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Ser alumnos.

Un ejercicio de la memoria
Por: Alejandra Arredondo Arellano
Saín Alto, Zac, a 19 de Septiembre del 2019

Soy muy honesta al reconocer que no tengo muchas recuerdo de la primaria,


pero los pocos que tengo son de gran significado para mí, por complicaciones a mi
nacimiento fui prematura, nací de 7 meses, cuando nací no presente ninguna
complicación y a semana de nacida pude ir a casa, al paso de los meses al hacerme
un estudio los doctores les dijeron a mis papás que mis decibeles de audición
estaban bajos, y esto la atribuyeron a ser una niña prematura, mis decibeles estaban
bajos pero no tanto como para tener que apoyarme de un aparato para audición,
aun así mis papás lo comenzaron a ver como un problema, mis primeros recuerdos
en la primaria van encaminados a esto, fui una niña que 2 o 3 veces a la semana
una maestra diferente a mi maestra de grupo me sacaban del salón, no recuerdo
los trabajas que realizaba, pero si recuerdo que a mí no me gustaba, yo me sentía
señalada y rechazada al acudir con esa maestra, hasta que comencé a estudiar la
licenciatura supe se trataba del equipo de USAER, en primer y segundo año,
siempre fui tratada como una niña especial, lo cual no entiendo porque, pues
realmente mi audición nunca fue un impedimento, escucho tan normal como se
puede escuchar, pero ni mis papás ni mis maestros procedieron de la mejor manera,
pues nunca se me realizo un estudio para comprobarlo, fue hasta que pase a tercero
de primaria cuando mi maestro “Manuel” comento con mis papás que él no veía
ningún problema en mi audición, que yo escuchaba las indicaciones perfectamente
ni creía que tuviera alguna ninguna dificultad para aprender, pero que si iba con
rezago a diferencia del grupo, porque fui etiquetada como la niña que no escucha
bien, y no va a aprender a leer, esto no solo paso en la escuela, también en mi casa,
mis papás no se esforzaron para que yo lograra los aprendizajes, pues por no
escuchar bien nunca iba a poder, después de que el maestro “Manuel” hablo con
ellos, fue llevaba con unos especialistas y efectivamente el problema de audición
solo se reflejó de bebé y con el paso de los años mi audición se desarrolló
correctamente, a partir de ahí el equipo de USAER dejo de ir por mí al salón y el
profe se encargó de integrarme en el grupo, recuerdo muy bien que a partir de ese
tiempo el apoyo lo recibí de él, todo los días a la hora de salida nos quedábamos
una hora en el que me apoyaba, en algunas ocasiones pedía también la presencia
de mi mamá para explicarle como ayudarme en casa, fue así que en tercero de
primaria para el mes de diciembre gracias la intervención del profe yo estaba
leyendo y escribiendo al igual que mis compañeros, cuando logre la lectura como
premio el profe me regalo un libro de bolsillo, “El diario de Ana Frank” en versión
infantil, el cual aún conservo y guardo como uno de mis mejores recuerdos y de
mucho agradecimiento a mi profe “Manuel”, fue tanta mi emoción por aprender a
leer que se volvió un placer para mi hacerlo, en ese tiempo estaba muy me moda
las películas de Harry Potter, que mis papás optaron por comprarme algunos de los
libros, y fue gracias a esos libros mi gusto por la lectura y la motivación por seguirlo
haciendo, recuero que mi maestro de cuarto “ Efraín”, hacia una vez a la semana
un concurso de comprensión lectora, donde nos pedía leer un libro de la biblioteca
escolar, y a partir de eso hacer un reporte de lectura, recordar los personajes, los
escenarios donde se desarrollaba la historia e inventarle un final diferente, se lo
entregábamos en una hoja de máquina, él los calificaba y clasificaba del 10 al 6, y
siempre me encontraba en la lista del 10, pues para mi leer había sido un gran logro,
y una prueba de que yo era una niña normal.

Después de esa intervención del profe fui una buena alumna, con buenas notas y
buen desempeño escolar, mis papás también cambiaron su manera de intervención
y apoyo, y jamás se volvió a mencionar que tuviera algún problema de aprendizaje.

Reconozco que la experiencia que viví no fue muy buena pues ahora de maestra,
me causa molestia cuando el maestro de USAER va por dos de mis niños, no me
gusta para nada que lo saque a su salón, siempre soy muy insistente en que no lo
saque, que trabajen en el grupo, o que me ayuden con estrategias para yo
trabajarlas, pues de carne propia sé que al hacer eso, los niños si se sienten
señalados y extraños al ser separados del resto del grupo.

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