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¿Qué es un subsidio?

Es cuando el gobierno decide cubrir parte de los costos de las empresas que
producen algún bien o servicio que considera es de primera necesidad para la población, para que de
esta manera la empresa no tenga la obligación de ofrecer dicho bien o servicio al precio de mercado,
sino más bien a un precio que el consumidor pueda pagar. Si partimos de esta lógica, tendríamos un
gobierno altruista, pero hay que ir más allá, ¿cuánto le cuestan al país? ¿llegan a quiénes deben
recibirlo? ¿cuál es el coste de oportunidad? ¿los organismos multilaterales lo ordenan? Son algunas
de las preguntas que se plantean actualmente las autoridades económicas, la clase política, los
analistas, el ciudadano común, en sí la sociedad general.

Los subsidios han sido parte de la historia económica del país, representando en los últimos 10 años
más de 35 mil millones de dólares. Solo para este 2018 está presupuestado destinar casi 3,500 millones
de dólares, cantidad importante de recursos si hablamos de la delicada situación económica por la que
atraviesa el país. La mitad de estos recursos para el 2018 se dirigirán a combustible, esto es 1707
millones de dólares, casi 50% más a lo requerido en el 2017, debido al aumento del precio del barril
de petróleo en el mercado internacional. Ahora bien, los subsidios no llegan a quienes esperamos que
lo reciban, por ejemplo, el subsidio de los combustibles lo reciben quiénes tienen vehículo de alta
gama que podrían costear un precio real de gasolina. Lo mismo ocurre con el subsidio al gas al cual
se destinará este año 450 millones de dólares aproximadamente, y es evidente que buena parte de este
subsidio termina usándose con fines comerciales. Vemos con estos dos casos que los subsidios no lo
reciben los sectores más vulnerables, de ahí que si el gobierno decide continuar con la focalización de
los mismos debe tener presente que llegue a quienes lo necesitan realmente.

Ahora bien, en el caso de focalizar el subsidio de los combustibles, puede generar una escalada de
precios de los bienes y servicios que estén vinculados directa e indirectamente, incluso lo que no lo
están, y esto por el carácter especulativo de nuestra economía, por ello es importante el mecanismo
que se use para focalizar y así no afecte a los grupos más vulnerables. El sector de transportación
urbana sería uno de los más afectados, y en este caso podría mantenerse el subsidio a este sector (que
usa diésel) y no llevar a una revisión de precios de pasajes pues impactaría la canasta básica familiar,
en un rubro entre los 15 y 20 dólares mensuales en una familia de 4 miembros. Si aumentará el precio
de los pasajes, los ingresos no aumentan, trayendo consigo la restricción del consumo de otros bienes
y servicios, y por ende afectará la demanda agregada, bajando las ventas de las empresas, con efecto
directo en el aumento del desempleo.

Pensemos en el escenario de focalización de subsidios, ¿hacia dónde se dirigirá esos recursos


liberados? No se habla de ello, si los mismos van a direccionarse a cubrir el gasto corriente, seguiremos
en la misma problemática de no reducir el gasto público, y por ello es importante tener presente el
costo de oportunidad. Esos recursos podrían direccionarse a proyecto de apoyo para financiar
emprendimientos, cubrir verdadero gasto de inversión, por ejemplo. El gobierno debe ser claro a dónde
irán esos recursos liberados.

Finalmente, no se trata de una imposición de multilaterales, es necesario sincerar la economía, usar


los recursos que se generan en la misma de la mejor manera, no podemos condenar a las generaciones
futuras a «pagar la cuenta» de lo que las generaciones presente hicieron mal. Es el compromiso de
todos tener un país en la senda de crecimiento y estable, en el presente y futuro

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