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El
Cinturón
de Hipólita
(Vírgenes y Asteroides)

C. J. BOQUET

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© Segunda edición: Astrea Ediciones, C.B.
Apartado de Correos 289. 46080 Valencia
© Por el texto: Claudio Boquet Esplugues
© Por los dibujos: Enric Solbes Cabrera

Imprime: Quiles, Artes Gráficas. S. A.


Picayo, 23. Télefono (96) 348 12 92. 46025 Valencia.
I.S.B.N.: 84-604-3000-6
Depósito Legal; V. 1768 – 1992

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Isidi, seu Virgini ex quae Filius proditurus est

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Nuestro agradecimiento
a José Luís Bernabeu Amo,
Enrique Llobregat, Alfons Llorenç,
Michael Shearer y Edward Stanton.

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PRÓLOGO

Si el prologuista, o el prólogo, de un libro sobre Astrología,


comienza declarando que no cree –o no quiere creer– en la
Astrología, “apaga y vámonos”, que diría el castizo de alguna
comedia de Arniches, o del “Madriz” con zeta.
Y yo soy ése. No quiero creer. Por lo menos puedo afirmar que
no estoy seguro. Y hasta jurar que dudo. Sin embargo, pese a mis
dudas y no creencias, creo en el autor. Estudioso hasta la
exageración, investigador –o sea, historiador concienzudo en cada
tema– de todo lo que huela a celta, gaélico, irlandés o druídico.
Medio druida él (tal vez tres cuartos y mitad, no sé si por
reencarnación, en la que tampoco quiero creer), honrado –sin que
busque honras– y sincero. Cree en lo que estudia, ha vivido y vive.
Que sea filólogo es bueno. El inglés lo aprendió para poder hablar
con los irlandeses, que son los que mejor lo dominan, lo escriben y lo
manejan. Cuando alguien quiere aprender inglés del bueno tiene que
ir a Irlanda. La venganza de los irlandeses, brutal y despóticamente
oprimidos y masacrados por sus vecinos, consistió en apoderarse de
su idioma, y reírse con sus muertos, asesinados, porque el espíritu de
los druidas está por encima de cualquier dominación.
Ahora está estudiando árabe, quizá para traducir directamente a
Avempace, de quien aprendieron Averroes y Maimónides, y a través
de ellos y otros, el mismísimo Juan Kepler. Sí, sí, ya sé que se suele
escribir Johan Kepler o Johannes Kepler. Pero a mí lo de Juan me
cae mejor. Avempace fué astrónomo, matemático y filósofo, como
todo astrólogo decente de su tiempo, porque la astrología de antaño
requería de la matemática, la astronomía y la filosofía. Avempace era
así, muy suyo y muy astrólogo.
Y aunque parezca que todo lo que acabo de decir, o escribir,
nada tiene que ver con el libro, sí que tiene. Porque el libro es el
autor impreso. Si el autor es un mentiroso o un sinvergüenza, el libro
es dudoso en el mejor de los casos. En el peor, más vale no opinar. Y
eso aunque diga alguna cosa cierta, generalmente copiada de otros.
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Creo recordar que Balmes, que ahora no está de moda por carecer de
carnet de algún partido con posibles, aconsejaba, para aceptar o no,
libros o temas de historia, averiguar primero la vida y moralidad de
su escritor. (Hoy se dice “ética”, palabra que suena a hueca, por su
desaforado uso, y aun debiendo ser inodora por ser sólo sonido
inteligible, huele mal).
El autor del libro es C. J. Boquet. Este Boquet, estudioso
constante, escribió “El Cinturón de Hipólita”, cuya segunda o tercera
edición es ésta –no estoy seguro de ello como tampoco de la
Astrología– hace algún tiempo, sabiendo, queriendo y creyendo. Yo
le conocí con motivo de otro libro suyo, “La Astrología en
Valencia”, un estudio histórico cuya primera edición se ha vuelto
preciosa para bibliófilos y no digo astrólogos, que aunque haberlos
hay, y a manta, muy pocos lo son ciertamente y de verdad de la
buena. He leído el libro un par de veces –más porque releí varios
capítulos– saltándome los cuadros y dibujos y todo eso de las Casas,
ya que no las entiendo, y que me sabe a astronomía, geometría o
matemáticas, y yo soy de letras, con perdón. Los de letras, también
llamadas Humanidades otrora, tiene que pedir perdón en estos
tiempos en los que un ministro de cultura (escríbase con minúsculas)
no sabe distinguir entre aplicar un duodécimo o un doceavo, razón
sin duda por la que después puede ser promovido a ministro de
educación (con minúsculas también).
Confieso, pues, haberme saltado lo que no soy capaz de
entender. Y no me atreveré a reprochar a quien lo haga. La
Astrología era asignatura obligada en el Quadrivium, y fue origen y
base de la Astronomía de ahora. Aunque abundan por lo visto los
astrónomos que pasaron por el trivium y el quadrivium, saltándose
asignaturas, entre ellas la Gramática y la Astrología, como algunos
ministros. La Astrología era, fue, las Humanidades de la Astronomía.
Por eso Kepler no apreciaba a los astrónomos que ignoraban la
Astrología a la que él confesaba haber estudiado intensamente.
Bueno. Me estoy alargando demasiado, cuando en realidad lo que
debo aclarar al lector es que este libro, “El Cinturón de Hipólita”, es
el único texto astrológico en castellano, hasta ahora, sobre los
asteroides.
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Es único. Y además, aunque no creo en casi nada, afirmo que los
Reyes Magos (tres según los niños y yo, y los padres de Melchor,
Gaspar y Baltasar de Jovellanos, y siete según no sé quiénes) se sabe
o se sospecha muy fundadamente, que eran sabios astrólogos. Y
además descubrieron una estrella sin usar gafas, prismáticos o
telescopios.
A los astrónomos de ahora, abundantes en telescopios, les faltan
las Humanidades, que para ellos es la Astrología. Es curioso que los
astrólogos, caldeos, egipcios, judíos, cristianos y musulmanes fueran
los padres de la Astronomía, que no de los astrónomos, claro está,
hasta ahí podíamos llegar y qué más quisieran algunos.
No creo mucho en la Astrología, aunque sí en el autor. Escribe
como habla, con paréntesis abundantes, como un profesor que quiere
recalcar ideas a sus alumnos, acentuando algunas. Y a mí eso de
Hipólita me encanta. Más o menos, es la Virgen, en cierto modo, de
alguna manera. Y yo soy Virgo según los cánones astrológicos con
bastante influencia de Leo, lo que sé por C.J. Boquet, el astrólogo
que nunca lee en los periódicos el espacio asignado a los signos
astrales, de los que asegura que son una broma frívola.
Hay unas páginas que me seducen, aunque no puedo decir cuáles
porque al hacer el prólogo no se sabe cómo las numerarán. Hablan de
Crucifixión-Amor-Muerte-Resurrección. De la Virgen que da a luz la
semilla del Amor que crece y se desarrolla a través del amor a los
semejantes. No sé si este astrólogo Druida Boquet profesa alguna
religión, aunque sospecho que no, salvo que la Astrología lo sea.
Pero a mí me llega todo aquello que he vivido, en lo que creí a través
de la educación judeo cristiana de los occidentales, aquello que
rechacé y de lo que dudé, y sobre todo, lo que amé y sigo amando,
aunque no crea o no sepa si es cierto. Me gusta el libro. Lo
recomiendo. Además de ser único, cosa que ya dije, es bueno. Y no
sólo para bibliófilos. Léalo y que le aproveche. Y luego, guárdelo,
que algún día valdrá el precio de un incunable. Salvo que lancen más
ediciones, lo cual no sería bueno para los coleccionistas.

José Luis Bernabeu Amo


5, Agosto, 1991
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INTRODUCCION

Un título más exacto o apropiado que el que encabeza este libro,


bien pudiera haber sido el de “El signo de Virgo y los Asteroides”, o
viceversa, mejor; pero, con la idea de su composición, surgió
igualmente el título definitivo, que contiene al apropiado, sin ninguna
“y” de por medio; pues el Cinturón de Hipólita, reina de las
Amazonas, era lo que Heracles tenía que conseguir, en el trabajo, de
sus doce, que corresponde al signo de Virgo. Y, si lo que, entre otras
cosas, tratamos aquí de apoyar, es la regencia de Virgo por parte del
cinturón de Asteroides, lógico fue pensar que el de Hipólita debió ser
un cinturón de asteroides. Pero aún hay más. También fue propósito
inicial el “presentar” los asteroides, los cuatro asteroides principales
(Ceres, Palas, Juno y Vesta) a quienes todavía no los conozcan, a
quienes quieren conocerlos y a los que quieran saber algo más de
ellos; los cuatro, y uno más, que también ha estado últimamente
reclamando atención: el asteroide-centauro, Quirón, un cuerpo que
no es del cinturón, sino que orbita entre Saturno y Urano. Como
asteroide, o “micro-planeta”, también tiene su parte de “Virgo” y,
como ya iremos viendo, Centauros y Amazonas, así como Vírgenes y
Caballos no andan muy lejos, unos de otras. Doblemente apropiado
resultaba, pues, el nombre de Hipólita, que significa “Caballo de
piedra”.
Lo cierto es que, huyendo de contar, sobre el signo de Virgo,
todo lo que ya todos conocen y que está en todos los manuales más o
menos serios, de Astrología, decidimos hablar del signo de la Virgen
(más de la Virgen que del signo, aunque también lo estamos
haciendo siempre sobre él), desde una perspectiva más mitológica,
apoyada más con la Historia y la Arqueología, sin por ello dejar de
considerar la Astronomía ni, por supuesto, la Astrología, pues si
pensamos que la Astrología es el saber de “la vida” (“Zodíaco”,
“Rueda de la vida”), al fin y al cabo “todo es astrología”. El caso es
que aquello fue creciendo y creciendo, tal como lo hace el propio
cinturón de asteroides y la misma vida. Y, así, la “y” que separa los
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términos del subtítulo, entre paréntesis, encontró su sentido al
delimitar claramente, dos partes que son las que conforman el
trabajo. Tenemos, entonces, una parte sobre vírgenes y otra sobre
asteroides, continuamente interrelacionadas, desde luego, pero,
además, habiéndonos permitido deliberadas intercepciones en una y
otra parte de otros temas que, a primera vista, parecen no ser
adecuados a la parte en que se integran. Efecto similar al que puede
causar la contemplación del cinturón de asteroides, que suele
conformar la impresión de un caótico montón de pedruscos
diferentes y desiguales y que, una vez estudiado, resulta ser un
complejo conjunto perfectamente organizado de variadísimas
muestras de elementos celestes. De ese modo, hemos comenzado con
la Astronomía y hemos seguido con la Mitología y la Arqueología;
luego hemos pasado a la Astrología, tal cual, con la Historia incluida;
aún hemos tocado la Literatura ya que incluimos una modesta
prospección estadística sobre los asteroides en temas natales de
escritores.
Volviendo a lo del título, huíamos también de incluir la palabra
“Virgo” en él, más que nada para no desanimar a los nativos de otros
signos, pues, obviamente, no es éste, un libro “para Virgos”.
Remarcamos, eso sí, una particular e importante relevancia del signo
en el conjunto zodiacal, pero insistimos (porque es deber hacerlo) en
repetir que el signo de Virgo, igual que los otros once, lo tenemos
todos. Es la vieja historia de que decir: “Yo soy de tal signo”; es, más
bien, no decir nada. Si consideramos el hecho de que hay diez
planetas, cinco asteroides (más casi todos los que uno quiera añadir),
doce cúspides de casas (más las dos del eje Vértex-Antivértex), dos
nodos lunares (más los planetarios que queramos incluir), un parte de
Fortuna (más todos los partes que queramos considerar), una Luna
negra, etc.; repartidos en doce signos, es como para pensar que,
prácticamente, todos tenemos “algo” en todos los signos y, así,
“todos somos de todos los signos”. Lo cual es así. Y, mejor que tratar
de definirnos por comparación con los demás, o por adscribirnos, o
no, a tal o cual modelo de conducta, o psicológico, o social, o como
sea, mejor, decimos, y más fructífero, sería tratar de definirnos a
través del conocimiento de nosotros mismos. Y es que no hay dos
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cartas natales iguales; cada una es una única, personal e
intransferible, compleja combinación de conexiones entre todos
aquellos elementos antes aludidos, que están en continuo movimiento
(cada uno a su velocidad particular) y originando tantos mundos
como seres hay, o ha habido, o habrá en este planeta.
Los Asteroides son nuevos instrumentos para el conocimiento de
uno mismo (y para otros “conocimientos”, también). Pese a haber
sido descubiertos a principios del siglo XIX, sólo comenzaron a ser
usados por los astrólogos a principios de la década de los ’70 de este
siglo XX; casi recién llegados a la Astrología. El mayor volumen de
trabajo realizado al respecto, lo detenta, con mucho, la comunidad
astrológica norteamericana; pocos de estos astrólogos serán los que
desconozcan los asteroides y hasta los programas astrológicos de
ordenador más usuales, incorporan normalmente a Quirón y a los
cuatro asteroides. Ya en varias de sus obras, Dane Rudhyar concede
importancia a la consideración del cinturón de asteroides en el
conjunto de influencias astrales, señalándolo como barrera o puente
entre los planetas personales y transpersonales, con particular
incidencia, consecuentemente, en las relaciones sociales 1; así mismo
Rudhyar diferencia el conjunto de asteroides, del resto de los cuerpos
del sistema solar y les atribuye un especial cometido en las funciones
femeninas de la psicología humana. También Eleanor Bach (quien
publicó las primeras efemérides de asteroides) les atribuye una
“influencia humanizadora de carácter femenino” 2. Y Robert Hand3
plantea como problemática y preocupante la disyuntiva entre tener
que usar la totalidad de planetoides, o sólo los cuatro mayores, o sólo
uno, o sólo un valor vectorial medio.... Realmente la disyuntiva no es
tan alarmante y, como en muchas anteriores ocasiones, sin convenios
ni acuerdos previos, los astrólogos que usan los asteroides usan los
cuatro, más Quirón. Iremos viendo los porqués, pero convengamos
ahora que el único “inconveniente” real con el uso de los asteroides
es el de “plantear más trabajo”.
No es abultada la bibliografía sobre el tema4, pero sí lo es la
colección de artículos que han ido apareciendo en diferentes
publicaciones periódicas, tanto norteamericanas como inglesas,
llegándose a constituir, en Octubre de 1987, un banco de datos para
13
el intercambio de información sobre asteroides5. A este respecto
puede resultar significativa la disyuntiva que plantea Robert Hand
respecto al número de asteroides a usar. Y es que buen número de los
informes astrológicos sobre asteroides se extienden mucho más allá
de los cuatro principales, lo que no deja de resultar un tanto
sospechoso. El boletín de Julio de 1989 de ASTEROID SIG ofrecía
efemérides de 454 (cuatrocientos cincuenta y cuatro) asteroides (y
los hay a millares); lo cual, más que un problema de exceso de
trabajo, lo es de extralimitación y hasta de desorientación. Conforme
crece el número de asteroides utilizados, desciende la precisión del
análisis astrológico por exceso de razones para justificar cualquier
cosa y, como en el caso del uso de puntos medios, el incremento de
grados activos en el círculo zodiacal confunde, dispersa y enturbia,
en lugar de aclarar.
Si introducimos los cuatro asteroides y Quirón (con sus
correspondientes efectos en signos, casas y aspectos) e
incrementamos el número de factores a conjugar no estaría de más
adoptar medidas adyacentes que impidan perder el control sobre los
elementos en juego (como reducir los orbes de los aspectos); todo
ello sin descentrar la focalización en el sistema planetario. Y sobre
las líneas establecidas por los planetas, los asteroides concretan y
detallan; si bien en muchos casos éstos pueden adquirir
preponderancia sobre los planetas, en especial cuando actúan
coordinados (conjunciones y figuras de asteroides; los efectos por
tránsito funcionan de igual modo); y así mismo, cuando el tema natal
está marcado por el signo de Virgo (Ceres es operativo como
dispositor y regente); y hasta otros asteroides del cinturón pueden
ofrecer información particular (el asteroide Urania, prominente en
temas de astrólogos). Realmente podemos considerar que la totalidad
de los asteroides “funciona”, pero tampoco debemos olvidar que la
complejidad del instrumento puede llegar a ser sencillamente
inabordable. No es cuestión de tamaño, sino de número. El
argumento relativo de la inoperatividad de los cuerpos menores no se
sostiene astrológicamente si consideramos, tamo la existencia de
puntos sin realidad física (nodos, ángulos, luna negra), como el
hecho de que los planetoides (Mercurio y Plutón) son los de efectos
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más totalizadores6; además de que el uso de los cuatro asteroides
resulta inmediatamente efectivo en la interpretación de temas natales
(en tránsitos, los asteroides –operativos cuando actúan combinados–
tiene una incidencia similar a la de Marte, o menor, sin embargo, los
tránsitos de Quirón son tan efectivos como los de los planetas
lentos).
En cualquier caso está claro que estos regentes de Virgo vienen
efectivamente a “dar más trabajo”, no sólo incrementando los
factores a interpretar, sino ofreciendo nuevas perspectivas a enfocar,
tanto en el presente, como hacia el pasado y el futuro. Los nuevos
archivos astrológicos a rellenar y los nuevos conocimientos a
adquirir son, en definitiva, muestra y prueba de que el cuerpo mental
sigue creciendo.

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I. ASTRONOMIA

La Ley de Titius-Bode

Asteroides del Cinturón y exteriores (Orbitas,


tamaños, composiciones)

El Planetoide Quirón

17
I. ASTRONOMIA

“Inter Joven et Marten interposui planetam”.

Quizás corresponda esta cita a la primera alusión registrada sobre


la existencia de los asteroides; pero Johannes Kepler, su autor, pensó,
lógicamente, en un planeta y no en la casi ilimitada sucesión de
“guijarros planetarios” que hacen barrera entre Marte y Júpiter; si
bien, éste fue el primer paso hacia su encuentro ya que en su
“Misterium Cosmographicum” (Tübingen, 1596), Kepler lleva a
cabo el pre-enunciado de la ley de Titius-Bode, y sitúa el supuesto
planeta a 2’8 unidades astronómicas (u.a.) del Sol.
Titius von Wittenburg efectuó, en 1766, un prolijo estudio de las
distancias planetarias al Sol, concluyendo el enunciado, según el
cual:

4 + 3·2n
r = 0’4 + 0’075·2n o bien, r=
10

donde n corresponde al número de orden del planeta y r, a la


distancia al Sol, expresada en unidades astronómicas (u.a.). La ley,
conocida como “de Titius-Bode” (Bode fue su “difusor”), no tardó en
dar sus frutos ya que, en 1781, William Herschel descubrió a Urano,
casi exactamente en la distancia resultante de aplicar la fórmula (la
distancia de Urano es de 19’6 u.a. en la ley Titius-Bode, siendo 19’2
u.a., su valor real), cuyo inmediato éxito alentó la búsqueda del
supuesto planeta entre Marte y Júpiter7.
Y, pese a que un buen número de buscadores se lanzaron a
rastrear la noche estrellada, lo encontró quien no lo andaba buscando.
Poco antes de levantarse el primer sol del año 1801, Giuseppe Piazzi
descubrió, desde el observatorio de Palermo, un objeto luminoso que,
tras ser observado en noches sucesivas, se creyó un cometa. Cuando
Piazzi comunicó a Bode su descubrimiento, éste no dudó que era el

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nuevo planeta; y como “Ceres” fue bautizado. Habiendo sido hecha
notar su presencia y expandido el conocimiento de ello, justo
entonces, el primer día siguiente a los cuarenta desde el
descubrimiento, Ceres desapareció sin dejar rastro y sin que nadie
pudiera localizarla. Tanto fue así que Gauss desarrolló su método de
cálculo de órbitas elípticas (correcciones sobre la primera órbita
hipotética por el sistema de mínimos cuadrados), con el que poder
completar unas efemérides para Diciembre de ese año, y fue von
Zach el que trajo, así, de nuevo, a Ceres con nosotros.
Nada más regresar Ceres, llegó Palas Atenea, el 28 de Marzo de
1802, de la mano de Olbers, pero su llegada, sobre todo, provocó
“escepticismo” y no regocijo, pues, según la costumbre o la ley, un
planeta, y no dos, era lo que allí debía haber; y Palas fue un cometa,
hasta que nuevos cálculos de Gauss pudieron confirmar su identidad
planetaria. Y si había dos ¿por qué no tres?, pues no hay dos sin tres.
Karl Harding confirmó esto, presentando a Juno, el 2 de Septiembre
de 1804, desde el observatorio de Schröter. Más adelante, tras
laboriosa y entregada búsqueda, y no en la forma sensacional de
Palas, ni en la consecuente de Juno, apareció Vesta, tres años más
tarde, el 29 de Marzo de 1807, de nuevo gracias a la dedicación de
Olbers, y con el fuego más brillante de todas ellas (Vesta es el único
asteroide que puede ser observado sin lentes). Y punto. Y seguido:
no más pequeños planetas por el momento pues ahí están los cuatro
que son cabeza y triple rostro visible de todo el conjunto.
Tuvieron que transcurrir 38 años para que Karl Henke
descubriese a Astrea, levantase otra vez el interés por los asteroides,
e inaugurase la, ya ininterrumpida hasta hoy, sucesión de apariciones
de vírgenes, de ninfas, doncellas y de planetas “en femenino”, pues,
hacia el año 48 decimonónico, se decidió que los planetas del
cinturón serían “las planetas”, por ello bautizados, perdón,
bautizadas, con nombres femeninos de la mitología grecorromana; si
bien, pronto se mostró insuficiente esta mitología (y no por pocas
diosas, precisamente) ante la avalancha de descubrimientos y
apariciones. Como si de vírgenes se tratase... Cada vez más pequeñas
y cada vez más... Se jugó a feminizar nombres masculinos y éstos no
tardaron en aparecer como tales, para designar a los asteroides que,
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en su recorrido, escapaban del cinturón, y a los que ya ni volvían a él.
La interminable colección de miniaturas planetarias fue calificada de
“chusma del cielo” y “basurero espacial”, y tildada de insignificante
y despreciable. Y, sin embargo, hoy en día, el cinturón de asteroides
es objeto de activísimas y atentas investigaciones, al pensarse de él, y
no muy desacertadamente, que puede encerrar valiosas claves sobre
nuestro origen.
En efecto, si bien se ha supuesto un remoto planeta que explotó,
también encaja (y mejor) la alternativa opuesta: el planeta no se llegó
a formar. (Además, ¿Cómo es eso de que explota un planeta? ¡Ni que
todos tuviesen los arsenales nucleares de la Tierra!). Según V.S.
Safronov, la descomunal masa (y, por tanto, descomunal fuerza
gravitatoria) de Júpiter impidió que se cohesionasen los elementos
que debían formar un planeta, tal como debieron formarse los demás.
Comprobado ha sido que “la superficie de los Asteroides conserva
con mayor fidelidad que los grandes planetas, las condiciones de
composición y circunstancias físicas que tenía la materia nebulosa
solar en la época en que se formó nuestro sistema planetario.” 8
Son, pues, “muestras de la materia primordial del sistema solar”,
“supervivientes de los elementos que formaron los primeros
planetas”, por lo que resulta “esencial comprender la naturaleza de
los asteroides para poder construir una imagen satisfactoria de la
formación de los planetas”, ya que “pueden facilitar información
sobre los procesos que impiden o permiten la existencia de un
planeta a partir de la nebulosa inicial.” 9
Para lo cual tan sólo hay que esperar que los asteroides bajen del
cielo, pues la práctica totalidad de los meteoritos que lograron
atravesar la atmósfera terrestre resultaron provenir del cinturón de
asteroides10. Las formas, tamaños, composición, brillos y
movimientos de los Asteroides son heterogéneos, lejos de la
uniformidad pero también del azar. Los cuatro Asteroides-cabeza (o
hebilla) del cinturón son, además de los cuatro más grandes (Ceres,
1.000 kms. de diámetro es el mayor, Palas se aproxima a los 700
kms., Vesta, a los 600 y Juno, el menor, ronda los 250), los únicos
con el suficiente brillo como para no presentar dificultades de
observación (Vesta es el más brillante, con un brillo relativo de 0’26;
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Juno le sigue, a la mitad, con 0’12 de brillo relativo, y Ceres y Palas
brillan con cifras de 0’06 y 0’07, respectivamente). Las variaciones
en un mismo asteroide son, así mismo, remarcables, llegando a pasar
de una fase brillante a una completa ocultación, lo que da idea de
formas casi impensables (alargadas, planas, erizadas,...) y de
sistemas binarios de asteroides, como el caso del asteroide Eros, por
poner un ejemplo (el más conocido) entre unos veinte más.
Llama la atención, especialmente, el hecho de que la mayoría de
los asteroides brillan mucho menos de lo que debieran, lo que hace
suponerles un color muy oscuro, casi negro. Esto, unido a las cifras
de sus densidades, los sitúa en la categoría de “condritos
carbonosos”11 y se calcula que las tres cuartas partes del total de
asteroides son carbonados y tienden a situarse hacia el interior del
cinturón, siendo el segundo bloque más abundante el de los silicatos
que tiende a constituir las zonas externas. Además de estos grupos, C
y S, respectivamente, hay otros como el M (metales), el basáltico,
etc.
Con las órbitas y posiciones ocurre algo similar. En principio, el
conjunto del cinturón presenta la apariencia de un maremagnum de
pedruscos distribuidos de forma caótica, con zonas vacías y zonas
superpobladas, y con movimientos que parecen no respetar, no ya la
propia órbita del cinturón, sino incluso las del resto de los planetas.
Hay asteroides que escapan, en su órbita, del cinturón, hacia el
corazón del Sistema Solar, o hacia el espacio exterior. Es el caso de
Ícaro, que llega a situarse más cerca del Sol que Mercurio; o el de
Apolo, que llega hasta la órbita de Venus, mientras que Adonis la
sobrepasa; Eros se desplaza casi hasta “rozar” la Tierra, como
Hermes. Todo ello en sus perihelios, quedando los afelios dentro del
cinturón. Hacia el otro extremo escapan, en sus afelios, asteroides
como Hidalgo, que llega casi hasta la órbita de Saturno, y que
mantiene su perihelio dentro del cinturón. Hay asteroides de órbitas
más equilibradas pero fuera del cinturón, como es el caso de la
“familia” Thule, que sitúa su órbita general (global) más cerca de la
de Júpiter que de la global del cinturón; incluso hay asteroides en la
misma órbita de Júpiter, como los grupos “Griego” y “Troyano”,
situados exactamente a 60 grados por delante y por detrás del
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planeta-rey y conformando, con él, un triángulo equilátero de órbitas
estables y resonancias equilibradas12. Y mención especial merecen
los asteroides que salen del cinturón y ya no regresan; la mayoría van
a incrustarse en la superficie de lo que encuentren a su paso (incluida
la Tierra), pero los hay que se instalan en una órbita propia e
“independiente”, como es el caso (¿único hasta el momento?) de
Quirón, orbitando entre Saturno y Urano, y sobre el que volveremos
más adelante.
De lo anteriormente dicho se desprende la atribución de una
importantísima influencia de Júpiter sobre los asteroides, dada la
masa y consecuente gravedad de este cuerpo. De hecho, fue
probablemente la fuerza gravitacional de Júpiter la que impidió la
cohesión del previsible planeta “asteroideo”. Pero, pese a esto, y pese
a que también cabe atribuir influencias importantes a las fuerzas de
atracción de Marte y, también, de Saturno, el hecho que vuelve a
llamar la atención, entre toda esta colección de órbitas desiguales,
excéntricas, aparentemente desordenadas, mezcladas con las sumas
alternantes de gravitaciones solar, jupiteriana, saturniana y marciana
que contribuyen a desviar órbitas y a eyectar asteroides fuera del
cinturón, el hecho remarcable, decimos, es que “todas las anomalías
de distribuciones de órbitas (lagunas, acumulaciones) corresponden a
unos valores extremadamente concretos del período” 13. Identificando
en las órbitas asteroidales “efectos de resonancia”, con Júpiter
principalmente, y con Marte y Saturno, se han agrupado las órbitas
en dos bloques: órbitas resonantes (con Júpiter), y órbitas no
resonantes. En principio, los períodos asteroidales comprendidos
entre 3 y 6 años son conmensurables con el período de 11’68 años de
Júpiter (Los movimientos medios de Palas y Júpiter, por ejemplo,
están en razón 18/7), pero resultan “resonancias vacías” (3/1, 5/2,
7/3, 2/1) y “resonancias llenas” (3/2, 4/3, 1/1), de tal modo que los
asteroides que, en zonas “vacías”, no son exactamente “resonantes”
con Júpiter, son expulsados por la gravitación de éste hacia fuera del
cinturón. Hasta tal punto es considerable la influencia jupiteriana
sobre los asteroides que las excentricidades e inclinaciones orbitales
de éstos presentan dos componentes básicos: uno, correspondiente al
propio del asteroide, y otro “forzado”, debido al campo gravitacional
23
de Júpiter. Y, con todo, las órbitas “resonantes” pueden cambiar “de
improviso”, eyectándose o diversificándose, después de millares de
años de “regularidad”.
Y estos asteroides que son lanzados hacia fuera del cinturón y no
encuentran una órbita estable, al amparo de los violentos empujes
gravitacionales, vagan hasta desaparecer o hasta estrellarse contra
otro cuerpo. No sólo la familia crece en elementos a raíz de
colisiones entre asteroides dentro del cinturón, sino que también
podemos considerar a los meteoritos como, en su gran mayoría (por
evitar la “radicalidad totalitaria”), como provenientes del cinturón.
Las colisiones interasteroidales determinan otra clasificación de
asteroides, considerándose tres grupos: el primero, constituido por la
familia original, con asteroides de más de 200 kms. de diámetro; el
segundo, con dimensiones diametrales entre 100 y 200 kms., agrupa
asteroides de la familia original y fragmentos resultantes de
colisiones; y el tercer grupo reúne los fragmentos de colisiones de
menos de 100 kms. de diámetro.
Quirón puede ser el único ejemplo conocido de asteroide
“escapado” (si es que lo es) que se ha estabilizado en una órbita
propia, entre Saturno y Urano. Fue descubierto en el Hale
Observatory de Pasadena, California, el 1 de Noviembre de 1977 a
las 10.00 AM (PST). Pero, como para confirmar que no hay nada
nuevo bajo el Sol y que lo que se descubre es que antes sólo estaba
“cubierto”, Quirón apareció después en fotografías tomadas mucho
antes de esa fecha, la más vieja, del 24 de Abril de 1895, sin que
nadie se hubiese apercibido de la presencia del maestro centauro.
Aún habrá mucho que aprender de Quirón, que no en vano era
maestro, pero ya sabemos que con este diminuto y alejado planetoide
siempre es factible lo inesperado.
El descubrimiento de Quirón vino precedido, en el mismo año,
del de los anillos de Urano, y seguido, al verano siguiente, del de la
“luna” de Plutón, Caronte. La compleja órbita quironiana requirió
laboriosos y precisos cálculos, propiciados por la fotografía y la
informática, que permitieron la confección, para Junio de 1978, de
unas efemérides de Quirón, desde el año 1937 al 1976. Pero el hecho
más esperanzador ligado a la llegada de Quirón fue la factibilidad y
24
realidad (¡al fin!) de una cooperación eficiente y efectiva entre
astrónomos y astrólogos que culminó con la constitución de la
“Asociación para el estudio de Quirón”, el 13 de Noviembre de
197814. Y decíamos “¡al fin!” porque si la tal cooperación hubiese
sido anterior, quizás Quirón hubiese llegado antes, ya que, en este
caso (también fue el caso con Kepler y otros muchos de los que
probablemente no se esté dispuesto a aceptar su condición de
astrólogos) podemos constatar que fueron los astrólogos los que
anticiparon a Quirón. Richard Nolle facilita, en su libro sobre el
planeta-centauro, los datos que lo confirman: 15
–En 1935, en su libro “The Wheel of Life. Vol. IV”, Maurice
Wemyss, seudónimo de Duncan McNaughton, menciona un
hipotético planeta entre Saturno y Urano, con un período de 45 años,
al que llamó Jasón (El período real de Quirón es de 50 años. Y Jasón
fue uno de los más conocidos alumnos de Quirón).
–En 1936, Dane Rudhyar, en “Astrology of Personality” habla de
una “higher moon” que conecta a Urano con el Sol, con un período
de unos 56 años.
–Y, en 1961, Charles Jayne, en la revista “In Search”, alude a un
supuesto planeta de un período de 50 ± 2 años, penetrando en la
órbita de Saturno. Además, Jayne se permitió predecir que ese
planeta se descubriría alrededor de 1975...
Una vez presentados los asteroides, ya sabemos que están ahí y
llega, entonces, el momento de indagar su papel. La Física y la
Astronomía nos hablan de su “realidad material”, y la Historia y la
Mitología nos hablan de su “realidad inmaterial” y, además, lo que
estas últimas nos cuentan es lo más directamente experimentable a
nivel personal, a través del “archivo mitológico” almacenado en el
subconsciente humano, individual y colectivo. Y habrá que ir
tomando fechas y “realidades materiales”, para ir traduciendo a otros
niveles de realidad.

25
26
“Tan largamente anduvieron Alabanza, Oración e Intención
hablando de tales cosas y de muchas otras, hasta que llegaron a un
hermoso lugar cerca de una fuente muy bella, donde había una
pequeña ermita. En aquella ermita había un hombre que era
ermitaño y que largo tiempo había servido en ella, y en aquella
iglesia había una hermosa imagen de Nuestra Señora, ante la cual
Alabanza, Oración e Intención hallaron al ermitaño, que estaba
arrodillado. Preguntó Alabanza al ermitaño de qué alababa a
Nuestra Señora, y Oración le preguntó por qué le rogaba; y el
ermitaño respondió y dijo estas palabras:
–Esta iglesia– dijo el ermitaño –es de Nuestra Señora Santa
María, y por su honor, un santo varón, que es muy sabio en todas las
ciencias y está cerca de aquí y ha escogido una vida eremítica, me
dio esta imagen de Nuestra Señora para que recordara la belleza de
Nuestra Señora y que me diese alegría y placer en mi espíritu. Por
esto, cuando vosotras entrasteis en la iglesia, meditaba yo en las
bellezas que tiene Nuestra Señora, según me las significa la imagen,
y éste es el mayor placer que tengo yo en esta ermita; luego, cuando
me son necesarias algunas cosas, ruego a Nuestra Señora ante esta
imagen que me las dé, como sucedió estos días, que había perdido
una gallina y rogué a Nuestra Señora que me la devolviera; y, ade-
más, ruego a Nuestra Señora que su hijo me perdone mis pecados y
me dé la gloria celestial.
–Señor –dijo Alabanza–, ¿Y no alabáis a Nuestra Señora por
otras cosas que por bellezas corporales? ¿Y no le rogáis más que
por vuestras gallinas y por vos mismo?
Respondió el ermitaño, y dijo:
–Yo no soy hombre letrado, sino soy hombre lego, y no sé hablar
con Nuestra Señora más que de las cosas corporales, y le ruego por
mi asno, y por mi gallo y por un perro que el lobo me ha herido para
que me lo cure, y lo mismo hago con mis pecados, que me los
perdone.
Alabanza Oración e Intención conocieron que aquel ermitaño
era un hombre simple y que si le hablaban sutilmente de Nuestra
Señora no las entendería, y le preguntaron por aquel otro ermitaño,
qué clase de hombre era y cuáles eran sus costumbres mientras vivía
27
en el mundo; y el ermitaño les respondió, y dijo estas palabras:
–Señoras, aquel hombre sabio de que yo os hablo era en el
mundo hombre rico y favorecido en bienes temporales, conoce
muchas ciencias y ha dejado el mundo y ha dado todo cuanto tenía,
fuera de unos pocos dineros que me ha encomendado, por el amor de
Dios y de Nuestra Señora; y yo tengo aquí un asno suyo; y cerca de
este lugar hay una villa adonde voy una vez todas las semanas y le
compro pan y aquellas cosas que necesita; y él tiene sus libros y con
aquéllos y con la sabiduría que tiene está en oración, devoción y
llora sus pecados y los de los demás, y debéis saber que es hombre
bueno, y santo, y de muy estricta y alta vida.
Mucho agradaron a las damas las palabras que del santo varón
decía el ermitaño, y rogaron al ermitaño les enseñara el camino por
donde pudiesen ir a aquel lugar donde el santo varón estaba, y lo
hallaron cavando en un huerto que tenía, mientras las damas
llegaron a él; las cuales dijeron al santo varón estas palabras:
–Señor santo varón, según lo que un hombre nos ha dicho de
vuestro estado, sois sabio en muchas ciencias y habéis dejado el
mundo y venido a este lugar para poder mejor recordar, entender,
amar, alabar y rogar a Dios y a Nuestra Señora. Por lo cual, según
lo que de vos nos ha dicho un ermitaño, nos parecía natural que os
habíamos de encontrar adorando o leyendo en vuestros libros.
Respondió el ermitaño a las damas, y les dijo estas palabras:
–La naturaleza requiere ejercicio cuando está fatigada por
exceso de oración y de estudio. Por lo cual, para recrear y
descansar mi naturaleza corporal, que ha sido largamente fatigada
por las alabanzas y las oraciones que la naturaleza espiritual ha
tributado a Nuestra Señora, conviene que yo trabaje algunas horas
del día en las cosas temporales, pues aquel trabajo es remedio del
alma y del cuerpo, y es ocasión de que el alma no caiga en
tentaciones cuando se le ha separado de la oración.
Mucho agradaron a las damas las palabras del santo varón y
conocieron que era hombre sabio, y le preguntaron qué manera
tenía en alabar y rogar a Nuestra Señora; y el ermitaño les
respondió que alababa y rogaba a Nuestra Señora de dos maneras:
una corporal y espiritualmente, y la otra, tan sólo espiritualmente.
28
Corporal y espiritualmente, en cuanto que leía en sus libros y
hablaba palabras con las que concordaba el pensamiento de su
alma, de manera que el alma y el cuerpo se avenían y se respondían
alabando y rogando a Nuestra Señora; la otra manera seguía
cuando tan sólo por vía de contemplación la alababa y le rogaba sin
mirar libro alguno ni pronunciar con la boca lo que meditaba sobre
Nuestra Señora, y en esta segunda manera hallaba más placer y
dulzura que en la primera.
–Señor –dijo Intención–, ¿Por qué intención más principalmente
alabáis y adoráis a Nuestra Señora?
El ermitaño respondió y dijo que principalmente alababa y
rogaba a Nuestra Señora porque era madre de Dios; luego, porque
era madre del hombre y de Dios, y luego, porque Nuestra Señora es
tan buena que merece ser alabada y rogada, y así, de grado en
grado, descendiendo hasta que llegaba al bien común y luego al
privado, según unas cosas son más nobles que las otras y de mayor
bien.
En las palabras que decía el buen hombre conocieron Alabanza,
Oración e Intención que era un hombre sabio, y le preguntaron por
qué intención había venido especialmente en aquel lugar y por qué
intención más especialmente alababa y rogaba a Nuestra Señora.
–Señoras –dijo el ermitaño–, yo soy hombre que largo tiempo ha
deseado el bien común, y por él he trabajado mucho y he estado en
muchos lugares; y sea por mis pecados o por los pecados de la
gente, todavía no he podido lograr aquellas cosas que he pedido por
el bien común, pues casi todos los hombres que existen estiman más
su propio bien que el común; por lo cual, porque con la gente no
pude conseguir nada de eso que pido, me he venido a este lugar a
hacer penitencia de mis pecados y a rogar y alabar a Nuestra
Señora por el bien común, pues si ella no ayuda, todo el mundo está
perdido.
–Señor ermitaño –dijeron las damas–, nosotras, según dan a
entender vuestras palabras, conocemos que vos sois hombre sabio y
que habéis venido a este lugar a hacer penitencia por buena
intención, y nos damos por bien pagadas con la respuesta que nos
habéis dado. Por lo cual, si os agradara nuestra compañía,
29
estaríamos gustosamente en este lugar con vos algún tiempo, según
que os agradare y que nos pareciere razonable, y quisiéramos ha-
blar con vos del alabar y rogar a Nuestra Señora, y que vos vieseis
lo que de ello os diríamos y, si en alguna cosa erráramos, que vos
nos enmendarais, pues gustosamente recibiremos de vos arte y
doctrina y nos atendremos a vuestro conocimiento.
El ermitaño respondió a las damas y les preguntó su nombre, y
cada una se lo dijo, y dijo él que, si su nombre respondía a sus
palabras, se daba por bien pagado con su compañía y que podría
quedar tan satisfecho de sus palabras que todavía volviera al mundo
y anduviera de tierra en tierra diciendo a unos y a otros alabanzas
de Nuestra Señora. Por lo cual, sobre estas palabras, acordaron los
cuatro que en aquel lugar, a la sombra de un hermoso árbol, cerca
de una limpia fuente, hablarían de Nuestra Señora; y se estableció la
norma de que hablasen de ella según los treinta principios de este
libro, alabando Alabanza a Nuestra Señora y adorándola Oración, y
proponiendo el ermitaño cuestiones a Alabanza y a Oración y
contando Intención ejemplos en honor de Nuestra Señora.”

(Raimon Llull. “Libro de Santa María". Del Prólogo)

30
II. LOS MITOS Y LA HISTORIA

1. LIBIA Y MESOPOTAMIA.
Las primeras Diosas Madre. Las primeras ciudades.
La primera agricultura. El área mediterránea
oriental.

2. FENICIA E IBERIA, CELTIA Y EGIPTO.


Las vírgenes ibéricas. Las vírgenes celtas. Anat,
Tanit e Isis.

3. GRECIA.
Los Misterios de Eleusis. Démeter. Palas Atenea.
Hera. Hestia. Ninfas y Amazonas.

4. MEDIEVO.
Druidas y Esenios. Catarismo. Peregrinaciones.
Vírgenes Negras y Vírgenes Blancas. El teatro
Asuncionista.

31
II.1. LIBIA MESOPOTAMIA

"Del mismo modo que Dios dispensa y distribuye sus beneficios


a todos los individuos y géneros que están en el mundo, es decir, el
intelecto, el alma y la vida, así el mundo proporciona y reparte todas
las cosas que los mortales tienen por buenas, es decir, la sucesión de
nacimientos en su tiempo, la formación, el crecimiento y la
maduración de los frutos de la tierra y otros bienes semejantes...
–Dime mientras tanto, Trismegisto, ¿Dónde se hallan en este
momento los dioses de la tierra?
–Se han instalado en una gran ciudad, sobre la montaña de
Libia.”
(Hermes Trismegisto: “Asclepios, 27”)

Llegaron del cielo, ennegrecidas y portando un germen de vida


en ellas; mensajeras de la luz y vehículos de hierogamia vivificante,
para hacer de la tierra virgen, cuna y puente de retorno hacia las
estrellas. Eligieron aposentos, pese a deseos humanos, donde señalar
el cruce del cielo y la tierra, y recibir y dar vida al peregrino que,
andando, consumase la amorosa unión con la Gran Madre, Esposa y
Hermana...
En todos los rincones del planeta fueron reconocidas como
madres protectoras y benefactoras, y sus lugares de residencia fueron
ya lugares sagrados. De Australia a Sarawak, de Malaca a Éfeso, de
Norteamérica a la Meca16 y, desde el oscuro túnel de la Historia hasta
la cabeza de la evolución humana, han sido negras, vírgenes y
otorgadoras de vida.
La piedra negra del cielo, la piedra del rayo, fue concebida,
desde los primeros tiempos de los que nos queda recuerdo, como una
forma de la Gran Madre. Como tal queda, no ya el recuerdo sino la
viva realidad de la Kaaba, destino de la peregrinación que, al menos
una vez en la vida (lo que enfatiza su importancia), debe todo buen
creyente llevar a cabo si es que algún día quiere encontrar el paraíso
prometido por Mahoma. Así mismo, son vivas realidades los cultos
de las Vírgenes Negras, como en su día lo fueron los rendidos a
Cibeles en el meteorito de Perinonte; a Eros, en el de Tespia; a
33
Artemisa, en el de Efeso; al cono de Heliogábalo en Emeis; y, sobre
todo, a la Petra Genitrix de Delfos (Delphi = “órgano generador
femenino”) y al Paladión de Atenea 17, caído del cielo a Troya, y
protección del lugar que lo acogiese, como pensaron los que, una vez
tras otra, intentaron apoderarse de la virgen celeste para santificar sus
propios lugares, ignorantes, quizás, de que no es el lugar lo que la
virgen sacraliza sino al revés, y la madre negra está donde está para
indicar, precisamente, un lugar. Ella representa (y contiene) a la
tierra virgen que ha de ser fecundada y, al mismo tiempo, al principio
fecundador que dará lugar a la creación; convirtiéndose, así, en
símbolo de fusión de la dualidad polar, del matriarcado (la tierra) y el
patriarcado (el cielo), pues allí donde se asienta a parir la madre
negra, el cielo “ha fecundado” a la tierra, y el trono de la virgen es el
punto de encuentro de las corrientes telúricas con las energías
celestes, y, de él, emanan radiaciones fecundas y vivificantes.
La Agricultura y la ciudad son, quizás, el primer encuentro de la
Historia con la Diosa Madre y, tal vez por eso, es significativo el
hecho de que la Diosa Madre más antigua conocida apareciese en la
ciudad más vieja que se conoce: Nueve mil años antes del cero puede
ser la época en la que nació la urbe de Catal Hüyük, en la Península
de Anatolia, al amparo de la Gran Madre, la que “después de la
muerte guarda la vida en su vientre divino” 18, custodiada por dos
leones (o leopardos) y representada y simbolizada por el Buitre, el
“devorador de la muerte”. El lugar parece “accidental”, pues
realmente es más hacia el sudeste donde comienza a crecer el trigo y
donde proliferarán de forma decisiva las ciudades, pero la
importancia simbólica no es desdeñable ya que Anatolia, como
Grecia, además de ser “zona Virgo”, es el lugar físico intermedio,
entre los pueblos del norte y los pueblos del sur, cruce y encuentro,
por ello, de las divinidades uránidas y de las matriarcales. Y,
efectivamente, las cunas del trigo son el Valle del Nilo y
Mesopotamia, cunas, consecuentemente, de la vida urbana y
sedentaria, que surge cuando en las tierras boreales el hombre
nomadea en pos de la caza y así lo seguirá haciendo hasta después de
encontrarse con las gentes del sur.
Libios y Pelasgos recogen las tradiciones agrícolas y las llevan al
34
encuentro de los hiperbóreos, quienes traen consigo a sus dioses
solares y siderales. Y así, puede establecerse una dirección del
matriarcado desde Mesopotamia a la Cirenaica (Libia-Egipto) y
viceversa, y, de allí, a Creta, Grecia y el Mediterráneo Occidental;
mientras que el patriarcado lleva una dirección opuesta cuyos
encuentros con la anterior tendrán lugar en la Hélade y la Anatolia,
por un lado, y en la península Ibérica, por otro.
El recuerdo de tal encuentro lo subraya la sucesión de edades “de
los metales”, la mítica que no histórica, así como la sucesión de
generaciones divinas uránida-crónida-olímpica. Urano, dios celeste y
solar, representa la primera incursión hiperbórea en el área
mediterránea (de la que quedan “recuerdos” egipcios relativos a la
batalla naval en la que Egipto derrotó a los hiperbóreos); Cronos
representa la reacción pelasgo-libia, y Zeus, la definitiva
consolidación del patriarcado. En sentido opuesto, las edades de
hierro y bronce corresponden a los tiempos oscuros en los que
estamos inmersos, quizás buscando el retorno, a través de la Edad de
Plata, hasta la de Oro, más allá del reino de Saturno, o, tal vez en él,
pues el Señor del Tiempo reina en los Campos Elíseos, allá en el
centro del Hades.
De la Libia prehelénica se han difundido escasamente los trazos,
pero su huella resultará familiar si la recogemos a través de sus
descendientes sumerios, cretenses, etruscos, iberos y egipcios; si
bien, Libia tiene en aquellos tiempos identidad propia y reconocida.
Libios fueron probablemente los primeros agricultores del
Mediterráneo que, así mismo, destacaron como marinos y expertos
constructores de obras hidráulicas (diques, sistemas de regadío,...),
por lo que no es de extrañar que mantuvieran un abultado panteón de
divinidades marinas y agrícolas. Su herencia bien puede expandirse
desde Mesopotamia hasta el sur de Europa pues su parentesco es
rastreable entre sumerios, cretenses, caucasianos, etruscos y vascos, a
través, sobre todo, de nítidas conexiones lingüísticas que diferencian
claramente su recuerdo del de los pueblos pelásgicos.
Si hemos de hacer caso a la fecha proporcionada por Robert
Graves19, la expansión Libia se llevó a cabo hacia el 4.000 A.C., en
direcciones radiales hacia Egipto y Sumeria; el Golfo de León; Creta
35
y Anatolia, y, tal vez, Chipre y Fenicia. Ajustemos que la Libia de la
época puede incluir el valle del Nilo, el lugar del primer trigo, y que
éste, es el mismo que crece en Sumeria20. Con los emigrantes libios,
marcharon sus dioses.
Tanto Belo como Agenor, cabezas de ilustres descendencias
(Alcmena, madre de Heracles; Sémele, madre de Dionisos, ...)
rendían culto a la diosa Neith, nacida junto al lago norteafricano de
Tritonis. La Tierra fue la madre de Neith y su padre fue Palas. Ellos
también engendraron a la hermana de Neith, llamada, como su padre,
Palas. Neith fue cuidada por tres ninfas de los bosques y fuentes, que
vestían pieles de cabra. Creció y jugaba a luchar con su hermana
Palas, cuando un desgraciado golpe se llevó la vida de ésta, lo que
significó que, en adelante, Neith sería Palas Neith.
Neith llevó con ella el olivo, y la acompañaron la Madre de los
cereales, el Padre del vino y el Maestro del Alfabeto y la Artesanía.
Viajaron con triple dirección, pero fue a la Anatolia a donde llevaron
la estatua de la Virgen madre venida del cielo; los habitantes dé Ilión
dirían luego que el Paladión había bajado del cielo directamente a su
ciudad.
Podemos, en otro nivel, ilustrar el hecho con la constatación de
la existencia de un sistema ideográfico bien desarrollado a la llegada
de los sumerios a su destino, y con las apariciones de tablillas de
arcilla semejantes a las sumerias, en Creta y... en Rumania (éstas,
más antiguas que las sumerias); así como en la inclusión entre la
descendencia libia, además de sumerios, cretenses y caucásicos, a
hititas (?), etruscos y vascos” 19, 20.
No sólo el viaje fue triple. Las tres ninfas ya son una forma de
anunciar que Neith también es triple. Sabemos de Palas y de Neith
pero queda el aspecto oscuro de la diosa, el aspecto de Medusa. No
fue, no, una doncella que se jactó de ser más bella que Atenea y
recibió por ello el castigo de mudar sus pelos en serpientes y su
mirada en rayo petrificador de humanos, no; Medusa fue la misma
Atenea. Es la Gorgona que cubre su escudo y fue la Lamia castigada
por Hera. Maya, Medusa y Danae fueron/es la triple diosa que otorgó
el Alfabeto y la Visión a Hermes Toth. Medusa, Palas (Danae,
Diana) y Atenea son/es el recuerdo de la tríada cuando Zeus ha
36
sojuzgado ya a la Diosa Triple, condenando a Medusa a ser
decapitada por Perseo, y haciendo, de Palas y Atenea, una sola hija
suya, engendrada por él mismo y defensora incondicional de su
autoridad patriarcal.
Pero mucho antes de que eso llegue a ocurrir, el viaje se
completó en sus tres direcciones. En Sumeria, Neith fue Nintu,
“Señora del País”, virgen en el momento de la concepción, madre y
esposa de Enki. Cuando Enki (La lluvia) fertiliza la tierra, Nintu se
convierte en Nin-Hur-Sag y crea ocho plantas diferentes, que son
engullidas por Enki. Esto provoca el enfado y el disgusto de Nin-
Hur-Sag que se marcha, trastornando con ello la vida de los campos,
la regularidad de las cosechas, el ánimo de los hombres y la
tranquilidad de los dioses... Y precisamente en este momento surge el
misterio pues, llegados a este punto... faltan los fragmentos de la
tablilla sumeria con el texto del “Mito de Dilmun”, correspondientes,
y todo lo que, más adelante podemos saber es que Nin-Hur-Sag, que
obviamente ha vuelto, asiste al agonizante Enki quien se queja de
ocho heridas u ocho dolores, para decirle que, de él, ella ha
engendrado ocho divinidades: Nin-Mu (“La Señora que hace
crecer“), Nin-Sig (“La Señora que hace verdear”), Enlil (“La
Tierra”), Ereskigal (“La Tierra sin Regreso”), An (“El Cielo”), As-
Nan (“La Diosa del Grano”), Uttu (“La Diosa del Tejido”) y Lahar
(“El Ganado”)21.
De Sumeria tenemos que añadir la Diosa-Virgen Inanna, que
pudiera ser el antecedente de la Ishtar babilónica; y a Nidaba, otra
diosa virgen, con “una estrella sobre su cabeza y un látigo en la mano
derecha, cuya correa se extiende por encima de la cola del león” 22 y
que no es sino la Virgen de la Constelación.
En Babilonia el panteón divino no es exactamente el de Sumer,
ya que la vecindad de los hititas ha introducido más dioses solares 23
y es que escasean los rasgos de matriarcado entre estos pobladores de
Anatolia. Babilonia, acusa, además, influencias pelásgicas y tiende a
formar parejas, más que tríadas. Del norte han tomado a las parejas
celestes de Anu y Antu, Enlil y Ninlil, y al dios-luna Uruk; una “Ma-
dre Abismo” marina, Tiamat, parece llegada del Oeste y, quizás,
Kisar (“la Tierra”) recoge rasgos sumerios. Es Kisar la que engendra
37
a Tigris y a Tashmishu, y existe, así mismo, un dios del grano y la
vegetación, Telepinu, que desaparece, con el consiguiente trastorno
agrícola y natural; es encontrado por la Abeja, y requiere, para su
vuelta, de un descenso de la diosa Ishtar a los infiernos. Adonis será
una versión renovada de Telepinu.
El camino seguido por la diosa del mar, Tiamat, tal vez pasa por
Fenicia, herencia de Fénix, de la estirpe libia, y cuna de futuros
“reasentamientos” norteafricanos, cuando lleguen los tiempos de
Cartago.

38
II.2. FENICIA E IBERIA, CELTIA Y EGIPTO

“Mataron a mis hermanos, a mis hijos, a mis tíos.


A la orilla de Texcoco me eché a llorar. Del Peñón subían
remolinos de salitre. Me cogieron suavemente y me depositaron en
el atrio de la Catedral.
Me hice tan pequeña y tan gris que muchos me confundieron
con un montoncito de polvo.
Sí, yo misma, la madre del pedernal y de la estrella, yo, encinta
del rayo, soy ahora la pluma azul que abandona el pájaro en la
zarza.
Bailaba, los pechos en alto y girando, girando, girando, hasta
quedarme quieta; entonces empezaba a sellar hojas, flores, frutos.
En mi vientre latía el águila. Yo era la montaña que engendra
cuando sueña, la casa del fuego, la olla primordial donde el hombre
se cuece y se hace hombre.
En la noche de las palabras degolladas, mis hermanas y yo,
cogidas de la mano, saltamos y cantamos alrededor de la I, única
torre en pie, del alfabeto arrasado.
Aún recuerdo mis canciones:
—Canta en la verde espesura la luz de garganta dorada, la luz,
la luz decapitada.
Nos dijeron: una vereda derecha nunca conduce al invierno. Y
ahora las manos me tiemblan, las palabras me cuelgan de la boca.
Dame una sillita y un poco de sol.
En otros tiempos cada hora salía del vaho de mi aliento,
bailaba un instante sobre la punta de mi puñal y desaparecía por la
puerta resplandeciente de mi espejito.
Yo era el mediodía tatuado y la media noche desnuda, el
pequeño insecto de jade que canta entre las hierbas del amanecer y
el sinsonte de barro que convoca a los muertos.
Me bañaba en la cascada solar, me bañaba en mi misma,
anegada en mi propio resplandor. Yo era el pedernal que rasga la
cerrazón nocturna y abre las puertas del chubasco. En el cielo del
Sur planté jardines de fuego, jardines de sangre. Sus ramas de coral
todavía rozan la frente de los enamorados.
Allá el amor es el encuentro en mitad del espacio de dos
aerolitos y no esa obstinación de piedras desatándose para
arrancarse un beso que chisporrotea.
Cada noche es un párpado que no acaban de atravesar las
espinas: Y el día no acaba nunca, no acaba nunca de contarse a sí
39
mismo, roto en monedas de cobre.
Estoy cansada de tantas cuentas de piedra desparramándose en
el polvo. Estoy cansada de este solitario tronco.
Dichoso el alacrán madre que devora a sus hijos. Dichosa la
araña, dichosa la serpiente, que muda de camisa. Dichosa el agua,
que se bebe a sí misma.
¿Cuándo acabarán de devorarme estas imágenes? ¿Cuándo
acabaré de caer en esos ojos desiertos? Estoy sola y caída, grano de
maíz desprendido de la mazorca del tiempo. Siémbrame entre los
fusilados. Naceré del ojo del capitán. Lluéveme, asólame.
Mi cuerpo arado por el tuyo ha de hacerse un campo donde se
siembra uno y se cosecha ciento.
Espérame al otro lado del año. Me encontrarás como un
relámpago tendido a la orilla del otoño.
Toca mis pechos de hierba, besa mi vientre, tierra de
sacrificios. En mi ombligo, el remolino se aquieta: yo soy el centro
fijo que mueve la danza.
Arde, cae en mí: soy la fosa de cal viva que cura los huesos de
su podredumbre. Muere en mis labios. Nace en mis ojos.
De mi cuerpo brotan imágenes: bebe en esas aguas y recuerda
lo que olvidaste al nacer.
Yo soy la herida que no cicatriza, la pequeña piedra solar: si
me rozas, el mundo se incendia.
Toma mi collar de lágrimas. Te espero en ese lado del tiempo
en donde la luz inaugura un reino dichoso: el pacto de los gemelos
enemigos, el agua que escapa entre los dedos y el nido petrificado
como un rey en su orgullo.
Allí abrirás mi cuerpo en dos para leer las letras de tu
destino.”

(“Mariposa de Obsidiana”. STZPAPALSTL. Diosa a veces confundida


con TETESINAN. NUESTRA MADRE. ZONATZIN. Se han fundido en el
culto que, desde el siglo XVI, se profesa a la Virgen de Guadalupe.
Libertad bajo palabra. Octavio Paz)

40
FENICIA E IBERIA

El espíritu mercuriano de los fenicios fue aglutinando influencias


diversas pero inteligentemente conformadas y perfectamente
dispuestas para ser transmitidas hacia la Hélade e Iberia, y, de nuevo,
hacia la tierra de los ancestros. De esas influencias externas tomó
indudable preponderancia la egipcia, pero aún no la hemos mentado
porque Isis está en Neith, y en Nintu, y en Nidaba y en Anat, y en
Quadesh y en Tanit, y en muchas más...
Quadesh es el principio femenino de fertilidad y fecundidad
semítico. Un bajorrelieve tebano de elementos semitas (S. XIV A.C.)
la representa sobre un león, con un haz de ramas (?) en la mano
derecha y una serpiente, correa o rama (?) en la izquierda, coronada
por un sol sobre una luna acostada, y flanqueada por Reshep, dios de
la tempestad y por Min ithyfálico.
Athirat es llamada “Madre de los dioses”, probablemente de los
hermanos Baal, Anat y Astarté. Anat, la fertilidad del suelo, es una
virgen guerrera y diosa de la fecundidad; y Astarté es el principio
magnético disolutivo, adaptación de Ishtar y pre-figura de Afrodita-
Venus. Baal (la lluvia) desciende hacia Mot (“Muerte”y “Grano”),
tras haber engendrado un hijo con Anat. Anat se lamenta, se viste de
luto y marcha a buscar a su hermano, empresa en la que recibe la
ayuda de la diosa solar Shapash. Encuentran a Mot, que ha devorado
a Baal, y “lo cosechan, lo trillan, lo aventan y dispersan su carne por
los campos y los pájaros lo devoran...”24.
El viaje desde Libia (antes del fenicio) también había tomado
rumbo Noroeste, hacia el Mediterráneo occidental. Cuatro mil años
antes de Cristo ya hay trigo en el Levante ibérico y el rastro
norteafricano puede seguirse hasta las tierras meridionales de la
Galia y las septentrionales de la península itálica. También esa zona
oeste, como el otro extremo del Mare Nostrum, va a ser cruce de
culturas del Norte y del Sur; y aún más que eso, pues las gentes de la
otra orilla, fenicios y helénicos, también se acercan, en su momento,
a estas tierras.
En la zona levantina ibérica, sobre un sustrato enriquecido por
aportaciones norteafricanas, confluyen pueblos celtas por el norte,
41
fenicios desde el sur y helenos a lo largo de la costa; esta tierra, rica
en cereales, vid y olivos, higueras, granados, palmeras y
adormideras, con importantes producciones de metalurgia, orfebrería
y alfarería, se convierte en centro de activo intercambio comercial
para los pueblos circundantes. En la zona que éstos visitan, la ciudad
es el centro social más poderoso, en ellas la mujer desempeña un
papel social relevante que hace pensar en ritos matriarcales, a lo que
contribuye la extendida costumbre de usar las cuevas como lugares
de culto. Cerdos y jabalíes, los más viejos conocidos del lugar,
caballos, toros y cabras, son los animales que ahí encuentran los
forasteros. Todos ellos traen consigo a sus dioses.
Los beribraces, asentados al sur del Ebro y emparentados con los
bibroci de Bretaña y con los bibraige de Irlanda, vienen
acompañados de sus tríadas de diosas, con Epona galopando a la
cabeza. Los africanos, quizás ancestros de los gymnetes, han llegado
con Tanit, en la que los Fenicios han reconocido a Astarté, y hasta
son factibles conexiones sicano- escandinavas, con aportaciones de
deidades nórdicas25. Ha llegado Atenea, la que probablemente
encabezó el primer asentamiento massaliota de Emporium, con la
fundación isleña de Palaiá Polis y que, ya en el siglo VI A.C. tenía
consagrada una isla poblada de olivos, en el Palus Naccararum,
(aludido por Festo Avieno en su Ora Maritima), y que bien pudiera
situarse en el Gran Estany d’Almenara o en la isla del Palmar de la
Albufera valenciana. Artemis-Diana se ha instalado en Sagunto y
quizás en Hemeroskopeion. Diosas que llegan de tierras lejanas pero
que, de alguna forma, son ya conocidas en las tierras a las que
arriban.
El culto a la Diosa Madre está extendido por toda la Península
Ibérica, tanto en la zona céltica, donde se venera a la “Madre de los
leones”, de ascendencia anatólica y de próximo encuentro-
identificación con la Cibeles que traerán los latinos; como en la zona
ibera, donde la Gran Diosa es venerada, entre otros, en los templos
de la “Serreta d’Alcoi” y en el de “l’Albufera d’Alacant”, como
diosa triple y como diosa madre, con niños en su regazo y aves a su
alrededor. Es la diosa que vela por la agricultura, tanto como por la
caza y por la fecundidad, en general. Aparece también, recordando a
42
la Diosa Madre de Catal Hüyük, en los Millares, con los brazos en
forma de volutas que se extienden hacia arriba pareciendo que vayan
luego a caer; su rostro es, a veces, el de una lechuza. Así mismo
parece ser la virgen que despliega sus alas, flanqueada por caballos,
igualmente alados, en “l’Alcudia d’Elx”, donde éstas, las vírgenes,
suelen constituirse en ejes de esmeradas simetrías ornamentales.
Aquí, en “l’Alcudia” que, como el Palus Naccararum, también es una
isla, es quizás donde han quedado algunas huellas del encuentro de
Tanit con Epona26. La Virgen alada de los Caballos de Elche
recuerda a la cretense que figura en la terracota de Lato, también
alada y con caballos a los flancos, así como a las vírgenes beocianas
y a la del amuleto de bronce de la Osera27 en Ávila, y puede ser la
misma “Dompteuse des chevaux” que, igual que en Beocia, aparece
en Etruria, Narbona y en Sagunto. Los caballos de Cigarralejo
recuerdan a los de los santuarios de Démeter y Perséfone de Arles y a
los de las terracotas etruscas que portan niños a sus lomos; los hay
similares en Sagunto, Villaricos y Alcoy. Con ellos iba el espíritu de
Epona.
Como la Virgen de los Caballos, la primera Tanit conocida,
también es alada y porta aves, flores, palmas o espigas en sus manos;
es protectora de la fertilidad y la fecundidad y uno de sus rostros bien
pudiera ser el de la “Dama de Elche” (4 de Agosto de 1897), no la de
los Caballos sino “la de Elche”, la conocida virgen funeraria ibérica.
Tanit es llamada “faz de Baal” y es esposa de Melkart,
recogiendo, ella misma, los rostros de Quadesh, Anat y Astarté. En
sus representaciones suelen predominar los rasgos matriarcales y
aparece sentada y amamantando a un niño. Su símbolo es una
especie de “caduceo”, coronado por un sol-luna, con tres cintas, y su
signo también luce el emblema solilunar.

43
Tanit, Artemisa (Dana) y Atenea fueron las diosas vírgenes de
las que más lejano rastro queda en la península ibérica, junto al
previo de la Triple Diosa Madre de los leones (A la que también
suelen acompañar toros, grifos y esfinges). Con la llegada de los
latinos, el culto de Tanit recogerá en él, los de Juno (se identifica a
Tanit con Juno en “L’Alcudia d’Elx”), Démeter e Isis, que son
hechas una con Tanit. El culto a Démeter, en su forma de Cibeles se
esparcirá por el área céltica, donde se integra con los de las Matres
celtogermánicas, divinidades de la naturaleza, de los bosques y de las
fuentes entre los pueblos nómadas, ganaderos y cazadores, y,
especialmente con el de Epona que es la diosa celta más claramente
reconocible entre las de esta península.

CELTIA

Hacia el norte de Iberia están afianzadas las gentes celtas, que


viven según un sistema matriarcal que Estrabón denominó
“gynaikokratia kántabra” y según el cual, la herencia se transmite por
línea femenina; es el hombre el que “dota” a la mujer y es ésta la que
arregla el matrimonio de sus hermanos. También las mujeres son, en
el norte, guerreras, respetando la costumbre (transmitida a los iberos)
de consagrarse a los suyos y a los que se unen, hasta sufrir, si llega el
caso, la muerte por ellos. Y para que, de algún modo, quedase
confirmada y, sobre todo, consagrada, la “paternidad” masculina, los
44
cántabros adoptaron la costumbre de “la covada”, según la cual, la
mujer, nada más parir, cedía el lecho a su marido que, junto al recién
nacido, recibía los cuidados y atenciones de la madre y esposa;
costumbre ésta de la que también hay trazas en la mitología
irlandesa: cuando la mujer daba a luz, el marido se veía impo-
sibilitado para hacer cualquier cosa, incluso la guerra, pues se
suponía que era él el que sufría los dolores del parto y él era el que
recibía los cuidados subsiguientes.
Entre los celtas, las Matres, Matrae, Mairae o Matronae no son
sólo diosas de bosques y fuentes, sino así mismo, genios tutelares de
provincias y pueblos, y protectoras de la fecundidad y la fertilidad.
Se presentan siempre en tríadas y, a veces, sostienen a uno o a tres
niños. Además, los celtas rinden culto a otras diosas de identidades
más concretas.
Los pueblos que han expandido el hierro por Europa han partido
de su mismo corazón y los celtas se han consolidado en el occidente
europeo, asentándose en tierras ligures y en las islas del Oeste. La
divinidad solar, común a todos ellos es Lugh “el brillante maestro”,
también llamado Belenos, y su potencia femenina es Lusina, la que
llegará hasta tiempos medievales con los nombres de Melusina y
Belisama. Pero, además de mantener la tradición indo-aria de la
pareja formada por el dios (poder trascendental) y su potencia
femenina (shakkti), los celtas ponen un especial énfasis en la tríada.
No sólo se agrupan en tríadas las vírgenes de la tierra, sino que, del
mismo modo, todo el sistema filosófico druídico se integra en grupos
de tríadas sentenciales; y, aún más significativo por simbólico,
resulta el signo común a todos los pueblos celtas: el triskel, la Rueda
de Taranis, la triple espiral, representativa de la “identidad filosófica”
celta, signo que hay que emparejar con el que representa la
“identidad religiosa”, la cruz céltica, ideación de la “cuadratura del
círculo” y que también, según los casos, es la Rueda de Taranis.

45
(Más adelante recapitularemos sobre estos signos que van e irán apareciendo)

Los pueblos celtas (que hacen pan con centeno y no con trigo;
usan grasas animales, en vez de aceite; y beben cerveza, en lugar de
vino) mantienen una unidad idiomática, diversificada en una
pluralidad dialectal; a este nexo común, unen el de la institución
druídica en lo referente a cuestiones religiosas, sociopolíticas y
filosófico-científicas; sus pueblos vecinos alababan, de ellos, el alto
sentido de la moral y de la justicia, el aprecio por la libertad (que los
llevaba incluso al suicidio, como tantos tristes ejemplos deja la
Historia) y sus habilidades artísticas y artesanales (poesía, orfebrería,
tejidos, esmaltes, cerámica). Practicaban el sistema educativo del
“fosterage” (los niños se educaban en familias lejanas en la distancia
y, así, contaban siempre con sus padres “de sangre” y con sus
“foster-parents”); las mujeres estaban perfectamente equiparadas a
los hombres (las había “cabezas de familia”, propietarias, guerreras,
reinas y druidesas, en idénticas condiciones a los varones); y eran
especialmente aficionados a la emigración y a la peregrinación. Su
legado resistió, en Irlanda, los oscuros tiempos de las invasiones que
llevan hasta la Edad Media y más allá, y resurgirá, a la llegada del
Milenio, con una nueva marea de peregrinos y una revitalización-
recuperación de los viejos cultos a las vírgenes.
La Gran Diosa Madre cobra la identidad de Modron, llamada
“Mater Deorum Hibernensium”, Ceridwen en Gales, y Dana en
Irlanda. Los Tuatha de Danann (“El pueblo hijo de la diosa Dana”)
son los que afianzan en Irlanda los cimientos de la cultura celta de las
46
islas. Cuando se convierten en genios y dioses, la diosa madre, Dana,
toma la forma de Brigit.
Brigit, (o “Las Brigids”), es la diosa triple de la Poesía y la
Adivinación, de la Curación, y de la Artesanía y Metalurgia; es
esposa de Bress, Balor y Tethra, una tríada masculina (Dis Pater),
paralela al Cronos helénico; y da a luz a Brian, Iuchar y Uar, la tríada
masculina del genio, la inspiración intelectual y la inspiración
artística, padres, a la vez los tres, de Ethné, la ciencia-literatura-
poesía (Ethné protagoniza una historia en casi todo paralela a la de la
Danae griega, recibiendo a su amante no en forma de lluvia de oro,
sino disfrazado de mujer, gracias a la druídica asistencia de un hada,
y da a luz no uno, sino tres hijos).
Brigit, que para los galos era Sulevia, reflejaba, para los latinos,
rasgos de Minerva, como artesana, inspiradora de artistas y venerada
por médicos, herreros y poetas. Igual que Ethné es hija (en la historia
de su parto) del que, en la genealogía, es su abuelo, Balor; Brigit se
conviene en esposa de Lugh, el dios solar, cuando éste sustituye a
Dis Pater, y refleja, por ello, rasgos de la Juno Latina; recogiendo,
por otro lado, reflejos, como diosa madre, de Ceres-Démeter. Su
recuerdo no se perderá, pues los monjes (¿ex druidas?) irlandeses
harán, de ella, a Santa Brígida, consiguiendo así, mantener viva la
llama de la tradición, del mismo modo que las monjas qué asistían a
la santa velaban un fuego perpetuo, rodeado de un anillo al que no
tenían acceso los varones, como si de vírgenes vestales del Medievo
se tratase.
Hay otra diosa celta que recoge afinidades más claras con Ceres;
la ya aludida Epona (“Fuente del Caballo”), llamada Rhiannon
(Rigantona, “Gran Reina Divina”) por los galeses y protagonista de
los ritos de fertilidad. Según la historia que narran las escenas del
“Caldero de Gundestrup”, Smertrius-Lugh-Belenos (con identidad
próxima a las de Hermes y Heracles), protector de Esus (dios de la
tierra y la vegetación), mata a Taranis (dios del cielo y del rayo) y
éste, Taranis, en venganza, transforma a la Diosa Madre y a sus dos
acompañantes en tres grullas. Smertrius sacrifica tres toros y las
grullas recuperan su forma anterior; a continuación, el dios solar
mata un ciervo y Cernunnos (dios del mundo subterráneo e
47
identificable con Esus, según el par Apolo-Dionisos) regresa a la
tierra para desposar a la Diosa Madre. El ritual que rememoraba esta
historia suponía la elección de un rey “anual” (llamado “Tanist” por
los gaélicos), sacrificado el día de la fiesta de la Diosa. Acaso sea
cierto que un rey se elegía para ser sacrificado 28, pero del que sí nos
han llegado inequívocos recuerdos es del ritual de hierogamia en el
que se sacrificaba un caballo, en cuya sangre se bañaba el rey, el
cual, por cierto, estaba “obligado” a ejercer el “derecho de pernada”,
pudiendo dar lugar a graves conflictos si eludía su obligación, pues
siendo él quién se había bañado en la sangre del caballo de la diosa
de la fertilidad, no podía faltar al deber, inherente a su cargo, de
transmitir esa fertilidad a su tierra y a su gente.
La fiesta de Epona era celebrada el día de Lughnasad, en la
segunda semana de Agosto, instituida cuando el punto vernal estaba
en la constelación de Tauro (no en el signo) y, por tanto, el Sol, en
esa fecha, pasaba por la constelación de Virgo (no el signo). Esa y
siete más eran las principales fiestas de los celtas; cuatro a la entrada
del Sol en los signos (no las constelaciones) cardinales (Aries,
Cáncer, Libra y Capricornio), y cuatro cuando la luminaria estaba a
mitad de los signos (no constelaciones) fijos (Tauro, Leo, Escorpio y
Acuario); La fiesta de Samhain, al comienzo de Noviembre
(Escorpio, 15°) iniciaba el año y conmemoraba la muerte del héroe
solar; la de Yule (Capricornio 0°) era la del Solsticio de Invierno; a
principios de Febrero tenía lugar la Oimele (Acuario, 15°), la fiesta
de Santa Brígida; la entrada de la Primavera la marcaba la fiesta de
Eostra (Aries, 0°), hoy de San Patricio; al comienzo de Mayo era la
fiesta de Beltane (Tauro, 15°), conmemoración de la llegada de los
primeros gaélicos a las Islas del Oeste; y el Solsticio de Verano era la
fiesta de Dana o Litha (Cáncer, 0°), la fiesta de las hogueras y de las
plantas mágicas. Tras el Lughnasad (Leo, 15°), la fiesta de Epona ya
aludida, sucedía, a la entrada del Otoño, la fiesta de Modron (Libra,
0°), la Gran Madre celta.
También hay un lado oscuro en las triples diosas celtas y, a
través de Modron, podemos llegar hasta Morrighan y Morgana, que
dejaron recuerdo de los duendes y vampiros femeninos que persiguen
a los niños por las tierras celtas, y que personifican, según
48
interpretaciones “a posteriori”, las magas y guerreras, omnipresentes
en los mitos gaélicos. Hechiceras y guerreras eran las maestras que
iniciaban a los jóvenes en la guerra... y en el amor. La iniciación en
las armas iba indisolublemente unida a la iniciación en la “batalla del
lecho” y, junto a Morgana, la figura característica en este sentido es
Scatach, la maestra de Cuchulainn, el héroe del Ulster. Con la
experiencia Eros-Tánatos integrada, los celtas, ya en batalla,
enfrentaban la muerte decididos y hasta optimistas, pues sabían que
significaba el viaje hacía la Isla de los Bienaventurados, donde las
Hadas, las Matres, las Magas y las Guerreras les otorgarían la vida
imperecedera.
Pero los celtas no escribían. Los que sobre ellos escribieron
fueron sus vencedores y, a través de éstos, prevaleció la parte
sombría de las Druidesas-guerreras; el mismo recuerdo que el del
ídolo Crom Cruach (“Curva sangrienta”), al que se le sacrificaban los
primogénitos, en demanda de leche y trigo, y al que San Patricio
logró derrotar, tras un mágico duelo dialéctico. También es el terrible
recuerdo de los millares de primogénitos sacrificados a Tanit,
recogido en las leyendas de lamias y vampiros del sur europeo; como
igualmente es el recuerdo de los sanguinarios ritos de las bacantes
lunares que, según tradiciones, costaron la vida a Orfeo. Serán
precisamente estas brutales costumbres, propias de religiones
“establecidas”, las que constituirán el punto débil de los cultos
matriarcales, ante el empuje de los patriarcales, los que, a su vez,
aportarán otras costumbres propias, no menos brutales.

EGIPTO

Las tierras que riega el Nilo se constituyeron, durante la era


Tauro, en el punto focalizador cultural de las civilizaciones que
circundaban el Mediterráneo. Egipto fue centro religioso, filosófico,
artístico y científico, hasta incluso en tiempos de la hegemonía
helénica y del imperio romano. Fue, para los buscadores, un marco
de referencia al que acudir en pos del Centro y cuyo legado iría
transvasándose paulatinamente hacia la Hélade y hacia el oeste de
49
Europa.
Y, así, en el mito de la Virgen egipcia, Isis, confluyen los que lo
han precedido y conformado, aportando las claves básicas del
mismo, para ser convenientemente actualizadas, según el lugar y la
época en la que tal se hace.
Nut, la Diosa Madre, esposa de Ra, el dios solar, engendró de
Seb (equivalente al Cronos helénico), a Osiris, Horus el Mayor, Set,
Neftys e Isis. Osiris sería el esposo de Isis, pero Set lo encerró en un
cofre que, arrojado al Nilo y tras una azarosa travesía, arribó a
Biblos, donde, fundido a un árbol, sería utilizado para construir el
palacio real.
Desde la desaparición de Osiris, Isis erró en su busca, en
compañía de siete escorpiones, y recorriendo los caminos fue cuando
parió a Horus el Menor, quien quedó al cuidado de su tía, Neftys. Isis
llegó hasta Fenicia y se sentó a llorar junto a un pozo; allí y así la
encontraron las sirvientas del rey, y ella misma fue una sirvienta más,
que incluso fue convertida en nodriza del hijo del rey. La diosa quiso
purificar al heredero, y procedió a quemar lo que, en él, había de
mortal, escena descubierta por la madre del niño que, espantada,
interrumpió el ritual, lo que decidió a Isis a mostrar su verdadera
identidad y a solicitar la viga que contenía a Osiris.
No obstante recuperado el cuerpo, Set volvió a apoderarse de él y
lo descuartizó en catorce partes, esparciéndolas en todas direcciones.
Con entregada paciencia, Isis, ayudada por Neftys, Thot, Horus y
Anubis, consiguió recuperar sólo trece partes del cuerpo: el pene de
Osiris había sido devorado por los peces; uno, hecho de madera de
sicomoro, fue a sustituirlo en el cuerpo reconstruido; éste fue
insuflado de aliento vital (alma) por Isis, y Osiris volvió a la vida
convirtiéndose en Señor del Mundo Subterráneo, Señor de la
Eternidad y Rey de los Muertos. Su hijo Horus fue el que
definitivamente derrotó a Set.
En el mito, Osiris es el grano viejo que muere para dar lugar al
nuevo grano. Del cuerpo muerto de Osiris brotan los cereales y él es
el mismo cereal que da su cuerpo, como alimento, a los humanos, y
que crece gracias a Isis, el alma y la tierra, la vaca blanca y la diosa
del cereal, “creadora de las cosas verdes”, “Señora del pan y de la
50
Abundancia”. También Osiris es el patrón de las vides y de la
Higuera, como Isis es, igualmente, Sirio, la estrella “Brillante de
Isis” que anunciaba el cambio estacional y los movimientos del Nilo,
correspondiendo, Osiris, a la estrella “Sirio B” (la oculta por la
primera). Entre Osiris y los humanos, Isis es la mediadora.
Isis, como Tanit, también es evocada en un signo distintivo: el
Ankh, o Cruz Ansada.

Ideograma que equivale a “correa de sandalia” y que es, a grandes


rasgos, una cruz coronada por un círculo, convenientemente
“estilizados” como es lo propio del arte egipcio. Es, así mismo, una
“estilización” del loto, la “llave de la vida” y “planta de la
inmortalidad”, símbolo del renacimiento, que las mujeres egipcias
ofrecían a los dioses.
El culto a Isis se expande, en una primera fase, hacia la península
helénica y, en una segunda, hacia el Oeste del imperio romano. A
Grecia llega con la forma de Démeter y con aportaciones añadidas,
del mito de Tammuz-Adonis. Ya en tiempos del imperio romano,
Ptolomeo I es artífice de la máxima expansión de los cultos isíacos,
introduciendo, además, la figura del dios Serapis, híbrido de Apis y
Osiris, y al que se hace esposo de Isis, y padre con ella, de
Harpócrates (nueva versión de Horus). Vehiculizada por los latinos,
llega Isis a la península ibérica, donde se identifica con Tanit, y a la
Galia donde es adscrita al culto de las Matres, consolidándose su
imagen como el modelo-tipo de Virgen Negra, revitalizado en la Alta
Edad Media: en postura hierática, con las piernas ligeramente
51
abiertas, y el niño sentado en su regazo; coronados ambos, una esfera
en su mano y el sistro a la espalda.

52
II.3 GRECIA

“Sepas que yo soy madre y natura de todas las cosas, señora de


todos los elementos, principio y generación de los siglos, la mayor
de los dioses y reina de todos los difuntos, primera y única sola de
todos los dioses y diosas del cielo, que dispenso con mi poder y
mando, las alturas resplandecientes del cielo, y las aguas saludables
de la mar, y los secretos lloros del infierno. A mí, sola y una diosa,
honra y sacrifica todo el mundo en muchas maneras de nombres. De
aquí los troyanos, que fueron los primeros que nacieron en el
mundo, me llaman Pesinuntica, madre de los dioses. De aquí
asimismo los atenienses, naturales y allí nacidos, me llaman
Minerva cecrópea, y también los de Chipre, que moran cerca de la
mar, me nombran Venus Pafia. Los arqueros y sagitarios de Creta,
Diana. Los sicilianos de tres lenguas me llaman Proserpina. Los
eleusinos, la diosa Ceres antigua. Otros me llaman Juno, otros
Belona, otros Hécate, otros Ranusia. Los etíopes, ilustrados de los
hirvientes rayos del sol, cuando nace, y los arrios y egipcios,
poderosos y sabios, donde nació toda la doctrina, cuando me honran
y sacrifican con mis propios ritos y ceremonias, me llaman mi verda-
dero nombre, que es la reina Isis. Habiendo merced de tu desastrado
caso y desdicha, vengo en persona a favorecerte y ayudarte; por eso
deja ya estos lloros y lamentaciones; aparta de ti toda tristeza y
fatiga, que ya por mi providencia es llegado el día saludable para
ti.”

(De “El Asno de Oro”, de Apuleyo. Traducción de Diego López de


Cortegana, en “La Diosa Blanca”, de Robert Graves)

La configuración del panteón helénico y la constitución del


Olimpo van reflejando cómo el principio patriarcal va imponiéndose
al sustrato matriarcal mediterráneo, según van adquiriendo las
divinidades masculinas preponderancia sobre las femeninas, y
cuando Zeus consolida el principio solar-uraniano, integra el Olimpo
con sus 5 hermanos (Poseidón, Hades, Hera, Démeter y Hestia), los
crónidas; con una diosa uránida (Afrodita) y con seis hijos de él y de
Hera, entre los que hay cuatro varones (Ares, Hermes, Apolo y
Hefaistos) y dos hembras (Artemisa y Atenea), por cierto, vírgenes

53
ambas, y cazadora y guerrera, respectivamente. De los hijos
“legítimos” del matrimonio divino, es excluida Hebe (parece que)
por el hecho de ser hembra. Más adelante, Heracles y Dionisos son
recibidos en el círculo olímpico y, finalmente, el juicio a Orestes,
quien en venganza por su padre, ha matado a su madre, confirma la
definitiva hegemonía patriarcal, al quedar absuelto el matricida (lo
que ocurre por vez primera) con el decisivo voto de Palas Atenea, y
tras un discurso de Apolo en el que queda afirmada y asentada, como
dogma, la superioridad del principio patriarcal sobre el matriarcal, al
sentenciar, Apolo, que la madre es sólo depositaria y cuidadora de la
semilla masculina que es el verdadero germen de vida y principio
espiritual.
Los cambios vienen ilustrados por la introducción de los
Misterios Órficos, que recogen la herencia de los ritos lunares y dan,
a su vez a éstos, la forma de Misterios Dionisíacos; concebidos
ambos (órficos y dionisíacos) como una dualidad complementaria e
inseparable, ya que la obra básica de Orfeo fue la de equilibrar los
cultos báquicos con los apolíneos, traídos del norte. Y, junto a los
Misterios Órficos y los Dionisíacos, se celebran los Misterios de
Eleusis, recogiendo y manteniendo la tradición agrícola y matriarcal.
Pese a la institucionalización del principio patriarcal, la
coexistencia de ritos complementarios se mantiene en equilibrio
(armónico) durante el desarrollo de la civilización helénica, y las
causas, ya configuradas, del inminente desequilibrio comenzarán a
materializarse a partir del siglo IV, antes del año cero, coincidiendo,
aproximadamente, con la expansión de Roma.
Las iniciaciones solilunares eran fruto de los misterios
dionisíaco-apolíneos, pero las llevadas a cabo en Eleusis parecían ser
primordiales y hasta “vitales”. Sófocles dijo acerca de los que habían
sido iniciados en Eleusis: “Tres veces felices son aquellos mortales
que habiendo visto tales ritos parten al Hades; pues solamente para
ellos hay la seguridad de llevar allí una vida verdadera. Para el resto
todo es allí maligno”29. Para ellos la iniciación eleusina resultaba el
acto fundamental de sus vidas (exceptuando, claro está, el momento
de la muerte) y en no pocos casos supuso un cambio sustancial en
muchas de ellas; pues allí se tenían “visiones inefables” de algo
54
“nuevo, sorprendente, inaccesible a la cognición racional” (Elío
Erístides, S.II D.C.)29, y se veía “el fin de la vida así como su
principio, otorgado por gracia divina” (Píndaro) 29. Aristóteles decía
que los Misterios de Eleusis, más que una enseñanza, eran una
experiencia29.
Mil quinientos años antes de Cristo los misterios ya estaban
instituidos y siguieron desarrollándose hasta finales del siglo cuarto
de nuestra era. Dos mil años de actividad, para unas mil a tres mil
iniciaciones anuales, accesibles a cualquier persona, varón o hembra,
libre o no, con la sola excepción de aquellas que hubiesen cometido
“delitos de sangre”, es decir, hubiesen sido responsables de alguna
muerte, incluidas las “legales”.
El proceso completo podía, en ocasiones, suponer hasta un año
de duración. La primera fase, Myesis, era purificatoria y se sucedía
de otra, de varios meses de estancia en Agrai (Atenas) a partir de
Febrero, en la que se impartían los Misterios Menores y en la que
cobraba una especial relevancia la recolección de plantas,
especialmente enfatizada en los casos de la adormidera y del narciso.
Y, a la entrada del otoño tenían lugar los Misterios Mayores, que se
iniciaban con la marcha a pie por la Vía Sacra, desde Atenas hasta el
Telesterion de Eleusis, distante unos veinte kilómetros, en procesión
nocturna, encabezada por un “portador de antorcha”.
El primer día y la primera noche transcurrían en ayuno completo
y los asistentes, que permanecían ese tiempo fuera del recinto,
aliviaban la tensión emocional, con bromas obscenas rituales y con
cantos y lecturas de metros “yámbicos”.
Lo que ocurría en el interior del templo sólo puede ser deducido
o intuido, pues los iniciados, los que tras ser “mystes” pasaban a ser
“epoptes” (“el que ha visto”), guardaban riguroso secreto sobre lo
que allí acontecía.
Con toda seguridad se puede confirmar que, en el interior del
templo, se sucedían dos rituales; uno llamado “Teleté”, en el que se
consumía el “kikeón”, la pócima sagrada; y otro denominado
“Epopteia”, en el que se asistía a la “Deiknymena” (“lo que se
muestra”), a la “Drómena” (“lo que se hace”) y a la “Legómena” (“lo
que se dice”). Indudablemente esta segunda parte tendría mucho que
55
ver con el texto del “Himno Homérico a Démeter” que, a pesar del
título, no es original de Homero y narra los pormenores del rapto de
Proserpina por Hades y la acción subsiguiente. En cuanto a la pócima
sagrada, el “kikeón”, se sabe que consistía en una bebida, el propio
“kikeón”, mezcla de agua, harina de cebada y menta molida; y una
comida, el “pelanos”, una torta de harina de cereales, especialmente
cebada. Así mismo se sabe que, durante la “Epopteia”, los mystes ex-
perimentaban miedos, temblores, vértigos, náuseas y sudores fríos...
Gordon Wason, Carl Puck y Albert Hoffman, en su libro
“Camino de Eleusis”, arrojan luz sobre lo que acontecía en el interior
del Telesterion, a propósito del kikeón, precisamente. Y es que la
cebada, que era cultivada en huertos del mismo templo iniciático por
los propios sacerdotes que hacían de guías en los Misterios acusa, en
ocasiones, la acción de un hongo parásito llamado cornezuelo del
centeno o “Claviceps Purpurea”, rico en ergotamina y buen número
de alcaloides. La ergotamina fue causante del “fuego de San
Antonio” o ergotismo (con síntomas como temblores, sudores fríos,
náuseas, vértigos y hasta parálisis y muerte) en tiempos medievales,
cuando se consumía pan de centeno atacado por el hongo de color
púrpura. Y, de los alcaloides contenidos en el cornezuelo, la
ergonovina, rica en derivados del ácido lisérgico, es el único de ellos
soluble en agua, el único que pasa al agua si ésta se mezcla con
harina hecha del cereal atacado, siendo, además, inofensivo en las
proporciones requeridas para su efecto psicotrópico. Con lo que la
pista se despeja, para aproximarnos a la naturaleza de la vivencia
experimentada en los Misterios agrícolas de Démeter en Eleusis.
El estado de “conciencia ampliada” y “sensibilidad acrecentada”
se experimentaba, además, en un entorno propicio, al término de un
período de purificación, de una peregrinación y de un ayuno, a lo
largo de los cuales el ser del mystes se iba familiarizando con las
esencias del mito que él mismo iba a “vivir”. Como referencia actual
a la experiencia lisérgica, podríamos añadir el que dos activos
“profetas” del L.S.D., Timothy Leary y Richard Alpert “Ram
Dass”30, además de ritualizar con orientaciones psicoespirituales las
experiencias colectivas con ácido lisérgico, escribieron ambos un
libro estableciendo un puntual y detallado paralelismo entre las fases-
56
clave de la experiencia psicodélica personal y el “Libro Tibetano de
los Muertos”, que viene a ser una serie de instrucciones para el
moribundo a punto de emprender su viaje al “más allá”. También
éste era el cometido de la iniciación eleusina (recordemos la cita de
Sófocles), experiencia-vivencia que rememoraba la pugna entre
Démeter, “la de la túnica púrpura”, y Hades, “el del cabello púrpura”,
entre el reino de la vida y el de la muerte, y que comportaba la
“aprehensión” de la secuencia muerte-renacimiento, como
“enseñanza vital básica”, representada y contenida en el simbolismo
del grano de cereal.
El mito de Démeter y su hija Perséfone o Proserpina, ambas
llamadas “Las Diosas”, se articula con los de Isis y Adonis, toma
elementos de uno y otro (los cuales no son sino, a su vez, versiones
de un mismo mito) y los “reactualiza”, según lugar y tiempo, en uno
solo, aportando variantes particulares. Y, así, en el mito oriental se
enfatiza la relación Esposo-Esposa o Amado-Amada (Isis-Osiris,
Cibeles-Atis, Astarté-Tamuz, Afrodita-Adonis), mientras que en el
mito occidental es la relación Madre-Hija la que pasa a primer plano,
dejando en un segundo a la pareja Hades-Proserpina, con lo que la
protagonista pasa a ser “Mater Dolorosa”. Por otro lado, el
enfrentamiento que en oriente se ha resuelto de forma violenta, en
occidente se sanciona según las leyes del orden natural, a través de la
acción de intermediarios, llegando a un acuerdo más o menos
equilibrado. Y el mito griego respeta los puntos básicos del mismo:
A. La protagonista llora la pérdida del ser amado.
B. Busca al ser amado, dedicándose a ello por completo y
declinando sus funciones propias habituales.
C. Finalmente recupera al ser amado.
Resolviéndose el mito, en todos los casos, en ritos iniciáticos,
misterios y festivales, relativos al proceso muerte-resurrección o
renacimiento.
En el mito helénico se hace a Proserpina hija de Zeus, lo que
supone la “paternalización” del mismo, pero se insiste en indicar
Démeter no tiene un esposo propio y de esto no dejan duda los mitos
en los que interviene la diosa.
Las variadas versiones coinciden en que Proserpina recoge flores
57
(Rosas, Jacintos, Lirios, Violetas, Amapolas, Narcisos y Flores de
azafrán, según los casos), en compañía variable, según versiones, de
Ninfas o de diosas vírgenes, especialmente Artemis y Atenea, cuando
es violentamente raptada por Hades, Señor del reino de los muertos,
que ha surgido del interior de la tierra en su carro de caballos negros.
Démeter ha oído el grito proferido por su hija y la busca durante
nueve días, y no la encuentra. Al décimo día es informada por Hécate
o por Helios, del destino de Proserpina y, entonces, Démeter se viste
de luto, con una túnica de harapos, encubierta de tal modo que nadie
pudiera reconocerla y, portando una antorcha, marcha a recorrer los
caminos de la tierra dejando sin cuidado los campos y los huertos.
Al llegar a Eleusis (“Advenimiento”) se sienta junto a un pozo a
llorar y así la encuentra Yambe, la sirvienta de Celeo (o Disaules),
que consigue hacerla reír con bromas y chistes obscenos. La diosa se
ofrece a Metanira (o Baubo), la esposa de Celeo, como sirvienta, y
hace de nodriza del hijo de éstos, Triptólemo (o Demofonte) a quien
quiere purificar, para lo que procede a quemar las partes mortales del
niño. Sorprendida por la madre que grita horrorizada al ver a su hijo
entre las llamas, Démeter muestra entonces su verdadera identidad.
Allí la Diosa instituyó los Misterios y enseñó a Triptólemo a cultivar
el grano y a hacer pan, recibiendo, éste, de ella, un carro tirado por
serpientes y cargado con cereales y semillas de adormidera.
Mientras tanto, la esterilidad de los campos, que la ausencia de
Démeter ha provocado, llega al punto de requerir la intervención del
juez-padre Zeus; éste envía, con Iris, a su hermana, el encargo de que
vuelva a atender sus funciones, a lo que ella se niega en tanto no
tenga a su hija consigo. Zeus envía, pues, a Hermes, al reino de
Hades a pedirle a éste que deje volver a Proserpina; cosa que el Dios
de los muertos acepta de muy buen grado, ya que sabe que la hija de
Démeter ha comido una granada, ya en su reino, y esto le impedirá
romper nunca el lazo contraído así con él.
Cuando Proserpina regresa, la inicial alegría espontánea de su
madre deja paso al recelo, al sospechar lo ocurrido, y cuando su hija
le cuenta que ha comido la granada, Démeter grita y se lamenta y se
dispone a mantener su amenaza de huelga.
Y es Rea, la madre de Zeus y de Démeter, la que, finalmente,
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zanja la cuestión con el reparto de Proserpina entre Hades, con quien
estará un tercio del año en su reino, y con Démeter, a la que
acompañará los dos tercios restantes, de nuevo en la tierra.
La relación Démeter-Proserpina simboliza tanto la relación
productor-producto, como la que une al grano viejo con el grano
nuevo. El rapto de Hades representa el ineludible encuentro de la
vida con la muerte, así como la necesidad de regeneración-
renovación, para que la vida progrese. Démeter busca hasta el límite
del tiempo (nueve días), y la inspiración (Hécate) o la iluminación
(Helios) le informan de su destino y, sobre todo, de que la vida ha
sido atrapada por la muerte. Con la antorcha que ilumina y guía, la
diosa vestida con túnica de harapos (las heridas en el alma),
peregrina en pos de la vida.
Su trabajo servicial, como criada y nodriza, y su deseo de
purificar al ahijado ocurren junto al pozo donde Yambe la hace
sonreír con obscenidades. Todo este conjunto, este “sub-episodio”,
sugiere otra relación entre Démeter-Virgo (servicio y purificación) y
Hades-Escorpio (el pozo y las obscenidades) que parece indicar una
vía de acceso al reino de Hades. Y es en ese momento cuando tienen
lugar entre los tres niveles (El superior, de Zeus; el medio, de
Démeter; y el inferior, de Hades) los contactos a través de los
intermediarios mercurianos (Iris y Hermes). La solución del conflicto
la dispone Rea, que es, a su vez, el nivel intermedio entre Gea (la
Tierra, el planeta) y Démeter (la naturaleza viva, incluyendo la
humana), siendo ella, Rea, la tierra como materia primordial y ley
natural.
Finalmente, Démeter recupera a Proserpina, aceptando el
sacrificio y la separación, y compensándolos con la seguridad de la
renovación y del retorno. Esta repartición de Proserpina es el
elemento principal tomado del mito Astarté-Tamuz, Afrodita-
Adonis, y, más tarde, Cibeles-Atis, en los que el varón es el que
simboliza al grano, como ya fuera el caso de Osiris en el mito isíaco.
A su vez, el mito cristiano, fundirá las parejas esposo-esposa y
madre-hija, oriental y occidental respectivamente, en la única pareja
madre-hijo, que, en según qué niveles, también funciona como
esposo-esposa.
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La etimología de Démeter insinúa los significados de “Madre
tierra”, “Madre de los terrenos o de los territorios”, “Madre de la
antorcha” y “Madre de la cebada”. Era nombrada con epítetos tales
como “Legisladora”, “Negra” (Démeter Melaina), “Oscura o
Eclipsada” (Démeter Maurospelva), “Verdeante”, “Dadora de frutos”
y “Señora”. Era considerada patrona de los oficios agrícolas, la
siembra y la cosecha, pues liberó a los humanos de la inseguridad del
sustento, enseñándoles, no sólo la agricultura, sino también, cómo
frenar sus impulsos con la ley y la moral. Sus atributos son la
adormidera, el narciso y la espiga; las serpientes y las antorchas; el
cerdo, la vaca, la trucha y el caballo; ella misma era, a veces,
representada con cabeza de yegua (ilustración, quizás, del episodio
en el que la diosa, en forma de yegua, se une a Poseidón, en forma de
caballo, dando luego a luz al caballo Arión). Era simbolizada por una
piedra negra o cúbica, como Cibeles, la pre-acepción oriental de
Démeter, y paralela a ésta, tanto como a su madre Rea. La Ceres
romana es exacta trasposición de la Démeter griega, con ligeras
variaciones o atribuciones de detalle (como el de que los “animales”
de Ceres sean las hormigas, o el de que ella sea convencida para
compartir a Proserpina, por el dios Pan).
Démeter forma parte, pues, de la tríada de diosas madres (Gea,
Rea, Démeter) y ella misma representa un nivel (el vivo, el humano)
de los tres. Pero la diosa triple, la triple Diosa Blanca inequívoca es
Atenea, la Neith libia que aún conserva en su nombre (Palas Atenea)
y en su escudo (con la imagen de Medusa) las dos identificaciones
que la completan. Atenea recoge, junto a la suya propia, las
identidades o principios de Diana y Venus o de Artemis y Afrodita, y
entre las tres conforman la triple diosa, hija de Anna:
DI-ANNA Diana
UR-ANNA Venus Urania
ATH-ANNA Atenea
“DI” sugiere la idea de “brillo”, de “movimiento”, de “división” y de
“dualidad”.
“UR” es una referencia a la tierra 31
“ATH” da, por su parte, la idea de “movimiento”, de “triplicidad”, de
“crecimiento” y de “negación”. En “Athena”, puede sugerir Ath-
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eneos, siendo eneos “sin habla”, y ath, su negación. La raíz asiria
ATH indica la triple potencia divina, representada por:
Círculo (Lo Infinito)
Centro (Lo Absoluto)
Radio (La relación entre ambos)
A es el radio, y TH hace referencia al desdoblamiento del circulo 32 y
a su partición, según la letra griega TH:

Por otro lado, la combinación A-TH, en hebreo, resultaría Alef-


Tau, Buey-Cruz; la letra del hombre, del sol y de la voluntad,
crucificada (Ath, en irlandés da la idea de “sendero”, “crecimiento” y
“repetición”).
Al unificarse la triple diosa, Atenea recoge en sí los tres
principios y se convierte en una sublimación de los mismos.
Conlleva el principio terrenal disolutivo venusiano: Nace
directamente de Zeus, gracias al golpe de martillo de Hefaistos, igual
que Afrodita nació directamente de Urano, del golpe de hoz de
Cronos, que lo castró. El paralelismo es doble, porque Zeus es una
evidente trasposición de su abuelo Urano. Pese a renunciar a su
función femenina en pro del principio paternal, Atenea se
consideraba equiparable en belleza a la propia Afrodita, como
demuestra su actitud en el juicio de París. Como virgen y guerrera,
Atenea también sumariza la figura de Artemis, reflejo de la luz solar,
a través de la luna y principio dual de complementariedad.
Atenea estaba destinada a destronar a Zeus y erigirse en
soberana, tal como Urano profetizó a su nieto cuando éste se unió
con Metis, la Prudencia; y ésta fue la razón de Zeus para devorar a su
amante. Tiempo después, y ante una insoportable jaqueca, el padre

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de los dioses solicitó que el dios herrero, Hefaistos, le golpease con
su martillo en la cabeza y, haciéndolo, surgió Atenea, de la cabeza de
su padre, Zeus, completamente armada y profiriendo un desgarrador
alarido.
La diosa nacida del Padre era una virgen guerrera, cubierta con la
égida (la piel de la cabra Amaltea que también arropó a Zeus),
provista de casco, escudo (con la imagen de Medusa) y lanza y
dispuesta a defender su virginidad con esas armas, si fuera preciso.
Y, con todo, es el caso más claro y constatable en la mitología
helénica, de virgen y madre (si bien el paralelismo que pudiera
sugerir con la virgen cristiana lo detenta más claramente la figura de
Danae, fecundada por el espíritu divino en forma de lluvia de oro):
Hefaistos, artífice colaborador en su nacimiento, siendo, o no (según
versiones), esposo de Atenea, intentó poseerla a lo que la diosa se
resistió por todos los medios; en el forcejeo, el semen del dios
herrero se derramó sobre la pierna de la diosa, y ella, con expresivo
gesto de asco y repugnancia, se limpió con un trozo de lana, que
arrojó lejos de sí, pero del cual nació Erictonio, medio hombre,
medio serpiente, quien, pese a todo, recibió los amorosos cuidados
maternales de Atenea.
La que una vez fuera diosa triple Palas-Medusa-Neith también se
presentaba triplicada en Grecia. Y no solamente ella. El sistema
helénico resalta las parejas de dioses o, mejor, el principio solar con
su potencia femenina, pero no elimina las tríadas que, como debe ser,
son de diosas y no de dioses, sino sólo en contadísimos y
significativos casos (como el de los Cíclopes, por poner uno).
Además de tríos femeninos como las Cárites, las Horas, las Gracias,
las Furias, etc., las diosas que representan el principio femenino
también se destriplican en tres aspectos. Y así, el principio básico
lunar es Selene-Artemis-Hécate; el principio magnético-disolutivo,
Venus, es, tanto el trío helénico:
Afrodita-Urania (fertilidad)
Afrodita Pandemos (Castidad)
Afrodita Pontia-Apostrophia (Amor)

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como la tríada latina equivalente:
Venus Cloacina (Conciliación)
Venus Murcia (Castidad)
Venus Libitina (Espiritualidad)
Y la propia Atenea es concebida como:
Atenea Parthenos (Virgen), llamada “Unígera”, “Cránea” y
“Música”, diosa de la razón, la lógica, la inteligencia, la sabiduría y
la prudencia; protectora de las artes y las ciencias, en general
(mantiene estrechas relaciones con las Musas, sobre todo con la
Filosofía), y de las letras, la literatura y la artesanía, en particular;
patrona de herreros, de constructores de naves, de agricultores, de
trabajadoras y de todos los oficios y labores femeninas; como tal,
Atenea Parthenos es inventora de la cerámica y su decoración, de la
rueda de alfarero (las vasijas de cerámica eran las ideales para
guardar el grano), de la plomada; de la yunta, la brida, el carro, el
arado y el rastrillo; de la rueca y el huso de hilar; de la flauta; del
aceite de oliva, y del arte culinario.
Atenea Hygeia, llamada “Médica”, vela por la salud pública y
por la purificación del aire, y es impulsora de la higiene (en lo que el
aceite de oliva era un elemento de múltiples usos) y de lo que
llamaríamos medicina preventiva (conviene, a este respecto, hacer
notar que los médicos griegos –como en la antigua China– realmente
“velaban” por la salud de sus “pacientes”, que poco tenían de
“pacientes”, ya que el sueldo que éstos les pagaban regularmente,
dejaban aquéllos de percibirlo si algún miembro del grupo que el
médico tenía a su cuidado, caía enfermo; con lo que la higiene y la
medicina preventiva eran la preocupación fundamental de los físicos
helénicos).
Atenea Polias, en fin, es protectora de las ciudades, defensora de
la tierra y el país, así como del grupo, clan y familia, tanto como de
la justicia (es el más firme brazo de su padre, juez supremo), los
pactos y las soluciones inteligentes a las confrontaciones. Todo lo
cual hace de ella la “Servidora de la Humanidad”, por excelencia.
El carácter personal de Atenea es definido con rasgos que la
hacen ser severa, irritable y rencorosa, pero, así mismo, de gran
misericordia y piedad; es guerrera que prefiere soluciones pacíficas y
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conciliadoras o, si llega el caso, estrategias prudentes e inteligentes;
ama el trabajo y se niega los placeres, quizás excepción hecha de los
intelectuales; es modesta, generosa y de un alto y estricto sentido
moral.
Naturalmente interviene en muchos episodios míticos. Es
vencedora de Ares y de Poseidón; es inspiradora, defensora,
protectora y asistente de héroes solares, sobre todo de Heracles,
Ulises y Prometeo, atribuyéndose, incluso, a la diosa, una unión con
este último, en alguna versión, pero coincidiendo la mayoría y en
cualquier caso, en que fue Atenea la que enseñó Arquitectura,
Astronomía, Matemáticas, Navegación, Medicina y Metalurgia a
Prometeo, y quien le ayudó a robar el fuego sagrado, por lo que
ambos son considerados los “Servidores de la Humanidad”.
Pero, de todos los episodios que protagoniza, o en los que
interviene Atenea, quizás el más destacable aquí sea el referente a
Tiresias, no tanto por la intervención de la diosa como por la propia
participación del adivino, siendo además un episodio que nos lleva al
encuentro de Hera.
Tiresias fue el adivino ciego (¿y cojo?) más famoso de la Grecia
antigua, padre de la adivina Manto, y abuelo de Mopso, igualmente
adivino; interviniendo en remarcables episodios mitológicos (¿o no?)
como el de Edipo en Tebas, o como el de la concepción de Heracles.
Pero aquí lo trae la causa de su ceguera y de su visión profética. Hay
dos versiones al respecto; en una de ellas, Tiresias sorprende
desnuda, accidentalmente, a Atenea y ésta lo castiga privándole de la
vista, pero otorgándole, en compensación, la visión del “tercer ojo”,
la visión interna. La segunda versión cuenta que Tiresias paseaba por
el monte Cilene y encontró dos serpientes apareándose; intentó
separarlas con una vara y, al interponerla entre los reptiles, quedó,
Tiresias, convertido en mujer. Siete años después, se repitió el hecho,
con la recuperación del sexo original. Dada la experiencia de
Tiresias, fue éste requerido por Zeus y Hera, para zanjar una
discusión que los enfrentaba, relativa a quién, si el hombre o la
mujer, obtenía más placer en el amor. Tiresias sentenció, con
inmediata convicción, que si el placer del amor pudiese fraccionarse
en diez partes, nueve serían para la mujer y tan sólo una, para el
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hombre. Furiosa Hera, por ver descubierto su secreto ante Zeus, dejó,
en represalia, ciego a Tiresias, y fue Zeus el que le concedió, no sólo
el don de la visión interna, sino, además, una larga vida, de siete
generaciones humanas.
Hera y Hestia son las diosas que completan la composición
femenina del Olimpo, representando ambas, facetas específicas de la
figura triple de la Virgen Madre. Hera es la Madre, propiamente
dicha, como resultado de su primordial función de Esposa; su
“virginidad” es para el matrimonio, y ésta, la virginidad, es renovada
periódicamente, por Hera, con un baño ritual en la fuente de Cánatos.
Y, así, recibe una triple advocación como Virgen, Esposa y Viuda.
Su etimología remite a “Señora”, pero el mismo nombre de Hera
aparece en el de Heracles (“la gloria de Hera”), contrastando con el
proverbial rencor de la diosa hacia el héroe, que la lleva
continuamente a atacarlo e intentar perderlo; hecho paradójico,
además, ya que, para que Heracles fuese inmortal, como su padre,
Zeus, había dispuesto, tendría que ser amamantado por Hera, lo que
se consiguió gracias a la astuta colaboración de Atenea. Cuando esto
ocurrió, parte de la leche de Hera se derramó y, de ella, nació el lirio,
“planta de inmortalidad”, sellando la que, así, ya poseía el héroe. Y
“héroe” era el nombre que recibía el “rey anual” sacrificado a la
Diosa Madre, para prosperidad de su pueblo y su tierra.
La participación de Hera en los episodios mitológicos toma, casi
constantemente, la misma línea, la de perseguir a las amantes de su
marido y a los nacidos de esas uniones, lo que contribuye a conferirle
un carácter celoso, altivo, inflexible y vengativo, pero que, sin
embargo, responde a la función específica de Hera, como
representante, veladora y defensora del vínculo conyugal-maternal, y
como protectora de las doncellas, las casadas, las viudas, los recién
nacidos y los partos.
En dos casos se insinúa un alumbramiento de Hera sin
participación masculina, siendo uno el de Hefaistos, contrapartida en
todo, de Atenea; y, el otro, el de Ares, concebido gracias a una planta
fecundante (manzana, espino blanco, ...) suministrada por Chloris a
Hera. La trasposición latina, Juno, presentaba la triple acepción de:

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Juno Lucretia (Iluminación)
Juno Moneta (Anticipación-Advertencia)
Juno Lucina (Nacimiento)
Hestia es el prototipo completo de Virgen; juró “por la cabeza de
Zeus”, permanecer siempre virgen, y así lo demostró cuando Príapo,
el hijo de Afrodita y Dionisos, de desmesurados órganos sexuales (y
protector, por ello, de huertos y jardines) intentó poseerla; Hestia
pudo esquivar a Príapo, advertida por los rebuznos de un asno.
Para los griegos, Hestia era más un principio abstracto que una
imagen personalizada; el principio de centro, de “centramiento”,
pues si Hestia es personificación de algo, lo es del hogar y del fuego
perpetuo; es la diosa que nunca abandona el Olimpo y que, por ello,
se convierte en el centro “cósmico” de referencia y por excelencia.
Según los rasgos personales que llegan a atribuírsele, Hestia es
limpia, casta y pura, benévola, recta y caritativa; rechaza la
participación en las guerras y disputas; favorece la seguridad,
felicidad y hospitalidad, y resulta ser la más apacible de todos los
dioses. A ella se debe el arte de construir casas.
En cuanto que “centro espacial” y “conservadora del fuego
sagrado”, Hestia era la diosa de los que se consagraban por entero a
una tarea, sobre todo religiosa, pero también social, pues la diosa era
igualmente, protectora de los valores culturales tradicionales y de la
propia ciudad y nación. Y, como tal, no es de extrañar que el
Paladión, la famosa estatua de Palas, caída del cielo, fuese
definitivamente puesta bajo la custodia de vírgenes vestales, por
encargo romano y tras haber viajado, desde Libia, a Troya, Arcadia,
Samotracia, Argos y Atenas. El Paladión no sólo era el símbolo de la
incolumidad de la ciudad, sino que además representaba, como
imagen de la Palas-Neith-Medusa libia, el triple principio femenino
de la Diosa Madre.
Los romanos fueron, quizás, los que más dieron a conocer (o
mayor relevancia otorgaron) a las vírgenes vestales, pero éstas sólo
mantenían una vieja tradición de los ritos y cultos matriarcales. Por
un lado, las vestales latinas vieron incrementado su prestigio social y,
sobre todo, su poder; pero, por otro lado, fueron obligadas a aceptar,
por voto, restricciones fundamentales e intrínsecas a su labor
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tradicional; lo que con toda probabilidad motivó la compensación
anterior. Y es que una de las importantes funciones de las vírgenes
vestales era la de llevar a cabo, tanto iniciaciones “prácticas” en los
secretos conyugales, como rituales de hierogamia, incluyendo
uniones sexuales. Los hijos nacidos de estas uniones, considerados
semi-divinos en tanto que hijos de vestales, adquirían, por eso
mismo, la condición de herederos al trono, el cual ocuparían si el rey
no dejaba descendencia. Fue Tarquinio el Antiguo, el monarca que,
no sólo abolió esta costumbre que le suponía “rivales al trono” a los
miembros de su linaje, sino que también instituyó el voto de castidad
absoluta para las vírgenes vestales, obligadas a ello, también, bajo
pena de ser enterradas vivas si faltaban al voto. Como rúbrica al
hecho hay que contar que Sexto Tarquinio, nieto del Antiguo, e hijo
del hijo de éste, Tarquinio el Soberbio, violó a Lucrecia, esposa de
Tarquinio Colatino y ésta, tras relatar a su marido y a su padre lo
ocurrido, se suicidó ante ellos; el padre, Lucio Juno Bruto, con el
cuchillo ensangrentado de su hija en la mano, arengó al pueblo
contra la familia real y el episodio se resolvió en la definitiva
abolición de la monarquía en Roma.
Las compensaciones por el nuevo estado de las vestales vendrían
a continuación, así como un consiguiente aumento de su
participación social. Recibían castigo los que molestasen a las
vestales y todos debían apartarse a su paso, y cederles los lugares
privilegiados. Ellas detentaban la facultad de liberar a los presos y
condenados que encontrasen en su camino, y la Virgo Vestalis
Maxima era frecuentemente requerida por sus respetables consejos.
A la llegada de las Vestalia, la celebración de Vesta, los hombres
eran autorizados a visitar el templo de la diosa, pero debían hacerlo
descalzos y con el pelo suelto; durante estas fiestas, los asnos (el
“animal de trabajo” que ayudó a la diosa a salvaguardar su
virginidad) eran adornados con flores y dispensados de trabajar.
La asociación con el asno es (además de una relación con el
caballo, de Epona y de Démeter) también una asociación con las
cuestiones agrícolas, con las que Vesta está así mismo, directamente
conectada. Entre los patronazgos de Vesta están también los que la
diosa detenta sobre los molinos de cereales y sobre el aceite para la
67
iluminación de la casa. Y, además de que las vestales usasen cetros
con serpientes, semejantes a caduceos, y se sentasen en sillones
adornados con espigas de trigo; intervenían, según sus propias
funciones, en un singular rito agrícola, que relaciona de nuevo al
caballo con la fertilidad, y que tenía lugar a mediados de Octubre:
Tras una carrera de caballos en el Campo de Marte, el caballo
vencedor era sacrificado para fertilidad de los campos. Las vestales
guardaban su sangre hasta finales de Abril y, entonces, la mezclaban
con fetos de terneras y la entregaban a campesinos y pastores para
que éstos la esparciesen por los campos y los terrenos.
Junto a las vírgenes mediterráneas, se introducen en los mitos
helénicos, las vírgenes nórdicas que, para los pueblos cazadores y
ganaderos, cobran las formas de diosas de bosques, fuentes y
manantiales, como protectoras de la naturaleza; y la forma de diosas
guerreras, como defensoras de los valores culturales más
sustanciales; así como las de hechiceras y sabias, ya conocidas por
los pueblos del sur; para los helenos son, además de pitonisas, sibilas
y hechiceras, por un lado ninfas, náyades, sirenas, ... y, por otro, las
cazadoras y, sobre todo, amazonas; además de los tríos de diosas.
Las ninfas son, para los griegos, espíritus de los bosques y de la
naturaleza. Buen número de ellas son, en los mitos, convertidas en
fuentes y manantiales de inspiración (quizás sea, el de Castalia, el
caso más típico y representativo), las más de las veces huyendo del
acoso sexual de algún dios o de algún sátiro. A veces, integran, las
ninfas, el cortejo de alguna divinidad mayor y no es infrecuente que
entonces se vean acompañadas por algún trío de “diosas del destino”,
más allá del alcance humano y hasta del divino, como el de las
Erinias, o las Moiras.
En el modelo de las Amazonas se integra el modelo de diosa-
guerrera del sur, tipo Palas libia, y el de hechicera-guerrera, tipo
Scatach irlandesa. Se hacía a las Amazonas, hijas de Ares y de
Harmonía, y ellas eran fieles devotas de su marcial ancestro y de la
diosa Artemis, virgen y cazadora; los hombres eran proscritos en sus
tierras y, una vez al año, se unían a ellos para procrear, conservando
a las niñas nacidas y eliminando a los niños. De todas ellas, es
Hipólita la más conocida, por su intervención en el trabajo de
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Heracles relativo al signo de la Virgen. En este episodio, el héroe
debe conseguir para Admete (¿una forma de Atenea?), hija de
Euristeo, el cinturón de la reina de las Amazonas que parece, ser,
según versiones, el mismo ceñidor de Afrodita; consecución saldada
con la muerte de la reina Hipólita, a manos de Heracles, como
resultado de las argucias de Hera, y por cuya expiación, el héroe tuvo
que liberar a Hesíone de las fauces de un monstruo marino.
Ya sabemos que “la cultura del imperio” romano no aportó
innovaciones sustanciales a los sistemas filosóficos-religiosos que
recogió; más que eso, el rápido deterioro religioso y cultural que
supuso la constitución de un gran imperio monolítico, centralizado y
“uniformado” llevó ineludiblemente, no sólo a la desintegración del
mismo imperio con el caos que arrastró, sino y en consecuencia, a la
necesidad de una acción-reforma religiosa que intentase contener el
rumbo que iba tomando la evolución humana; y ya antes de que el
colapso imperial diese paso al caos de los tiempos oscuros, esa
reforma fue llevada a cabo por la comunidad esenia, a la que estaba
ligado Jesús de Nazareth, en colaboración con la comunidad druídica
europea.
Pero, antes de llegar a los tiempos medievales, sellemos la
aportación griega con un mapa de la Hélade, de cuya civilización
clásica, habiendo sido tipificada como Virgo, sugerimos una relación
más estrecha con el par Virgo-Libra, a la vista, no sólo de sus tópicas
inquietudes relativas a la estética, la belleza y la armonía, sino
asimismo, del papel “equilibrador” y “conciliador” que, como
cultura, desempeñó.
El mapa en cuestión está basado en uno aportado por Georges de
Villefranche en su libro “La Astrología esotérica recobrada”.
Centrando el círculo zodiacal en Delfos, el “ombligo del mundo” de
los griegos, quedan, al Oeste geográfico (que no zodiacal), en la zona
Aries, las islas de Cefalonia (“de la cabeza”) e Itaca (la meta del viaje
resulta ser un inicio). El río Alfeo (Alef, en hebreo es “Buey”; en
griego, Alfesi es “suministrador de bueyes”; Alfestes es “trabajador”
y “comedor”, y Alfano es “dar en rescate”, “pagar en compen-
sación”) cierra la zona Tauro, y la ciudad de Olimpia (escenario,
cada cuatro años, de competiciones de “coordinación inteligente del
69
movimiento”, es decir, gimnásticas y deportivas, así como literarias)
abre la zona de Géminis. A la entrada de la zona Leo se encuentra la
ciudad de Argos, con el nombre del gigante del ojo (o los mil ojos)
“que todo lo ve” (como Helios), muerto por Hermes de una pedrada.
La línea del signo Virgo une Delfos con Eleusis y Atenas (ciudad
70
Virgo fundada al final del verano) y en esta zona se sitúa un buen
número de centros filosófico-científicos helénicos en la costa de Asia
Menor. En la zona Libra está Lesbos, la patria de Safo, poetisa
cantora de Afrodita y cabeza de un colegio femenino artístico y
literario. Troya queda en el límite entre Libra y Escorpio, dentro de
cuya zona está la isla de Lemnos, considerada el lugar de las fraguas
de Hefaistos y los Cíclopes. En la línea Sagitario queda el monte
Pelión, residencia del centauro-maestro Quirón, y en la línea de
Capricornio (“la puerta de los dioses”) se sitúa el monte Olimpo,
morada de los dioses. Finalmente, en la zona Piscis, está Leucadia,
escenario de saltos ordálicos al mar.

71
II.4 MEDIOEVO

“Flor de virginal bellessa!


Temple de bumilitat
on la Sancta Trinitat
fonch endosa e contessa!
pregant-vos, cos molt sagrat,
que de nostra parentat
vos acort tota vegada
quant sereu als sels pugada.”

(Del texto del “Misteri d’Elx”, de 1625)

Cuenta una vieja leyenda que tres druidas, advertidos por un


ángel o por una estrella, del nacimiento de Cristo, modelaron una
virgen en madera de peral y escribieron en ella: “Virgine Pariturae”.
La virgen ocupó el lugar del dolmen de Chartres, y fue venerada allí,
en su catedral, como “Notre-Dame-sous-terre”, virgen negra y meta
de peregrinaciones, las propiamente suyas y las que se dirigían hacia
Mont-Tombe (St. Michel), en el Finisterre bretón33.
Los druidas se hicieron, por propia labor y por las circunstancias
condicionantes, depositarios de un legado que deberían conservar
hasta mejores tiempos. Ignoramos si el hecho de que los contactos
druídico- esenios tuviesen lugar en el sur de la Galia obedecía a una
idoneidad circunstancial, o si, por el contrario, su elección quiso ser
significativa, al indicar el lugar en el que se produciría el
“resurgimiento”, a la vuelta del Milenio. En cualquier caso, los
próximamente futuros acontecimientos apremiaban para realizar la
tarea de “transvase”.
La doctrina cristiana expresó el mensaje de liberación, de la
forma más clara y contundente hasta ese momento, desde el mismo
corazón de “la Bestia”; y ya en la misma doctrina se indicaba
perfectamente, por ello, el peligro de “ser devorada por la Bestia”, al
señalar claramente el riesgo de falseamiento y utilización en
provecho propio, por parte de los gobernantes, y al anunciar “falsos
signos y falsos profetas”; peligro que, como la Historia confirma, se
72
materializó hacia el siglo IV (¿son, pues, unos tres siglos el período
de “validez general” de una nueva religión hasta que esta es
“absorbida” por el sistema?) al conformarse la civilización cristiana
occidental, asentada sobre la flagrantísima contradicción de
sustentarse en la “doctrina del amor”, que prohíbe inexcusablemente
cualquier forma de opresión y violencia, por un lado, y de aceptar y
alentar, por otro, esa misma opresión y violencia de cualquier forma,
legal o no (gobiernos, ejércitos, policía, cárceles, ...). El ciclo de 700-
800 años34 que concluía con la caída de la Roma imperial tendría, en
el siguiente, un relevo en la Roma eclesiástica, y la “oficialización”
del cristianismo vino a coincidir con el comienzo de las persecu-
ciones, ya dentro de la comunidad cristiana, de disidentes, herejes y
hasta simplemente “no cristianos”, como prolongación de las ya
sufridas en tiempos del imperio (recordemos el caso de Prisciliano,
una de las primeras víctimas de estas nuevas persecuciones, así como
el de Hipatia, la primera astróloga conocida, lapidada por los
“cristianos” en el 415) y que culminaron con la institución de la
Inquisición y el inicio de una cruzada, precisamente para eliminar el
movimiento cátaro, extendido, sobre todo, desde y por el sur de
Francia, en el siglo XII.
Los años del Milenio asisten a una nueva manifestación de la
Doctrina Universal, de la que, en buena medida, son artífices los
druidas, reconvertidos en monjes hibérnicos durante los “años
oscuros”, guardianes de la Tradición y organizadores del camino al
“resurgimiento”. No son ya druidas y bardos, sino “perfectos” y
trovadores, los que expanden el catarismo por Aragón, Occitania y el
centro de Europa; expansión que coincide (no sólo en el tiempo) con
la revitalización de las peregrinaciones, ahora mayormente
encaminadas hacia el Finisterre galaico, con las apariciones masivas
de vírgenes y con el auge del impulso “asuncionista”.
La fusión de la orden irlandesa de San Columbano con la de los
benedictinos del continente fue el punto de partida para el transvase
hacia Europa del material conservado en Irlanda. No extrañe, pues,
que el asentamiento benedictino de Saint-Benoit-sur-Loire se sitúe
muy próximo a un centro druídico de la antigua Galia, que la catedral
de Chartres se levante sobre un dolmen-y-manantial, ni que al propio
73
San Benito se le represente con un vaso roto del que sale una
serpiente y sea su emblema, un escudo con un roble truncado35. El
roble es el árbol-druida (Deru, dru=roble).
La mitología celta va penetrando hacia el corazón europeo a
través de figuras como Artús, Perceval, Lancelot, Tristán e Isolda y
Merlín. De las viejas rutas de peregrinación hacia los finisterres, se
reorganiza la de Santiago, salpicada toda ella de santuarios de
vírgenes negras, y teniendo como triple final dos lugares de Vírgenes
“blancas” (Finisterre y Muxía) y uno que anteriormente fuera de
Hades (San Andrés de Teixido)36. Así mismo se re-difunde el
principio triple matriarcal, no sólo a través de la profusión de
vírgenes negras, sino, sobre todo, con la “divinización” (asunción y
coronación por la Trinidad) de María. Como si de confirmar el
legado esenio se tratara, los druidas han conservado, para re-lanzarla,
la imagen de Isis, fundiendo en una la, tan familiar para ellos, imagen
de la tríada de vírgenes (que, no obstante, no deja de seguir apare-
ciendo mayormente por tierras celtas, Bretaña, en especial); sin dejar
de constatar el color negro para indicar la condición de “tierra”,
“materia”, “Naturaleza” y “principio básico”, el niño al regazo y la
esfera en la mano, y sin olvidar el sistro de Isis a su espalda.
Las apariciones masivas ocurren entre los siglos XI y XIII y
suelen acontecer en fuentes, cuevas, árboles y montañas. Suele ser, la
Virgen, encontrada por un pastor (o un labrador, con una pareja de
bueyes) que es cojo o manco, ciego o sordo, y el cual se apercibe del
hecho al son de música celestial o de campanas, o a través de la
visión de luces, estrellas o “lluvias de estrellas”. Eran trasladadas,
hasta tres veces, desde el lugar de aparición hasta un nuevo
emplazamiento, y la imagen insistía (con éxito a la tercera) en volver
a su lugar de origen (de aparición), hasta que, allí mismo, se erigía un
santuario37. Mención aparte merecen las apariciones de Vírgenes que
llegan por mar en una barca (Santa María de Elche, o la Virgen de
Muxía, al final de la ruta jacobea, como la propia Virgen de
Finisterre, son casos de estos), pues éstas suelen ser Vírgenes
Blancas y no Negras. Es este el tiempo en el que las catedrales
góticas comienzan a levantarse hacia el cielo, sin aparente
continuidad arquitectónica (y hasta funcional) con las iglesias
74
románicas que suelen ser las que se extienden fuera de las ciudades e
invitan más al recogimiento (horizontalidad) que a la exaltación
(verticalidad). Pero, tanto iglesias románicas cistercienses, como
“Notre-Dames” se erigen en Francia reproduciendo la constelación
de la Virgen38.

Las aportaciones esenias recogen el mito isíaco del cereal


(Bethlehem, “casa del pan” o “almacén del grano”; María, “Madre
fecunda”, y Jesús, el propio grano) y, de la pareja Madre-Hija en el
modelo occidental, y la pareja Amada-Amado, en el modelo oriental,
hacen la pareja Madre-Hijo. Pero Zeus devoró a Metis, la madre de
la diosa Triple, Atenea, y la Trinidad cristiana es mayormente
masculina ¿Será esto nudo de contradicción? Lo cierto es que, en el
cristianismo, la Virgen ha perdido su condición de “Diosa” y de
“Triple” y algo de esto es lo que se trata de recuperar en la Edad
Media.
Ya en los inicios del oscurantismo, el gnosticismo había
identificado al Espíritu Santo con Sophia, y una herejía egipcia de la
época llegó a establecer un paralelismo entre Hércules y Jesucristo, y
la Triple Diosa y las Tres Marías. Para los gnósticos clementinos,
María era el “recipiente del Espíritu Santo” 39, y, así, la alquimia
medieval habla, igualmente, de la Virgen como “Vaso que contiene
el espíritu de las cosas” (también podemos imaginar que la
constelación tiene forma de copa) y, de la Virgen Negra, como
“sustancia primordial” y “tierra primitiva”, sobre la que actúa el
principio creador40. Son dos vírgenes, una blanca y otra negra y no
75
son la misma, sino que el “objeto” es que lleguen a serlo. La
contradicción dialéctica ha provocado una escisión que ahora
representan las dos vírgenes y que, para su resolución, necesita de la
integración de ambas, o, mejor que integración, conjunción, ya que
más que un mismo principio idéntico, las dos vírgenes son fases de
un mismo proceso. La fase terrenal de horizontalización es previa e
imprescindible para que la fase de asunción y verticalidad pueda
llevarse a cabo. Y para ello parece, o condición, o meta, o ambas, el
que la Virgen blanca reciba el principio triple, de la Virgen negra.
Dicho gráficamente:

Ambas vírgenes son mediadoras, una en sentido vertical y otra


en sentido horizontal y el ser humano se encuentra en medio. La
Virgen negra es la conexión con la naturaleza y con el cosmos
presidido por el tiempo y ella misma representa el principio de
dualidad o polaridad, constituyendo una vía “lunar”, “no-racional” o
complementaria de la “racional”; su símbolo más característico es la
serpiente, símbolo, a su vez, de “fuerza vital”, “sabiduría-
iluminación”, “terrenalidad”, y “tiempo cíclico”, “regeneración”,
“muerte-y-renacimiento”. La Virgen Blanca es la conexión con el
Espíritu y con el cosmos eterno, a través de la luz de la conciencia y
“apoyándose”, precisamente, en la luna y en la serpiente que, de este
modo, se convierten en base y sostén de la virgen luminosa y no en
los enemigos que ésta “pisotea”, como así se ha pretendido. Quizás
es esto razón para decir que “vuela más alto el que más firmes tiene
los pies en tierra”.
Toda la simbología asuncionista, profusamente expandida en
esos tiempos, persigue, tanto la reactualización de la figura de la
Virgen, como, más que nada, su “divinización” y “trinitarización”.
Para acceder a las claves simbólicas del “mensaje” asuncionista que
en esos tiempos se transmite, nada habrá mejor que acudir a la única
76
muestra, aún hoy viva, de teatro asuncionista medieval que más al
alcance de la mano tenemos, la de “la Festa d’Elx”.
El teatro asuncionista vive su máximo auge y expansión entre los
siglos XII y XIV, pero los antecedentes son continuos e
ininterrumpidos, aunque a niveles restringidos, a lo largo de los siete
siglos precedentes. La base de los textos la constituye el bloque de
“apócrifos” asuncionistas, extendidos desde el siglo V. Hay noticia de
ritos asuncionistas en los siglos IX y X, como los de procesiones con
ofrendas de plantas medicinales, en países del norte de Europa; y
también hay textos mozárabes de esa época que ya solicitan un
reconocimiento “oficial” de lo que la gente atribuye a María (su
“divinidad”)41. Pero el auténtico “boom” es en los siglos aludidos. En
el Reino de Aragón contribuyen a ello los sermones de San Vicente
Ferrer (que marchará a la Bretaña celta a vivir sus últimos días) y un
buen número de clérigos occitanos llegados a asentarse a estas
tierras, desde que la intolerancia religiosa (la cruzada) desangra al
Languedoc.
Y, como “una imagen vale más que mil palabras”, los textos lo
son para apoyar una escenografía que es la vía principal de
transmisión de mensajes innovadores. No sólo la literatura y el teatro
asuncionista contribuyen a la tarea, sino que, en gran medida, la
pintura religiosa ya lleva tiempo familiarizando a la gente con las
claves simbólicas del Misterio.
Y aunque la imagen sea entonces (¿como hoy?) la unidad básica
de comunicación, habría que remarcar que la obra que hace arrancar
la literatura en la península ibérica es la de Alfonso X el Sabio, autor
de las “Cantigas de Santa María”; como el que una de las primeras
obras impresas en la misma península, sea la de “Les trobes en laors
de la Verge María”, en Valencia, en 1474.
Mucho y extendido fue el teatro asuncionista que se representó
en siglos pasados, pero puede no dejar de ser significativo el que la
muestra superviviente sea la de la ciudad “de la Dama”. El lugar que
fue sede de cultos a Venus, Juno, Atenea, Tanit y la “Virgen alada de
los caballos” se asienta en tierras que son de las más secas y áridas
de Europa y donde dominan los vientos africanos. De probable
origen fenicio, las palmeras constituyen allí el conjunto más
77
voluminoso de los boreales (y el más septentrional de los
“voluminosos”). De ser un centro comercial en la Antigüedad, pasó a
ser un centro agrícola a la llegada de los introductores de la granada,
los musulmanes (gentes escorpianas), los cuales organizaron las
palmeras en huertos y, entre ellas, cultivaron granados y cereales.
Fue la ciudad, en esos tiempos, centro de sabios y poetas, y abrió, sin
lucha, sus puertas al monarca de educación templaria, que llevaba a
cabo una campaña más “religiosa” que “militar”, el aragonés Jaime I,
quien, en las villas, bautizaba las iglesias mayores con el nombre de
“Santa María”41. Ya entonces, la vieja Heliké-Illici hacía tiempo que
quedaba en las ruinas de “l’Alcudia” y se levantaba la nueva Elche.
En el siglo XIX la principal industria de Elche fue la de las
alpargatas, seguida de la del jabón; y hoy es la del calzado, seguida
de otras como la cestería, los encajes y los bordados, y, por supuesto,
los trabajos “de palma”. Los olivares siempre fueron cultivos muy
extensos. Hoy en día, Elche celebra la fiesta de la Asunción en
“Santa María d’Agost”, con una larga representación cantada que
rememora la muerte, asunción y coronación de María.
El texto asuncionista tipo bebe de las fuentes de los “Apócrifos”,
principalmente del Pseudo José de Arimatea (el mismo que, según
cuenta la leyenda, llevó el Santo Grial hacia tierras celtas), y se
alimenta de otras como las de San Vicente Ferrer, Raimon Llull o
Alfonso X, así como de los textos de “La Leyenda Aurea” (de la
Vorágine, S. XIII) y de la “Historia Euthimiaca” (890 D.C.). El
trabajo básico, no obstante, que llevó al texto de Elche fue el de la
primera traducción catalana de la Leyenda Aurea, efectuada en San
Miguel de Cuixá (Canigó), del que se conserva un manuscrito en
París, reordenándose la versión definitiva en el siglo XV42. Las
escenas básicas de la acción, subrayadas y/o aclaradas por los
diálogos (las intervenciones personales) se centran, además de la
Virgen, en dos ángeles, en San Juan, en San Pedro, en la Trinidad y,
al final, focalizando la atención, en Tomás, sin que sea desdeñable el
episodio de “la judiada”.
La Virgen sabe que se acerca su tránsito pues la inspiración
divina (el ángel) así se lo ha hecho saber. Además de confirmarse su
deseo de ver reunidos a los apóstoles con ella, rehace el recorrido del
78
via crucis de su hijo, con señaladas paradas en los lugares
significativos, tanto para establecer un paralelismo con el Hijo, como
para rememorar a la “Mater dolorosa” que, en la Pasión, constituye
María, y traernos el recuerdo de la primera secuencia del mito de
Isis-Démeter, cuando la protagonista sufre y anhela estar junto al ser
querido.
San Juan que, en sustitución del Hijo, vive con María (o llega
milagrosamente desde Efeso, el primero de todos los apóstoles,
según el Pseudo José de Arimatea) se lamenta afligido (llora en otras
versiones). María le entrega la palma de la virginidad y éste, a su
vez, la entrega (ya llegados los demás apóstoles) a Pedro (el primero
de ellos en hablar, como “cabeza” del grupo, en el que, en lugar de
Tomás, está San Pablo); Pedro dice, por todos, que Juan es el que ha
de portar la palma y se la vuelve a entregar.

Desde la perspectiva astrológica, esta acción se da entre Aries,


Virgo y Acuario (San Pedro, la Virgen y San Juan, respectivamente),
enfatizándose la acción Virgo-Acuario y “flanqueando” los signos
masculinos (Aries y Acuario) al de Virgo, conformando la
configuración astrológica conocida como “Yod”, “Dedo de Dios” o
“dedo del destino” (Un triángulo de 2 quincuncios, más un sextil),
que remarca y apunta hacia el signo de Virgo, completándose luego

79
la alusión con la atención que atrae Tomás (el apóstol
correspondiente al signo) en uno de los momentos cumbre de todo el
conjunto.
La Virgen da a Juan la palma, indicando una proyección de
Virgo sobre Acuario. Juan da la palma a Pedro, cabeza de la serie
zodiacal, haciendo efectivo el sextil (60 grados) que une Acuario con
Aries, y Pedro “vuelve a llevar la palma”, desde el inicio del ciclo
hasta Acuario, al decir-decidir que es Juan el que ha de llevarla.
María es acompañada y asistida por tres vírgenes, pero en Elche
el número de éstas se reduce a dos, prevaleciendo así (María, más
dos vírgenes) la referencia visual a la tríada. Entonces es la simbiosis
Jesús-María, sobre el recorrido del vía crucis. La figura del Hijo es
progresivamente diluida, conforme se va realzando la de la madre
hasta llegar a desaparecer, aquella, que en Elche es representada por
la del ángel principal que desciende a recoger a María. Cuando el
Hijo aparece al final está ya integrado en la Trinidad y, en las
versiones en las que aparece conduciendo a María, desempeña el
papel de intermediario entre ésta y el cielo.
En el Pseudo José de Arimatea, así como en la Cantiga 419 de
Alfonso X, el episodio de Tomás es descrito completamente, pero, en
Elche, suponemos que por exigencias de la unidad escénica, su
aparición se sintetiza en la interrupción final de la acción que
provoca con su retraso. La escena que interrumpe Tomás es,
precisamente, la escena culminante de la representación, cuando
María asciende hacia los cielos para ser coronada por la Trinidad.
Todo el conjunto visual (y, por tanto y así mismo, el espacio
escénico) ofrece en la construcción vertical su principal elemento
innovador que, además “visualiza” el mensaje de la obra. El teatro
medieval anterior familiariza la construcción teatral horizontal y,
aquí, se ve complementado y completado con la “ascención-
asunción” vertical, como si de articular una cruz se tratase. El
espacio queda dividido en tres niveles o planos, en sentido vertical:
El Superior del Cielo, el Inferior donde se sitúan los apóstoles y los
judíos, y el Medio, que es el lugar de la coronación (la
“trinitarización” de María), y sobre el que se lleva a efecto (en las
versiones desarrolladas literariamente, sobre todo) la intervención de
80
Santo Tomás, llamado Dídimo (en el Pseudo José de Arimatea).
En Elche, cuando la acción se centra sobre Tomás, éste sólo
puede excusarse de su tardanza (que sólo le permite asistir a la
asunción y no al tránsito de María) por estar predicando en la India.
Pero la historia del Pseudo José de Arimatea (y otras, como la de
Alfonso X) es más completa. Habiendo enterrado, los apóstoles, el
cuerpo de María, Tomás aún está de camino y, repentinamente se ve
transportado a Monteolivete, dónde ve cómo María está subiendo a
los cielos; el apóstol da gracias y la bendice y ella, como un don
celestial y también como una prueba de su asunción, le lanza desde el
cielo... su cinturón.
Cuando Tomás llega, por fin, al encuentro con los demás
apóstoles, éstos recriminan su retraso y ven en él, el castigo a la
proverbial incredulidad y escepticismo de Tomás (recordemos que
Tomás es el apóstol correspondiente a Virgo, el que no creía hasta
que no “ponía el dedo en la llaga”) y él, tras pedir perdón, pregunta
dónde está el cuerpo de María, y, de nuevo, manifiesta su
incredulidad ante la respuesta de los apóstoles. Con algo de sorna o
quizás de impaciencia, los apóstoles llevan al incrédulo hasta la
tumba en la que enterraron a María y la abren para que Tomás se
convenza de su desatino, encontrándose con el sepulcro vacío. La
sorna es entonces de Tomás, al mostrarles el cinturón con el que ellos
mismos ciñeron el cuerpo de María, prueba de la asunción de ésta; y
se hace patente que los incrédulos son los propios apóstoles y que
Tomás, como depositario de la gracia divina es, así mismo,
depositario de la verdad. En las representaciones gráficas del
episodio (hay una abultada lista de pinturas con este tema) Tomás es
situado en el nivel Medio (en sentido vertical), como “funcionario-
artífice colaborador” de la obra de intercesión y mediación de la
Virgen, entre la tierra y el cielo.
En la sucesión de “aparatos aéreos” que se utilizan en la
representación ilicitana, destaca uno llamado popularmente
“Mangrana” (“Granada”), que se abre y se “metamorfosea” en
palma. La “Mangrana” era originalmente una nube y así es aludida
(núvol) en los “papeles”. Fue la imaginación popular la que vio en el
aparato el fruto que tan familiar resultaba en esas tierras y la gente
81
comenzó a llamarlo “Mangrana”. Por ser atribución “popular” y
“reciente” no podrían llevarse a cabo (en según qué niveles o áreas)
divagaciones sobre la relación entre la granada y las historias
mitológicas (así como las atribuciones astrológicas) en las que
aparece este fruto. Pero, para una divagación astrológica el “dato
válido” es precisamente el que “la granada” haya sido, finalmente, la
que ha trascendido la denominación “oficial”, gracias a la acción
“popular”.
Hay todavía un episodio más en Elche (y en el teatro
asuncionista, en general) que no debemos olvidar, ya que, entre otras
cosas, nos permitirá retomar una de las claves que han ido
emparejadas a las vírgenes. Cuando el ataúd que contiene el cuerpo
de María es transportado hacia su lugar de sepultura, los apóstoles
son interceptados por un grupo de judíos que pretenden echar a tierra
la caja. En el momento de intentarlo, sus manos se les secan hasta el
codo (y quedan ciegos, según versiones) hasta que, tras arrepentirse,
pedir perdón y prometer su conversión, con un toque de la palma, las
manos recuperan su estado original.
El detalle de las manos hace que nos acordemos (además de
cojeras y cegueras) de Quirón (Chiron, de cheir, “mano” en griego),
de los centauros y de los caballos, pues ¿Qué fue del caballo de
Epona, o de la Démeter-yegua? Es curioso que los caballos que tan
asociados son con las vírgenes sean, astrológicamente, relativos a
Júpiter y Neptuno y a Sagitario y Piscis. Piscis es el signo que
anatómicamente corresponde a los pies, cuyo elemento es el agua y
que representa el mar abierto, el océano y las “aguas Primordiales”.
Lo que hace rememorar el hecho de que hubo también vírgenes que
eran blancas y que llegaron del mar, que “salen del mar”. Ya hemos
visto que la Virgen Blanca se “apoya” o tiene a sus “pies” la luna y la
serpiente, como símbolos de la Virgen Negra y como significativos
del tiempo (recordemos que Démeter buscó hasta el límite del
tiempo). Es al final del tiempo, o, mejor, del recorrido cíclico
zodiacal, donde está el signo de Piscis y donde se encuentran las
aguas primordiales de las que surgirá la vida (recordemos también
que Démeter, transformada en yegua, se unió a Poseidón, en forma de
caballo, y parió al caballo Arión). Los caballos también han vuelto
82
con las vírgenes, en los tiempos medievales, y en la forma de
Unicornios, pues el Unicornio es el símbolo de la Castidad y de la
Sublimación Sexual; de la fuerza proyectiva del Spiritus Mercurialis,
y sólo puede ser capturado y amansado por una virgen. Entonces,
dicen, se transforma en una paloma blanca...

83
84
III. LOS ASTEROIDES ASTROLÓGICOS

III.1. HISTORIAS DE DESCUBRIMIENTOS.

III.2. EL CINTURÓN DE VIRGO Y LOS ASTE-


ROIDES.
A. EL SIGNO DE VIRGO Y EL CINTURÓN DE
ASTEROIDES. GLIFOS, REGENCIAS Y RAZONES.
B. LOS CUATRO ASTEROIDES.
1. CERES. Signos y Casas.
2. PALAS. Signos y Casas.
3. JUNO. Signos y Casas.
4. VESTA. Signos y Casas.
5. QUIRÓN. Signos y Casas.

III.3. LOS ASTEROIDES DE LOS ESCRITORES.

III.4. EFEMÉRIDES

85
III.1. HISTORIAS DE DESCUBRIMIENTOS

Muito devemos, varões,


loar a Santa María,
que sas graças e seus dões
dá a quen por ela fía.»
(Alfonso X. Cantiga 12)

Los hechos míticos pueden, sin duda, suministrar la estructura


teórica a las funciones astrológicas de los asteroides, como así ocurre
con los planetas, pero en la primera fase del nivel virtual, son los
hechos históricos los que proporcionan la “primera” información
práctica básica, la orientación de la que partir para desentrañar el
papel que un cuerpo celeste, del plano cósmico, desempeña en el
nivel o plano humano.
Los planetas visibles, los clásicos, cuentan con un abultado volumen de
registros a lo largo de la Historia; los invisibles, los transaturnianos, ya están
perfectamente situados en los archivos astrológicos y, si no cuando
aparecieron, sí que ahora podemos corroborar las sincronicidades históricas
con sus funciones particulares. Tales sincronicidades son harto conocidas,
pero no por ello dejaremos sólo de reseñarlas, en cuanto que resultan una
adecuada introducción para el rastreo de los asteroides.
Urano, el planeta de la libertad, el progreso, la humanidad y los
avances tecnológicos (el regente del signo de Acuario), apareció
entre la Guerra de la Independencia norteamericana y la Revolución
francesa, coincidiendo con el “resquebrajamiento” del Racionalismo
ilustrado y con el amanecer del Romanticismo, así como con el inicio
de la revolución industrial y tecnológica. Neptuno, planeta de
misticismo y espiritualidad, así como de evasión y confusión, fue
descubierto en 1846, en los tiempos en los que, por un lado,
comienza a penetrar silenciosa y discretamente la corriente
espiritualista en Occidente, y, por otro, surge el interés y la afición
por la psicología, la parapsicología, el espiritismo, el mesmerismo.
Es también el tiempo del comunismo y de las revoluciones proleta-
rias en Europa. Plutón, el planeta de la metamorfosis, de la
87
transformación total y devastadora, apareció entre las dos guerras
mundiales y, al poco, los hallazgos en el campo de la física fueron
orientados hacia objetivos militares irremediablemente destructivos,
cuyos más aterradores recuerdos quedaron en Hiroshima y en
Nagasaki.
Con el descubrimiento de Urano, confirmándose la ley de Titius-
Bode, se inició la búsqueda del planeta transmarciano y el primer
fragmento del planeta lo encontró, sin proponérselo, Piazzi, en
Palermo. Los asteroides aparecen en dos tandas, con una interrupción
de la sucesión de descubrimientos, de treinta y ocho años, entre los
cuatro asteroides principales y Astrea, seguida ya de todos los
asteroides descubiertos hasta hoy. Las apariciones de asteroides
excéntricos, que salen fuera del cinturón fueron sorpresas en la
monótona interminable lista de asteroides, pero la mayor,
indudablemente, fue la de Quirón, el único asteroide (?) extraño al
cinturón.
La primera fase de apariciones es la de principios del siglo XIX
(de 1801 a 1807) y la segunda, poco antes de llegar la mitad del
siglo. La primera coincidencia sincrónica histórica lo es con el
desarrollo del movimiento obrero: en dicho desarrollo suele
distinguirse una primera fase, de 1800 a 1848, en la que se constituye
el proletariado urbano y se desarrollan diversas concepciones del
socialismo utópico (Fourier, Proudhon, Saint-Simon). 1848 es el año
de las revoluciones europeas y esta segunda fase, que se abre con la
aparición del Manifiesto Comunista, es la de las organizaciones
obreras, culminando en 1870 con la represión de la Comuna y la
Primera Internacional, que supone la escisión del movimiento obrero
en marxismo y sindicalismo (en este año de 1870 se descubre el
asteroide Até. Até es hija de Eride, la Discordia). El desarrollo
industrial lógicamente es, en algunos puntos, coincidente con el del
movimiento obrero, pero, cabe remarcar un estancamiento industrial
entre 1808 y 1830. En esta primera mitad del siglo (más o menos, el
intervalo sin descubrimientos de asteroides), tiene lugar la
independencia de la América latina. Así como el descubrimiento de
Urano se da entre una guerra de Independencia (en Norteamérica) y
una revolución (la francesa), los asteroides se comienzan a descubrir
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antes de múltiples guerras de independencia y se “estabiliza” su serie
de descubrimientos al tiempo que múltiples revoluciones tienen lugar
en Europa.
En el tránsito del siglo XVIII al XIX, además de gestarse el
Romanticismo (gestación a la que no deben ser ajenos los
asteroides), comenzaba a constituirse el proletariado urbano, como
consecuencia del éxodo rural hacia las ciudades, causa y
consecuencia de la tecnificación de la agricultura. Este comienzo de
siglo asiste, además, a un notable incremento de la higiene y un
dinámico avance de la medicina, con la introducción de las vacunas,
erradicación de epidemias y aumento de la natalidad. Todo el
conjunto del “transvase” de siglo podíamos sintetizarlo con una
fecha, un nombre y un título: en 1798, Thomas Robert Malthus
publica “Ensayos sobre los principios de la población” donde da
cuenta del efecto de crecimiento de población, en progresión
geométrica, contrapuesto al crecimiento, en progresión aritmética, de
los recursos de subsistencia. Recapitulemos lo dicho con una síntesis
de términos: Proletariado / Independencia / Natalidad / Población /
Agricultura / Medicina e Higiene.
El año en el que Ceres es descubierta, 1801, se lleva a cabo, en
Inglaterra, el Primer Censo de Población, que coincide en el tiempo,
con una gravísima crisis agrícola en este mismo país (Ceres
“apareció” en la casa I del tema de Inglaterra; en ese momento, Palas
estaba en su casa XII y Vesta, en su casa X, conjunta al Sol). ¿Tendrá
también algo que ver con la aparición de Ceres el que comience a
funcionar la primera fábrica de azúcar de remolacha en Silesia, una
zona Virgo?
La difusión de Palas, en 1802, coincide con la Reforma de la
Enseñanza francesa, que será modelo de similares reformas en otros
países y que entraña una fuerte restricción a la influencia de la Iglesia
y un decidido impulso a la enseñanza privada. En ese mismo año
concluye la ocupación francesa de Egipto, lo que, entre otras cosas,
supone el nacimiento de la Egiptología. Señalemos también un
particular aumento industrial en Gran Bretaña, donde, al año
siguiente llegarán a haber 25.000 fabricantes.
El 18 de Mayo de 1804, unos cuatro meses antes de que Juno sea
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descubierta, Napoleón es proclamado emperador. El simbolismo del
hecho y la historia que lleva a él puede contener mucho jugo al
respecto, pero el acontecimiento que el asteroide señala es más claro:
en este mismo año, se implanta el “Código Civil”, llamado “de
Napoleón”, que supone el reconocimiento de la libertad individual, la
igualdad ante la ley, la propiedad privada, el matrimonio civil y el
divorcio. Por un asunto de compromisos incumplidos, 40.000
tejedores escoceses se ponen en huelga (Juno se descubrió, conjunta
a Ceres, en Piscis, en la casa III de Inglaterra); y será una cuestión de
derechos no respetados (nada menos que una invasión militar) la que
motive la ruptura de una alianza, establecida este año, entre España y
Francia.
Hasta 1807 no se descubre Vesta y en ese lapso de tiempo se ha
operado la supresión de derechos feudales en los Países Bajos (de
1801 a 1804) y en Nápoles (de 1805 a 1806), al tiempo que se
produce una insurrección campesina general en Italia. Concluyendo
esta anticipación, el año de Vesta contempla la abolición de la
servidumbre en Polonia; la del feudalismo, en Rusia; la de la
esclavitud, en Inglaterra, y el Edicto de Liberación de los
campesinos, junto al Acta de Abolición del feudalismo y la
servidumbre, en Alemania, donde, al tiempo, se otorgan garantías de
libertad individual, de trabajo, de propiedad y de igualdad ante la ley.
También en Alemania, Fichte dirige sus “Discursos a la nación ale-
mana” en los que pide libertad espiritual para la Renovación
nacional, y afirma los valores de moralidad y cultura como esencia
del espíritu germánico, lo que, propiciado por la ocupación francesa,
redundará en fanatismo nacionalista, al que contribuirán los
sermones patrióticos del reverendo Schleiermacher, cuyos fines son
los de enardecer el sentimiento de comunidad nacional. De este 1807
tenemos, asimismo, que remarcar la creación de la “nueva
aristocracia” francesa y la institución del “Gran Sanedrín”, para los
judíos, también franceses.
El cierre histórico a esta primera fase del descubrimiento de los
asteroides, lo constituyen la aparición de los ministerios
especializados y el descubrimiento de la polarización de la luz. En
función de los hechos que preceden tal descubrimiento, relacionamos
90
al conjunto de asteroides con el proletariado, la industria y la
agricultura, así como con la medicina y la higiene, y la
independencia. Quedaría otra relación, aún no aludida, lo que no
significa que su importancia sea restringida, sino todo lo contrario;
nos referimos al movimiento de emancipación de la mujer. Lo cierto
es que los datos históricos no son muy explícitos al respecto (quizás
haya datos “intrahistóricos”), en lo que a la primera fase de los
descubrimientos se refiere, pero cabe pensar en una equiparación
social, de la mujer con el hombre, en el nivel más bajo y más sufrido,
pues en la constitución del proletariado urbano, no se ponen reparos,
sino al revés, a que éste se integre también con mujeres y niños.
Tampoco habría que olvidar que la invención del telar Jacquard,
entre 1805 y 1806 supone la industrialización de una labor femenina
que seguirá siéndolo, en manos de las “nuevas proletarias”. Sin
embargo es en la segunda fase del descubrimiento de asteroides
cuando, de forma inequívoca, arranca el movimiento de
emancipación femenina, si bien, en la organización, en la
coordinación y en la voluntad de liberación, coincide con la marcha
del movimiento obrero.
De los años concretos obtenemos precisiones particulares de cada uno
de los asteroides. Y así, con Ceres hay claras referencias al signo de Virgo (la
crisis agrícola, el censo, el azúcar industrial de Silesia) y, sobre todo, se
conforma la idea de que Ceres es la cabeza efectiva del cinturón, así como la
indicación de que su función contiene las de los otros tres. Algo así como si
Ceres indicase que es la “madre” de las que vienen después.
El descubrimiento de Palas coincide con un empuje industrial, con una
reforma progresista en la Enseñanza y con la aparición de una disciplina
científica, recordando perfectamente, tales acontecimientos a la diosa de los
artesanos e intelectuales, de los trabajadores y de los estudiantes. La aparición
de Juno la relaciona con la justicia, con la igualdad legal, con el matrimonio y
el divorcio, con alianzas comprometidas y acuerdos rotos, y con el poder. Y
Vesta, según los hechos que acompañan su descubrimiento, se relaciona con
la liberación de la opresión (y con ambas cosas, por separado), con el
nacionalismo, el patriotismo y el fanatismo, con la renovación, con las élites
y con la religión institucionalizada.
Tras el de Vesta no hay más descubrimientos hasta casi cuarenta
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años después. Es una clara indicación de que los cuatro son los
representantes del cinturón; además de que por algo son los cuatro
más grandes y los cuatro de fácil observación (Los tamaños se
compensan con los brillos: los dos más grandes son los menos
brillantes de los cuatro; el menor en tamaño, Juno, brilla el doble que
ellos; y el más brillante de todos es Vesta, el tercero, según
diámetro). Los ministerios especializados y la polarización de la luz
son, por su parte, indicaciones de una entidad de funciones
diversificadas, así como de la entidad surgida de la unión de sub-
entidades.
Transcurrido el lapso de “asentamiento” de los cuatro asteroides,
aparece, en 1845, Astrea, el signo de Virgo, entre los grecorromanos
(Astrea o Erígone, ambas son la Virgen de la constelación) y, tras
ella, la interminable colección de micro-planetas, cada vez más
diminutos. Llegando la década de los cuarenta, sube Victoria al trono
de Inglaterra y los primeros años de su reinado (1837-1901) son años
de aumentos sucesivos en el precio del trigo, a causa de prolongadas
cosechas deficientes, que coinciden con excesivos abusos del
maquinismo y subidas en las tarifas aduaneras, todo lo cual
contribuyendo a hacer peligrosamente crítica la situación del
proletariado. En 1842 se prohíbe en Inglaterra el trabajo femenino en
las minas. Dos años después se constituye, también en Inglaterra, la
primera Cooperativa de Consumo, y en este año de 1844 se produce
en Nauvoo, Illinois, en la ciudad-centro de los Mormones, una
gravísima crisis que cuesta la vida al líder Joseph Smith (nacido en
1805) y que significa el gran éxodo, iniciado en 1846, hacia el Lago
Salado.
Por fin, en 1845, el año de Astrea, se instituye la libre tarifa
aduanera y se abolen los aranceles proteccionistas, en Inglaterra, lo
que permite libre cambio y libre comercio. En España se centraliza la
instrucción pública y éste es aquí, el año de la Constitución
Moderada que, entre otras cosas (insiste en la declaración
confesional), sustituye el sufragio universal por el voto censatario. Y
hablando de votos, en Estados Unidos se vota la anexión de Texas
(motivo de guerra con México). Este es así mismo, el año en el que
Max Stirner publica “El único y su propiedad”.
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Sigamos aún algo más, hasta 1848, pues ése es, sin duda, el año
clave del siglo. En 1846, el tratado de Oregón fija el paralelo 49°
como frontera con Canadá; más abajo, por cuestión, también de
fronteras, son las armas las que hablan, entre mexicanos y
estadounidenses. Y en España hay boda, y por partida doble: Se casa
Isabel II (con dieciséis años de edad) con Don Francisco de Asís; y la
hermana de la reina, Luisa Fernanda (de catorce años) se casa con
Don Antonio de Orléans, hijo del rey francés, en cuyo reino se sufre,
en ese momento, una fortísima crisis económica que está poniendo a
la clase obrera entre la espada y la pared. Y hay hambre,
especialmente en Irlanda, donde la ruina de las cosechas de patatas
asola, desde el año anterior los prados de Erín; son millares los que
mueren y millares los que huyen hacia el Oeste. Al año siguiente,
1847, se reduce la jornada laboral de mujeres y niños, siendo la
reducción general en Inglaterra, donde, en este año, comienzan, Marx
y Engels, la redacción del Manifiesto Comunista.
Y el ’48 es el de la revolución (Y se descubre a Metis, la
Prudencia, la madre de Palas, devorada por Zeus). Y es el año de la
primera Convención de derechos de la Mujer, en Estados Unidos,
propiciada por Elizabeth Cady Stanton (1815-1902). Y tan sólo otro
“remate” para esta segunda fase (pues si no lo ponemos, año a año,
llegaremos al día de hoy): este año de 1848 es el de la primera
operación de apéndice.
Naturalmente, siguen ocurriendo cosas, cada día; y si de
concretar lo que ocurrirá se trata, los “instrumentos de concreción”
son las vírgenes del cinturón. Pero, y a este respecto, no podemos
dejar estos años sin advertir que Neptuno se descubrió en 1846 y
puede “confundir” (que es lo suyo) las sincronicidades. Dejamos,
pues, esta segunda fase, y la dejamos sin sumarizar, con los hechos
cubiertos para que puedan descubrirse, y saltaremos a otros más
recientes que serán los relativos a Quirón, si bien, de él, también
podemos obtener información, de años anteriores a su
descubrimiento, a través de sus afelios y perihelios ya que la
excentricidad de la órbita quironiana invita especialmente a ello.
De Quirón tenemos lugar, fecha y hora de su descubrimiento
(Ver parte I. Astronomía); en la carta natal destaca el hecho de que
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todos los planetas están sobre el horizonte, siendo el único bajo el
horizonte, precisamente, Quirón; ¡Ah! y es una carta con Ascendente
en Sagitario (Quirón apareció en el grado 3 de Tauro). Del año de su
descubrimiento43 destaca un embargo de Estados Unidos contra
Sudáfrica, la conferencia entre Anwuar el Sadat y Menahem Begin
en Jerusalem; la salida de Estados Unidos de la Organización del
Trabajo Internacional, y el apoyo francés a los francocanadienses; así
mismo, en este año se hacen públicos los primeros casos de SIDA
detectados en África y U.S.A. Separaciones, caminos en solitario y
uniones que implican separaciones (Egipto se aleja de los países
árabes a raíz del acuerdo con Israel). Hay más: ya vimos que la
aparición de Quirón propició la colaboración efectiva entre
astrólogos y astrónomos, después de que en 1975, hubiese aparecido
el manifiesto “Objeciones a la Astrología”, firmado por 186
eminentes científicos y que contribuyó enormemente a estimular el
interés de la gente por el objeto de la crítica (muchísimas gracias,
señores científicos), seguido en el mismo año quironiano de 1977, de
la aparición de “Avances recientes en Astrología natal”, de Geoffrey
Dean, considerada como la más importante enciclopedia astrológica,
desde el Tetrabiblos de Claudio Ptolomeo. Sin las concreciones de
los años, nos apercibimos de que los ’70 son los años del fuerte
incremento emancipativo feminista, del auge del ecologismo, del
interés por la medicina integral (holística) y por los caminos
espirituales. Y además es la década en la que la comunidad
astrológica comienza a hacer uso de los asteroides, más de siglo y
medio después de su descubrimiento.
Aún podemos indagar más sobre Quirón con los años de sus
afelios y perihelios. El perihelio de 1748 coincide con la “Paz de
Aquisgrán” (fin de la Guerra de Sucesión Austríaca) y con la
definitiva centralización del gobierno de los antiguos reinos
hispanos, como consecuencia de la Guerra de Sucesión Española. En
el siguiente perihelio, en 1797, tiene lugar la campaña napoleónica
en Italia (que estrena su actual bandera) dando lugar (al año
siguiente) al nacimiento de la República Helvética, y este año de
1797 es el del intervalo entre las “Guerra de Coalición” contra
Francia. De 1845 ya hemos dicho algo, y algo más diremos. El
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penúltimo de los perihelios tuvo lugar el 16 de Marzo de 1895, el año
de la fotografía más antigua de Quirón de las anteriores a su
descubrimiento y el año del descubrimiento de los rayos X, una
“forma de luz invisible”, unos “desentrañadores” de la materia;
descubrimiento debido a Wilhelm Roentgen (27 - III - 1845. 16.00 h.
Leppen 51.11 N, 7.11 E), un Ascendente en Virgo con Quirón en el
Ascendente. Tampoco podemos dejar 1895 sin mencionar a Daniel
Palmer (7 de Marzo de... También 1845: el año del perihelio
anterior), un quiropráctico que tuvo que afrontar, ese año, un juicio a
causa de su profesión, juicio del que salió triunfante, lo que significó
un interés general entusiasta por la disciplina “quironiana” de
Palmer.
El siguiente perihelio ocurrió en Agosto de 1945: Concluye la
Segunda Guerra Mundial y comienza el terrorismo atómico con los
atentados contra la especie humana que tienen lugar en Japón.
¿Convendría recordar que Quirón es un maestro que enseña “guerra”
y “curación”? Más adelante veremos cuáles son las artes particulares
de este maestro, del que podemos esperar “algo” para su próximo
perihelio (1995). Del de 1945 también quedó la O.N.U.
Tanto perihelios como afelios parecen ligados a resoluciones (así
como inicios) de significativos conflictos armados. También la
ciencia y la investigación quedan remarcadas: Academia de Ciencias
en Alemania en el perihelio de 1700; descubrimiento del Azoe
(nitrógeno) en el afelio de 1772; rayos X en 1895. E igualmente
resaltan los asuntos gubernamentales, especialmente relativos a
emancipaciones, particiones, sucesión, centralización, ... En 1700
(perihelio) murió Carlos II de España, lo que dio paso a la ya aludida
Guerra de Sucesión, con la subsiguiente centralización (perihelio de
1748); en 1724 (afelio) Felipe V abdicó en su hijo Luis I, muerto a
los siete meses y volviendo Felipe V al trono; Italia y Suiza
protagonizan el perihelio de 1797; en el afelio de 1821 se derrumba
definitivamente la soberanía española en América, y los congresos de
Laibach y Troppau dan lugar a la polarización de dos bloques ideoló-
gicos en Europa: Occidental-liberal y Oriental-conservador.
El afelio de 1870, además del pico de actividad proletaria que
supone (Primera Internacional, primer congreso obrero en España) y
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del inicio de la Guerra Franco-prusiana, contempla, en España, la
muerte en duelo del Infante Enrique de Borbón (aspirante al trono),
la abdicación de Isabel II en su hijo Alfonso XII, y el reinado y
abdicación de Amadeo de Saboya; además de que Italia renueva su
protagonismo con la entrada de las tropas en los dominios pontificios
y la consecución de la unidad territorial italiana. El penúltimo afelio
(1920) se produce en el año en el que las mujeres obtienen el derecho
de voto en Estados Unidos, año, así mismo, de constitución de la
Liga de las Naciones, en un país Virgo, Suiza y que resultó más bien
inoperante, aunque fue un buen ensayo general para la Organización
de Naciones Unidas que (¡Qué Causalidad!) se constituyó en el año
del perihelio siguiente a esta fecha (el de 1945). El último afelio, de
1970, contempla el derecho de voto a los 18 años (en Estados
Unidos), la fuerte presión de los movimientos pro-derechos humanos
y pacifistas, ante la guerra de Vietnam y la celebración (en Abril) del
“Día de la Tierra”, arranque, quizás, de la militancia ecologista acti-
va. Tal vez, si la Virgen ayuda, las mejores promesas de Quirón
serán una futura realidad, aunque el centauro también nos dice que si
el camino es un lecho de rosas, no por ello dejará de haber espinas.

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97
III.2. EL CINTURÓN DE VIRGO Y LOS ASTEROIDES

“… Empecé a reflexionar como sólo una vez en la existencia


los humanos encontramos fuerzas para hacerlo..., no logro entender
que el hombre pueda llegar hasta el grado de exaltación intelectual
a que yo llegué en esa época. Fue un periodo atormentador a la par
que excelente. Nunca, ni antes ni después, llegué a la elevación del
pensamiento, a mirar el “más allá” como en ese tiempo que duró
dos años. Y todo lo que hallé entonces quedará para siempre entre
mis convicciones. De otro modo no puede ser. En dos años de
trabajo intelectual hallé una vieja y sencilla cosa, pero que yo sé
como nadie sabe; averigüé que existe la inmortalidad, que existe el
amor y que uno ha de vivir para los demás si quiere ser eternamente
feliz.”
León Tolstoi

EL SIGNO DE VIRGO Y EL CINTURÓN DE ASTEROIDES

De forma similar a como llegó Tomás, llegaron los Asteroides a


la Astrología: con retraso. Más de siglo y medio después de ser
descubiertos, los cuatro Asteroides comenzaron a ser introducidos en
temas natales y a ser estudiada su influencia astrológica. Tampoco
resulta irrelevante ni el retraso, ni el lapso de tiempo implicado, ya
que el estudio astrológico de “las planetas” se inicia al tiempo que
despega definitivamente la emancipación femenina, con la punta de
lanza (¿Palas?) de los movimientos feministas, a comienzos de la
década de los ’70.
El descubrimiento de Quirón agilizó el trabajo sobre el Cinturón
de Asteroides, pues el interés despertado, desde el primer momento,
por este planetoide, y los positivos resultados de su rastreo
astrológico, comenzaron a poner en tela de juicio la cuestión de la
masa planetaria como condicionante del grado de influencia de un
cuerpo celeste (curiosamente, de los planetas, son los dos más
pequeños los que ejercen una función más “totalizadora”: Mercurio,
interrelacionando a todos los demás planetas, y Plutón, caracterizado
por una energía “incontrolable” y condicionando todos los tránsitos

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de los cuerpos más rápidos que él). Lo que, consecuentemente,
revirtió en un incremento del interés por los Asteroides.
Desde el comienzo de los trabajos astrológicos sobre Asteroides,
fueron, éstos, generalmente asociados al signo de Virgo (“The
mythological meanings of Vesta, Ceres, Juno and Pallas have to do
more with Virgo”, John Robert Hawkins, 1976)44; y, así mismo, fue
evidente su implicación en las relaciones, personales, sociales, de
cualquier tipo, es decir, en la comunicación del ego con su entorno,
como así lo explicaba Dane Rudhyar45, al considerar al Cinturón de
Asteroides como barrera entre los planetas personales (Sol, Luna,
Mercurio, Venus y Marte) y los socio-generacionales (Júpiter,
Saturno, Urano, Neptuno y Plutón). En su conjunto, el Cinturón de
Asteroides, ha sido también relacionado con las actividades
financieras, económicas e industriales (Rodney Collins) 44; pero,
básicamente, su principal función concierne a las relaciones; de he-
cho, la prominencia de los Asteroides en el tema natal suele ser
indicativa de un gran poder operativo, tanto en transformaciones
sociales, culturales, como personales (Demetra George)46.
La misma denominación de “Cinturón” ya le pone en conexión
con Virgo (Virgo corresponde a la zona del abdomen y a los
intestinos; la asociación, por otro lado, con el “cinturón de castidad”
es inmediata sólo con mentar el nombre “Virgo”), pero la imagen de
millares de piedras circulando por todas partes, en esa franja del
espacio, sugiere claramente la idea de las múltiples interrelaciones
que el ego vive con su entorno, relaciones cuyos resultados
determinan el nivel de progresión evolutiva de ese ego. Del mismo
modo que el Cinturón se presenta como una barrera (¿o mejor
“aduana”?) social en la escala planetaria, su relación con Virgo
también lo muestra como tal barrera en la escala zodiacal, pues el
signo de Virgo es el último de los seis primeros signos, los “perso-
nales”, que quedan bajo la línea-horizonte del eje Aries-Libra siendo
este último signo, el primero de los seis signos “sociales”. La misma
relación con Virgo, confirmada por los hechos sincrónicos con los
descubrimientos, sugiere, igualmente, influencias del conjunto de
Asteroides (en el caso astrológico, de los Cuatro Asteroides) en
cuestiones relacionadas con el proletariado y las relaciones laborales
99
y sindicales; con opresión y liberación; con la población y la
natalidad; con la agricultura y la alimentación; con la medicina y la
higiene; con cuestiones educativas, intelectuales y religiosas, y,
parcialmente, con cuestiones legales, especialmente las relativas a
matrimonio-divorcio, acuerdos, tratados, alianzas, sociedades y
asociaciones y marginación socio-jurídica.
Y si los Asteroides dicen “que nos relacionamos”, también dicen
“cómo nos relacionamos”. Si la función evidente del Cinturón, en el
marco zodiacal y planetario, es la concerniente al paso de la
dimensión personal a la dimensión social a través de las relaciones,
lo cierto es que la función “primaria” de los Asteroides, la función
específicamente “personal” y su puesta en práctica es lo que
determina el cauce de las relaciones. Habiendo sido observado el
papel de “agentes desencadenantes” que desempeñan los cuatro
Asteroides en tránsitos condicionados por los Planetas Mayores, y,
dada su relevancia en materia de relaciones, los Asteroides son, a
nivel personal, “concretadores” de las funciones esenciales de los
Planetas Menores o personales. Todos los planetas, en cuanto que
reflejan la luz solar, reflejan el impulso vital y propósito de vida
representados por el Sol, siendo las funciones planetarias, por tanto,
“reconversiones” del principio solar. Los Asteroides “reconvierten”,
así mismo, la luz solar, pero también hacen lo propio con la
planetaria y “personal”. Aparte pues, del Sol (cuyo principio
manifiestan, en última instancia, los planetas “a su modo”), los
planetas personales son la Luna y Venus (femeninos), Mercurio
(andrógino) y Marte (masculino); de ellos, son los femeninos los
“sujetos” básicos del trabajo de los Asteroides; dicho de otro modo,
los Asteroides representan las funciones femeninas de la psicología
humana.
La Luna es (para la Tierra) la principal fuente de luz solar
reflejada, y, como tal, la Luna es el principio de polaridad-dualidad,
el Dos, procedente del Sol, el Uno; Materia Prima, Naturaleza y
Subconsciente. Ese principio de polaridad, Venus lo expresa como
atracción magnética y disolutiva y como energía sexual, lo que hace
que el papel de este planeta, en las relaciones, atracciones y rechazos
(así como en las “escalas de valores”) sea astrológicamente
100
innegable. A su vez, cada uno de los Cuatro Asteroides expresa, de
una forma concreta, el principio polar-magnético que simboliza el
par Luna-Venus, adquiriendo los simbólicos papeles de Madre, Hija,
Esposa y Hermana (respectivamente, según número de orden), que se
van conformando, según la esencia de cada uno, en los múltiples y
variados niveles de realidad.
Y, así, con el auge feminista, la introducción de los Asteroides en
el campo astrológico, simboliza el comienzo del renacer femenino
desde el fondo del subconsciente humano, dónde había quedado
postergado; y representado, no sólo por el creciente grado de
autonomía conquistado por la mujer en relación al hombre (esto sólo
sería el 50% del asunto), sino, así mismo, y con no menor
importancia, por el progresivo reconocimiento en sí mismo, de
funciones consideradas como femeninas, por parte del varón. Pero,
también Marte y Mercurio son expresados por los Asteroides, si bien
en forma distinta a como lo es la función femenina básica. El caso de
Mercurio no incide directamente (pero sí incide) sobre la dualidad
sexual propia de la dialéctica, ya que la función de este ambivalente
planeta es la de interrelacionar el resto de funciones planetarias entre
sí (Mercurio “es” el sistema nervioso y el sistema respiratorio, y
también el intestinal); función perfectamente visualizada en el
cúmulo de asteroides que, del mismo modo, puede ser imagen de la
complejidad funcional del ser humano. Y, aún pese al carácter
“andrógino” de Mercurio, el principio sobre el que este planeta actúa
directamente es el lunar, animándolo con el impulso solar que él,
como cada planeta, refleja, y, así, Mercurio, como “agente espiritual”
permite que el principio básico natural vivo (la Luna), gracias al
impulso vital (el Sol), crezca, se reproduzca y se multiplique
incesantemente; lo cual traduce la imagen de la multitud de
asteroides (que, además “crecen” realmente por colisiones
interasteroidales). Hermes también es un asteroide, uno de los que se
“acerca” a la Tierra, y muchos más del Cinturón, son “mensajeras
mercurianas”, enviadas de los dioses e intercesoras entre uno y otro
mundo. Ése es, igualmente, el cometido que representa el símbolo de
la Virgen y el del signo de Virgo: intercesión entre el cielo y la tierra,
entre arriba y abajo, entre lo divino y lo humano, entre lo social y lo
101
personal...
Así mismo, la función de Marte es reelaborada y concretada por
los Asteroides, pero aquí llegamos a un punto clave de la propia
función del Cinturón, relativa a los objetivos y direcciones sobre los
que la energía marciana se ha de manifestar para que el pasaje a
través de la barrera de Asteroides sea exitoso y permita, así, el
desarrollo de la expansión jupiteriana, hasta los límites saturnianos;
punto clave que requerirá del desarrollo subsiguiente para su mejor
aprehensión. No obstante, antes de pasar a ello, remarcaremos la
mención a Júpiter (que tan prominente influencia física ejerce sobre
los asteroides) y a Saturno, diciendo que, también los Asteroides
conducen el desarrollo hasta los límites y aún más allá y que, en este
cometido, el papel primordial parece ser el de Quirón, al que, más
adelante le dedicaremos la atención que merece.

GLIFOS, REGENCIAS Y RAZONES

El quid de todo el desarrollo a continuación, es el del glifo de los


Asteroides, pero no el de cada uno de los cuatro Asteroides (que tam-
bién), sino el de todo el Cinturón, por lo que, aunque la introducción
sea más formal que necesaria, pasaremos a reseñar los glifos de los
Cuatro Asteroides y el de Quirón.
El de Ceres, es un signo que ha venido siendo usado hasta ahora,
para representar la Luna Negra o Lilith (Habrá que reconsiderar este
nombre pues también hay un asteroide llamado Lilith) 47, y que
finalmente se atribuyó al Asteroide por la forma de hoz a la que
recuerda. El de Palas representa la lanza de la diosa; el de Juno, su
cetro, y el de Vesta es el fuego perpetuo, la llama sagrada que
custodiaban las vírgenes vestales:

CERES PALAS JUNO VESTA QUIRÓN


102
El símbolo de Quirón, por su parte, combina las iniciales de
“Objeto Kowal”, de tal forma que la imagen sugerida es claramente
la de una llave, imagen ni ajena a Quirón, ni al signo de Virgo.
Pero, en más de una ocasión, habiendo adquirido el hábito de
agilizar anotaciones con el uso de glifos, tan frecuente en el trabajo
astrológico, surgió la idea-necesidad de establecer uno para el
conjunto del Cinturón de Asteroides y, tal como apareció el primero
de ellos, así surgió el símbolo deseado: cuando era más inesperado y
menos buscado.
Ocurrió en una localidad llamada Ingatestone, nombre que
inmediatamente nos sonó a “la piedra de la entrada”, o “la piedra de
la puerta”, pero que resultó derivar de Ing-at-the-stone, “el lugar de
la piedra”. Al igual que en el caso de Ceres, llegamos allí en un 31 de
Diciembre y, a lo largo de esa noche, en un gratificante y revelador
parlamento con nuestro amigo Michael Shearer, peregrino, filósofo y
escritor48, apareció el tan buscado símbolo, repentino pero bien
recibido, pues pasamos a utilizarlo al momento. El símbolo en
cuestión es éste:

Cuando elaborábamos el trabajo preparatorio a éste, intentamos,


sin éxito, recordar algunos cabos que quedaban sueltos de aquella
noche de San Silvestre, y resolvimos consultar a Michael, ahora por
escrito. Le inquirimos sobre la relación entre el mito de Edipo y el
signo de Virgo, tema que había propiciado el diálogo de aquella
noche, y, naturalmente sobre detalles concernientes al cinturón. La
suya fue una carta que, no sólo colmó las expectativas, sino que las
desbordó y hasta propició lo que sigue a parte de su transcripción:
“… El asunto del Cinturón y su símbolo no es directamente
sobre Edipo, sino sobre Orión (a no ser que estén conectados de
algún modo)49 y concierne a eventos ocurridos en Octubre del ’86.
Transcribiré los puntos relevantes. Lo primero fue descubrirme
103
observando la hebilla de un cinturón que llevaba Eve, con la
impresión de que era muy extraña y convencido de que era algo
importante para mí. El cinturón tenía un gran círculo de metal, a
través del cual pasaba la correa:

Me di cuenta de que el diseño era igual al de una postal de


Avesbury50 que había recibido recientemente. El poblado circular de
Avesbury aparecía en la postal con una vieja vía romana
atravesándolo por el centro. Como muchas ciudades antiguas,
circulares y biseccionadas por los caminos. Además, un poco antes,
mientras estaba en un pub discutiendo sobre el hecho de que todo es
simbólicamente significativo, una chica empujó hacia mí un
posavasos de cerveza, preguntándome que qué significaba eso, no
sabiendo yo qué contestar. El posavasos mostraba un anuncio de
cerveza Black Label con un diseño, más o menos, así:

El cinturón lo focalizó todo esto y aún más. Esto es parte de lo que


escribí entonces: –todo está conectado. El lugar de los opuestos es
donde esta interconexión puede ser vista; el lugar de la visión, el
lugar del tercer ojo... El círculo con la línea cruzándolo es una
versión del símbolo de la unión entre lo masculino y lo femenino:
agujero y bastón, mano y mortero, corazón y flecha. El Amor es el
lugar de la reconciliación energética de los opuestos...– Me puse a
104
leer, por intuición, “Red Rift”, de Garner (un vocablo relativo a la
cosecha y roturación), donde Macey (entre otros) alcanza un estado
dionisíaco a través de un ejercicio de concentración sobre el Cinturón
de Orión, las Tres Estrellas, y debe conectar con la tercera, la del
medio, el tercer ojo, la hebilla del cinturón, el centro de la visión. El
tercer ojo es el cuerno del Unicornio, la psique unificada y erigida
entre lo izquierdo y lo derecho, que vence al diablo bicornio,
bifurcado. El Unicornio es Equus, el Dios-Caballo, montura del
caballero, con su escudo...
Tratando de explicar esto a Eve, le mostré, a modo de ejemplo,
un diagrama del Metro londinense:

…, pero todo, desde cualquier punto de vista, es significativo. Y esto,


también... La ciudad está representada por un círculo, el diagrama
más simple de un lugar, y la línea que lo cruza representa al viaje a
través de él. Ciudad estacionaria y línea transversal: lo fijo y lo
móvil; el tiempo. El tiempo es una muerte y un renacimiento. Cada
instante muere para renacer al siguiente. La línea rompe el círculo y
lo completa... Theta es la letra griega que muestra un círculo cruzado
(ϴ). Es la letra-dios: la letra de Theo, de Theologia... Theta es la letra
romana I51, el ojo... Cuando se integran, lo individual se une al todo,
es todo, la línea, el horizonte matinal del ser, cierra y completa el
círculo de lo infinito y forma el todo completo... La ciudad es un
escudo, una defensa redonda, compañera de la espada, que atraviesa
el valle –Perceval (Pierces the Valley)– La línea a través de la
ciudad, completa y responde a lo estático con movimiento. Lo
opuesto a la ciudad es lo asilvestrado, lo salvaje, lo bestial...
Orión está en el ecuador celeste. La estrella más brillante es
Beta, seguida de Alfa. Ayer pensaba sobre esto y fue entonces
cuando aparecieron las Oriónidas, como un radiante meteoro, entre el
105
18 y el 20 de Octubre. ...La Cabeza del Caballo es la nebulosa que
hay en Orión. La nebulosa de Orión está en medio de la espada del
cazador... Orión, el cazador, pierde su vista y, con ayuda de
Dionisos, la recupera encaminándose hacia el Sol, Apolo le devuelve
la visión. Orión es la semilla del profeta ciego y prefigura a Edipo. Y
así, y así...”
No esperábamos poco, pero tampoco tanto. Con todo, aún hay
más. Efectivamente, círculo y recta (recta vertical) han sido y son un
par de símbolos ampliamente difundidos como representación de la
polaridad sexual, y el símbolo propuesto para el Cinturón es un
compuesto de esos símbolos polares, con la particularidad de que el
elemento masculino, la recta vertical, se ha puesto “a nivel
femenino”, al pasar a la posición horizontal. Y es que otro par de
símbolos del duplo sexual es el de la vertical y la horizontal:

La conjunción de círculo y horizontal es, por otro lado,


semejante, además de a la letra Th griega, al símbolo de la Sal
Alquímica

que no es sino una representación del cuerpo o de la naturaleza,


en la que el círculo simboliza la materia prima, y el diámetro
horizontal indica el carácter femenino de esa Mater Prima.
Igualmente, en el símbolo del Cinturón, queda así indicada la
predominancia femenina o la “feminización” masculina.
Evidentemente hay razones gráficas que también contribuyen a
concretar el símbolo del Cinturón, ya que el círculo cortado por la
horizontal permite visualizar la idea de “cinturón” o “anillo”,
alrededor de un cuerpo central (que en este caso sería el Sol). El
símbolo facilita, por ello, mejor la identificación del Cinturón, que el
106
resultante de conjugar vertical y horizontal, es decir, la cruz, si bien,
tendríamos que señalar que el símbolo no es más que una fase
cíclica que conduce a .
En efecto, la combinación total de círculo y recta, por un lado,
con horizontal y vertical, por otro, es la, ya conocida, cruz céltica,
ideación de la Cuadratura (más propio sería “crucifixión”) del
Círculo:

Veamos, pues, a dónde llegamos “cuadrando” el círculo zodiacal, en


el que las franjas (signos) YANG y YIN se suceden
alternativamente:

Cortando el círculo, por el grado 0-360, y extendiéndolo linealmente,


nos quedaría así:

Agrupando los signos masculinos, por una parte, y los femeninos,


107
por otra, obtenemos dos rectas:

Con la recta masculina, vertical, y la femenina, horizontal, surge, de


su conjunción:

Y ese punto central, enmarcado por el círculo, y común, en la


cruz, a Leo, Virgo, Libra y Escorpio, es exactamente el grado 180°
del círculo, el límite entre Virgo y Libra, centro de la cruz y del
zodíaco, y aún más, pues ese preciso punto, intersección y
neutralización de YIN y YANG, de femenino y masculino, de Uno y
Dos, es el Tres, que surge de aquellos con los que constituye la tríada
o trinidad, con múltiples traducciones, a través del símbolo, a otros
tantos niveles de realidad. Por esta razón el triskel es símbolo
complementario-equivalente de la cruz céltica, pues la cruz, tal cual,
conjunción de horizontal y vertical, no es, en su sentido, muy
diferente del símbolo taoísta que conjunta YIN y YANG:

108
mientras que la cruz, con el círculo encerrando su centro, incorpora
el tercer elemento que conforma la tríada y que es, además,
correspondiente al “sendero de en medio” indicado así por Lao-Tsé,
como vía hacia el Tao, unidad, completación y eternidad. El símbolo
taoísta describe exactamente la realidad de la naturaleza dialéctica,
dual o polar, en la que nos desenvolvemos: cada una de las partes
lleva, en sí misma, el germen de la opuesta, y, si presionamos el YIN
sobre el YANG, éste, automática e irremediablemente, hace lo
propio, y viceversa. Tal es el continuo girar de la rueda de las
reencarnaciones, pues también muerte y vida son otro par de
opuestos más, al menos en lo que se refiere a la vida que conocemos.

Así mismo, el movimiento circular de la cruz, representado por


la svástica, el Lauburu, o la cuádruple espiral, sería equivalente al del
símbolo taoísta, mientras que el triskel aporta la idea, no sólo de
trinidad, sino también la de tridimensionalidad, que, aplicada a la
cruz (incorporando un tercer “eje de coordenadas” equivalente al del
Vértex-Antivértex) daría una cruz de tres travesaños que serían los
de los signos Cardinales, Fijos y Mutables. Cuatro son los triángulos
de los elementos y tres, las cruces zodiacales. El Uno ha originado el
Dos. De ahí, ha salido el Tres. El Tres da lugar al Cuatro y éste,
completa la Unidad. La conjunción horizontal-vertical da,
igualmente, lugar a los cuatro brazos de los elementos (Fuego, Aire,
Tierra y Agua) y, de nuevo, el punto central, Tres, es unidad de los
Cuatro. Volvemos a ella, a la Unidad: el Uno es la manifestación
divina; es una idea que, sobre la divinidad, podemos hacernos, desde
esta realidad dual, como ausencia de dualidad. Dicho de otro modo,
desde ésta, nuestra realidad, es imposible acceder a la naturaleza
divina, si no es a través de un agente intermediario, mercuriano, o a
través de una transmutación. Y Dios es, precisamente, lo Inaccesible,
lo Incognoscible e Innombrable.
109
Pero esta realidad ha surgido a partir de la realidad unitaria,
desde la primera emanación divina, que no es sino una ideación
activa del principio divino, en los límites de nuestra realidad. La
emanación subsiguiente es imagen-espejo del principio divino; es el
Dos, la escisión de la unidad y el principio de polaridad, que
posibilita la creación y existencia de un orden dual, campo de
manifestación, ya, para la vida. Con otras palabras, el Uno se sitúa en
el límite de esta realidad de vida-muerte, y es el Dos, el principio
operativo en ella; y el Dos es, por tanto, el intermediario divino al
que el hombre puede acceder (puesto que también es él mismo).
Bajando aún más a la realidad, podemos, así, decir que el principio
divino que crea esta realidad y que opera en ella es femenino, y que
el dios masculino no existe, puesto que la naturaleza divina se ca-
racteriza por la ausencia de dualidad y de división, ya que es la
unidad. La Diosa Madre Triple (la Shakti y la Schechina) es la
potencia del dios que representa el Sol.
A través del Cuatro, la potencia divina puede, ya, originar la
realidad material, que permitirá la manifestación y el retorno a la
unidad, a las almas caídas, pues no es otro el objetivo del
inconmensurable proceso de la creación... Hasta ahí la vida, que se
reproduce incesantemente por propia ley, está toda contenida en la
Diosa Triple, pero aún no se manifiesta el tercer principio, puesto
que aún no llega el hombre. Cuando lo hace, ya están en juego los
dos polos y el elemento que, conjugándolos, puede dar lugar al
tercero. Pero si la Primera Caída fue, en definitiva, resultado de un
egocentrismo contrario a la naturaleza divina, cuando el hombre
puede manifestarse, vuelve a caer, exactamente de igual manera. Y,
así, Lilith abandona a Adán y éste se escinde; y, así, Narciso se
queda petrificado ante su imagen; y, así Apolo sufre más rechazos
que éxitos amorosos; y, así Palas-Neith se separa de Medusa y ésta se
convierte en un monstruo petrificador, etc., etc...
En fin, dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos
veces en la misma piedra, pero que, a la tercera va la vencida. La
tercera parece estar allá donde la cruz articula un eje de coordenadas
en el que el hombre vuelve a encontrar una posición en el caos, para
devenir centro del cosmos. El proceso pasa por la horizontalización
110
previa, hasta la ascensión final.
Esa horizontalización es, tanto lo que en Alquimia se conoce
como “Disolución en la Madre”; como la disposición a “cargar con
la cruz y ser crucificado”; y como el combate del Héroe (el que se
sacrifica a la Diosa) Solar contra el Dragón.
La Naturaleza, la Madre, ha permitido que el Hijo pueda hacer
manifestar el tercer elemento de la trinidad; o bien, la Naturaleza ha
propiciado que aparezca el hombre, cuya acción inteligente le
permite, de nuevo, iniciar el camino de retorno. El proceso del
“Incesto Filosofal” alquímico indica la disolución en la Madre, y ella
se convierte en esposa, y el criado en amo. (aquí, el mito de Edipo
nos habría hablado del Incesto Filosofal, como vía hacia la visión
interior, representada por la ceguera. Edipo compone, al final, una
figura que no deja de recordar a Tiresias).
Pero no confundamos personas: este hijo alquímico es el
principio espiritual latente, potencial divino inmanifestado en el ser
humano, que ha de crecer para devorar al hombre viejo. Aquí, la
Madre es el ser humano, en cuanto que naturaleza, con principio
espiritual incorporado y capaz, por tanto, de endogénesis espiritual.
No andaría muy lejos esta idea de la vivencia experimentada en
Eleusis. Sobre la experiencia del ciclo vital de la naturaleza, el
mystes eleusino accedía a las claves de la vida, la creación y la
liberación. Démeter, el grano viejo, la naturaleza humana, sufre por
la separación de su ser querido (el alma, complemento para recobrar
la unidad perdida), peregrina hasta el límite del tiempo, ocultándose
y atravesando un proceso de “muerte de la personalidad”, cuando
esconde su identidad trabajando como sirvienta, junto al pozo de
Eleusis, hasta que su naturaleza divina deba manifestarse de nuevo.
Y la recuperación de la parte escindida entraña un acuerdo y respeto
de la ley natural y de la ley de la vida (las leyes no escritas), y un
reconocimiento de los ciclos y la muerte (Hades) como cadenas que
aprisionan la vida. El paso siguiente al de Démeter, es el de María, y
el Nuevo Testamento es vía para librarse de la ley del karma que
explica el Antiguo. Cumplidas las instrucciones de la “Madre de los
cereales”, la naturaleza humana es, ya, capaz de la endogénesis,
(Jesucristo indica cómo el hombre puede recuperar de nuevo su
111
naturaleza divina y nos dice que, igual que él, todos podemos
hacerlo) y, tras la purificación, nace el hijo divino. Ahora debe el
hombre dejar que ese hijo lleve a cabo la acción pertinente, dejarse
“absorber” por él, para volver a ser la tri-unidad de antaño.
Y, para que ese hijo pueda nacer es para lo que los Asteroides
ponen en juego la energía marciana, operando la reconversión de
Marte, al que ya casi habíamos olvidado, unas cuantas páginas atrás.
Pero, entonces, cuando se pone en juego la energía marciana, las
cosas no parecen ir como debieran. Esta energía, el principio
“Marte”, no es sino la acción, el espíritu de lucha y conquista, de
dominación, el principio de autoafirmación y la energía sexual
masculina, y parece ser, traducido a términos de comportamiento
humano, el causante de guerras, violencia, dominación, enemistad,
egoísmo, etc., etc. Quizás lo que ocurre es que la energía marciana
no lleva la dirección adecuada. Veamos: si del signo de Virgo, una
vez completado el desarrollo evolutivo personal, vamos a acceder a
la esfera social (los seis últimos signos), a través del venusiano signo
de Libra, no parece muy adecuado usar, en ese marco, la energía
marciana, tal cual, pues en el eje Aries-Libra se dan cita los signos
zodiacales que, entre otras cosas, representan, en su sentido más real,
guerra, violencia y dominación (Marte, regente de Aries), por un
lado, y paz, conciliación y amor (Venus, regente de Libra), por otro.
Más aún, si nos detenemos en la frontera zodiacal del grado 180°,
estamos situados en el punto que se enfrenta al de partida, al 0 o, en
un ángulo de oposición astrológica que es el aspecto en el que
miramos hacia atrás, al medio círculo ya recorrido, y lo recopilamos
(Virgo) para lanzarnos al otro medio; y en el ángulo correspondiente
al Descendente y opuesto al Ascendente (la personalidad, el yo). Y,
al fin, parece estar clara la dirección más conveniente para Marte: el
espíritu marciano lo ha de ejercer el ego sobre sí mismo, en la
conquista y vencimiento de sí, a través del propósito de crucifixión,
y de la propia crucifixión y muerte (con renacimiento incluido;
proceso Virgo-Libra-Escorpio).
Si la cruz céltica, o cruz y círculo, puede, entre otras cosas,
representar el punto medio o grado 180 del círculo zodiacal, también
hay un símbolo apropiado, en el mismo sentido, para el grado 0 del
112
zodíaco; símbolo éste que es el adoptado (pese a todas las
tergiversaciones que se conllevan) por los movimientos anarquistas a
nivel internacional, y que es el de una A mayúscula encerrada en un
círculo:

Literalmente son dos letras A, O, Alfa y Omega, en griego,


principio y fin. La A, siendo la primera letra, simboliza el
movimiento inicial, el primum mobile, simbolismo naturalmente
asociado al del primer signo zodiacal, Aries, cuya primera letra es la
A. La O, como omega final simboliza la completación del círculo,
siendo este mismo círculo el que encierra a la A inicial: dicho de otro
modo, el ciclo pasado encierra el primum mobile del ciclo siguiente
(que “pugna” por salir del círculo).
Además de Aries, sólo hay otro signo, en el zodíaco, que
comience por A y ése es Acuario, el signo de la “libertad, igualdad,
fraternidad”. Él y Aries enmarcan el signo de Piscis, el último signo,
el de mayor nivel de entropía, el signo del caos vivo y de las aguas
primordiales, y el mayor cúmulo de posibilidades abiertas.
Así pues, el símbolo anarquista refleja igualmente la crisis que
conlleva un cambio de ciclo zodiacal y, más concretamente, la del
paso de la era Piscis a la era Acuario. Si bien el espíritu libertario es
intrínseco a la condición humana, el anarquismo, como tal, apareció
en la segunda mitad del siglo XIX, tras germinar las semillas de la
Revolución Francesa, y, si bien, como ideología, ha sido el
anarquismo excesivamente ambiguo como para propiciar un
movimiento homogéneo (¿No son el ser humano y su conjunto
igualmente heterogéneos?), en cualquier caso, tanto los ideales de
“libertad, igualdad, fraternidad”, como la prosecución de la sociedad
utópica ideal, y como la fe en el progreso de la especie humana, son
presupuestos propios de la “ideología” (¿No sería más propio hablar
de forma de vida, de forma de entender la vida?) anarquista.

113
Si la cruz céltica simboliza también el punto de encuentro
personal consigo mismo y la ordenación y disposición del ego para el
servicio y el sacrificio por los demás, la A dentro del círculo
simbolizaría el punto de encuentro racial humano y el cénit de la
ordenación y armonía sociales. No es, por tanto, nada descabellado
conceptuar el anarquismo como “la más alta expresión del orden”, en
su punto final, y en el que el gobierno y dominación de unos
hombres sobre otros se hace inútil, puesto que cada hombre es dueño
de sí mismo y servidor de sus congéneres, por los que se ha
sacrificado y con los que constituye un solo cuerpo, un solo ser. Del
mismo modo y en función de todo esto, tampoco resulta descabellado
pensar en la complementación y hasta necesidad mutua, de
anarquismo y cristianismo, como ya la concibieron pensadores, ideó-
logos, artistas y figuras espirituales, desde el mismo comienzo de la
era Piscis (previamente anticipada) y a lo largo de toda ella. En ese
sentido, y por nombrar tres ejemplos en los extremos y centro de la
era Piscis, tan cristianos como anarquistas podrían considerarse el
movimiento anarcocristiano impulsado por León Tolstoi, como el
catarismo del Milenio, como las comunidades esenias de las que
surgió el primer cristianismo.
Es ilustrativo a este respecto el hecho de que haya cambiado la
identidad sexual del “hijo”, con el paso del mito de Démeter-
Proserpina al de María-Jesús. El cambio no es gratuito: en la historia
griega ha de existir aún, referencia a la pareja esposo y esposa
(Hades-Proserpina), puesto que ésta (como el Antiguo Testamento)
es una explicación de la ley del karma y de la naturaleza dual. El
Nuevo Testamento es, respecto a ello, un “manual práctico” para la
liberación de la Ley del Antiguo y, en él, Jesús es una figura que, por
un lado, se sitúa por encima de la dualidad sexual y es el primer
ejemplo claro de héroe solar-sin-compañera; y, por otro, adopta una
identidad masculina que ejerce sobre sí mismo la acción tipificada
como viril (marciana) –conquista, dominación, empuje–, y sobre
todos los demás, la acción tipificada como femenina –amor,
compasión, compartición, devoción, sacrificio, ternura, cuidado–,
convirtiéndose en luz-guía y conquistando (venciendo), en definitiva,
a la naturaleza, gracias a la renuncia y el sacrificio de ella misma. La
114
acción se completa definitivamente con la recuperación final de la
Trinidad, por parte de María, después de haberse remarcado
convenientemente el paralelismo María-Jesús, con creciente rele-
vancia de la figura de María sobre la de Jesús. Aquí Jesús es el
hombre; Cristo, el hombre nuevo; todo él, el nuevo dios; y María es
la humanidad en conjunto, el ser humano-divino.
Crucifixión-Amor-Muerte-y-Resurrección son, pues, fases de un
proceso fundamental que conduce a la dominación-vencimiento-
sometimiento-y-gobierno del ego a través de, y para, el sacrificio-
servicio por los demás. Y una vez el Hombre Nuevo ha nacido y ha
adquirido el gobierno de sí mismo, o, a otro nivel, una vez el hombre
pasa a la esfera social-y-espiritual y “sale de sí mismo”, gracias al
sacrificio de amor por los semejantes (la vida), ya no hay sobre él
más gobierno que el divino, cuya voz oye al otro lado del silencio, en
el fondo de sí mismo, sin más intermediario que la naturaleza. Y, así,
el despertar de la conciencia supone apercibirse, además de muchas
otras cosas, de que “Estado e Iglesia” (Juntos y por separado,
también), con su ejército, policía y clero, y demás, son absolutamente
incompatibles e irreconciliablemente opuestos al proceso cristiano y
al nacimiento del Hombre Nuevo, como así lo son la dominación,
opresión, violencia, engaño, abusos, etc, ejercidos sobre cualquiera
de nuestros semejantes, que son toda entidad viva, desde el átomo
hasta el conjunto del finito e ilimitado Universo.
En Virgo es donde la Virgen da a luz la semilla de Amor que
crece y se desarrolla en Libra, a través del amor a los semejantes y en
la cotidiana muerte del ego, para llegar a la Muerte-y-Resurrección
de Escorpio que dará lugar al hombre triple completo representado
por el Sagitario o por el Centauro-con-Lira que es Quirón. Y cuando
el ego se crucifica y muere en el amor a los demás, a la vida y al
propio amor, brota la flor en el centro de la cruz, y la rosa es el loto
que abre las puertas de la vida verdadera, sin muerte y sin tiempo.
Volvemos ahora, con la flor de loto en la mano, de nuevo a los
glifos y símbolos: El loto, Ankh o cruz de Isis (así como el lirio de
Juno, la planta de la inmortalidad) representa esa flor, surgiendo del
centro de la cruz (de una cruz en TAU):

115
Y si recordamos la cruz zodiacal con los signos YIN en la
horizontal, veremos que a la izquierda queda Tauro, y, a la derecha,
Piscis. Según esto, si añadimos al brazo izquierdo de la cruz ansada,
una media luna (la Luna tiene su exaltación en Tauro), y al brazo
derecho un símbolo de “infinito” (Piscis es el signo de la “disolución
cósmica”), estilizándolo convenientemente, llegaremos sin grandes
dificultades al signo de Virgo:

También el símbolo de Tanit (si recordamos que es alada y que porta


una espiga) nos lleva al mismo encuentro52.

Y, ya metidos de nuevo en símbolos, remarquemos que no es


irrelevante el que los glifos de Virgo y Escorpio sean tan similares:

En Virgo la dirección de la flecha marciana (g) ha sido orientada


hacia sí mismo, en el combate con el ego. La flecha comenzará a
emerger, tras el proceso de muerte-y-renacimiento escorpiano, desde
un medio YIN como es el de Escorpio, para ser disparada por el
Sagitario, en el signo siguiente. No es irrelevante la semejanza,
116
tampoco, porque hay que recordar que el antiguo zodíaco constaba
de diez signos, al agruparse los tres aludidos en uno sólo, y fueron
los babilonios los que comenzaron a diferenciar el signo de Libra, del
otro par. Quizás por aquí encontrásemos al camino hacia la tríada
que es la década, que nos pueda librar de los doce verdugos
zodiacales53, o dar con el decimotercer signo, o con la llave para
abrir la puerta de salida del Zodíaco. Concebida como una sub-serie,
la fase Virgo-Libra-Escorpio es el claro escenario del combate con la
serpiente, combate simbiótico que, alternativamente, toma visos de
lucha y de cooperación, y combate en el cual mejor es dejarse
devorar por la serpiente, para poder dominarla 54:

Aún con la regencia en Virgo, el Cinturón deja sentir su


influencia en otros signos, y no podría ser de otro modo, pues, así
como la tarea de Virgo es recopilar, recoger, recolectar la cosecha de
los seis primeros signos y ordenarla y distribuirla para atravesar el
resto del año, así el Cinturón “repasa” y traduce a realidades el
trabajo de los planetas personales, para salir de la esfera personal,
hacia los demás. Los Asteroides, en cuanto que transformadores-
realizadores de las energías planetarias, son los elementos “de
contacto” de todo el Zodíaco que sitúa su centro de operaciones
alrededor del grado 180°. De hecho, tanto el signo de Virgo, como el
Cinturón de Asteroides, podrían considerarse como especies de “sub-
zodíaco” o “subsistema planetario”, respectivamente, a modo de
“campo de pruebas, de ensayo” entre una y otra mitad de los sistemas
zodiacal y planetario. Y bien representativa de esto es la imagen
completa de Pentecostés: Un zodíaco completo (Los doce apóstoles),
el principio o imagen divina (La Virgen, en el centro) y realizando
117
todos ellos la “apertura del tercer ojo” al manifestarse, con el Espíritu
Santo la Trinidad divina completa y, de nuevo, unificada y una.
Y, llegados al punto de tratar las afinidades entre los Asteroides
y el Zodíaco, es el momento de considerar la cuestión de las
regencias. Evidentemente creemos que el Cinturón de Asteroides rige
el signo de Virgo, pero ya repetidas veces, varios autores han tratado
las remarcables relaciones de algunos Asteroides con signos distintos
a Virgo. Volvemos a lo de antes y es lógico pensarlo así, dado el
papel de los Asteroides en todo el conjunto zodiacal y planetario.
Para especificar tales relaciones, hemos elaborado un sistema de
regencias en el que, respetando el principio básico de atribuir el
destierro y la caída a los signos opuestos a los de regencia y
exaltación, respectivamente (y resistiendo a la tentación de relacionar
a Piscis con el Cinturón), introducimos las categorías de “armónico”
e “inarmónico”, con un criterio axial no tan rígido, para determinar
relaciones particulares de asteroides, por separado. En la elaboración
de tal sistema, fue de gran ayuda el contar con dos sistemas clásicos
de regencias, un tanto heterodoxos, como vamos a ver. El primero de
ellos55 es conocido como la Tabla de Gabies y se conserva en el
Museo del Louvre. Las correspondencias que presenta son las
siguientes:

118
Tales correspondencias no son, desde luego, las normalmente
conocidas, pero no por ello dejan de ser significativas, sobre todo, si,
en lugar de buscar regencias, buscamos afinidades y hasta
enseñanzas ocultas de las fuerzas, arquetipos y símbolos puestos en
juego. El otro sistema aludido es el descrito por Marcus Manilius en
su “Astronomicon”, tal como sigue:
“430. De este modo, Aries es gobernado por Palas, Tauro por
Citerea (Venus), Apolo (Sol) rige a los bellos Gemelos, El Cileno
(Mercurio) gobierna Cáncer y tú, Padre (Júpiter), con la Madre de los
dioses, gobiernas Leo. Virgo con sus espigas pertenece a Ceres, la
Balanza a Vulcano, como construida por él mismo, el agresivo
Escorpio a Marte; Diana (Luna) al cazador Sagitario pero en su parte
equina; el contraído signo de Capricornio pertenece a Vesta;

119
Acuario, signo contrario a Júpiter, es regido por Juno y Neptuno
reconoce como suyos a los Peces en el cielo”.
En los dos sistemas de regencias coinciden Palas, regente de
Aries, Ceres, regente de Virgo, y Juno, regente de Acuario (de nuevo
el Yod Aries-Virgo-Acuario). En el sistema de la Tabla de Gabies,
los elementos simbólicos colaterales que acompañan a los dioses son
coincidentes con el sistema de Manilius:

La afinidad Aries-Palas ya es descrita en la Mitología, al indicar


que Palas, virgen guerrera, nace de la cabeza (Aries) de Zeus y que
siempre vence a Ares (Marte), al combinar valor, destreza e
inteligencia, frente al impulso instintivo marciano. Parece, pues, que
el papel de Palas es importante para la “conducción” de la energía
marciana, en uno mismo (el enfrentamiento entre el 0° y el 180°). La
relación Ceres-Virgo es obvia y no presenta fisuras, y la de Juno con
Acuario combina el equilibrio y el impulso hacia la relación, con la
esplendorosa fuerza centrífuga de amor hacia el todo (El Pavo real en
Acuario). La de Vesta es la única de las cuatro que presenta una
alteración que, sin embargo parece ser significativa cuando la
combinamos con la alteración que presenta Vulcano (el único dios en

120
ambos sistemas que no tiene, hasta hoy, su correspondiente cuerpo
físico en el espacio), pues ambos están indicando partes o límites de
un mismo proceso, el que va, desde Virgo, hasta Capricornio, y que
se desarrolla a través de Libra, Escorpio y Sagitario. La llama (Vesta)
que surge de Virgo, crece en amor en Libra y devora la vieja
personalidad en Escorpio, originándose el Hombre triple de Sagitario
que culminará su camino al atravesar la Puerta de los Dioses en
Capricornio. El papel de Vulcano, según el proceso descrito, es el
que corresponde exactamente al de Quirón, que, precisamente, por
los efectos en él observados, ha sido asociado a los signos de Virgo
(medicina, sabiduría, enseñanza, servicio), Libra (uniones,
separaciones, bellas artes), Escorpio (medicina, muerte-inmortalidad,
arte bélico) y Sagitario (Quirón, además de ser centauro, es sabio,
maestro y cazador).
De igual modo reseñamos relaciones apuntadas entre Ceres y el
signo de Cáncer (la madre, la nutrición); entre Ceres y el eje Tauro-
Escorpio (el enfrentamiento Ceres-Hades por la compañía de
Perséfone); entre Vesta y Escorpio (Vesta remarcable en el área
sexual, dedicación, tenacidad)56, entre Palas y el eje Géminis-
Sagitario (cuestiones intelectuales, comunicación, filosofía; Palas es
el más firme apoyo de Zeus); entre Vesta y Capricornio (las
regencias de los dos sistemas, la soledad, el retiro, la sublimación);
entre Palas y Juno, con Libra (asteroides concernientes a justicia y a
matrimonio-asociación, respectivamente), y entre el conjunto de
Asteroides y el par Virgo-Libra, especialmente. Ya sólo queda, pues,
antes de pasar al sistema de regencias, considerar la cuestión de la
exaltación-caída.
Tradicionalmente, Virgo ha sido el lugar de regencia YIN y, al
mismo tiempo, de exaltación de Mercurio, por lo que este planeta,
cuya esencia es claramente manifestada por Virgo y cuya
identificación más evidente es con el signo de Géminis, encuentra,
como siempre, su lugar de exaltación en el signo de Virgo; sin
dejarlo de considerar, según esa exaltación, como el “regente
masculino (?)” de Virgo. Y la exaltación de los Asteroides nos
llevaría hasta el signo de Acuario, el cual también ha sido
considerado lugar de exaltación de Mercurio, dado que este planeta
121
es “octava inferior” de Urano, el regente de Acuario; el paso de una a
otra octava es el que llevan a cabo los Asteroides en Acuario. Ya la
Mitología apunta afinidades entre estos signos (Atenea enseña, ayuda
y alienta a Prometeo, ambos considerados “servidores de la
humanidad”; Hebe, la criada escanciadora del Olimpo, sustituida por
Ganímedes y desposada por Heracles; San Juan apóstol, pasa a
sustituir a Jesús en la compañía a la Virgen y recibe, de ella y de
Pedro, la palma), que las regencias clásicas confirman con la
presencia de Juno en el trono de Acuario; y, al fin y al cabo, Acuario
es la sexta casa solar para el sexto signo, Virgo, siendo lugar o signo
clave para el eje Virgo-Piscis, como Aries lo es para el eje Aries
Libra57, y volvemos a encontrarnos de nuevo con el Yod que
“marca” el signo de Virgo y el grado 180° del Zodíaco. Con todo lo
cual el susodicho sistema de regencias quedaría como sigue:

En el que los lugares “inarmónicos” de los Asteroides (los signos


opuestos a los armónicos) son relativos y más nominales que reales,
cosa que, en una cierta medida quizás debiéramos aplicar también al
destierro y a la caída (con todas las reservas necesarias hasta
comprobarse inequívocamente) ya que la misión básica de los
asteroides en el zodíaco es la de relacionarlo todo él entre sí.
Los Asteroides no sólo se ubican en el Cinturón, sino que,
prácticamente, pueden alcanzar cualquier punto del sistema solar. La
regencia de la Virgen tiene pues, su lugar en la franja correspon-
diente al Cinturón, pero se extiende a todo el sistema solar, al ser su
dominio el de los planetoides, asteroides, meteoros, fragmentos de
122
colisiones, descendiendo progresivamente, así, en tamaño, hasta el
polvo cósmico, la materia interestelar y el “plancton espacial”, lo
que, junto al fenómeno de los meteoros, es otra ilustrativa
transposición al plano de lo material, de lo que se supone el símbolo
de la Virgen como “mediación entre cielo y tierra” así como
“portadora del germen de vida”.
Ese germen de vida, o semilla de la Virgen, está simbolizado en
Astrología, por Quirón, al que, de entrada, en cuanto que asteroide, o
planetoide, o micro-cuerpo celeste, dadas las relaciones mitológicas
entre vírgenes y caballos, centauros y amazonas, así como las
relaciones históricas (las sincronicidades con el descubrimiento y los
afelios y perihelios de Quirón), y, así mismo, dado que Quirón
presenta una extrema inclinación orbital que lo lleva a transitar
lentamente (generacionalmente) los signos de la zona Acuario-Piscis-
Aries (entre 5 y 7 años en esos signos), mientras que pasa
rápidamente (personalmente) por los signos opuestos a esos (1 año
en Virgo); dado todo ello, pues (y aún más, lógicamente), asociamos
a Quirón con Virgo, pero con un papel diferente al de los Asteroides
del Cinturón, que lo lleva a constituirse en “agente conductor-
instructor” del proceso que cubre los signos de Virgo-Libra-
Escorpio-Sagitario, hasta Capricornio, representado, a escala
planetaria por el par Cinturón-Júpiter; por lo que el Asteroide-
Centauro extiende su regencia sobre los signos aludidos, y tal vez
más58. Los cuatro signos de este bloque viene a constituir el grupo de
signos consecutivos, dual por excelencia: Además de la remarcable
afinidad secuencial Virgo-Libra- Escorpio, Virgo y Sagitario, signos
dobles o duales (de la cuadruplicidad mutable), enmarcan Libra-
Escorpio, los signos cardinal y fijo, respectivamente, que, así mismo,
pueden ser tenidos por duales; Libra, oscilando entre uno y otro plato
de la Balanza, entre yo y el otro, entre los dos y los demás; y
Escorpio, signo fijo pero signo de cambio, debatiéndose en un
proceso de dos fases (muerte-renacimiento, destrucción-
construcción), entre dos realidades (lo visible y lo oculto) y hasta
simbolizado, además de por el escorpión, por una pareja de animales
(la serpiente y el águila).

123
Siendo Quirón un pasadizo o pórtico, y los Asteroides los
“servidores de la armonía planetaria” (D. Rudhyar), el Cinturón de
Asteroides se constituye en “pórtico de la conciencia” (Rudhyar),
que repasa y sumariza lo que ya ha sido, permite intuir lo venidero,
y, en definitiva, posibilita actuar en el presente.

124
LOS CUATRO ASTEROIDES Y SUS FUNCIONES PARTICULARES
(ASTEROIDES EN SIGNOS Y CASAS)

1. CERES

"Los discípulos dijeron a Jesús: Dinos como será nuestro fin.


Jesús dijo: ¿Habéis descubierto el principio, para que busquéis el
fin? Allí donde está el principio, allí estará el fin. Bienaventurado
aquel que se mantenga en el principio porque no probará la muerte
ni conocerá el fin.”
(Tomás, 18)

El número de asteroides, significativo como regencia de Virgo,


ya revela el punto de intersección entre el Tres y el Cuatro. Son,
podríamos decir, (cuatro que conforman una Unidad trinitaria. Ceres
es madre que contiene la trinidad Palas-Juno-Vesta, y Vesta resume,
concentra y focaliza el triple proceso Ceres-Palas-Juno; Palas y Juno
son diosas triples que, de una u otra forma, desarrollan o enfrentan el
juego de la polaridad y que, por ello, son los elementos más activos
en las relaciones. El principio triple, contenido en Démeter-Ceres es
expresado en las funciones de Palas, Juno y Vesta, y ésta, a su vez, lo
sumariza y condensa.
Como Cuatro, los Asteroides recuerdan las cuatro llaves que
nomina Enrique de Villena en su “Carta a los Veinte Sabios
Cordobeses”, alegoría alquímica en la que se habla de un cofre que
contiene “la piedra” y que se abre con “cuatro llaves muy
hermosamente labradas, la primera era de muchos colores, la
segunda, blanca, la tercera negra, la cuarta muy resplandeciente” 59.
Como Cuatro son, así mismo, los cuatro modos expresivos de la
energía sexual venusina, expresión, a su vez, del principio lunar.
Ceres es creación-generación y maternidad, así como nutrición y
cuidado; Palas usa la energía de Venus para la expresión intelectual y
artística; Juno expresa a Venus en las relaciones con los demás, en
general, y en las relaciones conyugales, en particular; y Vesta utiliza
la energía sexual para la renovación-regeneración del ego60.
Ceres, Madre, ligada al mito del Nacimiento-Muerte-
Resurrección, es el Asteroide-Cabeza o el Asteroide-Madre; primer
125
regente de Virgo que se desarrolla a través de cada una de las tres
vías subsiguientes, contenidas y generadas por Ceres:

Ceres, como función humana, es el instinto maternal, el impulso


a cuidar de los demás, a darse a ellos sin expectativas, a nutrirlos y
alimentarlos física, intelectual, emocional o espiritualmente. Es base
y sustento del amor al prójimo que, de distintas formas, va a ser
expresado por los otros Asteroides.
En su dimensión de “función maternal”, la influencia de Ceres
puede ser fundamental en los primeros años de vida, y una inarmonía
astrológica de Ceres puede indicar faltas en la infancia que
repercuten en la adultez.
Sus relaciones con el papel maternal (y también con la
agricultura y los cereales) extienden su efecto hacia temas relativos a
nutrición, alimentación e higiene (hasta pudiendo indicar complejos
psicológicos, relacionados o manifestados con la comida y la
alimentación, así como con peso y metabolismo), tanto como con
conflictos o temas sobre relaciones paterno-filiales, especialmente
los concernientes a dominación-independencia, atadura-separación,
falta de afecto maternal-paternal, complejos psicológicos en las
relaciones. El origen de muchos de los problemas indicados por
Ceres suele encontrarse, insistimos, en las experiencias (y no sólo de
infancia) vividas con los padres y, recordando el mito, el proceso de
separación o independización del hijo, puede ser el punto traumático
clave de una Ceres prominente, que, además, no andará muy lejos de
la necesidad de comprensión del proceso vida-muerte, y de en-
tenderlo como necesidad de transformación y regeneración, a través,
126
principalmente, de la muerte cotidiana del “compartir y darse a los
demás”.
Igualmente, rasgos de dominación, autoritarismo, severidad y
posesividad pueden ser consecuentes de una posición conflictiva de
Ceres. En este área, los tránsitos de Ceres pueden indicar, tanto
acontecimientos relativos a procesos de independización del hogar
paterno, conflictos paterno-filiales por cuestiones de autoridad o
independencia; como recurrencias de conflictos psicológicos graves,
originados en la infancia. En otro orden de cosas, y ya que hablamos
de tránsitos, los de Ceres pueden indicar acontecimientos relativos a
embarazos, partos, desarrollo físico, períodos de ayunos y de
reajustes en la alimentación.
Ceres es, igualmente, diosa de la agricultura y del trabajo. En el
horóscopo, es indicativa de productividad y capacidad laborales, y
suele relacionarse con trabajos serviciales, con trabajos en medicina
y salud, en agricultura, en relaciones sindicales, con huelgas y
desempleo, y con incapacidades laborales y accidentes de trabajo.

127
128
Ceres en los Signos

Llegados a este punto, debemos hacer un breve paréntesis puesto


que tocamos aquí un tema que merece ser aclarado. Y es que el uso
de los “recetarios astrológicos”, tipo planetas-en-signos-y-casas,
propicia críticas que no son nada inadecuadas y que llevan a ponerlos
(a los “recetarios”) en entredicho. Pero lo que suele ocurrir en la
mayoría de los casos es que lo que falla no es el “recetario” en sí,
sino la forma de usarlo. Cuando uno se encuentra con el susodicho
“recetario”, la reacción inmediata es, normalmente, la de ir a leer lo
que dice sobre aquel planeta en aquel signo (aquellos que uno tiene
en su propio tema natal) y comprobar, así, su validez viendo si lo que
allí se dice corresponde a lo que uno sabe sobre sí mismo, al
respecto. El promedio de “aciertos” o “errores” es lo que da pie al
consultante, a juzgar y valorar el “recetario” en cuestión. Y lo bien
cierto es que el número de “aciertos” es prácticamente igual al de
“errores”, lo cual debiera, desde luego, poner en evidencia de falta al
“recetario”; pero no, no es así. Lo que ha ocurrido es que el método
de “valoración” usado es astrológicamente inaceptable. Ya dijimos
que un tema natal es un cúmulo de interrelaciones planetario-
zodiacales, con efectos contradictorios-compensatorios abundantes,
que se superan, o contrarrestan, o desequilibran, entre sí, según los
casos; y la interpretación astrológica tiene, como uno de sus
objetivos imprescindibles, que dilucidar esas predominancias y
compensaciones, a través de un análisis de los elementos que
intervienen en la carta, y de sus relaciones (con sus resultados), entre
sí. Por lo que, perfectamente, puede ocurrir que una persona que
tenga el planeta X en el signo Y, lea en el “recetario astrológico” el
apartado correspondiente a “X en Y” y se encuentre con que allí dice
todo lo contrario a lo que él manifiesta; lo cual es, astrológicamente,
factible, puesto que la información que ofrecen los “recetarios” ni
mucho menos es el resultado final de una interpretación, sino todo lo
contrario: la hipótesis de partida para analizar tal planeta en tal signo,
casa o aspecto; y, tras el análisis, una vez evaluados los efectos que
recibe, el tal planeta, y su respuesta a ellos, podemos encontrarnos
con un resultado completamente opuesto (o distinto, sin más) al de la
129
hipótesis de partida.
Así pues, si bien la aplicación directa de los “recetarios” arroja, a
veces, información relevante “a primera vista”, hay que tener en
cuenta que la regla es que no siempre va a ser así. Y con ese criterio
deben ser abordados los “recetarios”. No van a darnos soluciones ni
resultados (salvo en casos excepcionales), esos serán el resultado del
trabajo de interpretación, para el cual, la base nos la suministrarán los
consabidos “recetarios” y, a partir de ella, podremos llegar a
conclusiones más fiables, o lo que es lo mismo, “compulsadas y
comprobadas”.

Ceres en Aries

En Aries, el instinto maternal empuja, de forma activa, a atender


a los demás, casi hasta la obsesión por ser útil a ellos.
Puede ser indicativo de una independencia temprana (o de
separaciones familiares prematuras), así como de conflictos paterno-
filiales que no tienden a ser de largo alcance, si bien es, ésta,
posición muy sensible a la dominación paterna.
Aquí Ceres tiende a dar a los demás sentido de autonomía y
autodeterminación, tendencia que puede verse disturbiada (incluso en
el propio nativo) por la precipitación (autonomía irresponsable o
prematura).

Ceres en Tauro

Esta es la posición en la que el instinto maternal más acusa los


rasgos de posesividad y, así, propicia separaciones traumáticas y
dolorosas.
Así mismo, se ponen aquí de manifiesto las relaciones de Ceres
con la nutrición y la alimentación, y puede ser, ésta, posición, tanto
de tendencias gastronómicas, como de problemas psicológicos
relativos a la comida y retrotraibles incluso hasta la freudiana “fase
oral”. Ceres tiende a dar, en Tauro, protección, seguridad material,
130
confort, comodidad y alimento, a los demás. Y es una posición que
inclina (y favorece) a la relación con la tierra, en cualquier nivel
(amor a la tierra, agricultura, geología...).

Ceres en Géminis

Posición que facilita la comunicación (sobre todo oral y escrita)


ya que es ésta la vía a través de la que Ceres se ofrece a los demás,
aportándoles, sobre todo, “nutrición intelectual”.
Puede ser que Ceres no acomode del todo la fuerte dualidad
geminiana y, en más de una ocasión, la necesidad de concentración
(frente al exceso de dispersión) y hasta de soledad, puede llegar a ser
apremiante.
Son posibles, trastornos intestinales de origen psicológico, así
como ansiedad e inquietud respecto a los seres queridos más
cercanos o las personas más allegadas.

Ceres en Cáncer

Como Tauro, Cáncer acrecienta con intensidad el carácter


maternal de Ceres, sustituyendo el riesgo de posesividad taurino, por
el de “opresión emocional” o “maternidad absorbente”. Comporta,
así mismo, riesgos de dependencia e influenciabilidad emocional, a
través de la compasión maternal. Pero, en general, es la posición
“maternal” más antonomástica y facilita, así mismo, las cuestiones
relativas a asuntos domésticos, alimentación-nutrición (en la acción
maternal puede hacerse obsesiva la insistencia en este punto) y
asuntos de terrenos y bienes inmuebles.
No son infrecuentes los rasgos de conservadurismo, tradicio-
nalismo, nacionalismo y atracción, gusto y respeto por el pasado.

131
Ceres en Leo

Una posición más que idónea para el trato con los niños, así
como para disfrutar de una prolífica naturaleza. Puede ser, así
mismo, propia del artista creativo y, en cualquier caso, indica una
fuente de creatividad importante.
El papel paternal tiende a teñirse de rasgos maternales, hasta
incluso presentarse casos de padres (varones) que hacen de madre,
mientras la mujer ocupa otras actividades. Como, por otro lado,
puede ser el caso del artista-maestro y el del instructor deportivo,
preocupados por la higiene, alimentación y salud (material o
espiritual) de sus discípulos.
No es tampoco infrecuente el caso de “padrazo” (o “madraza”)
excesivamente consentidor, o “ciego” para ver los defectos de los
hijos, o los suyos propios respecto a ellos.

Ceres en Virgo

Esta es la situación propicia para que Ceres pueda cuidar y servir


a los demás con los resultados más efectivos, al conjugar el espíritu
de servicio con la eficiencia en ello, sumándose los anhelos de
perfección y de utilidad a los demás.
Ya no en el servicio solamente, sino en el trabajo, en general,
esas cualidades, unidas al anhelo de perfección, propician resultados
propios del trabajador-artista, en cuanto que, hasta las tareas más
fútiles tienden a ser realizadas con prolijidad, atención y método;
denotando claramente que, en este caso, la creatividad, expresada
más en la intención que en su materialización en sí, suele ser más el
resultado de un trabajo constructivo y exhaustivo, que de una
“conexión directa con las Musas”, o bien, y dicho de otro modo, esa
conexión es, aquí, resultado o culminación de la dedicación al
trabajo.
Las preocupaciones espontáneas de Ceres en Virgo, se dirigen,
así mismo, hacia la alimentación y, sobre todo, la higiene (así como
la medicina preventiva, equilibrio psico-físico integral,...). En este
132
área es donde más claramente suele manifestarse el deseo de
purificación y perfeccionamiento, y hasta el organismo es receptivo a
dietas naturales de purificación, de reajuste, higienistas,...
Aun siendo, ésta de Ceres, una de las facetas que con mayor
nitidez muestra al signo de Virgo, no por ello deja de manifestar las
tendencias solitarias del mismo y la dificultad de comprensión (por
parte de los demás) de su propia psicología. La capacidad crítica y
discriminatoria, y el fuerte sentido del orden y la moral de Ceres
tienden a orientarse hacia sí mismo, contribuyendo a la complejidad
mental y psicológica y a la tendencia interiorizadora.

Ceres en Libra

Como derivación de la posición anterior, las personas


circundantes a este nativo-tipo se benefician de su trato amable,
condescendiente y armonioso, así como de su tendencia y capacidad
para la cooperación, especialmente en el terreno laboral. La posición
apunta tendencias a dependencias y ataduras, sin embargo, hemos
observado algunos casos en los que no ocurría así (sin que el resto de
la carta lo indicase con claridad); pero, en cualquier caso, (o en uno u
otro sentido) lo cierto es que la relación Ceres-atadura y la propia
naturaleza de Libra hacen pensar que la disyuntiva atadura-
independencia es un ítem importante con esta posición. Hemos
podido observar casos que confirmaban la tendencia a establecer la
propia escala de valores según la capacidad para propiciar un entorno
armonioso, y para transmitir sentido de armonía, estética y equilibrio
a los demás.

Ceres en Escorpio

Posición ésta con enorme énfasis en la propia transformación-


regeneración, vehiculizada a través de los propios hijos (físicos o
no), en particular, y del sentido maternal expresado como cuidado y
servicio a los demás, en general, y comportando, las más de las
133
veces, una entrega intensa, profunda y total.
No es extraño encontrar esta posición en sanadores, psicólogos y
médicos, muy especialmente ginecólogos, así como en personas con
capacidades curativas y notables poderes de penetración psicológica.
Es, igualmente, posición propicia a trabajos de investigación, y que
inclina al interés por lo oculto y los misterios, en general, y por los
secretos básicos de la vida y de la muerte, en particular.

Ceres en Sagitario

En este signo puede llegar a ser predominante la tendencia a la


independencia y a seguir el propio camino, sobre la consideración de
la efectividad del servicio a los demás, pudiendo llegar a darse el
caso paradójico de que el nativo-tipo pretenda servir a los demás y
tal servicio fracase por desatender a los demás, por no situarse en el
nivel de comunicación (o con la orientación debida) requerido.
Es posición propicia para el magisterio, en cualquier sentido,
pero la tendencia antes aludida puede manifestarse, aquí, como
intransigencia e intolerancia con los educandos (con sus críticas,
sobre todo), así como en tendencia a emitir juicios inmisericordes,
inoportunos o prepotentes.
Como en Escorpio, Ceres propicia aquí, también, la exploración
mental, pero en dirección más sagitariana; es, por decirlo así, una
buena predisposición para llegar a la fe a través, o con, la razón. Las
usuales “visiones” sagitarianas son igualmente captadas por Ceres,
pero, debidamente analizadas y reelaboradas, no sólo no correrán el
riesgo de ser engañosas, sino que contribuirán a expandir los límites
del propio intelecto.

Ceres en Capricornio

Más como en Leo que como en Cáncer, Ceres tiende, aquí en


Capricornio, a conjugar los roles paternal y maternal, introduciendo,
además, una marcada relevancia sobre la enseñanza y el aprendizaje,
134
como componentes importantes de la “nutrición”. El proceso
educativo tiende a ser estructurado, y no es ajeno al sistema premio-
castigo, si bien la tendencia más usual es a enfatizar más el premio
(la conquista lograda) que el castigo. Cuestiones como la
responsabilidad, los logros obtenidos, el sentido de previsión y
administración, suelen ser, del mismo modo, inculcados con
tenacidad al educar, no sólo a los niños, sino a los adultos, también.
No es extraño que el impulso maternal se convierta en meta perenne
y pueda, esta posición, propiciar el desarrollo de ese impulso a nivel
más social, regional, nacional,...

Ceres en Acuario

El sentido práctico de Ceres se expresa, en Acuario, en un medio


favorable a la intuición; conjugación que permite al nativo-tipo
desarrollar su individualidad-autodeterminación de forma, en
general, armoniosa y agraciada, facilitando posiciones idóneas, tareas
adecuadas, proyectos perseguidos, esperanzas, anhelos,... Además,
Ceres puede contener bastante bien la irresponsabilidad acuariana y
reducir la tendencia al fácil compromiso con otros que luego queda
defraudado; e igualmente “lima” tendencias despóticas, extremistas o
intransigentes, que el signo puede hacer manifestar en el seno de
grupos.
En cualquier caso, el sentido de eficiencia y de moral aportados
por Ceres, pueden hacerse necesarios ante tendencias a rebeldías y
rechazos injustificados, que, no obstante, esta posición puede hacer
manifestar.

Ceres en Piscis

No parece estar muy incómoda Ceres en Piscis, pese a ser éste su


signo nominal de Destierro. Aun así, las intensas tendencias
compasivas, hospitalarias y serviciales que manifiesta esta posición
pueden, tanto dispersarse por desorganización, como enfocarse hacia
135
direcciones erróneas, como disturbiar al nativo de su verdadero
camino, como comportar duros sacrificios (lo que, sin embargo, sería
lo más deseable desde el punto de vista del karma); todo ello, si el
sentido práctico de Ceres no traduce a realidades factibles y tangibles
las intuiciones e inspiraciones que el medio de Piscis propicia.
Es, como en muchos otros casos relativos, posición que facilita e
inclina a trabajos tipo casa XII (en hospitales, asilos, psiquiátricos,
cárceles, residencias, servicios sociales,...).

Ceres en las Casas

Ceres en Casa I

La vida, en general, tiende a verse condicionada por el desarrollo


del instinto maternal de Ceres. Así mismo, rasgos maternales
conforman el carácter y la expresión externa, mostrándose como
tales, modestia, atención e interés por los demás, cuidado en el
aspecto físico y externo, naturalidad algo tímida en las formas
expresivas, pero amable y cariñosa.

Ceres en Casa II

Buena posición (como con los otros tres Asteroides) para una
eficiente administración económica, así como para preocuparse por
la seguridad de los propios recursos y de los medios de subsistencia
básicos, y, así mismo, para promover tendencias a adquirir y
acumular.
Parece posición favorable para compra-ventas de terrenos.

Ceres en Casa III

Comunicación, escritos y diálogos suelen orientarse hacia


cuestiones relacionadas con la naturaleza, funciones naturales,
136
alimentación, productividad, cuestiones laborales. Temas que,
igualmente, pueden copar inquietudes mentales.
Es bastante obvia aquí la inclinación a viajes cortos y
excursiones a medios naturales (campo, montaña).
Y, así mismo, la capacidad de asimilación y de aprendizaje, así
como la curiosidad y el interés en noticias de actualidad, pueden ser
notorios.

Ceres en Casa IV

En esta casa, Ceres puede comportar responsabilidades y


ataduras familiares, pero, en general, ésta es posición favorable a los
asuntos familiares y domésticos.
El hogar puede, fácilmente, convertirse en lugar de trabajo, y las
tareas domésticas no tienden a ser desatendidas sino, más bien, todo
lo contrario.
De nuevo, este sector hace que Ceres ponga en juego su interés
en la dietética y su preocupación por la nutrición, así como su arte
culinario.

Ceres en Casa V

Ceres confiere aquí facilidades para el trato con los niños y gusto
por las diversiones al aire libre.
Algunos casos observados confirman la disposición para atender,
cuidar y sanar enfermos.
Las actividades creativas que esta posición puede propiciar,
tenderán a orientarse hacia la eficacia didáctica. Ceres suele ser más
artesana que artista.
Puede ser, ésta, posición indicativa de fertilidad.

137
Ceres en Casa VI

Una vez más, Ceres ve facilitado su interés en la higiene y la


salud, en esta casa. Pero el énfasis particular de la misma es la
capacidad y productividad laborales que comporta. La combinación
de ambos estímulos puede propiciar trabajos relacionados con dieté-
tica y alimentación, así como con relaciones laborales y sindicales.
El trabajo y el servicio llegan fácilmente a constituirse en ideales
para este nativo-tipo.

Ceres en Casa VII

La relación conyugal puede, según esta posición, constituirse en


la fuente de “alimento espiritual”, del nativo. Asimismo, pueden ser
relevantes, en esa relación, los roles de padre o madre por parte de
uno de los cónyuges respecto al otro. La dependencia puede llegar a
ser excesiva y dañar la convivencia. Es, del mismo modo, posición
que favorece un trabajo eficiente y exitoso, con apoyo o colabo-
ración.

Ceres en Casa VIII

Esta posición despierta la sensibilidad “asimiladora” ante


experiencias profundas e intensas, traduciéndose en curiosidad por lo
desconocido e interés por los secretos de la vida y la muerte (consta-
tamos algunos casos en los que el nativo tuvo que asistir a un
agonizante en sus últimos momentos).
Es posición adecuada para la medicina y la ginecología.
La sexualidad tiende a constituirse en fuente de conocimiento,
pero, en cualquier caso, tiende a manifestarse con intensidad. Aquí
Ceres puede originar problemas similares a los de un Saturno en casa
VIII, pero con mayor tendencia a que la fijación sea con la madre o a
que se manifieste en la relación madre-hijo o hija, como condicio-
nante obstructivo de la sexualidad.
138
Parece favorecer, aquí, Ceres, las finanzas indirectas, o a través
de terceros, e incrementar las posibilidades de legados o herencias
sustanciosos.

Ceres en Casa IX

Pueden esperarse, con esta posición, gratificantes viajes (o


relaciones) extranjeros, predominando la tendencia a llevarlos a cabo
de forma simple, cómoda y natural (camping, bicicleta, trekking) y
constituyéndose en experiencias de ampliación de los horizontes
mentales y filosóficos. Propicia, pues, la peregrinación.
Tanto los viajes, como las actividades expansivas, así como la
propia independencia, tienden a ser consideradas como “vitales” para
uno mismo.
El sentido ético y moral puede ser estricto, pero eficaz y práctico,
como así lo suelen ser las concepciones filosóficas, religiosas y los
propios ideales. Y son augurables brillantes trabajos en las altas
ciencias.

Ceres en Casa X

Con esta posición hemos comprobado tendencias profesionales


(no laborales, es decir, vocacionales también), relativas a la alimen-
tación, nutrición, dietética, higiene y servicios públicos.
La eficiencia laboral, en general, y administradora, en particular,
son, aquí, notorias, y las compensaciones que llegan con el tiempo,
tienden a ser generosas y altamente gratificantes.
No son infrecuentes las carreras políticas, económicas, ni las
tareas sindicales.

Ceres en Casa XI

También hemos constatado, relativos a esta posición, casos de


139
trabajos en grupos humanitarios, de ideales colectivistas y
comunitarios, que, aún en los casos claramente utópicos, la puesta en
práctica solía ser realista y eficaz.
Suelen manifestarse tendencias a integrarse en (o proceder de)
maxi- familias.
En condiciones ideales, podría asegurarse el éxito de una comuna
integrada por nativos con Ceres en la casa XI, y, en general,
cooperativas, corporaciones, grupos, cuentan con firmes soportes en
estos nativos.

Ceres en Casa XII

Con esta posición hemos observado dos casos de esterilidad y, en


ambos, se palió el, más o menos traumático, shock inicial, con
sentido racionalista y realista.
Así mismo, observamos casos en los que una intensa vida
espiritual era traducida y expresada en hechos y términos realistas,
prácticos y pragmáticos.
Parece pues, que las capacidades de Ceres reducen la presión
típica de los temas de casa XII, si bien éstos, no por ello dejan de
manifestarse; y, en particular (de confirmarse en otras áreas), la
relación paterno-filial puede comportar un carácter kármico.
Las empresas espirituales pueden ser de la mayor importancia y
gravedad (en su mejor sentido).

140
2. PALAS ATENEA

“Jesús ha dicho: si conoces lo que está delante de tu vista, te será


desvelado lo que está oculto, pues no hay nada secreto que no se
manifestará.”

(Tomás, 5)

Las adscripciones que la mitología confiere a Palas Atenea ya


conforman una inequívoca alusión al signo de Virgo. Es diosa de la
Razón, la Lógica, la Inteligencia, la Sabiduría, la Prudencia y la
Salud Pública, entre otras cosas y, astrológicamente, es el Principio
de Inteligencia Creativa. Su regencia la sitúa a medio camino entre
Géminis y Sagitario, eje con el que Palas muestra una marcada
afinidad.
Si con Ceres predomina la constructividad-laboriosidad sobre la
creatividad, Palas sublima la energía sexual lunar-venusiana hacia la
creación mental, propiciando la creatividad artística. Sin embargo, en
Palas también se manifiesta la tendencia a la eficiencia, utilidad y
perfeccionismo, por lo que, hasta las creaciones artísticas suelen
perseguir fines útiles. Palas conjuga la inteligencia mercuriana con la
intuición y creatividad propiciadas por la energía sexual, y traduce el
instinto de procreación, en un acto creativo, a obras mentales,
técnicas, intelectuales, filosóficas y artísticas.
Palas es, con Vesta, el claro ejemplo de virgen que rechaza su
función sexual y que constituye un símbolo de independencia y una
vía hacia la endogénesis espiritual. Como símbolo que es, la
virginidad no traduce “castidad” a “ausencia de sexualidad”, sino que
es símbolo de purificación e independencia; pero las funciones
sublimadoras de Palas (intelectual) y Vesta (espiritual) muestran los
dos caminos hacia la unión interior sin intermediario sexual, o, lo que
es lo mismo, sin las ataduras del sexo. No obstante, con Palas hay
que considerar que el rechazo del sexo puede muy bien tener su
origen en una etapa infantil o temprana y ser relativo a la relación
con el padre (normalmente, identificación con él), como también
puede ocurrir así sin haber rechazo del sexo y tendiendo a identificar
la pareja sexual con el rol paternal idealizado.
141
142
Aún hay otros problemas que, a este respecto, Palas puede hacer
manifestar. La propia presión social hacia la actividad sexual puede
motivar en el tipo Palas inseguridad y sentimiento de marginación,
cuando se hace patente su desinterés hacia el sexo, y originar, a su
vez, complejos de comportamiento, potenciados por la natural
timidez del signo de Virgo, compensatorios de su imagen sexual
frente a la sociedad (expresión sexual descompensada, androginia,
virilidad o feminidad exageradas), así como ambiciones
profesionales obsesivas, rasgos de prepotencia y superioridad, de
autosuficiencia ofensiva (que en realidad es defensiva) y bloqueos de
la sensibilidad y de la comunicación.
La unión consigo mismo propiciada por Palas posibilita una
mayor capacidad de visión interna (intuición, inspiración, genio) que,
unida a los poderes de coordinación, planificación, ordenación y
eficiencia, así mismo propios de Palas, y sin desdeñar su astucia y su
prudencia, se traduce a un gran potencial de servicio social altamente
benéfico y efectivo, así como a una fuerte predisposición al
magisterio y la enseñanza.
Ese potencial de servicio social puede, a veces, conducir a
carreras políticas, pero Palas suele defender más las leyes no escritas
y los principios de la Tradición, por lo que es mucho más frecuente
que incline a activas militancias en grupos pro-derechos humanos,
pacifistas y antimilitaristas (por paradójico que pueda sonar, pues
Palas es guerrera que prefiere soluciones pacíficas), marginados,
feministas, anarquistas (aun siendo brazo derecho de Zeus, Palas es
quien ayuda a Prometeo a robar el fuego de los dioses), ecologistas...
No obstante no hay que olvidar el hecho de que Palas es una diosa
guerrera que ejemplifica la afinidad del signo de Virgo con asuntos
militares, no tanto por la marcialidad (la agresividad), sino por ser
idóneos para que el signo acomode sus tendencias al orden,
disciplina, obediencia y servicio.
Igualmente el servicio puede desarrollarse por la predisposición a
la salud y la higiene que Palas comparte con Ceres (y con Juno y
Vesta, en diferente medida). Palas inclina hacia técnicas curativas
integrales en las que el papel de la actividad mental suele (o puede)
quedar en primer plano. La higiene corporal y la gimnasia son, así
143
mismo, constantes de esa inclinación. Todo lo cual posibilita un
eficiente desarrollo del control mental sobre el metabolismo y las
corrientes energéticas corporales que, igualmente, puede
exteriorizarse y expresarse como facultades y poderes curativos.

Palas en los Signos

Palas en Aries

La disposición laboral y la entrega al trabajo suelen ser, en Aries,


intensas y “a fondo”, si bien puede darse una disturbiadora tendencia
a comenzar más cosas de las que uno puede llevar a cabo o a buen
término.
No parece que el signo de Aries siente mal a Palas, y éste es para
ella uno de los lugares idóneos para desplegar sus claras dotes
creativas y artísticas; y, así mismo, es un lugar en el que la
creatividad de Palas es respuesta espontánea (y hasta necesaria) a la
fuerte presión mental y cerebral que la posición conlleva.
144
No sólo el arte, sino, también, el campo de experimentación
intelectual, es terreno idóneo para encauzar las inquietudes mentales
de esta Palas. Las percepciones e inspiraciones pueden ser
anticipadoras y acertadas, y surgir de forma repentina, pero,
propiciadas, en la mayoría de los casos, por esa tendencia
exploradora en lo mental. Es posición conveniente al ejercicio físico
y a la coordinación inteligente de la acción y el movimiento. Y no es
posición extraña a causas militantes por cuestiones de ideales,
creencias y justicia social.

Palas en Tauro

Si el impulso creativo surge propiciado por el fogoso trabajo en


Aries, la capacidad artística que Palas suele conferir, en Tauro, es
exponente de la sensibilidad estética y el sentido de orden armónico
que, en este signo venusiano, aporta el elemento tierra. Como efecto
propio de este elemento, la creación surge (más que de la exploración
mental, como en Aries) de la recopilación y asimilación de elementos
externos; y sus finalidades no dejan de comportar un cierto sentido
práctico o utilitario, por lo que la artesanía y la decoración suelen ser,
igualmente, campos idóneos para la expresión de Palas.
Es, pues, una posición que conjuga receptividad y buena
disposición mentales, con sensibilidad, sensitividad y magnetismo,
propiciando, sobre todo, creatividad artesanal y artística.
La disposición higienista la manifiesta, Palas, sobre todo en el
terreno de la alimentación, persiguiendo calidad y naturalidad en ella,
sin por ello dejar de lado la exquisitez y hasta el sibaritismo.
En su faceta social, Palas muestra aquí su apego a la tierra, y lo
expresa como ecologismo y movimientos de defensa de la tierra.

Palas en Géminis

Si bien la tendencia general, aquí, es a que Palas se exprese


oralmente y por escrito, es mayor la tendencia a lo primero que a lo
145
segundo. Declamación y oratoria son vehículos adecuados para que
Palas despliegue sus cualidades artísticas (actores), intelectuales
(oradores, políticos) y científicas (médicos); en casi todos los casos
la palabra cobra una fuerza proyectiva notable, posibilitando, tanto el
actor cuya declamación conmueve las fibras nerviosas y hace
contener la respiración, como el médico o psicólogo que puede usar
la voz como fuerza curativa.
Observamos casos como éstos en temas en los que abundaba una
especial prominencia del eje Tauro-Escorpio, por lo que no es
desdeñable tampoco (y hasta conveniente, como compensación) la
actividad manual o física, sobre todo si tenemos en cuenta el riesgo
de dispersión que Géminis conlleva. En esos casos aludidos,
efectivamente la dispersión mental, laboral, psicológica, hacía
claramente recomendable un ejercicio compensatorio (el actor que
necesita trabajar más la expresión corporal; el médico que precisa
propiciar la concentración, focalizando su actividad en escritos, por
ejemplo). Como era de esperar, Palas en Géminis facilita el interés
por el estudio y el aprendizaje, y conforma un prototipo de “eterno
estudiante” (en cualquier sentido).

Palas en Cáncer

Camino propicio hacia el reencuentro con las propias raíces.


Palas facilita, en Cáncer, una mejor comprensión racional de los
sentimientos, los cuales son, en cualquier caso, sometidos a crítica y
análisis más o menos concienzudos. Los intereses se orientan hacia el
pasado, las raíces históricas y familiares, lo cual puede, muy bien,
llegar a condicionar la idea del medio doméstico (decoración clásica
o “antigua”; casa de herencia familiar, ambiente artístico-intelectual
en el hogar,...). Se conjugan aquí capacidades sensitivas empáticas y
perceptivas, con poderes físicos “armonizadores” y no es extraño
encontrar, por ejemplo, masajistas (a lo que tan dado se muestra el
signo de Cáncer) con esta posición.

146
Palas en Leo

Con esta posición hemos observado casos de fuertes capacidades


creativas, así como de tendencias espontáneas a juegos y diversiones
concibiéndolos como terapias o formas de armonización personal. Y,
en cualquier caso, parece ser incidente la exhibición de autoconfianza
y sentido de seguridad personal, que, en no pocas ocasiones, deviene
en hipervaloración del propio ego sobre el de los demás. La
tendencia a imponerse, en cualquier sentido, parece intrínseca a esta
posición y, tanto con sutiles argucias, como con potente expresión
dramática, o bien por simple autoridad natural, este nativo-tipo tiende
indefectiblemente a conseguir cuanto se propone.
Esas disposiciones, conjugadas con rasgos carismáticos, así
mismo intrínsecos al signo, facilitan papeles de líder, maestro, guía,
instructor, así como de actores (populares, carismáticos) y de
personas con “don de gentes”.

Palas en Virgo

Es éste un típico “factor Virgo” en un tema natal. Incluso en


cartas en las que las líneas dominantes apuntaban en sentido opuesto,
se daban claras tendencias al servicio a los demás, deseos de ser y
mostrarse útil y eficiencia y anhelo de perfección en las tareas.
Igualmente, aquí es donde más claramente se expresan las
finalidades prácticas y utilitarias de las tareas creativas, y así, es
posición de fuertes tendencias (por ejemplo) hacia alguna actividad
artesanal (muy especialmente alfarería y telares e hilaturas).
Las capacidades lógicas, analíticas, discriminatorias y críticas
son, como era de esperar, prominentes y de alto nivel, conformando
una especial facilidad para captar la esencia más simple de las cosas.
Y, como igualmente era de esperar, la preocupación por la salud
y la higiene, inclina a modos de vida y alimentación naturales, a la
práctica de ayunos y purificaciones, a la organización de la dieta, al
mantenimiento equilibrado de las funciones metabólicas, y a la
afición por las hierbas y los métodos curativos naturales.
147
Las inquietudes sociales inclinarán, aquí, a Palas a la defensa de
los derechos humanos, de la forma más directa y eficiente; y a
otorgar predominancia a los propios requisitos morales y de
conciencia (las leyes no escritas) sobre la legalidad vigente, lo que es
base de integración en movimientos anarquistas y pro-defensa de
minorías y marginados (prefiriéndose, en cualquier caso, las
pequeñas acciones, en pequeños grupos, tendentes a resultados
inmediatos, efectivos y tangibles).

Palas en Libra

También son remarcables las afinidades de Palas con Libra, ya


que aquella manifiesta perfectamente sus cualidades equilibradoras y
armonizadoras en el signo de la Balanza. Es, por ello, posición que
denota gustos y capacidades e intereses artísticos y que, además de
artistas sin más, puede dar diseñadores gráficos, arquitectos (las
percepciones espaciales son notorias con esta posición),
decoradores,...
Así mismo se ven potenciadas las tendencias y facultades
conciliadoras y relacionadoras en lo social, así como facilidades para
el trabajo en colaboración o cooperación.
El “fallo” más observado de esta posición es el relativo al
cuidado físico y de la salud y, como tantas veces ocurre en variados
contextos, el signo del equilibrio es factor de desequilibrios.
Del mismo modo, la general tendencia a la defensa de los
derechos humanos, al pacifismo y a la no violencia, a veces muestra
casos paradójicos de “violenta militancia pacifista”, o, más
comúnmente, el caso del “no-violento” que muestra rasgos de
carácter violentos. Puede, pues, considerarse “posición combativa”
de Palas, pero Palas es guerrera que prefiere las soluciones pacíficas:
la combatividad, de surgir, no es inmediata.

148
Palas en Escorpio

Escorpio favorece en Palas, cualidades para una penetrante


percepción, para la investigación y para dilucidar enigmas, así como
para una visión global de la realidad a través de sus mecanismos
ocultos.
Las facilidades escorpianas pueden dotar para trabajos en
psiquiatría y psicología, en sexología, y en ocultismo, y, en general,
para aquellos que impliquen secretos, investigaciones, desvelar
misterios o articular estrategias (suele darse una especial disposición
para comprender y manejar símbolos).
El trabajo puede atraer una dedicación total y obsesiva (que
incluso podría ser causa de separaciones, o, más usualmente, de
escasez de vida familiar o afectiva), así como también pueden cobrar
esa forma los normales intereses escorpianos.
(Observamos varios casos de fotógrafos-artistas, simbolistas, con
esta posición).

Palas en Sagitario

En Sagitario, como ya anunciaba Escorpio, la percepción se hace


más conceptual y, en cierto modo, los mecanismos ocultos son
aprehendidos como consecuencia del “primer golpe de vista”, y de
un inmediato y electivo análisis-síntesis conceptuales. De igual modo
son expresados y mantenidos los ideales filosófico-religiosos y
muchas veces, no sólo son expresados de forma práctica y utilitaria,
sino que hasta la practicidad y el utilitarismo pueden ser
condicionantes de los ideales.
La capacidad de visión sagitariana facilita a Palas la captación de
la ideología subyacente en un determinado medio, favoreciendo, así,
la comprensión ideológica en función de los condicionantes espacio-
temporales, lo que predispone a desempeñar funciones de “consejero
de gobierno”, de organización, de gran empresa,...
Es éste un caso en el que la propia filosofía y las creencias
religiosas personales condicionan fácilmente la ideología; y las
149
actividades sociales a que esta posición pueda dar lugar, comportan
ese matiz.

Palas en Capricornio

Capricornio hace que Palas dirija su atención hacia las estruc-


turas, bases y soportes, confiriendo tanto facilidad de percepción
estructural, como tendencia a constituirse, el propio nativo, en pieza
clave en el soporte o estructura de un cuerpo mayor (puede ser
posición de arquitectos, escultores, decoradores, diseñadores,...).
Igualmente, en tareas, realizaciones y procesos mentales, tiende a
hacerse hincapié en la dosificación y distribución de la energía a
emplear; en la consecución escalonada de objetivos, tomando como
base los ya logrados; en el sentido del método y la disciplina; en la
ejecución y proyectos a largo plazo, etc.
Es posición a la que beneficia el ejercicio físico de esfuerzos no
violentos, prolongados y sostenidos, así como las manipulaciones
óseas y musculares, masajes, quiroterapias y, muy especialmente, las
actividades deportivas de alta montaña.
Contrastando con Sagitario (que hace pensar más en la tendencia
que se da en Capricornio), aquí Palas tiende a defender el orden
establecido, las instituciones y el aparato legal, o bien, a
considerarlos inamovibles o intrínsecos al ordenamiento social.

Palas en Acuario

La percepción mental se amplía considerablemente en este signo,


y el nativo, aun proviniendo de un medio y educación conservadores,
“sintoniza” fácilmente con tendencias progresistas, vanguardistas, en
cualquier nivel, y, aún más, en diferentes niveles a la vez.
El trabajo se convierte en fuente de aprendizaje y, por otro lado,
lo que se aprende se traduce inmediatamente en aplicaciones
prácticas y útiles.
Constatamos una notable abundancia de profesores y maestros
150
(en general) con esta posición, así como de innovadores, incluso
inmersos en campos estrictamente relativos a “lo tradicional”. Así
mismo, son bien factibles los trabajos en Arquitectura, Matemáticas,
Astronomía,... Trabajos que no pocas veces, pueden ser
comunitarios.
Es una posición idónea para fructíferas relaciones de amistad
(Palas, de por sí, independientemente del signo en el que se sitúa,
tiende a buscar más amistad que amor).
Los nativos-tipo suelen ser sensibles a las técnicas vanguardistas
de curación, y especialmente aficionados a radioterapias, laser-
terapias, fototerapias, y por el estilo, lo que hace precisa una
prudentísima precaución y reconsideración al respecto.
Y las inquietudes sociales llevan, aquí, a Palas, a encuadrarse en
movimientos humanitarios, revolucionarios, anarquistas y utopistas,
lo que no indica necesariamente que la inclinación sea desacertada;
bien pudiera ser todo lo contrario...

Palas en Piscis

Contrariamente a lo que, tal vez, pudiera pensarse, esta posición


no suele dar abundancia de nativos que manifiesten tendencias
religiosas o espirituales, sino más bien suele hacer manifestar
reserva, escepticismo y hasta temor (!) ante cuestiones de tal índole.
Puede ser, tanto posición de uso práctico, útil y efectivo de
capacidades psíquicas o espirituales (casos observados de
magnetistas y curadores-videntes), como fuente de riesgos de
confusión psíquica, difusión mental, o falsas percepciones.
Las capacidades, aficiones o tendencias artísticas parecen, por su
parte, manifestarse de forma fluida y espontánea (especiales talentos
para la ejecución musical, baile, teatro y poesía).
Como en Libra, también aquí puede surgir el “pacifista
violento”, pero, inversamente, puede ejemplificarse en el caso del
que acepta alguna forma de violencia social, externa, hacia sí,
mientras que su carácter es pacífico y amable.

151
Palas en las Casas

Palas en Casa I

De modo similar a como ocurre con Ceres en esta casa, la


disposición al servicio, de Palas, tiende a condicionar la propia vida,
si bien, más según su esquema artístico-intelectual, que según el
nutridor-cuidador de Ceres.
La implicación con los temas intelectuales suele ser manifesta,
pero tampoco son desdeñables las tendencias artísticas.
El carácter puede comportar rasgos de severidad y crítica
agresiva que, sin ser malintencionadas, pueden ser causa de efectos
negativos en receptores especialmente sensibles.
Contrariamente a lo que a veces se ha pensado, hemos observado
que esta posición facilita una buena organización y administración,
cuando es el caso de varias tareas que atender; así como que contiene
las tendencias a no finalizar las empresas iniciadas, propia de Aries
(salvo los casos conflictivos, naturalmente).

Palas en Casa II

Aquí Palas manifiesta su sentido práctico y organizativo, en las


cuestiones financieras, y, hasta economías débiles o fluctuantes se
desenvuelven con soltura y suficiencia gracias a una inteligente
administración y previsión (caso muy similar al de Vesta en la misma
casa).
Los recursos suelen ser inmediatos y efectivos, combinando
capacidades intelectuales y artísticas, y facilitando, por ello, tanto
ganancias por percepción activa y vigilante, como hasta por trabajos
manuales.
Suele predominar más la tendencia a varias fuentes de ingresos,
que a negociar con capitales, así como suele ser constante la
“preocupación por librarse de la preocupación” del dinero.

152
Palas en Casa III

En esta casa, Palas tiende a generar una notable actividad


alrededor, propiciando múltiples relaciones y contactos, así como
variedad en las mismas.
En conversaciones y comunicación suelen predominar temas
intelectuales y profesionales, y muy frecuentemente el nativo tiende
a convertirse en centro de reunión y contactos, hasta incluso
pudiendo convertirse, el propio lugar de trabajo, en marco de esas
relaciones. Es el caso, nada infrecuente, de maestros y comerciantes,
como el de escritores o personas con dedicaciones relacionadas con
la escritura o los libros (papelería, biblioteca,...)

Palas en Casa IV

Aquí abundan también los que trabajan en casa y no es posición


extraña a escritores, ni artesanos, tampoco.
Las cualidades organizativas y la eficiencia suelen ponerse en
juego en el hogar y, aún en casos de nativos con viviendas que
exhiben un caótico desorden (que los hay), el sentido práctico mental
se deja sentir entre los montones de trastos esparcidos, e incluso
puede llegar a lograrse un ambiente acogedor y gustoso. Los apegos
a la tierra y la defensa de las tradiciones son muy comunes a esta
posición de Palas.

Palas en Casa V

En esta casa, son frecuentes los placeres intelectuales, los juegos


mentales, los pasatiempos discursivos, y también ciertas actividades
deportivas que impliquen, en buena medida, el uso de la inteligencia.
La actividad mental alcanza, a veces, niveles muy elevados y los
rasgos de inspiración y genialidad son muy factibles. El artista suele
ser original y creativo, y el maestro, imaginativo y carismático; pero,
en no pocas ocasiones, se manifiestan contradicciones entre
153
sexualidad y creatividad (bloqueos en uno u otro sentido, en casos
conflictivos).

Palas en Casa VI

En todos los casos revisados, respecto a esta posición, los nativos


desempeñaban trabajos relacionados con Palas y sin predominancias
remarcables, sino con extensa variedad (profesores y maestros,
artistas, sanadores y masajistas, herbolarios, trabajos en alimentación
y dietética, agricultores,...). En la mayoría de los casos predominaba
el interés en el servicio a los demás por encima de cualquier otro.
Pero, sin embargo, aun constatando casos de los supuestamente
típicos, la predominancia, en cuestiones de salud, era la de la
despreocupación o el descuido al respecto, en condiciones normales
(incluso en los casos de los sanadores). En esos casos abundaban los
desarreglos físicos por tensión emocional y nerviosa (con remarcable
incidencia).

Palas en Casa VII

Aquí se ven favorecidas las dotes para la intercesión y


mediación, así como la conciliación de opuestos, en general; pero, en
muchas relaciones de tipo conyugal, la propia relación suele ser
condicionante de la creatividad haciendo factible su bloqueo, según
casos; si bien las soluciones a estos conflictos suelen ser eficientes
por prácticas, inteligentes, y, por paradójico que pueda sonar,
también creativas.
La tónica general predominante es la de una vida conyugal
benéfica y provechosa, incluso aunque se trunque.

Palas en Casa VIII

En estos casos, el sentido práctico y realista ayuda a atravesar y


154
asimilar transformaciones que, en ocasiones, son dramáticas y en
apariencia traumáticas, y las experiencias cercanas o relativas a la
muerte propician lúcidas inspiraciones sobre el sentido de la vida.
Pese a que cabría esperar tendencias sublimadoras en lo sexual,
lo mayormente constatado han sido casos de sexualidad intensa y
activa.

Palas en Casa IX

Y, aquí, los casos observados indicaron un impulso mental


creativo orientado hacia cuestiones sociales, filosóficas y religiosas.
Igualmente, casos en los que experiencias con, o en, el extranjero
han propiciado aperturas mentales y actividades creativas. Hay casos
de actividades tipo
Palas relacionadas con el extranjero, o con extranjeros, así como
casos de peregrinos.

Palas en Casa X

No tanto como Palas en casa VI, pero también con incidencia re-
marcable, abundan, con esta posición, profesiones tipo Palas (Litera-
tura y arte, sobre todo, si identificamos profesión con vocación).
Pero, incluso los casos de profesiones impuestas circunstancial-
mente, denotaban facilidad para desempeñar responsabilidades y
gusto y eficiencia en el trabajo.
Puede ser, ésta, posición en la que la dedicación profesional, o
social, reduzca y hasta imposibilite la expresión sexual.

Palas en Casa XI

Aquí la inquietud creativa mental se manifiesta, bien en causas y


proyectos humanitarios, bien en la amistad; pero parece ser que de
forma excluyente: o lo uno, o lo otro; hasta el punto de presentarse
155
casos de relaciones de amistad frías, sin afecto e interesadas, cuando,
por otro lado, la persona anima elevados ideales humanistas y
humanitarios, y, así mismo, el caso exactamente opuesto, sin término
medio.
La disyuntiva también concierne a los trabajos en grupo,
cooperativos, corporativos o comunitarios.

Palas en Casa XII

En esta casa, Palas comporta facilidades para adecuarse, de


modo efectivo, práctico e inteligente, a situaciones diferentes, incluso
manifiestamente contrarias, de entrada, a la propia naturaleza del
nativo.
Los recursos pueden ser múltiples, así como la facilidad,
aparentemente natural, para resolver imprevistos y contratiempos y
para escabullirse de situaciones inconvenientes (los casos
conflictivos pueden ir en el sentido perfectamente opuesto).
Hay, sin embargo, riesgos de ofuscación intelectual (que no
mental) y normalmente, las tareas kármicas implican de forma, más o
menos predominante, al intelecto, en uno u otro sentido, es decir,
para un trabajo profundo con él, o para una contención de su
actividad.

156
3. JUNO

“Jesús ha dicho: Los Fariseos y los Escribas han recibido las


llaves de la Gnosis, y las han ocultado. No han entrado y a aquellos
que querían entrar, no los han dejado. Pero vosotros, sed sutiles
como las serpientes y cándidos como las palomas

(Tomás, 39)

El caso de Juno puede ser el que más dudas despierte respecto a


su adscripción al signo de Virgo, ya que las características del efecto
astrológico del Asteroide parecen aproximarlo más a cuestiones
conyugales y legales. Pero no se trata de asteroides que circulan a sus
anchas por el sistema solar (que los hay), sino que, estos cuatro,
tienen un ciclo definido que hace de ellos partes de un todo, y es el
Cinturón el que detenta regencias y los Asteroides son sus “agentes
ejecutivos”. Con todo, la influencia global del Cinturón bien podría
hacerse extensible a Libra y hasta a Escorpio; razones no faltarían
para apoyar tal hipótesis.
Lo cierto es que los asuntos sociales básicos que se desarrollan
(“pasan su examen”) en Libra tienen, no sólo su inmediato
antecedente, sino, sobre todo, su “ensayo y puesta en práctica” en
Virgo, a través, especialmente de Juno, y también de Palas.
Juno es el principio de relación, el impulso y la forma que nos
llevan a relacionarnos y a compartir, en una conexión simbiótica,
constructiva y creativa, para el progreso, evolución y regeneración de
los implicados. Esas son las condiciones de Juno para que la relación
se lleve a efecto. Porque Juno representa, del mismo modo, el sentido
de compromiso y responsabilidad ante la palabra dada y, sobre todo,
ante la relación establecida. Juno consiente en ceder su
independencia (su virginidad) y en desarrollar la energía sexual, en
una relación creativa, fiel, comprometida “hasta el fondo”, e
implicando ineludiblemente, en consecuencia, una “muerte del ego”
en el amor al otro. Y, si el compromiso no es respetado, la mitología
da buena cuenta de lo que esto puede desatar a través de Juno.
Como representante de Virgo, Juno permite una manifestación
de la energía sexual en obras sociales, siendo, para ella, la búsqueda
157
de una relación personal, una vía de transcender la realidad material
y de progresar espiritualmente. De ahí que condicione los casos
manifiestos en los que la conexión amorosa (el enamoramiento
platónico o espiritual) antecede a la sexual, siendo ésta, complemento
de aquella; son los casos de “virginidad para el matrimonio” (y tanto
da que la virginidad “física” se haya perdido o no), igualmente en
varones que en mujeres (aunque, lógicamente prevalece el segundo
caso), en los que la consagración al cónyuge es “de por vida” y,
debido a lo cual, las faltas a la fidelidad y al compromiso cobran el
efecto de un “ataque mortal para la propia vida”.
Juno, como extensión de su papel de esposa, protege la
maternidad, embarazo, parto y lactancia, así como a niños, doncellas,
novias, recién casadas y viudas. Astrológicamente Juno indica el tipo
de afinidades personales del nativo, representando al cónyuge del
mismo (sus cualidades, su carácter, su vida). Las combinaciones
armónicas, en sinastrías entre Juno y Sol, o Juno y Venus, por
ejemplo, suelen augurar relaciones exitosas y fructíferas; no sólo
conyugales, pues Juno también representa relaciones entre amigos
especialmente comprometidas y hasta equivalentes a un matrimonio,
eso sí, libre de la dialéctica sexual (Recordemos la regencia clásica
de Juno en Acuario); relaciones entre socios; entre maestro y
alumno; entre médico y paciente; entre patrón y obrero, y, también,
entre padres e hijos (la fase “socializadora” de la educación).
En las relaciones, Juno tiende a velar por el equilibrio de las
mismas, a armonizar descompensaciones, y a fortalecer sus bases, lo
que, en la mayoría de ocasiones, supone luchas de poder y agrios
enfrentamientos. La sensibilidad a la desigualdad, a la dominación y
al abuso, puede provocar (lo mismo que la falta de respeto al vínculo
matrimonial) el que la energía venusiana se exprese de forma
totalmente opuesta a como debiera, no siendo sino la otra cara de la
moneda del amor venusiano: el odio; pero manifestado, tanto con la
vehemencia marciana, como con sutiles y astutas manipulaciones,
propiciadas, además por el substrato Virgo (Recordemos que, en la
mitología, Ares-Marte es hijo de Hera-Juno, concebido sin concurso
masculino; y que, de la unión entre Ares-Marte y Afrodita-Venus
nacieron Eros-y-Anteros, y Harmonia). Esa misma sensibilidad a la
158
desigualdad y a la dominación lleva, a Juno, a tutelar a
desprotegidos, marginados sociales o legales, minorías y, muy
especialmente huérfanos y niños maltratados, y cónyuges
despechados, engañados, abandonados e, igualmente, maltratados.
Pero, si el equilibrio igualitario es respetado, el compromiso no es
disturbiado y el apoyo, amor y respeto mutuo son manifiestos, la
relación (cualquier relación activada por Juno) se convierte en fuente
de regeneración y elevación para los que la comparten. La devoción
de Juno enriquecerá y ensalzará el vínculo relacional, contribuyendo
a una progresiva prosperidad.
El “embellecimiento” de la relación se obrará, además, en todos
los niveles y, muy especialmente, en los propicios a la estética, pues
siendo Juno la vía más propiamente femenina de la tríada, sus
matices funcionarán en ese sentido. Por esto, Juno se relaciona con la
belleza y la estética y son muy propios de ella los adornos, la moda,
la cosmética, peluquería, decoración doméstica...
Como el caso de Ceres, Juno también está directamente
relacionada con los ciclos biológicos femeninos y (ya lo vimos) con
la concepción y nacimiento. Sus tránsitos indican ciclos de éstos
(menstruación, períodos de fertilidad, embarazo y concepción,
partos, lactancia), así como periodos o fases en las relaciones
(noviazgos, separaciones, rupturas, nuevas relaciones); así mismo, se
relaciona muy directamente con cuestiones de tutela y compartición
de hijos (en padres separados) y con adopciones y orfandad.
Juno es quizás la “llave multicolor” de las cuatro que mentaba
Enrique de Villena. Lo sugiere también su animal emblemático, el
pavo real. Es pues, otra vía alquímica, vía húmeda occidental,
correspondiente al tantra oriental.

159
160
Juno en Aries

Juno, en general (en cada signo y casa) tiende a marcar de alguna


forma al cónyuge; y, así, aquí daría un cónyuge tipo Aries (Entre los
casos consultados apareció el detalle de tres nativos Virgo, con Juno
en Aries cuyas compañeras tienen, en los tres casos a Juno en la casa
I), es decir, emprendedor, impulsivo, activo... (cónyuge, o asociado,
o, en general, partícipe en una relación comprometida).
Y, en este caso (el del cónyuge ariano) no suelen ser infrecuentes
las discusiones y enfrentamientos por cuestiones de dominación y de
autodeterminación. En cualquier caso, parece, ésta, una posición que
requiere de un cierto margen de independencia o libertad en las
relaciones, que posibilite vías de salida a los viscerales impulsos
arianos.

Juno en Tauro

Cónyuge o asociado tipo Tauro (coletilla que podemos hacer


extensible a los demás signos, ya lo dijimos, por lo que ya lo damos
por supuesto para los casos siguientes).
Tendencia a relaciones directas, abiertas, gratificantes y
agradables, en las que los lazos tienden a ser sólidos y duraderos.
Pueden manifestarse marcadas diferencias entre los cónyuges
(sobre todo en aportación, trabajo y propiedades por y para la
relación). La relación suele precisar de un intercambio verbal
clarificador (que puede llegar a ser cotidiano). Y pueden originarse
enfrentamientos por cuestiones de dominación-dependencia,
posesividad y espacio vital.

161
Juno en Géminis

Aquí se manifiesta una clara tendencia al emparejamiento, pero,


como en los casos anteriores, en alguna medida hay áreas vitales
(que tienden a ser ocupadas por otros tipos de relaciones, por
paradójico que, en apariencia, resulte) que precisan unilateralidad,
dentro de la relación del nativo. Como en Tauro, la comunicación
verbal suele ser imprescindible, pero sin incidir tanto en la relación
en sí, sino más en aspectos colaterales de la misma, y hasta ajenos a
ella, manifestándose cotidianamente, esta tendencia. La dualidad
geminiana puede propiciar períodos alternativos en la estabilidad de
la relación, y puede originar ansiedad e inquietud nerviosa respecto a
aspectos de la relación o al mismo cónyuge.

Juno en Cáncer

Cáncer propicia el que Juno haga uso de los resortes emocionales


y afectivos para desarrollar la relación, hasta llegar, incluso, a la
manipulación emocional y a implicar referencias paterno-filiales en
la relación estrictamente conyugal.
La vida hogareña tiende, no obstante, a ser gratificante y
armoniosa y frecuentemente la propia casa tiende a ser considerada
como una especie de “santuario” de la vida conyugal.
Las necesidades emocionales y afectivas, y el deseo de cuidado y
afecto maternal suelen ser relevantes en la relación (en cualquier
sentido).

Juno en Leo

Aquí la relación conyugal (o de otro tipo, equivalente de algún


modo) puede ser terreno abonado para el desarrollo de la creatividad
y del amor. Las formas de la relación pueden revestirse, tanto de un
toque brillante, romántico y hasta teatral, como dramático, intenso y
altamente combustible.
162
Las discusiones surgen por cuestiones de orgullo, amor propio,
egocentrismo, autoritarismo, vanidad, y así. Y, como en el caso
anterior, los hijos pueden convertirse en sujetos u objetos del
enfrentamiento entre los padres. Cuando llegan aquéllos (los hijos) es
cuando, en general, pueden producirse crisis (no inmediatas) en la
relación.

Juno en Virgo

Este es, paradójicamente, el caso, de los observados, que más


excepciones presenta a la regla de atribuir al cónyuge las
características del signo de Juno; pero, sin embargo, aparecían
“factores Virgo”, de una forma u otra, en facetas no estrictamente
personales de la relación (matrimonio propiciado por el trabajo;
parejas de trabajadores sanitarios; pareja de escritores; relación muy
regularizada y algo estricta; trabajos en común prácticos y
eficaces,...).
Normalmente suele darse un común deseo de perfeccionamiento
de la relación, que en muchas ocasiones propicia análisis continuos
de la convivencia y, en general, de la relación, y críticas algo
maniáticas y quisquillosas, discusiones por aspectos aparentemente
nimios, pero que, no obstante, tienen su importancia para el que
propicia la discusión (siempre que no sea por simples ganas de
discutir, lo que ocurre en los casos afligidos).
Los miedos a separaciones y la preocupación por la seguridad de
los vínculos, pueden ser origen de ansiedades y nerviosismos (como
en el caso de Géminis) algo inquietantes puesto que suelen ser
fácilmente disimulados.
La comprensión del cónyuge es uno de los principales objetivos
de la relación pero, a veces, ese deseo es el que motiva una mayor
complejidad, y el resultado general es que esta posición de Juno da
lugar a relaciones conyugales en las que la fuerte proyección del
intelecto sobre los sentimientos no siempre facilita la relación, y no
son, por ello, infrecuentes divorcios, separaciones y hasta largas (e
incluso definitivas) solterías, ya que la seguridad y el control
163
sentimental suelen ser antepuestos como condicionantes de la
relación.

Juno en Libra

Y como era de esperar, Libra resulta ser (como Acuario, pero en


otro sentido) signo altamente favorable a Juno, a veces hasta
“demasiado favorable”, en el sentido de que la relación, en abstracto,
y, muy especialmente, la implicación social de la misma,
condicionan una convivencia que, en ocasiones es claramente
negativa para los cónyuges, los que se dedican más a buscar medios
de “soportarse mutuamente” que a replantear las bases y objetivos de
la relación. En el otro extremo del abanico, resulta el claro tipo-Juno
que no accede a una relación si no es con las condiciones propias de
Juno aceptadas de antemano: relación comprometida, sin
concesiones (en el buen sentido), a fondo y de por vida.
Con esta posición se hace primordial el reconocimiento de la
igualdad del cónyuge y el respeto al compromiso contraído; el apoyo
entre los contrayentes suele entonces (pese a lo antes dicho, que es lo
propio de los casos conflictivos) eficaz y creativo, y las consultas
respecto a las más variados temas (de interés común, o no) se
suceden día a día.
De forma similar a como ocurría en Géminis, la relación puede
ser fluctuante en algún sentido y no es mala previsión la de contar de
antemano, con períodos de relativa separación o de cambios
anticipados (según indiquen los tránsitos planetarios).

Juno en Escorpio

Ante todo, hay un dato curioso: en los temas personales


consultados (cerca del millar, aproximadamente) para compulsar las
influencias de los Asteroides, se dio una abrumadora mayoría de
Junos en Escorpio y una correspondiente y llamativa escasez de
Junos en Tauro.
164
La situación de Juno en Escorpio propicia una idónea y natural
conjugación de matrimonio e intimidad y ésta suele ser la mejor
protección que puede presentar la relación conyugal. Pues Escorpio
es donde Juno genera los frutos de su virginidad, y convierte la
relación y su encuentro sexual en vía de continuo conocimiento y
regeneración. Y, así, hay matrimonios en los que aparece esta
posición, que resisten traumáticos y compulsivos embates que
fácilmente acaban con otras relaciones aparentemente más sólidas.
Con todo, esta posición no se ve exenta de enfrentamientos,
intensos y pasionales, que incluso pueden llegar a ser violentos y
beligerantes (se dio algún caso extremo a este respecto, en el que el
enfrentamiento intenso y virulento era visto por los participantes
como una forma “necesaria” para el equilibrio en cuanto que había
sido perfectamente asumido como vía de descarga de energía
contenida) y en los que las luchas de poder, los celos y cuestiones de
territorialidad son los resortes más comunes para el enfrentamiento.
Como Juno indica, las faltas al compromiso pueden ser origen de
terribles consecuencias; y eso es lo que más fácilmente puede ocurrir
en Escorpio.

Juno en Sagitario

Este es un caso en cierto modo similar al de Géminis, Acuario,


Aries y Tauro, en el sentido de que la relación conyugal exclusiva y
total suele ser algo contraproducente y, así como Juno en Géminis
precisa de una vía abierta a otras variadas relaciones sociales, en
Sagitario suele manifestar alguna dedicación que absorbe al nativo
tanto o más que la relación conyugal (el caso del que su
“matrimonio” lo es con su trabajo, estudios,...), e incluso sin que eso
ocurra, la sensación de tener siempre una puerta abierta a la
independencia y al propio camino, suele ser vital para que la relación
no llegue a ser asfixiante. En el caso más frecuente, el nativo-tipo
suele ignorar deliberadamente los problemas de la relación, aun
conociéndolos, y las discusiones y enfrentamientos, las más de las
veces, serían innecesarios si la comunicación fuese mejor cuidada.
165
Son abundantes los casos de, o bien cónyuge sagitariano, o bien
extranjero, o bien muy viajero.

Juno en Capricornio

Con Juno en Capricornio la tendencia es hacia una relación


segura y firme, y la actitud hacia ella es la de reforzarla y afianzarla.
La responsabilidad ante el compromiso tiende a mostrarse
continuamente, hasta incluso llegar a resultar severa y exigente para
el cónyuge.
En general, las relaciones en las que interviene esta posición
tienden a ser fieles y duraderas, pero no escasean las separaciones,
sobre todo, las temporales o periódicas.
Lo más espinoso al enfrentar a un nativo de este tipo puede ser
su actitud demandante y exigente respecto a los acuerdos
establecidos, así como una cierta frialdad aparente. En
compensación, es de esperar un fuerte apoyo y una sólida fidelidad
por parte de él.

Juno en Acuario

Como es de esperar, esta posición inclina a formas


inconvencionales de relación conyugal, en las que el margen de
libertad e independencia tiende a ser amplio, y en las que se persigue
una comunicación total, a todo nivel; los condicionamientos
intelectuales o espirituales pueden, así mismo, ser determinantes, a
este respecto.
La preocupación por el equilibrio igualitario es, en general, más
habitual de lo que cabría pensar, e incluso predominante en este
sentido, sobre la que muestra Juno en Libra.
La relación puede ser marco y base de acciones humanitarias o
humanistas, compartidas, como, del mismo modo, ser fuente de
información general, conocimiento continuo y empuje al progreso
personal.
166
Juno en Piscis

Más aún que en el caso de Acuario, la relación puede venir, aquí,


propiciada por una conexión más sutil y más espiritual, o a través de
una vía o marco de esa índole.
En caso de conflictos, la gravedad de los mismos se incrementa
con tendencias evasivas y con manipulaciones soterradas que pueden
desembocar en una situación insostenible por caótica; lo cual es
factible de prevenir si consideramos que ésta es una de las posiciones
que más compasión y comprensión puede aportar a la relación, así
como grandes capacidades de sacrificio que suelen revertir en mayor
progreso espiritual (cuando la dirección no es hacia el caos), moral e
intelectual, interés común de ambos cónyuges.

Juno en las Casas

Juno en Casa I

En la mayoría de los casos observados, la tendencia a


emparejarse era muy impulsiva y apremiante, pero, en general, el
nativo parece tender a delimitar claramente el área conyugal, de la
estrictamente personal, y a considerar la vida “en pareja” como un
“complemento” a su propia vida personal.
El fuerte condicionamiento de la vida conyugal que cabría
esperar con esta posición es, sin embargo, propio de la casa opuesta,
la VII.

Juno en Casa II

Típico caso de doble entrada de ingresos en el hogar, pues los


cónyuges suelen, ambos, trabajar y, en muchos casos, hasta
compartir el mismo trabajo.
En la propia relación, tiende a darse relevancia al equilibrio entre
lo que se da y lo que se recibe, así como al afianzamiento material de
167
la misma, y la dependencia mutua suele, así mismo, cimentarse sobre
presupuestos materiales o económicos.
Suelen aparecer muchos casos de fuentes de ingresos tipo Virgo
(agricultura, magisterio, artesanía, herboristería, letras,...).

Juno en Casa III

En este caso, la comunicación y las relaciones con los demás


(cónyuge, especialmente) contribuyen enormemente al conocimiento
de sí mismo, y el mismo mantenimiento de la relación requiere y
supone continuo intercambio de información.
Normalmente tiende a haber gente alrededor de la pareja, y el
domicilio conyugal suele ser centro de reuniones y de contactos
sociales, e incluso, “centro de información profesional e intelectual”.
Así mismo, los cónyuges suelen ser aficionados a (o tienen que
hacer muchos) viajes tipo casa III, es decir, cortos y rápidos.

Juno en Casa IV

Pues no hemos podido constatar (al menos en las apariencias)


tendencias a una relación de tipo clásico o tradicional. Lo que sí
hemos comprobado es la predominante tendencia a decorar el hogar,
según ese modelo, “clásico” o “rústico”, así como un marcado gusto
por las antigüedades y una especial tendencia a compra-ventas de
casas o terrenos.
Por otro lado, también son frecuentes los casos de injerencias por
parte de los suegros en la vida conyugal, así como una cierta
importancia concedida a la aprobación (o a la aportación, en
cualquier sentido) paterna para el matrimonio. Así como los casos de
parejas con marcadas diferencias de edad.

168
Juno en Casa V

Aquí la relación conyugal, o el propio cónyuge, suele propiciar y


apoyar los trabajos creativos del nativo; más aún, si la creatividad es
disturbiada por la vida en pareja, ésta corre el peligro de truncarse.
Es posición idónea para la relación con los niños, y la paternidad
tiende a reforzar la relación, si bien, en casos conflictivos, la
paternidad lo que puede es eclipsar y hasta anular la relación
conyugal.
No suelen ser frecuentes los problemas de “ligues” o adulterios,
ya que la actitud hacia la vida matrimonial suele ser de claridad y de
dignidad.

Juno en Casa VI

Éste sí que es un caso claro en el que la cotidianeidad es de suma


importancia en la relación, que tiende a valorarse en función de los
pequeños detalles y acontecimientos que, día a día, van “creando” la
convivencia y “materializando” la relación.
Se tiende a desarrollar un servicio mutuo entre los cónyuges
(muy especialmente en casos de enfermedad de cualquier tipo, física,
psíquica, .mímica, afectiva,...), y no es, tampoco, infrecuente el caso
de trabajos o empleos comunes o compartidos, aunque también se
dan los casos de nativos que se “casan” con su trabajo.
El medio doméstico suele ser el espejo que muestra el estado de
la relación.

Juno en Casa VII

Y, de forma relativa a como ocurría en la casa I, el que la casa


VII sea una de las más favorables posiciones para Juno no significa
que no haya, con esta posición, desastrosos fracasos matrimoniales,
en los que la intensidad de la catástrofe suele ser proporcional al
grado de expectación del nativo, resultante de concebir la relación de
169
pareja como “vital e indispensable”, hasta el punto de obviar la
realidad.
Con esta posición tienden a afianzarse las parejas que mantienen
alguna tarea cooperativa colateral, o colaboran en la tarea del
cónyuge (en algún sentido); así como las que mantienen los
presupuestos de igualdad y de respeto al compromiso contraído.

Juno en Casa VIII

Es éste un caso similar al de Juno en Escorpio, en cuanto que la


relación tiende a ser intensa, comprometida y profunda. La misma
relación propicia cambios regeneradores, y la maternidad (o
paternidad) suele constituirse en el objetivo, o en la tarea común,
fundamental de la relación.

Juno en Casa IX

La de esta posición suele ser una pareja muy viajera y el


matrimonio (o sucedáneos) propicia la ampliación de horizontes,
tanto físicos, como intelectuales y filosóficos.
También es posición que requiere unos ciertos márgenes de
independencia, pero, en caso de no existir, los viajes en común
pueden hacer perfectamente un efecto compensatorio.
En muchos casos, la relación afectiva toma el esquema de la de
“maestro-alumno”.

Juno en Casa X

En estos casos, uno de los cónyuges se constituye en claro apoyo


y soporte del otro, sin que el efecto sea tan prominente en sentido
opuesto (a no ser que ambos compartan la posición de Juno); y no
son extraños los casos en los que la relación entraña ascensos
socioprofesionales para uno de los cónyuges, gracias al otro.
170
Es, así mismo, caso típico en el que las responsabilidades
profesionales o sociales interfieren, condicionan o disturbian la
relación afectiva.

Juno en Casa XI

Esta posición da abundantes casos de facilidades para trabajar


(predominando trabajos artísticos) en grupos, o con amistades, aun
cuando el nativo muestra una fuerte individualidad e independencia
que, precisamente, cobra prominencia en el seno del grupo.
Como en el caso de Acuario, también esta situación de Juno hace
recomendable un cierto margen de libertad en las relaciones y, sobre
todo, un afianzamiento de la comunicación y estimulación
intelectual.
La relación tiende a cobrar más la forma de amistad que de
enlace sentimental. Y son, en ella, de suma importancia el
igualitarismo y la consideración y respeto mutuos.

Juno en Casa XII

Y, de modo bien distinto al caso de Piscis (aunque también


puede haber, y los hay, paralelismos), esta posición suele indicar una
relación conyugal de carácter kármico, o, lo que es lo mismo,
comportando algún sacrificio indispensable para el avance y
progreso espiritual del nativo.
No es extraño el caso en el que uno de los cónyuges
(normalmente el del nativo) está incapacitado en algún sentido. En
cualquier caso (y aquí está la más clara coincidencia pisciana), la
relación conyugal se presenta como un medio idóneo para el
progreso espiritual.

171
4. VESTA

“Jesús ha dicho: Bienaventurados los solitarios y los elegidos,


pues encontraréis el Reino, pues habéis salido de él y de nuevo
volveréis a él.”

Tomás, 49

Vesta es la diosa que nunca sale del Olimpo, diosa del hogar y
del fuego sagrado, y centro espacial referencial, por excelencia.
Astrológicamente es el Principio de Focalización, Concentración y
Dedicación. Esto ya la relaciona, de entrada, con Saturno, o
Capricornio, así como con Escorpio y Virgo; de hecho puede
considerarse el par Saturno-Vesta, complementario.
Como diosa, Vesta es casta y pura, recta y de alto sentido moral,
caritativa y hospitalaria, y enemiga de guerras y disputas. Sus
relaciones astrológicas, además de los signos aludidos, se
manifiestan asimismo con el trío completo de signos de Agua
(Cáncer, Escorpio y Piscis), los signos interiorizadores y espirituales,
así como kármicos, más característicos. A través de estas relaciones,
Vesta adquiere un importante papel en cuestiones familiares,
domésticas, tradicionales y nacionales; en cuestiones sexuales y en
procesos regeneradores; y en cuestiones religiosas y humanitarias.
Como virgen, Vesta representa la independencia y la purificación
orientadas hacia una dedicación por encima de las consideraciones
personales que, normalmente suele ser una dedicación religiosa (o
similar, o equivalente); lo que indica, además de la dirección interior
que comporta, una aproximación a la relación social a través de una
especie de “código ritual”, y, en los casos más claros, una conexión
evidente con rituales y ceremonias, especialmente aquellos que
implican generación de campos de fuerzas sutiles de tipo no-racional
o emocional (cubriendo, Palas, los correspondientes a energías
sutiles de carácter intelectual-artístico). En esas y en similares
condiciones Vesta opera focalizando fuerzas y energías en una
dirección o manifestación unitaria, unidireccional, o vertida sobre un
punto preciso. Así hace con la energía sexual venusina, orientándola
hacia la unión interior y la regeneración (muerte-renacimiento) del
172
ego, constituyéndose en fuente generadora de energía para el servicio
a los demás, y para desarrollar capacidades psicoespirituales (visión
interna, poderes curativos, penetración psicológica, inspiración).
Vesta es un claro ejemplo de virgen, como lo es Palas Atenea, y
ambas son, de los cuatro Asteroides, las que más pueden originar una
sexualidad intensa y poderosa (... Parece como si resultase algo
paradójico...) que, por eso mismo, suele constituirse, tanto en centro
de atracción e interés, como de conflictos, pruebas y sacrificios para
el nativo, y que le lleva, de forma natural, a transcender la propia
sexualidad, gracias al “excedente” de la misma, o, en los casos
conflictivos, a angustiosos callejones sin salida (Vesta suele estar
muy presente en casos de violaciones, abusos sexuales, lujuria
desmedida, tanto por temas natales, como por tránsitos, como, así
mismo, se relaciona con la fertilidad física). En consecuencia, por
muchas y variadas causas o vías (transición, sublimación, miedo,
desinterés, traumas, ...), son Vesta y Palas las que mayormente
originan, tanto el rechazo al sexo, o simplemente, la asexualidad,
como, en los casos de aceptación, la exploración profunda y
transcendente de la sexualidad, que tiende a ser conceptuada y
considerada como “sagrada”, viniendo así, Vesta y Palas, a confirmar
la tradicional relación que Venus en Escorpio establecía entre
sexualidad intensa y fuerte impulso místico o espiritual. En la
Mitología, Dionisos, la figura escorpiana por excelencia, pasa a
ocupar el puesto de Hestia cuando entra a formar parte del “círculo
de los doce olímpicos”.
Los tránsitos de Vesta pueden indicar períodos de retiro, de
soledad, de separación en las relaciones (de cualquier tipo). Aun
cuando la disposición social de Vesta es la del servicio;
temporalmente hay que “renovar la virginidad” y los lapsos de
recogimiento e interiorización cobran una importancia “vital” para el
tipo Vesta, quien, en muchos casos, puede llegar a elegir
definitivamente, una vida de retiro, y que, en la mayoría de los casos,
supone una vía abierta a un espacio “fuera del mundo” que,
precisamente, se sitúa en su centro.

173
174
Vesta en los Signos

Vesta en Aries

La localización y la dedicación a una tarea, ideal o deber, suele


ser, en Aries, poderosa, visceral y con un involucramiento que
presupone independencia y consecución del propio camino, con el
consiguiente riesgo (Aries suele ser el signo de mayores “riesgos”, en
general) de perder el contacto con los demás y con la realidad.
Es una posición muy sensible a la opresión, dominación e
interferencias en la propia vía, y la creación suele ser ariana, pero
más parecida a la de un Marte en Capricornio que a la de uno en
Aries. No es posición que, en principio, propicie violencia impulsiva,
pero, en los casos conflictivos, ésta puede manifestarse y hacerlo de
forma intensa, tanto auto-destructivamente, como unidireccional-
mente hacia el exterior (que incluye, en primer plano, la propia obra,
trabajo o creación).
Es posición que, según casos, puede promover, tanto fe
constructiva, como fanatismo destructivo.

Vesta en Tauro

La dedicación de Vesta, en Tauro, suele orientarse hacia el


trabajo (constructivo) para realizar obras sólidas y duraderas; trabajo
que, perfectamente, puede suponer, tanto una restricción (consentida,
según casos) a los deseos personales, como un cierto retiro o
aislamiento, el cual puede, también, tener su origen en una
dedicación excesiva.
Según esta posición, la expresión de la sexualidad suele estar
condicionada por la propiciación natural de la misma, así como por
175
el impulso a la distensión de los deseos; en muchos casos, la
satisfacción de los deseos (no sólo sexuales) puede entrar en
conflicto con los deberes, externos o internos, y no es infrecuente el
caso de sublimación hacia metas espirituales.
Con esta posición abundan los empleos en artes pictóricas o
tareas en las que intervengan luz o imágenes; trabajos relacionados
con salud, medicina, higiene y alimentación, y trabajos en el campo
de la psicología y en áreas religiosas o espirituales.

Vesta en Géminis

Con esta posición constatamos casos en los que la dedicación


fundamental del nativo entraña, como básico, el uso del lenguaje,
más el oral que el escrito (si bien, tampoco escasean estos casos).
Así mismo, suele haber capacidad, algo inquieta, para organizar
y coordinar trabajos, así como sistemas de comunicación
(personales); dando, los casos conflictivos, riesgos de dispersión y
necesidad de trabajar la concentración, así como tendencias a
excesiva intelectualización.
En general, la tendencia es a mantener una doble actividad o
dedicación, una pública, expansiva, comunicativa, y otra más
personal e interiorizadora, siendo el lenguaje la vía que las une, por
lo que el énfasis en la palabra suele ser llamativo.
La actividad intelectual suele ser, en la mayoría de casos de
rechazo o conflicto sexual, el principal motivo de bloqueo.

Vesta en Cáncer

Contrariamente a lo esperado, no abundan los casos observados


de dedicaciones domésticas, pero sí los de ataduras, dependencias,
obligaciones y responsabilidades familiares, situadas por encima de
la propia vida del nativo y condicionándola casi totalmente, aunque
sea de forma soterrada o sutil.
La emotividad y la sensibilidad suelen ser elevadas y muy
176
presentes, así como las capacidades empáticas y de “sintonización”
sentimental. A este respecto, Vesta refleja muy bien el efecto de
“caparazón protector de la sensibilidad” que suele manifestar el signo
de Cáncer, como, en los casos conflictivos, el de paranoias,
suspicacias, desconfianza y alienación.
Es posición que empuja a buscar un lugar propio y reservado que
facilite la distensión emocional, y una atmósfera acogedora que
propicie el recogimiento, manifestándose inquietud emocional en
ambientes adversos y ante la falta de ese espacio propio.
Tampoco son extraños los casos de efectos parapsíquicos
(visiones y sensaciones, normalmente), así como los de poderes
curativos, especialmente con las manos.
Y, como sí era de esperar, es, ésta, posición ligada a tradiciones.

Vesta en Leo

Vuelven a aparecer trabajos relacionados con la luz y con la


imagen (como en Tauro, destacan varios casos de fotógrafos), así
como las dedicaciones artísticas, y las relativas al magisterio y la
religión (institucionalizada, o no).
Así mismo suele manifestarse un poderoso involucramiento en el
trabajo que, en casos de tareas compartidas o cooperativas, puede ser
origen de fricciones, o, simplemente, pone de manifiesto una clara
relevancia del nativo sobre los otros trabajadores. Se dan algunos
casos en los que un trabajo que en absoluto era creativo o artístico
(una cadena de montaje de coches, por ejemplo) propiciaba tareas de
esa índole (trabajos artesanales o creativos utilizando los materiales
de la factoría de coches, completando el ejemplo). No es desdeñable
el “brillo” que puede emitir este nativo, que hasta puede llegar a
“quemar” u oscurecer a los que le rodean.
En el área sexual, la tendencia normal es a la concentración
afectiva, pero los casos afligidos lo que manifiestan es una dispersión
afectiva o sexual que no pasa precisamente desapercibida.

177
Vesta en Virgo

Otro caso de fuerte focalización en el trabajo y, particularmente,


en el servicio que, no pocas veces, entraña pequeños (y también
grandes) sacrificios de deseos personales.
Como era previsible, abundan las tareas tipo Virgo (agricultura,
medicina, investigación, trabajos relacionados con letras y
escritura,...). Las habilidades y destrezas manuales suelen verse
combinadas con eficiencia y deseo de perfección, conformando (al
añadir el impulso de concentración y dedicación) la imagen del
trabajador exclusivo y obsesivo, lo que los anglosajones denominan
“workaholic”. Los rasgos de rectitud moral, de crítica incisiva y de
poder de discriminación son igualmente remarcables, pero pueden
aparecer unilateralmente (crítica, pero laxitud moral, a la vez, por
ejemplo).
No es tampoco posición extraña a inhibiciones sexuales. En
general, la respuesta sexual tiende a conformar los deseos naturales,
con una cierta matización de “obligatoriedad” (natural), deber y hasta
servicio, dándose de forma remarcable los casos de intensa y
pasional manifestación sexual cuando esta fluye desbloqueada. Y los
casos no generales van desde discriminación y racionalización
excesiva, hasta rechazos y bloqueos negativos.

Vesta en Libra

Y aquí, como igualmente era de esperar, el trabajo tiende a ser


cooperativo o en colaboración, abundando, así mismo, los trabajos
tipo Virgo (no destacan las tareas artísticas, como hubiera sido más
propio de Libra, ni trabajos relacionados con la justicia), como
también será el caso de Escorpio.
Aun cuando el nativo ocupa puestos de autoridad o
responsabilidad, tiende, tanto a la colaboración como a equilibrar la
igualdad laboral hasta donde sea posible.
Pero, sin embargo, la relación afectiva o conyugal suele ser
disturbiada y hasta imposibilitada o rota, por la dedicación al trabajo.
178
En esa relación, el elemento crítico suele estar presente y, así
mismo, suelen ser frecuentes las manifestaciones de competitividad.
En el mantenimiento de la relación, así como en la expresión
sexual, suele ser premisa importante el balance entre “dar y recibir”.

Vesta en Escorpio

Otro caso más de dedicación intensa y profunda a una tarea, que


normalmente es la exploración de sí mismo, cuando el impulso-Vesta
llega a ser identificado; hasta ese momento, suele ser el trabajo
normal el que recoge la intensidad de la dedicación vestal, y el
impulso de exploración interior lleva, por otro lado, a buscar
experiencias-límite intensas que, en la mayoría de los casos, se
materializan en el área de la sexualidad.
Aquí, en Escorpio, Vesta es la que mejor recoge la tradicional
caracterización de Venus en este signo, y es (Vesta) el claro
elemento que más implica, tanto fuerte sentido místico, como
poderosa sexualidad; y, aún con una fuerte dedicación espiritual o
religiosa, no es posición con la que abunden los rechazos, bloqueos o
inhibiciones sexuales.

Vesta en Sagitario

Esta es posición que propicia una fuerte dedicación religiosa o


ideológica (ésta última parece que en menor medida). Es tanto el
caso del que se adscribe a un culto establecido, como el que, con
mayor abundancia, busca y explora las vías espirituales y filosóficas;
pero, en cualquier caso, suele haber una combinación bien
conformada, de idealismo o espiritualidad, con pragmatismo, sentido
común o practicidad.
Destaca la tendencia a vivir en lugares algo apartados y en un
medio natural, siempre que no lo impidan los condicionamientos
laborales, o, mayormente, la dedicación elegida.
Como en Escorpio, la sexualidad tiende a manifestarse de forma
179
intensa, pero persiguiendo más conocimientos suprapersonales que
una exploración del propio ego, y es, éste, uno de los casos claros de
“sacralización” del sexo.
Los casos conflictivos suelen presentar riesgos de alienación
mental por excesiva dedicación a asuntos (en general, ideológicos e
intelectuales, aunque también abundan los religiosos, un tanto al
revés de como indicábamos al comienzo) que claramente disturbian
la búsqueda personal del nativo en lugar de facilitarla.

Vesta en Capricornio

Aquí son remarcables los casos de trabajos en los que se pone en


juego la organización, estructuración y administración, así como el
propio sentido de responsabilidad y disciplina, incluyendo los casos
de trabajos libremente elegidos, independientes, profesiones
liberales,... que suelen ser tan usuales como los empleos más típicos
de Capricornio, en organismos oficiales, o, simplemente, en puestos
de trabajo ya establecidos, sujetos a dirección, horarios, condiciones
externas,...
La ambición y el impulso por destacar pueden aparecer como
motores laborales, pero la tendencia general suele centrar la
motivación en el triunfo inherente a la cima alcanzada en la tarea. La
tendencia a trabajos independientes y liberales suele ser originada,
tanto por impulsos creativos ligados a la corriente sexual sobre la que
Vesta opera, como por deseos de retiro y aislamiento que también
son intrínsecos a esta posición.
Contrariamente a lo esperado, la predominancia, en el área
sexual, es la de la dispersión, que, en la mayoría de los casos, suele
ser originada por miedo al compromiso sexual (que perfectamente
colmaría el fuerte impulso sexual de Vesta, el cual, privado de ese
punto de focalización, se dispersa en múltiples e indebidas uniones) y
a la pérdida de independencia.
Es, como el caso de Cáncer, factor de apego a costumbres,
normas y tradiciones.

180
Vesta en Acuario

Más que trabajos cooperativos o en cuestiones sociales o


humanitarias, vuelven a resaltar, en Acuario, los trabajos tipo Virgo
que, aquí sí, suelen cobrar una dimensión o dirección social o
humanitaria.
Abundan trabajos creativos y no escasean tareas relacionadas con
el arte y, particularmente, con la estética, la belleza (asuntos de
Libra, o de Juno) y la decoración.
Las dedicaciones de carácter espiritual suelen ser frecuentemente
malinterpretadas o incomprendidas por los demás y, en cualquier
caso, comportan ideas o rasgos originales y avanzados.
No suele haber dispersión afectiva y sí un fuerte impulso a una
relación tipo Juno, comprometida y profunda, pareciendo que, en
general, se prefiere ausencia de vida sexual, antes que desarrollarla
en una relación que no se ajusta al presupuesto ideal. Como es el
caso de Acuario, las relaciones sentimentales suelen comportar
rasgos de amistad, y la comunicación intelectual suele ser importante
en ellas.

Vesta en Piscis

Aquí Vesta suele mostrar con bastante facilidad sus tendencias


caritativas y hospitalarias, así como su fuerte proyección espiritual;
sin embargo, la barrera que normalmente tiende a presentarse ante
esa proyección, suele ser la dificultad en delimitar un foco u objetivo
preciso, así como una regularidad y disciplina en la dedicación.
Es posición que puede inclinar a sacrificios regeneradores pero
no son extraños los casos de “mártires” por conveniencia o por
reclamo de afecto, así como los casos de lamentaciones gratuitas y
culpabilizaciones falsas (hacia sí o hacia los demás).
Piscis suele favorecer en Vesta el desarrollo de facultades
parapsíquicas y espirituales (lo más frecuente, videncia y poderes
curativos); y es, como Sagitario, otro caso más de “sacralización” del
sexo, o de búsqueda espiritual a través de la sexualidad, cuando no se
181
produce el rechazo o la sublimación, caso también posible en Piscis.

Vesta en las Casas

Vesta en Casa I

Efectivamente y según lo presumible, la situación de Vesta en la


casa I condiciona, tanto rasgos del carácter, como la propia vida. Lo
más fácilmente apreciable en el primer caso suele ser la tendencia a
involucrarse a fondo en la tarea que recoja la principal dedicación del
nativo. En muchos de los casos, esa dedicación lo suele ser hacia la
dilucidación de la propia identidad o personalidad. En el segundo
caso, Vesta suele comportar algún sacrificio (o sacrificios) en la vida,
normalmente privaciones por incompatibilidad con la dedicación
perseguida, y, en muchos de estos casos, siendo la vida conyugal la
privación más frecuente.

Vesta en Casa II

En este caso la capacidad ahorradora y administradora suele ser


notable y, si bien parece haber una tendencia general hacia la
restricción de ingresos, lo cierto es que, aun siendo éstos muy bajos,
nunca parecen insuficientes, debido a la escrupulosa organización
financiera del nativo (incluso en casos en los que el resto de la carta
apunta en sentido contrario).

Vesta en Casa III

No es esta zona un área idónea para la expresión de Vesta, ya


que su dedicación puede verse disturbiada por excesivas (o, mejor,
muchas) influencias y presiones externas que entorpecen la
concentración.
Las capacidades comunicativas se presentan activas y bien
182
dispuestas pero, no obstante, suelen bloquearse algunas vías que
demarcan limitaciones en la comunicación.
En los casos más armónicos la abundante aportación de
información y de actividad mental puede ser focalizada en una
dirección unitaria (casos de trabajos artísticos, sanitarios y,
naturalmente, relacionados con medios de comunicación). Y la
tendencia exploradora interior suele ser más mental que emocional.

Vesta en Casa IV

Los hogares de estos nativos suelen ser el marco para el


recogimiento y la dedicación personal, tanto voluntaria, como
involuntariamente (los asuntos domésticos suelen ser una
responsabilidad, elegida o contraída o impuesta), y no es extraño el
que el nativo sea el constructor de su propia casa.
La tendencia hacia los asuntos tradicionales es mucho más
abundante que hacia los asuntos nacionales, y tampoco escasean las
dedicaciones religiosas.

Vesta en Casa V

También aquí pueden desarrollarse intensas dedicaciones


religiosas que concentran la expresión creativa del nativo. Las vías
del arte y de la educación y el magisterio, suelen ser otras habituales
con esta posición.
Los casos conflictivos suelen mostrar una imperiosa necesidad
de focalizar los impulsos creativos, ante el manifiesto daño que
provoca la dispersión, sobre todo en diversiones, placeres y amores.
En estos casos, el problema de la educación de los hijos puede ser
muy relevante y presentarse con visos de alarmante gravedad.

183
Vesta en Casa VI

Esta posición suele inclinar, bien a trabajos tipo Virgo, bien a


dedicaciones intensas al trabajo, aunque sea de otro tipo, e incluso
no elegido o impuesto.
Tal dedicación puede, así mismo, ser causa de desarreglos e
irregularidades en la salud, en casos conflictivos en los que el nativo
descuida el mantenimiento personal, cosa que no suele ocurrir en
los casos armónicos.
La tendencia general es a identificar trabajo y profesión (o
vocación) y centrar su importancia en la efectividad y progresivo
avance en el servicio a los demás; así como a considerar el trabajo
como “sagrado”, cuando reúne los anteriores requisitos o satisface
el impulso de búsqueda, regeneración y perfeccionamiento.
También es posición que propicia dedicaciones religiosas
definitivas.

Vesta en Casa VII

Posición de “casamiento” con el trabajo, o de dedicación


“laboral” o “religiosa” a la relación.
Los casos conflictivos tienden a ver problematizadas ambas áreas
(trabajo y matrimonio), bien por separado, bien interfiriéndose entre
sí, y provocando insatisfacciones por uno y otro lado, y sentido de
“desorientación vital”, en general.
Normalmente el área laboral suele ser la menos conflictiva, o la
mejor aceptada o soportada; mientras que los problemas en
relaciones se manifiestan como conflictos de dependencias y
competitividad.
Suele haber una especial fijación en la primera relación que, en
caso de resultar fallida, tiende a ser vivida como un fracaso resuelto
en sacrificio aceptado, evitando (o tratando de evitar) la ruptura, a
causa de aquella fijación.

184
Vesta en Casa VIII

Como ya antes habíamos apuntado, y al igual que Palas en esta


misma posición, la situación de Vesta en el octavo sector promueve
intensos e imperiosos impulsos e instintos sexuales, y la vía sexual
suele, desde el primer momento, ser concebida como vía de
conocimiento y exploración, principalmente del propio interior del
nativo y, por extensión, de la vida, en sí.
Las tendencias también inclinan hacia la sublimación sexual,
pero es, ésta, una de las posiciones más difíciles para la castidad,
dado el fuerte impulso sexual que suele comportar.

Vesta en Casa IX

Posición de dedicación intensa a cuestiones filosóficas o


religiosas, tanto como a viajes, asuntos extranjeros y temas relativos
a la naturaleza, exploración e investigación.
Es una de las posiciones de Vesta que más conlleva riesgos de
fanatismo e intransigencia, que normalmente suelen ser
contrarrestables con un mayor intercambio de información y una
compartición de puntos de vista ajenos, más realista y considerada.
Puede haber, así mismo, riesgos de dispersión mental o
ideológica, cuando no hay una clara vía de focalización y
materialización de los hallazgos filosóficos, lo que, a su vez, puede
disturbiar la visión intelectual y la capacidad de globalización y
síntesis.

Vesta en Casa X

Posición con efectos muy similares a los de Vesta en la casa VI,


ya que también aquí tiende a identificarse profesión con servicio,
también suele haber una dedicación profunda al trabajo y también el
trabajo tiende a satisfacer el impulso de investigación y regeneración
del nativo (Abundan, igualmente, profesiones tipo Virgo).
185
Según las afinidades Vesta-Capricornio, ésta es posición que, así
mismo, guarda similitudes con la del Asteroide en ese signo
(organización, administración y estructuración en el trabajo, metas
elevadas y grandes realizaciones, apegos más a normas sociales que a
tradiciones).

Vesta en Casa XI

Hay, aquí, casos de dedicaciones a grupos y tareas humanitarias,


pero no son, precisamente, los que más tienden a destacar, sino que,
más bien predominan las tendencias a búsquedas solitarias y a rehuir
dedicaciones tipo Vesta en el seno de grupos, si bien éstos pueden
representar un papel importante, aunque colateral, en esos casos.
El efecto de limitación hacia los grupos también es extensible a
las amistades, ya que, aun habiendo apertura y sinceridad en
cuestiones personales o íntimas, una cierta frialdad o “inafectividad”
suele impregnar los lazos de amistad.
Suele manifestarse una necesidad de conformar las propias
aspiraciones y deseos, a lo que puede contribuir la información
externa y los apoyos de amistades.

Vesta en Casa XII

Esta posición suele indicar problemas continuos y vitales


(entiéndase kármicos) relativos a la dispersión y a la capacidad de
concentración.
El retiro, la soledad y el recogimiento suelen facilitar la
aclaración del propio camino, así como propiciar la concentración.
En general, los problemas que la vida va presentando tienden a
ser concebidos como sacrificios y pruebas para la mejora espiritual,
lo que inclina, según casos, bien a contento y felicidad, bien a apatía,
evasión y tendencia a “hacerse el mártir”.

186
5. QUIRÓN

“Jesús ha dicho: Si os dicen ¿De dónde habéis nacido?,


decidles: hemos nacido de la luz, allí donde la luz ha nacido
de sí misma. Ella se ha alzado y se ha revelado en su imagen.
Si os dicen ¿Quién sois? decid: Somos sus hijos y somos los
elegidos del Padre que está vivo. Si os preguntan: ¿Cuál es el
signo de vuestro Padre que está en vosotros?, decidles: es un
movimiento y un reposo.”

(Tomás, 50)

La introducción a Quirón no puede ser otra que la de su historia


mitológica, puesto que hasta ahora no tuvimos la más propicia
ocasión de abordarla.
El padre de Zeus, Cronos (Saturno), metamorfoseado en caballo
se unió a la ninfa Fílira y, de esa unión, nació Quirón, el Centauro.
Ya en ese momento se bifurcan las versiones de la historia; las hay
que cuentan que Fílira, horrorizada por el aspecto de la criatura que
había engendrado, pidió a los dioses (y obtuvo de ellos) que la trans-
formasen en tilo; pero las más, abundan en el hecho de que Fílira
vivió junto a su hijo Quirón y a su esposa Cariclo, otra ninfa, como
ella.
El nacimiento del Centauro tuvo lugar en una cueva, en el monte
Pelión, que se convirtió, no sólo en residencia de Quirón, sino así
mismo en sede del Quironion, el templo en el que se tributaba culto
doble, al Centauro en la cueva que encara el norte, y a su
hermanastro Zeus en el templo cuya fachada mira al sur.
Como centauro, Quirón (junto a Folo, otro centauro) es una
excepción entre estos seres brutales y salvajes, pues al hijo de
Saturno lo caracteriza un temperamento amable, bondadoso,
caritativo, hospitalario, servicial y dulce, así como una sabiduría,
destreza y polifacetismo que lo llevan a convertirse en el maestro y
guía de los héroes más famosos de la Hélade. Y, así, fueron alumnos
suyos Aquiles, Heracles, Jasón, Asclepios, Orfeo, Medeo, Eneas,
Acteón... Todos ellos son espejos de la obra del Centauro. Y hasta
dicen que Apolo recibió sus enseñanzas; otros dicen lo contrario,
187
pero todos coinciden en que Quirón aprendió de Palas Atenea.
La educación impartida por Quirón se desarrollaba a través de un
contacto continuo, pues los alumnos vivían, desde niños, en la cueva
del Monte Pelión, junto al Centauro, su esposa Cariclo y su madre
Fílira (en un sistema educativo que recuerda mucho al “fosterage” de
los celtas). Además de una variada gama de disciplinas de práctica y
de estudio (Caza, Hípica, Lucha, Medicina, Cirugía, Hierbas,
Astrología, Música), así como de las instrucciones vitales básicas, la
enseñanza de Quirón incidía especialmente en la adquisición de un
recto sentido moral, en el desprecio de los bienes terrenales, en el
odio a la mentira y en la prosecución de la verdad y la honestidad, en
la moderación, y en la resistencia a las pasiones y al dolor; siendo el
objetivo global la disposición a enfrentar exitosamente el propio
destino.
Quirón es padre de una sibila, llamada Hippo, en unas versiones,
y Thea, en otras (nombres, ambos, muy sugerentes). Hippo profetizó
que su padre, Quirón, renunciaría a su condición divina de inmortal,
y la predicción se cumplió cuando, en el transcurso de una lucha de
Heracles con los centauros, que huían hacia la morada de Quirón,
éste fue accidentalmente herido por una flecha envenenada,
contrayendo una dolorosa herida incurable, que llevó al Centauro a
ceder su inmortalidad a Prometeo, liberado por Heracles, pudiendo
así, morir y descansar.
De la Mitología cabe también hacer alusión a la boda de Peleo y
Tetis, los padres de Aquiles, propiciada por Quirón y celebrada en su
cueva del Monte Pelión. En ella Peleo recibió como regalo del
Centauro, una lanza de fresno en la que también trabajaron Hefaistos
y Palas Atenea, y la fiesta fue animada por el mismo Quirón, hábil
tañedor de lira y por cincuenta nereidas que bailaron una danza
espiral (50 son los años del ciclo de Quirón).
Aunque su aspecto es el de un centauro, las diferencias entre
Quirón y sus congéneres son mucho más numerosas y más im-
portantes que las similitudes. De su historia resultan claras
asociaciones con el signo de Virgo, más que con el obvio de Sagi-
tario, si bien esas relaciones con el centauro arquero también existen
y, además de la evidencia de la imagen y de detalles sagitarianos en
188
189
la historia (la hípica, la caza, el magisterio, la flecha), hay que
remarcar el paralelismo con Júpiter, de quien Quirón es hermanastro.
Además de los detalles mitológicos relativos a Virgo (ermitaño,
maestro, astrólogo, médico, conocimientos variados, servicio, hos-
pitalidad, presupuestos morales, muerte iniciática ofreciendo la vida
y salvándose salvando a otro) que, en general confirman los efectos
observados en los tránsitos de Quirón (períodos de enfermedades y
de terapias, estudios, contactos con maestros. También se relacionan,
los tránsitos de Quirón, con uniones y separaciones, transfor-
maciones y muerte, y viajes y exploraciones físicos o interiores), la
relación con el signo de Virgo también está indicada por las estrellas,
pues la constelación de Quirón pertenece a la franja celeste
correspondiente a la constelación de la Virgen, en la que se sitúan,
así mismo, las constelaciones de Bootes, “el que viene, con lanza y
hoz” y Coma-Berenice; Quirón se sitúa cerca de la Cruz del Sur;
extendiéndose sobre la Balanza.
El hecho de que Quirón sea hermanastro de Júpiter puede ilustrar
la relación del planeta mayor con el Cinturón de Asteroides, pues el
efecto astrológico de Quirón es el de una globalización, conden-
sación, activación y desarrollo de los efectos de los Cuatro
Asteroides. Si los rasgos arquetípicos y las relaciones astrológicas y
astronómicas (Virgo es el signo que más rápido cruza Quirón) lo
relacionan con la Virgen, también relaciones se extienden a Libra,
Escorpio y Sagitario, en un mismo proceso que desarrolla todo lo
“ensayado” y “puesto en práctica” en Virgo 61. Quirón es, funda-
mentalmente, un globalizador-sintetizador, que reúne y agrupa toda
una serie de rasgos, hechos y conocimientos que, entre todos,
constituyen la llave ( ) para atravesar el camino del destino hacia “la
puerta de los dioses” (Capricornio)62. Es, así mismo, un maestro y un
símbolo de la síntesis dialéctica entre opuestos (Hombre/Animal,
Instinto/Intelecto, Mano/Mente, Vida/Muerte); y la Astrología que
enseña es la no determinista, que no es sino un instrumento para
desarrollar la práctica del libre albedrío, y para enfrentar el propio
destino y, en última instancia, poder escapar del condicionamiento
astral, lo que pasa por fases de conocimiento, servicio, sacrificio,
muerte y resurrección.
190
Que Quirón tiene relaciones con el Cinturón de Asteroides lo
muestran, sobre todo, los hechos históricos, que no los míticos: La
primera fotografía conocida de Quirón data de 1895, año de su
perihelio, cuatro años después de que se descubriera por primera vez
un asteroide por medio de la fotografía; en el perihelio anterior, en
1845, se descubrió Astrea (Virgo) el primer asteroide descubierto
tras el largo lapso siguiente a los cuatro primeros descubrimientos, y
tres años después, en 1848, el año de las revoluciones proletarias,
tiene lugar la primera convención de derechos de la mujer. En el
afelio de 1920 se otorga el derecho de voto a las mujeres, en
Norteamérica, y el afelio siguiente, en 1970, abre la década de la
liberación femenina, de la introducción de los Asteroides en la
Astrología y del propio descubrimiento de Quirón, entre otras mu-
chas cosas más (Ver III.1).
Quirón representa el proceso de transmutación alquímica,
síntesis de las polaridades básicas (instinto/intelecto; alma/mente) y
de las experiencias místicas y de expansión de la conciencia, que
contribuyen a facilitar una visión integradora y global del cosmos, y
una traducción práctica y efectiva de lo “aprehendido”. Quirón es el
maestro, el maestro interior (que puede, también llegar del exterior),
maestro de héroes y conocedor de artes manuales, artísticas e
intelectuales, pero su mayor enseñanza es para el mejor de sus
alumnos, y, ante Heracles, el héroe solar, el Centauro cede su vida
para salvar a Prometeo (la humanidad) y, así, salvarse él mismo.
Además de indicarnos que el mejor maestro, después de servir
humildemente al alumno, debe “morir” para que aquél conduzca por
sí mismo su destino; también nos indica y muestra la llave con la que
abrir la puerta de salida del Zodíaco: la muerte del ego, a través del
sacrificio de amor por la humanidad.
Remarcamos, además de recordar el clásico paralelismo entre
Centauros y Amazonas, las coincidencias de la historia de Quirón
con aspectos que recuerdan a mitos, rasgos o características de las
culturas celtas: sistema educativo de “fosterage”; correspondencia
entre el modelo Quirón (maestro-astrólogo-médico-herbolario-
músico-sabio) y el de druida celta; la lanza de fresno; la danza
espiral; la tríada de caballo-oso-jabalí. Lo que nos lleva a la
191
asociación con Epona, la Diosa Madre de los caballos, o con las
vírgenes de los caballos de Elx, Sagunto, Narbona, Beocia... Tanto
una conexión celto-mediterránea, como entre vírgenes y caballos. El
propio simbolismo del caballo lo relaciona con la energía sexual; y
con la iluminación y elevación, especialmente en los casos de
caballos alados. A este respecto es significativo que el caballo alado
por excelencia entre los helenos, Pegaso, hubiese nacido de Medusa,
al ser ésta decapitada por Perseo; como lo es el que los caballos
alados nórdicos fuesen montura de valkirias, encargadas de señalar y
recoger a los muertos en la batalla.
Como centauro, Quirón es la naturaleza humana-animal, y él
mismo es el resultado de la obra inteligente sobre esa naturaleza.
Igualmente los aspectos materiales de la implicación con la vida
natural son propios de Quirón, al que puede adscribirse, muy
concretamente, un particular papel en la ecología, que si bien es
campo de acción de los Asteroides, en general (Bach relaciona la
ecología con el Cinturón, con implicaciones muy directas de Palas y
de Ceres), en Quirón se ejemplifica perfectamente tal correspon-
dencia mito-astrológica.
Quirón (Cheiron) es vocablo derivado de Cheir (mano, ayuda,
socorro, grupo, abundancia, riqueza), Cheiros (mano, por medio de,
ocuparse de, conducir), y su raíz aparece en términos como
Quirófano, quirúrgico, Quirología, Quiromancia. En griego hay un
término que, no sólo por incluir la palabra mano recuerda a Quirón:
Cheiragogeo (guiar, conducir, llevar de la mano). Como términos
igualmente relativos a Quirón, podemos reseñar: Quironeo (úlcera en
pierna o pie); Quirol (mezcla para esterilizar las manos antes de una
operación quirúrgica); Quiral (polarización de la luz, de una mano a
otra); Quiroleína (alcaloide de alhelí, antipirético); y Quiromanía.

192
193
Quirón en Casa y Signos

En el caso de Quirón, hemos unido casas y signos, puesto que el


movimiento del Centauro es lento, más que el de Saturno, lo que
hace de él un elemento “generacional” en el que las matizaciones del
signo en el que se sitúa se diluyen, a nivel personal, en la amplia
generación, de años, a la que pertenezca un nativo dado, como así
son los casos de Urano, Neptuno y Plutón.
Pero con Quirón no ocurre exactamente así en todos los signos,
ya que la excentricidad de su órbita supone un paso muy lento por los
signos occidentales, donde se sitúa su afelio (Piscis, Aries), mientras
que su paso por los signos orientales (Virgo, Libra), donde tiene el
perihelio, es una velocidad equiparable a la de Júpiter (un año por
signo); lo que significa que la influencia del signo que ocupe Quirón
será relevante cuando ese signo sea oriental (Leo, Escorpio y
Sagitario: de 2 a 3 años, aproximadamente. Libra y Virgo: 1 año).
Por estas mismas razones, también será importante considerar la
situación de Quirón respecto a los ejes y a los ángulos zodiacales. Su
presencia en ángulos y en zonas de máxima intensidad (unos quince
grados antes de cada ángulo, y unos cinco tras él) puede ser
equiparable, en dominancia, a la de los planetas mayores, y su
localización respecto a los ejes determina rasgos generales de la
personalidad y del destino. Según apunta Richard Nolle (Chiron.
New Planet in Your Horoscope), la situación de Quirón respecto a
los ejes podría esquematizarse así:
Quirón - bajo el horizonte - Maestro Interior
Quirón - sobre el horizonte - Maestro, a través de uno Exterior
Quirón - en hemisferio izquierdo (Asc) - Idealismo e Intuición
Quirón - en hemisferio derecho (Dsc) - Practicidad y Laborio-
sidad
Y, así mismo, según las adscripciones de Richard Nolle, hemos
conformado las siguientes:
Quirón en Cuadrante bajo izq. - Subjetividad. Mística
Quirón en Cuadrante bajo der. - Racionalidad. Alquimia
Quirón en Cuadrante arriba izq. - Espiritualidad. Humanitarismo
Quirón en Cuadrante arriba der. - Socialización. Religión
194
Así mismo hay que remarcar el hecho de que los aspectos de
Quirón en tránsito, a un Quirón natal, ocurrirán a edades muy
diferentes, según las natividades (Un nativo con Quirón en Virgo
puede sufrir la primera cuadratura entre los ocho y diez años;
mientras que un nativo con Quirón en Acuario la sufrirá a los
veinticuatro o veinticinco años), lo que lo convierte en uno de los
elementos más “personalizadores” del conjunto planetario, especial-
mente en lo relativo a ciclos (aspectos, direcciones, tránsitos).

Quirón en Casa I (Aries)

Como era presumible, abundan maestros entre estos nativos. La


tendencia apuntada es que la vida se vea condicionada o identificada
por rasgos quironianos, pero lo más destacable, en los casos
observados, es la personalidad, de carácter amable y sociable, y el
fuerte sentido de independencia manifestado.
Constatamos casos que confirman la tendencia apuntada a que la
vida se vea condicionada por algún hecho, acontecimiento, vivencia
o experiencia de la infancia o juventud.

Quirón en Casa II (Tauro)

Esta posición parece facilitar capacidades prácticas, sentido


común y realismo.
Las cuestiones económicas pueden suponer algún problema
específico que puede ser reflejo de alguna irregularidad interior del
nativo, cuya resolución será imprescindible para el progreso
personal.
Salvo casos así, las cuestiones económicas no tienden a
presentarse especialmente problemáticas, aunque el nativo tiende a
considerarlas de importancia primordial.
En sentido inverso, cuestiones económicas, materiales o relativas
a ganancias (no sólo materiales) pueden propiciar puntos de vista
más filosóficos.
195
Quirón en Casa III (Géminis)

En este sector, Quirón tiende a propiciar gran actividad mental


que, de no ser traducida a niveles prácticos o materiales, puede
generar conflictos nerviosos y psicológicos. Es posición favorable a
actividades que supongan coordinación entre mente y cuerpo,
especialmente manos (músicos, artesanos, deportistas).
Tiende a haber una gama amplia o variada de conocimientos,
actividades y relaciones, pero suele existir una dedicación (o dos)
especial y notable, diferenciada de las demás.
No parecen abundar los profesores y sí los trabajadores en
medios de comunicación o información; la predisposición es más a
aprender que a enseñar y los profesores que da esta posición tienden
a ser “transmisores de información”.

Quirón en Casa IV (Cáncer)

Con esta posición, fijaciones y ataduras del pasado, así como


interés en los propios orígenes o raíces, suelen ser característicos.
Las relaciones familiares (paterno-filiales) suelen comportar
alguna enseñanza crucial, en sentido positivo o negativo, según
casos. En cualquiera de ellos, algún miembro de la familia (o grupo
sucedáneo) tiende a ser considerado como maestro en algún sentido,
por el nativo; o bien, ese maestro puede ser buscado a través de
grupos, directamente, o de figuras históricas, nacionales, del pasado.

Quirón en Casa V (Leo)

Típica posición de maestros, de carácter, si no lo es de profesión,


y siendo los hijos, los principales alumnos y también maestros. Hay
casos que ponen en clara evidencia el hecho de que en la relación
maestro- alumno, el que más aprende suele ser el maestro, y no son
extraños los casos de padres que aprenden conscientemente y mucho,
de sus hijos, o en general, de adultos que aprenden de los niños.
196
Suele haber, con esta posición, capacidades de liderazgo
carismático, impositivo o manipulador, pese a que el nativo rehúya
ese papel. Y, así mismo, se ven favorecidas las actividades creativas
y artísticas.
Es posición que hace manifestar un visible amor por el género
humano que se expresa en las relaciones personales, las cuales
tienden a ser afectuosas y cariñosas. Es, en sentido simbólico, la
posición en la que se despierta el impulso quironiano activo, que va a
desarrollarse en las cuatro fases siguientes.

Quirón en Casa VI (Virgo)

A esta posición suele haber ligado algún problema con el trabajo


o la salud, cuya solución puede ser crucial para la propia evolución.
La dedicación al trabajo tiende a ser cuidadosa, entregada y
efectiva, y el nativo suele convertirse en “maestro de su oficio”, el
cual es considerado como la principal vía de búsqueda y exploración,
por el tal nativo.
Aparecen muchos empleos tipo Virgo, especialmente los
relacionados con el magisterio (así como médicos y sanitarios;
geólogos, herbolarios y agricultores; psicólogos e investigadores). Y
suelen ser frecuentes las habilidades manuales.
La atención sobre la higiene suele consistir en la adopción de
disciplinas cotidianas de mantenimiento, en usos y modos de vida
sanos, moderados y conscientes, y en el ejercicio y la vida más
natural posible.

Quirón en Casa VII (Libra)

Posición, ésta, que enfatiza, como era previsible, la relación de


pareja como vía de conocimiento y aprendizaje.
El esquema de la relación puede convertirse en el de “maestro-
alumno”, en uno u otro sentido y en ambos, a la vez y
alternativamente.
197
Suele haber especiales capacidades para compensar pares de
opuestos, pero, en casos afligidos y como es lo propio del signo, las
mayores dificultades estriban en “desequilibrios”.
La relación con la gente, en general, cobra así mismo los visos de
una vía de búsqueda.
Y no son nada infrecuentes las capacidades y manifestaciones
artísticas.

Quirón en Casa VIII (Escorpio)

Con esta posición, el área de búsqueda de conocimiento es la de


la muerte y el sexo; y la disposición hacia transformaciones
regeneradoras suele condicionar los principales actos y hechos de la
vida.
Se dan casos de profundas relaciones transformadoras, con
parejas muy escorpianas o plutonianas; pero también aparecen casos
extremos o conflictivos, en los que la búsqueda de experiencias a
través del sexo se lleva a cabo fría e “inamorosamente”, provocando
desastrosas experiencias humanas.
Suelen haber tendencias a controlar el medio alrededor o el
entorno (incidiendo no directamente en las personas, sino,
precisamente, a través del medio) y son muy factibles las
capacidades psicoespirituales.

Quirón en Casa IX (Sagitario)

Esta posición puede dar lugar a dos tendencias contrapuestas


remarcables; en ambas hay un proceso que conecta cotidianeidad y
practicidad, con filosofía, ideales o religión; y una da el pensador
profundo que extrae enseñanzas de la realidad y “ve” más allá de sus
límites; y la otra da el “anti-intelectual” cuya realidad va
conformando su filosofía, y que “des-transcendentaliza” las verdades
filosóficas al rebasar los límites de su pragmatización y de su
traducción a la realidad material.
198
Puede ser, según ese esquema, que se dé el tipo de explorador
interior, y el de viajero; pero lo cierto es que ambos tipos pueden ser
perfectamente coincidentes, tanto como excluyentes. Las facultades
“visionarias” y sapienciales suelen ser relevantes, y los viajes (largos,
especialmente las peregrinaciones) tienden a constituirse en
experiencias clave en la evolución filosófica o espiritual.
El intelecto es, generalmente, sintético-globalizador.

Quirón en Casa X (Capricornio)

Un dato curioso observado, respecto a esta posición, es que la


mayoría de fotógrafos que tenían a Vesta en Tauro o en Leo, tienen a
Quirón en el décimo sector; lo que tiene todas las apariencias de una
coincidencia (aunque, esto, en Astrología, nunca se sabe...). De los
casos observados, abundaron, como profesiones, las ligadas a
cuestiones espirituales, religiosas, filosóficas y educativas, es decir,
profesiones quironianas, y la de fotógrafo...
Destaca una especial tendencia a rehuir un posicionamiento
social honorable al uso (contrariamente a lo que sería propio de esta
casa) y a funcionar con independencia de los condicionamientos
sociales. Los malvados rasgos de ambición espiritual que tienden a
aparecer pueden condicionar el estatus social, pese a los deseos o
intenciones del nativo.
También cuestiones familiares y tradicionales pueden
condicionar la posición social (más que la profesión, que tiende a ser
voluntaria y factiblemente elegida, por deseada).

Quirón en Casa XI (Acuario)

Motivaciones acuarianas son las que promueven búsquedas y


exploraciones en estos nativos, especialmente las relativas a asuntos
humanitarios y espirituales, y a grupos, comunas, comunidades...
Las vías de investigación pueden ser originales, extrañas e
incomprendidas por los demás, pero, a pesar de eso, suelen verse
199
propiciadas por el concurso de relaciones de amistad, y, de hecho,
alguna amistad tiende a ser crucial en el progreso de este nativo.
Las motivaciones hacia grupos suelen ser de carácter idealista o
espiritual, más que práctico o utilitario, resultando muchos
contratiempos y fracasos en ellos, y tendiendo a funcionar más y
mejor, los grupos de carácter e intenciones claramente espirituales.

Quirón en Casa XII (Piscis)

Esta posición suele indicar grandes pruebas o sacrificios quiro-


nianos, abundando los relativos a estudios y a relaciones conyugales
o sentimentales.
Las más de las veces la dificultad estriba en un rechazo de
responsabilidades, en negación a asumir el propio papel vital y en
evasión de las tareas que el destino indica como necesarias para el
progreso evolutivo.
Según casos, hay grandes capacidades espirituales, visionarias,
artísticas, o peligrosas confusiones al respecto que pueden abocar,
tanto a caminos religiosos falsos, como a una vida diluida en
evasiones y paraísos artificiales.
Los períodos de soledad y retiro suelen ser muy benéficos desde
el punto de vista espiritual y, especialmente, kármico, pero la tenden-
cia general es a rehuirlos ya que, de una forma u otra, el nativo
intuye que son el marco del enfrentamiento crucial consigo mismo;
superado el cual, tales períodos serán, entonces, buscados consciente-
mente como vías de inspiración y enseñanza.

200
III.3. LOS ASTEROIDES DE LOS ESCRITORES

“El idioma de un pueblo es la lámpara de su karma.


Toda palabra encierra un oculto poder cabalístico: es grimorio
y pentáculo...
Los idiomas son hijos del arado. De los surcos de la siembra
vuelan las palabras con gracia de amanecida, como vuelan las
alondras...”

Ramón del Valle-Inclán

Si los casos de temas natales personales que consultamos tenían


la finalidad de constatar influencias de los Asteroides por signos,
casas y aspectos; la del trabajo que exponemos a continuación fue la
de corroborar, de una forma más impersonal, tanto la relevancia de
los Asteroides en temas natales, como la relación de éstos con el
signo de Virgo, y, así mismo, la intervención de Quirón en esas
relaciones. Para ello escogimos, como sujetos de estudio, a
profesionales (o trabajadores) de alguna actividad que claramente
remitiese al signo de Virgo, y esa fue la profesión de escritor, no
exactamente la de literato, sino que los temas recogidos incluyen
tanto a literatos (novelistas, poetas, dramaturgos), como a escritores,
sin más (periodistas, traductores, científicos), considerando el
mínimo requisito, en esa tarea común de escribir, el de la publicación
de libros (aunque puede haber algún caso, sobre todo de periodistas,
que no cuente con libro publicado, lo que puede suplirse con
publicaciones de otro tipo). Tal elección permitía, además, considerar
una clara conexión con Quirón, puesto que para escribir se usa la
“mano” y la coordinación mente-mano es obvia, además de que el
escritor puede, en gran medida (y según casos, que de todo hay) ser
considerado como una especie de maestro (“La misión del escritor,
del artista, debe ser la de enseñar a los hombres a amar la vida”,
decía León Tolstoi).
No pudimos reunir un número de temas suficientes para darle a
la prospección el peso requerido, y, como muestra estadística sólo

201
puede tener, pues, el valor de una orientación aproximativa a la
realidad, de la que las conclusiones a obtener son casi
exclusivamente las concernientes al efecto promovido por los
Asteroides sin que se especifique cómo es ese efecto, si bien sí
pueden obtenerse muchas otras conclusiones con valor de hipótesis a
demostrar o comprobar.
El total fue de mil doscientos treinta y cuatro (1234) temas;
doscientos cincuenta (250) de ellos, con hora natal, es decir, con
casas; y novecientos ochenta y cuatro (984) sólo con la fecha natal,
es decir, con posiciones de planetas y asteroides y sin casas
(Desechamos algunos al descubrir diferencias entre distintas fuentes,
por lo que es presumible que alguna fecha de las que quedaron pueda
ser errónea). Previo el seguimiento de los asteroides, intentamos
corroborar si íbamos por camino acertado, e indagamos si podía,
sobre el material a estudiar, considerarse el signo de Virgo como
especialmente significado con la literatura y la escritura, tal como
muchos astrólogos lo han apuntado; entre ellos, Marcus Manilius,
cuya descripción de Virgo (Erígone), en su “Astronomicon”, es como
sigue:
“Erígone preside la enseñanza. Otorga el talento de escribir...
Erígone, sujeta por uno de los cuatro nodos del círculo de signos,
preside la enseñanza, el magisterio; ella formará por el estudio las
costumbres de aquellos cuyo nacimiento iluminó; éstos
perfeccionarán su espíritu cultivando las Bellas Artes, se afanarán
menos por aumentar sus ingresos que por averiguar las causas
primeras y propiedades de las cosas naturales. Inducirá la facilidad
de palabra, la corrección en el discurso y el sujeto podrá contemplar
las cosas con los ojos del espíritu, aunque se trate de asuntos de
naturaleza oculta. Otorgará también el talento de escribir con la
mayor fama; también será un escritor rápido y la letra será lo mismo
para él que la palabra, la mano más rápida que la lengua y unas
cortas notas representarán las largas frases de un fecundo orador”.
Puestos a encontrar esa relación Virgo-escritura en los temas
recogidos, lo primero fue dejar a un lado aquellos que no tenían
casas, pues la distribución de éstas articula los hechos concretos del
destino, además de individualizar más que las posiciones planetarias
202
en los signos. La constatación de Virgo como significativo en la
escritura era antecedente necesario al estudio de los Asteroides,
como agentes del signo. Y, simplemente, lo que hicimos fue observar
la frecuencia de Ascendentes en Virgo que presentaba el grupo
seleccionado, sin entrar en más detalles, ya que esta primera prueba
(orientativa, insistimos), confirmó suficientemente las expectativas.
El resultado podemos visualizarlo en un gráfico que da cuenta del
número de Ascendentes por signo, y en el que destaca, tanto la
relevancia de Virgo, como la correspondiente irrelevancia del signo
opuesto, Piscis:

Para constatar el grado de relevancia de los asteroides en los


1234 temas (con y sin hora) reunidos, establecimos varias
categorías de factores dominantes. Por un lado, en los temas
completos contabilizamos los asteroides que aparecen en casas
angulares (I-IV-VII-X), así como los que aparecen en las “zonas de
máxima intensidad” introducidas por Michel Gauquelin (5° por
delante de un ángulo –AS. DS. IC. MC.– y 15° por detrás),
combinando ambos cómputos. Por otro lado, tanto en los temas
completos como incompletos, consideramos, en primer lugar, las
conjunciones de asteroides con luminarias (Sol, Luna), así como con
el Ascendente en los temas completos, y en segundo lugar la
focalidad de los asteroides en figuras de aspectos, según cuatro
grupos en orden de importancia:
203
1. Asteroides en Gran Cruz, o focales de Semi-cruz.
2. Asteroides focales de Yod, o de Dedo del Mundo.
3. Asteroides en Gran Trígono, o en Rectángulo.
4. Asteroides focales de Isósceles, y otros casos.
La Gran Cruz Cósmica (cuatro cuadraturas en cuadrado con dos
oposiciones en diagonal) y la Semi-cruz Cósmica (una oposición y
dos cuadraturas, en triángulo rectángulo), son las figuras de aspectos
más dinámicas y energéticas, contrastando la relativa abundancia de
semi-cruces, con la escasez de grandes cruces que se producen en
general; la focalidad de la semi-cruz (el planeta que recibe las
cuadraturas) puede incluso suponer la influencia dominante en un
tema natal. El segundo grupo de figuras incluye el Yod, “Dedo de
Dios” o “Dedo del Destino” (un sextil y dos quincuncios en triángulo
isósceles) y el “Dedo del Mundo” o “Yod cuadrado” (una cuadratura
y dos sexquicuadraturas en triángulo isósceles), ambas figuras
igualmente dinámicas y activadoras, con incidencia particular en el
trazado, o en las metas y objetivos de una acción vital significativa;
si bien el hecho de ser figuras constituidas con aspectos moderados
las hace algo menos incisivas que las del primer grupo. El tercer
grupo incluye figuras no tan dinámicas como las anteriores, sino más
bien al contrario, lo que no supone que su relevancia pueda ser
menos notoria que la de otras figuras, pues, tanto el Gran Trígono
(tres trígonos en triángulo equilátero), como el Rectángulo (dos
trígonos y dos sextiles en cuadrilátero rectángulo, cruzado por dos
oposiciones diagonales) incluyen aspectos “fuertes”, pero cuya
cualidad particular es la de la estabilidad frente al dinamismo. Dicho
de otro modo, los dos primeros grupos de figuras reúnen caracte-
rísticas de los aspectos de la serie 2 (oposición, cuadratura, ...),
incluso el Yod a pesar de su sextil; mientras que el tercer grupo es
relativo a la serie de aspectos 3 (trígono, sextil, ...). En el último
grupo, además de considerar la figura del Isósceles (un trígono y dos
sextiles en triángulo isósceles) que puede ser relevante cuando no
aparecen otras figuras más fuertes, incluimos otros casos
particulares, normalmente referidos a “modelos planetarios” exactos
o peculiares.
Los cómputos realizados muestran claramente el papel
204
dominante de los asteroides en la mayoría de los temas, pero, como
toda estadística, ésta también tiene una intención exclusivamente
orientadora. En este caso concreto, en el que consideramos las
influencias dominantes en un tema natal, hay que tener en cuenta que
tal dominancia puede presentarse de formas más variadas de lo que
los factores seleccionados puedan permitir. Por lo que lo
verdaderamente ilustrativo y revelador es constatar cada uno de los
mil doscientos treinta y cuatro casos aquí reunidos. Veremos que
muchos de los que no quedan incluidos en los grupos seleccionados
muestran otras formas de dominancia e asteroidal; así mismo
constataremos la relativa abundancia de figuras que forman los
asteroides frente a la, también relativa, escasez de las figuras de
planetas; así mismo observaremos una llamativa tendencia de los
asteroides a conjuntarse entre ellos y con planetas significativos para
establecer su dominancia; así como, por otra parte y al mismo
tiempo, una frecuencia bastante regular a dejar constatación de que la
franja zodiacal principalmente regida por los asteroides es la del
signo de Virgo. De todos modos, los resultados más fácilmente
computables de todo el conjunto de temas de escritores, son los que
siguen:

1. De los doscientos cincuenta (250) temas completos:


A. Doscientos veinticuatro (224) tienen asteroides en
casas angulares (82, 1 asteroide / 80, 2 asteroides / 48, 3
asteroides / 13, 4 asteroides / 1, 5 asteroides).
B. Del resto (26), diecinueve tienen asteroides en zonas
de máxima intensidad (9, 1 asteroide / 6, 2 asteroides / 3, 3
asteroides / 1, 4 asteroides).
C. Inversamente, de los doscientos cincuenta temas,
ciento setenta y ocho (178) tienen asteroides en zonas de
máxima intensidad (88, 1 asteroide / 61, 2 asteroides / 23, 3
asteroides / 6, 4 asteroides).
D. Del resto (72), sesenta y cinco (65) tienen asteroides
en casas angulares (22, 1 asteroide / 25, 2 asteroides / 12, 3
asteroides / 6, 4 asteroides).

205
2. De los doscientos cincuenta (250) temas completos:
A. Ciento noventa y cinco (195) tienen asteroides
conjuntos a los ángulos (97, 1 asteroide / 61, 2 asteroides / 30,
3 asteroides / 7, 4 asteroides).
B. Ciento setenta (170), tienen asteroides conjuntos a las
luminarias (Sol, Luna) o al Ascendente (94, 1 asteroide / 53, 2
asteroides / 18, 3 asteroides / 7, 4 asteroides).
Del resto (80), sesenta y ocho (68) tienen asteroides focales
de figuras:
–39 asteroides focales de figuras del grupo 1 (Gran Cruz y
Semi-cruz) (25, 1 asteroide / 11, 2 asteroides / 3, 3 asteroi-
des).
–13 asteroides focales del grupo 2 (Yod y Dedo del Mundo)
(7, 1 asteroide / 4, 2 asteroides / 1, 3 asteroides / 1, 4 asteroi-
des).
–10 asteroides del grupo 3 (Gran Trígono y Rectángulo) (4, 1
asteroide / 3, 2 asteroides / 2, 3 asteroides / 1, 4 asteroides).
–6 asteroides del grupo 4.

3. De los novecientos ochenta y cuatro (984) temas sin hora:


A. Quinientos treinta y nueve (539) tienen asteroides
conjuntos a luminarias (375, 1 asteroide / 143, 2 asteroides /
21, 3 asteroides).
B. Del resto (445), cuatrocientos ocho (408) tienen
asteroides focales de figuras:
–251 asteroides del grupo 1 (153, 1 asteroide / 70, 2
asteroides / 21, 3 asteroides / 7, 4 asteroides).
–91 asteroides del grupo 2 (72, 1 asteroide / 15, 2 asteroides /
3, 3 asteroides / 1, 4 asteroides).
–42 asteroides del grupo 3 (8, 1 asteroide / 19, 2 asteroides /
11, 3 asteroides / 3, 4 asteroides / 1, 5 asteroides).
—24 asteroides del grupo 4 (19, 1 asteroide / 3, 2 asteroides /
2, 3 asteroides).

206
4. Del total de mil doscientos treinta y cuatro (1234) temas:
A. Setecientos nueve (709) tienen asteroides conjuntos a
las luminarias o al Ascendente, los temas completos (469, 1
asteroide / 196, 2 asteroides / 39, 3 asteroides / 5, 4
asteroides).
B. Del resto (525), cuatrocientos setenta y seis (476)
tienen asteroides focales de figuras (209 del grupo 1 / 104 del
grupo 2 / 5 2 del grupo 3 / 3 0 del grupo 4).
C. Inversamente, de los mil doscientas treinta y cuatro
temas, mil setenta y siete (1077) tienen asteroides focales de
figuras:
–659 del grupo 1 (440, 1 asteroide / 165, 2 asteroides / 45, 3
asteroides / 9, 4 asteroides).
–221 del grupo 2 (174, 1 asteroide / 37, 2 asteroides / 8, 3
asteroides / 2, 4 asteroides).
–130 del grupo 3 (42, 1 asteroide / 42, 2 asteroides / 36, 3
asteroides / 9, 4 asteroides / 1, 5 asteroides).
–67 del grupo 4 (55, 1 asteroide / 10, 2 asteroides / 2, 3
asteroides).
D. Del resto (157), ciento diez (110) tienen asteroides
conjuntos a luminarias (53, 1 asteroide / 47, 2 asteroides / 9, 3
asteroides / 1, 4 asteroides).

Referencias:

De cada autor damos nombre (según orden de nacimiento, con


índice alfabético al final), fecha, lugar y hora de nacimiento
(solamente fecha en el segundo grupo) y referencia a la fuente del
dato (ver abreviaturas más abajo); Signo ascendente (sólo en el
primer grupo), conjunciones de asteroides con luminarias, con
ángulos (sólo en el primer grupo), con planetas, de asteroides entre
sí, y posiciones en el signo de Virgo; Figuras de aspectos y
asteroides que intervienen en ellas, añadiendo una F entre paréntesis
para indicar “focal”. En los casos en los que aparece algún elemento
como “focal” de un Gran Trígono, se entiende que se ha formado un
207
“Cometa”, es decir, que sobre uno de los lados (de los trígonos) del
Gran Trígono se superpone un Isósceles (dos sextiles),
convirtiéndose el planeta focal del Isósceles en focal del Gran
Trígono; el caso puede dar lugar a que existan 3 focales, aunque lo
normal es 1 o 2. Además pueden aparecer indicaciones
complementarias, sobre todo respecto a la disposición global de
todos los elementos en el círculo zodiacal, generalmente
referenciada con algún “modelo planetario” (Para la figura del “Yod
cuadrado” o “Dedo del Mundo” utilizamos la abreviatura “DED.”).

ABC La mayoría de los temas con casas fueron recogidos del


SS “American Book of Charts”, de Lois M. Rodden, y del
“Sabían Symbols in Astrology”, de Marc Edmund Jones.

PW Parte de los temas sin horas recogida del “Literary Zodiac”,


de Paul Wright.

DR Un buen número de fechas sin hora proviene de


publicaciones periódicas y diarios, así como de
Enciclopedias, Historias de la Literatura, Biografías y
reseñas biográficas.

AA Finalmente hay temas cuyos datos fueron recogidos


directamente del nativo.

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INDICE DE AUTORES

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291
292
EFEMÉRIDES 1925-2000

Las Efemérides siguientes han sido confeccionadas, para las 12


horas PM (Mediodía), dando en grados la longitud, según períodos
de quince días, aproximadamente, pues las posiciones de asteroides
dadas lo son para los días 1 y 15 de cada mes; por ello puede resultar
útil, para calcular posiciones en días intermedios, el cuadro dado a
continuación, con el número de días de cada mes, y el de cada
segunda mitad del mes.

mes días mes días mes días


ENERO……... 31/16 MAYO……… 31/16 SETIEMBRE.. 30/15
FERBRERO… 28*/13 JUNIO………. 30/15 OCTUBRE….. 31/16
MARZO…….. 31/16 JULIO………. 31/16 NOVIEMBRE. 30/15
ABRIL………. 30/15 AGOSTO…… 31/16 DICIEMBRE... 31/16
* (29 días en años bisiestos)

En la bibliografía final hay referencias de las efemérides


actualmente disponibles, de las que cabe reseñar que las de Dobyns,
Pottenger y Michelson dan posiciones diarias, a las 00 horas, de los
cuatro asteroides, desde 1883 a 1999; que las de Donath dan las
posiciones aproximadas, mensuales, de esos mismos asteroides,
desde 1851 a 2050; que las que incluye el libro de Demetra George
(“Asteroid Goddesses”) lo son desde 1925 a 1999, también a las 00
horas, en períodos de diez días, y, no sólo de los cuatro asteroides,
sino, asimismo, de Quirón, Psique, Eros, Lilith, Toro, Safo, Amor,
Pandora, Icaro, Diana, Hidalgo y Urania. Las efemérides de Quirón,
de Neely y Tarkington, son, igualmente, para las 00 horas y por
períodos de diez días, desde 1890 a 2000, incluyendo, además,
posiciones mensuales de Quirón, desde 1686 a 1889. Todas estas
efemérides, excepto las de Donath, dan las longitudes en grados y
minutos, y, asimismo, las declinaciones; las de Quirón también
incluyen la latitud. Posteriormente, las efemérides de los 4
Asteroides y las de Quirón han sido reunidas en un mismo volumen
293
por “St. Michel Editions”, para el período 1900-2050, dando (sólo)
longitudes diarias en grados y minutos.

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NOTAS

1 Dane Rudhyar: “La práctica de la Astrología”. “New Mansions


for New Men”. (Todas las referencias bibliográficas de las notas se
citan en la Bibliografía final).
2 “Larousse Enciclopaedia of Astrology”.
3 Robert Hand: “Horoscope Symbols”.
4 En la Reseña Bibliográfica, al final del libro, incluimos algunos
de los manuales sobre asteroides más conocidos, hoy en día.
5 ASTEROID SIG, publica el comunicado GAIA (Gathering
Asteroid Information by Astrologers). Interesados en ello, así como
en los PALLAS PUBLISHING SERVICES pueden contactar con
Demetra George en P.O. Box 405 - Waldport, OR 97394 - U.S.A.
6 “El tamaño (es) pequeño (pero) no es indicativo de la
importancia planetaria en Astrología” (Dane Rudhyar; “New
Mansions for New Men”), (Hemos escogido esta alusión como
representativa, que no dogmática, entre otras varias, tan sólo por el
respeto que suelen merecer las opiniones de su autor en materia
astrológica).
7 La Ley no es aplicable en los casos de Neptuno y Plutón.
8 Fernando Bliesa & Begoña Melendo. “Asteroides. Descripción
e Historia”, en Tribuna de Astronomía, n.° 18, Mayo, 1987.
9 Claude Froeschlé. “Los Asteroides”, en Mundo Científico,
n.°66.
10 Cuando ya muchos astrónomos daban por segura esta
hipótesis (ver nota 11), los estudios de Jack Wisdom, del Instituto de
Tecnología de Massachusetts sobre las “Lagunas de Kirkwood” del
Cinturón, han permitido comprobar, finalmente, los efectos de
Júpiter en las zonas de resonancia, validando la citada hipótesis.
11 Condritos carbonosos: “Meteoritos que contienen carbono y
compuestos orgánicos, muy frágiles y fácilmente desmenuzables”
(Isaac Asimov).
12 Christiane & Claude Froeschlé. op. cit.
13 Así mismo se piensa que los satélites de Marte, Fobos y
Deimos, pudieran ser asteroides “capturados”, dada su similitud con
315
éstos, y sus diferencias con Marte. Isaac Asimov. “De Saturno a
Plutón”.
14 Herminie Lantero. “The continuing discovery of Chiron”.
15 Richard Nolle. “Chiron, the Key to your Quest”.
16 Australia, Sarawak, Malaca y Norteamérica son algunos de los
lugares indicados por Mircea Eliade como localizaciones de cultos a
piedras caídas del cielo (“Herreros y Alquimistas”)
17 “Herreros y Alquimistas”. Mircea Eliade.
18 M.J. Vermassen. “Religiones en pugna con el Cristianismo”,
en “El Crisol del Cristianismo”.
19 Robert Graves. “Los Mitos Griegos”.
20 Solano Peña Guarnan. “La Ruta del Ámbar”.
21 La parte correspondiente al relato de Nin-Hur-Sag, recogida
de M. Vieyra, en “Los Mitos de Mediterráneo”, a cargo de P. Grimal.
22 Según una tablilla de arcilla sumeria. M. Gauquelin & J.
Sadoul, “La Astrología, Ayer y Hoy”.
23 Es la abundancia de ritos patriarcales y la escasez de
matriarcales entre los hititas, la que nos lleva a dudar sobre
ascendencias libias en Anatolia.
24 M. Vieyra, op. cit.
25 Nicolau Primitiu de Sueca, “Los Ibero-Sicanos”.
Aun con influencias comprobadas de culturas nórdicas, es
remarcable la favorable acogida que, a lo largo de la historia,
tuvieron los cultos llegados de África, en la zona ibérica
mediterránea (hasta el cristianismo se introdujo desde el norte de
África); así mismo es digno de mencionar el hecho de que la difusión
de cultos, bien acogidos, es obra de militares (cartagineses, en el caso
de Tanit; romanos, en el de Cibeles-Atis).
26 La identificación entre Epona y la Virgen alada de Elche es
aludida por Fernand Benoit en “Chevaux du Levant Ibérique.
Celtisme ou Méditerraisme?”. En Elche se localizan cultos a Tanit,
Juno y quizás Atenea, así como a Venus. Los cultos a Diana cuentan,
sin embargo, con escasas pruebas arqueológicas. Además del posible
templo de “Hemeroskopeion” de Avieno, y del probable topónimo de
Denia, sólo se conocen dos inscripciones a Diana en Sagunto.
(Enrique Llobregat).
316
27 El amuleto de la Osera, reproducido en “El simbolismo solar
en la ornamentación de espadas de la II Edad del Hierro céltico en la
Península Ibérica”, de M.a de la Encarnación Cabré de Moran, tiene
un probable precedente en el dios solar de las Joyas de Egina, Italia.
La figura en cuestión viste una falda, adorna sus brazos con
brazaletes y luce dos grandes aretes; con cada mano sujeta un ave
(cisne, oca?) y de sus flancos emergen dos serpientes por cada lado.
Recuerda (como apunta la autora) a los dioses solares nórdicos.
28 J.G. Fraizer habla, en “La Rama Dorada” de un caso de “rey
anual” sacrificado en las Saturnales, ya en plena era cristiana, eso sí,
en zonas apartadas del imperio.
29 Agustí Bachs. “Los Misterios de Eleusis”.
30 Los datos natales de “Ram Dass” y de Timothy Leary
aparecen en el bloque de temas de escritores, en la parte III.
31 Etimología y clasificación de la tríada, de Robert Graves, en
“La Diosa Blanca”.
32 Saint-Yves, “El Arqueómetro”.
33 Louis Charpentier, “El enigma de la Catedral de Chartres”.
34 Para una información más detallada del ciclo de 800 años
remitimos a “Investigaciones sobre Astrología, vol. I” de Demetrio
Santos, pero, en cualquier caso, advertimos que, a excepción de las
denominaciones tradicionales de edades (Media, Antigua,...), los
períodos históricos considerados corresponden, además de a eras
zodiacales, a ciclos de 800 años. El C-800 centrado en el año 0
comienza 400 años antes, con el primer saqueo de Roma, por los
celtas y concluye hacia el año 400 de nuestra era, con el segundo
saqueo de Roma, por los vándalos.
35 Pedro de Frutos, “El enigma de los Celtas”.
36 Ramón Bascoy Pérez, “La comarca del Ortegal en el Segundo
Milenio A.J.C.”.
37 Alfons Llorenç, “Marededéus trobades”.
38 Louis Charpentier, op. cit.
39 Robert Graves, op. cit.
40 Fulcanelli, “El Misterio de las Catedrales”.
41 Aureli Argemí, “El Misteri d’Elx en el context del culte
cristiá”, en “Mon i Misteri de la Festa d’Elx”.
317
42 Alfons Llorenç, “Aproximació al món literari de la Festa
d'Elx”.
43 Parte de la información sobre los acontecimientos históricos
relevantes en el año del descubrimiento de Quirón, así como en los
de los afelios y perihelios, fue recogida del libro de Richard Nolle
“Chiron, Key to your Quest”.
44 Emma Belle Donath. “Asteroids in the birth chart”.
45 Dane Rudhyar. “La práctica de la Astrología”.
46 Demetra George. “Asteroid Goddesses”.
47 Desde que se adoptó el símbolo de Ceres, la luna negra viene
siendo indicada con el glifo:
48 Los datos natales de Michael Shearer se incluyen en el bloque
de temas natales de escritores.
49 Orion es llamado a Quíos, por Enopión para que libere la zona
de las fieras que infestan la isla; allí, Orion se enamora de la mujer de
Enopión, Mérope. Tras una disputa, con varias versiones, Orion es
cegado por Enopión. Para recuperar la vista, peregrina hacia Levante
con un niño a sus hombros que le va indicando el camino. Orion
intentó violar a Artemis y, por ello, fue muerto por la picadura de un
escorpión enviado por los dioses (y que es, evidentemente, el
escorpión correspondiente a la constelación y al signo). Michael
Shearer hace referencia a la peregrinación de Orión, al final de la
carta.
50 Pedro de Frutos, en su libro “El enigma de los celtas” sugiere
como etimología para Avesbury, “la tumba o lugar secreto, oculto, de
Eva”.
51 Zeus (Theos)=Júpiter (love); Th=I
52 La derivación, a partir del símbolo de Tanit, tomada de
Oswald Wirth en “El simbolismo astrológico”.
53 “Esta tienda que hemos atravesado, hijo mío, está formada por
el círculo zodiacal que se compone de signos en número de doce... Es
pues natural y conforme a la recta razón que desaparezcan (sus
influencias), expulsadas por los diez poderes, o sea, por la Década,
porque la Década, hijo mío, es generadora del alma”. Hermes
Trismegisto, Canto XIII del Poimandres (“Obras completas”. Vol. I).
54 El esquema del zodíaco védico, tomado de Oliver Beigbeder

318
en “La simbología”.
55 Oswald Wirth. “El simbolismo astrológico”. Hemos integrado
los sentidos esquemáticos de los símbolos que acompañan a los
dioses, y de éstos también.
56 Estas primeras relaciones de Ceres y Vesta, tomadas de
Demetra George. “Asteroid Goddesses”.
a
57 Acuario es la 6.ª de Virgo y la 12. de Piscis
Aries es la 1.a de Aries y la 7.a de Libra
Géminis es la 2.a de Tauro y la 8.a de Escorpio
Leo es la 3.a de Géminis y la 9.a de Sagitario
Libra es la 4.a de Cáncer y la 10.a de Capricornio
Sagitario, la 5.a de Leo y la 11.a de Acuario
(Los signos YIN no presentan tales correspondencias dómales)
58 Es curioso que, cuando el asteroide Eros (uno do los
excéntricos) fue descubierto, todos los planetas se situaban en un
semicírculo zodiacal, exactamente como en el caso de Quirón, por lo
que podría no ser descabellado el pensar en papeles relevantes de los
asteroides excéntricos como regentes de procesos específicos que
agrupen franjas, fases o sucesiones, de varios signos.
59 Juan Eslava Galán: “Cinco Tratados Españoles de Alquimia”.
Ceres sería la negra; Palas, la blanca; Juno, la multicolor; y Vesta, la
resplandeciente.
60 Demetra George: “Asteroid Goddesses”.
61 Al Morrison y la Asociación para el estudio de Quirón no le
atribuyen regencia fija, señalándolo como indicativo de “pasaje”,
“camino”, “puerta de entrada”; Malcolm Dean y Tony Joseph, así
como Erminie Lantero, le atribuyen regencia o relación sobre los
signos de Escorpio y Sagitario; Gregg Castelluci y Barbara Hand
Clow le atribuyen la regencia de Virgo.
62 Robert Hand relaciona a Quirón con los procesos de expansión
de la conciencia, con la enseñanza y con las iniciaciones.
63 En realidad este planeta focal es más bien el punto hacia el
que se orienta el Yod, y el punto de focalización de esta figura, es el
punto medio del sextil, activado por tránsitos planetarios, o, más
claramente, si un planeta se encuentra en ese punto, “cerrando” el
Yod.
319
64 Las zonas de Máxima Intensidad, investigadas por M.
Gauquelin corresponden a las zonas de los Ángulos, pero con mayor
extensión sobre las casas anteriores a los mismos (XII, III, VI, IX)
que sobre las propias casas angulares. La presencia de un planeta en
una de estas zonas (sobre todo si las demás están vacías) convierte, a
ese planeta, en dominante o especialmente relevante, en el tema.

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328
MUCHO agradaron a los cuatro el trabajo y el tiempo
compartidos, y tras alabar a Nuestra Señora y
agradecerle por el ánimo y la inspiración, las damas y
el ermitaño acordaron reunirse de nuevo, quizás a
componer otro libro que hablase de cómo el peregrino
anda el camino de la vida en pos de su liberación.
Y cuando las damas estaban prestas a partir, habló
Intención y dijo estas palabras:
–Señor santo varón, no acierto a dar ahora con
las palabras que tanto me agradaron para sellar este
encuentro y esta promesa ¿Acaso por ventura
recordáis vos aquellas que dijo Tomás al perdonar a
los otros apóstoles?
El ermitaño respondió y dijo estas palabras:
–Señoras, aquel hombre sabio dijo palabras para
recordar el nuevo mandamiento que nos dio Nuestro
Señor, y las palabras que dijo también las repitió el
docto y muy santo Simeón Ben Yojai, y fueron éstas:

ECCE QUAN BONUM


ET QUAN IUCUNDUM HABITARE FRATRES IN UNUM

329
330
INDICE

PROLOGO 7

INTRODUCCION …………………………………………….. 11

I. ASTRONOMIA …………………………………………. 17

II. LOS MITOS Y LA HISTORIA …………………………. 31


II.1 LOS MITOS Y LA HISTORIA ……………………… 33
II.2 FENICIA E IBERIA, CELTIA Y EGIPTO ………….. 39
II.3 GRECIA ……………………………………………… 53
II.4 MEDIOEVO …………………………………………. 72

III. LOS ASTEROIDES ASTROLOGICOS …………………. 85


III.1 HISTORIAS DE DESCUBRIMIENTOS …………… 87
III.2 EL CINTURON DE VIRGO Y LOS ASTEROIDES
III.2 A. EL SIGNO DE VIRGO Y EL CINTURON
DE ASTEROIDES. GLIFOS, REGENCIAS
Y RAZONES ……………………………….. 98
III.2 B. LOS CUATRO ASTEROIDES Y QUIRON
III.2 B.1 CERES ……………………………. 125
III.2 B.2 PALAS ……………………………. 141
III.2 B.3 JUNO ……………………………... 157
III.2 B.4 VESTA …………………………… 172
III.2 B.5 QUIRON …………………………. 187
III.3 LOS ASTROIDES DE LOS ESCRITORES ………... 201
INDICE DE AUTORES ………………………………….. 288
III.4 EFEMERIDES ………………………………………. 293

NOTAS ………………………………………………………... 315

BIBLIOGRAFIA ……………………………………………… 321

331
332

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