Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Procedencia
de los nombres de algunos elementos químicos.
Nombres de científicos:
Otros:
Helio (He): de la atmostera del sol (helios, se descubrió por primera vez en el
espectro de la corona solar durante un eclipse en 1868, aunque la mayoría de
los científicos no lo aceptaron hasta que se aisló en la tierra).
Litio (Li): de lithos, roca.
Boro (B): del arabe buraq.
Carbono (C): carbón.
Fluor (F): de fluere (que no se lo que significa)..
Neón (Ne). nuevo (del griego neos). (No se complicaron nada la vida con el
nombre).
Sodio (Na): Del latín sodanum (sosa), Na del latín natrium (nitrato de sodio).
Aluminio (Al): del latín alumen (que tampoco se lo que significa).
Silicio (Si): de silex, sílice.
Fósforo (P) de phosphoros, portador de luz (el fosforo emite luz en la
obscuridad porque arde al combinarse lentamente con el oxígeno del aire).
Azufre (S) del latín sulphurium.
Potasio (K) kalium; el nombre, del inglés pot ashes (cenizas). (Las cenizas de
algunas plantas son ricas en potasio).
Calcio (Ca) de calx, caliza. (La caliza está formada por Ca2CO3).
Hierro (Fe): de ferrum.
Cobalto (Co): He leído dos explicaciones, una que dice que cobalto proviene
de cobalos, mina. Otra versión asegura que cobalto es el nombre de un
espíritu maligno de la mitología alemana. Lee aquí su historia.
Niquel (Ni): proviene del término alemán kupfernickel, que quiere decir algo
asi como cobre del demonio, (aparece en minas de cobre pero no lo es).
Como kupfer significa cobre, níquel debe querer decir demonio.
Kriptón (Kr): del griego kryptos, oculto, secreto.
Molibdeno (Mo): de molybdos, plomo. (Al parecer, los primeros químicos lo
confundieron con mena de plomo).
Tecnecio (Tc): de technetos, artificial, porque fue uno de los primeros
sintetizados.
Plata (Ag): del latín argentum.
Cadmio (Cd): del latín cadmia, nombre antiguo del carbonato de zinc. (Casi
todo el cadmio industrial se obtiene como subproducto en el refinado de los
minerales de zinc, quizás sea por eso). Si alguien conoce la historia exacta del
nombre que me la haga llegar.
Estaño (Sn): del latín stannum.
Antimonio (Sb): de antimonium; Sb de stibium.
Teluro (Te): de Tellus, tierra.
Xenon (Xe): del griego xenon, extraño, raro.
Lantano (La): del griego lanthanein, yacer oculto.
Neodimio (Nd): de neos-dydmos, nuevo gemelo (del lantano).
Plomo (Pb): del latín plumbum.
Protoactinio (Pa): de protos (primero) y actinium.
Página principal.
Índice de elemtos.
www.Webelement.com
www.IUPAC.org
Una tabla periódica muy graciosa (166 Kb.)
Si quieres realizar comentarios y aportaciones mandame un e-mail
pinchando aquí.}
http://www.uv.es/~jaguilar/elementos/nombres.html
El resto de los elementos tienen un símbolo de dos letras que puede estar relacionado
con su nombre antiguo en latín (Au, Hg, Ag...) o no.
A continuación propongo una lista casi completa del origen etimológico de los
nombres de los 118 elementos de la tabla periódica, clasificados según el tipo
de origen. Se encuentran ordenados por número atómico dentro de cada categoría,
que se indica entre paréntesis.
Origen mitológico
Helio (2): dios griego del sol Helios.
Titanio (22): los titanes en mitología griega, eran los hijos de la diosa de la
Tierra.
Vanadio (23): deidad Vanadis o Freya, diosa de la belleza en mitología
escandinava.
Níquel (28): de "Nickel" o "Nixe", un espíritu malvado de la mitología
alemana que vivía en las minas.
Selenio (34): de la diosa griega de la luna Selene.
Niobio (41): de Níobe, hija de Tántalo (véase el elemento con Z = 73) en la
mitología griega.
Paladio (46): Palas Atenea, diosa griega de la sabiduría. Otras fuentes
señalan que se llama así por el asteroide Palas.
En 1803, Wollaston quiso llamar al elemento Ceresio (Ce), pero descartó este nombre
para evitar confusión con el Cerio.
Cadmio (48): Cadmo, personaje mitológico griego que fundó la ciudad de
Tebas.
Telurio (52): del latín Tellus, diosa romana de la Tierra.
Cerio (58): diosa romana de la tierra y la agricultura Ceres.
Prometio (61): Prometeo, titán de la mitología griega que robó el fuego del
Monte Olimpo y lo llevó a los humanos.
Tantalio (73): de Tántalo, rey de Frigia (Grecia).
Iridio (77): diosa Iris del arcoiris.
Mercurio (80, Hg): dios romano mensajero de los dioses. En inglés antiguo
se conoce comoquicksilver, que significa actualmente voluble o caprichoso.
Su símbolo viene del latín "hydrargyrum", plata líquida.
Torio (90): del dios escandinavo del trueno Thor.
Uranio (92): de Urano, el dios griego del cielo que a su vez inspiró el nombre
del planeta.
Neptunio (93): de Neptuno, dios romano de los océanos. Fue el primer
elemento sintético transuránico descubierto.
Plutonio (94): de Plutón, dios griego de la muerte.
Composición de la kriptonita: Pu, Ta, Xe, Pm... ¿Se referirán al género
de plantas fabáceas Dialium?, Hg y un 0,57 % desconocido.
Dedicados a personas
Gadolinio (64): de la piedra gadolinita, donde fue encontrado, y que recibe
su nombre por el químico, médico y minerólogo finés Johan Gadolin.
Curio (96): a Marie Curie.
Fuente: Reppublica.it.
Einstenio (99): actínido sintético en honor a Albert Einstein.
Fermio (100): otro actínido sintético en honor a Enrico Fermi, físico nuclear
italiano.
Mendelevio (101): al célebre y ya mencionado Dmitri Mendeléyev.
Nobelio (102): al químico sueco y precursor de los prestigiosos Premios
Nobel Alfred Nobel.
Lawrencio (103): a Ernest Lawrence, físico estadounidense ganador del
Nobel de Física.
Rutherfordio (104): en honor al físico y químico neozelandés Ernest
Rutherford, creador de su modelo atómico y ganador del Pemio Nobel de Química.
Seaborgio (106): por Glenn T. Seaborg, físico atómico norteamericano,
ganador de un Premio Nobel de Química, y única persona que seguía viva cuando se
bautizó a un elemento de la tabla en su honor.
Bohrio (107): en honor al físico danés Niels Bohr, Nobel de Física en 1922.
Meitnerio (109): a la física austriaca Lise Meitner (¡otra mujer además de
Curie!).
Roentgenio (111): a Wilhelm Röntgen, descubridor de la radiación X.
Copernicio (112): o Ununbio, a Nicolás Copérnico.
Flerovio (114): por el Laboratorio de Reacciones Nucleares Flerov de Dubna,
llamado así por el físico nuclear ruso Georgy Flyorov.
Procedentes de topónimos
Magnesio (12) y Manganeso (25): ambos elementos cogen su nombre
de Magnesia, una prefectura de Tesalia en Grecia.
En un principio, Sir Humphry Davy propuso para el elemento 12 el nombre Magnio
(Mg), para evitar confusión con el Manganeso.
Escandio (21): del latín "Scandia", Escandinavia.
Cobre (29): del latín "cyprium", Chipre, donde se extraía en la época romana
y se conocía como "cyprium" o "cuprum".
Galio (31): de Galia, la palabra en latín para designar Francia.
Germanio (32): de Germania, la palabra en latín para designar a Alemania.
Originalmente, el químico alemán Winkler quiso llamar a su descubrimiento en 1886
Neptunio, nombre que ya estaba pillado por el elemento 93.
Estroncio (38): pueblo escocés Strontian.
El pueblo minero de Ytterby en Suecia tiene cuatro elementos dedicados a
él:Itrio (39), Terbio (65), Erbio (68) e Iterbio (70).
Rutenio (44): de Rutenia, una región de Europa del este.
Europio (63): Europa, a su vez llamada así por la diosa griega Europa.
Holmio (67): de Estocolmo (Stockholm), capital de Suecia.
Tulio (69): de Tule, el nombre griego antiguo de Escandinavia o Islandia.
Lutecio (71): del nombre latín para la ciudad francesa París, Lutecia.
Hafnio (72): del nombre latín para la ciudad de Copenhague, Hafnia.
Renio (75): del río Rin (en alemán, Rhein), en Europa.
Polonio (84): llamado así en honor de Polonia, país de nacimiento de Mme
Curie.
Francio (87): por Francia, país de descubrimiento por parte de la médico
francesa (¡y ya van tres mujeres en los 118 elementos!) Marguerite Perey.
Americio (95): proviene del continente América, que coge su nombre del
explorador italiano Americo Vespucci.
Berkelio (97) y Californio (98): actínidos sintéticos, sintetizados por
primera vez en la Universidad de California, Berkeley.
Dubnio (105): Dubna, Óblast de Moscú, Rusia.
Hassio (108): Estado Federado de Hesse, Alemania.
Darmstadtio (110): Darmstadt, ciudad del Estado de Hesse, Alemania.
Livermorio (116): por el Laboratorio Nacional de la ciudad de Livermore,
California.
Referencias a colores
Cloro (17): del griego "khlôros", verde claro.
Cromio (24): de la palabra griega "croma", color.
Arsénico (33): del persa "al zarnikh" (oropimente amarillo).
Rubidio (37): del latín "rubidius", rojo oscuro.
Zirconio (40): árabe "zargun", color dorado.
Rodio (45): del griego "rhodos", rosa.
Indio (49): de índigo, por las líneas azules presentes en el espectro de
emisión del elemento enespectroscopía.
Yodo (53): del griego "ioeidēs", púrpura o violeta por el tono de los vapores
emitidos en su forma elemental.
Cesio (55): Bunsen lo llamó así por color azul de su llama, y en latín
"caesius" es cielo azul.
Praseodimio (59): del griego "prasinos", verde, y "didymos", gemelo.
Talio (81): del griego "thallos", ramita verde o brote.
Bismuto (83): del alemán "weiße Masse", masa blanca.
Otros orígenes
Hidrógeno (1): su nombre procede de los términos griegos "hydros" y
"genes", agua y generador.
Litio (3): de "lithos", que significa piedra en griego.
Berilio (4): del griego "beryllos", berilo, una gema.
El químico francés Vauquelin propuso en 1798 el nombre Glucinio (Gl) para este
elemento, pero fue rechazado por su similitud con el aminoácido Glicina.
Boro (5): del árabe "buraq" (bórax).
Carbono (6): latín "carbo", carbón.
Nitrógeno (7): griego "nitron" y "genes", formador de nitro.
Lavoisier propuso en 1776 el nombre Azote o Ázoe (Az), que sigue empleándose en
la nomenclatura de las sales de diazonio o en las reacciones de diazotación de las
aminas.
Por otro lado, Oxígeno (8) viene del griego "oxy genes", formador de ácidos.
Flúor (9): del latín "fluorés", corriente.
Neón (10): del griego "νέον" o "neos", nuevo.
Originalmente, el hijo del descubridor del elemento, el escocés Ramsay, propuso en
1898 el nombre "novum", pero el padre lo modificó a neón para que tuviera un origen
griego, como muchos de los elementos ya nombrados.
Sodio (11, Na): del árabe "suda", que significa dolor de cabeza, ya que el
carbonato sódico se usaba para tratar esta afección.
El símbolo proviene del latín moderno "natrium", que designa una sal mineral natural.
Aluminio (13): del latín "alumen", que significa sal amarga.
Silicio (14): del latín "silex" o "silicis", pedernal.
Fósforo (15): del griego "phôs" (luz) y "phoros" (dador)".
Azufre (16): del latín "sulpur", o "sulfre", que en castellano se le añadió el
prefijo árabe.
Argón (18); del griego "argon", que significa inactivo o vago.
Potasio (19, K): como ya hemos comentado antes, se llamó así por la potasa
o hidróxido de potasio, la sustancia de la que se aisló la primera vez.
El símbolo viene del árabe "al qaliy", cenizas calcinadas,
Calcio (20): latín "calx", cal.
Hierro (26, Fe): latín "ferrum", hierro o espada.
Cobalto (27): del alemán "Kobold", que significa espíritu malvado.
Cinc (30): del alemán "Zinke", adjetivo para defirnir algo con forma de diente
o púa.
Bromo (35): del griego "brôme", hedor por el característico olor de sus
vapores.
Kriptón (36): del griego "kryptos", escondido. No confundir con "kriptonita",
que luego pasa lo que pasa.
Molibdeno (42): de la palabra griega "molybdos" que significa "plomo".
Tecnecio (43): del griego "teknos", artificial por ser el primer elemento
artificial producido.
Plata (Ag, 47): del latín "plattus", que significa ancho o aplanado.
Los romanos la llamaban "argentum" por su brillo, y por eso tiene su símbolo.
Estaño (50): de latín "stannum", que se utilizaba para denominar a una
aleación de plata y plomo.
Antimonio (Sb, 51): del latín "antimonium", que podría proceder del griego
"anti-monachos", o mata-monjes porque muchos alquimistas se dedicaban a esta
profesión principalmente, y este elemento en particular era venenoso.
Berzelius lo llamaba "stibium", del griego "stibi" (pintura de ojos) y de ahí su símbolo.
Xenón (54): del griego "xenos", extraño, extranjero o invitado.
Bario (56): del griego "barys", pesado.
Neodimio (60): del griego "neos", nuevo, y "didymos", gemelo.
Samario (62): del mineral samarskita, de donde fue aislado.
Disprosio (66): lantánido que coge su nombre del del griego "dysprositos",
que quiere decir difícil de encontrar.
Tungsteno (74): descubierto por Fausto y Juan José Delhuyar en España.
"Tung sten" significa piedra pesada en sueco.
El símbolo W proviene de wolframio, derivado de la piedra wolframita (cuyo nombre
proviene del alemán "Wolf Rahm", que significa "crema o espuma de lobo").
Osmio (76): del griego "osme", que significa olor. Recibe este nombre por el
característico olor a ceniza o humo del tetróxido de osmio, un compuesto volátil.
Platino (78): de la palabra española platina, significando en este caso plata
pequeña.
Oro (79): latín (aurum, derivado de aurora) significa “principio brillante”.
Plomo (82): del latín "plumbum", palabra que se usó para designar al metal
desde la antigüedad.
Astato (85): del griego "astatos", inestable.
Radón (86): derivado del radio (Z = 88), ya que se detectó por primera vez
como emisión de la desintegración radioactiva de este elemento.
Radio (88): del latín "radius", rayo.
Actinio (89): del griego "aktinos", que significa rayo de luz.
Protactinio (91): del griego "protos" y "aktinos", que juntos significan antes
o padre del actinio.
En un principio, un isótopo inestable de este elemento se llamó Brevio, por su corta
vida media.
¡Reivindiquemos el Tungsteno/Wolframio como se merece!
Para trabajar con una tabla periódica interactiva, os recomiendo esta página de Big
Picture de Google Research.
Todos nos hemos preguntado alguna vez por qué los elementos tienen los
nombres que tienen. Sobre todo en nuestros inicios en el apasionante mundo de
la química, que es cuando nuestra curiosidad está en su punto álgido y todavía
no hemos empezado a creer y memorizar sin cuestionar, múltiples principios y
leyes fundamentales.
Espero que con estas líneas la primera labor de un futuro químico, aprender la
tabla periódica, requiera un menor esfuerzo, o que al menos, sea más
gratificante.
Nombres prequímicos
En esta descripción de algunos de los distintos nombres de los elementos del
sistema periódico vamos a comenzar con los prequímicos. Estos son aquellos
propios de elementos conocidos desde la antigüedad. Muchos de ellos podrían
caer dentro de ese grupo que antes denominábamos como el de los elementos
que se llaman así “porque sí”, porque así han sido siempre. Y es que entre ellos
tenemos a los 7 metales clásicos: el oro y la plata (conocidos desde hace más de
6.000 años), el cobre, el hierro, el plomo, el estaño y el mercurio (que ya
hace más de 3.000 años era usado por alquimistas indios en la preparación de
elixires que se creaban buscando alcanzar el secreto de la inmortalidad).
Como es evidente en este último caso, las clasificaciones que serán usadas en
este artículo se entremezclan, pues aunque el mercurio forme parte de estos 7
metales clásicos también sabemos que su nombre deriva de la mitología, en
particular del dios romano Mercurio, que será una de los grupos de nombres
que se presentarán a continuación. Por otro lado, este elemento también
comparte nombre con el primero de los planetas de nuestro sistema solar, por lo
que también podrá ser incluido dentro de otra categoría relacionada con los
cuerpos celestes.
Derivado de la luna está el selenio, mientras que del sol el helio, ambos
nombres procedentes del nombre de estos astros en griego.
En este primer caso la propiedad a destacar es el color, bien sea del elemento
propiamente o de alguno de sus compuestos más importantes.
Separándolos por los idiomas de los que proceden los términos tenemos los
siguientes elementos dentro de este grupo:
Del griego proceden los nombres del cloro [khloros: amarillo verdoso], el cromo [khroma:
color; debido a los distintos colores que presentan sus compuestos], el yodo [ioeides: violeta],
el praseodimio [prasios: verde y didymos: gemelo], el rodio [rhodom: rosado] y
el talio [thallos: retoño verde o rama, por el brillo de color verde en las líneas de su espectro
de emisión, como podemos ver en la imagen de la derecha].
Del latín tenemos el cesio [caesius: azul celeste], el indio [indium: índigo, añil] y
el rubidio [rubidius: rojo muy intenso, por las dos rayas rojas características de su espectro de
emisión].
Del alemán deriva el nombre del bismuto [weiße Masse: masa blanca].
Nombres derivados de propiedades diferentes al
color
Dentro de las otras propiedades que caracterizan la nomenclatura de parte de
los elementos de la tabla periódica, destaca la de formador de un cierto tipo de
compuestos.
De ahí parten los nombres de muchos de esos elementos que nos suenan
también muy familiares, pero que de esta forma podremos conocer un poco
mejor. Hidrógeno deriva de los términos griegos hydro y gen: generador de
agua, oxígeno por su parte significa generador de ácidos, mientras
que nitrógeno, generador de nitratos.
Según los países, ciudades, lugares, etc. a los que hacen referencia se presentan
en la siguiente lista:
América: americio
Alemania: germanio y hassio (derivado de Hassias, nombre latino para Alemania)
Berkeley (California, EEUU),: berkelio
California (EEUU): californio
Copenhague: hafnio (nombre latino de la ciudad, Haffnia)
Darmstadt (Alemania): darmstadtio
Dubná (Rusia): dubnio
Escandinavia: escandio y tulio (derivado de Thule, nombre latino para Escandinavia)
Estocolmo: holmio (nombre latino de la ciudad Holmia)
Europa: europio
Francia: francio, galio
Isla de Chipre: cobre
Kadmeia (Grecia): cadmio
Magnesia (Thessaly, Grecia): magnesio y manganeso
París: lutecio (derivado del nombre de la ciudad en latín Lutecia)
Polonia: polonio (por el país de nacimiento de su codescubridora Marie Curie)
Rhin: renio (derivado de su forma en latín Rhenus)
Rusia: rutenio (derivado de su forma en latín Rutenia)
Strontian (Escocia, RU): estroncio
Ytterby (Suecia): erbio, iterbio, itrio y terbio (en la mina de este pueblo se descubrieron una
gran cantidad de elementos, entre los que se encuentran estos cuatro que tomaron su nombre
para la posteridad de diferentes formas)
Nombres en honor a grandes personajes de la ciencia
química
En los últimos años ha habido una gran sucesión de descubrimientos de nuevos
elementos químicos que, como ya se ha comentado, han sido bautizados en
ocasiones con nombres relacionados con los países o lugares donde se ha
producido su síntesis.
También tenemos el caso particular del galio, que antes comentábamos que
venía derivado de Francia, por su nombre en latín. Pero también aparece dentro
de esta clasificación, pues su nombre responde a uno de esos juegos de palabras
de los que tanto gustaban los científicos de finales del siglo XIX ya que la
palabra latina gallus significa gallo, o lo que viene a ser lo mismo coq en francés,
es decir, el nombre de su descubridor exceptuando el artículo previo: Lecoq. De
esta forma tan ocurrente, el nombre del elemento hace honor tanto al país de
origen como al nombre de su descubridor.
Este nombre sistemático se crearía a partir del número atómico de cada nuevo
elemento, refiriéndose a los tres números de este con una serie de raíces, mezcla
de griegas y latinas, para evitar ambigüedades. Mientras, el símbolo del
elemento tendría también 3 letras para diferenciarlo completamente de
cualquier elemento anterior existente en la tabla periódica. De ahí salieron
nuestros queridos elementos que comienzan en u (lógico, pues todos los
números atómicos mayores a 103 comienzan con un 1 al que hay que poner
nombre), como por ejemplo el anteriormente conocido
como unununio (número atómico 111, actualmente roentgenio) o
el ununoctio (número atómico 118), que se indicaba al comienzo de este texto.
http://triplenlace.com/2014/12/21/el-origen-de-los-nombres-de-los-elementos-
quimicos/
libro de química
https://books.google.es/books?hl=es&lr=&id=0JuUu1yWTisC&oi=fnd&pg=PA1&
dq=origenes+de+los+nombres+de+los+elementos+quimicos&ots=kOlq2XS5oF
&sig=Uzjwc3GtUQ9uHZzPUnfV3qnGUyI#v=onepage&q&f=false