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Una película de drama que sin duda nos hace reflexionar como docentes sobre la manera de

enseñar un aprendizaje moral tomado de la mano de la materia que uno imparte.

Cuenta la historia de un profesor llamado William Hundert, quién es un docente muy querido
por sus estudiantes que con empeño, amor y dedicación a su vocación supo enseñar y formar
jóvenes con valores humanos.

William Hunter, recuerda los años vividos en la prestigiosa escuela de St. Benedict en el año de
1972 en donde su labor como docente le marcó su vida. Fue profesor de Historia en aquella
institución, y lo que más le gustaba era enseñarles a sus estudiantes sobre la maravillosa historia
de Roma, en donde sabía utilizar algunos recursos metodológicos para incentivar y motivar a los
chicos a que se interesen por los temas tratados. Una de esas técnicas era la de hacerles leer
una de las leyendas que se encontraban en las paredes de la clase, otra era que permitían a los
alumnos que narren hechos de algunos guerreros, de reyes de esa época, etc. Metodología que,
en la actualidad es muy difícil de ver. Eran tantos los recuerdos del profesor que sin duda estaba
ansioso por acudir a la reunión realizada por sus antiguos estudiantes, había pasado ya muchos
años y en aquel hotel de lujo lo trataban como un personaje muy importante.

Consigo llevaba un anuario en donde se acordaba de ciertos rostros estudiantiles muy


peculiares, que eran imposibles de olvidar por la forma en que se comportaban. A su mente
llega el primer recuerdo, el primer día de clases, en donde se encontró con jóvenes a los que le
saludó y preguntó sus nombres para crear un clima de confianza. En ese momento empezó a
usar sus herramientas metodológicas para dar un cambio en el sistema de aprendizaje, la misma
que era que uno de los chicos leyera una de las leyendas que se encontraban en la pared. En ese
momento se pudo dar cuenta que no solo era un docente que enseñaba historia y ya, sino
además debía formar a los jóvenes como buenos seres humanos lleno de valores, ante sus ojos
podía ver que sus alumnos eran personas que tienen mucho por vivir y un futuro prometedor y
que de él dependía ayudarles a formar su carácter y personalidad.

Después de un corto tiempo transcurrido en clase, llega un alumno nuevo distinto a los demás,
su nombre era Sedgewick Bell, un joven rebelde, hijo de un senador que no le daba la atención
requerida por poner ante todo su trabajo y solo buscaba que su hijo crezca socialmente, sin
importar las acciones o consecuencias que hacia los demás.

Sedgewick, es uno de los personajes que nos muestra que con una pequeña cantidad de
atención que se dé a un joven que no tiene afecto por parte de sus padres puede llevar a cambiar
su forma de pensar y actuar, aunque sea solo por un momento, eso es lo que le transmitió el
profesor a este chico interés, atención motivación, permitiéndole que se interesara por
aprender su asignatura. Transcurrido el tiempo, después de un concurso organizado por el
profesor de historia, sedgewik pasa a formar parte de los alumnos más destacados del grado;
dándole la oportunidad de ser mejor persona y estudiante, y dejando de lado a otro joven
sobresaliente con tal de ofrecerle salir adelante. Pero no lo fue así, durante el concurso, el
profesor se siente defraudado por Sedgewik quien hace trampa y una vez más por ser hijo de un
senador no se logra una intervención ante tal acto mal visto.

Durante la historia, el profesor menciona frases como “El carácter de un hombre es su destino”
o “Pensar en el bien común más que en el propio” “la tiranía es lo que da resultado en una
clase”, “Lo importante no es vivir, sino vivir justamente”, “El Fin depende del Principio”, entre
otras, nos lleva reflexionar sobre lo que podemos vivir en ciertos momentos de nuestras vidas y
en la de nuestros estudiantes.
Para el profesor y sus estudiantes fue una época que nunca van a olvidar. Han pasado 25 años
en donde los ex alumnos todos ellos hombres de bien, con familias y profesiones prometedoras
esperan reencontrarse con su gran amigo y maestro Hundert. Cuando la reunión se realizó el
Sr. Bell sin haber cambiado en su forma de pensar y actuar solicita hacer una revancha del
concurso de aquellos años a cambio de una gran aportación a su antigua escuela de Saint
Benedict con la única condición de que sea el profesor Hundert quien lidere la prueba
nuevamente. Sedgewik nuevamente actúa mal llegando otra vez a ser derrotado, pero al final
consigue lo que quiere solo por el hecho de haber crecido socialmente.

El profesor con esta acción mal intencionada se pudo dar cuenta que es un hombre que nunca
va a cambiar y que siempre va a conseguir las cosas cuando lo quiere. Y culmina diciendo que
“Por mucho que tropiece, un profesor debe seguir intentándolo”.

Y es ahí donde el profesor regresa a las aulas, a seguir intentando educar en lo moral y no pierde
las esperanzas de lograrlo con las nuevas generaciones. Y tal es el caso, y la confianza depositada
en él profesor que uno de sus ex alumnos y uno de los mejores estudiantes puso en sus manos
a su hijo para que, al igual que él, el profesor Hundert lo forje como hombre de bien tal como lo
había hecho con él, pudiendo así rectificar lo que había hecho en el pasado.

Como podemos decir, es una película que nos enseña que ante cualquier situación como
docentes también nos podemos equivocarnos, pero que está en nuestros valores, en nosotros
como humanos, rectificar lo que hemos dicho o hecho. Tomemos en cuenta que el docente es
una persona que da ejemplo a sus estudiantes, imparte su conocimiento por medio de
verdaderos principios para formar seres íntegros con capacidad crítica y reflexiva ante los
nuevos cambios que se dan en la sociedad; y dependerá de cada alumno el saber forjar lo
aprendido para bien.

Como docentes tenemos gran responsabilidad con nuestros estudiantes, ya que está en
nuestras manos cambiar el pensamiento de ellos desde que son muy pequeños, y para lograrlo
hay que hacerlo con amor a la vocación y con el respeto individual a cada uno, porque son seres
únicos e irrepetibles y con nuestra enseñanza los prepararemos para la vida, y los ayudaremos
a forjar su carácter.

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