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CARÁCTERISTICAS DE LA REPUBLICA DEL PERU

Lunes, 9 de marzo de 2009

CARACTERISTICAS DE "LA REPÚBLICA ARISTOCRÁTICA"

EL CIVILISMO

LIDER FUNDADOR: Manuel Pardo y Lavalle

PARTIDO POLÍTICO: Partido civil

MEDIO PERIODÍSTICO: Revista de Lima

SECTOR SOCIAL: Burguesía incipiente y comercial (ex-consignatarios)

Se reúnen entorno a la “sociedad de la independencia electoral”

CARACTERÍSTICAS DE LA REPÚBLICA ARISTOCRÁTICA

Integrado por aristócratas (clase alta) en su mayoría propietarios de haciendas o Ex


salitreros, dedicados a la Agro exportación (azúcar - algodón).

Predominio político del partido civil (Segundo Civilismo)

La oligarquía agro exportadora controla el poder a través del partido civil

La estructura económica del país mantiene rasgos coloniales y semi feudales:

San Marcos se convierte en el baluarte del civilismo

- Yanacona: campesino adscrito a los latifundios, trabajo servil típico de la colonia

- Latifundio: centros productivos agrícolas poco desarrollados, cuya producción -


principalmente- está dirigida al mercado interno.

Incursión del capital extranjero en los sectores productivos (materia prima) Agrícola y minero

- Desarrollo de la costa: concentración de tierras (oligarquía terrateniente)

- Haciendas: Centros productivos agrícolas (Azúcar, Algodón) con mayor tecnología y orientado
al mercado externo

- En la sierra central incursiona el capital extranjero -norteamericano- en el rubro minero Cerro


de Pasco

- La sierra sur (Puno, Arequipa) se mantiene casi intacto los rasgos coloniales y feudales

- Existencia de enclaves (centros productivos de extracción de materia prima pero con capital
extranjero) Minería – EEUU Agricultura – Alemán, Inglés

La fuerza de trabajo se explota de diferentes maneras:

- Enganche: Sistema mediante el cual se dispone de fuerza de trabajo de una persona con un
salario adelantado y mantenido a través de deudas adquiridas por el trabajador.

- Yanaconaje: sistema basado en el empleo de mano de obra servil a cambio de una pequeña
parcela para la manutención del campesino.
- La Correría: sistema semi esclavista empleado por los caucheros, a través de la persecución
de tribus amazónicas

llegan las primeras fábricas: aparición de la clase proletaria (obreros)

- El primer sistema de organización obrera son las mutuales “sociedad de auxilios mutuos”

- 1886 se formó el primer sindicato “Los panaderos de la Estrella del Perú”

- Se organizan los primeros movimientos obreros bajo principios Anarcosindicalistas (Manuel


González Prada) “La Protesta” – Delfín lévano -Manuel Carreño,

FACTORES FAVORABLES A LA REPUBLICA ARISTOCRÁTICA

La crisis azucarera de Centroamérica, asegura la exportación de azúcar peruana para EE.UU y


Europa

El estimulo del sector agroexportador propiciado por Nicolás de Piérola

El ingreso de capitales extranjeros en el sector productivo (materia prima)

http://sigloxxperuano.blogspot.pe/2009/03/caracteristicas-de-la-republica.html

Viernes, abril 04, 2008

FICHA TÉCNICA DE CARACTERÍSTICAS DE LA REPÚBLICA ARISTOCRÁTICA

Durante este periodo el predominio político lo tuvo una oligarquía cuyos representantes
pertenecían o estaban de algún modo vinculados al Partido Civil, agrupación política dentro de
la cual podía encontrarse principalmente a los hacendados azucareros de la costa y también a
la burguesía urbana e intelectuales principalmente de la Universidad San Marcos. Ellos
(especialmente los hacendados azucareros) controlaron el Estado durante gran parte de este
periodo, usando el patrimonialismo como forma de dominación.

características

* Integrado por aristócratas (oligarquía agroexportadora) en su mayoría propietarios de


haciendas o Ex salitreros, dedicados a la Agro exportación (azúcar - algodón).

* Predominio político del partido civil (Segundo Civilismo).

* La oligarquía agro exportadora controla el poder a través del partido civil.

* San Marcos se convierte en el baluarte del civilismo.

* La estructura económica del país mantiene rasgos coloniales o semi feudales:

Yanaconaje: Trabajo servil típico de la colonia. El yanacona usufructúa pequeñas parcelas del
latifundio, a cambio debe trabajar las tierras del patrón "gamonal".

Gamonal: Terrateniente provinciano, autoridad natural que surge como resultado del
centralismo y abandono de las provincias andinas por parte del Estado.
* Incursión del capital extranjero en los sectores productivos (materia prima) Agrícola y
minero, a este último rubro fue evidente el ingreso de capital norteamericano(Cerro de Pasco
Mining Company).

Sectores Económicos

Desarrollo de la costa: concentración de tierras en pocas manos (oligarquía


terrateniente)presencia de haciendas, centros productivos agrícolas (Azúcar, Algodón) con
mayor tecnología y orientado al mercado externo.

La sierra sur: (Ayacucho, Puno, Arequipa)se mantiene casi intacto los rasgos coloniales y
feudales. existencia de Latifundios, centros productivos agrícolas poco desarrollados, cuya
producción está destinada a surtir el mercado interno. Se vincula con el gamonal y yanacona.

Existencia de enclaves: Centros productivos de extracción de materia prima pero con capital
extranjero. EJEMPLO: Minería – EEUU; Agricultura – Alemán, Inglés.

La fuerza de trabajo se explota de diferentes maneras:

El Enganche:Sistema mediante el cual se dispone de fuerza de trabajo de una persona con un


salario adelantado y mantenido a través de deudas adquiridas por el trabajador.

El yanacona: mano de obra servil a cambio de una pequeña parcela para la manutención del
campesino.

La Correría:sistema semi esclavista empleado por los caucheros, a través de la persecución de


tribus amazónicas.

LOS OBREROS

* Desde fines del siglo XIX fueron llegando las primeras fábricas.

* Aparece la clase proletaria (obreros).

* El primer sistema de organización obrera fueron las mutuales “sociedad de auxilios mutuos”.

* 1886 se formó el primer sindicato “Los panaderos de la Estrella del Perú”

* Se organizan los primeros movimientos obreros bajo principios Anarcosindicalistas (Manuel


González Prada impulsor de las ideas radicales en el Perú “La Protesta”) – Delfín lévano -
Manuel Carreño,

FACTORES FAVORABLES A LA REPUBLICA ARISTOCRÁTICA

* La crisis azucarera de Centroamérica, asegura la exportación de azúcar peruana para EE.UU y


Europa.

* El estimulo del sector agroexportador propiciado por Nicolás de Piérola.

* El ingreso de capitales extranjeros en el sector productivo (materia prima).

http://sucesoshistoricos.blogspot.pe/2008/04/ficha-tcnica-de-caractersticas-de-
la.html#comments
Jueves, enero 17, 2008

LINEA DEL TIEMPO DE LA REPÚBLICA ARISTOCRÁTICA

Espero sea de utilidad esta Línea Histórico Temporal de la República Aristocrática, los primeros
diecinueve años del siglo XX y algunos acontecimientos que resaltar.

http://sucesoshistoricos.blogspot.pe/2008/01/linea-del-tiempo-de-la-repblica.html

La iniciación de la República peruana: la era de los caudillos 1825 ? 1845

Resumen:

La historia de la República del Perú se inicia con la independencia (sea esta concedida o propia
por los peruanos) y con ella, grandes cambios y permanencias se desarrollan en ese período.
Aquí, algunos aspectos de los inicios de una era que todavía no llega a alcanzar la "edad" que
tuvo el Virreinato.

1. INTRODUCCIÓN

La República en el Perú marca el fin del Virreinato y el inicio de una cadena constante de
gobiernos militares y civiles (en ese orden). Siendo predominante los primeros. Los golpes de
estado se convirtieron en el modus vivendi de la nueva sociedad peruana. Aparecen desde esa
fecha varios sistemas políticos, algunos muy conocidos, que podríamos enumerar, obviamente
usando algunos conceptos de la ciencia política: la más aplicada, la democracia representativa
(o burguesa); la democracia delegativa, la que según Guillermo O´Donnell se fundamenta:

"en una premisa básica: el que gana una elección presidencial está autorizado a gobernar el
país como le parezca conveniente y, en la medida en que las relaciones de poder existentes lo
permitan, hasta el final de su mandato… lo que él haga en el gobierno no precisa guardar
ninguna semejanza con lo que dijo o prometió durante la campaña electoral" (O`Donnell,
1992)

Respecto a lo anterior, para Sinesio López, el gobierno de Alberto Fujimori fue en sus inicios,
un claro ejemplo (1); otra sería la democradura, que vendría a ser prácticamente todo el
gobierno restante de Fujimori por ser un régimen civil-militar; la dictadura militar, conocida
largamente en nuestra historia (ejemplos clásicos: Oscar Benavides, Manuel A. Odría, Luis
Miguel Sánchez Cerro, Juan Velasco Alvarado, etc); la dictablanda (se habló alguna vez en el
Perú de un régimen así); la aristocracia (que comenzó con José Pardo y Barreda en 1904 y
termina con él mismo en 1919); aunque nunca hubo en el Perú una monarquía o tiranía. Pero
todo esto escapa a lo que se quiere mostrar aquí. Veremos algunas características de los
primeros veinte años de la iniciación de la República peruana conocida como el Caudillismo.

La independencia en general (Latinoamérica) había creado nuevas nacionalidades, pero éstas


tenían trazado un problema fundamental: definir su futuro. El Antiguo Régimen que
representaba el Virreinato fue desestructurado para dar origen a un sistema que fue
importado del exterior. Esto incluía a todo concepto que relacionaba a la República, como son:
Democracia, Constituciones, Elecciones, Golpes de Estado, etc, etc, que al final, no sirvieron
para el bienestar del nuevo estado peruano que se estaba formando (2). En el Perú, los
generales victoriosos de las batallas de Junín y Ayacucho deciden tomar el poder
convirtiéndose en caudillos políticos. Es así que se inicia la participación de los militares en la
política.

2. LA POBLACIÓN

Hay un crecimiento en la población peruana y una lenta urbanización. El censo de 1827 da


estos resultados: la población total era de 1, 516, 693; el crecimiento anual era de 0,56 %
desde 1791 hasta 1827; la población rural era cerca del 90% y el 61,6% eran indígenas;
mientras que en algunas provincias, las cifras eran estas: Cusco 16.5%, Junín 17.3%, Ayacucho
11.7%.

3. LA EDUCACIÓN

"La República hereda del Virreinato una educación prácticamente medieval, pedagógicamente
atrasada y profundamente clasista" (3). Pues sí, aún se mantenía en algunos centros de
estudios la función de educar a la clase criolla, y a los descendientes de los indios nobles. El
Convictorio de San Carlos es un claro ejemplo de dicha continuidad.

La Iglesia aún mantenía su influencia en las escuelas, pero sólo hasta la aplicación del sistema
Lancastariano a iniciativa del libertador Dn. José de San Martín. Se empezaría a utilizar el
método europeo referente a la enseñanza en el Perú. Así, la iglesia perdería el privilegio de
controlar la educación, pues la técnica lancastariana implica que los civiles se convertirían en
maestros, dejando de lado la preeminencia de los clérigos en las escuelas. Con respecto a la
educación femenina, fue esencialmente privada en Escuelas o ha domicilio. Hubo escuelas
para hombres y otras para mujeres. Se enseña en ella `primeras letras´, doctrina cristiana,
costura, tejido y bordados, aritmética, caligrafía, gramática castellana, francesa, inglesa,
geografía, dibujo, piano y canto.

4. LA POLÍTICA PERUANA

Se concibe a la política como una actividad pública y violenta. Los presidentes de la república
son elegidos por elección congresal o por golpes de estado. A lo largo de estos primeros veinte
años han circulado diversas propuestas de cómo sería nuestro sistema político. Así, San Martín
y Bolívar debatieron cada uno por su lado, por la Monarquía y la República. Riva Agüero en
1822 se unió al general José de San Martín y apoyo la Monarquía Constitucional contra la
República que era defendida por Torre Tagle y José Faustino Sánchez Carrión. Más tarde,
Bolívar pregonaría la República Unitaria contra la República Federal de Riva Agüero. En los
años de la Confederación Peruano-Boliviano, Santa Cruz defendería el presidencialismo contra
el parlamentarismo de Agustín Gamarra. Nuevamente, el mismo general Santa Cruz y su
proyecto de unificar ambas naciones (Perú y Bolivia) en una República Liberal desencadenaron
las batallas contra Felipe Santiago Salaverry y su defensa a la República Conservadora.
Finalmente, Ramón Castilla y su defensa a la República Unitaria contra la Confederada de
Vivanco.

Las ideas políticas se debaten por medio del periodismo doctrinal. Cada diario asume una
postura partidaria: Liberal o conservadora. Son en los periódicos donde se produce el debate
ideológico, así lo muestra Martínez Ascensión (4). La polémica periodística se daba, por
ejemplo, entre El Telégrafo de Lima, que era de tendencia liberal, junto con El Penitente, El
Convencional y El Playero, que estaban al servicio de los generales José de La Mar y José Luis
de Orbegoso quienes "vapuleaban" al gobierno de Agustín Gamarra que funda en el Cuzco El
Sol. A Gamarra también lo apoyaban los diarios El Conciliador y La Verdad. En el periódico La
Abeja Republicana escribía sus artículos, en defensa de la República, José Faustino Sánchez
Carrión bajo el seudónimo del "Solitario de Sayán". El Limeño era otro periódico que atacaba a
Orbegoso y polemizaba cotidianamente con El Telégrafo. (Gargurevich, 2002: 26).

Nuestra historia ha visto nacer y fenecer (en este periodo) siete constituciones políticas: 1821,
1823, 1826, 1828, 1834, 1837 y 1839. Y varios golpes de estado: 1827, 1829, 1834, 1835, 1839,
1841 y 1843, que dieron origen a gobiernos conservadores y liberales. Respecto a la política
internacional, hubo cuatro guerras: En 1828 con Bolivia, que termina con el tratado de Piquiza
y la renuncia de José Antonio de Sucre; en 1829 se produce la guerra con la Gran Colombia
terminando con la firma del tratado Larrea-Gual y devolviéndose Guayaquil; de 1837 a 1839 se
desencadena la guerra contra Chile en el contexto de la Confederación Perú-Boliviana;
finalmente, en 1841 y 1842 se produce la guerra con Bolivia, pero Perú es derrotado en la
batalla de Ingavi.

Hubo varios intentos de grandes proyectos nacionales en Hispanoamérica. La idea de nación


en América estaba relacionada con el espacio geográfico que ocupaba. Estos proyectos de
Estado fueron:

1. Las Provincias Unidas de Centro América. Confederación de cinco estados de América


Central (Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica), constituida en 1823 y
disuelta definitivamente en 1842.

2. La Gran Colombia. Nombre por el que es conocida la República que creó Simón Bolívar el 17
de diciembre de 1819. Comprendía los territorios de Venezuela, Nueva Granada y Quito.
3. La Federación de los Andes. Este proyecto no logró constituirse jurídicamente.

4. Confederación Perú-Boliviana. Estado formado por la unión de Perú y Bolivia, tras el acuerdo
final establecido en Chuquisaca (actual Sucre), el 15 de junio de 1837, por los presidentes de
ambas repúblicas: el general peruano Luis José de Orbegoso, y el boliviano Andrés Santa Cruz,
jefe supremo y protector de esta idea impuesta como condición a la ayuda prestada a
Orbegozo contra sus rivales Agustín Gamarra y Felipe Santiago de Salaverry. La unión perduró
hasta 1839.

En este periodo se crearan nuevos departamentos:

- 1821: Ancash y Lima.

- 1822: Cusco, Arequipa, Ayacucho y Huancavelica.

- 1823: Huanuco.

- 1825: La Libertad y Junín.

- 1832: Amazonas.

5. EL CAUDILLISMO

El fenómeno del caudillismo esta relacionado con el caos que provocó las guerras de
independencia en los nacientes estados de Hispanoamérica. En el Perú es conocida como el
Primer Militarismo a esta inaugural etapa emergida de la independencia política criolla contra
el colonialismo español: el Virreinato. Precisamente lo que caracteriza a este periodo fue en
caudillismo militar. Aparece así, el caudillo:

"El caudillismo es el paradigma de cualquier liderazgo político exitoso…En el caudillismo –


argumenta Jorge Basadre– hay que tomar en consideración, tanto su propia capacidad
arrolladora, como la pasividad de la sociedad" (5).

"El caudillismo republicano nació asociado con los jóvenes militares que, como Gamarra o
santa Cruz, lucharon por la Independencia, pero luego adquirió vida propia y se convirtió en el
paradigma de cualquier liderazgo político…Sin caudillo no existe posibilidad de eficacia en la
política nacional…El caudillismo asentó sus raíces antes que en un mesías, de un salvador, de
un hombre providencial" (Galindo, 1999: 33).

Ante la carencia de Instituciones que regulen el nuevo sistema en la sociedad peruana, el


caudillo se fortalece en desmedro del Estado y la sociedad civil. El poder que surge ante la
personalidad del caudillo no es suficiente para uniformizar las nuevas estructuras de poder
interno que se establecen en el naciente estado.

6. LOS CAUDILLOS

"El caudillo es un líder regional convertido en gobernante nacional…Es un poder independiente


libre de cualquier institución, libre de toda constricción…Tanto su autoridad como su
legitimidad estaban representadas por su propia persona y no dependían en absoluto de la
existencia de una serie de instituciones formales" (Lynch, 1993).

Así es como Lynch define al caudillo que surge en Latinoamérica después de las guerras de
independencia. Señala que las guerras emancipadoras nutrieron al caudillo como una nueva
figura política. Para Lynch:
"Los caudillos (con su capacidad de controlar a las clases populares) representaban la solución
al desorden social, señalando asimismo que la agenda política que ellos tenían moldeó a la
nación". (Lynch 1992: 35) (6)

Finalmente, el caudillo se había convertido en el máximo representante del Estado en los


países emancipados, que en un futuro cercano formarían las naciones en hispanoamérica; por
consiguiente, los territorios fueron exclusivos sólo para el caudillo. Lynch nos dice respecto a
esto:

"Paradójicamente los caudillos también pudieron actuar como defensores de los interés
nacionales contra incursiones territoriales, las presiones económicas y otras amenazas
externas, fomentando, asimismo, la unidad de sus pueblos y elevando el grado de conciencia
nacional. Los caudillos eran representantes y a la vez enemigos del estado nación" (Lynch,
1993: 181).

En estos primeros años de la República, hubo varios caudillos, entre ellos, Andrés de Santa
Cruz. Como todo caudillo, intentó construir un nuevo tipo de ordenamiento social, que
implicaba la fusión de instituciones liberales, militares y andinas: La Confederación Perú-
boliviana.

"Santa Cruz se pintó a sí mismo como un legislador y describió la Confederación como un


nuevo tipo de organización estatal que crearía una cultura de paz. El se veía al mismo tiempo
como un Simón Bolívar y un Napoleón Bonaparte" (7).

Otro famoso caudillo en la historia republicana del Perú fue Ramón Castilla. Aunque su figura y
trascendencia política escapa al arco temporal de este ensayo, es importante recalcar que fue
el mayor representante del caudillismo militar de la primera mitad del siglo XIX.

7. EPÍLOGO

El caudillismo se convirtió, con el tiempo, en los tradicionales golpes de estado; es decir, en


regimenes de facto (gobiernos militares). Para evitar algún surgimiento de tales personajes es
importante mantener Instituciones fuertes, pues el poder del caudillo surge de la arbitrariedad
en la sociedad, o sea, de Instituciones débiles. De esa anarquía surge el caudillo. La historia del
Perú es un claro ejemplo de que el Perú es un país de caudillos. Vemos, además, que los
caudillos militares devinieron en caudillos civiles. Estos últimos son los líderes máximos de los
partidos políticos, que a través de su carisma y sentido mesiánico, hacen suponer que al no
existir más tal personaje (caudillo) el partido político morirá también.

Notas:

(1) López, Sinesio. "Perú 2000–2001: el colapso del fujimorismo y la transición democrática".
Revista de sociología Nº 13/14. Pág.: 26

(2) Marie Danielle Demelas en "La Invención Política" nos dice que todas esas categorías
políticas traídas de Europa, no podían ser aplicadas a Latinoamérica, ya que eran contextos
distintos.

(3) Carlos Barriga Hernández. La educación en los inicios de la República. Conferencia dada en
la UNMSM "Repensando la República: Tras las huellas de Jorge Basadre" el 4 de diciembre del
2002
(4) Ascensión Martínez Riaza. "La prensa doctrinal en la independencia del Perú 1811 – 1824".
Madrid

(5) Introducción de José Carlos Ballón en "La tradición autoritaria. Violencia y democracia en el
Perú" Pág.: 11

(6) Cristóbal Aljovín de Losada. "Caudillos y Constituciones". Pág.: 43. Nos dice el mismo autor
que el primer caudillo statu sensu fue José de la Riva-Agüero y Sánchez Boquete que a la vez
fue también el primer presidente del Perú (En notas Pág.: 30).

(7) Cristóbal Aljovín de Losada. ¿Una ruptura con el pasado? Santa Cruz y la Constitución.
Conferencia dada en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú.
Marzo del 2004.

BIBLIOGRAFÍA

Aljovín de Losada, Cristóbal

2000 "Caudillos y constituciones. Perú 1821 – 1845". Fondo de Cultura y PUCP

Económica.

Flores Galindo, Alberto

1999 "La tradición autoritaria. Violencia y democracia en el Perú". Sur Casa de

Estudios del Socialismo. Lima-Perú

Lynch, John

1993 "Caudillos en Hispanoamérica 1800 - 1850". Colecciones MAPFRE.

Grompone, Romeo (editor)

"Instituciones políticas y sociedad. Lecturas introductorias".

Klarens, Peter

2004 "Estado y Nación en la Historia del Perú". IEP ediciones.

Tamariz Lúcar, Domingo

1995 "Historia del Poder. Elecciones y Golpes de Estado en el Perú". Editor:

Jaime Campodónico. Lima – Perú.

Gargurevich Regal, Juan

2002 "La prensa sensacionalista en el Perú". Edit: PUCP. Lima-Perú

Datos del autor:

Efrain Nuñez Huallpayunca

(Peruano)

Fecha de nacimiento: 09 / 06 / 1981


Lima – Perú

Egresado de la Escuela de Historia de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad


Nacional Mayor de San Marcos.

Publicaciones:

- Autor de la novela "Espejos Azules". (2006)

Ha publicado los siguientes ensayos en páginas virtuales:

- "La iniciación de la República: La era de los caudillos (1825 – 1845)".

- "Luis Alberto Sánchez: El último gran intelectual del siglo XX"

- "Aproximación a la historia de la Real Junta de Temporalidades".

- "La política y la historia de los partidos políticos en el Perú".

- "Pensamiento Político en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos".

- "Prensa y poder: el caso peruano 1999 – 2000"

Ha publicado diversos relatos y crónicas en páginas virtuales.

http://www.monografias.com/trabajos58/iniciacion-republica-peruana/iniciacion-republica-
peruana2.shtml

miércoles, 28 de noviembre de 2012

República Aristocrática Peruana

Características de la República Aristocrática

Como ya sabemos, la República Aristocrática es el período de 1899 al 1919. Este periodo


también es conocido como el Segundo Civilismo, debido a la gran influencia que tubo el
Partido Civil, al punto que cuatro de los seis presidentes de la República que gobernaron en
este período llegaron al poder como representantes de este partido.

Las características fundamentales de este período son:

1Hegemonía política de la oligarquía vinculada al Partido Civil.

2Estado oligárquico pequeño y con presencia fundamentalmente en la costa.

3Economía de exportación en constante crecimiento.

4Predominio de las haciendas azucareras como unidades de producción costeñas.

5Predominio de los latifundios atrasados en la sierra.

6Penetración del capital imperialista británico y estadounidense.

7Desarrollo de los "enclaves" sin vínculo con la economía nacional.


8Incipiente desarrollo industrial urbano.

9Inicio del desarrollo del movimiento obrero.

http://aristocracia-ivc.blogspot.pe/2012/11/caracteristicas-de-la-republica.html

Historia republicana del Perú

La historia republicana del Perú es la historia peruana bajo gobierno republicano


independiente, que se prolonga hasta la actualidad. Oficialmente, la historia del Perú
independiente empieza el 28 de julio de 1821, día en el que el general argentino José de San
Martín, jefe de la Expedición Libertadora, proclamó la independencia del Perú en Lima, la
capital del entonces Virreinato del Perú. Para el historiador Jorge Basadre el punto de partida
del nacimiento de la República del Perú es la instalación del Primer Congreso Constituyente del
Perú, el 20 de septiembre de 1822.
Iniciación de la República (1821-1842)

Al período de veinte años, que va de 1822 a 1842, el historiador Jorge Basadre denomina la
Época Fundacional de la República.

San Martín, tras proclamar la independencia del Perú, asumió el mando político militar de los
departamentos libres del Perú, bajo el título de Protector, según decreto dado el 3 de agosto
de 1821. Dio también al flamante Estado Peruano su primera bandera, su primer escudo, su
himno, su moneda, así como su inicial estructura y sus primeras instituciones públicas.

El 27 de diciembre de 1821, San Martín convocó por primera vez a la ciudadanía con el fin que
eligiera libremente un Congreso Constituyente, que tendría la misión de establecer la forma de
gobierno que en adelante regiría al Perú, así como dar una Constitución Política adecuada.
Dicho Congreso se instaló el 20 de septiembre de 1822 y su primer presidente fue el clérigo
Francisco Xavier de Luna Pizarro.

San Martín, no pudo, sin embargo, culminar la guerra contra los españoles. Si bien todo el
norte del Perú se había sumado voluntariamente a la causa patriota, el centro y el sur del país
permanecían ocupadas por las tropas virreinales. San Martín consideró necesaria la ayuda
militar externa y en pos de ella fue a entrevistarse en Guayaquil con el libertador Simón
Bolívar, que al mando de la Expedición Libertadora del Norte, había logrado la independencia
de los actuales territorios de Venezuela, Colombia y Ecuador, este último, con ayuda de tropas
peruanas. En la entrevista de Guayaquil, realizada entre los días 26 y 27 de julio de 1822, los
Libertadores discutieron tres importantes cuestiones:

*La suerte de Guayaquil, que siendo territorio peruano, fue anexado por Bolívar a la Gran
Colombia.

*La ayuda que debía prestar Bolívar para el fin común de la independencia del Perú.

*La forma de gobierno que debían adoptar las nacientes repúblicas hispanoamericanas.

La entrevista no llegó ningún resultado concreto. En lo que respecta al primer punto, Bolívar ya
había decidido que Guayaquil perteneciera a la Gran Colombia y no admitió ninguna discusión
al respecto. En cuanto al segundo punto, Bolívar ofreció enviar al Perú una fuerza auxiliar
grancolombiana de 2000 hombres, que San Martín consideró insuficiente. Y en lo referente al
tercer punto, Bolívar era decididamente republicano, contraponiéndose así al monarquismo
del Libertador rioplatense. Desilusionado, San Martín retornó al Perú, ya convencido de que
debía retirarse para dar pase al Libertador del Norte. Renunció ante el recién instalado
Congreso del Perú, que acto seguido, entregó el Poder Ejecutivo a tres de sus miembros, que
conformaron un cuerpo colegiado de tres miembros denominado la Suprema Junta
Gubernativa y cuya cabeza era el general José de la Mar (21 de septiembre de 1822). Los otros
integrantes de dicha junta eran Manuel Salazar y Baquíjano y Felipe Antonio Alvarado.

La Junta Gubernativa quiso acabar la guerra de la Independencia por cuenta propia y organizó
la Primera Campaña de Intermedios, que culminó en fracaso, tras las derrotas en Torata y
Moquegua. Temerosos de un avance realista a la capital, los oficiales del Ejército se sublevaron
en el llamado motín de Balconcillo y presionaron al Congreso para que destituyera a la Junta y
nombrara como Presidente del Perú a José de la Riva Agüero (28 de febrero de 1823).

Riva Agüero quiso también derrotar a los españoles que aún resistían en el centro y sur del
Perú, y organizó una Segunda Campaña de Intermedios, cuyo mando encomendó a Andrés de
Santa Cruz. Los patriotas avanzaron hasta el Alto Perú, y tras ganar la batalla de Zepita,
emprendieron una desordenada retirada hacia la costa, culminando así, esta expedición
igualmente en fracaso.

Desacreditado ante la opinión pública, Riva Agüero tuvo una abierta disputa con el Congreso.
Se trasladó a Trujillo, donde instaló su gobierno, mientras que en Lima el Congreso nombraba
como nuevo Presidente a José Bernardo de Tagle, más conocido como el marqués de Torre
Tagle. El Congreso, vista la crítica situación, acordó llamar a Bolívar y a su Ejército Libertador.

El 1 de septiembre de 1823 arribó al Callao el Libertador Bolívar. El día 10 de septiembre el


Congreso de Lima le otorgó la suprema autoridad militar en toda la República. Seguía siendo
Torre Tagle presidente, pero debía ponerse de acuerdo en todo con Bolívar. El único obstáculo
para Bolívar era Riva Agüero, que instalado en Trujillo con un ejército de 3000 hombres,
dominaba toda la región aledaña. Sin embargo, los mismos oficiales de Riva Agüero, apresaron
a éste y lo enviaron al destierro. Así se pudo finalmente unificar el mando del país en manos de
Bolívar.

El 5 de febrero de 1824, se produjo un motín en las fortalezas del Callao, de resultas del cual
los realistas recuperaron este importante bastión. Ante tal delicada situación, el Congreso dio
el 10 de febrero un memorable decreto entregando a Bolívar la plenitud de los poderes para
que hiciera frente al peligro, anulando la autoridad de Torre Tagle. Se instaló así la Dictadura.

Tras reunificar el mando del país, Bolívar instaló su cuartel general en Trujillo y organizó la
campaña final de la Independencia, contando con la ayuda decisiva de los peruanos, tanto en
soldados, como en dinero, abastecimientos y recursos de toda índole. Tras las batallas de Junín
y Ayacucho, el 6 de agosto y 9 de diciembre de 1824 respectivamente, se logró derrotar
definitivamente a las tropas realistas del Perú. Los últimos episodios de esta guerra fueron la
campaña del Alto Perú, donde el general realista, Pedro Antonio de Olañeta, fue apresado y
fusilado por sus propios subordinados en Tumusla (1825); y el sitio de la fortaleza del Callao,
donde resistió el brigadier José Ramón Rodil hasta enero de 1826.

Consumada la guerra de la independencia, la ciudadanía peruana esperaba el final de la


dictadura bolivariana y la instalación de un gobierno auténticamente peruano. Pero Bolívar se
mantuvo en el poder, empujado por su deseo de gobernar sobre todos las naciones por él
liberadas, bajo su mando vitalicio. El Libertador delegó sus funciones ejecutivas en un Consejo
de Gobierno, entre cuyos titulares se contaron Hipólito Unanue y Andrés de Santa Cruz, y si
bien retornó a la Gran Colombia en septiembre de 1826, dejó todo encaminado para que se
jurara en el Perú la Constitución Vitalicia, lo que se hizo el 9 de diciembre de 1826, en medio
de la indeferencia pública. Sin embargo, la influencia bolivariana finalizó en enero de 1827,
cuando una reacción liberal y nacionalista, alentada por Manuel Lorenzo de Vidaurre y
Francisco Javier Mariátegui y Tellería, expulsó de suelo peruano a las tropas colombianas que
aún permanecían allí.

Establecido formalmente el Estado Peruano bajo el molde republicano, los primeros años de
vida independiente se desarrollaron entre luchas caudillescas organizadas por los militares
para alcanzar la presidencia de la naciente República.

Tras el gobierno provisorio de una Junta de Gobierno presidida por Andrés de Santa Cruz, el
mariscal José de la Mar fue elegido presidente por el Congreso Constituyente, el 9 de junio de
1827. Durante su mandato promulgó la Constitución Liberal de 1828. Ocurrió también el
terremoto de Lima de 1828. En el aspecto internacional, un ejército peruano al mando del
general Agustín Gamarra invadió a Bolivia, donde puso fin a la influencia bolivariana,
expulsando al presidente de ese país, el mariscal Antonio José de Sucre (1828). Asimismo, el
Perú libró una guerra con la Gran Colombia, conflicto que fue desatado por Bolívar, irritado por
el fin de su influencia en el Perú y Bolivia; otra razón fue su ambición por ocupar los territorios
peruanos de Tumbes, Jaén y Maynas. La guerra tuvo dos escenarios, el marítimo y el terrestre.
En el primero de ellos, el Perú triunfó y ocupó Guayaquil, pero en el segundo no le fue bien,
sufriendo un revés en la batalla del Portete de Tarqui (27 de febrero de 1829), que si bien no
fue una derrota decisiva, motivó que se abrieran las negociaciones de paz, pues ambas
naciones no tenían interés en proseguir las hostilidades. Se firmó así el llamado Convenio de
Girón. Se hallaba La Mar todavía en plena negociaciones con los colombianos, cuando fue
derrocado por el general Agustín Gamarra y desterrado a Costa Rica, en junio de 1829.
Gamarra firmó un armisticio con los grancolombianos y enrumbó hacia Lima, donde asumió el
gobierno de manera provisoria. Luego se hizo elegir presidente constitucional e instauró un
gobierno conservador.

Este primer gobierno de Gamarra (1829-1833) estuvo marcado por numerosas rebeliones
internas. En el plano internacional, puso fin a la guerra con la Gran Colombia, firmando un
Tratado de Paz, Amistad y Límites o Tratado Larrea-Gual por el que se mantuvo el statu quo
fronterizo previo al inicio de hostilidades (1829). En 1831 quiso declarar la guerra a Bolivia
pero ante la negativa del Congreso de darle la autorización necesaria, abrió negociaciones
diplomáticas con dicha república, logrando finalmente ese mismo año firmar un tratado de paz
y amistad con Bolivia, en Arequipa. También firmó un tratado con la recién fundada República
del Ecuador, el llamado Tratado Pando-Novoa (1832), por el que los ecuatorianos reconocían
los límites vigentes con el Perú. Ya por finalizar su gobierno, Gamarra convocó a una asamblea
constituyente, denominada Convención Nacional, que se encargó de elegir a su sucesor.

Como el gobierno de Gamarra finalizaba en diciembre de 1833 sin haberse elegido a su


sucesor (las elecciones de ese año se frustraron), la Convención Nacional, dominada por los
liberales, eligió como presidente provisorio al general Luis José de Orbegoso. Descontentó
Gamarra con el resultado de esta elección, que implicaba la hegemonía de los liberales en el
poder, incitó a uno de sus partidarios, el general Pedro Pablo Bermúdez, a alzarse contra
Orbegoso. La sublevación militar estalló en enero de 1834 y derivó en una guerra civil, que
finalizó cuando los rebeldes bermudistas se reconciliaron con el gobierno, en el llamado abrazo
de Maquinhuayo, en abril del mismo año.

La Convención Nacional dio finalmente una nueva Constitución Liberal, que fue promulgada en
julio de 1834. No obstante, las amenazas de quiebra del orden constitucional continuaron.
Orbegoso realizó una gira por las provincias del sur, a fines de 1834, lo que fue aprovechado
por el general Felipe Santiago Salaverry, para alzarse en armas en el Callao. Rápidamente,
Salaverry tomó el control de gran parte del país y se autoproclamó Jefe Supremo en 1835.
Orbegoso, cuyo gobierno se redujo a Arequipa, llamó en su auxilio al presidente de Bolivia, el
mariscal Andrés de Santa Cruz, quien invadió al Perú, desatándose un sangriento conflicto,
denominado la guerra por el establecimiento de la Confederación peruano-boliviana.

Para enfrentar la invasión extranjera, Salaverry y Gamarra se aliaron. La guerra tuvo dos fases:
la guerra entre Gamarra y Santa Cruz, y la guerra entre Salaverry y Santa Cruz. Santa Cruz
derrotó a Gamarra en la batalla de Yanacocha (13 de agosto de 1835) y a Salaverry en la
batalla de Socabaya (7 de febrero de 1836), tras lo cual estableció la Confederación Perú-
Boliviana, que reunía a Bolivia con los dos estados en que quedó dividido el Perú: el Estado Nor
Peruano y el Estado Sud Peruano. Para discutir y aprobar las bases de la estructura
administrativa de la nueva entidad geopolítica se reunió el Congreso de Tacna, el cual aprobó
la Ley fundamental de la Confederación Perú-Boliviana, más conocido como el Pacto de Tacna
(1837).

Santa Cruz realizó en el Perú una gran labor administrativa y dio la tranquilidad necesaria para
su bienestar y progreso. Pero la Confederación tuvo una vida efímera. En Chile, el
todopoderoso ministro Diego Portales alertó a sus conciudadanos del peligro que significaba la
consolidación de la Confederación para los planes expansionistas chilenos. Una alianza entre
Chile y los emigrados peruanos enemigos de Santa Cruz posibilitó la conformación del llamado
Ejército Unido Restaurador con el propósito de invadir el Perú y “restaurar” su situación
política tal como era antes de 1835. La guerra de los restauradores contra los confederados
tuvo dos fases. En la primera, un ejército restaurador al mando del marino chileno Manuel
Blanco Encalada desembarcó en el sur peruano y se adentró hasta Arequipa, pero no logró el
apoyo de los lugareños, y fue cercado por las fuerzas de Santa Cruz. Los restauradores se
rindieron y firmaron el Tratado de Paucarpata (17 de noviembre de 1837). Pero el gobierno
chileno desconoció este acuerdo y envió una segunda expedición restauradora al mando del
general Manuel Bulnes y con Gamarra a la cabeza de los emigrados peruanos. Tras
desembarcar en Ancón, los restauradores marcharon a Lima, donde les salió al encuentro
Orbegoso, presidente del Estado Nor-Peruano, el cual se había separado de la Confederación y
quería expulsar tanto a chilenos como a bolivianos. Se produjo el Combate de Portada de
Guías, en las afueras de Lima (21 de agosto de 1838), donde fueron derrotados los
orbegosistas, debido a su inferioridad numérica. Los restauradores entraron en Lima y
Gamarra fue proclamado como presidente provisional del Perú, en sesión de Cabildo Abierto
del 25 de agosto de ese año. Pero en noviembre los restauradores tuvieron que abandonar la
capital, que fue recuperada por los confederados.
Los restauradores decidieron entonces cambiar el escenario de la lucha. Se retiraron al
Callejón de Huaylas, donde se aprovisionaron y reorganizaron. El encuentro final se libró en la
batalla de Yungay (20 de enero de 1839). Santa Cruz fue derrotado y huyó apresuradamente
hacia Arequipa, para luego partir al destierro. La Confederación se disolvió, volviendo a ser el
Perú y Bolivia estados individuales.

Gamarra, como presidente provisorio, convocó a un Congreso General en Huancayo, el mismo


que dio la Constitución Conservadora de 1839. Luego Gamarra se hizo elegir presidente
constitucional en 1840. Obsesionado con la idea de reunir nuevamente a Bolivia con el Perú,
invadió dicho país, pero fue derrotado y muerto en la batalla de Ingavi, el 18 de noviembre de
1841. Las tropas bolivianas invadieron el sur peruano pero fueron contenidas por el pueblo
peruano organizado en guerrillas. La paz entre Perú y Bolivia se firmó en Puno, el 7 de junio de
1842.

Caudillaje militar

Los caudillos fueron jefes militares que se disputaron el control del Estado durante gran parte
del siglo XIX. Por lo general, habían combatido en la guerra de independencia; tenían tropas a
su mando y prestigio militar. Esto les permitía tener el poder suficiente para llegar a la
presidencia a través de un golpe de Estado o un levantamiento.

Para lograr sus objetivos, el caudillo debía mantener buenas relaciones con las familias
aristocráticas y con los hacendados locales, que le prestaban tropas y dinero. Pero, al mismo
tiempo, debía ganarse el favor de las clases populares. La revuelta de un caudillo solía iniciarse
con una declaración pública en la que afirmaba que el gobernante de turno había quebrantado
la ley, y que él le devolvería la legalidad al país. Luego, ambos bandos se enfrentaban
militarmente. Si el triunfador era el caudillo, se autonombraba protector de la patria y
convocaba a elecciones, las cuales ganaba fácilmente. Por último, mandaba a elaborar una
Constitución acorde con sus intereses. Por ello, entre 1827 y 1845 se promulgaron cuatro
Constituciones (1828,1834, 1836 y 1839) y más de una docena de caudillos ocuparon la
presidencia.

La anarquía (1842-1844)

Tras la muerte de Gamarra estalló un período de anarquía. Numerosos caudillos militares


entablaron la lucha por el poder, desconociendo la autoridad de Manuel Menéndez,
presidente del Consejo de Estado (cargo equivalente al de vicepresidente). Estos caudillos
fueron el general Juan Crisóstomo Torrico, jefe del ejército del Norte; Antonio Gutiérrez de La
Fuente, jefe del ejército del Sur; Domingo Nieto y Francisco de Vidal, quienes formaban parte
del ejército del Sur, y el general Manuel Ignacio de Vivanco, quien anteriormente había
encabezado en Arequipa la llamada “revolución regeneracionista” de 1841.

Torrico derribó a Menéndez y se proclamó Jefe Supremo del Perú, el 16 de agosto de 1842.
Mientras tanto, el ejército del Sur se pronunció en el Cuzco a favor del general Vidal, quien
aceptó encabezar la lucha contra el usurpador Torrico, en su calidad de 2.º vicepresidente del
Consejo de Estado. Las fuerzas de ambos rivales se enfrentaron en la batalla de Agua Santa,
cerca de Pisco, el 17 de octubre de 1842. Torrico fue completamente derrotado y se vio
obligado a partir hacia Chile. Vidal asumió la presidencia del Perú el día 20 de octubre y
desempeñó su alto cargo con probidad y desinterés. Hizo cuanto estuvo a su alcance por
remediar los males de la administración pública. Logró que disminuyera la deuda contraída por
el estado y que gravara sobre las aduanas; también merece citarse su esfuerzo por mejorar la
educación de la juventud; pero la anarquía política vino a frustrar sus planes. Tuvo que
afrontar la revolución acaudillada por el general Vivanco, que se autoproclamó Supremo
Director de la República, el 14 de febrero de 1843. No queriendo desatar una guerra civil, Vidal
declinó el mando en Justo Figuerola, que era el 1.º vicepresidente del Consejo de Estado (15 de
marzo de 1843). Figuerola asistió al día siguiente a Palacio y recibió de manos de Vidal la banda
presidencial. Días después, el mismo Figuerola se vio obligado a arrojar dicha banda desde el
balcón de su casa, a los vivanquistas que lo pedían a gritos, según lo cuenta Ricardo Palma en
una de sus tradiciones (19 de marzo de 1843).

Vivanco, que denominó a su régimen como el Directorio, representaba al sector más rígido del
conservadurismo peruano. Se rodeó de hombres cultos, implantando una especie de
Despotismo Ilustrado, pues creía que el país progresaría con el imperio del orden sobre la
libertad. Poco a poco, la popularidad con que fue encumbrado fue disminuyendo y el
descontento se hizo notar rápidamente, puesto que todas sus actividades las desenvolvió en
medio del lujo, con detrimento de la hacienda pública.

Atendiendo al descontento popular, en el Sur, más precisamente en Tacna y Moquegua, se


sublevaron los generales Ramón Castilla y Domingo Nieto, en defensa de la constitucionalidad
(1843). Se propusieron devolver el mando de la República a quien legítimamente le
correspondía, es decir a Meléndez. Estalló así la guerra civil. Castilla y Nieto, al mando de
milicias, derrotaron a las fuerza regulares del gobierno en los combates de Pachía y San
Antonio. Para combatir a los rebeldes, Vivanco se trasladó a Arequipa, lo que fue aprovechado
por el prefecto de Lima, Domingo Elías, para proclamarse Jefe de la Nación. Ante el peligro de
que los vivanquistas comandados por el general José Rufino Echenique invadieran Lima, Elías
preparó la defensa de la capital durante la llamada "Semana Magna" (julio de 1844).
Finalmente, Echenique optó por no atacar, al darse cuenta que la guerra iba a decidirse en el
sur. En efecto, cerca de Arequipa se trabó la sangrienta batalla de Carmen Alto, entre las
fuerzas de Castilla y las de Vivanco. Castilla resultó ganador (22 de julio de 1844).

Después de la guerra civil, Castilla y Elías se pusieron de acuerdo y devolvieron el poder a


quien constitucionalmente le correspondía: Manuel Menéndez. A su vez, éste convocó a
elecciones, en las que triunfó Castilla.

La Era del Guano (1845-1866)

Se conoce como la Era del Guano a un período de estabilidad y prosperidad que vivió el Perú
entre 1845 y 1866, cuando el Estado Peruano fue sostenido por los importantes ingresos
generados por la exportación del guano, principalmente hacia Europa, donde se desarrollaba
la revolución agrícola. La fecha de inicio de la Era del Guano se fija comúnmente en 1845, año
en el que Castilla comenzó su primer gobierno. El historiador Basadre denomina esta etapa
como el de la Prosperidad Falaz, pues la bonanza fue efímera y terminó poco después de la
guerra con España de 1865-1866.
La ascensión al poder del general Ramón Castilla como presidente constitucional el de 20 de
abril de 1845 significó el comienzo de una etapa de calma institucional. Aunque las luchas
personales continuaron en las décadas siguientes, la habilidad política de Castilla logró que
disminuyeran los brotes conspirativos y las guerras civiles. Contando con esta tranquilidad y
con el respaldo de la bonanza financiera proveniente de la venta del guano, se dedicó a
organizar el Estado Peruano. Ordenó la economía nacional con el régimen de los presupuestos,
canceló la deuda externa, dio al Perú una posición internacional relevante en el continente,
fomentó el progreso intelectual y material, inició el desarrollo de la Amazonía, fundó el
servicio diplomático, reformó la administración pública, inició la reforma educativa
abandonando los moldes coloniales, modernizó el ejército y creó una fuerza naval respetable.
Como signo del progreso material alcanzado se construyó el ferrocarril de Lima al Callao, que
fue inaugurado en 1851, siendo el primero en serlo en Sudamérica.

Castilla completó tranquilamente su período presidencial de 6 años, siendo el primer


presidente del Perú en hacerlo. En las elecciones de 1850 se postularon tres candidatos que
representaban a los tres grupos en que estaba dividida la sociedad peruana. Uno de ellos era el
general José Rufino Echenique, apoyado por Castilla; el otro fue el general Manuel Ignacio de
Vivanco, antiguo enemigo de Castilla; y el tercero era el agricultor y empresario Domingo Elías,
la primera candidatura de un civil en la historia republicana peruana.

El triunfo correspondió a Echenique, quien asumió la presidencia el 20 de abril de 1851. La


situación política del país era estable y había una idea de progreso material que estaba muy
arraigada en la población. El gobierno de Echenique realizó muchas obras y supo rodearse de
hombres muy capaces. Sin embargo, se vio envuelto en un escándalo de corrupción
relacionado con la llamada Consolidación de la Deuda Interna, por el cual el Estado pagó la
deuda que tenía con particulares desde los días de la independencia, pero desgraciadamente
muchos se hicieron pasar por acreedores sin serlo. Estalló entonces una revolución de 1854
encabezada por Castilla y apoyada por los liberales, quienes auspiciaron, en pleno conflicto,
dos medidas importantísimas: la abolición de la esclavitud y del tributo indígena. Echenique
fue derrotado en la batalla de La Palma, el 5 de enero de 1855, debiendo renunciar a la
presidencia y abandonar el país.

Castilla asumió nuevamente el poder, como presidente provisorio. Convocó a una Convención
Nacional (asamblea constituyente) cuyos representantes fueron elegidos por sufragio directo y
universal, instalándose el 14 de julio de 1855. Esta Convención dio la Constitución Liberal de
1856. De este período provisorio hay que destacar también la ley de la libertad de prensa (25
de marzo de 1855) y la organización del Consejo de Ministros (1856). Apareció entonces la
figura del Presidente del Consejo de Ministros del Perú.

Descontentos con el régimen liberal que se iba implantando, los conservadores se alzaron en
Arequipa, en torno al caudillo Manuel Ignacio de Vivanco, viejo rival de Castilla. Estalló una
sangrienta guerra civil, que culminó con el triunfo de Castilla tras la toma de Arequipa (7 de
marzo de 1858).
No obstante, Castilla, pulsando el sentir ciudadano (que tradicionalmente era contrario al
liberalismo anticlerical), se desligó de los políticos liberales que le habían apoyado e instauró
un gobierno conservador. La Convención Nacional fue disuelta en noviembre de 1857. En 1858
se realizaron elecciones generales, en las cuales triunfó Castilla, asumiendo como presidente
constitucional el 24 de octubre de ese año. En 1860 Castilla convocó a un Congreso Ordinario,
el mismo que se arrogó la facultad de Constituyente y dio una nueva Constitución, que fue de
tendencia moderada, es decir sin llegar a los extremismos conservadores o liberales; ésta ha
sido la carta magna de más duración en la historia republicana peruana, pues estuvo vigente
hasta 1920.

En su segunda presidencia constitucional, Castilla tuvo una intensa actividad política en el


campo internacional. Se opuso enérgicamente a las intromisiones de las potencias europeas
en América (Santo Domingo, México), convocando a la unidad americana. De otro lado,
enfrentó una guerra victoriosa con el Ecuador (1858-1860). En el aspecto interno continuó el
impulso dado al desarrollo de la Amazonía y al equipamiento de las fuerzas armadas, así como
el fomento del progreso material con la adopción de los grandes adelantos técnicos como el
telégrafo y el alumbrado a gas.

En las elecciones de 1862 Castilla apoyó al general Miguel de San Román, quien ganó y asumió
la presidencia el 24 de octubre de 1862, pero murió meses después, víctima de una
enfermedad (3 de abril de 1863). Lo sucedió el primer vicepresidente, general Juan Antonio
Pezet, quien debió enfrentar un conflicto con España motivado por la presencia hostil de la
Escuadra Española del Pacífico en las costas sudamericanas. Arrogantemente, los españoles
ocuparon las islas guaneras de Chincha, exigiendo al gobierno peruano reparaciones por
supuestas ofensas y agresiones inferidas a súbditos españoles. Naturalmente, la población
peruana reaccionó contra lo que se consideró un agravio a la dignidad nacional y una violación
a la integridad territorial.

Pezet fue acusado de traidor a la patria por negociar con los españoles y firmar el humillante
Tratado Vivanco-Pareja, del 27 de enero de 1865, por el cual se indemnizaba a los españoles
por los gastos hechos durante su campaña naval y se establecían las bases para el pago de la
deuda de la independencia, pago éste que se había acordado en la capitulación de Ayacucho
de 1824. Una revolución liderada por el coronel Mariano Ignacio Prado tomó el poder y Pezet
se embarcó hacia Europa. Prado se proclamó Dictador, declaró nulo el tratado Vivanco-Pareja,
formó la Cuádruple Alianza con Chile, Ecuador y Bolivia y le declaró la guerra a España. Las
defensas del Callao rechazaron con éxito la agresión de la escuadra española, en el combate
del 2 de mayo de 1866. En 1871, por mediación de los Estados Unidos, se firmó un pacto de
tregua y en 1879 quedó suscrito el definitivo tratado de paz en París. La deuda de la
independencia no fue pagada.

Los gastos ocasionados por la guerra con España afectaron severamente a la economía del
Perú. El llamado “boom guanero” empezaba ya a declinar.

Crisis económica y hacendaria (1867-1879)


Tras la guerra contra España, el dictador Mariano Ignacio Prado se convirtió en presidente
provisorio. Pese a las críticas, Prado se presentó como candidato a la presidencia sin
abandonar el poder, obteniendo el triunfo. Convocó también a un Congreso Constituyente,
que se encargó de dar una nueva Constitución: la Constitución Liberal de 1867. Pero una
revolución acaudillada por el general Pedro Diez Canseco en Arequipa y por el coronel José
Balta en Chiclayo, trajo abajo a su régimen y restituyó la Constitución de 1860, a principios de
1868.

Diez Canseco ejerció un gobierno interino y convocó a elecciones. Se presentaron dos


candidatos de líneas opuestas. Uno era el coronel José Balta, representante del antiguo
militarismo; y el otro, el civil Manuel Toribio Ureta, representante del liberalismo. Balta resultó
vencedor y asumió el poder el 6 de agosto de 1868.

El gobierno de Balta se inició con una lenta tarea de reorganización. El problema más acuciante
era el económico, principalmente por los gastos generados por la guerra contra España. Balta
nombró como ministro de Hacienda al entonces desconocido joven Nicolás de Piérola, quien
logró un acuerdo con la Casa judía-francesa Dreyfus Hnos. de París para la explotación del
guano, firmándose el llamado Contrato Dreyfus (5 de julio de 1869). El gobierno peruano
vendía a la Casa Dreyfus dos millones de toneladas de guano, valorados en 73 millones de
soles; por su parte, la Casa Dreyfus adelantaba al Estado dos millones de soles, y se
comprometía a pagar a razón de 700 mil soles cada mes y a cubrir los intereses de la deuda
externa peruana. Posteriormente se hicieron algunas ampliaciones. En teoría este contrato era
muy conveniente para el Estado Peruano y ponía fin a los abusos de los consignatarios
peruanos, hasta entonces intermediarios en el negocio guanero. Estos demandaron ante la
justicia al Estado por daños y perjuicios, pero el contrato terminó por ser aprobado por el
Congreso y el gobierno siguió adelante en su ejecución.

Contando con la garantía del guano, el gobierno peruano celebró grandes empréstitos con la
misma Casa Dreyfus, con los que inició un ambicioso programa de obras públicas,
principalmente la construcción de ferrocarriles, siendo los más notables los de penetración de
la costa a la sierra. El gobierno actuó irresponsablemente y se endeudó crecidamente,
confiado en las rentas del guano, que no serían duraderas.

Un año antes del término legal de su mandato, Balta convocó a elecciones en medio de una
gran crisis económica. Varios candidatos se presentaron, pero entre todos destacó la figura de
Manuel Pardo y Lavalle, líder del recién fundado Partido Civil, el primer partido propiamente
dicho fundado en el Perú como respuesta al predominio militar en la política peruana y que
agrupaba a profesionales liberales, comerciantes, empresarios, hacendados, que conformaban
la naciente burguesía nacional. Pardo triunfó, pero faltando pocos días para que asumiera el
poder, Balta fue derrocado y apresado por los coroneles Gutiérrez (que eran cuatro
hermanos), originando así un golpe de estado conocido como la rebelión de los coroneles
Gutiérrez. Estos fueron incitados a realizar tal acción pues temían perder sus privilegios
castrenses con la ascensión al poder del civilismo. El mayor de dichos hermanos, Tomás
Gutiérrez, se autoproclamó Jefe Supremo; unos días después Balta era asesinado en la prisión
(26 de julio de 1872), lo que provocó una violenta reacción de la ciudadanía, que asesinó en las
calles a tres de los Gutiérrez (entre ellos Tomás) y restituyó la constitucionalidad.

Manuel Pardo, que había huido a Pisco, retornó a Lima y tomó el mando de la nación el 2 de
agosto de 1872. Pese a las medidas que tomó para contrarrestar la grave crisis económica
(entre ellas la nacionalización de la riqueza salitrera), no tuvo éxito. El contrato Dreyfus ya no
rendía pues la Casa Dreyfus se negó a dar más adelantos con garantía del guano, arguyendo
que el Estado peruano le debía.

Durante el gobierno de Pardo se firmó el Tratado de Alianza Defensiva entre Perú y Bolivia, el 6
de febrero de 1873, que luego sería usado como pretexto por Chile para desatar la Guerra del
Pacífico.

En 1876 la transmisión del mando se produjo sin incidentes. Los principales candidatos eran el
ex presidente Mariano Ignacio Prado y el contralmirante Lizardo Montero. El triunfador fue
Prado.

Durante su gobierno, Prado enfrentó el problema de la cuantiosa deuda externa y la galopante


crisis económica y hacendaria. Tratando de paliar la situación, Prado declaró disuelto el
Contrato Dreyfus y firmó un nuevo contrato para la venta del guano con la firma inglesa
Raphael e Hijos, el llamado Contrato Raphael, pero no tuvo éxito. El precio del guano iba por
entonces cayendo en el mercado internacional y ya no constituía un negocio rentable. La crisis
se agudizó. El Estado peruano se declaró en bancarrota y anunció la moratoria de su deuda
externa.

Para colmo, Prado tuvo que enfrentar la oposición de Nicolás de Piérola, que acaudilló dos
revoluciones, que si bien fueron sofocadas, causaron un gasto a la ya exhausta caja fiscal.
Suceso luctuoso de este período fue el asesinato de Manuel Pardo, entonces presidente del
Senado, el 16 de septiembre de 1878. Al año siguiente estalló la guerra con Chile, pese a los
intentos de Prado de evitarla diplomáticamente. Chile, con su característica perfidia, esperó el
momento adecuado para atacar al Perú, es decir cuando éste se hallaba en plena bancarrota y
prácticamente desarmado.

https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_republicana_del_Per%C3%BA

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