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1. Lejía: es aquella cuyo contenido en cloro activo no es inferior a 35 gramos por litro ni superior a 60
gramos por litro y tiene una alcalinidad total máxima, expresada en óxido de sodio (ONa2), del 0,9
por 100 en peso.
2. Lejía concentrada: es aquella cuyo contenido en cloro activo no es inferior a 60 gramos por litro ni
superior a 100 gramos por litro y tiene una alcalinidad total máxima, expresada en óxido de sodio
(ONa2), del 1,8 por 100 en peso.
A diferencia de las lejías de uso convencional, las lejías de uso alimentario, recomendadas como
su nombre indica para desinfectar alimentos como frutas y hortalizas, están destinadas a
eliminar las bacterias (por ejemplo Enterobacterias, Escherichia coli y también Salmonella)
que más frecuentemente contaminan a los alimentos. La composición de estas lejías está
comprendida entre 20 y 110 gramos de hipoclorito de sodio por litro, obtenido a partir de
materias primas de pureza farmacéutica, mediante un exclusivo proceso de producción y bajo
estrictos controles de calidad. Estas lejías están exentas de detergentes y de cualquier otra
sustancia tóxica, aunque esto debe siempre verificarse antes de su compra, mediante una
atenta lectura de la etiqueta. También se debe comprobar la concentración de cloro de la lejía,
según la cual variará el número de gotas que hay que añadir a cada litro de agua. Estas lejías
poseen un gran poder desinfectante y se pueden encontrar en el mercado como lejías diluidas y
concentradas, según que el contenido de cloro activo se encuentre por debajo o por encima de
57 gramos por litro. El hipoclorito de sodio es un desinfectante muy eficaz. En la industria
del servicio de alimentos, se puede utilizar para desinfectar utensilios de cocina y equipos
utilizados para el procesamiento de alimentos.
En nuestros propios hogares, el uso del hipoclorito de sodio es altamente efectivo para
eliminar varios tipos de bacterias y virus.
El hipoclorito de sodio también se utiliza para el tratamiento del agua – es una sustancia
muy eficaz para desinfectar el agua y eliminar bacterias y microorganismos, lo que ayuda a
prevenir la transmisión de enfermedades transmitidas por el agua.
Se utiliza en varias aplicaciones industriales para prevenir la formación de bacterias y
fangos, y también esEl hipoclorito de sodio es más comúnmente conocido como la lejía
que está presente en nuestros limpiadores domésticos. Sin embargo, también tiene otros
usos.
LIMPIEZA Y ELIMINACIÓN DE MANCHAS EN EL HOGAR
La aplicación más común para el hipoclorito de sodio es su uso como ingrediente activo en
la lejía.
La mayoría del hipoclorito de sodio que se produce es para su uso como blanqueador
doméstico, que comúnmente contiene un 5% de hipoclorito de sodio.
La lejía se usa para limpiar y desinfectar las superficies de nuestras casas, tales como
baños, pisos y mostradores. Siempre que encontramos manchas en la ropa y las sábanas, el
blanqueador es la forma de ir a quitar estas manchas difíciles.
útil para desinfectar piscinas. A veces, el hipoclorito de sodio se agrega a las aguas
residHipoclorito de sodio Compuesto oxidante de rápida acción utilizado a gran
escala para la desinfección de superficies, desinfección de ropa hospitalaria y
desechos, descontaminar salpicaduras de sangre, desinfección de equipos y mesas
de trabajo resistentes a la oxidación, eliminación de olores y desinfección del agua. Su
disolución en agua es conocida popularmente como agua lavandina, cloro, lejía, agua
de Javel o agua Jane) es un compuesto químico, fuertemente oxidante, su fórmula es
NaClO.
Dióxido de Cloro
Definición:
ClO2: El dióxido de cloro es un potente agente oxidante que se añade al agua para desinfectarla y para
mejorar su sabor y olor. El dióxido de cloro se descompone rápidamente en clorito, cloruro y clorato.
Fuente: OMS Valores Guía de la OMS para la Calidad del Agua de Bebida (traducido por GreenFacts)
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Cloraminas
Definición:
Las cloraminas son un tipo de aminas orgánicas que se producen cuando el amoníaco y el cloro (en forma de
ácido hipocloroso) reaccionan entre sí.
Cada vez se emplea más la cloramina en vez de cloro en las plantas de tratamiento de agua, debido a que la
cloramina es mucho más estable y no desaparece del agua asegurando la desinfección hasta el momento en
que el agua llega al consumidor. En el tratamiento del agua con cloramina, se forma monocloramina (NH2Cl)
al añadir cloro y amoníaco bajo ciertas condiciones. En el tratamiento del agua con cloro, los subproductos de
desinfección que se forman son una combinación de cloraminas inorgánicas, a la que también se llama
residuos combinados de cloro.
En el aire, las cloraminas son un fuerte irritante respiratorio.
ás:
El dióxido de cloro no se da de forma natural en el medioambiente sino que es producido de forma sintética.
Se emplea como blanqueante en la industria de fabricación del papel y como desinfectante del agua. En caso
de vertido, el dióxido de cloro no permanece en el medioambiente durante un período de tiempo sustancial
debido a su elevada reactividad.
cloro
Elemento químico de número atómico 17, masa atómica 35,453 y símbolo Cl ; es un gas
del grupo de los halógenos, de color amarillo verdoso y olor fuerte e irritante, peligroso en
altas concentraciones, que no se halla en estado libre en la naturaleza; se usa para
blanquear papel y otros materiales orgánicos, para destruir gérmenes del agua y para
preparar bromo y otros productos importantes.
A inicios de los años 90, Colombia fue testigo del comienzo de una época en la
que se abrió el mercado para que empresas transnacionales ingresaran al país.
Ese fenómeno, conocido como apertura económica, fue clave para que
compañías en todos los campos llegaran y generaran más competencia y, por
ende, precios más bajos. En ese proceso, el mercado de comida rápida se amplió
y empresas reconocidas a nivel mundial, como McDonald’s, KFC y Burger King,
recibieron a la clientela colombiana, que se deslumbraba con la novedad.
Con el pasar de los años, estas compañías se fueron posicionando cada vez más,
cambiando en algunos casos los hábitos alimenticios de los más jóvenes y
provocando intranquilidad a las entidades de salud, que veían con ojos de
preocupación el poco contenido nutricional y la utilización de químicos en sus
comidas. Además de los problemas relacionados con el bienestar, empezó a
aumentar la inquietud relacionada con el impacto de estas multinacionales en la
gastronomía típica y en los restaurantes que ofrecen este tipo de comida.
Para dar respuesta a esta sospecha consultamos a varios expertos. Uno de ellos es
Carlos Gaviria, docente del programa de gastronomía en la Universidad de la
Sabana y quien recientemente obtuvo el premio al mejor libro para cocineros
profesionales del mundo en los Gourmand Cookbook Awards 2017, por su
publicación Técnicas profesionales de cocina colombiana. Gaviria asegura que
no ve problema en el ingreso de multinacionales de comida rápida, porque
“satisfacen diferentes necesidades. Además el desarrollo turístico de un país no
se debe a esas grandes cadenas sino al fortalecimiento de su gastronomía
regional”. Sin embargo acepta que hay un problema de estima y orgullo propio
por lo nacional, pues “pensamos que es mucho más fino un wok o un sushi que
un piquete con longaniza y papa criolla, lo que es una desgracia” y puede llevar a
la extinción de la comida típica si no se reivindica su importancia y si no se les
enseña a los más pequeños a consumirla.
De igual forma, Carlos Sabogal, actual encargado del restaurante La Puerta Falsa,
asegura que las franquicias internacionales no le han quitado clientela porque
atienden necesidades distintas. Por ejemplo, asegura que su ubicación le permite
que turistas nacionales e internacionales lo visiten después de hacer el tradicional
paseo por el barrio La Candelaria y el Chorro de Quevedo, o los que simplemente
están conociendo la Plaza de Bolívar, el Palacio de Justicia, el Congreso o la
Casa de Nariño.
Ema Carvajal, hija de doña Elvira, propietaria del restaurante que lleva su
nombre, asegura que han tenido algunas crisis a lo largo de su historia, pero
ninguna ha estado relacionada con las empresas internacionales que empezaron a
entrar al país en los años 90. Resalta que no ve con preocupación que su clientela
prefiera estos establecimientos porque se tiene especial cuidado con la calidad y
el sabor de todos los platos que ofrecen en el menú.
Conceptos como los anteriores nos hacen reflexionar que la comida típica
colombiana actualmente sigue siendo altamente consumida y solicitada por
personas que quieren comer platillos con sabores familiares y caseros que
representan su cultura. Sin embargo, es importante revalorarla y mostrársela a los
más jóvenes, para que crezcan consumiéndola y de esta manera tengan recuerdos
que en el futuro los llevarán a buscarla, así el mercado esté lleno de ofertas
internacionales.
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