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5 Mar 2018 - 11:30 PM

Por: Cristina de la Torre

¿Será el Congreso que Colombia merece?

Si la pereza de los quejosos trepa la abstención al 60 %


este domingo, elegiremos un Congreso más torvo,
reaccionario y azaroso que el de los últimos tres
lustros. Pues se elige por acción, votando; y por la
omisión de los eternos indignados que no se untan de
urna y conceden a la contraparte todo el poder de
decisión política. El viejo contingente de corruptos y
parapolíticos seguiría en su curul, por interpuesta
parentela. Y se abriría el abanico de los agraciados
hacia otros partidos de la derecha, como Cambio
Radical. Este integró en su campaña a la hez de la
política, que da línea y pone candidatos desde la cárcel
y los estrados judiciales. De 55 dirigentes reclutados
por él en el país, 37 andan en malos pasos: hay ocho
condenados (Edgar Torres, Julio Acosta, Miguel Pinedo,
el Gordo García, Enilse López, Pedro Pestana, Hugo
Aguilar y Ramiro Suárez); 16 investigados, 13 en dudosa
condición y 18 sin complicaciones legales. Vale decir:
67 % de su dirigencia apesta. El hecho es que 20 clanes
familiares se tomaron la política en Colombia; con
pater familias que deciden en la sombra reemplazos a
su antojo y cultivan relaciones non sanctas.
Del Centro Democrático vino el ejemplo: proliferan en
sus listas hijos, sobrinos y amigos de gamonales en
prisión o investigados por parapolítica y corrupción.
Con el proceso que la Corte Suprema acaba de abrirle a
Álvaro Uribe por presunta relación con el
paramilitarismo, por la masacre de El Aro y por
supuesta manipulación de testigos, se creyó que el
expresidente mordería el polvo. Más aún, con la
sospecha viva todavía de que hubiese violado a una
periodista. O con pesquisas por presunta
responsabilidad en la muerte de Pedro Juan Moreno,
su mano derecha en la Gobernación de Antioquia.
Pero no. Ni siquiera la divulgación del kilométrico
prontuario de sindicaciones que obran contra él
provocó el más leve rubor en su fanaticada
26 Feb 2018 - 9:00 PM
Por: Cristina de la Torre

¿Quién le teme a Gustavo Petro?

Conforme Petro llena plazas, crecen aprensiones en los


clubes sociales. Pero, al último drink, se instruye a las
campañas de la derecha para trocar en pánico el recelo
de las fuerzas vivas de la patria. Su propósito cantado: De esa Constituyente defendió el principio democrático
que el miedo se apodere de la clase media y esta de consulta al pueblo, mas ignoró el atrabiliario
busque refugio en la caverna. Grosero en su simpleza, procedimiento que la desnaturalizó y convirtió en
propaganda al fin, el recurso pega sin dolor en el único instrumento de un régimen de fuerza.
país de América Latina que nunca vio a un izquierdista Si de calificar a Petro se trata, su paso por la Alcaldía de
sentado en el solio de los presidentes. País que Bogotá ofrece rico referente. A ella llegó con una idea
guerrillas y Manonegras armadas y desarmadas suya de ciudad: reducir la segregación social, planificar
mantuvieron anclado en la Guerra Fría; para perseguir, el desarrollo, promover la participación de los
sin pausa ni matices, a la izquierda legal y al marginados y devolverle al Estado el control de los
movimiento social, bajo el insidioso remoquete de servicios públicos. Dio a los pobres subsidios de agua,
terrorista o chavista. Pero la ambigüedad del propio transporte y alimentación. Mas, dominado por el
Petro es fuente adicional de incertidumbre en la repentismo y la intemperancia de su carácter, por la
opinión y manjar que ceba y compacta a la reacción. Lo incuria como norma de administración, arrojó una de
mismo interpreta él en descampado (y sin eufemismos) las peores alcaldías en la historia de la capital.
la rabia de los despojados de tierra y dignidad, que Lejos del llamado castrochavismo, se proclama
reconoce la Constituyente del dictador Maduro, o seguidor del Estado social de derecho, una versión
presenta en la radio un programa de gobierno similar al adelantada del liberalismo. Al modelo monoexportador
de un Carlos Lleras, que el neoliberalismo echó a de hidrocarburos que reina en Venezuela contrapone el
perder. del desarrollo de la industria, la agricultura y el
En la plaza de Valledupar, a 40 grados de temperatura, turismo. “No voy a expropiar a nadie”, le dijo a Vicky
como abrazado por el fuego de su propio discurso, se Dávila; “cosa distinta será respetar la función social de
hace eco del grito de la multitud: “¡Estamos mamados la propiedad, introducida en 1936, y su función
de comer mierda!”. Entonces las élites, indiferentes al ecológica”. Agregó que en lugar de estatizar la
hartazgo de los excluidos con aquella dieta de siempre, economía, un modelo fracasado, se proponía
insinúan que Petro busca un baño de sangre azuzando democratizar la propiedad, para “desatar la iniciativa
la “vil” lucha de clases. Y el Centro Democrático — privada en millones de colombianos”. Reducir la
olimpo de odio y venganza, de privilegios a los ricos escandalosa desigualdad rural. E inducir, con la
que en el gobierno de Uribe repotenciaron la lucha de actualización del catastro, un mercado de tierras que
clases— invita en aviso de campaña a conjurar el “odio las ponga en manos de quienes las quieren trabajar.
de clases”. Es hora de que Petro encare los temores que inspira.
Con todo, el pronunciamiento de Petro en defensa de Que defina con entereza el perfil ideológico y el alcance
la Constituyente de Maduro suscita suspicacias sobre el de sus propuestas: o encabeza un proyecto de
modelo político que el candidato acaricia. Por más que izquierda tradicional; o bien, uno de izquierda
criticara el “déficit” democrático del gobierno de moderna, socialdemocrática, contraria a anacronismos
Venezuela y le pidiera dialogar con la oposición. ominosos como el de Maduro.
13 Mar 2018 - 12:15 AM
Por: Cristina de la Torre

¿La hora de los extremismos? Si el expresidente volviera al poder, haría trizas la paz,
átomos la volvería con toda la rabia del revanchismo y
Terminada la guerra, se ha saltado la compuerta que el odio que respira. Sabotearía los cambios que el país
marginaba a muchos del sistema que concentra el reclama a gritos desde hace un siglo. La reforma rural,
poder en una minoría de políticos guardianes de sus verbigracia, cuyo vehículo sería el catastro
privilegios de casta, complacientes con el delito y la multipropósito. O la restitución de tierras arrebatadas a
violencia. Indignados casi todos, y casi todos trampa y bala por los paladines de la caverna. A todo
seguidores de Petro. La polarización Uribe-Santos que ello se opone Duque, como se opusieron siempre su
evocaba la fractura entre élites ultramontanas y jefe y su partido. Entonces, después de tanta fusta y
reformistas en tiempos de López y Laureano va tanto muerto, ¿tener que allanarse a tan ingrato
cediendo espacio al escenario de las democracias dilema?
maduras, donde se enfrentan derechas, izquierdas y Humberto de la Calle ha visto la realidad feliz que
fuerzas de centro —fieles de la balanza—. Así lo sugiere aquellas altisonancias no consiguen ocultar. Crece
el relanzamiento privilegiado de dos candidatos todos los días el enorme contingente de colombianos
radicales seleccionados este domingo por consulta, al saturados de fundamentalismos, de opciones que se
lado de otros que también hoy inician propiamente ofrecen como fatalidades invencibles, de traficantes
campaña. En carrera de obstáculos que contempla con el erario que fungen de patriotas y criminales que
juego de alianzas, escogencia de nombres para pasan por santos. A aquel conglomerado se dirige el
vicepresidente y debates en los medios que terminarán candidato, pues él mismo lo personifica, e invita a
por decantar las reales opciones para la Presidencia. En Fajardo a marchar juntos en coalición de centro que
el desprestigio monumental de los partidos, los llevaría todas las de ganar. Pero Fajardo, acaso
premiados en la consulta personifican lo que la tierrita presumiendo superioridad moral de incontaminado, se
da: aprendices de caudillo, uno a la izquierda, otro a la permite ignorar al estadista de talla moral e intelectual
derecha. no vista en el país por muchos años: el gobernante que
Si no se celebra a tiempo la accidentada alianza entre por milagro le llegara a Colombia.
las fuerzas de centro, el respaldo que en consulta Critica Daniel Coronell los errores de Fajardo, pero lo
obtuvieron Gustavo Petro e Iván Duque podría insta a desempeñarse como opción de éxito frente a los
abocarnos a una disyuntiva trágica en segunda vuelta: extremismos que amenazan copar la política en esta
la de tener que elegir presidente entre dos hora decisiva. Las elecciones se ganan sumando gente,
mesianismos de vocación autoritaria. Se polarizaría el apunta, no rechazándola. Y definiendo posiciones. De
partidor entre un extremismo de izquierda que diera en tanto proclamarse ni uribista ni santista, “se le olvidó
la flor de ensayar —por divertimento y a contrapelo de contarle a la gente por qué hacía falta votar por él”.
la historia— un socialismo del siglo XXI con más sabor a Mas todavía es tiempo, que la campaña apenas
Maduro y a Daniel Ortega que al moderado Rafael despega. Pero sólo rendirá frutos mediante alianza con
Correa de Ecuador. De la Calle. Si Fajardo mira para otro lado, cargará con
En la otra orilla, la archiconocida rudeza de derechas la amargura de la derrota; y con el estigma de haber
que Uribe encarna en la humanidad de Iván Duque, su sacrificado a su purismo gratuito una salida salvadora
discípulo amantísimo. para el país, humillado en la arrogancia de los
extremismos.

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