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son

Indice

L ISTA DE ILUSTRAC IONES •.•.•.•.•.•.•.•.•....•••........••.... ...............•........•• 11

PRÓLOGO ................................................................ ....................... 13

1. Desmitologización de la cultura escrita .. ....... ... ... ....... ........ 21


2. Teorías de la cultura escrita y de la mente, desde
Lévy·Bruhl hasta Scribner y Cole ...... ..... .... ...... .................. 41

3. La cultura escrita y las revoluciones conceptuales
de la Grecia clásica y la Europa renacentista .. .......... ........ 67
4. Lo que la escritura representa : una his toria revisionista
de la escritura ...................................................................... 89
5. Lo que la escritura no representa: cómo deben
interpretarse los textos ...................................................... 115
6. El problema de la interpretación: la recuperación
de la intención comunicativa ............................................. 139
7. Una historia de la lectura: del espíritu del texto
a las intenciones del autor ................................................. 167
8. La lectura del Libro de la Naturaleza: los orígenes
conceptuales de la ciencia moderna temprana ................. 185
9. Una historia del discurso escrito: de lo mnemotécnico
a las representaciones ................................................ .. ..... 205
,
10. La representación del mundo en mapas, diagramas,
fórmulas, imágenes y textos .............................................. 221
11. La representación de la mente: los orígenes de
la subjetividad .................................................................... 261

9
Título del original en ingles: The UlOrld on paper

Cl l994 Cambridge Unive rslty Press


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0'/ . SS
é':y ¿
Traducción: Pa/rlcla WWson

A Ja ck Goody,
PrImera edición, enero d e 1998, Barcelona quien sigui6 esperando

Derechos para todas las ediciones en castellano

e by Editorial Gedlsa S.A.


Muntaner 460, e n tlo" I I
Te!. 201 60 00
08006 - Barcelona, España ,

158102
ISBN: 84-7432 -622-2
Depósito legal: 8-418(1998

Impreso en Umpergraf
el , del ruo, 17 - Ripollct

Impreso en Espai'ia
Prinled In Spaln

Queda prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio de


Impresión, en forma Idéntica, extractada o modificada . en castellano o
cualquier otro IdIoma.
12. La constitución de la mente letrada .............................. ... 303
R EFERENCIAS BlBlJOGRÁf'ICAS .................................................... .. . 311
lNOICE DE NOMBRES ................................... ...... .............. ........... ... 331
lNOICE TEMÁTICO .............................................................. ........... 337

Ilustraciones

2.1 Esto no es una pipa, de René Magritte


(reproducción autorizada por el Los Angeles
County Museum of Art) ........ .. ........... .. .......... ....... .... ....... 51
4.1 Expedición, según una representación
pictórica de indios de América del Norte
(tomado de D. Diringer, The alphabet: a key
lo tfu! history of mankind, vol. 2, p. 15, 1968) ................ 95
4.2 Fich A~ nR.Arcilla h a ll a das en Tello, Irak
(algunas de ellas corresponden a inscripciones
en tabletas de Uruk) cirea 3200 a.C.
(Département des Antiquités Orientales,
Museo del Louvre, París, cortesía de
D. Schmandt-Besserat ) ... ............. .... .. ......... ........... .... ..... 97
4.3 Escritura sintáctica. Tableta de Ur, 2960 a.C.,
con una lista de los ítems de un depósito
(cortesía del Museo Británico) ....... ................... ... ... ... ..... 98
4.4 Cuneiforme canaanita, siglo XIII a .C.
(tomado de J. Goody, The interface between
the oral and tite wriUen, p. 29, 1987) ....... ..................... 104
4.5 Jeroglíficos del egipcio antiguo que representan
los nombres imperiales (tomado de Diringer,
The alphabet: a key to the history ofmankind,
vol. 2, p. 55 , 1968) ...... ...... ...... ... ..................................... 105
5.1 P ágina de Lit urgy and ritua.l horae, ca 1425
(reproducción autorizada por Fisher Rare Book
Library, Un iversidad de Toronto) ................ .. ............ ... 118

W 11
5.2 Pooo Copyright, 1993, OGPL Los Angeles
Times Syndicate (reproducción autorizada) .. .......... .. ... 119
6.1 RABANlTOS (reproducción autorizada por UFS, Inc.) .... 147
6.2 SALLY FORTH (reproducción au torizada especialmente
por North America Syndicate) ...................... ... ............. 156
10.1 Sae~dredam, .aguafuerte de la "falsa imagen" (repro-
ducción autonzada por Gemeentearchief Haarlem) .... 229 Prólogo
10 .2 Mappa mundi, en un manuscrito de Marco Polo
(r~p~oducción ~utorizada por The Royal Library,
Blbhoteca NacIOnal de Suecia) ......................... ... ... ....... 232
En la puerta de mi despacho, del lado externo, hay un plano
10.3 La costa occidental de Africa, en una carta ~bastante esquemático, por cierto- de la planta baja de este
portulana manuscrita de G. Benincasa, 1468 edificio, la Unidad de Desarrollo Cognitivo del MRC de Londres,
(reproducción autorizada por la British Library) ........ 234 donde soy profesor visitante. Cerca del centro del plano hay una
l OA Representación pictórica de la articulación del llamativa flecha con una leyenda: "Usted está aquí." Como todo
viajero carolingio de los marcos espaciales móviles plano bien logrado, éste orienta a quien lo mira dentro del edificio.
de islas y estrellas durante un viaje (imaginario) Sin embargo, en un sentido profundo que suele pasar de-
(tomado de Oatley, 1977; reproducción autorizada sapercibido, la leyenda es anómala. No necesito un plano para
saber dónde estoy: "Estoy aquí, justo donde me encuentro". El
por Cambridge University Press) ..... ... .......... .. .. ........ ... 240 plano, por así decirlo, me contradice, pues insiste en que estoy en
10.1') Mapa modernu dtl hl. 1"t!~iúJ1l:tl oes~e de la Bahía de el punto indicado por la flecha. Se hace cargo de levantarme desde
Hudson comparado con el que dibujó Pukerluk mi firme posición en el suelo y me ~I"a spon e a lagcometria de lÍneRR
para Rasmussen (tomado de Canadian Geographic, y ángulos.
1991,3 (4), p. 63; reproducción autorizada por Los planos son tal vez los medios más llamativos de ponernos,
The Royal Canadian Geographical Society) ................. 243 a nosotros mismos y al mundo, sobre el papeL No hemos prestado
la atención suficiente al hecho de que nuestras representaCiones
10.6 Dibujo según Galileo. La expresión formulaica tienen un modo de decirnos, de dictarnos, qué somos y dón de
D ~ V X T es una convención moderna. Galileo habríli estamos. No estamos en ninguna parte hasta que nuestra localiza-
objetado la multiplicación de los inconmens urables' ción es identificada en el plano. Si realmente queremos saber
prefiri endo expresar la relación en términos I dónde estamos, tenemos que enfrentarnos al plano; éste nos dirá
de razones (Ellen 0180n , artista) .............................. :.... 245 dónde nos encontramos, como si no lo supiéramos de antemano.
10.7 Dibujo según Galileo, modificado McLuhan relata que un grupo de inuit del norte buscaba un
depósito de víveres, cuya localización estaba marcada en u n mapa.
(Ellen OIson, artista) ····· ······ ·.................... ... ...............:... 246
Luego de varias horas de búsqueda infructuosa, sus compañeros
10.8 · Linozostis, hierba medicinal , tal como aparece repre- urbanos, incapaces de localizarse a sí mismos en el mapa, dijeron:
sentada en el herbario de Dioscórides del siglo VI .. .... . 250 "Estamos perdidos". Los inuit, por su parte, insistían en que no
10.9 Pez obispo, según el dibujo de la Historia de los estaban perdidos: "Es el depósito lo que se ha perdido".
No sólo nuestros pl anos y mapas nos ponen, a nosotros y
animales, de Gesner, siglo XVI ...•.••.•.•.•.•.•.. ... ••.• .. .•.•.•.•.•. 252
nuestro mundo, sobre el papel. Nuestra literatura, nuestra cien-
10.10 Representación escolar de una fl or genérica , estudio .. 254 cia, nuestra filosofía, nuestras leyes, nuestra religión, son, en gran
12 13
I

I
medida, artefactos
. literarios. Nos vemos a nosotros . mismos, a instituciones comerciales, legales, religiosas, políticas, literarias y
nuestras ldeas y a nuestro mundo en términos de esos artefactos. científicas cuando los documentos escritos desempeñan en ellas un
Por ende, no vivimos en el mundo, sino más bien en el mundo tal papel central. Y para determinar lo que sucede cuando un número
como está representado en ellos. significativo de personas pueden leer y escribir y servirse de esos
El tema de la cultura escrita gira en torno de las propiedades documentos. Los investigadores están interesados en las conse-
realmente peculiares de tales artefactos, de ese mundo de papel, en cuencias sociales y psicológicas de la invención de la escritura y el
torno de su fuerza y sus limitaciones, sus usos y abusos, su historia crecimiento del público lector.
y su mitología, y en tomo de los tipos de competencia, las formas Las audaces ideas de McLuhan, Havelock y Goody y Watt
de pensamiento y los modos de percepción que entraña el hecho de abrieron este campo al estudio a t ravés de la comparación de las
copiar el mundo en el papel. sociedades con escritura y las orales . Como la mayoría de las
No se requieren las herramientas especializadas de la ciencia teorías audaces, el entusiasmo original no ha quedado ileso. Una
para mostrarle al lector que la cultura escrita es importante y útil. cuidadosa revisión de esta tradición investigadora llegó a la
Pero sí se necesitan esas herramientas para analizar el conjunto siguiente conclusión:
de hipótesis acerca de este mundo de papel y acerca deja natura-
leza de la competencia cognitiva del ser humano que se requiere Es dificil mantener una nítida y radical distinción entre las
para abordarlo, dado que esas hipótesis están profundamente c~turas que emplean la palabra escrita y aquellas que no lo
enraizadas en la concepción de nosotros mismos como ~alfabe­ ·hacen. (Finnegan, 1973, p. 135; véase también 1988, p. 178)
tizados", "civilizados". Sólo recientemente las hemos considerado
como suposiciones, es decir, creencias que, en gran medida, no Todas las culturas son, por definición, exitosas; si no lo
están comprobadas. La escritura puede ser importante pero puede fueran , no habrían sobrevivido. Las personas de todas las culturas
no serlo por las razones que tradicionalmente hemos invocado. Se no sólo sobreviven; los etnógrafos han demostrado las ricas prác-
re~uieren las henalllitmtas de la ciencia especializada para deter- ticas y tradiciones culturales que forman parte de todo grupo
mInar la veracidad de tales creencias. humano, tenga o no escritura. La primera lección en antropología,
Algunos han sostenido que la cultura escrita como la circun- que me impartiera personalmente Jack Goody, fue: "Ellos son
cisión, el bautismo o una educación privada, es i~portante para iguales a usted y a mí".
logr~r el acceso a una él ite privilegiada. Otros, que la cultura En consecuencia, las explicaciones del cambio cultural e
escnta no sólo es útil, sino que contribuye directamente al creci- histórico que parten de la noción de progreso no generan demasia-
miento de la racionalidad y la conciencia. La mayoría cr ee en do entusiasmo. Por cierto, los aportes basados en la noción de
ambas cosas, al menos lo suficiente para mantenerla en un lugar pensamiento "primitivo" o de lengua "primitiva", expresados tanto
alto de la agenda política y educativa, como ha sucedido desde hace en el clásico trabajo de Lévy-Bruhl (19 10/1926) como en el más
un siglo. Pero sólo en las últimas tres décadas este tema ha reciente de Hallpike (1979), parecen crudos y anacrónicos. Por otra
alcanzado una respetabilidad total en la agenda de los investiga- parte, las diferencias culturales e históricas en los modos en que
do~es. Los clasicistas, historiadores, lingüistas, antropólogos y las personas piensan de sí mismas y del mundo se tornan cada vez
pSlcólogos se han unido a los teóricos de la educación en la más intensas, y su compren sión cada vez más urgente. La escritu-
exploración de la escritura, de lo que ella hace, lo que las personas ray la cultura escrita parecen ser las explicaciones más plausibles.
hacen con ella y cómo, precisamente, esas fun ciones se han desa- Si bien la afirmación tajante de los primeros lingüistas de que
rrollado históricamente. El objetivo común es detenninar todo lo "1a escritur a no es la lengua, sino apenas un registro de ella" es hoy
que está en juego en nuestra alfabetización y en nuestro carácter insostenible, también lo es la clasificación de los pueblos como
de alfabetizados. primitivos o modernos, orales o letrados, concretos o abstractos, o
y no sólo lo que está en juego en el aprendizaje individual a sesgados por el ojo o el oído. Al parecer, es necesario volver a los
leer, a escribir y a utilizar los recursos de una cultura escrita sino comIenzos.
también para detenninar lo que les sucede a las actividades e En determinado punto de su evolución, los sistemas de
14 15
escritura empezaron a conservar y, por ende, a fijar la forma verbal he encontrado oscilando entre lo obvio y lo abstruso. Lo que tengo
a través del espacio y del tiempo. La magia de la escritura proviene que decir no es complejo, pero si se simplifica en demasía, parecerá
no tanto del hecho de q ue sirva como nuevo dispositivo mnemónico, tedioso y evidente, y si no se lo comprende, puede parecer profundo.
como ayuda para la memoria, sino más bien de su importante Lo que se considera profundo suele no diferir demasiado de lo
función epistemológica. La escritura no sólo nos ayuda a reeordar meramente oscuro.
lo pensado y lo dicho: también nos invita a ver lo pensado y lo dicho He tratado de fijar una Leoría de la cultura escrita, es decir,
de una manera diferente. Es un clisé decir que escribir es más que proveer un modo para interpretar un grupo de factores bastante
el abecé, y que el alfabetismo es más que la capacidad para heterogéneos por medio de un peQueno número de principios.
descodificar palabras y oraciones. El problema consiste en apre- Además, estos principios deben proporcionar -idealmente-una
hender ese "más~. Como he dicho, es la capacidad para entrar, y a causa posible para los hechos en cuestiÓn. Sería ingenuo creer que
veces para salir nuevamente, deeste nuevo mundo, el mundo sobre cualquier número pequ eño de factores puede explicar grandes
el paI,Jel. En este libro intentaré explicar el modo en que puede transformaciones sociales o psicológicas como las asociadas con la
ocurnr ese proceso. cultura escrita. P ero si pensamos en una teoría como en una
Desde luego, no soy el único en la empresa. Varios investiga- máquina para pensar, un dispositivo para organizar e interpretar
dores de diversas disciplinas están trabajando en la misma direc- los hechos con el objeto de relacionar otras cuestiones y otras
ci6n. Quisiera mencionar a Michael Clanchy, Jack Goody, Brian fonnas de evidencia, no es en absoluto irrazonable aspirar a una
Stock y Geoffrey Lloyd, quienes han sostenido que las importantes teoría sobre cómo la escritura contribuye no sólo a nuestra como
funciones que buscamos son aquellas que incluyen nuestros me- prensión del mundo sino también de nosotros mis mos.
dios para pensar acerca del mundo; estos autores discrepan en su La teoría que he intentado formular fue una extensión de dos
evaluación de las causas y los alcances de la acción de la cultura líneas de interés que me parecieron vinculadas: los cambios
escrita en esos cambios. experimentados por los niños en s u comprensión de la relación
Hay algunos riesgos -graves riesgos, dirán algunos- en la entre "lo dicho" y "lo significado" --cambios que asocié con la
fraternización con "otras" disciplinas. Los problemas son demasia- lectura y la interpretación de textos- y mi interés en las posibles
do complejos para que los amateurs se apropien de las afirmacio- relaciones entre el protestanLisIllo, la ciencin moderna temprana
n~s y pruebas de los especialistas y las interpreten erróneamente. y la psicología racionalista. ¿No sería interesante, pensé, que esto
Sm embargo, sir Ernst Gombrich, en su libro Arte e ilusión cita con demostrara que los cambios en los grandes movimientos sociales
beneplácito la sugerencia de Kohler de adoptar "la intrusión como a comienzos de la Era Moderna pudieron deberse a una alteración
técnica científica~ (1960, p. 26). Esto es especialmente apropiado en la práctica y la comprensión de la lectura y la interpretación?
en nuestro campo de estudio, dado que tal intrusión es sencilla- ¿Acaso Lutero, Galileo y Descartes compartieron una manera
mente uno de los usos de la cultura escrita. El hecho es que, como común aunque nueva de lectura, de relacionar lo dicho con lo
lector, dispongo de importantes obras históricas, fil osóficas lin- significado? Pero incluso plantear tales cuestiones requería cierto
güísticas y antropológicas; los autores tendrán que tolerar' mis análisis de lo que son los sistemas de escritura, cómo se relacionan
inevitables errores de interpretación. "Ningún error podría haber con el habla , cómo son leídos, cómo esos modos de lectura cambia-
sido peor que el de confundir una reversión con una confiscación" ron , cómo los modos de lectura exigieron nuevas . distinciones,
escribieron Pollock y Maitland (898) en su historia del derech~ nueva conciencia y nuevos modelos de pensamIento. Y fmalmente,
inglés; yo no diría lo mismo. el tema anunciado en este libro: cómo la estructura misma del
Diré que la tarea no es sencilla. Un libro sobre la cultura conocimiento fue alterada por los intentos de representar el mundo
escrita que no esté dirigido a l público en general en realidad es sobre el papel .
inútil. Uno de los hechos más espectaculares de la cultura escrita En el capítulo 1, realizo una resena del amplio espectro de
en el Renacirnientofue el impacto que tuvo la escritura cuando los creencias acerca de la cultura escrita, para mostrar que una
textos llegaron a las manos de los lectores comunes: ¡las personas enumeración de los pro y los contra no es demasiado fructífera a
equivocadas! En mi intento de escribir para el lector general, me modo de teoría. En el capítulo 2, analizo el clásico problema de los
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modos ~ primitivos" de pensamiento y el papel que la escritura pudo ción que hacer es la de mostrar que los conceptos que los niños
haber desempeñ ado en el desarrollo de modos diferenciados de parecen adquirir de manera tan natural en el curso del desarrollo
pensamiento. En el capítulo 3, abordo las teorías que vinculan la de una sociedad letrada son conceptos que fueron primeramente
cultura escrita con las revoluciones conceptuales en la Grecia elaborados en un determin ado contexto histórico y cultural a lo
clásica y la E uropa renacentista. Los capítulos 4, 5 Y6 exponen las largo de dos milenios.
hipótesis centrales de la teoría de la cultura escrita y la cognición Muchas personas han contribuido de manera crucial en esta
examinando la relación entre ha bla y escritura (lo que la escritura tarea. Desde el punto de vista conceptual, soy un hijo, o al menos
representa, así como lo que no representa y lo que, por ende. tiene un entenado, de J erome Bruner , Jack Goody, Marshall McLuhan
que ser construido por el lector). En los capítulos 7,8 Y9. doy una y Eric Havelock. Otros han colaborado con sus lecturas condescen-
interpretación de la historia de la lectura en términos de esa teoría, dientes y a menudo críticas de mi primer trabajo sobre la cultura
y muestro que la historia de la lectura consiste aproximadamente escrita y de los borradores de algunas partes de este libro: Janet
en copiar lo que las escrituras no pueden captar con facilidad, es Astington, Courtney Cazden, Mi chael Clanchy, Michael Cole,
decir, el modo en que deben interpretarse los textos: su fu erza Carol Feldman , Em st Gombrich, Roy Harris, Frits van Holthoon,
ilocucionaria. En el capítulo 10, analizo los modos en que los Geoffrey Lloyd, Christopher OIsen, Raguar Rommet veit, Sylvia
artefactos visibles, como los mapas, dibujos, pinturas, diagra mas Scribner, Frank Smith, Keith Stanovich, Brian Stock y Gordon
y representaciones matemáticas, pueden servir como herramien- Wells. Otros, cuyos trabajos ha n ejercido en mí una fu erte in fluen-
tas intelectuales fundamentales. El capítulo 11 intenta mostrar cia , aparecen a menudo en mis citas .
que el racionalismo, tal como fue expresado por Descartes y los Este trabajo fu e apoyado desde el comienzo hasta el final por
fil ósofos empiristas británicos, resultó el producto de una nueva el aliento personal y la generosa beca de la Fundación Spencer, en
comprensión de lo que estaba en un texto y lo que era aportado por particular de dos de su s presidentes, Tom James y Larry Cremin,
el lector. El reconocimiento de la contribucion del lector a la y de su vicepresidente, Marion Faldet. Además, recibió el apoyo de
interpretación Ut::l UII Lexl..o proporcionó un modelo para la razón. El una beca del Centro de Estudios Avanzados en Ciencia s de la
capftulo 12 resume estos argumentos en un conjunto de principios, Conducta, Stanford, California, año 1983-1984 , y una beca como
y luego concluye mostrando de qué modo una renovada concepción investigador visitante de la Unidad de Desarrollo Infantil del
de la cultura escrita contribuye no sólo a una nueva comprensión Consejo de Investigaciones Médicas, Joho Morloo , director , y el
del tema, sino también - y centralmente- del pen samiento. Colegio Universitario de Londres, año 1990-1991. Estas becas
Los lectores de mi primer trabajo sobre la cultura escrita fueron en parte posibles gracias a las licencias pagas que me otorgó
(¡Benditos sean !, como dijo una vez Nelson Goodman a propósito de mi institución de origen, el Ontario Institute for Studies in
sus lectores) merecen un párrafo aparte en este libro. El capít ulo Education (OISE). Estoy sinceramente agradecido por este apoyo,
7 se parece bastante a una a pología explícita de mis primeras porque esas becas me permitieron pensar y escribir sobre este
simplificaciones sobre el tema. Pero la orientación general es en tema. Las becas de investigación fueron otorgadas por el Tran sfer
este caso totalmente distinta. En lugar de considerar como funda- Grant desde el Ministerio de Educación de Ontario al OISE , el
mental la autonomía del significado textual, ahora considero que Consejo de Investigaciones en Ciencias Sociales y Humanas de
lo fundamental es que el texto proporciona un modelo para el Canadá a Nancy Torrance y a mí. DeneseCoulbeck, NancyTorrance
habla ; parafraseando a Benjamin Wh orf, realizamos una y Marie McMullin me asistieron en la preparación del manuscrito.
introspección de nuest ra lengua en términos de las categorías Judith Ayling, de Cambridge University Press, supervisó la pro-
establecidas por nuestra escritura. Evidentemente, esto da lugar ducción.
a un análisis completamente distinto de las consecuencias concep- Si la tesis de este ensayo es correcta, los libros hablan por sí
tuales de la cultura escrita; la escritura es en gran parte respon- mismos, aun cuando lo hagan de manera un poco diferente a cada
sable de que seamos conscientes del lenguaje. Mi entusiasmo por lectora grupo de lectores. Ninguna pa labra preliminar, ni siquiera
lo diacrónico, tanto en la historia de las ideas como en la psicología apologética, compensará lo que el libro, por su parte, diga o deje de
evolutiva, no ha disminuido. Por cierto, si tengo alguna contribu- decir. Los invito a una lectura compartida.
18 19
1
Desmitologización de
la cultura escrita

La más noble adquisición de la humanidad es el HABLA, ye] arte más


útil, la ESCRITURA. La primera distingue al HOMBRE de los animales;
la segunda, de los salvajes incivilizados. (Ast1e, 1784 , p. i)

Es indudable que una de las principales características de las


sociedades modernas es la ubicuidad de la escr itura. Casi ningún
acontecimiento significativo, desde la declaración de UDa guerra
hasta un simple saludo de cumpleaños, se produce sin una apro-
piada documentación escrita. Los contratos se sellan por medio de
una firma . 1 .011 artículos en los mercados, los nombres de las calles,
las lá pidas, todos llevan inscripciones. Las actividades complejas,
sin excepción, están escritas en libros de patrones de tejido,
manua les de computación, o en libros de recetas de cocina. La
atribución de una invención depende de haber registrado una
patente escrita, en tanto que la atribución de un avance científico
depende de su publicación. Y nuestro lugar en el cielo o el infierno
-según nos han dicho- depende de lo que está escrito en el Libro
de la Vida.
Del mismo modo, entre nuestras habilida des más valoradas
se encuentra nues tra capacidad para utilizar textos escritos, es
decir , nuest ra cultura escrita. La primera función de la escuela es
impa rtir lo que se llama "habilidades básicas", lectura, escritura y
aritmética, y todas ellas entrañan la competencia en sistemas de
notación. El gasto público en educación sólo r ivaliza con el de
defensa y salud, y una gran parte de los años de fonnación de un
niño se emplean en la adquisición, prime ro, de cierta competencia
general e n lectoescritu ra, y luego, en usar esa competencia para
adquirir corpus especializados de conocimientos, como la ciencia y
la historia.

21
La preocupación por la cultura escrita no está limitada a una que se les presentó hace un siglo a los teólogos cristianos , que
de~rmjnada clase social o sociedad. La educación pública, libre y comenzaron a echar una mirada critica sobre la tradición que
umversaJ ha sido la política gubernamental durante más de un habían recibido y, reconociendo ciertos modos arcaicos de pensa-
siglo en las democracias occidentales. Los países en desarrollo miento y expresión, emprendieron el ejercicio de "'desmitologizar"
también tienen oomoobjetivo prioritario la alfabetización de todos a la cristiandad. Lajustificación de esta actividad no era minar la
sus ciudadanos. Los movimientos socialistas del siglo xx, tanto en esperanza de los fieles, sino sostener esa esperanza en bases más
la Unión Soviética como en Cuba y Nicaragua, estuvieron acompa- firmes y verdaderas. La humilde fe basada en sólidos argumentos,
ñados por programas intensivos de alfabetización. Un documento afirmaban, era preferible a una robusta fe basada en conjeturas.
de la política de la UNESCO (1975) describió la cultura escrita Los fieles, desde luego, no siempre se mostraron deseosos de
como crucial para "la liberación y el avance del hombre", e inició un cambiar lo viejo por lo nuevo.
plan de erradicación del analfabetismo para el año 2000. Los Nos enfrentamos a una elección simila r respecto de nuestras
demógrafos registran, como parte de las estadísticas vitales de creencias y suposiciones acerca de la cultura escrita. Los fi eles no
cada nación, el porcentaje de personas que no saben leerru escribir. tienen que alarmarse demasiado. Las hipótesis acerca de la cultu-
La cifra arrojada por Canadá es 15%, cifra que despierta tanto ra escrita que tal vez tengamos que abandonar no merecen nuestro
criticas como acusaciones en los medios populares. Las democra- apoyo. De hecho, dan origen a débiles políticas sociales y débiles
cias occidentales modernas aspiran a erradicar el analfabetismo prácticas educativas. Y la nueva comprensión de la cultura escrita
para resolver otros problemas sociales como la pobreza y el desem- que puede surgir cuando examinamos críticamente los hechos,
pleo, y las escuelas suelen recibir el mandato de mejorar los niveles promete tener consecuencias y usos mucho mayores que los que
estándar de alfabetización de sus alumnos . sostenía el antiguo dogma. Lo que perderemos es la creencia
¿De dónde viene este entusiasmo por la escritura? Durante ingenua en los poderes transformadores del simple aprendizaje de
trescientos años, los occidentales hemos atribuido nuestra supues- la lectura, la escritura y el cálculo, en los poderes mágicos de los
ta superioridad i.:ultural respecto de nuestros ancestros iletrados, tres reyes. Pero sobre todo, podremos superar la mera enumera-
asf como respecto de nuestros vecinos no occidentales, a nuestro ción de los pro y los contra y sentar las bases para una nueva
acceso a un simple artefacto tecnológico: un sistema alfabético de comprensión de lo que fue crear y hoy es vivir "un mundo sobre el
escritura. Nuestras ciencias sociales tienden a contribuir al man- papel". Este es el principal objetivo del presente capítulo.
tenimiento de esa perspectiva. Las· teonas de la evolución , el Existen seis creencias o suposiciones muy arraigadas y am-
progreso y el desarrollo han apoyado la cómoda aceptación de pliamente compartidas respecto de la cultura escrita sobre las
nuestra propia superioridad y de la superioridad de los medios que cuales los estudios actuales han echado una considerable sombra
permitieron desarrollarla. de duda:
En las últimas dos décadas, esta posición ha comenzado a Primero, las creencias:
desintegrarse. Las culturas menos letradas han visto en el valor 1) La escritura es la transcripción del habla. El hecho de que
que las culturas occidentales acuerdan a la cultura escrita una casi todo lo que decimos puede escribirse y que todo lo escrito puede
for~a de arrogancia (Pattanayak, 1991), y los investigadores leerse en voz alta toma irresistible la inferencia de que la escritura
OCCIdentales han considerado que la retórica de la cultura escrita no es más que el habla "'por escrito". Por cierto, esta es la hipótesis
excede en mucho la validez de sus pretensiones. Por cierto, han habitual, que se remonta aAristóteles, pero que aparece explícita-
comenzado a acumularse pruebas que indican que nuestras creen- mente en los trabajos de Saussure (1916/1983) y Bloomfield
cias sobre la cultura escrita son una mezcla de hechos y suposicio- (1933). Dado que los lectores son ya hablantes, el aprendizaje de la
nes, en otros palabras, una mitología, un modo selectivo de ver los lectura se considera un mero aprendizaje de cómo representar la
a~ontecimientos que no sólo justifica las ventajas de los letrados, propia lengua oral (lo conocido) mediante marcas visibles (lo
smo que además atribuye los defectos de la sociedad _y del desconocido). Vino añejo en nuevo envase.
mundo- a los iletrados. 2) La superioridad de la escritura respecto del habla. Mien-
La situación con respecto a la cultura escrita no difiere de la tras el habla es vista como una posesión "imprecisa y desordenada"
22 23
:l. 581 02
del pue?lo ---co~o describió el castellano oral a la reina Isabel el La invención del alfabeto griego, a diferencia de todos los demás
gra ~áti co Ne?nJ8 en el siglo xv (TIlich y Sanders 1989 p 65}-- 1
sistemas previos, incluyendo el fenici o [del cual deriva] constitu-
escntura es VIsta como un instrumento de pr . ' '6 ' 00' Le' a yó un acontecimiento en la historia de la cultur a, cuya importan-
Int . '6 d . ' e<:JS I nyp ero er cia aún no ha sido totalme nte aprehendida. Su aparición divide
II rtnS~np Cl n e un discurso propio es una experiencia humi- todas las civilizaciones anteriores a la griega de las posteriores.
no e, .en~ como está de vacilaciones, comienzos en fal so Su sencillez ha permitido construir dos formas gemelas del
agra,matlcahdades y fracasos. En las ocasiones públicas de ¡m r~
tancla, el habl~ es transcripta -escrita, planeada y corregiJ:-
conocimiento: la literatura en el sentido posgriego, Y la ciencia,
también en sentidoposgriego. (1982, p. 85; véase también 1991)
p~a lograr decJ.r precisa m e nte lo que se pretende y h asta
smceroyespontáneo
d . Se apren de a esen'h'Ir, en parte con el
parecer
fi n de McLuhan (1962) fue uno de los primeros en explorar las
a.p~en er a expresarse correctamente y con precisió~ en las expo- relaciones entre las tecnologías de la comunicación, en especial el
SICIones orales. alfabeto y la imprenta, y la "galaxia" de los cambios intelectuales,
. 3) La su,periori,dad tecnológica del sistema alfabético de artísticos y sociales que se produjeron con los griegos y a fines de
conSIderada uno de los puntos más altos de la e volución
alcanz.ado sólo una vez en la historia, y s u presencia
r
escn,tura. La InvenCión del alfabeto por parte de los grie os es

Si~ t:~~~
la Edad Media, relaciones que resume de la siguiente manera:
"Mediante un signo desprovisto de sentido ligado a un sonido
desprovisto de sentido, hemos cons truido la forma y el sentido del
actuah~ad para di stinguir las culturas alfabéticas de las no hombre occidental" (p. 50), vinculando así el progreso intelectual
alfab~cas . Un t.emp ran~ expresión de esta idea puede encontrar- al alfabeto.
se en nsayo sobre el ongen del lenguaje, de Rousseau: 4) La escritura como órgano de progreso social. Uno de los
rasgos más sobresalientes de las democracias occidentales moder-
~sto~ .~res modos de escritura corresponden casi exactamente a nas son sus niveles invariablemente elevados de alfabetización.
{es b1 erentes ~tadiOS según los cuales pueden considerarse los Suele afi rmarse que el auge de la alfabetización popular dio como
0 01 :es reunl os en una nación . La pintura de objetos es
resultado instituciones sociales racionales y democráticas, desa-
;proPI~~a pa ra los pueblos salvajes, los signos de palabras y de
rrollu indu.etrial y crecimiento económico, y que la disminución de
ci~h~~~o~~(~7:4~~tr~~: ~~~)ro, y el alfabeto, a los pueblos los niveles de alfabetización plantea una amenaza a toda sociedad
progresista y democrática.
. Samuel J ohnsoo , según nos informa Boswell creía ue los Los historiadores h a n intentado especificar laa relaciones
~mo~ :an bárbaros porque "no tenían alfabet~n (cita~o por entre alfabetización y desa r rollo social en Occidente. Cipolla
.av.e o , 1982). Aun en la actualidad, la lengua francesa no (1969, p. 8) señaló que, aunque los patr ones históricos dist an de ser
distm.gu.e entr~ el conocimiento en general de la escritura y el uniformes , "al parecer, el arte de la escritura está estricta y casi
conOCllmento el alfabeto; a mbos se llaman alphabétisme Se inevitablemente conectado con la urbanización y el intercambio
~upone. que otras formas de escritura no son "verdaderos" siste~a comercial". La correlación invita a inferir que la escritura es una
e escntura. Las tres teorías clásicas de la invención de la escritus de las causas del desarrollo, opinión que garantiza el compromiso
ra, l¡as .de Cohen (1958), Gelb (1963) y Diringer( 1968) analizan I~ de la UNESCO de "erradicar el a nalfabetismo" hacia el año 2000
evo uClón del. alfabeto como la consecución de OledlOS
' VISI
' . 'b¡es cad a como medio para logra r la modernización (Grarr, 1986).
vez má
de la I s preCISOS pa ra represen~ar patrones de sonidos, la fonología La relación percibida entre cultura escrita y desarrollo social
engu?: La representacIón de ideas mediante dibu'os la ha sido a veces expresada con un celo conside rable. En el sigloxvl,
:pres~ntaclOn. de P?labras median\:.e signos 10gográfico! ' la Lutero instó al establecimiento de la educación obligatoria argu-
v~¡"clón ~ s~abar:os se .consideran intentos fallidos o p~sos yendo que descuidar la enseñanza provocaría "la ira divina, la
vaCl a~tes aCta la mvenclón del alfabeto siendo éste 1 ás inflación, la plaga y la sifilis, tiranías sedientas de sangre, guerras
evolUCIOnado en esa dirección y, por ende s~perio o m y revoluciones, que todo el país sería arrasado por los turcos y los
nes dHetav¡~locb p~ci'pal autorid~d us:~
k,' qui.zá la
La e o griego , escnbló:
en e implicado- tártaros, y que hasta el papa volvería al pode r" (Strauas, 1978, p.
8). En el siglo XVIII, Gibbon afirmó: "El uso de letras es la principal
24 25
circunstancia que distingue a un pueblo civilizado de una horda de compendio de mitos y creencias, La rama dorada , sostuvo que los
salvajes, incapaz de conocimiento y reflexión". Y agregó: "Podemos estadios progresivos de la humanidad van desde la magia hasta la
estar seguros de que, sin escritura de alguna especie, ningún ciencia pasando por la religión , opinión que compartió con filósofo s
pueblo h a preservado fieles anaJes de su historia, ni ha hecho como Comte ( 1830-42) y Hegel (1910/1967). De hecho, suele seguir-
progresos considerables en las ciencias abstractas, ni ha poseído se la pista de nuestras formas modernas de organización social
en algún grado tolerable de perfección las útil es y agradables artes democrática y nuestros modernos modos de pensamiento hasta "1a
de la vida". (Gibbon, 1776/1896, p. 218). gloriosa Grecia". Los logros de los griegos han sido atribuidos, al
En el siglo pasado, un educador de Dntario que ya conocía el menos por algunos autores, a su cultura alfabética :
nuevo arte de la estadistica, informó que ¡"una persona no educada
comete cincuenta y seis veces más crímenes que una persona con La civilización creada por los griegos y los romanos fue la
educación" (citado por CastelJ , Luke y Egan, 1986, p. 92)! primera de la tierra fundada en la actividad dellecf..or común; la
Aunque reconozcamos que algunas de estas declaraciones primera equipada con medios para expresarse adecuadamente
con palabras escritas; la primera capaz de poner la palabra
son un poco histriónicas, se da por sentado que la cultura escrita
escrita en la circulación general; en pocas palabras, la primera
tiene consecuencias sociales y económicas. Estas creencias en- en convertirse en letrada en el sentido pleno del término, y en
cuentran su expresión en los documen tos políticos y en las páginas transmitimos su cultura escrita. (Havelock, 1982, p. 40)
editoriaJes de muchos, tal vez la mayoría, de los periódicos.
Ejemplo de ello es "la prensa nacional cana diense", que afirmó La importancia de la escrit.ura para el avance de la filosofía
recientemente que "la desnutrición, la enfermedad y el analfabe- y la ciencia ha sido analizada y defendida recientemente en una
tismo form an una plaga triple para las naciones en desarrollo", que serie de importantes trabajos de autores como McLuhan (1962),
los analfabetos están condenados a "vidas de pobreza y desespe- Goody y Watt (196311968), Goody( 1986), Ong (1982), trabaj os que
ranza" porque están "privados de las herramientas fundam entaJes acuerdan una nueva orientaciÓn al lenguaje, el mundo y ]a ra.zón,
1Jl:lC1i forjarse una vida mejor", que "el analfa betismo constituye un
a los cambios en la tecnología de la comunicación. En cierta
lastre de dos mil millones de dólares en la economia de Canadá" y medida, fue esta serie de obras lo que convirtió a lacultur a escrita
que "el costo social es enorme" (Glo be and Mail, 13-14 de octubre
en un tema de investigación.
de 1987). La creencia en la importancia de la alfabetización se ha
6) La cultura escrita como un instrumento de desarrollo
vuelto tan dominante en nuestra conciencia común que aun una
cognitivo, del mismo modo en que 10 era del desarrollo culturaJ .
pequeña disminución en los resultados de las pruebas de ortogra-
fía se considera una amenaza para el bienestar de la sociedad. Suponemos que el conocimiento legítimo se identifica con el que
Situamos la escritura, como lo hacen otros pueblos con cultura aprendemos en la escuela y en los libros. La habilidad para leer y
escrita, en un lugar central de nuestra concepción de nosotros escribir proporcionan la vía de acceso a ese conocimiento. La
mismos como pueblo poseedor de una cultura, como pueblo real- principal preocupación de la escuela es la adquisición de las
mente civilizado. "habilidades básicas". En 10 relativo a la lectura, esas habilidades
Tres cosas "han cambiado la faz y el estado de cosas en todo consisten en la "descodificación", es decir , el aprendizaje de lo que
el mundo", escribió Francis Bacon (1620/1965, p. 373 ) en el siglo
XVII: "la im prenta, la pólvora y el imán" (Nouum Organum, Aforis*
mo 129). No parece haber demasiados motivos para el desacuerdo.
5) La cultura escrita como instrumento de desarrollo culturaJ
I llamamos el principio alfabético; en lo relativo a la escritura,
consisten en el aprendizaje de la ortografía . La cultura escrita
imparte un grado de abstracción al pensamiento que está ausente
en el discurso oral y en las culturas oraJes. Las habilidades
y científico. Va de suyo que la escritura y la cultura escrita son en humanas importantes pueden pensa rse como "letradas", y el desa-
gran parte responsables del surgimiento de modos de pensamiento rrollo personal y sociaJ puede representarse razonablemente me-
distintivamente modernos como la filo sofía, la ciencia, la justicia diante los niveles de aJfabetización: básico, funcional y avanzado.
y la medicina, e inversamente, que la cultura escrita es enemiga de Ahora, las objeciones:
la superstición, el mito y la magia. Frazer(1911-1915/1976), en su 1) La escritura como transcripción . Los sistemas de escritura
26 27
herramienta fundamental del ~ntelecto; la escritura, aunque Im-
sólo captan ciertas propiedades de lo que se dice, es decir de la
portante siempre es secundana. d d
forma verbal -fonemas, lexemas y sintaxis-, dejando el modo en
que fue dicho y las intenciones radicalmente subrepresentados. El
3)La superioridad del alfabeto. Apenas en la ,déca. a pastd~
hecho de que los signos visuales puedan convertirse ru tinariamente se plantearon claramente objeciones a la suprem(~Cla un;;~~~987'
lf b t amo representación de la lengua aur, '
en formas verbales enmascara el hecho de que la verbalización ~a:;s o 1~86' Sampson, 1985). En primer lugar, en c~ntra de .la
puede producirse de varios modos diferentes, variando la entona- opinió~ recibida, el alfabeto no fue el producto de un, g~I~, ~s decIr,
ción y el énfasis, y dar origen a interpretaciones radicalmente no fue el milagro del descubrimiento de la ~ono~o~a e a engua,
distintas. Lejos de ser una mera transcripción del habla, la escri- sino apenas la adaptación de un silaban~ dlsenado para u~a
tura es analizada como un modelo para el habla misma; hacemos \ lengua semítica a la estructura silábica partlcularme~te compleJa
la introspección de la lengua según los términos anotados por f de la lengua griega. Por otra parte, un alfabeto be.ne ~n uso
f!uestros sistemas de escritura. Aprender a leer consiste en parte limitado en la representación de una lengua ~onosilábIca con
en comenzar a oír el habla y a reflexionar sobre ella de un modo muchos homófonos, como es el caso del chino; un SI ste~a l~gO~áfi~
nuevo. E ste es el tema del capítulo 4. resenta muchas ventajas para una lengua de ese bpo. a sl.mp -
2) El poder de la escritura. Rou sseau planteó una objeción a
\ ~idad del alfabeto tampoCo es la principal causa de los altos mvel~s
las pretensiones acerca de la escritura que se ha vuelto la piedra d alfabetización' muchos otros factores afectan los grados e
de toque de la lingüística moderna cuando escribió: ~La escritura ~fabetización en ~n país o en un individuo. ~nal~e:;te, nuestro
es apenas la representación del habla: es extraño que se le preste tardío reconocimiento de los niveles de "alfabetIzaCIón en cultu;as
más atención a la detenninación de la imagen que al objeto" (citado no alfabéticas, especialmente la japonesa, que suele superar os
por Derrida, 1976, p. 27). Como dijimos, la escritura como simple niveles de las culturas occidentales (Stevensonet al., 1~8~)d n~s ~~
transcripción del habla ya fue planteada por Aristóteles, pero obli ado a aceptar que nuestra visión de la supeno n a e
Rousseau utilizó el argumento para criticar la falta de atención al alfa~eto es, al menos en parte, uno de los aspectos de nuestra
habla. Por motivos similares, Saussure (1916/1983) atacó "la mitología . t'
tiranía de la escritura", el hecho de que la teoría lingüística tomara 4) L~ cultura escrita y el desarrollo social. Al ~nos mves .Iga-
como objeto la lengua escrita y no la oral: "El objeto lingüístico no d modernos han sostenido que la cultura escnt~ no sólo es la
se define mediante la combinación de la palabra escrita y la :::':a1hacia la liberación, sino también, Ycon la mls~~ó frecuen-
palabra hablada: la forma hablada constituye por sí misma el cia, un medio de esclavitud. Lévi-Strauss (1961) escn 1 :
objeto" (pp. 23-24 o p. 45). Tan convencidos están los lingüistas
La escritura es algo extraño. Parecería que su advenimi~n.to no
modernos de la cualidad derivada de la escritura, que el estudio de pudiera dejar de producir cambios profundos en las r.condic~ones
esta fue descuidado hasta hace poco tiempo. En segundo lugar, las de vida de nuestra raza, Y que todas e.s as trans ormaClOnes
lenguas orales no son "imprecisas y desordenadas" posesiones del deben haber sido de índole intelectual. .. Sm embargo, nada d.~ lo
pueblo, como creyeron los primeros gramáticos; todas las lenguas que sa.bemos sobre la. escritu~a, sobre su papel en la. evolUclOn,
humanas tienen una rica estructura léxica y gramatical que es puede justificar esta concepCIón. .
capaz de expresar, al menos potencialmente, todo el espectro de Si ueremos correlacionar la aparición de la escntura con
significados. Aun la lengua de señas, la lengua de los sordos, que otras ~racterísticas de la civilización , debemos buscar en ot~a
durante años fue considerada poco más que gestos y pantomima, arte. Uno de los fenómenos invaria.blement.c presente~ es a
ha demostrado adecuarse en principio a la expresión completa de tormación de ciudades e imperios: la mtegracl6~ en. u.n SIstema
cualquier significado (K.lima y Bellugi, 1979). Y finalmente, el político, es decir, de un considerable núm~ro de mdlVlduos, Yla
discurso oral precede y rodea la preparación, interpretación y distribuci6n de esos individuos en una Jerarquía d~ c~stas y
análisis del discurso escrito (Finnegan, 1988; Heath, 1983). La clases.. . Parece favorecer laexplotaci6n y.no el escl.areclffilento?~
I h .d d Esta explotación hizo pOSible reumf a los trabaJa
escritura es fundamentalm ente independiente del habla. En la :or:s~:l ~liares y fijarles tareas que los agobiaron hasta los
actualidad, se acepta que la propia lengua oral es la posesión y
29
28
límites de su fuerza. Si mi hipótesis es correcta, la función A los opositores de la política gubernamental les preocupaba que
primaria de la escritura, como medio de comunicación, es facili- las escuelas pudieran tener éxito en la educación del pueblo a
tar la esclavitud de otros seres humanos. El uso de la escritura punto tal que hubiera un exceso de académicos y críticos que
con fines desinteresados, y con vistas a satisfacer el espíritu en pudieran minar la jerarquía social. Esos temores fueron disipa-
el campo de las ciencias y las artes, es un resultado secundario de dos por los reformadores, que ponían el acento en la práctica
su invención (y tal vez no sea sino una manera de refonar, elemental de la lectura, la escritura y el cálculo (las tres R de
justificar o disimular su función primaria). (pp. 291-292) lectura, escritura y aritmética), antes que en una educación
liberal en la tradición clásica, que en 1900 seguía estando tan
Si bien el contraste entre el esclarecimiento y la esclavitud reservada a una élite de litterati, como en 1200. (1979, p. 263)
puede estar magnificado por Lévi-Strauss, el primero es un medio
efectivo para asegurar la adopción de procedimientos convencio- Cuando miramos con mayor detenimiento el desarrollo in-
nales y disciplinados. Algunos estudios hi stóricos han sostenido dustrial, descubrimos complejidades similares. Las pretendidas
que la cultura escrita es un medio para establecer el control social, relaciones entre los niveles generales de alfabetización de una
para transformar a las personas en buenos ciudadanos, trabajado- población y el desarrollo económico no han sido sometidas a un
res productivos y, si es necesario, en soldados obedientes (Aries, análisis minucioso. Cipolla (1969) y Graff (1979, 1986) pasaron
1962). Strauss (1978, p. 306) llegó a laconc\usión de que el énfasis revista a las turbulentas relaciones entre la cultura escrita popu-
en la cultura escrita por parte de la iglesia protestante en la lar y el desarrollo económico, desde la Edad Media hasta el siglo
Alemania de la Reforma puede considerarse como un intento de XIX. Ambos autores observaron que los avances en el comercio y la
convertir al pueblo "de sus antiguos modos y hábitos a una industria a veces se producían en contextos de bajos niveles de
ortodoxia letrada, basada en la virtud de la conformidad". El alfabetización. Es más: ni veles elevados de alfabetización no
advenimiento de la educación universal y obligatoria casi nunca auguraban forzosamente desarrollo económico.
fue considerado por los iletradoR como un medio de liberación, sino El cuidadoso estudio !Iobre la alfabetü:ación en Estados Uni-
como algo impuesto por una clase gobernante bien intencionada dos llevado acabo por Keastle, Damon-Moore, Stedman, Tinsley y
con la esperanza de convertirlos en trabajadores productivos y Trollinger (1991) condujo a estos autores a la conclusión de que la
ciud.adanos de buenos modales (de Castell, L'u ke y Egan, 1986; cultura escrita debe analizarse en circunstancias históricas espe-
GrafT, 1986; Katz, 1968; pero véase en Turnan, 1987, capítulo 5, cíficas, y que Waunque para los fines de la política pública se supone
una crítica de los informes revisionistas). Los pedidos recientes de que una mayor alfabetización beneficia tanto a los individuos como
mejoras en las habilidades básicas, tanto en Canadá como en a la sociedad en su conjunto, su asociación con el progreso se ha
Estados Unidos y Gran Bretaña, provienen en su mayor parte de visto cuestionada en algunas circunstancias" (p. 27).
empleadores del ámbito de los negocios o la industria antes que de La misma observación se realizó respecto de la falta de
los propios trabajadores. Y, con notables excepciones, la demanda desarrollo científico y económico en otras sociedades . En China, el
de cursos de educación vespertina es directamente proporcional al número de personas con altos niveles de educación excede en
nivel de educación que el pueblo ya posee. Entonces, ¿la cultura mucho el número de empleos disponibles (Rawski, 1978), y en
escrita es un instrumento de dominación o de liberación? La México, si bien se ha comprobado que los niveles de alfabetización
imposibilidad de responder a esta pregunta condujo a autores están relacionados con el crecimiento económico, sus efectos se ven
como Heath (1983) y Street (1984) a distinguir tipos de cultura ¡ restringidos a las áreas urbanas y las actividades manufactureras
escrita, diferentes modos de usar textos y de "extraer cosas n de (Fuller, Edwards y Gorroan, 1987).
ellos, que están incluidos en diferentes contextos sociales; quizá no Por ende, es fácil exagerar o confundir la funcionalidad de la
haya una cultura escrita, ni un único conjunto de consecuencias. alfabetización. Esta es funcional y realmente ventajosa en ciertos
Clanchy (1979) observó que la política gubernamental de roles sociales directivos y administrativos. Pero el número de estos
educación obligatoria, tal como se la debatió en Europa durante el roles, aunque esté en aumento, es limitado. El alfabetismo es
siglo XIX, refl ejaba no una, sino dos formas de cultura escrita: funcional sólo si se es lo bastante afortunado para obtener deter-

30 31
minada posición. Otras funciones más generales para las que la preescolar, sino explicarlas y elaborarlas, actividades éstas Que
alfabetización resulta útil dependen de los intereses y objetivos de dependen tanto o más del habla que de la escritura. El énfasis e n
los individuos involucrados. La noción de a lfabetismo "funcional " los medios puede menoscabar la importancia del contenido que es

a menos que se especifique "funcional para qué~ o "funcional para comunicado. Además, pasa por alto la significación del contenido
quién", carece de significado. en la lectura y en el aprendizaje de la lectura. La habilidad de leer
5) El desarrollo cultural. Durante las últimas dos o tres depende no sólo del reconocimiento de las le tras y las palabras,
décadas, los antropólogos y los historia dores culturales nos han sino de la adición al conocimiento general de los acontecimientos
permitido conocer la sofisticación de las culturas "orales". H avelock referidos en el texto; por ende, una dis tinción estricta entre
(1963,1982) dio pruebas de que gran parte de la "gloriosa Grecia" habilidades básicas y conocimiento especializado en insostenible.
había evolucionado en una cultura oral; la escritura había tenido En segundo lugar, el uso de las habilidades relacionadas con
menos influencia e n s u invención que en su preservación. W. la escritura como patrón respecto del cual puede evaluarse la
H arris (1989) demostró que el grado de alfabetización en la Grecia competencia personal y social suele simplificarse demasiado. El
clásica distaba de ser universal , y era muy limitado. Probablemen- alfabetismo funcional, la fonna de competencia requerida para la
te no más del 10% de los griegos en los tiempos de Platón sabían vida cotidiana, lejos de ser un producto básico, depende de manera
leer y escribir. Thomas (1989) y Anderson (1989) demostraron que crítica de las actividades particulares del individuo. Lo que es
la cultura griega clási ca era principalmente una cul tura "oral", que funcional para el obrero de un fábrica automatizada puede no serlo
favorecía la dialéctica, es decir, el análisis y la argumentación, para un padre que quiere leerle a su hijo. Centrarse en las
como instrumentos de conocimiento, y que la escritura desempeiíó habilidades relacionadas con la escritura subestima seriamente la
un papel relativamente pequeño e ins ignificante. Por ende, no importancia de los saberes implícitos que los niños llevan a la
parece atinado atribuir Jos logros intelectuales de los griegos a su escuela, así como la importancia del discurso oral en la concienti-
cultura escrita. Lloyd (1990, p. 37) descubrió que el discurso Que
dio origen a los modos tfpicame nte griegos de pensa miento "estaba • zación de esos saberes, es decir, en su transformación en objetos del
conocimiento. Las grandes cantidades de tiempo que algunos
mediado principalmente por el registro oral". Y los estudios niños emplean en ejercido.!! de lectura correctiva podrían dedicar-
antropológicos de las culturas orales, lejos de confinnar las tem- se con mayor provecho a la adquisición de información científica y
pra nas aseveraciones de Lévy-BruhJ (1910/1926,1923), han reve- filosófica. Por cierto, algunos investigadores consideran que la
lado tanto formas complejas del discurso (Bloch, 1989; Feldman, preocupación por la escritura y el énfasis que en ella se pone son
1991) como formas complejas del pensamiento que, por ejemplo, bastante confusos. Bloch (en prensa) destacó que aun en la remota
les permitieron a los marinos polinesios navegar miles de millas aldea rural de Madagascarque él ha estudiado, en la que la cultura
sin la ayuda de brújulas ni mapas<Gladwin , 1970; Hutchins, 1983; escrita no t enía significación funcional ni social , todos, educados o
Oatley, 1977}. Por tanto, no hay vínculos causales directos estable- no, estaban "absolutamente convencidos del valor de la educación
cidos entre cultura escrita y desarrollo cultural, y las opiniones y la escritura" (p. 8). Por primera vez, muchos investigadores est á n
?ctuales oscilan entre la admiración ("La escritura es de la mayor pensando en lo impensable: ¿es posible que la cultura escrita esté
Importancia para el pensamiento"; véase Baker, Barzun y Richards, sobreestimada?
1971, p. 7) Y el desdeño ("Escribir algo no puede cambiar ni Vemos, pues, que las seis hipótesis principales acerca de la
representar de modo significativo la representación que tenemos importancia de la cultura escrita son actualmente discutidas. Sin
de ello"; véase Carruthers, 1990, p. 31). embargo, aunque casi todas las hipótesis respecto de la escritura
6) La cuJtura escrita y el desarrollo cognitivo. Es simplemente han demostrado ser proble máticas, la cultura escrita y sus conse-
un error - dicen los criticos--- identificar los medios de comunica- cuencias no pueden ignorarse. Derrida (1976, pp. 30-31 ) señalóque
ción con el conocimiento que se comunica. El conocimiento puede "este factum de la escritura fonética es masivo: dirige toda nuestra
comunicarse de diversas maneras: mediante el habla la escritura cultura y toda nuestra ciencia, y no es por cierto un hecho más
• •
gráficos, diagramas, cintas de audio, vídeos. El papel de la escuela entre otros". Abordar esta complej idad mediante la enumeración
no es desplazar las percepciones y creencias del niiío en edad de los pro y los contra, ventajas y desventajas de la escritura-la
32 33
así llamada perspectiva del balance- t iene, como acabamos de La me nte primitiva construyó un mundo "encantado" un
ver, un uso limitado. Lo que se requiere es una teoría o conjunto de mundo habitado por espíritus y demonios, influido por en~an­
teonas que expliquen el modo en que la escritura se relaciona con tamientos.y a u.gurios, en tanto que la mente racional dio origen a
el lenguaje, la mente y la cultura. Una t eoría así no exist e en la la concepción cient ífica del mundo, concepción claramente basada
actualidad Quizá porque los conceptos de cultura escrita y de en pruebas y e n el principio de la explicación causal y racional.
pensamiento son demasiado generales o vagos. Los trabajos de Lévy-Bruh1 siguen constit uyendo una apasio-
Eso no significa que no se h ayan propuesto teorías de gran nante introd ucción a todos los estudios sobre la relación entre
alcance e influe ncia. Aunque las analizaremos en detalle en los cu ltura y pe nsamiento, aun cuando sus conclusiones ya no sean
próximos dos capít ulos, puede ser útil i.ndicar la dirección general sostenibles. Lévy-Bruh] comparaba "'su" religión con "'nuestra"
que esa actividad teórica ha tenido e n el pasado. Las grandes ciencia; aunque después lo haya negado, hacía equivaler el pensa-
t eorías sociales de Durkheim (1948) y Weber (1905/1930) relacio- miento primitivo con un pensamiento infantil ; nunca planteó la
naban el cambi.o cognit ivo con el cambio social, pero no leconcedían cuestión de la pertinencia de usar "'nuest ras" categorías concep-
a la escritura un papel significativo en las tr a nsformaciones que tuales para analizar sus afirmaciones, e inferia patrones de pen-
describieron. Durkheim sostenía que las estructuras cognitivas samiento a partir de formas de expresión cuando, en realidad ,
son ante todo de naturaleza social; por ende, los cambios cognitivos estas apenas admitían tal inferencia (Sperber, 1975). Sin embar-
son producto del cambio social; la cognición surge de enfrentar y go, la teoria de las mentalidades de Lévy-Bruhl sigue siendo no
racion alizar nuevos roles y relaciones sociales. Weber , por su sólo una de las más legibles, s i.no también una de las más influyen-
parte, estableció las posibles relaciones entre la "ética" del tes en la materia. Aunque nadie en la actualidad cree en la
protestantismo y el a uge del capitalismo, dado que esa ética se posibilidad de una mente no racional , más que refut ar a Lévy-
centraba en nuevas formas de autoridad y en formas de pensa~ Bruhl se ha intentado explicar sus observaciones de diferentes
miento concomitantes. Como lo señala Leach (982), sólo los man eras (Goody y Watt , 1963/1968); Lloyd, 1990). Trabajos
aspectos sociológicos de estas teorías ha n sobrevivido; la cuestión recientes so~re "esillos" y "modos de razonamiento" (Hacking,
de cómo la cultura podría afectar la cognición ha sido dejada de 1990; TSllIblah, 1990) pueden considerarse derivados del interés
lado. de Lévy-Bruhl por los modos distintivos de pensamiento y cono-
El presente siglo ha sido testigo de dos grandes leoría s cimiento.
psicológicas que abordaron la cuestión desde otro ángulo, es decir , La segunda de las grandes corrientes teóricas, llamada por
intentando explicar el cambio social sobre la base del cambio algunos a utores ~Escuela de Toronto" (Goody, 1987) debido a la
cognit ivo; una vinculó este último con el avance de la cienci.a, y la convergencia de McLuhan, Havelock e Innis es la teoría de que las
otra , con el avance de la cultura escrita. di.ferencias culturales descriptas por LéVY-Bruhl y otros podrían
La primera de estas teorías fue e nunciada por Lévy-Bruhl explicarse en términos de tecnologías de comunicación específica:
(19 10/1926; 1923), quien propuso que las diferencias e nt re las primero, el a lfabeto, y luego la imprenta. Aunque algunas versio-
culturas tradicionales y orales y las culturas modernas se explica- nes de esta teoría gozan de buena salud (por cierto, creo que este
ban a partir de las diferencias en el funcionamiento mental: volumen forma pa rte de esa tradición), sus primeras for mulaciones
han recibi.do severas críticas, cuando no rotundas refutaciones. Ya
La mente primitiva , orientada según la ley de la participación, he mencionado algunos de esos argumentos: la escritura no s iem-
no percibía dificultades en afirm aciones que para nosotros son pre ni en todo lugar conduce a la de mocracia, la ciencia y la lógica;
absolutamente contradictorias. Una persona es ella misma y al algunas culturas no alfabéticas poseen ciencias y filosofías abs-
propio tiempo otro ser; está en un lugar y también en otra parte; tractas; la evolución de la cultura griega clás ica se produjo a partir
es un individuo al igual que un colectivo, y así sucesivamente ... de form as especiales de debate político, y no del examen minucioso
La mente prelógica ... mediante simbiosis mística, sentía y vivía, de docume ntos escritos; diferentes comunidades de lectores pue-
esas verdades. (p. 376) den procesar los mismos documen tos escrit os de maneras muy
diferentes, e ntre otros elementos.

34 35
Por ot ra parte. las especulaciones de McLuhan respecto del pensamiento. Por cierto. las pruebas dis ponibles apuntan hacia la
"ojo" y el "oído" para referirse a l hombre "oral" versus el "'visual". dirección opuesta. Recientemente, algunos autores proporciona·
o "hemisferio izquierdo" versus "hemisferio derecho", me parecen ron pruebas de que los procesos cognitivos que algunos investiga-
meras metáforas de las propiedades de las culturas letradas que dores suponían dependientes de la escritura, como la memoriza-
tan brillantemente ha recogido y ana lizado, y distan de ofrecer una ción, la reflexi ón y la composición de textos (Carruthers, 1990), o
explicación de esas propiedades. De hecho, McLuhan parece haber el pensamiento cien tífico (Lloyd, 1990), fueron inventados en
perdido las esperanzas de poder enunciar una teoría general, y realidad porel discurso oral. Hasta la magistralSumma Theologica
propone en cambio que todo intento de síntesis teórica fue un de Santo Tomás de Aquino (1267-73/1964-81) fue dictada y no
retroceso hacia una cultura letrada obsoleta, y que en una cultura escrita, a partir de recuerdos y no de notas escritas.
eclé<:tica es preferible ocuparse de lo que se percibe, y no de los S in embargo, es innegable que la invención y el uso de
conceptos. La relación postulada por Goody y Watt (I96311968) sistemas de escritura fue instrumental, e incluso esencial, para la
entre escritura y auge del razonamiento silogístico fue criticada fonn ación de las sociedades burocráticas modernas. Y aunque no
por Scribner y Cole (1981), quienes, al diferenciar cultura escrita sea absolutamente irrebatible, es al menos plausible que la
de educación, hallaron pocas pruebas que abonaran un efecto cultura escrita cont ribuya de manera especial al desarrollo de
general de la escritura sobre el razonamiento. En s u t rabajo más modos dis tintivos de pensamiento que son transmitidos por la
reciente, Goody (1987) atempera sus hipótesis originales respecto educación sistemática. P ero para hacer tal afirmación sería nece-
de la distintividad del alfabeto, aludiendo a las condiciones socia- sario un relevamienoo mucho más su til de la naturaleza y las
les en las que se usa la escritura. pero sostiene la noción de que un consecuencias de la cultura escrita, que distinga las consecuen-
registro escrito tiene ventajas prácticas decisivas para llevar a cias sociales de las psicológicas, los usos de las habilidades básicas
cabo una serie de funciones cognitivas. P ara algunos autores, la de las más avanzadas habilidades literarias, la importancia de la
afinnación de Ong (1982): "la escritura aumenta la conciencia", es escritura para determinados grupos de la importancia para el
plau sible; otros, en cambio, la niegan rotundamente , como público lector en general. Lograr esto requiere un análisis más
r.ll.rruthp.Nl ( 990). quien sostuvo que escribir algo no puede cuidadoso de la escritura y la cultura escrita, de la manera en que
cambiar nuestra representación mental de la cosa. La hipótesis de funci ona el lenguaje en contextos letrados y orales diversos, de los
Havelock (1982). que vincula la invención de los griegos de la modos distintivos de pensamiento y fonn as especializadas del
ciencia y la filosoña con la disponibilidad de un sistema de discu rso que están involucrados en el proceso, de las habilidades
escritura es al menos discu tible teniendo en cuenta los hallazgos interpretativas que exige cada uno de ellos, y de la especial
de Lloyd (1979) sobre la importancia del debate político oral en esa concepción de la lengua. el ser y el mundo que res ulta de esas
evolución. Basta con decir, en'este punto, que la simple teoría que actividades.
relaciona la disponibilidad de un alfabeto o de la4.mprenta con En mi opinión, los intentos de enunciar una teoría general
patrones alterados de habla o pensamiento es, en el mejor de los han fallado debido a una serie de simplificaciones. En primer
casos, u na conjetura, y en el peor, simplemente una fal sedad lugar, la cu1tura escrita se ha. vinculado con la alfabetización, y no
(Finnegan, 1988; Halverson , 1992; Smith, 1989). con los sistemas de notación en general. En segundo lugar, se ha
Aunque la resolución de este problema es el tema del presente considerado que la escritura incluye la gramática y la lógica , y no
libro, podemos señalar que, si bien puede demostrarse que la que provee u na representación de la gramática y la lógica del h abla
escritura y la cultura escrita han tenido importantes funciones común. Por ende, el conocimiento y la conciencia metalingüísticos
utilitarias, como hacer posible una "tradición de investigación fueron juzgados, alternativamente, como producidos por la escri-
documental" (Eisenstein, 1979) y la comparación y critica de tura y como independientes de ella. En tercer lugar , la escritura
diversas versiones de acontecimientos (Goody, 1987, p. 237), fue considerada una función directa de un texto escrito. antes que
ningún argumento lógico ni empírico ha establecido vínculos el modo en que un grupo de lectores aborda los textos. Finalmente,
causales directos entre escritura y pensamiento, en parte debido a la escritura se consideró tanto inferior como superior al habla.
la ausencia de una clara noción de lo que son la: escritura o el Si se piensa la cultura escrita como la habilidad básica para
36 37
reconocer emblemas o descodificar letras en sonidos o palabras en ésta produce efectos a través de los avances en los modos de
significados, las consecuencias de la cultura escrita, au!,que im- escribir, es decir, en la forma de la escritura; por el contrario,
portantes, son inevitablemente limitadas. Pero si la cooslder~os sostendré que las consecuencias conceptuales surgen de los modos
en su sentido clásico, como la habilidad para comprender y uhlizar de ker, dado que el arte de la lectura es lo que permite que un texto
los recursos intelectuales provistos por los tres mil años de diver- sea tomado como modelo de fonoa verbal , esto es, de "10 dicho".
sas culturas letradas, las consecuencias de su aprendizaje pueden Estos modelos de lo que se dice, sean sonidos, palabras u oraciones,
ser enormes. Y no sólo porque la cultura escrita ha permitido la siempre son incompletos, 10 que da origen a los problemas de
acumulación de tesoros que están almacenados en textos, sino interpretación. Mientras que los textos escritos proporcionan
también porque entraña un variado conjunto de procedimientos modelos adecuadamente razonables para lo que se dice, son menos
para actuar sobre y pensar en el lenguaje, el mundo y nosotros adecuados los modelos que ofrecen sobre cómo debe tomarse lo que
mismos. Tal es el tema principal de este libro. se dice, lo cual, en nuestrajerga moderna, describimos como fuerza
¿Qué podemos esperar de una teoría de la escritura y la ilocucionaria. Los problemas de lectura/interpretación no surgen,
cognición? Debe establecer las relaciones entre habla y escritur~, pues, de lo que los textos representan -sonidos, palabras, oracio-
específicamente, las propiedades léxicas, gramaticales, pragmá.tJ- nes-, sino más bien de lo que no representan, la manera o actitud
cas y discursivas del habla y la escritura, y el papel de la t ranscnp- del emisor respecto de lo dicho. Trazo aquí la historia de las
ción en su divergencia. A su vez, debe dar cuenta del modo en que soluciones al problema de la lectura/interpretación, para mostrar
los cambios en las prácticas de lectura y escritura contribuyeron a cómo los modos de escribir y de leer dan como resultado un
los cambios de la orientación conceptual que se asociaron con los conjunto de creencias e hipótesis, un "logocentrismo" que va más
cambios culturalmente significativos. Debe indicar los modos en allá de la comprensión que los lectores tienen de la lengua, del
que la enseñanza de la lectura y la crítica de textos contribuye al mundo y de sí mismos. Abordo la nueva manera de leer las
desarrollo del pensamiento crítico en general. Debe contribuir a Escrituras -sus significados intencionales- , Que camhió ¡;m IR
nuest ra comprensión del desarrollo intelectual del niDO desde la baja Edad Media y dio origen a la Reforma, y la correspondiente
época preescolar hasta los niveles más avanzados de la escolari- nueva manera de leer el "Libro de la Naturaleza", que dio origen
dad. Y debe facilitarnos una visión esclarecida acerca de cómo la a la ciencia moderna temprana. Mi objetivo es mostrar cómo
cultura escrita y los textos escritos pasaron a ocupar la posición de nuestra comprensión del mundo, es decir, nuestra ciencia, y
preeminencia y autoridad que tienen en las sociedades burocráti~ nuestra comprensión de nosotros mismos, es decir, nuestra psico+
cas modernas. Pero lo más importante es que debe contribuir a una logía, son producto de nuestras maneras de interpretar y crear
clara y defendible noción de las ubicuas pero poco comprendidas textos escritos, de vivir en un mundo de papel.
nociones de lectura, escritura y pensamiento.
Al mismo tiempo, una teoría así debeTÍa ayudarnos a d esha~
cernas de nuestros simples prejuicios respecto de la cultura escri-
ta. Debe ofrecer una alternativa a la comprensión superficial del
tema, cuyo res ultado es la perpetuación de la opinión de que
quienes no pueden leer ni escribir son patéticos y menesterosos,
que el analfabetismo es un problema social comparable a la
pobreza, la desnutrición y la enfermedad, con las cuales se lo suele
agrupar, que los miembros de las sociedades ágrafas son salvajes
ignorantes, que es imposible educar a los niños que no leen, y que
aquellos que no han asistido a la escuela desconocen todo valor.
Los argumentos que desarrollaré se articul an en torno de la
idea de que el fracaso de las primeras teonas de las consecuencias
de la cultura escri la proviene de que todas ellas han supuesto que
38 39
2
Teorías de la cultura escrita y d e
la mente, desde Lévy-Bruhl hasta
Scribner y Cole

El mundo cIterior que ellos perciben difiere del que nosotros


ap rehendemos. (Lévy-Bruhl, 1910/1926)

Con la publicación de The psychology of literacy de Scribner


y Cole (1981),18 teoría de que la cultura escrita podría explicar los
grandes cambios sociales y psicológicos expuestos en las revolucio-
narias obras de Havelock, McLuhan, Goody y Watt y Ong fue, al
menos para algunos, definitivamente enterrada. Según Scribner y
Cole, In introducción de la escritura en 111'1f1 '<:;O~i P,rlfld tradicional no
producía efectos cognitivos generales, taJes como la habilidad para
memorizar, clasificar, y para hacer inferencias lógicas, El origen
de los cambios cognitivos de importancia tenía que buscarse más
bien en la modificar;ión de las condiciones sociales o en los procesos
de educación. Patricia Greenfield (1983) expresó la opinión gene·
ral diciendo que el trabajo de Scribner y Cole "debería librarnos de
una vezy para siempre de la visión etnocéntrica y arrogante de que
una simple tecnología basta para crear en s us us uarios un conjun·
lo de procesos cognitivos típicos, por no dccir superiores" (p. 219).
El primer objetivo de este capítulo es ver cómo las teorías de la
cultura escritay de la cognición que comenzaron el siglo de manera
tan prometedora pudieron caer hasta un punto tan bajo. Su
segundo objetivo es sentar las bases para un nuevo comienzo: el
búho de Minerva sólo alza el vuelo al caer la noche.

¿La cognición tiene una hist or ia?


Tanto afirmar como negar una relación entre cultura escrita
y pensamiento requiere que tengamos alguna concepción operati·
41
va de ambos. La cultura escrita es, desde luego, un logro histórico; podemos des pachar sin más la teoría que conecta cognición y
podemos rastrear tanto la evolución de la tecnología de la escritura cultura escrita.
como la difusión de la lectura. Pero no es del todo seguro que el Podemos abordar este tema desde otro á ngulo. Algunas
pensamiento - las formas de la racionalidad-tenga un? his~ria disciplinas, en especial la historia, inlentan describir modos par-
parecida. Comencemos, pues, con la pregunta: ¿La raclOnahdad ticulares de pensamiento y fonn as de discurso que caracterizan
tiene una historia? determinados períodos históricos y determinados grupos sociales.
Es obvio que el pensamiento posee una historia ~volutiva; el Así, tenemos descripciones del pensamiento legal, religioso o
pensamiento de los niños es diferente del de los adultos. El1egado científico de la Grecia socrática, de la Inglaterra medieval, de la
de Piaget consiste en la idea de que en los niños no sólo a~enta Nueva Inglaterra puritana o de los zafunaniryde Madagascar. De
la cantidad de conocimiento, sino que se desarrolla una ept~temo­ manera más general y menos certera, podemos caracterizar el
logia; el desarrollo implica saber más y pensar de,manera diferen- pensamiento como mágico, es decir, "encantado", fundamentalista
te. P ara citar un ejemplo simple: cu ando son aun pequeños , los o critico, cada uno de los cuales entra ñarla no sólo diferentes
nmos adquieren una gran cantidad de conocimientos a~rca d~ sí niveles de sofisticación, sino también diferentes maneras de gene-
mismos y de su mundo. P ero cuando tienen cuatro o ClflCO anos ralizar, de usar las pruebas o de justificar las inferencias. Volve-
comienzan a comprender cómo conocen el mundo. Esto no es un~ mos a la misma pregunta: ¿Existen en realidad eso que lla mamos
mera parle del conocimiento; es el desarrollo de una nueva POSI - "modos de pensamien to''? Y de existir, ¿tienen una historia? Si el
ción para su conocimiento previo. Adquieren una episte~ol.ogfa, pensamiento es siempre y en todo lugar el mismo, podemos
una nueva comprensión de las condiciones del conoclml.e nto nuevamente despachar sin más la teoría que relaciona cultura
(Wimmer, Hogrefe y Sodian , 1988). Este es, desde luego, el prtmer escrita y cognición.
paso en una serie de transformaciones. Mucho después, aprenden Desde luego, todos los individuos son racionales; la raciona-
que no ¡:;ólo existe una distinción entre lo Que saben y lo que creen, lidad forma parte de IR. dAfin ici6n de un ser humano. Uno de los
sino también que 10 que saben es una especie de lo que creen , que logros más notables de un siglo de investigación antro pológica es
aun el conocimiento puede someterse a revi sión. En ese punto, el descubrimiento de que Jos individuos son notablemente simila-
podemos decir que han comenzado a pensar teóricamente. res en cuanto a las formas de hablar y de pensar, y que hay
Algunos autores han intentado explicar los estadios profundas coincidencias en los modos de asignar privilegios, admi-
piagetianos como un modelo para los estadios culturales, propo- nistrar justicia, adorar a los dioses, enterrar a los muertos, entre
niendo que algunas culturas son concretas y otras formales en sus otros elementos. Si bien en la época de Marco Polo(siglo XlI) se creía
modos de pensamiento (Hallpike, 1979). Si bien es sugerente, el en la posibilidad de que existieran, en algún lugar, individuos con
para1elo resulta engañoso. El hecho de q~e la cognició.~ se desarro- cabeza de perro, y en la época de Daniel Defae (siglo XVll), que
lle a t ravés de una serie de transformaCIOnes en la runez no es un hubiera realmente individuos no civilizados como Viernes, esos
argumento en favor de la hipótesis de que la cogni~ón de los días han terminado para siempre. "Son como usted y como yo." Sólo
adultos tiene una historia. Por una parte, si bien se consIdera, y con en tiempos de guerra nos permitimos la libertad de pensar que
razón, que el desarrollo del niño es progresivo, la~ diferencias otras sociedades están compuestas o guiadas por "locos".
culturales no representan estadios de una escala uruversal con la
cultura occidental en la cima. Todas las culturas estables son La cognición no letrada: el pensamiento neolítico
"maduras~. Por otra parte, la metáfora no ofrece nada que pueda
explicar el paralelo de manera causal. Si bien es o~vio que. düeren- ¿En qué medida somos todos iguales desde el puOLo de vista
tes individuos y diferentes cultu ras tienen creenClas distm tas, no cognitivo? Aunque esta sea una pregunta importante, aún no
es tan obvio que tengan diferentes modos de pensar acerca de su~ disponemos de res puestas acertadas. La "unidad psíquica de la
creencias, es decir, que posean diferentes epistemologías. Pero SI humanidad" no puede caracterizarse adecu ada mente haciendo
la cognición humana, la racionalidad humana, ~s siempre ? en ~odo una lista de los títuJos de capítulos en un libro cualquiera de
lugar casi la misma, entonces la cognición no tIene una histona, y introducción a la psicología: sensación, percepción, pensamiento,
42 43
memoria, lenguaje. No existen seres humanos sin ellos. Sentimos -nadie supone que la función del cerebro cambió notablemente en
más respeto por los poderes cognitivos de nuestros antepasados veinte . ni en doscientas generaciones-, también es válido suponer
neolíticos cuando tenemos en cuenta la descripción de Lévy- que las técnicas, tecnologías, sistemas, esquemas, formas y formato.s
Strauss (1966): para gobernar esos procesos podrían ~arn:r cambiad~ y, ~n reah-
dad , tendrlan una historia. La memona bene una hlstona, en. el
Transformar una hierba en una planta cultivada, una bestia Sentido de que algunas culturas desarrollaron sistemas mnem?m~os
salvaje en un animal doméstico, producir, en ambos casos, especiales para conservar la información cultural y verbal slgmfi.-
propiedades nutricias o tecnológicas útiles que estaban origina- estiva. El pensamiento tiene una historia en el sentido de que las
riamente ausentes por completo o sólo podian adivinarse; fabri- culturas han desarrollado y acumulado prácticas, conceptos y
car recipientes sólidos, aptos para contener agua, a partir de la categorías para pensar el lenguaje, el mundo y el ser .. E s~s
arcilla, que es quebradiza e inestable, que puede hacerse polvo prácticas y sus conceptos asociados son los que le dan una hIstona
o romperse (lo que, sin embargo, sólo es posible si de un gran al pensamiento. Y aunque la cognición en cada cultura humana
número de materiales orgánicos e inorgánicos, se elige el más pueda tener una historia característica, es importante que empe-
apropiado para su refinación, y también el combustible apropia- cemos a comprender las fuerzas que dieron origen a nuestros
do, la temperatura y duración del calentamiento y el grado "modernos" o privilegiados modos de pensamiento.
efectivo de oxidación); poner a punto Mcnicas, a menudo largas
y complejas, que pennitan el cultivo sin suelo 0, alternadamente,
sin agua; transformar raíces o semillas tóxicas en alimentos o
Historias del pensamiento
usar su veneno para la caza, la guerra o los rituales: no hay duda
de que todos estos logros requirieron una actitud genuinamente Si la cultura escrita tiene una función en esa historia, ¿qué
científica, un interés atento y sostenido y un deseo de conoci- concepto de cultura escrita debemos adoptar al formulru: esa
miento por el conocimiento mismo. Puesto que sólo una pequeña función: ¿la invención de una escritura?, ¿de una e~cntura
proporción de observaciones y experimentos (que debe suponerse alfabética?, ¿de una forma particular de discurso, como la lIteratu-
han sido básicamente inspirados por el del:iw ue cUllvcU¡uento) ra o el derecho?, ¿de la lectura (interpl'etación) de una escritura de
pudieron haber rendido resultados prácticos e inmediatamente un modo determinado? ¿de un habla acerca de las cosas que
útiles .. . El hombre neolitico, o histórico temprano, fue. pues, el estaban escritas?, ¿de la democratización de una escritura?, ¿de la
heredero de una larga tradición científica. (1966. pp. 14-15) invención de géneros escritos especializados? Cualquier teoría
explicativa tendrá que establecer cómo la escritura y la cultur a
Podemos equivocarnos si buscamos en la cultura escrita una escrita alteraron las actividades racionales.
explicación de la evolución del pensamiento neolítico, aunque hay Por cierto, parece razonable centrar nuestra atenció~ en la
algunas pruebas de que una preescritu ra, bajo la forma de fichas evolución de formas especiales de pensamiento, en partIcular,
puede datar del Paleolítico, así como los impresionantes dibujos de modos de pensar la naturaleza. las Escritu ras. la ley y la vid~. y
las cuevas de Altamira y La.scaux. Lévi-Strauss contrasta esa acerca del papel que la escritura desempeñó e? esa evol~clón.
ciencia concreta con el pensamiento más abstracto, basado en Diferentes disciplinas formulan sus teorías en diferentes mve.les
símbolos, más caracterlstico de la ciencia occidental. No es infun- de generalidad. A algunas les basta con mostrar una correlaCión
dado suponer que, así como la ciencia práctica t iene una historia, general entre escritura y cambio cultura~, o ~ntre grado de ~lfabe­
el pensamiento basado en símbolos también la tenga. Y correspon- tización y desarrollo social. Pero nosotros (mVlto al lector a umrseme
de a la psicología,junto con sus di sciplinas relacionadas, intentar en esta indagación) perseguimos algo más preciso. Lo que bu ~c~­
una caracterización de los cambios simbólicos, cambios en los mos es una explicación que pueda indicar cómo leer y escnblr
curues la cultura escrita puede desempefiar una función critica. En pueden contribuir a tal efecto. PO!; ende. ~o p~emos ~~elar a
el capítulo 4 consideraremos los relacionados con la escritura. algunas nociones generales como sesgo V1sual o "habilIdades
Así, si bien puede suponerse que hay una historia de los visuales" o "niveles de conciencia" o "h abilidades analíticas" o
procesos cognitivos básicos tales corno la percepción y la inferencia "habilidad para la abstracción" -<:onceptos de dudoso valor expli.

44 45
cativQ-; más bien debemos indicar aquello que los pensadores conceptos reli giosos a conceptos científicos: estos últimos marcan
esperaron, buscaron, representaron y recordaron acerca de lo que un progreso no sólo en la organización social, sino también en los
dijeron, hicieron, escribieron, esbozaron o diseñaron. En una mo~os ~e pensamiento. Como hemos señalado, sólo los as pectos
palabra: buscamos la evolución de un nuevo conjunto de conceptos, SOCIOlógICOS de la teoría de Durkheim han sobrevivido, en desme-
que consideramos centrales en el uso de la escritura para una dro de los procesos cognitivos de los individuos. A los fines de
variedad de propósitos sociales, como la ciencia, la ley, la literatu- nuestra indagación, la fuerza de la teoria reside en que ofrecía una
ra, la historia, la fil osofia y la religión, es decir, para la diferencia- explicación posible para la Reforma, el auge de la primera ciencia
ción y especialización de esas actividades. moderna y la psicología racionalista ; todas eran manifestaciones
Aun cuando aceptemos que el pensamiento tiene efectiva- de los cambios sociales asociados con la decadencia del feud alismo
mente una historia, y que la cultura escrita pudo haber tenido una y el auge del individualismo, el capitalismo y las organizaciones
parte importante en ella, nos resta asignarle una prioridad a la políticas democráticas.
diferenciación entre cambios sociales y cambios psicológicos. Los Este tema fu e tratado más explícitamente por Max. Weber
teóricos sociales siempre han sostenido que los cambios sociales, la (190511930), quien defendió la idea de un vínculo entre la Reforma
urbanización, por ejemplo, entrañan cambios cognitivos. Los teó- y el auge del capitalismo; ambos fueron considerados manifesta-
ricos de la cognición sostienen que la necesidad no puede por sí sola ciones de un a lógica form al de la racionalidad de los medios y los
dar origen a los conceptos; éstos, al igual que las instituciones, son fines. El a nálisis lógico de las relaciones ent re med.ios y fines , una
inven tados por los individuos y tienen una historia. P ara este tipo especie de línea de montaje del pensamiento, contribuyó a una
de teóricos, los cambios conceptuales preparan el terreno para los visión desencantada de la naturaleza, es decir, a la ciencia, y a una
cambios sociales. Las condiciones de una sociedad más bien pue- forma metódica de religión, el protestantismo. Ni Durkheim ni
den determinar qué conceptos se adoptan y cuáles se rechazan. Weber tenían mucho que aportar a una leoría psicológica y, como
Este problema prepara el terreno para nlle~tr~ ffiviRión , dado Que, se dijo, su influencia actual se limita a la sociología y a la
en realidad, las primeras teorfas modernas del origen del pensa- antropología, aunque Latour y Woolgar (l~tH:i) han mostrado la
rruento moderno fue ron teorías sociales, es decir, las de Marx, util idad de la perspectiva durkheimiana en la comprensión del
Durkheim y Weber. Empecemos, pues, por ellas. descubrimiento científico.
La tesis de Merton (1970), una versión afinada de la tesis de
Historias sociales del pensamiento: Marx, Weber, también trató de dar cuenta de la relación entre pensa-
Durkheim y Weber miento religioso y científico, específicamente de explicar por qué
tantos científicos de las primeras épocas mod~rnas ofrecieron una
Hay una corriente en las ciencias sociales que va de Marx y ~éti~~" del utilitarismo, del trabajo arduo y de la responsabilidad
Durkheim hasta Weber, y más tarde hasta Vygotsky y Luria, mdi,,?dual, en la que cada hombre es su propio intérprete de las
quienes privilegiaron las condiciones socia les por sobre las estruc- Escnturas y de la naturaleza, lo que condujo al desarrollo de la
turas psicológicas. En El capital , Marx (1906) sostiene que la cie~cia experimental . Kuhn (1977) criticó a quienes propusieron la
naturaleza y las aptitudes humanas siempre estuvieron subordi· teSIS de Merton , por suponer que el factor crítico en la revolución
nadas a los modos de producción; lo que hacemos determina cómo industri.al era el.desarrollo del método experimental . Según Kuhn,
pensamos. También Durkbeim sostuvo que la vida lógica tenía sus el. expenmentallsmo fue secundario; 10 que se requirió fue "un tipo
raíces en la vida social (Lukes, 1973, p. 441). Los conceptos, a los dIferente de reflexión", noción que tomó de Butterfield (1965).
que llamó representaciones colectivas, no son simplemente ideas Ku.?n Il eg~ a la conclusión de que ~aún queda por demostrar que
sostenidas por s u valor de verdad; son el cemento que reúne a una la Id eoJ~gIa Que algunos adoptaron tuvo efectos importantes,
sociedad entera . Para ser una persona en una sociedad, debemos sustantivos o metodológicos, en sus contribuciones centrales a la
adoptar los conceptos de la cul tora; esos conceptos son aglutinantes ciencia" (p. 117). Lo que no parece claro es de dónde provino ese
y tienen un estatuto sagrado, es decir, religioso. Sin embargo, nuevo punto culminante del pensamiento. ¿Puede una teoría de la
Durkheim sostuvo que el cambio social puede entraña r el pasaje de lectura llenar ese vacío?
46 47
La perspectiva marxista tomó una forma más específicamen. casos que Lévy·Bruhl analiza poseen uoa forma subyacente simi-
te psicológica en los trabajos de Vygotsky y Luria. Ambos sostuvie- lar. Describiré uno de esos casos en detalle: la creencia de los
ron que los "procesos mentales superiores" siempre involucran el huichol de México de que "el maíz, el ciervo y el hikuli (una planta
uso de signos inventados por la sociedad, como la lengua, la sagrada) son, de algún modo, una misma y única cosa". Lévy·Bruhl
escritura, los numerales y las descripciones, que son culturalmen· seiiala que los tres están asociados con emociones religiosas
te diversos, y que tienen una historia. Los medios por los cuales intensas debido a su significación, y por este motivo los huichol se
esos recursos culturales resultan ser psicológicos se describen refieren a ellos como "la mis ma cosa" o incluso como "idénticos".
como "inlernalizaciones", concepto que, como veremos más ade· Además, su mitología sostiene que el maíz fue una vez un ciervo.
lante, es irremediablemente vago. Sin embargo, estos autores Lévy-Bruh1 propone y abandona varias hipótesis explicativas: los
ofrecen propuestas especificas sobre cómo la escritura y la cultura tres son necesarios para la vida y son , por ende. "lo mis mo"; los tres
escrita pudieron influir las operaciones y actividades cognitivas y son "analogías", es decir, figuras o modelos de los otros dos, etc.
ofrecieron esas propuestas como explicaciones posibles del desa· Señala que "desde el punto de vista del pensamiento lógico, esas
rrollo desde las fonnas primitivas de pensamiento a las modernas , 'identidades' son , y siguen siendo, ininteligibles". Su hipótesis
desarrollo que ambos asociaron con la cultura escrita. Para como preferida es cognitiva: esas creencias surgen de un modo prelógico
prender s us propuestas tenemos que volver al trabajo antropolÓ- de pensamiento, de una lógica de la participación, que le pennite
gico de Lévy·Bruhl (1910/1926, 1923). en el que se elaboró por a la mente primitiva afirmar al mismo tiempo "Esto es un ciervo"
primera vez el concepto de "pensamiento primitivo". y "Esto es maíz" (1923, p. 122-125). Los antropólogos modernos
siguen debatiendo el significado de expresiones similares, halla-
El pensamiento primitivo das en muchas otras culturas tradicionales. Los núer del Sudán
sostienen que "Los gemelos son pájaros" (Beattie, 1970), los
La noción de mentalidad "primitiva", privada de los benefi· zafimaniry, que "El lugar central (de la casa del jefe del clan) es un
cios de la cultura, e indicativa de la primera era o estadio de la ancestro" <Rloch, en prensa), y los navegantes isleños puluwat, que
humanidad, la mente natural o "salvaje", data de la época del "Oriente es un gran pájaro" (Gladwin, 1970), afirmaciones que son
descubrimiento. Exploradores como Cristóbal Colón en el siglo xv, similares en su forma a la de los huichol.
y Cook en el XVIlI produjeron extensas crónicas sobre el pensamien· Lévy.Bruhl explicó ese pensamiento apelando a la noción de
to y las acciones de los llamados pueblos primitivos, no sólo en Durkheim de representaciones colectivas:
cuanto a su visible salvajis mo -Cook quedó horrorizado con el
canibalismo que encontró en la Tierra de Van Daiman (Tasmania).- .. .los primitivos no perciben del mismo modo en que nosotros lo
sino también en cuanto a su sensibilidad: Cook notó que los hacemos. El medio social que los rodea difiere del nuestro, y
caníbales que "condimentaban" a sus enemigos, también se horro· precisamente porque es diferente , el mundo externo que perci·
ben difiere del que nosotros aprehendemos. Sin duda , tienen los
rizaron ante la sugerencia de Cook de que además podían comer a mismos sentidos que nosotros, .. y su estructura cerebral es como
los muertas de s u tribu (Beaglehole, 1955/1967, p. 71)_La creencia la nuestra. Pero debemos tener en cuenta aquello que sus
en la magia y la brujería, en las explicaciones sobrenaturales de los representaciones colectivas infunden en todas sus percepcio--
hechos ordinarios, y en la percepciÓn de la escritura como un arte nes ... [para ellos}, todas las cosas tienen una existencia invisible
mágica fue documenLada 8 menudo por los primeros exploradores. y también una visible. 0910/1926, p. 43)
Los intentos sistemáticos de descubrir las propiedades del
pensamiento primitivo tomaron una fonna moderna con los estu· Aunque muchos críticos han ridiculizado la noción de Lévy·
dios antropolÓgicos sistemáticos de Lévy·BruhI, tal como los pre· Bruhl de pensamiento primitivo-en realidad, él mismo abandonó
sentó en su primer libro, How natiues think (926), publicado en luego esta noción porque tendía a representar ese pensamiento
Francia en 1910. En realidad, este libro es una encantadora como infantil-, otros (Tambiah, 1990), y me incluyo entre ellos,
enumeración de observaciones y anécdotas de acontecimientos creemos que Lévy·Bruhl estaba muy cerca de la explicación correc-
que parecían mágicos a los s ujetos iletrados, no educados. Los ta. Lévy·Bruhl (1923, p. 43) atribuyó esas creencias mágicas al
48 49
hecho de que "la mente no diferencia entre signo y causa". Los
signos naturales como las huellas no plantean problemas. Pero
cuando los signos "manifiestan la presencia de fuerzas místicas, ya
no es posible distinguir 'signo' y 'causa' ". Dicho en el argot
moderno, Lévy-Bruhl estaba afirmando que el pensamiento tradi-
cional tenia dificultades para manejar la relación entre la cosa y la
representación de la cosa, pues creían que la r epresentación era
portadora de algun a de las propiedades de la cosa representada,
relación a la que llamamos técnicamente metoninúa.
Esta hipótesis resulta más plausible cuando notamos que no
siempre se ha distinguido la metáfora de la metonimia. Lloyd
(comunicación personal , 1993) propone que la distinción entre
ambas es privativa de las tradiciones que proceden de Aristóteles.
En la Edad Media, muchos creían en la eficacia de las reliquias, y
hasta en la actualidad nos tienta creer en la eficacia de encanta-
mientos, maldiciones, bendiciones y buenos deseos. Como vere-
mos, el problema de determinar con precisión cómo interpretar las
afirmaciones bíblicas como "El reino de los cielos está en tu
interior", o "Este es mi cuerpo", sigue confundiendo a los eruditos
en toda la Edad Media, y sigue confundiéndonos a muchos de
nosotros aún hoy.
Figura 2.1. Esto no es una pipa, de ,ené Magritte.
I
-
La metonimia - tomar signos, en especial imágenes, como tación pueden en efecto constituir un campo en el cual el entendi-
algo que encierra las cosas de las que son signos- está profunda- miento ha evolucionado. El modo en que ese cambio ha ocurrido es
mente arraigada en todos nosotros, primitivos o modernos. La el tema del capítulo 5.
antigua critica a los "ídolos" implica una preocupación por la Si, efectivamente, la característica principal del pensamiento

posibilidad de confundir la imagen con la cosa de la que es imagen. I "primitivo" está vinculada con la comprensión de la relación entre
Gombrich (1950) nos recuerda que aun el más civilizado de noso- representaciones y realidad, no debe sorprendernos encontrar que
tros sentiría remordimientos si t uviera que clavar u n alfiler en el los miembros de sociedades tradicionales que no están familiari za-
ojo de un amigo sobre una fotografía. Los revolucionarios derriban das con la escritura tengan al respecto concepciones que nos
las estatuas de los déspotas depuestos, y no les permitimos a parecen extravagantes. En realidad, Lévy-Bruhl descubrió que la
nuestros hijos que mutilen a sus muñecas. escritura era considerada mágica por sus "nativos"; "Aun cuando
La distancia entre lo primitivo y lo moderno es sutil pero parezca haber aprendido lo que es la escritura, a un cuando pueda
significativa. Aunque nos perturbe pinchar la fotografía de un leer y escribir, el nativo nunca pierde la sensación de que está
amigo, la mayoría de nosotros no creemos que el daño a una actuando una fuerza mística" (p. 430). "P ara los salvajes, los libros
fotografía o a una muñeca afecte adversamente a la persona y la escritura no son objeto de menor sorpresa que las armas de
representada; no creemos en la magia vudú. Aceptamos, tal vez a fuego ... Los ven inmediatamente como un instrumento de la
regañadientes, la leyenda de Magritte "Esto no es una pipa", divinid~d " (1923, p. 424). Lévy-Bruhl informa que un hombre de
escrita al pie de la pintura de una pipa (véase la figura 2.1). Bechuanalandia dijo; "Nunca más llevaré cartas. Si esta carta me
Nuestras ciencias exploran modelos o representaciones alternati- hubiera hablado en el camino, me habría asustado mucho" (p. 427).
vas de las cosas, una for ma de actividad que presupone una Otros rQmpían el papel con una lanza para impedir que los dañara
discontinuidad radical entre una cosa y su representación. Por a l hablarles. Wundt (19 16), en Elements of folk psychology
ahora, basta con sugerir que las cambiantes nociones de represen- (VolkerpsychologieJ analizó largamente la relación entre la escri-
50 , 51
I
tura y la magia pro . d
be ' , pomen o que aun los recientemente all:
hzados tra.tan la escritura como si ésta poseyera poderes má ~~ Nadie duda de la veracidad de estos relatos pero nadie
co~. W. Hams (.1~89) proporciona una fotografia de una tablef considera útil, es decir, explicativo, poner a estos episomos la
griega con maldiClones en la que se lee' <iR H a etiqueta de "pensamiento primitivo". Pero si los vemos como
yel Mundo Subterrán~ a ta V· era, ermes, los Dioses ejemplos de casos en los que los signos o los símbolos no sólo
S ni cep n a eDusta, el esclavo de Rufus" representan un objeto o acontecimiento, sino que, en realidad,
. e~upo a que la,versión escrita le agregBba fuerza ala maJd' '6 :
~;::~s~~~:~gUlr repitiendo la maldición sin cesar, sin dete~~r;~ portan o transmiten algunas de las propiedades del referente, es
decir, de casos en los que no prevalece un límite estricto entre la
Karen Blixen, en su libro Fuera de Afric . representación y lo representado, sobre todo en lo relativo a
agradable descripción de la mezcla de 8orpre~~ Pe~rc~odnad un. símbolos sagrados, ya no hallaremos esa conducta simplemente
provocaba su lectura de la . ar! a que incomprensible. Por otra parte, habremos preparado el terreno
analfabetos kik . s cartas personales que recibían los para plantearnos la pregunta sobre lag condiciones en las cuaJes
uyu, escntas en su propia lengua
podían leer y que ella ~ ~ ~'a lee • pero que no tales distinciones se hacen sistemáticamente. Dado que, cuando
" jJVUJ r pero no comprender:
éstas se respetan sistemáticamente, estamos, si no ante el fm, al

t::~:;~~~:~lee::~~r:~!:~~vae8d:!;~:~~~~~::;:~~s ma~i. menos ante el comienzo del fin del pensamiento mágico.
Deberíamos admitir la posibilidad de que el problema consis-
~~~s~::l~e~~ habrían recibido con duda y soma si se h~~~~r~ ta en establecer las diferencias entre representaciones y cosas

~:~~~~!~~~~~%~1:t:~E =:~:~r~:d ~~~~:~


representadas cuando nos damos cuenta deque la filosofia contem-
poránea sigue debatiéndose con ese problema. Por ejemplo, no
sabemos si los sistemas de inteligencia artificial, implementados
~~:?o;rea;qUiera que
confunda una p~labra ~~ e~~~~~r:~l~= en computadoras, simulan, es decir, representan el pensamiento
proe"bra un gran placer malicioso, y nunca lo olvid~rán o realmente piensan. Esto no difiere demasiado de lo que les sucede
Y P"eden nom rar a un hombre bl d '
;ed~~~¡eCrc~~; ¡;~~~:~~~acometie:c~n ~~:~~n~:::ri~~:aj:
a los huichol: no están seguros de si "El maíz es un ciervo", o si tan
¡:¡610 "El maíz representa un ciervo".
ignorantes, insistirían en a~~~a~~ea~~::~:~~: ~ ~ers?~s Harbsmeier (1988) analizó los casos reft:riu05 de actitudes
rrogarse y analizarle, y creerían las cosas má ' nan ID - "primitivas" ante la escritu ra y considera que existe poca diferen-
que encontrar una falta en la palabra escrita s absurdas antes cia entre las actitudes de los analfabetos frente a los textos escritos
E? una de las cartas que leí en voz alta a u~ muchacho de l y la de los alfabetiza dos. El texto al cual habían estado expuestos,
gr8llJa, el autor, entre otras noticias daba un laCón' .a señala este autor, era principalmente la Biblia: "Aprender a leer
"Hecocinadounbabuino" Le 1" . lco mensaJe: era para ellos equivalente a cambiar de religión" (Lévy-Bruhl,

::f!~~se s~~b~:s~:~~~~~~~~~:!;e~~~~i~t:~~i~i;~:~:~
de ntnguna manera lo aceptarla. no e a carta
1923, p. 425). Así, cuando un misionero le preguntó a un habitante
del Transvaal acerca de su práctica de hacer rodar "huesos" como
práctica adivinatoria, éste respondió: "Para nosotros, este es
lo que~o~:::~~to~O-dijO-, ¿qué escribió en mi carta? ¿Qué es nuestro libro; usted lee la Biblia todo el día, y cree en ella; nosotros
estamos leyendo la nuestra" (p: 425).
. -Escribió que ha cocinado un babuino -eontes Evans·Pritchard (1937) también informó que los azande
hCÓ~o pudo h~~r cocinado un babuino? Y si en ' reali~' I:~o solían decir: "El oráculo del veneno no falla, es nuestro papel. Lo
e~~,. te escr~blrfa más para contarte por qué y cómo lo hizo a que su papel es para usted, el oráculo del veneno lo es para
palab;::~~ri~u~ :~d~~n:~e ifc~modlo ,ante esa crítica de ia nosotros", dado que veían en el arte de la escritura la fuente de
cuidadosamen~ y se alejó COn e~la.e(;~;:r: ;~.~fa, la dobló conocimiento, precisión, recuerdo de los hechos y predicciones
para el futuro de un europeo" (p. 263). Harbsmeier (1988) señala
que esos informantes comprendieron la equivalencia entre su
"escritura" y la Biblia de los misioneros occidentales de un modo en
52
53
que los misioneros y los antropólogos mismos no lo habían hecho. esto es, en sus dispositivos para aumentar artificialmente la
Ambos modos eran igualmente mágicos; podían salvaguardar el memoria, incluyendo palos con muescas, cuerdas anudadas y
presente y predecir el futuro. escritura: "aun en las primeras épocas del desarrollo histórico, los
En mi opinión, las perspectivas sobre la escritura que poseen humanos fueron más allá de los límites de las funciones psicoló-
los pueblos ágrafos no difieren de las que Jos demás pueblos tienen gicas que la naturaleza les dio, y procedieron a una nueva orga-
de los documentos sagrados, nuestros libros santos o documentos nización, culturalmente elaborada, de su comportamiento" (1978,
personales. Sin embargo, como ocurría con las creencias totémicas p.39).
antes analizadas, las actitudes respecto de la escritura sugieren Entonces se creía que la tecnología afectaba el proceso cogni-
que se ha establecido un límite conceptual entre las palabras y sus tivo porque permitía un nuevo nivel de actividad, y sobre todo,
significados o los textos y sus mensajes como consecuencia del porque tornaba consciente esa actividad primaria. Por ende, tanto
impacto de la tradición letrada. Ese límite se encuentra entre la Vygotsky (1962, p. 99; 1978, cap. 7) como Luda (1946; citado por
representación y lo representado o, más precisamente, entre la Downing, 1987, p. 36) postularon que la escritura no sólo permitió
metonimia y la metáfora. En la metonimia, una parte representa hacer nuevas cosas sino que, sobre todo, transformó el habla y la
el todo; el símbolo 8S una parte de la cosa simbolizada; en la lengua en objetos de reflexión y análisis. Según Luria, el lector
metáfora, éste representa simplemente algo. Para los letrados debutante:
modernos, el límite es estricto; para los sujetos tradicionales, al
menos en contextos sagrados, no es estricto y, a veces, ni siquiera aún no es capaz de transformar la palabra y las relaciones
existe. El resultado es una posición mágica respecto de los textos verbales en objeto de su conciencia. En este período, un niño
puede utilizar pero no notar una palabra, y con frecuencia parece
y también respecto de la naturaleza.
una ventana de vidrio a través de la cual el niño mira el mundo
circundante sin convertir la palabra misma en un objeto de su
Perspectivas psicológicas conciencia y sin sospechar que tiene existencia propio. y sus
propios rasgos estructurales. (p. 61)
Una cosa es intentar caracterizar el modo de pensamiento de
un pueblo y otra muy distinta tratar de detenninar cómo piensa un Aunque esta es una afirmación extremadamente importante,
individuo cualquiera. Debemos dar cabida a la diversidad y tam- debe señalarse que no va de suyo que una actividad secundaria
bién a la posibilidad de que no haya un acuerdo entre la visión torne consciente la actividad primaria, es decir, que la escritura
popular y pública y las creencias y sentimientos reales de los transforme la lengua en un objeto de la conciencia. Tampoco indica
individuos. Así, aunque algunos pretendan que "El maiz es un qué rasgos concretos de la lengua devienen esos objetos del pen sa-
ciervo", no son evidentes las inferencias que pueden extraer de una miento, ni si la escritura misma es esencial o simplemente útil
afirmación neutra como "1'odos los osos en Novaya Zemlya son para esta nueva conciencia. Pero creemos que esta hipótesis se
blancos~. Eso requiere pruebas experimentales . En realidad, las encuentra en la dirección correcta.
primeras pruebas sistemáticas del razonamiento lógico de los En colaboración con Vygotsky, Luria condujo una serie de
miembros de sociedades tradicionales fueron llevados a cabo por estudios en Asia Centr al, un área que entonces sufría un rápido
Vygotsky y su colega Luria a mediados de los años treinta. cambio social debido a los programas gubernamentales de colecti-
Somo se dijo, Vygotsky y Luria trabajaron a partir de la vización. Luria pudo distribuir una serie de tests psicológicos,
perspectiva marxista, que sostiene que la cognición y la conciencia incluyendo ejercicios de clasificación y razonamiento, en un grupo
son productos de la actividad humana, y no su causa. Vygotsky de granjeros analfabetos, en un grupo comparable de algunas
(1962, 1978), por ejemplo, sugirió que la memoria humana toma aldeas que habían estado expuestas a la escritura, y en un tercer
formas alternativas según los recursos culturales. Si bien todos los grupo que tenía algtin entrenamiento con maestros. Los no
humanos recuerdan en virtud de una "memoria natural" , es decir, alfabetizados procesaban los ejercicios de manera más concreta,
la memoria evocada gracias a la influencia directa de estímulos más vinculada al contexto, mientras que los más alfabetizados
externos, las culturas difieren en su evolución de lo mnemónico• enfocaban los ejercicios de manera abstracta y basada en ciertos
54 55
158 1a2
principios. Los que tenían un grado menor de alfabetización caían metarrepresentación, entre razonamiento y lógica, no fue respeta-
entre los dos grupos anteriores. da ni si quiera en el saludable trabajo de Vygotsky y Luria.
Lo más interesante para nuestros propósitos es la perfor- Scribner y Cale continuaron recientemente los estudios de
mance de los s ujetos en ejercicios designados como ""ejercicios de
r~zona mien~ fo r~ al ", y q.ue eran básicamente silogis mos. Refe.
n mos a continuacIón un ejemplo típico, ci tado con frecuencia: I ambos autores sobre los efectos cognitivos de la escritura y la
cultura, y sus conclusiones pesimistas ya fueron mencionadas al
comienzo de este capítulo. Pero antes de explorar esos hallazgos,
es necesario señalar importantes avances teóricos que se produje-
En el Norte lejano, donde hay nieve, todos los osos son blancos. ron en los anos sesenta, y que influyeron en los trabajos más
Novaya Zemlya está en el Norte Lejano y siempre hay nieve allí recientes. Me refiero a las notables publicaciones contemporáneas
¿De qué color son los osos en ese lugar? .
de McLuhan , La Galaxia Gutenberg (1962), Goody y Watt, ~Las
A lo cu al el sujeto analfabeto respondía: consecuencias de la cult ura escrita" (1963/1968), y de Havelock,
Prefacio a Platón (1963).
"No lo sé ... hay diferentes clases de OSOS·. Estos tres textos invirtieron la creencia convencional de que
(Luna, 1976, pp. 108-109) los medios representan pasivamen te sus temas. Harold Innis
(1950) había sugerido anteriormente que cada medio de comunica-
Luria lla mó a este tipo de respuestas ausencia de inferencia ción tenía un "sesgo". La escritura en piedra, afirmó este autor,
a partir de silogis mos. En general , cuando los sujetos no conocían organiz6 las sociedades a través del tiempo, como en Egipto. La
los hech~s aleg~dos en .Ias premisas no estaban dispuestos a escritura en papiros, por otra parte, organizó las sociedades a
extraer mnguna ~ferenCla de ellas; si los hechos alegados contra- través del espacio, como en Roma. Pero en los años sesenta, la
decían sus creenCIas, basaban su s conclusiones en lo que sabían y hipótesis se extendió hacia los rasgos principales que caracterizan
no en las premisas. nuestras propias sociedades "modernas"; nuestras ciencias, y
A part~r de estos datos, tanto Vygotsky como Luria llegaron nuestra psicología son simplemente el producto, primero de la
a la cond~lón de que lo:;¡ avances técnicos y la urbanizaci6n que ~f.lcritu ra alfabética, y luego de la imprenta.
trae aparejados la colectivización conduce a los s ujetos individua- Goody y Watt señalaron que el estudio de la lógica y h:l
les a .razonar más forma lmente, a limitar sus inferencias a las gramática siempre estuvo precedido por la invención de un siste-
premIsas expuestas. Siempre pensé que estos autores tendrían ma de escritura. Estos autores sostu vieron que la escritura hizo
qu.e h.aber adherido a su ~ría original, que proponía que el papel posible comparar fragmentos de textos y compararlos para descu-
pnnClpal de la cultura escnta y la urbanización no era tanto el de brir su identidad o las relaciones entre ellos. Cuando se aplica a los
des~rrollar .nuevos rec~os como el pensamiento lógico, sino que relatos del pasado, este recurso permitiría la diferenciación entre
h~cla. C?nSClentes los Vlejos recursos. Seguramente, tenemos que mito e his toria; cuando se aplica a argumentos permitiría la
COinCidir con John Locke en que "Dios no ha sido avaro con los diferenciación entre la retórica y la lógica; cuando se aplica a la
hombres p.o~ hacerl~s a penas criaturas bípedas, ydejó que Aristó- naturaleza permitiría la diferenciación entre ciencia y magia. La
teles los metera racIOnales" (citado por Goody y Watt, 1963/1968, escritur a, según estos autores, conserva los enunciados y, por
p. 6~). Pero es completamente razonable conjeturar que la cultura tanto, los a bre a la indagación critica. De este modo, pueden
escnta, la e~ucaci ón y quizás el discurso público (en el foro) han explicarse los espectaculares cambios que ocumeron en la Grecia
hec~o conSCIentes esos recursos lógicos. Los humanos siempre clásica des pués de la invención de la escritura alfabética alrededor
p.udleron razonar, pero no siempre razonaron sobre la razón . No del 750 a.C.
SIempre reconocieron que el razonamiento sólido puede caracteri- Basándose en el trabajo de Milman Parry sobre el verso
~arse media~te un conjunto de reglas que pueden usarse para homérico, Havelock desarrolló el argumento de que el uso de la
Juz~ar la vahdez del razonamiento. Esas reglas con stituyen la escritura para conservar la información determinó una disconti-
lóg:¡ca. Los conceptos y la conciencia pueden tener una historia nuidad radical con la poesía oral que se había usado para tal
Parece necesario concluir que la distinciÓn entre representación; propósito. Este autor sostuvo que los st8ques de Platón a los poetas
56 57
,
en el período clásico griego fueron una manifestación de la rivali-
dad entre estas tradiciones, que competían entre sí. La tradición
I linealidad del pensamiento es una buena metáfora, pero carece de
cientificidad.
oral depende de la rima y del ritmo, así como de los hechos Los trabajos de Walt.er Ong sobre el pasaje del pensamiento
dramáticos de los dioses y los héroes, si quiere ser recordada y
servir como base a una cultura . La escritura permitió un relaja-
miento de las constricciones impuestas por la necesidad de memo-
I medieval al renacentista son tal vez la más clara extensión de la
teona de McLuhan. En una serie de libros, como La presencia de
la palabra (1976) y Oralidadyescritura (1982), Ongexploróla idea
rización. Equipado con un sistema de escritura óptimo , es decir, de que la escritura, y en-especial la imprenta, fueron responsables
capaz de conservar todo lo que podía decirse oralmente, el terreno de la muerte de la retórica y la dialéctica como instrumentos del
estaba listo para la evolución de una nueva forma de discurso, el pensamiento. Siguiendo a Descartes, Ong examinó el reemplazo
escrito, y por ende, de una nueva forma de pensamiento. El modo de la lógica de la discusión por una lógica de la indagación - "que
escrito no dependía de la facilidad para ser recordado, sino de no es el arte del discurso, sino el arte del pensamiento", como la
principios enunciados, de definiciones explícitas de términos, del describieron los gramáticos de Port Royal (Hacking, 1975a). La
análisis lógico y de las pruebas detalladas. El resultado fue el fin transformación se produjo, según Ong, mediante la sustitución de
del encantamiento y el comienzo de la concepción moderna del la lectura por la escucha, el cambio de una imagen acústica a una
mundo. imagen visual. Ong explora el desarrollo del "individuo
McLuhan se preocupó más por el impacto de la imprenta. autoconsciente" (1976, p. 134) Y el "cambio en la conciencia huma-
Algunas de sus conjeturas han sido establecidas definitivamente na" (1982, p. 78) mostrando de qué modo la escritura separa el
gracias al exhaustivo trabajo de Eisenstein (1979; 1985). La habla de su contexto y la transforma e n un objeto de pensamiento
confección de copias idénticas de textos, mapas, gráficos y y de interpretación. Pero prefiere explicar estos cambios recurrien- .
diagr~mas , y su simultánea distribución a centenares de lectores, do a las modalidades sensoriales empleadas, como lo hizo McLuhan;
contribuyó enormemente al establecimiento de una tradición de el oído tribaliza, el ojo analiza. Como metáfora es apta, pero creo
investigación documentada. Como lo menciona McLuhan, el cien- que aleja de la búsqueda de una explicación ca u sal . La explicación
tífico promedio del siglo XVII tenía acceso a más autores que que recurre alojo versus el oído, o al cerebro izquierdo y al derecho,
cualquier investigador medieval. Clanchy (1979) refirió que la como la de los últimos años de McLuhan, puede llegar a ser
biblioteca de la Catedral de Rochester poseía en 1202 apenas 241 relevante pero hasta ahora sólo le ha sido útil a la psicología
ítems; la Catedral de Durham tenia 490 . McLuhan señaló que la popular.
lectura en la Edad Media tendía a ser oral; la imprenta trajo Fuerones.tos cuatro autores quienes le dieron un nuevo
aparejada la lectura en silencio, y por tanto, uel divorcio entre ojo ímpetu ':i una nueva perspectiva al estudio serio de la escritura. Los
y habla en el acto de lectura" (1962, p. 83), dato que ha sido investigadores de di versas disciplinas advirtieron - algunos, por
analizado y verificado porSaenger (1982,1991). Yo mismo (Olson, primera vez- que la cultura escrita podía tener importancia. Yo
1977) he atribuido a McLuhan mi propia hipótesis de que la mismo (Olson, 1977) comencé a preguntarme si aprender a leer y
escritura pennitía la distinción "significado de la oración" y la escribir contribuía a que el niño distinguiera lo dicho por un
"intención de significado", pero en una relectura más reciente me hablante o un texto de aquello que éstos querían decir; Clanchy
fue imposible corroborar que McLuhan hiciera esa afirma~ión (1979) comenzó a analizar en detalle lo que sucedía con el pensa-
específica. miento legal cuando la práctica del derecho comenzó a basarse más
El entusiasmo por los trabajos de McLuhan surge de su gran sistemáticamente en leyes escritas, actas y pruebas; Eisenstein
alcance; los detalles de sus hipótesis sobre el hombre oral, el (1979) analizó el modo en que la imprenta influyó sobre el curso de
hombre letrado, el hombre electrónico, siguen siendo metáforas la religión y la ciencia posteriores a la Reforma; Stock (1983)
aptas, pero de limitado uso teórico. A mi entender, no fallan
porque sean falsa s, sino porque no indican con precisión de qué
r comenzó a examinar cómo "las comunidades textuales" organiza-
das alrededor de un texto, una interpretación y un intérprete,
modo la escritura o la imprenta pudieron en la realidad producir dieron origen a los grupos heréticos que aparecieron con frecuencia
tales efectos. Pretender que el sentido de la vista proporciona la antes de la Reforma.
58 59
.
como la escolarización, influyeron e n la orientación de los sujetos
~od a~ es~s leorías se ofrecieron como explicaciones de los respecto de la lengua Y en la solución de ejerciciOS lógicos.
cambios rustóncos en la cognición asociados con la explotación de Aunque enriquecido con argumentos históricos, este trabajo
~n.ología8 de la escritura. Ninguna de ellas adoleció de "deter- está dentro de la tradición comenzada por Vygotsky y Luria.
rrumsmo tecnológico", es decir, de pr oponer una explicación Varios estudios de Scribner (1975), Scribner y Cale (1981) Yotros
mono:causal para los cambios sociales y cognitivos, pero todas (Cale, Gay, Glick y Sharp, 1971) siguieron y ampliaron los hallaz-
contnbuye~on a conformar la escena intelectual actual, caracteri- gos de Luna sobre las dificultades que pueden tener los individuos
zada ~r~ l .lllterés en las implicaciones y usos de la cultura escrita. analfabetos en la resolución de ejercicios que entrai\an razona-
En mI ~plfll6n, todas estas teorías son correctas en su mayor parte, mientos silogísticos. Representativo de esta línea de trabajo es el
pero runguna puede explicar con precisión de qué modo la escritura hallazgo de Scribner y Cole (1981, p. 127) de un aumento del
pudo p~vocar un cambio cognitivo, es decir, cómo pudo permitir la razonamiento basado en premisas en función de la escolarización.
generación de nuevos conceptos, dado que son éstos los que Este es un ejemplo de ejercicio silogistico:
producen ~a nueva conciencia de las cosas. En rigor de verdad,
debe m~nclOnarse que algunas de estas teorías no sostuvieron que Todas las mujeres que viven en Monrovia están casadas.
la ~~cntura altera el bagaje propio de conceptos; simplemente
Kemu no está casada.
facilita el uso de conceptos Que ya poseemos Segu' n Good
. l
eJ.emp,o, ' .
~o se necesitan .nuevos ~onceptos como el mito y la
~"' ¿Kemu vive en Monrovia? (1981, p. 127)

histona, smo tan sólo mejores registros, y la divergencia entre En primer lugar, muchos de los individuos no escolarizados
ambos tenderá a aparecer. rechazaron la primera premisa, porque sabían que era falsa; por
Estas. hiPÓt:esis, por ser históricas, no se avienen con las ende, "se generaron controversias, tanto en el desempeño indivi-
p;uebas pSIcológicas. Como señala Goody (1987 , p. 221). su análi- dual como en la discusión en grupo". Cuando después de las
SIS se centró en lss cosas Que hacía posibles la escritura yen cuáles respuestas 'se les pedía a los individuos que justificaran las
de esa~ cosas f~eron realmente aprehendidas por las c~lturas Que propias, los no escolarizados tendían a dar una respuesta em-
él habla e8tu~ado. Su trabajo no se encontraba en la tradición de pirica, es decir, tiflelaban a 5U conocimiento del mundo real: "No
Vygotsky, qwen comparó individuos en la misma cultura, a lgunos conozco a Kemu", o "Kemu puede vivir en Monrovia con su madre".
de los cuales podían leer y otros no. Los niños escolarizados tendían a proporcionar explicaciones teó-
Po: otra parte, si ~I acceso al código escrito altera la propia ricas, basadas en las premisas: "Eso es lo que usted dice". Ni la
percepclón.de la forma hngiiística,4f lts fonemas, de las palabras , cultura escrita vai ni la coránica tenían influencia en tal razona-
de las O!aClOneS, y tal vez, de los argumentos, entonces es razona- miento. Por cierto, estos ejercicios de r azonamiento lógico mostra-
ble esperar que los suj etos alfabetizados estarán más capacitados ron un mayor efecto de la escolarización que cualquiera de los
para esa tarea. que los analfabetos. Esta fue la hipótesis de demás ejercicios asignados.
~ygo~ky y Luna, r:elomada por Scribner y Cale (1981), quienes Scribner y Cale (1981) señalan que "la mayor parte de les
orgaruze:ron estas Ideas y las sometieron a pruebas empíricas. , psicólogos estarían de acuerdo en que la tendencia a responder
ElIo~ mismos. se encont r aron en un laboratorio natural para empíricamente a los silogismos no es tanto un signo de incapacidad
anal~zar las divers~s hipótes~s sobre la cul.tura escrita, dado que para razonar lógicamente, como un índice del modo e n que las
localizaron una SOCiedad tradIcional, los vai de Liberia poseedor es personas entienden esta forma verbal especial" (p. 155). Para
de ll:n~ escritura silábica ver~ácula que usaban sob:e todo para ilustrar que la competencia lógica no era exclusiva, de los sujetos
escnblr cartas, y que era dommada por cierto número de varones escolarizados o alfabetizados, diseñaron también ejercicios análo-
adu1tos en un contexto no escolarizado. En la misma sociedad gos que tomaban como premisas mayores nociones simuladas y
encontraron.un número suficiente de individuos que habían sido fantásticas como la siguiente:
ed~ca~o~ en mglés, así como un grupo educado en árabe y un grupo
de l~dlVldu os que no podían leer. Estos grupos les permitieron
anahzar los modos en que la alfabetización y el analfabetismo, así
61
60

,
Todas las piedras de la luna son azules.
El hombre que fue a la luna vio una piedra. consecuencias de la cultura escrita puestas a prueba y luego
¿Era azul la piedra que vio el hombre? refutadas por Scribner y Cale. Estos autores intentaron demos·
trar, sin éxito, que la cultura escrita "tiene efectos cognitivos
En esos casos, el desempeño, incluidas las justificaciones generales, tal como los hemos definido" (1981, p. 132), es decir, que
llegaba casi, pero no del todo, a los niveles alcanzados por los niño~ ha "desencadenado una secuencia fuertemente modernizadora [o]
escolarizados, y era completamente modificable con el entrena- conducido al crecimiento de nuevas disciplinas intelectuales"
miento. Los autores concluyeron que estos estudios "hacen dudar (1981, p. 239), que "cambia profundamente lo que las personas
de las hipótesis que relacionan de manera directa la capacidad de
leer y escribir con la adquisición de un conocimiento metalingüístico II saben acerca de su lengua y cómo piensan acerca de eUa" (1981, p.
134), o afecta "el proceso de pensamiento, cómo clasificamos,
razonamos, reCQrdamo's" (198 1, p. 5). Goody sugiere que esas
acerc.a de l~s propiedades de las proposiciones" (p. 156), y apoyan
las hipóteSIS de que tal competencia está más relacionada con el expectativas erradas provienen de la incorrecta noción de que las
aprendizaje de un modo determinado de discurso vinculado a la implicaciones de la cultura escrita pueden determinarse analizan-
escolarización. do el impacto directo sobre el individuo que aprende a leer y
Pero supongamos que el modo del discurso en cuestión es en escribir . El aprendizaje de la lectura y la escritura es, en el mejor
realidad, un modo letrado, una manera de establecer argume~tos de los casos, una mera introducción al mundo de la cultura es~rita.
para hacer visible y explícita su lógica mediante la escritura, No es correcto s uponer que todas las cosas que pueden hacerse con
aunque no excl usi vamente median te eHa. Como ejemplo, su ponga- la cultura escrita aparec"á~de inmediato en la mente de los
mas que los dísticos son una forma poética escrita; alguien que esté educandos cuando comienzan a leer y escribir. Consideremos otro
familiarizado con los dísticos le enseña a otra persona a componer- ejemplo: la cultura escrita facilita la confección de diccionarios.
los sin utilizar la escritura. ¿P robaría esto que componer dfsticos Puede ser erróneo pensar que sólo porque se ha aprendido a leer y
no es una activirJ::ui rpl Rcionada con la escritura? No lo creo. escribir pueden darse mejores definiciones. Esto dependerá de que
Es~ es la 1f?~a de argumentos que Goody (1987) ha seguido
se aprenda o no a usar un dicciona rio. Goody lo expresa de hl.
en su reciente cntica al programa de investigación de Scribner y siguiente manera:
Cole, ~ que lo llevó a reafirmar vigorosamente su primera posición, Es la "tradición" escrita, el conocimiento acumulado almacenado
es deCir, que "Tanto cognitiva como sociológicamente, la escritura en documentos y en la mente, ya sea durante unos pocos años ...
es I~ base de la 'civilización', la cultura de las ciudades" (p. 300). La o a lo largo de un milenio... , lo que proporciona una variable que
critica de Goody se funda en dos aspectos principales. En primer interviene entre el dominio de una habilidad y las operaciones
luga~, ls.perspectiva de ScribneryCole. siguiendo a Vygotsky, era cognitivas. (1987, p. 222)
r~8tnn.g1da, pues constitura "una visión mentalista de las opera-
CiOnes mtelectuales o habilidades cognitivas" (p. 216); en segundo Por la misma razón, Goody también rechaza la estricta
lugar, estos autores también adoptaron una perspectiva restringi- distinción de Scribner y Cale (1981) entre educación y cuJtura
da respecto de la cultura escrita. Goody se refiere a que no pueden escrita; la educación, tal como la conocemos, dice Goody, es una
determinarse las implicaciones de un recurso como la escritura institución letrada. Para estudiar las implicaciones de la cultura
observando únicamente el efecto que tiene en un individuo apren- escrita habría que examinar lo que puede hacerse y lo que se hizo
d.er a leer. La escritura es un recurso cultural, y sus implicaciones con la cultura escrita, en especial en sus CQntextos institucionales.
bene~ ~ue desplegar~ en un tiempo histórico. La escritura puede En realidad, al promediar su programa de investigación,
perm: hr la en~eracI Ón de las leyes de la cultura por ejemplo, pero Scribner y Cole reconocieron que sus hipótesis originales habían
ensenar a alguien a leer y a escribir no mejorará inmediatamente sido demasiado generales, y reorientaron su perspectiva para
su capacidad para establecer códigos legales. Es necesaria la determinar con exactitud lo que los individuos habían aprendido
intervención de un proceso histórico. durante su introducción al conocimiento de la escri tura vai. En la
Así, Goody rechaza por su ingenuidad las hipótesis sobre las segunda parte de su informe, analizan las funciones es pecíficas
que trae aparejadas la lectura de la escritura vai y las que trae
62
63
aparejadas la educación (lo que llamo cultura escrita escolariza- escrita en Occidente no es sólo aprender el abecedario; es aprender
da), así como 1,a relaci~n, de estas funciones con el conocimiento y a usar los recursos de la escritura para un conjunto culiural mente
~as competencias adquIrIdas. Estos hall azgos son particularmente definido de tareas y procedimientos. Todos los autores concuerdan
mteresantes. en este punto. La cult ura escrita no es sólo un conjunto básico de
En primer lugar, los alfabetizados en i.nglés a diferencia de habilidades mentales aisladas de todo lo demás. Es la competencia
I~s s ujetos iletrados y los "alfabetizados" en vai: casi no tenían para explotar un conju nto determinado de recu rsos cul tu raJes. Es
dificultades para manejar el discurso que incluía conceptos me- la evolución de esos recursos, en conjunción con el conocimiento y
tarrepresentacionales. Si bien los alfabetizados no escolarizados la habilida d para explotarlos con fin es determinados, lo que
podían distinguir las ~osas de los nombres de las cosas, el discurso constituye la cultura escrita. Es por ello que la cultura y la
acerca de esta relacló? era problemático (p. 141 ). En segundo competencia escritas pueden tener u na historia. P ero esto signifi-
lugar, .en la lengua V8.J no había ítems léxicos que se refirieran ca que no podemos aprehender todas las implicaciones de la
excluslVame.nt.e a lo que significa "palabra" en inglés; una palabra cultura escrita a través de una investigación que simplemente
era en .esencla una parte del habla. Como la escritura vai no marca compare a lectores con no lectores. Necesitamos u na noción de
I~s urudades léxicas por medio de espacios, haber aprendido este cultura escrita más rica y diversificada.
sistema tenía escasa influencia detectable sobre la capacidad pa ra El trabajo de Scribner y Cale contribuye a reconceptualizar la
se~entar el.discurso en unidades semejantes a la palabra; las cultura escrita en estos términos más específicos: ¿qué es lo que se
urudades básIcas para ellos seguían siendo frases portadoras de aprende cuando se aprende a leer un silabario, a diferencia de un
signifi c?do co~o "mi ~ermano mayor" (p. 149). En tercer lugar, por alfabeto? ¿Cómo afectan las actividades de lectura y escritu ra la
ser un sIlabano, el val permitía a sus lectores ser significativamen_ comprensión de la lengua y el discurso? ¿Cuáles son las condicio-
te más competentes en la comprensión del habla que se presentaba nes bajo las cuales se compone una escritura y se recurre a ella?
como una serie de sílabas ~e~.e ntadas (p. 165). En cuarto lugar, ¿Cómo cambia la forma del conocimiento cuando éste se expone y
aquellos que estaban fanuh anzados con la escritura de cartas acumula por escrito? ¿Cuál es el metalenguaje u tilizado para
personales en vai eran más hábiles para organiza r Il'I infonnaci6n analizar textos escritos? Todas estas preguntas Quizás urgentes
que aquellos que no lo estaban (p. 219). Y finalmente , los patrones están abiertas, y son mucho más precisas, que las hipótesis
orto~áficos ~ndían" ~ influir en la pronunciación de quienes generales que vinculan escritura, cultura escrita y pensamiento.
conOClan el val; una l en la escritura tendía a conservarse como De hecho, ya han comenzado las investigaciones más específicas
~ en la pronunciación de quienes podían leer. La escritura apren- dedicadas al problema del papel que la cultura escrita ha desem-
dIda en la esc~ela,. ~or otro lado, tendía a influir en el desempeño peñado en la evolución de determinadas activi dades culturales,
en to~os ,los ~Jerclclos, y en especial , la haljlidad para "hablar como la ley, la ciencia, la literatura, la religión y la mosofia;
B?bn: .Y Justificar respuestas a diversas }M"eguntas, la clase de analizaremos estas líneas de investigación en el próximo capitu1o.
eJe ~~Clo que ~ uele r~u erir una referencia metalíngüística a lo que
se diJO, se qUIso decIr, se p retendió e implicó.
C~mo .ya se ha mencionado, Scribner y Cale distinguen la
escolanzaClón ~e la alfabetización sobre la base de que algunos
e~ectos de la pnmera es~ más relacionados con el discur so (por
~Jemplo., procesar una oraCIón como una premislO! en un ejercicio de
mferencla) que con la escritura. Otros autores, incluyendo a
Goody, han sos,tenido.que lo que importa es el discurso letrado; que
sea oral o escrito reVIste menor importancia.
Mi propia opinión es que la cultura escrita occidental no
pu.ede separarse de la escolarización, así como la cultura escrita
val no puede separarase de la escritura de cartas. La cultura
64 65


3
La cultura escrita y las
revoluciones concept uales de la
Grecia clásica y la Europa
renacentista

A través del signo sin sentido ligado al sonido sin sentido hemos
construido la forma y el senti~el hombre occidental. (McLuhan ,
1962, p. 50) ..

Dos de las más notables y estudiadas revoluciones intelectua-


leR, 1f1 rh~ lA Grecia clásica de los siglos v, IV y m a.C., y la del
Renacimiento europeo, grosso morlo, el período que se extiende
entr e los siglos XII y xvn d.C., estuvieron acompañadas por cambios
espectaculares en el tipo y el alcance de la lectura y la escritura, es
decir, en la naturalezay el alcance de la cultura escrita. Eminentes
historiadores de las ciencias, como Marie Boas y George Sarlon , y
más recientemente Elizabeth Eisenstein, sostuvieron que la ere-
cien te dis ponibilidad de documentos que aeom pai\óla invención de
la imprenta fue crucial para el desarrollo europeo; por otra parte,
las celebradas teorías de la escritura de Ignase Gelb y David
Diringer,y más tarde la de Enc Havelock, vincularon los logros de
la cultura griega con la invención del alfabeto. Sin embargo, en
análisis más recientes, a utores como Geoffrey Lloyd, Rosalind
Thomas, Mary Carruthers, entre otros, han sostenido que las
transformaciones tal vez no hayan sido tan abruptas ni categóricas
como se había pensado, y que la escritura puede haber desempe-
ñado un papel menos crucial que el que tendemos a postula r.. Si
bien la escritura pudo haber sido útil para conservar los avances
intelectuales, no puede haber tenido un papel causal en su produc-
ción. El propósito de este capítulo es evaluar la tendencia a
enfatizar la función de la lectura y la escritura en los logros
intelectuales.
67
Los antropólogos y los psicólogos pueden comparar las activi- La c ultura escrita e n Grecia
dades intelectuales en el seno de culturas contemporáneas con y
sin escritu ra; sin e mba rgo, una de las virtudes de los registros Havelock (1963, 1982) proporcionó una detallada argumen-
escritos es que permiten que 105 historiadores analicen los cambios tación para mostrar que el pasaje de la tradición é pica homérica a
producidos dentro de un grupo social a medida que éste fue la tradición socrática estuvo asociado a una declinación en los usos
incrementando su dependencia respecto de la escritura. Esta de la tradición poética oral, con un correspondiente aumento en la
distinción es loque los lingüistas llaman descripcionessincronicas dependencia de registros escritos y a rgumentos explícitos en
versus descripcioncsdiacronicas. Como se mencionó, los dos pe rio- prosa, es decir, una tradición letrada. El cambio e ntrañó el pasaje
dos de cambio cultural radical en los cuales han intervenido la desde "el panorama de los hechos y acontecimientos" hacia "un
escritura y la cultura escrita son, e n primer lugar, la evolución de progra ma de principios", que presentaba una definición precisa y
la cultura griega clásica, y más tarde, el Renacimiento europeo, una a r gumentación lógica. Havelock atribuyó este cambio a la
que culminó con la Reforma protestante y los comien zos de la invención del alfabeto, por ser éste el primer sist ema de escritura
ciencia moderna. Nuestras preguntas son: ¿qué pa pel les cu po a la capaz de registrar enunciados completamente nuevos que podían
escritura y la cultura escrita en estas transformaciones cultura- leerse y volverse a leer sin ambigüedad, y porque era simple, fácil
les? ¿Qué rasgos de la escritura y la cultura escrita pudieron de aprende r y, por ende, fácil de democratizar. E l argumento es
contribuir a t ales cambios? Y finalmente, ¿contribuy6 la escritura convincente pero, ¿es verdadero?
a esos cambios conceptuales, o fue simplemente responsable de la Recientemente, se han presen tado dos n uevos trabajos sobre
diseminación y conservación de esos cambios? la cultura escrita en la Grecia clásica. W. Harris (1989) intentó
En los capítulos precedentes, presenté la hipótesis alfabética, contestar algunas preguntas: ¿quién sabía leer y escribir en la
ta l como fue propuesta por McLuhan, H avelock, Goody y Watt, y época clásica? ¿Qué porcentaje de griegos estaba alfabetizado?
Ong. Y en el próximo capítu lo, a nalizaré específicamente lo que ¿Cuáles eran las actitudes respecto de la cultura escrita? ¿Para
"representa n" los sistemas de escr itura, en especial los alfabéticos. qué se utilizaba la escritura? H a rris analizó todas las pruebas
Per o a unque la hipótesis al fabética puede conectarse plausible- relacionadas con esta>: prpguntas: los docume ntos existentes, las
mente con la revolución griega, tiene poca vinculación con los referencias a document os que se han perdido, graffiti, relatos sobre
c?mbios que ocurrieron en la Edad Moderna temprana; hacia el la vida cultural y la educación pública en la Grecia a ntigua, la
siglo XVI, el alfabeto ya se utilizaba desde hacía casi dos mil años. Grecia clásica y la Grecia del período helénico, hasta la decadencia
McLuhan creyó que esos cambios fueron provocados por la impren- del Imperio Romano, es decir, el período que se extiende desde el
ta; esta nueva tecnologfa intensificó los efectr del alfabeto. Pero s iglo VIl a.C. hasta el siglo 11 d.C . A partir de estas pruebas, H arris
la impre nta s~ inventó apenas a fines. del siglq xv, y la mayor parte llegó a la conclusión de que la alfabetización no era masiva en la
de los cambios conceptuales de lmport~ cia , aquellos que sociedad griega ni en la romana, aunque hacia el 70 d.C. , tal vez el
s ubyacieron a la Reforma, por ejemplo. ya habían ocurrido para 20% de los varones de los asentamientos urbanos pueden haber
entonces. Otros autores han sugerido que los cambios asociados estado alfabetizados. El grado de alfabetización estaba innuido
con la im prenta fu eron un producto, no de la imprenta específica- por la disponibilidad de una escritura s imple, en este caso el
mente, sino del crecimiento de la alfabetización, del gran aumento alfabeto, la variedad de fun ciones para las que era útil escribir, el
en el número de personas que podían leer y escribir, y cuyas grado de urbanización, la disponibilidad de tiempo libre y de
actividades sociales estaban reguladas en parte por documentos escuelas.
escritos. Tanto la imprenta como la difusión del alfabetismo fueron Las leyes escritas comenzaron a a parecer alrededor del 620
indudablemente important es, pero sigue siendo incierto s u modo a.C., y la escritura proliferó en el siglo v a.C. La cultura escrita
de participación e n los fe nómenos anlizados. La investigación facilitó "una especie de canonización del discurso" (Harr is, p. 39)
durante la década pasada ha echado luz sobre está cuestión. en lo que terminó siendo un corpus de textos fijos que sirvieron
como objetos de admiración, referencia y estudio. La escritura
estableció nuevos estándares pa ra citar; precisamente, lo que se

68 69


escribía era cada vez más importante (p. 32). Los contratos y las modo en que la escritura y la cultura escrita modifican o erosionan
pruebas escri tos pasaron a tener mayor vaJor ·que los informes el discurso oral y retórico.
orales, y hacia el siglo IV a.C., una notable ley ateniense requirió el R. Thomas (1989) está menos preocupada por el nivel de
uso de pruebas escritas (p. 71). Los textos "se fijaron y adquirieron alfabetización popular en la Grecia clásica que por desafiar la
solemnidad por el hecho de eslar escritos" (p. 72), y hubo "una hipótesis generaJ de que la revolución griega fue letrada. Esta
creencia creciente en la a utoridad de la palabra escrita" (p. 73). autora analiza la interacción entre la palabra hablada y la escrita,
Harris no es optimista acerca del pape} de la cultura escrita la a utoridad que se le acordaba a una y atTa, y la relación entre la
en el "milagro" griego. Si bien la difusión del alfabetismo no fue memoria oral y el registro escrito, y muestra el grado en que las
esencial para la democracia griega, la escritura tuvo una parte actividades orales impregnaban las escritas. Señala que muchos
importante en los asuntos cívicos, en la r edacción de leyes, regis- de los primeros filósofos griegos, incluyendo a Platón, desconfi aban
tros y contratos. La éli te mantenía su poder sobre los demásy sobre de la escritura, y que la argumentación oral y el testimonio eran
los imperios "en parte debido a su mayor dominio de los textos más confiables qu.e las formas escritas. Aunque Herodoto, el gran
escritos" (p. 333). . historiadowiel siglo v a.C., caracterizó los "relatos" griegos como
Pero, ¿la cultura escrita alteró las maneras de pensar? "Lo ridículos, él ~smo trabajó principalmente con fuentes orales, más
poco que se conoce de los efectos cognitivos de la cultura escrita", que con registros escritos. Esta autora llega, pues, a la conclusión
escribe Harris, "no permite llegar a conclusiones fáciles" (p. 41). de que no sólo lo oral no debería considerarse como el antónimo de
Sugiere que, hasta donde se sabe, los griegos antiguos siempre lo letrado, sino que además la escritura fue menos decisiva en los
fueron curiosos y argumentadores, pero lo que argumentaban logros de los griegos de lo que habitualmente se supone.
puede haber si do influido por la acumulación de registros escritos: Esta relación entre cultura escrita y pensamiento toma una
"el material sobre el que trabajaron las mentes griegas y romanas forma nueva y, en cierta medida , más específica en el extenso
consistía en parte en textos escritos, y esto permitió el desarrollo análisis de Lloyd (1979, 1983, 1990) del surgimiento de una
de refinados sistemas filosófi cos, así como la acumulación de la tradición científica en el pensamiento griego clásico, y los orígenes
información" (p. 336). del rechazo de explicaciones no científicas, como las mágicas y
En el prefacio a su libro, Harri s menciona que, ya avanzada metafóricas.
la escritura del volumen, un colega le manifestó que a ún no había L10yd (1979) examina, entre otros documentos, un temprano
planteado las preguntas más interesantes. Las pruebas indican t.ratado, Sobre la enfermedad sagrada, que apuntaba a mostrar
que intentó responder a alguna de ellas, pero varias quedaron sin que la enfermedad sagrada, es decir, la epilepsia, no es más
plantear siquiera. Ha rris cita la confia nza asignada a la versión sagrada que cualquier otra enfermedad, y que aquellos que lo
escrita, la nueva atención a la precisa fonnuJación de un enunciado sostienen y que la tratan por medios rituales, es decir, religiosos,
ya la corrección de una cita. ¿A qué se debían estas preocupacio- son impostores. El texto griego proporciona una descripción fáctica
nes? ¿lndican una nueva atención a los problemas textuales e y en términos naturalistas sobre lo que la produce: "El cerebro es
interpretativos, a la distinción entre lo dicho y lo que se quiso decir? el responsable de la enfennedad". Las "venas" que llevan aire al
¿Indican la evolución de nuevos conceptos, como las pruebas, los cerebro y le dan así la sensación y la conciencia pueden ser
datos, el sentido literal y la metáfora? ¿Y por qué la cultura escrita bloqueadas por fl ema, continúa el texto. "Este bloqueo causa la
y no sólo la escritura? ¿Por qué deberíamos o podríamos esperar pérdida de la voz, ahogo, espuma en la boca, revoleo de ojos, el
que lo importante ruara una población bastante amplia de lectores, paciente pierde la conciencia y, en algunos casos, defeca." Luego,
y no la disponibilidad de la escritura para un individuo o para una el tratamiento : "La mayoría de las enfermedades pueden curarse
pequeña élite? ¿Una audiencia popular o un público lector alteran gracias a las mismas cosas que las causan". También se da la
las formas del discurso de algún modo aún no especificado? La prueba de la teoría según la cual la enfenned ad es causada por la
prudente conclusión de Harris de que la cultura escrita acompaña flem a, en especial cuando el viento sopla del sur: "Esta observación
el cambio social sin darlo a ese cambio un cariz decisivo constituye proviene en especial de un estudio de an imales, en particular de las
un útil freno al actual entusiasmo, pero deja abierta la cuestión del cabras, que son sensibles a esta enfermedad ... Si se les abre la
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J
cabeza y se la mira, se encontrará que el cerebro está húmedo, lleno [Los griegos] no fueron por cierto los primeros en desarrollar una
de fluido y maloliente, prueba convincente de que la enfermedad matemática compleja, sino sólo los primeros en usarla, y ta.m-
y no la deidad está dañando el cuerpo" (pp. 20-23). bién en darle un análisis formal, un concepto de de~ostra~lón
No necesitamos señalar que la teoría es errónea, y que la matemática rigurosa. No fueron los primeros .e~ realizar cUld~­
prueba presentada es inconsistente; sin embargo, el argumento es dosas observaciones sobre astronomía y medIcI~a, sólo lo.s pn-
científico en el modemo sentido del término, dado que contrasta la meros -al fin y al cabo- en desarrollar una nOCIón expH'?-ta ~e
explicación racional con las explicaciones mágicas y plantea una investigación empírica y en discu~ir su ~apel en la CienCia
teoría que puede verificarse recurriendo a hechos empíricos. Las natural. No fueron los primeros en diagnosticar Ytr~tar ~1~noB
casos médicos sin referi rse a las postuladas potencias diVInas y
historias clín icas de los pacientes "se llevaron a cabo con gran
daimónicas, sólo los primeros en expresar una categoría de lo
cuidado y exhaustividad, contienen pocos comentarios interpre- ~mágico" y en intentar excluirla de la medicina. (1979, p. 232)
tativos, y no proponen ninguna teoría general explícita de las
enfermedades" (Lloyd, 1979, p. 154). Las nociones cruciales de este párrafo son aquellas marcadas
Las distinciones oscilaban entre la teoría (logoi ) y las pruebas por los términos "'concepto", "noción explícita" Y"ca~go.ría". Loque
de la teoría (phenomena), entre apariencia y realidad, entre ciencia los griegos inventaron no fueron argumentos, s~no Ideas, sobre
y magia. En una nota al pie, Lloyd agrega que el comentario acerca argumentos; no tanto conocimiento como una epIst,?molo gi8 que
de la prueba en la indagación científica es el mismo que el utilizado incluía una serie de categorías o conceptos para re~resen~
en los procedimientos legales y en la investigación histórica (p. formas de argumentos: los conceptos d~ lógica, prue?a.. mvestIga-
129), relación advertida anteriormente por Robert Boyle (véase ción y magia. Así, el autor hipocrático ~ue eSCTl~IÓ sobre la
capítulo 9). enfermedad sagrada "rechaza la noción de mtervenC1ón sobren~­
En un trabajo posterior, Lloyd (1983) amplía las distinciones tural en los fenómenos naturales en general, por ser algo que podla
entre las ciencias griega y posgriega. Hesíodo, por ejemplo, clasi- incluso llamarse un error de categoría" (Ll oyd, 1979, p. 26). La
ficaba los animales no sólo en relación con otros animales, sino magia y las causas naturales perten~en a categor:fas d.ifere.n~s.
también en términos de sereFl mítimFl y nI) míticos. En la época de Los conceptos en cuestión han auqUirldo una cuahdad .0poS.ltlVfl,
Aristóteles, se usaban categorías completamente naturalistas, en logos como opuesto a mito, natural como opuesto a mágICO, I.Iteral
las que los animales estaban clasificados exclusivamente en térmi- como opuesto a metafórico. Así, el logro es menos ~n.a cuestión de
nos de características ñsicas. Las mitologías ya no tenían ninguna investigación, prueba o magia que un conjunto O.pOSltIVO de concep·
relación con los informes científicos. Como veremos más adelante, \:.os que permiten que tales cosas sean co~slderadas p~ebas,
estos avances volvieron a producirse en el siglo XVII. investigación o magia, lo cual, a su vez, peTlmte que se conViertan
En su trabajo más reciente, Lloyd (1990) es aun más cau- en objetos de discu rsos ulteriores : ¿Qué es una prueba? ¿Qué es
teloso, tanto respecto de la magnitud de los logros griegos como magia? ¿Qué es conocimiento? '
respecto del papel que la cultura escrita desempeñó para ellos. Las Lloyd (1990) analiza la generalIdad de ~sta teona co.mp~ran­
diferencias entre las culturas griegas preclásicas y las ~sc1ásicas do la evolución de la ciencia en la Grecia antigua con la CIenCia en
tal vez no sean tan contundentes como suele sugonersP. Sin la China antigua. Ambas se interesaban en la ética, la filo~ofia de
embargo, Lloyd está convencido de que se produjo un cambio en el la naturaleza, la medicina, la astronomía. la metalur~a y la
entendimiento, que culminó en ciencias como la medicina y la epistemología, sobre todo en la confiabi~idad d~ la perc~pclón ~ la
astronomía, y que estuvo relacionado con los avances en los usos razón. Sin embargo, Lloyd encuentra diferenCIas no~nas. MIen-
de la prueba y sus métodos. No atribuye estos avances a la tras en la China antigua la ciencia exploraba correlaCIones, para-
disponibilidad del alfabeto y la escritura, sino a las formas de lelismos y complementariedades, los griegos parecían pr~ocupa­
argumentación escéptica que habían evolucionado en los contextos dos por la prueba, el contraste de la prueba.con la persua~lón, y la
judiciales y políticos. Su conclu sión es la siguiente: búsqueda de lo indiscutible. Mientras los c~mosera sofisbcadosen
el uso y la crítica de la metáfora, los gne~os pensaban qu~ ,la
metáfora era en principio una forma desVlada de la cxpreSlOn.
72 73

l
Lloyd atribuye estas diferencias a la organización social y a la Ll oyd reconoce que la escritura puede haber permitido el ajuste y
. disponibilidad de una audiencia general que era libre para juzgar la edición de argumentos, pero niega que hayan podido ruterar su
la plausibilidad de un argumento. En tales contextos, las c·on- forma básica. Goody carece de pruebas cruciales para sostener su
clusiones están respaldadas por la prueba, y no por la autoridad. hipótesis, e intenta asegurarla mediante una serie de '"desafíos":
En segundo lugar, Lloyd señala que la escritura no puede ser un '" En condiciones de oralidad, inténtese formalizar u na proposición
factor causal, ya que entre los chinos, la escritura estaba tan general ; inténtese expresar ideas bajo la forma de un silogismo;
difundida como entre los griegos. En realidad, China '"es en gran inténtese formular una oposición y una analogía~ (p. 72). Es obvio
medida una cultura mediada por la palabra escrita, más que por que Goody está en lo cierto al señalar que la escritura facilita la
la hablada" (p. 112), Y sin embargo, sólo la ciencia griega tomó la elaboración de listas, tablas, clasificaciones, etc., pero que el grado
dirección que reconocemos como el camino hacia una tradición de formaliiación alcanzado por los griegos se haya verificado
científica empírica. "porque la"'lIf'siones griegas se desarrollaron en una tradición
Recientemente, Bloch (1989) ha recurrido a un argumento escrita" (p. 72), como pretende Goody, es, en el mejor de los casos,
similar en su crítica a Goody. Señala que la escritura puede u na hipótesis, y no una prueba convincente. Al parecer, debemos
desempeñar papeles muy diversos en diferentes culturas, opinión buscar en otra parte la explicación de por qué los presocráticos
también compartida por Heath (1983) y Street (1984). En la desarrollaron su s conceptos de prueba, evidencia, investigación,
cultura china, afirma Bloch, la palabra escrita se considera la magia y metáfora.
estándar, en tanto que las formas orales son consideradas como Lloyd ubica los origenes de estos conceptos en el debate
derivadas; en la India sucede lo contrario: lo oral es sagrado, lo público ante audiencias imparciales. En una comunicación perso-
escrito no es digno de confianza. Cualquier estudio sobre la nal , escribe (G. E. R. Lloyd, abril de 1990): "No porque las palabras
escritura tendrá que prestar atención a la estructura de la cultura estén escritas se plantea la cuestión del uso literal o metafórico".
en la cual es introducida. No me parece convincente. La conceptualización de la distinción
Aunque acepta que la escritura puede haber aumentado la entre significado literal y metafórico depende, en mi opinión, de un
disponibilidad de ciertos argumentos y baber servido como archi- texto revisable. Los significados literales pueden determinarse
vo, Lloyd rechaza la hipótesis de Goody de que la escritura habría sólo gracias a una atención cuidadosa a la formulación; las propie-
causado de algún modo la revolución griega del pensamiento. dades son difíciles de analizar si son orales, sobre todo porque,
Goody(1987) habia afirmado que la cultura escrita desempeña un como vimos anteriormente, las culturas orales tienden a poseer
papel importante en la evolución de la ciencia de dos maneras. En una noción menos rigurosa de "las palabras mismas ~. ¿Cómo
primer lugar, puede s urgi r el escepticismo, porque la escritura podría tenerse una noción rigurosa del significado literal si se tiene
permite la acumulación de las pruebas. Goody escribe: "En la un criterio laxo respecto de las palabras mismas? Del mismo modo,
memoria oral, las diversas apuestas tienden a olvidarse en favor el contraste entre prueba y persuasión depende de la comprensión
de los logros ocasionales; esta es la memoria del jugador, que de la relación entre proposiciones expresadas mediante enuncia-
recuerda sus ganancias con mayor frecuencia que su s pérdidas. El dos; por ejemplo, que una proposición se sigue lógicamente de otra.
registro automático (o incluso la posibilidad desu existencia), y no El significado literal y la lógica son nociones complementari as. La
una actitud inicial de la mente es lo que nos permite ser 'escépticos posibilidad de diferenciarlas y de operar en ellas aumentaría con
en general' ~ (p. 69). Lloyd, por otra parte , sostuvo que el escepti- la disponibilidad de un registro escrito. Es evidente que los nuevos
cismo general se desarrolló en el foro público, mediante la argu- conceptos deben construirse sobre los antiguos, de modo que no
mentación oral ante una audiencia imparcial. podemos esperar que, gracias a la escritura , surjan conceptos
En segundo lugar, Goody había afirmado que los conceptos completamente nuevos, pero como veremos más adelante, los
críticos de evidencia y prueba están presentes en las sociedades problemas de interpretación de textos escritos constituyen una
orales, pero están más "formalizados" gracias a la escritura, la que, ocasión para su elaboración, su perfeccionamiento y s u aplicación
"por operar en un único canal comunicativo, introduce ne- sistemática.
cesariamente una formulación más ajustada" CGoody, 1987, p. 72). Mi propia opinión es que Goody está en lo cierto, pero no ha
74 75
i?o s~fici entemen te lejos. La escritura y el aumento de la alfabe- Eduardo 1 (1307). El período es notable por las cambiantes con-
tización fueron sin duda instru.mentales en el desarrollo de una cepciones de justicia, evidencia y prueba, por el may?r uso de
tradición científica y escéptica, como ha afirma do Goody. Pero las documentación y de evidencias documentadas, y también por la
r~zones no deben buscarse únicamente en la evolución del registro, adopción de las lenguas vernáculas, e~ francés y el i.nglés, como
s mo en las maneras de leer los textos y en una nueva actitud lenguas de la corte. Hacia fines del Siglo XIII, por ejemplo, una
respecto de la lengua favorecida por la lectura la interpretación y "cédula" o "un acta" ya no eran ceremonias orales acompañadas de
la escritura de esos textos. Este es un vínc~lo que sólo puedo la ent rega de un poco de pasto de la tierra eatastrada, sino un
rastrear en los perlodos medieval y moderno temprano tema que documento sellado (p. 36). .
trataré con mayor detalle en el capítuJo 7. ' También cambió la noción de jurado. Clanchy cita un caso de
1297 en el cual los integrantes del jurado de Norfolk se dirigían al
La cultura escrita en el Renacimiento Trib~nal del Rey para prestar "testimonio bajo juramento" de que
cierta persona había alcanzado la mayoría de edad ~ 1979, p. 175).
Las revoluciones conceptuales asociadas al Renacimiento En el período predocumentario, los jurados eran testlgos,.perso~as
prese n~n importan:es sim ili ~udes con 1.a s de la revolución griega. que podían jurar sobre la verdad de una demanda; haCIa el SIglo
~n realidad, el penado medieval se distingue por su renovado XIV, eran personas imparciales que podían Ue-:ar a cabo una
mte~s en.la traducción, el estudio y la aplicación de los textos evalu ación critica del testimonio (P ollock y Maltland , 1898, p.
clásIcos gnegos. 622). Del mis mo modo, la prueba pasó de ser un acto realizado por
McLuhan (1962) proporcionó una exótica enumeración de las el acusado (una pelea, ordalía o juramento) a un modo llamado
diferencia~ de actitude~ fr~nte a los textos y sus usos entre la baja "proceso con jurado". Clanchy señala que la escritura desempeñó
E dad Media y el RenacimIento. El testimonio bajo juramento fue un papel importante en este cambio, ya que ella "parecía ser más
reemplazado por documentos escritos; el estudio privado reempla- duradera y confiable que la palabra hablada" (p. ~50). , .
zó el desempe~o público, la lectura silenciosa reemplazó la lectura Los "autos judiciales" legales, reclamos en.unClados e~pl.lclta­
en voz alta; l?s lconos.n:ligiososcedieron su IUg1l.r ~ lsas pinturas con ment.p- que debían responderse, pasaron a dommar la adnumstra-
represe ~taclOnes relIgIOsas; el estilo retórico persuasivo dio paso ción dejusticia. Constituían una forma canónica pa~a I~ presenta-
a un e~ttlo moderno en prosa, etc. McLuhan explicó estos cambios ción de quejas, y permitian estandarizar los pr:x:edl m len ~s pa ra
recurn~ndo al principio general de que cada medio alteró la su posterior tratamiento. "En la época de GlanVllle ... la ley mglesa
percepCión del contenido; en la jerga de McLuhan "El medio es el ya está tomando la forma de un comentario sobr~ las actas~,
mensaje". El principio tambi én se aplica al alfabeto la imprenta afirman Pollock y Maitland (1898, p. 151) en s u aut.onzado tr abaJO
la tehlYisi~n y el ord~nador. No resulta tan claro el' modo en qU~ sobre la historia del derecho en Inglaterra.
esos cambIOS de medio prod ~jeron sus efectos; como dije anterior- En cuestiones de justicia, el aumento del uso de d oc~m7nto s
mente, McLuhan recurrió a nociones de razones de sentido alt.era- escritos en desmedro del testimonio oral pudo habercontnbwdo al
~as, id~a que tomó de William Blak~ero McLuhan era un crítico desarrollo de métodos más precisos para analizar las pruebas y
hterano, y a unque su tema era irreSistible, sus teorías no lo fueron. formular un veredicto. Sin embargo, el u so creciente de registros
. ~I tema general tuvo una formaJ>recisa en la investigación escritos para catast ros, actas judiciales, an~arios y crónicas "er~
hIstÓrica de Cla.nchy (1979), McKit!erick (1990) y Eisenstein más un indicador de la efi ciencia del gobierno que su causa
(1979); los dos primeros abordaron el mayor uso de la escritura en (Clanchy, 1979 , p. 50). Aunque Clanchy describe esta proliferación
la baja Ed~d Media, siglos XI a XfIl; la última abordó las implicacio- de los registros escritos como indicador de una "mentalidad letra-
nes de la Imprenta en el surgimiento de la ciencia moderna y el da", señala que lo que cambió fue el lenguaje del regístro.' má~ que
protestantismo. el lenguaje de los tribunales mismos. Así, este autor deja a~lerta
~Ianchy (l~79) enumera con gran detalle el aumento del uso la cuestión de si la escritura fue instrumental en esos cambiOS de
de reg¡stros escri tos en la administración dejusticiaen Inglaterra pensamiento acerca de la justicia, o si únicamente acompañótales
desde la época de la conquista normanda (1066) hasta la muerte de cambios.
76 77
Street(1984) sugiere que esos cambios legales no estaban tan nuevas oportuni dades que ofrecían los materiales impresos, y no
relacionados con la eficiencia y efectividad del registro escrito tanto por una alteración determinada en los 'modos de pensar.
como con los cambios políticos que se estaban produciendo. Los Sin embargo, dado que Eisenstein centra su atención en la
registros escritos, sostiene este autor , eran un dispositivo emplea- imprenta y en los diferentes papeles desepeñados por ella en la
do por los normandos franceses después de la invasión en 1066 ciencia y la religión , pasa por Wto, en mi opinión.' ":n as pecto
para establecer y legitimar el control sobre el pueblo con squistado, importante de la relación entre I!Reforma y el s urgtmlento de la
y tenía escasa relación con su supuesta superioridad respecto de ciencia moderna. Esa relación tal vez sea crucial para detectar de
las fo rmas orales tradicionales. qué modo el creciente U 80 de la es~t~ra pudo producir u~ cambio
Aun así, la cultura escrita tuvo sus U80S. McKitterick (1990) genuino en la estructura de la cogmclón. Esta autora sostiene que
los documen tó en la Europa de la alta Edad Media. La escritura era hasta la Reforma la ciencia y la religión estaban estrechamente
un instrumento idóneo para el ejercicio real del poder, para vinculadas miedtras que luego del surgimiento de la ciencia
controlar los mercados, percibir los impuestos, controlar las buro- moderna, tomaron camin os diferentes. Esto ocurrió porque "el
cracias y promover el prestigio personal en el presente y para la efecto de la imprenta sobre el estudio de la Biblia contrastaba
posteridad. Esta autora concluye que: "La cultura escrita era notablemente con su efecto sobre el estudio de la nat uraleza" (p.
percibida como una herramienta práctica y como un potente 701). La ciencia, sostiene, usaba la imprenta para una valida~ió~
instrumento de poder ... Junto a la explotación de los modos consensual de observaciones, esto es, el surgi miento de la obJetI-
literales de gobierno, están las iniciativas reales para promover la vidad, mientras que la religión la usaba .sobre todo 'para difun~ir
cultura escrita" (p. 324 ). la buena nueva. Debido a su s usos diferentes, Los cambiOS
Eisenstein (1979) adopta una posición exclusivamente ins- entrañados por la imprenta proporcionaron el más plausible
trumental respecta de la cultura escrita y su función en los cambios punto de partid a para explicar cómo la confianza pasó de la
que caracterizaron el surgimiento del pensamiento moderno, en revelación divina al razonamiento matemático y a los mapa s
ospecial, la Reforma y la ciencia lIIuderna. La autora resume su hechos por el hombre" (p. 701).
perspectiva del siguiente modo: "La vida intelectual y espiritual Por cierto los modos aparentemente diferentes en que las
fue profundamente t ransformada por la multiplicación de nuevas tradiciones reli~osa y científica fucron afcctadas por la revoluciÓn
herramientas para duplicar libros en la Europa del siglo xv. El en las comunicaciones le sugirieron a Eisenstein la "futilidad de
cambio en las comunicaciones alteró el modo en que los cristianos intentar el encapsulamiento de sus consecuencias en una sola
occidentales leían su libro sagrado y el mundo natural" (p. 704). fórmula". A veces, la imprenta llevó de las palabras a las imágenes
Con respecto a la teología de la Reforma, la imprenta puso una - según la fórmula de McLuhan del ojo por el oído-, como c uan~o
copiade la Biblia en las manos de cada lector, salteando asf el papel la información geográfica y botánica se imprimía en representaCIO-
de la iglesia; cada quien podía encontrar a Dios a través de la nes pictóricas exactamente repetibles, pero a menud.o pasó de
simple práctica de la lectura personal, sin la mediación del sacer- imágenes a palabras, como cuando las Imágenes. e~ pIedra y en
dote. Además, la imprenta facilitó la difusión del Evangelio en un vitrales cedieron el paso al estudio personal de la Blbha. Los efectos
público lector que crecía con rapidez. requieren "una explicación con diversas variables aun cuando
Con res pecto a la ciencia moderna, Eisenstein sostiene que la subrayen la significación de la innovación única" (pp. 7 01-702 ~ .
imprenta fue responsable principalmente de poner una copia Eisenstein proporciona abundantes pruebas de que la Im -
~original " de un texto, mapa, carta o diagrama, libre de los errores prenta (y la escritura) sirvieron para distintos propósitos en. la
de los copistas, en las manos de centenas de estudiosos que podían religión y en la ciencia; sin embargo, una segunda o bs.ervacl ~n
analizarlos, compararl os, criticarlos y actualizarlos. Los nuevos revela una relación entre ambas más profunda que la que Elsenstem
descubrimientos podían incorporarse a las nuevas ediciones. De les acuerda. Para corrol5orar esto, debemos distinguir modos de
este modo, la imprenta contribuyó a l desarrollo de una tradición de leer es decir de cultura escrita, desde la invención de la imprenta.
investigación acumulativa. Por ende, tanto los avances científicos La i~prenta' se u só de modos totalmente distintos en la ciencia y
como los religiosos se produjeron gracias a la explotación de las en la religión, tal como lo describe Eisenstein , y no obstante, los
78
¡ 79
nuevos modos de lectura y escritura pudieron haber desempeñado perspectiva al respecto: un original correcto podí~ ayudar ~ fijar
grosso modo el mismo papel fundamental en la Reforma que en el una lectura cont ra la cual podía evaluarse cu alqUier nueva mter·
surgimiento de la ~ien cia moderna. Como veremos en el capítulo 7, pretación. El texto fijo de la naturaleza era la creación de Dios; el
ambos casos reflejan una evaluación cambiante de lo que estaba texto fljo de las Escrituras era una Biblia cuidadosa~en~e tradu·
"dado", tanto e~ un texto como en la naturaleza , y de lo que se tenía cida. Esta es la distinción subyacente a la hermeneutlca de la
por aumento, mterpolación e interpretación personal de esos Reforma y a la ciencia moderna. Ambas hicieron ~na aguda
"textos". Las actitudes cambiantes fren te a los textos, es decir, los distin ción conceptual entre 10 dado, ya sea en las Escrituras o en
nuevos modos de lectura, permitieron un notable contraste entre la naturaleza , y las interpretaciones elaboradas ~r los h?mbres.
lo q~e el texto significaba y lo que los lectores tr adicionalmente La imprenta fue crucial en este sentido, ya que hizo pOSIble. que
h~b~an pe?sado que significaba. La escritura creó un "texto" muchos lectores realmente poseyeran el mismo texto al mIsmo
o~~al, fiJo y objetivo con un significado literal s upuesto - un tiempo y, por ende, pudleran ver por sí mis mos, es decir, pudie:an
s~gmfica~o que se consideraba determinable mediante métodos ser testigos virtuales de la corrección de un a ~nterp~taclón.
SIste~ áti:os ~ eruditos-, respecto del cual las interpretaciones E isenstein parece haber pasado por alto este cambiO comun en los
más ImagmatIvas y desviadas podían ser reconocidas y excluidas modos de interpretación.
Sobre tod? a partir de la invención de la imprenta, la capacidad d~ Tal vez sea adecuado que esta autora los ignore. Desde
leer ~us? ese texto en manos de miles de personas que podían ver entonces, ha sostenido (E. Eisenstein, comunica~ión perso ~al ,
por SI mIs mas lo que en él se decía. Siguiendo un texto los lectores agosto de 1986) que la distinción entre texto e .m~rpretaClón
podi~n ser "testigos virtuales" de la verdad de la interpretación antecede la revolución en las comunicaciones, su pnnclpal preocu-
ofreCIda por el sacer~o.te o el maestro. La noción de testigo virtual pación. Los cambios conceptuales comunes a I~ R~forma y a la
está tomada del anáhSIS de Shapin (1984) del uso de la observación ciencia moderna se producen en un período prevIO, JUsto antes de
empí~ica en 1.os escritos cientificos de Roben Boyle (véase capítulo la aparición de la imprenta. Esta , como señala con .aci~rto
8)..ElsenstelO refiere que Sprat aludió a esto en su defensa Eisenstein fue ante todo u n instrumento de estandanzacl6n,
conJunta. de la Iglesia de Inglaterra, d() la ()un1 era obispo, y de la acumuJaci6n y disemin~ción . más que un instrumento de cambios
Re~ SocIedad, de la cual era historiador. Ambas, en s u opinión, conceptuales.
hablan llevado a cabo una Reforma: E l origen de los conceptos en cuestión ha sido analizado por
Stock (1983 , 1990) en su trabajo s.obre las im~licaciones de la
... ambas han tomado un curso parecido para realizar esta cultura escrita en la baja Edad MedIa. Stock reVIsa gran parte de
(r: r~rmaJ; cada uns ignoró las copias corruptas y se refirió a los las evidencias examinadas por Clanchy, señalando de Qué ~odo
ongm ales perfectos para la instrucción; una a las Escrituras, la las prácticas sociales comenzaron a reflejar I~ confianza creCIente
?t:a al gran Volumen de las Creaturas. Ambas son acusadas en los registros escritos y el análisis sistemátiCO de la prueba p~ra
IllJ ustamente por sus enemigos de los mismos crímenes, de decidir la inocencia o culpabilidad del acusado. Pero t~mblén
haber abandonado las Antiguas Tradiciones y haberse aventu- muestra que h ubo un cambio paralelo en los debates teológIcos,ya
rado en las Novedades. Ambas suponen igualmente que quizá
que comenzaron a depender cada vez más de los registros escritos.
s~s Ancestros se han equivocado y, sin embargo, siguen reveren-
Clánd?los. (S?rat, 1667/1966, parte 3, sección 23, p. 371; citado Los juicios hagiográficos, es decir, aquellos que se refieren a la
por Elsenstem, 1979, p. 668) santidad, se basaron en los registros escritos más que en los
testimonios orrues; los servicios religiosos incluyeron en ~ayor
¿Por qué esta búsqueda de los originales·perfecro s? Barbara \
proporción las lectuTas de textos en los ;ituales o~a!es; la VIda de
autor del Renacimiento, pretendía haber encontrado ,.;n eo mil los santos se fijaron por escrito, y los registros se hiCieron de modo
e ~o r~s en las copias del texto latino de Plinio, tanto en la trans- de facilitar su consulta mejorando los índices y los diseños de
cnp~l ón C?ffiO en la refere.ncia a hechos, lo que lo llevó a publicar página, marcando los títulos deca~ítu.los, u~ando diferente,s ~rac.
un ~bro titulado Los cast,gos de Plinio (Boas, 1962, p. 53'En el teres, etc. Quizás el hecho más slgmficatlvo fue la apanclón ~e
capitulo 7, que esboza una h istoria de la lectura, expongo mi propia nuevos métodos para organizar el conocimiento; por ejemplo, SIC
80 81


el non de Abclardo y las Sentencias de Lombardo, que incluían La fuerza del relato de Stock reside en que estudia las
métodos sistemáticos para clasificar, codificar y encontrar infor- implicaciones de la cultura escrita a través de las fonoas alteradas
mación escrita: "Se comenzó a pensar los hechos no como si de leer e interpretar textos, y no en la simple tecnología para
estuvieran registrados por los textos sino incorporados en ellos, lo difu ndirloi-Como sostendré más adelante, el h echo de que la
que constituyó un cambio de mentalidad de gran importancia" escritura repreftmte sólo algunos aspectos de lo que el hablante ha
(Stock, 1990, p. 126). dicho es lo que hace que la lectura se transforme en un espinoso
La cultura escrita, según Stock, experimentó un impacto problema interpretativo. En segundo lugar, Stock proporciona
especialmente en la época que precedió la Reforma, gracias a la' un a descripción de los cambios en el estilo de lectura, es decir, de
formación de una comunidad textual, un grupo de creyentes en la nueva preocupación con las propiedades reales superficiales y
cuyo cent ro estaban el líder, que era ellector/intérprete, un texto sensibles del textO a expensas de ios aspectos subyacentes supues-
o fragmento sagrado de ese texto y una visión fervorosamente tos y místicos del significado. Como señala Stock, uno de los
defendida, aunque un poco indiosincrásica, del significado de ese principios desarrollados en la baja Edad Media fue la "identifica-
texto. Era habitual que esta comunidad textual se encontrara a sí ción de la objetividad con un texto" (1984-5, p. 24). En los tribuna-
misma en desacuerdo con la perspectiva de la Iglesia establecida. les, se consideraba que los documentos proveían tal objetividad,
Stock proporciona, a modo de ejemplo, un informe sobre los como 10 hacían las palabras y los significados superficiales o
heréticos de Orleáns, quemados en la festividad de los santos determinables de los textos escritos.
inocentes de 1022 d.C. El primer informe sobre herejfas, escrito Volveremos a este tema cuando analicemos en detalle la
unos cuarenta a ños después del suceso, cuenta que los heréticos historia de la lectura en el capítulo 7. Por ahora, podemos concluir
rechazaban el dogma de la iglesia respecto de la misa y la Trinidad, nuestra revisión de las teorías de la cultura escrita y la cognición
explica que su herejía era obra del demonio y narra su reticencia volviendo a exponer los puntos principales. En primer lugar, wdos
a abjurar de su herejía, y su sentencia a muerte. los estudios analizados consignan la confianza creciente en los
Stock muestra cómo esa herejía estaba relacionada con la registros escritos, en las formas escrita e impresa que comenzaron
cultura escrita. Se les preguntó a los herejes si creían en la a aparecer en el siglo XII. Todos consignan la confia nza cada vez
maternidad divina, la reencarnación y la resurrección, a lo que mayor en las formas escritas y las hipótesis de objetividad respecto
contestaron: "Nosotros no estábamos presentes y, por tanto, no de esas formas. Todos señalan de qué modo comenzaron a existir
podemos creer que tales hechos se hayan producido"; [Rechazaban] nuevos tipos de documentos, cuyo efecto· consistió a menudo en
la interpretación tradicional que no podían imaginar por sí mismos, simplificar tan to las afirmaciones como las interpretaciones de
en favor de u na realidad histórica y, por ende, sensible" (p. 114). tales afirmaciones. Y todos describeron el modo en que esas formas
La herejía entrañaba, pues, una actitud cambiante res pecto escritas comenzaron a llenar funciones documentarias, que, en
de los textos religiosos. Los herejes, señala Stock, tenían "un estilo algunos casos, su peraron la autoridad acordada a las formas orales
de 'racionalidad' altamente desarrollado y personal, que dependía y tradicionales.
de la interpretación individual de los textos teológicos ... Para los El problema más debatido puede formularse de la siguiente
herejes, el significado oculto emergía cuando ellos mismos inter- manera: ¿la escritura y la cultura escrita causaron realmente, o al
pre t~ban el texto bíblico, los escritos patrísticos, y sus propias menos afectaron, el desarrollo de nuevos modos de pensamiento
máxImas" (pp. 110-120). Esas interpretaciones se consideraban sobre las Escrituras, la n aturaleza y el ser? Eisenstein subraya que
inherentes al texto y absolutamente contradictorias con las ense- los nuevos dispositivos llenaron funciones ya existentes a una
ñanzas de la Iglesia. Ginzburg (1982, véase también 1986) publicó escala tan espectacular que efectivamente cambiaron esas funcio-
un infonoe similar acerca de un molinero del siglo XVI que fue nes. Clan chy sugiere que, en el período en cuestión, se desarrolló
juzgado y hallado culpable por pretender que todos los s~cramen­ una nueva mentalidad, que consistía básicamente en una nueva
tos, incluyendo el bautismo, eran "invenciones humanas"(1982, p. actitud ante los textos antes que en nuevos procesos cognitivos.
10), basándose en su lect ura personal - aunque un poco superfi- Stock, al proponer que Jo que estaba en juego era un nuevo modo
cial- de las Escrituras (1982, p. 36). de leer e interpretar textos, claramente toma partido por las
82 83
tra bajo oralmente, confian do en su memoria para a nalizar , criti-
:~:~~rq~~aS~!~~:c~~nq~: la cultura eod
SCrita puede en realidad car y desarrollar ideas, y no en el texto escrito, como generalmente
b . .
un nuevo m o de pensamiento S'
em aQg~, 2w~n :~Tme ~jene
lo Que afrontar la carga de la pr~eb: se supone. Los sermones se componían mentalmente y, a veces, se
e~l~:sef~:tr~~~e<:J.ente no~ble po~
los escribía luego. Los textos no eran examinados; antes bien se los
cierto más sobre este tema, y usaba como un registr o contra el cual contr astar la memoria. La
es el detallado a n álisis lea~~~~te:!~:~~~~so1e l~ CU,ltura escrita, lectur a no apunt aba a l estudio de un texto, sino a su ingestión o
memoria y la concepción de la memoria en la ;~a r e os ~sos de la internalización. U na vez que esto se producía, podía transforma r-
dose e n tr~bajos
previos de Yates (1966) sobre el :!~la .
Basán- se en objeto de meditación y r eOexión . El objeto examinado estaba
:u~:e~O~~d?e~~~~::muestra de manera convincen~l~:~ 1~: en la men te, y no en el texto.
La actitud medieval frente a los textos y el uso q ue se hizo de
sustituto sino más b' ca pensaban en la escritura como un ellos es el t ema de uno de los capítulos que siguen ; en este punto,
escritura's len como una ayuda de la memoria. La nos interesa la crítica que Carruthers h ace de la significación de la
mnemónic~, p;~ss~;~~:mlele~~~c~er~~ente como un. dispositivo cultura escrita en el pe nsamiento medieval tardío. E ste es el
para controlar la memoria E ta S Vlslb~eds que pudIera usarse a specto un poco frustrante: para el historiador de la literatura,
en la m . s era conSI erada una "escritura"
puede ser adecuado distinguir literatura de cultura escrita; para
miento. e~~guY~ ~o=!al~erdi~ elalinstn:malento principal del pe nsa- el teórico de la cultura escrita esta relación es crucial. La autora
' , . e ev ,sen a esta auto a lab¡
d IstInClOneS ent re el acto de 'b' 1 . r ,es ece sostiene que "escribir a lgo no puede cambiar de modo significativo
dis tintas super ficies ' a m ba ~sc~. trben a memon a. y escribir en nuestra r epresentación mental de la cosa" (Carruther s, p. 31); esto
método de "loci"-in~ertar í~mp ~c~ anr: uso d~ dl~positivos, el
l
es simplemente falso. Al adoptar la perspectiva de que las repre-
das- o hacer marcas b ms e lOte s en ubIcaCIOnes conoci- sentaciones mentales son independientes de la activida d de orga-
~!n.!:rtauna.~ignificación sZs;:cfa~~~~' s';~~~::i~~as:n:~c~;::a;~ nizarlas e n un a forma apropiada para poder verterlas en u na
superficie (p. 32), se ve obligada a afirmar q ue "ni la prevalencia ni
yv
la memoria enseñanzas o "te xt os" que h a b ían sldopreservadosen
n ...,s sobr .
lo forma. de 108 mnt.eriales escritos en una cultura deben ... tomarse
objeto de co~en~r!~s que se había renHxion~rlo. C}'l I e habían sido como indicadores seguros de la habilidad del pueblo par a pensar
un r ecurso cultura/' s, y que, por ende, se h abían transforma do en categorías racionales o estructuras que esas categorías pueden
en "ingerirlo" y "djl~~~nte. El modo de usar un texto consistía adoptar" (p . 32). Se s abe que la escritura es una forma especial de
internalizar su Si~fic:do complet~mente, extraer sus j ugos e representación Y que, como principio general, una representación
escribir, sino componer m~;t~;~:'n compo~er un texto no era nunca es equivalente a la cosa representada . Si lo fuera, sería un
veces, dictarlo a partir de la . te Y r eabzar ora lmente y, a serio error pensar que las representaciones escritas son transpa-
volumen múltiple de Santo ;:,::..o~a. 2ar:uthers sostiene que el
giro fue produ",· d d la s e qUInO, la Summa Theolo- rentes o neutras.
Carruthers, como los autoreS medievales que a naliza , supone
, " o e es manera:
que las a rtes de la memoria, 108 esquemas mnem ónicos de distinto
El flujotade Santo Tomás h aCla. sus secretan.os era incesante· tipo, son idénticos a las representaciones mentales. que son un
"fluía ¡ pr oducto de la experiencia común verbalizada. Sin embargo,
n c aramente que ora . e¡ .
leyendo con sus ojos un rb como ¡SI n .r;naestro estuviera señala que lo mnemónico es un "aTte"; está constituido por dispo-
gran torren d 1 ro en.voz a ta . Dictaba "como si un
Ta te e verdad se est uVlera vertiendo en él desde Dio'" sitivoS para orde nar, clasificar , juzgar e interpretar que sólo de
mpoco parecía estar bus d .
parecía sim lemente . can o cosas desconocidas para él:
". modo indirecto se relacionan con las representaciones mentales
ros". (Carr/the ¡990deJar que su memoria vertiera sus teso- que naturalmente p rovienen de la experiencia, Estas artes no son
rs, , p. 6) n eutras en sus efectos, como tampoco lo es la escritura; las
primer as, como la segunda, proporcionan categorías Yformas para
hasta qJ;;::a
La . . ¡
:~ribu¡éci?n de Ca~ruthers es haber mostrado
s c n gos m edievales eruditol1fha eftLD su
la re_representación de la exper iencia, facilitan ciertos tipos de
actividad m ental, e inhiben otros. En consecuencia, no es coheren-
85
84


te Ci!Jebrarel significado de lo mnemónico a l tiempo que se denigra de escritura, o más precisamente, qué representan los si s~mas de
la significación de la escritura. escritura. Como veTemos en el próximo capítulo, los dlferentes
Existe, sin embargo, un problem a más seno. Al subestimar la sistemas pueden representar diferentes cosas. Esto depen.de no
.significación de la escritura, esta autora no le hace justicia al hecho sólo de la in~ció Ifllde escrituras más analíticas, sino tambtén de
de que los dispositivos mnemónicos que describe están diseñados la estructura de la lengua que se está representando. Esencial.
para abordar textos escritos; las artes de la memoria no están mente, lo que los sistemas de escritura representan detennina qué
diseñadas para recordar sólo lo que alguien dice, sino centralmen- tareas quedan reservadas a la discreción del lector . En consecuen-
te para conservar documentos escritos en la memoria. Y desapare- cia, en el capítulo 5 pasaremos a la cuestión de lo que los sistemas
cieron cuando los libros impresos comenzaron a abundar. Tan de escritura no representan.
convencida está Carruthers de que esas "artes" no dependen de la
cultura escrita que, en su larga referencia a la descripción de Luria
de la mente de un mnemonista, persona capaz de de prodigiosas
proezas de memoria, no nos cuenta que el mnemonista era letrado.
Infiero que lo era porque llevaba a ca bo sus actividades mantales
sobre la base de palabras y no de cosas, cuestión que a nal izaremos
en el próximo capítulo.
Por otra parte, Carruthers es completamente convincente en
su argumento sobre la cultura medieval: la cultura oral y la letrada
no son categorías contrastivas. Las culturas más altamente letra-
das eran también las más altamente orales; de allí, lo oportuno del
título de su libro El libro de la memoria.
Quizás estas diferencias en la estimación de la significación
de la escritura y la cultura escri ta surjan de las diferentes
conCi!pciones de esta última . Carruthers emplea una definición
más bien estricta - la capacidad de leer y escribir en un sistema
alfabético-, mient ras que yo empleo como definición la capacidad
de explotar los recursos de una tradición escrita, y no sólo la de leer
y escribir, sino también la de pensar sobre los textos de determi-
nados modos. Mi defin ición, por ende, rovisa la idea de Carruthers
de literatura. Carruthers contrasta dos actitudes respecto de los
textos: el fundamentalismo y el textualismo; el primero supone
que los textos no requieren interpretaciÓn; el segundo supone que
sí requieren de ella; ~ l a distinción se relaciona con una perspectiva
de la literatura que puede existir tanto en grupos ágrafos como
letrados" (pp. 20, 290). Personalmente, no puedo imaginar que el
fundamentalismo o el textualismo creen cismas dentro de una
cultura oral. Las actitudes respecto de los textos son modos de
leer, que constituyen una parte de la historia de la cultura escrita,
historia que difiere de manera imporlante de una cultura a otra
(Tambiah, 1990).
Para saber de qué manera la escritura puede afectar los
modos de lectura, es preciso analizar cómo representa un sistema
86 87
4
Lo que la escritura representa:
una historia revisionista de la
escritura

Las palabras escritas son 109 signos de las palabras habladas.


(Aristóteles, De interpretatione)

Al menos desde los tiempos de Aristóteles, se ha considerado


que la escritura es un dispositivo gráfico para transcribir el habla.
Esta hipótesis sienta las bases tanto para las primeras como para
las más recientes teorías de la evolución de los sistemas de
escritura, teorías que sostienen un ascenso lineal desde los primi-
tivos sistemas pictóricos hasta los sistem as fonológicos posterio-
res, que culminaron en el alfubeto. Comparado con otros sistemas
de escritura, el alfabeto tiene la reputación de ser el único capaz de
representar todo cuanto pueda decirse. Lo logra mediante la
aprehensión de los constituyentes elementales del sistema fónico
del habla, es decir, los fonemas de la lengua . La historia de la
escritura puede considerarse entonces como una serie de intentos
fallidos o pasos vacilantes bacia la re presentación de esos elemen-
tos fonológicos . Ninguna de estas hipótesis - la escritura es una
tra nscripción ; la historia del alfabeto es estrictamente evolutiva-
resulta hoy defendible. En este capítulo examinaremos cómo
puede reescribirse la h istoria de la escritura prescindiendo de
ellas. Nuestro propósito es mostrar que la relación entre habla y
• escritura puede ser la opuesta a la tradicionalmente acept ada. La
revisión de nuestra noción de los vínculos enlee habla y escritura
I proveerá las pistas necesarias para abordar de un modo nuevo la
relación entre escritura y cognición.

. ...
Las marcas con fine s mnemónicos y comunicativos son tan
viejas como la cultura misma. La cuestión crucial consiste en saber
qué representaban esas ma rcas para quienes las hacían y las leían.

89
Una mirada rápida sobre nuestros propios sistemas de escritura (1962) vio en la evolución del alfabeto la ~historia de la humani-
sugiere que lo que un sistema de escritura represen ta es lo que se dad'". Como lo señaló Havelock (1982, p. ll): "A un mismo tiempo,
dice: un sistema ideal es una represen tación completamente los griegos proporcionaron una tabla de elementos de los sonidos
explícita de la lengua oral. Esta es la concepción clásica, desarro- lingüísticos, manejable gracias a su economía y, por primera vez en
llada por Aristóteles y seguida en nuestra era por Saussure y la historia del horno sapiens, precisa". El logro consistiría, pues, en
Bloomfield. Aristóteles escribió en De interpretatione (1.4-6): "Las una serie de éxitos en la representación de los aspectos fundamen-
palabras habladas son símbolos o signos de los afectos o impresio- tales del sistema lingüístico, los fonemas, para elaborar un siste-
nes del alma; las palabras escritas son los signos de las palabras ma económico (emplea un pequeño número de signos) y, al propio
habladas"(n. 384 a .C., 1938, p.115). Saussure(l91611983)calificó tiempo, completo (capaz de representar todo cuanto pueda decir-
de "tir anía de la escritura" el hecho de que la teoría lingüística se). Según esta perspectiva, la escritura es un intento de represen-
tomara como objeto la lengua escrita y no la oral: "La única razón tar los patrones fónicos del habla.
para la existencia [de la escritura] es representar [el habla]. El Estos argumentos, que analizaremos más cuidadosamente,
objeto lingilistico no se define por la combinación de la palabra adolecen de cierta imperfección critica. Suponen lo que necesitan
escrita y la palabra hablada: la forma oral por sí sola constituye el explicar. Específicamente, suponen que los inventores de los
objeto" (pp. 23-24). Bloomfield identifica el h abla con la lengua , y sistemas de escritura ya conoelan la lengua y su estruclura
ve la escritura como "una manera de registrar lá lengua" (Dloomfield, - palabras, fonem as, etc.-, y que el progreso consistió en encon-
1933, p. 21). Más recientemente, Mattingly (l972) expresó la t rar medios para representar esas estructuras sin ambigüedades.
misma opinión al afirmar que la escritura es "un cero a la izquier- Como señala Harris (1986), estas descripciones son erróneas, pues
da" respecto del habla. toman una caracterización del estado actual de la cuestión (o al
Una de las ventajas de esta hipótesis es que permite una menos una parte de ese estado) como si fuera el objetivo hacia el
explicación bastante senciUa de la historia de la escritura. Los cual la escritura estuviera evolucionando, es decir, como si todos
sistemas de escritur~ t:vulucionaron intentando alcanzar una los intentos hubieran consistido en la transcripción de los patrones
form a que representara adecuada y explícitamente las prácticas fónicos del habla. Por el contrario, deberla sostenerse, como lo han
orales. La evolución histórica de los sistemas de escritura -desde '") h echo Harris (1986) y Gaur (198411987 ), que los sistemas de
los ideogramas hasta las palabras completas, sílabas, consonantes escritura no fueron creados para representar el habla , sino para
y, fin almente, consonantes y vocales- puede considerarse como comunicar información. La relación con el habla es, en el mejor de
una serie de logros progresivos en el camino hacia el objetivo de los casos, indirecta.
representar las unidades últimas del habla: los fonemas. La La hipótesis evolucionista es errónea en otros dos aspectos. Si
famo sa afirmación de Rousseau, antes mencionada, de que los se supone que los sistemas de escritura representan diferentes
pueblos salvajes escribfan pintando objetos, los bárbaros escribían niveles estructurales de la lengua - ideas, palabras, sílabas,
por medio de signos que representaban palabras y los pueblos fo nemas-, de allí se sigue que los sistemas de escritura pueden
civilizados escribían por medio de un alfabeto, fu e UDa de las clasificarse según su tipo. Esta es la clásica descripción de los
primeras expresiones de esta perspectiva evolucionista (1754-91/ sistemas de escritura y su historia <Gelb, 1963; Sampson, 1985).
1966, p. 17). Sin embargo, si 108 sistemas de escritura son sistemas de comuni-
La lineal:idad de este desarrollo ha conducido a la mayoria de cación por derecho propio, y pueden tomarse por ende como
los teóricos modernos a ver una única evolución, cuya culminación modelos - inadecuados- de habla, de alli se sigue que estas
es el alfabeto . Gelb (1963) distinguió cuatro estadios en esta clasificaciones son, en el mejor de los casos, groseras descripciones,
evolución: el de la escritura pictórica, que expresaba directamente y no incluyen tipos cJaramentediferenciados. DeFrancis (1989) ha
ideas, seguido por el de los sistemas de escritura basados en la tratado esta cuestión recientemente , haciendo hincapié en la
palabra, luego por el de los sistemas silábicos basados en los unidad esencial de los sistemas de escritura.
son idos, incluyendo los silabarios sin vocales o sistemas En segundo lugar, la hipótesis tradicional de que la historia
consonánticos; por último, la invención del alfabeto griego. Diringer de la escritura comprende la evolución progresiva que culmina en
90 91
)
el alfabeto es errónea por s u etnocentrismo implícito (Coulmas, La historia de la escritura
1989; DeFrancis, 1989; Keigh tley, 1989). La teoría evolucionista
es limitada porque conduce a. una subestimación de la eficacia de Analicemos estas hipótesis a la luz de las pruebas di.sponi~les
los sistemas alternativos. como la escritura logográfica utilizada sobre la historia de la escritura. Evidentemente, e~ Imposible
en China y la combinación logográfico-silábica u tilizada en J apón. conocer con cer teza lo que significaban las pnmer as re-
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Douglas MacArthur, presentaciones gráficas. La revolución neolítica que co~e~zó hace
comandante de las fu erzas aliadas, fu e instado pór un grupó de alrededor de diez mil años estuvo marcada po.r la apanclón d~ la
educadores occidentales a revisar completamente el sistema edu- alfarería, la preparación de alimentos y la agricultura doméstIca,
cativ? japonés y a abolir "los ideogramas derivados del ~h ino", ¡si así como por los cambios psicológicos que ent rañaban la ornamen-
quena ayudar a Japón a desarrollar una paridad tecnológica con tación y el entierro de los muertos. Estos c~m~ios son más o me~os
Occidente (Gaur, en prensa)! No tenían por qué preocuparse. contemporáneos de los comienzos del dibUJO y el uso de taIJas
Además, un reconocido sinólogo, J . Needham (1954-59/1969), llegó (Goody, 1987, p. 10; Schmandt-Besserat, 1986, 1987). La pr~gunta
a la conclusión de que la escritura china no era un factor inhibidor que nos planteamos es cómo esos sistemas represenlattvo~ se
significativo en el desarrollo de la ciencia moderna en China, ni era desarrollaron y cómo fueron "leidos", El modo en que fueron leidos
un impedimento para los científicos en la China contemporánea. determinará cómo llegaron a servir como mo~~los de habla. En
En este capitulo, intentaré demosti-'ar que los sistemas de ste sentido me baso ampliamente en los análiSIS de Gelb (1963),
escritura proporcionan los conceptos y las categorías para pensar ~iringer (1968), y en los trabajos más recientes de (}Qody (1987),
la estructura de la lengua oral, y no a la inversa. La conciencia de Gaur ( 198411987 ), Sampson (1985), Schmandt-Besse~at ( 19~6),
la estructura lingüística es un producto del sistema de escritura Harris (1986) Y Senner (1989). Mi hipótesis sobre la vl~culaclón
no una condición previa para su desarrollo. Si esto es así no pued~ en tre habla y escritura se basa principa~m~nte en Harns (l98~).
explicarse la evolución de la escritura como un inLento de'represen- Aunque tanto las tarjas como,los dl~uJ?S son re prese n~clO­
tar estructuras lingüísticas como la oración, las palabras o los nes gráficas y pueden cumplir ~UnCl?neS Similares, esas. fun~l~nes
fonemas , por la simple razón de Que los hombres Que vivieron llnt.A.'1 y estructurAR han tendido a dlverglT a lo ~argo de l~ hl ston~. los
de la invención de la escrit ura no tenían tales conceptos. La · dibujos siguieron siendo icónicos, y las tarjas se vo.IVleron arbl~r~­
explicación de los cambios evolutivos en los sistemas de escritura rias y convencionales. Pero los intentos . de explicar o deSCribir
del mundo tendrá que encontrar se en otra parte. Analizaré, pues, correctamente esa divergencia no h an dejado de ~er un rom pe~a­
dos hipótesis. En primer lugar, aquella según la cual los sistemas bezas teórico. Es un anacronismo pretender exph~ar la evolucló.n
de escritura se desarrollan con fin es.mnemónicos ycomunicativos, de los signos gráficos como el intlmto de expresar Ideas pór. mediO
pero puesto que son "leídos", proporcionan un modelo para la de ideogramas, ya que no hay razones para creer que I?s pnmeros
lengua y el pensamiento. Hacemos una i.ntrospección de la lengua .que escribieron hayan tenido una noción clara de las Ideas antes
y del intelecto en términos de categorías prescritas pór nuestros de la invención de la escritura (Snell, 1960).
sistemas de escritura. En segundo lugar, analizaré la hi pótesis Los primitivos sistemas de escritur~. así como mu~hos de los
según la cual el desarrollo evolutivo de las escrituras, incluyendo contemporáneos, exhiben diversa~ p~opledad~s y funCIOnes. l.o~
el alfabeto, es la mera consecuencia de intentar utilizar un sistema signos geométricos se usaron para mdlcar propiedad en Mesopota
gráfico inventadO para ser "leido" en una lengua, para la cual es mia hace cuatro mil años, de manera a náloga a lo.s blasones y
adecuado, con el fin de transmitir mensajes que serán "leídos" en marcas de ganado utilizados en la actu alidad; las taTJas se usaron
otra lengua para la cual no es adecuado. En todos los casos, el en la China antigua para registrar deudas u otros datos, y en Gran
desarrollo de un modo funcional de comunicación con marcas J Bretaña en la Tesorería Real, hasta 1826; las sogas anudadas se
visibles fue, si multáneamente , un descubrimiento de las estructu- usaron ~omo registros en la Ch ina antigua y en otr?s lugares, ~
ras representables del habla. En mi opinión, es en este sentido en alcanzaron un altísimo nivel de complejidad en los qULpUS del Peru
el que algunos autores radicales han hablado de la escritura como precolombino; los emblemas, es decir, los s.ellos, tótems, escudos de
previa al habla (Derrida, 1976; Householder, 1971). armas, banderas y signos religiosos, constItuyeron una parte de los
92 93
códigos gráficos en tiempos remotos, tal como sucedeen el presente
(Gaur, 1984/1987, pp. 18-25).
Algunos de estos dispositivos gráficos no solamente simboli-
zaban objetos o acontecimientos; también representaban una
xmHH
secuencia de hechos que podían narrarse, es decir, contarse y no
meramente nombrarse. El más conocido es la escritura pictórica 1f'-Hx1~r
del tipo desarrollado por los pueblos aborígenes de América del
Norte. Los ojibway empleaban una serie de dibujos inscriptos en
rollos de corteza de abedul para representar los rituales de la
:rQ1
cultura, incluyendo la creación del mundo y del pueblo ogibway.
Esos rollos sólo podían ser interpretados por el chamán, y su Figura 4.1. Expedición, según una representación pictórica de indios
descripción variaba según el propósito del narrador. La Confede- de América del Norte.
ración Iraquesa usaba una serie de correas o el wampum para
simbolizar tratados relacionados con el reclamo de tierras; su mente el dibujo de un cuadrúpedo doméstico, un collie, una
interpretación es hoy el objetivo de la Comisión Real Canadiense mascota, el mejor amigo del hombre, etc. N~ hay una correspon-
para Pueblos Aborígenes. "El wampum de dos hileras, la más dencia exacta entre elemento lingüístico Y SIgnO.
conocida de las correas para tratados, simboliza las condiciones Podemos observar que las formas emblemáticas de "escritu-
bajo las cuales los iroqueses daban la bienvenida al pueblo blanco ra", como la que entraña el uso de signos visuales para indicar un
en Turtle lsland (América del Norte). La correa representa una tótem o una t ribu, no crean distinciones entre el nombre y la cosa;
canoa para los aborígenes y un barco para los no nativos, ambos el emblema representa a la vezel tótem y el nombre del tótem. Del
bogando juntos en el río de la vida. mismo modo se puede tener el concepto de nombre sin tener el
El wampum de dos hileras es citado a menudo como prueba concepto de ~alabra; una palabra es una unidad lingüística, en
de que los mohawks nunca renunciarOn a sus tierras ni a sus tanto que un nombre es una de las propiedades del objeto. Los
derechos a un gobierno autónomo" (Globe and MaU, abril de 1993). emblemas representan nombres, no palabras. Harris sostien e que
Sistemas similares de representación gráfica se emplearon en el no distinguir en tre palabras y nombres produce un~ for:m a de
sur de México (Smith, 1973l, y los emplean hasta el presente los simbolismo emblemático que puede extenderse a vanos dIoses y
narradores de historias en India (Guur, 1984/1987, p. 55) Y en espíritus, y que "está a menudo v:mculado de.dife.rentes maneras
Etiopía (Goody, 1987, p. 9). con las fórmulas mágicas y prácticas de nommaC1Ón. Fundamen-
Estos sistemas vls uales eran mnemónicos; gracias a ellos un talmente, refleja una mentalidad para la cual la realidad no está
experto adecuadamente entrenado podía recuperar importante claramente escindida en lenguaje y no lenguaje, como tampoco
información cult ural. Describir como "lectura" el uso de tales está escindida en Jo físico y lo metafísico, o en lo moral y lo práctico"
sistemas tal vez fuerce indebidamente el significado moderno del (1986, pp. 131-132). Desde luego, un poco de esas fórmulasmágicas
término; en ellos, no se hacía una clara distinción entre leer un existe en todos nosotros; aunque no es un crimen, al menos es
texto y describir una imagen. Estos sistemas gráficos traen a la pecado profanar un devocionario. . .
memoria y la conciencia los significados o interpretaciones cultu- Del mismo modo, cuando los niños que aun no saben leer y
rales de símbolos, pero casi no contribuyen a la comprensión de escribir "leen" logos como "Coca-Cola". o reconocen los ineludibles
nociones como lengua, palabra o fonema. Específicamente, si bien arcos dorados como "McDonalds" , es probable que tomen el emble-
puede considerarse que un dispositivo gráfico dice "10 mismo" en ma como la representación de una cosa , y no como la representa-
todas las ocasiones de lectura, no hará conscientes nociones lin- ción de una palabra. Por ende, no hay razones para suponer que el
güísticascomo "palabra", o "las mismas palabras", dado que no hay reconocimiento de tales lagos contribuye a que el niño comprenda
nada en la forma gráfica que pueda tomarse como modelo de tales lo que es una palabra o a que desarrolle su habilidad para leer
constituyentes lingüísticos; el dibujo de un perro es sirnultánea-
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(Masonheimer, Drum y Ehri, 1984). Nótese asimismo que no se
trata de pretender la comprensión de la arbitrariedad de los
nombres, comprensión que ha sido estudiada en los niños por
investigadores piagetianos, como Sinclair (1978) y Berthoud-
Papandropoulou (1978). El concepto que puede vincularse plau-
siblemente a la escritura es el de palabra, no el de nombre.
Karmiloff-Smith (1992) relata que sólo a la edad de seis años los
niños oomienzan a reconocer que "de" y "el" son también palabras.
Pero el rompecabezas sigue siendo el modo en que las fichas
y emblemas que representan cosas pueden transformarse en
signos que representan palabras y, por ende, el modo en que su
reconocimiento puede tTansfonnarse en la lectura tal como la
conocemos. Las pruebas históricas pueden contribuir a proporcio-
nar las pistas requeridas. Una forma gráfica extremadamente
importante desde la cual pueden haberse desarrollado todos los
sistemas de escritura en Occidente es el sistema de fichas desarro-
llado en Mesopotamia con fines contables hacia el noveno milenio
a .C. El sistema, inventado por los antiguos sumerios que vivfanen
lo que es hoy el sur de Irak, aproximadamente en la época en que Figura 4.2. Fichas de arcilla halladas en Tello, Irak (a!gunas de ellas
las sociedades de cazadores y recolectores estaban dando paso a u n corresponden a inscripciones en Tabletas de Uruk), c¡rca 3200 a. C.
modo de vida agrícola, consistía en un conjunto de fichas de arcilla
con formas y marcas distintivas, usadas para registrar ovejas, aisooa que denotan cereales, animale~, AÜ·.. • f'¡UA aparecen en las
vacas y otros animales, asI como mercaderías de diferente tipo,
primeras tabletas, derivan de las fichas.
como aceite y cereales. Pero ¿fueron éstas tomadas oomo representaciones de pala-
Alrededor del cuarto milenio a.C., cuando empezó el auge de bras? En este caso, ¿se dio el paso critico h acia lo que ahora
las ciudades, la variedad de fichas au:g:¡entó enormemente, al consideramos como escritura? Harris (1986) sostiene que el paso
-
parecer debido al creciente número de-tipos de ítems que debían
ser repertoriados. Se oomenzóa perforar las fichas, de tal modo que
podían ensartarse juntas. Poco tiempo después, se las colocó en
decisivo desde las fichas hacia la escritura ocurre cuando los
símbolos pasan de ser repeticiones de fichas a ser sistemas de
combinación de emblemas o, como parece más acertado, cuando
envases o bullae que, como la sarta de fichas, podían marcar una han adquirido una sintaxis. Un sistema que representa tres ouejas
única transacción. Schmandt-Besserat(1986, 1987, 1992) sostiene mediante tres símbolos de oveja (es decir, oveja, oveja, oveja) es
que las marcas en estas bullae constituyen la primera escritura categorial mente diferente, según este autor, a uno que re~resenta
verdadera. La conexión entre las fichas y la escritura proviene del las mis mas tres ovejas mediante dos fichas, una para oveja y otra
hecho de que el oontenido de las bullae se inmcaba en su superficie, para la cantidad. Así como la sintaxis es loque hace que una lengua
imprimiendo la fi cha en la arcilla blanda al\tes de cocerla. Pero una sea lengua, es la sintaxis lo que hace que un sistema gráfico
vez que el contenido estaba marcado en el envase, no había "generativo" permita la combinación y recombinación de símbolos
necesidad de incluir en él las fichas verdaderas. El envase se para expresar un amplio espectro de significados.
transformó en una superficie escrita, y las formas de las fichas Un ejemplo de este tipo de escritura es la de Ur (2900 a.C.,
inscriptas en la superficie se transformaron en los primeros textos aproximadamente), archivada como 10946 en el Museo Bri.tá.ni.co,
escritos. Las fi chas que representan unidades de mercaderías son que repertaria el contenido de un depósito. La tableta está diVidida
el origen de los signos sumerios para esas unidades. Los dieciocho en celdas, en cada una de las cuales se da un producto y una
96 97
Dos hechos sugieren que las escrituras sintácticas son toma-
das como modelos para el habla. El primero es que seconsidera que
los signos representan palabras, y no cosas. Los pale6grafos(Gaur.
1984/1987; Nissen , 1986) señaJan que hacia el tercer milenio (2900
a. e.) aparecieron los primeros textos literari os escritos en
cuneiforme, y que esa escritura refleja claramente el conocimiento
lingüístico del escriba. Es decir que la escritura permite al lector
inferir la lengua del escritor; las primeras tabletas, como hemos
visto, no lo hacen. Pero ¿qué implica exactamente este logro?
En primer lu gar, la introducción de signos de palabras. El
signo de cerveza en la tableta cuneiforme de la figura 4.3 represen-
ta cerveza, no la palabra "cerveza". Tampoco el signo para abeja
representa necesariamente la palabra ~abeja"; apenas representa
el objeto, una abeja. Pero si el signo es apropiado para representar
el verbo "ser", es que se ha transforma do en el signo de una palabra,
en un logografo. El principio subyacente en este caso es el de rebus,
Figura 4.3. Escritura sintáctica. Tableta de Ur, 2960 a.C., el uso de un signo que normalmente representa una cosa para
con una lista de los items de un depósito. representar uns entidad lingüística que se pronuncia igual; esta
entidad es una palabra. Señalemos que el principio de rebus no
cantidad. El símbolo para jarra, que se apoya en una base puntia- juega simplemente con el conocimiento de palabras preexistentes;
guda, representa cerveza, mientras que las impresiones redondea- la substitución de los signos sobre la base de su pronunciación es
da~ representan cantidades. La cantidad está representada con lo que trae a la conciencia las palabras. Una escritura que puede
dos formas: una producida por el extremo de un estilo, que quizá representar tanto la sintaxis como las pala bras combinadas por
represente las decenas. y la otra producida por el canto del mismo esa sintaxis produce un sistema de escriturs canónico, capaz en
instrumento, y que quizá represente las unidades . Aunque es principio de representar todo cuanto pueda decirse.
incierto lo que varias de las marcas indican , la celda en cuestión Aun las nuevas palabras entran en el léxico de este modo.
puede leerse como "veintitrés tinajas de cerveza". Esta escritura Schman dt-Besserat(l986) ha señalado que la invención de núme-
elemental tiene una sintaxis, y podria considerarse como el modelo ros abstractos coincide con la de esas escrituras "sintácticas". Las
preciso para un enunciado oral. Pero no hay razones para creer que primitivas tarjas y fichas, como ya se mencionó, representan
tales signos gráfico s representen una palabra o palabras determi- números por la sim ple correspondencia uno a uno : una ficha para
nadas en una lengua natural. La tableta descripta podría leerse en cada objeto. Cuatro ovejas pueden representarse mediante cuatro
cualquier lengua, como los numerales arábigos; 4 puede leerse marcas en un palo, cuatro guijarros en un morral o cuatro fichas
como "cuatro" o "four". No es esencial postular, como lo h acen la con form a de oveja en una cuerda. Los antiguos sumerios tenían
mayoría de los teóricos, que las escrituras sintácticas representan fichas diferentes para ovejas, vacas y otros {tems. Pero cuando se
el habla; también es cierto que esas escrituras son una lengua. Es reemplazan cuatro de ellas por dos, una para oveja y otra para el
decir que no necesitamos s uponer que esos primeros escribas número de tarjas, esa ficha puede leerse como una palabra para u n
tenían un modelo de lengua del cual eran conscientes, y que número entero, "cuatro". La invención de la escritura sintáctica
consistía en palabras ordenadas por una sintaxis que intentaban habría permitido, pues, la invención de las cantidades abstractas.
representar mediante la escritura. Antes bien , podemos explicar la Esa escritura proporciona un modelo para la lengua, que
relación existente entre lengua y escritura diciendo que una ahora puede consi derarse independientemente de las cosas a las
escritura con unasintaxis proporciona , por primera vez, un modelo que se refiere. P ero una nueva comprensión de la lengua en tanto
adecuado para el habla. conjunto de palabras también tiene implicaciones conceptuales.
98 99
Anuncia la muerte de las "palabras" mágicas o, más precisamente, señalan las palabras, tenderán a tomar cada una de ellas como
de los "nombres" mágicos. Las palabras han dejado de ser emble- representación, o emblema, de un cerdo. Por ende, si se borra la
mas, y se disti nguen de las cosas y de los nombres de las cosas; el palabra final y se les dice "¿Qué dice ahora?", contestarán "Dos
hombre ya es consciente de ellas en tanto entidades lingüísticas. cerditos". Si cada una de las tres palabras se señala separadamen-
Es posible pensar en el significado de las palabras independiente-
mente de las cosas que designan, gracias a que la forma escrita
proporciona un modelo, el concepto o las categorías para reflexio-
nar sobre los constituyentes de la forma oral. En otros lénninos,
I, te y se les pregunta qué dice cada una, contestará "Un cerdito; otro
cerdito, y otro cerdito". Es decir que los signos son considerados
como emblemas, y no como palabras (Berthoud·Papandropoulou,
1978; Ferreiro, 1985, 1991; Ferreiro y Teberosky, 1979; Serra,

I
cuando la palabra es pensada en tanto representante de una cosa 1992). Aun cuando comiencen a distinguir una palabra de una
y no como una propiedad intrínseca de la cosa, la palabra mágica cosa, sus primeras nociones de una pala~ra están ligadas a las
pierde su poder. Una acción sobre el nombre o un maleficio no forma s escritas, más que a las orales (Downing, 1987; Reid, 1966).
afectan 10 nombrado, porque la palabra, a diferencia del nombre, Francis (1975) halló que la adqui sición por parte de los niños de
no es una parte de la cosa; es, como dijimos, apenas una palabra. conceptos como letra, palabra y oración estaba estrechamente
Es posible que un sistema de escritura de esa índole, alfabé- ligada al aprendizaje de la lectura.
tico o no, haya sido un instrumento que contribuyera a que los Una vez que un sistema de escritura tiene una sintaxis, los
antiguos grieg~s propusieran un nuevo e importante conju nto de emblemas o fichas pueden considerarse palabras, y no emblemas,
conceptos. Havelock (1982) y Snell (1960) sefialaron los modos en y la construcción puede considerarse una proposición, y no una
que se desarrollaron nociones como idea, entendimiento y palabra, lista. Las estructuras presentes en la escritura proporcionan
así como los modos en que las palabras del vocabulario común ahora las categorías necesarias para la introspección de las estruc-
pasaron repentinamente a ser objeto de análisis y reflexión en la turas implícitas de la lengua. Estas escrituras son logográficas por
cultura griega clásica. Mientras que para Homero las nociones el hecho de que las fichas representan los principales constituyen-
griegas dejusticia y coraje se ejemplificaban en las acciones de los tes gramaticaJes de la lengua, es decir, las palabras. P ero insisti-
dioses y los héroes. para los griegos letrados, se tran¡;formRron en mos, no se sigue de ello Que los inventores de una escritura de esa
conceptos filosóficos. Según Havelock, el sistema de escritura fue índole ya conocieran las palabras y pensaran entonces represen-
en parte responsable de ello. Estudios más recientes han sembrado tarlas mediante la escritura. Quizá lo contrario sea exacto. Las
la duda respecto de la brusquedad, significación y perm'anencia de invenciones de los escribas imponían un tipo de lectura que haela
ese avance (Padel, 1992). En mi opinión, a diferencia de los posible que se considerara a la lengua como compuesta por pala-
símbolos emblemáticos, el sistema gráfico sí puede desempeñar bras relacionadas por medio de una sintaxis. La escritura propor-
esa función, porque provee un modelo para la lengua. La escritura cionó, pues, el modelo para la producción del habla (en la lect ura)
no seria, pues, un in Lento de captar el conocimiento existente sobre y para la introspección consciente del habla en tanto compuesto de
la sintaxis, sino un modelo para el habla, capaz de hacer que la constituyentes gramaticales, es decir, palabras.
lengua pueda analizarse en sus constituyentes sintácticos. Las La posibilidad de que los sistemas gráficos con sintaxis
palabras-los constituyentes más elementales- pasan a ser tema puedan leerse como expresiones en una lengua natural es lo que
de la reflexión filosófica, además de objeto de definici ón. Las hace que la forma escrita sea un modelo para la forma oral. Desde
palabras se convierten en cosas. luego, los esquemas gráficos siempre pueden ser verbalizados o
Es interesante señalar que en el aprendizaje de la lectura y comentados, pero sólo cu ando es posible diferenciar la actividad de
la escritura, los niños atraviesan ese mismo cambio. Si a niños de describir lo que muestra una imagen de la lectura de lo que ruce un
edad preescolar se les da un lápiz y se les pide que escriban "gato", texto, la estructura gráfica puede considerarse un modelo para las
podrán escribir una h ilera corta de formas parecidas a letras. Si se propiedades sintácticas de la lengua.
les pide que escriban "tres gatos", repetirán la misma hilera inicial No todas las características gráficas necesitan verbalizarse,
tres veces. Por el contrario, si se les muestra un texto donde se lee y no todas las diferencias verbal izadas necesitan a parecer en la
"'! 'res cerditos" y luego el texto se lee en voz alta mientras se escritura . El factor decisivo en la elaboración de la escritura no
100 101

I
serán los modelos verbales (dado que, como hemos visto, muchos modo, descubrir algo acerca de la propia habla y, en última
modelos no están disponibles antes de la escritura), sino más bien instancia, acerca de '10 que se dice". La escritura provee el modelo,
el intento de una representación funcional, sin ambigüedades aunque di storsionado, de la propia habla.
(Gaur, 1984/1987; Harris, 1986). En la escritura del inglés, una
palabra que comienza con mayúscula no se lee de diferente manera La historia del alfabeto
que una que comienza con minúscula; la convención facilita la
interpretación, no la pronunciación; no sigue de ello un modelo Volvamos ahora a la hipótesis sobre los cambios históricos cm
verbal. Por el contrario, el sistema de escritura del inglés no los sistemas de escritura que condujeron al alfabeto. Las escritu-
emplea diferentes signos gráfi cos para las vocales breves y largas; ras logográficas generalmente pueden representar todo cuanto
tanto /a! larga como la! breve se escriben a. Por ende, una escritura pueda decirse. P ero el dispositivo de una ficha para cada diferencia
no es en principio, ni esencialmente, un intento de representación semántica expresable (esencialmente un signo por palabra o
lingüística completa. morfema) requeriría un conjunto extremadamente grande de
Otra muestra de que la escritura, más que representar el fichas. Por cierto, los modernos diccionarios del chino, el mejor
habla, provee un modelo para ésta es el trabajo de Larsen (1989), ejemplo de la llamada escritura logográfica (sin embargo, véase en
quien destaca que los textos sumerios no representaban muchos Unger y DeFrancis, en prensa, una crítica de esta clasificación),
elementos morfológicos, y que la escritura sumeria ofrecía infor- dan una lista de alrededor de 50.000 caracteres. Parece haber tres
mación que no podía lexicalizarse. No implicaba la intención de principios para su composición gráfica. E n primer lugar, la facili -
registrarenunciadosorales, sino más bien la de llenar necesidades dad de reconocimiento es mayor gracias al empleo de la represen-
administrativas . Cuando se escribieron textos literarios, hacia tación ¡cónica de objetos ---el sol está representado mediante un
2600 a.C., se utilizó la misma "escritura administrativa" y, por círculo, y las olas mediante un línea ondulada-; en segundo lugar,
tanto, no constituyeron versiones completas de un texto, sino "una gracias a la economía - utilización del signo para un objeto para
H

ayuda para alguien que debía lw.ct!1' Wll1 ulocur.:ión (p. 130). representar otra palabra o parte de una palabra con sonido
¿Toda escritura con sintaxis es un sistema de escritura? En similar, el principio acrofónico o fonográfu.:o empleado en el re-
términos de la historia de la escritura, parece inevitable llegar ala bus-; en tercer lugar, gracias a la falta de ambigüedad: distinción
conclusión de que cuando los signos adquirieron una sintaxis de homófonos, palabras que se pronuncian igual pero significan
fueron sistemas de escritura. A partir de esto, podemos decir que distintas cosas, mediante un determinativo no verbalizado que
el conjunto de numerales arábigos es un sistema de escritura. Pero indica la clase semántica a la que la palabra pertenece. Una
¿es una escritura logográfica, como suele afirmarse? En realidad escritura logográfica como el chino, aunque engorrosa a los ojos de
no lo es, dado que los sib'TlOS no representan palabras de ninguna los occidentales, ya noes tildada de primitiva o limitada como hasta
lengua determinada. Esta escritura puede verbalizarse de diver- hace dos décadas (Unger y DeFrancis, en prensa). ¿Por qué algunas
sas maneras: 3x 4 = 12, puede leerse como "tres por cuatro da doce", escrituras logográficas dieron origen a silabarios y alfabetos? Antes
y puede lexicalizarse en cualquier lengua oral. El camino para salir de intentar responder a esta pregunta, vale la pena seBalar el claro
de este dilema es recordar que no todas las escrituras son intentos cambio de direcciÓn en la evolución de las escrituras.
de representar "lo que se dice" sino hechos , y que algunas de esas El sistema sumerio antiguo siguió siendo esencialmente
representaciones pueden ser tomadas como modelo del habla. Las logográfico, y rara vez recurrió a signos fonográficos, es decir,
notaciones numéricas proveen un tipo de modelo; las escrituras basados en sonidos. Cuando, en el te"rcer milenio a.C., fue adoptado
logográficas, otro, etcétera. por los acadios para representar una lengua ligeramente distinta,
Para COncluir este análisis podemos decir que la evidencia las propiedades fonográficas de la escritura se ampliaron, dando
aqu.í examinada tiende a confirmar nuestra primera hipótesis, es origen al babilonio y al canaanita cuneiformes, las mejor conocidas
decir que la escritura, lejos de transcribir el habla proporciona un de esas escrituras.
modelo para ésta. Inventar un sistema de escritura es en parte La escritura egipcia jeroglífica, que se desarrolló alrededor
descubri.r algo acerca del habla; aprende r a leer es, del rrusmo del 3100 a.C., empleaba un sistema si milar al cuneiforme, aunque
102 103

I
PI'OLOMEO
,., ,., .
, , . . .,,,,
..... 11 m.u.~~ N-<>-kff:E<.fnrr OEMOTICO
JEROGUFlCO

'4' -<1' -- Ol Vy ~ YT o-.t, ~;J. j Cj 'l"l r,,~ ...

~b- w~r~
, ......
.. , .. ,
CLEOPATRA
Fig ura 4.4. Cuneiforme canaanita, s iglo xm a.C. "",
no hay pruebas de que haya sido tomado de los babilonios. Los
signos simples eran logografos , el dibujo de una pierna para
representa r la palabra "pierna", dos piernas para representar ~ ir", 10 DESINENCIA FEMENINA
II DETERMINATIVO QUE SIGUE A UN SUSTANTIVO FEMENINO
etc. Los signos complejos se obtenían mediante la. combinación de
los simples. cada uno de los cuales representaba un sonido,junto BERENICE AlITOCRATOR
con un indicador que especificaba el campo al cual pertenecía la (L f¡'¡. ;'1
palabra. Así, el signo para higo puede tomarse para representar
"'hijo" sobre la base de su pronunciación similar; el último se TIBERIO OOMICIANO GERMANlCO
transform a en u n signo complejo mediante la adición de un signo
indicador o determinativo de hombre (Gaur, 198411987 . p. 63), Las ..J - ~tor ~ --4~= ~=4t~..
inscripciones enjeroglffico egipcio de la piedra Rosetta, que pe rmi- Figura 4.5. Jeroglíficos del egipcio antiguo que representan
tieron el desciframiento del código a principios del siglo XIX, los nombres imperiales.
constituyen un claro ejemplo de cómo funciona ese tipo de escritu-
ras. Muchos de los signos representan valores semá nticos: los 1080, p. 13 1). PUTU representur unu pulobro acudía co~o "u .. wi-Iu-
cartouches u óvalos a lrededor de nombres como Ptolomeo y um", hombre, con los logografos sumerios, los acadlos ~~~ r~-::
Cleopatra. Otros signos representan valores fónicos correspon- sencillamentelosgrafossumeriosquepodíanleersecomo a , W1 ,
dientes a sílabas y a letr as de un alfa beto. El primer signo en el "lu" y "'um", ignorando el h~O de J,!e ~n ~ume,rio.. cada.. ~a~~
nombre Ptolomeo es idé n tico al quinto signo en el nombre Cleopa tra representaba una pala bra dlstmta: a slgmficana a~a , ":"
y debe , por lo tanto, representar un sonido similar al representado significaría otra cosa, y así sucesivamen~ . Leer el acadiO consIs-
por nuestra letra "p". El signo del pájaro en la sexta y novena tiría entonces en pronuncia r esta secuenCia, y los grafos represen-
posición de Cleopatra representa el sonido s imilar a nuestra letra tarían en este caso sílabas del acadio, en lugar de pala bras, como
"a". Los dos símbolos des pués del signo de pájaro final son "deter- ocurre en el s umerio. Los logografos se han trans formado en
minativos", e indican que se trata de un nombre femenino. sílabas. Obsérvese que no afirmamos que este ~s? era ~I producto
En gran medida, los cambios posteriores que dieron origen al de la aplicación del principio acrofónico de utlhzar SignOS para
alfabeto pueden rastrearse e n las consecuencias de los préstamos. representar sílabas, sino más bien que el nuevo . uso de grafos
Un cambio en lo que la escritura "representa" es una consecuencia existentes para una nueva lengua produjo una escntura en la cual
de a da ptar una escritura a una lengua distinta de aquella para la podio considerarse que los constituyen tes representaban sOabas.
cual fu e inicialmente inventada , actividad que provocó que los La sílaba es tanto un producto del sistema gráfico como una d~ sus
logografo s fueran cons iderados representaciones de sílabas, y que condiciones previas. Para decirlo de la manera más neutra pO~lble,
más ta rde las sílabas fueran consideradas representaciones de dado que ésta sigue siendo una cuestión abierta, la escntura
fone mas. Analicemos en detalle esta hipótesis. existente se adecua a la nueva lengua como un model.o se adecua
El primer s ilabario fue el resultado de usar los logografos a los datos; los datos se consideran luego en ténnmos d~ ese
sumerios para representar una lengua senútica, el acadio (Larsen , modelo. En este caso, el modelo es el de los constituyentes audl bIes,
104 105
y el flujo del habla es oído, tal vez por primera vez, como una abandonado porque la lengua griega tiene estructuras silábicas
secuencia de sílabas separables y enumerables. Investigaciones complejas (por ejemplo, C-V-C) además de las sílabas simples CC·
recientes han demostrado que la escritura maya del sur de México V) representadas por la escritura. Se cree que ésta fue bastante
era un silabario muy desarrollado (Coe, 1992). deficiente, es decir que daba lugar a un nivel inaceptable de
También la evidencia psicológica es relevante en este punto. ambigüedad.
En primer lugar, la sensibilidad a algunos constituyentes silál;li- El ancestro inmediato del alfabeto griego fue considerado por
cos, en especial los relevantes para el ritmo y la aliteración, algunos como una forma simplifica da de silabario (Havelock,
precede la cultura escrita. A partir de una revisión comprensiva de 1982), y por otros como una abstracción a partir de un silabario
esos elementos, Goswami y Bryanl, (1990) llegaron a la conclusión (Gelb, 1963). La escritura fue inventada por hablantes de una
de que, aunque no son conscientes de los fonemas, los niños lengua semítica, posiblemente el fenicio , que vivían en el norte de
pequeños son sensibles a los sonidos iniciales y finales de las la Medialuna Fértil, zona cultivable que conectaba las civilizacio-
palabras y las frases, a los que se refieren como "comienzos" o nes babilonia y egipcia. Las versiones modernas de la escritura
"rimas", y esta sensibilidad puede ser relevante para los primeros semítica incluyen los sistemas hebreo y á rabe.
reconocimientos de palabras (véase también Treiman, 1991). Por Las lenguas semiticas, sin embargo, tienen la interesante
ende, los lectores noveles pueden tomar aun los signos alfabéticos propiedad de contener las identidades léxicas de la lengua en lo
como si fueran representaciones de sílabas, y leerlos como tales. que nosotros consideramos consonantes; lo que consideramos
En segun do lugar, las escrituras silábicas se adquieren con vocales sólo se usan para las inflexiones. Porejemplo,la secuencia
facili dad. Scribner y Cole (1981) señalaron que los vai aprendían de sonjdos Ik/, ItJ, Ibl, vocalizada de maneras un poco diferentes,
a leer sus silabarios en cuestión de semanas, y Bennet y Berry puede transmitir el lexema escribir con diferencias vocálicas que
(1991) destacaron que las sílabas del cree podían adquirirse en marcan el sujeto gramatical, el tiempo y el aspecto: katab "escri-
pocos días. McCarthy (1991) afirmó que toda la nación cree bi6", katabi "escribí", kalebu "escribieron", helob "escribir", hoteb
aprendió a leer y escribir en un lapso de apenas diez años en la "escribiendo", katub "siendo escrito". Todas pueden escribirse
década de 1840. Esta autora sostiene que la facilidad de taJ simplemente ktb.
aprendizaje sugiere que en r ealidad no se ha aprendido mucho Debido a que las vocales sólo proporcionan información gra-
acerca de la estructura de la lengua en este caso; establecer una matical, y no léxica ni morfémica, algunos sistemas semiticos de
interrelación entre escritura y sílaba es relativamente sencillo. escritura nunca desarrollaron dispositivos para representarlas.
Pero esto no implica que la conciencia de una lengua en tanto Esto no es necesariamente un defecto de la escritura, porque
secuencia de sílabas sea completamente independiente del conoci· insertar vocales tornaría más dificil la identificación de morfemas
miento de una escritura. Scribncr y Cole (1981) encontraron que y palabras. Obviamente, a lgunas distinciones semánticas no están
los vai letrados, familiarizados con una escritura silábica, eran marcadas en la escritura y deben inferirse a partir del contexto.
mucho más hábiles para integrar sílabas separadas en frases y Algunos sistemas de escritura, como el hebreo, agregan matres
descomponer frases en sílabas que los no letrados. Esto sugiere que lectionis, literalmente, madres de la lectura, un sistema de
el aprendizaje de un silabario es una cuestión de oír la propia marcación para distinguir sonidos vocálicos especialmente en
continuidad del discurso como si estuviera compuesto por consti- textos en los cuales una articulación adecuada es importante, como
tuyentes segmentables. Sin embargo, esta es una tarea sorpren- los textos sagrados y los libros para niños. ¿Estas adiciones
dentemente fácil aun para los niños más pequeños (Fox y Routh, facilitan realmente la lectura? La cuestión sigue estando abierta.
1975; Karpova , 1977). El mayor logro de esas escrituras, desde una perspectiva
El primer sistema de escritura basado exclusivamente en evolucionista, es la representación de un grupo de sílabas como pa,
estos principios fue el lineal B, escritura micénica que se desarrolló pe, pi,po,pu, mediante un solo signo gráfico,p. Si el descubrimien-
alrededor del 1600 a.C., y que fue descifrada sólo en 1952 por un to de una propiedad común enesas sílabas distintas es el producto
arquitecto inglés, Michael Ventris. El sistema es estrictamente de abstracción, se trata de un logro intelectual notable; ese es, en
silábico; cada sílaba emplea un grafo distintivo. Al parecer, fue realida d, el punto de vista tradicional. Pero si es simplemente la
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no discriminación entre ellas, considerando las variantes vocálicas eu ropea, en la cual las vocales establecen contrastes léxicos ("sal"
como de poca o nula importancia, y por ende descartándolas , es distinto de "sol"). Además, las palabras pueden estar compues-
entonces se trata del mero producto de un préstamo, es decir de tas sólo por vocales, pueden comenzar por vocales, y no son
aplicar la escritura de una lengua en la cual era importante ma;car infrecuentes las que tienen pares de vocales. Para compensar esa
diferencias vocálicas (vocaJes distintas dan como resultado sílabas carencia, seis caracteres semíticos que representaban sonidos
distintas) a otra lengua para la cuaJ no era importante marcar desconocidos en Grecia se tomaron prestados para representar
tales diferencias. De hecho, tanto Gelb (1963) como Havelock esos sonidos vocálicos aislados. Pero equipados con esos signos que
(1982.' niegan q.ue e8~ es~ritura represente consonantes, sino que representaban vocaJes, los griegos estaban en condiciones de "oír".
c~nstltu!,e un sll~bar¡o Sto vocaJes, que simplemente no distingue quizá por primera vez, que esos son idos también ocurrían dentro
diferenCias vocá.hcas. Otros autores (Sampson, 1985) consideran de las sílabas representadas por los signos consonánticos semíticos.
que es~ es un siste ma consonántico de escritura. En mi opinión, De este modo, las sílabas se disolvieron en apareamientos conso-
la escntura es una simplificación, un descarte de caracteres nante· vocal, y el alfabeto había nacido.
aparentemente redundantes, así como en inglésgoing to se atenúa El punto que conviene destacar es que esta teoría no exige
y dagonna para formar I'm gonna go home en el h abla corriente. suponer que los griegos intentaron representar fone mas, así como
Pero una vez atenuado de este modo, el sistema gráfi co puede tampoco implica la conciencia de la estructura fonológica de la
considerarse una representación de consonantes, en especial cuan- lengua. Antes bien, la escritura puede considerarse un modelo
do, como vere mos más adelante. fue tomado por los griegos para para esa estructura. Es decir, las consonantes y vocales, en tanto
representar una lengua distinta. categorías fonológicas, no necesitan existir en la conciencia para
. ~omo .quiera que lo haya logrado, el nuevo conjunto fenici o de

I
ser captadas en la escritura. Esta proporciona un modelo para el
vembdós SignOS gráficos con un orden memorizado que comienza habla; todo laque se requiere es que el h abla sea percibida , es decir,
con aleph, bet, gen:el~ resultó adecuado para representar un espec- oída en términos de ese modelo. Este punto es relevante para los
tro completo de slgrnficados, y puede considerarse que sus grafos debates actuales sobre disJexia y aprendizaje de la lectura; aqueo
no sÓlo J'e ~n:!tS l:HII.¡;UI I:IrJubul:I, sino los sonidos consonánticos de la lIos que sostienen que leer es descodificar afirman, erróneamente,
lengua. que la fonología forma parte del bagaje consciente; aquellos que
La transición "final" desde la escritura consonántica hasta la sostienen que la lectura es detección de sentido afirman, errónea-
escrituraal(abética se produjo, por única vez en la historia univer- mente, que la interrelación sonido-símbolo es tanto irrelevante
sal, cu ando la escritura semítica se adaptó a una lengua no como imposible. El camino entre estos dos extremos consist.e en
semítica, el griego. La a plicación, que prescindió del lineaJ B se notar que las escrituras proporcionan un modelo para el habla;
produjo hacia el 750 a.C. Los investigadores han consider~do aprender a leer es precisamente aprender ese modelo. l rónicamen·
tradicionalmente que la invención griega era inspiración de un
te, ¡es aprender a oír el habla de otra manera!
genio. Sin minimizar la significación del avance griego, se reconoce
Esta explicación indirecta de la relación entre escritura y
ahora .queel desarrollo del aJfabeto, al igual que el del silabario, fue
conciencia del lenguaje sirve para explicar varios fenómenos. En
más bien una consecuencia directa de la aplicación de u na escritu-
ra ~ue era ade.cuada para otra lengua a una lengua segunda, es primer lugar, el alfabeto en realidad no constituye una teoría
deCIr, de la aphcación de una escritura para lengua semítica en la fonológica. Harris (1986) señala que los griegos, los inventores del
cual las diferencias vocálicas eran relativamente insignificantes a alfabeto, nunca desarrollaron una adecuada teona de la fono logia.
la lengua griega, en la cual son altamente significativas (Sampson Los patrones de sonido que describieron eran una reflexión directa
1985; Harris, 1986). ' del alfabeto; "por ende, los griegos llegaron a ignorar las diferen-
Muchos de los signos silábicos del alfabeto semítico eran cias fonéticas que no se reflejaban en la ortografía griega~ (p. 86).
ad,ecuados y pudieron utilizarse directamente para representar el En esto los lingüistas griegos no se diferenciaban de los niños que
gnego; ese fu e el caso de las consonantes. Pero a diferencia de las están expuestos al alfabeto, Ehri (1985) demostró que los niños
lenguas semíticas, el griego, como el inglés, es una lengua indo· piensan que hay más "sonidos" en la palabra pilch que en la

108 109
palabra rich, aun si los fonólogos les djcen que son equivalentes. uno de los cuales representa un fonema. En un tercer estadio,
Obviamente, los niños, como los griegos clásié(;ls, hacían una comienzan a ver relaciones entre las letras y, por ende, a detectar
introspección de su lengua en términos de su alfab eto. fonemas, viendo "casa" en "casaquinta", por ejemplo.
En segundo lugar, que el alfabeto sirva como modelo del He sostenido que la invención de un sistema de escritura hace
habla, y no como representación de conocimiento preexistente, dos cosas a la vez. Proporciona un medio gráfico de comunicación,
queda demostrado por los sagaces estudios sobre conciencia pero, puesto que luego es verbalizado, es decir, leído, pasa a ser
"fonológica" en hablantes que no son lectores. Los estudios sobre la visto como un modelo de esa verbalizaÓn. A medida que las
conciencia que tienen las personaS de los consituyentes subsilábicos escrituras se van complejizando, proporcionan modelos cada vez
han establecido que la familiaridad con el sistema de escritura más precisos del habla, de "lo que se dice". Así, las culturas
alfabético es crucial para la propia conciencia de la estructura desarrollaron un criterio más preciso usado para decidir o no si dos
segmenta] de la lengua. Las personas familiarizadas con u n emisiones fueron "la misma palabra". Las culturas tradicionales
alfabeto, a diferencia de las que no lo están, "oyen" palabras como consideran las expresiones que poseen el mismo sentido como si
fueran "la misma"; las sociedades con cultura escrita usan el
si estuvieran compuestas por sonidos representados por las letras
criterio más preciso de la repetición pala bra por palabra como "la
del al fabeto. Como ejem plo, digamos que sólo las primeras son
misma" (Finncgan, 1977; Goody, 1987).
capaces de eliminar el sonido ¡pi de la palabra "pato" para obtener
Este cambio en el criterio para juzgar '"las mismas palabras"
lato/, o agregar ¡pi a lato! para obtener "pato". Morais, Bertelson,
también puede verse en los niños, cuando se van alfabetizando
Cary y Alegria (1986), y Morais, Alegria y Content (1987) encon-
(Hedelin y Hjelmquist, 1988). En nuestro reciente trabajo sobre la
traron que los pescadores portugueses que viven en un área comprensión de los niños de la estabilidad de un texto, que será
remota que habia recibido aun la instrucción mínima cuarenta analizada más acabadamente en el capítulo 6, h e analizado
años antes y que no habían leído desde entonces, todavía eran (Torrance, Lee y Olson, 1992) la habilidad de 108 niflos pequeños
capaces de llevar a cabo eS8S tareas de segmen taci6n, mientras que para distinguir entre las repeticiones palabra por palabra y las
aquellos que nunca h abían asistido a la escuela no lo eran. paráfrasis de enunciados. Se present.6 una serie de relatos en la
Sim ilares hallazgos fueron informados en el caso de adultos cual una marioneta debía producir una repetición exacta de 10 que
brasileños analfabeto s por Gelder, Tfouni y Morais (1989). &holes un personaje en un relato había dicho o una paráfrasis de lo que
y Willis (1991) encontraron que analfabetos de zonas rurales del quería una persona del relato. No es necesario decir que el investi-
sudeste americano tenían graves dificultades con una gran varie- gador "hablaba" por la marioneta, mientras los niños juzgaban la
dad de ejercicios metalingüísticos de esa índole. Aun más impre- adecuación de la respuesta. Si bien podían rechazar las paráfrasis
sionante es el hallazgo de Read, Zhang, Nie y Ding (1986), quienes incorrectas, los niños menores de seis a ños encontraban imposible
encontraron que los lectores chinos de escrituras con caracteres rechazarlas cuando se les pedía que aceptaran sólo "exactamente
tradkionales no podían detectar segmentos fonémicos, mientras lo que había sido dicho". Inferimos que no podian distinguir
que aquellos que podían leer pinyin, una escritura alfabética que sistemáticamente entre una repetición palabra por palabra y una
representa la misma lengua, sí podían hacerlo. Aprender a leer paráfrasis de ese enunciado. Esto es lo esperable según la teoría de

I
cualquier escritura es encontrar o detectar aspectos de la propia que la escritura es un factor importante para "fij ar un texto". Si el
estructura lingüística implícita que puede ser mapeada o repre- análisis que hemos propuesto es el correcto, estos son los productos
sentada por esa escritura. del aprendizaje de las convenciones gráficas.
Este punto es impecablemente explotado por el modelo de Una vez que la escritura es tomada como modelo para el
tres estadios de Frith (1985) para aprender a leer. Frith sostiene habla, se torna posible incrementar la intel"felación entre ambas,
que los primeros lectores procesan un alfabeto como si fuera un para permitir una transcripción relativamente cercana del habla
logografo, como si cada secuencia de letras representara una y viceversa , para h ablar como un libro. A medida que las escrituras
palabra. Cuando comienzan sus intentos por deletrear palabras, se vuelven más elaboradas, su lexicalización o "lectura" se torna
descomponen esos logografos en constituyentes alfabéticos, cada más restrictiva. En realidad, ninguna escritura logra determinar
110 111


comple~mente la lectura: cualquier actor puede leer una simple en la escritura del mismo modo que el mismo enunciado pronun-
afirmación de muchas maneras distintas. La escritura sólo deter- ciado con tono serio. Un actor diestro, por ejemplo, puede leer el
mina las variantes que serán procesadas como si fueran equivalen- mismo texto de varias maneras distintas. De modo que la form a
tes, como si fueran "las mismas pal a b ras~ . P arece obvio que gráfica no determina totalmente la l.ectura. .. .
cualquier texto construido fonográlicamente por medio de un El punto ciego que nuestr a escntura alfabética Sigue temen-
silabario o de un alfabeto, determina en gran m'edida las propieda- do nos induce a dos tipos de errores. Nos invita a la inferencia de
des léxicas y gramaticales de una lectura. Esto es menos obvio en que cualquier significado que personalmente vemos en un texto
el caso de escrituras logográficas, como el chino, que está diseñado está realmente en él, y que está completamente determinado ~r
para ser l~ído en dialectos completamente distintos y permite, al las palabras: el problema dellileralismo. Inversamente, cualqUier
parecer, cierta variabilidad de la versión léxica y gramatical, aun otra "lectura" de ese texto es considerada como un producto de la
dentro de una única comunidad de lectores. ignorancia o de la "dureza del corazón". Cómo hacer frente a estos
. E~ su análisis sobre los registros musicales, Boorman (1986) problemas interpretativos es 10 que a~raj~ a las ment:es más
ilustra Impecablemente el modo en que las escrituras controlan la esclarecidas de Europa durante un mIlenIO, dando on gen en
lectu~a. En el siglo XVI, los compositores comenzaron a agregar última instancia a una nueva manera de lectura que asociamos con
notaClOnes a sus registros para restringir la autonomía de los la Reforma. En segundo lugar, hizo que las personas alfabetizadas
intérpretes en la ejecución de composiciones musicales. Como adoptaran una versión demasiado simplificada de lo que significa
consecuencia de ello, el lenguaje de la música se vuelve más "leer". ¿Acaso "leer" significa lexicalizar o "descodificar" un texto,
com plejo. Esto formaba parte de una tendencia general contra la significa construir u n significado? ¿Es descodificación o i nte~ re­
ambigüedad de los escribas y de las primeras formas impresas. tación? Las batallas sobre el verbo "leer" suelen ser improductIVas;
Avances paralelos se produjeron en el desarrollo de convenciones sí es crucial la comprensión de lo que una escrit ura representa y de
para la puntuación de textos (Morrison, 1987). lo que no representa.
Una segunda ventaja provocada por el hecho de tomar la Entonces, ¿qué aspectos del habla no son representados por
escritura como modelo pa ra la lengua fue Que permitía la form a_ un sistema de escribn"R? TRmhién esto tiene muchas respuestas
ción de I ~gicas, gramáticas y diccionarios explícitos (Goody, 1987). clásicas. Platón pensaba que la escritura representaba las pala-
Las escnturas alfabéticas son con siderada s, tal vez erróneamente, bras pero no al autor. Rousseau (1754·9111966) creía que represen·
como modelos de la fonología (Ha rris, 1986). En todos los casos la taba las palabras pero no la voz. Algunos dicen que representa la
escritura deviene un modelo útil para la lengua, transfonna~do forma pero no el significado. En mi opinión, si bien la escritura
algunos aspectos estructurales del habla en objetos de reflexión proporciona un modelo razonable de lo que el hablante dice, no
planeamiento y análisis. ' provee un modelo de lo que el hablante quiere decir, o más
. P~ro el hecho de que las escrituras alfabéticas puedan precisamente, cómo el hablante o el autor pretenden q~e ~ea
lexICahzarse sólo de una manera crea un punto ciego que hemos tomado el enunciado. No representa bien lo que se conoce tecmca-
reconocido apenas recientemente. Dado que una escritura alfabética mente como fuerza ilocucionaria. Los sistemas de escritura, por
puede transcribir todo cuanto sea dicho, es tentador tomarla como representar lo primero, nos han dejado bastante ciegos respecto de
una completa representación de los enunciados del hablante. Así lo último.
como los lectores de una escrit ura logográfica o silábica pueden no He t ratado de establecer cuatro puntos. En primer lugar, la
ser conscientes de lo que su escritura no representa es decir de las escritura no es la transcripción del habla; antes bien , proporciona
propiedad~s fonológicas de su lengua, del mismo ~odo, no~otros, un modelo conceptual para esa habla. Poresta razón, las tipologías
l~s alfabetIzado.s, podemos no ser conscientes de lo que nuestro de la escritura-logográfica, silábica y alfabética- son en el mejor
sistema de escntura no representa explícitamente. En realidad, de los casos descripciones groseras, Y no tipos; nunca hubo un
también nuestro sistema representa sólo una parte del significado; intento de representar esos rasgos estructurales de la lengua. En
es una mera ilusión creer que se trata de un modelo acabado de lo segundo lugar, la historia de la ~scri~ura, ~ diferencia .de 10 ~ue
que se dice. Un enu nciado oral con tono irónico está representado habitualmente se cree, no es la hlstona de mtentos fa llIdos flI de
112 11 3
éxitos parciales hacia la invención del alfabeto, sino más bien el
producto de intentos de usar una escritura para una lengua para
la cual no es adecuada. En tercer lugar, los modelos de lengua
proporcionados por nuestras escrituras son tanto lo que se adquie-
re en el aprendizaje de la lectura y la escritura como lo que se
emplea en pensar acerca de la lengua; la escritura es en principio
¡ 5
metalingüística. Así pues, nuestra deuda intelectual con las escri-
turas por aquellos aspectos de la estructura lingüistica para los Lo que la escritura no
cuales nos proporcionan un modelo y acerca de los cuales nos
permiten pensar , es enorme. Finalmente, los modelos que dan las representa: cómo deben
escrituras tienden a no permitirnos ver otros rasgos de la lengua interpretarse los textos
que son igualmente importantes para la comunicación humana.
Este es el tema del próximo capítulo.
Los sistemas de escritura representan efectivamente el ha-
bla . Pero no en el modo en que se suele creeT.-Crean categorías en "Sonríe cuando lo digas"; ¿cómo sonríes en la escritura?
función de las cuales somos conscientes del habla. Parafraseando Atribuyes a las letras una dicha que !lO pueden poseer. (Platón,
a Whorf(1956), hacemos una introspección de nuestra lengua a lo Fedro)
largo de las líneas que nuestra escritura deja asentadas. Hemos
visto lo que la escritura nos revela; veamos ahora lo que nos oculta. En el capítulo precedente hemos llegado a la conclusión de
que, puesto que la escritura es "Ieída~, se transforma en un modelo
para el habla; todo lo que la escritura representa se vuelve un
objeto del conocimiento o de la conciencia para la persona que
conoce esa escritura. Así, para los alfabetizados, el habla parece
compuesta por una secu encia de fonemas representada por las
letras del alfabeto. Además, el modelo proporcionado por la escri-
tura tiende a considerarse una representación completa de lo que
se dice. E l alfabeto en particular suele ser celebrado por su
capacidad para transcribir todo cuanto pueda decirse y represen-
tar la intención de cualquier hablante o escritor. Como vimos, esto
lleva a algunos autores a pensar, erróneamente, que el alfabeto es
una nulidad.
En este capítulo invertiremos la cuestión, centrándonos en
los aspectos de significado que la escritura no representa y que, por
ende, son dificiles de hacer conscientes. No me refie ro a lo que se
dice, sino más bien a las indicaciones provistas por el hablante y
por el contexto compartido sobre cómo lo que se dice debe ser
tomado por el oyente o la audiencia. La hipótesis que considerare-
mos en este capítulo es que mientras los enunciados orales tienden
a indicar lo que se dice y, al propio tiempo, cómo debe ser interpre-
tado, los enunciados escritos tienden a especificar sólo lo primero.
En capítulos subsiguientes examinaremos los modos en los cuajes
los intentos de hacer frente a las limitaciones de los sistemas de
114 115

I
escritura han contribuido a las revoluciones conceptuales asocia- -cómo pretende el hablante que sea interpretado lo dich~ como
das a la cultura escrita. una afirmación, una promesa, una orden, un~ dec~araclón o la
Dos ejemplos simples ayudarán a indicar lo que la escritura expresión de un sentimiento. La fuerza ilocUClonana, por 10 co-
no representa. Si uno dice, como Eeyore le dijo a Pooh: "Eres un mún, no está lexicalizada: decimos "Lo l~graré", y no "Te p~met;?
verdadero amigo", el tono de la voz y el contexto pueden indicar si que lo lograré"; decimos "Siéntese" , y no L,e o.rd~no qu; se sIente ,
está dicho sincera o irónicamente. Un sistema de escritura que sólo y decimos "El hidrógeno es un elemento qumuco ,y no Afirmo que
transcriba Jo que se dice no captará ni el tono ni el contexto. Sin el hidrógeno es un elemento quím.ico", ~tc. L~ons (1977, vo.1..2, p.
embargo, estos últimos contienen una parte del significado de un 731) sefiala que "la recepción de lo 1l0cuClOnano es una condICión ...
enunciado. En realidad, se sabe que los niños pequeños son más necesaria para ... comprender un enunciado". Por ende, los oyentes
sensibles al tono y al contexto de un enunciado que a su forma tienen pocas dificultades para reconocer una ~rd~n cuando la °r n,
verbal precisa. aun cuando esté disfrazada de simple prediCCión, como en ~s
Un segundo tipo de ejemplo. Herbert Simon ha dicho (y candidatos aportarán sus propios equipos de dibujo". ~s .en~cla­
escrito) que la mente es un ordenador. Esta expresión, sin embar- dos orales están compuesUls de lo dicho y de algunas mdicaClOnes
go, no da indicaciones sobre cómo debe ser interpretada, si literal sobre cómo debe interpretarse -como afirmación, pregunta, or-
o metafóricamente. Del mismo modo, cuando el filósofo presocrático den, promesa o lo que fuere-; la escritur a, puesto ~ue sólo capta
Empédocles dijo que el mar salado era el sudor de la tierra, ¿era lo dicho, apenaS representa lo .primero. Cómo debe mterpretarse
una afirmación científica O poética? Nada hay en la transcripción está subespecificado y, por ende, se trans~orrna en el problema
de lo dicho que indique el modo en que el autor quería ser central en la interpretación de textos escntos y en un problema
interpretado. La sinceridad, la seriedad y el compromiso son crucial a la hora de componerlos.
aspectos de lo dicho que no son representados por una escritura E l primer argumento de este capítulo es, pues, que I.a fuerza
que transcribe (o que se supone representa) fonemas , palabras y i1ocucionaria constituye uno de los aspectos de un enunclSdo que
oraciones. un oyente puede detectar, por lo general. en el discurso oral..~na
HalJiday (1985) ~eñRl::l que estas omisiones son el res ultado t.ranscri¡.¡dóll escrita, por su parte, capta s610 un aspect? pOVIle-
de la dificultad que tienen los sistemas de escritura para captar los giado. del enunciado., es decir, "lo dicho", y no "cómo de~e mterpre-
rasgos prosódico~ del habla, como la entonación en una pregunta, tarse". Simplificando un poco las cosas, pued~ dec~rse q~e la
y los rasgos parahngüísticos, como el volumen y la calidad de la voz escritura representa fácilmente el acto 10cuCiOnano, dejando
(por ejemplo, el tono irónico). Es dificil representar el énfasis y la subespecificada la fuerza ilocucionaria. Recuperar esa fue rza es
entonación en una escritura porque esos rasgos están distribuidos un problema fundamental de la lectura, y especificarla es un
en todo el enunciado. Muchos sistemas de escritura no representan problema central de la escritura. . .
esos rasgos prosódicos y paralingüísticos directamente, sino me- Dado que la fuerza ilocucionaria no está. mdl~ada en la
diante comentarios metalingiiísticos (Tannen, 1985) y signos de transcripción de lo dicho, y dado que lo transcnp~ tl.ende a ser
puntuación. Los primeros textos griegos consistían en secuencias considerado una representación adecuada de lo slgrulicad?, los
de letras sin espacios entre palabras ni puntuación. Los textos vai lectores ingenuos suelen pasar por alto todo problem.a. Por. clert~.
son secuencias de sílabas. Las escrituras modernas representan el descubrimiento y, por tanto. el control de l~ fue.na ilocuClOnana
algunos rasgos prosódicos del habla mediante signos de puntua- constituye una parte importante de la hlst~ma de la cultura
ción que no son "leídos", pero que indican cómo debe leersolo que escrita. La historia de la lectura puede conSiderarse, en parte,
está escrito; "¡Bob!" se lee de manera distinta que" ¿Bob?" como una serie de intentos de reco.nocer y hacer frente a lo que no
Si bien en la actualidad los rasgos lingüísticos que la escritu- es representado por una escritura.

I
ra no puede captar se conocen razonablemente, su contribución al La signilicación de un texto es tal vez el aspecto de la fuerza
significado es más compleja y menos conocida. En la teoría de los ilocucionaria más fácil de detectar y representar gráficamente.
actos de habla (Austio, 1962) se establece una distinción entre el Entre los tesoros de muchos museos Y colccc.iones de lib~s raros,
acto locucionario - lo dicho o afirmad()- y la fuerza ilocucionaria
116
! están los manuscritos iluminados de la baja Edad Media - las
117

l
~~bl!r mmllre
mi rompañu ol

Figuro. 5.2. Poco.

Las iluminaciones le dicen al lector que no se trata de palabras


ordinarias, sino de textos sagrados. Los manuscritos son iconos y
textos al mismo tiempo. En realidad, las iluminaciones cambiaron
enormemente en la baja Edad Media, tema éste al que volveremos
más adelante.
Un ejemplo más familiar es el del cómic Pago , en el cual el
habla del diácono está impresa en letra gótica, con el resultado de
que lo que él dice "suena" pesado. E n este caso, la elección
tipográfi C'J'l "p-pTl~8enta un aspecto dol habla del diácono, que de
otro modo no podría representarse.
Para quienes leen y escriben, es decir, para quien es toman la
lengua escrita como el estándar y la norma, es dificil imaginar que
la escritura es una representación de una parte del habla, es decir,
de los fonemas , las palabras y las oraciones. Demanda un esfu erzo
especial ver que la versión escrita no es u na representación
completa de la intención del hablante o el escritor. Como se dijo, la
mayoría de los lectores suscriben la idea de que los textos signifi-
can sólo lo que dicen. Se piensa que la intención comunicativa
inferida viene dada por la forma verbal. El texto proporciona una
representación de lo dicho pero no de cómo el hablante pretendía
ser interpretado. Las pistas que indican esto último - pistas
prosódicas y paralingüisticas, incluyendo la entonación, el acento
Figura 5.1. Página de Liturgy and ritual horae, ca. 1425. y la calidad de la voz, que indican "el estado de ánimo del hablante ,
sus reservas y sus dudas, el peso acordado a las diferentes partes
de un argumento"- se pierden en el acto de tran scribir lo que un
Biblias y los Libros de Horas- elaborados y adornados con hablante puede decir (Halliday, 1985, p. 32). Para que un texto
hermosas ilustraciones en rojo, azul y dorado, y escritos con escrito sea claro, esta información debe "estar editad a~ mediante
caligrafia ornamental. Se los considera objetos de arte. ¿No podría un comentario descriptivo y mediant.€ la elaboración de un meta-
pensarse que las iluminaciones intentan, además, compensar lo lenguaje que indique cómo debe interpretarse el texto (Traugott y
que se perdió en la simple transcripción de las palabras del texto? Pratt, 1980, p. 42). En ausencia de tal comentario, el lector se
118 119
enfrenta a. la tarea de detenninar de qué modo debe tomar el texto. culturas diferentes, esto no se debe a las limitaciones de la lengua.
Un lector mgenuo puede sentirse tentado -yen realidad sucede, Por lo general, la lengua oral es totalmente adecuada para repre-
como veremos más adelante- de adscribir cualquier efecto que el sentar un amplio espectro de significados, incluyendo las expresio-
texto tuvo en él como si fuera el significado buscado por el autor.1 nes directas de la verdad. La escritura apenas puede mejorar estos
Desde luego, problemas de este tipo también pueden ocurrir recursos básicos, aunque como veremos, haciendo conscientes esos
en el ~abla. En Ricar~o 11 (V, iv), Shakespeare presenta la queja recursos, puede permitir que éstos sean distinguidos y explotados
de Bol~n~broke a media voz "¿No habrá un amigo que me libre de de maneras diferentes.
este v~Vlente miedo [el rey en Pomfretl?" que, al ser oído por El discurso referido, el uso del discurso de una persona por
~ua1idad P?r s us seguidores, es interpretado como una justifica- parte de ot ra, presenta muchos de los problemas del texto escrito.
Clón de asesmato, para gran angustia de Bolingbroke. Esto es En el análisis, el discurso referido presenta tres problemas a los
genera!m.ente I? que suce.de con los textos escritos y con los cuales el hablante debe encontrarles solución. En primer lugar, el
procedlmlentos mterpretatIvos adecuados que t ienen que desarro- hablante necesita cierto dispositivo para diferenciar el discurso
~larse para abordarlo.s. La hermenéutica es una ciencia para directo del citado. En segundo lugar, el hablante puede tener que
mterp~etar textos escntos. Las expresiones orales requieren Ínter- indicar si se trata de una cit a directa, indirecta o de una mera
p.reta~lón, de~de luego, pero no una ciencia, o al menos no la misma paráfrasis o resumen de algo dicho. Yen tercer lugar, el hablante
~Iencl a: la mterpretación puede producirse por lo común debe encontrar medios para expresar no sólo el contenido citado,
IrrefleXIvamente.
s ino también la mane ra en que fue expresado. ¿Cómo se expresa,
. En mi opinión,.el avance :onceptual previene en primer lugar por ejemplo, si el enunciado citado fue una amenaza, un comenta-
?e mventar.los medios para aSignar racional y metodológicamente rio, una orden, una sugerencia o una adivinanza? 0, para aludir al
mterpret~clOnes a los textos, y en segundo lugar de inventar e pigrama del comienzo de este capítulo, ¿cómo se refiere que algo
recursos hngüís ticos y de otra naturaleza para con~lar el modo fue dicho con una sonrisa? Claramente, la mera cita directa de las
en que .ellector debe interpretar el texto. Podemos decir entonces palabras del h ablante no capta el cómo ni, por consiguiente, la
que la mterpretnci6n 6 e ha vuelto consciente. intenc.ión del hablante: debe agregarse un comentario metalin-
. El segundo argumento de este capítulo es, pues, que los güístico. Así, en el manejo del discurso referido, que comporta la
mtentos de~ lector de compensar aquello que se ha perdido en el conservación de las expresiones y un discurso di vorciado del
acto de escn~ura de uI1: texto es uno de los medios por los cuales la contexto, el habla y la escritura tienden a divergir.
cultura escn~ comunIca sus ventajas conceptuales. En el habla, la cita breve parece ser una cuestión relativa-
.Pero ;~r ~sto parece implicar cierta debilidad o inade- mente simple y universalmente utilizada. Todas las lenguas,
c~aclón o hml taclón en aquellos que confían exclusivamente en el incluyendo las lenguas ágrafas, tienen algún término metalin-
dlSCU;SO oral. Una hipótesis fundamental de la lingüística antro- güístico, los verbos realizativos como "decir", "preguntar", "hablar"
~Iógtca es que todas I~s lenguas .humanas son capaces en princi- y "narrar" para distinguir el discurso directo del referido (Feld y
pw de expresar cualqUier pensamIento. Esto no significa que todas SchieITelin, 1982; E. Goody, 1978; Leech, 1983; McCormick, 1989;
las lenguas sean ~laborada~ y especializadas en igual grado en Rosaldo, 1982). Además, al menos algunas culturas tradicionales,
todos los campos, smo más bIen que si algunas personas no logran como la eipo de Nueva Guinea occidental (Heeschen, 1978) y la
llegar a un acuerdo en contextos in praesentia, aun en el caso de ¡imba de Sierra Leona, tie nen una inflexión particular para mar-
car una cita (Finnegan, 1988, p. 50). La cita puede transformar un
l ..Eljuez Ble.nus Wrightme informa qu e las Cortes de Apelación dicta n fragmento del habla en un objeto de discusión (Feldman , 1991). Y
se~tene~a en cu~sbones de derecho, y no en cuestiones de credibilidad de la Chafe (1985) y Sper ber( 1975, p. 148) señalan que muchas culturas
eYldenCla. Sólo tienen acceso a la transcripción escrita de los ___ ...J . • ágrafas emplean marcadores de evidencias como ésta es la coslum-
o:
Y o o a 1 enu~Cla . d P'""",,¡ffilentos,
08 orales reales presentados en un juicio. Por ende, no
COnOCen cómo .fueron expresados los enunciados regis trados, lo cual consti-
bre, o lo ui con mis propios ojos, o se dice, algunos de los cuales
parecen tener el efecto de poner el enunciado entre comillas. Y
tuye uns parte Im portante de su significado. captar la actitud del hablante original respecto del texto citado
120
121
puede resolverse imitando o describiendo el modo del discurso: un e interpretada del mismo modo que la confi ada a los registros
comentario sarcástico referido con una entonación sarcástica, una escritos .
pregunta con una entonación interrogativa, etcétera. Vansina (196111965), quien hizo estudios extensivos de las
Aun así, hay limitaciones en el manejo de la cita en situacio- tradiciones orales africanas, señaló que hay nu merosas formas
nes y culturas ágrafas. Las distinciones entre las citas precisas y especiales de discurso, incluyendo eslóganes, proverbios, relatos,
aproximadas pueden ser vagas o estar ausentes, dada la dificultad poemas, plegarias, que pueden dividirse grosso modo en dos clases,
en detenninar lo que "las mismas palabras" significan (Goody, aquellas que conservan las palabras, principalmente la poesía, y
1987, p. 168). Las citas, sean breves o largas, citen un discurso aquellas que conservan el contenido, principalmente la narración.
contemporáneo o muy alejado en el tiempo, presentan dificultades El recuerdo de información importante sobre el contenido estaba
adicionales, suficientemente severas para que en las sociedades facilitado por dispositivos mnemónicos; algunos de ellos incluían
orales estas cuestiones tiendan a estar en manos de expertos. En dispositivos específicos, similares a los quipus del Perú, otros
primer lugar, está el obvio problema de recordar el contenido, y en incluían una representación t radicional y ritualizada que podía
especial recordar las palabras exactas. En segundo lugar, está la facilitar el recuerdo, y otras incluían el eso de memorizadores
cuestión de conservar y referir no sólo lo dicho, tanto en las profesionales, como bardos, poetas y rapsodas. A través de estos
palabras como en contenido, sino también la actitud del hablante medios, el conocimiento especializado puede almacenarse y
original respecto de ese contenido, es decir, el acto de habla o fuerza transmitirse de manera notable. Dado que es un discurso referido
ilocucionaria. En este caso, la simple imitación puede ser difícil o y no originado por el hablante, las marcas especiales, como la
imposible. Entonces, ¿cómo hay que expresarse si el enunciado postura física del hablante, las propiedades vocales del discurso, y
original fue una amenaza o una predicción, una suposición o una marcadores léxicos como "se dice que", distinguen ese discurso
aserción, una afirmación literal o una vaga metáfora? Y en tercer (Bloch, 1975; Feldman, 1991).
lugar, una precisión respecto de lo anterior: ¿cómo se puede captar Los ashanti, nos informa Vasina 0961/1965, pp. 37-38),
d gradu o intensidad de la acti tud del hablante respecto de lo tenían un empleado real que servía como el guardián del escabel
enunciado? Las órdenes tienen cierto tipo de fuerza ilocucionaria del rey, quien no solamente conservaba el objeto físico sino tam-
pero, dentro de esa categoría, ¿cómo se puede transmitir si fue una bién la historia del escabel, es decir, la historia del reino. Otro
orden o una mera sugerencia? Cuando Jesús le dijo al rico que grupo, el pueblo de Luapula, tiene un número de tradiciones que
vendiera todo lo que tenía, ¿se trataba de una orden o de una son recitadas sólo cuando se visitan los lugares mencionados en los
sugerencia? ¿Cómo puede caracterizarse y transmitir la intensi- relatos; los lugares sirven como guía mnemónica.
dad de la actitud del hablante original respecto de esa expresión? ABí, las culturas orales no dependen sólo de la memoria oral .
Analicemos esto por partes. Losquipus, el sistema mnemónico desarrollado en Perú, es tal vez
En primer lugar, el problema de la memoria. A quienes el más conocido y ciertamente uno de los más impresionantes,
estamos inmersos en una cultura escrita nos puede resultar difícil tanto que algunos lo han considerado como un sistema de escritura
imaginar que un discurso extenso, en especial un discurso de un (Gaur, 1984/1987). Los quipus eran sogas anudadas de colores y
período remoto, pueda ser citado y, por ende, conservado, prescin- longitud variables atadas entre sl y sujetas a un tocado en forma
diendo de la escritura. Pero, en realidad, es posible. Existe ahora de flequillo. El color, la longitud, el tipo de nudo, todo tenía un
una floreciente rama de la teoría literaria dedicada al tema de la signifIcado . Los quipus fueron tomados por los incas para conser-
tradición oral, subdisciplina que ha demostrado fehacientemente var las t radiciones orales, incluyendo nombres y cronologías.
que las tradiciones culturales y el conocimiento especializado Vansina relata que, en algunas ocasiones, los penitentes durante
pueden conservarse y transmitirse sin que medie el registro la confesión podían "leer" todos sus pecados del quipu especialmen-
escrito. Aun los estudiosos medievales confiaban más en la me- te construido para tal fin.
moria que en los documentos escritos en la mayoría de sus La relación de fIliación entre un dispositivo mnemónico como
actividades intel ectuales (Carruthers, 1990). Queda por ver si la el quipu y un sistema de escritura no es técnicamente defendible.
información confiada a la memoria de las personas es almacenada Como vimos en el capítulo precedente, ningún sistema de escritura
122 123
es pura transcripción lingüística. Los sistemas de escritura difie- y Lord (1960), desarrolló una teoría sobre cómo las culturas
:en en sus métodos de lectura e interpretación, y lo que es más ágrafas hacen frente al problema de conservar textos más largos
Importante, en los conceptos y suposiciones que pueden invocar que representan acontecimientos significativos o sagrados. "El
respecto del lenguaje, el signifi cado y la lectura. Somos nosotros discurso poetizado" manejado por especialistas de la memoria
los alfabetizados modernos. quienes tenemos creencias especiale~ como los poetas orales o los sabios, sostiene Havelock, puede servir
ac~rca ~e la lectura y la interpretación que hacen que otras de enciclopedia oral, es decir, como reservorio de una importante
or~en.~clOnes respecto de la escritura parezcan defectuosas o información cultural_ Según este autor, gran parte de "la gloria de
pnmltlV8s. Como vimos en el capítulo 4, los quipus son "leídos" de Grecia" fue el producto de su cultura oral, más que de la escrita.
maneras que .sirven para conservar el significado más que un Trabajos recientes han temperado un poco las conclusiones de
fraseo e~ particular. y en ese sentido son totalmente diferentes de Havelock, tanto gracias a una mejor comprensión de los sistemas
las escnturas logográficas o alfabéticas. Los quipus recuerdan los de escritura como gracias al suavizamiento de los limites entre lo
narradores de hechos significantes, en tanto que las demás escri- "oral" y lo "escrito" (Lynn-George, 1988). Finnegan (1988, p. 72),
turas especifican la forma verbal de la idea. Las creencias acerca revisando otros trabajos y el suyo propio en este campo, Jlegó a la
de l~ escritura pueden no cambiar, aun cuando el sistema de conclusión de que "la vieja idea de transmisión memorizada larga
escnt ura lo haga. Por ejemplo, en la Edad Media no se hacían durante siglos o incluso milenios ya no puede sostenerse, pero
distinciones entre los sistemas de escritura y los sistemas seguramente se produce en períodos de tiempo más acotados".
mnemónicos. CaIT~th ~rs (1990) y Leclereq (1961) señalaron que la En resumen, la memoria de lo dicho, es decir. las palabras
lectura y la memonzaClón se enseñaban como una actividad única reales de una expresión, casi no plantean problemas en culturas
y que el principal uso de la escritura era como registro con el fi~ ágrafas, siempre que el texto sea corto y los lapsos transcurridos
de contrastar el propio recuerdo. Los lectores moder~os, como breves. Los textos más largos, compuestos especialmente, pueden
veremos, usan los textos de manera totalmente distinta. conservarse durante largos períodos de tiempo. Los dispositivos
. Co~ el fi~ ~e conservar el fraseo, las culturas ágrafas no sólo mnemónicos, junto a las figuras y al discurso poetizado con
tlene ~ dISPOSitivos físicos que conservan la infonnación fáctica' métrictl, permiten el almacenamiento y la rccupel'Rr.il'm de la
también emplean dispositivos poéticos, incluyendo los Simbólicos; forma verbal de información cultural mente significativa. Sin em-
~omo la .homofonía, la metonimia y la metáfora, para que la
bargo, la memorización palabra por palabra parece una actividad
mformaClón sea recordable mediante la conservación de la forma
exclusiva de la cultura escrita, pues asegura la disponibilidad de
verbal. Vansina informa que en Ruanda, un poeta se referirá a un
una versión original o fijada contra la cual puede contrastarse la
rey com? ca:ado~ de zebras. Se"espera que quien escuche haga la
memoria. Sin tal transcripción , hay una gran vaguedad respecto
traducClón aseSlflO de zebras como león, reconociéndolo como
de lo que se acepta como reproducción textual de lo dicho. Porende,
homófono del. título de rey, el león de Ruanda . Finnegan (1988, pp.
48-49) descnbe algunas de las formas de juegos de palabras la cita directa o indirecta no puede distinguirse tan taxativamente
apreciados por los limba, formas de onomatopeyas (palabras en contextos orales ni, más generalmente, en sociedades orales.
La memoria de la intención del hablante o del autor plantea
anál?gas a n.u estro "¡pum!"), retruécanos simples, palabras sin
sentido, mímicas, exageraciones del tono y duración todo lo cual diferentes tipos de problemas en las culturas con y sin escritura.
"revela una actitud de autoconciencia respecto de la l~ngua". Gaur Aun cuando pueda recordarse con éxito algo muy próximo a las
(198411987, p. 21)narra que los yorubade Nigeria usan retruécanos palabras efectivamente empleadas por el hablante - lo que no es
para tr~nsmitir mensajes. Los jóvenes amantes pueden enviarse poco-, ¿cómo puede comunicarse la manera en que se expresó el
s~c~e nclas de c~nchas de cauris, seis en una cuerda, para transmi- original? Una solución , ampliamente utilizada en al menos algu-
tIr Me gustas porque la palabra era significa tanto "seis" como nas formas del discurso escrito, es el empleo de verbos realizativos
"atraído", y ocho en una cuerda para transmitir "Estoy de acuer- y de modalidades epistémicas, como "afirmar", "negar", "implicar",
do", porque ejo significa "ocho" y "acuerdo". "conceder", "'alegar", etc. Estos verbos indican 10 que piensa el que
Havelock (1982), apoyándose en los trabajos de Parry (1971) refiere respecto de la intención del hablante original.
124 125
¿Cómo se maneja esto en el discurso oral yen culturas orales? Para indicar cuál era la intención del hablante original, se utiliza-
En realidad, no necesariamente constituye un problema. Así como ban adverbios de modo, como "hablando tristemente", "hablando
el contenido de un enunciado puede repetirse, su modalidad suavemente" y "hablando enérgicamente".
también puede imitarse. Una entonación sarcástica puede imitarse Los géneros distintivos y los medios léxicos para referirse a
con la misma facilidad que la forma lingüística del contenido. ellos también han sido analizados. Feldman (1991) realiza un
Pero los medios primarios para referir la intención del hablante análisis del género especializado empleado en dos culturas tradi-
original - la fu erza ilocucionaria de un enunciado-- son las des- cionales, los wana de Indonesia y los ilongot de las Filipinas.
cripciones verbales de la manera en la cual el enunciado fue Feldman señala que ambas tienen géneros especiales para tratar
emitido (con facilidad, vacilación , severidad , franqueza, sumisión, temas confidenciales por medio de las formas del discurso indirec-
etc. ) y a través de verbos realizativos (dijo, preguntó. narró, to que dan origen a problemas de interpretación. Los ilongot tienen
insistió, pretendió, etc.). ¿Los recursos lingüísticos para caracteri- varios géneros, incluyendo la conversación en lengua "llana", asr
zar la fuerza ilocucionaria de un enu ncia do difieren entre culturas como una forma de discurso para hechizos y oratoria formal
con y sin escritura? (purung) que posee un código especial llamado lengua Utorluosa"
A1 menos algunos recursos léxicos y sintácticos están dispo- para la cual también se plantean problemas de interpretación. La
nibles en las culturas orales para referirse al tipo Y modo del autora concluye que, si bien la escritura puede aumentar la
discurso indirecto. El estudio de los actos de habla en diferentes longitud o profundidad de esos análisis, "la cuestión de establecer
culturas ágrafas apenas ha comenzado, y aún no se han contras- un .texto y reflexionar sobre él no requiere de la escritura" (p. 56).
tado los modos de referir actos de habla oralmente y por escrito. Por Sin embargo, no está comprobado que las culturas orales
ende, puede resultar erróneo construir un "tipo oral sintético" hagan las mismas distinciones o las elaboren en el mismo grado
(Bloch, comunicación personal, marzo de 1990). Sin embargo, se que las culturas con escritura. El análisis de Feldman sugiere que
dispone de pruebas que pueden indicar cómo se refieren los actos los ilongot conocen ese discurso tortuoso, esencialmente metafórico,
de habla en la culturas ágrafas. El trabajo de Stress (1974) sobre pero nada indica que además comprendan que el discurso directo
la met.a1ingüística tzeltal es signifi cativo: ha registrado un amplio también está sujeto a errores de comprensión; el problema de la
espectro de actos de habla que incluyen descripciones, apologías, interpretación, la necesidad de una búsqueda sistemática de la
a nuncios y promesas. Los medios lingüísticos para referirse a ellos intención s ubyacente, puede reconocerse únicamente en determi-
toman la forma básica de u n término para el h abla "k'op", más un nadas formas del discurso. De hecho, en en su análisis de los actos
modificador que indica el tipo de conversación: los ejem plos inclu- de habla, Rosaldo (1982) sostiene que las hipótesis occidentales
yen "hablar verdadero", "hablar dentro del corazón", "hablar acerca de las intenciones distintivas del hablante que su byacen a
erróneo", "hablar amenazador", etcétera. toda afirmación u orden no parecen apropiadas para los i1ongot .
Esta autora informa que las asertivas, es decir, simples afirmacio-
Rajaonarison (comunicación personal, marzo de 1990), un
nes de hechos, no se distinguen sistemáticamente de las declara-
hablante nativo de malagasy, lengua tradicional de Madagascar,
tivas, es decir, aquellos enunciados que crean una verdad antes
informa sobre diversos términos para referirse a y citar el discurso
que referirla. En consecuencia, lo que es verdades lo que uno puede
de otra persona. La forma básica consiste en emplear un término
hacer que otros acepten, no un infonne objetivo de un hecho
para "hablar", que puede entonces calificarse mediante la adición preexistente. Además, Rosaldo encuentra que los actos de habla
de un segundo término para representar el tipo (pregunta, nega- compromisorios, como las promesas, que expresan una intenciona-
ción, aceptación , consentimiento), y para indicar la manera (con ¡idad personal, estaban ausentes, al igual que los actos de ha bla
fuerza, repetidamente, directamente, etcétera). expresivos, que representan sentimientos subyacentes, como la
Feld y Schieffelin (1982) encontraron un rico conjunto de gratitud y el arrepentimiento.
términos metalingüísticos en la lengua de los kaluli, sociedad Duranti (1985), al informar sobre las estrategias interpre-
tradicional de Nueva Guinea Papúa, incluyendo los básicos "de- tativas de los samoanos, notó la ausencia de medios para distin-
cir~ ) "preguntar", "narrar", así como "hablar" , "oír", "comprender". guir un enuncisdo de su intención subyacente. El significado de un
126 127
enunciado depende de lo que otros consideran que significa. En interpretado. Suele suponerse que las cuJturas tradicionales de-
consecuencia, un hablante 5amoano no "reclamará por el sentido ben hacer con la memona lo que las sociedades letradas o burocrá-
de sus palabras diciendo 'no quise decir eso'" (p. 49). Un enunciado ticas hacen con la escritura. Estas similitudes hacen que numero-
significa lo que el oyente cree que significa ; el significado no es, sos antropólogos lleguen a la conclusión de que no hay una gran
para ellos, inherente a las palabras. línea divisoria que separe las culturas orales o ágrafas de las
McCormick (1989, 1993 ), al examinar la influen cia del espa- letradas (Feldman , 1991; Finnegan, 1988; Scribner y Cale, 1981).
ñol en el quechua, una lengua peruana , encontró que los ~ilingües Pero estas similitudes no deben impedirnos ver las importan-
toman del español todo lo que no sea nociones básicas de "decir", tes diferencias. En primer lugar, la escritura introdujo una nueva
"narrar", "preguntar", etc. Cuando traducen del español al quechua, conciencia de la estructura lingüística , sobre todo la forma verbal
105 hablantes no tienen términos para un acto de habla como por contraste con el signifi cado transmitido, lo que agregó preci-
"negar". Se utiliza "deci reso no es verdad", o el término en español. sión a la nociÓn de lo que, precisamente, se dijo. En ausencia de
Heeschen (1978), quien estudió este problema tal vez con más escritura, el relato de lo que alguien ha dicho y su manera de
detalle, señaló que los hablantes eipo, pueblos tradicionales de decirlo variará notablemente de un relator a otro. Ong (1982, p. 65)
Nueva Guinea occidental, tienen abundancia de medios para señaló que aun las palabras cruciales de J esús, "Este es mi
hablar acerca de lo que se ha dicho, y con frecuencia adoptan verbos cuerpo ... Este es el cáliz de mi sangre", fueron referidas de manera
generales con fines lingüísticos más específicos. Sin embargo, distinta por cada uno de sus discípulos. Como se mencionó, tanto
existen medios léxicos limitados para referirse a la estructura de Goody como Finnegan informaron la amplitud con que los poetas
la lengua, a la verdad y a los actos de habla. En todos los casos, esa orales interpretaron lo que se significa "con las mismas palabras·
referencia está vin culada al contenido y a la conducta no verbal. (dado que algo tenía el mismo significado, pensaron que estaba
Así, los juicios lingüísticos se refieren a esos infortunios como compuesto por las mismas palabras).
tartamudeo, y no como agramaticalidad; los juicios de verdad y La conciencia letrada de las palabras y el fraseo tuvo algunas
falsedad no están baaados estrictamente en decir la verdad: la implicaciones conceptuales, al menos en la tradiciÓn occidental.
ir onía, el sobree.nte.ndido y la falta de cortesía se considerRn (,.AM~ Havelock (1982) fue el primero en sostener que el Homero oral
de mentira; y diferentes tipos de actos de habla no están marcados hablaba y pensaba acerca de la lengua de una manera totalmente
en el léxico, sino mediante "comportamientos no verbales y rasgos distinta de la del letrado Aristófanes:
paralingiiísticos" (pp. 174- 175). Sin embargo, los hablanlescasi no
tienen dificultades para expresar un amplio espectro de significa- La terminología arcaica describió la lengua humana sintética-
dos y distinguirlos entre sí, aunque carecen de términos específico s menLe, como canción, discurso, emisión, dicho, conversación. (Ni
para referirse a ellos. epas ni logos significaron palabra separada.) En la crítica de
Así pues, es imposible negar que cualquier lengua natural, Aristófanes, puede detect.arse una tendencia creciente a ver la
incluyendo la recientemente estudiada lengua de señas (Klima y lengua como si estuviera fragmentada en pedazos y piezas de
Bellugi , 1979), tiene los recursos sintácticos y morfológicos para pasajes separados, dividida en líneas, medidas, pies, estrofas.
hacer frente a cualquier conjunto de ideas; en este sentido, no hay (pp. 289-290)
lenguas primitivas. En segundo lugar , las lenguas naturales no
s610 pueden h acer frente s los requisitos de los contextos de Palmer (1980) est udió la evolución, en la Grecia clásica, de la
comunicación in praesentia, también tienen recursos para dar prosa técnica adecuada para expresar lo visto, inferido, conjetura-
lugar a información citada, es decir, recordada, tanto a través de do, etcétera.
la conservaciÓn de ideas mediante los sistemas mnemónicos como, Vansina (196 V1965) observó que el historiador letrado puede
en una forma verbal más exacta, a través de dichos, recitaciones en analizar las tradiciones conservadas en las versiones de la tradi-
condiciones rituales y a través del discurso poético. Finalmente, ciÓn oral con el fin de hallar la verdad. Esta capacidad para
las culturas orales poseen conceptos metalin giiíst icos para anali- distinguir entre los hechos en cuestión y las formas de narrarlos no
zar al menos algu nos a spectos de lo dicho, y cómo debe ser era por 10 general visible a aquellos que transmitían la tradición

128 129
oral. La razón es simple. El historiador letrado puede recolectar las /Jerbatim . Hunter (1985) argumentó convincentemente en contra
versiones, transcribirlas bajo la forma de documentos, y luego de que la memorización verbatim de textos extensos pueda produ-
comparar los documentos, buscando signos de interpolación así cirse, a menos que exista un texto escrito con el que pueda
como las invariantes. Goody (1987) proporcionó abundantes prue- contrastarse la memoria. Sin tal registro, no es probable que
bas de la importancia de la escritura en la confección de listas, puedan resolverse las controversias acerca de determinados fraseas,
tablas, analogías, silogismos, dado que representa las formas de la porque el recuerdo de las palabras está fuertemente influido por
argumentación, y para la conservación y comparación de los textos las propiedades semánticas del texto .
narrativos. Este punto es importante, pues si en los contextos orales hay
En segundo lugar, la necesidad de incluir los acontecimientos controversias sobre el significado, esa controversia no puede resol-
en fonoas poéticas o memorizables impuso restricciones que hicie- verse mediante una atención más precisa al fraseo de un texto ni,
ron que la versión poetizada necesariamente difiriera de lo que por consiguiente, a su significado preciso, dado que ese fraseo
podría haberse transmitido en un relato directo. En realidad, exacto estará perdido. En la determinación del cuidado con que se
Havelock propuso que la elaborada panoplia de dioses y héroes de atiende a las propiedades léxicas y sintácticas de un texto intervie-
la épica homérica se usaban, o tal vez se inventaban, para que la nen complejas suposiciones (como veremos en el capítulo 6). Pero
información cultural significativa fuera memorizable. En conse- si el texto no está fijado con precisión, el recurso a la formulación
cuencia, la épica memorizada informaba "sobre un panorama de en tanto base para resolver controversias relacionadas con el
hechos y no un programa de principios" (1982, p. 226). Si bien significado será reemplazado por otros, por ej emplo, la autoridad,
algunos autores más recientes (Lynn-George, 1988) han cuestio- sea el sabio o el poeta, o las musas. Este punto puede plantearse
nado la validez de colocar a Homero del lado oral de la dimensión de otro modo. La interpretación de un texto escrito puede volverse
oral-letrado, parece ser menos discutible el hecho de que la memo- una indagación, cuya prueba para la formación del juicio será el
rización introduce restricciones de las del discurso libremente fraseo conservado. En un contexto oral, esos juicios se basan más
inventado y sin embargo conservado. Según Havelock, sólo cuando en la autoridad o en la opinión de la mayoría.
se liberaron de las restricciones de la .memorizaciÓn pudieron Una excepción bastante espectacular de esta regla es la
formularse y conservarse los textos que planteaban mosófica- tradición védica, la memorización y estudio de las antiguas escri-
mente problemas tradicionales como "¿qué es la justicia?", o u ¿qué turas del hinduismo, que se ha transmitido exclusivamente por
es la magia?", o "¿qué es la mente?", es decir, los problemas medios orales. Si bien algunos han sostenido que la escritura debe
teóricos. haber intervenido en algún estadio (Goody, 1987), para los fines de
En tercer lugar, sigue siendo discutible la capacidad de tales este trabajo no es necesario negar que ese estudio y análisis
técnicas para la conservación palabra por palabra de textos más pudieron haberse hecho oralmente, sino apenas insistir en que
largos. Si bien Finnegan se refiere a las "largas transmisiones cualquier sistema empleado -oral o escrito--- especificará las
memorizadas", también reconoce que un rasgo esencial de las categorías y relaciones en términos de los cuales pensamos acerca
fonoas orales del discurso, incluyendo la literatura oral, es "su del habla y de la lengua. La escritura ha ofrecido conceptos para
falta de,fijación. Tiende a haber más elasticidad lingüística, menos algunas propiedades, pero nos ha dejado ciegos respecto de otras.
idea de.Ia precisión verbal~ (p. 57). Goody (1987) también sefiala y finalmente -y tal vez sea esto lo más importante---, la
que si bien se produce la memorización, hay cierta amplitud conservación de los actos de habla toma formas ligeramente
respecto de lo que se entiende por reproducción correcta; "hay distintas en las tradiciones orales que en las escritas. En un
escasas pruebas de una copia exacta, de una reproducción palabra contexto oral, un poeta, orador o conversador tiende a confiar en la
por palabra" (p. 151). En realidad, el concepto de verbatim corres- cita directa (véase Vansina, 1961/1965, pp . 58-59) de las palabras
ponde a una palabra relativamente moderna acuñada apenas en del hablante, usando, con algún grado de precisión, su propio tono
el siglo xv. 2 La memorización sin escritura se llama erróneamente de voz para transmitir el acto de habla involucrado. Chaytor (1945)
dice de la narración oral: "la audiencia quería un relato con mucha
2. Este dato me ha sido proporcionado por J. P. Small. acción y movimiento, un ,relato, por regla, no presentaba una gran
130 131
necesidad de pintar los personajes; el retrato estaba a cargo del CUCJdro 5. 1. Fecha del primer uso conocido en inglés de algunos verbos
recitador, quien cambiaba la voz y Jos gestos" (p. 3). Para referir el realizativos y de modalidades epistémicas.
discurso de otro, el narrador de relatos orales usa verbos como
"decir", "contar", "preguntar", "responder" para marcar el hecho de Germánico Latino
que el discurso no ha si do inventado libremente por el emisor, yen
believe creer lA assert afirmar 1604
segundo lugar, "cambia la voz y los gestos~ para marcar el tipo de 1436
know saber lA assume suponer
acto de habla. claim pretender 1M
significar lA
Al leer un texto escrito, se le presenta al lector un nuevo ID'""
"y decir lA concede conceder 1632
escol1o en la reconstrucción de la actitud del hablante o el escritor tel! contar lA conclude concluir 1M
respecto del texto, y se le presenta un escollo al escritor cuando think pensar lA confirm confirmar 1M
debe caracterizar esa actitud exclusivamente por medios léxicos. . understand comprender 1M
Como vimos, al citar el discurso de otro un, orador puede referir no tempr. contradict contradecir 1570
sólo las palabras empleadas sino también la actitud del h ablante criticize criticar 1649
declare declarar 1M
respecto de ellas, es decir, el acto de h abla; el orador no necesita define definir 1M
decir "Insistió en que ... ": el orador puede simplemente repetir la deny negar 1M
oración usando un tono insistente de voz. Para hacer que la discover descubrir 1M
escritura cumpla las mismas fun ciones que el habla, tienen que doubt dudar 1M
inventarse nuevos verbos y nuevos conceptos, tales como "literal", explain explicar 1513
"metafórico", así como aquellos expresados por los términos "afir- hypothesize hipotetizar 1596
(griego)
mó", "insistió" O "implicó", que cuando están nominalizados pue- implicar 1M
imply
den rendir nuevas entidades como "conjeturas", "afirmaciones" e infer inferir 1526
"implicaciones". Estos son los elementos a partir de los cuales se ha interpret interpretar 1M
con.'ltrnido In p.pü;;t.emología moderna (Febvre, 194211982 , p. 355). ulo,.t:,"Ye ob servar 1M !.ardío
En una línea similar, J anet Astington y yo mismo (Olson y predict predecir 1546
Astington , 1990) hemos sefialado el masivo préstamo de vocabula- prove probar 1M
rio del latín al inglés producido en los siglos XVI y XVII. Una notoria remember recordar 1M
suggest sugenr 1526
parte de este préstamo incluía verbos realizativos y de modalida-
des epistémicas que h an desempeñado un papel importantísimo
en la psicología y la mosofía cognitiva. Los verbos realiza ti vos son LA '= inglés antiguo (antes de 1150)
1M = inglés medio (1150-1350) (inglés medio tardío 1350-1450)
aquellos que pueden tomar el lugar del verbo decir mientras que
FlU!nte: The Oxford English Dictionary
los términos de modalidades epist.émicas son aquellos que pueden
tomar el lugar del verbo pensar. En el cuadro 5.1 se proporciona Como digresión, es interesante sefialar que en este sentido, el
una indicación del préstamo de términos para referirse a lo que la
drama es una forma lingüística más simple de escribir que la
gente dice, escribe y piensa.
prosa; en el género dramático, le corresponde al actor decidir cómo
"interpretar" las líneas para la audiencia. Un prosis ta, por su
parte, debe por lo general contarle al lector cómo interpretar esas
líneas. En un sentido, la lectura requiere que cada lector se
transforme en un actor; el lector tiene que " interpretar~ las líneas
que lee, así como un actor tiene que "interpretar:' las líneas pa:a
un auditorio, emitiendo esas líneas con la expreslón correcta. 810
embargo, la tarea del lector de prosa moderna es mucho más

132 133
sencilla que la del actor, ya que el primero está asistido por el culturas orales tienen o no los mismos recursos conceptuales y
escritor, quien utiliza un nuevo espectro de términos que designan lingüísticos que aquellas que poseen escritura. Las teorías, desde
los actos de habla y las modalidades epistémicas, y que indican Lévy-BruhI hasta McLuhan, h an señalado que la ausencia de una
explícitamente cómo pretende el escritor que sea interpretado el forma lingüística o literaria determinada en u na cultura oral
contenido de sus enunciados. El texto así conformado para la indica una ausencia de la estructura conceptual correspondiente.
lectura más que para la actuación es lo que da a la prosa su carácter Antropólogos como Finnegan, Sperber, Bloch y Heeschen, obser-
distinti.vo. . vando más directamente las formas sociales del ruscurso, sostie-
Es en este sentido que la escritura hace valer sus méritos. nen que en ambos tipos de cultura se producen las mismas fonuas
Irónicamente, esto sucede debido a las limitaciones de los sistemas y distinciones . Ambas corrientes pueden estar en lo cierto. La
de escritura, y no, como suele suponerse, debido a las limitaciones escritura agrega menos de lo que explica.
del habla. A medida que esos sistemas evolucionaron, pasaron a Lo que la escritura requiere, y lo que la historia de la cultura
ser considerados como representaciones de las propiedades léxicas i escrita logra, es la evolución de dispositivos gráficos de comunica-
y sintácticas de la lengua; las propiedades de los actos de habla ción que luego sirvan como modelos explícitos de la fonología, la
vehiculizadas por el acento y la entonación no son captadas por la morfología y la sintaxis, pero también de las propiedades de los
escritura. Así como la historia de los sistemas de escritura puede actos de habla y . del discurso, estén éstos manejados por la
considerarse el empleo de medios gráficos como representaciones gramática, la prosodia e indicaciones paralingüísticas como el
de las propiedades fonológicas y morfológicas del habla, del mismo tono, la entonación y el acento, o por el contexto no verbal. La
modo la elaboración de verbos de actos de habla como "pretender", historia de la cultura escrita, en otras palabras, es la lucha por
"insistir", así como los signos de puntuación que incluyen el recobrar lo que se ha perdido en una simple transcripción. La
período, los signos de exclamación y de cita, pueden considerarse solución es transformar las propiedades no léxicas del habla, como
medios léxicos y gráficos para representar los actos de hablo el acento y la entonación, en propieihu'le:;; lp.xicH.s; a:;;í se anuncia >li
(Parkes, 1992). Las distinciones marcadas informalmente en el una proposición debe interpretarse como una suposición o una
discurso, tales como la elevación del tono o de las cejas, tienen que inferencia o si debe tomarse metafórica o literalmente. Pero al
estar explícitamente representadas por medios gráficos en la hacerlas explicitas, es decir, representándolas como conceptos, y
escritura. El signo de interrogación, para citar un ejemplo, es una marcándolas en una lengua pública, esas mismas estructuras se
duplicación de la primera letra de la palabra latina quaestio, que transforman en objetos de reflexión. Esto hace posible lo que puede
se invertía y se escribía sobre el período al final de la oración considerarse pensamjento y discurso letrado.
(Halliday, 1985, p. 33). Así pues, el uso del signo de interrogación Para resumir: en las culturas en las que existe la escritura,
dependía de la representación explícita, es decir, de categorizar el ésta se transforma en el medio de elección en numerosos campos,
enunciado como una pregunta. debido a su permanencia (Clanchy, 1979; W. Harris, 1989). Pero lo
Los problemas que entraña la representación explícita de la que la escritura gana en penuanencia, lo pierde en comprensión.
La literal ~muerte del autor" implica lógicamente que el autor no
fuerza de un enunciado fueron tan significativos como los entra-
puede ser consultado sobre la intencion alidad del texto; La escri-
ñados por la invención del alfabeto para representar la forma
tura conserva fácilmente las propiedades léxicas y sintácticas del
verbal. En ambos casos, la escritura es, en gran medida, la
habla, pero pierde las cualidades de la voz del hablante, incluyendo
invención de dispositivos comunicativos que pueden considerarse
el acento y la entonación, el "lenguaje silencioso" revelado en
representaciones explícitas de aspectos de la lengua que, en el indicios corporales puestos de manifiesto en los ojos, las manos y
habla, se expresan de manera no léxica. Por ende, son dispositivos
que vuelven conscientes esos aspectos de la estructura lingüística
y del significado.
I la postura, así como el contexto compartido desde el punto de vista
cognitivo, todo lo cual indica, en los contextos orales, cómo debe
interpretarse el enunciado. El problema de la escritura es entonces
La posición que sostiene que la escritura proporciona un qué dispositivos de invención, incluyendo los léxicos y sintácticos,
modelo para el habla nos permite reevaluar el problema de si las pueden compensar lo que se pierde. Y el problema de la lectura está
134: 135
e!l dominar esos indicios y las técnicas hermenéuticas que propor- in dicar la fuerza ilocucionaria de un texto, es decir , son suplemen-
cIOnan datos sobre la intención del autor . tos del texto, más que partes de él. Cuando los textos comienzan a
En la cultura occidental, el problema se agudiza cuando se proporcionar indicaciones verbales de cómo debe interpretarse
trata de leer textos sagrados, en los cuales la fuerza ilocucionaria detenninada expresión, se produce el advenimiento de la prosa
ha quedado a men.udo sin eSpecificar. Por ejemplo, ¿cómo debe moderna.
tomarse la afirmaCión de Jesús "Este'es mi cuerpo"? E l intento de ¿Por qué la fue rza ilocucionaria ~o está representada lé~c~
recobrar la fuerza ilocucionaria de ese en unciado ocupó a muchas O sintácticamente en la lengua en pnmer lugar? ¿Porque, S I aSI
de l~s. mentes más esclarecidas durante un milenio. Las artes fuera, la alfabetización requeriría algo más que el simple aprendi-
tradiCIonales de I.a retórica, como los géneros especializados em- zaje de la lectura? En parte, sí: las preguntas están represe!ltadas
pleado~ en la~ socl~dade8 tradicionales, son intentos de manejar la por la inversión sujeto-verbo, las órdenes por la supresión del
fuerza liocuclOnana. Recurrir al rey tomó una forma determinada sujeto, y las afirmaciones por construcciones de sujeto y pred~cado.
que marca~a la subordinación del apelante, los sermones trataba~ Pero otros rasgos más sutiles son expresados por la entonaCión , el
de p~rs.uadlr a los oyentes de que vivier an una vida virtuosa, y la acento, la presu posición y la elección del género. ¿Por qué estos
poe~la mformaba y entretenía (Murphy, 1971 ). No era suficiente rasgos no están representados léxicamente? Mi hipótesiS es que la
deCir las palabras correctas ; tenían que decirse de tal modo que fuerza ilocucionaria es la parte más primitivade la lengua, la parte
quedar a asegurada su propia recepción. que compartimos con otros animales y que es fácilmente detectada
Aun J~s notables iluminaciones de las Biblias y Libros de por los niños (Bruner, 1983). Estos rasgos se conservaron a través
Hora~ m.edleva les pueden considerarse dispositivos no verbales de la evolución, y nuevos recursos léxicos y sintácticos se agrega-
para mdlcar cómo entender los textos que acompanan . Morrison ron a ellos. Las órdenes, por ejemplo , se expresan mediante medios
(990) h~ esc~to ~n fas cinante ensayo sobre el papel ca mbiante gramaticales, así como a tr avés de chillidos y aullidos. La gramá-
que esas tlu.mm aclOnes de.sempefiaron en la expresión del signifi- tica evolucionó para expresar el contenido proposicional; los siste-
cado. en el Siglo Xll . La~ pnm.er~s iluminaciones fueron una parte mas de escritura, en la medida en que modelizan la gramática,
cruCial del texto. T.A hlPÓteSIS mterpretativa consistía en que las conservan los aspe~t.mlléxicos y gramaticales de un enunciado. Lo
~alabras.y las imágenes presentaban modos o componentes de que quedaba por inventar eran dispositivos para representar la
m~ormaclón que, al ser reunidos por el lector, proporcionaban una fuerza ilocucionaria, dispositivos que, en la medida de lo posible,
,:pI:anf~, una r~vela~ión, del verdadero significado, que era, en indicaran cómo pretendía el hablante o escritor que se interpreta-
ulb~~ Illstancla, DIOS fiÚsmo. En consecuencia, los textos se ran sus enunciados. Algunos de esos dispositivos existen en todas
escnblan de manera "nuclear" que consistía en una seriede puntos las lenguas porque, como señala Leech (1983), todas ellas poseen
o,Partesque, aunque no estaban relacionadas lógicamente, condu- algún metalenguaje para indicar cómo deben .interpretarse los
clan al l~cto~ u o~se rvado~ a elaborar una síntesis. E n los siglos Xl enunciados. Sin embargo, el problema se agudiza no tanto en la
y Xli, la Il umm.a clón cambIÓ su carácter: las imágenes se subordi- escritura como en la interpretación de textos sagrados, donde
naron al tex~, que pasó a ser el principal t ransmisor de sentido. constituye una cuestión de dogma. E n este campo fue resuelta la
y con el én,fasls en el texto sobrevino, según Momson, una mayor articulación sistemática de la intencionalidad. Examinaremos
preocupación por la for~a lógica .de ~ texto, por líneas ú nicas y este problema en el capítulo 7, cuando consideremos la historia de
claras d ~ argu mentacló.n y slgm ficados univer sales y n o la lectura.
anfi~lóg¡cos de los témunos. Esta linealidad también se vio La significación de la escritu ra para las actividades económi-
re~eJada en el desarrollo de una perspectiva lineal única en el arte. cas y burocráticas es muy clara y está relativamente bien estable-
AsI, los avances en las artes visuales reflejaron cambios en los cida (Clanchy, 1979; Eisenstein, 1979; Goody, 1987). Pero no
modos de. l eer~ te~a que anruizaremos en el capítulo 8. sucede lo mismo con la significaci ón de la escritura en cuanto a su
La~ dummacI ~nes en los manuscritos de la Edad Media, como papel en la explicación de las intenciones (transfonnar en concep-
las verSIOnes rubncadas de la Biblia Cristiana en las que las tos las actitudes respecto de lo que uno Olos demás dicen). Creo que
palabras de Jesús estaban impresas en tinta roja, ~on medios para es una leve exageración pretender que el uso de la escritura para
136 137
repr~se~tarde ~u é modo quiere ser interpretado el hablante, y los
s ubslgUlentes Intentos de plasmar mediante la escritura una
representación adecuada de esos modos, tuvo mayor impacto en
nuestras representaciones de nosotros mismos y de nuestro mun-
do que la obvia función de registro . Los textos escritos para burlar 6
los I~(mites de la si,mple transcripción son, por definición, textos
es~tos para ~~ le, d~s; esos.textos marcan el comienzo de la prosa El problema de la interpretación:
escnta y , en últIma instanCia, de los textos como representación.
Paradójicamente, la comprensión del significado literal de 1m la recuperación de la intención
enunciado tendría que esperar la comprensión de la fuerza ilocu-
cionaria . En el próxim o capítulo, examinaremos qué elementos
comunicativa
entraña la interpretación y revisaremos la investigación reciente
sobre la comprensión que los niños tienen del significado de los
textos y lo que hablantes y autores quieren decir mediante ellos La lectura precede a la interpretación. (Quintiliano)
así como el papel que la cultura escri ta desempeña en este avance:
Es imposible no interpretar. (1tal0 Calvino, El Señor Palomar)

La Biblia cristiana cuenta la historia de un eunuco etíope, el


guardián del tesoro de la reina, que !'Jstaba leyendo al profe ta
Isaías cua ndo Felipe, un evangelista, se aproximó a él y le pregun-
tó: "¿Comprendes lo que estás leyendo?", a lo cual el etíope
respondió:" ¿Cómo podría, a menos que algu.ien me gufe?~ (Hechos
8: 26-35). Cuando la interpretación se torna imposible, necesita-
mos una teoria, un conjunto de conceptos que sirvan de guía. El
etíope afirma que la interpretación correcta depende de la infor-
mación autorizada: del experto.
Au nque el problema de la interpretación es relativamente
notorio cuando se abordan textos escritos que han sido trasladados
de un contexto a otro, está implícita en todo u so del lenguaje. Toda
comprensión es interpretación , tal como lo ha señalado Gadamer

, (1975). Después de todo, las personas dicen cosas y quieren decir


cosas a través de ellas. Hacen pedidos, dan consejos y órdenes, se
burlan, bromean y mienten , simplemente inform an el estado de la
situación , exageran, subestiman e implican; también cooperan,
ridiculizan, apoyan. Como vimos en el capítulo precedente, en el
discurso in praesenti.a, un oyente tiene acceso tanto a la forma
verbal de la emisión y al estilo del hablante, postura y tono, como
al contexto para determinar lo significado. Y si se produce una
falla, el oyente simplemente di rá" ¿C6mo?", o no responderá, y esto
provocará una revisión.
Pero los problem as de in terpretación se tornan serios cuando
uno está enfrentado a UDa transcripción de lo dicho, t ranscripción
138
139
que sólo capta el contenido de un enunciado, pero no su tono. La significa, sino más bien lo que un~ piensa que.sig.nifica. Basta con
actitud del hablante tiene que ser inferida por el lector. También llegar a un significado, no necesanamenteal slgmficado. Por ende,
esto se hace de manera automática, y la interpretación resultante uno puede interpelar un texto pero carecer de un concep.to de
se adscribe al texto como "lo dicho". Pero ahora, sin un autor interpretación. Además, cuando se adquiere un concepto de mter·
disponible para refular la interpretación espuria, el resultado es pretación, éste puede ser tanto el de revelar lo que el .texto dice
una suerte de anarquía interpretativa, y cada interpretación es como el de explicar un texto de cierta manera. En el pnm~r caso,
tomada por algún individuo o grupo como "lo dicho". Si interviene una vez que se ha alcanzado un significado, éste se conSidera el
la autoridad de la Iglesia o el Estado, pueden desarlVlIarse una significado. Esto sucedía en la época premodema. y, CQmo veremos,
serie de reglas y procedimientos burocráticos por medio de los también sucede en los niños de las culturas OCCidentales. Grosso
c,:,al.e s establecer el significado "verdadero". Eslas reglas y proce. modo, la perspectiva del siglo xvu, a la que muchos autores se
dlffilentos, acompañados por un conjunto de creencias y suposicio- refieren como "modernidad", entrañó la invenciÓn de una nueva
nes, constituyen una leoría de la interpretación que puede ser más solución al problema de la interpretación de textos; l? ~ue esos
o menos convencional o compartida por la comunidad de intérpre- mismos autores llaman "posmodemidad" es el reconOCimIento de
tes. Como se mencionó en el último capítulo, la hermenéutica es la que no hay una solución definitiva.
teoría de la interpretación de los textos escritos. Esta teoría se La disponibilidad de un concepto de interpretación es lo que
desarrolló para el análisis de los textos sagrados, cuya correcta permite que ésta sea reconocida como tal; es lo que hace que se
interpretación era considerada una cuestión de vida o muerte vuelva consciente o, como sostiene Nicholson (1984), la trae del
(Gadamer, 1975; Nicholson, 1984). El término "hermenéutica" trasfondo donde es más o menos automática, al primer plano,
deriva de Hermes, el dios griego que vocea e interpreta los mensa- donde está sujeta a un análisis premeditado y reflexivo.yna vez
jes (P adel, 1992, p. 7 ). que ha pasado al primer plano, un concepto e~emental de mterpre-
Interpretar y tener un concepto de la interpretación son, por tación permitiría la distinción entre lo dICho y lo que se I.l a
tanto, cosas totalmente distintas. El concepto de teoría de la pretendido decir, es decir , una comprensión de lo que yace debaJO,
int~ rpretación es lo que vuelve consciente el proceso de intf!rprA_ más allá o dent.ro de lo dicho. E l llamado concepto posmoderno de
~clón y lo s.upedita a consideraciones racionales. Mientras que la interpretación daría lugar al elemento de subje.tividad , a la
Interpretación puede ser un rasgo universal de cualquier usuario inferencia de la mejor explicación. Fue esta noción lo que le
de símbolos, los conceptos de interpretación son artefactos cultu- permitió al señor Palomar pensar que toda experiencia es interpre-
rales sujetos a revisión, al desarrollo y al cambio histórico. tación.
El significado tradicional de interpretación correspondiente
~ p~ríodo clásico era el de "revelar" o "hacer claro y explícito" el Sintaxis, semántica y pragmática de la
slgmficado de un pasaje o texto; el significado más moderno, por su interpretación
parte, es más subjetivo: "exp l icar~ o ver bajo delenninada luz. Sólo
en el sentido moderno, la interpretación puede caracterizarse 'Cuáles son los procesos interpretativos de los que se es
~mo "apenas" una interpretación. El sentido antiguo del verbo consc1ente? La interpretación entraña el dominio de los tres
znterpretar, revelar el significado, está cerca del de comprender. aspectos de la estructura lingüística, a los que conven~iona1men.te
Comprender es un verbo factivo (Kiparsky y Kiparsky, 1970; nos referimos como sintaxis, semántica y pragmát1ca (Moms,
'yendler, 1970), es decir que, como saber, implica la verdad del 1938). Básicamente, la sintaxis permite la expresión de relaciones
complemento. Saber que Susana es perezosa implica la verdad del entre un sujeto y un predicado. Tanto la lengua escrita co~o la or~
complemento gramatical, "Susana es perezosa". Inversamente, utilizan la misma gramática, pero lo hacen de. maneras slste~átI­
uno no podría saber que Susana es perezosa si no lo fuera. Uno carnente distintas. Chafe (1985, 1991) sostiene que la untdad
puede "creerlo", pero no podría "saberlo" si fuera falso. Del mis mo básica del habla es una "unidad de idea", que consiste en una
~odo, comprender un texto es saber lo que éste significa. De cláu sula integrada porun verbo y una o dos frases nominales, que
mterpretar u n texto, sin embargo, no se sigue que uno sabe lo 9 ue tiene una única curva de entonación, que está compuesta por
140 141
alrededor de siete palabras y dura alrededor de dos segundos; "velocidad de extensión de rajaduras" y, al mismo tiempo,
parece corresponder a la cantidad de información que un hablante recapitulan el a rgument o dent ro de una oración ordenada
puede focalizar en su conciencia en un momento determinado. La gramaticalmente. Halliday rastrea este estilo gramatical hasta la
lengua escrita respeta estas unidades de ideas, pero las subordina I escritura científi ca del siglo XVII. El producto, según Halliday, "es
a la estructura gramatical de la oración. Una oración está como
puesta por una cláusula principal a la cual pueden agregarse una
¡
,
la construcción de un mundo 'objetivizado' a través de la gramática
de la lengua escrita" (1990, p. 16).
o más cláusulas subordinadas unidas a la principal medi&nte La semántica de la lengua espeeifica la relación entre el
conjunciones o pronombres relativos. sujeto y el referente -entre la palabra y el objeto al que ésta se
Chafe sostiene que el mayor tiempo de procesamiento de que refiere-, y entre el predicado y la propiedad atribuida al objeto,
dispone quien escribe, junto a la posibilidad de la corrección relaciones que determinan problemas de verdad y falsedad de la
perntite la fonnnción de oraciones acabadas. uLas oraciones de l~ expresión . Estas relaciones son calculadas con facilidad cuando la
lengua oral suelen ser diffciles de identificar, y su función es expresión se refi ere a algo inmediato u obvio, como "E l gato está
problemática . Es probable que no sean unidades de procesamiento cojeando", cuando "el gato" se refiere al gato que tenemos a la vista
cognitivo y memoria" (Chafe, 1985, p. 111). Las unidades de idea y "está cojeando" asigna una propiedad a ese gato, que puede ser
desempeñan esa función cognitiva más inmediata . Esto no s igni- verdadera o fal samente atribuida al objeto.
fica que las personas no puedan aprender a hablar como un libro, Pero la cuestión dista de ser sencilla, como por ejemplo en el
como al parecer lo hacían muchos eruditos en la Edad Media relato sobre el etíope a ntes mencionado, en el cual el texto que se
(,C~ rruthers, 1990). Para volver brevemente al argumento del lee_afirma: "Como una oveja llevada a la muerte, o como cordero
ultimo capítulo, las personas hacen introspección de la gramática m udo ante el que lo trasquila, así él no abrió su boca". El etíope
del habl.a en términos de su sistema de escritura y, por ende, quiere saber a quién hace referencia ese "él", ¿al profeta o a otro?
pueden Juzgar que el habla informal es "vaga y desordenada" o Como se sabe, las diferentes respuestas dadas a esta pregunta han
"agramatica1 ~ y a pre nder a adecuar su habla a las nonnas del separado a los cristianos de los judios. Las diferencias en la
modo escrito. interpetación, entonces como ahora, se atribuían a menudo no a la
.También H alliday (1985, 1990) ha demostrado que, en pro. ambigüedad del texto, sino a la intransigencia o credulidad del
medlO, las.cláusulas orales son más breves que las escritas, y que otro.
la gramática de la lengua oral es más "intrincada" que la de la Citemos otro ejemplo: en la Declaración de la Independencia
escrita. Sostiene que uno de los principales dispositivos pa ra que de Estados Unidos, se menciona que ~todos los hombres son
en la escrit~ra, la estructura de lacláusuJa sea más ordenada y d~ iguales"; ¿a quién se refiere el sujeto "todos los hombres"? La
~ayor long¡tud es lo que él llama la "metáfora gramaticaJ", cuyo Guerra Civil norteamericana se produjo en parte en torno a la
tipo más común es la nominalización (véase también Macaulay, cuestión de si la expresión se referia a los esclavos. Otras batallas
1990). Este es el dispositivo a través del cual "aplaudir" se trans- han tenido lugar para establecer si también se referia a las
forma en "aplauso", e "inferir" se transforma en "infe rencia". Los mujeres. Los problemas de semántica se complejizan cuando se
tex~os escritos ~e caracterizan por el modo en que convierten tales emplean formas no literales, tales como la metáfora y la ironía, en
accLO~es en entIdades. Además, el dispositivo permite la formación las que la cuestión ya no es a qué se refiere una expresión, sino
del diSCurso complejo y técnico. Una expresión como "menor cómo 10 hace, y esto da lugar a inevitables problemas de prag-
velocidad de extensión de raj1,lduras" puede parecer incomprensi- mática .
b.le hasla que se considera la simple acumulación de hechos La pragmática de la lengua se ocupa de la intención respecto
slmple~: los vidrio.s se rajan , la rajadura puede extenderse; la de la a udiencia, es decir, a CÓmo pretende ser interpretado el
extenSión de las rajaduras procede a cierta velocidad' la velocidad emisor. La función pragmática simple está especificada por el
de la extensión de las rajaduras puede disminuir. N6tese cómo los modo gramatical: el modo indicativo representa afirmaciones
verbos "rajarse" y "extenderse" se transforman en sustantivos y se ofrecidas como verdaderas; el imperativo representa órdenes para
agregan a la fra se nominal, creando así una entidad oompleja acatar, el interrogativo representa preguntas para contestar. La
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teoría pragmá tica , bajo la forma de la teoría de los actos de habla , crítico no dijo eso en "tantas palabras", pero el oyente o el lector
representada en los últimos trabajos de Wittgenstein (1958), y en saben lo que está intentando transmitir (Orice, 1989, p. 37).
los de J. L. Austin ( 962), SearIe (1969) y Grice (989) mostró en El análisis de Orice apunta ante todo a constituir un informe
primer lugar, que el modo gramatical no es una indicación confia- sobre las implicaturas conversacionales, no la pragmática de la
ble del tipo pragmático de un enunciado. Los diferentes modos escritura. Pero pone de relieve de manera sistemática el problema
gramaticales, como las preguntas y las órdenes, requieren una central de la interpretación. ¿Cómo se puede recuperar la fuerza
respuesta del oyente y , por tanto, son considerados miembros de ilocucionaria de un enunciado cuando ésta no está es pecificada
una clase única de directivas. Por otra parte, un solo modo léxicamente oestáespecificada a medias, como en el texto de Swift,
gramatical, el indicativo, se usa pa ra expresiones asertivas, como ¿Unap roposicwn modesta? En la escritura, las relaciones entre las
"Lloverá", y compromisorias, como "Vendré-. ideas y la actitud del que escribe res pecto de ellas deben estar
Además, Austin (1962) distinguió el acto locucionario (lo lexicalizadas, así como el acento y la entonación , que las marcan
dicho, hablando estrictamente) de la fuerza ilocucionaria del en el discurso oral, se han perdido. Si no están lexicalizadas, el
enunciado (la intención comunicativa respecto del receptor). A intento de recuperar la intención del hablante respecto de la
veces, la fuerz a puede nombrarse explícitamente: "Afumo ... ", audiencia puede requerir una teoría hermenéutica sistemática.
a~ nque esto no suele suceder. Searle (1969) distinguió cinco tipos ¿Qué significa realmente "Todos los hombres fueron creados igua-
diferentes de fuerzas ilocucionarias: asertivas (afirmo ... ), com- les"? ¿Qué significa real mente "El maíz es un ciervo"? Diferentes
promisorias (prometo ... ), directivas (ordeno ... ), declarativas (te su posiciones interpretativas dan luga r a diferentes respuestas a
bautizo .. . ), y expresivas (felicito ... ). Estas categorías son en sí tales preguntas.
mismas un poco "pragmáticas", y pueden o no representar Cuando la actitud del autor respecto de lo dicho se mantiene
exhaustivamente las posibilidades de intención del emisor. Pero a lo largo de porciones del discurso más prolongadas que una
marcan un avance significativo sobre la teoría de los modos i oración, nos referimos a la forma de texto resultante como forma
gramaticales. retórica o "género". Para comprender una broma uno debe saber lo
Un acto de habla es, pues, u n acto intencional para expresar que es una broma, es decir, debe tener el concepto apropiado. Los
algún contenido proposicional con alguna fuer¿a ilocucionaria. niños pequeños plantean adivinanzas defectuosas, y se ríen con
Tales actos pres uponen un conj unto de condiciones que deben estrépito antes de comprender realmente lo que es una adivinan-
cumplirse si el acto de habla debe servir como una representación za. Lo mismo parece verificarse con los conceptos de relato, poema,
adecuada de la intención comunica ti va del hablan te. Inversamente canción, parábola, plegaria, etc. Las formas retóricas difieren de
el conocimiento de esas condiciones puede ser explotado por ha~ cultura a cultura, entre las culturas con y sin escritura, así como
blantes para producir actos de habla indirectos, lo que Grice (1989) dentro de ellas, y la evolución de los géneros y de los medios
llamó "las implicat uras conversacionales". Orice describió esas sistemáticos para distinguir e interpretar esas formas diferentes
condiciones como un conjunto de máximas que explotan la suposi- es un importante aspecto de la cultura escrita. La escritura ha
ción de que los enunciados n o sólo expresan proposiciones, sino que permitido la evolución de un género particu lar de vasta
se adecuan a una actividad social cooperativa y orientada a deter- aplicabilidad, la prosa escrita, que ha desempeñado un papel
minados fines. Dado que respetan esas máximas ~ser informativo , dominante en las modernas culturas científicas y burocráticas. Ya
veraz y relevante, y ser claro sobre cómo la contribución hace hemos mencionado algunos de' los modos en que la escritura
avanzarel proyecto cooperativo--, los hablantes pueden trans mitir contribuyó al desarrollo de ese género.
más de lo que realmente dicen. Mencionemos uno de los amplia- Hemos discutido tres aspectos de la estructura lingüística
mente citados ejemplos de Orice: si un crítico de música dice de una que atañen a toda interpretación. En el discurso oral, esas estruc-
soprano "La señorita X produjo un a serie de sonidos que correspon- turas pueden por lo general quedar en el trasfondo, y el hablante
dían es trechamente al registrade 'Hogar, dulce hogar'· ,el hablante u oyente se concentran en el contenido del discurso. Interpretar
implica, mediante la máxima de modo, que la representación textos escritos y escribirlos exige que los aspectos de la interpreta-
careció de las cualidades musicales es peradas de una soprano. El ción que eran manipulados por medios contextuales, prosódicos y
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paraJingüfsticos puedan manipularse exclusivamente mediante el partir de los de pensamiento y signifi cado: interpretar es pensar lo
léxico y la gramática. Representarlos de form a explícita en la que algo significa. El desarrollo conceptual tiene un orden, tanto
lengua trae esas estructuras a la conciencia y las transforma en si procede histórica como ontogenéticamente. A diferencia de 10
objetos de reflexi ón y dominio sistemático. Los problemas particu- que sostienen las teonas de la mentalidad ~primitiva", sin embar-
lares que hemos mencionado son los relacionados con el dominio de go, no se supone que esos conceptos son. necesarimente más
la sintaxis compleja, que crea entidades complejas y permite el verdaderos o más válidos que aquellos a pa rtir de los cuales se h an
dominio explícito de la cohesión textual, los relacionados cun el desarrollado; los conceptos se adquieren porque son útiles para
problema semántico de asignar una referencia a las expresiones, algún propósito, tanto directa como indirectamente. .
y los relacionados con el problema pragmático del dominio del Volvamos a nuestro tema. La competencia gramatical de los
modo en que el oyente o el lector interpreta la expresión. niños está bi en desarrollada en el momento en que entran a la
Obtendremos una descripción más clara examinando cómo escuela. Por cierto, el desarrollo gramatical es tan rápido, y se
solucionan los niDos los problemas de interpretación que s urgen completa tan tempranamente, que muchos autores creen que la
cuando se enfrentan a distintas expresiones. competencia gramatical es en gran parte innata (Chomsky, 1980;
Pinker , 1989). La lengua escrita, sin embargo, presenta un n uevo
¿Qué entienden los niños de lo dicho y de 10 que conjunto de exigencias a esa competencia. Además del hecho de
se quiso decir? que los niños tienen que aprender las convenciones de la lengua
estándar, gran parte de su conocimiento sintáctico temprano debe
En primer lugar, una palabra acerca del uso de los datos ser consciente y premeditado. Específicamente, los marcadores
evolutivos e histórico-culturales para evaluar una teoría de la léxicos y gramaticales deben sustituir la información qu~ an tes
cultura escrita y la cognición. A partir de Lévy-Bruhl, los psicólo- estaba contenida en indicadores prosódicos y paralingüfsticos. La
gos y antropólogos han evitado igualar a los niños con los miembros noción explicita de oración, unidad grRmRticRl Ap.gnio,q oe plmto,
de lo. sociedo.des trndicionnles. Lévy-Bruhl, como ya dijimos, aban- es la que perturba a quienes comienzan a escribir durante va~o~
donó el concepto de pensamiento ~ primitivo" porque éste tendía a años. ¡Aunque algunos digan que no se t rata de un problema (SIC?
homologar las mentes de los pueblos aborígenes con las de los Esta evolución ha sido descripta adecuadamente en el trabajO
niños. De aquí en adelan te, no nos manejaremos con esa h omolo- de Michaels y Collins (1984). Se les pedía a un grupo de niños que
gación. Por el cont rario, el argumento es que, si bien culturas volvieran a contar una narración en la cual dos hombres desempe-
diferentes en períodos históricos diferentes especializan su discur- ñaban un papel. El problema para los niños era que cualquier u so
so de diferentes modos y en diferentes grados, estas nuevas de la expresión "el hombre" podía ser ambiguo. Dos estrategias se
estructuras más especializadas de conocimientos están construi- emplearon para solucionar el problema. Algunos niños usaron el
das sobre conceptos anteriores más fund a mentales. Así pues, la gesto y la entonación para distinguir a los dos hombres , por
evolución cultural de los sistemas con ceptuales puede ser paralela ejemplo, el acento caía en la palabra "hombre" cuando é~ta se
a la adquisición o a la construcción que los niños hacen de su propio refería al personaje al que antes se había hecho referenc18: La
sistema conceptual. Ferreiro (1991 ) también lo ha sostenido en su segunda estrategia era el uso de adjetivos y de cláusulas rel~tlvas
redente análisis de los paralelos entre la historia de la escritura y para distinguirlos, por ejemplo, ~el hombre que estaba recogtendo
la adqui sición por parte de los niños de la cultura escrita. En ambos las peras ..... Aunque estas estrategias pueden ser equivalentes en
casos, el orden se debe al hecho de que algunas construcciones son contextos orales sólo la segunda es directamente aplicable al
previas a otras porque son constitutivas de las que siguen. El pasaje a la escrit~ra de una narración. De hecl;J.o, para Michaels y
concepto de sílaba debe preceder al concepto de letra, tanto Collins, la segunda estrategia está basada en la escritura, lo cual
histórica como evolutivamente, porque el concepto de letra requie- supone que esa competencia aumenta con la escolarización.
re que ésta sea considerada un constituyente de la sílaba. Creo que La comprensión que los niños tienen de los problemas
lo mismo sucede con conceptos como el de pensamiento, signifi cado I semánticos involucrados en la interpretación de una expresión ha
e interpretación. El concepto de interpretación está construido a producido una vasta literatura, pero sólo una parte de ésta se
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refiere a la interpretación de lo escrito. El único as pecto del
desarrollo semántico de la relevancia es la competencia de los
niños con la lengua descontextualizada, en la que el significado
?eb.e ~btenerse exclusivamente de la form a lingüística, y no de los
mdlclos contextuales y no verbales. Un buen ejemplo de esto es el
hallazgo de Inhelder y Piaget (1959/1964) de que si se les muestra
a niños en edad preescolar un grupo de cinco a nimales compuesto
de tres patos y dos conejos y se les pregunta: "¿Hay aquí más patos
o más animales~, ~~nden a contestar que "Hay más patos, pues
sólo hay dos coneJos. Cuando se les pide que repitan la pregunta
a veces contestan, "Usted dijo '¿Hay más patos o conejos?' ~, lo cual, ¡CUANDO D/GO ALGO, QU/fIIO
?esde luego, no fue lo preguntado. Donaldson (1978) también DICI1/ 11ACfAM1NT1l0 QUID/GOl
mformó que cu ando se les muestra a niños en edad preescolar cinco
autos de juguetes, cuatro de los cuales están en s us correspondien-
~s garajes, y uno queda li bre, y se les pregunta "¿Todos los garajes
tIenen autos?", tienden a interpretar la pregunta como "¿Están
todos los autos en garajes?", y contestan en consecuencia: "No".
Donaldson llegó a la conclusión de que para superar sus dificulta-
des, los niños tendrían que aprenden a prestar "una atención
e~cr~pulosa a la formulación" de la pregunta. La atención al Pigura 6.1. RABANITOS.
slgmficado de las palabras y expresiones desprovistas <te sus
rasgos contextuales y de enronación es una característica normal equivocada, con unagran flor azul. No sólo el niño tenderá a culpar
de lo escrito, peru no lIel di::SCur80 conversacional ordinario. Por al otro por haber escogido la fiar azul equivocada, también preten-
ende, constituye una parte importante del discu rso oral y del derá que lo que realmente pidió fue la flor azulpequena. E::ioera lo
escrito en la escuela (Watson y 0150n, 1987). que quería el hablante, pero, según nuestros estándares, no es lo
La comprensión de 105 niños de las intenciones de un emisor que ha dicho. A la edad de siete u ocho años, los niños distinguen
respecto del r~eptor ha sido analizada en casos en los que lo que lo que el hablante dice de lo que "debería haber dicho~ , "lo que quiso
u.n h.ablante dIce no es una representación completa o literal de lo decir" o lo que "deseaba" (Torrance y Olson, 1985).
slgntficado o pretendido. Estas condiciones se producen cuando un En ese período, los niños no sólo llegan a comprender las
niño oye un enunciado ambiguo, cuando encuent ra un acto de posibles discrepancias entre las intenciones del hablante y sus
habla indirecto y cuando encuentra alguna forma de discurso expresiones, sino que además comprenden que las interpretacio-
metafórico o irónico. nes del oyente pueden discrepar de sus propias in terpretaciones de
Robinson, Goelman y 0 1son (1983) demostraron que los niños un enunciado. Ruffman, OI80n y Torrance (1990) publicaron un
en edad preescolar tienen graves dificultades para distinguir lo estudio en el cual varios niños escuchan a un hablante decir a un
que un h.abl~te dice de lo que quiere decir. Como Lucy en la oyente que un j uguete determinado está en "el cajón rojo" cuando,
famosa ~ls~neta de Charlie Brown, los niños, y tal vez muchos en realidad , hay dos cajones rojos. Al niño al que se le mostró cuál
adultos, lllsl~t~n e~ qu: ~on cosas idénticas (véase figura 6.1). de los dos cajones rojos contenía el juguete se le pregunta luego si
En un tJplCO eJerCICIO experimen tal, una niña de cin co años el oyente sabrá en qué cajón está el juguete. Los niños menores de
separada de otra niña y de un grupo de imágenes por medio de un~ cuatro años dicen que lo sabrá; los mayores de cuatro dicen que no.
pequeña barrera, qu~ría una imagen en especial con una pequeña Así, ocurre que en la última etapa preescolar y en los primeros años
flor azul en ella. Le pIde a la segunda niña que escoja la imagen de de escolaridad, los niños comienzan a comprender algunas de las
la "nor azul". La que escucha escoge y le ofrece una imagen relaciones entre un enunciado y las intenciones de los hablantes y
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'las interpretaciones de los oyentes. En ambos casos, distinguen lo había ~oído correcta o incorrectamente". El orden de los dos tipos
que significa una oración o aquello a lo que ésta se refiere de loque de pruebas se equilibró. Como se esperaba, los niños menores de
el hablante quiere decir o el oyente comprende. cuatro años fueron incapaces de juzgar correctamente cuándo
A esa edad, los niños también comprenden que alguien pueda Teddy debía recibir una recompensa, tanto para los ftems verbatim
malinterpretar, es decir que, dado un mensaje ambiguo, alguien como para los de paráfrasis. Tres cuartas partes de los niños entre
pueda tener una creencia errónea. Un ejemplo sencillo se encuen- cuatro y cinco años cumplieron correctamente con las pruebas de
tra en un estudio de Ash, MacLaren, Torrance y OIson (1991). Se paráfrasis, pero fallaron en las verbatim. Sólo los de seis años o
les mostró a diversos niños tres pequeños bloques de madera, dos más fueron capaces de responder satisfactoriamente en ambas
de los cuales eran blancos. A uno de Jos niños se le mostró que, en pruebas. Lo que encontraban más difícil era negarle la recompensa
la parte inferior de uno de los bloques blancos, había una estrella a Teddy cuando éste debía repetir con las mismas palabras "Big
dorada. Un segundo niño (o un títere) era luego introducido y se le Bird tiene hambre", pero decía una paráfrasis verdadera "Big Bird
decía que ~La estrella está bajo el bloque blanco". Luego se le quiere comida". Así pues, aunque podían repetir un enunciado
preguntaba:"¿Puede el oyente pensar que la estrella está bajo éste verbatim como Jo demostraron Hedelin y Hjelmquist, sólo cuando
(señalando al mismo tiempo el bloque blanco que los participantes tienen seis años o más son capaces de distinguir sistemáticamente
sabían era el incorrecto)?" Los niños de cinco años o más dijeron entre una repetición verbatim y una paráfrasis. Se trata de una
que podía pensarlo; los menores, que no. combinación de lo dicho con lo que se quería decir.
Hedelin y Hjelmquist (1988) proporcionaron un reciente Los niños eran más sensibles a 10 dicho, es decir, a "las
ejemplo de la tendencia de los niños más pequeños a identificar lo mismas palabras~ cuando se los confrontó a textos escritos (Keenan,
dicho con lo que se quiso decir. Se les mostraba un grupo de Olson y Torrance, 1990). A niños de tres y cinco años de edad se les
animales que incluía un perro negro y otro blanco; todos eran mostraron dibujos de objetos simples debajo de los cuales había
alimentados por turnos, excepto el perro blanco que permanecía leyendas simples. Un dibujo, por ejemplo, mostraba a Charlie
fuera del lugar donde se daban los alimentos. Se les pidió a los Brown, el célebre personaje de historieta, y debajo estaba impresa
niños que le dieran al cuidador recién llegado el mensaje "El perro la leyenda "Charlie". Se les dijo que se trataba de una imagen de
tiene hambre". El cuidador, después de escuchar el mensaje Charlie Brown y que debajo decía "Charlie". A continuación, se les
referido de los niños, preguntó: "¿Dijeron que el perro blanco tiene formuló una serie de preguntas, una de las cuales fue: "¿Es la
hambre?~ La mayoría de los n iños de tres años respondieron que imagen de un chico?", y contestaron que no, indicando una tempra-
sí, identificando 10 dicho con lo que se pretendía decir. La mayoría na comprensión del hecho de que los textos conservan una forma
de los niños de cinco años respondieron que no. Alrededor de esa verbal, no un conjunto de significados. Así, si bien los niños están
edad, la mayoría de esros niños suecos hicieron la distinción, al satisfechos de decir que el hablante "dijo" algo cuando ese algo era
menos en los casos más sencillos. sólo el significado pretendido, están menos dispuestos a hacerlo
Torrance, Lee y OIson (1992) llevaron a cabo un estudio cuando se trata de un texto escrito. Bonitatibus (1988) fue el
similar en un grupo de niños entre tres y diez años, para ver si primero en publicar este tipo de hallazgos.
podían distinguir u n enunciado de una paráfrasis. Se les pidió que El descubrimiento infantil de la distinción entre lo dicho y lo
elaboraran juicios sobre si "Teddy Bear" debía o no ser recompen- que se quiso decir se basa en un conjunto bastante generalizado de
sado sobre la base de cómo respondía a diversos pedidos. En una distinciones que los niños adquieren cuando comienzan a com-
serie de pruebas, la tarea de Teddy era decir exactamente lo que prender los estados mentales alrededor de los cuatro o cinco años
un personaje, Big Bird, había dicho al entrar en la cocina. Eran de edad, a los cuales podemos referirnos, según Perner (1991),
prue~as verbatim. En una segunda serie de pruebas, la tarea de como metarrepresentaciones de "primer orden". Comienzan a
Teddy consistía en decir lo que la persona quería; no tenía que comprender la posibilidad misma de que alguien pueda creer en
"usar las mismas palabras". Estas eran pruebas de paráfrasis. Las algo falso. Comienzan a adscribir los pensamientos a sí mismos y
pruebas de verificación fueron precedidas por pruebas de práctica, a otros, a comprender los trucos y sorpresas, y a distinguir las
en las cualos se ayudaba a los niños en sus juicios sobre si Teddy acciones accidentales de las intencionales (véase Astington, Hams
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y Olson, 1988; Perner, 1991; Wellman, 1990). H acia la misma que 10 que los niños han logrado en el "primer orden" es una
época, aprehenden la idea de que una creencia puede ser falsa , y comprensión de la comprensión; lo que adquieren en el "segundo
también la idea paralela de que un enunciado puede ser falso; orden" es una comprensión de la interpretación. En el primer nivel,
comienzan entonces a comprender nociones como mentira y secre- caracterizan las creencias y las intenciones de los hablantes y
to. Al parecer, existe una estrecha relación entre los conceptos oyentes exclusivamente desde su propio punto de vista. Los niños
expresados por el verbo realizativo "'decir" y el verbo de modalidad comprenden que alguien pueda malinterpretar . siempre y cuando
epistémica "pensar". Los niños occidentales adquieren estos con- eljuicio esté formulado desde su propia perspectiva,yellos mismos
ceptos básicos muy tempranamente, y es poco probable que no se pueden aceptar que habían malinterpretado una vez que descu-
trate de algo universal, aunque la investigación al respecto apenas bren la verdad de la cuestión. Pero no logran descubrir cómo el
ha comenzado. conocimiento es visto por quien lo sostiene. Todavía tienen que
Sin embargo, comprender la int.encionalidad no implica la aceptar la posibilidad de las creencias de otros acerca de la
comprensión de la intención comunicativa, de lo que uno quiere comprensión correcta e incorrecta. Cuando realizan una afinna-
decir a través de lo que dice o escribe. Esto depende de cómo uno ción pueden saber lo que quieren que un oyente piense, pero no
quiere que el oyente piense ,o cómo uno piensa que el oyente piensa, saben aún o no son capaces de prever qué es lo que un oyente
relación ésta de segundo orden. Es por ello que los niños occiden- pensará que ellos quieren decir. No hacerlo es identificar el signi-
tales adquieren los conceptos de significado un poco más tarde, y ficado de una expresión con la propia interpretación de ella.
tal vez no todos los adquieran. La tendencia a identificar la propia interpretación con lo que
Para enfrentar este problema de la intención comunicativa, el texto o el autor del texto dice sigue siendo un problema a lo largo
los niños deben adquirir alguna noción de subjetividad, es decir, de de los años escolares. Sfse les pide a los niños que distingan lo dicho
cómo se les presentan las creencias a quienes las sostienen. de las inferencias que han extraído en el curso de la interpretación
Mientras que a los cuatro o cinco años los niños podrían decir, de lo dicho, aun los de ocho y hasta diez años de edad se equivocan.
desde su propio punto de vista, que alguien sabe (falsamente) o Beal (1990) leyó relatos en los que había una inferencia implícita,
conoce (verdaderamente), sólo cuando tienen seis o siete años de y se le pidió fl un grupo de niños que indicnrRn ¡::¡i Poi relato realmente
edad comienzan a aprehender que quien sostiene una creencia "decía" el hecho implicado. Uno de los relatos era:
falsa "piensa que sabe", metarrepresentación de "segundo orden"
<Perner, 1991). Si bien a los cuatro o cinco años, los niños pueden La familia de Cindy fue a la playa. Cindy hizo un castillo de
aprehender que Juan piensa falsamente algo, tienen dificultades arena. Las olas eran enormes ese día. Su castillo de arena fue
para afirmar la propia actitud de Juan respecto de esta creencia. destruido. Su padre le ayudó a construir otro.
Cuando se les pregunta: "Si le preguntamos a Jua n , 'Juan, ¿sabes
dónde se encuentran los chocolates?', qué diría J uan?", estos niños Luego se les preguntó si el relato "decía" que las olas habían
contestarían, erróneamente. "No" (Perner y Howes. 1992). Y si destruido el castillo o si se lo habían "imaginado". Sólo los niños de
bien comprenden que Charlie le está trayendo a Lucy, inadverti- nueve y diez afios contestaron correctamente que lo habían imagi-
damente, un par de 'Zapatos equivocados, cuando se les pregunta: nado. Beal concluye: "Una vez que el niño ha interpretado el texto,
"¿Charlie piensa que está trayendo los zapatos que Lucy quiere?", las palabras de éste parecen representar literalmente s u interpre-
estos niños contestan, erróneamente, "No" (Olson, Howes y tación. El niño no puede, pues, identifi car claramente las inferencias
Torrance. en preparación). Así pues, aunque no tengan dificulta- y suposiciones que ha hecho para comprenderlo" (p. 1022). Resul-
des para atribuir convicciones, pueden tenerlas para comprender tados similares fueron obtenidos por otros autores (Ackerman,
la actitud de otros respecto de sus creencias, o para acordarles un Szymanski y Sil ver, 1990; Bell y Torrance, 1986; Newman, 1982).
estatuto subjetivo apropiado a las propias. Esto es lo que entraña Cuando hacen inferencias en el proceso de interpretación, incluso
la comprensión de la intencionalidad comunicativa, es decir, lo que los niños mayores y algunos adultos son incapaces de reconocer
un emisor piensa que un receptor piensa. que ha tenido lugar una interpretación; la proyectan sobre el texto,
Para referirnos a una distinción anterior, podríamos decir pretendiendo que éste en reali.dad mencionaba el hecho inferido.

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Probablemente, deberán ser más sofisti cados aún para reconocer promesa no es tal a menos que sea mantenida! Como se dijo, si bien
que el texto implicaba el hecho, y que no se trataba de una simple es muy verosímil que los conceptos metarrepresentacionales de
inferencia del lector. primer orden sean universales, es posible que los de segundo orden
Astington y Olson (1990) les presentaron a estudiantes uni- no lo sean.
versitarios la siguiente pregunta con elección múltiple: Una vez que han aprehendido la distinción entre lo dicho y lo
signifi cado, los niños están en condiciones para abordar las com-
Manana es el cumpleafi os de Adam. Bárbara sale a hurtadillas plejas relaciones entre ambos, incluyendo los actos de habla
de su casa para comprarle un regalo, cuando él la ve y le pregunta indirectos y los usos figurados dellenguaje.
adónde va. Bárbara dice: "No tenemos leche. Voy al almacén".
Bárbara quiere decir que va a comprar leche. Interpretación de Jos actos de habla indirectos
Bárbara confiesa que va a comprar leche.
Bárbara afirma que va a comprar leche. Aun los niños pequeños interpretan adecuadamente los actos
Bárbara implica que va a comprar leche. de habla indirectos, en virtud de s u adecuación a contextos deter-
minados y a relaciones sociales determinadas. Se ha observado
Sólo la mitad de los estudiantes eligieron el verbo correcto que los maestros dicen a sus alwnnos: "Oigo hablar", o "Veo a
"impUca"; la mayoría eligieron "aruma". Tal vez sólo aquellos que alguien masticando goma", cuya intención es la de evitar que
han sido "educados estrictamente", como expresó una vez J . L. hablen o mastiquen. Las afirmaciones de los maestros son usadas
Austin , notarían la diferencia. Sin embargo, queda indicada la e interpretadas por los niños como órdenes disfrazadas (Sinclair y
dificultad de los lectores para distinguir lo afirm ado de lo mera- CouJthard, 1975).
mente implicado, es decir, lo dicho de lo significado. Aun cuando la fuerza ilocucionari a de un enunciado esté
Esla distinción es fundam entru para toda interpretación, expresada verbal mente, esa expresión puede ser ignorada si está
pues permite la e3pecif'icació1J illlltlpendiente del significado en la en desacuerdo con los indicios informales, no verbales. En uno de
lengua (lo dicho) y de la intención comunicativa del hablante (lo nuestros estudios, se les pidió a niños de edad preescolar que
signifi cado). No se trata sólo de aprender más sobre la lengua, sino repitieran algunos enunciados, como "Digan 'los pollitos tienen
de aprender simultáneamente algo acerca de los estados intencio- plumas''', a lo cual respondían diciendo "Los pollitos tienen plu-
nales. Esta es la base para la hipótesis de que la cultura escrita, mas". Pero cuando les dijimos "Digan 'Sién tense"', se sentaron de
que focal iza precisamente lodicho, está relacionada con una mayor inmediato. Cuando se les dijo "Cuéntenme si pueden poner la
comprensión de la subjetividad, precisamente de lo significado. moneda en la taza", pusieron la moneda en la taza. En tales
Este es el tema del penúltimo capítulo del libro. contextos , los niños tienden a interpretar un pedido de informa-
Los conceptos para referirse a lo que una persona o un texto ción como una orden de acción (Mitchell-Kem an y Kernan, 1977;
dice y significa son fundamentales para los más elaborados con- 0180n, 1980).
ceptos de actO de habla y de modalidad epistémica, que son lugares Un oyente j uzga la fuerza ilocucionaria de los actos de habla
comunes en el discurso del adulto alfabetizado, conceptos como indirectos en parte gracias a indicios no verbales, inaccesibles para
suponer, inferir e interpretar. Por ejemplo, el concepto de interpre- los lectores. Como la escritura sólo representa la forma gramatical
tar puede estar compuesto por la coordinación de dos representa- de un enunciado, es necesario diseñar medios alternativos para
ciones de primer nivel, en este caso, "pensar que esto significa"; señalar de qué modo debe interpretarse un enunciado. Estos
comprender, por otra parte, puede ser el producto de coordinar medios son ante todo léxicos, ya sea a t ravés de la caracterización
conceptos más sim ples: "saber que esto significa" (Olson y Asting- del modo: "I.iteralmente hablando" o "alarmado". como nombrando
ton, 1990). Astington (1988) halló que sólo al promediar los años el acto de habla en cuestión: "Prometo que ... " Si no se dan
escolares, los ni ños distinguen con éxito los conceptos de afir- indicaciones sobre cómo debe interpretarse el texto, tal vez se
mación, predicción y promesa. Los niños menores piensan que requieran estrategias interpretativas más complejas.
uno puede prometer cosas sobre las que no tiene control, iY que una
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cas (Frith, 1989; Happé, 1993), en las cuales lo significado discrepa
de algún modo con lo dicho.
Los juegos de palabras presentan una dificultad análoga,
dado que operan sobre la independencia de una palabra respecto
de su s significados contextuales. Considérese el siguiente ejemplo
de la respuesta de un niño de seis años a una adivinanza basada
en unjuego de palabras. La transcri pción de la conversación es la
siguiente:

Figuro 6.2. SAu.v FORTH. Adulto ¿Qué es 10 que tiene cuatro ruedas y vuela (j1ies)?1
NOÑo No responde.
Interpretación d e las figuras del discurso Adulto Es un camión de basura: tiene moscas (jlies ) volando
alrededor.
Nmo Los camiones de basura no pueden volar.
La ironía, el sarcasmo, el sobreentendido y la hipérbole son
Adulto No, pero las moscas sL
c?so~ en los cuales l? que el hablante quiere decir difiere del Pero las moscas no tienen ru~d as.
Nrno
slgn~ficado del e~~clado convencionalmente expresado. A dife-
Adulto Es verdad. No te resultó gracioso.
re~cl a de la.amblgueda~, en la cual no se logra proporcionar toda
NIÑO No.
la mfo,:maclón necesana, estas figuras del discurso son "literal- (Notas de laboratorio, septiembro de 1988)
~e?te falsas. Si uno ha sido estafado por un socio y lo cuenta
dICIendo. "Es un buen amigo", la incongruencia entre el significado Los niños no logran ver que la palabraflies puede interpretar·
conv~~clOnal de la expresión "buen amigo" y la situación en la cual se de dos maneras. La solución para osos problemas de com-
es utIh~ada, especialmente si está acompañada de un tono irónico prensión depende, pues, de la comprensión del hecho de que las
(Capelh, Nakagawa y Madden, 1990; pero véase tambión Winner palabras y htl:i oraciones pueden tonerun significado innependien-
y Leekam, 1?91 ), e~ suficiente para permitirle al oyente detectar te de las intenciones del hablante. Esta comprensión requiere la
I~ que se qUIso deCIr: "No es un amigo". Cuando se presentan a adición de nuevos conceptos al inventario del niño; entre otros, el
ruños ~firmaci ones irónicas como la anterior , tienden a procesarla concepto de palabra y su significado en contraste con el concepto de
como SI fuera verdadera (En realidad, es un buen amigo, después pensamiento o intención expresados por esa palabra.
de todo), como una mentira (El hablante está mintiendo) o co El argumento es que, si bien la interpretación es necesaria
un error (El hablante quiere decir un amigo terrible) hasta'losoc~~ para toda lengua,los conceptos de interpretación pueden desarro-
o nueve años de edad (Winner , 1988; Winner et al. , 1987). Este Uarse en los niños ya ingresados al sistema escolar . Esto también
punto es tá magníficamen te ilustrado por la historieta Saliy Forth s ucede con la comprensión del género o las formas del discurso.
que se muestra en la figura 6.2.
. La ironía situacional implícita en estos casos, como la del Comprensión del género
pSIcólogo que s ~e un colapso nervioso, o el zapatero cuyo hijo va
d~scalzo (Lucanello, 1989), también tienden a escapárseles a los Más arriba sefialamos las dificultades para interpretar la
mn.os ~ ás pequeños. Los sujetos autistas, cuya dificultad suele B
[rase nominal "Todos los hombres en la Declaración de la Inde-
atnbUIrse a una falta de comprensión de los estados mentales de pendencia de los Estados Unidos. ¿El 6utorestá hablando ~aproxi­
los de~ás (y de sí mismos), son capaces de procesar los enunciados madamente" o "con precisión"? ¿Se trata de la constatación de un
como SI fuer~n mensajes codiHcados, pero no logran procesarlos hecho o de un ideal teórico? Nada de esto se especifica en el texto,
como expreSIones de la intención de otros. En consecuencia no
suelen aprehender la ironía, la broma y las expresiones metaióri-
1. En inglés, ~mQscas" y "vuela" son hOTl)6fonos (jZies) [T.J
157
156
1e modo que la determinación de las intenciones de los autores sólo Que el comienzo de tu poema, como un sirviente solícito, dé la
)uede efectuarse gracias a algunas suposiciones interpretativas. bienvenida al tema tratado. Que el medio, como un anfitrión
Los niños adquieren el conocimiento de estos géneros y de las responsable, lo hospede. Que el final, como un heraldo que
mposicion.es interpretativas adecuadas para cada uno durante la anuncia la conclusión de una prueba, lo despida con el debido
,scuela media, si es que lo adquieren. respeto. En cada sección, que cada cosa a su manera honre al
El modo en que un·enunciado debe interpretarse depende de poema; que nada, en ninguna sección, naufrague ni se eclipse.
m forma retórica o género: alegatos, sermones, relatos, poemas, (Murphy, 1971, p. 35)
>arábolas, prosa narrativa y expositiva, etc. Nuestra pregunta es
le qué manera la escritura altera el género y, sobre todo, si permite También los sermones debían tener una forma adecuada que
a formación de géneros distintivos, tales como la prosa lógica. consistía en: introducción, división, prueba, amplificación , unifi-
,Cómo adquieren los niños estas distinciones? cación y conclusión . Además, se podia recurrir a cualquiera de las
Bruner (1986) propuso la existencia de dos clases de géneros treinta y cinco figuras de dicción, las diecinueve figuras de pensa-
iterarios que especifican dos modos distintos de pensamiento y a miento, o a los diez tropos de ornamentación.
os que llama modos narrativo y paradigmático. E l narrativo es La forma retórica es el producto de diseñar textos extensos
nás importante, dado que inventamos relatos y continuamente los CQll el fin de controlar, en la medida de lo posible, el modo en que
·evisamos en el intento de hacer que los hechos, incluyendo la audiencia debe interpretarlos. En tanto tal, está dada por
mestras propias vidas, sean más comprensibles para nosotros dispositivos para manipular la fuerza ilocucionaria. Y como la
nismos y para los demás. Los modos paradigmáticos son medios interpretación requiere que se detecte cuál es la intención respecto
netarrepresentacionaJes para que estructuras narrativas como "y del auditorio, es necesario el conocimiento de la forma retórica.
~ntonces" se transformen en relaciones expresadas en prosa lógica Si bien la retórica medieval se centraba en los medios para
'coherente. Aunque ambos modos tienen sus equivalentes oral y producir determinado efecto sobre el oyente o el lector, la teoría
'BCrito, el segundo es especiahuenf..e importante para la formación hermenéutica moderna se centra en los medios para producir
'scrita de una "tradición de investigación documentaria". · Los comprensiones compartidas. Por ende, el tipo de competencia que
·elatos pueden contarse y volverse a contar, cambiarse y revisarse, los estudiantes de la actualidad deben alcanzar no es solamente la
)ero el producto no es un texto. Lo actualizado es el relato, no el aprehensión de la forma retórica, sino comprender algo de la
exto. Esto contrasta con la tradición de documentos escritos, en la mente del autor o de las suposiciones del autor acerca de la mente
ual no sólo el relato es objeto de análisis y revisión, sino también del lector.
~l texto mismo (Eisenstein, 1979). Los textos acumulativos y ¿Cuál es el progreso que los niños hacen en esta dirección? Si
:inópticos como los mapas son producto de muchas mentes y de bien hasta los niños muy pequeños pueden reconocer bromas,
nuchas manos; no sólo son compilados sino también coordinados, adivinanzas, relatos y poemas, los estudiantes mayores y los
:riticados y reorganizados en estructuras de gran poder explicati~ adultos alfabetizados tienen dificultades para reconocer los indi-
'o. Estos textos son uno de los grandes legados de toda t radición cios retóricos mediante los cuales un autor indica cómo debe
~scrita. interpretarse un texto escrito o para reconocer que un texto puede
Los textos no narrativos toman una variedad de formas que interpretarse de un modo distinto del primero que se presenta a la
mn evolucionado históricamente. Murphy (1971) tradujo y editó mente.
·ecientemente tres textos retóricos medievales, uno sobre la escri~ El avance central en la lectur a crítica de textos es una nueva
ura de cartas, otro sobre poesía, y el tercero sobre prédica. Una conciencia de lo que un texto pudo haber significado o pudo
:arta debía estar dividida en cinco partes: saludo, expresión de signifu.ar a un lector supuesto. A menudo, los lectores no alcanzan
mena voluntad, narración, petición y conclusión. Un poema, a comprender cómo los textos pueden ser entendidos o
:egún La nueva poética de Geoffrey de Vinsauf (ca. 1210 d.C.), malentendidos por otros lectores. Los niños deciden lo que un
.eIÚa que tener la siguiente forma (qué cito textualmente, pues el poema significa, en lugar de "decidir qué creer que [un) poema
.exto ejemplifica lo que describe): significa" (Norris y Phillips, 1987). S610 lo último pone el acento en
l58
159
el proceso de decisión. Haas y Flower (1988) también señalaron creencias tienen que ser reconceptualizados, pues desempeñan
que, aunque sean capaces de hacer paráfr asis y resúmenes correc- ciertos papeles en la estructu ra de un discurso, por ej~~plo, el
tamente, algunos estudiantes presentan una limitada capacidad papel de una suposición o de la evidencia para una SUpOSICIón, que
para analizar y criticar. Wineburg (1991) señaló que aun los un lector supuest o reconocería. Pero los autores debutantes sólo
estudiantes informados dirigen su atención a lo que un texto suelen ser capaces de realizar afirmaciones sobre un tema, y
significa, a su signifi cado referencial, mientras q"ue los hi storiado- tienen dificultades para indicar cómo debe el lector interpretar
res profesionales que leen los mismos textos están mucho más esos enunciados. El problema consiste en controlar la fuerza de un
preocupados por las intenciones del autor y la forma retórica. Estos enunciado más que su contenido. .'.
últimos distinguen lo que el autor intenta hacer creer a un lector Ya hemos analizado la creciente competencIa de los runos
de lo que ellos mis mos desean creer. Los estudiantes no pueden para interpretar enunciados y textos, y su co~res~ondiente
preguntarse a sf mismos"¿Por qué el a utor está diciendo esto? ¿qué metaconocimiento de lo que entraña fonnular y JustIficar una
suposiciones hace el autor acerca de la audiencia? ¿qué quiere el interpretación . Aprender a abordar textos escritos es un hecho
autor que el lector piense? ¿estoy pensan!io eso efectivamente?", significativo, dado que enfrenta a ~os niños con t extos en los cuales
etc. Leer un texto desde el punto de vista retórico es ubicar el texto el contenido proposicional está blCn representado, pero ps:a los
no sólo en su contexto sino también en términos de sus supuestos cuales las indicaciones de la fuerza ilocucionaria se han perdido en
autor y receptor. Se puede argüir que la dificultad estriba en que gran medida. Los lectores deben aprender un imPOr:an~ conjunto
tanto los lectores como las teorías psicológicas postuladas para de conceptos, y a u sar s utiles indicaciones ~ara mfenr cómo el
explicar el proceso de lectura se centran en la recu peración del autor quiso ser interpretado. Cuando se les pide que ~omen~n ~as
contenido, como si el autor fuera irrelevante y como si el lector diferencias entre un artículo de divulgación y un articulo clentlfi-
común fuera el lector al que se apunta. ca, ni siquiera los estudiantes de los primero~ años de univ~rsidad
Wineburg (991) desarrolló recientemente esta perspectiva, pueden identificar su diferente pr~denc18 (J. '!l. Asllngton,
atribuyendo a Gibsnn (1950) la intuición de que un intérprete comunicación personal). Cuando 108 runos son conscientes de ~stas
adiestrado es consciente de dos lectores, él mismo como IAct.or r p.R 1 indi~R ciones Y las co mparten dentro de una comumd ad
y un lector "simulado". El lector s imulado es un modelo de lo que interpretativa, adquirirán un a hermenéutica, una ciencia de la
un lector hipotét ico pensaría al oÍro leer un texto; el lector real es interpretación.
un modelo de lo que el lector realmente piensa. Con algunos textos
no existe ninguna brecha entre estos dos lectores modélicos; pero La hermenéutica oral
en otros casos, el lector real puede adver tir la brecha entre lo que
el emisor pretende que crea el lector supuesto, y lo que lector real Aunque la hermenéutica se origi~ó com,o .una ci~ncia de la
está dispuesto a creer. Cuando la brecha es lo basLante grande, interpretación de textos escritos, tambIén ~s ubl anah~ar, breve·
puede conducir a la crítica o al rechazo del texto. mente cómo se manejan los problemas de mterpretaclón ~n una
Algunas de las dificultades que lienen los niños para apren· tradición oral. La hermenéutica de una tradición letrada tiende a
der a escribir prosa expositiva puede explicarse del mi smo modo. centrarse en el fra seo preciso y la gramática del texto, así como en
P ueden recordar algunos hechos y teortas, pero no son tan hábiles el sesgo del autor y su intención con el fin de desa:rollar regl~s y
para conservar en la memoria de qué modo la enunciación de esos procedimientos explícitos para irde un texto a una m.u:rpretaclón.
hechos y teorías puede ser interpretada por otros lectores, o de lo Comparemos estos procedimientos con los de las tradiCiones orales
que puede convencer a un lector indiferente. En consecuencia, los que examinamos en el capítulo precedente. .
niños adoptan la "estrategia de contar conocimiento", en la cual Feldman (1991 ) y McKellin (1990) proporcIOnaron elocuentes
simplemente infonnan lo que recuerdan sobre un tema (Scarda· ejemplos de los diversos modos de interpretación ~resentes e~ las
malia y Bereiter, 1985). Sólo más tarde comienzan a adaptarse a sociedades orales. Feldman analizó las actividade: 10 te~re~ tivas
las exigencias retóricas de un fragment o escrito y a coordina r el involucradas en el abordaje de géneros "orales espeCIahzados.
conocimiento disponible con sus objetivos retóricos. Los hechos y Estas formas de discurso son ejemplos de las formas "marcadas"

160 161
podía implicar que el dador estaba disconforme o infeli z con el
descriptas anteriormente por Bloch (1975), en ~l .sentido de que modesto regalo que había recibido en una ocasión anterior. Cuan-
entrañan una forma determinada de lengua, el1llbda de un mo10 do se ofreció esta interpretación, el dador la negó, diciendo simple-
especial, y empleada en contextos especializados c~~ un fm deter- mente que los cocos estaban a mano: no transmitían ningún
minado. Feldman elige estos géneros para el análiSIS .porque son significado. Un año y un segundo regalo modesto después, el
claros casos de uso en los que 10 dicho es metafórico o ambiguo y, receptor de los cocos fue regañado y recordó los anteriores cocos
por ende, se transforma en objeto de interpretación. por ~arte de brotados, que ahora parecían haber sido ofrecidos como una
otros. Estos "textos" se caracterizan por su referenCia obhcua, su advertencia el año anterior.
ambigüedad y sus evasivas de distintos tipo, y están diseñados Estos episodios ejem plifican el uso de las formas del discurso
para hacer surgir discusiones sin ofender seri~ mente al oyente. ~l indirecto que son objeto de interpretación y que consideramos un
fra seo y la repetición aseguran el almacenarmento en la memona tipo especial -"discurso envuelto", como se refieren los wana a su
de las expresiones cruciales, que podrán luego ser objeto de poesía-, y que establecen modos de interpretación diferentes de
análisis posteriores y proporcionar los fundamentos para un acuerdo los del "di scurso llano". También ilustran un tipo de discurso
consensuado acerca de la interpretación, que puede ir más allá de indirecto en el cual se di stinguen los significados directos e indirec-
10 que realmente se dijo. El método es admirablemente adecuado tos como por ejemplo, los cocos, como significado "real" y "queja"
para resolver desacuerdos que, de otro modo, ~a~ con vertir~ como significado indirecto.
en seri os problemas personales y sociales. La provmcla de Qntano Nuestra pregunta es cómo estas distinciones se relacionan
ha reconocido recientemente la importancia de este procedimiento con aquellas que hemos examinado en las culturas letradas. Para
en la resolución de los problemas sociales mediante la legalizaci ón si mplificar , digamos que parece haber escasos problemas
de la "justicia nati va" como alternativa al más formal procedimien- in lerpretati vos que no puedan manejarse en con textos orales, cara
to judicial. a cara, aunque puede haber algunas categorías de acontecimientos
Paralelamente, McKellin (1990) da una descripción ciPo cómo lingiUsticos que están menos diferenciadas en las culturas orales
los problemas socia les potencialmente peligrosos son tratados por que en las letradas. Recuérdense al respecto los hallazgos de
los mangaleses de Papúa, Nueva Guinea. También en este caso, el Heeschen (1978), a los que hicimos referencia en el capítulo
género incluye el uso del discurso alegórico con procedimientos precedente, de que entre los eipo las figura s del discurso como la
hermenéuticos para llegar a un acuerdo acerca de la interprel;a- ironía y el sobreentendido no se distinguían de las mentiras. Y
ciÓn. Los mangaleses evitan las exposiciones o los análisis abiertos recuérdese el dato de Duranti (1985) sobre los samoanos tradicio-
de las intenciones y, en consecuencia, plantean su propia compren- nales: parecían remisos a pensar la intención de significado como
sión de la conducta de otros a través de metáforas y de una oratoria algo separ ado de lo realmente dicho. Además, como señalamos en
alegórica, fichas simbólica s e interpretación de sueños. Las alego- el capítulo 2, la noción de significado literal puede ser exclusiva de
rías, "Ha'a", son una forma de discurso velado en el cual ha~l ar las tradiciones derivadas de Aristóteles. l...os problemas interpre-
sobre el fruto de la areca, por ejemplo, puede referirse en reahdad tativos surgen principalmente en la interpretación de los textos
a un acuerdo matrimonial o al intercambio de un cerdo. Una ficha, escritos porque, como señalamos en el capitulo precedente, la es-
así como el fruto de la areca con un dibujo grabado, puede critura proporciona escasa indicaci ón sobre cómo deben tomarse
representar el mismo mensaje. Cuando se presenta una ficha así, los textos. Para abordar un texto escrito se requiere una herme-
quienes la reciben son libres de interpretarla a voluntad, dado que néutica explícita y elaborada. Una vez adquirida, esta maquinaria
la alegoría no es más que una insinuación o alusión a su significado interpretativa puede, desde luego, volver a desplegarse para el
"intencional ~. Buena parte de la conversación puede desarrollarse análisis del discurso propio y el ajeno. De este modo, los conceptos
el
como si "significado" de la alegoría y el oferente pudieran negar de formulación, significado e intención; de distinción entre decir y
que signifique algo si el mensaje amenaza provocar una confron- querer decir, entre literal y figurado, pasan al dicurso escolar y a
tación. Sin embargo, los significados son compartidos con éxito. la vida de la famili a alfabetizada.
Citemos un ejemplo de McKellin: se ofrecieron cocos brotados , Tampoco los géneros son universales. Reconocer un género es
casi incomibles, en un banquete. El receptor sospechó que esto
163
162
un ejemplo de reconocimiento de la fuerza ilocucionaria. Como metalingüísticas abstractas de relevancia particula~ en un género
señalamos, lo dicho se representa fácilmente en la escritura y es escrito especial. Todas las culturas tienen, presumiblemente, las
bastante fácil traducirlo a otras lenguas; cómo debe ser tomado, expresiones condicionales como wSi .. .", que son de algun.a ~anera
porque esto está expresado de manera no verbal, es difícil de equivalentes a las premisas. Lo que parece ser un~ espectalldad en
representaren la escritura y dificil de traducir. Una ilustración de el discurso letrado es el grado en que estas prá~bcas se. transfor-
la dificultad para reconocer la fuerza de un enunciado proviene de man en conceptos, se ordenan y se aplican Sistemáticamente.
los estudios de razonamiento lógico dirigidos por Luria (1976), que Todas las culturas usan expresiones indirectas, pero só~o algu~as
analizamos en el capítulo 2. Luria incluía las tareas de inferencia, distinguen sistemáticamente lo literal de lo metafóriCO y fijan
de fonna silogística, en narraciones simples: reglas para su uso apropiado. .
La hennenéutica oral y la letrada son Igualmente adecuadas
En el lejano Norte, donde hay nieve, todos los osos son blancos. para sus respectivas tareas; ambas son usos ~sJ>C:cializados ~e la
Novaya Zemlya está en el lejano Norte y siempre hay nieve. ¿De lengua y ambas requieren complejas.estrategtas mterpretatlvas.
qué color son los osos allf? Sin embargo. ya se ha señalado que dIfieren enormem~nte. En las
sociedades orales que hemos analizado, la interpretación perte~e­
Los campesinos iletrados tendían a resistir la inferencia ce a un género discursivo detenninado y ~arcado, como la or.atona,
lógica de que los osos deben ser blancos. Por cierto, respondían la poesía y el ceremonial, que se caractenzan por el uso de discurso
generalmente diciendo "No lo sé; hay diferentes tipos de osos". La indirecto de metáforas y de otros símbolos. En contexto letrado, la
inferencia de Luria a partir de estos estudios, como señalamos, era metáfora' no pertenece a un género especializado. sino que puede
que los sujetos iletrados tendían a no razonar lógicamente. Sin usarse, si está marcada como métafora, en cualquler con~x~o o en
embargo, el sujeto en cuestión había replicado luego: ~Cada loca- cualquier forma del discurso. Del mismo modo, los procedimientos
lida d tiene sus propios animales: si es blanca, sus animales serán interpretativos especiales parecen e~ta: reservad?s p.ara esta
blancos", ¡una inferencia correcta derivada lógicamente de una clase especial de discurso oral (sólo lo mdlrecto reqUIere IOterpre-
premisa! Los críticos sostuvieron que la tarea no es válida porque taciÓn). En la cultura letrada moderna, por otra parte, su.ele
::;úlo ~!:I rel~vante en un contexto escolar artificial. Opino que se suponerse que el significado d~ cada enun~iado, literal o mot~f6T1co.
t rata de un problema muy general en la interpretación del texto mientras esté abierto a la mterpretaclón, será cognOSCIble. y
escrito (aun cuando, en este caso, el texto escrito le fue leído al finalmente, hay indicios deque en las culturas oral.es el I?ayor peso
sujeto). El problema consiste en asignar una fuerza ilocucionaria está dado a la importancia del consenso en la aSIgnaCIón de una
apropiada a un enunciado cuando esa fuerza no está explícitamen- interpretación: el significado es lo que el grupo.acep~rá co~o tal.
te marcada. En el experimento, el confundido sujeto no sabe si La cultura letrada es más conducente a una diVerSidad de. mler-
tomar la expresión como la aserción de una verdad fáctica, una pretaciones; las divergencias surgen de lecturas idiosi~cráslcas d.e
conjetura salvaje, una opinión comúnmente aceptada, o una auge· textos determinados con más atención a una formulaCión determi-
rencia personal El autor pretendía que se lo tomara como una nada y, paralelamente, a una menor atención al con.te,:to '{ otros
premisa; el oyente lo tomó como una conjetura poco plausible. Ni índices no verbales de la fuena ilocucionaria. es decIr, mdlces de
el examinador ni el examinado pudieron reconocer que el problema la intención del enunciado original. . . .
residía en el género. En la cultura letrada, se han desarrollado prn,cedlmlentos
Esto no significa, sin embargo, que el problema de Luria sea especiales para abordar la infonnació? que ~e ha ~rdldo en el acto
idéntico en los sujetos alfabetizados. Como señalamos, los analfa- de transcripción, es decir, la fuerza IlocuClonan.a, supues~ las
betos son capaces de resolver problemas que se presentan como intenciones del autor respecto de la audiencia; la mterpretaclón s.e
presuntas suposiciones (Scribner y Cale, 1981). Pretender que algo ha burocratizado. Los aspectos del discurso oral que eran transmi-
es verdad no es lo mismo que suponer que sea verdad. Lo último es tidos por la postura del cuerpo, la voz y el tono son .ahora ignor.ados
necesario para el siJogismo. en el cual la suposición se transforma o reconstruidos, a menudo laboriosamente, a parttr de otr~s pIstas
en una premisa. Las premisas y las suposiciones son nociones dentro del texto, o explicados mediante un nuevo COIlJunto de

164 165
conceptos y un nuevo género discursivo. Una vez en posesión de los
conceptos explícitos para interpretar los textos, podemos verlos
--como el señor Palomar- como útiles para interpretar cualquier
otra cosa. Pero, como veremos en el capítulo siguiente, estas
suposiciones interpretativas también han cambiado histórica-
mente. Sus cambios constituyen puntos de inflexión en la historia 7
de la lectura y del pensamiento.
Una historia de la lectura: del
espíritu del texto a las
j
intenciones del autor
I
Los lectores [d el siglo xrr] examinarían los textos con una suerte de
criticismo redaccional, preparando sus ediciones y buscando epifa.
nías entre Uneas. (K F. Morrison, 1990, p. 68)

Los cambios conceptuales que marcaron el comienzo de la


modernidad, es decir, aquellos que se produjeron entre la Edad
Media y el Ronacimiento, pueden relacionarse con d uprendizaje
de una nueva manera de leer. Esta consistió en dejar de leer entre
líneas para leer lo que estaba en las líneas, dando mayor importan-
cia a la información explícitamente representada en el texto. Los
nuevos modos de lectura dieron origen 8 nuevos modos de escribir
textos, y esto a su vez dio lugar a nuevos modos de pensamiento
acerca del mundo y la mente. Estas son las propuestas que
examinaremos en este capítulo y en los dos siguientes.
Prácticas completamente diferentes pueden recibir el nom-
bre de lectura. Uno de los grandes aportes de los historiadores ha
sido mostrar que los modos de lectura han cambiado históricamen-
te. Estos cambios surgen de.la estructura de los textos mismos y de
las suposiciones acerca de18ignificado de un texto. Siguiendo la
teona desarrollada en el capítulo precedente, taJes cambios histó-
ricos pueden verificarse en los procedimientos analizados para
determinar cómo deben interpretarse los textos: el manejo de la
fuerza ilocucionaria.
La baja Edad Media, grosso Qlodo entre los siglos Xll y xv,
suele considerarse como un perlado de hibernación para el intelec-
to, que revive en el Renacimiento. Los historiadores de la Edad
Media contribuyeron enormemente a mostrar que los avances
conceptuales asociados con el Renacimiento fueron en realidad
166 167
elabo~ados en los siglos XII y xm, mucho antes deque sirvieran como cepto detenninado de lo que entrañaba la lectura o la interpreta-
base mtelectual del Renacimiento y los movimjentos populares ción de un texto. Se trataba de una tarea que tomó gran parte del
vinculados con la Reforma. milenio, absorbió a los mejores talentos de un imperio, y sentó las
., La actitud respecto de los textos - los problemas de interpre- bases para la ciencia y la filosofía modernas.
taclOn-. fue central en esos avances. Al comienzo de ese período, El problema surge del hecho de que los enunciados rara vez
se conslde.raba q~e los textos eran un recurso ilimitado que podían dicen lo que quieren decir. Implican , insinúan e indican, y también
~Im.arse mdefillldamente de significados; al final del periodo, el afirman, declaran y dermen. Como Blake, que aspiraba "A ver un
signIficado del texto está austeramente anclado en la evidencia mundo en un grano de arena", así uno podría ver los reflejos de
textual. Es~ ~oci.ón definitiva de significado de un texto permitió, significado en un enunciado o un texto. La antropología moderna
pues, una dlstmCló~ firme entre lo que un texto significa y lo que permitió intuir que las culturas pueden considerarse un tipo de
en él pued.e ver algUIen demasiado entusiasta, así como una nueva ~texto", que puede caracterizarse o interpretarse de manera ilimi-
com.pr~n slón de la rel~ción entre lo objetivamente dado y lo tada por medio de "descripciones densas" (Geertz, 1973).
subjetivamente construIdo: aquello que fue interpretado de mane- Los eruditos de los tiempos de Carlomagno leían los textos
ra errónea en el texto. religiosos de esta manera. También para ellos, las palabras o
La cuestión no era sencilla, dado que el significado de un texto formas reales son sólo la punta del iceberg conceptual; los signifi-
no podía resolverse mediante un examen cuidadoso de las pala- cados reales se encuentran muy lejos de la superficie y sólo son
bras; aunque esa er~ una parte crucial del proceso, se trataba de detectables mediante la intematización y la meditación. En reali-
recuperar o hacer mgresar la intencionalidad del autor. Esto, dad, la lectura de la época carolingia es de algún modo similar a la
desde luego, se adecua a nuestro tema. Los sistemas de escritura lectura posmoderna, o respuesta del lector: lo que un texto signi-
captan ( re~resentan) fácilmente la estructura sintáctica, pero no fica es lo que elleclor piensa que significa. P ero esta suposición,
la pra~átJca; una transcripción escrita puede permitirnos cono- cuando se refiere a textos escritos tradicionales, demostró ser un
cer lo diCho, pero no cómo pretendía ser interpretado el hablante. obstáculo importan te para el nacimiento de los modos modernos de
Rec~perareste ~specto requiere un análi.sisconscienl.e, WIIi kuríli, lectura de textos y de pensamiento acerca de la n aturaleza.
una ~nterp retaclón. Así, al final de la Edad Media, Santo Tomás de Como vimos en el capítulo 5, los textos nunca son, en princi-
AquI.no a?~ció la solución al problema interpretativo de la Edad pio, representaciones completas de lo dicho oralmente. La escritu·
~ed~a dlclendo que el "significado literal" de un texto es el ra carece de dispositivos para representar la fuerza iJocucionaria
Significado al que apunta el autor. La comprensión de la lectura de u n enunciado, es decir, las indicaciones de la actitud del
p~só de las "epifanías" o revelaciones de significados al reconoci. hablante respecto de lo dicho, que el lector puede utilizar para
mIento metódico de las intenciones del autor. Analicemos este determin ar el modo en que el autor pretendía ser interpretado. La
avance en detalle. historia de la lectura es, en gran medida, la historia de los intentos
de hacer frente a lo que la escritura no representa. Por carecer de
Fijación de un texto una teoría de la fuerza ilocucionaria, los lectores y autores inten-
taron solucionar el problema de la intencionaJidad mediante los
La transi ci~~ entre memorizar lo que alguien dijo y la fijación medios tradicionales que analizamos en el capítulo 6, incluyendo
de ~ texto oTl~nal o estándar con un significado definitivo la teoría y práctica de la retórica.
mediante la ~scTltura. puede parecer simple. El texto, podría Tanto la teoría como la práctica de la lectura variaron de
~nsarse , e~ s ~plem ente un recuerdo o una transcripción de lo manera significativa desde los tiempos de San Agustín (m. 430)
diCho, y el SIgnIficado es simplemente lo que se quiso decir. Esta hasta los de Santo Tomás (m. 1274). Durante ese lapso, incluso
aparente trans~arencia de los textos escritos es, en realidad, la empezaba a aparecer el problema de la "fijación de un texto" y del
fuente de un seno problema interpretativo. El intento de desarro- "establecimiento de lo que u n texto significa", y se planteó una
llar una versión estándar --el original- requirió la evolución de serie de propuestas para resolverl o. Beryl Smalley, en su notable
un concepto determinado de texto y, consecuentemente, un con- obra The studyofthe Bible in lM Midd1e Ages (1941), estableció las
168 169
características principales de este cambio. Una gran parte de los
trabajos sobre este tema, de autores como Febvre (94 211982) desarrollar sistemáticamente la noción de una comprensión más
Febvre y Martin (95811976), así como los más recientes de Stock literal que hizo cada vez más dificil leer "entre líneas", algunos
(1983), Nicholson (984) y Morrison 0988, 1990) han contribuido autores anteriores habían dado pasos tentativos en esa dirección.
a nuestra comprensión de tales cambios. Perturbado por la atención prestuda a la interpretación
La historia de la lectura en Occidente es en gran medida la espiritual a expensas de lo literal, San Agustín (m. 430) sostu vo
historia de la lectura de la Biblia cristiana, aunque, como veremos, que todo texto tiene un significado literal y, de este modo, dio "a la
esta tradición fue profundamente influida por las tradiciones 'letra' una realidad cronológica concreta que nunca había tenido
grieg~ clásica, árabe y judía. La tradición cristiana primitiva , como antes" (Smalley, p. 10). Aunque el sentido espiritual se considera-
reacción a la preocupación judía por la "letra de la ley" y la estricta ba mucho más importante que elli leral, San Agustín sostuvo que
observancia ritual, aflrmaba que "la letra mata, pero el espíritu el primero siempre se basaba en el segundo, y que cada texto tenía
vivifica" (11 Cor., 3:5). El propósito de la interpretación era recupe- un significado literal.
rar ese "espíritu". La teoría para determina r el significado espiritual de un texlo
Además, los modos de lectura fueron influidos por las prácti- era muy elaborada. Como se mencionó, la letra se consideraba el
cas de traducción de textos sagrados. Como todo traductor sabe, la cuerpo, y uno tenía acceso al espíritu mirando "a través" del texto;
traducción tiene que estar dominada por el sentido, no por las una mirada al significado espiritual como si estuviera reflejado en
meras palabras de un texto. San Jerónimo, quien tradujo la Biblia un espejo. Sobre Orígenes, uno de los Padres de la Iglesia, dice
al latín, escribió que no hay pérdida de significado si tula palabra Smalley:
o dos se ngregan a un texto (Morrison, 1990). La lectura, basada en
La escritura era para él un espejo que reflejaba la divinidad, a
una conciencia construida a través de la traducción según el veces de manera oscura, otras de manera brillante; tenía cuerpo,
sentido, otorgaba poca importancia a las palabras de un texto. alma y espiritu; un sentido literal, uno moral y uno alegórico, los
El problema puede plantearse de la manera siguienLe. En la dos primeros para los ~creye nt.es simples~, que eran ~ in capaces
Edad Media, la letra era considerada como la forma verbal del de comprender los significados profundos", el tercero para los
texto, y el espírit.u como su significado o significación: una versión iniciados, los gnósticos, que eran capaces de investigar la sabi-
de "lo dicho versus lo significado". Pero hasta la baja Edad Media du.rea de un misterio, la oculta sa bidurla de Dios. (Smalley, p. 5,
y el Renacimiento temprano, no hubo procedimientos claros para la bastardilla es mía)
construir con precisión lo que el texto decía realmente, ni para
determinar lo que literalmente signiflcaba. El método primitivo Las disputas por el significado de un texto surgieron , sin
consistía en pensar en la palabra y su significado como análogos embargo, en el curso de la formulación de comentarios sobre un
del cuerpo y el al ma . El propósito de la lectura o de la escucha de texto. A diferencia de la tradición judía, que permitía cierta
un texto era ver el espíritu a través del texto: "Benditos sean los amplitud en la interpretación - lo más importante era la correcta
ojos q,:,-e ven el espíritu divino a través del velo de la letra", dijo reproducción oral de la forma verbal-, la naturaleza dogmática de
ClaudIa de Turin (Smalley, 1941, p. 1); Mom son, en el epígrafe de la Iglesia cristiana requería que las in terpretaciones "correctas" se
este capítulo describió ese fin como "la búsqueda de epifanías entre diferenciaran de las "incorrectas". La teoría de la interpretación
líneas" (1990, p. 68). Así pues, la exposición espiritual consistía que se desarrolló fue tOmada en gran parte de fuentes j udías y
generalmente "en meditaciones piadosas o enseñanzas religiosas á rabes,y se utilizó durante casi toda la Edad Media; ella articulaba
para las cuales el texto se usó meramente como un conveniente los significados cuádruples de los textos sagrados. Los cuatro
punto de partida" (Smalley, 1941, p. 2). El contraste de San Pablo ni veles quedaron registrados en la tradición judía mediante el
e~tre ~l espíritu y la letra "ins piró exuberantes métodos de exége- acrónimo "PRDS~, prol'l.unciado "Pardes", y que representaba las
SlS onent.ados a develar lo que no estaba dicho en lo emitido" cuatro formas de significado: P para el significado llano, R para el
(Morri son, 1990, p. 247). oblicuo, O para el homilético, y S para el místico. La exposición de
Aunque sólo en el siglo Xlii los humanistas comenzaron a Dante (m. 1321) de la perspectiva cristiana es ejemplar:
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Para q~e ~e aclare esta manera de tratamiento, puede aplicarse tico de interpretación "que sustituyó la búsqueda de la revelación"
a los slgwentes versículos: "Cuando Israel salió de Egipto la
(Smalley, p. 104). Hugo, por ejemplo, reprendió a algunos de sus
casa de ~acob en un pueblo bárbaro, Judea se transfonn ó ed su
maestros por tomar .. 1a letra mata' [como] una excusa para
santuano, e Israel en su dominio". Ahora, si miramos s6lo la
let~a, lo que es~ significado es la partida de los hijos de Israel de preferir [sus] propias ideas antes que los autores di vinos" CSmalley ,
Eglp~ e~ los tiempos de Moisés; si miramos la alegoría, 10 que p. 69). Como veremos, esto se transformaría en un tema central de
est.á 81~cado para nosotros es nuestra redención a través de los escritos qe Francis Bacon trcs siglos más tarde, cuando defen-
Cnsto; SI atendemos al sentido moral, lo que está significado dió la observación cuidadosa en el campo de las ciencias, procla-
p~ra ~osotros es la conversión del alma desde el sufrimiento y la mando que "Dios prohibió que Lomáramos un sueño de la imagina-
nusena del pecado al estado de gracia; si atendemos a lo anagógico ción por un patrón del mundo" (Bacon, 162011965, p. 323). .
lo q~e está significado para nosotros cs la partida del alm~ Hugo también proporcionó una definición de significado lite-
san~lficad~ desde el cautiverio de la corrupción de este mundo ral en términos de lo que el autor deseaba decir. A su vez, este
haCia la libertad de la gloria eterna. (Dante AHghieri 1317 significado debfa ser establecido no por la plega r ia y la meditación
1973, p. 99) . , ,
que daban como resultado la epifanía, sino por,el recurso a nuevas
fuentes de pruebas basadas en la investigación textual, histórica
Pero también había consenso en que la significación de un y geográfica. Para contribuir a la interpretación literal, Rugo
texto reli~oso es infinita, y la búsqueda del significado espiritual preparó dos crónicas y un mapa del mundo, así como precisos
llevaba a ~nterpretar de un modo que se consideraba místico: "La dibujos del arca de Noé. En un entusiasta resumen que alegoriza
comprenSión ~o se alcanzaba por medios indirectos como las adecuadamente el tema de este libro, Smalley escribe sobre Rugo:
pa labras y las Imágenes, sino directamente a través de los efectos
[de esas palabras e imágenes] y del sentimiento interior de amor Hace que la letra se transrorme en tema apropiado de estudio .. .
ilumina.do" (Momaon, 1990, p. 52). Para nosotros los modernos Quiere comprender el significado de las Escrituras exactamen-
tales eplfanía~ co~responderían a una desenfrenada su bjetividad. te, para visualizar la escena. Tuvo esa curiosidad de los explora-
La contrIbUCión de San Agustín a la tlolUl.:iúll fue ver la letra dores en busca da Eldorado, que condujo SIl rl"'l'\cubrimicnto de un
como P?seedora d~ D? significado: el literal. Pero ¿CÓmo debía continente. (1941, p. 72)
detennmarse ese slgm.fic~do? "La tradición patrística no llegó a un
acuerdo acerca del slgruficado de lo 'literal' y lo 'histórico' " Sin embargo, aunque R ugo convirtió el est.udio del signifi ca-
(Smalley, p. 27). Incluso San Agustín enseñaba que las opiniones do literal de un texto en una empresa naturalis ta, nunca cuestionó
acerca del ~e~tido literal de un texto podían ser tomadas por la perspectiva tradicional de la subordinación del significado
verdaderas siempre que no fueran indecorosas" (Smalley, p. 101). literal al espiritual de la escritura; ést e es un cambio que identifi-
Además, apenas valía la pena buscar el significado literal dado camos únicamente con la Reforma. Pero antes de que este paso
que, para los cristianos, lo que importaba era el sentido espiritual. final pudiera darse, se requería una noción más clara de significa-
Se pensaba que todos los textos religiosos necesitaban una clave do literal.
para ser entendi?os; esa clave estaba dada principalmente por su La contribución de Andrés de San Víct.or a es ta e mpresa
papel en I~ d~trinay el culto de la Iglesia y, en segundo lugar, por consistió en plantear la comprensión del significado histórico de un
las expenenClas personales de quienes vivieron en la doctrina texto. Andrés, quien "escribió para sí mismo" (Smalley, p. 95), hizo
es.pecialmente las vidas de los santos. No se creía que los texto~ avanzar su propia comprensión del significado histórico de la
mismos proporciona ran esa clave. escritura, y también la de sus contemporáneos, tomando el cono-
. Fueron los P adres de la Iglesia que trabajaron durante el cimiento y la técnica de sus colegas judíos.
Siglo Xli en la Abadía de San Víctor de París, en especial Hugo de El "modo judío" de lectura del Antiguo Testamento, como 10
Sa? Vfcwr(m. 1141)y su disdpulo Andrés de San Víctor (m. 1175) llamaba Andrés de San Víctor, traducía de acuerdo a las palabras
qwe?es recon<>?eron la significación del sentido literal de la~ reales del texto, proporcionando, por ende, nuevas intuiciones en
Escnturas y qUIenes desarrollaron un enfoque erudito y sistemá- su significado. Andrés admiraba este modojudío, aun cuando en su
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literal de un texto con ese significado sostenido por los judíos.
opinión y en la de sus contemporáneos del siglo XII, los eruditos Combinando las pruebas de las cronologías y geografias con el
rabínicos empleaban "argucias serpentinas" para evadir el "testi- conocimiento cultural e histórico de los judíos, y evitando resuel-
monio manifiesto de Cristo" que encontraban en las Escrituras tamente el recurso a lo milagroso, Andrés fue capaz de proponer
(Smalley, pp. 139-142 ). conocimientos y técnicas para determinar el sentido literal de la
Si bien Andrés había aprendido de San Agustín que cada. escritura : "Ningún comentador occidental anterior [a Andrés] se
texto bíblico tenia un significado literal, sus discusiones con los había propuesto dar una interpretación puramente literal del
eruditos j udíOS lo condujeron a identificar el significado literal de Antiguo Testamento, aunque muchos h abían intentado u na pura-
un texto con lo que los judíos decían acerca de él; "si quieres conocer mente espiritual" eSmal1ey, p. 140). P ero el contenido de la "letra"
el sentido literal, ve con los judíos" (Smalley, p. 142). seguía siendo una cuestión de opinión. Durante la Edad Media "no
Los judíos en cuestión eran los de la Escuela de Rashi (1040- había regla s para definir [el significado literal], así como tampoco
1105), quienes, al igual que los cristianos contemporáneos, esta- había reglas para establecer los propios textos" (SmaUey, p. 140).
ban interesados en el problema de la lectura de los textos sagrados. La atención estricta de Andrés hacia lo literal a expensas de lo
Antes de Rashi, había dos formas principales de interpretación espiritual, lo natural a expensas de lo nrilagroso, marcó un impor-
bíblica: la haláquica y la agádica; la primera consistía en leer el tante paso en el desarrollo de tales reglas.
texto para extraer de él reglas de vida , forma de exégesis que se Lo que Andrés tomó como valedero para el análisis era el
congeló con la conclusión del Talmud alrededor del 500 d.C. El signi fi cado superficial, no el significado profundo. Emprendió la
segundo era el método midrásico de interpretación, que considera-
, exposición iuxta superfu;iem littere, es decir, de acuerdo con la
ba los textos bíblicos "un punto de partida del cual derivar una superficie de la letra. Buscaba el "simpl e significado superficial",
doctrina moral y relatos edificantes" (Smalley, p. 122). El método el sentido literal de la escritura, y no sus misterios espirituales. La
midrásico es el equivalente ju dío de la interpretación "espiritual" recuperación de ese significado s uperficial requirió el análisis de
de la tradición cristiana. numerosas fuente s de pruebas, tanto contextualcs (históricas y
Rasru,equipadocon una reciente gramática y un diccionario, culturales) como textuales (gramáticas y léxicas). Su recuperación
desarrolló un tercer método de interpretación, el literal o racional. podría considerarse como el producto de una investigación antes
Intentó escribir una exposición literal de todo el Antiguo Testa· que como un don del espíritu.
mento, poniendo el énfasis en la cronología y la gcografia del Fue esta preocupación por el significado literal lo que orientó
período, analizando el contexto cultural en el cual el .texto había la atención hacia las meras palabras, la forma verbal de un texto.
sido escrito y explicando los acontecimientos sobrenaturales en La interpretación literal, a diferencia de la espiritual, dependía de
términos de causas naturales. Así, la aparición de Dios en una manera critica de qué palabras eran utilizadas. En consecuencia,
visión de J osé es interpretada como el sueño de José de un futuro hubo una nueva preocupación por la formulación original de un
de grandeza producido por lo que había estado pensando durante texto. La cuidadosa fij ación de la fo rma verbal de u n texto,
el día. Este "descubrimiento" de lo literal condujo a un antagonis- incluyendo correcciones en textos ya existentes para recuperar el
mo con las más imaginativas interpretaciones de los midrash: "original~ , se transformó en la principal preocupación de los
humanistas del Renacimiento. La Vulgata, t raducción latina de la
... aquel que sea ignorante del significado literal de las Escrituras Biblia realizada por San J erónimo, por ejemplo, se había referido
y se inclina ante el Midrash del versículo es como un hombre que a una persona "Mehusim" . A partir de datos textuales, y compa-
se está ahogando y que se aferra a una pajilla para salvarse. Si rando varias lecturas de pasajes, un autor mostró que el texto
quisiers aplicar su espíritu a la palabra del Señor, buscarla el debía haberse leído "de Husim", limpiando el texto y "aboliendo el
significado verdadero en su propósito literal. (Citado por Smalley, puramente ilusorio personaje llamado Mehusim" (Smalley, 1941,
p. 122) pp. 170.179). Este fue apenas un paso en la dirección correcta.
Mientras se continuara procesando el texto escrito como un indicio
El intento cristiano de proporcionar un signifi cado literal para recuperar el significado espiritual o como u n objeto respecto
defi nitivo dio, pues, un importante paso al identifi car el significado
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del cual contrastar la propia memoria, carecía de prictridad la de la teología. Sólo las Escrituras tenían ambos sentidos. Santo
producción de un texto estándar con una formulación y una 1'omás aseguró, pues, la completa autonomía del texto y su sentido
gramática fija s, una puntuación uniforme, y con indicadores de literal. La interpretación, por ende, se naturalizó, y así Dios podía
capítulos y versículos coherentes. El diseño textual sistemático se , revelarse a través de los acontecimientos narrados. Creo que la
logro sólo a comienzos del siglo XIII . Como se mencionó, Carruthers solución de Santo Tomás es absolutamente deslumbrante; una
(1990) celebra la importancia de la memoria en la Edad Media y, solución brillante a un problema que habia acosado a los eruditos
al mismo tiempo, minimiza el papel y la significación de la durante a un milenio. Sin embargo, debe recordarse que seguía
escritura. Pero al hacerlo, subestima la función que le cu po a la siendo un hombre de la Edad Media en su creencia de que los
escritura en la evolución de un concepto moderno de significado significados más profundos y las verdades más altas sólo se
literal y en el deseo de purificar y restaurar los textos a s u form a lograban por gracia divina. Aunque u n significado literal nai ura-
original, legado crucial de la Edad Media a la Edad Moderna. lista estuviera codo a codo con el espiritual, de ningún modo
Una clara concepción del significado literal aparece sólo en la amenazaba con desplazarlo. P ersistía la visión de que aunque
obra de Maimónides Guia para los perplejos (1190/1963), y en la de tuvieran un significado literal, las Escrituras también eran una
Santo Tomás de Aquino $umma Theologica (1267- 1273/1964- enciclopedia divina, una cifra escrita de la cual todas las verdades
1981), ambas obras maestras del siglo xm. Maimónides proporcio- reales podían derivarse. Tales lectores continuaron viviendo en lo
na nuevas explicaciones naturalistas para lo que los cristianos que nosotros, en tanto modernos, consideramos un mundo "encan-
habían considerado "misterios", mostrando que la forma del texto tado" (Ozment, 1980).
era un producto de la mente del a utor, y de las intenciones del autor La teoría de la lectura de Lutero, teoria que asociamos con la
res pecto de la audiencia. Los autores bíblicos hablaban de la mano la
Reforma, fue una extensión directa de idea de Santo Tomás del
de Dios porque esos eran términos que la gente simple podía significado literal. Lutero tomó como significado real verdadero de
comprender; los autores eligieron las palabras que eligieron por- las Escrituras el histórico o literal , que estaba di sponible para
que así era como los acontecimientos los habían impresionado: todos los que la leyeran cuidadosamente. Ese significado se basaba
no en los dogmas de la Iglesia, sino en una "lectura más profunda
El lector de la descripción cree que contiene materia superflua, del texto~(Gadamer, 1975; Ozment, 1980). Las lecturas o interpre-
o repeticiones inútiles [una de las cosas que los lectores pensaron taciones debían fundarse abiertamente en el texto y no depender
debía indicar algún significado profundo, místico], pero si hubie- del dogma de la Iglesia, las tradiciones cabalfsticas ni la inspira-
ra sido testigo del acontecimiento que lee, vería la necesidad de ción privada. La búsqueda de la revelación se transfonnó en
cada parte de la descripción. (119011963, pp. 381.382) búsqueda del significado, que debía indagarseen las líneas antes
que en las epifanías entre ell as.
Así pues, para Maimónides, la lectura requería que uno Por su hipótesis de que los textos tenía n un significado
tuviera una comprensión de las intenciones del a utor respecto de histórico único que se alojaba en las palabras, visibles para todos,
la audiencia. Sólo si estudiaba el texto en s u contexto, el lector y que no dependía de ninguna intuición privada o privilegiada,
comprendería por qué los autores habían hablado y escrito así. Lutero fue un modelo del nuevo modo de leer . Sus categorías para
Santo Tomás comienza su Summa con la concepción algo reflexionar sobre la interpretación proliferaron entre 1509 y 1521.
tradicional de los sentidos literal y espirit ual. Considera que Dios Al final de ese período, adoptó un biblicismo simple, identificando
es el autor de las Escri turas. Pero llega a desarrollar la distinción esencialmente la intención de significado con el significado tex-
de un modo n uevo senalando que los autores humanos expresan su tual. Pero esto no era un simple fundamentalismo. Lutero nunca
significado mediante palabras. La intención de los autores huma- pensó que los textos podían interpretarse despreocupadamente.
nos constituye el sentido literal; éste era un objeto legítimo de Como otros eruditos medievales tardíos, leyó los textos en sus
estudio científico y de investigación. El sentido espiritual era lo lenguas originales, era experto en filología y antropología cultur al,
que el "autor" divino expresaba mediante los acontecimientos e interpretaba los textos en su contexto textual. Por ende, la
descriptos por el autor humano; el sentido espiritual era el objeto interpretación textual era considerada dependiente del conoci-
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miento lingüístico, así como del conocimiento de las supuestas
intenciones de los autores. Podríamos decir que los lectores habían contextuales, como si el significado no dependiera sino de lo dicho
aprendido cómo controlar la fuerza ilocucionaria de las afrrmacio- fue posible deshacerse del enorme peso de la significación y deí
nes textuales. Esta recuperación requería un estudio serio y significado que los lectores medievales habían lefdo en un texto.
sistemático, y el uso criterioso de las pruebas, dado que sólo de este Este nuevo modo de lectura proporcionó las bases conceptuales
modo el significado literal podía identificarse con la intención de para la Reforma. Además, sugirió un nuevo modo para leer el Libro
significado. de la Naturaleza, como veremos a continuación.
Esta concepción de las Escrituras era lo bastante contunden- La historia de la noción de significado literal es una parte
te para permitirle a Lutero sostener que los niveles de significado importante de la historia de la lectura. Para los lectores de la alta
que los autores previos habían creído encont rar "en el texto" eran Edad Media, el significado literal de un texto era un mero escollo
fantasías, sueños, extrapolaciones e interpolaciones, construidas ha:cia ~1 significado real o espiritual. Lo que Hugo y Andrés, y
para sosten cr los "dogmas de la Iglesia". Ese fue el paso dado por . postenormente Santo Tomás hicieron fue distinguir y justi fi car la
el protestantismo. atención al significado literal, que consideraron como el significa-
Sin embargo, como sus contemporáneos protestantes, Lutero do intencional, histórico o referencial. Lo que Lutero hizo fue
era positivista respecto de la interpretación. Creía que la intención excluir todo otro significado. Lo que cambió desde los tiempos de
del significado en un texto podía determinarse con certeza y que, Lutero es que ya no suponemos que los autores antiguos pensaron
por tanto, un texto sólo podía leerse correctamente de una manera. de sus textos lo que nosotros pensamos de los nuestros. El error de
También Cranmer, arzobispo de Canterbury, y autor del Libro de Lutero, si se me permite la osadía, fue suponer que los autores
la plegaria común, "daba por sentado que un texto tenia un antiguos pensaron, hablarony significaron de la misma manera en
significado que podía ser igualmente evidente para todo el que lo que él lo hizo. Lutero habló, escribió y leyó ~ Iiteralmente", y supuso
leyera" (Tyson y Wagonheim , 1986, p. 13), Y que ese libro de que los autores antiguos habían hecho lo mismo. Ya no sostenemos
plegarias uniría a todo el pueblo dc Inglaterra en una creencia que los antiguos usaton categorías como las nuestras, en especial
común. categorías como significado e intención. La interpretación requie-
La significación del cambio de Lutero fue tratar los textos re que recuperemos el modo ,en que los auwres y hablantes
escritos como representaciones autónomas de significado. Era la pretendían ser interpretados en su propio contexw culturaL Así,
creencia de que los textos podían hablar por sí mismos; no se Frye(1982, pp. 61-62) sostuvo q'ue el signifi cado literal de la Biblia
requería la autoridad ni el dogma para ir del texto a la interpreta- es su significado poético o metafórico dado que puede sostenerse
ción. El acento de Lutero en la importancia de la alfabetización se que así fue como la enunciaron e interpretaron sus productores.
basaba en la hipótesis de que todo aquel que pudiera leer podía Sólo en el siglo XVII el significado literal cambió a lo que Frye llama
consultar el texto por sí mismo y, por tanto, usarlo como prueba "la fase descriptiva del lenguaje".
para juzgar la validez de una interpretación. P odríamos decir que Vale la pena citar a FryeU982. p. 23) más extensamente dado
se había naturalizado y democratizado la interpretación. que su visión -emparentada con la de Vico- de los estadios del
En la actualidad pensamos que Lutero estaba equivocado; los uso del lenguaje es cercana a las planteadas aquí como estadios de
textos, en especial los creados en una cultura y leídos en otra, la lectura:
nunca llevan explícita la intención de significado. Los sistemas de
[En la primera fase] la lengua de Homero es metafórica para
escritura no pueden proporcionar un modelo para la intención nosotros, aunque no necesariamente lo fue pa ra él. En su poesía,
comunicativa, que debe, pues, inferirse de los indicadores textua- la distinción entre lenguaje literal y figurado apenas existe ...
les y contextuales. Siempre cxiste la posibilidad de ver en el texto Con la segunda fase, la metáfora se transforma en una de las
significados no descubiertos; prueba de ello es la lectura que Freud figuras reconocidas del discurso; pero no es sino en el adveni-
hace del mito de Edipo. Pero la importancia de la revolución en la miento de una concepción diferente del lenguaje cuando surge
lectura no debería minimizarse. Interpretando los textos estr icta- una tensión ent.re el significado figurativo y el llamado "literal",
mente en términos de sus propiedades, tanto textuales como y la poesía comIenza a hacer un uso consciente y deliberado de
las figuras. En la tercera fase ... , un autor descriptivo tenderá a
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evitar tantas figuras del discurso como le sea posible, sobre la de modelizar esa intención respecto del receptor requería un
base de que son ~meramente verbales" e interfieren en la trans- cuidadoso análisis del texto y su conterto. El texto fijo podía servir
parencia de la descripción. como la prueba según la cual se adjudicaban las posibles interpre-
taciones.
Sólo en esta tercera fase los textos se volvieron represen- Que este era el objetivo se vuelve evidente cuando observa-
tacionales y fueron instrumentos adecuados para la ciencia, la mos el estilo interpretativo de Andrés. Una estrategia importante
fil osofía y la historia. Lo que Lutero al parecer no pudo reconocer para determinar el significado histórico de un texto no era pregun-
fue que el significado literal de la Biblia es el poético o metafórico, tar sólo "¿Qué significa este texto?", sino también "¿Por qué el
y no el descriptivo, referencial, característico de la prosa moderna autor dice esto?" "¿A quién se está dirigiendo?" "¿Qué quiere el
que él y sus contemporáneos estaban creando, autor que el oyente o el lector haga o piense?" Así, Andrés pregun-
El hecho de que la evolución de un concepto defendible de ta: "¿Por qué se le dice esto a Jeremías?" (Smalley, 1941, p. 113),
significado literal deba ser larga y difícil se opone tanto a nuestras Y se refiere al autor humano del texto (y no a Dios como autor):
suposiciones de sentido común como a nuestras teorías cognitivas " ... EI [Moisés] recapituló lo que había dicho antes ... explica ... , se
actuales. En ambos casos, el significado literal no se juzga proble- explaya en las cosas que preocupan al hombre común, y que las
mático; el trabajo más pesado de com prensión se encuentra en mentes incultas y menos dotadas pueden entender ... Nos contó
"hacer" el significado, construirlo, extraer inferencias, realizar que Dios dijo ..... (Smalley, 194 1, p. 107); y también, ~El ~rofeta I ~
glosas, captar lo esencial, comprender las metáfora s, etc. La enseña a su s lectores que ... " (p. 115), etc. Esto lOdica, a mi
historia de la lectur a y de la interpretación que acabamos de entender, que Andrés, quizá por vez primera, interpreta el texto en
analizar sugiere exactamente lo contrario. Los lectores medievales términos de intenciones respecto del receptor, como un texto
nunca tuvieron dificultades para leer entre líneas, vislumbrar una producido por una persona históricamente real y que se dirige no
insinuación , aprehender una metáfora y un matiz: para ver un a él mismo como cristiano, sino a una audiencia histórica determi-
mundo en un grano de arena. Sí tenían dificultades para hacer lo nada. Podríamos decir que lee el texto objetivamente, es decir,
Que Andrés de San Víctor le!'! e¡:¡t¡:¡hR p.nF:p-ñando a sus contemporá- como un objeto de estudio y no como un objeto de reverencia . Esto
neos, es decir, para captar el significado autorizado por el texto y también vale para la estrategia interpretativa de Maimónides,
"confinar la interpretación al texto" (Olson, 1977) y, al hacerlo, Santo Tomás y Lutero.
reconocer y rechazar otros signifi cados leídos. E l logro central al leer textos de este modo es una nueva
¿Qué es, precisamente, ese significado literal que los hombres conciencia de lo que el texto pudo haber significado o pudo
medievales estaban tan resueltos a captar? AprehendereJ sentido signi(u:ar para un lectar supuesto. Como vimos en el último
literal no surge de mirar con fijeza las palabras ---como vimos en capítulo, los lectores no suelen considerar el modo en que los textos
el último capítulo---, depende de la sintaxis, la semántica y la pueden ser entendidos o malentendidos por otros. lecto:es . Los
pragmática, la última de las cuales depende a su vez del conoci- lectores críticos no atienden sólo a lo que un texto d1ce o Significa,
miento histórico y cultural. Pero por sobre todo, depende de la sino además a la intención del autor y a la forma retórica,
comprensión del modo en Que los textos deben interpretar se, es distinguiendo lo que el autor intentaba hacer que creyera algún
decir, cómo fueron usados por quienes hablaban y escribfan para lector de lo que ellos mismos estaban dispuestos a creer. Leer un
producir ciertos efectos en la audiencia y los lectores. Así, para texto literalmente es, pues, fijarlo no sólo en su contexto, sino
aprehender el significado de un texto es esencial comprender las también en términos de su emisor y su receptor supuestos.
intenciones respecto del receptor, es decir, lo que el autor quería Una vez que se ha distinguido claramente lo que el hablante
que su receptor supuesto hiciera o pensara. Captar el sentido o el autorestaba intentando que un lector o audiencia determinada
requiere que el lector tenga un modelo de hablante y autor, y de pensara o creyera de lo que el lector actual realmente cree, el
oyente y lectar. Pero ahora este lector modélico ya no es el lector en intérprete habrá dado un importante paso en la comprensión de la
sí mismo, sino un modelo de algún lector histórico o hipotético, al interpretación. Si un lector no distingue estos dos lectores, él
que en el último capítulo llamamos el lector supuesto. La actividad mismo y el lector .al que se apunta, los textos serán interpretados

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de modo medieval; si distingue a los dos, como lo hacía Andrés de un texto significa depende no sólo del sentido de la expresión tal
San Víctor, leerá de modo moderno. No todas las oraciones de un como está especificada por la gramática o el léxico, sino también de
texto sagrado estaban dirigidas el lector, y no todas las expresiones la fu erza ilocucionaria de la expresión, la cual ,cuandoestá marca-
debían interpretarse del mismo modo. Lo que estaba en j uego era da explicitamente, indica la intención del autor respecto del modo
un nueva comprensión y una nueva capacida d para analizar el en que quiere ser interpretado por una a udiencia real o supuesta.
significado de una expresión a fin de que ese significado pudiera Por otra parte, insistiré en que la fuerza de un enunciado no es
usarse como prueba para determi nar el modo en que el autor Itincluida" ni "leída en" un texto por el lector, sino que, al menos en
pretendía que el oyente o leelor in terpretara esa expresión. parte, es recuperable a partir de bases textuales o contextuales. El
Es fácil imagi nar por qué los primeros lectores pueden baber problema central de la interpretación es reconocer la fu erza de un
encontrado dificil distinguir estos dos componentes. contenido y enunciado. Los problemas interpretativos son particwarmente
fuerza, o lo dicho y el modo en que debía interpretarse. Mientras imperiosos al a bordar textos escritos para los cuales las indicacio-
la lectura fue esencialmente oral, el tono de la voz era una parte nes de la fuerza ilocllcionaria están ausentes o son indirectas, y los
crucial, aun cuando tuviera que ser agregada (sin acceso a un lectores deben hacer uso de sutiles indicios textuales y con textuales
registro) por el lector. Saenger (1982, 1991) contribuyó enorme- para decidir cómo tomar una expresión. El intento de hscer
mente a la idea de que la lectura, y no sólo la escritura, tiene una rutin arias esas decisiones interpretativas. es decir , hacer que los
historia, a l proveer pruebas fehacientes de que la lectura silencio- textos digan lo que significan e indiquen explícita mente de qué
sa se transformó en una habilidad útil sólo después del desarrollo modo pretenden ser interpretados, fue lo que condujo a una
de los textos segmentados en palabras, que se hicieron habituales revolución en los modos de leer los textos y, eve ntualmente a la
en el siglo XII d.C. Escribir un texto que será leído en silencio in venciÓn de nuevos modos de escribirlos. '
requería marcadores explícitos, tanto léxicos como de puntuación,
de cómo tomar el texto. Este requerimiento puede haber vuelto
más evidente la ausencia de marcas indicadoras de la fu erza
ilocucionaria de los primeros textos, y más imperiosa la necesidad
de buscar medios más precisos para marcar la fuerza ilocucionaria
mediante el léxico.
Como veremos en el próximo capítulo, una vez que fueron
conscientes de los incontrolables y diversos modos de interpretar
un texto escrito, los autores del siglo XVII intentaron cont rolar la
interpretación primero favoreciendo expresiones de observación
directa y verificable, y en segundo lugar marcando explícitamente
cómo debía interpretarse cada enunciado. Por cierto, el énfasis
posmoderno en lo que el lector hace de un texto y el abandono de
la búsqueda del "único sentido histórico" impresionaría a nuestros
p.rimeros a~tores modernos, porque lo creerían no sólo equivocado,
smo también perverso. Ya habían visto demasiado en lo que
pasaba por ser la interpretación "espiritual" de las Escrituras.
Los lectores que esperaban encontrar una apología de mi
~nterier ( 1977 ) si mplificación excesiva del concepto de "significado
lIteral estarán próximos a quedar satisfechos en este punto.
Respecto de mi anterior hipótesis de que para los lectores del siglo
xvn "los textos simpl emente significaban lo qu.e decían", admitiré
ahora que los textos siempre signilican más de lo que dicen. Lo que
182 183
i
I 8
La lectura del Libro de la
Naturaleza: los orígenes
conceptuales de la ciencia
moderna . .

Hay dos libros de los cuales recojo mi divinidad, uno de Dios (las
Escrituras), y ot.ro de su sierva. la Natu raleza. (Thomas Browne,
1643)

En ocasión de la muerte de WilIiam Harvey en 1657, su amigo


Abraham Cowley compuso una "Oda al doctor Harvey" para
celebfar su s logros en medicina y , lo qllp. P.¡:; más importante para
nuestros fines, en epistemología. Harvey no sólo había d escubierto
la cir culación de la sangre; lo había hecho gracias a un nuevo modo,
un modo protestante pafuíamas decir, de leer el Libro de la
Naturaleza. Cowley escribe:

Así Harvey buscó la verdad en las verdades del Libro


de las criaturas, que Dios mismo ha escrito;
y sabiamente pensó que era apropiado,
No leer sólo Comentarios sobre él,
Sino mirar en el original mismo.
(Citado por Frank, 1980. p. 103)

Cowley atribuye el éxito de Harvey a su disposición para


consultar el Libro de las criaturas de Dios -el Libro de la
Naturrueza- por sí mismo, en lugar de confiar en las autoridades
antiguas a las que Cowley degradó al papel de comentadores. La
actitud contrasta vivamente con la de la historia bíblica del eunuco
etíope que sirvió de introducción al capítulo 6. Para el etíope, el
significado de un texto debía encontrarse mediante la consulta a

185
una autoridad; para Harvey, debía encontrarse en la lectura a estos nuevos modos de pensar la naturaleza, la mente y el
propia del texto, en este caso, el Libro de la Naturaleza. lenguaje que irrumpieron en eSCena durante el siglo XVlI .
Pero, como vimos en el capítulo precedente, el nuevo camino Para ver cómo los científicos de entonces "leyeron" el Libro de
desde los textos a la interpretación no era ingenuo. Incluía una la Naturaleza, es útil recordar qué pensaban acerca de la lectura
nueva comprensión de cómo usar los indicadores textuales para y la escritura. Como veremos, su actit ud respecto del lenguaje, las
dar cuenta de lo perdido en la simple transcripción; esos indicadores palabras y los textos está duplicada en sus actitudes re~pecto de las
pudieron señalar no sólo lo dicbo, sino también cómo debía inter- propiedades perceptibles del mundo natural. En pnmer lugar,
pretarse el texto. La lectura "correcta" requería ambas cosas. analizaremos las incipientes nociones acerca del modo en que se
Mientras que para el retórico medieval los "modos de interpreta- escriben y leen los texkls, y luego volveremos al tema central de
ción" con stituían el expansivo arte del predicador, para los este capítulo: cómo tenía que leerse el Libro de la Naturaleza.
reformadores eran el austero arte de leer. Harvey, dijo Cowley,
estaba leyendo el Libro de la Naturaleza de este nuevo modo. Discurso medieval y discurso moderno
Entonces como ahora, Harvey fue considerado el símbolo de
una nueva época en la vida del intelecto. A tal punto, que una En la actualidad se sabe con certeza que los autores del siglo
enorme literatura secu ndaria ha surgido alrededor de Harvey y de XVII estaban en completa posesión de u na nueva conciencia del
otras figuras importantes asociadas con lo que Alfred North lenguaje, los signos, las ideas y el discurso, lo que les permitía
Whitehead llamó "el primer siglo de ciencia moderna". El siglo XVlI juzgar como imperfectos los usos a.ntez:i0res de I?s signos y de las
estuvo marcado por los trabajos de Gilbert sobre el imán (el formas del discurso. La nueva conCienCia, como V1m~s en el capítu-
magneto), Galileo sobre las leyes del movimiento, Harvey sobre la lo precedente, estaba con struida a partir de los ~vances en los
circulación de la sangre, Boyle sobre las leyes de los gases, Hooke modos de lectura que se habían desarrollado por pnmera vez en la
sobre la microscopía. También fue el siglo de los grandes filósofos cultura religiosa monástica de los siglos xm y XIV. En el siglo XVII,
mentalistas: Descartes, Locke, Hume y Berkeley. Fue el siglo del t:!!:ILa nueva comprensión se manifiesta en el desarrollo de una

arte descriptiva de los maestros holandeses y el siglo qu e al menos nueva fonua fáctica y prosaica de discurso (Reiss, 1982), en una
estableció el escenario para la narración realista de Defoe y nueva concepción de los signos -específicamente, una clara dis-
Fielding. tinción entre el significado de un signo y la idea que éste represen-
Todo período tiene una impresionante lista de logros, cada ta- (Aarsleff, 1982), y en una nueva concepción de la repr~senta­
uno de los cuales, ya sea en ciencia, teología, arte o literatura, tiene ción en general (Foucault, 1970; Hacking, 1975b). Analicemos
su propia historia, y sería perverso explicarlos mediante una estos elementos por partes.
forma demasiado general, un Zeitgeist. En torno de estos movi- Reiss (1982) contrastó el discurso medieval, al que llama
mientos se han construido disciplinas especializadas. Pero aun si discurso analógico, con el discur so de la Edad Modem~ temprana,
consideramos un solo campo, el científico, tenemos un hecho es decir, el discu rso del siglo XVII, al que Uamó "anal~bco-referen­
refractario que enfrentar: los avances científicos en el siglo XVII se cial". El discurso analógico era la fonua de escntura que se
llevaron a cabo en campos de estudio extremadamente diversos, adecuaba a la forma de lectura anali zada en el capitulo precedente:
desde los movimientos pl anetarios a la circulación de la sangre, las los lectores debían formar su propia síntesis y detectar los signifi-
observaciones sobre el imán, los estudios microscópicos de los cados ocultos en los acontecimientos (Morrison, 1990, p. 121). Las
caracoles. Todo esto constituye algo más que el simple conocimien- artes retóricas medievales establecieron los múltiples modos de
to específico en un área del saber. Por cierto, podría argumentarse interpretar los textos dados sus múltiples niveles de significación.
que la ciencia,la literatura, el arte y la religión compartieron una Un ejemplo extremo del discurso analógico es el ?el erudito
nueva actitud respecto del lenguaje y hasta emplearon una forma fisico y astrólogo Paracelso (1493-1541), más conocI.do. por su
común de discurso. Mi propósito en este capítulo es examinar de invención de la medicina simpática: tratar algo con su SimIlar: [La
qué manera los modos de lectura e interpretación de los textos que Naturaleza] h izo la hepática y el ombligo de Venus con hojas cuya
habían evolucionado durante el Renacimiento pudieron contribuir forma es la de las partes que pueden curar ... ¿Acaso las hojas del
~

186 187
Un vocero elocuente de este nuevo discurso fue FTa ncis
cardo no pican como agujas? Gracias te· ,-
magia descubrió que no ha bh' .8 es SlgnO, el arte de la Bacon. Abogado y estadista, Lord Canciller de Inglaterra antes de
na"( 1922-23/1958 XlII y 3~:r3 a ~~Jor contra la picazón ¡nter- caer en desgracia en 1621, Bacon escribiÓ extensamente sobre los
42) P dri d '. ,pp. - 77 , citado por Hacking 1975b p fundamentos de la ciencia empírica. Su posición es la que mejor
del 'mi:moa::¡o:: ~J~:r~~l: leyÓel Libro de la Natural~z~ representa las revoluciones intelectual Y social del siglo xvn
(Webster, 1975; Reiss, 1982). En una serie de trabajos, entre los
leyeron el Libro Sagrado.' ayoría, de sus contemporá neos
que se destacan Del acklanto y progreso de la ciencia humana Y
La clave de su lectura era la dete .ó d
fo~o~~:~;oso par:c~~asel!:sn=~~~uees:
. d iuina (AL, 1605), Redargutio philosophiarum (RP, C. 1608),
habia proporcionado No uum organum (NO, 1620) YlAgran instauraci6n (1620), B acon
Galeno co~: ~a;~~l~~b~~n;~l~ tanto los trabajos clásicos de explicó cómo volver el lenguaje transparente para el mundo que
estrellas. Y escribió: e mnamento, los patrones en las debía representar. Ofreció un discurso de cosas para reemplazar el
antiguo, y para él engorroso, discurso de palabras. Para Bacon, el
viejo saber, aun la prueba lógica, era meramente verbal y podía no
El segundo libro de medicina es I fi
~osible escribir toda la medicina enela;~:~:e¡et~;; Iba que e~ corresponder a ideas o cosas:
rmamento es ese libro que contiene todas las 'rt d esro ... ye Un silogismo consiste en propoSICIones, una proposición en
las proposiciones ... las estrellas en el cielo debe VI u 'd y todas palabras, Y las palabras son los indicadores o símbolos de
su conjunto pa a q d n conSI erarse en
' r ue po a mos leer la oración en el firmam"nto
Es como una carta que os h .d
de 1: .
cie n miUas y a travé~ de 51 o enVIada desde una distancia
(XI 171-176" 'tad
""
~al nos habla la mente del autor .
.
nociones o conceptos mentales. Luego, si las nociones mismas,
que son la vida de las palabras, son vagas, ignorantes, mal
deftnidas (y es verdad de la gran mayoría de las nociones
, ,Cl o por Hacking, 1975b, p. 41) relativas a la naturaleza), el edificio entero se derrumba. (Obras,
VII.125: Cogitata et Visa [CV])
mento Tanto losque
tenían escritos de Galeno como I os escntos
ser leíd . sobre el firma-
tico correcto y para s ?S correctamente para hacer el diagnós-
ugenr una cura iU;{ cumo las d
Loe aforismos erAn particularmente indignos de confianza,
ya que operan "como 10 hacen los misterios de la fe" (Obras, lV .5:¿:
cornamenta indican la edad d un' . puntas e una NO). En luga r de establecer ideas llanamente, "dejan la inteligen-
estrellas podían indicar e di CIervo, la posición de las
dad: Según Paracelso, los ~~~7:S~bC:~~:laara una enfe~e­ cia del hombre más libre para girar y sacudirse" (Obras , XIV.182:
Máximas de la ley).
ser mterpretados por similitud' I . s partes, y deblan
y un vitalis mo universal dis ~:í:azona~mento era por analogía, En realidad, Bacon analizaba el nuevo tipo de discurso que
c?sas (Reiss, 1982, p. 49). Ca~a si un~ sImpatía .en.tre t.o
das defendía como un tipo de escritura, lo que llamó la "experiencia
las
s.'gnificado más profundo y oculto q~:poed~;~rdi~c.l e ~Pllicaba ~
letrada" (Obras, VITI.133: NO ). Para él, el rawnamiento común a
lleta. a VInar e espeCIa- partir de la experiencia en bruto es imperfecto, Y conduce 8
anticipaciones e imaginaciones y, por ende, a la alegoría, es decir,
Los autores
por "retórica" de la Edad Mod erna ~enospre<:laron
o "poética" . esa lectura a relaciones basadas en la semejanza. La experiencia letrada o
C~-Iami1ton, 1963; &ttay; ~i~hrisl:1)a para el discurso serio metodológica, por su parte, incluye"el art.eo plan para una honesta
interpretación de la naturaleza, una vía verdadera desde el senti-
SIgnOS en los cu l b ' porque los textos y los
a mbiguos, aludí::: ~:s s~sa~; e~an excesivamente polisémicos y do hacia el intelecto" (Obras, VI1.78 : RP). En el pasado, las
e invitaban a l ' gru lea, os profundos, ocultos o místicos invenciones se realiz~ban mediante un pensamiento [alegórico] en
una ce ura entre Imeas P a ra 11 ]d' ' lugar de la escritura, pero "Ahora ningún curSO de investigación
requería una clase d e ' , '. e 08, e ISCurSO serio
cual las palabras 8uPI:~:;ura ~nahtIca o representacional, en la puede ser satisfactorio a menos que se lleve a cabo en la escritura"
hoy considera mos como ro an a a~ cosas, la clase de discurso que (VIII.136: NO, Lci).
lectura de las línea. y nPo .",.sen], tao E sos escritos requerían una La referencia de Bacon a esta clase de discurso en términos
, .,n re lneas.
189
188
de ~escritura" es en sí misma una metáfora. Como señala Reiss
(1982), Bacon propuso una elaborada analogía entre textos y do la influencia de Aristóteles, insistían en una clara distinción
naturaleza. El saber, para Bacon , es 'producido cuando el intelecto entre signos, ideas y realidad, es decir, una relación de tres
se encuentra con las cosas en esa clase especial de lenguaje al que términos (Stock, 1983, p. 378).
Bacon llama "escritura". La escritura entraña ajustar el orden de La distinción fue muy explotada por los autores del siglo XVII.
expresiones con el orden de las cosas. Las partes mínimas del "El propio Galileo siempre reconoció que los signos (matemáticos
mundo corresponden de algún modo a las partes mínimas de la y lingüisticos) se encuentran entre lo que se considera el intelecto
lengua escrita. En realidad, Bacon elaboro esta metáfora al refe- conceptualizador y el mundo de los objetos" y que. en consecuencia.
rirse al alfabeto del mundo -el lenguaje de la creación-, que uno "el conocimiento es una actividad manipulada mediante signos"
podía aprender a leer mediante una cuidadosa observación y (Reiss, 1982, p. 33). Las palabras y otros signos podían ser mani-
análisis. Este lenguaje no era el de Adán (Aarsleff, 1982), los pulados independientemente de las cosas que representaban.
nombres correctos de las cosas, sino más bien el lenguaje en el cual cuando se intentaba hacerlas corresponder con las ideas del
el mundo natural fue escrito por el creador. Ese lenguaje estaba intelecto.
compuesto por una especie de alfabeto, una tabla de elementos, Una vez establecida una clara distinción entre palabras,
cuya lectura correcta era la correcta percepción de las cosas. Una ideas y realidad, podía considerarse a las primeras como potencial-
vez leído, ese lenguaje del mundo podía transformarse en conoci- mente dañinas y engañosas. Galileo, desconfiando de las palabras,
miento ajustando el lenguaje hablado o escrito en correspondencia prefería las matemáticas para su física. Locke (1690/1961) se
con él. Reiss (1982, p. 205) escribe: uPara él, la escritura no es un refería a las palabras como un "perfecto engaño"; muchos autores
mero registro. Es el fundamen to mismo del conocimiento, cuyo instaban al "estudio de las cosas, y no de la Chusma de las
registro luego hará posible también: la escritura precede y sigue al Palabras" (Eisenstein, 1979, p. 700). Y la Real Sociedad tomó como
conocimiento". Bacon, como Harvcy -al menos si aceptamos como divisa: "Nulliu8 in verba, en las palabras de nadie". La represen-
verdadero el elogio de Cowley- consideraba el doscubrimiento tación y la mala repre:;;entJlción l'lP. t.r~nsforrYIaron en preocupacio-
científico como una cuestión de buena lectura del Libro de la nes centrales. Francis Bacon, nuestro vocero de la nueva ciencia,
Naturaleza. escribió:
No sólo el discurso cambió del diseño o la analogía a la
referencia y la representación ; también cambió la concepción de los Aunque pensemos que gobernamos nuestras palabras ... es evi-
signos. Los argumentos sobre éstos se remontan a la antigüedad dente que estas palabras, como el arco de un tártaro, dis paran
(Long y Sedley, 1987). Pero adquieren un nuevo empuje en el sobre el entendimiento de los más sabios, y enredan y pervierten
período moderno temprano. Hacking(1975b) seiíala que Paracelso. poderosamente el juicio. De modo que es casi necesario, en todas
las controversias y disputas, imitar la sabiduría de los matemá-
y otros autores de las ciencias "bajas", como la astrología. la
ticos estableciendo desde el comienzo las definiciones de nues-
curación y la alquimia, no distinguieron entre los tipos de signos; tras palabras y términos, para que otros puedan saber cómo las
los movimientos de los planetas podían ser "leídos" al mismo título tomamos ycomprendemos, y si coinciden o no con nosotros. Para
que los libros. Hacltingcomenta: "En nuestro esquema conceptual, que esto suceda, y porque así lo deseamos, estamos seguros de
los nombres de las estrellas son arbitrarios y las puntas de las terminar allí donde deberiamos haber comenzado, es decir, en
cornamentas no lo son. Para Paracelso ambos son signos. [Para las cuestiones y diferencias acerca de las palabras. (Del adelanto
nosotros] las semejanzas entre palabras y piedras, hierbas y y progreso de la ciencia humana y divina)
cometas, se han perdidQ" (1975b. p. 40). Por cierto. encontramos
sorprendente que alguien alguna vez haya visto tales semejanzas. AarslefT (1982) sostuvo que los notables logros del período
Aun lectores y autores distinguidos de la Edad Media como moderno temprano son atribuibles en parte a la distinción entre
San AgusUn y San Anselmo pensaban que los signos eran una ideas y signos. Las palabras eran consideradas "engaños", pero las
relación de dos términos entre el signo y la cosa significa da. Los ideas podían mantenerse independientem~nte de los signos, y
escolásticos'medievales como Abelardo y otros, qu e habían recibi - podían basarse en fuentes no verbales como las observaciones. La
observación proporcionó, pues, una nueva vía hacia el conocimien-
190
191
lo; podía leer se directamente ellihro de la Naturaleza el libro de las cosas. Cuando la palabra pierde su vínculo directo con la cosa,
las criaturas de Dios. Los signos que expresaban ~stas ideas deja de ser el nombre correcto para ella: sólo la representa. La
podían ser j uzgados como verdaderos o ralsos respecto del mundo tentación de creer en las palabras mágicas dis minuye; mutilar la
que representaban. palabra es una mera convención. Pero distinguiendo el signo de la
Del mismo modo, la autonomíaae las ideas respecto de las idea se abre el camino al problema de la corrección,la verdad y la
palabras sentó las bases para la Iilosoña mentalista de Descarles adecuación de la representación.
Hobbes, Locke, Hume y Berkeley. Hacking(1975a) se refiere a est~ Esta última "noción" ha sido exhaustivamente analizada en
período como "el apogeo de las ideas", debido a la certeza que teman los escritos de Foucault (1970), quien señala que s610 en el siglo XVI!
estos filósofos de los dos puntos fijos, es decir, las cosas y las ideas; el lenguaje y otros sistemas de signos se consideraron representa-
las palabras se ubicaban en un vacilante punto medio. Descartes ciones. Los signos ya no corresponden tan naturalmente a s u
por ~je~plo, escribió, "Mientras confine mis pensamientos a mi~ objeto, sino que se trata de convenciones; tampoco son copias o
propl8S Ideas, desprovistas de palabras, no veo cómo podré equivo- mimesis (Morrison , 1982), sino representaciones en un medio
carme cO,n faciJi~ a d" (Principios , Seco 22, 1637-44/1968) especial- (Gombrich, 1960). Gilson (1957) expresó esto de manera brillante
ment~ 81 exammamos nuestras ideas "aislándolas entre sí y diciendo que antes de Giotto una pintura era una cosa; desde
exammándolas separadamente con una constante mirada men- Giotto hasta Cézanne una pintura era una representación de una
tal" (Reglas, regla XII). Gracias a una clara distinción entre ellas cosa. La estatua daba lugar a la pintura. Como veremos en relación
rue posible una nueva comprensión de los signos y de las idea~ con la obra de Alpers (1983), la idea de una representación correcta
~mo entidades s ubjetivas y mentales. Volveremos al tema de las eclipsó la noción de simbolización en el arte de los maestros
Ideas y la mente en el capítulo 11. holandeses del siglo XVlI.
Entonces, ¿qué es una representación? Este problema está en ¿Cómo debemos explicar este cambio? Los relatos que hemos
la raíz de numerosos problemas filosóficos, pero tal vez podamos revisado se centran en la nueva comprensión del mundo, del
av~zar un ~co en la cuestión si recordamos que, en la Edad lenguaje y de las ideas. Yo invertiría el acento, y sugeriría que la
Medl~, 8e crela que las palabras, al igual que lo.s imógene!l, poseían nueva actitud respecto de los signos , las ideas y la realidad rue
coneXIones naturales con las cosas - las palabras tenían un producida por un nuevo modo de lectura : la lectura de los signos en
nombre verdadero otorgado por Adán en el momento de la crea- términos de sus propiedades superficiales, sus significados litera-
ción, y las imáge~es se identificaban con los objetos que represen- les. También esto requiere una explicación.
ta~an-; se con?lderaba que ambas eran partes intrínsecas del En el capítulo precedente sostuve que uno de los logros de la
obj eto: la relacIón era metonímica. Las imágenes podían ser baja Edad Media, particularmente en el caso de los escolásticos
sagr.a das y, ~r ende, veneradas; mutilar la palabra era como aristotélicos, ru e leer las Sagradas Escrituras en términos de su
mutilar el objeto: ~~ ,blasfemia era un crimen pasible de castigo "significado literal". Señalamos la nueva preocupación por el texto
durB?t:e l~ InqwslclOn y aun hoy "el lenguaje propano {sic] es correcto y exacto, separado del comentario, con la debida atención
prohibIdo., como ~ezaba el cartel del lugar en el que yo patinaba al significado de la palabra, la etimología, la sintaxis, el contexto
cuando mño. Scnbner y Cole (1981) describieron una serie de y la intención del autor ,y la visi6n que el autor tenía del lector. Aun
~ntrevistas acerca de la arbitrariedad del signo con un grupo de cuando la interpretación requiriera un alto grado de estudio y de
mfonnant.es vai no escolarizados. Los encuestadores habían pre- erudición, esa lectura debía estar estrictamente vinculada con las
guntado SI el sol podía llamarse luna y viceversa. El consenso del propiedades del texto, o como 10 expresaron los autores de la
gru~ era que no podía, pero uno del grupo ofr eció una teoría Rerorma, con el significado "abiertamente fu ndado" en el texto. Ya
adámca del signo, ~iciendo "Todo loque Dios creó, Sus palabras, los no se consideraba que los signos ocultaban verdades prorundas y
nombres q.ue E l dlO a las cosas, no pueden cambiarse" (p. 141). místicas, sino más bien que revelaban abiertamente sus significa-
Los SlgnOS sólo fueron considerados arbitrarios en la tempra- dos para todos. Un texto requería una lectura cuidadosa, no el don
n.a ~dad Moderna, cuando se creía que las palabras tenían un de la iluminación personal, la revelación o epiranía.
slgruficado por rererencia a ideas más que por referencia directa a Para los lectores del siglo XVII, este tipo de lecturas de acuerdo
192 193
con el sentido, a pesar de su complejidad, era casi "algorítmica", hipótesis de que la ciencia consistía en la lectura correcta del Libro
casi mecánica, y disponible para todo el mundo siempre que se de la Naturaleza. Fue esto lo que le permitió pensar el mundo como
siguieran los procedimientos correctos. El cálculo de una raíz una suerte de al fabeto.
cuadrada es un ejemplo de proceso algorítmico; aunque el proceso En la Edad Media, era un lugar común h ablar de la natura-
sea complejo, si las reglas simples son obedecidas, la solución leza como el libro de Dios. La metáfora llegó al período moderno
correcta será hallada. Recuérdese también que este fue un conjun- temprano. Bacon (1620/1965 ) hablaba de "el libro de la palabra de
to de creencias acerca del método correcto de lectura; la práctica, Dios y el libro de la obra de Dios". Ta mbién en este caso, Bacon
como es obvio, divergía considerablemente de la creencia. Los comenta que el conocimiento sólo puede encont rarse en "el volu-
lectores del siglo xx tal vez estarían de acuerdo en que la lectura men de la creación" (Obras. IX, 371).
nunca es algorítmica; toda lectura requiere algo de inferencia para También Galileo (Galilei, 1623/1957) usó la metáfora del
una mejor explicación. Pero la hipótesis de que esa lectura Libro de la Naturaleza. En su Carta a la Gran Duquesa Cristina
algorítmica era posible dio origen a un modo nuevo y distintivo de (Galilei, 161511957) cita a Tertuliano con aprobación: "Llegamos a
leer, y permitió que, por primera vez, nociones como lengua la conclusión de que Dios es conocido primero a través de la
figurada, interpretación y comentario adqu irieran un sentido Naturaleza, y luego, máS: especialmente, a través de la doctrin a; a
peyorativo. Para citar un caso, Hobbes (165V1958, p. 38) insistía través de la Na turaleza en cuanto a Sus obras, y a través de la
en que un discurso serio evita las metáforas porque "son como doctrina en cuanto a Su pala bra revelada". En su textoSaggiatore
fuegos fatuos". (Galilei, 1623/1957)sostuvo que estaba escrito en el lenguaje de las
Leer algorítmicamente implicaba que todos los lectores que matemáticas. La ventaja de las matemáticas, como ya he dicho,
confiaban en estos métodos obtenían la misma interpretación y consistía en que son menos proclives a la ambigüedad y, por ende,
que volvían a obtenerla en cada relectora. La interpretación a la "interpretación".
correcta era obtenible porque se basaba abiertamente en el texto. Roberl Boyle, amigo de Hnrvey que llegó a ser miembro
y era aprensible por los sentidos. Permitía una clara distinción fundador y curator de la Real Sociedad, afirmó como \;!"n credo
entre lo que estaba en un texto y lo que alguien podía leer en él. personal: "Hay dos caminos principales para llegar al conocimien-
Como vimos, fue el modo protestante de leer las Escrituras. to de los atributos de Dios; la contemplación de sus obras, y el
Pero una vez que este método de leer las Escrituras se estudio de su palabra" (Pilkington, 1959, p. 14). "Hay dos fuentes
desarrolló, resultó sencillo suponer que la naturaleza podía leerse de las que recojo mi divinidad", escl;bió Thomas Browne, un
de la misma manera. De allí, la suposición de Bacon sobre el clérigo del sigloxvtl que también era miembro de la Real Sociedad,
"alfabeto" de la naturaleza. Tanto la Biblia como la naturaleza pa ra referirse a los dos Libros, el de las Escrituras y el de la
podían leerse examinando cuidadosamente las propiedades super- Naturaleza (Eisenstein, 1979, p. 455), como vimos en el epígrafe de
ficiales de los "textos· en cuestión. Ninguno se basaba en significa- este capítulo. Si bien la metáfora del Libro de la Naturaleza se
dos profundos, en secretos ocultos, en interpretaciones místicas ni conservó, los modos de leer ese libro cambiaron con el desarrollo de
en dones del espíritu ; el significado estaba escrito abiertamente nuevos modos de leer las Escrituras.
para todo aquel que supiera cómo leer "de acuerdo con los sentidos". Tanto en la práctica como en la teoría había una clara
conexión entre la metodología científica y la teología protestante,
La lectura del Libro de la Naturaleza conexión que, como ya dijimos. implica un modo común de leer .
Robert Boyle, a quien se conoce como el padre de la química,
l
El análisis de Bacon sobre la lectura del Libro de la Natura- a demás de su intervención en la Real Sociedad, también escribió
leza de acuerdo con el alfabeto del mundo se vuelve más compren- libros como Sorne motives and incentives lo lhe loue of Cad (Obras,
sible cuando reconocemos que Bacon estaba trabajando a partir de 1772). Como dijimos, Boyle era amigo de Harvey, quien tomó la
la metáfora "primordi al" que encontramos en el elogio a Harvey. anatomía en general y la circulación de la sangre en particular
Bacon , como Harvey y s us contemporáneos, trabajaron segú~ la como prueba de la existencia de Dios. BoyIe celebró la iluminación
194 195
que pudo surgir de "Carcasas muertas y fétidas [pues en] esas Gracias a la separación del que conoce de lo conocido ... la
Mansiones abandonadas, [podía versella inimitable Artesarua del escritura hace posible una introspección cada vez más articula-
Arquitecto Omnisciente~. Boyle escribió que cuando: da, abriendo la psiquis como nunca antes no sólo al mundo
objetivo externo, totalmente distinto de ella, sino también al
estudio el Libro de la Naturaleza, y consulto las Glosas de interior, respecto del cual se establece el mundo objetivo. (Ong,
Aristóteles, Epicuro, Paracelso, Harvey, Helmont, y otros expo- 1982, p. 105)
sitores eruditos de ese instructivo volumen, me siento a menudo
reducido a exclamar con el salmista: ¡Cuán múltiples son tus La distinción entre el que conoce y lo conocido sigue siendo
obras, oh Señor! Todasellas hiciste con sabiduría. Salmo 104: 24. fundamental. Pero en el pensamient o epistemológico actual, lo
(Citado por Frank, 1980, p. 121) conocido se ha vuelto subjetivo, y está compuesto por cuerpos de
creencias, en lugar de verdades objetivas. Kant perdió toda espe-
El camino hacia el conocimiento era la correcta lectura del ranza de conocer alguna vez el mundo nouménico, y propuso
Libro de la Naturaleza; los humanos, en el mejor de los casos, agregar conceptos psicológicos básicos como el espacio, el tiempo y
escribieron glosas. la causalidad a nuestra ont ología. La pura objetividad fue abando-
Si bien la metáfora era antigua, el modo "correcto" de leer, el nada por inalcanzable (Cassirer, 1957). En épocas recientes, esa
modo metódico o mecánico o "algorítmico" de leer de acuerdo con subjetividad fue descripta como la "carga teórica" de la observación
las propiedades textuales, era nuevo. Pues cuando ese método de (Hanson, 1958). En este sentido, los filó sofos de la ciencia, como
lectura se aplicó a la naturaleza, transformó Jos escritos de los Kuhn (1962), sostuvieron , de manera convincente a mi entender,
antiguos en meros comentarios sobre el texto real, el Libro de la que todo conocimiento cient ífico presupone un marco de perspec-
Naturaleza. Como tales, tenían que ser criticados o dejados de lado tiva o "paradigma", que hace que aun el conocimiento científico sea
completamente si se leía ese libro de manera individual. E so es lo fundamentalmente psicológico en cuanto a su naturaleza. Al
que Co~ey dijo que había hecho Harvey. Desde luego, sabemos mismo tiempo, algunos historiadores de la ciencia, como Polanyi
que no fue así. Harvey había estudiado cuidadosamente a Galeno (1958, p . 16), propusieron que el conocimiento científico es perso-
y Vesalio, pero nunca había mirado sus obras como una alternativa nal, y nos compromete "apasionadamente y mucho más allá de
a la observación cuidadosa y al pensamiento (Bylebyl, 1979). nuestra comprensión, a una visión de la realidad". Si esto es cierto,
Este nuevo modo de leer, tanto la Naturaleza como las el desarrollo de la objetividad en el período moderno temprano
Escrituras, era la base de la prueba disponible para los sentidos, parecería ser una victoria pírrica -pequeñas ganacias a enormes
lo que todos podían ver en el texto o en la Naturaleza. Los textos costos- o apenas un error, un paso en la dirección equivocada.
sin ese fundamento, por ejemplo los metafóricos, debían leerse Aunque los autores del siglo XVII eran optimistas y pensaban
"libremente", o no leerse en absoluto. El producto no era sólo una que la aplicación de los métodos apropiados, que ellos considera-
nueva comprensión de las Escrituras, sino también u na nueva y ban como el modo correcto de leer el Libro de la Naturaleza y las
"objetiva" comprensión de la naturaleza. Pues la objetividad es Escrituras, proporcionaría un acceso a la verdad religiosa y per mi-
justamente la lectura del Libro de la Naturaleza de acuerdo con las tiría el descubrimiento de la estructura última de la realidad,
pruebas disponibles para los sentidos. nosotros, en el siglo }c{, renocemos el dogmatismo de sus visiones
La noción misma de objetividad en la ciencia presenta una religiosas y la inaccesibilidad de sus objetivos científicos. Nuestra
dificultad para los lectores del siglo xx. Desde los tiempos de Kant, generación aspira a los logros más modestos de formular teorías,
hemos contrastado el mundo nouménico, el mundo de las cosas hipótesis y pretensiones, y de criticarlas a la luz de las mejores
mismas, con el mundo fenoménico, nuestra s ubjetiva, per sonal o evidencias. E n lugar de verdades objetivas, nos contentamos con
privada experiencia de esas cosas. Esa distinción, a su vez, se basa aserciones avaladas y con creencias justificadas.
en una distinción más fundamental entre el que conoce y lo No todo está perdido. Si adoptamos lo que considero una
conocido, distinción que, según Havelock (1963), puede tener su epistemología basada en el discurso, que apela a categorías
raíz en la escritura . Ong agrega: discursivas como pretensión versus evidencia, podemos encontrar

196 197
una interrelación más bien directa con la antigua y osada episte- él Ycualquier otro presente en el laboratorio habría visto constituía
mología del siglo XVII, que distinguía entre lo dado y lo interpreta- un ''hecho'', la preocupación principal de la nueva ciencia. Las
do, los hechos de lo teorfa, y las observaciones de las inferencias_ hipótesis, conjeturas, etc., estaban "claramente elaboradas por el
Aun cuando no estemos dispuestos, en la actualidad, a defender hombre y podían, por tanto, ser contestadas" (Shapin, 1984, p. 502).
una ardua y rápida distinción entre lo dado y lo interpretado, En consecuencia, Boyle dejó un "notorio intervalo" entre las
todavía podemos ver que la preocupación de ese siglo por la descripciones de sus hallazgos experimentales y sus ocasionales
objetividad contribuyó al desarrollo del pensamiento científico "discursos" sobre la interpretación de esos hallazgos (Boyle, 1772,
presente, si notamos la traducción directa de teoría a suposici6n y Vol. 1, notas 1, 2; véase Shapin 1984). Señaló los textos que caían
de hechos a evidencias para una suposici6n. Es cierto que los de un lado del intervalo mediante modalizadores como probable-
conceptos han variado en la traducción, pero todos los logros de los mente,podria ser y tal vez, mientras que afirmaba taxativamente
primeros pueden conservarse mediante la traducción. Es decir, si aquellos que se encontraban del lado fáctico.
tomamos "'sus" observaciones como "nuestras" evidencias, pode- Robert Hooke, discípulo de Boyle, también miembro de la
mos conservar sus logros aun cuando los relativicemos. El hecho de Real Sociedad de Londres, expresó el mismo interés. En el Prefacio
hoy, que provee evidencias para alguna teoría o suposición más a su principal obra, Micrographia (1665/1961), afirmó que su
general, puede ser la trona o la suposición de mañana, para la cual objetivo era describir la naturaleza "tal cual es", contrastando la
se requiera nueva evidencia. Así, la epistemología del siglo xx no observación con las meras suposiciones, conjeturas y conclusiones:
abandona la epistemología del siglo XVII; antes bien , la relativiza.
Alli donde [ellectorJ encuentre que he aventurado una pequeña
Cómo leer el Libro de la Naturaleza conjetura, en las causas de las cosas que he observado, le ruego
que las vea como problemas dudosos, como suposiciones incier-
La metáfora del Libro de la Naturaleza cortó dos caminos. En tas, y no como conclusiones incuestionables ... (Prefacio, p. 5)
primer lugar, permitió que el conjunto de conceptos diseñados para
"leerD las Escrituras fuera aplicado a la naturaleza. La epistemolo- ... Me csforcé (tanto como me fue posible) en primcr lugar por
gía, el método correcto para estudiarla, era una hermenéutica descubrir la apariencia verdadera, y luego por hacer una repre-
aplicada, el método correcto para estudiar las Escrituras. La clave sentaci6njusta de ella. (Prefacio, p. 24)
residía en leer de acuerdo con el "sentido", el significado s uperficial
o literal que todos podían ver. En general, se consideraba que los Leer la nat uraleza y escribir sobre ella se basaba, pues, en la
significados espirituales y alegóricos eran invenciones e imagina- distinción entre lo que estaba en la mente y 10 que estaba en el
ciones de 108 lectores, y que no estaban fundamentados por las mundo. Era un intento por honrar la demanda de Bacon de no
intenciones del autor o los significados del texto. Así como había que confundir el "sueño de la imaginación" con el "patrón en el mundo".
distinguir el significado literal del texto de sus supuestos significa- La demanda se aplicaba igualmente a la lectura de las Escrituras
dos alegóricos, del mismo modo, al leer el Libro de la Naturaleza, y del Libro de la Naturaleza.
había que distinguir los "patrones en el mundo· de los "sueños de Leídos adecuadamente, no habría conflictos entre ambos
la imaginación", como afirmó Bacon (1620/ 1965, p. 323). libros. Galileo, por ejemplo, sostuvo que ""los sentidos verdaderos
El modo en que esto debía hacerse fue explicitado por Robert de los textos bíblicos" concordarían con ulas conclusiones fisicas
Eoyle en las descripciones de sus experimentos con la bomba de [basadas en] el sentido manifiesto y las demostraciones necesa-
vacío llevados a cabo durante la década de 1660, y que han sido rias", siempre que uno distinguiera claramente "el significado de
analizados recientemente por Shapin (1984) y Shapin y Schaffer la Biblia ... de la propia in.terpretación; ... no 10 que está en la Biblia,
(1985). Boyle (1772) creía que todo aquel que presenciara sus sino lo que ha encontrado en uno mismo e imagina que está en ella"
experimentos con la jarra de vaCÍo vería exactamente lo que él (Galilei, 1615/1957, p. 186), La distinción entre 10 que estaba en el
había visto. Describió s us experimentos con tanto detalle que fue texto o en el mundo y lo que se consideraba que estaba a llí bastaba
como si el lector estuviera presente con él en el laboratorio. 10 que para dividir no sólo las religiones "verdaderas" de las "falsas", sino

198 199
también las pseudociencias de las ciencias genuinas : la astrono- ... la verdad no está revelada en las pal~bras de Dios, sino en su
mía de la astrología, la química de la alquimia, las matemáticas de obra; no está basada en el testimonio de las Escrituras, sino que
la numerología, el pronóstico de la predicción, etc. (Toulmin, 1972; es visible para nosotros en todo momento. Pero es comprensible
Hacking, 1975b). sólo para aquellos que conocen la escritura de la naturaleza y
Como ejemplo del cambio semántico producido, considérese pueden descifrar su texto. La verdad de la naturaleza no puede
el concepto de pronóstico y su equivalente más moderno, la predico expresarse en meras palabras ... (sino] en const rucciones, figuras
ción. Ambos significan decir algo acerca del futuro. Sin embargo, y números matemáticos. Y en estos símbolos la naturaleza se
la predicción implica la habilidad de decir el futuro por medio de presenta a sí misma con una forma y una claridad perfectas. La
signos, analogías y alegorías, cuya invención depende de la pose- revelación por medio de la palabra sagrada nunca puede alcan-
sión de poderes especiales. El pronóstico también depende de zar.. . tal precisión, pues las palabras son siempre ... ambiguas.
signos, pero que pueden leerse mecánicamente, por cualquiera, Siempre es el hombre quien debe acordarles su significado ... En
aun cuando no se posean poderes especiales. La primera forma la naturaleza ... todo el plan del universo se despliega ante
nosotros. (p. 43)
parte del mundo "encantado" en el cual los sueños de la imagina-
ción no están claramente diferenciados de los patrones del mundo. Pero la lectura correcta de las Escrituras y de la Naturaleza
Los pronósticos pueden basarse en hechos objetivos, es decir, depende no sólo del método, según los rasgos superficiales, ya se
observables. trate de los sentidos de los textos o de las apariencias de la
También Locke (citado por Aarsleff, 1982, p. 57) asociaba el naturaleza, sino también del problema de una autoridad final.
modo correcto de usar el lenguaje con el modo cor recto de investi- ¿Quién decide lo que un texto significa o lo que dice efectivamente
gar la naturaleza. Sostenía que las palabras son útiles sólo si se el Libro de la Naturaleza? ¿Qué o quién es el árbitro final?
basan en la atención a las "apariencias obvias" y las "cualidades Recuérdese que Cowley y Boyle defenestraron a los antiguos
sensibles", y todo aquel que pensara de otro modo "'nunca llegaría porque los consideraban meros comentadores de un texto; el texto
a ser químico, sino que se limitaría a ser un alquimista". real estaba escrito por Dios y era observable para los hombres.
y esta fue la distinción que se respet.ó en ellluevu jH~lIlu pur Un nuevo modo de lectura dependfa entonces no sólo de
representar el mul1'!1o: poner, por así decirlo, el mundo sobre el nuevos medios de lectura y escritura, sino también, al menos si
papel. Cómo interpretar un texto, qué procesar como dado y qué debía suplantar los medios más tradicionales, del establecimiento
como producto de la imaginación es, desde luego, el problema de la de algún tribunal que reglara sobre la validez de las lecturas o
conciencia y el manejo de la fuerza ilocucionaria de una proposi- interpretaciones. La Iglesia y la Corona habían provisto tradicio-
ción. Cuando se desarrollaron los medios para determinar el modo nalmente la autoridad para decidir sobre la lectura correcta de las
en que debían interpretarse correctamente los textos, el único y Escrituras y la correcta interpretación de la ley. Esto es bien
verdadero sentido histórico libre de fantasías y de imaginación, los conocido respecto de la ley; la ley sin tribunales carece de objetivos .
mismos medios podían aplicarse a la observación de la naturaleza. Anderson (1989, p. 84) señala que "a menos que el derecho de
Las estrellas podían verse como estrellas, y no como mensajeros interpretación sea 'democratizado' ", la mera existencia de leyes
divinos (aunque esto fue y es dificil de eliminar completamente). escritas no cambia demasiado las cosas". Del mismo modo, una
La comprensión del modo en que un texto debe ser interpretado y cuidadosa escritura que explotara los significados literales tampo-
del modo en que debe "interpretarse" la naturaleza proveerá las co tendría mucho peso a menos que hubiera algún medio para
bases de una teoría sobre cómo la cultura escrita contribuyó al acordar la lectura correcta del Libro de la Naturaleza. El tribunal
pensamiento moderno. para establecer esa lectura correcta no es otro que el "testimonio
Cassirer (1951), en su trabajo sobre la filo sofia de la Ilustra- de los sentidos". Lo que cualquiera puede ver "con un ojoconfiable",
ción, resume de manera convincente esta nueva actitud respecto como señala Hooke. William Harvey escribió : "no confiéis en nada
del discurso: de 10 que digo; sólo apelo a vuestros ojos". Robert Boyle escribió sus
informes experimentales de tal modo que convirtió a los lectores en
"testigos virtuales", describiendo sólo cosas que éstos podrían
200
201
haber visto con sus propios ojos de haber estado presentes (Sbapin, es que el método para leer las Escrituras resultó utilizable para
1984, p. 500). leer cualquier otra cosa; el protestantismo y la ciencia moderna
Pero el "testimonio de los sentidos" disponible para todos no fueron su producto.
es, tampoco en este caso, una causa, sino una consecuencia de la Este no es, desde luego, el final del relato. El protestantismo
nueva epistemología . Recuérdese que el camino para aislar el fracasó -algunos dirán que espectacularmente- en su intento de
significado literal, histórico, pretendido dio como resultado proce- llegar al significado último y verdadero de las Escrituras, y el
dimientos, una hermenéutica, para decidir los casos complejos. La empirismo de la ciencia moderna temprana fracasó, en última
interpretación debía "basarse abiertamente" en el texto, pero aún instancia, en proveer el conocimiento verdadero del Libro de la
seguía implicando una erudición léxica, sintáctica e histórica para Naturaleza. El éxito relativo del método en ambos campos es
decidir en muchos casos . Puede parecer que los fundamentos informativo. El método algorítmico de lectura "de acuerdo con el
históricos de una interpretación apenas se "basaban" en el texto. sentidon fue inapropiado para leer los textos sagrados en primer
Pero en cierto sentido, así era. "Basados abiertamenten quiere lugar. Los libros sagrados, sean la Biblia, el Corán, los Veda o el
decir basados en un método estricto, especificable, una vía mecá- Talmud, son el producto de una tradición oral en la cual la
nica o metódica para examinary evaluar la evidencia. El algoritmo distinción literal-metáfórico no es indubitablemente respetada;
no necesita ser simple ni infalible. Pero debe renerse por mecánico por cierto, los rextos culturalmente significativos dicen, significan,
y no dependiente del capricho, la inclinación ni la fantasía del implican, aluden y alegorizan al mismo tiempo. Podemos volver a
intérprete . Tampoco las hojas de té, las entrañas de las aves, las Frye (1982, p. 61), un estudioso que dedicó su Vida a interpretar
alegorías ni los aforismos pueden leerse de manera algor ítmica. esos textos, quien dijo: "El significado principal y literal de la
Las Escrituras, el pensamiento protestante (erróneamente, dirán Biblia, pues, ... es el metafórico". Enunciados como ~Tuyo es el reino
muchos) y la naturaleza, el pensamiento de los primeros científicos de los cielos" o "Dios es tres personas" no caen fácilmente en las
modernos (erróneamente, dirán muchos) podían ser leídos porque categorías analíticas de significado literal 11"JJuesto a significado
estaban escritos por la inmutable mano de Dios. metafórico. Literalmente significaron lo que ahora consideramos
Leer el otro libro de Dios, el de la Naturaleza, fue entonces meramente metafórico.
una aplicación directa de los principios que se habían desarrollado Sin embargo, no hay modo de volver a las lecturas místicas de
para leer las Escrituras a fines de la Edad Media . Ese método la baja Edad Media, ni en cuanto a las Escrituras ni en cuanto a la
consistía en leer "de acuerdo con el sentido" el significado lireral o naturaleza. El que lea hoy:
superficial del texto. Esa lectura cerrada o estricta permitió que
por primera vez se pensara peyorativamente acerca de la interpre- los arroyos son libros para nosotros,
tación y el comentario. Ambos eran prácticas igualmente antiguas. las mismas piedras tienen su moral,
10 nuevo era la convicción de que se trataban de moneda devaluada y cada cosa nos ofrece su especialidad consoladora.
respecto de la verdadera comprensión derivada de la lectura (Shakespeare, Como gustéis, 11, J, 17-20)
cuidadosa y de la observación estricta. 10 que se requería para
transformar el método en una institución era un conjunto de textos está loco, enamorado, ¡O es un desconstruccionista!
- Escrituras y naturaleza- , un conju nto de prácticas interpre- El nuevo modo de leer fue suficiente para suscribir una nueva
tativas de acuerdo con el sentido y un tribunal de apelación para "escritura" del mundo, el intento de representar el mundo sobre el
determinar la lectura correcta. Ese tribunal se democratizó me- papel recientemente descubierto. Ese es el tema del próximo
diante la suposición de que el juicio debía basarse en la evidencia capítulo.
manifiesta que todos pudieran ver. En realidad, aun con un
método y un tribunal, lo que es "sencillo de ver para todos" nunca
alcanza la unanimidad. Las sectas protestantes, como antes los
heréticos, continuaron encontrando nuevas "lecturas", y las escue-
las científicas siguen encontrando nuevos modelos . Lo importante
202 203
9
Una historia del discurso escrito:
de lo mnemotécnico a las
representaciones

Los grandes hechos del emperador Lotario In se inscribieron en


tabletas de plomo y se enterraron en su tumba para que no fueran
olvidsdosjsmás. ( K. F. Morrison, 1990, p. 215)

A partir del siglo XIII , 108 textos comenzaron su transformación de


dramas a documentos. (K. F. Morrison, 1990, pp. 247 8S)

Como vimos en el capítulo 5, para poder confiaren la escritura


como medio para conser var información significativa, debe
intentarse compensar, lo perdido en la simple transcripción. Las
escrituras captan, registran o representan con facilidad las formas
verbales, es decir, el léxico y la sintaxis. La actitud del hablante
respecto de esa forma verbal, que varía desde la aprobación
entusiasta hasta el desdén cínico, no es captada por ningún
alfabeto. La elaboración de medios léxicos y gráficos para repre-
sentar la actitud del hablante y, por ende, h acerla consciente y
controlable, representa un logro crucial, comparable en signi fica-
ción a la invención de la escritura. Por cierto, puede postularse que
la elaboración de esos medios gráficos para representar la fuerza
de una expresión es lo que convierte las escrituras en sistemas de
escritura.
En este capítulo volveremos al problema del modo en que se
desarrollaron esos nuevos recursos para especificar las intencio-
nes de significado en la escritura, y en que ese desarrollo hizo
posible la noción de que un texto puede representa r la intención de
un autor, y no sólo como procedimiento mnemotécnico para recor-
dar esa intención. Como veremos, se trata de un desarrollo basado
en nuevos modos de lectura y escritura de textos. En el capítulo
205
siguiente al presente examinaremos de qué modo esos nuevos los primeros que comentaron el tema, pensaban que la escritura
recur sos fu eron explotados en la construcción de representaciones era un recordatorio de los enunciados orales (Havelock, 1982, p.
del mundo, en la pues ta en pa pel del mundo. 201; Thomas, 1989, p. 21). Esta visión persistió en la Edad Media
La creación de textos que representan y no sólo recuerdan (Camille, 1992, p. 18). Los registros escritos eran considerados y
entrañó tres logros relacionados. En primer lugar, tenían que procesados como recordatorios, y no como representaciones . Clanchy
desarrollarse medios para crear textos con significado determina- (1979) mostró de qué modo la autoridad se delegó a un documento
do y monológico: los problemas tradicionales del significado literal escrito en la Inglaterra de los siglos XI y XlI. Antes de confiar en los
y textual; en segundo lugar, esos textos tenían que ser representa- documentos, la posesión de una propiedad sería t ransferida me-
ciones adecuadas y, por tanto, capaces de supla ntar las supuestas diante una ceremonia presenciada, y la transferencia de algún
intenciones del autor; en tercer luga r, esos textos tenían que ser objeto simbólico. Aun cuando comenzaron a u sarse las actas
indicadores adecuados del modo en que debían interpretarse: como escritas, era común adjuntar a la hoja de papel algún ítem menos
fácticos O especulativos, como literales o metafóricos . Anal icemos simbólico, como un terrón de tierra, pa ra autenticar el acuerdo.
cada caso por separado. Hacia el siglo XlII, la Magna Carta, docu mento cuidadosamente
negociado, fi rmado y sellado, podía representar el acuerdo . Haber
1) Tex tos como recordat orios versus text os como firm ado tal documento implicaba para el signatario la imposibili-
represen tacion es dad de evadir las condiciones especificadas diciendo que no era )o
que había pretendido; el documento representaba la intención.
Mientras los textos, al igual que el habla, sean considerados Illich (1991) proporciona una pintoresca descripción del modo en
portadores de múltiples niveles de signillcado --de aludir, insi· que los juramentos orales fueron reemplazados por documentos:
nuar, alegorizar , además de afinnar , indicando los aspectos sigui·
ficativos mediante el conlexto o la entonación-, es imposible decir En una sociedad oral, )Ul hombre tiene que cumplir con su
palabra. Confinna su. pal lllJra u1t;lUialll.e un juramento. que es
exacta o lh:fillitivamente lo que significa una oración o un texto.
una maldición condicional que se abatirá sobre él en el caso de
Además, mientras sirvan principalmente como t ranscripciones de comportamiento deslea l. Mientras jura, se 1.oma la barba o los
las propiedades léxicas y sintácticas del h abla, los textos podrán, testículos, comprometiendo su carne como prenda ... Bajo el
en el mejor de los casos, ayudamos a recordar lo rucho, pero no régimen letrado, el juramento palidece ante el manuscrito: lo
podrán representar totalmente el modo en que deben ser interpre· que cuenta ya no es la memoria sino el registro. (39-40)
tados. En los contextos in praesentia, la solución es relativamente
simple . El modo de decidir la intención de significado de un Los primeros documentos eran procesados como recorda-
enunciado oral es seguir hablando hasta que alguien comprenda y torios y no como representaciones; la creencia general sobre la
se llegue al acuerdo. La lengua real utilizada en el proceso no puede escritura apoyaba este uso. Carru ther s (1990) proporcionó con t un-
interpretarse como el acuerdo defi nitivo; se trata más bien de una dentes pruebas de que los autores medievales pensaban que la
comprensión mutua. escritura en papel era esencialmente equivalente a escribir en la
Aun cuando la escritura entre en escena , la relación entre mente: "se enseñaba a leer y memorizar como en la antigüedad,
recordatorio y representación puede no variar. Mientras se consi- como si se tratara de una única actividad" (p. 101). Por cierto, en
dere que los textos escritos son u na expresión imprecisa de las la Edad Media, los textos escritos se usaban para verifi car la
intenciones y, por ende, potencialmente polisémicos, no podrán propia memoria, y no como objetos de representación por derecho
constituir el acuerdo; éste seguirá siendo el encuentro de intelec- propio. Así, los monjes que se entrenaban debían munirse de
tos. Cualquier registro escrito servirá como un mero equivalente tabletas en las cuales se escribían los salmos, no para que los
de una fir:ma aulenticadora . El texto no constituirá el acuerdo; sólo consultaran, sino más bien "de modo que, cuando se detuvieran ,
podrá recordar a los lectores el acuerdo, como lo harían una marca pudieran aguzar la memoria con ayuda de la comparación" (p. 88).
O un sello. El conocimiento estaba en la mente; la escritura era mnemónica,
Hay evidencias históricas de esle avance. P índaro y Esquilo, un recordatorio. Carruth ers cita la definición del propósito de las
206 207
letras de Isidoro de Sevilla: permiten "mantener las cosas en la podían indicarse en el texto y recuperarse sin necesidad de consul-
memoria" y "oír nuevamente y retener en la memoria las voces/ tar ni al autor ni a un especialista en interpretación. La consecuen-
palabras de aquellos que en realidad no están presentes" (p. 106). cia fue que comenzó a considerarse el texto como autónomo, como
En este contexto, tal vez se torne comprensible la ironía de escribir una representación adecuada de las intenciones del autor. Ya no
los grandes hechos de Lotario y luego enterrar el texto "para que era un simple recordatorio de lo significado; representaba ese
no fu eran olvida dos jamás" (Morrison, 1990, p. 215). Tal vez no. signifi cado. Está abierto el camino para el intento deliberado de
Si la escritura es simplemente mnemónica, los signos escritos crear textos como representaciones documentarias de los hechos
no pueden considerarse representaciones adecuadas de las creen- mundiales (véase Bauml, 1980, p. 249).
cias e intenciones del autor y, por tanto, capaces de reemplazar
estas últimas; el signo simplemente recuerda uno de los significa- 2) Textos sin voz
dos deseados. Por cierto, mientras la escritura conserve sólo el
léxico y la sintaxis, se pierden los aspectos no léxicos de la intención Un dicho popular de la posmodernidad es "la muerte del
respecto de la audiencia, es decir, la actitud del hablante acerca de autor". El autor es reemplazado por "el nacimiento del lector"
lo dicho, que deben recuperarse de otras fuentes como la memoria (Barlhes, 1977). La historia de la cultura escrita es un poco
del tono de la voz del hablante original o del contexto en el cual diferente. La muerte del autor es reemplazada por el desarrollo de
h abló. Bajo tales condiciones no hay posibilidad de eliminar la textos que, en un sentido, hablan por sí mismos. Pierden la "voz"
brecha entre lo que una palabra u oración signifi ca y lo que uno del emisor para transformarse en "autónomos" o "carentes de
quiere significar con ellas (Orice, 1989). Los signos son apenas autor" (Harris, 1989; Olson 1977). Gellner (1988; pp. 70-71) seña-
recordatorios; los signos mismos no pueden considerarserepresen- la: "Lo más significativo acerca de la escritura es que hace posible
tantes adecuados de los significados que pretendía comunicar el
la separación entre afirmación y emisor. El contenido semántico
hablante o autor.
adquiere vida propia". ¿Cómo se produce esto?
La visión de que la escritura es meramente mnemónica tiene
uno aegundo consecuencia. Como vimoa en el capítulo precedente, Rousseau (1754-91/1966) señaló que la sustitución de la voz
la evolución del pensamiento moderno depeJl-dió de la distinción mediante marcas pierde el rastro no sólo de la voz personal, la
entre los signos y las ideas que éstos representaban. Pero la "firma" del autor, sino que también pierde toda indicación de la
distinción no podía hacerse mientras se pensara que los significa- entonación y el énfasis. Estaba hablando como un silencioso lector
dos se encontraban en el corazón y no en el signo. Así, la visión moderno. McLuhan nos recuerda el personaje de James Joyce, la
mnemónica de la escritura es congruente con la visión medieval de señora Equitone, que hablaba como un libro de manera mesurada
los signos. y pautada. Pero ¿cómo se llegó a considerar que el texto carecía de
Entonces, ¿de qué manera comenzó a pensarse que los textos voz y que, por ende, debía leerse en silencio?
escritos leman un significado definitivo que representaba adecua- En la antigüedad, se creía que la escritura captaba la voz; la
damen Le la intención de un autor y que podía, por ende, reempla- escritura le hablaba a quienes podían leer. Havelock (1982) señala
zar esa intención? La respuesta se encuentra en la invención de que la escritura griega tuvo que ajustar el habla para producir una
dis positivos gráficos y léxicos para indicar DO sólo lo dicho sino nueva forma de discurso escrito. La escritura antigua trataba de
también cómo había que interpretarlo. Las relaciones entre propo- emular el habla. El contenido de 10 escrito era ~a l go que se dice en
siciones podían estar marcadas explícitamente por medios grama- voz alta, y no algo afirmado y registrado en silencio. Tiene la
ticales y léxicos - hemos analizado los pronombres relativos y las cualidad de un anuncio oral dirigido a una ocasión detenninada o
conjunciones subordinan tes, así como las nominalizaciones en el a una persona detenninada". Así pues, muchas inscripciones
capítulo 5-; las actitudes respecto de esas proposiciones podían antiguas le "hablaban" al lector. La leyenda de un objeto nsico
expresarse mediante el uso del discurso indirecto, que da rienda decía: "Soy la copa de Néstor", o "Mantiklos me dedicó", o "Aquellos
suelta a la lexicalización del acto de habla y los estados mentales. que me roben se quedarán ciegos" (pp. 190-191).
El efecto era que tanto lo dicho como el modo de interpretarlo Lévy-BruhI (1923; 1910/192 6) proporcionó varios relatos so-
208 209
bre quienes, por no estar familiarizados con ella, consideraban que palabras, oola voz. En laEdadMedia, leer era principalmente una
la escritura "decía" cosas, es decir, que hablaba, y por ello consti- actividad oral: la restauración de la voz era crucial para captar la
tuía un instrumento de adivinación. Harbsmeier (1988) cita un intención de significado. Dom Leclercq (1961) escribió:
relato del siglo XVlII de un liberto llamado Equiano, sobre la
respuesta de las personas no familiarizadas con la escritura frente ... en la Edad Media, como en la antigiiedad, no se lefa como hoy,
principalmente con los ojos, sino con los labios, pronunciando lo
a los libros:
que veían, y con los oídos, escuchando las palabras pronuncia-
das, oyendo lo que se llama las "voces de las páginas". (18-19)
Un bechuana un día preguntó qué era eso sobre la mesa. Cuando
le dijeron que eran libros, y que esos libros contaban novedades, Clanchy (1979) señala que esto también sucedía con la escri-
puso uno de los libros contra el oído, pero como no podía ofr tura medieval. Eadmer de Canterbury, un clérigo del siglo Xl,
ningún sonido, dijo: este libro no me dice nada, y lo puso de nuevo pensaba en la composición escrita como un "dictado a uno mismo"
sobre la mesa diciendo: "¿Está durmiendo?" (254) (p. 218). Nosotros reconocemos que la recuperación de la voz es
importante para la poesía y la lectura oral , en especial la de
Jaynes (1976) h izo un uso interesante de esta actitud frente diálogos, pero negamos que sea importante para la lectura silen-
a las inscripciones en su teoría de la evolución de la conciencia, ciosa de la prosa; dejamos que el léxico, la sintaxis y el género
arguyendo que antes de la invención de la escritura, los aconteci- determinen el significado. Leemos "Insistió en que el libro era
mientos recordados a veces se experimenta~an como si fueran suyo" sin "oír" mentalmente el tono insistente. El léxico es cada vez
hablados en la mente por un dios o u n espíritu, y no como el un porlador más importante del tono.
producto de la propia memoria e imaginación. Este autor provee Es relati vamen~ obvio el modo en que los registros escritos
nutridas pruebas de esta actitud tanto en la épica homérica como pudieron contribuir a la pérdida de la voz del hablante; la t rans-
en los profetas bíblicos que oyen la voz de los dioses o de Dios. El cripción representa las palabras de Churchill , MRrtin Luthp.r
argumento en contra de esta perspectiva es que aunque algunas King, hombres y mujeres, niños y niñas, reyes y súbditos, exacta-
personas en estados "espirituales" elevados puedan experimentar mente con las mismas palabras. la misma escritura. La voz, junto
sus ideas como una visitación, la cognición normal para la mayoría con el acento y la entonación y otros marcadores de la fuerza
de la gente la mayoría de las veces era paredda a la nuestra. Sin i1ocucionaria. se pierden cuando se transcriben los enunciados,
embargo, sigue siendo posible que la línea divisoria entre lo pero pueden ser reinventados por el lector en algunas circu nstan-
originado en la mente y lo que el mundo era en realidad vuelva a cias. Las intenciones respecto del oyente, lo que el emisor quiere
trazarse con el comienzo de la escritura y luego en el período que el receptor crea que pretende significar, puede representarse
moderno temprano. en el enunciado en la medida en que puede lexicalizarse en él o en
Así como la escritura puede considerarse un intento de dar su contexto lingüístico. Manipular el discurso para especificar el
marcas a la "voz", el proceso de lectura puede considerarse dador modo en que su autor desea ser interpretado es lo que permite que
de voz a textos escritos; éstos proporcionan meras pistas para el texto reemplace las intenciones del emisor. Pero una vez que esto
producir la forma oral real. La vasta literatura sobre la "interpre- se logra, o se supone que se ha logrado, el texto puede procesarse
como si significara lo que dice, es decir que no se requiere mayor
tación oral" está dedicada al proceso de restauración de las propie-
interés en los significados supuestos que subyacen al texto o entre
dades especiales de la voz ---entonación, fraseo, pausas , etc.- en
líneas . La interpretación se transforma en recuperación y no en
el proceso de lectura de un texto en voz alta. El intento .es leer de invención.
tal modo que la audiencia pueda oír la voz del autor del texto, y no La separación de un texto respecto de su emisor requiere,
sólo la del lector . Aun cuando leamos para nosotros frases famosas pues, el desarrollo de dispositivos alternativos para representar lo
como la de Churchill "Pelearemos", o la de Martin Luther King que, en el habla, es portado por la voz. Algunos rasgos están
"tengo un sueño", podemos reconstruir mentalmente sus voces al irremediablemente perdidos; la tensa voz de T. S. Elioty la sonora
igual que sus palabras. Lo que el texto escrito hace es conservar las voz de Dyl an Thomas, por ejemplo, no pueden captarse en u n

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sistema de escritura. Pero los aspectos del significado que porta la nes el texto no puede servir como representación fija o invariante
voz, como la relación entre cláusulas, el problema de la cohesión del 'significado o intención , y no puede servir como base de una
(Tanneo, 1985) y la actitud del hablante respecto de lo dicho, tradición de investigación documentaria.
pueden manejarse hasta cier to punto mediante el léxico y la Para resumir, en un contexto oral, un poeta, orador o conver-
gramática . Los demás aspectos pueden ignorarse. Sólo cuando lo sador, tiende a confiar en la cita directa de las palabras del
dicho y el modo en que debe inter pretarse están indicados en el hablante, hasta cierto punto de precisión, usando.su tono.de voz
texto, éste puede considerarse autónomo. Los textos habrán pasa· para transmitir el acto de habla in:-,olucra~~. SI este dISCurso
do de ser artefactos mnemotécnicos a ser representaciones. conservado debe reemplazar las intenCIOnes ongmales del hablante,
Comparemos esta actitud con la de los textos orales y la tanto los medios léxicos para representar las intenciones del
t radición oral. AJgún grado de separación respecto de la voz del hablante respecto del oyente, esencialmente verbos de ~c~s de
hablante original Se produce en los contextos orales cuando los habla, como un conjunto de conceptos que incluyen el d~ slgmfica-
textos son memorizados y citados o recitados por otra persona . En do literal deben inventarse y emplearse con coherenCIa. Cuando
el habla ritual, como en los rituales de circuncisión en Madagascar los conceptos apropiados y los recursos léxicos estuvieron disponi-
(Bloch, 1975), o nuestro propio recitado del himno nacional o del bles, los autores y hablantes fueron capaces de crear ~x~os que
padrenuestro, tanto en latín como en inglés, el h ablante no es el pudieran servir como representaciones autónomas de slgmficado.
autor, sino un portavoz. En estos casos, la relación entre el "autor" Ya no se considera necesario consultar al autor para saber lo que
yel portavoz está oscurecida. Los profetas bíblicos como J eremías un texto significa; el texto puede interpretarse co~o ~i represen-
tendian a pensar que no estaban hablando por sí mis mos, sino en tara adecuadamente una intención específica de slgmficado. Los
nombre de Dios, tal vez porque estaban citando palabras antes textos han comenzado un importante viaje desde el drama al
atribuidas a Dios. AJ citar el discurso, ¿quién decide cuál es la documento (Momson, 1990, p. 247).
verdadera intención expresada por un enunciado? ¿Quién decide
si un enunciado debe presentarse como una insinuación, una 3) Los textos como representaciones literales o
pregunta retórica, una conjetura o una clara aserción? U n hablante metafóricas
en un con texto oral puede haber oído cómo se había presentado
originariamente un enunciado; el cómo es tar¡"acuciante como el La his toria de la cultura escrita ha consistido en parte en
qué. Pero como a ntes señalamos, en muchos casos el problema aprender a construir documentos que puedan ser vir como. conti-
reside en el intér prete, cuya voz depende de las propias necesida- nentes y á r bitros del significado. Los textos pue~en cu~ph r esta
des o las del auditorio: función sólo si hay alguna clara indicación sobre SI deben mterpre-
tarse "estrictamente h ablando", "hablando vagamente", y como
la audiencia quería un relato lleno de acción y movimiento; el literales o metafóricos. En otras palabras, requieren alguna deter-
relato, por regla general, no mostraba una gran caracterización
de los personajes; esto corres pondía al recitador, que debía minación explícita de la fuerza ilocucionana.
cambiar la voz y la gestualidad. (Chaytor, 1945, p. 3) Los documentos legales ilustran la formación de los textos
documentales que deben interpretarse estrictamente. Pollock y
Un lector está enfrentado a un problema análogo. Las pala - Maitland (1898) en su clásico trabajo sobre el desarrollo del
bras de un enunciado.están fijadas en la escritura, pero la fuerza derecho en Ingl~terra, describen el origen y uso ~e "autos. ju-
ilocucionaria puede quedar a j Uicio del lector. El es quien debe diciales" del derecho consuetudinario. Estos enunclSdos escntos
proveer"la voz". Pa ra algunos textos, el lect or tendrá más libertad. explícitos que exponían una demanda y tenf.a n que ser"~ontesta­
Para otros, esa "voz" puede estar fijada léxicamente por el autor. dos, fueron el primer tipo de documentos enV1ados para mformar
Si el texto no se considera una representación adecuada de lo que al jurado" (vol. 2, p. 628). Clanchy (1985) señala que estos a utos
se quiso decir, es el lector quien debe llenar el hueco, sea uno judiciales contribuyeron a la estandarización no ~ólo de las formas
mismo, un sacerdote o un profeta (cualquiera que tenga autoridad de demanda sino también de los demandantes mIsmos. Cada a uto
y esté dispuesto a tomar esa responsabilidad). Bajo t ales condicio- conservado ~ervía como precedente; el número de tipos de autos se

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restringió y se rutinizó la manera de interpretarlos. El matiz de El hecho de que fuera tan difícil hacer evolucionar una
significado se sacrificaba en beneficio de la conveniencia burocrá- tradición en la cual la escritura pudiera servir como re'pres~nta·
tica;por otra parte, un número creciente de casos podía resolverse ción sin ambigüedades de las intenciones del autor no Imphcaba
graCiaS a sus formas estándar y a s u interpretación rutinaria. En que el habla careciera de recursos para marcar claramente las
segundo lugar, cualquiera podia llenar un auto, nivelándose así de intenciones. Lejos de ello, los hablantes suelen lograr que los
algún modo las diferencias sociales que h abía n dominado la significados queden claros; el truco consiste en ~ue queden lo
justicia desde los tiempos feudales. bastante claros por escrito, de modo que uno es~ dl~puesto a que
.Tal vez valga la pena seíialar que estos "autos" podían el texto mismo sea, por así decirlo, nuestro emisano. Plat.?n no
consI derarse representaciones autónomas de una demanda. La estaba dispuesto a acordarle semejante autoridad a la escntura .
interpretación se rutinizó no sólo mediante la formalización de la Para que ello fuera factible muchos.h~ces ~e s-ignificado que suelen
"jerga legal", sino también mediante la fIjación de la fu erza estar juntos en el habla debían distlllgwrse y controlarse en la
ilocuclonaria. El auto era una "demanda". La convención determi- escritura. .
nó la naturaleza del acto de habla involucrado. Los autos legales Las prácticas discursivas y las distinciones báSIcas que eran
son distintivos, pues, no sólo en cuanto al uso de un lenguaje muy difíciles de captar en la escritura están presentes tanto e~ el
estándar, sino porque controlan formalmente l a fuerza ilocu- habla de todos los días como en las culturas orales. Las creencias
cionaria del texto para form ar un género discursivo distintivo. tolémicas que tanto confundieron a Lé~-Bruhl ( 1910/~926, 1!p.
El uso de autos y de pruehasescritasson ejemplos tempranos 118-122), como la creencia de los abon genes austr~hanos el
de procesamiento de registros escritos como representaciones eucalipto es una rana", o la de los indios huichol de ~éxlC~ "el maiz
adecuadas de significado; no son empleados meramente como es un ciervo", la de l'&s núer "los gemelos son páJ~ros (~v~ns­
recordatorios de las creencias personales y de los deseos de ..sus Pritchard, 1956), la de los done "el leo~ardo es un a~~l cnstlano
autores. Su carácter formulaico permitió controlar el significado queobllP!rvfl laR festividades de la IgleSIa ortodoxa ebope (Sperber,
literal y el acto de habla involucrado, reduciéndose así la variabi- 1975 citado por Lloyd, 1990, p. 19), son claros ejemplos de 10 qu:
lidad en la interpretación. Si la intención original del demandante nosotros considerariamos discurso metafórico. Además, como V1-
se perdía de vista en la interpretación del significado del documen- mos en el capftulo 5, muchas culturas orales. distinguen el h.abla
to, tanto peor para la intención originaL E l documento es lo "llan a" de la "tortuosa"; la última alude al chscurso m~tafónco y
supremo. Lo que se torna motivo de disputa no es la intención del alegórico. Estos conceptos metalingüístic?s están próXImos a los
demandante, sino la interpretación del documento. Estos textos se utilizados en el análisis de los textos escntos.
han transformado en representaciones. Es importante señalar que Sin embargo, el problema no es tan s~mpl~, dado q~e los
~rm~nos ~ e actos .de habla com~ "afirmar", "demandar", "probar". enunciados metafóricos como "el maíz es un Clervo son conSidera-
testImoruar" tUVleron un uso SIstemático en la redacción de esos dos literalmente verdaderos por sus productores. Los antrop610~s
autos, términos que en sí mismos ayudan a determinar el modo en no pudieron convencer a su s informa~tes de,que no h abían q~erld.?
que deben tomarse los enunciados. Tan exitoso fue el procedimien- significar literalmente lo dicho, que el ma.lZ era como un ClCrvO ,
to que Robert Hooke (16651 1961) adoptó la tradición escrita del por ejemplo (Sperber, 1975, p. 93). ~demás, las .prácticas in~r­
dere.cho cons~etu dinario inglés como modelo apropiado para la pretativas muestran u n grado relatIVamente baJO de. convenclO-
escritura, reg1stro y acumulación de los avances científicos. Los nalizacÍón' casi no hay leonas al respecto. McKelhn (1990) Y
textos escritos según una fórm ula que garantizaba, en la medida Duranti (Ú~85) señalan que lo que un enunciado siIP?ifica depende
de lo posible, una única interpretación, marcaron un importante de cómo éste es tomado por los receptores. Durantl, c.ome~~ndo
avance en el desarrollo de la 'prosa escrita. l las estrategias interpretativas de los samoanos, dice: CIerto
significado es posible porque otros lo aceptan dentro de .uncontexto
. . L El concepto de prueba, que desempeñó un importante papel en la
particular" (p. 47). El enunciado, al p~recer, no es consld~rado ~na
oenela y la filosofía griegas, procedía del derecho (Lloyd, comunicación expresión di recta ni una representación adecuada de la mtenClón
personal, 1993). del hablante.
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214
Lo que parece haberse perdido no es la capacidad de usar el Stock agrega que esta tradición interpretativa que distingufa
lenguaje en una variedad de modos, incluyendo el metafórico sino lo literal de lo metafórico estaba relacionada con el pensamiento
la formación de un concepto general de metáfora distink. del naturalista y científico:
significado literal del enunciado. La distinción, al pa~cer, no está
El pensamiento naturalista del siglo XII pudo en teorla.. . progre-
represe~tada de manera distintiva y explícita ni en la lengua ni el
sar sin cruzarse con el surgimiento de otras tradiciones inter-
pens8JDlent.o de los aborígenes, Jos huichol, los núer o los dorze. pretativas. Pero en la práctica no rue asi ... El crecimiento de una
. Lloyd (1990) expone las razones de los orígenes típicamente . sociedad más letrada hizo por el naturalismo lo que había hecho
occldent.ales de una clara distinción conceptual entre 10 literal y lo por la eucaristía: ubicó la cuestión en un plano intelectualista y
metafó~co, y traza los orígenes de estos conceptos entre los grie- rechazó por rustico, popular e irracional todo lo que no estuviera
gos.cl~slco.s . Aunque Platón tenía un número de conceptos que son de acuerdo con una ratio sinónimo de una lógica interna de los
ca~1 smórumos de términos metafóricos, como "modelo", "pareci- textos. (p. 318)
do , sólo a partir de Aristóteles se establece un contraste claro
ent~e e.l significado explícito o recto de una palabra o enunciado y La lógica interna fue explotada en la lectura de textos y de la
el slgmficado extendido o metafórico. Lloyd sef'lala que Platón en naturaleza, y en el nuevo modo de uso de la escritura como
El sofista se refiere a "parecido" como "la tribu más resbalosa" con representación explícita que podía, en sí misma, procesarse como
lo cual utiliza una metáfora para criticar a otra. Arist6tele~ fue un objeto de pensamiento.
muc?~ más sistemático en este punto, y COndenó la metaphora en Es tentador suponer que si la metárora presentaba proble-
su IO!pca y en s u filosofía natural; la claridad requería el uso de mas, el significado literal es simple y universalmente utilizado y
térmmos unívocos y la exclusión de expresiones metafóricas. comprendido. Todos recordamos el "Burgués gentilhombre" de
Comentando la afirmación de Empédocles de que el agua salada Moliere, quien descubrió que había hecho prosa toda su vida.
era el sudor de la tierra, Aristóteles escribió: Desde luego, no era así; toma años de entrenamiento especializado
escribir prosa o hablarla, como el inrortunado Equitone, el perso-
Tal vez decir eso sea hablar adecuadumcntc si los fines son naje de James J oyce que hablaba como un libro. Esto también
poéticos -porque la metáfora es poética- pero no es adecuado sucede con el habla literal.
para la comprensión de la naturaleza [de algoJ. (Meteorologla La prosa moderna es una forma especializada del lenguaje; es
357 a 24 SS; citado por Lloyd, 1990, p. 21) especializada, a mi entender, porque es la forma lingUfstica en la
que el significado textuaVoracional puede considerarse como signi-
~~k (1983) analiza en detalle la forma que e~ debate ficado intencional. Lo que la oración significa está 10 bastante
adqumó en la Edad Media respecto de la eucaristía. Cuando los articulado para que pueda tomarse como una representación ade-
lec~res encontraban el enunciado bíblico de que Jesús tomó el pan cuada de lo que el hablante quiere decir. Dado que la intención de
y dlJo "Est~ es mi cuerpo~ , ¿cómo tenían que interpretarlo? En la un hablante es por lo general más rica que la expresión, la
~dad MedIa,. estos textos no eran problemáticos; significaban representación adecuada de esa intención requerirá una expresión
hteral, alegónca, moral, místicamente, o aun de otros modos. Pero más elaborada y calificada, y una explícita representación del modo
fueron cada vez más problemáticos para los eruditos medievales en que el emisor quiere que el receptor interprete el enunciado. Los
después del siglo XIII, que estaban familiarizados con las distincio- marcadores de la fuerza ilocucionaria, incluyendo la gramática, el
n.es ~stotélicas. expresadas en los tratados latinos y árabes. ¿El léxico y la puntuación, que indican cómo el receptor debe tomar el
slgmficado era hteral, como lo requería la doctrina de In misa o contenido proposicional -por ejemplo, como una sugerencia, una
metafórico, perspectiva adoptada en la Reforma? Momsoo (1982 afirmación o un pedido---, debe moverse dentro de la estructura
pp. ~35-236) señala que importantes textos cristianos como "Es~ oracional. El resu1tado es la prosa moderna. Boaz sostuvo que la
es Dll ~ue~po; éste es el cáliz de mi sangre" y "La Iglesia es el cuerpo prosa mode rna fue modificada por el hecho de que estaba "escrita
de Cnsto fueron considerados figurados tanto por Lutero como para ser leída, no hablada" (Kittay y Godzich, 1987, p. 194).
por Cal vino. Volviendo al tema del último capítulo, una parte del problema
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proviene del becho de que una escritura sólo conserva lo verbal, es Lo que los textos exigfan en tanto representaciones era no
decir, las propiedades léxicas y sintácticas de un enunciado; los sólo la clara comprensión del significado literal - la metáfora
demás aspectos del significado, como la duda o la ascrtividad de un parecía poco confiable-, sino también la de cómocontrolarel modo
enunciado, marcados por el acento y la entonación, se perderán en en que los textos debían interpretarse. El modo canónico de
la transcripción. La escritura requiere que estas propiedades sean interpretación consistía en establecer que los enunciados expresa-
representadas gráficamente a través de la puntuación, o léxica- ban literalmente 10 que sus lectores habrían visto con sus propios
mente por medios como los verbos "suponer", "inferir", "sugerir", ojos de haber estado presentes. Estos no eran enunciados sin
etc., si no se quiere que las expresiones estén sujetas a interpreta- significados intencionales, sino más bien enunciados que deben
ción. La creación de representaciones exige no sólo una compren- tomarse Hteralmente, como verdades respecto de los hechos que
sión de estas diferencias, sino también un control conceptual y representan. Cuando este objetivo es alcanzado aun aproximada-
léxico de ellas a través de la indicación de cómo deben ser tomadas mente, el texto puede reemplazar las intenciones del autor; los
(proveer indicaciones implícitas sobre si se intenta amenazar o enunciados ya no son simplemente artefactos mnemotécnicos
prometer, si se está hablando literal o metafóricamente, si de trata respecto de esas intenciones (cf. Bauml, 1980, p. 265; Morrison,
de un hecho o de una conjetura, etc.). Si bien la mayoría o todas las 1990, p. 215; S"l!;k, 1990, p. 126).
formas del discurso ocurren y se distinguen en el discurso oral y en Hablar o escribir literalmente adrede, es decir, escribir prosa
las sociedades orales, estas distinciones en general no están moderna, es nada más que el intento de controlar el modo en que
lexicalizadas. La actitud del hablante respecto de una proposición el receptor tomará el texto. Desde luego, este objetivo nunca es
no aparece explícitamente consignada. En consecuencia, es difícil alcanzable; los textos escritos para ser leídos de determinada
un control sistemático. En segundo lugar, los significados de manera pueden ser leídos de otra totalmente distinta. El obispo
términos dentro del contenido proposicional tienen que estar bien Usher en el siglo XVII tomó el Génesis como documento histórico, y
definidos y ser sistemáticamente empleados si se quiere preserva r llegó a la conclusión de que el mundo fue creado en el 4002 a.C.
el significado literal. Estas lecturas suelen ser muy productivas. El antropólogo alemán
Una vez que se descubrieron nociones precisas sobre el modo Heinrich Schliemann (1979) leyó los poemas homéricos como
en que los textos podían explicitar las intenciones del emisor manuales geográficos y, gracias a ello, descubrió la antigua Troya.
respecto del receptor, fue relativamente sencillo reconocer lo que Helge Ingstad fue capaz de descubrir los primeros asentamientos
los lectores o los intérpretes leían en los textos o en la natu raleza. vikingos en L'Anse auxMeadows en el extremo norte de Terranova
Como señalamos antes, Francis Bacon (162011965, p. 323) pudo sobre la base de una lectura cuidadosa de las sagas norse (Macleans,
defender la observación cuidadosa en la ciencia diciendo que "Dios 5 de agosto de 1991, p. 41). YFreud ofreció una lectura "pos moderna"
prohibió que tomáramos un s ueño de la imaginación porun patrón del mito de Edipo cuando afirmó que todo niño varón ama a su
del mundo". madre y desea inconscientemente la muerte de su padre. Si bien
Una vez que se desarrollaron nuevos modos de leer los textos tales "lecturas erróneas" nunca son inapropiadas, es muy impor-
y la naturaleza, la forma escrita poma adecuarse a tales hábitos de tante no confundirlas con las lecturas correctas. En el siglo XVII, el
lectura. Específicamente, una vez que fue inventada la noción de problema se limitaba a distinguir lo que est.aba "en" el texto de lo
texto con un solo significado definitivo, era relativamente sencillo que podía "leerse en" el texto. Las teorías de la interpretación
comenzar a escribir textos que se adecuaran a ese modelo. Los intentaron formular reglas para tener éxito en la empresa.
medios técnicos incluyeron la creación de diccionarios y la elabo- En el siglo xx somos menos propensos a afirmar de una vez y
ración de la puntuación, pero también la invención de géneros que para siempre lo que está en el texto. Preferimos decir que lo que
utilizaban sólo una clase limitada de actos de habla y, por ende, está e[) el texto depende de lo que un lector pueda aportar. Pero
daban a las proposiciones los nombres de afirmaciones de hechos, ¿qué sucede si el autor aporta demasiado? El punto importante es
conjeturas, causas probables, etc. Los libros de texto elementales, que, una vez que se ha reconocido que los textos pueden leerse o
por ejemplo, suelen con sistir en un fl ujo incesante de aserciones, interpretarse de varios modos, el autor tiene a su disposición una
es decir, de enunciados propuestos como verdaderos. variedad de dispositivos léxicos y sintácticos para especificar, en la
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medida en que sea necesario, cómo debe tomarse el texto. Esta es
la única manera de asegurarse de que el lector, cuando aporte el
significado, aporte sólo lo suficiente.
Recordemosel análisis de Foucault (1970) de la revolución del 10
entendimiento y el uso de los signos. En la Edad Media , estos
habían sido considerados como una parte intrínseca de las cosas,
sus nombres, en tanto que en el sigloxvn, los signos se transforma- La representación del mundo en
ron en "modos de representación". Las representaciones se distin- mapas, diagramas, fórmulas,
guieron categóricamente de las cosas representadas. Para repre-
sentar verdaderamente, el lenguaje debe acercarse lo más posible
, imágenes y textos
a la mirada que observa, "y las cosas observadas acercarse lo más
posible a las palabras". El lenguaje científico se vuelve "una
nominación de lo visible" (pp. 129-132), Y los textos e imágenes
creados eliminan o disminuyen la brecha interpretativa entre la A leguas sin mapa desde ningún lugar. (William Faulkn:er, Big
lectura o la visión y la cosa representada. El discurso involucrado Wood.. '
es una forma neutra de lenguaje descriptivo e informativo, una
suerte de prosa transparente respecto de su objeto. En su monumental obra sobre los textos impresos como
Podemos ver con claridad los productos de este nuevo enfoque agentes de cambio, Eisenstein (1979) afirmó que los logros
del lenguaje y del significado de los textos escritos en la Reforma alejandrinos que concluyeron con la caída del Imperio Romano en
yen el surgimiento de la ciencia moderna. Los conceptos y proce- el siglo IV d. C. no fueron superados hasta la invención de la
dimientos desarrollados para leer las Escrituras y el Libro de la imprenta, que permitió poner" 'el mundo sobre el papel' para que
Naturaleza ejempl\!icados en los trabajos de Francis Bacon y sus todos los viajeros de salón lo vieran" (p. 503).
contemporáneos toman una forma concreta en los intentos de crear El mundo sobre el papel es una metáfora apta para analizar
representaciones del mundo, de poner el mundo sobre el papel. Ese las implicaciones de la cuJtura escrita, dado que mediante la
es el tema del próximo capitulo. creación de textos que funcionan como representaciones, es posible
abordar el mundo, pero el mundo tal como es copiado o descripto.
La noción de un mundo de papel fue utilizada por Krul en 1644
para referirse a una colección de escritos y dibujos (Alpers, 1983,
p. 193). Más recientemente, se editó un estudio sobre las publica-
ciones cartográficas de Amsterdarn de.! siglo XVI I bajo el títuJo El
mundo sobre el papel (Amsterdams Historisch Museum, 1977).
Bellone (1980) emplea el mismo título en un libro de filosofia de la
\
ciencia, donde analiza la significación de los cambios de notación
en la evolución de los conceptos científicos.
La noción de un mundo de papel no fue aceptada con entusias-
mo ni siquiera por aquellos que contribuyeron más directamente
a su creación. Un lugar común entre los escritores del Renacimien-
to, Galileo incluido, fue la importancia de apartarse de los libros
para estudiar las cosas en sí mismas. Eisenstein invierte la
afirmación sugiriendo que fue la acumulación de información en
libros, mapas y diagramas lo que hizo posible el rápido crecimiento
del conocimiento que asociamos con la ciencia de la modernidad
220 221
temprana, la del siglo XVII. Esta acumulación es lo que Popper fórm ula o un algoritmo que proporcionaba su signifi cado único,
(1972) llamó el "árbol del mundo", el mundo del "conocimiento verdadero, histórico, permitió leer la naturaleza de acuerdo con la
objetivo", es decir, las teorías, modelos y otros artefactos que misma fórmula, en ambos casos sobre la base de las propiedades
utilizamos para pensar. visibles expuestas a todos. Leer un texto según su significado
Sin duda, Eisenstein está en lo cierto si consideramos el literal , el significado "fundado abiertamente en el texto", era tan
importante papel que desempeñó la imprenta en el establecimien- radical que lee! las Escritu ras produjo nuevas herejías, una de
to de una tradición archivística acumulativa. Esta tradición, que cuyas especies tuvo éxito - In Refonna-, y leer el Libro de la
almacena el conocimiento producido por muchas mentes en un Naturaleza según los mismos principios originó la ciencia de la
formato representacional común, como hemos visto en el capítulo ¡ Modernidad temprana. En el capítulo 9 postulamos que leer según
anterior, fue precedida por una nueva comprensión de los textos y una ·fórmula permite desarrollar un nuevo tipo de escritura que
un nuevo modo de leerlos y escribirlos, es decir, de ver los textos explota la misma fórmula. Escribir según esta fórmula produce
como representaciones. Recapitulando, en la medida en que el textos con propiedades que los teóricos modernos consideran
conocimiento fue localizado en la mente, la utilidad de la escritura ejemplificadoras de una forma analítica de discurso, y la nueva
era limitada; la escritura sólo podía ser vista como un recordatorio, comprensión de los signos como represen.taciones.
no como representación. Crear representaciones no es meramente Debemos dejar de lado temporarirunente nuestra sospecha
registrar discursos o construir mnemotécnicas; es construir arte- típica del siglo xx o "posmoderna" de que la meta era inalcanzable.
factos visibles con cierto grado de autonomía de s u autor y con 10 que los primeros modernos inventaron no fue una vía real hacia
propiedades especiales para controlar su interpretación. la verdad última de las cosas, sino un nuevo modo de discurso. Lo
Los nuevos textos fueron desarrollados sobre la base de una que sabemos ahora que ellos ignoraban fue que incluso un a simple
nueva actitud hacia los signos. Recuérdese el epígrafe de Gilson:
hasta Giotto, las pint.uras eran cosas; después de Giotto y hasta
, descripción de los hechos observados no es meramente una repre-
sentación verdadera, sino una aserción que hace un hablante. idea
C~:twwt:, fut:ron representaciones de cosas. La ciencia se convirtió que he analizado antes en relación con el reciente trabajo de J. L.
en una actividad de manipuJación de signos. Austin. El hablante y la actitud del hablante no fueron eliminados
La nueva actitud hacia los signos que hemos examinado en del discurso, sino apenas "ocultados", tal como lo expresa Reiss
los dos últimos capítulos produjo no sólo un nuevo modo de leer (1982). Como sabemos ahora, no hay representación sin intención
-de acuerdo con los significados literales-sino también un nuevo ni interpretación.
modo de escribir: la escritura como creación de "representaciones". Podemos ver el éxito que han tenido los artistas y escritores
Pero este nuevo modo de leer viejos textos fue responsable del del siglo lCVII en su intento de llevar el mundo al papel examinando
desarrollo de un modo de escribir nuevos textos, una nueva la evolución de las representaciones en cinco dominios: las pintu-
variedad de form as o géneros literarios. En este nuevo modo de ras representacionales del ar te holandés, la representación del
escribir, se suponía que las expresiones debían ser tomadas literal- mundo en mapas, la representación del movimiento físico en
mente, como si significaran ni más ni menos que lo que decían. El notaciones matemáticas, la representación de especies botánicas
resultado fue una forma científica de discurso "neutral" y "objeti- en h erbarios y la representación de acontecimientos imaginarios
vo" con una "sencillez matemática de estilo", como lo expresó la en la ficción. Estos casos ilustran el espectacular impacto sobre la
Real Sociedad de Londres (Sprat, 1667/1966). A diferencia del estructura del conocimiento y, por tanto, sobre los modos de pensar
discurso medieval, en el cual "un hablante decía algo para que se cuando se comienza a examinar el mundo prestando explícita
comprendiera otra cosa" (Morrison, 1990, p. 54), los textos fueron , atención a los modos de representarlo.
escritos para satisfa cer los nuevos principios de lectura, esto es, el
manejo de la voz, de la intención, del significado lingüístico, y el
establecimiento de un nuevo tribunal de apelación para juzgar la
interpretación correcta: el lector común.
En el capítulo 8 postulamos que leer lns Escrituras según una
222 223
Representación del mundo en imágenes : el arte la perfección como en El nacimiento de Venus de Botticelli (1446-
holandés del siglo XVI1 1510). Así describe Gombrich este último:

En su fascinante libro The art ofdescribing (1983), Svetlana Venus ha emergido del mar sobre una concha que es conducida
Alpers intenta mostrar la común base intelectual del arte, los hacia la orilla por dioses voladores bajo una lluvia de rosas.
mapas geográficos y los dibujos de anatomía microscópica holan- Cuando está a punro de bajar a tierra, una de las Horas o Ninfas
deses que coocurrieron en el sigloXVlI . Su intención no es solamen- la recibe con un manto púrpura ... La Ve nus de Botticelli es tan
te mostrar que las actividades están relacionadas, sino más bien bella que no advertimos el largo no natural de su cuello, la
descubri r por qué lo están ; intenta identificar laepisteme, como la exagerada caída de sus hombros y la extraña forma en que el
brazo izquierdo está articulado con el cuerpo. O más bien
llama Foucault., del período. El fundamento común, s ugiere, fue el deberíamos decir que estas libertades que Botticelli se ha toma-
arte de la "descripción". La descripción es considerada en general do con la naturaleza a fin de lograr una graciosa silueta contri-
como un a rte verbal, una rama de la retórica, el poder de las buyen a la bellez.a y armonía del dibujo, dado que realzan la
palabras de evocar pe rsonas, lugares y hechos; para los artistas impresión de un ser delicado e infinitamente tierno, traído a
holandeses del siglo XVII, sin embargo, la noción de describir se nuestras costas como un regalo del cielo. (1950, p. 199)
refería a las maneras en las cuales las imágenes podían homologarse
al uso de las palabras, pues podían ofrecer un informe verdadero, El análisis de Gombrich capta no sólo la estética y el signifi-
una descripción pictórica precisa. Los iconos medievales no descri- cado del Botticelli; ejemplifi ca cómo los artistas italianos del
bían de una manera simple o verdadera; eran objetos de venera- período utilizaban imágenes visuales como artefactos mnemo-
ción , Para los artistas holandeses del siglo XVII, la función descrip- técnicos para recuperar temas bien conocidos; el conocimiento de
tiva de las imágenes debía dist.inguirse de la función retórica (p. estos temas es 10 que otorgaba s ignificado a las pinturas. De hecho,
136). De allf el título del libro. La descripción, privada de su forma el libro de Gombrich es esencial para quien esté interesado en
retórica o dialéctica, es lo que he llamado representaci6n. comprender a los artistas del período.
A ¡pen; ofrece pnlebas convincentes dé que el arte septentrio- Sin embargo, la noción de que el arte debía contar una
nal, principalmente el holandés, del siglo XVII, puede ser compren- historia, tener un significado, o cargar con un sentido por la vía de
dido como un ataque sostenido a la tradición interpretativa en recuperar un tema clásico o bíblico bien conocido hizo dificil que el
arte, la tradición que ve-encuentra significación o sentido en todo público, los críticos y los artistas encontraran algún sentido en el
lo descripto. Esta autora opone la tradición "descriptiva" holande- arte holandés del siglo XVII. Este es nota ble por su peculiar
sa a la tradición renacentista más general, que trata el arte como devoción por los retratos vivos de objetos tales como rábanos,
narración, como algo que contiene un significado o cuenta una cisnes muertos y arenques, al igual que por simples escenas
historia. Para el holandés, "La atención a la superficie del mundo domésticas, como leche hervida que se vierte en una oUa, o paisajes
descripto es lograda a expensas de la representación de la acción des poblados semejantes a mapas. Alpers (1983) observa que apli-
narrat.iva" (p. xxi). car los principios de interpretación del arte italiano a estas
Los historiadores del arte se han interesado durante mucho pinturas holandesas conduce a algunos críticos al error de leer el}
tiempo en la evolución de nuevos modos de representación, desde ellas "significados". Así, el cuadro de Vermeer de una mujer ju nto
las imágenes momumentales a las imágenes estéticas en épocas a la ventana leyendo una carta (AJpers, p. 204) fue a veces
clásicas, y desde el arte icónico de la Edad Media hasta las interpretado, tal vez a causa de su vestido relleno, como una mujer
imágenes realistas del Renacimiento. En el arte renacentista, embarazada por alguien que la había abandonado, etc. El argu-
además de su vivo realismo, las normas estéticas exigieron la mento de Alpers es que esta postura interpretativa es inapropiada
subordinación de las metas imitativas o miméticas a las narrati- para el arte holandés de este período.
vas; una pintura no s610 describía un objeto o un hecho, sino que En efecto, el público contemporáneo que buscaba "significa·
también contaba una historia: Jesós muerto en brazos de su madre dos" quedó desconcertado ante este arte. Alpers cita a Fromentin,
como en la Pietó de Miguel Angel (1475-1564), o el nacimiento de un comentador del siglo XIX que preguntaba:"¿Qué motivo tenía un
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pintor holandés para pintar un cuadro?" Yluego ofrecía la respues· tada por Bacon , Hooke y Boyle. Los artistas holardeses ejemplifi.
ta adecuada para esta pregunta: "Ninguno". (p. xviii). Y Joshua caron en su arte lo que estos científicos propugnaban en s u ciencia .
Reynolds, primer presidente de la Real Academia Británica, luego Así como Bacon había afirmado que
de su viaje para estudiar el arte holandés, dijo: "'El aspecto que
presenta la pintura holandesa es, lo confieso, más desprovisto de todo consiste en mantener el ojo fijo en los hechos de la natura.
ent retenimiento de lo que esperaba ... su mérito a menudo consiste leza y recibir así sus imágenes simplemente como son. Porque
solamente en la verdad de la representación" (Alpers, p. xviii). Dios prohíbe que divulguemos un s ueño de nuestra propia
imaginación como si fuera un modelo del mundo. ( 162011965, p.
El arte holandés del siglo XVI I, como sugiere AIpers, cambió 323)
profundidad narrativa por descripción de superficie. Las pinturas
fueron construidas no como un artefacto mnemotécnico para También los artistas holandeses intentaron lograr esto en s u
recordar temas clásicos, sino como representaciones de cosas arte.
visibles en el mundo. Esto no implica negar que las decisiones En segundo lugar, AIpers sostiene que las pinturas holande-
estét icas revelan' algo sobre los artistas mis mos, como afirma sas exigían una mirada minuciosa y no "interpretar" señalando la
Schama (1987), sino más bien que su intención es la descripció.n precisión de las imágenes. Un mapa que sirve como fondo para un
objetiva, literal, de hechos concretos. Alpers desarrolla su teSIS cuadro de Vermeer fue dibujado con tanta minuciosidad que el
tanto a través de comentarios de los críticos contemporáneos como original a partir del cual fue pintado fue h allado recientemente en
a través de un análisis del arte mismo. Un comentador típico de la París (AIpers, p . 120). Otra pintura de Vermeer, que Gombrich
época fue Samuel van Hoogst raten , quien en 1678 afirmaba que considera "u na de las más grandes obras maes tras de todos los
dibujar es "imitar las cosas tal como aparecen" (Alpers, p . 38). La tiempos", La cocina, una mujer vertiendo leche
importancia de lan cuidadosa inspección visual era no sólo ver el
mundo mejor, sino distin/nlir lo Que había Que ver en él de las es algo así como un milagro. TJno ne sus rasgos milagrosos ... es
interpretaciones lefdas en él. Hoogstraten cri ticó la tradición del el modo en el cual Vermeer logra una precisión completa y
Renacimiento italiano, cuyos principales exponentes eran Miguel esmerada en traducir las texturas, colores y formas sin que la
Angel y Rafael, de enfatizar la belleza sobre la verdad en el arte, pintura parezca áspera o forzada ... esa extrafia y única combina-
y "reprende a los que leen significados en las nubes del cielo" ción de suavidad y precisión ... hate de esta pintura algo inolvi-
(A1pers, p. 77). Hoogstraten exhortaba a los pintores a usarsusojos dable. (Gombrich, 1950, p. 340)
para ver nubes corno nubes iY no como símbolos de los cielos!
El consejo de Hoogstraten fue desatendido, tal vez por buenas Adiferencia del Botticelli descripto más arriba, el Vermeer no
razones, por algunos críticos recien tes que insisten en que el arte recuerda textos clásicos ni exige interpretación ; es pura deserip·
holandés está repleto de significados alegóricos y emblemáticos ción (y no por ello menos hermoso).
(Schama, 1987).1 Aun así, la tendencia a la descripción fácti ca en En tercer lugar, A1pers señala la estrecha relación ent re la
el arte de este período marca un cambio espectacular respecto del pintura y la confección de mapas. Los holandeses desarrollaron
arte del Renacimiento italiano. toda u na tradición en la cual la elaboración de mapas realistas hizo
A1pers rastrea la tradición descriptiva holandesa h asta sus causa común con la pintura de cuadros. l nc1uso la palabrl¡!. holan-
contactos con la tradición empírica o científica británica represen· desa landschap fue utilizada para referirse tanto a lo que mensuraba
el topógrafo como a lo que pintaba el artista. Dibujantes de mapas
1. Andrew Graharn·Dixon cita a Schama: "El pincel quedó como un y artistas septentrionales concebían la imagen como una "super·
emblema heráldico para la nueva república, limpio de las impurezas del fi cie donde inscribir el mundo" más que como una reproducción de
pasado. Haber s ido esclavo era sucio. Ser libre es ser lim pio~, a 10 cual una acción humana significativa. Ofrecían un a observación "des-
Graham·Dixon agrega: "La escoba no era solamente un instrumento de
interesada", lo que Alpers llama un "paisaje mapeado".
limpieza, sino el símbolo de libertad del yugo espaiiol: de la Holanda nueva y
purificada de la República" (The lndependent, Londres, martes 28 de julio de La estrecha relación entre mapas y paisajes está indicada
1992, p. 12). también porel h echo de que el punto de vista desde el cual el artista

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observaba el paisaje solía ser similar al que se asumía en un mapa: •
la mirada desde ningún lugar. Alpers señala que para los holande-
ses de ese período, no existfa una distinción estricta entre mapas

y arte, entre conocim iento y decoración, ya que '1as imágenes
desafiaban a los textos en tanto principal forma de comprender el
mundo" (p. 126).
Cuando aparecían palabras en esas imágenes, como ocurría
a. menudo, eran ofrecidas no como exploraciones del significado,
s mo como algo más para mirar. Alpers apunta que los artistas
~olandeses creíal:l que podían transmitir el texto por medio de la
Imagen. I
Alpers observa dos aspectos sumamente interesantes de
estos dibujos que; a mi entender, son cruciales para establecer si
las imágenes eran vistas como símbolos o como representaciones
~véase Fouca ul~, 1970. p. 57). Primero señala que representan
Ideas, pero no Ideas en el sentido de ideales del Renacimiento
temprano, sino ideas (oog te bedriegenJ como imágenes mentales.
En segundo ténnino, son representaciones, en el sentido de que
representan objetos particulares. A1pers escribe:

El arte italiano estaba basado en un alejamiento de la in-


dividualidad en nombre de los rasgos humanos generales y las Figura 10.1. Aguafuerte de Saendredam de la "falsa imagen~.
verdades generales ... El retrato, en la medida en que debe
atender a loo Ilcres individulIole.s, t:Hl considerado inferior a las
obras que involucraban verdades más altas y generales. El dibujo para repudiar la creencia ampliamente e:d.endida de que la
privilegio del retrato ... holandés que es el centro de toda su madera oscura en el centro del tronco del manzano contenfa las
tradición pictórica, está conectado por otro lado al deseo de imágenes milagrosas del clero católico. En la Holanda protestante,
preservar la identidad de cada persona y cada cosa en el mundo. recientemente en guerra con la España católica, había razones
0983, p. 78). . sociales importantes para poner en duda la creencia. Pero el
método de Saendredam es indicativo. Identifica el árbol que ha
Lo importante es que estos cuadros holandeses demostraban cortado, dibuja el centro con gran precisión, pone fecha al dibujo y
una estrecha correspondencia con las creencias de los científicos de publica una aguafuerte para repudiar la falsa imagen. Su estrate-
I~ modernidad temprana, con s u estricta atención a las aparien- gia es "separar el objeto visto de las creencias o interpretaciones a
CIas de las cosas, SUB descripciones de las superficies visibles de las las cuales h abía dado origen" (p. 81). El dibujo debía reOejar una
cosas, su atención centrada en construir representaciones correc- lectura exacta de la naturaleza y evitar la interpretación. Una vez
tas más.que, como~ce Alpers, "objetos de interpretación" (p. 207). más podernos notar que la noción de interpretación es, en este caso,
Estas pmturas, al Igual que los textos que escribieron y leyeron peyorativa.
debían tener sus significados muy a la vista. ' Mientras el propósito de Alpers es demostrar la estrecha
. Si hace falta más evidencia para probar la opción de los relación que existe entre la estrategia de los artistas holandeses
~rtiatas hol.andeses por el testimonio verdadero del ojo sobre las del siglo XVll y SUB colegas científicos británicos, una empresa en la
mterpretaclOnes erradas y subjetivas, podemos citar el análisis de cual, creo, tiene éxito, mi propósito es sugerir que ambos son
Alpers de un impreso de Pieter Saendredam del año 1628 que producto de los nuevos modos de leer las Escrituras según el
representa el corte transversal de un viejo manzano. El realizó el sentido, esto es, según los significados literales, y evitando "inter-
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pretaciones", aquellas interpolaciones, digresiones, ampliaciones actualmente en el Museo Británico, que ofrece una impresionante
y "fárragos de estilo" que, desde el punto de vista de los protestan- representación de Europa, parte de Asia y Africa, pero que mues-
tes, habían interferido en la correcta lectura de las Escrituras. tra el ~ano Indico como encerrado por masas de tierra. El interés
de P tolomeo no a puntaba sólo a la ciencia natural; fue mucho más
Representación del mundo en mapas conocido en toda la Edad Medi a por su libro de astrología, el
Tetrab iblos.
En 1665, la Real Sociedad publicaba un volumen de "Instruc- Los mapas del mundo medievales, mappae mundi, general-
ciones para marinos que navegan con rumbos Jej anos". Esos "viajes mente constaban de una esfera, rodeada por otras esferas que
de descubrimi ento" eran entonces comunes, pero su impacto y la representaban los cielos, o discos cuya ci rcunferencia estaba ro-
compilación de información que permitieron proveyó la base para deada por seres míticos. Skelton (1965), curador de mapas en el
una pintura del nuevo mundo. Un explorador, a dlferenciadeotros Museo Británico, señalaba que los mapas del mundo de la Edad
viajeros, t rabaja: Media, en su mayor parte tomados de los scriptoria de los monas-
terios, reflejaban los modelos convencionales de la visión cristiana
al servicio de una visión organizada de lo que podría encontrarse del mundo:
(e intenta] relacionarlo con lo que es conocido. A semejanza del
vagabundo ... el explorador se ve a sí mismo contribuyendo a una Hasta la segunda mitad del siglo xv, el mundo habitable seguía
suma de conocimiento que él ha evaluado de antemano. (Hale, siendo representado como un disco circular rodeado por el mar
1968, p. 9, citado por Eisenstein, 1979, p. 477) océano, con Jerusalén en el centro y este (con el Paraíso Terre-
nal) hacia la parte superior; y el modelo simétrico de los diagrn mas
La "visión organizada" que generaron los viajes de descubri- T-O era reflejado aun en los mappae mundi más elaborados. (p.
miento fue una concepción teórica del mundo representado por 111; citado por Eiscnstein, 1979, p. 515)
mapas. Los mapas que servirían para las necesidades de lo.
navegación y proveerían una visión comprensible del planeta eran Un mapa como éste, el único encont rado en el manuscrito del
los ejemplos más notorios del intento de poner el mundo sobre el Libro de Marco Polo donde se relata su viaje a Oriente del siglo XUI ,
papel, y de pensar en él en ténnmos de esas representaciones. que se encuentra hoy en la Real Biblioteca de Estocolmo, represen-
La Geografía de Ptolomeo, un éxito masivo, que combinaba. el ta un disco con el Oriente marcado en la parte superior y Occidente
conocimiento geográfico local y una imagen del mundo basada en en la inferior con los hemisferios norte y s ur representados como
la geometría de la esfera, fue escrita en el siglo 1II. Ptolomeo sahía enormes islas en un mar circular. El hemisferio norte (a la
que el mundo era redondo y, por consiguiente, podía ser pensado izquierda) parece representar los tres continentes conocidos de
en términos de propiedades de una esfera geométrica. Dado que Europa, Asia y Mrica divididos por el Mediterráneo y el Nilo.
hay 360 grados en un círculo y el sol "realiza" un circuito completo Las descripciones de Marco P olo, pOI' otro lado, están llenas
cada 24 horas, era posible estimar el número de millas cubiertas de marcaciones (instrucciones) y distancias, y largos viajes por
por el sol en una horay utilizar esa figura para calcular el número tierra son descriptos a lo largo de una linea recta transversal
de millas por grado y de allí la circunferencia de la Tierra. La (Skelton , 1958, p. 12).
estimación de Ptolomeo de unas 60 millas por grado es cercana al Los aproximadamente 600 mapas que han sobrevivido del
valor h oy conocido de alrededor de 70 millas por grado. período anterior a 1300 no muestran signos de desarrollo general
Los más antiguos manuscritos de la obra de Ptolomeo que hacia un mapa exhaustivo del mundo (Sarton, 1955, Eisenstein,
llegaron hasta nosotros son del siglo !l. Por ser matemática, la 1979, p. 479). El principal escollo era la falta de medios confiables
teoría de Ptolomeo era comprendida sólo por eruditos. Además, si para duplicar mapas, un obstáculo sólo superado con la invención
bien el texto podía ser copiado fácilmente, los mapas y dibujos en de la imprenta y el grabado, y la invención de un marco de
las manos de copistas tendían a perder sus propiedades distinti- referencia matemático común que permitiera la integración y
vas. Yo he visto la primera copia del mapa del mundo de Ptolomeo, síntesis de la información que se acumulaba en los viajes de
descubrimiento.
230
231
visión sólidamente documentada por Eisenstein (1979), nuestro
interés principal es la. relación entre el desarrollo de las repre-
sentaciones del mundo y nuestra concepción del mundo. El proble-
ma de la representación consistía en inventar y estandarizar un
sistema de proyección de una esfera redonda a una superficie
representacional plana adecuada para la integración de informa-
ción nueva.
Si bien existían numerosos mapas locales, que describían la
ruta de, por ejemplo, Londres a París o de Portugal a los Grandes
Bancos de Terranova, est os mapas y cartas (diseñados como ayuda
para la navegación en tierra o agua ) relacionaban cosas particula-
res sin integrar estas particularidades en un esquema general.
Estas "cartas planas" trataban la Tierra esférica como si fuera un
plano, y así podía ser representada. Tales cartas eran comúnmente
utilizadas para la n avegación en los siglos x:v y XVl . (Véase la figura
10.3.)
El problema con esas cartas se hizo evidente cuando fueron
utilizadas para representar un área amplia. Los meridianos (lí-
neas de longitud), que de hecho convergían en los polos, eran
representados en una carta plana como paralelos entre sí, lo que
introduCÍa grandes errores en la representación de distancias en
altas latitudes.
Algunos problemas de representación eran relativamente
triviales, tales como desarrollar una convención de poner el Norte
en la parte superior del mapa. Otros fueron mucho más serios,
como inventar una cuadrícula de líneas de latitud y longitud para
especificar localizaciones. Esta cuadrícula abstracta fue lo que
permitió la integración del conocimiento cartográfico detallado en
una "imagen del mundo".
La matematización del espacio geográfico comenzó, como
hemos dicho, con la Geografía de Ptolomeo, que fue traducida al
árabe y más tarde retraducida al latín durante el Renacimiento. El
Figura 10.2. Mappa mundi, en un manuscrito de Marco Polo. paso importante fue con siderar no s610 que el mundo era redondo
o como una esfera, sino como una esfera con las propiedades
matemáticas de una esfera, esto es, que podía ser representada por
A p~sa~ de. que la disponibilidad de cartas idénticas, amplia- los 360 grados del círculo. Los grados del círculo podían proporcio-
mente dlstnbUIdas, era suficientemente dependiente de la im- nar las líneas de latitud y longitud de la Tierra, proveyendo un
prenta para llevar a Sarton, un histDriador de la ciencia a afirmar marco de referencia común en el cual cualquwr territorio que se
que "el prin~i~al acontecimiento que separa el período ¿uc lIama- descubriera podía ser insertado. Sólo entonces, el mundo de papel
~os RenaCImiento de la Edad Media fue la doble invención se volvió el esquema conceptual en términos del cual podía ser
b pografia para el texto y grabado para las imágenes" (1955, p. xi): comprendido el mundo perceptual.
232 Una vez reconocido como una esfera, quedaba el segundo
233
en el ecuador y los vértices de los conos en o sobre los polos, luego
transfiriendo las líneas y puntos del globo al cono y luego a briendo
el cono para hacer una superficie más o menos tria·ngular .) Un cono
t iene la ventaja de que es representable como una superficie plana
con paralelos, con líneas curvas para el ecuador y las demás lineas
de latitud , y líneas rectas y convergentes para los meridianos. Esta
representación resultó apropiada para las regiones cercanas al
ecuador, pero producía distorsiones considera bles en las latitudes
medias, área en la cual tuvo lugar la m ayor part.e de la navegación
de los siglos XIV y xv.
Una segunda solución para representar el mundo esférico en
papel fue la invención del globo, el más famoso de los cu ales, hecho
por Martin Behaim de Nuremberg, fue completado en el año del
descubrimiento de América por Colón , 14·92. Pero losglobos,si bien
brindaban una admirable imagen del mundo, no podian suminis-
trar detalles de ninguna área particular. Para ello, tendrían que
haber sido inmensos; de allí que los globos no fueron útiles para la
navegación.
La tercera solución fue una proyección de tipo Mercator,
familiar para todos los escolares. Nuñez, un matemático por tu-
gués, había descubierto que en un globo, una línea de rumbo, la
línea definida tomando una orientación de brújula constante,
producía un extremo en espiral en el polo. E ste fue el problema que
enfrentó Gerard Mercator 0512-1594), un protestan te holandés.
El concibió los medios para imprimir mapas que eran a plicados a
los globos y un mapa del mundo de 1569 con meridianos espaciados
hacia los polos, que amplificaba la representación del espacio en
esa región. E s la proyección de Mercator la que hace que Canadá
parezca tener un territorio septentrional tan vasto. Su solución
implicó representar una esfera no como u n cono sino como u n
cilindro, ya que éste podía ser representado también como una
superficie plana. (Como cuando se quita la etiqueta de un envase
cilíndrico). El inglés Wright, en un escrito de 1599, ofreció un
Figura 10.3. La costa occidental de Mrica, en una carta portulana informe explícito de CÓmo podía hacerse esto. Explicó que si la
manuscrita de G. Benincasa, 1468. Ti erra fuera una pelota esféri ca con todos los meridianos y para-
lelos dibujados sobre su superficie y estuviera colocada en un
cilindro con un diámetro y un largo igual al de la pelota, y la pelota
problema: representar un objeto esférico en una superfice plana, lo luego se inflara hasta que llenara el cilindro, todos los meridianos
que se conoce como problema de proyección. Ptolomeo había serían paralelos. Las imágenes transferidas de la pelota al cilindro
"resuelto" este problema pensando el hemisferio como un cono. serían una proyección Mercator. Así, no sólo la Tierra puede ser
(Piénsese la Tierra como un par de conos más que como dos representada en una superficie plana, visible de una si mple
hemisferios que se encuentran en el ecuador con la base del cono ojeada; también las líneas de rumbo serán rectas, de modo que un
234 235
curso fijo de brújula podrá di bujarse con una regla (Boas, 1962, pp. extremo de la pieza en cruz cubris el objeto medido, por ejemplo
206-209). Además, las cartas más pequeñas, que representan los una estrella. La distancia recorrida por la pieza en cruz sobre el
detalles de un área particular, pueden ser "trazadas" en el mapa arco indicaba el ángulo de la estrella desde el horizonte. Este valor
del mundo porque compartirán el mismo marco de referencia. podía ser luego comparado con una tabla que especificaba la altura
Estas cartas más detall adas son adecuadas para la navegación. pronosticada de esa estrella para una hora y una fecha dadas en el
Un mapa o unacarta es de poca utilidad a menos que se pueda puerto de or igen del navegante y, si se sabía la longitud, navegar
resolver el problema de la referencia, es decir, en cont rar métodos h acia la línea de rumbo apropiada. Además. la longitud era
precisos para relaciona r posiciones sobre el mapa con pOSiciones en "conocida" sólo por estimaciones, esto es, sobre la base de la
el mundo. E sto es pa rticularmente importante si se debe navegar velocidad multiplicada por el tiempo, por 10 cual la estrat egia más
orientándose por medio de una cart a. ¿Cómo debe uno determinar segura era simplemente navegar h acia la latitud del puerto de
la ubicación presente en una carta si no hay mojones visibles que origen y luego "encontrar la latitud" (Boas, p. 38). La medición
sirvan como guía? precisa de la longitud dependeria de la invención del reloj mecáni-
Los métodos de navegación desde el siglo JaJI, cuando se co, que permitía saber qué hora era en Greenwich , donde fue fijado
introdujo el compás en Europa desde China, se basaban en el uso el Primer Meridiano en el siglo XVII, cua ndo era mediodía a bordo
de cartas portulanas, cartas que indicaban distancia y dirección según indicaba el cuadrante. Una vez que fue calculable tanto la
entre puertos y destinos, primero del Mediterráneo y, en el siglo xv, latitud como la longitud, fu e posible integrar la información de
de las costas atlánticas de Europa. Estas cartas ofredan un todas las localizaciones en una única imagen del mundo. La propia
cuidadoso trazado de la costa maritima y los puertos. Su caracte- ubicación ya no fue el deíctico "aquf", sino un punto en un mapa.
r ística principal era la serie de líneas de rumbo que irradiaban E stas nuevas representaciones del mundo y la nueva sofisti-
desde una serie de rosas náuticas de compás que, a s u vez, cación en navegación podían servir como teoria para generar
emanaban desde los ~puntos de la brújula", NNE y similares. Los nuevas predicciones. El viaje de Col6n hacia el Oeste fue represen-
navegantes podían determinar un rumbo ubicándose ellos mismos tativo. Colón sabía que, si la Tierra era esférica, podía ser repre-
en una de esas líneas de rumbo Que conducían al destino de~p.Rti(l . sentada p Ol" 360 gra dos. Luego, a partir de la lectura de "PtolomF!n,
y seguían su trayectoria mediante "estimaciones", calcuiando la ·concluyó que cada grado correspondía a unas cincuenta millas,
dirección y la distancia navegada (Boas, 1962, p. 31). (Véase la algo menos de 10 que Ptolomeo mismo había calculado (una milla
figura 10.3. ) náutica correaponde a 1 grado de la titud e n el ecuador ; más tarde
Tales métodos no eran adecuados para explorar océanos se descubrió que era un poco mayor que una milla lineal). Tam~!én
desconocidos, donde se buscaban nuevas rutasmaritimas a Cathay estimó, sobre la base de la información que brindaba la excursión
(China ) o las Islas de las Especias (Indonesia), posibilidades que se de Marco Polo a Cathay (Ch ina), que la extensión del mundo viejo
hicieron conscientes a medida que la imagen del mundo se volvió yconocido era de entre 225 y 255 grados. Si el mundo tiene sólo 360
más a r ticulada. E stos nuevos métodos incluían la a plicación del grados, entonces falt an unos 100 grados, c.omo máximo 50~0
conocimiento astronómico a la navegación , empresa inci ada por millas, entre China y E spaña, navegando haCIa el Oeste. El sabia
Enrique el Navegante, principe portugués de mediados del siglo también que Cipangu (Japón) estaba a unas 1500 millas al Este de
xv. La altura del sol y las estrellas podían ser utilizadas para China, de modo que podía inferir que navegando en línea recta
determinar la lati tud sobre la superficie de la tierra si se contaba hacia el Oeste 3 500 millas, unos 35 días, llegaría al Japón. Todas
con un dispositivo para medir esa altura y tablas que permitieran estas fuero n inferencias a partir de un mundo de papel. En efecto,
tomar en cuenta la fecha y la hora de la medición; sólo la Estrella cuando Colón arribó a Cuba , un viaje que tomó unos 35 días, creyó
del Norte, Polar, mantiene su poSición en el cielo nocturno. hallarse en Indo-China iY a unos pocos días de navegación del río
, El ins trumento más comúnmente utilizado en el siglo xv pa ra Ganges de la India! (Skelton, 1958, p. 55). De hecho, e n una nueva
medir la altura fue el cuadrante. Una pequeña pieza móvil en cr uz imagen del mundo debían admitirse unos 120 grados del globo,
se deslizaba hacia abajo y adelante a lo la rgo de un arco calibrado más o menos un tercio de la Tie rra incluyendo las Américas y el
dirigido hacia un punto, el horizonte por ejemplo, hasta que el otro Pacífico.
236 237
Una ilustración tal vez más impresionante de la importancia Skelton (1958) concluye que "los VIajes de Cook pueden
conceptual del mundo sobre el papel fue la búsqueda del "Conti- considerarse, sin exageración, los primeros viajes científicos de
nente Meridional". Hacia mediados del siglo XVI, el Océano Pacífico descubrimiento. Marcan una época tanto en la concepción de
se había convertido no sólo en una ruta comercial sino también en mapas del mundo como en su exploración" (p. 243). Por tanto, los
terreno de una segunda gran ilusión alimentada por el mundo viajes de Cook no deben ser considerados simplemente la proyec-
sobre el papeL Parecía obvio el concepto de un contintente vasto e ción del mundo al papel sino la exploración del mundo desde el
inhabitado, que se extendía desde el Polo Sur hasta el Trópico, punto de vista de un mapa. E l mapa es el modelo o teoría cuyas
limitado por los océanos Atlántico, P acífico e Indico. Algo debe pruebas empíricas son los viajes. Los mapas se han convertido en
llenar el vacío en las cartas y además se creía que, si la Tierra debía representaciones. Desde el siglo XVII, estar completamente perdido
permanecer en equilibrio, debía haber un continente en el Su r que es estar, según las palabras de nuestro epígrafe, "a leguas sin
balanceara el del Norte. El mapa de} mundo de Marco Polo había mapa desde ningún l u gar~ .
mostrado el continente norte y uno al sur, esférico y desconocido.
Mercator escribió en su carta del mundo en 1569: ' Mapas mentales

Bajo el Polo Antártico [se encuentra1 un continente tan grande Que esta representación del mundo es un mundo de papel, no
que, con las partes meridionales de Asia, y la nueva India o uno intuitivo, puede ser mostrado contrastando esta representa-
América, debería tener un peso igual al de las demás tierras. ción con otras que son igualmente impresionantes pero que no
(Skelton, 1958, pp. 193-194) están basadas en mapas y cartas sino en el conocimiento personal,
lo que, en el ámbito de las ciencias cognitivas, se llama modelo
La conjetura no fue fácilmente refutada, dado que los barcos mental. Los micronesios y los polinesios navegaban miles de millas
navegaban con los vientos alisios de este a oeste entre el ecuador en el Pacífico Sur entre Samoa, Hawaii y las ' Rl~R Orientales y
y el Trópico de CajJl"icomio. Pero esto dejó inexplorado la zona al llegaban a destinos visibles desde apenas diez millas , luego de días
sur del Trópico, un vasto océano que podía ser explorado sólo de navegación en un mar sin marcas ni cartas. Tupaia, el jefe de
navegando desde el oeste. En 1768, el Almirantazgo británico navegantes de las Islas Carolinas, a quien el Capitán Cook embar-
comisionó a James Cook, que acababa de volver después de cinco có en el Endeavour en 1769, sabía todo sobre los principales grupos
años de vigilar las costas de Terranova, y era buen matemático, de islas en . Polinesia, excepto Hawaii y Nueva Zelandia, una
para que comandara un navío, el Endeavour, y llevara astrónomos extensión de unas 2600 millas. En el viaje con Cook era capaz, día
de la Real Sociedad a Tahití. Además, las instrucciones secretas le tras día, según el informe de Cook, de apuntar, correctamente, en
exigían a Cook que buscara el continente que "hay razones de dirección a Tahití.
imaginar ... debe encontrarse hacia el Sur" (Skelton, 1958, p. 233). Pero sólo recientemente hemos comenzado a entender la
. Llegó a TahiU vía Cabo de Hornos, luego navegó hacia el Sur, sofisticación de las actividades mentales que conducen a tales
clrcunn~vegó Nueva Zelandia, con lo que probó que era una isla, logros. Gladwin (1970) estudió las prácticas náuticas que aún se
descubnó la costa este de Nueva Holanda (Australia), y luego de emplean en las Islas Carolinas. El navegante se visualiza a sí
estar al borde del naufr agio tres veces en la Gran Barrera de . mismo como el centro fIjo de dos marcos de referencia móviles, uno
Arrecifes volvió, vía Estrecho de Torres, al Océano Indico. En su provisto por las islas entre las cuales navega y el otro provisto por
segunda búsqueda del continente Austral, navegó de oeste a este el patrón de estrellas que se desplazan de este a oeste.
desde Nueva Zelandia hacia el Cabo de Hornos, cruzando tres Oatley (1977) describió estos marcos de referencia en una
veces el Circulo Antártico (60 grados sur), y una vez llegado a 108 valiosa ilustración (figura 10.4). El barco está representado en el
71 grados sur (equivalente, aproximadamente, al centro de centro de un círculo definido por el horizonte. El navegante
Groenlandia), se convenció de que si había un continente austral considera que el barco está estático, mientras que el punto de
"debía hallarse dentro del círculo polar~ y "no valdría la pen~ embarque retrocede y se aproxima el de destino; otras islas se
descubrirlo" (Skelton , 1958, p. 241). mueven en la misma dirección. Al mismo tiempo, una sucesión de

238 239
tradicional, "aquí" es la ubicación del barco que se percibe directa-
mente. En segundo lugar, para quien utiliza mapas, la ubicación
actual es deducida por medio de ~estimacione81'. La ubicación
• inicial es especificada a partir de una carta: las mediciones de dos
variables, la dirección adoptada y la distancia recorrida, pueden
ser marcadas en esa carta para dar la posición actual. El navegan-
te tradicional mantiene un modelo continuamente actualizado de
la ubicación relativa de las islas y las estrellas respecto de su barco.
Hulchins (1983) señaló que conceptos como observación e
inferencia son esenciales para quien se orienta por mapas, pero no
para el navegante tradicional. Tanto 18s representaciones como ¡.as
Ahair
,s
, OTRAS operaciones mentales que realizan son distintas. Las Observ~clO­
,• "'LAS nes astronómicas son importantes pa ra ambos, pero en el pnmer
caso, seemplean para determinar la latitud y la longitud, y a partir
/.UNTODE Homonte de ellas, proceder a la ubicación en una c.arl?' Para e~ na~egante
PARTIDA tradicional, el trayecto de las estrellas indIca la ubICaCIón y el
destino directamente. Uno vive en el mundo, el otro en un mundo
de papeL Hutchins lo explica de este modo:
F'igura 10.4. Representación pictórica: articulación del viajero
carolingio de los marcos espaciales móviles de islas y estrellas durante Cuando el navegante utiliza una brújula para ubicar una marca
un viaje (imaginario). desde el puente de un barco, conceptualmente deja de estar en
el barco' está sobre la superficie del mar estudiando la posición
estrellas surge sobre el horizonte, cada una de las cuales mantiene de su e~barcación en una representación del espacio local real.
una r elación fija , conocida, con el destino y funciona como guía (p. 207)
para el barco. Para calcular la distancia realizada, se tiene en la
mente una isla en particular, fuera del trayecto de la embarcación Y continúa:
y más allá del horizonte, llamada Etak o isla imaginaria. Esta isla En nuestra tradición, las operaciones de observación, computa-
Etak también se desplaza respecto del barco ocupando la serie de ción e interpretación constituyen, cada una de ellas, un ti~
posiciones que designan las posiciones fijas de las estrellas que diferente de actividad y son ejecutadas sucesivamente. La caja
servían originalmente como guías para el barco. Este sistema de de herramientas del navegante micronesio está en su mente...
triangulaciones le pcnnite al navegante determinar, cuando ha La interpretación del resultado (la posici6n de la isla de re~eren­
llegado al área de destino, a qué hora comenzará a buscar indicios cia, por ejemplo) está incorporada en el cálcul~ (construcción de
más locales tales como nubes, vuelo de pájaros, movimientos de las la imagen del horizonte) que, a su vez, está lDcorporado en la
olas, etc. Joshua S locum (1900), la primera persona en navegar observaciÓn (hora del día). (p. 223)
alrededor del mundo sin ayuda, cuenta cómo pudo reconocer
cuándo había entrado en las latitudes de los vientos alisios simple- Recientemente se han reconocido como proeza náutica simi-
mente por el sonido de las olas que chocaban contra el casco de su lar los viajes de los vikingos en el siglo x a "Vineland", el nombre
embarcación. norse del territorio que incluía el extremo deTerranova (Macleans,
Hutchins (1983) describió algunos de los aspectos en que la 5 de agosto de 1991, p. 41). Los únicos regi stros de cómo se lograron
navegaci6n micronesia difiere de la navegación guiada por mapas. estas hazañas náuticas provienen de las sagas norse (Mowat,
Ya hemos mencionado el marco de referencia; para quien se guía 1965). Estas proveen instrucciones de navegación para viajes
por mapas, "aquí" es un lugar sobre el mapa; para el navegante distantes en términos de doegrs, esto es, distancias medidas por

240 241
cuánto deberla recorrer un barco en un día promedio (aproximada-
mente 35 millas), instrucciones descriptas en airts, y marcas que
señalan punto de partida y punto de destino. Si bien estos nave-
gantes no sabían nada sobre el mundo geometrizado de latitudes
y longitudes, podían medir la altura de los astros y comparando la
altura presente de, digamos, la Estrella del Norte con la altura de
esa estrella en el destino, controlar el problema de la latitud. Los
navegantes vilcingos podfan navegar desde Noruega hasta Nortea-
mérica observando marcas en las Shetlands, las Faeroes, Islandia,
Groenlandia y las Islas de Baffing, sin perder de vista la tierra por ,,
más de 200 millas en ningún momento (Mowat, 1965, p. 356).
Un último ejemplo de navegación sin brújula ni carta provie-
ne del viaje de larga distancia de los inuits a través del Mico. Los
O"
viajes de hasta 500 kilómetros eran comunicados y recordados
mediante la memorización de una serie de nombres que describían
lugares; la dirección era gobernada por elementos tales como
sa.strugi, pequeñas estrías de nieve endurecida que corrían para-
lelas a los vientos predominantes, y las distancias en términos de
días de viaje. Si bien estos mapas mentales se orientaban al
establecimiento de rutas, los inuits son conocidos por su notable
habilidad para describir la geografía local'en mapas. Un impresio-
nante ejemplo de cllo ca el que fue preparado para el exploI'auor
danés Knud Rasmussen por el inuil Pukerluk, en 1922, para guiar
sus viajes en las tierras áridas al oeste de la bahía de Hudson. El
mapa de Pukerluk, de hecho, corresponde muy bien a uno moderno
del mismo territorio, e indica la precisión del conocimiento que
.."
, /'h . ,.'.... ~
~~,
,

Pukerluk adquirió empíricamente (Pelly, 1991; véase también


Brody, 1981, 1987). Los mapas se dibujan con frecuencia en el aire
o en la nieve en el transcurso de la explicación de una ruta; rara vez Figura 10.5. Mapa moderno de
se los lleva o se los cons ulta en un viaje. la región a1 oeste de la Bahía
Aunque lleguemos a reconocer lacomplejidad de las operacio- de Hudson comparado con el
que dibujó Pukerluk para
nes que pueden desarrollarse en la mente sin el uso de represen- Rasmussen.
taciones abstractas y notaciones de cálculos, ya sea para la nave-
gación o para la especulación teórica (CarruLhers, 1990), no es
menos importante reconocer la marca importante que imprime
sobre el propio pensamiento del mundo cuando uno llega a pensar
en él en términos de modelos explícitos que evolucionan en el
intento de representarlo. El mapa inuit sirve s610 como artefacto
mnemotécnico para 10 que ya es conocido; el mapa del mundo de
Colón o de Cook servía como modelo teórico para pensar lo Laso Yothhyed
desconocido. (Hikoligjuaq)
Ong anticipó admirablemente nuestra conclusión: " • ......,.p.6()

242 243
Sólo después de la imprenta y la extensiva experiencia con AB representado por DE; el tiempo requerido para atravesar BG,
mapas que ésta posibilitó, los seres humanos, al reflexionar por EF; entonces digo que la distancia AB es a la distancia BG
sobre el cosmos, el universo o el "mundo", pensarían principal- como el tiempo DE es al tiempo EF. (Galilci, 1638/1954, p. 155)
mente en algo que se presentaba ante sus ojos, como en un
moderno atlas impreso, una vasta superficie o conjunto de La distancia es fácilmente representada con la longitud de
superficies ... listas para ser "exploradas". El antiguo mundo ora l una línea; pero el tiempo es representado a hora espacialmente
conoció pocos "exploradores", si bien conoció muchos itinerantes, mediante una línea similar. Las relaciones entre distancia y
viajeros, aventureros y peregrinos. (1982, p. 73) tiempo son representadas, pues, mediante razones constantes:
ABlBC • DFJEF.
R e presentación d e la naturaleza: la El movimiento naturalmente acelerado requería un conjunto
matematización d e l movimie nto de Galileo algo más complejo de representaciones geométricas. El Teorema 1,
Proposición 1 afinna:
Aun cuando los geógrafos hayan realizado el paso decisivo de
representar el mundo fisico mediante una geometría abstracta- DE F TIEMPO
viendo el mundo e n términos de una esfera geométrica con sus I I I I I 1
propiedades matemáticas conocidas-, el logro más espectacuJar I I I I
DISTANCIA
consistió en ver las propiedades no espaciales de la natur aleza, en
particular el movimiento, en términos de tales r epresentaciones Figura 10.6. Dibujo según Galileo. La expresión formulaica D '" V x T
es una convención moderna. Galileo habría objetado ls multiplicación
geométricas. Galileo es celebrado con justicia precisamente por de los inconmensurables, prefiriendo expresar la relación en
este logro (Haugeland, 1987 ). Recordemos la celebrada afirmación términos de razone,s.
de Galileo de que el Libro de la Naturaleza estaba escrito en
lenguaje matemático. Su método consistía en tomar proposiciones El tiempo en el cual un espacio es atravesado por un cuerpo que
lógicas como postulados cuya verdad debía ser establecida "cuando parte del reposo y luego es uniformemente acelerado es igual al
encontramos que las inferencias que se deriva n cor responden y tiempo en el cual ese mismo espacio seTÍa atravesado por el
concuerdan perfectamente con la experiencia" (1638/1954, p. 172). mismo cuerpo moviéndose a una velocidad uniforme cuyo valor
La perspectiva es perfectamente moderna. La teoría tiene una es el promedio de la velocidad más alta y la veloci da d a nterior al
forma lógica, y sus implicaciones se comprueban mediante experi- comienzo de la aceleración.
mentación.
La estrategia de Ga lileo consistía en utilizar las propiedades y la prueba (como se ve en la figura 10.7):
deductivas de la geometría para derivar predicciones que podían
ser conftrmadas media nte experimentación. Consideremos s u Representemos mediante la línea AB el tiempo en el cual el
Teorema r, proposición r sobre las propiedades del movimiento espacio en es atravesado por un cuerpo Que parte del reposo en
uniforme: e y es uniformemente acelerado; sea el valor final y más alto de
la velocidad ganada durante el intervaloAB representado por la
Si una partícula en movimiento uniforme y a velocidad constan- línea EB trazada en ángulos rectos respecto de AB ; trácese la
te atraviesa dos distancias, los intervalos de tiempo requeridos línea AE, luego todas las líneas trazadas desde puntos equi-
son entre sí lo que la razón de esas distancias. distantes sobre AB y paralelas a BE representarán los valores
crecientes de la velocidad que comienza con el instante A. Que el
Se trata, por cierto, de una teoría física, pero Galileo procede punto F divida la línea EB en partes igualcs; trácese FG par alelo
a proba rla mediante métodos geom étricos: a BA, y GA paralelo a FB, formando así un paralelogramo AGFB
que será igual en área al triángulo AEB, ya Que el lado GF
Sea una pa rtfcula que se mueve a velocidad constante a través intersecta el lado AE en el punto 1; si las línoas paralelas en el
de dos distancias AB, BG , y el tiempo requerido para atravesar triángulo AEB son extendidas hasta Gl , entonces la suma de

244 245
todas las paralelas contenidas en el cuadrilátero es igual a la La geometría, con sus leyes, reglas y propiedades conocidas, sirve
suma de las contenidas en el triángulo AEB; las del triángulo como modelo para representar las propiedades del movimiento. La
IEF son iguales a las contenidas en el triángulo GIA, mientras naturaleza es vist a en términos de este modelo mat emático,
que las incluidas en el trapecio AIFB son comunes. Dado que representado en el papel.
todos y cada uno de los instantes de tiempo en el intervalo de Nótese también que la geometría no es meramente una
tiempo AB tienen su punto correspondiente sobre la línea AB, metáfora de la aceleración, sino una representación de la acelera-
desde la cual los puntos paralelos dibujados en ella y limitados
ción. La diferencia no es simplemente terminológica. La represen-
por el triángulo AEB representan los valores crecientes de la
velocidad en aumento, y dado que las paralelas contenidas tación especifica de u n modo preciso cómo cada uno de los rasgos
dentro del rectángulo representan los valores de una velocidad en la representación se relacionan con los rasgos de los objetos en
que no es creciente sino constante, aparece, en tal manera, que cuestión y cómo las reglas para interpretar la representación - loe
los momenta [velocidad] asunúdos por el cuerpo en movimiento deducciones geométricas- representan estados posibles de esos
pueden ser también representados, en el caso del movimiento objetos. Las especificaciones del modelo deben ser interpretadas
acelerado, por las paralelas crecientes del triángulo AEB, y en el como literalmente verdaderas respecto del mundo representado.
caso del movimiento uniforme, por las paralelas del rectángulo Así, las teorías deben interpretarse tan literalmente como los
GB. Dado que lo que puede faltar a 10$ momenta en la primera enunciados factuales que proveen pruebas para esas teorías.
parte del movimiento acelerado (la falta de los momenta es La importancia del problema de la ~represen tación" en el
representada por las paralelas del triángulo AGI) es completado a vance científico es el tema de Bellone (1980, p. 141), quien se
por los momenta representados por las paralelas del triángulo pregunta por qué la matematización de una teoría fisica debe ser
IEF. un proceso tan largo y laborioso y no una rutinaria traducción a
Por tanto, es claro que espacios iguales serán atravesados en símbolos de lo que ya es conocido a t ravés de la experiencia. En este
tiempos iguales por dos cuerpos, uno de los cuales, partiendo del sentido, es ilustrativo el hecho sorprende nte de Que las ecuaciones
reposo, se mueve con una aceleración uniforme, mientras el que representan las leyes newtonianas de movimiento fueron en
momentum del otro, que se mueve con velocidad uniforme, es un realidad escritas por el matemático Leonhard Euler unos sesenta
medio de su momentum máximo bajo movimiento acelerado
Q.E.D. (GaIilei, 1638/1954, pp. 172-173) a ños después de la publicación de los Principia de Newton. Newt on
expresó sus leyes en tér minos de r azones, tal como lo había hecho
Galileo. Si bien podían representarse mediante líneas, era incon-
cebible que propiedades inconmensurables como tiempo y espacio

lÜülfLl:
TIEMPO (T )
pudieran ser multiplicados o divididos . ¿Qué signifi caría multipli-
car velocidad por tiempo o masa por aceleración? Euler lo hizo; el
producto fue la fór mula hoy universalmente aceptada F = roa.
Bellone argumenta que:
~>I----------"I ,o
DISTANCIA (D)
un proceso de matematización no es una traducción, fiel o infiel,
D=VxT ni una sustitución puramente fonnal de la lógica preexistente en
leyes empíricas ... [sino más bienl la estructura lógica establecida
Figura .10.7. Dibujo según Galileo, modificado. entre afinnaciones descriptivas respecto de hechos ... está sujeta
a modificaciones a veces radicales, que no cambian solamente la
El tiempo es representado por una línea en el espacio, la forma de la teoría, sino que también afeclan la prueba empírica
distancia por un área agregada y la prueba de la relación entre misma, y de este modo nos fuerz an a dar una interpretación
movimiento uniforme y acelerado se reduce a la prueba de que las diferente a las observaciones y a las relaciones entre mediciones.
áreas de un triángulo y un paralelogramo con la misma altura son (p. 141)
iguales si la base del primero es igual al doble de la del segundo.

246 247
La Micrographia de Robert H ooke es un registro de inv~sti­
Así pues, representar las propiedades del movimiento en gaciones del siglo XVII con un mi~roscopio y presentaba una sene de
forma de pruebas geométricas y ecuaciones algebraicas no era dibujos reproducidos por medio de grabados al aguafuerte, que
meramente poner por escrito lo ya sabido. Más bien era re<:onstruir fueron incorporados a un texto. Los de un piojo y una mosca, por
esas propiedades en términos de estructuras dis ponibles en len- ejemplo, fueron publicados en hojas de 12 por 16 pulgadas plega-
guajes escritos formalizados. El pensamiento está hecho por medio das de manera que encajaran perfectamente dentro de un texto
de representaciones; el producto de esos cálculos es luego compa- im~reso encuadernado. Pero los orígenes del dibujo científico de
rado con los hechos observados. El mundo pensado ya no es pla ntas y animales deben rastrear~e más atrás, como ocurre con
simplemente el mundo, sino el mundo tal como se lo representa en toda la ciencia occidental, en los gnegos. .
el papel. Las ideas de los antiguos sobre historia natural, especialmen-
te sobre plantas y animales, están mejor representadas en l:'l ~bra
Representación d el mundo vegetal: icon ografía de Aristóteles, Teofrasto, Dioscórides, todos griegos, y Phruo el
botánica Viejo, un romano que escribió en el siglo I (Sa~n,_1955). Cada ~no
de estos sabios clásicos tenía un número de dlSClpulos en el sIglo
Si veinte minutos con un jardinero no son suficientes para XVll que tradujeron, editaron y, en algunos casos, actualizaron sus
convencerse de la riqueza del conocimiento de las plantas que obras. A veces no existían textos griegos o latinos tempran?s; el
posee un aficionado devoto, podemos recordar la descripción de acceso a este conocimiento venía sólo a través de traducCiOnes
Lévi-Strauss (1966) del complejo conocimiento que se requería latinas de textos árabes como el Canon de Avicena.
para la domesticación exitosa de plantas y a nimales en tiempos Las palabras eran medios limitados para describir los deta-
paleolíticos. No se trata sólo del conocimiento práctico adquirido; lles visuales de cientos de especies de plantas y a nimales. Los
muchas culturas sin escritura t ienen complejas taxonomías botá- sabios del Renacimiento se desalentaron ante el hecho de no poder
nicas(Berlin, 1974; Atran, 1990, p. 73). En efecto, los niños mayas, identificar las plantas que describían los escritores an~iguos. ~s
a los cuatro o cinco años de edad, e ran capaces de clasificar más de imágenes tampoco fueron idea~es, porqu~ no. eran copi8das fácIl-
cien tipos botánicos mediante categoría.!!! taxouúuúcas (Stross, mente; las copias sucesivas de formas no lamlhares suelen perder
1973; citado en Atran, 1990, p. 73.) sus características distintivas, según demostró Bartlett (~93~),
Sin minimizar estos logros, puede ser un error, como lo mucho más recientemente. Quedan pocas copias de estos dibUJOS
observó Atran, identificar clasificaciones tradicionales con teoría tempranos; la más antigua es del siglo VI, Y perte~ece a ~n
científica. La práctica de clasificar plantas y animales en taxonomías manuscrito de Dioscórides del siglo 1, que está lleno de IlustracIO-
a veces elaboradas sobre la base de alguna supuesta naturaleza nes de plantas (se dice que es el volumen más valioso de la
subyacente -todas las aves tienen propiedades en común, por biblioteca de Viena) (Sarlon, 1955, p. 69). Las copias decopi~s más
ejemplo--- suelen estar basadas en el aspecto morfológico y la tardías fueron progresivamente alteradas y a menudo son Irre<:o-
función ecológica más que en principios coherentes, como las líneas nocibles (Boas, 1962, p. 52).
reproductivas de descendencia. Así, las taxonomías tradicionales Un ejemplo interesante de este problema puede ,:,erse en el
hacen honor a categorías tales como árboles y gorriones aun primer traductor inglés del herba río ~e Dioscóride~ escn ~ en. 1655
cuando éstos no constituyan taxones científicos. Los árboles no (Gunther, 165511934). El editor escnbe: "Parece lm~slble mter-
constituyen tampoco una especie, un género o una familia. En pretar muchas de las figuras. Sin e mbargo, las hemos Impreso con
efecto, la familia de las legumbres incluye hierbas, vides, á rboles la esperanza de que botanistas de campo ... puedan reconocer
y arbustos. Además, las taxonomías tradicionales no intentan algunas de las plantas que, debido a r~producciones erradas,.~a
relacionar todas estas cIases en una concepción unificada de la sido imposible identificar en un herbariO de plantas secas (p. Vl~J).
Naturaleza, principal objetivo de la ciencia desde Aristóteles Las descripciones no están estandarizadas y, junto a la descnp-
(Atran, 1990, pp. 7, 78-80.) Nuestro propósito en este capítulo es ción, incluyen algunos de los usos médicos:
esbozar 108 modos en los cuales el intento de representar sistemá-
ticamente en imágenes y textos afectó el conocimiento botánico. 249
248
Linozostis. Posee hojas, como el Ocimum, similares a las de contentaban con describir plantas primariamente con palabras.
Helxina pero más pequeñas, pequeñas ramas con dos nudos, con Cuando se incluían dibujos, éslos eran principalmente artísticos;
varias alas, & éstas delgadas, pero la semilla, de la hembra crece no "tenían el deseo de imitar formas naturales con demasiada
en racimos & es abundante, pero la del macho en cuanto a las exactitu d" (Sarloo, 1955, p. 87). Solían discrepar tanto de la
ramas pequeñas, redondas, como si tuviera dos pequeñas pie- realidad que no permitían reconocer la planta real. Las delicadas
drasjuntas, pero todo el arbusto es de un palmo de largo, o más; ilustraciones realizadas por el estudioso medieval Cybo de Hyeres
pero ambos mueven el vientre, y son utilizados como hierbas _ son descriptas por Sarlon como realistas; pero más religiosas que
aromáticas, & en comidas. Pero si son cocidas en agua y se bebe científicas: "era artístico y tal vez religioso, porque la belleza y el
elagoa expelen el cólera & sustancias acuosas. Y se cree también encanto de sus criaturas, aun las más humildes, nos ayudan 8
que las hojas de la hembra batidas un poco & bebidas y aplicadas amar a Dios" (pp. 87-88). Hacia el siglo xv, los pintores incluyeron
luego de la limpieza menstrual en las partes pudendas, causan
descripciones realistas de plantas en s us cuadros; la Primavera de
la concepción de una hembra, & que con las hojas de la planta
macho, dispuestas de igual suerte, nace un varón. (p. 593) Botticelli tiene treinta especies de plantas reconocibles (p. 88) ..
No h ay duda de que la impresión y el grabado al aguafuerte
El dibujo correspondiente, hecho en Bizancio en el año 512 d. tuvieron un gran impacto en la acumulación del conocimiento
C., que se muestra más abajo, lleva el título "Linozostis", pero el sobre plantas y a nimales. Lo más importante de esos primeros
editor agrega en una nota al pie que la identificación es "dudosa". libros impresos de historia natural fueron las descri pciones de
Por tal razón E isen stein (1979) sostiene que la imprenta y el hierbas que podían cultivarse con fines medicinales. De hecho, las
grabado fueron en parte responsables de la revolución de las escuelas de medicina, que comenzaron en Padua en 1542, crearon
ciencias en los siglos XVI y XVII; los dibujos originales hechos por un jardines de hierbas para entrenar a los médicos en el reconoci-
maestro ahora podían ser duplicados de manera confiable y, miento y cultivo de ellas. Esta actividad fue reforzada en gran
además, contrastados con la experiencia de cientos de lectores. En medida por la publicación de una nueva generación de herbarios en
efecto, luego del advenimiento de la imprenta, se produjo una los cuajes las descripciones y dibujos de plantas se prepararon
inmediata difusión de esos herbarios. para usos médicos pero también para satisfacer los intereses del
Sin embargo , los dibujos botánicos habían comenzado a lector común. Sarloo sostiene que el desarrollo del di bujo botánico
cambiar significativamente en el Renacimiento, aun antes del y de la distribución y estandarización que provino de los avances
desarrollo de la imprenta. Sarlon señala que los antiguos se en el grabado al aguafuerte y la imprenta condujo a un rech azo de
los primeros dibujos y a una reescritura de los textos mismos.
Los nuevos Herbarios del siglo XVII fueron elaborados por
Brunfels, Fuchs, Boch y Cordus, todos alemanes y luteranos, entre
1530 y 1550. Lo que los hacia nuevos era el hecho de que, más que
ser copias, tanto textos como dibujos, de los primeros libros de
Discórides o PHnio, estaban basados en la observación de primera
mano y el dibujo "del natural" de unas 500 pl antas. Como en otros
campos del conocimiento, la transformación fue a veces pensada
como un alejamiento de las "palabras", las antiguas autoridades,
hacia las "cosas"; de hecho, no ocurrió tal cosa. Fue un intento
sistemático de captar en las representaciones las propiedades
particulares y los usos de las plantas, actividad ampliamente
facilitada por el nuevo estilo artístico y los nuevos medios de
reproducción de textos e ilustraciones.
Figura 10.8. Linozostis, hierba medicinal, tal como apareee represen- Boas (1962) señala que:
tada en el herbario de Dioscórides del siglo Vl.

250 251
las ilustraciones compladan la vista y suplementaban el texto;
pero en botánica y anatomía hacían algo más, porque podian
vehiculizar lo que las palabras, aún insuficientemente subordi-
nadas a las necesidades t.éc.nicas, no podían. No existía aún un
lenguaje técnico preciso en significado y universalmente conoci-
do, apto para explicar en detalle la descripción necesaria de la
fonna; en efecto, la botánica prescindió de las imágenes cuando,
en el siglo XVIII, se desarrolló tal lenguaje técnico. (p. 54 )

La separación de las funciones técnicas del dibujo de las


funciones estéticas se cumplió lentamente en el siglo XVII. Los
Retratos de plantas vivas de Brunfeld incorporaron dibujos de
Hans Weiditz que, si bien eran nuy s uperiores al texto, incluían lo
que para un botanista moderno son detalles irrelevantes: hojas
rotas, flores marchitas y signos de destrucción debida a insectos.
Estos dibujos realistas , al igual que el arte holandés del siglo XVII,
captaban las propiedades visibles de las plantas separadas de sus
asociaciones simbólicas o mitológicas. Cuando Gesner incluyó su
"pez obispo" en su Historia de los animales tuvo el cuidado de
añadir "Si existen verdaderamente o no, no lo anrmo ni lo niego"
(Boas, 1962, p. 58). En la representación del mundo natural, las Figura 10.10. Representación escolar de una flor genérica.
imágenes rá pidamente dejaron atrás las descripciones verbales,
que, como hemos dicho, asumieron su papel moderno sólo cuando Sólo cuando el dibujo fue coordinado con. la desCririÓt
p.volucionó un vocabulario apropiado para li:!. Ilominación de lo científica, como en el trabajo del botanista ~ueoo Lmneo en etás~fc:
visible. Las imágenes proveían el medio en el cual el conocimiento XVlU los dibujos botánicos pasaron a ser diagramas, y la bo Id
del mundo natural podía ser representado. se ~Dvirtió en una ciencia. Para Linneo, la tarea fun~amenta e
la historia natural era la de "ordenar y designar" (~mneo, 1735/
1767' 1751' Foucault, 1970, p. 141). Sólo eran a propIadas ps:a la
d ód
'. . botánica aq uelias características que eran reconOCIbles
::~~::nte por cualquiera, y que podían recibir u~ no~.t:a~U;
l' udiera comprender. Se abandonaron a u ~ . .
:~~{r~~:~~ó~ los parecidos y ~similitud(ls", y las diferencI~s'b~dI7
'd les ~ descripciones se limitaban a los rasgos VISI es,
~o~~rables y representables de las plantas. Cad~ pa~ de la
1 ta raíces tallo hojas flores , frutos- era consIdera a como
~:;;roducto de ~uat~ variables: forma, cantidad, modo de re~ación
r dimensión. Por ejemplo, para la flor, había ~ue anotar la o.rma
los estambres Y pistilos están dispuestos en Clrculo?), la ca~tt.da~
(~cuántas hay?), la relación (¿están debajo, sobre ,jun~~l ~1~tlO.)
' '6 C{,cv
'.'nmáslargasomáscortasqueelplsttl o . ) stas
1 d
ySlmensln . ' d ód
descripciones taxonómicas permitían la constItUCión. e. r e~es ~
Figura ]0.9. Pez obispo, según el dibujo de la Historia de los animales familias, grupos que compartían uno o más rasgos slgruficativos,
de Gesner, siglo XVI.
253
252
género.;;, grupos que compartían un gran número de rasgos básicos;
yespecl.es, grupos con valores idénticos en las variables menciona- La relación entre biología popular, la biología de la experien-
das amba. Estas descripciones constituyen la introducción a las cia del sentido común, y la biología científica no es meramente una
plantas que todos los niños adquieren y aprenden a dibujar en la cuestión de detalle y explicitación . Consiste en t raducir conoci-
escuela secundaria. miento local a un esquema teórico general. Las clasificaciones
Este anál.isis n~ sólo revela la existencia de patrones en el biológicas tradicionales de plantas en flores, frutos y vegetales son
mundo; también ~m~ula. esos patrones con lo nombrable y expresiones de una función social (un fruto es algo que se come
representable en dlbuJ~s, Ign.orando todas las diferencias que no como postre). La botánica científica considera el fruto desde, por
c~en dentro de las dimensiOnes seleccionadas. Tanto en los así decirlo, el punto de vista de la pla nta, como un instrumento de
dl~~amas co.mo en los mapas, la información suplanta la verosi- dispersión de las semillas. El esquema teórico general supone el
mlhtud. U na ilustración de un manual escola r de las partes de una intento de integrar todo el conocimiento botánico en "una visión
f1~r ~o se parece en nada a una flor real. Sin embargo, la flor global de la naturaleza biológica" (Atran, 1990, p . 75). Es este
dibUJada, la representación, se convierte en la entidad conceptual intento de construir un marco general de referencia (piénsese e n
en cu~os términos se percibe y clasifica la flor real. Los dibujos la invención de la latitud y la longitud como dispositivos para
botárucos, como los mapas, se convierten en los modelos conceptua- integrar el conocimiento geográfi co) para todo el conoci.miento
les en cuyos Lénninos experimentamos el mundo. Para adoptar biológico lo que convierte la biología tradicional en una cie ncia. El
~na metáfora de Gombrich (1960), el conocimiento se vuelve un intento de captar las propiedades universales de las plantas por
tipo de formulario en cuyos términos se representa cualquier medio de un conjunto prescripto de rasgos distintivos, primero e n
hecho ~al. El formulario , como el mapa, provee el marco de el dibujo y más tarde en un vocabulario descriptivo, fueron pasos
referencla en ténninos del cual se experimentan los hechos. importantes al respecto.
La transformación en la estructura del conocimiento fue Así como leerel Libro de la Naturaleza requería atender a sus
espectacular. En 1~ "Rdad Media, como scñaló Dom Lec1ercq (1961): a.pariencia.s visibles, oscribir el Libro do lo Noturaleza requirió
captar en palabras y dibujos las propiedades vi sibles de los objetos
I ~s alegorías del Bestiario suelen Superponerse a las cosas mis mos, independientemente de la func ión social o simbólica de
VistaS. En la Naturaleza, todo es simbólico. Los símbolos provie- esos objetos, actividad que exigía la invención de nuevos modos de
nen ~nt.ode la tradición bíblica ... como clásica, pero todos tienen dibujar y describir en el intento de nombrar lo visible.
alUSIOnes morales. (p. 137)
La representación de mundos imaginarios: los
:Además, cuando se clasificaba a los animales, se lo hacía en comienzos de la ficción
térnunos de alguna supuesta cualidad, marca o "signatura" intrín-
seca que se suponía debían tener todos los miembros del grupo, tal
Los estudiantes de literatura están familiarizados con las
como el.hecho de que uno se procuraba s u alimento por la noche,
formas literarias distintivas que caracterizan la era moderna. Los
y. otro Vivía en el agua, u otro se alimentaba de carne viva. Estas
comienzos de la prosa CKittay, 1991; Kittay y Godzich, 1987), los
SIgnaturas, como hemos dicho en el capítulo 8, proporcionaban la
comienzos de la ficción (Sanders, 1991), el s urgimiento de la novela
base de la medicina simpática, en la medida en que trataba
(Watt, 1957), y el surgimiento de novelas utópicas están identifi·
sínto~as de enfennedad por opuestos o por similares, por ejemplo,
cados con esta era. En esta sección mostraré simplemente cómo
hepátIca para tratar problemas de hfgado, debido a la similaridad
de formas. Pero hacia el siglo XVII: una vez que se ha desarrollado un formato representacional para
la descripción objetiva , como ha ejemplificado Boyle, esa forma
ya no puede haber ningún signo excepto en el análisis de podía ser explotada con fines literarios. En Una proposición
r~pres~ntacion~s .según identidades y diferencias ... [una cape- modesta de Jonathan Swift no se da indicación alguna de que se
cI.el eXls~ en sí nnsm8 s610en tanto linda con aquello que puede trata de una ironía; adopta todas las características de una
diferenCIarse de ella. (Foucault, 1970, pp . 144-145) proposición honesta. Aun más impresionante es el relato ficeional
de viajes imaginarios como los del Robinson Crusoe de Defoe.
254
255
Signik:a~~~ifi~ersaY~n:S%~ t,l PSO"gnifide.escndotura aJegórica en la eusl los cionarnos cientos de Instancias de Puntos muchos miles de veces
más agudos: tales como los de los pelos, cerdas y pinzas de
. " c a os que normalmente e
mean verdad so tT d ' omu·
:t ;:n fal.sa~. h~ue~:i~U~: ~f;;~~c:r:~c::~~ ~~;:: ~lu;::;r~:
eregrmo , acla eVidente el hecho d 1
multitudes de insectos ... (pp. 1-2)

¿Qué es distintivo en estas narraciones simples? Están en


alegórica mediante el recurso d e que a ,:scritura era primera persona, informan la observaciÓn de hechos y los relatan
bres tales como Pe e . ~ ~resen~ personajes con nom·
se b' t" r gnno y E nVIp.ia; la historia jamás pretendía de tal manera que cualquiera en la misma posición podría haber
r o ~e lva mente verd adera La fi "6 . visto lo mismo; para autorizarse, apelan al lector ,que podrfa haber
~:~~~:I~~~~!: ~~j::~~~~~: ~~: 2~:~b::~i~U:;~~~~
alegórica en el sentido de que el lecto te' . n sigue sIendo
CCl
visto por sí mis mo las mismas cosas. El discurso científico depende
de tal estilo de infonnaci6n objetiva, que ofrece sus significados
a prendido algo acerca de la realidad r 7
abiertos a la vista de todos, un tipo de significado literal de los
r nsando que ~a
8
signos, elegido para representar el mundo de man era precisa. La
menteasuapariencia nosetratade pe~:a len oqu~.contrana­ ficciÓn explota el mismo tipo de discurso representacionalliteral,
cons' ' . ' unlmormenarrativoreal Por
. 19u1ente, se requiere alguna sofisticación Ji . . pero lo emplea en un contexto no representaciona!.
~:r?:i~i:;:r:p:erdad alegórica y no objetiva, en l~~:~~:;;::~
rece como una mentira. Defoe reforzó I ti A modo de conclusión: representaciones
afirmando en el Prefacio que la historia de Rob'
"una historia real, d h
e e e eeto
lOsan rusoe era
Además su rela~ ~: ~ ay en ella que sea apariencia o ficciÓn". El importante desarrollo en la representación explícita del
estilo al 'de Boyle o H~;od caPt~b'ó una cabra es casi idéntico en mundo, el mundo sobre el papel, fue la nueva forma de discurso
e escn lendo un experimento. implicada. La finne distinciÓn e ntre lo que Sanan llama 10 artís-
tico y lo técnico, o loqueAlpers llama lo descriptivo y lo interpretativo
~~s:~!sq~: Sil ~eriveían e~ los Vslles, aunque estuvieran sobre es un producto del nuevo modo de leer los textos y la naturaleza,
, a eJa an comendo como invadid . se~n sus propiedades detectables, de superficie. Los textos,
Temur; pero si se estaban alimentando en los v~fe~r un ter~~e incluyendo dibujos y cartas, ni significan ni implican nada; preten-
sobre las Rocas, no se enterarían de mi' . , yyoes a
concluí que, dada la Posició d O .eXlstencI~, por lo cual den simplemente describir. Enuncian lo que está disponible a la
tan dirigida h ' b' n e sus pucas, su Mirada estaba vista de todos; no afirman , insisten ni implican nada. Ni siquiera
Ob' te nCls a SJO, que no podian ver fácilmente I las relaciones en el discurso se consideran conclusiones o inferencias
~e s que estaban encima de ellas. (1719/1930, p. 61) os que hace un escritor, sino simplemente como "consecutivas" de lo
que venía antes. Extirpan la presencia del escritor.
HOOk~ay una muestra comparable de la Mi.crographia. de Robert Esto se logra por un nuevo manejo de la fuerza ilocucionana.
El escritor o artista, de orador con un mensaje persuasivo, pasa a
ser un mero reportero que simplemente cuenta 10 que veríamos si
Comenzaremos por tanto tas .
Observaciones de C es d ~uestrasInveStigaciOneSconlas nosotros mismos estuuiéramos aUt. I ncluso las pruebas demostra-
primer lugar ... sien~:rksPu~~ ;:t:~eza ':l1ás simples en tivas de Galileo referidas al movimiento fueron presentadas como
COnsiderada uno de ellos' yes en efr-..... - Aguja comúnmente inferencias lógicas que hasta el inocente interlocutor, Simplicio,
tan d ." ""o.v, en su mayor pane hecha podía seguir. P ara servir a esta función representacional, el
agu a, que .el oJo desnudo no puede distinguir todas su
partes ... Pero 81 se observa con un muy bue M' .s lenguaje mismo debía ser reformado de manera que pudiera
podemos encontrar qu 1 t d . n IcroscopiO, presentar el objeto al lector y, mediante la nominaciÓn, represen-
sentidos muy aguda) ee ex remo e una AguJa (si bien para los tarlo. Por esta razÓn, como apuntaron tanto Foucault (1970) como
. parece un extremo grande despuntado
muy Irregular. , y H acking (1975a), en el siglo xvn no había teoría del significado. Los
com~:r~~~e:, aunque. este punto sea considerado comúnmente términos no significaban nada; simplemente apuntaban al mundo
gudo... s m embargo el Microscopio puede propor. y, por consiguiente, lo representaban. Aun cuando el problema del
256 257
significado volvió a emerger en el siglo XIX, no se trató del antiguo Pero las representaciones del siglo XVII que hemos examina-
estilo como comentario sobre el sentido y la significación, sino de do, tanto en el arte holandés, en cartografía , como en historia
"un modo que debía ser considerado como positivo, objetivo, como natural, o en cualquier intento en representación, produjeron
el de la historia n atura l ~ (Foucault, 1970, p. 131). I na nueva comprensión del mundo. En el caso de los herbarios he
Esta visión optimista de la objetividad de la representación
ya no es tan atractiva. La idea central deJ. L. Allstin (1962) fue que
aun los relatos de hechos más neutros tienen una fuerza ilocucio-
I os señalado que mejores dibujos de plantas condujeron al perfecc-
ionamiento de las descripciones verbales, es decir , la selección
de rasgos discriminatorios críticos de las plantas mismas. Esto no
naria, así como un contenido proposicional. Las descripciones más es meramente volcar lo que ya se sabía - casi todos podían ,
simples que se proponían apuntar a "las cosas en sí mismas" son, or ejemplo, reconocer un rábano- sino encont rar los rasgos signi-
básicamente, aserciones que expresan una proposición con una fi cativos y sus relaciones, y articularlas en plantas de manera
fuerza ilocucionaria. La descripción objetiva "El pasto es verde" o
"dos más dos son cuatro" son, sugiere, versiones abreviadas de
I ue se vuelvan parte del acervo común de conocimiento. El mundo
sobre el papel, por tanto, no proveyó simplemente un medio de a
"Mtrmo que el pasto es verde~ y "Afirmo que dos más dos son umular y almacenar 10 que todos sabían. Antes bien, permitió
cuatro". Las afirm aciones expresan un contenido y la actitud del inventar los medios conceptuales para coordinar el puñado de
hablante res pecto de ese contenido; esto último indica al oyente conocimientos geográficos, biológicos, mecánicos, entre otros, ad-
cómo debe tomar ese contenido. En consecuencia, en el supuesta- quiridos de varias fuentes en un marco de referencia común y
mente simple arte verbal de la descripción , esta fuerza no queda adecuado. Este marco común se volvió el modelo teórico en el cual
eliminada, sino más bien oculta. fue insertado y reorganizado el conocimiento local. Es en este
Las imágenes deben se r a nalizadas de manera semejante. El sentido que la ciencia occidental de ese periodo adquirió la propie-
logro de los maestros holandeses fu e, como lo afirma Alpers, dad distintiva de ser una ciencia teórica.
representar el mundo visible libre de las creencias y supuestos que y los artistas holandeses del siglo XVII sabían qne el mundo
tradicionalmente se leían en él. Sin embargo, h asta donde sabe- visible no era de interés sólo porque conllevaba una n arrativa
mos, contra los maestros holandeses, las imágenes no describen oculta o un cuento moral. Era digno de ser representado por
simplemente las cosas como son. Aun cua.ndo las intenciones del derecho propio. Lo que ellos y todos los demás no pudieron advertir
artista parezcan ser neutras, representan una postura de quien fu e que los diferentes form atos representacionales ponen a la vista
describe (Schama, 1987) en u n "vocabulario de formas" (Gombrich, propiedades diferentes del mundo. En consecuencia, el logro ho-
1950). También las descripciones visuales son aserciones disfraza- landés, si bien marcó un nuevo escalón, no marcó el final , último
das. Pero son aserciones con una nueva garantía de su veracidad. o único modo de representar, y por ende pensar, el mundo.
La garantía de la veracida d de la descripción es la suposición de Pero sus intentos haci a la objetividad tuvieron un segundo
que si el espectador estuvi era presente en el momento en que la conjunto de implicaciones. A medida que se hizo más aguda la
pintura fue realizada, habría visto lo mismo que rep resentó el distinción entre lo que había que ver "en el mundo" y lo que era a
artista. Boyle convirtió a sus lectores en "testigos virtuales" de sus veces "visto" como parte del mundo, esto no sólo produjo explicacio-
experimentos (Shapin, 1984), y del mismo modo procedieron los nes más objetivas del mundo, sino que además proporcionó una
artistas holandeses del siglo XVII. base para atribuir otros aspectos del conocimiento a la mente.
Hoy, en el siglo xx, nos damos cuenta de que toda observación Proporcionó una nueva comprensión de la subjetividad. Este es el
está, como suele decirse, guiada por la teoría, y necesitamos tema del próximo capít ulo.
revisar nuestra interpretación de los adelantos del siglo XVII. Nos
damos cuenta de que un "ojo sincero y una mano confiable" no son
s uficientes para ver todo 10 que está presente; se requiere, además,
una mente preparada. Lagran tarea de nuestra generación consis-
tió en descubrir, informar y, por ende, traer a la conciencia las
actitudes impHcitas en estos simples informes objetivos.
258 259
n
La representación de la mente:
los orígenes de la subjetividad

Resolví no buscar otro conocimiento que el que podfa encontrar


dentro de mi, o tal vez en el gran libro de la naturaleza. (Descartes,
1637·4111960, p. 8)

"Subjetivo", según el Diccionario Inglés Oxford, significa "que


existe en la mente de una persona , no objetivo". "Subjetividad",
según el uso que daré aquí al ténnino, avanza un paso más; es el
reconocimiento de que lo que está en la mente está en la mente. La
subjetividad tiene una propiedad reflexiva; es el reconocimient o de
los estados mentales de uno mismo y de los otros en tanto estados
mentales. Implica, además, el intento de construir una perspecti-
va en primera persona para los estados mentales de UHO mismo y
los de los otros (Thornton, 1989). Es decir que implica la compren-
sión de cómo son considerados estos estados por quienes los
experimentan. La subjetividad , pues, se manifiesta de diversas
maneras. Si considero que alguien no sabe algo o cree falsamente
algo, esro no es, según mi definición, comprender su subjetividad.
Pero si comprendo su actitud respecto de sus creencias, por
ejemplo, que piensa que sabe la verdad, entonces comprendo su
subjetividad. De manera similar, si comprendo mis actitudes, mis
modos de sostener mis propias creencias, comprendo algo de mi
propia subjetividad. La subjetividad abre la puerta a la intros-
pección, Para romar otro ejemplo, si considero mi interpretación
de un texto como dado por o intrínseco al texto, dejo de reconocerlo
como mi interpretación de un texto; dejo de reconocer la subjeti-
vidad de la interpreta,ción. Del mismo modo, si considero mi
representaciÓn del mundo como dada-"pOr el mundo, dejo de
reconocer la subjetividad de mi propia visión. Aprehendo la subje-
tividad cuando reconozco que aun mis preciadas creencias, mis

261
"verdades", son posiblemente erróneas. La subjetividad, entonces,
I la intencionalidad. Además, la comprensión del niño pequefio de la
está ligada a la conciencia, no a la conciencia en general sino a la posible exi stencia de creencias falsas y engañoS indica que ~om­
conciencia de la mente y la vulnerabilidad de las propias creencias. prenden algo del papel de estados ~en t:al es como las creenCIas e
Si bien tenemos pocas posibilidades de explicar los orígenes de la intenciones en la acción y la comUnICaCión.
conciencia (pero véase Dennett, 1991), podemos abrigar aJguna Una falla en la comprensión de tales estados no es merame!lte
esperanza de poder explicar los orígenes de la subjetividad en un una debilidad, sino característica típica de las ~no~alías s~nas.
nuevo modo de leer y escribir y en una nueva comprensión del Los individuos au tistas son incapaces de atribUir creencias o
lenguaje y el pensamien to. intenciones a otros y, sin embargo, se demostró que ~n capaces de
El desarrollo de la subjetividad puede ser abordado al menos resolver problemas conceptuales de cierta compleJIdad (Baron-
de dos maneras. Analizaremos cómo se atribuyen las creencias y Cohen 1991; Frith. 1989). Así pues, cierta comprensión de la
los estados mentales a uno mismo y a otros tanto en la vida real mente' parece una parte esencial de la cognición human a.
como encontext.os letrados,y de este modo trazaremos el recorrido Algunos estudios en primates no humanos muestran una
del desarrollo de la subjetividad. Lo har emos por referencia al comprensión limitada de lo que otros quieren, cuando no de lo que
trabajo reciente sobre la comprensión infantil de los estados otros piensan (Whiten, 1991). P remack y Da~~er (1991) res.u~en
mentales y s u atribución de estos estados a sí mismos y a otros, en muchas de las recientes investigaciones diCiendo que, S I bien
particular en el con texto de leer y escribir textos. En segundo existen claras pruebas de la habilidad de los chimpancés para
lugar, consideraremos concepciones de la mente o teorías de la atribuir estados motivacionales, no hay pruebas que demuestren
mente o la ciencia de la mente - la psicología- para ver cómo es su capacidad para atribuir estados informacionales, esto es, es~a.
representada en diversos contextos culturales e históricos. Nos dos de creencia a otros. También Cheney y Seyfarlh (1991) s.ug¡.e-
interesa el papel que pueden haber desempeñado la lectura y la ren que es más probable que los monos vervet que ellos estu~laron
escrit ura, no tanto en llegar a comprender la intencionalidad, tuvieran una mayor tendencia a monitorear el comportamlp.nt.n Y
como en las formas culturales inventadas pam pensar acerca de la la atención de otros que a reconocer estados mentales tales como
mt:nte. Comencemos con la perspectiva h istórica. creencias e intenciones. Esta competencia está basada en la
percepción de la atención en otros. . .
El descubrimiento d e la mente Estudios neuropsicológicos (Parret, 1990) m dlca:n ~ue una
parte de la corteza visual de los chimpancés ~stá espeClahzada en
La psicología popular, la penetrante visión del sentido ca- la detección de la mirada de los otros, presunublemente u.n precur-
mún de que la conducta debe ser explicada por referencia a sor del reconocimiento de las intenciones d~ otros. Mom~rear la
creencias y deseos sostenidos personalmente, es considerada en dirección de la mirada de otros es una capaCIdad que tambIén está
general como una posesión común de la humanidad y tal vez ausente en los individuos autistas (Baron-Cohen , 1991),' .
incluso compartida por otros primates. Tal comprensión, apodada Si bien parece que la capacidad de reconocerse a SI trusmo Y
"teoría de la mente", es un tópico de interés en muchas investiga- a otros como sujetos intencionales es parte fundamental del ~er
ciones r ecientes. humano los intentos de conceptualizar las relaciones entre aCClón
Fodor (1985, 1987, 1992) sostiene que la comprensión de e intención, creencia y deseo son más complejos, y p~r~n pose.er
estados mentales de otros individuos es probablemente innata y, una historia cultural. Una parte fascinante de esta hlstona proV1e-
por lo tanto, universal en los hum anos. En efecto, la habilidad para ne del estudio de la invención griega del concepto de mente,
reconocer a los otros como seres intencionales - provistos de invención que, según se cree, tuvo lugar entre la época del poeta
voluntad, pensamiento, paciencia- aparece bastante temprana- oral Homero, "autor" de La IUada y La Odisea, y la época de los
mente en la h istoria del desarrollo del nmo (Shultz y \Vella, 1985; filósofos griegos Sócrates, Platón y Aristóteles. -
Astington, Harris y Olson, 1988). Nociones tales como "hacer", Las epopeyas homéricas cuentan con gran detall~ los modo,s
"tra tar", que indican el reconocimiento de que la conducta está de vivir y pensar de los ancestros preletrados de los gnegos cláSI-
dirigida a algo, que es intencional, indican cierta comprensión de cos. Son los relatos más tempranos de la vida y el pensamiento en

262 263
Europa. Estos poemas son consider d .
obras maestras de la Iiterat AJ a os unIversalmente como guerra. Los hombres luchan para salvar a sus muje res. Cuando
impresionados por sus exce ~ra. pun~ que muchos críticos, se toma una ciudad, los hombres son asesinados, los niños son
mostrado escépticos ante 1=li:n~:~ cu:hdad~s estéticas, se han arrojados a la muerte o tomados como esclavos, y las mujeres son
literaria sobre bases u s e expücar su estructura a rrastradas violentamente para servir como esclavas y concubi-
(971) y su discípuloqr.:r~o(~~;n :stéticas. Sin embargo, Parry nas de su s conquistadores, casados o no. (pp. 3-5)
versión de primera mano d ' v ase ~n Havelock, 1991, una
demostrar que estos poema efi esta cutstIón), fueron capaces de Reconocemos aquí pequeños signos de delicadas emociones
ci6n "oral" creada para audi:nc~:ron e . producto de una composi- de vergüenza , t urbación, simpatía, indulgencia, enojo (diferente
que su auditorio no sabían lee s ~n Vl~O por bardos que, al igual de furi a), o la forma de autoconciencia a la que antes me referí como
escritos, alreded~r del s iglo VII a ~nI es~n~~r. Antes de. que fueran subjetividad. No hay demasiada evidencia de elogio o reproche, ni
se generaban nuevas interpret' :' no a la un texto fiJO ; más bien sentimientos de responsabilidad personal (Onians, 1954, p. 5I).
base de un tema y estructura m~:~:S ~n cada act~aci6n sobre la Sin embargo, hay una tradición compartida y coherente, y los
formulai cas. Estudios recientes hanfiJOS Y. un cOIlJunto de frases individuos son a veces valientes, ingeniosos, imaginativos y coope-
conclusiones. GoodY(1987) lantea matIza.do en parte es tas rativos, y otras veces astutos, taimados y farsantes . La compren-
al~nos signos de elabora~ión le que la versión escrita muestra sión del engaño es tomada por lo general como criter io para
sostIene que el modo de composició~~:~a, y ~Y~-G~rge 09BB) atribuir una "teoría de la mente" a los niños y a primates no
manera s ignificativa ni la ' . I a P~SIa oral no alteró de huma nos; en ese sentido al menos, los griegos homéricos tenían
lorma ru e sentido
Muchos especialistas han utilizad . una comprensión de la mente.
truir la vida mental de los 'e o.estos textos para recons-
una colorida introducción~ gas homéncos. Onians (1954) ofrece 1 Pero ésta estaba seriamente limitada, al parecer, por su
limitada comprensión de la subjetividad. Obtenemos un mejor
pa norama de s u psicología analizando sus modos de referirse al
Los guerreros más viriles lloran c . conocimiento y al discurso. El rasgo más sorprendente de la
Como los tt4Ut..-'QS deben retrae der Op~osa m~n te y en púbüco. concepción homérica es la ausencia de una noción de mente. No
frente a las huestes reunidas "7I , ~ l1npenal Agamenón está hay evidencias de un concepto de mente diferenciada del cUtlrpo,
negra que desde un risco de";' oran o co~o una fuente de agua
y están ausentes ténninos como "decidió", "pensó", "creyó", "dudó"
implorándole a Héctor que se :e~ir;.:u COrnente O~cura". Priamo,
con las manos y Juego se ar í se golpea pnmero la cabeza o "se equivocó". Los personajes de Homero, desde luego, hacen
muere, se arrastra sobre I ra~ca os cabellos. Cuando Héctor todas estas cosas (al menos nos res ulta natural atribuirles esos
cuello con él, y permanece:neSb~coJ' ~e ensucia la cabeza y el estados y actividades), pero H omero los presenta en una forma
doce días, inconsolable. me o e os excrementos durante bastante diferente. Por ejemplo, Homero informa que el rey
El más noble se com rta Agamenón oyó sus voces que le decían que alejara de Aquiles a
Agamen6n, luego de aS:ina co~~ !~s salv~.jes en la batalla. Briseida, la de hermosas mejillas. Esto no es sólo un modo singular
Antímaco, le corta los brazos ~aa belJO suplicante del traidOr y poético de h a blar; es su modo de hablar y, probablemente, su
rodando .. .. Telémaco el buen Y ca za, y luego envía el tronco
del infiel Melanteo detrás deO y astuto, tuerce las manos y pies I modo de pensar sobre estas actividades (Havelock, 19B2, p. 224).
Tomar una decisión era representado, y por ende experimentado,
cuelga de pies y ma nos de ~~ cspaJ.d a, y con una cuerda lo como oír voces que dictan lo que uno debe hacer.
durantelargOtiem""y,u" to ncra que pueda seguj r vivo
• }'V ¡nr nnentos" Más ta d
oon. VIda, lo conducen a través de la I . "
oreJ~ con el impiadoso bronce
.
r e lo bajan aún
p aZ8, cortan s~s narices y
I El vocabulario de Homero incluía ténninos para referirse al
habla y los sentimientos, pero mientras que para sus descendien-
tes litera rios, los griegos clásicos, tales términos se refieren a
arrojan a los perros 00.... - ' arrancan sus gemtales y los
. , ' ..... n sus manos . hechos internos, mentales, para los griegos homéricos se refieren
vengatlvo"; y luego lo dejan. y pIes con espíritu
a hechos externos, fisicos, objetivos. Para los griegos homéricos, lo
Las mUjeres Son un objetivo declarado y a probado . d que nosotros lla mamos "pensar" se describía generalmente como
premIO e
264 "ha blar", actividad que se origina en los órganos del habla, los

265
pulmones. Reflexionar es mantener una conversación dirigida a un navío, un órgano o una fuerza. Lo que parece claro es que no
estos órganos internos. Así, Ulises "dándose golpes en el pecho,
reprendió a su corazón con estas palabras: 'resiste, oh, corazón'; ...y
su corazón se mostraba sufrido y obediente. Pero Ulises mismo se
I habían adoptado la visión de la mente, hoy familiar, como órgano
de la creencia, el deseo y la intención .
Los poemas homéricos griegos, entonces, ofrecen escasas
revolvía ya a un lado, ya al opuesto .. ." (Homero, La Odisea, XX, 6, pruebas del pensar acerca de la mente como instrumento del yo
1946). empleado en controlar el cuerpo y en llevar a cabo acciones
Dado que pensar es un aspecto de hablar a los propios órganos intencionales. Casi no hay pruebas de la existencia de un concepto
u oír voces, no existe la noción de un dominio separado de "pensa- que se asemeje al ego cartesiano. El modelo de acción es, más bien,
mientos" o "ideas". Sólo más tarde la misma raíz comenzó a el de decir y hacer. Penélope instala un gran telar para tejer un
distinguirse en dos conceptos diferenciados, ratio, racionalidad, y manto porque ~un dios sopló en mis pulmones que debía hacerlo"
oratio, habla (Onians, 1954). De manera similar, la palabra lagos (H omero, La Odisea, XlX, 138). Si loa dioses dicen a un guerrero
sólo más tarde llega a ser diferenciada en los conceptos de palabra que morirá en la batalla, éste simplemente a bandona sus armas y
e idea (H avelock, 1982). . espera la muerte. Vemos que los personajes de la épica carecen de
Jaynes (1976), quien penetró en estos materiales homéricos autoconciencia en algunos aspectos porque no consideran que
así como en las partes más antiguas de la Biblia, notó que Homero creencias, deseos e intenciones se originen en ellos mismos.
representaba lo que nosotros concebimos como estados mentales La psicologfa tradicional homérica era, pues, bastante dife-
como estados fisicos o actividades. Los sentimientos y emociones rente de la nuestra al menos en un aspecto. Como nosotros, ellos
son representados como corazón palpitante, respiración entrecor- comprendían la mentira y el engaño - la competencia que distin-
tada o gritos. Thumos es la experiencia de la fuerza que impulsa gue a un niño de menos de cuatro años, a los adultos autistas y a
a la acción: "no es Ajax quien está ansioso por luchar sino s u los primates no humanos de los humanos nonnales-, sin embar-
thumos , mes Eneas quien se regocija sino su thumos ... un hombre go, carecían de un vorJlbulario y sus correspondientes conceptos
puede hablar a BU thumos y oír de él lo que debe decir" (pp. 262- para pensar sobre la mente. Representar los propios pensami entos
263). y acciones como originados en lugares distintos de uno mismo
Phrenes, los pulmones, proveen un lugar donde retener las indica una noción limitada de responsabilidad, deliberación e
palabras, los temores einclusoel vino queobnubilaelthumos.Noos intencionalidad. Considerar las acciones como la expresión de los
deriva del verbo "ver", reside en el pecho y se utiliza para referirse propios pensamientos, puede argumentarse, es lo que permite que
a la información obtenida de los sentidos. Así, Zeus guarda a Héctor sean vistos como sujetos a la deliberación y el control. Agamenón,
en su noos y más tarde, Ulises da vueltas a sus pensamientos por ejemplo, pretendía que no se le debía reprochar el robo de la
engañosos en su naos. Psyche, la palabra griega que ahora tradu- rubia Briseida de Aquiles, porque lo hahía hecho a instancias del
cimos como mente, se refiere simplemente a la vida. Cuando un dios Zeus:
guerrero es atravesado por una lanza, su psyche es destruida o
disuelt a o es expectorada o derramada a través de una herida. . ..y yo no soy el culpable, sino Zeus, la Parca y Erinís, que vaga
Nadie en La ¡liada decide, piensa, sabe, teme, o r ecuerda nada en e n las tinieblas; los cuales hicieron padecer a mi alma, durante
supsyche (Jaynes, 1976, p. 271). Sólo en el periodo clásico psyche, el ágora, cruel ofuscación el día en que le arrebaté a Aquiles la
thumo$ y noos se unen en un concepw general de mente como recompensa. Más, ¿qué podia yo h a~r? (Homero, La /liada,
órgano mental localizado en la cabeza (Snell, 1960), y sólo entonces Libro 19, 100-104)
la mente es vista en contraste con el cuerpo, controlándolo.
Como lo muestra Padel (1992), los griegos prearistotélicos no Bruner (1990; Bruner y Weisser, 1991) ha planteado reciente-
hacían una distinción estricta entre uso literal y metafórico; por mente que la autoconciencia surge a través del relato autobiográ-
consiguiente, es inapropiado aplicar nuestras distinciones sobre fico , en el cual uno interpreta una variedad de experiencias desde
su lenguaje para describir estados mentales. Los griegos la perspectiva del ~yo~ narrativo. Las narraciones públicasycomu-
presocráticos no creían necesario afirmar claramente si naos era nitarias de los griegos homéricos parecen ofrecer menos oportuni.

266 267
dad para la fonnación de tales narraciones personales. La acción alienta la conciencia de la distinción entre lo que digo y lo que
en ellas, parece residir en la colectividad que incluye a los dioses' quiero decir. "Lo que se quiso decir" empieza a ser considerado
más que en los individuos y sus mentes. ' como lo mental.
En el período clásico, la mente es concebida, a la manera en He aquí, entonces, una posible fuente letrada de los conceptos
que lo hacemos hoy, como el depósito de pensamientos e ideas' la de lo mental: las palabras se vuelven distintas de las ideas , lo que
teoría de las pasiones, estados mentales y emocionales subjeti;os se dice se distingue de lo pensado, la cosa de la idea o rep~esenta·
en lo esencial no ha sido superada (Nussbaum, 1986; De Sousa: ción de una cosa, y la mente del cuerpo. El concepto de Idea, en
1?80). La teoría d~ Aristóteles sobre la causa fonnal es algo tanto objeto mental, es central para todas las teorías de la mente
diferente de las teonas modernas de la intencionalidad tal como la basadas en la escritura, desde Platón hasta Desearles y Fo~or
fonn~la, por ej~mplo, Searle (1983). P ero la teoría de la mente de aunque, como veremos, la idea de idea sufriría algunos ~amblOs
lo~ gnegos cláSICOS con s u mayor articulación de lo mental y s u casi conceptuales importantes bastante después de que fuera mtrodu·
eV1d~nte autoconciencia ¿tienen algo que ver con la invención de la cida por primera vez.
escntura y el desarrollo de la cultura escrita? Recapitulemos brevemente. Los griegos. homéricos ~xp.eri.
Havelock (1976, p. 2) afirmó que sí. Su argumento, recor. mentaban o representaban el h abla, el pensamiento, el sentImlen·
démoslo, es que una cultura oral preserva la información hacién. to y la acción como originados fuera del yo, típicamente en el habla
dala m~morable. Fonna y contenido reflejaban esta necesidad; el de los dioses; ellos no "decidían~ actuar: "tenían que" hacerlo. Para
Jengu~e debe ser poético y el contenido debe ser de acción, no de los griegos clásicos, el habla y la acción se originaban en la me~te
r~flexlón (19~2,~. 8), Escribir, sugiere este autor, liberó la cogni- y se encontr aban bajo el control ~~I yo, Est~ nueva conce~clón
ción de la o,bhgaclón de la memorabilidad, permitiendo una nueva permitió un control y responsablhdad creCientes, es deCir, el
f~rma de discurso, el discurso de principios, afinnaciones y defini- sur gimiento de la autoconciencia. El ,camino hacia esta ~utocon.
clO~es, Esta posición general queda algo socavada por un trabajo ciencia es la experiencia de la escntura. Esta proporcIOnó un
reciente qtle muestra que la mayor parte, si no todo el discurso modelo de la propia habla, La posibilidad misma de inventariar los
filosóficn np. entonces y de la Edud Media, era oral en euauLu 1:1 I:IU recureosléxicos dcllengusje surge sólo cuando IR eR~ritura provee ,

I
forma (Carruthers, 1990; Finnegan, 1988; W. Harris, 1989). Algu- un modelo para tales entidades, La conciencia de las palabras
nos de estos argumentos fueron analizados en el capítulo 3, permite distinguirlas de las i?eas que l,as pala~ras expresan, La
El segundo argumento de Havelock es menos vulnerable y escritura, por lo tanto, da ongen a la Idea de Idea; la m e n~ se
corresponde a la noción general desarrollada en el capítulo 4 e~to convierte en el depósito de esas ideas. Así, es al menos plaUSible
es, q.ue la escritura brinda el modelo para el habla y por ~nde I que el descubrimiento de la mente fuera parle del legado de la
CO~V1erte algu~os ~spectos del lenguaje, incluidas las palabras, en escritura.
obJe,tos de conCienCIa. T~os los hablantes son conscientes de laque
s~ dice, pero no son conscientes de aquellos constituyentes lingüís- La constitución d e la mente m od erna
tlcos que ~ensamos como palabras. Como afinna Havelock, cuando
el le~guaJe es transcripto, tiende a ser visto. como un objeto por Puesto que nuestro interés son las consecuencias conceptua·
proPI? d~recho. Las palabras pueden ser distinguidas del conteni- les de la escritura más que la historia de las ideas, tal ,vez nos
do o slgmficad.os exp~sados que entonces "llegan a ser objetivados disculparán por saltar simplemente a ot.ro perlodo',en el cual las
~mo pensamle?tos, Ideas, nociones que existen por derecho pro. formas de leer y escribir probablemente mfluyeron en las concep·
pIO.,. Como entIdades separadas, Oas ideas] parecen exigir una ciones de la mente. Cierto número de filósofos y teóricos de la
fuente separada, no un o,rigen lingüístico asociado con la lengua o literatura han observado la nueva conciencia de y en relación con
la ~a del hablante, SIDO uno mental de un orden diferente los estados mentales subjetivos que surgieron en el período moder·
localIzado en su conciencia" (Havelock, 1982, p , 290,) Las ideas so~ no tempranoFoucault(1970, p. 213) se ha referido a "la gran crisis
la ~ntrapa~te de las p~labras; cuando las palabras son vistas como de la experiencia occidental de la subjetividad" que se expresó en
objetos, las Ideas tambJén lo son. Es escribir más que hablar lo que la necesidad de "tomar parte directa en la vida espiritual, en la
268 269
tarea de salvación, en la verdad que reside en el Libro". Stock Podríamos agregar: que recuerda, cree, olvida, pretende e
(1983) observó la nueva preocupación por las creencias personales imagina, todos temas de la teoria psicológ!ca moderna. Vendler
~as d.ud~s, las com'prensi~nes y las interpretaciones, y por el (1972) volvió a analizar la lista que da Descartes de las actividades
sentido, que s~ venficó pnmero en los siglos Xl y XlI. LePan (1989) mentales y encontró que corresponden a lo que ahora se llaman
señaló el cambIO en las sensibilidades literarias por ejemplo verbos de actos de habla (afirm ar, negar) y verbos mentales
cuando el Ot~lo de Shakespeare explora las con~ecuencias no' (pensar, dudar, comprender). La relación entre ambos grupos es
como en losgnegos, de la acción, sino de las creencias; cuando Ote'~ que los últimos, los verbos mentales, proporcionan la "condición de
cree erróneamente que Desdémona es infiel. sinceridad" a los verbos de actos de habla. Así, para afirmar algo
L~ ~~cepción moderna de la mente y las nociones modernas sinceramente, u no tiene que creer en ello; para negar sinceramen-
de subjetiVIdad se remontan por lo común hasta Descartes y su te uno debe al menos dudar; y para prometer sinceramente, uno
famosa frase: "Cogito ergo sum": pienso, luego existo. Desde el siglo
XVII, pensar más que conocer fue la función central de la mente
Descartes contribuyó a mostrar que nuestro acceso al conocimien~
I debe intentar hacer algo (Searle, 1983). Estas estrechas relaciones
entre decir y pensar se han vuelto evidentes a penas en este siglo
(véase capitulo 5).
',a
to y verdad era básicamente psicológico. El criterio de verdad Para Descartes, las ideas se distinguen claramente de la
por eJ~mplo, no era sólo "lo q~e es",. sino aquel10 de lo que no pued~ realidad. La relación es la representación. Las ideas tienen tres
dudar, la duda, un estado pSlcológtco, se volvió central en el juicio fuentes: algunas nacen conmigo, otras provienen del exterior, y el
de verdad. Con Descartes, vemos irrumpir en escena la conciencia resto están hechas o inventadas por mí mismo (Descartes, 1637-
moderna de la mente (Vendler, 1972, p. 205). 41/1960, p. 94). La mayoría de las ideas provienen de la tercera
Prefiero p~nsar que el logro de Descartes consistió en estable- fuente, yo mismo. Todas las que provienen del exterior pueden ser
cer l~ autonOlllIa de lo mental. Mientras Platón había considerado puestas en duda:
las. Ideas como "f~rmas !deales" que exisUan en el mundo, y
~!ü.óteles las h3bIQ conSiderado como abstracciones de clases de EIIJu que concierne a los objetos corpóreos, no rectlnozco en ellos
objetos en el mundo, Descartes planteó la noción de que las ideas nada [que no pueda] surgir de mí mismo. Encuentro que sólo hay
pueden ser puras i~venciones de la mente, a tal punto que postuló unos pocos elementos en ellos que concibo de ma.nera clara y
una forma de duahsmo mente/cuerpo. Ambos era n partes de una distinta - por ejemplo, tamaño o extensión; forma; ubicación y
person.a, pero no había nada en común entre pensamiento y movimiento, En cuanto a otros elementos como la luz, los colores,
extensión (cosas). En el.pensar sobre cosas, lo mental era previo. los sonidos, los olores, los gustos, el calor, el frío ... ocurren en mi
pensamiento con tanta oscuridad y confusión ... no es necesario
Descartes estableciÓ la prioridad de 10 mental mediante su
para mí a.tribuirles a esas ideas otra fuente que yo mismo ... [Aun)
mé~do de la duda. E ncontró que podía dudar de todo: podemos mis ideas claras y distintas de las cosas corpóreas ... podrían
eqUivocarnos respecto de objetos o cuerpos en el mundo (como estar ctlntenidas en mi naturaleza.,. No veo por qué no podrían
cuando cree~os que un objeto cuadrado distante es redondo); estar producidas por mí mismo y por qué no podría yo ser su
podemos eqUivocarnos sobre las cualidades sensibles de los objetos autor. (pp. 99-101)
(las cosas q~e vemos pequeñas pueden Iser sólo dist antes); o
podemos eqUiVocarnos creyendo que existe un mundo real (pode- Las ideas se originan principalmente, pues, en uno mismo, y
mos estar soñando). Pero de una cosa no podría haber error posible no en el mundo: "El principal error, y el más ctlmún, ... consiste en
esto es, que p~~samos o que dudamos. En un pasaje célebre' ju zgar que las ideas que están en mí mismo son similares a las
Desearles escnbló: ' cosas que están fuera de mí" (p. 94). En consecuencia , "sabemos
muy poco con certeza acerca de las cosas corpóreas y ... sabemos
¿Qué soy? Soy una cosa ~nsante. ¿Quécs una cosa pensante? Es mucho más acerca de la mente humana" (p. 109).
u n~ cosa que d,uda, cnt~ende, concibe, afirma, niega, quiere, no P ero éste es el tema familiar que exploramos en los capítulos
qUIere y, tambIén, que Imagina y siente. (l637-4JJ1960, p. 85) 8 y 9 cuando analiza mos el nuevo modo de leer, en el cual un nuevo
conjunto de restricciones acerca de lo que un texto significa
270 271
permitía una clara distinción entre lo que estaba en un texto y lo
que se leía en él, fuera éste el Libro de las Escrituras o el Libro de
la Naturaleza , Para los científicos y ftlósofos del siglo XVII, el
r las ideas su papel en el entendimiento humano fue pro.vocado por
una disc%sión con amigos cuyo traba~o ~ientífi~o s~~e:~~::P:¡
'do hasta tanto no salieran de los hmltes de en f' 1
problema consistía en diferenciar lo que estaba en el mundo de los letado alrededor de veinte años después, ue e
:~:~::~'E=;o, pro~iedades ~e la~
ct
constructos, invenciones e interpretaciones aportados por la men- Locke propuso distinguir las
te. Francis Bacon intentó fijar reglas para leer o interpretar cosas mismas, propiedades como figura y exte~slón , que . am
correctamente el libro de la obra divina, principalmen te eliminan-
do los impedimentos para una correcta interpretación , lo que él cualidades primarias, de las ~ualidad: se~~:::~~,:o ~~~;,
y el color, que agregaban a pe ~cep r.
llamaba Jos ídolos de la tribu, las opiniones recibidas, la tendencia quien en El ensayista había escnto:

I
a hacer vagas generalizaciones abstractas, y los efectos deformantes
de la voluntad y los afectos, "pues los afectos tiñen e infectan el Los gustos los olores, los colores, y otros, no son más que ~eros
entendimiento" (Aforis mo 49). El entendimiento verdadero era nombres, ~ues el objeto en el cual los en.contr~mos in~:nene y
posible únicamente si no se mezclaban "los sueños de la imagina- reside sólo en la conciencia. Por ende, 51 la cna~ura Vlvl~nte:l~e
ción" con "1os patrones en el mundo" (p. 323). suprimiera, todas estas cualidades serían bamdas y aruqw -
Para Bacon, el interés de la mente estaba sobre todo en das, (Galilei. 1623/1957, p. 274)
someterla a los patrones del mundo, Se debe controlar el intelecto
h iperactivo, ya que éste "mezcla su propia naturaleza con la Hume (174811962 ) distinguió dos niveles de activida~ me~­
naturaleza de las cosas" (p. 317). El entendimiento humano es un tal impresiones sensoriales, nuestras "más viv~ce~.r:~~~~o"n~~
espejo deformante que "distorsiona y decolora la naturaleza de las de ¡as menos directas y menos vivaces "pensaIlllen s e l .
cosas pues confunde s u propia naturaleza con ella" (Aforismo 41). d f es íritu "no cómprenden sino la facultad de co~poner,
Está sujeto a "vanas imaginaciones" (p. 326), tiene una tendencia , poderes e p entar o dis minuir los materiales proporCiOnados
a "i maginar y suponer" (Aforismo 10), a hacer "bonitas y probables tras¡poner, t~Udm
OS" (p 34) Dado que las ideas son productos de la
conjeturas" (p. 329), y a "representar mundos de [suJ propia por os sen 1 •. "( 36) N' guna
te son "naturalmente co nfusas y oscuras p, ,ID
creaci6n"' (Aforismo 44), Por ende, "d entendimiento no debe estar ~:~ e~tá ~dada" por la naturaleza. Todas ~on produc~ d~ I~S
dotado de a las, sino más bien estar colgado con peso para impedirle t' 'dades del espíritu: "En todo razonarruento a partir e da
saltar y volar" (Aforismo 104), Por cierto, las formas ideales ac IVI d d po el espíritu que no está apoya o
analizadas por Platón y los escolásticos eran ahora consideradas experiencia hay un paso. a o r e 1en '"
' - ar...nmento ni proceso "",ndImle
' . nto" (p. 60). Aun
d
quimeras de la mente huma na" (Aforis mo 51). 1pornmgun
·d de D,·os.",-
noesaprehendi da d·1rec t amen"""
' " s 1·no que "s"~EI
""'ede
Los científicos como Boyle y Hooke, que siguieron el modelo laalreflexiÓn
ea en las operaciones de nuestro espm d ' La más
- 'tu "( ~ , 35) . te
baconiano, estaban preocupados por eliminar lo mental, centrán- celebrada hipótesis de Hume sostenía que la causallda no eXI~
dose en los "'hechos observados". El producto de ello fue la ciencia ni en la naturaleza ni en la necesidad 16gi~a, si~o e~ la costum r.~

~~:~:t:~~:~~:~~~I~;::r~~:a~~~Sg~~::~~~t~~~~~:i~~e~::l~~
moderna temprana. Pero Descartes y los filósofos empiristas
ingleses pretendían caracterizar las contribuciones de lo mental.
El producto fue una psicología, una ciencia de lamente. Descartes, a partir de la experiencia son, pues, efectos de la costum re, no e
como vimos, consideró que lo mental era ineliminable, y creyÓ que . toO ( 61) .
la mayoría de las ideas se originan en la mente, Y los filósofos raz0':u:I:~ obiS~ Be~keley (1709-1011975); sin embargo, qu;~n
empiristas ingleses, como Locke, Hume y Berkeley, hicieron una
serie de propuestas referidas a la funciÓn de la mente en la ~::cf:~i:ae;o~:~~~;~~e~~r~~~:~;~~~i~~~ E~
?io el
formaciÓn del conocimiento, Sólo sustrayendo las contribuciones
de la mente se podía ver la naturaleza como realmente era,
~:~a instancia, para Berkeley, n~da está Iib~: de 101 te'dPretaclqón~
'b' d " Pero nos mteresa sa.....,r e mo o en u
"Ser es ser percl 1 o . d t I base herme-
Como reconoció Locke en el prefacio a Ensayo sobre el enten, Berkeley llegó a esta posición, porque emues ra a
dimiento humano (1690/1961, p. 4), su análisis de la naturaleza de néutica de esta teoría de la mente.
272
273
Para ver cuán radical fue la visión de Berkeley, resulta útil Mientras que Locke había sostenido que al menos las cuali-
contrastarla con las visiones platónica y escolástica de las ideas. dades primarias existían en el mundo, Berkeley arguyó que todas
Tanto las especies sensibles como las inteligibles, como las llamó las cualidades existen en el espíritu: ~esos argumentos, que se
Santo Tomás, se consideraban dadas por naturaleza. El trabajo del consideran pruebas manifiestas de que los colores y los sabores
espíritu consistía en captar esas especies, es decir, esos conceptos sólo existen en el espíritu ... también pueden con igual fuerza
o ideas. La teología de la Reforma insistió en una división de lo probar lo mismo de la extensión , la form a y el mo~ento" (p. 81,
dado por las Escrituras y lo que son meros agregados del hábito, la Nf 15). Y aun: ~La extensión, la form a y el mOVImIento son sólo
tradición y la invención. Cuando esa distinción entre lo dado y lo ideas que existen en el espíritu" (p. 79, W 9). Según Berkeley, todas
interpretado se aplica a la lectura del Libro de la Naturaleza, se las propiedades son secundarias. . .
transforma en la distinción entre hechos observados y conjeturas El idealismo de Berkeley es una consecuenCIa directa de esta
probables. Pero cuando los filósofos empiristas atacaron sistemá- negación de las cualidades primarias. Este ~lósofo negó tod~
ticamente el problema, no pudieron encontrar una distinción realidad material independiente de la percepción o del entendi-
satisfactoria entre lo atribuido a la observación y lo impuesto por miento: "todos esos cuerpos que componen el poderoso marco del
el espíritu. mundo carecen de subsistencia sin un espíritu ... su ser es ser
La solución de Berkeley consistió en tratar las observaciones percibidos" (p. 78, NI' 6).
como si fueran inferencias de "objetos de visión inmediatos, pro- El idealismo de Berkeley se propuso como un argumento
pios o directos", más simples o más primitivos. Lo que en realidad contra el escepticismo de Hume. Este había sostenido que, si el
vemos, sostenía Berkeley, son los colores, las medidas relativas, conocimiento estaba constituido porel espíritu, no podía alcanzarse
las secuencias y otros "qualia" sensoriales o datos de los sentidos, la certidumbre de nada. El argumento de Berkeley no fue negar
que son signos de los cuales se puede inferir, sobre la base de la que el espíritu constituye el conocimiento, pero justamente d~ ~llo
experiencia pasada, la presencia de objetos en el mundo. Da un no se sigue que el conocimient.o no flR v(.\rnFH'Ip.ro. , ,/) qnl;' el eSpll"1tu
ejemplo: percibe existe realmente, pero su existencia depende de. la percep-
ción. Así pues, Berkeley completa lo que Descartes comIenza, esto
.. .Ias pasiones que están en el espíritu de otro son invisibles por es, poner el espíritu en el centro del conocimiento.. .
si mismas para mi. Sin embargo, puedo percibirlas con la vista, Que la teoría berkeliana de la visión es en realidad una teona
aunque no inmediatamente, y hasta por medio de los colores que de la lectura es menos conocido, y tal vez más equívoco. Para
producen en el continente. A menudo vemos vergüenza o temor Berkeley, los objetos inmediatos de la perce~ción.so n si~os y n~
en el aspecto de un hombre, gracias a la percepción de los propiedades de 108 objetos. Leemos. signos e mf~nmos ?~Jetos ~I
cambios de su semblante a rojo o a pálido. (p. 10, N1I 9) como leemos letras e inferimos sigmficado. Los SIgnOSVISibles solo
sugieren su significado al entendimiento, tal c.o~o lo.ha~n las
El rubor o la palidez son "los objetos inmediatos de la percep- palabras: ~La manera en que [los objetos de.la Vls~ón) SIgru~can y
ción", mientras que la vergüenza o el temor se infieren de esos marcan en nosotros los objetos que están a dIstanCIa es la ffilsma ...
rasgos. Del mismo modo, no percibimos directamente a un hombre, [que) la de las lenguas y signos de convenciones humanas" (p. 52,
sino el color, el tamaño, la figura y los movimientos a partir de los NQ 147). La relación es entre signo (o representación) y cosa
cuales inferimos a un hombre (p. 124, W 148). y además, percibi- significada, argumento que Berkeley explica deta1l adament~ (pp.
mos a Dios por inferencia ·a partir de "las señales manifiestas de 54-55, W159). La única diferencia entre ver y leer es que los SIgnOS
divinidad" (p. 124, W 148). naturales se dan en la naturaleza, en tanto que los segundos
Que los objetos se infieren de los datos de los sentidos, y no se dependen de una convención. Los.signos visibles si~ifi.ca.? objet~s
perciben directamente, es una visión compartida por Locke, Hume tangibles en virtud de un "lenguaje de la naturaleza que no van a
y Berkeley. Pero este último toma estas ideas en dos nuevas en diferentes épocas y naciones" (p. 49, N~ 140), mientras que los
direcciones: una, su idealismo ; la otra, su modelo de percepción lenguajes humanos son de invención humana y son, por ende,
como tipo de lectura. arbitr arios. "La voz del Autor de la Naturaleza, que habla a
274 275
nuestros ojos, no está s ujeta a la interpretación errónea y a la
ambigüedad a que están sometidos los lenguajes de invención
humana" (p. 53, Ni 152).
r anteriores habían visto en las Escrituras Y en la naturaleza era
ahoTa considerado cuando no una franca invención, o al me~os un
inferencia del espíritu. Una hermenéutica aus~ra prodUjO una
El hecho de que el modelo de percepción de Berkeley esté en ontología austera; el mundo no era tan comp~eJo ~o.mo parecía.
el origen de un modelo de lectura no prueba que la fllosofia Requería una lectura cuidados~ y una observaCión dilIgente capaz
espiritual haya sido en general el producto de un nuevo modo de de discernir entre hecho y fiCCiÓn.
leer. Analicemos brevemente esa relación .. Por otra parte, estableciendo la autonornfa de la razón, es
La hermenéutica de la Refonna se distingufa por vincular la decir la independencia de las ideas de las cosa~ d~ las Que er~n
inte~retació n con las propiedades textuales, lo que tal vez un poco idea;, establecieron la posibilidad de un conocml1~nto.teorébCO
equlvocamente he llamado significado literal. Vincular la inter- genuino, considerado a menudo como el se~l~ de la CienCIa mod~r­
pretación a las estructuras t:€xtuales les permitió a los lectores del na. Lo que constituye el conocimiento teoretlCO es ~a comp:ens~ó?
siglo xvu distinguir el significado de un t:€xto de las "amplificacio- de que uno puede considerar la lógica, la coherenCIa y la slmphcl-
nes, digresiones y fárragos del estilo~ que los procedimientos dad de la teoría independientemente de la prueba que puede
retóricos medievales habían aceptado como parte de una lectura contar a favor o en contra de la teoría. Esto esjustamente lo que la
válida. Este nuevo modo austero de leer mandó al depósito las nueva comprensión de las representaciones hizo posible.
construcciones creativas, inventivas y activas de la mente del
lector o intérprete. Teorías de la m ente en los niños
Pero excluir el espíritu no fue una cuestión simple. Una vez
que comenzó la búsqueda, resultó casi imposible dejar de encon- Los niños de cualquier cultura adquieren los modales de esa
trar la huella del espíritu en la percepción y el conocimiento. La cultura, incluyendo las maneras de hablar y. d~ pensar sobre. el
alternativa a la eliminación del espíritu era reconocer los diversos habla, la acción Y sus consecuencias y los senttmlen~os. Cualq~er
caminos en que éste estaba involucrado. Un camino era dis tinguir comprensión del habla y de las acciones propi8~ y .aJenas re~u~ere
los hechos observados -aquellos que pOlHsln ser "presenciados" cierta comprensión do necesidades, deseos, O~J P.t:1VO~. sen~lmlen­
por cualquiera- de las hipotéticas conjeturas de Boyle y sus tos y creencias. Los niños adquieren este conocuruento báSICO mu~
contemporá neos (Shapin, 1984). El otro consistía simplemente en precozmente (Astington, Harris y Olson, 1988; Perner, 1991,
tomar una decisión heroica como la que tomaron Descartes y Wellman, 1990). En las culturas occidentales, al menos, te?demos
Berkeley., cada u no a su manera, y admitir que el conocimiento era, a pensar que se trata de un conocimiento de la raz?n: Por cIerto, se
en el mejor de los casos, un conjunto de creencias de las que no dice que los niños tienen una "teoría de la m.ente SI .pueden usar
podía dudarse. atribuciones de creencias y deseos como medIOS para mterpretar o
Lo que estos filósofos estaban intentando hacer era enfrentar explicar lo que ellos u otros dicen y hacen. . .
los aspectos de la interpretación que resultaban problemáticos en Un logro central en esta comprensión es el reconocumento ~e
la lectura, es decir, aquellos relacionados con la fuerza ilocuciona- las creencias. Estas son especiales porque pueden ser falsas y, SID
ria: cómo debían interpretarse los enunciados y los acontecimien- embargo, ser "'sostenidas~ o "mantenidas" por U?8 persona. Las
tos. Así como el problema central de leer las Escrituras era el de acciones mal dirigidas, por ejemplo, pueden exph~arse ~otand~ o
determinar no tanto lo dicho sino cÓmo debía tomarse lo dicho el postulando que el actor sostiene una falsa c:eencla. Ellmpreslo-
problema de los filósofos mentalistas fue clasificar estos "modos'de nante trabajo experimental sobre las especies no humanas más
tomar lo dicho". No negaban los "textos" ni las estructuras de esos evolucionadas como el chimpancé (Premack y Wood:uff, 1978)
textos. 10 que debatían era precisamente lo que estaba en ellos y aporta, en el mejor de los casos, una prueba amblgu~ de la
cómo pasar a las interpretaciones. La solución consistió en una comprensión de falsas creencias (Dennet, 1978). Los expe?mentos
her~enéutica aplicada. La Naturaleza era una suerte de libro que con niños pequeñOS son mucho más conc1uye~tes. Wlm~er y
podía leerse, pero uno debía ejercitar el juicio para no atribuir Perner(l983) proporcionaron pruebas, hoy ampham~nte venfica-
demasiadas cosas al "libro". Gran parte de lo que las generaciones das, de que los niños menores de cuatro años son IDcapaces de
277
276
reconocer la mera posibilidad de una creencia falsa. Alrededor de niños occidentales y los indígenas respecto de la comprensión de la
los cuatro o cinco años comprenden que alguien puede sostener vida mental también ha sido estudiada por Kakar (1978).
una falsa creencia y que ésta puede impedir que la persone alcance Aun después de que adquieren una comprensión rudimenta-
su objetivo. Esta comprensión subyace a una multitud de activida- ria de los propios estados mentales y de los ajenos, los niños
des "mentales" como la introspección (G<lpnik y Astington, 1988), comprenden escasamente la subjetividad de esos estados, es
la comprensión de la sorpresa (H adwin y Perner, 1991; MacLaren decir, cuáles de ellos son experimentados. Para volver al caso
y OIson, 1993), la decepción (Chandler, Fritzy Hala, 1989; Peskin, descripto en el capítulo 6, los niños de cinco y seis años de edad
1992), la interpretación de la ambigüedad (Ruffman, Olson y suelen entender que cierto personaje, Juan, cree falsamente que
Astington, 1991), así como una gama de juegos infantiles como las una golosina está en un cajón. Luego se les pregunta: "¿Qué dirá
escondidas. Juan si le preguntamos: 'Juan, ¿sabes dónde se encuentra la
En las culturas occidentales, la adquisición de un sistema de golosina?''', Responderán erróneamente "No". Comprenden que
creencias, deseos e intenciones está estrechamente vinculada con Juan no sabe dónde está la golosina, pero no logran acceder al
la adquisición de un lenguaje mentalista para hablar acerca de punto de vista de Juan, pues él piensa que sabe. Inferimos que no
esos hechos. Los niños de cuatro años usan correctamente expre· pueden comprender la subjetividad de la creencia (Olson , Howes
siones como ~pensar", "conocer', "sorprender", "adivinar", entre y Torrance, en preparación; Perner y H owes, 1992).
otras, a ntes de asistir a la escuela (Dunn, 1988). Aun cuando este Del mismo modo, ya en la escuela, siguen teniendo dificulta·
lenguaje sea exiguo, los niños parecen aprehender la comprensión des para comprender la ironía. El sarcasmo presenta menos
básica de la posibilidad de la creencia falsa, dado que comprenden dificultades probablemente porque está marcado por una entona·
la posibilidad de hacer trampas o de engañar a alguien (A vis y ción fuerte y burlona. El sarcasmo sin entonación es ironía. Los
Harria, 1991). niños tienden a tomar los enunciados irónicos como verdades
Sin embargo, existen indicios de que los estados mentales, literales o como mentiras (véase Keenan, en preparación; Lucariello,
incluyendo las creencias falsas, pueden pensarse de un modo
menos mentalístico al menos en algunas culturas. McCormick
(994) recolectó relatos folclóricos de los quechuas en regiones
remotas del Perú. Est os relatos son reconocibles en casi todas las
I 1989; Winner, 1988). Interpretar un enunciado como irónico re·
quiere que el receptor suponga que el enunciado no es verdadero
ni es lo que el emisor cree que es verdad, y que éste no quiere que
el receptor lo tome como verdadero; sin embargo, debe considerar·
culturas. Un relato se refería a "Coyote Wily", que vio la luna se como un enunciado infonnativo. Así pues, la comprensión de la
reflejada en un lago y la confundió con queso. Como no pudo ironía requiere cierta sofisticación en la comprensión tanto del
persuadir a Búho de que encontrara ese "queso" para él, Coyote lenguaje como de los estados mentales del hablante. Clasificar
buceó en el lago para encontrarlo por sí mismo y se ahogó. Para los estas complejas intenciones presenta problemas aun para los
quechuas, el errores descripto en términos de apariencias: "la luna niños de ocho y diez años y para algunos adultos.
parecía ser queso", en lugar de una falsa creencia: "Coyote pensó Podemos concluir que es necesario comprender algo dei
que se trataba de queso". Cuando McConnick (1994) leyó el mismo entendimiento para comprender la acción y la comunicación . La
relato a estudiantes universitarios canadienses, éstos, sin excep· elaboración de esta comprensión y la invención de conceptos
ción, lo narraron diciendo que el animal "pensó" que era queso. (Los distintivos para referirse a esos estados ti ene una historia cultural
lectores pueden observar que en mi relato usé el verbo "confundió", y evolutiva. La complejidad que esos est ados adqUiere en las
y que puse comillas a la palabra queso para indicar que no era culturas letradas es fácilmente demostrable observando los como
realmente queso.) Ambo.s modos de narrar coinciden en gran pIejos modos en los que pueden interpretarse las expresiones, y el
medida, pero los hablantes del inglés son socializados en un elaborado lenguaje para distinguir esos modos en el discurso
discurso de est ados mentales, mientras que los quechuas son letrado.
socializados en una lengua de apariencia e ilusión. Estos modos de
hablar parecen adecuarse a los modos culturales de experimentar
acciones y acontecimientos. Las diferencias culturales entre los
278 279
Cultura escrita y estados mentales La primera usa la conjunción "porque" para ~xpres~r u na
relación causal; la segunda expresa u na relaCIón eVIdente
En el análisis de lo que la escritw:a no representa (capítulo 5), (Donaldson, 1986; Feider, 1970). Ellecto~ d~be inferir.laconstruc-
observa~os que las escrituras no captan el acento, la entonación, ción apropiada sobre la base de un conOCImiento prevIo. Pero éste
las pr~pl edad es paralingüísticas del habla ni el contexto de la suele ser limitado, y los niños carecen de fundamentos para
expreSión. Estos rasgos son cruciales para la fuerza ilocuc1onaria completar automáticamente el tipo de relación. Para ello t~enen
es decir, s.i el emisor pretende que el enunciado sea considerad~ que aprender a confia r en las marcas explícitas de estas relaCIOnes.
una ~serc.'ón.o una ~r~e~, como literal o met afórico. Estos rasgos "Porque" tiene que limitarse a significar "es causado. por", y el
también mdican distlDClones más s.utiles, como la s ugerencia segundo significado tiene que reemplazarse con expresIOnes como
versus la orden o la conjetura versus la aserción. La entonación "lo sé", "es evidente que", "es la razón por la cual", "se sigue
también entraña marcadores de cohesión estructural es decir lógicamente que", etc. En cierto s~ntido, nada se apre~de dado que
marcador~s ~e cómo deben relacionarse las proposiciones. Lo~ los niños comprenden estas relaClones en contex~s slmples c~mo
puntos pnnclpales, los .subor dinados, los apartes, las digresiones, el de levantar cajas livianas. Pero en otros sentIdos, al exphcar
ete., suelen ser reconoCIbles a partir de índices no léxicos (Tannen .
estas relaciones , los niños están aprendiendo a pensar sistemáti·
1985). ' camente y a transmitir, sistemáticamente, su pensamIento a
En la. lectura de textos, los niños tienen que áprender un otros.
?-uevo. conJ~nto de dispositivos para controlar tanto la fuerza Existen pruebas de que los niños adquieren un vocabulario
llocuclOnana como la estructura textual. A menudo, las indicado- especializado para marcar la fuerza ilocucionaria en un momento
?es s?brecómo interpretar un texto están ausentes, y el lector debe relativamente tardío de la edad escolar, si es que lo adquieren
mfenrlas del conu:xto. Para leer un texto, el lector debe aprender alguna vez. Astington (1988) halló que los ni?os, al pro~ediar. la
a recono~r .los índices que marcan cómo debe tomarse un texto y, edad escolar tienen dificultades pa ra exphcar las diferenCIas
p~ra eSO:-bll', ~~be aprender a controlar deliberadamente esos entre prome;as aserciones y predicciones. En otro estudio, 01son
mIsmos dIspOSItivos CH erriman, 1986). y Astington (1990) hallaron que s610 lo~ e~tudiant~8 de 108 más
. Algunas de estas l!ro~iedades pueden apre nderse indepen. altos niveles académicos tienen un conOCImiento activo de concep·
dlentemente del aprendizaje a leery a escribir. Los niños de padres tos como conceder, implicar, hipotetizar, interpretar, etc. La expli-
lectores pueden a prender a hablar con cláusulas subordinadas, cación que parece más evidente es qu: estos términos :~ra vez
p~rentétl~as, ~tc., marcan~o las estructuras léxicamente por me. aparecen en los libros de texto estudiados por e~o~ . mn~s: los
dIO de cOllJunclones subordinadas, pronombres relativos y verbos conceptos se han sacrificado en interés de la "legibilIdad .. Las
de actos de habla. Esos padres pueden hacerlo porque la escritura discusiones informales con los maestros revelaron dos actitudes
provee ll:n modelo para su habla. Para los demás niños, la principal contrastantes. Algunos maestros dijeron no utilizar nunca esos
oportumdad para adquirir ese conocimiento letrado se produce en términos porque los niños no los entendían; otros dijeron que no
la escuela. eran esenciales para la enseñanza.
La lectura y la escritura hacen posible una práctica sostenida Un problema aun más importante subyace al hecho de que Io.s
en la asi~ación de fuerzay estructura a textos, tanto cuando éstas textos escritos rara vez indican cómo debe tomarse una proposI-
son explfCltas~mocuando deben inferirse. Oadoque este punto no ción. Los manuales de química dicen en la misma "tirada" que el
suele ser a nalizado por las teorías de la educación ni por las guías número atómico del oxígeno es 16 y que es un gas incoloro. Lo
de práctica de la enseñanza, vale la pena hacer una pequeña primero indica su posición en la tabla periódica, lo cual concierne
elaboración al res pecto. a la teoría; 10 segundo es un hecho empírico. La tarea del alumno
. Cons idérense estos dos enunciados gramaticalmente idén. es explicar las hipótesis de la disciplin.a, las defi~iciones, los
tlcos: marcos teóricos las pruebas confirm atonas, las cotlJeturas Y las
inferencias pla~sibles. En nuestros términos, esto equivale a decir
La caja es liviana porque está vacía.
que cada proposición encontró un estatuto o fuerza -debe ser
La caja es liviana porque puedo levantarla.
280 281
tomada de detenninada manera- aun cuando a menudo es el s uerte comenzarán a reconocer que cualquier contenido puede ser
alumno el que debe explicar esas maneras para sí mismo. concomitante de casi cualquier actitud; la conjetura de hoy puede
Las oportunidades de debate sobre cómo deben tomarse las ser la creencia de ma ñana gracias a la acumulación de pruebas
expresiones suelen ser más aprovechadas en el cam po de los cruciales. Al aprender a establecer estas distinciones, los niños
estudios literarios, donde los problemas de interpretación son más eslarán aprendiendo lo que los empiristas ingleses h abían apren-
centrales que en las ciencias. Debejuzgarse si u n enunciado debe dido antes, es decir, que "algunas de las cosas previamente consi-
tomarse literal o metafóricamen te, o hablando stricto sensu o deradas rasgos del mundo que nos rodea son en realidad caract.e-
grosso modo, si es un ideal imposible o una pretensión realista, etc. risticas de nues tra propia constitución interna" (Flew, t962. p. 7).
¿Cómo saber si Swift. está escribiendo irónicamente en Una propo- Esta segunda perspectiva tiene la ventaja de ser acorde con
sición modesta? Aun en este caso, muchas oportunidades se pier- la historia de la escritura y la lectura desarrollada en capítulos
den debido a la bú squeda de la respuesta mejor o convencional- precedentes. Con frecuencia, se aludió allenguajeyel conocimien-
mente aceptada. to en términos de modelos de lengua e interpretación presentados
No reconocer que la ciencia es una rama de la literatura (pace por la escritura. Pensar acerca del pensamiento puede no ser una
Popper) conduce a muchos maestros a pasar por alto las oportuni- excepción. Debe mostrarse a los ninos cómo mirar una imagen si
dades para debatir el modo en que deben tomarse los enunciados se supone que tienen que reconocer lo que el autor o pintor ha
y sostenerse las creencias, y esto es una preocupación tanto de la hecho, y con qué efecto buscado.
educación cient ífica como de los estudios literarios . La investigación apenas comienza en torno de la cuestión
sobre cómo estos conceptos racionales continúan desarrollándose
El desarrollo de la subjetividad a lo largo de los años escolares o cuá l es el impacto de la lectura y
la escritu ra sobre su desarrollo. Por ende, debe aceptarse que las
La relación entre la primera compre nsión de los niños del pruebas verificadas y las coI\ieturas sobre la naturaleza de este
intelecto y los conocimientos más avanzados de Jos estados menta- dt:l;arrullo son lllt:rtIl; t:xplic~ciolJt:::I dt: UHa Hm:a ll~ iuuagación,
les y de las actitudes respecto de las proposiciones puede conside- más que el establecimiento de los problemas involucrados.
.rarse desde dos perspectivas que su elen presentarse como contra- La comprensión y producción de textos requiere el manejo del
dictorias. La primera, una perspectiva naturalista asociada con contenido y de la fuerza ilocuciona ria: lo dicho y como debe tomase
Piaget, pondría el énfasis e n el modo en que los conceptos comple- lo dicho. El ledor y el autor experi.mentados son conscientes de
jos surgen de otros más primitivos. Interpretar puede provenir de ambos aspectos. El lector experimentado puede reconocer la mente
coordinar los conceptos pensar y significar para obtener pensar lo detrás de la escritura y la razón delleclor supuesto que el autor
que algo significa. Analizamos estos aspectos en el capítulo 6. tenia en mente. E l lector debe coordinar estas dos mentes con la
La segunda es una perspectiva más social , y está asociada con s uya propia. La subjetividad es el reconocimiento de que cada una
Vygotsky (1962). Consiste en establecer si en la lectura y escritura de ellas tiene diferentes perspectivas sobre el m undo. Coordinar-
de textos, o aun en las charlas sobre textos, los niños aprenden a las es lo que inicia el diálogo mental interno que tanto Platón como
reconocer los índices que señalan que un en unciado es emitido H obbes (165111958) creyeron estar pensando.
como verdad, otro como una analogía, otro como una interpreta·
ción de algún otro e nunciado o acontecimiento. Cuando se vuelven
más expertos en determinar los modos de tomar los enunciados
textuales, también logran e ntender que sus propios enunciados
intentan ser interpretados de determinado modo -como hipóte-
sis, inferencias, ejemplos, digresiones-, que s us int erpretaciones
son en realidad interpretaciones, y que 10 que habían considerado
a ntes "saber" puro está com puesto de conjunt os de creencias
sostenidas con diversas actitudes y grados de compromiso. Con
282 283
12
La constitución de la mente
letrada

Parece evidente que existen diferencias culturales, históricas


y evolutivas en los modos en que las personas piensan sobre sí
mismas y sobre el mundo. No sólo hay diferencias en lo que saben;
también piensan acerca de ello y en que lo aprendieron de maneras
muy distintas. La metáfor a de Butterfield de ~calarse las gafas y
ponerse a pensar" describe adecuadamente la t ransformación que
h emos examinado a propósito del pensamiento acerca del lengua-
je. el mundo y la razón.
En este volumen h emos analizado el papel que la escritura, la
lectura y la cultura escrita en general han desempeñado en los
cambios concept uales de Occidente. Consideramos un número de
factores entre los que se encuentra el t ipo de escritura, los modos
de leer la Biblia y de interpretar textos y la a plicación de los
principios de lectura textual a la "lectura" del mundo natural.
Como hemos visto, existen muchos sistemas de escritura diferen-
tes, empleados e n muchas culturas diferentes, con fines muy
diversos, en modos muy diferentes con niveles diferentes de
competencia y con consecuencias e implicaciones completamente
distintas. La investigación en este campo apenas ha comenzado a
ordenar esta diversidad.
Para com prender las implicaciones conceptuales y cognitivas
de la escritura y la lectura, tuvimos que diferenciar los recursos
cognitivos involucrados en la percepción, el habla y la acción
(procesos cuyos orígenes tienen que explicarse evolutivamente) de
los procesos cogni Uvas involucrados en la creación, almacenamiento
y uso de artefactos y símbolos con funciones representacionales
(procesos y productos cuyos orígenes tienen que explicarse cultu-
ral e históricamente). Pues son estos recursos técnicos los que le
dan al pensamiento letrado al menos algo de sus propiedades
distintivas en Occident e.
285
El gran desafio teórico consiste en explicar el modo en que hace glrededor de cuatro mil años en Mesopotamia, Egipto, China,
esto sucede. Las hipótesis Que he expuesto son muy diferentes de y un poco más tarde en América Central (Gaur, 1984/1987). La
las de Finnegan (1988), quien propuso buscar la explicación no en propiedad distintiva de estos sistemas era la posesión de una
una propiedad técnica de la escritura, sino mas bien en aspectos de sintaxis para combinar signos de modo que expresaran proposicio--
control y uso. Mi propio interés consiste en identificar la marca nes; este fue el primer tipo de escritura que puede considerarse un
conceptual indeleble que la confianza en la escritura ha dejado en modelo para la fonna verbal, y no como el contenido de una
nuestras actividades culturales y cognitivas. Mis hipótesis tam- expresión . Facilitó así un nuevo criterio para la noción de "decir lo
bién difieren de las recientemente enunciadas por Donald (1991), mismo·, uno según el cual las palabras reales son relevantes como
quien afirma que los símbolos y artefactos tienen im pacto en la sujetos y predicados de las proposiciones. Estas escrituras fueron
cognición porque expanden la memoria. Yo he sostenido, por mi responsables de que se tomara conciencia de entidades lingüísti-
parte, Que las implicaciones cognitivas de los artefactos cu lturales cas como las pala bras. Además, puesto que representaban propo-
son un producto de los nuevos conceptos inventados al manipular siciones, fueron las primeras en representar enunciados negati-
esos símbolos y a rtefactos. Nuestros sistemas gráficos 00 sólo vos: ¿Cómo puede representarse "No matarás" en un dibujo? Estas
conservan la iofonnación; también proporcionan modelos que nos escrituras fueron fundamentales para la fonnulaci6n de una clara
permiten ver el lenguaje, el mundo y nuestra mente de un modo distinción entre lo dicho y lo significado, o lo que se quiso decir,
nuevo. distinción elaborada de modos muy diversos en las culturas con
Aun cuando haya una importante diversidad en los sistemas escritura y en las culturas ágrafas.
gráficos y en las funciones Que llenan, el interés principal de este Las escrituras posteriores aportaron otros segmentos lin-
libro ha sido extraer algunos principios generales, una teoría s i se güísticos a la conciencia. Las escrituras sil á bicas conv1rtieron a las
quiere, Que pueda contribuir a explicar algunas de las pruebas sflabas en objetos de la conciencia, y los alfabetos proporcionaron
disponibles y nos guíe en nuevas y provechosas direcciones de el modelo para pensar el habla en tanto compuesto de constituyen-
investigación. Las explicaciones que hemos analizado pueden tes subsilábicos, cercanos pero no idénticos a los fonemas.
resumirse e n ocho principios. Los cuatro primeros surgen de La relación general entre escritura y conciencia puede expre-
invertir la hipótesis tradicional acerca de la relación entre habla y sarse, pues, extendiendo la noción de Whorf acerca de la relación
escritura. En oposición a autores que van desde Aristóteles a entre lenguaje y pensamiento; la escritura proporciona un conjun-
Saussure, he afinnado que la escritura no es la transcripción del to de categorías para pensar el lenguaje. Esto no significa que
habla sino que proporciona un modelo para ella; hacemos una aprender a leer y escribir sólo aporta la conciencia lingüística;
introspección del lenguaje en términos establecidos por nuestras también nos permite pensar el habla en términos de entidades de
escrituras. Los otros cuatro sei'ialan de qué modo los modelos de un sistema representacional. La escritura provee una serie de
lengua sirven luego como modelos para el mundo y la mente. modelos para el léxico, la sintaxis y las propiedades lógicas de lo
Primer principio: la escritura fue responsable de hacer cons- que decimos, permitiendo así que se vuelvan conscientes.
cientes aspectos de la lengua oral, es decir, de transformar esos Este principio explicaría el modo en que la cultura escrita
aspectos en objetos de reflexión, análisis y diseño. Es por ello que contribuye a la elaboración de gramáticas y diccionarios, asf como
la historia de la escritura es necesariamente una parte de la al descubrimiento de la lógica y a la invención de teorías retóricas.
comprensión de las implicaciones cognitivas de la escritura, pues Estas son actividades metalingüísticas, en las que las categorías
diferentes sistemas hacen conscientes diferentes aspectos de la del sistema dependen de las propiedades del habla que la escritura
lengua. Los primeros usos de los dispositivos gráficos -dibujos y representa. Eso no implica que el habla sin escritura carezca de
emblemas- , al igual que la tradición oral de la que son parte, gramática, de léxico, de lógica o de retórica, sino que la formulación
proveyeron la noción de decir lo mismo cada vez que eran recorri- de una teoría gramatical o lógica está construida en términos de las
dos con la vista o recitados. Pero "lo mismo" en este caso es el categorías que la escritura ha vuelto conscientes. Una vez que han
significado, aquello de lo hablan el dibujo, el emblema o el relato. sido explícit amente fonnuladas, la gramática y la lógica pueden
Los primeros sistemas generales de escritura aparecieron emplearse intencionalmente en la · formación do oraciones o de
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argumentos. Una vez que se le ha atribuido a un argumento una de sonido de la lengua. Por cierto, los lectores exitosos aprehenden
estructura deductiva, pueden buscarse las premisas a partir de las esta relación bastante precozmente.
cuales pueden seguirse las inferencias necesarias. Y una vez que Tercer principio: es dificil, tal vez imposible, hacer consciente
se le ha atribuido una forma gramatical a una oración, pueden lo que la escritura como modelo no representa. Lo que está
rechazarse las oraciones que no se ajustan al modelo. No sería representado tiende a considerarse un modelo completo de lo
a.propiado, desde luego, pensar que esta deliberación emergió existente; en otras palabras, cualquiera sea el modelo de lengua
sImplemente de la posibilidad de leer y escribir unas pocas pala- que posea, un individuo considerará que es un modelo completo de
bras; es una reflexión que sólo se produce con una creciente lo que se dice. Numerosos antropólogos han referido la dificultad
conciencia de la estructura del habla en términos de la estructura que han tenido para convencer a sus ¡nfonnantes iletrados de que
presentada por los sistemas de escritura. El análisis sistemático usanan '1as mismas palabras" en cada reproducción de una
del habla, ahora "oída" en términos de sistema de escritura sería canción o un relato; para los informantes toda reproducción era en
necesario para aislar la gramática de los significados, genera'¡men- las mismas palabras (Finnegan, 1977; Goody, 1987). Su modelo de
te expresados en la lengua. Esto requiere (:ierlo tiempo en el nivel "10 dicho" no se aplicaba, al parecer , a las palabras. Elegantes
histórico, y también requiere tiempo y esfuerzo su desarrollo en los estudios sobre la conciencia fonológica de los no lectores, que
niños. hemos mencionado en el capítulo 4, han mostrado que es el
Segundo principio: ningún sistema de escritura, incluyendo conocimiento del alfabeto lo que vuelve conscientes los fonemas;
el alfabeto, vuelve conscientes todos los aspectos de lo dicho. Los quienes no están familiarizados con un alfabeto simplemente no
emblemas y tótems no hacen conscientes las palabras; los logografos oyen 108 fonemas. Del mismo modo, los lectores diestros en la
no hacen conscientes las sílabas ni las sílabas los fonemas. Ade- lectura de los caracteres chinos hallarán difícil o imposible borrar
más, aun las escrituras como el alfabeto, que pueden representar los segmentos fonético s de las palabras pronunciadas, dificultad
la forma verbal de una expresión, no proveen una representación que no experimentan los lectores del chino escrito en el pinyin
explícita de la fuerza ilocucionaria de un enunciado. En la medida alfabético.
en flllP. transcriben lo dicho, no transcriben cómo fuo dicho, y en Lo mismo parece sucedl'lr Mn el significado de las expresio-
consecuencia los índices de cómo el emisor pretendIa que el nes. Recuérdese la discusión del capítulo 9 sobre los significados
r~ceptor tom.ara lo dicho. Lo que se pierde en el acto de transcrip. que son metafóricos para nosotros como receptores y que no lo son
clón es precisamente lo más difícil de recuperar en el acto de para sus emisores. El análisis de Lévy-Bruhl de la creencia de los
lectura, es decir, cómo interpretar una expresión determinada. indios huichol de México de que el maíz es un ciervo, o el análisis
Cuando Empédocles dijo que el mar salado era el sudor de la de Evans-Pritchard de la creencia de los núer de que los gemelos
Tier.ra, ¿estab~ hablando literal o metafóricamente? El registro son pájaros son ejemplos de esto. Para los huichol y los núer las
escnto no da nmguna indicación al respecto. expresiones significan lo que djcen. Si el sistema de escritura!
. Este principio implica que es inapropiado pensar que todos lectura no permite distinguir entre lo que una expresión significa
los sistemas de escritura tienen el mismo efecto en la conciencia del literalmente y lo que significa metafóricamente, los emisores de
lenguaje, o pensar que la "conciencia lingüística" es un fenómeno esas expresiones no podrán ver ambas alternativas.
unitario. Un sistema de escritura puede considerarse un modelo de Aun después de que quedó fijamente establecida la distinción
algunas de las propiedades de la lengua. Algunos niveles de literal-metafórico, los autores tuvieron dificultades para aceptar
competencia lectora pueden alcanzarse sin adoptar la escritura que los textos no determinaban completamente los modos en que
como modelo de todo aquello de 10 que podría ser modelo. Algunos los lectores los interpretaban. Thomas Cranmer, arzobisbo de
lectores de alfabetos pueden no darse cuenta de que estos sistemas Canterbury durante el reinado de Enrique VIII, escribió el Book of
propor~ionan ~n modelo grosero de fonología. Esos lectores pre- Common Prayer con la convicción de que todo aquel que lo leyera
sentarlan un nIvel bastante bajo de competencia. Los niveles más llegaría al mismo significado; pensaba que el texto era una repre-
~tos de competencia, incluyendo la habilidad para escribir, reque- sentación completa de lo dicho. Aun los lectores y autores moder-
nrían la aprehensión del sistema gráfico como modelo de patrones nos tienen dificultades para reconocer que los textos, por mejor
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escritos que estén, nunca proporcionan sino una indicación de las de los niños dado que se trata de la pedagogía óptima, vale la pena
intenciones del emisor respecto del receptor. Las escrituras alfabé- afirmar ambos principios. que a veces parecen contradictorios. En
ticas representan la forma verbal, lo dicho, no la actitud del primer lugar, los sistemas de escritura no son expresiones del
hablante respecto de esa forma verbal, lo que se significó con ella. conocimiento fonológico o gramatical; más bien proporcionan mo-
En consecuencia, la fuerza ilocucionaria de un enunciado fue dificil delos para esos constituyentes y, por ende, son secundarios; las
de resolver teóricamente, así como fue dificil manejarla práctica- expresiones significativas son esenciales en un primer estadio. Por
mente en la lectura y la escritura. otra parte, aprender a leer con habilidad, y sobre todo aprender la
Cuarto principio: una vez que la escritura como modelo ha ortografía, requiere la comprensión del modelo gráfico como mode-
sido asimila da, es extremadamente difícil dejar de pensar en ese lo del habla; así el modelo es esencial en un segundo estadio. El
modelo y ver de qué modo alguien que no está familiarizado con él cuarto principio implica en particular que los maestros y los
.. perc~be la lengua. Los alfabetizados encuentran sorprendente que diseñadores de políticas educativas pueden equivocarse al consi-
algUlen no pueda oír los componentes "alfabéticos" en su habla· derar que aprender a leer es una "habilidad" que puede entrenar-
para ellos, esas distinciones están allí. Del mismo modo, lo~ se, y no un logro intelectual: llegar a comprender cómo lo dicho
lectores modernos, acostumbrados a una estricta distinción entre puede representarse mediante un conjunto de símbolos gráficos
el significado literal y el metafórico, no pueden imaginar cómo es (Ferreiro, 1991).
el mundo para alguien para quien ésta no es una distinción La noción de que los textos escritos proporcionan un modelo
esencial. Cuando los antropólogos modernos encuentran expresio- para el habla más que expresar una estructura lingüística, da por
n ~s como "Los gemelo~ son pájaros", tienden a sostener que los sentado un comentario adicional. Simplificamos en exceso cuando
nuer están hablando literalmente y, por ende, son culpables de decimos que los escritos "representan" las estructuras implícitas
autocontradicció~ (Beattie, 1970), o que están hablando figura- del habla -los fonemas, por ejempl~ en un medio gráfico. Mi
damente (Hutchms, 1980). Pero ¿por qué deben estar forzados a hipótesis es que las escrituras representan estructuras lingüísticas
~~~ uno u ot:o. lado de. lo que, para nosotros, es una gran s610 en el sentido de que proveen un modelo pttn:t ~llaa. La diferen-
dlVl~lón? ~ los c!er1~os medIevales no habrían podido aceptar que cia es importante por lo que cada perspectiva supone. La primera
Jesus hubiera slgmficado lo que dijo cuando dijo "Soy la puerta". supone que los fonemas están disponibles para la conciencia y, por
Sólo investigadores modernos como Frye (1982) están cómodos tanto. son directamente expresables en el nuevo medio. La segunda
cuando dicen que para el discurso del Nuevo Testamento el supone que la escritura es responsable de volverlas conscientes. Si
significado metafórico puede ser el significado literal. La dificultad la escritura proporciona el modelo, entonces es ella la que define las
estriba en ver nuestro modelo escrito de lengua como un modelo categorías, y las propiedades fónicas podrán oírse en términos de
entre otros. Las estructuras presentadas por el modelo tienden a esas categorías. En el capítulo 4 presentamos una prueba que avala
ser tomada~ como hécbos dados objetivamente, sean palabras esta perspectiva: los niños aprenden a oír la! larga y lal breve. que
sílabas, sOOldos de letras o significados literales. Una vez detecta~ son fonémicamente diferentes, como un único sonido representado
das esas estructuras, se tiende a pensar que están presentes en el por la letra a. La categoría está dada por la escritura, no por la
texto y el hecbo de que alguien no pueda reconocerlas. a conside- conciencia preexistente del sistema fonológico. El habla puede
rarse una forma de ceguera. entonces ser modelada por las convenciones ortográficas, como
" El tercer y cua:to prin cipios implican que en el aprendizaje a cua ndo alguien de cierta educación pronuncia lti "muda" de la
detectar" las relaCIOnes de los sonidos de las.letras el llamado palabra inglesa oflen, o cuando los niños creen erróneamente,
principio "fonético", el niño no está aprendiendo a 'asociar dos cuando aprenden la ortografia, que la pa labra pitch es más larga
c~nocidos, sonidos y letras, sino más bien aprendiendo un modelo. que la palabra rich, y que la primera contiene lti (Ehri, 1985).
SI esto es así, parece inapropiado subrayar el aprendizaje del Decimos entonces que las escritu ras, en lugar de expresar conoci-
modelo antes de que uno haya comprendido claramente de qué es miento lingüístico, proporcionan un modelo para ese conocimiento.
modelo el modelo, es decir, lo dicho. Aunque el debate en curso Si esto es verdad, es evidente que la es(:ritura es importante para
sobre el aprendizaje de la lectu ra concierne a las actitudes respecto el habla; nos transforma de hablantes en usuarios de la lengua.
290 291
Estos primeros cuatro principIOs no son reducibles a las Quinto principio: los poderes e~presivo~y :eflexivos d~l ?abla
perspectivas conservadora o radical sobre la interpretación. No y de la escritura son complementan os y no SImilares. TradICIOnal-
tranquilizarán a los que creen que el significado está en el texto mente se ha supuesto que la escritura era el medio apropiado para
listo para ser desentrañado por un lector ardiente ni a aquellos qu~ el discurso racional. Pero al menos desde Saussure(l91611983), el
piensan que el significado está en el lector y es aportado o aplicado habla ha sido considerada lo principal, y la escritura, su mera
al texto. El relato sobre la cultura escrita que he narrado recorta transcripción. Los argumentos de ambos la~os fallan e~ que gran
el problema de un modo totalmente distinto. La historia de la parte de la historia de la lectura y la escntura es el 1Otento de
escritura es la de la invención de dispositivos que sirven como reconstruir lo perdido al transcribir el habla. Por ende, és!-B es
modelos de lo que se dice. Pero lo que incluso los sistemas de esencialmente una potencia expresiva. Pero lo que la escritura
escritura más explícitos logran representar es 10 dicho, no cómo se proporciona es la conciencia de la estructura iI?-plí~ita.del.. ~a~la.
dijo, es decir, cómo el emisor pretendía ser interpretado. Lo dicho La escritura es esencial, pues , para la conCIenCia lingmstlca.
rara vez es am biguo; cómo debe interpretarse, por su parte, es casi Ninguna de las dos tiene la primacía absoluta.. .
imposible de determinar con certeza. La ventaja del habla, sostuvieron algunos, r~slde ~n qu~ bene
.EI modo en que deben tomarse expresiones y textos puede dispositivos adecuados para expresar la fuerza II~cuclOnana me-
anahzarse en ténninos de distinción entre acto i1ocucionario (deci r diante el acento y la entonación junto con la actitud corporal, el
algo) y fuerza ilocucionaria (pretender algo al decirlo) (Austin, tono de la voz, y otros elementos similares. "Vuelves a casa", según
1962). En gran parte del discurso oral nos las arreglamos con la cuál sea su entonación, puede ser una pregunta o una orden. Los
expresión del contenido; la fuerza puede desprender se del tono de enunciados iTÓnicos también pueden reconocerse, en parte, gra-
la voz, la entonación, la gestualidad y el contexto. Asf, quien oiga cias a una entonación sarcástica (pero véase Winner y Leekam,
"La ce~a es a las ocho" no podrá, a partir de las meras palabras, 1991). Las dificultades surgen particularmente cuando uno se
saber SI se trata de una promesa, una predicción, una invitación o enfrenta con la mera transcripción de lo dicho, en cuyo caso, la
simplemente una observación. Además, el receptor no sabrá si fuerza ilocucionaria debe inferirse. Inferir una intención comu-
"ocho" significa OCM, u ocho y treinta, o alrededor de las ocho, etc. nicativa, su supuesto auditorio, su contexto. su relevancia para
El rp.ceptor confiará en el tono yel cunf.exto para determinar cómo nuevas audiencias y otras cuestiones similares, hacen que el
interpretar, es decir, cuál es la fuerza del enunciado. problema de determinar cómo tomar un texto sea una de las
Una transcripción escrita de 10 dicho no representa la fuerza cuestiones abiertas que domina el pensamiento contemporáneo.
ilocucionaria. La percepción original de Austin fue que los llama. Aprender a leer es, en parte, aprender a hacer frente a lo no
d.os enunciad~s constatativos, aserciones descriptivas y fácticas, expresado. .
tIenen en realIdad una fue rza. El enunciado "el césped es verde"• Cuando aprehendemos el principio de que una expresIón

S I. se expresara exhaustivamente sería "Afirmo/declaro/supongo/ escrita y descontextualizada suele no indicar el modo e? que debe
mego que el césped es verde". El más llano enunciado fáctico ~sin ser interpretada, estamos en posición de reconocer las dIficultades
autor" es en realidad la expresión de una intención orientada hacia que enfrentan aquellos que no están familiarizados con laeconven-
el receptor. Es la recuperación de esa no mencionada fuerza ciones letradas al respecto. Recuérdese nuestro análisis de L~ria
ilocucionaria lo dificil de conceptualizar - hubO que esperar las (1976) sobre los ejercicios silogísticos presentados a campesmos
recientes teorías de los actos de habla- y es esa fuerza ilocuciona- analfabetos de una remota región de la Unión Soviética en los afias
ria lo que ha sido dificil de representar en la escritura y de treinta. Lo que el psicólogo presentaba como una premisa er~
recuperar en la lectura. Por cierto, he sostenido que la historia de "tomado" por los individuos como un a hipótesis fáctica no plaUSI-
la lectura y la escritura se relacionaba en parte con el aprendizaje ble. No hay razones para creer que los "modos de interpretar" sean
a compensar aquello para 10 cual la escritura no proporciona un universales culturales.
modelo, es decir, el modo en que deben tomarse las expresiones: Sexto principio: una implicación importante de. la cultura
como estrictas o precisas, como literales o metafóricas, como escrita deriva del intento de compensar lo que se pierde en la
Órdenes o sugerencias, etcétera. transcripción . Como hemos visto, si bien las escrituras represen-
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tan bien las propiedades léxicas y sintácticas del habla, no repre- desde nuestra perspectiva, es la ausencia de nociÓn de literalidad,
sentan de manera adecuada las intenciones del autor respecto del de que, en sentido estricto, el maíz no es un ciervo. Para nosotros ,
auditorio. Pero este lapsus no debe ser considerado únicamente la inferencia lógica se limita al significado literal de las expresio-
una pérdida, una pobreza de la escritura como algunos han cr eído, nes. El razonamiento informal, desde luego, no está sujeto a esa
sino una contribución indirecta a la significación de la escritura. univocidad.
Porque si ésta no capta la actitud del hablante, su mirada, su tono El sexto principio constituyó la base de la formulación de una
de voz, su acento y entonación, la lectura de esos textos requiere historia de la lectura y la escritura vista en tanto intento de luchar
todo un nuevo y completo mundo de discurso interpretativo, de a brazo partido con los aspectos ilocucionanos del significado de los
comentarios y argumentaciones sobre cómo, preci samente, un textos escritos, especialmente los sagrados. Según esta perspecti-
enunciado ahora transcripto, debe ser tomado. Inversamente, va, la teoría del significado literal fue un logro crucial d~1 período
contribuye a la elaboración y sistematización de un conjunto de medieval. La teoría del significado literal fue una solUCión extre-
verbos de actos de habla y de estados mentales más complejo, como madamente importante para los problemas de interpretación, no
afirmar versus implicar, así como nociones más precisas de signi- sólo de las Escrituras, sino también de otras cosas.
fica do literal, metafórico, sentido estricto, sentido lato, etcétera. Esta solución, que trazamos a través de influyentes autores
Además, las dimensiones cuantitativas que entraña el tono de los siglos XlI y XID como Andrés de San Víctor y Santo Tomás de
de voz, y que expresan el grado de compromiso con una proposición, Aquino, consistía en establecer la intenciÓn comunicativa de los
pueden representarse léxicamente como suposiciones, observacio- enunciados en la escritura, es decir, establecer modos claros y
nes, conjeturas, inferencias, categorías que demostraron tener defendibles de determinar lo que un texto significaba, lo cual es
importantes funciones epistemológicas. La evolución de estos decir el modo en que un texto tenia que ser interpretado por sus
conceptos fue el resultado del intento de recuperara compensar lo receptores primeros. También proveyó los fundamentos para re-
perdido en la simple transcripciÓn de las palabras del h ablate. chazar significados que históricamente habían sido leídos en un
Fueron intentos de controlar el modo en que un lector tomaba un texto, pero que el análisis textual revelaba como carentes de
enunciado. Podemos recordar la preocupaciÓn de Boyle pordistin- sustentaciÓn. La solución era pensar el significado literal no
guir los hechos visibles para todos de las meras conjeturas. meramente como los pensamientos que venían a la mente cuando
Estos conceptos no surgen de la nada, desde luego. El discurso se meditaba sobre las palabras sino lo que el autor pretendía que
oral, incluyendo el de las sociedades ágrafas, tiene algunos concep- el receptor pensara que se h abía dicho o escrito. Los lectores
tos para indicar la manera en que deben tomarse los enun ciados. comenzaron a distinguirse a sí mismos como lectores de los re-
Podemos recordar la distinción de los ilongotentre habla "recta" y ceptores primeros; comenzaron a preocuparse por el presunto
"tortuosa". Lo que requiere la interpretación de textos escritos es receptor al que apuntaba el emisor originaL Comenzaron a preocu-
la reorganizaciÓn de estos conceptos en distinciones estrictas entre parse por el autor específico, el contexto en el cual el autor escribió,
lo literal y lo metafÓrico, y la reorganizaciÓn de conceptos simples y por sus intenciones autorales. Una nociÓn más clara de signifi-
en formas más complejas como suponer e inferir y sus equivalentes cado literal bastó para "desencantar" el texto; proveyendo claros
nominales, suposición e inferencia. Hablar y pensar acerca de crit.erios para determinar lo que los textos significaban, fueron
suposiciones, inferencias y conjeturas, conceptos que dependen capaces de excluir las interpretaciones adventicias que previa-
crucialmente del concepto de significado literal, es lo distintivo del mente habían parecido legitimas. Los textos significaron lo que
discurso letrado. decían y ese significado estaba abierto a todos, si no a través de una
También esto constituyó la base de nuestro análisis de las simple inspección, al menos a través de un estudio cuidadoso.
creencias que Lévy-Bruhl tomó como índices del pensamiento Esto tiene pocoque ver con la simple distinciÓn entre la "letra"
primitivo, prelógico. Ahora vemos que esas creencias como "El y el "espíritu" de un texto; el espíritu tenía ahora que recuperarse
maíz es un ciervo" no csrecen de inferencia lógica. Los dioses mediante un cuidadoso análisis de la letra. La teoría del significa-
requieren del ciervo para el sacrificio. Pero el maíz es un ciervo. Por do literal proporcionó los medios para atar la interpretación a la
ende, los dioses aceptarán el maíz como sacrificio. Lo desviante, forma del texto; no se requerían dones del espíritu ni una
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inLernalización del texto para llegar al significado. E l significado que "la exégesis bíblica conduce a un alto nivel de cultura escri~;
estaba en el texto, y derivaba de medios textuales. La interpreta- junto con la teología individualista da como .re~ultad? una teona
ción fue , por así decirlo, naturalizada.
Esta nueva teoría del significado literal no era una clase de I individualista del conocimiento" (p. 107). MI hIpóteSIs e~ que las
categorías desarrolladas pa ra leer la Biblia fueron tambIén apro-
fundamentalismo; era la recuperación o el manejo de la intencio- I piadas para "leer" el Libro de la Nat:uraleza. La e~iste~ología.fue
nalidad. Era una nueva comprensión de cómo determinar el modo una hermenéutica aplicada . ConsIstía en medl~s. Sl stem~ticos
en que el autor pretendía ser interpretado. El camino desde el texto para determinar cómo "tomar" expresiones (SupoSIcIOnes,. hIpóte-
hasta la interpretación podía, por primera vez, ser tan mecánico sis, inferencias), cómo tomar textos (literalmente, I?etaf~ncamen­
como el camino desde el sonido hasta la letra. Esta lectura, que te, etc.) y cómo tomar los signos naturales (como eVl?enClas o datos
llamé "algorítmica", dependía de procedimientos puramente me- adecuados para establecer la verdad de las cree~-?as). . .
cánicos aplicados a las propiedades del texto mismo. Por cierto, los trabajos de los filósofos empmstas bntámcos
La solución no fue fácil ni satisfactoria en última instancia, como Bacon , Boyle, Hooke y Harvey se ajustaron a es~ ~odelo.
pero fue suficiente para sentar las bases de una nueva comunidad P ara leer el libro de la naturaleza de acuerdo con su Sl~lficado
de lectores y autores que compartían la creencia en su factibilid ad literal , establecieron aquellos signifi cados que todos podla~ ver.
y su validez. Estas comunidades de lectores de las Escrituras, lo Eran los hechos observables de la naturaleza. Boyle aprendIó las
que Stock (1983) describe como "comunidades textuales", mien- lenguas de Medio Oriente para poder leer cor:ectamente las
tras no tuvieron éxito político, se consideraron movimientos Escritu ras, y diseñó escrupulosos método~ expenmentales ~ar.a
heréticos, pero cuando finalmente fueron exitosas sentaron las poder examinar los fenóm enos naturales dIrectamente. Los slgm-
bases de la Refonna protestante. Lo que par a San to Tomás había fi cados literales, como los hechos observados, eran ~a8 cosas que
sido una estrategia factible se t ransfonnó en un artículo de fe para podían considerarse como "dadas" e? ~us. respectIvos "campos~
los reformadores. Para Santo Tomás, el significado literal de las Boyle, como Galileo, hizo una clara dlstmclón entre I~s h~chos
Escrituras nunca podía ser sino la primera etapa de la interpreta- que todos podían ver, y las "causas", que podían mfeTlrse. o
ción; para Lutero, era todo cuanto había. postularse mentalmente y que estaban sujetas a debate (Shapm,
Como pudo predecirse a partir del cuarto principio, una vez 1984, p. 500 ). 1
que logró hallarse en el texto el "significado literal", que ahora Un posible contraargumento a la relación existente entre eer
parecía coincidir con la intención de significado, incorporando las Escrit uras y leer la naturaleza, que ya he~os pla.ntea?o, es la
tanto el contenido como la actitud respecto del enunciado, ese actitud totalmente diferente respecto de la mtenclOnahdad en
significado parecía completamente representado por el texto. En a mbos casos. En el momento en que los lectores luchaban con la
consecuencia, estos nuevos lectores, uno de cuyos representantes intencionalidad en tanto clave para la interpretación de l~s textos,
es el de nuestro ejemplo, el arzobis po Cranmer, creyeron que comenzaron a evitar recurrir a la intenc?0nalidad. e~ su mterpre-
cualquiera que leyera The Book ofComrrwn Prayer cuidadosamen- tación de la n atural eza. Aristóteles explicó el mOVIIDlento ap~lan­
te vería los mismos significados en el texto que él había visto. Este do a la intención, a la que llamó "cau sa formal"; e mpl~a mos laJerga
era, desde luego, el punto ciego de los movimientos heréticos y de aristotélica cuando decimos que el agua busca su Olvel. PerO esa~
las sectas evangélicas protestantes, los cuales justificaban su eran las causas que los científicos del siglo XVII abando~aron ..En ~I
fOrmación con la pretensión de "volver al texto" (Goody, 1987). opinión, esto no debe sorprendernos; comprender la mtenCiOnah-
Séptimo principio: una vez que los textos se leen de un nuevo dad en un texto en tanto intención respecto del receptor por parte
modo, la naturaleza es "leída" deun modo análogo. Cierto número del emisor es ver una tarea personal en el hecho de deci~ ~lgo, en
de teorías se han propuesto para explicar el vínCulo entre el lugar de ver cada enunciado como una parte. del plan diVlno.l?e
protestantismo y el s urgimiento de la ciencia moderna temprana. modo similar, al observar la naturaleza, deblan verse las pro pl~­
La celebrada tesis de Merton buscó el vínculo en el puritanismo, dades de los acontecimientos inmediatos, y no ~er ~sos ~contecl­
una actitud humilde respecto de la verdad y el valor del trabajo mientos como signos de un plan divino. Las JustificaCIones en
arduo. Gellner (1988) pl anteó un argumento similar, sugiriendo ambos casos se basaban en las evidencias disponibles. Así, l a
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actitud respecto de la inLencionalidad es coherente en la interpre- mentales son simplemente las condiciones de sinceridad para los
tación de textos y de la naturaleza; las inferencias de fines e actos de h abla. Una explicación de las maneras de decir las cosas
intención debían marcarse como inferencias y justificarse apelan- es, por ende, una explicación de los modos de pensar las cosas. El
do a las pruebas. terreno está listo para la comprensión de lo cognitivo. La res
Los hechos de la naturaleza, como los significados de las cogitans cartesiana, la cosa que piensa, y que también cree, duda,
Escrituras, se pensaron como disponibles para todo el que leyera recuerda, es el modelo para la nueva comprensión de la mente
o mirara cuidadosa y sinceramente. Así como Cranmer creyó que derivada de la nueva comprensión de cómo tomar los enunciados
las Escrituras sólo podían leerse de una manera, Boyle creyó que y los textos. Esa comprensión fue suficiente para inslaurar un
todos los que presenciaran sus experimentos con la bomba de vacío nuevo modelo naturalista de la mente.
podrían ver lo que él había visto. Aunque las Escrituras y la Estos ocho principios que relacionan la comprensión y el uso
naturaleza fueron leídas del mismo modo, cuando las primeras de la variedad de escrituras del mundo con la comprensión del
entraron en conflicto con la ciencia, el conflicto se resolvió preten- lenguaje, el mundo y la mente están planteados como aspectos de
diendo que la ciencia habla "exactamente", en tanto que las una teóría que relaciona la cultura escrita y el pensamiento. En la
Escrituras hablan "vagamente" (Willey, citado por Eisenstein, explicación de estos principios las nociones originales de escritura,
1979, p. 471). lectura, cultura escrita y pensamiento han sufrido una revisión
Creo que no solucionaron el problema de la fuerza ilocu- radical; concluyo, pues, con un anális general de estos conceptos.
cionaria porqu e supusieron que los hechos podían enunciarse
directamente. No pudieron reconocer , como ocurrió invariable- ¿Qué es la lectura?
mente hasta que J. L. Austio lo explicara, que los hechos enuncia-
dos también tienen fuerza ilocucionaria; tienen la fuerza de una E n sentido lato, los sistemas de escritura pueden considerar-
aserción. Como mencioné anteriormente. cada enunciarlo fÁcti~o se dispositi~os par a la comunicación visu al, como sostienen r.~l1r
puede expandirse para decir" AfIrmo que... " Los enunciados fácticos (198411987 ) y Harns (1986), y no como dispositivos para la repre-
también expresan una intención respecto del receptor, y la crftica sentación exacta de lo dicho, objetivo que ninguna escritura
de esos enunciados requiere que la conozcamos. Esta no es una alcanza. La escritura puede variar enormemente en su estructura
tarea sencilla; aun los buenos alumnos confunden los enunciados externa y seguir siendo un medio gráfico eficaz de comunicación.
escritos como expresiones directas de hechos objetivos, y no como Hay, sin embargo, importantes líneas divisorias. La más impor-
expresiones de las creencias de los autores (Wineburg). Sólo en el tante está en la invención de sistemas gráficos que tienen una
siglo xx y con considerable experiencia como lectores y autores, sintaxis y que pueden, por tanto, expresar proposiciones. Gombrich
vemos a los enunciados como aserciones y a los hechos como cuenta el vano intento de algunos importantes funcionarios muni-
dependientes de la teoría. cipales de describir pictóricamente su ciudad como nadie antes lo
Octavo principio: una vez que se ha reconocido la fuerza había hecho. Sólo una escritura con sintaxis puede expresar esa
i1ocucionaria de un texto como la expresión de una intencionalidad proposición. Los signos de palabras, de sílabas y de letras, todos
personal y privada, los conceptos para representar el modo en que tienen sus ventaj as y sus desventajas, pero la posibilidad de
debe tomarse un texto proporcionan los conceptos necesarios para explicar los cambios culturales recurriendo a la escritura parece
la representación de la mente. La teoría cognitiva no es sino un poco promet.edora. En la actualidad, se sabe que la escritura china,
conjunto de conceptos mentales que corresponden a la expresión que ha sido denigrada por muchos, desde Samuel Johnson hasla
de la fuerza ilocucionaria de los enunciados. ¿Qué son las creen- los asesores de Douglas MacArthur, no es un impedimento para la
cias? Son los estados en que uno se encuentra cuando enuncia con ciencia china CNcedham, 1954-59).
sinceridad. ¿Qué son las int.enciones? Son los estados en que uno Sin embargo, la historia de los cambios culturales y concep-
se encuentra cuando promete sinceramente hacer algo. ¿Qué son tuales que hemos examinado es esencialmente una teoría de la
los deseos? Son los estados en que uno se encuentra cuando pide lectura. Esta, analizada en términos generales, consiste en tradu-
algo sinceramente. Searle (1983). ha señalado que los estados cir marcas visibles a formas lingüísticas. Casi todo puede ser
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"leído" en este sentido tan general; como vimos, Paracelso leyó la lectores ven en un texto depende del nivel de competencia que
enfermedad de sus pacientes analizando tanto sus síntomas físicos tengan. Un mayor conocimiento permite ~ un lector ve.r más en un
como la posición de los planetas. I ncluso nuestros tan admirados texto que un novato, si bien al mismo tIempo permite al lector
científicos del siglo XVII "leyeron" el Libro de la Naturaleza. La excluir significados no justificados por el texto.
noción de lectura del siglo xx limitaría el concepto a traducir Así como m uchas prácticas pueden incluirse dentro del con-
marcas hechas por el hombre con la intención de transmitir un cepto de lectura, muchas actividades diferentes pueden co~stituir
sentido. Así, leemos escrituras, taquigrafias, partituras, pero no la la lectura diestra de textos determ inados con fines detenmnados.
moral en las piedras ni libros en los arroyos. Ningún conjunto de categorías como habilidad bá~i~a y alfa~~mo
Sin embargo, una traducción verbal de un texto escrito es sólo funcional capta esta variabilidad. Como defiru Clón p roV1s~onal,
una parte de la lectura: la traducción recupera 10 dicho, pero no que tiene algunas de las propiedades de un idea, ~dem?S deCIr.q ue
cómo esto debía ser tomado, es decir, lo que el autor quería decir. la lectura es la recuperación! postulación de u na mtenCIón destma-
Considérese el enunciado concreto y preciso "Colón descubrió da al receptor para un texto que es justificable a partir de las
América e n 1492", un hecho conocido para todo escolar. La verdad pruebas gráficas disponibles.
de la cuestión es que fue Rodrigo de Triana quien , desde el castillo
de proa de la Pinta, divisó por primera vez las costas de blanca ¿Qué es la cultura escrita?
a rena de Guanahani, hoy San Salvador. ¿Esto vuelve falso el
enunciado? ¿O indicaría que su significado no era absolutamente Al igual que con el concepto de lectura, también el conc.epto de
preciso? ¿Quien lo leyera excluyendo esa posibilidad estaría cUltura escrita requiere una reconsideración . Una multitud de
malin terpretando el texto? definiciones, como alfabetismo básico, alfabetismo funcional,
Considérese si no un ejemplo dado anteriormente: La cena es alfabetismo restringido, entre otros, pueden encontrarse en la
~ las ocho. En un sentido, el texto puede ser leído sólo de un modo: literatura. A veces, la cultura escrita se contrasta con la oralidad.
La cena es a las ocho". Pero en otro sentido, puede leerse en más Estos conceptos, como el concepto general de cultura escrita,
de un modo, como una predicción , una Rñrmación, una invitación, tienen limitado valor te6rico. r er o podemos identificar algunos
una pro,mesa, etc.. ¿quie? toma ra como una predicción lo que criterios pa ra el uso del término. La cultura escrita es, desde luego,
pretendía ser una mVltacl6n ha malinterpretado el texto? la competencia con la escritura; diferentes e~crituras est.sblecen
La lectura consiste en recuperar o inferir las intenciones del diferentes competencias. La cultura escnta est á onentada
autor a. t~avés del reconocimiento de símbolos gráfi cos. Ni el funcionalmente; uno puede ser competente en el uso de una
recon~clmlento de las palabras ni el de las intenciones por sí solos escritura para algunos propósitos pero no para otros. Barlon
constit uyen la lectura . Los significados o intenciones reconocidos (1991) describió a una persona que se había de~nido como. "anal-
tienen que ser compatibles con las pruebas gráficas. fabeto" y s in embargo usaba la escritura para regtstrar los tte~pos
Los sistemas de escritura difieren en los aspectos del habla y las distancias recorridos por sus palomas. La cultura escnta es
que representan gráficamente. Aprender a leer consiste en a pren- una condición social; al leer y escribir textos se participa de una
der a reconocer los aspectos representados gráficamente y a inferir "comunidad textual", un grupo de lectores (y a utores y oyentes)
aquellos aspect os del significado que no están e n absoluto repre- que comparten un modo de leer e interpretar un -:orpus de textos
sentados gráficamente. (Stock, 1983). Convertirse en letrado e n det.en m nado campo es
La competencia de lectura toma muchas formas. La lectura es aprender a compartir un "par adigma". Kuhn (1962) propuso esta
útilmente considerada un verbo transitivo; al decir que alguien noción para describir una comunidad científica que comparte un
puede leero no estamos obligados a decir lo que puede leer, ya sea conju nto de textos, de interpretaciones y de creencias coJ?? lo que
p.rogramas de carreras, manuales de computación o textos litera- plantea un problema para ulteriores indagaciones y análIs Is. Para
nos. ~demás,la lectura es intencionada; un lector preocupado por ser letrado no basta con conocer las palabras; debe aprenderse
el qUId establece un criterio diferente de lectura que una preocu- c6mo participar en el discurso de alguna comunidad textual. Y eso
pada por la forma literaria. También en est e caso, lo que los implica conocer qué textos son important es, cómo deben leerse e
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interpretarse y c~m~ ~eben aplicarse en la habla y en la acción. lectura, una hermenéutica, si se prefiere, un conjunto de textos
.~unque U? mdlVlduo tenga la competencia requerida para considerados como significativos, y un acuerdo activo sobre las
partl~lpar en cIertas comunidades letradas o textuales, debemos interpretaciones válidas o a propiadas de esos textos. Esa defini-
también reconocer el hecho de que cualquier sociedad está organi- ción nos ayuda a entender cómo el tipo de cultura escrita desarro·
zada alrededor de un corpus de creencias, a veces expresadas en liada y compartida por una comunidad de lectores hacia fines del
fomas text~ales, cuyo acceso es una fuente de poder y prestigio. periodo medieval y el comienzo del periodo moderno puede propor·
En , ~na s~ledad burocrática, los problemas legales, religiosos cionar un nuevo modo de leer textos y un nuevo modo de mirar y
P?hb~os, Científicos y ~i~rarios constituyen este dominio privil~ de pensar el mundo. Y esa definición puede contribuir a que los
g¡ad?, acceder y partICIpar en esos dominios define una forma maestros y examinadores vean la clase escolar como un tipo de
particular de c~lt~ra c.scrita. Este es el t ipo de cultura escrita que comunidad letrada, y por ende, a que clarifiquen lo que están
mleresa a las m~tituclones públicas, en especial, las educativas. haciendo cuando persiguen el objetivo de un alto nivel de compe·
La cul~ura esenta, desde esta perspectiva, es la competencia tencia escrita.
requenda para la participación en esos dominios privilegiados. Deben añadirse dos advertencias. Una es que los usos cultu·
. Enfrentado~ oon.tal complejidad, los críticos da la cultura ralmente significativos de la escritura h an sido definidos tradicio·
esc~lta han tendido a Ir en dos direcciones. Una es abandonar la nalmente de manera demasiado restringida al caracterizar la
noclón ?e cult~ra escrita como término explicativo y como objetivo cultura escrita en términos de la cultura pública dominante:
educacIOnal Vlab~e .. En su lugar, se establecen objetivos que se ciencia, literatura, historia, etc. Sólo en el presente estamos
adecuan al conOCimiento específico, pasando por alto todo lo que comenzando a reconocer el enorme espectro de usos de la escritura
puede ser general para las actividades de lectura y critica de con diferentes fines, en dife rentes culturas y por diferentes seg-
~s. ~ ot~a es ~Iegir criterios baslante arbitrarios para definir mentos dentro de una cultura. En segundo lugar, la competencia
alfabebsmo básICO y alfabetismo "funcional ". Esta estrategia suele dermirse de manera demasiado restringida. Los estudiantes
~onduce, por un~ parte, a focalizar la atención en actividades de suelen ser compel..t:u1..es en el resumen, memorizaciÓn y relato del
udosa relevanCia para la comprensión de tex~-s tale 1 quid de lo que leen, pero a veces carecen de habilidades críticas. La
lt d lb' w, Bcomoa
e~ ura. e pa a ras S10 sentido y los tests de ortografia y por otra crítica de textos, como sostendré a continuación, es una parte
a Idenbficar como "funcional" todo lo que los examinado~es consi~ importante del pensamiento y un vinculo importante entre cultura
deran relevante para la "vida cotidiana" (los banqueros piensan escrita y pensamiento.
que la~ papele~s de depósito definen el alfabetismo funcional , los
anunc~~ntes pIensan que la lectura de anuncios, los sacerdotes que ¿Qué es pensar?
la ~a.blhdad para leer el padrenuestro, etc.). Ningún conjunto de
actiVIdades es funcional para todos, y la diversidad de modos de Dado que ni la lectura ni la cultura escrita son fenómenos
crear yusar textos apenas ha comenzado a ser aprehendida por los unitarios, no podemos enunciar una regla general que relacione
estudIOSOS de la cultura escrita. cultura escrita y cognición. Como bemos visto, diferentes escritu·
Pero la comprensión del papel de la lectura y la escritura en ras ofrecen a la conciencia distintos aspectos del lenguaje, y
una cul.tura,. tanto en las vidas personales de los individuos como diferentes modos de leer la misma escritura hacen conscientes
en I~ ?-iver~ldad de las comunidades textuales en las que éstos diferentes aspectos del signifi cado. Pero examinando la diversidad
partICipan , mclu~endo la participación en las instituciones domi. de las escrituras y de los medios en que son usadas y para las cuales
nantes de la s~~edad,. sean éstas legales, científic85, religiosas, proporcionan modelos, hemos sido capaces de especificar un con-
etc., ~e?e permitIr matizar la noción de cultura escrita. Como una jWlto de relaciones entre cultura escrita y cognición. La relación
d.efimclón tentativa, que sirve como ideal y también como descrip- fue la siguiente: toda escritura puede verbalizarse o leerse en voz
CIón,. ~demos. pensar que la cultura escrita es una condición ,, alta, entonces toda escritura sirve como modelo para el habla.
cogmtl~ay SOCial, la habilidad para participar activamente en una Ergo, toda escritura tiene implicaciones cognitivas. Pero las escri·
comUnidad de lectores que han acordado una serie de principios de turas que representan las propiedades léxicas y sintácticas de lo
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dicho eran las que proporcionaban los niveles de conciencia nece- Pero ¿qué fue lo que derivó de todas estas pruebas léxicas,
sarios para la elaboración de diccionarios, gramáticas, de la lógica sintácticas y contextuales? En mi opinión, fue la fuerza ¡Iocuciona·
y de la retórica. Ninguna escritura provee un modelo adecuado ria de una expresión, es decir, cómo el autor pretendía qu ~ su
para la fue rza ilocucionaria. Aprender a hacer frente a lo perdido enu nciado fuera !;omado. Esta fuerza no sólo podía reconstrwrse
en el acto de transcripción fue, según he sostenido, un logro crucial en la lectura; también podía manejarse en la escritura. Podemos
de la Era Moderna. Hizo posible la lectura "protestante" de las recordar el mandato de Bacon de no confundir el "sueño de la
Escrituras y la representación "objetiva" de la naturaleza. Como imaginación" con el "patrón del mundo", y la detennin~ci~n de
esto es crucial para la teoría de la cultura escrita y del pensamien- Boyle de dejar un "conspicuo. intervalo" entre la~ deSCrIp~lOneS
to, revisemos brevemente el argumento. fácticas de sus hallazgos expenmentales y sus ocasIonales discur-
Pensar sistemáticamente acerca del modo en que el autor sos" sobre su interpretación (Boyle, Works, vol. 1, notas 1, 2; véase
pretendía que su texto fuera tomado planteó u n obstáculo esencial Shapin, 1984).
en la historia de la lectura. La teoría retórica medieval procesaba Todo pensamiento con siste en la formación , actualización y
los textos como pozos profundos de los cuales uno podía extraer un revisión de las creencias. Vemos y pensamos el mundo en términos
suministro inagotable de significados. Una categoría, la "amplifi- de nuestras creencias. Estas nos hacen conscientes del mundo. La
cación", especificaba cuatro modos de tomar un texto: histórica- cultura escrita contribuye a que pensemos que los pensamientos
mente, alegóricamente, moralmente y anagógicamente. Demos un mismos son objetos merecedores de contemplación. Vale la pena
ejemplo: t ratar de determinar los significados del mundo y proporcionar
definiciones para ellos. Transforma las ideas en hipótesis ,
Jerusalén, que estd construida como una ciudad, puede interpre- inferencias, s u posiciones que pueden luego transformarse en cono-
tarse hi stóricamente respecto de la Iglesia en la tierra; cimiento mediante la acumulación de la evidencia. Y lo logra, en
alegóricamente respecto de la Iglesia militante; moralmente primer lugar, transformando palabras y proposiciones en objetos
respecto de cualquier alma fiel; anagógicamente respecto de la de conocimiento y, en segundo lugar, transformando la fuerza de
Iglesia triunfante. (Basevorn, 1322/1971, p. 183) un enunciado -el problema de la intencionalidad- en objetos de
discurso.
El método pudo iniciar la interpretación; carecía de medios El pensamiento letrado tiene como premisa la autoconciencia
claros para frenar o para privilegiar una interpretación detenni- del lenguaje, dado que es la escritura moderna la que proporciona
nada. Mientras la Iglesia fue el árbitro de la interpretación, no un modelo relativamente explicito para los aspectos intencionales
hubo medios oficiales para decidir estos problemas. Pero hacia el de nuestro lenguaje, volviéndolos conscientes. Este es el tema final
siglo XIV, un nuevo modo de leer y pensar los textos empezó a de este libro, y nosotros, como los primeros navegantes, después de
con~iderarse defendible. El nu~vo modo de leer fue utilizado por fijar nuestro curso, "descenderemos las latitudes" hacia nuestro
varIOS Padres de la Iglesia y vari,os movimientos heréticos, pero se destino.
institucionalizó sólo con la Reforma. Entonces, ¿cuál es la forma de pensamiento que evolucio~ ó en
Tal vez debido a un renacimiento de los clásicos griegos y la tradición letrada occidental? El rasgo principal del pensamIento
latinos, tal vez debido a una creciente disponibilidad de textos y letrado es que trata de representaciones tales como afirmaciones,
un creciente número de lectores, o tal vez debido al mejoramiento ecuaciones, mapas Y diagramas, y no del mundo en si mismo. El
de la tecnología y la legibilidad de la escritura (Morrison, 1987; primer problema a resolver si se piensa por medio de .esas repre-
Saenger,1991), la tradición de leer estrictamente, es decir, leer de sentaciones es hacer una distinción precisa y categóTlca entre la
acuerdo con los significados literales del texto alcanzó un nuevo representación y la cosa que ésta representa. Esta comprensión
prestigio. El nuevo prestigio estaba basado en parte en el hecho de torna evidente que todo puede usarse para representar otra oosa:
q~e es~ interpretación podlajustificarse mediante pruebas léxicas, la geometría para representar el movimiento y las palabras para
smtácltcas y contextuales. La interpretación se había vuelto una representar, y no para nombrar cosas. .
ciencia y la ciencia era el arte de pensar. Habiéndole otorgado autonomía a la representacIón, el se-
304 305
gundo problema consiste en determinar cómo tomar esas repre- do. Las inferencias no son , y quizá no puedan ser, derivadas de los
sentaciones. Este punto es crucial, dado que lo que debe inferirse enunciados mismos, sino que se derivan de modos particul~es de
de una proposición expresada depende de cómo debe tomarse esa "tomar" esos enunciados. Esto es mostrado de manera muy mtere-
proposición. Lo que se sigue de la expresión huichol "El maíz es un sante en un estudio de Chengy Holyoak (1985), quienes examina-
ciervo" no es que el maíz tiene cuernos, sino que el maíz puede ron los modos en que algunos individuos analizaron 1~8 im~lica~o­
ofrecerse a los dioses como sacrificio si no se dispone de ciervos. Lo nes de una regla lógica. En lugar de verificar las estncta81mp~ca­
que se sigue de "Todos los hombres fueron creados iguales" depen- ciones lógicas de la regla, los individuos tendían a tra.ducl~ o
de de si ~todos los hombres" se refiere a todos los hombres o "tomar" 10 que los investigadores propusieron ~mo una .p:emlsa
solamente a todos los hombres libres, excluyendo por ende a los lógica, si p entonces q, en un enU?ciado ~ra~á~co per:lllslv.O. En
esclavos, y si "todos los hombres" se refiere a todos los hombres o consecuencia en lugar de exammar la ImphcaCión IÓgtca, Sl no q
a todos los hombres y mujeres. El problema consiste en saber si un a p:
entonces no examinaron las i~plic~ciones qu~ deriv~rían de un
representación debe tomarse literal o metafóricamente, como una enunciado que otorgara el permiso. SI se les pedía q~eJuzgar~ la
hipótesis de los hechos o un modelo relacional, como una causa o validez de la regla expresada en la forma de un enunCiado penruSI vo
un efecto, como una hipótesis o como una prueba de esa hipótesis. como "Si uno bebe alcohol, entonces uno tiene que ser mayor de
¿Cómo puede determinarse el modo en que un enunciado o expre- dieciocho años", los individuos pensabanque, de las dos implicacio-
sión debe tomarse? ¿Puede la capacidad de hacer esta determina- nes había una válida, es decir,p s6losiq (uno puede beber alcohol
ción constituir un modelo de pensamiento? sól~ si tiene dieciocho años), y también era válida si q entonces (uno
Las teorías psicológicas cognitivas sobre el pensamiento y el puede) p (si se tienen dieciocho años, se pude beber alcohol). La
razonamiento, las teorías que se centran en cómo los sujetos última , aunque es pragmáticamente plausible, ~met.e el er:ror
derivan las inferencias, han sufrido un importante cambio en la lógico de afirmar la consecuencia: Si p entonces q Imphca lóg¡ca-
década pasada, cambio que ha puesto en el centro de la escena el mp-nt.A 8i r¡ p.ntmu:p.s p.
problema ue la inwrpretación. Hasta hace poco tiempo, la psicolo- La segunda preocupación del pensamiento letrado es,. pues,
gía del razonamiento se había basado en la perspectiva aristotélica asignar de manera consciente un fuerza ilocuci~naria apr,op~ada a
de que la lógica provee una explicación de la inferencia válida. El una expresión u otra representación. Las expreslO~es en SI ffilsmas
silogismo es una forma lógica en la cual la verdad de una inferencia no tienen implicaciones; los actos de habla si las tIenen. Lo que se
se sigue de la verdad de la premisa. Los avances del pensamiento, sigue de "El maíz es un ciervo" depende de cómo se tome la
tanto a través de la cultu ra como en la vida de un niño, pudieron expresión. Los huichol sabían cómo tomarla; Lévy-Bruhl, no. P ero
describirse en términos de dominio de las reglas de la lógica. Esta ¿por qué tales expresiones nos resultan problemáticas? ¿Y p~r qu~
perspectiva dio origen a la noción de pensamiento primitivo o la conjetura de Empédocles "El mar salado es el sudor de la Tierra
prelógico. fue rechazada por Aristóteles por ser una mera metáfora? Lo que
Las investigaciones recientessohre el razonamiento humano ha aparecido es una estricta concepción del significado li~ral de
han mostrado que la lógica proporciona, en el mejor de los casos, una expresión y una creencia en la adecuación ~e e.se lengu~Je para
una explicación ideal del razonamien:t;o, y no de lo que los pensan- un pensamiento sistemático. Se prefieren los Slgmfica~os hte.rales
tes hacen en realidad. Henle (1962) mostró que aun los adultos de las expresiones por ser un modo central de pens~mlento clent~­
educados tienden a seguir las reglas de la lógica sólo en tanto y en tico: de ellos pueden derivarse implicaciones estnctas. En reah-
cuanto éstas generen conclusiones con las que estén de acuerdo. dad esto constituye una defirnción activa del significado literal: un
Otros autores (Johnson-Laird, 1983; Kahneman y Tversky, 1982) enu~ciado debe entenderse literalmente sólo cuando el ~utor
han mostrado que, si bien los sujetos presentan cierta comprensión también quiere expresar las implicaciones lógicas del enunCiado.
de las reglas lógicas, la misma regla puede ser violada en un También en este caso, el lenguaje común rara vez al~nza .esta
contexto problema y no en otro. Al parecer, las personas carecen de pureza lógica y, por ende, la ciencia prefiere el lenguaJe técruco y
una regla general para derivar inferencias válidas. la expresión matemática.
El problema es aparentemente el que hemos estado analizan- Para resumir, el segundo problema que debe superarse en la
306 307
transformación del pensamiento en pensamiento letrado es la preten sión de verdad; las suposiciones sólo tienen que ser admiti·
conciencia de los modos alternativos en que los enunciados pueden das. Las hipótesis formulan pretensiones tentativas; sólo tienen
ser tomados , con una concie ncia especial de las interpretaciones que ser verificables. Las inferencias derivan de enunciados, ya sea
"literales". Sólo los enunciados que deben tomarse literalmente que se tomen como verdaderos o como s upuestos; las inferencias
pueden desempeñar un papel deductivo en el conocimiento cientr. sólo tienen que ser válidas. El conocimiento teórico pretende tener
fioo. que derivar de manera válida de una teoría, y estar sostenido por
El tercer problema que debe superarse en el desarrollo del evidencias disponibles. Otros casos pueden formularse de este
pensamiento letrado también presupone la existencia de la repre. modo.
sentación independientemente de los pensamientos del hablante Es importante seña lar que las distinciones epistemológicas
o autor y del mu ndo del cual es representación. Pues una vez que relevantes para el pensamiento y para el a vance del conoci miento
las expresiones se distinguen de aquello que representan - re. son apropiadas para, y en parte deriva n de, la lectura de un t exto.
cuérdese cómo Galileo utilizó la geometría para pensar el moví. Las interpretaciones de un texto están sujetas a la misma gama de
n;uento-- uno es libre para revisar el estatuto de esas representa. actitudes, desde la conjetu ra hasta la creencia, y son revisables
clOnes sobre la base de las evidencias. La brecha existente entre el sobre la base de la evidencia. P ensar acerca de un texto requiere
conocimiento y la opinión parecía irreductible antes de fmes del que el lector a prenda cómo toma r textos de diversos modos y
siglo xvu(H acking, 1975b). Así, la evidencia puede considerarse un adjudicar esos posibles modos a la luz de la evidencia disponible.
medio para alterar la probabilidad de la verdad de una hipótes is. La lectura crítica es el reconocimie nto de que un texto puede ser
Un cambio en esta probabilidad es un cambio e n la fu e rza ilocucio- tomado en más de u n modo, derivando luego las implicaciones
naria de la expresión; es la diferencia entre sospechar, creer, por adecuadas para cada uno de esos modos. para verificar esas
una parte, y saber que esto sucede en tales casos, por la otra. El implicaciones con la evidencia disponible. No hay brecha entre las
pensamiento letrado entraña, pues, la comprensión del papel de la "dos culturas".
evidencia en la asignación de la fuerza i1ocucionaria a proposicio- Aun cua ndo el pensamiento letrado sea en gran medida
nes expresadas. Este pensamiento es esencialmente teorético pcnsamiento común que ae ha tornado autoconsciente y delibera-
d.ado que .distingue conscientemente las implicaciones que s~ do , no está vinculado exclusivamente a la práctica de la lectura . y
siguen 16g'lcamente de la teoría de la evidencia que avala la verdad la escritura. El pensamiento letrado puede esta r , y 10 está e n Clerto
de esas implicaciones. D. Kuhn (1989) h a mostrado recientemente grado. incorporado en el discurso oral de una sociedad letrada.
que los niños en edad escolar, e incluso muchos adultos, no hacen Podemos hablar de conjeturas así como leer y escribir acerca de
estas distinciones en su pensamiento. Por lo general no pueden ellas. El pensamiento letrado no se restringe al medio de la
representarse la evidencia sepa radamente de la teoría que se usa escritura, aun cuando ésta y la lectura h aya~ sido cr uciales e':l su
para criticar. evolución. Además, los conceptos de relevanCI8 pa ra el pensamlen·
. T o~ o pen sa miento e n traña percepción , expectativas, to letrado tienen sus raíces e n el discurso oral común. Los concep·
inferenClas, generalización, descripción y juicio. El pensamiento tos de pensar, saber, significar, a sí como los s imples verbos moda·
letrado es la representación consciente y la manipulación delibe. les podr[a ser, puedo ser, de be ser, son parte de la competencia oral
rada de estas actividades. Las s uposiciones se formulan universal. de los niños pequeños. Los conceptos complejos se construyen
n;te.nte; el pensamiento letrado es el reconocimiento de u na supo. integrando otros más simples: .
slClón en tanto suposicwn. Las inferencias se formulan universal.
mente; el pensamiento letrado es el reconocimiento de una inferencia interpretar -> pensar que signifi ca
en tanto inferencia, de una conclusión en tanto conclusión. Pero no hipotetizar -> pensar que puede ser
es suficiente sólo reconocer la fuerza de un enunciado. Igualmente inferir -> pensar que debe ser
~mpo~ te es ver la relación entre e nunciados. S uposiciones, deducir -> pensar que es
mferenclas y conclusiones son enunciados que difieren sólo en sus
grados de compromiso con s u verdad. Una suposición no tiene una
308 309
Verbos complejos, como inferir, también tienen una forma
nominal, inferencia . Estas formas nominales, sin embargo, son las
que transforman los procesos en entidades. Los intentos de formu-
lar reglas para evaluar argumentos y de pensar críticamente se
basan en esas entidades nominales. La regla de que las inferencias
deben justificarse o la regla de que las suposiciones deben admitir-
se no pueden formularse sin este conjunto de conceptos.
Además, la elaboraci6n de conceptos como implicar e inferir Referencias bibliográficas
problematiza la interpretación de enunciados ao tes representados
de manera no problemática mediante un término genérico como
decir: ¿el hablante en realidad dice p? ¿D simplemente el oyente
infierep de lo dicho? Estas distinciones se aplican sistemáticamen- Aarsleff, H. (1982). From Locke to Sauss ure. Mineápolis, University of
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la Antigüedad romana

NINA CATAOI (COMP.) Hacia una teoría de la lengua escrita

] ACK GooDY Cultura escrita en sociedades


tradicionales

E. FER1tEJJtO, Caperucita roja aprende


C. PoN11lWKVO, N_ R.wE.um, - a escribir
l. GARCÍA

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