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CAPITULO II

CONTEXTO TEORICO

Aspectos Conceptuales

Comunicarse con otras personas es una necesidad fundamental para los seres
humanos. No hay nada más triste que una persona que no tenga a nadie a
quien recurrir para intercambiar unas palabras y expresar sus afectos. La
relación social tiene una función biológica. Desde una perspectiva evolutiva, el
contacto con los demás nos ha facilitado la búsqueda de comida y la protección
de los depredadores. De hecho, los vínculos sociales influyen en la alegría de
vivir y hasta en la resistencia a las enfermedades crónicas.

Al margen de que la soledad elegida puede tener transitoriamente efectos


beneficiosos, la soledad impuesta resulta generadora de infelicidad. Cuando
una persona se siente sola, puede reconcentrarse más en su dolor (físico o
emocional), mostrarse más incapaz de reconstruir la relación con el mundo
exterior y tender a auto compadecerse. Hay personas que no tienen a nadie
con quien poder hablar o compartir sus pensamientos o sentimientos. A veces
acuden con frecuencia al médico: necesitan no que los sanen, sino que los
escuchen.

Las redes sociales constituyen un instrumento que, utilizado adecuadamente,


puede favorecer la socialización y contribuir a estrechar los lazos de
pertenencia a un grupo. Sin embargo, conectarse no es, en modo alguno,
equivalente a comunicarse. La identidad personal de un adolescente no puede
entenderse sin las relaciones de amistad. Por medio de Twitter, Facebook o
Instagram los jóvenes pueden aumentar su lista de amigos y adquirir
popularidad y reconocimiento, a costa a veces de compartir información
comprometida de índole personal.

En cualquier caso, la amistad virtual no es igual que la amistad real. Hay


incluso una perversión del lenguaje en las redes sociales.
Los amigos agregados de Facebook o los seguidores de Twitter no son sino
meros contactos. Estas redes pueden facilitar en sus usuarios actitudes
exhibicionistas, como ocurre en el muro de Facebook cuando se utiliza como
escaparate para compartir detalles íntimos, o narcisistas, como cuando se hace
alarde del número de seguidores o de likes en Twitter, de los mensajes
retuiteados o de las frases convertidas en trending topic. Es más, se pueden
crear perfiles falsos en Facebook o Twitter, en donde se puede engañar sobre
la edad, la formación académica, la profesión y hasta el tipo de personalidad, o
en Instagram, en donde se pueden retocar las fotos colgadas. Todo ello
contribuye a la creación de identidades ficticias y a vivir literalmente en una
realidad virtual.

Se trata de relaciones débiles que tan fácilmente se crean como se eliminan


porque no reconocen los matices en la comunicación cara a cara. Una persona
puede tener muchos amigos en Facebook y, sin embargo, nadie con quien
conversar en la vida real o compartir el fin de semana. Por ello, la
sobreexposición a las redes ha trastocado las formas de ocio y hasta los
modos de relación.

No se puede sustituir la comunicación directa, con el lenguaje verbal y


extraverbal que ello implica, por contactos virtuales, que están plagados de
malentendidos. Ambos tipos de comunicación pueden ser complementarios,
pero no sustituibles. Las caricias, las sonrisas, los gestos, el tono de voz o los
abrazos no pueden ser reemplazados por los emojis, los selfies o los mensajes
de texto. Las emociones complejas se perciben a través de las
microexpresiones faciales. La sensación de mirar directamente a los ojos no la
igualará nunca un mensaje de 280 caracteres. Una persona puede sentirse
sola en medio de un aluvión de emoticonos, selfies y mensajes. Si se sacrifica
la conversación por la conexión, se tergiversa el núcleo de la comunicación
humana, como cuando se abandona a una pareja diciéndoselo por un
WhatsApp.

Asimismo en los mensajes de las redes suelen mezclarse la esfera de


lo público (la profesión, la edad o el lugar de residencia), de lo privado (el
sistema de valores o los recuerdos biográficos) y de lo íntimo (el espacio
interior más reservado de cada persona, del que se hace partícipe solo a los
más allegados). La confusión entre estos tres planos, que son como círculos
concéntricos de radio progresivamente menor, empobrece dramáticamente la
comunicación. La intimidad es lo que nos confiere dignidad como personas.
Algunas personas reflejan en sus mensajes una falta de pudor, un deseo de
exhibicionismo y una carencia de valores de forma alarmante. En Internet se
cuentan demasiadas confidencias y se cuelgan demasiadas fotos y contenidos
sobre los que el sujeto emisor pierde el control.

Como ocurre en tantas otras actividades, la tecnología en sí no es buena ni


mala, sino depende del uso que se haga de ella. Las redes sociales, bien
utilizadas, constituyen una herramienta formidable de comunicación, siempre
que nos acerquen a quienes tenemos lejos (ahí están las posibilidades
enormes de Skype o Facetime) y no nos alejen de quienes se encuentran
cerca. En algunos sectores se empieza ya a constatar una cierta fatiga de las
redes sociales, sobre todo cuando se convierten en un vehículo de noticias
falsas que se hacen virales, en un vertedero de odio o insultos o en una
intromisión en la intimidad ajena. Curiosamente las personas son más dadas a
compartir con desconocidos la indignación que la alegría. Sin duda la
inmediatez de la respuesta y el amparo en el anonimato facilitan esta conducta.

Autor Enrique Echeburúa.

Esta teoría tiene una amplia relación con el trabajo de investigación


debido a que explica la gran diferencia y singularidad que caracterizan a estas
dos comunicaciones, que aunque se pueden complementar no se pueden
sustituir, dejando siempre en evidencia que la comunicación interpersonal es
fundamental para lograr crear verdaderas relaciones personales con una
persona. Deja en claro muchas de las cosas que nos ofrece la comunicación
interpersonal, cómo lo son los gestos, el tono de voz, las sonrisas, los abrazos,
las emociones complejas que se logran percibir en una comunicación
interpersonal jamás lo podremos encontrar y tener en la comunicación digital.

Asimismo también explica que se logra exponer la falta de intimidad en la


comunicación digital logrando así empobrecer la comunicación debido a que la
intimidad es lo que nos concede dignidad como personas y en algunas áreas
de esta comunicación esto se pone en juego. Deja en claro que la
comunicación digital no es mala solo depende del uso que el usuario tenga de
ella lograra así crear una gran herramienta de comunicación.

Las redes sociales han revolucionado la forma de comunicarse; de los amigos


contados con los dedos de una mano se ha pasado en muy poco tiempo a
tener cientos, a los que la mayoría de las veces nunca se ha dado un abrazo.
Estas estructuras de contacto acercan y alejan. Permiten comunicarse a
cualquier hora del día con cualquier persona, aunque viva a una distancia
kilométrica, pero también pueden aislar a las que están más cerca.

Con diferentes finalidades, desde la meramente profesional hasta la de


compartir ocio, conocimientos o buscar pareja; todas ellas atienden a una de
las necesidades básicas del ser humano: estar en contacto con otra persona,
socializarse y cubrir el sentimiento de pertenencia.

Si se usan adecuadamente, ofrecen ventajas como las que se enumeran a


continuación:
Facilitan comunicarse en la distancia. Hace años era impensable, sobre todo
por el coste económico, poder hablar diariamente con seres queridos o con
profesionales que se encontraran alejados geográficamente. Ahora solo exige
tener una conexión a Internet en el ordenador o en cualquiera de los
dispositivos móviles que tenemos a nuestro alcance.

Visibilidad para su negocio o para sus propios conocimientos si desea


compartirlos. Las redes sociales son un inmenso escaparate si se consigue
ser atractivo. La calidad de los comentarios, el sentido del humor, las
soluciones o tener ideas diferentes permite fidelizar seguidores deseosos de
ver qué se les propone.

Permiten que personas tímidas se puedan expresar tranquilamente. En


este caso, la red social nunca debería ser un sustituto del contacto presencial,
pero sí un escenario en el que practicar las habilidades sociales para
exponerse al público cuando uno se sienta seguro.

Búsqueda de pareja. A partir de los 30 y según en qué círculos se mueva,


cuesta mucho encontrar pareja. Los amigos tienen su vida hecha y las
oportunidades de conocer personas nuevas es escasa. Muchos desearían
poder conocer a gente, pero desconocen cómo y dónde. Las redes sociales
que facilitan este tipo de contactos son una plaza en la que se pasea de forma
virtual. Puede conocer los perfiles, entablar conversaciones y, si convencen,
quedar presencialmente.

Facilitan estar informado al segundo de lo que ocurre en el


mundo. Permiten seleccionar el tipo de información que desea recibir. Se trata
de una información consciente y libre.

Las redes sociales también tienen grandes inconvenientes:

Le alejan de la gente cercana. Es un error usarlas durante los momentos en


los que tendría que estar interactuando con la gente que sí tiene presente.

Engaños. Se debe tener en cuenta que puede encontrar en ellas personas que
mienten sobre distintos aspectos por miedo a que condicionen la relación con
su interlocutor.

Cobardía. Detrás de avatares anónimos se esconden personas que insultan,


menosprecian y humillan sin dar la cara. Liberan sus frustraciones y rabia, y no
tienen en cuenta el impacto de sus palabras. Las redes sociales les facilitan
hacer, pero les protege de recibir.

La falsa seguridad. Muchos adolescentes aprenden a relacionar su


autoestima como personas en función del número de seguidores y los “me
gusta” que reciben. Se debe tener en cuenta que en muchas ocasiones en
estos medios, el valor del interior pierde toda la fuerza frente al culto al cuerpo
y otros factores materialistas relacionados con el aspecto.

La falta de paciencia. Hace años, cuando se necesitaba discutir con alguien,


era obligado quedar en persona o llamar por teléfono. En ambas situaciones
había que exponerse al otro, lo que de alguna manera inhibe la conducta
impulsiva. El hecho de mensajearse, sin testar la intensidad de la emoción que
siente la otra parte, da lugar a malinterpretaciones y a ser más desinhibido
escribiendo que si la conversación tuviera lugar frente a frente.

Adicción. Su atractivo y rapidez pueden provocar adicción.

Intimidación y acoso. La misma falta de valentía y estar oculto detrás de un


personaje puede llevar a personas agresivas, rencorosas y con malos
sentimientos a arremeter contra alguien, acosarle y hacerle daño.

Reglas para comunicarnos mejor:

Tenga prudencia con lo que expresa y con las fotografías que comparte con
los demás. Lo que ahora le parece gracioso, igual dentro de un tiempo no lo es.
Todo lo que cuelga puede ser guardado por otros y utilizado cuando lo deseen.

Pida permiso y sea discreto. No cuelgue ni exprese nada sin permiso de


quien aparece en un comentario o en una fotografía. Es parte del respeto a su
intimidad.

Paciencia. Piense las cosas dos veces antes de escribir y contestar. Si se


siente ofendido con algún comentario, no conteste de forma inmediata. Espere,
redacte, relea, mida las consecuencias de lo que va a decir y piense cómo le
puede venir de vuelta.

Sea benevolente. No se tome todo como una ofensa. Es difícil descifrar la


intencionalidad de ciertos comentarios en las redes sociales. En lugar de
entender un comentario como un ataque, interprételo como una aportación
distinta a su opinión.

No escriba con faltas de ortografía. Las redes son gratuitas, no necesita


acortar palabras ni eliminar letras. Cuando escribe con errores gramaticales,
pierde credibilidad. Pero no corrija a otros, no es nadie para dejar en ridículo a
quien se ha expresado intencionadamente o sin darse cuenta con un error
gramatical. Solo conseguirá que se sienta mal por su equívoco.

No sustituya la comunicación personal por la comunicación en las redes. No


sustituya la parte presencial de las relaciones personales. Ver, tocar, besar,
observar, felicitar un cumpleaños o agradecer algo requieren una llamada o su
presencia.

¿Cómo quiere ser visto?

No cruzar los límites. Si tiene pareja y en su escala de valores comparte con


ella la fidelidad y lealtad, tenga cuidado de no traspasarlos. Muchas personas
pierden la vergüenza y el pudor a través de las redes. Las utilizan para seducir
y flirtear. Es fácil sentirse atraído por conversaciones o comentarios subidos de
tono que no mantendría con su pareja. Puede resultar un juego peligroso. El
límite está en cualquier comentario o foto que tendría que esconder a su
pareja, aquello que sabe que le sentaría mal incluso a usted si viviera esa
situación.

Todo no vale. Las redes sociales, sobre todo en los adolescentes, se han
convertido en un potenciador de la falsa seguridad, confianza y autoestima.
Con tal de ganar seguidores y más “me gusta”, venden su cuerpo al diablo:
caras incitadoras, lenguaje corporal relacionado con la provocación y la
sexualidad, desnudos o semidesnudos, morritos calientes y poses de modelo.

Sea sincero, pero a la vez proteja su intimidad. No desvele a desconocidos,


por mucha confianza que le inspiren, datos íntimos y privados, fotos personales
que puedan hacerle daño. Tampoco mienta, solo evite y protéjase de lo que
pueda hacerle daño.

Sea empático. Si va a hacer un comentario público, piense en los demás, en


quién recibe su comentario, en si tiene hijos y cómo le puede afectar. Recuerde
que está en un lugar público, expuesto a su familia, sus compañeros de trabajo
y a todo tipo de personas.

Sea amable y positivo. Nos gusta relacionarnos con quien ofrece apoyo,
sonríe, valora y es agradecido.

Las redes sociales tienen que estar a nuestro servicio para disfrutarlas y
aprovecharnos positivamente de ellas, pero nunca para esclavizarnos y
hacernos sentir mal. Mucho menos para hacer sufrir a los demás.

Autora: Patricia Ramírez


Esta teoría nos habla de las ventajas de la comunicación digital, si se
llegan a utilizar de una manera correcta, pero también deja muy en claro todas
las grandes desventajas de esta comunicación que logran pasar
desapercibidas por la sociedad, por lo tanto llega a tener una amplia relación
con esta investigación que tiene como fin demostrar el desplazamiento de la
comunicación interpersonal por la comunicación digital en la sociedad. Esta
teoría deja claramente en evidencia que las ventajas de la comunicación digital
le pueden traer muchos beneficios a las personas cuando la usan con
responsabilidad y conciencia como también el tener en cuenta los
inconvenientes que esta puede llegar a generar debido a que la comunicación
digital también trae consigo un daño colateral de manera silenciosa a nuestra
sociedad.

Mostrando las dos caras de la moneda nos da una visión más clara y nos
ayuda a dejar en claro que la comunicación interpersonal es la más importante
como individuos y sociedad, y tener claro que esta esta antes de la digital. No
obstante esta teoría nos deja en claro que esta comunicación digital con todas
y sus opciones para comunicarnos nos brindan también un servicio útil y de
disfrute que no se puede negar.
Fundamentación Legal

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