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Subtemas:
Mejoramiento de la respiración
Desarrollo:
Mejoramiento de la respiración
La respiración que nos debe acompañar en nuestro oficio de oradores es la que nos expande la
caja torácica, separa las costillas y va profundo hacia la columna. Para lograr respirar de esta
manera debemos liberar nuestro abdomen al inhalar y presionar ligeramente los músculos
abdominales hacia adentro y hacia arriba al exhalar, vale también agregar una pausa para
sentir nuestros pulmones llenos y luego vacíos del todo. Parece fácil, pero lo primero que vas a
necesitar es notar tu respiración en la vida cotidiana, si, siente donde está tu respiración ahora.
La respiración es una gran aliada, que lamentablemente olvidamos saludar.
Cada día, inhala profundamente antes de contestar el teléfono o en cada semáforo, cuando
estés en el auto… así educarás tu respiración. Una forma de sentir esta respiración es
acostándose en el suelo, de espalda, con un libro sobre su estómago.
Si respiras cómodamente, podrás ver que el libro se eleva cuando inhalas y que baja cuando
exhalas. Lleva tus manos a la zona de tus riñones y siente que respiras con la espalda también,
vas a conseguir mucha energía de esa área, y una gran proyección vocal.
Esta respiración será de gran ayuda para las locuciones radiales, televisivas u otros. Además,
te permitirá reducir la tensión en tu garganta. La respiración resulta vital al momento de hacer
una locución, porque es la energía para el habla. El paso del aire entre las cuerdas vocales es el
que genera los sonidos que luego se moldean con la posición de la mandíbula, la lengua y los
labios. Si hay algo mal con la fuente de energía, todo va a sufrir. Sin la energía de la respiración,
nada funciona como debiera. Lograremos mejorar la voz si contamos con una postura
adecuada. Es necesario mantener la cabeza erguida, la columna recta y los brazos y pies libres.
Te recomiendo luego, hacer ejercicios de respiración, para hablar hace falta entrenar como si
fueras un deportista, de la mano de las rutinas de calentamiento deben estar las prácticas de
respiración.
Conforme vayas realizando estos ejercicios puedes ir aumentando tus tiempos y con ello tu
capacidad en cuanto al volumen de respiración. El aire debe entrar por la nariz y llegar hasta
el fondo de los pulmones, de manera que el vientre se expanda. Es importante mantener los
labios ligeramente entreabiertos, lo cual nos ayudará a tomar aire. Se debe tener los labios
entreabiertos y la punta de la lengua debe tocar los dientes superiores y el paladar.
ATENCIÓN: No se debe mover ni el pecho ni los hombros al realizar este ejercicio. Recordemos
que para mejorar la voz debemos relajarnos y mantener una postura correcta. Debemos inhalar
y exhalar por períodos de tiempo de “unidades lógicas”. Por ejemplo: puedes tomar los tiempos
16.16.16; inhala 16 segundos hasta colmar el torso, después intenta retener el aire 16 segundos
dentro, contrayéndolo, apretando, y luego exhala suavemente durante 16 segundos hasta que
se forme una especie de vacío en los pulmones, en el pecho.
Las vocales van ligadas y se repetirán hasta que el aire se agote. Este ejercicio ayuda a aumentar
la capacidad pulmonar y también sirve como calentamiento para nuestras cuerdas vocales. El
siguiente ejercicio es algo similar al anterior. Pero aquí trabajaremos con palabras, ya no solo
con sonidos ligados como las vocales.
Inhala en posición erguida por la nariz y ahora vamos a empezar a sacar el aire mientras
contamos en voz alta hasta quedarnos si aire:
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve… Puedes intentarlo primero de
forma ligada y después hacerlo un poco más pausado.
Este ejercicio ayuda a extender un poco tu capacidad respiratoria de manera que te sea más
fácil poder leer textos más largos sin que te quedes corto en tu respiración. Mientras realizamos
este ejercicio podemos jugar un poco con la intensión de la voz para empezar a adentrarnos en
lo que es la interpretación. Trata de decir los números con diferentes intensiones o matices,
por ejemplo: “Triste, contento, enojado, enamorado, como tú quieras.” Hazlos frente a un
espejo, porque no se deben notar las venas ni los músculos del cuello, menos aún el rostro
enrojecido.
Respirar también te va a servir para relajarte cuando estés tensa/o, solo necesitas cerrar los
ojos y prestar atención al aire que entra por tus fosas nasales, permitiéndole a tu cuerpo estar
tranquilo sin más expectativa que acompañar la respiración, sin darte cuenta, cederá la tensión
en tus mandíbulas, tus hombros y tu cuello, todo ello permitiendo que tu voz fluya sin nudos
ni interrupciones.
El permitirte sentir el vacío de los pulmones es una herramienta muy eficaz para superar el
miedo, en este caso a estar frente a otras personas, o hacer el ridículo, en caso de cometer
errores o que alguna circunstancia salga mal de improviso.