una zona
Oeste que corresponde a los organales ubicados en la vereda La Floresta, sector del Balsal, que
abarca además, las cercanías a la vereda La Falda del Cauca y la Hacienda Lara. 8 La zona Este
correspondiente a la vereda El Bosque, donde se encuentran los organales Patudo y Cajones,
incluyendo las vereda Los Micos y La Peña. Estas zonas se delimitaron a escala 1: 10.000 en sus
respectivos mapas, y son la base para el registro de la información temática correspondiente a la
geología, la geomorfología, zonificación morfológica y la ubicación de las áreas abordadas durante la
prospección arqueológica. Para registrar la intrincada red de caminos empedrados, observada en la
zona, se utilizó cartografía en escala 1: 25.000, tratando de presentar su dimensión y la relación
existente entre ellos. La cartografía 1: 10.000 y 1: 25.000, se digitalizo en formato ACAD V.14, para
efectos de presentación y edición del informe, este formato además, permite la conversión a formato
ARC VIEW, para efectos de consolidar una base de datos en sistemas de información geográficos.
En terreno
Dentro de los organales. De la descripción que hace el investigador Graciliano Arcila sobre los
organales, se derivó la planeación y propuesta de la estrategia para abordarlos:
8La cartografía IGAC 1:10.000 correspondiente a esta zona presenta una nube que cubre aproximadamente el
70% del área
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 11
aquí en adelante es menester iluminar con lámpara para poder avanzar, ya que la
luz natural que penetra por las grietas va siendo cada vez más escasa” (Ibid: 24).
Por otro lado, aunque Arcila refiere con detalle, la manera en que es posible desplazarse en los
organales y lo que en ellos se encuentra:
Dado que este investigador no proporcionó información sobre tamaños o áreas y muy seguramente,
debido a la utilización de términos como “habitáculos” “salones”, “repisas”, “cornisas” y “alacenas”,
hicieron que el equipo de investigación, se formara una idea sobre los organales que no se
correspondió con lo encontrado en campo. Así, además del choque y la emoción propia de enfrentarse
con la realidad, resulto sorprendente lo irregular y estrecho de los espacios que se forman entre las
rocas y en consecuencia la enorme dificultad que significa entrar a ellos, pero sobre todo fue
sorprendente, la dificultad de realizar un registro tan sistemático como el que había sido proyectado.
La extrema variabilidad de los espacios que deja la acumulación aleatoria de las rocas, y el hecho de
que muchos de ellos estén “interconectados”, es decir que es posible pasar de un lado a otro a través
de las rocas – en la gran mayoría de los casos reptando-, hace que sea prácticamente imposible
establecer entradas o salidas, el comienzo o el final de un espacio determinado; así mismo, se hacia
dramático el hecho de que dependiendo de la localización del observador, techos, pisos o paredes
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 12
pueden ser unos u otros indistintamente. Conocidas y analizadas estas condiciones, en primer
termino, se decidió no realizar el registro de las distancias, orientaciones y alturas necesarias para el
registro topográfico de las distintas áreas y espacios detectados, optando por realizar dibujos y
esquemas de aquellos espacios o situaciones que por una u otra razón consideramos “prototipos”: de
espacios grandes o demasiado estrechos, de la ubicación de la cerámica o de los líticos, de la
ubicación forma y combinación de las rocas etc., tratando de verificar la existencia de algún patrón o
constante significativa al momento de pensar la manera en que estos espacios fueron utilizados.
Además, a pesar de tener todas las condiciones en contra: imposibilidad de establecer perspectivas,
contrastes, escalas e incluso foco, se realizó un registro fotográfico intensivo.
Aunque la explicación más sugerente es sin duda, una antigua acción humana; es necesario tener en
cuenta la dinámica que permanentemente afecta el tamaño y la ubicación de los bloques de roca:
erosión por exfoliación, reacomodamiento entre bloques, filtración permanente de aguas etc.,
fenómenos que sin duda fragmentaron la cerámica y alteraron su ubicación. A este hecho, se suma la
evidencia de intervenciones recientes; además de los vestigios cerámicos y líticos se encuentran
numerosos elementos como basura sin descomponer, plásticos, pilas, balas etc., que hablan de una
actual, permanente y destructiva acción humana, lo cual hace que la certeza de estar frente a sitios de
actividad humana antigua, no intervenidos o contaminados sea, por decir lo menos, remota.
Fuera de los organales. Para la localización y descripción de evidencias sobre la gente que habitó
los alrededores de los organales, y que suponemos los utilizaron; si bien es cierto que se realizó el
registro de los elementos contextuales espaciales, arquitectónicos y geográficos que consideramos
tenían interés o relación con las problemáticas arqueológicas: caminos, “vallados”, saladeros,
estratigrafías de los taludes, sitios de extracción de materiales, etc.; la observación se concentró
sobre los elementos geomorfológicos y geográficos que por su ubicación o aptitud morfológica
pudieran tener interés o significación para la ocupación humana y que por lo demás abundan en la
zona. Es así como se privilegiaron los topes de colina aplanados y en algunos casos evidentemente
intervenidos; en total se prospectaron un total de 28 topes de colina o aterrazamientos, cuyas áreas
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 14
oscilaron entre los 15.000 m 2 y los 1.000 m 2 (véase el aparte correspondiente al registro de campo, en
el presente texto, Anexo No 1).
Descombrando
camino en el potrero
del Achiral, vereda
La Falda del Cauca.
Para la prospección de éstas áreas se realizaron barrenados y pozos de sondeo (50 cm X 50 cm), de
acuerdo con el potencial que se percibía en cada una de ellas; de cada uno de los sondeos se realizó
un registro estratigráfico y se recolectaron los elementos que se pensaban útiles a los objetivos
propuestos: cerámica, carbón semillas, nódulos, suelos etc., todos los procedimientos y observaciones
fueron consignados en diario de campo.
Teniendo como referente inmediato, la densidad de materiales hallados en los organales, en terreno
estuvimos permanentemente preocupados por lo que considerábamos muy pobre evidencia de
vestigios relacionables, de manera directa y cierta, con la gente que pudo haberlos utilizado. En
general, consideramos notoria la ausencia no sólo de materiales arqueológicos comúnmente
observados tales como líticos, cerámica y carbón, sino la ausencia de la acumulación de los suelos
orgánicos que normalmente acompaña estas evidencias.
Aunque parte de la explicación, evidentemente esta relacionada con los drásticos procesos erosivos
que afectan toda la zona; 9 tratando de obtener mayor información, la prospección se amplió hasta
lugares alejados de ellos a distancias que en ocasiones sobre paso los 7 kilómetros, abordando
espacios que a nuestro parecer, ofrecían condiciones optimas tanto para la ocupación humana como
9Además de que la deforestación es crítica en el área de estudio, la mayor parte del suelo se usa para pastoreo
de ganadería extensiva, creando un fenómeno de reptación severa, aumentando la posibilidad de pérdidas de
suelos asociados a los horizontes A y B, los cuales son bastante móviles.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 15
En laboratorio
Para el registro y análisis de los materiales cerámicos y líticos se tuvieron en cuenta no sólo los
hallados por nosotros, sino los correspondientes a la investigación realizada por Arcila, (1969) sobre
cuya procedencia geográfica y contextual no hay duda; y los materiales completos procedentes del
municipio de Titiribí donados desde el año 1942, al Museo Universitario. 10
El primer esfuerzo de análisis se concentró en establecer diferencias entre los materiales cerámicos y líticos
provenientes de los distintos organales, y entre los distintos sectores establecidos al momento de la
recolección; una vez verificado que no es posible establecer diferencias significativas, percibibles a simple
vista, se procedió a dibujar y a realizar su reconstrucción gráfica de la cerámica, a partir de los fragmentos a
la vez que se anotaban las características observadas en “diario de campo”. Estas características fueron
contrastadas con las tablas de datos y resultados obtenidos por las estudiantes Liliana Gómez y Carolina
Espinal (2000), quienes en la realización de su trabajo de grado describieron y analizaron exhaustivamente,
los materiales provenientes de la investigación reportada por Arcila, en 1969; así mismo se revisaron
10 Actualmente ubicados en las colecciones de referencia arqueológica y el taller del Museo de la Universidad
de Antioquia.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 16
cuidadosamente los materiales y bibliografía con las que este investigador sustenta su idea de contactos
interétnicos. A los instrumentos líticos se les identificó la procedencia de los materiales geológicos, e igual que
a la cerámica, se les realizó registro gráfico y descriptivo.
Aunque no fue una tarea expresamente formulada, a lo largo de la realización de la investigación fueron
apareciendo referencias contenidas en documentación histórica, las cuales fueron en lo posible verificadas e
incorporadas al conjunto de datos que se consideraron pertinentes a los objetivos del proyecto.
Dada la incertidumbre que representaban los carbones localizados al interior de los organales, para
obtener dataciones, se enviaron para análisis de termoluminiscencia, al laboratorio de
termoluminiscencia de la Universidad de Durham en Inglaterra, 3 muestras cerámicas procedentes de
los organales: 2 de La Floresta, altamente contrastantes entre sí y una de El Bosque, representativa
del conjunto más grande y homogéneo relacionado con los organales. Para la datación mediante el
análisis de C14, se envió a los laboratorios de Beta Analytic, el carbón procedente de una de la
terrazas de Los Micos y los restos óseos provenientes de un entierro localizado en la vereda La Peña.
Específicamente, la zona de estudio corresponde al flanco sur del valle encañonado del río Amagá, el
cual posee una morfología empinada con largas pendientes cuyo desnivel entre la base del valle y la
cima de los cerros alcanza los 1400 m en un trayecto horizontal de hasta 5 km. A lo largo de este
empinado trayecto, se definen corredores de baja pendiente donde la aptitud morfológica y paisajística
para el establecimiento de actividades antrópicas, es mayor que en resto del valle.
Foto No. 1.
Visual hacia el oriente del cañón del
río Amaga.
Caracterización fisiográfica
Al extremo occidental del municipio las expresiones dominantes del relieve están representadas por la
morfología del flanco oriental del Valle medio del río Cauca, que en la zona está definido por un
profundo y pronunciado cañón con elevado escarpe erosivo que limita la margen derecha haciendo
transición hacia una vertiente empinada y quebrada con pendientes largas y accidentadas, por los
cambios litológicos que se suceden en cortos trayectos y por la incisión vertical de corrientes de agua
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 18
con valles estrechos, largos y semirrectos, separados por divisorias de aguas con escalones y
peldaños morfológicos que sobresalen por sus formas planas. La zona de La Floresta presenta
características particulares del relieve debido a la variedad de formas y expresiones que se conjugan
como terrenos ondulados, semiplanicies amplias, cerros agudos y bajos con cimas planas y cuchillas
alargadas con escarpes en sus vertientes. La oferta hídrica está dada por las microcuencas de las
quebradas La Balsala y la Franá con sus tributarios que hacen parte de la cuenca del río Amagá, y la
quebrada la Floresta que vierte sus aguas al río Cauca. Como accidentes orográficos se destacan: La
Cuchilla Floresta, Cerro el Morro, Cerro el Palmichal, Morro Redondo, el Valle del Río Cauca y el Valle
del Río Amagá.
Foto No. 2.
“La Laguna”, quebrada El Tambo, muy próxima a
su desembocadura en el río Amaga. 11
hídrica está representada por las microcuencas de las quebradas La Zarzala, La Secreta, La Mica,
cañada La Melliza, cañada Honda y Piedra Gorda que drenan hacia el río Amagá.
11
Consideramos que este referente geográfico es al que se refiere una popular leyenda que cuentan los habitantes de
Titiribí, en la que se refieren que “.. existe una cueva cuya entrada se hace de lado, quienes se han atrevido a entrar allí
cuentan que ven un lago muy hermoso y al otro lado divisan una barca, cuentan además que en este paraje existen unas
columnas hechas por los indios y un círculo en el suelo donde nunca crece la hierba ni nada que se siembre, dicen que
en este lugar era donde bailaban las brujas”. (Plan de Ordenamiento Territorial, 1999: 145).
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 19
Zona Oeste de estudio, fotografía aérea tomada por Catastro Departamental de Antioquia. Escala 1:
10.380. Vuelo AE O64, fotos 324-323. las áreas boscosas señaladas corresponden a los organales de
la Floresta y el Balsal.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 20
Zona Este de estudio, fotografía aérea tomada por Catastro Departamental de Antioquia. Escala 1:
10.283. Vuelo AE O64, foto 374. las áreas boscosas señaladas corresponden a los organales de El
Bosque.
Clima y vegetación
De acuerdo con Espinal (1961), esta zona tiene características secas, puesto que las cordilleras
actúan como barreras naturales al paso de los vientos portadores de humedad que proceden del
Pacífico y del Magdalena; según el sistema de Holdbrige (1978), se determinan dos diferentes zonas
de vida:
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 21
Bosque seco Tropical (bs-T): Ubicado hacia el cañón del río Cauca y del río Amaga y laderas de la
vertiente Occidental de la cordillera central donde hoy predominan los potreros limpios para ganadería
extensiva y relictos de bosques en etapas sucesionales tempranas.
Bosque premontano (b-PM): Se ubica en geoformas como valles fluviales, lomas y laderas que pueden
ser, desde suavemente inclinadas hasta fuertemente escarpadas, en donde la vegetación primaria ha
sido transformada por especies arbustivas propias de etapas sucecionales tempranas. Esta zona
corresponde a la parte media de la vertiente donde la ganadería se combina con cultivos agrícolas. En
la actualidad, en toda la zona, han desaparecido casi totalmente los bosques naturales, estando
restringidos sólo a las partes más altas (divisorias y cimas), a algunos drenajes y a los Organales.
El municipio, tiene como característica una temperatura media superior a los 24 0 C, con una
precipitación media anual entre 1.000 y 2.000 mm. Para las riveras del río Amagá, la precipitación
media anual es de 2.300 mm, en una zona de vida tipo Bosque Húmedo Tropical; la pluviosidad se
distribuye en dos estaciones secas: enero a marzo y julio a septiembre) y dos estaciones húmedas:
abril a junio y octubre a diciembre, Espinal (1964).
Una vivida descripción que presenta Montoya y Flórez, nos permite entender elementos
observados en el presente e imaginarnos como pudo haber sido el paisaje de la zona, en el
pasado:
táparos, guayabos, papayos, pita, guamos y balsos había inmensos bosques, los
españoles llamaron esos puntos: Corozal, Taparal, Guayabal, Papayal, Pital, Guamal
o Balsal; aunque tales bosques han desaparecido, las localidades conservan el
nombre. Por último aunque no servía para la alimentación, la palma de pita era muy
cultivada por su fibra, que es una especie de lino de color terroso, que empleaban
aquí para tejer atarrayas o hamacas, aunque la inferior calidad a las que se hacen de
cumare y moriche en el Orinoco; de esta palmera sacaron los Mayas las fibras que les
servían para tejer su ropa, que al principio creyeron los españoles era de lino.
Utilizaban además, como hoy se hace en el Chocó, en grande escala el fruto del
Chontaduro para la alimentación y empleaban también la tagua en ciertos artefactos.
(Montoya y Flórez, 1922: 565-566) 12
Foto No. 3.
“El Palmichal” parte baja,
vereda La Floresta.
También, específicamente relacionado a Titiribí, este autor menciona como productos utilizados
por los indígenas la pitayas (cereus pithaya), “tan frecuente como en el valle de Aburra el higo
de penca” (Opuntia vulgaris), el papayo (carica) de “varios olores y tamaños”, la piña blanca y
amarilla (Ananasa) y piñuelas (Bromelia), además proporciona información sobre la utilización
de las flores de guama para atraer y mantener enjambres de abejas:
“... En algunas poblaciones, como Titiribí, en el punto denominado Pilos, hasta Sitio
Viejo, los indígenas tenían extensos guamales, en los cuales se veían todas las
12
La permanente referencia que hace esta autor a Centroamérica, debe entenderse como la utilización coherente del
marco teórico en boga en la época y que notoriamente encuentra apoyo en las evidencias observadas por él en Titiribí, y
que además, su observación esta estimulada y desarrollada, por el conocimiento de las crónicas y documentos históricos
disponibles en su momento.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 23
Suelos
Para la zona de trabajo, no fue posible localizar estudios relacionados con este tema, a excepción de
el realizado por la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia en el año de 1992: “Estudio de
zonificación y uso potencial de los suelos del suroeste Antioqueño”, el cual a pesar de estar enfocado
a describir suelos aptos para el cultivo del café elaborado presenta descripciones e información básica
sobre el comportamiento de los suelos de enorme interés.
Según este estudio, una de las causas de los activos procesos de perdida de suelo y meteorización
observados, esta originada en el tipo de roca a partir del cual éstos se formaron: andesitas
hornblendo-feldespáticas.
De acuerdo al estudio en mención, en la “zona ecológicamente óptima cafetera”, el 80% de los suelos
tienen mucha profundidad efectiva, de colores pardo amarillento a rojizos, drenaje externo rápido,
interno medio, buena retención de humedad, franco arcillo limosos, pegajosos y plásticos,
susceptibles a la erosión, abundante actividad de macroorganismos y mediana fertilidad natural.
Presentan a través del perfil fragmentos de material parental en proceso de meteorización en
proporciones y tamaños que no afectan los cultivos. Superficialmente poseen pedregosidad que varía
desde un 15% hasta más del 60%. Este último caso corresponde a pequeñas áreas coluviales (...). Un
10% del área está cubierta por cenizas volcánicas altamente resistentes a la erosión y otro 10%
corresponden a suelos que tienen limitaciones de uso por escasa profundidad efectiva, (FNC, 1992:
185).
En la “zona baja”, los suelos presentan características muy similares a las del clima cafetero; difieren
un poco en su proporción y además en éstos no se encuentra cubrimiento de cenizas volcánicas en
extensión importante. En general el 80% de los suelos son profundos, en su perfil se observa un
primer horizonte de color pardo y espesor inferior a 20 centímetros en el 60% de los casos, que
descansa sobre otro de colores pardo amarillentos a rojizos, texturas medianas a pesadas con
fragmentos de material parental en proceso de meteorización en proporción que varía entre el 15 y el
40%. En algunos sitios de acumulación el espesor del primer horizonte es mayor. La pedregosidad
superficial varía también en los mismos porcentajes, siendo más alta en las pequeñas áreas de
piedemonte. El 20% restante de los suelos presenta limitaciones por profundidad efectiva, (FNC,
1992: 188).
El cultivo del café y la caña de azúcar que en épocas anteriores tuvieron gran importancia, hoy se
encuentran enormemente reducidas, siendo la actividad cafetera prácticamente inexistente, la cañera
se encuentra en franca decadencia. Solamente nos fue posible observar cultivos de yuca, frutas y
hortalizas en el cañón de la quebrada Franá, (véase foto No 4).
Foto No. 4. Visual sobre el cañón de la Frana, saliendo desde el caserío de Otra Mina
La extracción de carbón por métodos subterráneos aunque no genera conflicto con el uso superficial
del suelo, a la larga ha generado fuertes procesos de subsidencia, originando hundimientos de
grandes dimensiones de forma circular, (Tabares, 1995: 87 y 91). Así mismo se explotan materiales de
construcción en los lechos de las quebradas y en los taludes de la carretera que comunica con el
casco urbano de Titiribí.
Foto No. 5.
Corregimiento de La Albania, al fondo Cerro Tuza
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 26
Geología
La región del Suroeste Antioqueño se encuentra ubicada en el flanco occidental de la Cordillera
Central, geológicamente constituido por un núcleo metamórfico antiguo posiblemente de edad
Paleozoica intruido por rocas ígneas como el Stock de Amagá, los Gabros de Romeral y la Diorita de
Pueblito. Hacia la región del Río Cauca, se encuentran rocas ígneas de afinidad oceánica
pertenecientes al Complejo Quebradagrande. A lo largo del Terciario, sobre todo este conjunto de
rocas se depositó la Formación Amagá; durante del Terciario tardío dicho conjunto fue afectado por la
actividad magmática, dando lugar a la formación de cuerpos porfídicos generalmente andesíticos,
correspondientes a antiguos cuellos volcánicos que han quedado como geoformas sobresalientes que
hoy definen rasgos predominantes del paisaje, tales como El Palmichal, Morro Redondo, Monte
Redondo y El Corcovado.
Formación Amagá (Ts). Estas rocas se presentan en una cuenca sedimentaria, controlada por los
sistemas de fallas regionales, y afloran en general en las partes bajas del área de estudio, donde son
explotados mantos de carbón. Está representada por los miembros medio y superior, en una franja
alargada Norte-Sur, intruída por los pórfidos de Morro Redondo, El Palmichal, EL Corcovado y Monte
Redondo.
Su morfología está representada por colinas bajas onduladas y suaves, recubiertas por flujos de
escombros con bloques de orden métrico, coluviones, y depósitos de derrubios, provenientes de las
altas vertientes donde aflora el Complejo Quebradagrande. Esta formación, también se encuentra
recubierta por los depósitos de vertiente de granulometría gruesa compuestos por flujos de escombros
y depósitos de derrubios que forman los denominados Organales.
El perfil de meteorización de estas rocas, está constituido en general, por saprolitos arenosos de color
amarillo acompañados de materiales con textura limo-arcillosa, deleznables, con coloraciones
moteadas de café-parduscas (abigarradas), numerosas y pequeñas concreciones de hierro, con poco
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 27
desarrollo de capa orgánica. Los suelos son superficiales, poco desarrollados, donde el horizonte
orgánico es incipiente sin formación del horizonte B propiamente dicho; presentan baja fertilidad
natural, debido a la pobreza en minerales que generen nutrientes para las plantas.
En general, esta unidad geológica se encuentra altamente afectada por procesos erosivos activos
inducidos por el sobrepastoreo, la acción hídrica superficial y la pendiente del terreno; dado que son
naturalmente muy susceptibles y a que han sido sometida a una intensa explotación carbonífera a
través de socavones que posteriormente presentan hundimientos y remociones en masa como
consecuencia de las aguas de infiltración.
En predios de la Hacienda El Bosque, está caracterizada por una secuencia de areniscas y arcillas
grises con pequeños paquetes de carbón. Hacia la vereda los Micos afloran bancos de areniscas muy
deleznables, con coloraciones blanco grisáceas y pardo amarillentas, pertenecientes al Miembro
superior.
Esta unidad es correlacionable con el Terciario Carbonífero descrito por Grosse (1926) y redefinida
por González (1978), como Formación Amagá, según la nomenclatura de este autor las rocas que
afloran en el área de estudio corresponden a los miembro medio y superior de la Formación Amagá,
datadas como Oligoceno Superior-Mioceno Superior por Van der Hammen (1958).
Complejo Quebradagrande (Kv). Esta unidad litológica aflora al este de la zona de estudio y en la
carretera Titiribí-El Balsal, en una franja Norte-Sur limitada por la Falla Sabanalarga, que la pone en
contacto con la Formación Amagá, y algunos cuerpos intrusivos hipoabisales de composición diorítica.
Se caracteriza por tener rocas volcánicas de color verdoso, masivas, muy compactas, por ello muy
resistentes a los procesos erosivos; la resistencia a la meteorización de las rocas se refleja en
geomorfología abrupta, escarpada y contrastante.
A escala de afloramientos, las rocas se presentan bastante trituradas, este fracturamiento acelera, de
cierto modo, su proceso de meteorización, indicado por coloraciones rojizas debido a la alteración de
los minerales ferrosos. Esta unidad es utilizada como material de afirmado para carreteras.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 28
El perfil de meteorización de esta unidad litológica es superficial poco evolucionado, de colores rojizos
y grises en condiciones de alta humedad, no hay formación de horizonte B, así que el perfil se
compone de horizonte A suprayaciendo el horizonte C.
Pórfidos andesíticos del Palmichal, Morro Redondo y El Corcovado (Tpa). Estas unidades litológicas
afloran en los cerros del mismo nombre; por su tamaño pueden estar asociados a Lacolitos como lo
sugiere Grosse, (1926).
Pórfido de Morro Redondo: Está constituido por rocas volcánicas porfídicas de composición
andesítica, con abundantes fenocristales de Hornblenda y Plagioclasa inmersos en una matriz de color
gris. Está afectado tectónicamente por la falla Sabanalarga, que ha producido intenso diaclasamiento
en el macizo rocoso. Los bloques generados por dicho diaclasamiento y la meteorización, al rodar por
la vertiente y acumularse en las zonas de pendiente baja, han formado hacia el sector del Balsal y la
Floresta grandes depósitos de bloques reconocidos localmente como “organales”.
Pórfido del Palmichal: Al igual que Morro Redondo, esta conformado por pórfidos de composición
andesítica. Sin embargo se encuentra bastante meteorizado generando suelos arcillosos de coloración
grisácea.
Ambos cuerpos rocosos están asociados a las intrusiones neoterciarias correspondiente a cuellos
volcánicos, silos y diques, que afectan a la Formación Amagá, como producto de la última etapa del
vulcanismo de la Formación Combia. Estos pórfidos desarrollan un perfil de meteorización residual
constituido por saprolito de color rojizo y amarillento, textura arcillo–arenosa, recubierto por una capa
de suelo orgánico de hasta 30 cm de espesor en las cimas de los cerros.
Pórfido del Corcovado. El accidente orográfico que forma, corresponde a un cuello volcánico
asociado a la Formación Combia, de composición Andesítica. En las partes altas se presenta en
formas escarpadas, que exhiben un patrón de diaclasamiento denso; de los escarpes se desprenden
eventualmente gran cantidad de bloques de tamaño métrico. En algunos sectores se presentan
perfiles totalmente meteorizados generando suelos residuales de color amarillo rojizo, y en otros
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 29
sectores se pueden observar núcleos de roca fresca rodeados del saprolito de la misma roca, en una
compleja relación, se encuentran recubiertos por depósitos de vertiente.
Depósitos Cuaternarios Indiferenciados (Qc). Este tipo de depósitos se encuentran cubriendo las
unidades anteriormente descritas en forma de coluviones, flujos de escombros y depósitos de bloques
o derrubios.
Hacia el borde Norte del cerro el Corcovando (sector de Monte Redondo) aflora un gran depósito de
vertiente elongado en sentido Norte, que cubre el contacto entre el Pórfido Andesítico y los
sedimentos de la Formación Amagá. Está conformado por bloques de pórfido andesítico con diámetros
entre 0.5 m y 5 m, y que varían de subredondeados a angulosos, embebidos en una matriz arcillosa
de color amarilla a rojiza. También hay depósitos de derrubios en la base de El Corcovado hacia la
parte alta de la vereda Los Micos, donde los bloques son de tamaño métrico, angulosos y cubren una
amplia zona tanto en sentido transversal como longitudinal de la vertiente. Un gran flujo de escombros
y lodo ocupa el valle de la Quebrada Los micos en sectores de la Hacienda El Bosque conformando
los denominados organales del Patudo y Cajones.
Foto No. 6.
Afloramiento del pórfido del
Corcovado, parte baja, hacia la
hacienda El Bosque
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 30
Procesos morfodinámicos
Por las condiciones y características geológicas y geomorfológicas del área de estudio, y de acuerdo
con lo observado en campo, los procesos morfodinámicos que inciden en la estabilidad del suelo y
formación de los organales, están relacionados con la dinámica del agua tanto superficial como
subsuperficial, los principales procesos corresponden a movimientos en masa, caída de bloques de
roca y reptación.
Dinámica del agua. La acción del agua está relacionada principalmente a los flujos subterráneos y a
la escorrentía superficial. Los flujos subterráneos son debidos al agua que se infiltra en las partes
altas de las laderas y que se encarga de mantener total o parcialmente saturado el terreno. En cuanto
al agua superficial, la dinámica está determinada por el uso actual del suelo, la pendiente y el
sobrepastoreo factores que dinamizan la erosión.
Movimientos en masa. Estos procesos erosivos están asociados a la pendiente del terreno, al estado
actual de la roca-suelo y al grado de saturación presente, actúan combinadamente para la ocurrencia
de desgarres, flujos de lodo y deslizamientos rotacionales.
Caída de rocas. Proceso con una actividad actualmente baja pero que en épocas pasadas tuvo gran
importancia en la zona de estudio, factor que está evidenciado por la ocurrencia de gran cantidad de
bloques rocosos en superficie. Dichos bloques son de rocas porfídicas y rocas diabásicas, angulosos,
semifrescos y con tamaños por lo general mayores a 0.5 m de diámetro, llegando a alcanzar hasta 3.5
- 4.0 m. Su grado de empotramiento en el terreno es variable, presentándose desde totalmente sueltos
hasta por completo enterrados en la vertiente. Este proceso ha ocurrido en las partes escarpadas y de
alta pendiente por acción de la gravedad y el fracturamiento de las rocas aflorantes.
Reptación. Este fenómeno erosivo corresponde al movimiento lento y continuo de la parte más
superficial del suelo, generando una superficie irregular en el terreno el cual adopta formas
escalonadas. Su dinámica se debe a la sobresaturación del saprolito en sectores de pendientes
medias donde la gravedad no induce el desplazamiento rápido de la masa de tierra involucrada.
Flujos de lodos y/o escombros. Son depósitos de vertiente caracterizados porque sus agentes
dinamizantes principales son la gravedad por alta pendiente del terreno y la sobresaturación en agua,
si bien es cierto que para su ocurrencia deben coincidir aspectos como pendientes críticas,
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 31
Dentro de este grupo se ha acordado diferenciar, según la proporción matriz / bloques, aquellos que
podrían llamarse “flujos de lodos”, de los denominados “flujos de escombros”. En los primeros existe
un marcado predominio de la matriz, generalmente de suelo fino granular, entre los bloques de roca
en ella embebidos; mientras que para los segundos la situación es completamente opuesta. En la
carretera que conduce hacia la Hacienda La Lara, se pueden distinguir al menos tres eventos de flujo
de lodos, aunque en algunos sectores parece predominar la fracción gruesa.
Depósitos de derrubios. Estos depósitos son el producto de inestabilidad de macizos rocosos que se
encuentran altamente fracturados o diaclasados, detonados en algunas ocasiones por movimientos
telúricos, aguaceros torrenciales y la gravedad, entre otros; son producto estricto de la caída de rocas.
Foto No.7.
Sitio Viejo.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 32
“Los organales del Bosque, la Floresta y el Balsal (...) son ricas estaciones arqueológicas, de donde
hemos extraído más de 10000 fragmentos que se encuentran en proceso de estudio, además de
cerámicas completas y elementos líticos” (Arcila, 1969: 17).
Con la descripción de los “organales” de Titiribí, ubicados en los sectores ‘La Floresta’, ‘El Balsal’ y ‘El
Bosque’, buscamos precisarlos como fenómenos naturales, como base a partir de la cual pretendemos
desarrollar un trabajo de análisis en torno a las evidencias culturales allí encontradas. La fuente y
origen de los materiales rocosos que conforman los organales se estableció a partir del análisis
geomorfológico del relieve, la caracterización de las formas de los bloques de roca y la alteración de
sus superficies, la ubicación espacial, la identificación de procesos de erosión, entre otros factores de
orden morfogenético.
Hasta donde ha sido posible establecer, los organales en el municipio de Titiribí son el resultado de
procesos morfodinámicos cuya ocurrencia esta condicionada por la conjugación de factores
litológicos, estructurales, geomorfológicos y erosivos que en conjunto actuaron para formar depósitos
de vertiente de tipo flujos de escombros, combinados con acumulaciones de derrubios. La caída de
rocas y posteriores procesos de lavado y reacomodamientos, inducidos por acción de escorrentías,
han posibilitado la ocurrencia de grandes deslizamientos que modelaron el paisaje y formaron las
acumulaciones de roca que forman lo que en la región se denomina como “organales” u “organeras”.
Los organales estudiados se encuentran localizados en “... las faldas y depresiones de las colinas que
dan hacia la vertiente izquierda del riachuelo Amagá y sobre la margen derecha del río Cauca.”
(Arcila, 1969:18); separados entre sí por una distancia de aproximadamente 21 kilómetros por
carretera o 10 kilómetros tomados en línea recta sobre el mapa. Cada organal posee diferencias en
cuanto a la forma, génesis, distribución espacial, configuración interna, tamaño de bloques y
espesor. 13
13 Comparados con los organales de El Bosque, los organales de La Floresta y el Balsal, presentan no sólo pendientes fuertes sino
Al interior de los organales se desarrolla una alta dinámica erosiva que ocasiona reacomodamientos,
inducidos por dinámicas internas de fracturamiento de los bloques de rocas, lo cual ocasiona la
reducción paulatina del tamaño de los bloques y de los espacios vacíos intersticiales. Entre los
procesos erosivos observados están: la separación en capas por meteorización esferoidal,
desprendimientos rocosos en caras expuestas a la acción de la gravedad donde actúa la exfoliación
por dilatación de la superficie de los bloques de roca, la acción hídrica concentrada y ocasional que
produce el lavado y arrastre de elementos finos y la acción biológica asociada con el crecimiento de
flora y la descomposición de biomasa.
Sobre el tipo de vegetación y de animales que se encuentran asociados a los organales, Graciliano
Arcila realizó una observación interesante:
“Una de las características más importantes al interior del organal es la casi total
ausencia de vida vegetal y animal dentro de él, pues ni aun insectos es fácil encontrar;
en todos los sitios interiores una intensa sequedad como es natural, puesto que la
corriente de agua se perderá a través del piso poroso y grietas interminables”. (Arcila,
1969: 24).
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 34
Es de aclarar que esta observación es valida para los espacios intersticiales, más no para el entorno
creado alrededor de las rocas, el cual es rico en vegetación arbórea, arbustiva y rastrera, además de
musgos, líquenes y lianas, y en animales tales como pájaros, insectos, batracios y caracoles; además
anotamos que muy seguramente Graciliano realizó su observación durante la estación seca, de
nuestra experiencia durante el invierno, podemos añadir, que en los espacios interiores más amplios
se encuentran murciélagos y en los más abiertos y externos encontramos abundantes caracoles y que
sólo en una ocasión encontramos huellas de lo que pudiera ser una madriguera.
Foto No.9. A la izquierda la línea prolongada de vegetación, señala el organal El Balsal; a la derecha
el organal La Floresta, igualmente cubierto de vegetación. Visual desde el cerro El palmichal.
Una vez localizados los organales, se optó por comenzar con los denominados organales de La
Floresta y El Balsal; ubicados a aproximadamente 8 kilómetros de la desembocadura del río Amaga en
el río Cauca, en la divisoria de aguas formada por las quebradas El Balsal y la Floresta. Desde la
cabecera Municipal se recorren aproximadamente 12 km hacia el Occidente, por la carretera sin
pavimentar que conduce hacia el caserío de Otra Mina, la vereda La Falda del Cauca, la Hacienda
Rodas, la hacienda El Balsal y finalmente La Floresta.
Sobre estos organales específicamente, el profesor Arcila, (1969) ofrece menos información y los
habitantes del municipio dicen no conocerlos y no han oído hablar de ellos, y quienes los conocen
afirman que son “muy pobres” y alertan sobre la perdida de tiempo que significa investigar allí, ya que
“no hay nada”.
Nuestro guía y ayudante de campo, el señor Héctor Ochoa, vive en la zona inmediata a los organales,
desde hace 17 años, y aunque permanentemente los atraviesa por su parte media para acortar camino
rumbo a su trabajo, no conocía información sobre la potencialidad arqueológica de estos sitios y
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 35
afirma que no a oído hablar de ellos y no cree que éstos sean visitados por niños o por adultos de la
zona.
De acuerdo con la observación realizada en campo, se plantea a nivel hipotético que la formación de
los organales de La Floresta y El Balsal, se origina en la meteorización in situ del Pórfido de Morro
Redondo, intensificada por la acción del agua sobre las superficies de debilidad o diaclasamiento
existentes en el macizo rocoso, debido a la acción de la Falla de Sabanalarga. Posteriormente la
ocurrencia de deslizamientos expusieron las rocas, que luego por la acción de la gravedad se
desprendieron y se acumularon en zonas de baja pendiente, dispuestas en dos depresiones del
terreno, una hacia la quebrada la Floresta y otra en la vertiente norte hacia la quebrada El Arrayanal.
Los espacios intersticiales desarrollados en el interior del organal son gobernados por la pendiente y
el tamaño de los bloques, su disposición es errática y generan pocos espacios intersticiales grandes.
Según las características de forma, dimensión, tamaño de bloques y ubicación espacial, para efectos
del registro, se diferenciaron tres sectores que se describen a continuación:
Sector alto. Representa la parte inicial del depósito de vertiente, es la zona más estrecha del organal,
tiente 120 m de largo por unos 90 m a 170 m de ancho. El depósito cuenta con una acumulación de
bloques de roca de tamaños entre 1 m y 2 m de diámetro, muy angulosos, los espacios intersticiales
en su interior aumentan en tamaño y frecuencia en dirección de la pendiente hacia zona media. En
esta zona el depósito tiene unos 11 m de espesor, se ubica entre los 1.140 y 1.150 msnm tiene una
pendiente empinada que se incrementa por la cercanía al escarpe que marca su límite oriental.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 36
Sector medio. Correspondiente a la parte más amplia y espaciosa tanto en planta como en el interior
del organal, tiene una longitud que varía entre 80 m y 160 m y un ancho que varía entre 200 m y 260
m, se ubica entre los 1.120 y 1.140 msnm, esta conformado por bloques semiangulosos, tamaño
métrico con diámetros que van desde 1 m hasta 4 y 5 m; el depósito tiene en este sector unos 15 m de
espesor, se exploró hasta una profundidad de unos 6 m por espacios ínter bloques.
Sector bajo. Corresponde a la parte terminal de depósito de vertiente, se ubica entre los 1.110 y los
1.120 msnm, está formada por bloques de tamaños que alcanzan los 2 m de diámetro, por ello los
espacios vacíos intersticiales son reducidos, los espacios comunicados entre sí son pocos y no
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 37
permiten el desplazamiento de personas; el espesor del depósito no excede los 7 m. En el interior del
depósito hay una alta humedad producto del permanente discurrir de aguas, debido a la baja
pendiente del sustrato.
Organal El Balsal. Arcila, no ofrece detalles sobre los organales del Balsal, pero hace mención de
información relacionada con esta zona:
“En el Balsal de los Echeverri, potrero Buenavista, paraje que antaño fuera ocupado por
los indios llamados Pobres, los señores José Pablo Toro y Luis Arboleda, sacaron oro de
los sepulcros indígenas que fue vendido a don Indalecio Flórez T. Las Ollas sacadas por
ellos sirvieron por mucho tiempo de tinajas en casa de José Pablo, propietario de la
Hacienda en donde fueron excavadas las guacas” (Arcila, 1969:19).
Este organal tiene forma alargada en planta en sentido Sur-Norte, con un área de aproximadamente
58.000 m², definida a partir de vértices coordenados: en X 1 1.164.210, Y1 1.137.480; X2 1.164.240, Y 2
1.137.610; X 3 1.163.660, Y3 1.137.825 X4 1.163.640; Y 4 1.137.710. Las relaciones espaciales entre las
geoformas naturales asociadas, sugiere que su génesis corresponde a un flujo de escombros, como
factor principal, que se desplazó por un antiguo cauce, ello condicionó las características morfológicas
del depósito, que luego fue modelado por el flujo de aguas permanentes que lavaron la matriz del
flujo, formando espacios intersticiales. Es muy probable que el desprendimiento de los bloques
procedentes del Pórfido de Morro Redondo, se hayan encausado por el drenaje que actualmente corre
debajo de los bloques.
Sector alto. Se halla en el extremo más alto del organal, limitando en la parte norte por la vía a Titiribí,
se ubica en la base del escarpe erosivo de donde se desprendieron los bloques de roca que lo
constituyen: bloques de pórfido andesítico angulosos, de tamaños métricos de hasta 4m de diámetro,
predominado los tamaños entre 1 y 2 m. Se ubica entre los 1.160 y 1.180 msnm, con pendiente
abrupta, mide aproximadamente 200 m de largo por 90 m de ancho.
Sector bajo. Comprende aproximadamente el 70% del área total del organal, se ubica entre los 1.120
y 1.160 msnm, y tiene aproximadamente 420 m de longitud, por 70 metros en su pare más estrecha y
130 metros en su parte más ancha. Posee una pendiente suave en el extremo sur que se incrementa
hacia el norte, los tamaños de los bloques de roca oscilan entre 2 m y 6 m de diámetro con formas
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 38
subangulosas, el depósito alcanza unos 8 m a 12 m de espesor. La base de este organal esta cruzada
por una caudalosa corriente de agua permanente.
Foto No. 13
Organal El Balsal, sector bajo
Finalmente anotamos como un elemento significativo, la existencia de un muy corto tramo de camino
empedrado, cuatro metros aproximadamente, que hacia el occidente y en la media ladera bordea el
organal La Floresta; al preguntar a nuestro guía sobre él, lo identifica perfectamente bien y comenta
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 39
que conoció otros tramos de este empedrado hacia abajo pero no hacia arriba y aunque él nunca lo
vio usar ni a oído hablar sobre él o sus constructores, afirma que lo hicieron para subir caña de azúcar
hasta el trapiche que existía más arriba. 14 A pesar de los esfuerzos hechos para localizar otros tramos
de este camino y conocer su orientación, ello no fue posible.
Organales de El Bosque
“En el organal del Bosque a que nos referimos se han encontrado no sólo fragmentos,
sino también ceramios completos colocados en repisas y alacenas” Arcila, 1969:
Los organales denominados por los trabajadores de la hacienda como Patudo y Cajones, se
encuentran localizados en la vereda Los Micos, hacienda El Bosque, al Este del casco urbano del
municipio de Titiribí. El conjunto formado por los organales en esta zona tiene un área total
aproximada de 240.000 m².
Sobre su origen, se plantea como hipótesis que se inicia con la formación de un profundo perfil de
meteorización “in situ” del Pórfido de El Corcovado y Monte Redondo. El proceso de alteración físico
química de la roca ocurrió de manera diferencial, formándose grandes bloques de roca sin
descomponerse que quedaron embebidos en el perfil o matriz de suelo, este proceso de formación del
suelo residual del pórfido, proporcionó los lodos y rocas que se desplazaron por la empinada vertiente
y que alcanzaron partes muy alejadas, en relación con el origen del deslizamiento, llegando hasta las
zonas bajas donde el relieve suave, permitió su depositación sobre la Formación Amagá. Este
14
En los reportes de la visita de Herrera y Campuzano (1616), son fecuentes las referencias a cultivos de “cañas”
relacionadas tanto con Titiríbí como con el resto del Departamento. A.H.N. Visitas Antioquia, tomos I, II y III.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 40
mecanismo de transporte, formó depósitos de vertiente de tipo flujo de escombros, cuya particularidad
es que al finalizar su caída, carecen de matriz o material granular fino.
En la parte alta del organal denominado Cajones, 15 aflora el Pórfido Andesítico, con una dinámica
erosiva intensa debida al diaclasamiento y fracturamiento de las rocas que posteriormente caen a
través de la alta pendiente; este proceso erosivo forma depósitos de derrubios por acumulación de
bloques de rocas con superficies angulosas, que se superponen en la base del escarpe y conforman el
sector bajo del organal en el sector denominado Cajones, los bloques de roca desprendidos del
escarpe tienen poco desplazamiento y son de granulometría variada.
“El Bosque es el nombre que se da a una hacienda de este municipio de Titiribí, situada
en el corregimiento de la Albania, entre la quebrada de este mismo nombre, el riachuelo
Amagá y el Alto de Monterredondo. La localidad se presenta en declive más bien rápido
hacia el riachuelo antes citado. Estos terrenos forman una estribación de la colina de Los
Micos ... Topográficamente los organales de esta hacienda se dividen en dos grupos: el
del Patudo y el de Cajones. De éstos han sacado los guaqueros, desde tiempo atrás,
cerámicas y fragmentos. Nosotros los descubrimos arqueológicamente, y en dos
ocasiones sacamos de ellos algunos miles de fragmentos ... ,(Arcila, 1969: 24 – 25).
Los organales Patudo y Cajones, presentan características diferentes en su proceso de formación, por
ello se describen por separado.
Según la génesis de formación y su ubicación espacial del organal, se definieron tres sectores para su
mejor descripción:
Sector alto. Compuesta por bloques de rocas subredondeados, constituye la parte sur del depósito,
tiene unos 80 m de largo y unos 160 m de ancho, los bloques de roca que lo constituyen tienen entre
2 m y 6 m de diámetro, están alojados en un sector con pendiente moderada; el depósito de vertiente
posee un espesor aproximado de unos 7 m, se ubica entre los 1.260 y 1.300 msnm.
Sector medio. La constituye un escarpe erosivo donde aflora la roca in situ muy fracturada, es allí
donde ocurren los desprendimientos y caída de rocas que forman el depósito del organal en la parte
baja; el escarpe está recubierto sectorialmente por algunos pequeños bloques de rocas. Se ubica
entre los 1.230 y 1.260 msnm, tiene unos 40 m de largo y 220 m de ancho.
Sector bajo. Corresponde al depósito de derrubios conformado por bloques de roca angulosos que
provenientes de la parte media del organal, alcanzando un espesor de unos 15 m, los espacios
intersticiales son amplios y permiten el desplazamiento de personas por ellos y por los espacios ínter
bloques. Hay una dinámica erosiva la interior de este sector inducida por fraccionamiento de bloques
de roca y erosión concentrada por el discurrir de aguas concentradas de escorrentía.
Organal Cajones. Con un área de aproximadamente 175.600 m², definida a partir de vértices
coordenados en: X 1 1.164.175, Y 1 1.146.230; X 2 1.164.240, Y2 1.146.510; X 3 1.163.465, Y3 1.146.780
X 4 1.163.335; Y 4 1.146.510; se ubica en la base de un gran escarpe erosivo, donde ocurre el cambio
litológico que posibilita la depositasión del material rocoso que se desprende del escarpe. Su forma es
irregular, alargada en sentido Sur-Noroeste, posee unos 800 m de largo y tiene un ancho variable
entre 60 m y 200 m.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 42
Considerando el tamaño de las rocas que forman este organal y los espacios interticiales que forman
al superponerse, creemos que Arcila, se refería a este organal al hacer la siguiente descripción:
“Entre las oquedades quedan a veces recintos que los guaqueros llaman salones, en
donde se puede estar de pies. Es de observar que sobre el piso y en las grietas se
encuentran fragmentos rara vez una cerámica entera. Igualmente en las cornizas que
forman las lajas sobresalientes en las techumbres de los salones se encuentran también
fragmentos y por excepción algún ceramio completo. ... (Arcila, 1969: 25).
De acuerdo con la distribución espacial, tamaño, forma y génesis de los bloques de roca, para
efectos del registro se dividió en cuatro sectores:
Sector Occidental. Formada por bloques de rocas que alcanzan dimensiones de hasta 6m de
diámetro. Este sector tiene una forma cuadrada de 200 m de lado que se ubica entre los 1.230 y 1.300
msnm, el depósito tiene un espesor de unos 10 a 15 m sobre una pendiente suave que se torna
abrupta hacia el extremo Sur. Presenta además una dinámica erosiva alta por acción de aguas de
escorrentía al interior del depósito y la acción biológica de vegetación arbórea y arbustiva densa.
Sector Central. Está constituida por flujos de escombros con bloques de rocas subredondeados; los
depósitos se diferencian por el tipo de material que los constituye, la forma de los bloques de rocas y
las relaciones espaciales entre ellos. Posee forma cuadrada de 200 m de lado aproximadamente, y se
encuentra cubierto por densa vegetación trepadora y arbustiva. Los espacios entre los bloques son
relativamente amplios, cubren una amplia zona de poca profundidad. El depósito alcanza los 15 m de
espesor y está compuesto por bloques de rocas cuya dimensión puede ser hasta de 10 m de diámetro.
Se ubica entre los 1.230 y 1.300 msnm, la pendiente es moderada y la dinámica erosiva interior es
intensa por la acción permanente de aguas concentradas y de escorrentía.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 43
En este sector, se realizaron 4 barrenos y 2 pozos de sondeo, los pozos de sondeo se realizaron al
interior del organal, de ellos, uno sobre un inmenso bloque de roca y cuya acumulación puntual de
suelo orgánico, alcanzó una profundidad de 80 centímetros. En la parte inmediatamente exterior al
organal, se realizo 1 barreno con los siguientes resultados: 16
Estratigrafía al exterior:
16 Es necesario enfatizar en la dificultad de establecer estratigrafías al interior de los organales, debido a la inexistencia de pisos o
superficies propicias para la depositación de materia orgánica, la cual si bien cae permanentemente proveniente de las partes altas
anexas a los organales y de su propia cobertura vegetal, también se filtra y se pierde arrastrada por la filtración de aguas lluvias que
penetran por los intersticios y fisuras dejados por la acomodación errática de las rocas, y por la existencia de corrientes de agua
permanentes y en ocasiones caudalosas que los atraviesan.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 44
Estratigrafía al interior:
Horizonte A3: a partir de 50 cm de profundidad, de color 7.5 YR 3/1 (very dark gray), 7.5 YR
3/2 (dark brown) de textura arcillosa, plástico y muy compacto. Aparece a los 54 cm de
profundidad, una concha de caracol en muy buen estado de conservación. La aparición de
grandes bloques de roca obligan a suspender la excavación.
Sector norte. Se puede considerar como una extensión aislada de la zona central, sin embargo está
constituido exclusivamente por un depósito de flujo de escombros que se halla en proceso de
modelado y conformación y cuyo estado evolutivo, no ha formado espacios intersticiales entre los
bloques de roca. Tiene una forma alargada en sentido Este-Oeste, ocupa la parte central del lecho de
un cuerpo de agua. Se ubica entre los 1.140 y lo 1.170 msnm, sobre una pendiente suave sin
sobrepasar los 6m de profundidad. Sus dimensiones son de 200 m de largo por 80 m de ancho,
aproximadamente.
En la búsqueda de los organales, se había mencionado un lugar llamado “Patio Bonito”, que al parecer
corresponde a un espacio de potreros donde estos se encuentran. Para llegar a este lugar, la
indicación fue regresar un poco por la carretera destapada que une la hacienda con la carretera
principal y tomar un camino que se encontraría a mano izquierda, dar con este, fue sorpresa que se
tratara también de un camino empedrado que cruza bordeando los organales.
baja y a su lado, siguiendo el mismo recorrido, lo acompañan senderos no empedrados que denudan
un suelo de color rojizo-naranja (‘bermejo’). Así mismo, es posible observar elementos en su trazado,
que llaman la atención sobre la pericia y cuidado empleado por sus constructores, así por ejemplo, a
la altura del organal Patudo, el trazo empedrado del camino gira en forma de S para superar una
irregularidad del terreno, mientras que el sendero sin piedra preferido en la actualidad se separa de
este, superando la misma irregularidad en línea recta sin realizar ningún rodeo.
Foto No 19.
Camino que bordea los organales del Bosque, en
este punto comienza a salir del sector de los
organales orientándose hacia el oriente, rumbo a
La Albania.
Durante la prospección, el trabajo se concentró en seguir el camino y revisar sus contextos. Hasta
donde se recorrió (aproximadamente 3 km), este mantiene su banca empedrada, excepto en algunos
puntos donde se encuentra destruido por fenómenos de erosión del suelo o por acción humana
directa. A lo largo del recorrido se observaron alteraciones del terreno que pueden corresponder a
terrazas de habitación. El camino sigue la topografía de tal manera que su trayecto abandona el cañón
del río Amagá, girando para orientarse hacía el corregimiento La Albania. Nuestro guía nos informa
que el camino que pasa por el organal es viejo y que muy seguramente lo construyeron los anteriores
dueños de la hacienda para transportar caña.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 47
Es importante anotar la existencia de otro camino empedrado que desde la actual vía que comunica la
mina de Las Margaritas con la carretera que conduce a Titiribí, baja prácticamente en línea recta
hasta el caserío de los trabajadores de la hacienda, en un trayecto de aproximadamente 600 metros.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 48
Las pruebas
Lo que podría considerarse como las “pruebas” de actividad humana antigua, tanto al interior como al
exterior de los organales, ha sido hasta el momento la cerámica y los instrumentos líticos; nosotros, a
partir de los elementos arqueológicos, etnográficos, geográficos y documentales, colectados durante
la investigación, pretendemos evidenciar una rica e intensa actividad antrópica, en un área que hasta
donde sabemos, podría extenderse desde Venecia hasta más allá de Santafé de Antioquia, 17 antiguo
territorio en el que incidieron los denominados “Titiribies y Sinifanaes”, en un lapso de tiempo de por lo
menos 2.000 años.
Los organales
En este punto del trabajo, creemos tener los elementos necesarios para comenzar a pensar en la
manera como los organales fueron utilizados y ahondar en ellos como sitios de actividad humana
antigua. Al respecto Arcila, 1969, expone varias ideas:
“... Son aspectos que llenan de satisfacción al investigador cuando después de varias
horas ha logrado salir a la luz del día con buena cantidad de objetos arqueológicos,
prueba inequívoca de la habitabilidad prehistórica de aquellas oquedades que antaño
fueron habitáculos, refugios o santuarios de pobladores precolombinos.” (Arcila, 1969:
24).
De estas ideas es interesante anotar que este investigador insiste en atribuir un carácter de vivienda a
los organales, a las que además les da una temporalidad, sin insistir en las ideas de “refugios”,
“santuarios” e incluso “basurales”, también mencionadas por él:
“De acuerdo a los datos arqueológicos que poseemos y que en el respectivo turno de
publicación se analizarán parece que las últimas zonas habitadas por los indígenas a
17“La “provincia de los Titiribíes” estaba entre los río Cauca y Porce, a 16 leguas de Santafé de Antioquia. Aunque en el
documento de archivo no dice en que dirección se encontraba dicha provincia, es probable que estuviera al sureste de
Santafé y al suroeste del valle de Aburrá, donde hoy en día queda el municipio de Titiribí, a unas 16 leguas de Santafé
de Antioquia. Llama la atención que los españoles repartieron en encomiendas a los indios de la cuenca del río arriba del
Cauca, hasta Penderisco y existe una encomienda de los Titiribíes, pero no de los Sinifanaes o Senufaná, grupo
indígena que habitaba al suroeste del valle de Aburrá, en la cuenca del río Cauca, entre Santafé de Antioquia y
Caramanta mencionado por los cronistas.” (Cordoba, 2000: 60-61).
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 50
juzgar por los habitáculos estudiados fueron: Los Micos, El Retiro, Corcovado y
Sabaletas. Los organales del Bosque, La Floresta y El Balsal, cavernas naturales que
fueron utilizadas por los indígenas como vivienda. ... En estas estructuras que a groso
modo hemos descrito y que por naturaleza se han formado a costa de los agentes de
la erosión, vivió el indígena posiblemente en la última etapa cultural de preconquista y
durante la hazaña conquistadora. Su permanencia en ellas parece no haber sido de
mucha duración, pues que la perennidad del hombre en estos habitáculos careció de
muchos medios económicos y sociales” (Arcila, 1969: 17-18).
De acuerdo con las observaciones realizadas por nosotros, la utilización de los organales como
vivienda, entendida ésta como el lugar donde un núcleo familiar realiza actividades tales como
preparar los alimentos y descansar, no es posible. No sólo por lo estrecho de la inmensa mayoría de
los espacios, si no por lo irregular y errático de éstos en donde si bien los “techos” abundan, los
“pisos” son prácticamente inexistentes, además de la alta y permanente humedad que allí se registra;
por experiencia sabemos que las piedras, –aún las más grandes- no ofrecen protección ante un
aguacero y que producir o mantener fuego en las condiciones existentes, sería por decirlo menos, una
odisea. Por estas mismas razones y por la cantidad y calidad de los vestigios hallados en su interior,
la idea de “refugio”, o de escondite, tampoco nos parece plausible.
La idea de basurero apenas insinuada por Arcila, esta relacionada con la insistente pregunta que se
hace este autor acerca de porque al interior de los organales, se encuentra la cerámica fragmentada:
Si bien esta idea de “basurero” podría ser aún objeto de análisis, tanto la ubicación de los materiales
(en lugares prácticamente inaccesibles) como el hallazgo de vasijas completas, nos hace considerar
que esta idea tampoco se ajusta a las evidencias encontradas, quedándonos por explorar la idea de
que los organales constituyen espacios donde el orden de los aspectos cosmogónicos y rituales de
los antiguos habitantes de estos territorios, se funden y representan; en un lugar que en palabras de
Arcila, podríamos denominar santuario; espacio sagrado, cuya importancia y significación no estaría
articulada a la cerámica, sino a la roca.
De aquí en adelante, intentaremos exponer de manera coherente los elementos encontrados dentro y
fuera de los organales, que nos permiten sustentar esta idea.
Si bien establecer el tipo de sitio que pudo representar los organales, entraña una extrema dificultad,
al ser totalmente incierta la posibilidad de conocer en detalle la manera en que estos fueron utilizados
y ni siquiera la forma en que fueron colocados la cerámica y demás elementos; considerar la manera
en que éstos se hallaron, además del análisis de sus formas y tecnología, puede arrojar algunas
luces al respecto.
Tal y como lo habíamos mencionado, la cerámica y los líticos en los organales, pueden encontrarse
en “cualquier parte”, la más inaccesible o la más evidente, y a todo lo largo y ancho de ellos. Aunque
naturalmente en los lugares en que los vestigios lograron resguardarse del agua y los depredadores,
se encuentran mejor conservados, llama poderosamente la atención, el hecho de encontrar
fragmentos correspondientes a más de la mitad de las vasijas en lugares en los que no es posible
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 52
considerar factores de rodamiento para explicar su posición, este hecho nos indicaría que
necesariamente fueron colocados, incluso en algunas ocasiones, con la intención de ser protegidos
contra eventuales deslizamientos. 18
Si bien los instrumentos líticos hallados en los organales, resultan ser pocos, comparados con la
cantidad de vestigios cerámicos, los consideramos tremendamente significativos. Durante nuestra
temporada de campo en los organales, colectamos una serie de materiales líticos, correspondientes
en su mayoría a manos de moler completas o fragmentos de ellas, así como fragmentos de roca
ajenos a los organales, (cuarzos, arcillolitas rojizas, basaltos etc.) por lo que deducimos que al igual
que los artefactos, fueron llevados y dejados allí; 19 igual situación reporta Arcila, 1969: “... se han
encontrado algunos especimenes completos [de cerámica] incluyendo algunas manos de mortero de
piedra” (Ibíd. :25.), se trata de manos de moler ovoides pulidas, las cuales presentan desgaste.
Pero no sólo esta la presencia de fragmentos de roca o la significativa relación que pudiera
establecerse entre estos líticos y la preparación del maíz, u otro tipo de alimentos; consideramos así
mismo importante tener en cuenta la existencia de una importante industria lítica en la región; 20 Arcila,
reporta además para el municipio de Titiribí el hallazgo de “idolillos” un “cuenco” “una caja” y varias
“hachas neolíticas” (Arcila, 1969: 36-37); así mismo es notorio el énfasis puesto por Montoya y Flórez
al hacer mención de construcciones en piedra y de instrumentos líticos localizados en la zona:
“En el retiro vivía una parcialidad de la tribu de los Titiribíes, porque en los deshierbes
de los cafetales, se encontraron muchos recatones de piedra usados lo que indica que
eran bastante agricultores (Montoya y Flórez, 1922: 541).
18
Si este fuera el caso, la fractura de los materiales pudo haber sido ocasionada por la caída de trozos de roca
producidos por exfoliación.
19 Además de éstos líticos, en la parte baja del organal EL Basal, se encontraron concentrados trozos grandes de carbón
mineral, como en otros casos, es difícil afirmar o proponer con certeza que ellos fueron dejados allí intencionalmente, ya
que al ser un mineral tan abundante en la zona bien pudo haberse rodado, ... pero concentrado... en ese lugar? ...
20 A nuestro juicio, incluso señalada en la actualidad, por la profusión de caminos empedrados que hasta hace muy poco
A nuestro juicio, La cerámica hallada en los organales también fue trabajada con “todo primor”; la alta
estandarización tecnológica, la gran diversidad formal, y el alto grado de elaboración que presenta
este conjunto de vestigios cerámicos, además de sus importantes cantidades, hacen afirmar que su
producción en Titiribí, alcanzó grados de desarrollo tecnológico y artístico notables y aunque sobre
ella todo está por estudiarse, nosotros nos limitaremos aquí a enfatizar aspectos que nos parecen
relevantes en la sustentación de la hipótesis de que los organales son espacios de índole sagrada, y
en la idea de adentrarnos en los aspectos rituales que a través de ella podamos inferir. 21
Además de la ya señalada densidad de los materiales, salta a la vista un conjunto donde la hermosa
factura de la cerámica, café o café rojiza con acabados pulidos y brillantes, pastas delgadas, y sobrias
decoraciones, lo hacen claramente diferenciable. Al referirse a la cerámica de los organales, es
posible hacerlo recalcando su tremenda diversidad y relativa homogeneidad sin que esto presente
contradicción, (véase planchas 1 a 5). Diversidad en sus formas: en distintos porcentajes se presentan
vasijas globulares y subglobulares, cuencos, cuencos aquillados pandos y hondos, en forma de
corazón y romboidales, platos, botellones, bandejas, alcarrazas, figurinas antropomorfas y poporos;
aunque la popularidad parecen tenerla los cuencos, más aún los cuencos aquillados.
21Un reciente trabajo realizado por las estudiantes Liliana Gómez y Carolina Espinal, ofrece una detallada descripción de
este conjunto, asociado por ellas a una especifica unidad de producción. Gómez y Espinal, 2000.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 54
oblicuas cruzadas. Diversidad en sus bordes: redondeados, rectos, biselados, directos y planos,
evertidos y levemente evertidos, sin decoración o decorados con bandas de pintura blanca o crema en
la parte plana; evertidos directos decorados con puntos impresos, aplicaciones zoomorfas y bandas de
pintura blanca o crema; biselados exteriores levemente evertidos etc. Relativa homogeneidad en sus
tamaños: un mismo tamaño se repite con frecuencia, con una notable tendencia hacia tamaños que
pudiéramos considerar pequeños, aproximadamente el 60% de la muestra tendría diámetros entre 11
y los 30 centímetros, con alturas que no sobrepasarían los 50 centímetros, con una tendencia muy
marcada a preferir alturas entre los 12 y 25 centímetros.
Comparando con otras cerámicas de Antioquia e imbuido por la idea de que finalmente en la
antigüedad no era posible llegar a grandes destrezas o avances tecnológicos, Arcila, 1969, no
reconoce la habilidad de los alfareros Titiribíes, y atribuye su procedencia a sociedades foráneas y
tierras lejanas, 22 propone además, asociaciones con cerámicas y gentes provenientes del río
Guachiconó en la cuenca del Patía, San Agustín, 23 la región Quimbaya, en el Quindío; Nare, en la
cuenca del río Magdalena; Urrao, Santa Helena del Opón y la Costa Atlántica.
Al respecto nosotros sólo pudimos corroborar la información sobre la cerámica del Patía y de San
Agustín; 24 sin embargo creemos necesario considerar que si bien, efectivamente es posible encontrar
existe similitud en formas o técnicas decorativas, en sitios o regiones diversos; es necesario evaluar en
primer lugar, si estos elementos formales permiten afirmar que existieron “relaciones”, o como propone
Arcila “contactos interétnicos”; en segundo lugar entender que proponer y sustentar hipótesis sobre el
tipo de relaciones pudieron haberse dado, implica necesariamente responder una serie de preguntas
sobre los contextos de hallazgo, cantidad, grado de similitud entre otros aspectos, con las que se
ponga a prueba no sólo la idea de “intercambio”, sino sus contenidos, direccionalidad, importancia,
peso especifico dentro del conjunto total de relaciones etc.
22 Nosotros creemos tener elementos para pensar que gran parte de la producción cerámica proveniente de los
organales y localizada en Titiribí y Venecia, se llevó a cabo localmente.
23 Duque Gomez, Luis. “Exploraciones Arqueológicas en San Agustín”. Suplemento No. 1 de la Revista Colombiana de
presenta este mismo autor en: “Contribuciones al conocimiento de la estratigrafía cerámica de San Agustín Colombia.
Biblioteca Banco Popular. Bogotá, 1975; señalamos además que si se trata de seguir esta línea argumentativa, en este
mismo texto se podrían hallar otras formas y decoraciones similares a las encontradas en Titiribí.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 55
Foto No.24.
Vasija hallada en los organales del Bosque por Graciliano
Arcila, 1969, al referirse a ella afirma: “Esta cerámica desde
el punto de vista de la decoración granulada, tiene un valor
muy singular, si se tiene en cuenta que una decoracipon
semejante, o mejor identica, fue hallada por Luis Duque
Gómez en San Agustin en el nivel de Mesitas Medio. La
fecha anotada por Duque Gómez, al estrato donde se
encontro este tipo de decoración es la de 1200 años.... esta
pieza es muy exotica no sólo en el mismo Titiribí , sino en
todo Antioquia” (Arcila, 1969: 40). Museo Universidad de
Antioquia, registro No 2932.
Además, es tal la diversidad y calidad de la cerámica encontrada por Arcila, que reiteradamente
señala su originalidad:
“En fin lo que nos proponemos es denunciar que en el complejo cultural de los
Titiribíes y Sinifanaes, se conjugan los factores distributivos que antes hemos
hecho, en relación con otras expresiones de otras regiones en las cuales dicha
manifestación es típica pero que en Titiribí es atípica o mejor un elemento aislado,
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 56
Sobre la originalidad de estos materiales cerámicos, Gómez y Espinal, (2000), aportan otros
elementos:
25 Es de anotar que la cerámica registrada como proveniente del municipio de Amaga depositada en las Colecciones de
Referencia del Museo de la Universidad de Antioquia, es muy poca 80 fragmentos, con los cuales no es posible
establecer relación con la cerámica extraída de los organales.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 57
Para el caso especifico de los organales, sería del mayor interés establecer mediante el análisis de la
procedencia de arcillas, sí los elementos identificados como foráneos, pudieron haber sido elaborados
con materiales locales, y en ese caso analizar si se trata de que el alfarero viajó, vio, le contaron, o el
resultado de su trabajo es una simple coincidencia; o por el contrario se trata de materiales
efectivamente traídos de tierras lejanas, en ese caso, el hecho de transportar a lo largo de 600, 700 o
más kilómetros (pero incluso 60), una vasija relativamente grande (una persona no podría transportar
más que una a la vez), y tremendamente frágil, para ser depositada dentro de un organal; plantea un
tipo de motivación o relación que supera con mucho el orden de lo meramente práctico o comercial.
Por lo pronto y para efectos de la reflexión que intentamos construir, el hecho de la mera existencia de
este tipo de cerámica, enfatiza para nosotros la importancia y trascendencia de los organales.
Fotos Nos. 26 y 27. Cuencos acorazonados provenientes del municipio de Titiribí, según registros del
Museo de la Universidad de Antioquia, el No. 4485 descrito como “totuma” y el No. 5899A descrito
como “cerámica” procedente de “Titiribí-Sinifana”. Véase en Plancha No 5, cuencos acorazonados
procedentes de los organales.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 58
Además de considerar como importante la calidad de la factura, llama la atención que un enorme
porcentaje de los recipientes depositados en los organales, este relacionada no con la cocción o
consumo de alimentos (es notoria la ausencia de hollín), sino con recipientes más apropiados para
ofrecerlos: cuencos, bandejas, platos, botellones. Cuando uno observa el conjunto de la cerámica
extraída de los organales, se le viene a la mente la idea de vida, de banquete, de fiesta (véase
planchas Nos 1 a 5) y esta idea permanece, a pesar de la existencia de vasijas que tradicionalmente
han sido denominadas como “urnas” (véase plancha 4, números 7-11).
Respecto de la dispersión y relaciones que a partir del análisis cerámico nosotros podemos
establecer, es de anotar en primer lugar, que cuencos aquillados similares a los registrados en Titiribí
se encuentran en prácticamente todo el departamento de Antioquia y en el departamento de Caldas,
asociados a lo que se ha definido como el estilo “marrón inciso”. 26
En segundo lugar, tal y como había sido propuesto por el investigador Graciliano Arcila, el análisis de
la cerámica colectada por nosotros y de las muestras cerámicas conservadas en las colecciones de
referencia del Museo de la Universidad de Antioquia, procedentes de los organales de Titiribí y
26 Catálogo de la exposición: “El Marrón Inciso de Antioquia Colección Museo Universitario”, varios autores;
Catálogo de exposición: “Antioquia Pasado Aborigen”, Castillo, 1992; Colección Arte de la Tierra. “Quimbaya”.
1990, varios autores.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 59
Venecia, permiten considerarlas como plenamente contemporáneas, tanto por sus características
formales como tecnológicas.
Recipientes globulares con engobe rojo y pintura blanca formando motivos espirales, identificados por
Arcila como provenientes del sur del país, específicamente de Guachicono en el valle del río Patia,
han sido igualmente registrados como provenientes de Sopetrán en el departamento de Antioquia y de
Manizales en el departamento de Caldas, 28 (véase foto No. 25).
27 No obstante, las similitudes formales, consideramos necesario realizar otos análisis, incluyendo estudios de
proveniencia de arcillas que aporten datos que permitan afirmar y especificar el tipo de relación que es posible
establecer.
28 Exhibidos respectivamente en los Museos de la Universidad de Antioquia y de Caldas.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 60
similares, por no decir idénticos, a los de Titiribí, se identificaron como provenientes de Santa Fé de
Antioquia, (véase fotos No. 32).
Finalmente, llamamos la atención sobre la relación que pudieron tener los antiguos habitantes de la
cuenca alta de la quebrada Piedras Blancas (oriente cercano antioqueño), con la gente del suroeste,
particularmente Titiribí y Heliconia; 29 fragmentos provenientes de una o dos vasijas, color amarillento
claro 10YR 7/6 (yellow), con abundante mica, fueron hallados en los organales de Titiribí, siendo
visualmente idénticos a los registrados en la vereda Mazo, corregimiento de Santa Helena,
relacionados con una datación de 1430 +/- 70, señalamos que este tipo de arcilla proviene del Batolito
Antioqueño del cual hasta donde sabemos no existen afloramientos en Titiribí. En esta zona de la
29 Para Heliconia, ver en las Colecciones de Referencia Arqueológica del Museo de la Universidad de Antioquia, los
materiales provenientes de la investigación de Restrepo y Castro 1997; para el resto de la cerámica proveniente de este
municipio, anotamos que si bien comparten algunas características formales con la cerámica proveniente de los
organales: cuencos aquillados, decorados con tríadas de pintura blanca por ejemplo, otras características nos permiten
pensar que se trata de tradiciones o momentos alfareros distintos, las características más contrastantes estarían en el
color tanto de las pastas como de los engobes, en el tratamiento de las arcillas y en acabados un tanto mas burdos y
descuidados.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 61
Piedras Blancas, se localizaron además, asas zoomorfas y bifurcadas, muy similares a las también
registradas en Titiribí (Botero y Vélez, 1995: 103-105; Ochoa, 1998).
Respecto de la temporalidad relacionada con los organales, podemos descartar la idea de que los
vestigios hallados en su interior. corresponden a una ocupación tardía, incluso contemporánea a la
conquista, tal y como la propone Arcila, basado en el hecho de no haber encontrado una secuencia
estratigráfica al interior de los organales, asociada a la acumulación de suelos y vestigios humanos,
señalando reiteradamente que los vestigios arqueológicos se encuentran en “superficie”:
Las dataciones logradas a partir del análisis de termoluminiscencia, 30 permiten no sólo superar esta
mecánica idea, sino proponer una temporalidad asociada a evidencias cerámicas diversas,
30Análisis realizados en el Luminescence Dating Laboratory, Department of Archaeology University of Durham, véase
anexo No 2.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 62
eventualmente relacionadas con procesos de expansión o relación con gentes ubicadas hacia el
nordeste, tal y como lo estaría señalando la documentación histórica:
“La cuenca del río arriba del Cauca, en Antioquia, en su parte occidental está próxima a
la cuenca del río Atrato, en el Chocó, lugar de asentamiento de los indios Chocoes, grupo
indígenas aguerrido con el cual Titiribíes y Sinifanaes tuvieron enfrentamientos antes de
la conquista española, asiéndolos desplazar de parte de su territorio occidental hacia la
banda oriental del río Cauca.” (Cordoba, 2000: 33 y 34).
Sea como fuere, por lo pronto tenemos que para el año 180 +- 100 DC, la importancia de los
organales esta asociada al mayor y más homogéneo conjunto cerámico, representado por un popular
cuenco aquillado; considerando la cantidad y calidad de la cerámica podemos pensar que se trata del
más intenso momento de utilización del organal, por parte de gente que gente que vivía cerca o
relativamente cerca de ellos.
Para el año 640 ± 260 DC, la asociación se establece con vasijas que por su color forma y decoración
no se consideran como pertenecientes al conjunto anterior; se trataría de piezas con muy escasa
representación y que tienen claro parentesco con cerámicas localizadas hacia el Cauca en SantaFé de
Antioquia y Sopetrán, (véase fotos Nos... ). Es importante señalar que hasta el momento no tenemos
elementos para señalar una dirección en esta relación; a juzgar por las evidencias que permiten
identificar la observación directa: color, grosor, tipo de decoración etc., y por supuesto por su baja
representatividad, podemos pensar que se trata de vasijas realizadas por fuera del contexto de Titiribí;
¿se trataría de vasijas intercambiadas o compradas o regaladas y traídas para ser depositadas en los
organales,? o fueron traídas desde tan lejos por sus mismos fabricantes?
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 63
Los fragmentos datados hacia el año 1500, ± 100, corresponden a una pieza única, grande, de color
gris-habano, de factura extremadamente irregular, cuya pasta apenas si fue tratada, sin huellas de uso
ni ahumado, decorada con una línea de triángulos incisos sobre la parte externa del borde, que por su
forma y peso podría pensarse que se trato de una pieza hecha exclusivamente para ser depositada
dentro del organal. La ubicación de esta pieza, hacia un extremo, en un lugar de inmediato acceso por
estar apenas alejado algunos metros de la parte externa al organal y relativamente cerca del tramo de
camino empedrado que lo bordea, nos hace pensar que pudo haberse tratado de una “ofrenda”
colocada en un momento de emergencia. Hecho que cobraría relevancia, si consideramos que en ese
momento la zona se encontraban en guerra. 31
Vasija localizada en el
organal La Floresta, parte
media alta, denominada para
efectos de la datación como
Floresta burda (coarse), la
fecha asociada a ella es 500
± 80 ± 100 AD 1500 ± 80 ±
100, Dur2000 TL qi 273-1.
31 “La cuenca del río arriba del Cauca, en Antioquia, en su parte occidental está próxima a la cuenca del río Atrato, en el
Chocó, lugar de asentamiento de los indios Chocoes, grupo indígenas aguerrido con el cual Titiribíes y Sinifanaes
tuvieron enfrentamientos antes de la conquista española, asiéndolos desplazar de parte de su territorio occidental hacia
la banda oriental del río Cauca.” (Cordoba, 2000: 44)
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 64
Pero además de los líticos, la abundante y hermosa cerámica, a los organales fueron llevados
artefactos de otra naturaleza, en donde la constante parece ser una excelente factura. Uno de los
objetos que más llama la atención del investigador Arcila, es quizás una “batea” de tamaño 42 X 25.5
cm, con incrustaciones de cuarzo, procedente del organal del Manchal, la cual desafortunadamente no
logramos localizar:
“... Batea de madera fina de comino, madera fina de ebanistería (especie de azafate),
ligeramente cóncava pero blindada solamente a los lados, labrada de una sola pieza y
tiene forma rectangular. Hacia la mitad de la longitud lateral la línea se abre hacia
afuera en ángulo como para formar losange. En la superficie interna y bien centralizado
un cuadrilátero de 190 de lado y en la superficie circunscrita se tiene incrustaciones de
granos de cuarzo de líneas angulares generalmente exaedros y dispuestos a medio
centímetros de distancia unos de otros. También se encuentran tetraedros y
pentaedros. Las incrustaciones fueron hechas en cajas previamente hechas pero de tal
modo que el grano de cuarzo entrara presionado. La batea así condicionada sirvió como
rallador (raspador o triturador), de sólidos más o menos blandos. El resto de la
superficie superior fue pintada de blanco de origen mineral. Este artefacto encontrado
en los organales del Manchal, cerca al Bosque en Titiribí, es uno de los especimenes
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 65
El hecho de que los organales se encuentren cubiertos de vegetación, de alguna manera oculta para
nosotros un hecho evidente: en ellos las fuerzas de la naturaleza se representan de forma contundente,
inmensas moles de roca arrastradas y luego gracias a su propia fuerza sostenidas; sostenidas además
en un doble sentido: sostenidas una sobre otra formando lugares únicos; y sostenidas en el tiempo, la
roca como material perenne por excelencia marca hitos que trascienden los ámbitos cotidianos e
individuales. Cualquiera que haya sido la explicación que en el pasado se dio la formación de estos
sitios, podemos suponer que se ésta se fundamento en la observación y en el conocimiento de su
medio circundante pero que, a diferencia de nosotros, la valoración y significación de ese conocimiento
se hizo en un plano cosmogónico, cual otro sería si no el sentido de llevar hasta estos lugares, objetos
preciosos?.
Muchos otros elementos ajenos a lo que normalmente se reconoce dentro de la racionalidad científica
pudieran ser tomados en cuenta al momento de entender el significado que tuvieron estos espacios
para las personas que depositaron estos objetos: la luz, en los organales no se observaron huellas de
ahumado o quemas que pudieran indicar que a ellos se entro utilizando fuego para alumbrarse; la
atmósfera imponente húmeda intima y serena que se crea el juego claro-oscuro de la luz al interior de
los organales; la vegetación y los animales que pudieron también exclusivos de estos lugares, su
ubicación con respecto a la totalidad del territorio, pudieran ser elementos interesantes de rastrear y
determinar con el fin de acercarnos un poco más a esa cosmogonía que acabamos de vislumbrar.
Durante nuestro trabajo de campo, no solamente encontramos “pruebas” de actividad humana antigua
al interior de los organales, también las hallamos al exterior de ellos. Ya habíamos anotado como lo
que consideramos una relativa ausencia de evidencia arqueológica, determinó la extensión e intensidad
de nuestras actividades de campo, pero no fue sólo esta “ausencia”, lo que motivaba nuestra
preocupación, era también el hecho de no encontrar similitud entre los vestigios cerámicos colectados
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 66
afuera, y los hallados en los organales; además de lo pequeño, erosionado y no diagnóstico de los
fragmentos, estaba el hecho de tratarse en general de cerámica gruesa y burda, en la que ni siquiera
podíamos percibir similitud en las arcillas utilizada en las vasijas halladas en los organales.
Si bien sin duda, parte de la explicación se encuentra en los masivos procesos erosivos que vive la
región, consideramos que también muy posiblemente estamos frente a las evidencias de una sociedad
en crisis, correspondiente al último período de ocupación indígena (incluida la conquista española) en
la que el acceso sosegado al tiempo y a los recursos necesarios para la producción de objetos
esmeradamente acabados e incluso únicos, ya no fue posible o deseable.
Para continuar con el análisis que nos proponemos, además del registro estratigráfico detallado
presentado en el anexo No 1, a continuación presentaremos los hallazgos realizados en la vereda
Falda del Cauca (potrero El Achiral), vereda Los Micos, (terrazas de Los Micos) y en la vereda La
Peña, en contextos por fuera de los organales, en los que la presencia y utilización de la roca sigue
siendo un elemento, a nuestro parecer, protagonista.
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Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 101
Si bien ciertamente los caminos empedrados no son los únicos en Titiribí, sin duda ellos tienen
una importancia insoslayable; a lo largo del texto, nos esforzamos por dar cuenta no sólo de la
reiterada presencia de estos caminos en el paisaje y en los imaginarios de las personas, sino de lo
que consideramos ubicaciones significativas, en relación a los sitios arqueológicos. En adelante ,
intentaremos además, evidenciar que esta presencia a sido una constante en la vida del municipio
y de la región y sustentar la idea de que esta red y la tecnología necesaria para su construcción,
tiene su origen en las necesidades y conocimientos prehispánicos y que fue a partir de ella que se
organizó la vida colonial e incluso republicana. 47
Como un primer elemento, es necesario insistir en la importancia de reconocer el hecho de que los
españoles llegaron a territorios completamente humanizados, transformados y civilizados, incluso
de tal manera, que no encontraron parámetro de comparación en su propia sociedad o
experiencia:
Es interesante notar que los españoles no compararon los caminos encontrados aquí con los
suyos, ni los describieron a partir de su experiencia en Europa, tal y como hicieron al describir
muchos otros de sus descubrimientos, se los describe y compara con caminos empedrados
recientemente conocidos en América: los incas, “hechos a mano y grandes”. Al respecto sería
interesante allegar elementos para abordar la discusión sobre si los españoles de la época
47
Ello lógicamente incluye su transformación, su destrucción, y la construcción de nuevas vías y rutas a través de las
cuales se desarrolló la nueva sociedad que si reconocemos como nuestra antepasada.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 102
Tempranas referencias coloniales, 1617, relacionadas con pleitos por la posesión de las tierras de
los Titiribíes, registran la existencia de caminos “reales” que atraviesan estos territorios y los
esfuerzos de los indígenas en la construcción de caminos que al parecer se adaptan a las nuevas
circunstancias:
“Los indios Titiribíes ubicados en Quirimará, en la segunda mitad del siglo XVI
hacen una desviación del camino real Santafé - Popayán que pasa por la
estancia de Juan Cortés cerca a donde empieza la loma de los Titiribíes, cerca
del nacimiento de la quebrada Insur” (Cordoba, 2000: 111). 49
Enfatizamos en el hecho de que es mano de obra indígena, y que para el caso de los caminos, no
contamos con ningún elemento que nos permita suponer que implementaron tecnologías
impuestas por los conquistadores. Lógicamente en documentos con los que se intenta defender
supuestos derechos sobre tierras, o minas no es necesario ni pertinente especificar o detallar
sobre elementos tecnológicos ni sobre los caminos ni sobre cualquier otro elemento de
procedencia indígena, -y resaltamos nosotros ni siquiera española-.
Volviendo a retomar la información que tenemos para Titiribí y el suroeste cercano, proporcionada
por Cordoba (2000), más tarde, en el año de 1682:
48Sin olvidar la existencia de los caminos romanos, a manera de anécdota recordamos que el tan trascendente
“Camino de Santiago” en enormes trayectos apenas esta marcado por una estrecha y denudada senda y hasta
donde sabemos no ha sido considerando necesario demostrar su importancia a partir de análisis ingenieriles.
49Véase también la trascripción No 3 que hace esta autora del documento 4201 del Archivo Histórico de Antioquia,
Fondo Colonia, Serie Tierras Tomo 158 del Año 1617- 1671, Folios: 583r-658v); e información sobre “El camino real
de Guaca pasa cerca a las salinas de Guaca y Sabaletas que ha sido propiedad en el siglo XVII de Simón de Murga,
Juan Jaramillo de Andrade, Juan Zapata y Tomasa Zapata. (Cordoba, 2000: 112).
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 103
Para el año de 1885, Uribe Ángel, observador contemporáneo a los eventos que describe hace las
siguientes afirmaciones:
“... Estamos inclinados a creer que fue en el punto que ocupa la cabecera de este
distrito, [Concordia]. o en alguna de sus cercanías en donde tuvo lugar la muerte del
distinguido capitán Francisco César. Quedan aún como restos de la vida indígena en
este territorio, señales de antiguos caminos, y algunas fosas en donde los aborígenes
se hacían sepultar con sus riquezas. ... De la época colonial no queda el menor
indicio. (Uribe Ángel, [1885] 1985: 154).
Considerando la ruta de poblamiento que a renglón seguido describe este autor: “En 1830 penetró
en aquellos bosques Manuel Herrera con su familia y atravesó el Cauca por medio de una balsa de
guaduas fabricada por él mismo.” (Ibíd., 1995: 154), uno de los “antiguos caminos “ a los que se refiere
Uribe Ángel coincidiría con el camino empedrado que aún en la actualidad conduce desde el caserío de
Otra Mina en Titiribí hasta Concordia y que fue recorrido por nosotros hasta la desembocadura del
río Amaga en el Cauca, en el punto conocido como “la balsa de los pobres”, en un trayecto de más
de 15 kilómetros, (véase fotos Nos 75 a 85).
50
Los arqueólogos podríamos asumir como tarea, la ubicación y seguimiento de estos caminos,
tratando de conocer tanto sus aspectos técnicos como la geografía humana de la que hacia parte esta
red vial colonial, con el fin de proponer elementos sólidos para el análisis sobre un tema que si bien ha
comenzado a ganar interés, también muy rápidamente ha caído en las trampas de los paradigmas
colonialistas –los indios no podían- y las salidas imposibles –no es posible datarlos-, sin realmente
avanzar en ninguna dirección ni argumentativa ni descriptiva.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 104
Para el año de 1920, contamos con el extraordinario registro de la red de caminos principales,
realizado por el geólogo alemán Emil Grosse, (1926), a partir de la cual realiza y amarra la
investigación y observaciones consignadas en su libro: “Estudio geológico del terciario carbonífero
de Antioquia. En la parte occidental de la Cordillera Central entre el río Arma y Sacaojal ...”:
En lo que corresponde a la zona trabajada por nosotros, pudimos verificar que tanto los caminos
señalados como “reales” y “secundarios”, se encuentran en la actualidad empedrados en extensos
tramos, queda sin embargo, como derrotero de trabajo hacia el futuro, el seguimiento y descripción
de esta red, a la que permanentemente se la asocia con los eventos conocidos más lejanos en el
tiempo:
51
Esta red, más otros datos proporcionados por cartografía relacionada con la mina del Zancudo, esta consignada
en los 6 mapas anexos a su trabajo, escala 1: 50.000; utilizando convenciones que señalan no sólo el rigor de su
tarea sino las jerarquías de los caminos reconocidas en la época: una línea roja gruesa continua para los “caminos
reales levantados”, una línea continua menos gruesa que la anterior señala los “caminos secundarios levantados” y
una línea roja discontinua señala los caminos “no levantados”. Para nosotros, esta cartografía tiene un interés
múltiple, ya que no sólo nos permite superponer las distintas cartografías ya detectadas, sino que nos permite
establecer con precisión los lugares mencionados por Montoya y Flórez, cuya toponimia ha cambiado o proliferado
de tal manera, que hoy se hace muy difícil ubicar.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 109
Además, es interesante volver encontrar referencias que señalan el buen estado de la red vial de
la región; para el año 1966 se resalta que en Titiribí
Un camino de herradura que de la cabecera conduce a Armenia, pasa por las veredas
de Sitio Viejo y El Zancudo y recorre 20 Km aproximadamente. 52
El camino que sale del lugar llamado Los Alpes hacia Angelópolis, el cual recorre 14
Km aproximadamente.
Otro camino que sale del lugar llamado Las juntas, sobre la carretera y llega hasta el
Municipio de Venecia. Recorre 18 Km aproximadamente.
El camino que sale de la cabecera, pasa por las veredas La Otramina, y La Falda del
Cauca, baja hacia el Amagá pasando cerca a la vereda Lara y cae finalmente al
Cauca en el sitio denominado “el paso de los pobres”, finalmente llega al Municipio
de Concordia con un recorrido de 25 Km aproximadamente.” ...” (Tomado de
“Distritos”, revista de hechos y gentes de los municipios colombianos. Titiribí. Año V
No 8 marzo-abril de 1966: 18).
52
Este es el camino que asciende por el Alto del Caracol, véase fotos Nos 86 a 89.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 110
Fotos Nos, 86 y 87. Detalles del camino que desde Sitio Viejo (minas del Zancudo) conduce
hasta Armenia Mantequilla.
Finalmente, queremos resaltar la existencia de “otros”caminos empedrados, que como derivaciones de los
principales (léase más extensos), o independientes de ellos, abundan en la zona; de muchos de ellos no
logramos obtener referencias sobre el momento de su construcción; de otros, es fácil establecer que se
trata de la moda adoptada por muy adinerados compradores recién llegados ( ... ), y que se trata de
senderos construidos como entradas a haciendas o mansiones, en donde tanto la información obtenida a
través de los vecinos, como su direccionalidad, técnica constructiva y materiales empleados, señalan con
toda claridad su temporalidad y utilidad.
Sorprende que los habitantes de Titiribí sin excepción, identifiquen “los filos” de las montañas y las
colinas, como lugares sin duda relacionados con las actividades de “los indios” y con la existencia de
guacas o tesoros enterrados; siendo muy difícil encontrar uno de estos filos o topes de colina que no
hayan sido intervenidos, algunos de ellos de manera dramática y masiva al punto de que esta
destrucción se constituye en un elemento insoslayable e incluso determinante para la investigación
arqueológica en el municipio.
Foto No. 90. El palmichal, cuchilla hacia el norte, se encuentra totalmente guaqueada, obsérvese los
árboles que han crecido al interior de los huecos, el tamaño promedio de cada abertura es de
aproximadamente 11 X 11 metros.
profesional reconocido, sólo ha realizado “un trabajo” en Titiribí, su formación y experiencia la realizó
en los departamentos de Caldas y Risaralda. Consideramos que en estricto sentido no podría
calificarse como producto de la guaquerial el hallazgo fortuito de la vereda La Peña, al cual ya nos
referimos.
Foto No. 92. Morro Redondo (La Floresta), en su cima se registraron 16 excavaciones producto de la
guaquería, en la foto, la intervención que parecía más reciente, en ella se excavó hasta una
profundidad de 60 centímetros sin lograr encontrar evidencias de actividad indígena y si trozos de una
botella de aguardiente, seguramente compañera de los últimos guaqueros.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 114
Así mismo, la denominada Cuchilla La Floresta, 53 pareciera haber sufrido una suerte de bombardeo, a
juzgar por las dimensiones y cantidad de perforaciones que allí se observan. Con relación a la intensa
guaqueria observable y a la temporalidad en que ella se llevo a cabo, llama la atención, el hecho de
que mucha de la información obtenida por nosotros, pareciera ser igualmente vox populi en la década
del veinte; Montoya y Flórez, al exponer sus ideas sobre el significado de las grafías de la “Piedra del
Indio” anota:
“... sin duda muy interesantes para los jefes de la tribu, que debieron ser muy ricos a
juzgar por el enorme número de sepulturas antiguas excavadas en la época, porque no
hay tradición en Titiribí de que aquí se hayan excavado guacas y porque algunas
excavaciones están aún rodeadas de bosques seculares. Esto indica que los
conquistadores tuvieron noticia cierta de su riqueza y las trabajaron, o bien que los
mismos aborígenes las sacaron trasladando sus tesoros a punto más seguro; si quedan
algunas sin trabajar deben ser de pobres. D. Enrique Echavarria, actual propietario de la
hacienda, hizo trabajar algunas de estas sepulturas y sólo encontraron algunos husos de
hilar, de barro quemado; toda la tierra estaba perfectamente revuelta y trastornada, con
carbones y restos de ceniza en el fondo.” (Montoya y Flórez, 1922: 541).
Las observaciones de este agudo autor, parecen estar corroboradas por la información contenida en el
texto de Robert West: “La minería de aluvión en Colombia durante el período colonial”; quien en el
capitulo II, al referirse a la guaqueria como una técnica de la minería aurífera, anota:
En el texto de pie de página se lee: “Un documento de 1615 indica que en las vecindades de Titiribí,
en el Cauca se estaban explotando tumbas. AHNC, Visitas de Antioquia III; f, 53r.” (West 1972: 62).
Paradójicamente, el afán de los buscadores de tesoros, significa no solo irreparables perdidas tanto
de información como de vestigios, sino que señala la “riqueza” de que gozaban los antiguos
53
Véase mapas correspondientes a la zona oeste de estudio en el anexo No1.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 115
habitantes de estos territorios y nos reafirman en la idea de que esta sociedad había alcanzado
notables técnicas productivas.
“... Estamos inclinados a creer que fue en el punto que ocupa la cabecera de este
distrito, [Concordia]. o en alguna de sus cercanías en donde tuvo lugar la muerte del
distinguido capitán Francisco César. Quedan aún como restos de la vida indígena en
este territorio, señales de antiguos caminos, y algunas fosas en donde los aborígenes
se hacían sepultar con sus riquezas. De estas han sido excavadas algunas sumamente
ricas, y entre ellas, dos, de donde se extrajeron 10 libras de oro fino en la primera
situada en la loma de Pueblo Rico, y 46 de oro de la misma calidad, con más de 25 y ¾
de oro bajo en la segunda. Las alhajas extraídas de estos depósitos representaban
argollas, fajas, cinturones, petos, y figuras de brutos y de seres humanos. De la época
colonial no queda el menor indicio.” (Uribe Ángel, 1885: 154).
Las tareas
“Ni por un instante, naturalmente, pretendo que la pala sea más importante que la
pluma; son instrumentos gemelos pero en este punto de excavar, la mente directiva
debe tener, en un grado desarrollado, esa vigorosa calidad en tres dimensiones que
es menos inmediatamente esencial a algún otro tipo de investigación. En forma muy
simple y directa, la arqueología es una ciencia que debe ser vivida, “sazonada con
sentido humano”. La arqueología muerta es el polvo más seco que puede
soplar.”(Wheleer, [1952] 1981:7).
El paciente lector que llego hasta este punto, ya tiene una idea de la cantidad de necesidades y
carencias que todavía deben ser abordadas y ojalá resueltas, para considerar que estamos
cerca de entender las dinámicas históricas y significaciones que motivaron las acciones de las
sociedades más antiguas que poblaron estos territorios. Desde esta perspectiva y con una
visión de largo plazo, la primera tarea debe ser sin duda la de hacer énfasis en la importancia y
potencial de esta región, resaltando sus enormes valores históricos y patrimoniales. Para ello
se debe superar el abordaje sensacionalista, guaquero y tesorero que se la ha hecho a la zona;
difundiendo, proponiendo, apoyando y desarrollando proyectos de investigación que aporten
contenidos históricos sólidos y susceptibles de divulgarse a públicos amplios. Con ello
consideramos que se ayudaría además, a detener la destrucción de las innumerables huellas y
vestigios de una historia antigua que desconocemos y que podría quedarse muda sino se
protegen y valoran sus evidencias.
Desde una perspectiva más inmediata, tal y como fue propuesto en el texto, quedan tareas
susceptibles de realizarse en el corto plazo, con las cuales consideramos es posible avanzar la
construcción de este conocimiento y de esta historia.
A N E X O S
Anexo No. 1.
Registro estratigráfico*
Para identificar los sitios de interés arqueológico se realizó un reconocimiento preliminar, tanto
geomorfológico como arqueológico, que incluyó una prospección detallada de los organales, y una
prospección determinística y aleatoria intensificando el muestreo en las cimas de colinas, peldaños
morfológicos, vertientes medias y bajas, así como en las laderas bajas, pues es allí donde se presenta
mayor posibilidad de hallar evidencias arqueológicas. Se realizaron, por lo menos dos unidades de
muestreo en cada una de estas unidades geomorfológicas, para establecer la presencia de material
cultural.
*
Esta síntesis fue elaborada por la estudiante del Departamento de Antropología de la Universidad de Antioquia Claudia
Echeverri, y presentada como informe final dentro de la asignatura Trabajo de Grado II.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 3
Ubicación de las áreas de prospección arqueológica según vértices coordenados. Zona Oeste:
La Bloresta y El Balsal.
Unidad Área de prospección Cota Coordenada (X) Coordenada (Y) Área m²
Geomorfológica arqueológica
1.163.320 1.137.290
UG-I Organal La Floresta 1120-1180 1.163.320 1.137.555 48.000
1.163.210 1.137.565
1.163.140 1.137.330
1.163.655 1.137.675
UG-I Organal El Balsal 1070-1180 1.164.180 1.137.430 78.000
1.164.235 1.137.540
1.163.680 1.137.770
1.163.440 1.137.180
UG-I 1 1150 1.163.445 1.137.300 18.000
1.163.320 1.137.290
1.163.330 1.137.175
1.163.700 1.137.540
UG-I 2 180 1.163.740 1.137.550 4.900
1.163.740 1.137.590
1.163.700 1.137.585
1.163.655 1.137.425
UG-I 3 1180 1.163.655 1.137.485 8.300
1.163.565 1.137.475
1.163.560 1.137.415
1.163.600 1.137.045
UG-II 4 1180 1.163.615 1.137.150 7.200
1.163.575 1.137.155
1.163.550 1.137.055
1.163.700 1.137.375
UG-I 5 1150 1.163.905 1.137.410 18.900
1.163.895 1.137.475
1.163.750 1.137.485
1.163.900 1.137.605
UG-I 6 1130 1.164.010 1.137.595 15.600
1.164.015 1.137.710
1.163.895 1.137.685
1.163.305 1.137.745
UG-II 7 1300 1.163.360 1.137.780 24.600
1.163.225 1.137.990
1.163.155 1.137.910
1.166.240 1.137.390
UG-I 8 550-630 1.166.445 1.137.425 50.000
1.166.480 1.137.550
1.166.250 1.137.600
1.165.220 1.138.910
UG-III 9 1250-1430 1.165.450 1.138.820 35.000
1.165.520 1.138.940
1.165.295 1.139.040
1.165.100 1.138.780
UG-III 10 1420 1.165.155 1.138.800 8.000
1.165.140 1.138.865
1.165.070 1.138.850
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 4
En la zona Oeste del área de estudio se delimitaron cuatro unidades geomorfológicas diferenciables
entre sí. Estas unidades se describen a continuación.
Unidad geomorfológica I (UG-I). Se caracteriza por un relieve ondulado con semicolinas bajas a
medias, posee una morfometría de poco contraste rodeada por cerros redondeados, en la que
predominan pendientes suaves a moderadas que se incrementan hacia el Norte (valle del Río Amagá),
con un patrón de drenaje es subdendrítico a subparalelo poco denso; litológicamente está constituida
por las rocas sedimentarias de la Formación Amagá.
Esta unidad abarca parte de la vereda La Floresta sector El Balsal y es de especial interés en el
presente estudio ya que se encuentran algunas semicolinas y ondulaciones del terreno con cimas
planas que pueden sugerir algún tipo de adaptación humana; en estos lugares se realizó prospección
y exploración sistemática con la ejecución de pozos de sondeo y barrenos, cuyo fin era observar la
estratigrafía natural y la evidencia de algún tipo de actividad humana que sirviera para establecer
correlaciones con las evidencias encontradas en los organales. Es importante anotar que existen
grandes fenómenos erosivos en esta unidad que han ocasionado la perdida de suelo. Los procesos de
erosión más comunes son el sobrepastoreo, y los deslizamientos favorecidos por la baja competencia
de la roca parental. En general no se encontró una estratigrafía asociada a actividad humana, ya que
se trata simplemente de un perfil de meteorización inmaduro de las rocas de la formación Amagá
(carente de horizonte B).
Unidad Geomorfológica II (UG-II). Caracterizada por colinas altas con pendientes fuertes hasta
abruptas, con laderas largas y filos agudos a subredondeados. Comprende los altos El Palmichal y
Morro Redondo; litológicamente corresponde a los Pórfidos del mismo nombre.
Unidad Geomorfológica III (UG-III). La constituyen las partes mas altas, con pendientes fuertes,
largas y paralelas. Sus filos son agudos y alargados en dirección Norte - Sur controlados posiblemente
por la tectónica regional, asociada a la falla Sabanalarga; litológicamente corresponde a las rocas
volcánicas del Complejo Quebradagrande.
Hacia el sector de la Vereda La Falda del Cauca y la Hacienda Rodas, se separaron algunas áreas de
interés arqueológico conocidas por los pobladores de la región con el nombre de Achiral.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 5
Unidad Geomorfológica IV (UG-IV). Se caracteriza por presentar una geoforma con superficie
semiplana tabular inclinada o buzante bastante particular, está conformada por las cuchillas La
Floresta y Loma Nutibara; litológicamente, esta asociada a la Formación Combia.
Área de prospección
arqueológica No 1. La Floresta
En esta unidad se realizaron 16
pozos de sondeo con una
distancia de 7 m entre ellos y 11
barrenos con 5 m de separación
entre sí; de los cuales 7 fueron
en la pendiente; estas
actividades arqueológicas se
hicieron en forma de cruz con
una orientación Este – Oeste y
Norte – Sur.
En un pequeño descanso en la
ladera de la colina aledaña, se
realizó una línea de 3 barrenos
cada 5 m en dirección N – S.
Los círculos achurados señalan
la ubicación de excavaciones,
posiblemente realizadas por
guaqueros.
La semicolina de mayor tamaño se encuentra actualmente cubierta por pastos para la ganadería, en la
cual se encuentra un saladero y una casa en la actualidad abandonada. En las excavaciones más
cercanas a la casa, se encontró gran cantidad de basura como huesos, plástico, metal, vidrio, loza,
tela y teja. En los pozos realizados en la zona central se encontraron fragmentos cerámicos de
tamaño menor a 5 cm; dichos pozos se encuentran ubicados muy cerca de evidencias de guaquería.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 6
La estratigrafía del escalón ubicado en la colina aledaña a la anteriormente descrita, arrojó los
siguientes resultados:
Foto No. 1. Visual desde la media ladera del cerro El Palmichal, la vegetación en el extremo
izquierdo marca la ubicación del organal La Floresta. Áreas de prospección arqueológica 1 y 3.
Área de prospección
arqueológica Nos 2 y 3
En el área de prospección
arqueológica 2, se realizaron
en total 4 barrenos en una
superficie plana que presenta
claras evidencias de labores de
banqueo.
El área de prospección
arqueológica 3 corresponde a
un plano de adecuación en el
que se realizaron 34 barrenos
en forma de 5 líneas paralelas
con una separación de 10 m
entre sí y 5 m entre cada
barreno.
En la gráfica los árboles
marcan la ubicación del
organal.
Foto No. 2.
Área de prospección arqueológica No 3.
La vegetación señala la ubicación del
organal LaFloresta.
trata de una colina que presenta un corte en la pendiente, resultado de una posible adecuación para
su uso; dicho corte corresponde a un espacio plano en la ladera en el cual se encuentra actualmente
un saladero para el ganado.
Foto No. 3.Terraza sobre la cuchilla del cerro El Palmichal, vereda La Floresta, en el primer plano
puede observarse el área de prospección arqueológica No 4.
Área de prospección
arqueológica No 4. Terraza en el
cerro El Palmichal.
Se realizaron 5 barrenos en la
cima y 7 pozos de sondeo en un
escalón morfológico a media
vertiente. La estratigrafía natural
(suelo residual) en la cima se
presenta a partir del desarrollo
de horizonte B y en el peldaño un
coluvión producto de la
depositación de sedimentos finos
y algunos fragmentos de roca
provenientes de la cima del
cerro, (Pórfido del Palmichal).
La etnografía señala este lugar por encontrarse allí, gran cantidad de cerámica. En las laderas de este
cerro se reporta además la existencia de un basurero; debido a esto, según los habitantes de la zona,
en las laderas de este cerro basta remover un poco la tierra suelta para comenzar a encontrar cuescos
y pedazos de cerámica en abundancia.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 11
En general este cerro presenta en su cima, intensa actividad asociada a la guaquería, por lo cual se
encuentran numerosas excavaciones de hasta 5 m de ancho por 7 m de largo. El perfil generalizado
de suelo residual desarrollado en pórfido se describe a continuación:
La estratigrafía es la siguiente:
Área de prospección
arqueológica No 5.
Se realizaron 21 pozos de
sondeo en línea recta cada 5 m
a lo largo de su tope. El perfil
generalizado comprende una
estratigrafía natural de la
Formación Amagá con la
presencia de algunos
fragmentos cerámicos bastante
erocionados y muy pequeños (2,
3 mm) cuarzos.
Área de prospección
arqueológica No 6. Localizada al
lado derecho de la carretera
que conduce hacia la Hacienda
la Lara.
Corresponde a una pequeña
colina en la cual se realizaron
12 barrenos en forma de zigzag
en dirección N44E.
Área de prospección arqueológica 7 (UG-II). Sobre Morro Redondo, con una superficie de 24.600
m² , calculada a partir de vértices coordenados en: X1 1.163.305, Y 1 1.137.745; X2 1.163.360, Y 2
1.137.780; X 3 1.163.225, Y3 1.137.990 X 4 1.163.155; Y4 1.137.910, y una altura de 1300 m.s.n.m.
Corresponde a un cerro aislado de pórfido andesítico con tope plano y estrecho de forma alargada en
dirección N33W, su base es amplia y las pendientes son largas, abruptas y escarpadas. De igual
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 16
Horizonte de transición BC: a partir de 30cm de profundidad, textura areno limosa con
presencia de abundantes trazas de carbón y fragmentos de roca. Su color es 10 YR 5/6
(yellownish brown) con coloraciones anaranjadas y ocres. Se hallaron en su interior
algunos fragmentos de material cerámico muy erosionados.
Área de prospección
arqueológica No 7. Morro
Redondo.
Área de prospección arqueológica 8 (UG-I). En la rivera norte del río Amaga, con un área de
aproximadamente 50.000 m², calculada a partir de vértices coordenados en: X 1 1.166.240, Y 1
1.137.390; X 2 1.166.445, Y2 1.137.425; X3 1.166.480, Y3 1.137.550 X4 1.166.250; Y4 1.137.600, de
acuerdo al análisis de paisaje, se determinó esta zona como arqueológicamente interesante debido a
su geomorfología de peldaños planos, además de los informes sobre hallazgos en la hacienda Lara de
piezas cerámicas indígenas. Ubicada en cercanías a la casa de dicha hacienda, corresponde a tres
peldaños cuya morfología ha sido modelada por un coluvión en la parte más alta, una terraza aluvial
en la margen Izquierda del Río Amagá y la llanura aluvial de este mismo río. Presenta concentración
de palmeras y actualmente se encuentra acondicionada para el uso de la ganadería. Su altura está
entre los 550 a 630 m.s.n.m. Como rasgo arqueológico sobresaliente, se detecta la presencia de
líneas de piedra, posiblemente muros, en la actualidad cubiertos por la vegetación, por su ubicación;
cerca del contrafuerte de una colina y alejados del río, no parece tratarse de adecuaciones para
proteger la terraza ni hacer parte de un corral para el ganado. Es interesante anotar que en esta zona
los saladeros para el ganado están en su gran mayoría colocados sobre pisos en piedra, protegiendo
así eficazmente el suelo contra el pisoteo y permanente humedad que afecta estos lugares.
Área de prospección
arqueológica No 8. Hacienda La
Lara.
Dada la enorme cantidad de
piedra fue imposible realizar
pozos de sondeo
sistemáticamente. Se realizaron
cortes en perfil en el peldaño
superior y en el inferior,
señalados en la gráfica por
semicírculos achurados; en el
segundo peldaño, se realizaron
dos pozos de sondeo y 8
barrenos.
Obsérvese en la gráfica la
localización de los muros de
piedra.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 18
En el peldaño 1, parte superior de la colina, se revisó un perfil, el cual arrojó información sobre
depósitos de origen coluvial en este tope plano. En el segundo peldaño, se realizaron 2 pozos de
sondeo y 8 barrenos, que arrojaron información acerca de la procedencia aluvial de este nivel, se
realizó además la limpieza de un perfil y un vallado en roca. El tercer nivel se trata de la llanura de
inundación del Río Amagá, el cual pasa por un lado de esta unidad.
Estratigrafía en el peldaño 1:
Horizonte A: de 0 a 2 cm de profundidad, compuesto de raíces y pastos para la
ganadería.
Estratigrafía en el peldaño 2:
Horizonte A: de 0 a 2 cm de profundidad, compuesto por pastos para la ganadería.
Foto No. 4. Hacienda La Lara, obsérvese los peldaños en los que se realizo la prospección
arqueológica; en el plano medio de la foto el río Amaga.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 19
Área de prospección arqueológica 9 (UG-III). “El Achiral”, con una superficie aproximada de 35.000
m² calculada a partir de vértices coordenados en: X 1 1.165.220, Y 1 1.138.910; X2 1.165.450, Y 2
1.138.820; X 3 1.165.520, Y3 1.138.940 X 4 1.165.295; Y4 1.139.040, está constituida por tres peldaños
morfológicos a media vertiente con largas y empinadas pendientes, en divisoria de aguas donde la
pendiente se suaviza. El perfil de meteorización superficial se desarrolla sobre un depósito de
granulometría fina (coluvión) donde no se ha formado una diferenciación horizontal clara. Su altura
está entre los 1250 y los 1430 m.s.n.m.
El área de prospección
arqueológica 10 corresponde a
un escalón aledaño, en el cual
se realizaron 2 pozos de
sondeo, véase extremo
izquierdo de la gráfica.
Se trata de un potrero cuya denominación se debe a la abundancia de la planta llamada achira la cual
tiene hojas anchas como la del plátano, de tamaño pequeño y flor grande y roja o en algunos casos
amarilla. Este potrero según información etnográfica, es de suma importancia, debido a la presencia
de evidentes adecuaciones del terreno correspondientes a drenajes. Al abordar dicho lugar, se pudo
corroborar la existencia, además de los drenajes, de un camino empedrado (obsérvese línea continua
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 20
en la gráfica). En las partes planas que forman las terrazas se observan excavaciones producto de la
guaquería, una de ellas se encuentra llena de agua posiblemente con el propósito de acondicionarla
como pozo para el ganado, comúnmente llamado jagüey.
El perfil de meteorización está definido por un horizonte orgánico de color gris oscuro, con textura
arcillosa - arenosa y con presencia de fragmentos de roca alterada, la ocurrencia de materia orgánica
se mantiene en toda la profundidad investigada (50 cm), la gradación hacia la base del horizonte
muestra un aumento de material rocoso alterado, cambio en la textura limo arenosa, disminución leve
del contenido en materia orgánica, sin embargo no hay formación de horizontes claramente
diferenciables; en casi todo el perfil se encuentran fragmentos de carbón vegetal en descomposición y
presencia de alta humedad; todo lo anterior corresponde a un coluvión que se superpone sobre la roca
meteorizada.
estratigráfica directa entre los dos tipos de restos materiales, ya que intermedia para su ubicación
espacial y estratigráfica, un fenómeno erosivo natural.
La estratigrafía de esta área consta de una capa de materia orgánica gruesa de unos 35 cm de
espesor con textura arcillosa y un sustrato areno arcilloso con abundantes gravas angulosas de color
gris oscura muy húmeda, plástica y compacta, se reconoce carbón vegetal en la primera capa del
perfil.
Unidad Geomorfológica I (UG-I). Esta unidad está caracterizada por un relieve ondulado suave con
la presencia de semicolinas bajas; está representada por el relieve que modela la formación Amagá
(rocas sedimentarias), el cual forma un cambio notable de la pendiente en la parte baja de la vertiente
del flanco sur del valle del río Amagá que finaliza en el cañón del río con pendientes fuertes hasta
abruptas, laderas largas y filos estrechos con cimas subredondeadas.
La red de drenaje de esta unidad es de forma paralela, densa, donde predominan principalmente los
drenajes con cauces profundos, lechos torrenciales y alta capacidad erosiva, que denotan un control
estructural; tienen formas rectas y largas, con divisorias estrechas y poco pronunciadas. Abundan los
procesos erosivos por socavación lateral, incisión vertical y movimientos en masa lentos, inducidos
por la dinámica del agua.
Unidad Geomorfológica II (UG II). Corresponde a la parte centro sur del área Este de estudio. La
constituyen las partes más altas con pendientes fuertes y largas de forma convexa–cóncava, donde
sobresalen las cuchillas alargadas con cimas amplias, semiplanas y escalonadas formando peldaños
de particular interés para la prospección arqueológica.
Se trata de una unidad cuyo modelado del relieve ocurre en rocas ígneas plutónicas de composición
andesítica y textura porfídica, formando una cuchilla de base amplia que representa parte del cerro
Corcovado. La red de drenaje erosivo es subparalela espaciada compuesta por pocos drenajes
importantes; los tributarios son largos, con cauces profundos, rectos y muy torrenciales, algunos
controlados por estructuras.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 23
Foto No. 5. Panorámica de la hacienda El Bosque desde la carretera que conduce a Titiribí.
Ubicación de las áreas de prospección arqueológica según vértices coordenados. Zona Este:
Los Micos-El Bosque
Unidad Área de prospección Cota Coordenada (X) Coordenada (Y) Área m²
Geomorfológica arqueológica
UG-I 1.164.310 1.146.040
Organal Patudo 1250-1350 1.164.535 1.146.220 64.000
1.164.395 1.146.385
1.164.250 1.146.185
1.164.130 1.146.185
UG-I Organal Cajones 1250-1400 1.164.215 1.146.400 218.400
1.163.410 1.146.690
1.163.275 1.146.495
1.164.170 1.146.020
UG-II 1 1370 1.164.245 1.146.050 11.300
1.164.250 1.146.150
1.164.120 1.146.100
1.164.975 1.146.410
UG II 2 1200 1.164.930 1.146.420 2.500
1.164.925 1.146.475
1.164.975 1.146.480
1.164.685 1.146.430
UG-I 3 1250 1.164.670 1.146.445 1.500
1.164.730 1.146.450
1.164.720 1.146.490
1.164.480 1.146.400
UG-I 4 1270 1.164.560 1.146.450 8.400
1.164.535 1.146.580
1.164.400 1.146.485
1.164.425 1.146.545
UG-I 5 1270 1.164.515 1.146.630 18.200
1.164.425 1.146.705
1.164.345 1.146.640
1.163.865 1.146.775
UG-I 6 1200 1.163.900 1.146.820 4.800
1.163.850 1.146.865
1.163.825 1.146.830
1.163.180 1.146.710
UG-I 7 1200 1.163.195 1.146.750 3.500
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 24
1.163.125 1.146.750
1.163.130 1.146.710
1.163.145 1.146.625
UG-I 8 1300 1.163.145 1.146.680 4.500
1.163.070 1.146.675
1.163.080 1.146.615
1.162.200 1.144.120
UG-I 9 1750 1.162.215 1.144.150 1.400
1.162.180 1.144.170
1.162.165 1.144.140
1.162.285 1.144.235
UG-II 10 1750 1.162.340 1.144.300 7.500
1.162.270 1.144.345
1.162.225 1.144.265
1.162.345 1.144.965
UG-II 11 1830 1.162.505 1.144.965 18.900
1.162.505 1.145.045
1.162.355 1.145.060
1.162.595 1.144.995
UG-II 12 1830 1.162.665 1.145.090 14.000
1.162.630 1.145.150
1.162.525 1.145.065
1.162.980 1.145.320
UG-II 13 1780 1.163.100 1.145.400 15.000
1.163.050 1.145.475
1.162.930 1.145.395
1.163.425 1.146.005
UG-II 14 1570 1.163.725 1.146.015 40.500
1.163.735 1.146.115
1.163.420 1.146.135
Foto No. 6. Hacienda El Bosque terrazas localizadas arriba del organal patudo, área de prospección
arqueológica No 1.
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 25
Área de prospección arqueológica 1 (UG-II). Con una superficie aproximada de 11.300 m²,
calculada a partir de vértices coordenados en: X1 1.164.170, Y 1 1.146.020; X 2 1.164.245, Y 2 1.146.050;
X 3 1.164.250, Y3 1.146.150 X4 1.164.120; Y 4 1.146.100,.; correspondiente a la cima de la colina desde
la cual comienza el denominado organal Patudo, a una altura de 1370 m.s.n.m.
Esta área está ubicada al extremo noreste de la UGII y se encuentra dentro de una unidad de colinas
bajas recubiertas por flujos de escombros y bloques de roca.
Área de prospección
arqueológica No 1. Hacienda El
Bosque.
En esta área se realizaron 5
pozos de sondeo, 3 de ellos en
escalones en la pendiente y los
restantes en el tope plano. La
figura geométrica triangular
muestra la presencia de rocas.
Área de prospección arqueológica 2 (UG-I). Con una superficie aproximada de 2.500 m² según
vértices coordenados en: X1 1.164.975, Y 1 1.146.410; X 2 1.164.930, Y 2 1.146.420; X 3 1.164.925, Y 3
1.146.475; X 4 1.164.975; Y 4 1.146.480, su altura es de 1200 m.s.n.m.; corresponde a una colina de
cima plana actualmente cubierta de vegetación baja y espinosas, tiene pendiente moderada.
Áreas de prospección
arqueológica Nos 2, 3, 4 y 5.
Hacienda El Bosque.
Se trata de ondulaciones
suaves del terreno y algunas
cimas planas.
Área de prospección arqueológica 3 (UG-I). Con una superficie aproximada de 1.500 m² calculada
según vértices coordenados en: X 1 1.164.685, Y1 1.146.430; X2 1.164.670, Y 2 1.146.445; X 3 1.164.730,
Y 3 1.146.450 X4 1.164.720; Y 4 1.146.490, corresponde a una colina con cima plana, en la cual se
encuentra un montículo, posible resultado de adecuación humana. Se encuentra a una altura de 1250
m.s.n.m; presenta evidencias de guaquería. Se realizaron 4 pozos de sondeo, uno en el montículo y
los restantes en la parte plana, los cuales arrojaron los siguientes datos:
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 28
Área de prospección arqueológica 4 (UG-I). Con una superficie aproximada de 8.400 m² según
vértices coordenados en: X1 1.164.480, Y 1 1.146.400; X 2 1.164.560, Y 2 1.146.450; X 3 1.164.535, Y 3
1.146.580 X 4 1.164.400; Y4 1.146.485, se trata de una serie de colinas bajas en las cuales se
realizaron 4 pozos de sondeo en posibles adecuaciones o escalones naturales del terreno cuyas
características son propicias para el desarrollo de actividades humanas. Su altura aproximada es de
1270 m.s.n.m. Su estratigrafía es la siguiente:
Foto No. 98. Visual hacia el oriente, desde la parte alta del organal patudo, al fondo
el cañón del río Amaga. Áreas de prospección arqueológica Nos 2, 3, 4 y 5.
Área de prospección arqueológica 5 (UG-I). Con una superficie aproximada de 18.200 m², calculada
a partir de vértices coordenados en: X 1 1.164.425, Y1 1.146.545; X 2 1.164.515, Y2 1.146.630; X 3
1.164.425, Y 3 1.146.705 X 4 1.164.345; Y4 1.146.640, se encuentra a 1270 m.s.n.m; corresponde a una
serie de semicolinas bajas y ondulaciones suaves del relieve que modela las rocas sedimentarias de
la Formación Amagá, se trata de suelos residuales inmaduros a partir de la formación del horizontes
B. Estas superficies planas conforman la base del organal, y están actualmente cubiertas por
abundantes bloques de roca aislados. Se realizaron 6 pozos de sondeo, los cuales arrojaron los
siguientes resultados:
Los organales como sitios de actividad humana antigua en Antioquia: municipio de Titiribí. 30
Área de prospección arqueológica 6 (UG-I). Con una superficie aproximada de 4.800 m² según
vértices coordenados en X 1 1.163.865, Y1 1.146.775; X2 1.163.900, Y 2 1.146.820; X 3 1.163.850, Y 3
1.146.865 X 4 1.163.825; Y4 1.146.830, comprende una ondulación del terreno cuya forma corresponde
a una semicolina baja de cima plana compuesta de 3 escalones, en el más bajo hay restos de una
casa. Su altura es de 1200 m.s.n.m. El perfil de meteorización se describe a continuación:
Y 3 1.146.750 X 4 1.163.130; Y 4 1.146.710, su altura es 1200 m.s.n.m; se trata de una semicolina baja
con cima plana y una ondulación suave del terreno, en un relieve de rocas sedimentarias. Presenta
una buena aptitud geomorfológica para uso humano. En su pendiente se observan 2 posibles
adecuaciones en forma de aterrazamientos. A partir de las actividades arqueológicas se registro el
siguiente perfil estratigráfico:
Área de prospección arqueológica 9 (UG-II). Con una superficie de aproximadamente 1.400 m²,
calculada a partir de vértices coordenados en: X1 1.162.200, Y 1 1.144.120; X 2 1.162.215, Y 2 1.144.150;
X 3 1.162.180, Y 3 1.144.170 X 4 1.162.165; Y 4 1.144.140, está constituida por un peldaño morfológico
cubierto de cultivos de café y pastos para la ganadería, corresponde a una expresión semiplana del
relieve en la base del cerro El Corcovado, este cambio de pendiente está influenciado por un cambio
litológico, presenta un suelo residual de Pórfido Andesítico. Su altura es 1750 m.s.n.m. En esta unidad
se realizaron 2 pozos de sondeo, los cuales arrojaron la siguiente información:
Áreas de prospección
arqueológica Nos 9 y 10.
En esta gráfica el área de
prospección arqueológica No 9,
corresponde al cafetal.
En el área de prospección
arqueológica 10, se realizaron
13 pozos de sondeo a lo largo
de 3 líneas paralelas entre sí,
con orientación N-E.
Área de prospección arqueológica 11 (UG-II). Los Micos, con un área de aproximadamente 18.900
m² según vértices coordenados en: X 1 1.162.345, Y1 1.144.965; X 2 1.162.505, Y2 1.144.965; X 3
1.162.505, Y 3 1.145.045 X4 1.162.355; Y4 1.145.060, su altura es 1830 m.s.n.m; corresponde a una
colina de tope semirredondeado que constituye uno de los peldaños de una cuchilla alargada en
sentido noreste, litológicamente desarrollada en suelos residuales de Pórfido Andesítico. En una
primera visita se realizaron 8 barrenos y en la segunda jornada se realizaron 4 pozos de sondeo que
arrojaron los siguientes resultados:
La estratigrafía es la siguiente:
Área de prospección
arqueológica No 13. La cumbre
Se realizaron además 2 pozos de sondeo en un gran escalón que hace parte de la colina anterior, de
tope plano con indicios de actividades de guaquería, que arrojaron los siguientes resultados:
Los suelos de esta área poseen diferentes coloraciones en la capa orgánica, que recubre los
horizontes de suelo residual de Pórfido Andesítico cuyo principal distintivo son los colores amarillo
rojizo.
Área de prospección arqueológica 14 (UG-II). Con una superficie de aproximadamente 40.500 m²,
según vértices coordenados en: X 1 1.163.425, Y1 1.146.005; X2 1.163.725, Y 2 1.146.015; X 3 1.163.735,
Y 3 1.146.115 X 4 1.163.420; Y4 1.146.135, a una altura de 1570 m.s.n.m., corresponde a un sector de la
cima del denominado Monte Redondo, constituye un escalón morfológico de grandes dimensiones, de
forma plana, delimitado por pendientes abruptas; constituida por suelos residuales de Pórfido
Andesítico.
Área de prospección
arqueológica no 14. Monte
Redondo.
Observación: Las áreas de prospección arqueológica 11, 12, 13 y 14, corresponden a peldaños
morfológicos escalonados en la misma cuchilla aislados entre sí por drenajes, con cimas planas y
amplias desarrolladas en suelos residuales de Pórfido Andesítico. La formación de suelos en estas
cuatro áreas es muy similar, se diferencia por el contenido de material cultural, espesor de la capa
orgánica y la posición morfológica.
Anexo No. 3.
Registro de ingreso de material cerámico y lítico al Museo de la Universidad de Antioquia
proveniente del Municipio de Titiribí, Antioquia Colombia
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