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Introducción a este trabajo

SOBRE LA DIFICULTAD DE LEER Y ESCRIBIR LIBROS DE ASTRONOMÍA

En estos días es extremadamente difícil escribir libros de matemáticas, especialmente de


astronomía. Porque a no ser que uno mantenga la verdaderamente rigurosa secuencia de
proposición, construcción, demostración, y conclusión 1, el libro no será de matemáticas; Pero
manteniendo esta secuencia se hace la lectura más cansada, especialmente en Latín, que carece de
artículos y de aquella gracia propia del griego cuando este es expresado en símbolos escritos.
Además, hay muy pocos lectores realmente preparados en estos días: los demás generalmente
rechazan tales trabajos. ¿Cuantos matemáticos hay quienes sean capaces de transitar a través de
los problemas de las Cónicas de Apolonio de Perga? Aún cuando el tema en cuestión es el tipo de
asunto que puede ser expresado en diagramas y líneas con mucho mayor facilidad que la
astronomía.

Aun yo mismo, que soy conocido como un matemático, encuentro a mis fuerzas mentales fatigadas
para leer mi propio trabajo, yo recuerdo de los diagramas el sentido de las pruebas, que yo mismo
había introducido originalmente desde mi mente a los diagramas y al texto. Pero después cuando
remedio la oscuridad del tema en cuestión insertando explicaciones, me parece que cometo el error
opuesto de saturar de texto innecesario en un contexto matemático.

Además, la saturación de frases innecesarias y aburridas no tiene menos oscuridad que la seca
brevedad. La última evade la visión de la mente mientras que la primera la distrae. Una priva de
luz mientras la otra abruma con brillo superficial; la última no despierta la visión mientras la
primera la deslumbra por completo.

Estas consideraciones me llevaron a la idea de incluir un tipo de introducción explicativa a este


trabajo, para ayudar a la comprensión del lector tanto como sea posible.

Yo concebí esta introducción compuesta de dos partes. En la Primera presento una tabla sinóptica
de todos los capítulos del libro. Pienso que esto será útil, debido a que el tema en cuestión no es
familiar para la mayoría de la gente, y la variedad de temas y procedimientos usados aquí son muy
parecidos y están íntimamente relacionados, ambos en general y en detalles específicos. De modo
que cuando los términos y diversos procedimientos son yuxtapuestos y presentados en un arreglo
sencillo, estos serán mutuamente explicativos. Por ejemplo, yo discuto las causas naturales que
orillaron a los antiguos, si bien por su ignorancia, a suponer la existencia de un circulo ecuante o
un punto ecualizante. Sin embargo, hago esto en dos lugares, a saber, en la parte tres y cuatro. El
lector que encuentre este asunto en la parte tres podría pensar que aquí estoy lidiando con la
primera inequidad, que es una propiedad del movimiento de cada uno de los planetas
individualmente. Y en realidad, este es el caso de la parte cuatro. Sin embargo, en la tercera parte,
tal como el resumen lo indica, estoy discutiendo sobre aquel ecuante, el cual bajo el nombre de
segunda inequidad, varia el movimiento de todos los planetas en común, y primariamente gobierna
la teoría del sol. Así la tabla sinóptica servirá para hacer dicha diferencia clara.

No obstante, la sinopsis no será de igual ayuda para todos. Habrá a quienes esta tabla (que ofrezco
como una hebra de hilo conductora a través del laberinto del trabajo) parecerá más enredada que el
nudo Gordiano. Por lo tanto, para su propósito, hay varios puntos que deberán ser unidos aquí en
el principio, los cuales son presentados poco a poco a lo largo de todo el trabajo, y no son por tanto
tan fácil de ser atendidos de pasada. Más aun, debo revelar, especialmente por el bien de de

1
Sobre la dificultad de leer y escribir libros de astronomía. Aquí Kepler se refiere al procedimiento formal de
la geometría Euclidiana.
aquellos profesores de las ciencias físicas que están irritados conmigo, como con Copérnico y aun
con la remota antigüedad, sobre el asunto de haber sacudido la fundación de las ciencias (en
relación al movimiento de la tierra) con el movimiento de la tierra -Yo debo, digo, revelar
fielmente la intención de los capítulos principales que lidian con este asunto, y ofrecer a la
inspección todos los principios de las pruebas sobre las cuales mis conclusiones, tan repugnantes
para ellos, están basadas.

Cuando ellos observen que esto es hecho con exactitud, ellos tendrán la libre opción de leerlo y
entender las pruebas por si mismos con gran esfuerzo, o confiar en mi, un matemático profesional,
en cuanto al método sonoro y geométrico presentado. Mientras tanto, ellos, por su parte tornarán
la mirada a los principios de las pruebas así reunidos para su inspección y los examinarán
completamente, sabiendo que de no ser refutados la prueba erguida ante ellos no será derrumbada.
Yo haré también lo mismo donde, como es costumbre en la ciencia física, mezcle lo probable con
lo necesario y delinee conclusiones plausibles de la mezcla. Dado que he mezclado física celeste
con astronomía en este trabajo, nadie debe sorprenderse de cierta cantidad de conjetura. Esta es la
naturaleza de la física, de la medicina, y de todas las ciencias que hacen uso de otros axiomas
aparte de la más certera evidencia de los ojos.

El lector tiene que estar consiente que existen dos escuelas de pensamiento entre los astrónomos,
una distinguida por su jefe, Ptolomeo, y por el consentimiento de la gran mayoría de los antiguos, y
la otra atribuida a proponentes más recientes, aun cuando esta es la más antigua. La primera
considera a los planetas individuales de manera separada y asigna las causas de sus movimientos
dentro de su respectiva orbita, mientras el otro relaciona los planetas uno a otro y deduce de una
causa común única aquellas características que resultan ser comunes con sus movimientos. La
segunda también es dividida. Copérnico, junto con Aristarco de remota antigüedad, atribuyen al
movimiento de traslación de nuestra casa, la Tierra, la causa de porque el planeta parece
estacionario y retrograda. Tycho Brahe, por el otro lado, atribuye esta causa al sol, en cuya
vecindad él dice que los círculos excéntricos de los cinco planetas están conectados como por una
especie de nudo (no físico, por supuesto, sino solamente cualitativo). Más adelante él plantea que
este nudo, como si estuviera, gira alrededor de la Tierra fija, junto con el sol.

Para cada una de estas opiniones concernientes al mundo 2 hay otras varias peculiaridades que en si
mismas sirven para distinguir esas escuelas, pero tales peculiaridades pueden ser fácilmente
alteradas y enmendadas de tal forma, que tan pronto concierne a la astronomía, o las apariencias
celestes, las diferencias de las tres opiniones son por propósitos prácticos del grosor de un cabello
y producen los mismos resultados.

Mi propósito en el presente trabajo es principalmente reformar la teoría astronómica


(especialmente del movimiento de Marte) en todas las tres formas de hipótesis, de modo que
nuestros cálculos en las tablas correspondan a los fenómenos celestiales. Hasta ahora esto no se ha
podido hacer con suficiente certeza. De hecho, en Agosto de1608, Marte estaba un poquito más
haya de cuatro grados de la posición dada por los cálculos provenientes de las tablas Pruténicas. En
agosto y septiembre de 1593 este error fue un poco mayor a cinco grados, mientras que en mis
nuevos cálculos el error esta totalmente eliminado.

Mientras tanto, aun cuando planteo este objetivo al principio y lo persigo felizmente, también hago
una incursión en la Metafísica de Aristóteles, o mejor dicho, indago acerca de la física celeste y de
las causas naturales de los movimientos. El resultado consiguiente de esta consideración es la
formulación de muy claros argumentos demostrando que solo la opinión de Copérnico

2
Mundus, en latín. Esto comprende todo el universo, incluyendo las estrellas fijas.
concerniente al mundo (con unos cuantos cambios) es verdad, que las otras dos son falsas y algo
más.

Tan cierto es, todas las cosas están sumamente interconectadas, envueltas, y entrelazadas una con
la otra de modo que después de intentar de varias formas la reforma de las mediciones
astronómicas, algúnos well trodden (ya bien trabajadas)hecho por los antiguos y otros preparados en
la emulación y ejemplo de ellos , ningún otro podría ser exitoso que aquel fundado sobre las causas
físicas del movimiento en si mismas, las cuales yo establezco en este trabajo.

Ahora, mi primer paso en investigar las causas de los movimientos fue demostrar que los planos de
todos los excéntricos no interceptaban en otro lugar que en el centro del cuerpo solar (no en un
punto cercano), contrario a lo que Copérnico y Brahe pensaban. Si esta corrección mía es llevada
dentro de la teoría de Ptolomeo, Ptolomeo tendría que investigar no el movimiento del centro del
epiciclo, alrededor del cual el epiciclo procede de manera uniforme 3, sino del movimiento de algún
punto cuya distancia de aquel centro lleve la misma relación al diámetro (del excéntrico) como lo
hace la distancia del centro de la orbita solar desde la tierra para Ptolomeo, cuyo punto esta sobre
la misma línea o una paralela a esta.

Aquí los Braheanos podrían levantar objeción en mi contra que soy un innovador imprudente, para
ellos, mientras aferrándose a la opinión recibida de los antiguos y situando la intersección de los
planos de los excéntricos no en el sol sino cercanos a este nunca construirán sobre estas bases una
medición que corresponda a los cielos. Y traduciendo los números Braheanos a la forma
Ptoloméica, Ptolomeo habría podido decirme que en tanto él sostenga y explique el fenómeno no
consideraría ningún excéntrico más que aquel descrito por el centro del epiciclo alrededor del cual
el epiciclo procede de manera uniforme. Por lo tanto debo observar una y otra vez lo que estoy
haciendo, para evitar el establecimiento de un nuevo método que no hiciera lo que ya ha sido hecho
por los métodos antiguos.

Así que para responder a esta objeción, he demostrado en la primer parte del trabajo que
exactamente las mismas cosas pueden resultar o ser presentadas por el nuevo método como por su
método antiguo.

En la segunda parte del trabajo abordo el asunto principal, describo la posición de Marte en la
oposición aparente al sol, no de forma incorrecta, sino en verdad mucho mejor, con mi método que
como ellos expresan la posición de Marte en oposición media al sol con el método viejo.

Mientras tanto, a través de toda la segunda parte (en tanto concierne a demostraciones geométricas
de las observaciones) dejo en suspenso la cuestión de qué procedimiento es mejor, el de ellos o el
mío, viendo esto ambos escogemos un número de observaciones (esto es en verdad un
requerimiento básico para nuestra teorización). Sin embargo, mi método esta en acuerdo con
causas físicas y el viejo de ellos esta en desacuerdo, como lo he mostrado parcialmente en la
primera parte, especialmente en el capitulo 6.

Pero finalmente en la parte cuatro del trabajo, en el capítulo 52, considero otras observaciones, no
menos fidedignas que las previas, con las que sus viejos métodos no concordaban, pero que con los
míos concordaban bellamente. De esa forma demostré con mayor solidez que el excéntrico de
Marte está situado de tal modo que el centro del cuerpo solar yace sobre su línea de ápsides, y no

3
En la teoría tolemaica de Marte, el epiciclo representa el movimiento del sol, el cual es dirigido de manera
uniforme alrededor del centro del epiciclo. Aún cuando este no debiera cambiar, la línea de intersección de
los planos del epiciclo y del excéntrico en general no pasan por el centro del epiciclo sino a través del otro
punto cercano descrito por Kepler. Así cuando él dice `alrededor del cual el epiciclo procede uniformemente´
quiere decir que el planeta esta procediendo uniformemente sobre el epiciclo alrededor de ese punto.
en un punto cercano, y por tanto, que todos los planos de los excéntricos se interceptan justo en el
sol.

Esto, sin embargo, debe mantenerse no solo para la longitud, sino también para la latitud. Por
lo tanto, en la quinta parte he demostrado lo mismo para las latitudes observadas, en el capítulo 67.

Esto no podría haber sido demostrado antes en el trabajo, debido a que uno de los componentes de
estas demostraciones astronómicas es un conocimiento exacto de las causas de la segunda
inequidad del movimiento del planeta, para lo cual alguna otra cosa nueva debe de ser
similarmente descubierta en la parte tres, desconocida para nuestros predecesores, y demás.

Como he demostrado en la tercera parte, ya sea el viejo método, que depende en usar el
movimiento medio del sol, sea valido, o mi nuevo método, que usa el movimiento aparente, no
obstante, en cualquiera de los casos hay algo de las causas de la primera inequidad que está
mezclada con la segunda (inequidad) que pertenece a todos los planetas en común. Así he
demostrado para Ptolomeo que sus epiciclos no tienen como centros aquellos puntos sobre los
cuales su movimiento es uniforme.de manera similar, para Coopernico demostre que el circulo en
el cual la tierra de mueve alrrededor del sol no tiene como centeoel punto alrrededor del cual su
movimiento es regular y uniforme. Similarmente para Tycho Brahe he demostrado que el círculo
sobre el que se mueve el punto común o nudo de las excéntricas, mencionado arriba, no tiene como
centro aquel punto sobre el cual su movimiento es regular y uniforme. Porque si concedo a Brahe
que el punto común de los excéntricos pueda ser diferente al centro del sol, el debería admitir que
el circuito de aquel punto común, que en magnitud y periodo iguala exactamente la orbita del sol,
es excéntrico y tiende hacia Capricornio, mientras la excéntrica del sol tiende a Cáncer. Lo mismo
ocurre a los epiciclos de Ptolomeo.

Sin embargo, si ubico el punto común o nudo de los excéntricos en el centro del cuerpo solar,
entonces el circuito común de ambos del nudo y del sol es excéntrico en relación a la Tierra y
tiende a Cancer, pero solo por la mitad de la excentricidad mostrada por el punto alrededor del cual
el movimiento solar es regular y uniforme.

Y con Copérnico, el excéntrico de la Tierra sigue tendiendo hacia Capricornio, aunque solo por la
mitad de la excentricidad del punto alrededor del cual el movimiento de la Tierra es uniforme, en
dirección a Capricornio también.

De manera similar, con Ptolomeo, en cada uno de los diámetros de los epiciclos que corren de
Capricornio a Cancer, hay tres puntos, los dos externos que están a la misma distancia de los del
centro; y las distancias entre si tienen la misma razón a los diámetros que el excéntrico del sol tiene
al diámetro de su circuito. Y de estos tres puntos, los del centro son los centros de sus epiciclos,
aquellos que yacen hacia Cáncer son los puntos alrededor de los que los movimientos del epiciclo
son uniformes, y finalmente aquellos que tienden hacia Capricornio son aquellos cuyos excéntricos
(descritos por ellos mismos) estaríamos trazando si en lugar de seguir el movimiento medio del sol
siguiéramos el movimiento aparente, justo como si aquellos fueran los puntos donde los epiciclos
hubieran sido pegados al excéntrico. El resultado de esto es que cada epiciclo planetario contiene la
teoría del sol en su totalidad, todas las propiedades de sus movimientos y círculos.

Con estas cosas así demostradas por un método fidedigno, el paso anterior hacia las causas físicas
esta ahora confirmado y un nuevo paso es dado hacia estas, más claramente con las teorías de
Copérnico y de Brahe, y más oscuro pero finalmente plausible en la teoría Ptolemaica.
Ya sea la Tierra o el Sol lo que se mueve, ya ha sido demostrado que el cuerpo movido es movido
de manera no-uniforme, esto es, más lento cuando éste está más alejado del cuerpo en reposo, y
más rápido cuando se le acerca.

De ese modo la diferencia es ahora aparente de inmediato, por medio de conjetura, es verdad, pero
no cediendo en certeza a las conjeturas de los doctores de psicología fisiología ni a otra ciencia
natural.

En primera, Ptolomeo esta en la lona. ¿Porque quien creería que hay tantas teorías del sol (que se
parecen tanto unas a otras que de hecho son iguales) como planetas, cuando ve que para Brahe una
sola teoría solar basta para la misma tarea, y este es el axioma más ampliamente aceptado en las
ciencias naturales, que la naturaleza hace uso de los menos medios posibles?

Que Copérnico es más capaz que Brahe para lidiar con la física celeste esta probado de muchas
formas.

Primero, aun cuando Brahe realmente se ocupó de aquellas cinco teorías solares provenientes de
las teorías de los planetas, bajandolas a los centros de los excéntricos, escondiéndolas ahí, y
agrupándolas en una, no obstante dejó en el mundo los efectos producidos por aquellas teorías.
Para Brahe no menos que para Ptolomeo, además de ese su movimiento propio, cada planeta está
todavía movido realmente con el movimiento solar, ambos siendo mezclados en uno, resultando ser
una espiral. Que esto resulte de que no haya orbes sólidos, Brahe lo ha demostrado de manera más
firme. Copérnico por el otro lado, remueve totalmente este movimiento excéntrico de los cinco
planetas, asignando sus causas a una ilusión proveniente de las circunstancias de observación. Así
los movimientos son multiplicados sin propósito por Brahe, como fue hecho por Ptolomeo antes.

Segundo, si no hay orbitas4, las condiciones bajo las que las inteligencias y las almas móviles
deben operar se hacen muy difíciles, ya que estas tienen que asistir demasiadas cosas para darle al
planeta dos movimientos interconectados. Estos tendrían que asistir por lo menos en un mismo
tiempo a los principios, centros, y periodos de ambos movimientos. Pero si la Tierra es movida, yo
muestro que la mayor parte de esto puede ser hecho con facultades físicas en vez de animadas5, a
saber, magnéticas. Pero estos son puntos más generales. De ahí siguen otros que surgen
específicamente de demostraciones, sobre las que ahora empezamos.

Ya que si es la tierra la que se mueve se ha demostrado que sus aumentos y disminuciones de


velocidad estan gobernadas por su cercania y alejamiento del sol. y de hecho lo mismo sucede con
el resto de los planetas: se les apresura o se les detiene deacuerdo a su alejamiento o su
acercamiento al sol hasta hoy la demostración es geométrica.

4
Aquí Kepler omite la palabra sólido. Plantea que si ha de haber orbitas estas deben ser sólidos (esto es,
sólidas e impenetrables). Es menos probable que los primeros filósofos naturalistas hubieran llegado a esta
conclusión. En vez fue comúnmente aceptado que la s orbitas debían de estar hechas de alguna sustancia tan
distinta a la materia terrestre que no podría ser identificada como sólida o no sólida. En verdad había dudas
considerables de si los cielos fueron hechos de un material en si. Para
discusiones consecuentes de las orbitas en astronomía y filosofía natural, ver Nicolas Jardine, The
Birth of History and Filosofy of Science, Cambridge Astronomy 13 (1982), pp. 168-194, como también el
ensayo del traductor. The Solid Planetary Spheres in Post-Copernican Natural Philosofy, editor, Robert S.
Westman. The copernican Achievement, University of California Press. Berkeley 1975.
5.-Del latín, facultas animalis, un termino prestado de fisiología y sicología, cuyo significado varía
dependiendo del autor. Es claro desde el capitulo 57 de este trabajo que Kepler sostiene firmemente una
división triple de las facultades: natural, animal, y mental. Esto parece corresponder a las tres facultades del
alma de Aristóteles: vegetativa, sensitiva, y racional. Si es así entonces la facultad animada gobernaría la
percepción y el movimiento de un lugar a otro. Ver capítulo 57 pie de página 9, y de Aristóteles, Sobre el
Alma, libro 1 capitulo 2. también las notas 32y 33.
Y ahora, partiendo de tan fiable demostración, la conclusión es dibujada, haciendo uso de una
conjetura física, que la fuente de movimiento de los cinco planetas se encuentra en el sol. Y por lo
tanto es muy probable que la fuente de movimiento de la Tierra se encuentre en el mismo lugar que
la de los otros cinco planetas, a saber, en el sol también. Por lo tanto es probable que la tierra sea
movida, ya que una causa similar (probable) de su movimiento es aparente.

Por otra parte, que el sol se mantenga en su lugar en el centro del mundo, es mostrado con mayor
probabilidad (entre otras cosas) ser la fuente de movimiento de cuando menos cinco planetas. Ya
sea que sigas a Copérnico o a Brahe, la fuente de movimiento para cinco de los planetas está en el
sol, y con Copérnico, también para un sexto, a saber, la tierra. Y es más probable que la fuente de
todo el movimiento deba permanecer en el mismo lugar que en movimiento.

Pagina 53: Sergio

V.- Pero si nosotros seguimos la teoría de Brahe y decimos que el sol se


mueve, esta primera conclusión sigue siendo válida, que el sol se mueve
lentamente cuando está más distante a la tierra y rápidamente cuando se
aproxima, y esto no solo en apariencia, sino en realidad. Porque este es el
efecto del círculo del ecuante, el cual, por una ineludible demostración, yo he
introducido en la teoría del sol.

Sobre esta más que válida conclusión, haciendo uso de la conjetura física
introducida arriba, podría basarse el siguiente teorema de la filosofía natural:
el sol, y con él toda la enorme carga (hablando vulgarmente) de los 5
excentricos, es movido por la tierra; o la fuente del movimiento del sol y de
los 5 excentricos sujetos a él esta en la tierra.

Ahora consideremos los cuerpos del sol y de la tierra, y decidamos cual


se adapta mejor para ser la fuente del movimiento del otro cuerpo. ¿Acaso el
sol, que mueve al resto de los planetas, mueve a la tierra, o la tierra mueve al
sol, que mueve al resto, y el cual es muchas veces más grande? A no ser que
estemos forzados a admitir la absurda conclusión de que el sol es movido por
la tierra, nosotros debemos concederle al sol estar fijo y a la tierra moverse.

Vl.- ¿Que diré del tiempo periódico del movimiento de 365 días,
intermedio en cantidad entre el tiempo periódico de Marte de 687 días y aquel
de Venus de 225 días? ¿acaso no la naturaleza de las cosas pregona con una
gran voz que el circuito en el cual estos 365 días son consumidos 6
también ocupe un lugar intermedio entre aquellos de Marte y de Venus
alrededor del sol, y así este también rodee al sol, y por tanto que este circuito
es un circuito de la tierra alrededor del sol, y no del sol alrededor de la tierra?
Estos puntos son, sin embargo, mas apropiados a mi Mysterium
Cosmographicum, y argumentos que no van a ser repetidos en este trabajo no
deben de ser introducidos aquí.

Vll.- Para otros argumentos metafísicos que favorecen la posición de sol


en el centro del mundo, derivados de su dignidad o de su luminiscencia, vean
mi pequeño libro recién mencionado, o acudan al trabajo de Copérnico. Hay
también algo en el trabajo de Aristóteles De Coelo, libro ll, en el pasaje sobre
los pitagóricos, quienes usaron el nombre “fuego” para denotar al sol. Yo he
tratado ligeramente unos pocos puntos en Astronomiae Pars Optica capítulo 1
página 7 y también en el capítulo 6 especialmente en la página 225.

6
Tras esta rara frase yace el peculiar tratamiento que hace Kepler del tiempo
como una variable dependiente: él hace uso consistente de la cantidad del tiempo
para atravesar una unidad de distancia, en vez de considerar a la distancia traspasada
en una unidad de tiempo (como Galileo y sus sucesores hicieron). Es del todo
probable que este diferente punto de vista fue de importancia en el desarrollo de la
“ley de áreas” la cual mas tarde llego a ser conocida como la segunda ley de Kepler.
Vean especialmente el comienzo del capítulo 40.

Página 54:

Vlll.- Pero sobre el adecuar la tierra a un movimiento circular en algún


otro lugar que el centro del mundo, tú encontraras un argumento metafísico
en el capítulo 9 página 332 de ese libro.

Objeciones al movimiento de la tierra.

Yo confío en la indulgencia del lector ya que tomo esta


oportunidad para presentar unas breves réplicas a un número de objeciones
que, capturando la mente de los hombres, usan los siguientes argumentos
para esparcir la oscuridad. Debido a que estas réplicas no son en modo alguno
irrelevantes a los asuntos que conciernen las causas físicas del movimiento de
los planetas, las cuales yo discuto principalmente en las partes 3 y 4 del
presente libro.

Sobre el movimiento de los cuerpos pesados.

Muchos han sido privados acerca del movimiento de los cuerpos pesados
a creer que la tierra es movida por un movimiento animado, o mejor, por uno
magnético. Ellos deben ponderar las siguientes proposiciones.

La teoría de la gravedad esta errada.

Un punto matemático, sea o no este el centro del mundo, no puede


afectar el movimiento de los cuerpos pesados ni actuar como un objeto hacia
el cual ellos tienden. Dejemos que los físicos prueben que esta fuerza está en
un punto el cual ni es un cuerpo ni es comprendido de otro modo más que a
través de meras relaciones.

Es imposible que, estando en movimiento su cuerpo, la forma de una


roca busque un punto matemático (en este caso, el centro del mundo) sin
referirse al cuerpo en el cual este punto este localizado. Dejemos que los
físicos prueben que las cosas naturales tienen una simpatía por aquello que no
es nada.
Es igualmente imposible para los cuerpos pesados tender hacia el centro
del mundo simplemente porque estén buscando evitar sus extremidades
esféricas. Porque, comparadas sus distancias desde las extremidades del
mundo, con la parte proporcional por la cual ellos están apartados del centro
del mundo esta es imperceptible y de muy poca consideración. Además, ¿cual
sería la causa de tal antipatía? ¿De cuanta fuerza y sabiduría tendrían que ser
dotados los cuerpos pesados para poder huir con tanta precisión de un
enemigo que los rodea por todos lados? ¿O que ingenio tendrían que poseer
las extremidades del mundo para perseguir a su enemigo con tal exactitud?

Tampoco son conducidos los cuerpos pesados hacia el centro por el rápido
remolinar del primum mobile, como se encuentran los objetos en un remolino.
Aquel movimiento (si suponemos que existe) no llevaría a todo cuesta abajo a
aquellas regiones inferiores. Si esto fuera, lo sentiríamos y seriamos atrapados
por este junto con la tierra misma; en verdad, seriamos llevados adelante, y
la tierra seguiría. Todos estos absurdos son consecuencia de la visión de
nuestros oponentes y por lo tanto resulta que la teoría común de la gravedad
esta errada.

Página 55:

La verdadera teoría de la gravedad.

La verdadera teoría de la gravedad descansa sobre los siguientes


axiomas7.

Cada sustancia corporea8, al grado que esta es corpórea, ha sido hecha


apta para reposar en cada lugar en el que esta se coloca, fuera de la esfera de
influencia de un cuerpo semejante9.

La gravedad es una mutua disposición corpórea entre cuerpos


semejantes para unirse o juntarse; así, más bien la tierra atrae a una roca
que la roca busque a la tierra (la facultad magnética es otro ejemplo de este
tipo).

Los cuerpos pesados (la mayoría si estableciéramos a la tierra en el


centro del mundo) no están trazados hacia el centro del mundo qua centre del
mundo, sino qua centre de un cuerpo esférico semejante, es decir, la tierra.
Consecuentemente, donde sea que la tierra este establecida, o doquier que
sea llevada por su facultad animada, los cuerpos pesados son atraídos hacia
ella.

Si la tierra no fuese redonda, los cuerpos pesados no serían atraidos en


líneas rectas hacia el punto central de la tierra, sino que serían atraidos hacia
diferentes puntos desde diferentes lados.

Si dos rocas fueran colocadas una a otra en algún lugar en el mundo


fuera de la esfera de influencia de un tercer cuerpo semejante, estas rocas
como dos cuerpos magnéticos, se juntarían en un lugar intermedio, una
aproximándose a la otra por un intervalo proporcional a la masa de la otra.
Si la luna y la tierra no fuesen cada una retenidas en su propio circuito
por una fuerza animada o algo equivalente a esto, la tierra ascendería hacia la
luna por una cincuenta y cuatroava parte del intervalo y la luna descendería
hacia la tierra aproximadamente cincuenta y tres partes del intervalo, y ahí
estarían unidas; siempre y cuando, esto es, la sustancia de cada uno fuera de
la misma densidad.

7
Como Max Caspar nota en su edición de Astronomia Nova, la teoría presentada
en estos breves planteamientos constituye un rechazo total a la visión Aristotélica de
gravedad y juega un papel fundamental en el pensamiento físico de Kepler. En
trabajos posteriores Kepler vuelve a referirlos, especialmente en el libro 1 parte 4 de
Epitome of Copernican Astronomy, donde él los desarrolla más. De especial
importancia para proporcionar un entendimiento del pensamiento temprano de Kepler
sobre el tema están sus cartas a David Fabricius del 11 de octubre de 1605 y del 10
de noviembre de 1608 (KGW 15, p. 240 y 16 p. 194). En los anteriores, Kepler
compara a la gravedad con el magnetismo y dice: “…no solo una roca se aproxima a
la tierra, sino la tierra también se aproxima a la roca, y estas dividen el espacio entre
ellas en proporción inversa de sus pesos.” También esclarece esto las cartas de Kepler
a Herwart en enero de 1607 (KGW 15 p. 386).

Pág. 57

Si la tierra cesara de atraer su agua hacia si misma, toda el agua del mar
se levantaría, y fluiría hacia el cuerpo de la luna.

Razón para la marea y el flujo del mar.

La esfera de influencia del poder de atracción de la luna esta extendida


en todo el camino a la tierra, y en las zonas tórridas (región comprendida
entre los dos tropicos) atrae el agua hacia delante, en particular cuando se
eleva en uno u otro de sus pasajes. Esto es imperceptible en mares cercados,
pero evidente donde los fondos de los océanos son más amplios y hay mucho
espacio libre para la reciprocidad de las aguas. Así ocurre que las costas de las
latitudes templadas yacen vacías, y hasta cierto punto incluso en las regiones
tórridas los océanos vecinos disminuyen el tamaño de sus bahías. Y así
cuando el agua se eleva en los amplios fondos oceánicos, la luna estando
presente, puede pasar que en las bahías estrechas, si no están muy cerradas,
el agua parecería incluso estar huyendo de la luna, aunque de hecho están
menguando porque una cantidad de agua esta siendo llevada a otro sitio.

Pero la luna pasa el cenit velozmente, y las aguas son incapaces de


seguirla tan rápido. Por lo tanto, una corriente surge en el océano de la zona
tórrida, la cual, cuando azota las orillas de las costas lejanas, es de ese modo
desviada. Pero cuando la luna se aparta, este congreso de las aguas, o
ejército en marcha hacia las zonas tórridas, ahora despojado de la tracción
que lo llamaba hacia adelante, se disuelve. Pero ya que este ha adquirido
ímpetu, fluye de regreso (como en una vasija de agua) y asalta su propia
costa, inundándola. En ausencia de la luna, este ímpetu, da origen ha otro
ímpetu hasta que la luna regresa y el ímpetu es refrenado, moderado, y
conducido junto con el movimiento de la luna. Así todas las costas que son
igualmente accesibles son inundadas al mismo tiempo, mientras aquellas más
remotas son inundadas después, algunas de diferentes modos debido a sus
diversos grados de accesibilidad al océano.

Efectos de la marea y del flujo marino.

Señalare de paso que las dunas de arena del Syrtes 10 son amontonadas
de ese modo; que así son creadas o destruidas incontables islas en las bahias
saturadas de remolinos (tal como en el Golfo de México); parece que la suave,
fértil y desmoronable tierra de las Indias fue así levantada y penetrada por
esta corriente, esta perpetua inundación con ayuda de cierto movimiento
global de la tierra. Por esto se dice que la India fue en una ocasión continua
desde el "Golden Chersonnese" hacia el sudeste, pero ahora el océano, el cual
estaba ha mucho tiempo entre China y América, ha fluido, y las costas de
Moluccas y de otras islas circunvecinas, las cuales ahora están encumbradas
debido al descenso de la superficie del mar, guardan testimonio 11 de este
evento.

El Taprobane12 de la antigüedad está perdido hoy día.

Taprobane, también, parece haber sido sumergida devido a esta causa


(tal como es consistente con el relato de los Calcutianos que varias localidades
ahí fueron una vez sumergidas), cuando el mar de China se descargó a través
de brechas en el océano índico, resultando que hoy día nada de Taprobane
permanece a eceepción de los picos de las montañas los cuales toman la
forma de las innumerables islas conocidas como las Maldivias, Por esto es facil
de provar, debido a los geógrafos y a Diodorus Siculus, que aquel fue alguna
vez el sitio de Taprobane, a saber, hacia el sur opuesto a las desembocaduras
del índico y al promontorio de Coria. Además, en la historia eclesiástica un
individuo dice haber sido obispo de Arabia y de Taprobane juntos, y de este
modo el último indudablemente ha sido cercano y no 500 millas alemanas al
este (en verdad más de mil, siguiendo las rutas indirectas usadas en aquellos
días). La isla de Sumatra en nuestros tiempos considerada ser Taprobane, yo
pienso que fue alguna vez el Golden Chersonnese, unido al istmo indico en la
ciudad de Malaca. Para Chersonnesio13, el cual en nuestro tiempo creemos sea
el Golden, parece no tener más derecho que Italia a el nombre Chersonnese.

Aun cuando estas cosas son propias de otro lugar, yo quise presentarlas
todas en un contexto para hacer más creíble la marea oceánica y a través de
esta el poder atractivo de la luna.
Por esto se sigue que si el poder de atracción de la luna se extiende a la
tierra, el poder de atracción de la tierra será mucho mas probable que se
extienda a la luna y mas allá, y de acuerdo con esto, que nada que consista
en grado alguno de material terrestre, sobre si, escapa a la sujecion de este
gran poder de atracción.

La verdadera teoría de la levitación.

Nada que consista de materia corporal es absolutamente ligero. Este es


solo comparativamente más ligero, porque es menos denso, ya sea por su
propia naturaleza o debido a un influjo de calor. Por "menos denso" no solo
me refiero a aquello que es poroso y dividido en muchas cavidades, sino en
generales que, mientras ocupando un lugar de una misma magnitud como la
acupada por algun cuerpo más pesado, contiene una cantidad menor de
materia corporal.

El movimiento de las cosas ligeras también sigue de sus definiciones (de


su contexto). Ya que no debe pensarse que estas huyen directo hacia la
superficie del mundo cuando se elevan, o que no son atraidas por la tierra. En
vez estas son menos atraidas que los cuerpos pesados, y son así desplazadas
por los cuerpos pesados, sobre los cuales vienen a descansar y son
mantenidas en su lugar por la tierra.

Pero aún si el poder de atracción terrestre se eleve muy lejos, como fue
dicho, no obstante, si una roca se encontrase a determinada distancia que
fuese perceptible en relación al diametro terrestre, es verdad que, la tierra
siendo movida, tal roca no solo seguiría, sino que sus fuerzas de resistencia se
mezclarían con la fuerza de atracción de la tierra, y así esta se separaría en
cieto punto de la sujeción de la tierra. Justo de la misma manera, los
movimientos violentos, desvian proyectiles hasta cierto punto de la sujeción
de la tierra, de modo que estos se adelanten si son disparados al este o se
queden atras al ser disparados al oeste, dejando así el lugar del cual son
disparados en contra de la resistencia de la fuerza. Ni el efecto de rotación de
la tierra puede impedir este movimiento violento de una vez, tan pronto este
alcance su fuerza máxima.

Pero no hay proyectil que se separe de la superficie de la tierra siquiera


por una cien milesima parte del diametro terrestre, y nisiquiera las nubes, o el
humo que forman parte de la materia terrestre en el menor grado, alcanzan
una altitud de una milesima parte del semidiametro de la tierra. Por lo tanto
ninguna de las nubes, humos u objetos disparados verticalmente pueden
ofrecer resistencia alguna, como tampoco, digo, la inclinación natural hacia el
reposo hace cosa alguna para impedir esta sujeción de la tierra, por lo menos
donde esta resistencia es despreciable en proporcion con dicha sujeción.
Consecuentemente, cualquier cosa que sea disparada verticalmente hacia
arriba cae de vuelta a su lugar, aún a pesar del movimiento de la tierra.
Debido a que la tierra no puede ser extraida por debajo, ya que la tierra carga
con ella cualquier cosa que navegue por el aire, ligada a esta por la fuerza
magnética no menos firme que si aquellos cuerpos estuviesen
verdaderamente en contacto con esta.

Ruben páginas 58, 59, 60, 61.

Cuando estas proposiciones han sido comprendidas por el entendimiento y


meditadas cuidadosamente, no solo se desvanece la absurda y falsa
imposibilidad física del movimiento de la tierra, sino que también se hace claro
cómo responder a las objeciones físicas, sin importar la manera en que estén
formuladas.

Copérnico prefirió pensar que la tierra y todos los cuerpos terrestres


(aún aquellos alejados de la tierra) están animados por una y la misma alma
motriz, la cual, mientras hace rotar al cuerpo de la tierra, también hace
rotar a aquellas partículas alejadas de ésta. Sostuvo así que es esta alma,
propagada a todas las partículas, la que adquiere fuerza mediante
movimientos violentos14, mientras que yo sostengo que es una facultad
corpórea (la cual llamamos gravedad o facultad magnética), la que adquiere la
fuerza de la misma manera, a saber, mediante movimientos violentos.

No obstante, esta facultad corpórea es suficiente para cualquier cosa


que sea removida de la tierra: la facultad animada excede.

Aunque mucha gente teme lo peor para sí y para todas las criaturas de
la tierra a causa de la extrema rapidez de este movimiento, no deben
alarmarse. Sobre esta cuestión véase mi libro De Stella nova, capítulos 15 y
16, pp 82 y 84.15

En el mismo lugar encontrarás ese viaje a velas distendidas a lo largo


de la inmensa orbita del mundo, que usualmente, en objeción a Copérnico, se
sostiene que no es natural. Ahí se demuestra éste como bien-proporcionado y
que, por el contrario, la velocidad de los cielos devendría mal proporcionada y
no natural en tanto que le ordena a la tierra permanecer quieta sin
movimiento en su lugar.

Sin embargo, hay muchísimas más personas que movidas por la piedad
no revelan su aprobación de Copérnico, temiendo que la falsedad pudiera
cargársele al Espíritu Santo que habla en las escrituras si decimos que la tierra
se mueve y el sol permanece inmóvil.

Pero hagámosle considerar que dado que la mayor parte de nuestra


información, tanto en calidad como en cantidad, la adquirimos a través del
sentido de la vista, es imposible para nosotros abstraer nuestro discurso de
ese sentido ocular. Muchas veces cada día hablamos acorde con el sentido de
la vista, aunque estemos muy convencidos de que la verdad en cuestión es de
otra manera.
Este verso de Virgilio provee un ejemplo:

Partimos del puerto, y la tierra y ciudades retroceden.

De la misma manera, cuando salimos de la parte estrecha de algún


valle, decimos que una gran planicie se abre ante nosotros.

De esa manera Cristo le dijo a Pedro, ‘ve a las alturas’, como si el mar
fuera más alto que las costas. Así parece a los ojos, pero la óptica demuestra
la causa de esta falacia. Cristo sólo estaba haciendo uso del idioma común
que, no obstante, surge de este engaño visual.

Así al orto y al poniente de las estrellas les llamamos ‘ascenso’ y


‘descenso’, aunque al mismo tiempo que vemos que el sol asciende, otros
dicen que desciende. Ver Astronomiae pars óptica Cap. 10 p. 327.

Los astrónomos ptolemaicos aun hoy dicen que los planetas están
estacionarios cuando se les ve permanecer cerca de las mismas estrellas fijas
durante varios días, aunque ellos mismos piensan que los planetas están
realmente moviéndose en línea recta hacia la tierra o alejándose de ella.

De igual manera, escritores de todas las naciones usan la palabra


‘solsticio’, aunque ellos mismos niegan que el sol esté fijo.

También, aún no ha habido alguien tan obstinadamente copernicano


como para evitar decir que el sol está entrando en cáncer o leo, aunque lo que
desea decir es que la tierra está entrando en capricornio o acuario. Hay otros
ejemplos similares.

Ahora, las santas escrituras también, cuando trata de cosas comunes


(concernientes a las que no tienen el propósito de instruir a la humanidad),
hablan con humanos a la manera humana, en función de ser entendidas por
ellos. Hacen uso de lo que es generalmente reconocido, en función de tejer
otras cosas más sublimes y divinas.

No es de maravillarse entonces, si la escritura también habla acorde con


la percepción humana cuando la verdad de las cosas está en desacuerdo con
los sentidos, sea o no advertido por los humanos. ¿Quién está inadvertido de
que la alusión del Salmo 19 es poética? En éste, bajo la imagen del sol, se
cantó la difusión del evangelio y aún la estadía de Cristo el Señor en este
mundo en nombre nuestro, y en el canto se dice que el sol emerge del
tabernáculo del horizonte como un novio de su lecho nupcial, exuberante
como un hombre fuerte para la carrera. El cual Virgilio imita así:

Aurora abandona el lecho coloreado de azafrán de Titán

(La poesía hebrea fue, desde luego, anterior).

El salmista supo que el sol no se aleja del horizonte como de un


tabernáculo (aunque así parezca a los ojos). Por otro lado, él consideró al sol
moviéndose por la razón exacta de que así parece a los ojos. En cada caso,
expresó eso porque así parece a los ojos. El no habría juzgado haber hablado
con falsedad en cada caso, porque la percepción de los ojos también tiene su
verdad, adecuada al propósito más oculto del salmista, adumbrar el evangelio
y también al hijo de Dios. De manera semejante, Josué menciona los valles
contra los cuales se movieron el sol y la luna, porque cuando estuvo en el
Jordán así le pareció a él. Cada escritor tiene perfecto control de su
significado. David describió la magnificencia manifiesta de Dios (y Sirácides
con él), la cual expresó como se exhibe a los ojos, y posiblemente también
por el bien de un sentido místico explicado a través de estas cosas visibles.
Josué quiso decir que el sol debía ser retenido en su lugar en medio del cielo
durante un día entero con respecto al sentido de sus ojos, dado que para otras
personas durante el mismo intervalo la tierra permanecería debajo.

Pero personas irreflexivas sólo ponen atención a la contradicción verbal,


‘el sol permaneció en su posición’ versus ‘la tierra permaneció en su posición’,
sin considerar que esta contradicción sólo surge en un contexto óptico y
astronómico, y no se transfiere al uso común. Ni quieren ver estas personas
irreflexivas que Josué estaba simplemente orando que las montañas no le
ocultaran la luz del sol y la plegaria la expresó en palabras conforme al
sentido de la vista, como que sería algo inapropiado pensar, en ese momento,
sobre errores de astronomía y visuales. Porque si alguien le hubiese
amonestado que en realidad no es el sol el que se mueve contra el valle de
Ajalón, sino que sólo parece hacerlo, ¿no habría exclamado Josué que él sólo
estaba pidiendo que el día fuese prolongado, por el medio que eso pudiera
hacerse? Habría replicado en el mismo sentido si alguien hubiese empezado a
presentarle argumentos a favor del reposo perpetuo del sol y el movimiento
de la tierra.

De las palabras de Josué, Dios entendió con facilidad lo que quería decir, y
respondió deteniendo el movimiento de la tierra, de tal manera que le
pereciera a Josué que el sol se detenía. Porque lo esencial de la petición de
Josué resultó en eso, que pudiera parecerle así a él, cualquiera que la realidad
pudiera ser. Por tanto, que esta apariencia resultaría no vana y sin propósito,
sino conjuntada al efecto deseado.

Mas observa el capitulo 10 de Asronomiae pars optica, donde encontraras el


por qué, para todos los hombres, parece que el sol es el que se mueve y no la
a tierra: esto es porque el sol se aprecia más chico y la tierra más grande, y
también porque, debido a su aparente lentitud, el movimiento del sol no se
percibe por la vista, sino por el razonamiento solamente, a traves del cambio
de su distancia a las montañas a lo largo de un periodo de tiempo. Por lo tanto
para una razon no instruida es imposible imaginar otra cosa más, que la
tierra, junto con el arco de los cielos que la circundan, es como una gran casa,
inmovil, en la cual el sol, de tan pequeña estatura, viaja de un lado al otro
como un pajaro volando en el cielo.
Lo que todo hombre imagina, la primera linea de las sagradas escrituras lo
presenta. `En el principio,´dijo Moises, `Dios creo el cielo y la tierra,´porque
estas son las dos partes que principalmente se muestran al sentido de la vista.
Esto es como si Moises le hubiera dicho al hombre, `Todo este edificio del
mundo que ves, claro arriba y obscuro y disperso abajo, sobre el cual estas
parado y por el cual estas cubierto, ha sido creado por Dios.´

En otro pasaje, al hombre se le cuestiona si ha aprendido a calcular la altura


del cielo encima de si mismo, o las profundidades de la tierra abajo 22, ya
que para el hombre común ambas parecen extenderse hacia espacios
igualmente infinitos. Sin embargo no hay alguien en sus cabales que, después
de oir estas palabras, las usara para limitar la diligencia de los astronomos en
mostrar la deleznable pequeñez de la tierra en comparación con los cielos, o
en investigar distancias astronómicas. En estos terminos no conciernen
mediciones provenientes del razonamiento. En vez, conciernen exploración
real, lo cual es expresamente imposible para el cuerpo humano, fijado a la
tierra, y dibujado en el aire libre. Lee todo el capitulo 38 de Job, y comparalo
con asuntos discutidos en astronomía y física.

Imagina a alguien que declarara, por el Salmo 24, que la tierra está fundada
sobre ríos, en función de sostener la noble y absurda conclución filosófica de
que la tierra flota sobre ríos. ¿No sería justo decirle que debería considerar al
Espiritu Santo como un mensajero divino y librarlo de la tortura obsena que
recibe en la clase de física? Ya que en dicho pasaje el salmista no intenta otra
cosa más que lo que el hombre ya sabe y experimenta diariamente, a saber,
que la tierra, ergida en alto después de la separacion de las aguas, tiene
grandes ríos circulando sobre ella y mares rodeandola. De manera no
sorprendente, la misma figura literaria es adoptada en otro pasaje, donde los
israelitas cantan que están asentados encima de las aguas de Babilonia23,
esto es, a las orillas del río, o en los bancos de arena del Eúfrates y el Tigris.

Si esto es facilmente aceptado, ¿porque entonces no puede ser aceptado


también que en otros pasages usualmente citados en oposición al moviminto
de la tierra nosotros tornemos similarmente nuestras miradas desde la física a
los propositos de las escrituras?

Una generación se va (dice Ecclesiastés)24, y una viene, pero la tierra


permanece para siempre. ¿Acaso parece aquí como si Salomon quisiera
sostener esto ante los astronomos? No; Más bien quiere aconsejar al hombe
acerca de su propia mutabilidad, mientras la tierra, casa de la raza humana,
se mantiene siempre la misma, el movimiento del sol regresa perpetuamente
al mismo lugar, el viento sopla en un círculo y regresa a su pounto de partida,
los ríos fluyen de sus fuentes hacia el mar y desde el mar regresan a sus
fuentes, y finalmente tanto como el ho9mbre perece, otros nacen. El cuento
de la vida es siempre el mismo; no hay nada nuevo bajo el sol.

Aquí no escuchas ningún dogma físico. El mensaje es uno moral, concerniendo


algo auto-evidente y visible por todos los ojos pero rara vez conciderado. Por
tanto Salomon nos insta a reflexionar. ¿Quien está inadvertido de que la tierra
es siempre la misma? ¿Quien no percata el regreso del sol diariamente al
lugar por el que sale, el correr de los ríos eternamente hacia el mar, los
vientos regresando en regular alteración, y el hombre sucediendo uno al otro?
¿Pero quien realmente considera que el mismo drama de la vida es siempre
jugado, solo que con diferentes personajes, y que no hay cosa alguna dentro
de los asuntos humanos que sea nueva? Así que Salomon, mencionando
aquello que es evidente para todos, alerta de aquello que casi todos
incorrectamente descuidan.

Se dice, sin embargo, que el Salmo 104, es en su totalidad una discusión


física, ya que la totalidad de éste concierne a asuntos físicos. Y en el, se dice
de Dios `Asentaste la tierra sobre sus basas: no se conmovera por todos los
siglos25.´ Pero de hecho nada podría estar más lejos de la intención del
salmista que la especulación acerca de las causas físicas. Dado que todo esto
es una alabanza jubiloza sobre la grandeza de Dios, quien hizo todo esto: el
autor compuso un himno a Dios el creador, versando del mundo en la forma
en que se nos muestra a nuestros ojos.

Si prestas atención cuidadosamente, descubriras que se refiere a los seis días


de creación del Genesis. Ademas, los tres primeros días son asignados a la
separación de las regiones: primero, la región de luz de la osbscuridad
exterior; segundo, las aguas de las aguas por la interpocsicion de una extensa
región; y tercero la tierra de los mares, donde la tierra esta vestida con
plantas y arbustos. Por el otro lado los últimos tres días son consagrados al
llenado de las regiones así distinguidas: el cuarto, de los cielos; el quinto, de
los mares y el aire; y la sexta, de la tierra. E igualmente en este salmo se
encuentra el mismo número de partes distintivas, analogas al trabajo de los
seis días.

JONÁS

V. A las objeciones concernientes a la autoridad de los píos.

Suficiente sobre la autoridad de la sagrada escritura. En cuanto a la opinión de los píos (27)
sobre éstos temas naturales, solamente tengo una cosa que decir: mientras que en la teología es la
autoridad la que tiene el mayor peso, en la filosofía es la razón. Por lo tanto, Lactantius, que negó
que la tierraes redonda, es pío; Agustín, quién a pesar de admitir la redondez, negó las antípodas, es
pío; y la inquisición hoy día es pía, a pesar de que permite la pequeñez de la tierra niega su
movimiento. Sin embargo, para mí, la verdd es todavía más pía, y (con todo el debido respeto a los
doctores de la Iglesia) pruebo filosóficamente no sólo que la tierra es redonda, no sólo que esta
habitada hasta en las antipodas, no sólo que es deleznablemente pequeña, sino que también se le
transporta por las estrellas.

Pero es suficiente sobre la verdad de la hipótesis Copernicana. Regresemos al plan que


planteé al comienzo de ésta introducción.

Comencé diciendo que en esta obra trataba la astronomia en su conjunto por medio de las
causas físicas en vez de con hipótesis ficticias, y que había dado dos pasos en mi esfuerzo por al
canzar esta meta: primero, que había descubierto que todas las eccentricas planetarias se
intersectaban en el cuerpo solar, y segundo, que había entendido que en la teoría terrestre hay un
cículo ecuante y que debía bisectar su eccentricidad.

El tercer paso hacia la hipótesis física del movimiento. La eccentricidad de marte se tiene
que bisectar de forma precisa.

Ahora llegamos al tercer paso, es decir, que se demostró con certeza, por medio de una
comparación de las conclusiones en las partes 2 y 4, que la eccentricidad del ecuante de marte
también tiene que bisectarse de manera precisa, un hecho que pusieron en duda desde hace mucho
Brahe y Copérnico.

Por lo tanto, por indución extendiendolo a todos los planetas (que se llevo a cabo en la
parte 3 a manera anticipatoria), ya que, claro, las órbitas sólidas no existen, como Brahe lo
demostró partiendo de las trayectorias de los cometas, el cuerpo del sol es el poder que hace girar a
todos los planetas. Todavía más, especifiqué la forma (en que esto ocuure) de la manera siguiente:
que el sol, a pesar de que se mantiene en un sólo lugar, rota como en un torno, y saca de su cuerpo
al espacio del mundo una species (30), análoga al species inmaterial de su luz. La species misma,
como consecuencia de la rotación del cuerpo solar, también rota como un remolino rapidísimo a
través de la anchura del mundo, y transporta a los cuerpos de los planetas sobre él en un giro, su
agarre es mayor o menor dependiendo de su mayor densidad o enrarecimiento que adquiere de
acuerdo a la ley que gobierna su difusión.

Una vez que se presentó este poder común, por el cual todos los planetas, cada uno en su
propio círculo, se llevan alrededor del sol, el siguiente paso en mi argumento fue darle a cada uno
de los planetas su propio movedor, asentado en el globo planetario (recordaran que, al seguir la
opinión de Brahe, ya había rechazado las órbitas sólidas). Esto, también, lo llevé a cabo en la parte
3.

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