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INTRODUCCIÓN

Perú ha sido uno de los países más dinámicos de Latinoamérica en la presente década y ha conseguido
mantener la estabilidad de las principales variables macroeconómicas, lo cual ha impulsado la confianza de la
comunidad internacional. Además, el efecto de la crisis económica internacional ha sido más reducido que en
el resto de países de la zona y las perspectivas de crecimiento económico para los próximos años son muy
favorables.
Y esto es en su mayoría gracias al sector de la construcción, ya que en el Perú es una de las actividades
económicas más importantes. Y a lo largo de los años ha sido una unidad de medición del bienestar económico
nacional.
Dado que el crecimiento en este sector a nivel nacional se ve impulsado por los programas gubernamentales
de vivienda, la reactivación de la autoconstrucción motivada por mayores facilidades de financiación, un entorno
de tipos de interés competitivos y la mejora en las expectativas económicas.
Particularmente en la región Lambayeque la inversión pública en infraestructura también contribuye a su
crecimiento, lo cual logra activar la industria de la construcción y muchas otras actividades económicas
relacionadas con ella, como ha ocurrido durante 2009 con la crisis internacional.
Por lo tanto este estudio del sector construcción en Lambayeque es un documento que cuenta con información
actualizada de interés económico y social, en su primera parte mencionamos la participación del sector
construcción en el PBI regional, luego hemos realizado la identificación de las principales empresas que operan
y las últimas inversiones realizadas en este sector. Por ello lo consideramos una aproximación al estudio de la
inversión privada y pública de este sector en la región, lo cual debe servir como línea base para profundizar
estudios específicos, ya que esperamos que el presente estudio contribuya y motive a realizar estudios
posteriores en aras de mejorar la información para la toma de decisiones óptimas de la esfera pública.

PROBLEMÁTICA GENERAL DE LA CONSTRUCCIÓN EN LA REGIÓN DE LAMBAYEQUE

Chiclayo: 60% de edificaciones se ejecutaron sin licencia de construcción

Carlos Balarezo, señaló que cada municipalidad debe gestar un Plan de Desarrollo Urbano y permitir que este
sea sostenible en el tiempo.

El sismo ocurrido en Arequipa hizo nuevamente volver la mirada a nuestra vulnerable realidad en temas urbanos
y es que según el Jefe de Defensa Civil de Lambayeque, Carlos Balarezo, la ciudad de Chiclayo se vería
enormemente afectado con un movimiento telúrico, ya que el 60% las edificaciones se hicieron sin licencia y sin
los parámetros de seguridad.

El funcionario volvió a recordar el desorden en el que está sumido la ciudad por la falta de un Plan de Desarrollo
Urbano, que permita un crecimiento ordenado y seguro.

“Somos muy vulnerables a un movimiento sísmico, y esto de Arequipa nos lo vuelve a recordar. Pero todo pasa
por un plan de Desarrollo Urbano, crecemos de una manera desordenada y las edificaciones son cada vez más
inseguras por un falta de control municipal” indicó.

Dijo que la responsabilidad en este tema recae en los municipios provinciales porque otorgan licencias de
construcción a diestra y siniestra, sin los mínimos criterios técnicos y si a eso se le suma la autoconstrucción de
viviendas, que en Chiclayo ha crecido enormemente, el problema se agudiza cada día más.

“Desde el 2014 todo es competencia de los municipios, las inspecciones técnicas de edificaciones ya nos son
competencia de Indeci, lamentablemente muchos no tienen comisiones revisoras de proyectos y allí se genera
el problema” agregó.

Puntualizó finalmente que la tarea de cada municipalidad es gestar un Plan de Desarrollo Urbano y permitir que
este plan sea sostenible en el tiempo.

PROBLEMAS Y CARENCIAS DE LA CIUDAD: CHICLAYO: UNA MIRADA A SU INFRAESTRUCTURA


Es innegable que la ciudad ha progresado en los últimos años, pero también que no se ha seguido un
plan de desarrollo que permita orden, eficientes sistemas de mantenimiento urbano y recuperación de
espacios públicos. Para el Ingeniero Manuel Borja Suárez, es necesario que en Chiclayo se apliquen
proyectos efectivos que den y garanticen el crecimiento armónico.

Borja Suárez, integrante del Capítulo de Ingeniería Civil del Colegio de Ingenieros – Lambayeque, refiere que
la ciudad ha evolucionado aproximadamente ocho veces en los últimos 30 años, sin embargo la infraestructura
pública, a cargo de la Municipalidad Provincial, no se ha ajustado a la demanda urbana.
“Hemos crecido a nivel de población y actividad comercial, pero lamentablemente, debo decirlo, las autoridades
que nos ha tocado elegir no han sido consientes de este crecimiento, por eso necesitamos políticas agresivas
en este aspecto. Lo más triste es que se han ejecutado obras malas e innecesarias, pareciendo que en Chiclayo
no hubieran ingenieros capaces de ejecutar un buen proyecto”, afirma.

El docente universitario plantea, para entender la situación actual de Chiclayo, realizar un análisis del aspecto
urbano y otro de la condición interurbana, es decir de aquella que relaciona al distrito capital con los demás
distritos que conforman la provincia, sobre todo en el aspecto vial.

ASUNTO VIAL
“La red vial provincial tiene mil 20 kilómetros de los cuales solamente el 30% están asfaltados y el resto está a
nivel de afirmado. El 70% de los caminos en Chiclayo están sin asfaltar y son precisamente los que unen a los
centros poblados, situación que limita el desarrollo socio – económico de éstos. Esa es la principal debilidad
que tenemos, a lo que debe sumarse otro serio problema que tiene la infraestructura vial de la ciudad, como
son los volúmenes de tráfico vehicular”, señala.

De acuerdo a la IMDA, que es una medida de tránsito fundamental que se utiliza para determinar los kilómetros
y vehículos recorridos en las diferentes categorías de los sistemas de carreteras rurales y urbanas se establece
que las vías de segunda clase, en atención al Diseño Geométrico de Carreteras vigente desde el 2001, deben
tener un flujo de circulación máximo de seis mil vehículos por día.

Sin embargo, en el caso de la carretera Chiclayo – Pimentel, que es de segunda categoría por tener únicamente
dos carriles (uno de ida y otro de vuelta), el volumen de tránsito es de nueve mil vehículos por día, superándose
ampliamente lo establecido por la norma. Similar flujo se presenta con la carretera Chiclayo – Lambayeque, por
la que circulan 14 mil vehículos al día, mientras en la carretera Chiclayo Reque el tránsito es de 11 mil vehículos.

“La norma del tránsito métrico de carreteras dice que a partir de seis mil vehículos las vías de segunda categoría
deberían convertirse en autopistas de primer nivel. Es decir, en el caso de la carretera Chiclayo – Reque
deberían existir cuatro carriles (dos de ida – dos de vuelta), como mínimo”, indica el especialista.
Comenta que el expediente técnico para la culminación de la autopista ha sido concluido, pero aún no se cuenta
con los recursos disponibles para la ejecución de la obra.

“Otra necesidad urgente es la habilitación de intercambios viales. Aunque las autoridades municipales han
expresado su iniciativa de construirlos es importante que su ubicación permita el descongestionamiento vial y
no se construyan por construir. En la ciudad tenemos algunos intercambios viales pero que no están definidos
y han sido producto de la constitución de una carretera sin que hayan recibido el tratamiento adecuado, como
la repartición Chiclayo – Pomalca; Chiclayo Ferreñafe y Panamericana Norte - Monsefú”, señala.

DOS TERMINALES
Manuel Borja indica también que el ordenamiento de transporte en la ciudad debe contemplar no sólo la
construcción de un Terminal Terrestre para buses interprovinciales, sino uno de carácter regional, dónde puedan
brindarse mejores condiciones de atención a los usuarios.
“Chiclayo debe tener dos terminales, uno para viajes interprovinciales a nivel nacional y otro que reemplace al
terminal de EPSEL, porque allí se concentran empresas formales que tienen licencia de funcionamiento, pero
que están distribuidas de forma asimétrica”, explica.
En la ciudad – agrega – se pueden ubicar hasta cuatro puntos de concentración de empresas de transporte y
ninguno de ellos cumple las características mínimas para el adecuado desplazamiento de buses, teniendo estos
que ingresar al casco urbano para desplazarse de un lugar a otro.

“Tenemos terminales no formales en la Avenida Bolognesi, en la Panamericana Norte frente a la USAT, en la


urbanización Campodónico y en la Avenida Haya de la Torre, desde los que se realizan 700 viajes por día. Peor
aún, a nivel de distrital tenemos colectivos y combis ubicados en diferentes zonas sin que exista simetría en su
circulación, razón por la que deben ser agruparlos y ubicados de forma estratégica”, precisa. Entre los
terminales o paraderos improvisados de combis y colectivos figuran: El Paradero de los Pueblos, ubicado en la
Avenida Leguía y desde el cual se realizan viajes a todos los distritos de la provincia de Lambayeque; el
paradero de la Avenida Pedro Ruiz, con vehículos de transporte a Pimentel y Santa Rosa; los paraderos de la
Plazuela Elías Aguirre, con destino a Pimentel y Lambayeque, y el terminal de EPSEL. En suma, de todos estos
paraderos parten 15 mil viajes por día.

En relación al Terminal Terrestre para la ciudad, Borja Suárez comenta que el terreno elegido para la
construcción de éste, ubicado entre la Avenida Grau y la Vía de Evitamiento, no resulta ser el mejor espacio por
su calidad de suelo. “En Chiclayo es muy difícil encontrar un terreno que no presente problemas de licuación
de suelos, razón por la que considero deberá ejecutarse un trabajo de alta ingeniería, sobre todo porque el
Terminal deberá prestar sus servicios a la población los próximos 30 ó 50 años”, expone.

CAMINOS QUE NO DURAN


Respecto a la red vial no pavimentada, el especialista señala que en ésta existen limitaciones relacionadas con
su diseño geométrico como radios mínimos, distancias de visibilidad, anchos de calzada, sobreanchos, peraltes
y bombeos. Además, los materiales de construcción empleados no garantizan un período de vida útil
prolongado, lo que encarece los gastos de mantenimiento y rehabilitación.

“De nada sirve habilitar caminos carrozables si al año siguiente, por la lluvia, éstos se perderán. El Estado
invierte a través de sus organismos como FONCODES, por ejemplo, ingentes sumas de presupuesto para la
construcción de vías comunales, ¿cuántas de éstas existen de las construidas en los últimos cinco años? Una
buena alternativa para que los caminos se preserven, aun sin estar pavimentados, es que en su proceso se
compactación se agreguen soluciones químicas, que si bien pueden encarecer los costos, garantizan una
durabilidad de la vía por más de 10 años”, explica el docente universitario. Borja Suárez comenta que Chiclayo
tiene identificados siete ejes viales que lo conectan con Lambayeque, Pimentel, San José, Reque, Ferreñafe,
Pomalca y Monsefú, los que permiten una cobertura interurbana de 360°.

“Esta topología es una fortaleza que debería permitir el crecimiento de la ciudad como anillo, que es lo ideal.
Sin embargo vemos que el crecimiento va hacia la parte oeste, siendo ésta una de las zonas más vulnerables.
La provincia cuenta con un circuito de playas que todavía no se ha explotado al máximo porque falta la
interconexión entre San José y Pimentel, obra que al ejecutarse dará oportunidades para un mejor desarrollo
socioeconómico”, señala.

VÍAS RÁPIDAS
En el aspecto urbano, Manuel Borja sostiene que Chiclayo carece de la calidad y cantidad de vías suficientes
para asegurar la fluidez del tráfico dentro de la ciudad. “Podríamos decir que la Avenida Salaverry es la que
mejores características presenta para este objetivo, pero el resto definitivamente no. Necesitamos con urgencia
más vías de ese tipo de hoy en adelante, vías que permitan un traslado rápido dentro de la ciudad hacia los
alrededores" El especialista indica que si bien el ensanchamiento de calles sería una buena alternativa para
mejorar la circulación vial en el centro de Chiclayo, resultaría difícil para la comuna provincial emprender un
proyecto de esta naturaleza, sobre todo porque ello supondría la expropiación de predios, lo que sería
demasiado oneroso.

“El metro cuadrado de terreno, en el centro de Chiclayo, está valorizado en no menos de mil dólares, razón por
lo que resultaría demasiado costoso para la municipalidad expropiar inmuebles con el propósito de ampliar las
calles o prolongarlas. Esa es una debilidad que tiene la infraestructura urbana”, comenta. Añade que otra
deficiencia en la ciudad es la falta de estacionamientos públicos, hecho que agrava el congestionamiento
vehicular. “No existe una política para promover la habilitación de playas de estacionamiento ya sean privados
o municipales. Lamentablemente la comuna se ha dedicado a pintar todas las calles de amarillo sin que se
distingan zonas rígidas o libres al estacionamiento particular. Además, en el aspecto vial influye mucho la calidad
constructiva de los pavimentos. Es penoso que vías importantes como la Avenida Tomis Stack haya sido
parchada y reparchada hasta en cinco ocasiones en menos de tres años de ejecutado el proyecto”, asevera.

ALTERNATIVA PARA EL PAVIMENTO


Borja Suárez señala que en Chiclayo, ciudad que está en constante crecimiento y aún no termina de adecuar
su infraestructura habitacional, se comete el grave error de emplear asfalto en caliente o concreto para
pavimentar las calles, más aún porque deben tenerse en cuenta dos aspectos sencillos: la red de agua y
alcantarillado no ha sido renovada en su totalidad y, cada vez, se construyen más edificios, razones que obligan
a los constructores a perforar el pavimentos para instalar las nuevas conexiones. “Estoy seguro que nadie ha
estimado cuánto se gasta en parchar las calles de la ciudad. Sería interesante saber eso, porque nos ayudaría
a comprender el error en que se incurre constantemente al insistir en el pavimento con asfalto en caliente, frío
o concreto”, manifiesta.

Sólo para tener una idea de cuántas perforaciones al pavimento se han registrado en los últimos años, el
especialista indica por ejemplo, que en el 2009 se presentaron 435 solicitudes para la instalación de nuevas
redes de agua y desagüe por la construcción de viviendas y establecimientos comerciales. Asimismo, en el
2010 se reportaron 387 solicitudes. En tal sentido, Manuel Borja recomienda el uso de adoquines de concreto
como una buena alternativa para la pavimentación de calles, sobre todo en el casco urbano de la ciudad que
se mantiene en constante cambio constructivo.

“El uso de adoquines o bloquetas permite, que si se necesitan cambiar las redes de agua o alcantarillado, sean
retirados y nuevamente usados una vez ejecutados los trabajos. La ciudad ahorraría mucho con la aplicación
de este sistema, en Europa existen ciudades enteras con pavimento de adoquín y los resultados son bastante
buenos”, explica.

SEMAFORIZACIÓN DEFICIENTE
El docente universitario hace referencia también al sistema de semaforización de la ciudad, el que a su entender
carece de eficiencia y distribución técnica. “Se han colocado semáforos en la ciudad que carecen de eficiencia,
que no funcionan, que no sincronizan, que están mal ubicados y que lejos que solucionar el problema del flujo
de tránsito, lo agravan. La instalación de sistemas de semaforización es costosa y debe serlo porque colocar
un semáforo significa tenerlo operativo 20 ó 30 años, no estar cambiándolo todos los años”, asevera.

CRECIMIENTO PREOCUPANTE
El crecimiento del parque automotor es otro de los factores que influyen en la falta de ordenamiento y extralimita
la deficiente infraestructura urbana con la que cuenta Chiclayo. De acuerdo a la estadística oficial del Ministerio
de Transportes y Comunicaciones, el parque automotor en Lambayeque creció de 35 mil unidades en el año
2000 a 45 mil en el 2010, siendo el incremento más alto registrado en comparación con regiones vecinas como
Tumbes, Piura, Cajamarca y Ancash.
Más preocupante aún – refiere Borja Suárez – es el número de mototaxis que circulan por la provincia. El
Ministerio de Transportes señala que de 10 mil unidades que se registraban en el 2004, se pasó a 49 mil
mototaxis en el 2009, siendo Lambayeque la región que mayor crecimiento ha reportado en este sector en todo
el norte, sobre todo si se compara con Tumbes, Piura, Cajamarca, La Libertad y Ancash.

“La cifra de por sí es alarmante, claro, sin contar a las miles de mototaxis que circulan de manera informal y que
cada día saturan las pocas vías rápidas de la ciudad”, señala. Manuel Borja, junto a sus estudiantes, ha
realizado un minucioso análisis del flujo de circulación vía que reportan las principales avenidas de Chiclayo,
para cuyo entendimiento es necesario saber que la norma regula únicamente el tránsito de mil 800 vehículos
por hora en una avenida.

Sin embargo, la estadística demuestra que por la Avenida Sáenz Peña circulan dos mil 68 unidades motorizadas
por hora; en la Avenida Antonio Raimondi, dos mil 214; en la Avenida Miguel Grau, mil 987; en la Avenida
Oriente, dos mil 648; en el primer tramo de la Avenida Leguía, tres mil 14, mientras que en el segundo tramo
de la Avenida José Leonardo Ortiz circulan dos mil 911 vehículos por otra. El exceso es evidente.

PROBLEMÁTICA ESPECÍFICA DE LA CONSTRUCCIÓN EN LA REGIÓN DE LAMBAYEQUE


El proyecto completo del drenaje pluvial tendría un costo total de 589 millones de soles y una duración de
al menos dos años, por lo que es urgente que la municipalidad, la Empresa Prestadora del Servicio de
Saneamiento (Epsel) y el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento pongan manos a la obra.

La última lluvia, de ocho horas que cayó el 15 de febrero, volvió a desnudar la vulnerabilidad de
Chiclayo (región Lambayeque). Con apenas 10 milímetros de agua por metro cuadrado, dos veces menos
que en el año 2017, 30 sectores de la ciudad quedaron inundados, las calles nuevamente convertidas en ríos,
el sistema de alcantarillado colapsado y los pueblos jóvenes, otra vez, se llenaron de lodo.

La angustia de cada poblador de la Capital de la Amistad cada vez que el cielo se torna gris en época de verano,
acabaría si se construye el drenaje pluvial, una obra esperada desde hace años, prometida en cada campaña
electoral, pero postergada por la desidia y la burocracia.

Para el past decano del colegio de Ingenieros, Carlos Burgos, el tema siempre se manejó de manera política y
no técnica, como corresponde. Por ello, los chiclayanos siguen esperando la obra y construyendo pequeños
muros de contención en sus viviendas, para tratar de evitar la inminente inundación de su sala o todo el primer
piso, en el peor de los casos.

Se malgastó el dinero

“En abril del 2017 señalamos claramente que el drenaje pluvial era técnicamente viable. En aquel
entonces, todos (las autoridades) aseguraron que habían empezado las gestiones para hacerlo realidad, pero al
final ninguno concretó avances. Basta ya de discursos políticos”, enfatizó.

Y es que en febrero del 2017, en plena lluvia, la Entidad Prestadora de Servicios de Saneamiento de
Lambayeque (Epsel) anunció que presentó un proyecto de drenaje pluvial, para evitar que futuras lluvias
puedan afectar las zonas urbanas de Chiclayo, José Leonardo Ortiz y la Victoria.

Luego, en agosto del 2017, el entonces alcalde provincial de Chiclayo, David Cornejo Chinguel, entregó al
congresista Javier Velásquez Quesquén el plan de trabajo con los términos de referencia para los estudios
definitivos del proyecto: “Construcción del sistema de drenaje pluvial en el distrito de Chiclayo”.

Sin embargo, ninguna de las dos iniciativas tuvo eco y los chiclayanos continúan esperando por esta obra.

El especialista lamentó que los 800 millones de la Reconstrucción en Lambayeque hayan sido tirados al
agua, porque en temas de prevención no se hizo nada y solo se gastó en descolmataciones irregulares y
algunos recapeos de calles, nuevamente dañadas por las aguas.

“Se ha botado dinero. Chiclayo ha crecido como metrópoli y tenemos que pensar en una ciudad con un
horizonte de 30 años. Ello implica empezar por el ordenamiento territorial, para identificar zonas en
riesgo. Merecemos un ciudad ordenada y con servicios sanitarios óptimos”, agregó.

Sin drenaje se afecta la economía

El presidente de la Cámara de Comercio y Producción de Lambayeque, Olivio Huancaruna


Perales, enfatizó que por falta del drenaje las lluvias afectan enormemente la economía de los pequeños
comerciantes, que son el motor de la economía en Chiclayo.

“Normalmente no cuantificamos cuánto daño genera la lluvia. Sin embargo, se debe reconocer que daña a las
pequeñas economías, se quiebran negocios, empleos, producción, todo lo que se ha logrado con esfuerzo,
se lo lleva el agua. La población demanda este proyecto”, indicó.

Huancaruna, que actualmente representa a miles de empresarios y comerciantes lambayecanos, lamentó que
de este proyecto no exista siquiera estudios técnicos, requisito indispensable para el inicio de cualquier
obra.

Alcalde lamenta retraso de ansiada obra

Por su parte, el alcalde la provincia de Chiclayo, Marcos Gasco Arrobas, señaló que el primer paso para el
drenaje pluvial es determinar a dónde irá a parar el agua que será drenada, para evitar más daños a la
ciudad.
“Por su envergadura, este proyecto demorará algunos años en ejecutarse. Por ello, hemos pedido que en la
primera etapa del estudio se establezca cuáles son los niveles y dónde desembocará el agua, para que lo que
se construya no se vuelva a inundar y no se vuelva a destruir”, explicó.

Gasco Arrobas lamentó que los 20 millones de soles invertidos en rehabilitación de calles dañadas por
las lluvias del 2017 se hayan perdido, porque la lluvia de este año malogró nuevamente la carpeta asfáltica
de muchas de las calles refaccionadas.

“Hemos hecho pruebas de diamantina de la carpeta asfáltica y encontramos que donde debería tener 8
centímetros de grosor, tiene 5; donde debería tener 5, tiene 3, eso no es deficiencia, eso es robo”, finalizó.

¿En qué ayudará y cuánto costará el drenaje pluvial?

El proyecto del drenaje pluvial es una obra de gran magnitud que, de concretarse, evitaría inundaciones en
temporada de lluvias. Las aguas acumuladas de lluvia serían evacuadas rápidamente, evitando aniegos,
deterioro de la infraestructura sanitaria y sobre todo, daños a la salud de la población por el estancamiento de
las aguas.

El proyecto de drenaje pluvial urbano costaría aproximadamente 380 millones de soles. Pero según
recomendación del Ministerio de Vivienda, se deberían efectuar obras de bombeo, sistemas de drenaje
agrícola, y sistema de canales de riego en algunas áreas urbanas, para mejorar el impacto de la obra, por lo
que el costo total es de 589 millones de soles.

Pero además, el municipio tendrá que realizar acciones complementarias como actualizar el Plan de
Ordenamiento Territorial, que daría un mapeo general de zonas inundables y otras pasibles de
invasión. Ordenar la provincia es vital.

Lo que se sabe es que los estudios de preinversión recién se iniciarán, eso significa, en el mejor de los
escenarios, que en los próximos 18 meses se presentarían avances concretos en esta anhelada obra. Por ahora
las lluvias seguirán causando estragos y preocupación entre todos los chiclayanos.

IMPACTOS: SOCIAL Y ECONOMICO

Capeco: Región Lambayeque es una gran plaza para la industria de la construcción

El presidente de la Cámara Peruana de la Construcción (Capeco)-Lambayeque, Mario Pérez Angulo, afirmó


que esta región es una gran plaza para la inversión en la industria de la construcción, a causa del déficit de
viviendas que existe y la mejor capacidad adquisitiva de la población local.

Sostuvo que de acuerdo a la información de empresarios inmobiliarios, existen sectores de esta ciudad que
adquiere propiedades inmobiliarias (departamentos, casas) como una forma de inversión.

"Chiclayo es una gran plaza que definitivamente está siendo desaprovechada de captar esa inversión", comentó
Pérez Angulo en diálogo con la Agencia Andina.

El dirigente empresarial reveló que en la actualidad varias empresas construyen edificios de 8 pisos para
departamentos en zonas como la Vía de Evitamiento. "También en la avenida Salaverry se está
construyendo edificios de 10 pisos y en Ferreñafe existe un proyecto inmobiliario de 4,000 viviendas, entre
departamentos y casas", apuntó.

Destacó, asimismo, el inicio de la construcción de un condominio cerrado Club Residencial Santa Elvira en esta
ciudad, donde una empresa inmobiliaria ha emprendido el más importante proyecto inmobiliario que se haya
construido hasta ahora en Chiclayo.
"La construcción de este complejo inmobiliario demandará una inversión de 50 millones de nuevos
soles, cuya primera etapa de 40 departamentos estará culminada en octubre próximo. Se tiene previsto
en dos años construir 312 departamentos", aseguró.

Pérez Angulo indicó que "si todo se normaliza con reglas de juego claras, yo creo que en dos años tendremos
un Chiclayo en crecimiento y más próspero", aseveró.

Mencionó que al cierre de este año se estima que la oferta inmobiliaria llegará a un millar de nuevas
viviendas en esta ciudad.

Indicó que en estos momentos la competencia de la oferta que existe, obliga a las empresas constructoras a
ejecutar las cosas mejor. "Las empresas afiliadas a Capeco luchamos en un mercado competitivo para mejorar
las cosas, eso es lo que garantiza perdurar en el tiempo. En Lambayeque Capeco tiene afiliadas a 150
empresas, después de Lima es la más grande del país", anotó.

Estudio del mercado inmobiliario

Mencionó, asimismo, que Capeco-Lambayeque realiza un estudio acerca del mercado inmobiliario de
Chiclayo, con proyecciones de los tres próximos años, que será concluido en agosto próximo.

Advirtió que en la región Lambayeque existe un déficit de viviendas. "El estándar de las familias lambayecanas
es que te casas y vives con tus padres. Hay muchas familias que si bien es cierto tienen vivienda es porque
vive en la casa o en la azotea o haciendo una ampliación de la casa de los padres, entonces hay un déficit de
esas familias nuevas que debe alcanzar un 40 por ciento”, comentó.

Precisó que el déficit de vivienda alcanzaría unas 50,000 viviendas que en los próximos 50 10 años deben
construirse en Lambayeque.

Inversión de grandes constructoras

En otro momento, el dirigente de Capeco-Lambayeque, manifestó que recientemente han ingresado a


Chiclayo cinco grupos grandes limeños apoyados por inversión extranjera, para hacer proyectos
inmobiliarios de envergadura en esta zona.

"Están en etapa de estudio, factibilidades y ya varios tienen terrenos comprados. Imagino que en uno o
dos años deben estar empezando las obras", indicó tras agregar que las zonas hacia dónde apuntan
son las zonas ubicadas en la carretera a Pimentel, Ferreñafe y Pomalca.

Indicó que el problema que encuentran las empresas para la inversión son los deficientes servicios de
agua potable y alcantarillado de la ciudad de Chiclayo y otras localidades. "Esto limita la inversión y el
crecimiento", acotó.

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