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Se consideran normas self-executing aquellas que por su misma naturaleza pueden ser aplicadas

directa e inmediatamente sin necesidad de ningún acto legislativo posterior. Así la estipulación de un
tratado se considera ejecutable por sí misma (self-executing) cuando es susceptible de una aplicación
inmediata y directa sin que sea necesaria una acción jurídica complementaria para su implantación o
exigibilidad. De esta manera, como señala Loretta Ortiz Ahlf, se considera que hay auto ejecutividad
cuando la disposición o norma respectiva ha sido redactada de tal forma que de ella surge una regla
que los tribunales y órganos judiciales internos puedan aplicarla en cualquier caso concreto de su
conocimiento. De esta manera y siguiendo a César Sepúlveda los tratados auto ejecutivos self-
executing serán aquellos que en su cuerpo contienen normas que pueden recibirse como leyes
internas sin necesidad de que se dicten otras normas para transformarlas en ordenamientos
domésticos. Se aplican directamente como derecho local, sin necesidad de legislación
complementaria.

Más sobre el Significado de Normas Self-executing


El famoso juez Marshall presidente de la Corte Suprema de los Estados Unidos de América señalaba
que una norma es ejecutable por sí misma, es decir self-executing, “toda vez que opere por sí, sin
ayuda de una disposición legislativa”. Para Jiménez de Aréchega son dos las condiciones necesarias
para que una norma se considere autoejecutiva: la primera que se trate de una norma de la cual sea
posible derivar en forma directa un derecho o una pretensión, en favor de un individuo que tenga
interés legítimo en la aplicación dela regla en su caso y que comparece ante el juez o administrador
solicitando esa aplicación, y la segunda que la regla debe ser lo suficientemente específica como para
poder ser aplicada judicialmente sin que su ejecución se encuentre subordinada a un acto legislativo
o a medidas legislativas subsiguientes. De esta manera una norma convencional es ejecutable por sí
misma cuando esa ha sido la intención de los Estados parte, teniendo la intención de conceder un
derecho definido y exigible por el individuo que solicita la aplicación de dicha norma en su favor ante
un juez u otra autoridad. Ejemplo de estas normas son las cláusulas de la nación más favorecida, los
tratados con normas sobre libertad de establecimiento, extradición, doble tributación y sobre todo
las normas relativas a derechos humanos. El mismo Jiménez de Aréchega señala que existe una
presunción a favor del carácter ejecutable de las disposiciones convencionales pues se ha considerado
que la disposición de un tratado es ejecutable por sí misma “a menos que contenga una estipulación
expresa de ejecución por medio de una ley o pertenezca a una categoría excepcional de tratados a
los que no se puede por su propia naturaleza dar efecto como derecho ex propio vigore”. Es por ello
que, como señala Michel Virally, muchas de las Constituciones modernas actualmente disponen que
los tratados debidamente celebrados tendrán la vigencia del derecho interno y obligarán directamente
tanto a las personas como a los tribunales. Este tipo de disposiciones convierten a los tratados
celebrados por el Estado en una fuente también del derecho interno.
Otros Aspectos
Según Thomas Buergenthal, si un tratado o una norma se consideran como autoejecutable, será
directamente reclamable ante los tribunales como cualquier norma de aplicación inmediata de
carácter interno, sin necesidad de que existan algún otro tipo de medidas o regulaciones legislativas
o administrativas para hacerlo. Así como dice Mathias Herdegen si las disposiciones de un tratado
internacional por la certeza de su contenido pueden ser aplicadas por las cortes y autoridades
nacionales se habla de una aplicación directa y es por ello que a este tipo de tratados se le conoce
en el lenguaje americano como self-executing. Para Víctor Rojas Amandi, para que una norma pueda
ser aplicada de manera inmediata y directa se requiere, que sea self-executing objetivamente
hablando, es decir, que su contenido, objeto y redacción de la misma haya quedado suficientemente
determinado para poder ser objeto de aplicación por parte de un tribunal sin que sea necesario que
exista una ley especial interna que la reglamente para pormenorizarla, desarrollarla y detallarla.
Adicionalmente a ello se requiere el aspecto subjetivo del self-executing y que es que los Estado
Partes del tratado hayan tenido la voluntad de querer que las disposiciones contenidas en él se
apliquen de manera inmediata por parte de sus órganos internos. Así para determinar la naturaleza
de una norma habrá que acudir directamente a su texto y ver si la disposición se dirige a los Estados
y los obliga a adoptar diversas medidas previas a su aplicación(normalmente medidas a cargo del
legislativo de cada Estado) en cuyo caso serán non-self executing o si la norma se dirige
inmediatamente a los órganos estatales de aplicación del derecho (jueces y administración pública)
y a los particulares, caso en el cual se tratará de una norma self-executing. En todo caso la
determinación de dicha naturaleza es una cuestión de interpretación de la norma, así que usualmente
queda en manos de los órganos jurisdiccionales.
Desarrollo
La Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados bajo el principio “Pacta Sunt Servanda”
establecido en el art. 26 que determina que “todo tratado en vigor obliga a las partes y debe ser
cumplidas por ellas de buena fe”, el cual se reafirma con el art. 27 que determina que “una parte no
podrá invocar las disposiciones de su derecho interno como justificación del incumplimiento de un
tratado” (salvo lo dispuesto en el artículo 46 de la propia Convención), ha asumido la postura general
sobre la obligatoriedad de los tratados y de su eficacia con independencia de lo dispuesto por la
legislación interna de los Estados partes, por lo cual la falta de aplicación de un tratado para el Estado
parte que lo hace origina una responsabilidad internacional.
Es importante señalar que el Comité de Derechos Humanos ha señalado que el párrafo 1o. del art.
II del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos produce un efecto inmediato en todos los
Estados partes y que dicha obligación jurídica es tanto de carácter positivo como negativo y que la
adopción de las medidas necesarias para hacer efectivos los derechos del pacto no está sometida (la
adopción) a condiciones y es de efecto inmediato (Observación General No. 31). Del mismo modo en
el Sistema Interamericano los arts. 1o. y 2o. de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
y la Jurisprudencia de la Corte Interamericana han establecido la obligación de aplicar directamente
la Convención y sus Pactos complementarios a los jueces domésticos y ejercer por tanto un control
de convencionalidad ex oficio.

1. Normas No Autoejecutables Elementos de Normas no Autoejecutables Descripción y definición


de Normas no Autoejecutables aparecidas en el diccionario de derecho procesal constitucional y
convencional (2014), escrito por Cuauhtémoc Manuel de Dienheim Barriguete y publicado por el
Poder Judicial de la Federación (mexicana) [...]...
2. Normas Juridicas de Vigencia Normas Juridicas de Vigencia Ideas Básicas Se refieren a la
iniciación, duración o extinción de la validez u obligatoriedad de una norma. También aquellas que
se refieren a la extinción de la vigencia, las cuales pueden ser: Abrogatorias: cuando su misión es
abolir totalmente una norma [...]...
3. Caracteres de las Normas Jurídicas Ideas Básicas Las notas analizadas a continuación como
caracteres de las normas jurídicas deberían ser explicadas más bien dentro del apartado dedicado
tradicionalmente a los llamados caracteres esenciales del Derecho, puesto que en su mayoría, son
rasgos propios del Derecho, no de cada una [...]...
4. Normas Imperativas La Imperatividad del Derecho: Normas Imperativas y Dispositivas. Ideas
Básicas En cuanto instrumento ordenador de las relaciones sociales, el Derecho y las normas jurídicas
que lo integran se caracterizan, genéricamente, por su imperatividad: el mandato contenido en la
norma tiene por [...]...
5. Normas Taxativas Ideas Básicas Existen determinadas materias trascendentales para la
organización social y para la seguridad jurídica de los ciudadanos que el ordenamiento jurídico
pretende regular de manera inequívoca. Para ello utiliza normas taxativas, llamadas también
necesarias o de ius cogens. Son [...]...

Esto ocurre, según señala Michel Virally, ya que algunos sistemas constitucionales exigen que antes
de poder aplicar como derecho interno cualquier disposición de un tratado (aun cuando éste ya haya
sido ratificado con la aprobación del Poder Legislativo) debe ser incorporado al derecho interno
mediante la correspondiente legislación. Éste es un sistema dualista en el que los tribunales del
ordenamiento jurídico interno solo aplican la legislación interna aprobada para poner en vigor el
tratado y no el tratado mismo, y pueden hacerlo únicamente en tanto dicha legislación esté vigente.
Esta es la situación en el Reino Unido por lo menos formalmente.
La doctrina judicial distingue entre tratados que son directamente aplicables como derecho y tratados
que no son directamente aplicables, y cuando una Corte sostiene que un Tratado es del grupo non-
sef executing está actuando de un modo nacionalista en “protección” del sistema legal doméstico
frente a la influencia de las normas jurídicas de carácter internacional. Generalmente la doctrina
judicial ha permitido cierta discrecionalidad para determinar que tratados son self-executing y cuales
non-sef executing. Ello ha hecho que las cortes o tribunales nacionales ejerciten a menudo su
discrecionalidad en el sentido de considerar a muchos tratados en la categoría de no directamente
aplicables (non-sef executing); sin embargo, las cortes o tribunales transnacionales o internacionales
se han inclinado en catalogar a la mayoría de los tratados dentro de la categoría de aplicables
directamente (sef executing). Esto ha ocurrido sobre todo en los tratados de derechos humanos, los
cuales se consideran que crean derechos en favor de las personas, que pueden ser directamente
reclamables ante sus órganos jurisdiccionales como cualquier ley local. De esta manera, como dice
Alejandro Saiz Arnaiz, tienden a desdibujarse en cierto grado y en el ámbito de los derechos
fundamentales, las diferencias entre los acuerdos self-executing y los que no lo son.
Otros Aspectos
Así, siguiendo a Thomas Buergenthal, los tratados o normas determinadas como no autoejecutables
(non-sef executing) no pueden sin otras medidas legislativas o ejecutivas adicionales a la aprobación
o ratificación del tratado, dar lugar al surgimiento a derechos legales u obligaciones reclamables ante
los tribunales domésticos. Se trata de disposiciones, según señala Rojas Amandi, que se dirigen
expresamente a los Estados, obligándolos a adoptar determinadas medidas previas a su aplicación,
precisamente por no ser posible sin ellas su aplicación directa e inmediata por parte de los órganos
internos del Estado(jueces y administración pública).
En suma, lo verdaderamente importante para catalogar a un tratado o a una norma como non-sef
executing es que no sea posible su aplicación inmediata por carecer de las características necesarias
a juicio del órgano aplicador como son la voluntad de los autores y el carácter completo de la norma
Es preciso señalar que el carácter ejecutivo o no de las normas contenidas en los tratados tendrá que
ser determinado de forma casuística, dependiendo de las normas contenidas en ellos, pero en todo
caso se ha señalado que desde el punto de vista del derecho internacional la falta de cumplimiento
de tales normas sean ejecutivas o no ejecutivas genera responsabilidad para el Estado que es parte
de un tratado. Tal ha sido básicamente la regla establecida por la Convención de Viena sobre el
Derecho de los Tratados contenida bajo el principio “Pacta Sunt Servanda” establecido en el art. 26
que determina que “todo tratado en vigor obliga a las partes y debe ser cumplidas por ellas de buena
fe”, el cual se reafirma con el artículo 27 que determina que “una parte no podrá invocar las
disposiciones de su derecho interno como justificación del incumplimiento de un tratado” (salvo lo
dispuesto en el artículo 46 dela propia Convención). Esto quiere decir que, aunque un Estado
determinen o poder aplicar por parte de sus tribunales una norma de carácter no autoaplicativa, ello
no implica que el Estado no tenga la obligación de legislar en un determinado sentido (el del tratado)
y que el no hacerlo le acarrea una responsabilidad internacional.
Desarrollo
Es preciso señalar, como bien dice Humberto Nogueira Alcalá, que los tratados de derechos humanos
por su propia naturaleza se consideran como normas de tipo self-executing (autoejecutivas)
obligando a que los jueces nacionales los apliquen de manera directa realizando un control de
convencionalidad, lo cual implica que el derecho vigente y vinculante no sólo es el que proviene de
fuentes internas, sino también el que proviene de fuentes internacionales. Por tanto, los derechos de
tales normas deben ser asegurados y garantizados a través de la función jurisdiccional doméstica, de
tal suerte que no hacerlo implica responsabilidad al Estado por dicho incumplimiento.
De esta manera, si bien cada Estado parte de un tratado puede elegir de cierta forma, como hacer
efectivos los derechos humanos en su ámbito interno, lo que no puede hacer de ningún modo es no
cumplir con ellos y no aplicarlos, aduciendo que tales derechos no pueden ser ejercidos por hacer
falta alguna norma nacional.

EL MONISMO O TEORÍA MONISTA

Esta teoría representada por HANS KELSEN Y WELZEN sostiene que hay un sistema normativo universal o
en consecuencia un único sistema jurídico.

Esta unidad del ordenamiento jurídico conlleva la prevalencia del Derecho Internacional, que delega en los
órganos nacionales la facultad para dictar el ordenamiento nacional. Según KELSEN, las normas jurídicas
derivan su validez y su fuerza obligatoria de otras normas superiores desde el punto de vista jerárquico hasta
llegar a la norma fundamental.
HANS KELSEN señala que "la construcción dualista, llevada a sus últimas consecuencias, origina a hacer de lo
que llamamos derecho internacional una especie de moral o de derecho natural, y no un verdadero derecho". Para
este autor es igualmente claro que las "reglas de derecho interno pueden aplicarse y se aplican de hecho a las
relaciones entre Estados, como inversamente las de derecho internacional (se aplican) a las relaciones entre Estado
y sujetos". Esto lleva a KELSEN a concluir que la afirmación de que "el derecho interno y el derecho internacional
constituyen dos sistemas de reglas independientes pero simultáneamente válidos es insostenible"

Es así como con estas críticas consolidaron el desarrollo de la teoría monista.

En otros tópicos KELSEN señala que “No existe ninguna materia que, por su sola naturaleza, caiga en forma
exclusiva dentro de la jurisdicción doméstica del Estado, materias que por su sola naturaleza no pudieran ser
reguladas por una norma general o especial de derecho internacional. El derecho internacional puede regular
todas las materias, incluso aquellas que normalmente son reguladas por el derecho nacional solamente y
consideradas, por lo tanto, como materias “domésticas”; por ejemplo, cuestiones constitucionales tales como la
forma de gobierno, la adquisición y pérdida de la nacionalidad, problemas laborales, todos el campo de las
políticas sociales, los problemas religiosos, cuestiones de inmigración y aranceles, problemas de derecho penal
y de procedimiento penal, problemas de derecho civil y de procedimiento civil

“En caso de conflicto entre una norma establecida de derecho internacional y una ley más reciente del derecho
internacional, los órganos del Estado no necesariamente deben considerar a la ley como norma válida. Es
perfectamente posible que los tribunales estén facultados para rechazar la aplicación de la ley, del mismo modo
que ellos a veces tienen competencia para rechazar la aplicación de una ley inconstitucional. Y lo mismo puede
decirse en el caso en el caso de conflicto entre una ley y un tratado posterior. Podría ser que según la constitución
del Estado respectivo, el tratado, y no la ley, deba ser aplicado. La pregunta sobre si en caso de conflicto entre
el derecho nacional y el derecho internacional, uno o el otro deben primar sólo se puede responder sobre la base
del derecho nacional respectivo; la respuesta no se puede deducir de la relación que se asume que existe entre
el derecho internacional y el derecho nacional. En la medida que, de acuerdo al derecho nacional positivo, no
se excluya que en caso de conflicto entre este derecho y el derecho internacional sea el primero el que deba
considerarse como válido, tenemos que asumir aquí, que los órganos del Estado estarían obligados a aplicar el
derecho nacional, aún cuando éste fuera contrario al derecho internacional ”

El principal exponente de la teoría dualista sobre los derechos ha sido G. Peces-Barba


como ya he mencionado anteriormente. Su planteamiento puede ser descrito conforme
a estas cinco claves: las tres vertientes del concepto básico de los derechos, la
compaginación entre razón e historia, el normativismo corregido, el Estado social y
democrático de Derecho y la conexión de los derechos con la ética pública.

En relación con la primera clave, un concepto integral de los derechos exige


contemplarlos desde tres ámbitos: ético, jurídico y social. Así cabe hablar de derechos
cuando son moralmente justificados, están incorporadas al ordenamiento jurídico y son
eficaces. Es decir, un derecho propiamente dicho es justo, válido y eficaz.
Para Peces-Barba la comprensión de los derechos se hace desde el análisis
racional de su historia. Razón e historia son los instrumentos que nos permiten
entender el por qué de los derechos. La historia nos habla de las circunstancias sociales
políticas y evolutivas de la gente y sus dirigentes. En otras palabras de los que hacían
las leyes y los que vivían conforme a ellas.
El normativismo corregido, se refiere al marco jurídico en el que se desarrollan los
derechos. En él se inserta el significado de los derechos, concibiéndose al Derecho como
un sistema complejo y abierto de normas e instituciones, apoyado en el poder.

Peces-Barba alude con la cuarta clave al ámbito jurídico-político en el que se inserta su


concepción. Es precisamente en el Estado social y democrático de Derecho, que
actualmente disfrutamos, en el que la teoría dualista cobra mayor significado al poder
desarrollarse sin chocar con el sistema actual.

Por último, solamente falta situar a los derechos en el ámbito de la ética pública,
presentándose como instrumentos que poseen un sentido procedimental al favorecer el
logro de diferentes metas sociales, orientadas al bienestar de la ciudadanía. Un ejemplo
son los principios rectores de nuestra Constitución.

En líneas generales el modelo dualista defiende una concepción de los derechos que
puede ser descrita desde dos perspectivas:
1. Una finalista en la que los derechos son la traducción normativa de los valores de dignidad,
libertad e igualdad.

2. Otra funcional. Aquí los derechos asumen una cualidad legitimadora del Poder, formando un
conjunto de reglas fundamentales que establecen la forma de organización política. En el caso
nacional, nuestras reglas justificarían el poder existente al estar en una Constitución ratificada
por el pueblo.

En realidad, y simplificando la cuestión, el modelo dualista es denominado así por tomar


en consideración dos perspectivas: la ética y la jurídica, que se completan con otras
dimensiones como son la historia y el poder político.

Así pues el modelo dualista concibe los derechos como instrumentos éticos y
jurídicos, subrayando su dimensión histórica y presentándolos como forma
de legitimación del Poder.
Para hablar de derechos fundamentales se hace necesario estar en presencia de figuras
que posean una justificación ética y que además estén incorporadas al Ordenamiento
jurídico.

2. Dualismo, positivismo e iusnaturalismo jurídico:


Los planteamientos dualistas pretenden ser un punto intermedio ente el iusnaturalismo
y el positivismo. A continuación explicamos, de una manera muy general los
principales ideales de ambas teorías que han protagonizado y aún protagonizan el
debate doctrinal más importante de la filosofía del derecho.

Siguiendo este punto, una posición iusnaturalista sobre los derechos implica la no
distinción entre problemas justifica torios y conceptuales. En efecto, consideran que
derechos gozan de una justificación ética independientemente de su incorporación a un
Ordenamiento jurídico concreto.

El iusnaturalismo se caracteriza por la defensa de dos tesis: una de carácter ético, que
se traduce en la posibilidad de defender y conocer postulados moralmente correctos y
otra de carácter jurídico, consistente en la afirmación de que la validez de las normas
jurídicas depende de su conformidad con esos postulados morales. Así, lo que sirve para
diferenciar entre distintos tipos de iusnaturalismo, no es la tesis jurídica sino el origen y
la justificación de los postulados morales. Dicho de manera llana: la validez de una
norma jurídica solamente depende de una serie de postulados morales. Estos
postulados morales se agrupan entorno a la idea de Justicia. Resolviendo el
silogismo nos queda que un derecho será válido si es justo.
Una posición positivista sobre los derechos implica, en cambio, no prestar atención a la
cuestión sobre su justificación a la hora de elaborar un concepto. Para esta posición los
derechos fundamentales son los así denominados por un Ordenamiento jurídico
concreto. Ello no implica que todo positivismo desatienda o deje a un lado los referentes
éticos de los derechos.

Así, el positivismo jurídico se caracteriza por tres rasgos esenciales:

a. Defensa de la idea de Derecho como Ordenamiento.

b. Defensa de la idea de Ordenamiento como sistema dinámico.

c. Defensa de la existencia de una conexión aleatoria entre el Derecho y la Moral.

Una vez situadas ambas posiciones, llega el momento de hablar de la posición que toma
el Dualismo. El modelo dualista no excluye ninguna de las dos teorías, sino que las
combina. Y es aquí donde radica uno de sus principales problemas, ya que ha de resolver
si las exigencias de justificación moral y la necesidad de incorporación al Ordenamiento
jurídico están en planos igualmente importantes o si prima alguno de ellos.

Un defensor de la teoría dualista mantendrá que no basta con la justificación ética sino
que es necesaria la incorporación de la pretensión a Derecho, siendo necesario una
incorporación al ordenamiento. Concluimos pues que:

a. Sin justificación moral no hay derecho fundamental.

b. Sin incorporación al Ordenamiento no hay derecho fundamental.

Allí donde el Derecho no reconoce derechos fundamentales los ciudadanos no


los poseen. Pero de igual manera aquellas normas que carecen de una justificación
moral y aún así están incorporados al Ordenamiento no son Derechos
Fundamentales.
Sistema Jurídico Mexicano
El Sistema Jurídico Mexicano, es el conjunto de normas jurídicas vigentes y aplicables en nuestro País,
entendiéndose las normas jurídicas, como las reglas de conducta que confieren facultades, imponen
deberes y otorgan derechos para que los individuos en sociedad puedan comportarse de manera
adecuada y vivir en armonía, asegurando la paz social y el desarrollo de las personas. Nuestro Sistema
Jurídico está sustentado por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que es la Ley
fundamental de nuestro país.

Ahora bien, el proceso para conformar nuestra Sistema Jurídico Mexicano, inicia con la Independencia
de México, cuando en octubre de 1814 se publica el Decreto Constitucional para la Libertad de las
Américas, si bien …
Durante este periodo el País se ve envuelto en una lucha desgastante hasta que se logra restablecer
la Republica.

Por último nuestra actual Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, promulgada el 4 de
febrero de 1917, concebida antes de finalizar la Revolución Mexicana.

Los fundamentos o principios de nuestra Constitución, los cuales definen la estructura política y
protegen y hacen efectiva, lo que de ella emanan, son los siguientes:
Derechos Humanos.- En el art. 1º Constitucional, queda establecido que en los Estados Unidos
Mexicanos, las personas gozarán de los derechos humanos establecidos en la misma, pero también
de todos los que se establezcan en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea
parte.
Considerando que los derechos hombre son ideas generales y abstractas, las garantías vienen a
individualizar y concretarlas. En nuestra Constitución se divide las garantías individuales en tres
grandes partes: los derechos de igualdad, libertad y seguridad.

También establece las garantías sociales, las cuales establecen las obligaciones del estado hacia los
grupos sociales, asegurando una existencia biológica con dignidad.

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