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Escritura maya

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Escritura de los mayas

Glifos mayas en el museo de sitio de Palenque, México.

Tipo logográfico (logograma y silábico)

Idiomas lenguas mayances

Creador Cultura maya

Época siglo III a. C.

Estado descifrado

Dirección deporte mixto

ISO 15924 Maya, 090

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La escritura maya (también, jeroglíficos mayas, aunque técnicamente este término se


considera hoy en día impreciso) fue el sistema de escritura usado por la civilización
maya precolombina en Mesoamérica. Los caracteres o logogramas fueron
llamados jeroglíficos por los antiguos exploradores europeos de los siglos XVIIIy XIX,
quienes, aunque no entendían su significado, les atribuyeron sin embargo similitudes en
cuanto a su apariencia con los jeroglíficos egipcios, con los que la civilización maya
precolombina no estuvo nunca relacionada. Se trata del sistema de escritura que mejor se
ha descifrado de entre los sistemas de escritura mesoamericanos (recientemente, se ha
descifrado también la escritura epiolmeca).1 Las primeras inscripciones que son
identificables como mayas datan del siglo III a.C.,2 y se sabe que se usó hasta poco
después de la llegada en el siglo XVI de los conquistadores españoles (e incluso luego, en
lugares como Tayasal). La escritura maya usaba logogramas complementados por un
juego de glifos silábicos, con funciones similares a los de la escritura japonesa. No
obstante, ciertos lingüistas niegan que en las escrituras mesoamericanas se encontrasen
reglas gramaticales con la capacidad de componer ideas, ya que carecían de ciertas
funciones morfológicas y ortográficas, así como la capacidad de analizar palabras
por género, número y función.31

Índice

• 1Estructura
• 2Glifos emblema
• 3Historia
• 4Desciframiento
• 5Otros hallazgos
• 6Véase también
• 7Referencias
o 7.1Citas
o 7.2Bibliografía
o 7.3Enlaces externos

Estructura[editar]
Inscripción en glifos mayas de la localidad de Naranjo, referida al reinado de Itzamnaaj K'awil pana
kmanana, 784-810.

La escritura maya se compone de un complejo conjunto de glifos que laboriosamente se


pintaban en cerámica, muros, o códices; se tallaban en madera o piedra (en los que
destacan los trabajos en las estelas e interiores de ciertas pirámides); o se moldeaban
en estuco. Los glifos tallados y moldeados también se pintaban, aunque con frecuencia la
pintura se deterioraba hasta perderse. La escritura maya era un sistema logosilábico cuyo
significado es discutido. Los símbolos individuales ("glifos") podían representar bien una
palabra (normalmente un morfema) o una sílaba; a decir verdad, el mismo glifo con
frecuencia podía usarse de las dos formas. Por ejemplo, el glifo calendárico MANIK’ se
usaba asimismo para representar la sílaba chi. (Por convención se escriben las lecturas
logográficas en mayúsculas y las lecturas fonéticas en cursiva (itálica). Es posible, pero no
está comprobado, que estas lecturas conflictivas se originaran al ser adaptada esta
escritura a nuevos idiomas, como sucedió con los caracteres Han para el japonés (kanji).
Igualmente hubo ambigüedad en sentido contrario: glifos diferentes se podían leer de la
misma manera. Por ejemplo, media docena de glifos sin relación aparente se empleaban
para escribir el nombre de tercera persona u-, de uso muy común. La escritura maya se
escribía usualmente en bloques organizados en columnas de dos bloques de ancho, y se
leían de la siguiente forma:

Orden de lectura de los glifos mayas, similar al de la escritura alfabética europea occidental, y
usando columnas como las de un periódico actual.

Dentro de cada bloque, los glifos eran dispuestos de arriba hacia abajo y de izquierda a
derecha, aparentemente casi como los bloques silábicos de la escritura coreana Hangul.
No obstante, en el caso del maya, cada bloque tendía a corresponderse con
una frasenominal o verbal tal como 'su tocado verde'. Además, los glifos a veces eran
abreviados o condensados, en donde un elemento de un glifo sustituiría parte de otro. El
condensamiento aparece en otras escrituras: Por ejemplo, en los manuscritos españoles
medievales la palabra de a veces se escribía Ð (una D con el trazo central de una E). Un
ejemplo en inglés es la "y comercial" (en inglés ampersand) o et (&) que es una ligadurade
la palabra "et" en francés normando. A veces, en lugar de la configuración usual de los
bloques, se escribían los glifos mayas en renglones o columnas sencillas, o en forma de 'L'
o 'T'. Estas variaciones aparecían más frecuentemente cuando se adaptaban mejor al área
disponible para escribir.
Los glifos mayas eran básicamente logográficos, es decir, cada símbolo representaba un
ente o concepto, como "pescado" o "jaguar". En general, los glifos utilizados como
elementos fonéticos fueron en su origen logogramas correspondientes a palabras que en
lenguaje hablado eran monosílabos, monosílabos que o bien terminaban en una vocal, o
bien en una consonante débil como y, w, h o una oclusiva glotal (sonido parecido al de
la h en las interjecciones ¡uh!, ¡ah!, ¡eh! del castellano).
Un ejemplo es la evolución a glifo fonético del logograma 'aleta de pescado' (en maya:
Kah). Este glifo, que puede aparecer en dos representaciones: podía ser el dibujo de una
aleta de pescado, o también el de un pescado con aletas prominentes, se convirtió en la
representación de la sílaba "ka".
Estos glifos fonéticos silábicos que surgieron de esta forma tenían dos funciones básicas:
por un lado, servían como complementos fonéticos para desambiguar logogramas con
más de un significado (esto ocurrió también en la escritura egipcia), y, por otro, se usaban
para escribir elementos gramaticales que carecían de logograma, tales como inflexiones
de los verbos (en analogía con el japonés moderno). Por ejemplo, la voz bálam, jaguar,
podía escribirse como un solo logograma (lo representaremos como BALAM en lo que sigue,
por comodidad), o podía matizarse añadiéndole logogramas fonéticos, según contexto
(ba—BALAM, o también BALAM-—ma, o ba—BALAM—ma, donde ba y ma son glifos fonéticos),
o incluso podía escribirse de forma totalmente fonética, con tres glifos (ba—la—ma)
Los glifos fonéticos representaban sílabas simples abiertas (formadas por
consonante+vocal o únicamente vocal). Sin embargo la fonotáctica maya es un poco más
complicada. La mayoría de palabras mayas finalizan en consonante, no en vocal, y
también pueden encontrarse secuencias de dos consonantes en medio de la palabra,
como en xolte’ [ʃolteʔ] 'cetro', que es CVCCVC. Cuando estas consonantes finales
eran sonantes (l, m, n) o glotales (h, ’) a veces se omitían en la escritura, pero más
frecuentemente las consonantes finales se escribían, lo que significa que también aparecía
una vocal extra. Esta era típicamente una vocal "imitativa" que repetía la de la sílaba
anterior. Así, la palabra [kah] 'aleta de pescado' se escribiría ka-ha. Sin embargo hay
muchos otros casos donde se usaba otra vocal final, y sus reglas ortográficas solo se han
comprendido parcialmente. He aquí lo que se comprende actualmente:

• Una sílaba CVC se escribía CV-CV con las dos vocales


iguales: yo-po [yop] 'hoja'.
• Una sílaba con vocal larga (CVVC) se escribía CV-Ci, a
menos que la vocal larga fuera [i], en cuyo caso se
escribía Ci-Ca: ba-ki [baak] 'cautivo', yi-tzi-na[yitziin]
'hermano menor'.
• Una sílaba con vocal glotalizada (CV’C o CV’VC) se
escribía con una a final si la vocal era [e, o, u], o con
una u final si la vocal era [a] o [i]: hu-na [hu’n] 'papel', ba-
tz'u [ba’tz’] 'mono aullador'.
Una forma escrita más compleja es ha-o-bo ko-ko-no-ma para [ha’o’b kokno’m] 'ellos son
los guardianes'. (La duración y la glotalización de las vocales no siempre estaban
indicadas en palabras comunes como 'ellos son'). Un conjunto mínimo, sin traducción
completa, es el siguiente:
ba-ku [bak]
ba-ki [baak]
ba-ku [ba’k] o [ba’ak]
ba-ke [baakel] (omitiendo la l)

Glifos emblema[editar]
Un "glifo emblema" es un tipo de título real o
designación de nobleza.4 Está conformado
por la palabra ajaw (un término del maya
clásico para "señor", sin etimología clara aún,
pero con fuentes coloniales bien
atestiguadas)5 y un topónimo que precede a
la palabra ajaw y funciona como adjetivo. A
veces el título está precedido por el
adjetivo k’uhul "divino" o "sagrado".
Por supuesto un glifo de emblema no es del
todo "un glifo", pues se puede escribir con
cualquier cantidad de signos silábicos y
logográficos y están atestiguadas varias
ortografías alternativas para las
palabras k’uhul y ajaw, que forman la parte
invariante del título. El término "glifo
emblema" es simplemente una reminiscencia
de la época en que los mayistas no podían
interpretar satisfactoriamente las inscripciones
mayas clásicas y tenían que conformarse con
algunos apelativos aislando ciertos
componentes estructurales recurrentes en la
narrativa escrita.
Glifo de emblema de Tikal o "Mutal", Estela del
Museo de Tikal.

Este título fue identificado en 1958


por Heinrich Berlin,6 quien acuñó el término
"glifo emblema". Berlin notó que los "glifos
emblema" constaban de un signo principal de
mayor tamaño que los otros dos signos cuya
lectura actual es k’uhul ajaw. Berlin también
notó que mientras los elementos pequeños
permanecían relativamente constantes, el
signo principal cambiaba entre un sitio y otro.
Berlin propuso que los signos principales
identificaban a ciudades individuales, a sus
dinastías reinantes o a los territorios
controlados por ellas. Seguidamente, Marcus7
argumentó que los glifos de emblema se
referían a sitios arqueológicos, dispuestos en
una jerarquía de cinco niveles de distribución
asimétrica. La investigación de Marcus
asumía que los glifos de emblema estaban
distribuidos en un patrón de importancia
relativa del sitio dependiendo de la amplitud
de su distribución, vagamente desglosada
como sigue: Centros regionales primarios
(capitales) (Tikal, Calakmul, y otras ciudades
supremas) eran generalmente las primeras de
su región en adoptar un glifo emblema. Los
textos que se refieren a otros centros
regionales primarios aparecen en los textos
de estas "capitales", y existen dependencias
que utilizan el glifo del centro primario.
Los centros secundarios (Altun Ha,
Luubantuun, Xunantunich, y otras ciudades
intermedias) tenían sus propios glifos pero
solo eran mencionadas raramente en los
textos encontrados en el centro regional
primario, mientras que repetidamente
mencionan el centro regional en sus propios
textos. Los centros terciarios (pueblos) no
tenían glifos propios, pero sí textos que
mencionan los centros primarios y quizás
ocasionalmente los centros secundarios. A
estos seguían las aldeas sin glifos emblema
ni textos que mencionen los centros mayores,
y los caseríos con mínima evidencia de
textos.8 Este modelo estuvo irrefutado por
más de una década hasta que Mathew y
Juteson,9 argumentaron una vez más que los
glifos emblema eran los títulos de
gobernantes mayas con cierta asociación
geográfica.
El debate sobre la naturaleza de los glifos
emblema sufrió un nuevo giro con la
monografía de Stuart and Houston.10 Los
autores demostraron convincentemente que
había cantidades de topónimos propiamente
dichos, algunos reales, otros mitológicos,
mencionados en las inscripciones. Unos de
estos topónimos aparecían también en los
"glifos emblema", algunos fueron atestiguados
en los "títulos de origen" (similares a los
gentilicios), pero otros no estaban totalmente
incluidos en títulos personales. Además, los
autores resaltaron los casos en los que los
"títulos de origen" y los "glifos emblema" no se
superponían, apoyándose en una
investigación anterior de Houston.11 Houston
notó que el establecimiento y difusión de la
dinastía originada en Tikal en la región de
Petexbatun fue acompañada por la
proliferación de gobernantes que usaban el
"glifo emblema" de Tikal poniendo
ascendencia política y dinástica sobre los
centros de gobierno de la época.12

Historia[editar]

Detalle del Códice Maya de Dresden.


Reproducción moderna.

Hasta hace poco se creía que los mayas


habían adoptado su escritura de la olmeca o
de la epi-olmeca. Sin embargo, recientes
descubrimientos han llevado el origen de la
escritura maya varios siglos atrás, y parece
posible que los mayas hayan sido los que
inventaron la escritura en Mesoamérica.13
El primer texto datado con seguridad y cuyo
origen geográfico es seguro es la "estela 29"
de Tikal en el noreste de Guatemala, que está
datada el 6 de julio del 292 d.C.. La escritura
maya estuvo en uso hasta la segunda mitad
del s. XVII. El conocimiento del sistema de
escritura maya continuó en los inicios de la
época colonial y según referencias, algunos
de los primeros sacerdotes españoles que
fueron a Yucatán aprendieron su escritura. El
padre Diego de Landa, primer obispo de
Mérida, escribió «Relación de cosas del
Yucatán» durante la conquista española. El
Padre Landa escribió que estaba orgulloso de
haber quemado una gran cantidad de libros
indígenas, manuscritos y símbolos redactados
en escritura maya, después de que viera que
muchos indígenas continuaban con sus
creencias que él consideraba sacrílegas o
bárbaras. El padre Landa redactó su crónica
para dejar constancia de su celo en la
conversión de los nativos de América pero
como, al mismo tiempo, dejó constancia de
informaciones etnográficas valiosas y
descripciones exactas de la escritura de los
mayas, se pudieron rescatar del olvido
muchos datos que sirvieron, cientos de años
después, para ayudar a interpretar dicha
escritura. Los jeroglíficos reproducidos por el
obispo de Mérida de las obras quemadas por
los conquistadores cristianos eran
exactamente los mismos que J.L. Stephens
había encontrado en los monumentos
históricos de la selva en los territorios del sur
cuando descubrió Copan el 17 de noviembre
de 1839. Eso sirvió para transcribir los
calendarios jeroglíficos mayas y los cálculos
del tiempo que realizaban los mayas. El libro
de Landa fue descubierto en la Biblioteca
Real de Madrid en 1869 por Brasseur de
Bourgbourg y permitió realizar nuevas
hipótesis con respecto a la escritura maya.14
Landa registró un glosario de sonidos mayas
y símbolos relacionados (conocido como
el alfabeto de Landa) que aunque en un
principio fue considerado como fantasioso e
inútil por los primeros investigadores en la
materia, eventualmente se convirtió en un
recurso clave en el desciframiento de la
escritura maya.
El problema con el Alfabeto de Landa para
ser usado como una piedra de rosetta en el
desciframiento, radicaba en que no había
correspondencia unívoca entre el alfabeto
español y los caracteres mayas en el
expresados. Esto se debía a que al momento
de su creación y pidiendo Landa que el
escriba maya produjera el glifo para la
primera letra del alfabeto español "A" el
escriba Maya dibujó el glifo correspondiente a
"aac" (tortuga), al ser cuestionado por la letra
"Be" el escriba maya produjo el glifo para "bé"
(camino) y así sucesivamente; resultando en
un "alfabeto" que no tenía un uso práctico en
traducir entre un sistema y otro. 15
Landa también se ocupó de crear una
ortografía en alfabeto latino para la lengua
maya yucateca. Esta fue la primera ortografía
sobre las lenguas mayas, que son unas
treinta. Se tienen inscripciones procedentes
de diferentes lugares y épocas, por lo que no
están escritas en el mismo idioma (se tienen
inscripciones en yucateco, cholano y tzeltal).
Solo se sabe de cuatro códices mayas que
han sobrevivido a los conquistadores. La
mayoría de textos mayas sobrevivientes se
han encontrado en cerámicas hallada en
tumbas mayas, o de monumentos
y estelas erigidas en sitios luego
abandonados o tallados antes de la llegada
de los españoles.
El conocimiento del sistema de escritura se
perdió probablemente a finales del siglo XVI o
principios del XVII. Pero en el siglo XIX surgió
un interés renovado por los yacimientos
arqueológicos mayas.

Desciframiento[editar]
Monumento a Yuri Knorosov
en Mérida, Yucatán, México ubicado en el
patio de acceso al Museo del Mundo Maya.
Obsequio del pueblo ruso al pueblo maya de
Yucatán (2018).16

El desciframiento de la escritura fue un


proceso largo y laborioso. Los investigadores
del siglo XIX y comienzo del siglo XX se
encargaron de descifrar los numerales
mayas y pasajes de textos relacionados con
la astronomía y el calendario maya, pero la
comprensión de lo demás estuvo más allá del
alcance de los académicos. Yuri
Knorozov desempeñó un papel principal en el
desciframiento de la escritura maya.17
En 1952, él publicó un documento titulado
"Drevniaia Pis’mennost’ Tsentral’noi Amerika"
("Antigua escritura de Centroamérica"), donde
argumentaba que el llamado "alfabeto de
Landa" contenido en el manuscrito del
obispo Diego de Landa "Relación de las
cosas de Yucatán" se componía de sílabas,
más que de símbolos alfabéticos. Más tarde,
mejoró su técnica de desciframiento en su
monografía de 1963 "The Writing of the Maya
Indians" ("La escritura de los indígenas
mayas")1819 y publicó traducciones de
manuscritos mayas en su obra de 1975 Maya
hieroglyphic manuscripts ("Manuscritos
jeroglíficos mayas"). En la década de 1960, la
investigadora Tatiana
Proskouriakoff consiguió descifrar -mediante
el estudio epigráfico, matemático e
iconográfico de las estelas de Piedras
Negras, en el estado de Chiapas- los
primeros registros dinásticos de los
gobernantes mayas, lo que terminó por
derrumbar para siempre la teoría de
Thompson, generalmente aceptada hasta ese
momento, que declaraba que en los glifos
mayas no había historia, sino únicamente
cálculos matemáticos, con lo que abrió
nuevos caminos hacia el desciframiento en la
dirección correcta.20 Desde inicios de
la década de 1980 se ha demostrado que la
mayor parte de los símbolos anteriormente
desconocidos forman un silabario y desde
entonces el avance en la interpretación de la
escritura maya se aceleró.
Al parecer, los mayas habrían heredado
algunos elementos, y quizás la base
completa, de su antiguo sistema de escritura
a partir de los olmecas,21 el cual habría sido
modificado significativamente y luego
expandido por los mayas en el período
preclásico. Los textos de este período son
menos numerosos y menos comprensibles
para los arqueólogos que los textos
posteriores. Sin embargo, la escritura
ístmica o epi-olmeca se consideró alguna vez
un posible ancestro directo de la escritura
maya, y ahora se la considera varios siglos
más reciente, y en cambio podría ser
descendiente. Otras culturas
mesoamericanas relacionadas y cercanas del
mismo período serían también herederas de
la escritura olmeca, y habrían desarrollado
sistemas paralelos que compartían atributos
clave (como el sistema de
numeración vigesimal, representado por
puntos y barras). No obstante, se cree
generalmente que los mayas desarrollaron el
único sistema de escritura completo
en Mesoamérica, y sería entonces la única
civilización de su región que contaba con un
sistema de escritura completo, capaz de
escribir cualquier cosa existente en el
lenguaje hablado, a diferencia de los sistemas
empleados - por ejemplo - por la
cultura mexica, que empleaban un sistema
basado en el principio del rebus.[cita requerida]

Otros hallazgos[editar]

Glifos Mayas en el Museo Nacional de


Antropología.

Como los primeros ensayos de Knorozov


contenían pocas lecturas nuevas y los
editores eran soviéticos,
algunos mayistasoccidentales simplemente
desconocieron el trabajo de Knorozov. Sin
embargo, en la década de 1960 más llegaron
a ver el enfoque silábico potencialmente
fructífero, y se empezaron a desarrollar
posibles lecturas fonéticas de los símbolos
cuyo significado general fuera comprendido a
partir del contexto. El epigrafista Eric S.
Thompson fue uno de los mayores oponentes
de Knorosov y de su enfoque silábico. Se ha
dicho que los desacuerdos de Thompson
retrasaron el desciframiento.22
En 1959, al examinar lo que la académica
ruso-estadounidense Tatiana
Proskouriakoff denominó "un patrón de fechas
peculiar" en inscripciones monumentales de
piedra en el sitio maya clásico de Piedras
Negras, Proskouriakoff determinó que estas
representaban eventos en la vida de un
individuo, más que estar relacionados con la
religión, la astronomía, o las profecías, como
lo sostenía la "vieja escuela" representada por
Thompson. Esto probó ser cierto para muchas
inscripciones mayas, y reveló que los
registros epigráficos mayas estaban relatando
historias reales de gobernantes, historias de
dinastías similares en su naturaleza a las
registradas en culturas humanas letradas por
todo el mundo. De repente los mayas
ingresaron en la historia escrita.23
Aunque ya era claro lo que había en muchas
inscripciones mayas, aún no podían ser
literalmente leídas. No obstante se logró un
progreso mayor durante las décadas de 1960
y 1970, utilizando una multitud de
aproximaciones que incluían análisis de
patrones, el "alfabeto" de Landa, los hallazgos
de Knorozov, y otros. En la historia del
desciframiento de los mayas, no podía
separarse el trabajo de arqueólogos,
historiadores de arte, epigrafistas, lingüistas,
y antropólogos. Todos contribuyeron a un
proceso verdadera y esencialmente
multidisciplinario. Entre las figuras claves
estaban incluidos David H. Kelley, Ian
Graham, Gilette Griffin, y Michael Coe.
Sucedieron hallazgos en la década de 1970 -
particularmente, en la primera Mesa Redonda
de Palenque, una conferencia académica
organizada por Merle Greene Robertson en el
sitio maya clásico de Palenque realizada en
diciembre de 1973. Un grupo de trabajo fue
conducido por Linda Schele, una historiadora
de arte y epigrafista de la Universidad de
Texas en Austin, que incluía a Floyd
Lounsbury, un lingüista de la Universidad de
Yale, y Peter Mathews, por entonces
estudiante de David H. Kelley en
la Universidad de Calgary (a quien Kelley
envió por no haber podido asistir él). En una
tarde ellos lograron descifrar la primera lista
dinástica de reyes mayas - los antiguos reyes
de la ciudad de Palenque. Mediante la
identificación de un signo como un título real
importante (que se lee
recurrentemente k'inich), el grupo pudo
identificar y "leer" las historias de vida (desde
el nacimiento, hasta el ascenso al trono, y la
muerte) de seis reyes de Palenque.
Desde ese punto, el progreso continuó a paso
exponencial, no solamente en el
desciframiento de los glifos mayas, sino
también hacia la construcción de una
comprensión nueva de la civilización maya,
basada en la Historia. En 1988, Wolfgang
Gockel publicó una traducción de las
inscripciones de Palenque basadas en una
interpretación morfémica, en lugar de silábica,
de los textos glíficos. La "vieja escuela"
seguía rechazando los resultados de la nueva
academia por algún tiempo más. Un
acontecimiento decisivo que ayudó a cambiar
el viento a favor del nuevo enfoque ocurrió en
1986, en una exhibición titulada "La Sangre
de los Reyes: Una nueva interpretación del
arte maya (The Blood of Kings: A New
Interpretation of Maya Art)". Esta fue
organizada por InterCultura y el Museo de
Arte Kimbell y curada por Schele y la
historiadora de arte de Yale Mary Miller. Esta
exhibición y el catálogo para los asistentes -
con publicidad internacional - revelaron a una
vasta audiencia el nuevo mundo que se había
abierto recientemente gracias al avance en el
desciframiento de las inscripciones mayas.
Ahora no solo se podía leer y entender una
historia real de la América antigua, sino que la
luz que cubría los restos materiales de los
mayas los muestra como individuos reales y
reconocibles. Quedaron revelados como
personas con una historia como la de todas
las demás sociedades humanas, llena de
guerras, luchas dinásticas, alianzas políticas
cambiantes, sistemas religiosos y artísticos
complejos, expresiones de propiedad y
soberanía personal, y así sucesivamente.
Además, la nueva interpretación, como lo
demostró la exhibición, daba sentido a
muchas obras de arte cuyo significado había
sido oscuro, y mostraba cómo la cultura
material de los mayas representaba un
sistema cultural y una cosmovisión
completamente integrados. Atrás quedaba el
antiguo punto de vista de Thompson de los
mayas como astrónomos pacíficos sin
conflictos u otros atributos característicos de
la mayor parte de las sociedades humanas.
Sin embargo, tres años más tarde, en 1989,
un contraataque final fue lanzado por quienes
todavía eran renuentes a la interpretación
moderna del desciframiento. Esto ocurrió en
una conferencia en Dumbarton Oaks. No se
atacaba directamente a la metodología ni a
los resultados del desciframiento y se
sostenía que los textos mayas antiguos
habían sido leídos, pero que eran
"epifenomenales". Este argumento se
extendió desde una perspectiva populista
para decir que los textos descifrados trataban
solamente de los asuntos y creencias de la
élite de la sociedad, y no acerca de mayas del
común. Michael Coe en oposición a esta idea
describió "epifenomenal" como:

• una insignificante palabra con el objeto de


decir que la escritura maya es solo de
aplicación marginal ya que es secundaria
a aquellas instituciones más primarias -
economía y sociedad - tan bien
estudiadas por los arqueólogos de
terreno.
Linda Schele observó luego de la conferencia
que esto es como decir que las inscripciones
del antiguo Egipto - o los escritos de los
filósofos o los historiadores griegos - no
revelan nada importante sobre sus culturas.
La mayoría de documentos escritos en la
mayor parte de culturas nos cuentan acerca
de la élite, debido a que en la mayor parte de
las culturas del pasado, solo había algunos
que podían (conocían o tenían los medios
para) escribir (o podían hacer registrar cosas
mediante escribas o grabarlas en
monumentos).
El progreso en el desciframiento continúa a
paso rápido actualmente, y los académicos
aceptan en general que ahora más del 90 por
ciento de los textos mayas se pueden leer con
precisión razonable. Hacia 2004, como
mínimo se conocía un glifo fonético para cada
una de las sílabas marcadas como se
muestra en siguiente tabla:

(’) b ch ch’ h j k k’ l m n p p’ s t t’ tz tz’ w x y

a • • • • • • • • • • • • • • • • • • •

e • • • • • • • • • • • •
i • • • • • • • • • • • • • • • • • •

o • • • • • • • • • • • • • • •

Los principales estudiosos de la lengua


maya incluyen a muchos arqueólogos,
epígrafos, lingüistas e historiadores.
Algunos nombres en esta lista son:

• David Friedel de la SMU


• David Stuart de la University of Texas
• Nikolai Grube de la University of
Bonn, Alemania
• Alfonso Lacadena de la Universidad
Complutense de Madrid
• Ana García Barrios de la Universidad
Rey Juan Carlos
• Simon Martin del University of
Pennsylvania Museum
• William Fash de la Harvard University
• Diane Chase y Arlen Chase de
la University of Central Florida
• Stephen Houston de la Brown
University
• Arthur Demarest de la Vanderbilt
University
• Robert Sharer de la University of
Pennsylvania,
• William Sanders de la Pennsylvania
State University,
• Karl Taube de la University of
California, Riverside
• Marc Zender del Peabody Museum,
Universidad de Harvard
• Dimitri Beliaev, de la Russian State
University for the Humanities, en
Moscú
• Nicholas Hopkins y Kathryne
Josserand,
• John Robertson de la Brigham Young
University
• Søren Wichmann del Max
Planck Institute for Evolutionary
Anthropology en Leipzig
• Linda Schele, University of Texas
• John F. Chuchiack IV, Missouri State
University
• Maricela Ayala Falcón, Centro de
Estudios Mayas-UNAM
• Guillermo Bernal Romero, Centro de
Estudios Mayas-UNAM
• Erik Velásquez, Instituto de
Investigaciones Estéticas-UNAM
Entre otros, incluyendo a varios
estudiosos de América Latina, sobre todo
en el área Maya.

Véase también[editar]
• Cultura maya
• Mitología maya
• Calendario maya
• Numeración maya
• Lenguas mayenses
• Etnia maya
• Códices mayas
• Literatura maya

Referencias[editar]
Citas[editar]

1. ↑ T. Kaufman & J. Justeson, "44. Epi-


Olmec", 2004, en The Cambridge
Encyclopedia of the World's Ancient
Languages.
2. ↑ Harri Kettunen, Christophe Helmke
(2010). «Introducción a los
jeroglíficos mayas». p. 9. Consultado
el 5 de abril de 2016.
3. ↑ Beatriz de la Fuente (1995). «La
pintura mural prehispánica en
México». UNAM. Consultado el 18 de
marzo de 2016.
4. ↑ Early Thoughts on the sajal Title,
David Stuart (En Inglés) [1]
5. ↑ Lacadena García-Gallo, A. y A.
Ciudad Ruiz (1998). Reflexiones
sobre la estructura política maya
clásica. Anatomía de una
Civilización: Aproximaciones
Interdisciplinarias a la Cultura Maya.
A. Ciudad Ruiz, M. I. Ponce de León
and M. Martínez Martínez. Madrid,
Sociedad Española de Estudios
Mayas: 31-64.
6. ↑ Berlin, H. (1958). "El Glifo Emblema
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de la Société des Américanistes de
Paris 47: 111-119.
7. ↑ Marcus, J. (1976). Emblem and
state in the classic Maya Lowlands:
an epigraphic approach to territorial
organization. Washington,
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Harvard University.
8. ↑ Marcus, J. (1973) Territorial
Organization of the Lowland Classic
Maya. Science. 1973 June 1;180
(4089):pp. 911-916
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Enlaces externos[editar]

• Teoría Gockel sobre los mayas


• Catálogo de glifos en iath.virginia.edu
• Lista parcial de glifos y bloques de
glifos
• Yuri Valentinovich Knórosov, el
descifrador del lenguaje maya
• Un equipo de la Universidad Estatal
de Rusia revisará el más extenso de
los tres documentos conservados de
la civilización prehispánica
mayaConsultado el 31 de marzo de
2016.

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• Datos: Q211248

• Multimedia: Maya writing

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