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Rouquié, Alain 2007.

“Problemas agrarios y cuestión agraria” en América Latina: introducción al


extremo occidente. (pp. 347-362). México. Siglo XXI editores.

Politólogo y doctor en Literatura y Ciencias Humanas, francés. Destacado también por sus
investigaciones sociológicas y uno de los latinoamericanistas más importantes de Europa. Entre sus obras
se destacan: Poder militar y sociedad política en la Argentina (1981) y El Estado militar en América
Latina (1984). (UBA, 2018)

Roquié manifiesta que si bien las revoluciones agrícolas en el mundo, son la condición previa para la
industrialización autosostenida, en América Latina la historia es diferente, ya que en casi toda la región se
vive una crisis en el sector agrícola, (las situaciones pueden variar de país a país). Un agravante a esta
crisis de las estructuras agrícolas, son los conflictos sociopolíticos que todavía ningún país
latinoamericano ha llegado a resolver, dada la diversidad de los tipos de aprovechamiento. En América
Latina, contrario al resto del mundo, la concentración territorial no es un mito, porque las desigualdades
que causan los latifundios y minifundios continúan sometiendo al campesinado. (Roquié, 2007)

El autor hace una comparación entre “los tractores con aire acondicionado y las segadoras trilladoras
informatizadas van de la mano con la coa para los cultivos” para dar a conocer los tipos de agricultura y
además al relacionar estos dos elementos enfatiza en la coexistencia de métodos de agricultura modernos,
con métodos arcaicos, poniendo espacial atención en que esta simultaneidad de lo no contemporáneo es
fuente de graves conflictos. (Roquié, 2007)

A continuación el autor, indica que no existe una distinción clara entre la pequeña y gran propiedad, por
un lado, en la pequeña propiedad, el sistema de aprovechamiento es directo, donde el agricultor tiene dos
caminos: ser propietario independiente o miembro de una comunidad indígena; por otro lado en la gran
propiedad el sistema de aprovechamiento es indirecto y no siempre se trata de un latifundio, otro ejemplo
de gran propiedad son las plantaciones modernas mecanizadas. En suma, en Latinoamérica el campo es
un verdadero museo de regímenes territoriales. (Roquié, 2007)

En América Latina el destino de la producción es más variado que el viejo mundo, por un lado, los
diferentes tipos de agricultura de subsistencia solo consignan una pequeña parte al mercado, es decir, en
su mayor parte es antieconómica. Por otro lado, la agricultura comercializada para el mercado interno
presenta distintas categorías de prosperidad en función de su integración industrial y comercial. Sin
embargo la estructura hegemónica es el sector agroexportador, ya que cuentan con mejores recursos
financieros y proporcionan las divisas indispensables para la economía, por lo que el autor infiere que el
poder agrícola ya no se deriva de la agricultura. (Roquié, 2007)

Según Roquié, la llave para el desarrollo económico y social de América Latina está en el campo, sin
embargo manifiesta que el principal problema de la agricultura es que existe una escasa productividad,
que impide obtener suficientes excedentes para comparar equipos o industrias que dinamicen la
economía. Las causas de esta crisis son: el acelerado crecimiento demográfico, la urbanización
incontrolada, la parcelación de las propiedades en tierras de tamaño insuficiente, la gran propiedad con
inversiones escazas, entre otras. La consecuencia directa de este problema es que la situación alimentaria
del continente se ha malogrado; ya que al no existir políticas alimentarias, mientras los bienes
alimentarios que utilizan el mercado interno se estancan, los productos del mercado externo se expanden.
(Roquié, 2007)
Dicha gran propiedad agroexportadora, nos dice Roquié, nació gracias a la usurpación de tierra a las
comunidades indígenas y a la exportación de campesino endeudados. Gracias a que las tensiones
sociales en el campo y a los desequilibrios en la coyuntura política son el pan de cada día en América
Latina, es que surge el movimiento campesino, planteado la idea de la cuestión agraria. Las revueltas
campesinas se dan por la penetración del capitalismo en el campo y el rechazo de un proceso de
modernización que despoja al campesino de sus derechos adquiridos. Si la lucha no alcanza a ser
revolución, por lo menos se convierte en el establecimiento de reformas agrarias. (Roquié, 2007)

El autor nos presenta varios ejemplos de países que vivieron reformas agrarias, especificando que estas
reformas pueden ser verdaderos cambios o solo remedios homeopáticos para desactivar tensiones
agrarias. Así pues nos dice que en México (1917) y Bolivia (1953) las reformas agrarias se dieron en el
marco de revoluciones campesinas; por un lado México fue donde se vivió la revolución más larga, y una
de sus consecuencias fue el crecimiento del minifundio; por otro lado en Bolivia la revolución agraria se
da por el levantamiento político en contra del régimen oligárquico y los indígenas, sin embargo los
resultados de la lucha fueron poco convincentes porque el nuevo campesinado propietario se convirtió en
el mejor apoyo de las dictaduras militares a partir de 1964. (Roquié, 2007)

En Perú (1969-70) la reforma fue por vía militar con el fin de responder a los males habituales en una
coyuntura política favorables para instaurar un nuevo modelo agrícola. Por otro lado, Cuba (1959-63) y
Nicaragua (1981) fueron las reformas más radicales, ya que se produjeron en un marco revolucionario,
pero sin participación campesina, en función de un modelo de sociedad por construir, es decir, estas
revoluciones no solo intentaban parcelar las grandes fincas, sino que también crear formas de explotación
de comunidad. Sin embargo, también se dieron las pseudo reformas agrarias, las cuales solo se limitan a
repartir las tierras públicas o colonizar tierras vírgenes, en la década de los 60 en Colombia, Venezuela,
Ecuador, Brasil y los estados Centroamericanos, promulgaron programas de promoción agrícola
pomposamente bautizados como “reforma o transformación agraria”. (Roquié, 2007)

Roquié asegura que se le suele atribuir el arcaísmo latinoamericano a la poca productividad de la


agricultura tradicional y su falta de capital. No obstante, la industrialización de la agricultura y el
desarrollo de la agroindustria ligado al capitalismo agrario no parecen resolver el problema de las
subsistencias. Por lo que se propusieron programas para modernizar al campesinado, con ayuda del
Banco Mundial, cuyo fin era aumentar la producción agrícola y cerrar la brecha entre la agroindustria y el
campesinado local; sin embargo estos programas fracasaron, provocando una “descampesinización, desde
arriba y abajo” por la proletarización y la formación de pequeños propietarios. (Roquié, 2007)

*Revolución Agraria *América Latina *Crisis agraria *Relaciones de clase


UBA. (29 de Junio de 2018). Universidad de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Sociales. Obtenido de
Alain Rouquié en la Universidad de Buenos Aires: http://www.sociales.uba.ar/?p=3329
Rouquié, Alain 2007. “Problemas agrarios y cuestión agraria” en América Latina: introducción al
extremo occidente. (pp. 347-362). México. Siglo XXI editores

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