JUSTIFICACIÓN

El Cuerpo Oficial de Bomberos Bogotá como primer respondiente y responsable de la

mayoría de las operaciones en atención de emergencias como materiales peligrosos,
rescate en toda modalidad (vehicular, estructuras colapsadas, espacios confinados, etc.),
atención de incendios (vehiculares, estructurales, forestales), inundaciones,
deslizamientos, atención pre hospitalaria, entre otro tipo de emergencias; debe garantizar
la prestación oportuna y profesional de sus servicios que constituyen un servicio público
esencial en la ciudad de Bogotá (y donde sean requeridos por su profesionalismo y
capacidad técnica y económica a nivel nacional e internacional) además de tener la
responsabilidad de atender a mas de 8 millones de personas distribuidas en 20 localidades
de una ciudad que se expande en la periferia y de la cual emergen situaciones cada vez mas
complejas por la industrialización y el desarrollo en infraestructura y transporte. Por esto
debe existir disponibilidad total del recurso humano y tecnológico de forma ininterrumpida,
de tal forma que las 17 estaciones existentes puedan cubrir toda la ciudad, organizada en
17 jurisdicciones para una optima respuesta en menos de 8 minutos. La jornada laboral de
los bomberos de Bogotá pasó de dos turnos de 24 horas de trabajo por 24 horas de
descanso a 3 turnos de 12 horas de trabajo rotativo, en turnos de día, de noche y descansos.
La división del equipo de trabajo de dos a tres secciones sin aumentar la planta de personal
generó un déficit en la disponibilidad de personal para atención de emergencias, pues pasó
de tener alrededor de 300 uniformados disponibles por día, a no mas de 200 uniformados
por día, para la atención de emergencias en toda la ciudad. Hay que tener en cuenta que,
de los 200 uniformados, un porcentaje corresponde a jefes que son poco o nada operativos,
es decir, no están involucrados en tareas de atención de emergencias, sino trabajo
netamente administrativo. Sumado a esto, se debe tener en cuenta que la disponibilidad se
ve afectada gravemente por incapacidades laborales, vacaciones, licencias, permisos,
capacitación, etc., es decir, del total del personal programado para prestar servicio, no son
mas de 180 los realmente operativos.

Los efectos desastrozos que puede traer la sobrecarga laboral en el bombero como
consecuencia del déficit de capital humano, aumenta las condiciones de riesgo inherentes
a la labor, no solo para el uniformado dentro de la realización de sus tareas bajo situaciones
de estrés físico y emocional (que demandan un alto grado de destreza en la utilización de
herramientas, equipos y accesorios), sino para la comunidad misma que requiere del 100%
de estas capacidades en quienes atienden las emergencias; por todo esto se hace necesario
desarrollar un trabajo que permita identificar las causas y factores asociados que
entorpecen el desarrollo normal de sus funciones, así como la percepción que éste pueda
tener sobre la problemática, para luego realizar un análisis que permita priorizar los temas
a tratar, formulando estrategias que mitiguen los riesgos asociados al ausentismo laboral
sobre el bombero, de forma que se mejoren sus condiciones laborales y como
consecuencia, se optimice el recurso humano existente.