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LA LLEGADA DE UN/A HERMANA/O

Por Carolina Flórez

La llegada de una hermana/o siempre es un periodo muy complicado relacionado con una serie de
cambios de los cuales el niño es el protagonista. Es una difícil tarea para los padres y educadores
controlar ese cambio por parte de niño, para que sufra lo menos posible. En el aula podemos
organizar algunas actividades para ayudarle a entender el suceso que va a ocurrir en su hogar. El
paso de ser hijo/a único a tener que compartir el cariño y las atenciones de los padres no es un
hecho fácil de asumir. En el colegio observamos esas llamadas de atención que el niño nos envía de
múltiples formas: regresiones infantiles, no controla esfínteres, agresión a otros compañeros, mayor
dependencia del adulto…

Para intentar mitigar ese trauma realizaremos actividades como las que se narran a continuación:

- Posiblemente alguna madre o niño nos cuente que va a tener un hermanito/a, si es así contaremos
el cuento “Llega un hermanito” y posteriormente analizaremos con los niños las actitudes que tenía
la protagonista, si eran buenas o por el contrario si eran egoístas…

- Los niños contarán anécdotas sobre sus hermanos, travesuras que realizaron juntos…

- Realizarán un dibujo libre, expresando lo que sienten.

- Realizaremos un mural en el aula (con la colaboración de los padres), en él pegaremos fotos de los
hermanos /as de los niños del aula, intentaremos que las fotos sean divertidas y en actitudes
familiares para que recuerden buenos momentos vividos con sus hermanos. El título del mural
podría ser algo como: “MI HERMANO MI MEJOR AMIGO”.

Lo que tratamos de conseguir es afianzar los lazos entre hermanos y hacer comprender al niño/a que
va a tener un bebe en su casa que es algo positivo. Por supuesto la ayuda de los padres es
fundamental en estos casos, ellos tienen que hacer entender al niño/a que le van a seguir queriendo
igual.

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Cuento: LLEGA UN HERMANITO

Marta era una niña muy despierta. Era hija única y le encantaba tener toda la atención de sus padres
para ella sola. Se sentía como una reina. Sus abuelos la consentían mucho, porque como era su
única nieta... La abrazaban, la achuchaban a todas horas... También sus padres la mimaban
demasiado.

Pero un día hubo un reunión en el salón de la casa. ¿Qué le querrían decir sus papás?.

Cuando Marta llegó al salón, todos estaban esperando: sus abuelos, su tía, que era la hermana de su
mamá, y sus papás, que tenían una cara muy seria.
Marta pensó: -¡Vaya, algo que he hecho mal!, ¡seguro que me van a regañar!.

Pero Marta no se imaginaba la noticia que le iban a dar.

-Marta, tesoro, comenzó a hablar su papá, -mira, mamá y yo queremos lo mejor para ti, te queremos
mucho y hemos pensado que para que no estés tan solita te vamos a dar un hermanito.
-¡Oh, no!, pensó Marta horrorizada. -¡No!, ¡no lo quiero!, gritó.

Sus papás la miraron con asombro.


-¡No, no lo voy a querer!, ¡no lo traigáis!, seguía gritando.

El papá cambió de tono y seriamente le dijo:


-¡Marta!, ¿el hermanito va a nacer y tú lo querrás mucho!.
-¡No, no quiero!.

Marta subió a su habitación y allí encima de la cama comenzó a llorar. En ese momento pensaba en
tantas cosas... Ya no sería la reina de la casa, ni el “tesoro” de papá como la llamaban. Ahora toda la
atención la tendría el bebé y eso no le gustaba nada.

Su mamá entró en la habitación y habló con ella:


-Marta, hija, tú ya eres muy mayor para que te pongas a llorar por una cosa que te va a hacer feliz. –
Además, Marta, yo cuento contigo para que me ayudes a cuidar a tu hermanito, puesto que eres la
mayor y tendrás que protegerlo y quererlo. –Verás, tú serás como una segunda mamá: Me ayudarás

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a darle de comer, a cambiarlo, a bañarlo... Y es que tu hermanito será muy pequeñito y no sabrá
hacer nada por sí sólo.

Marta se quedó pensativa por un momento. No le gustaba que nadie viniese a quitarle sus sitio, pero
por otra parte le gustaba el tener que ayudar a su mamá, ya que eso significaba que sus papás
confiaban en ella y la consideraban una niña responsable.
-¡Mamá!, dijo Marta, -¿me querréis igual cuando venga el hermanito?.
-¡Claro que sí, mi vida!, nosotros te querremos siempre.

Marta comenzó a pensar en que quizás no era tan mala idea tener un hermanito, porque así ella sería
la mayor.
-¡Le cuidaré y le mimaré, le daré besitos y no dejaré que nadie haga daño a mi hermanito!. Y
cuando crezca jugaremos juntos y mi hermanito será el mejor amigo que tenga.

Pasó el tiempo y nació su hermano...

Sus papás a pesar de estar ocupados con sus trabajos, con la casa, con el bebe... siempre tenían
tiempo para escuchar y mimar a Marta. Por lo que la llegada del hermanito no significó que la
dejasen de quererla, sino todo lo contrario. Ahora la querían aún más por cuidar a su hermanito
Javier.

Un hermano o hermana es lo mejor que puede pasar, pues será un amigo para siempre con el que
jugar, aprender, enseñarle cosas nuevas, reír...
¡Qué suerte tener un hermano!

FIN

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