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la ciudad sostenible, presupone la necesidad de revertir el tipo de ciudad funcional hacia

otra más sostenible y abierta a detener el deterioro, siendo aquella que ofrece calidad de
vida a sus habitantes sin poner en riesgo los recursos, ya que vela también por el
bienestar de la humanidad futura y procura la justicia social (Pinzón Victoria, 2016).

La ciudad sostenible perfecta, sería aquella que se autoabasteciera energéticamente y que


además no desaprovechara sus residuos, sino que los reutilizase como nuevas materias
primas. Hay que llevar esta premisa todo lo lejos que se pueda: gestión de residuos,
transporte más sostenible, mantenimiento de espacios verdes, gestión y uso de recursos
naturales (agua, electricidad…), espacios para el ocio y la cultura de sus habitantes. Es
una ciudad que se construye a si misma de acuerdo a unos principios ecológicos,
educadores y en igualdad, siendo sus principios básicos :

 Regenerar y preservar los espacios naturales: parques, fomentar huertos urbanos,


ríos, mantener zonas boscosas
 Usar en exclusiva fuentes de energía renovables
 Apostar por una movilidad sostenible
 Practicar un comercio que fomente la compra local
 Acercar una cultura integradora al pueblo y ofrecer garantías sociales
 Conseguir una planificación en la construcción que preserve el entorno natural,
fomentando el acceso real a una vivienda digna a los habitantes de la urbe.

Con respecto al desarrollo de una ciudad sostenible, se puede afirmar que ha habido una
evolución o madurez en él vinculo entre desarrollo y medioambiente, pues entre los
setenta y ochenta la postura de fondo era limitar el crecimiento para no agotar los recursos
naturales no renovables, sin embargo entre los ochenta y noventa, la postura es que exista
crecimiento económico para combatir la pobreza, pero con restricciones ambientales. En
otras palabras se sustituye la postura del "no crecimiento" por un "crecimiento verde", lo
cual significa pasar de una dicotomía entre desarrollo y medioambiente a una con
comitancia. Así se llega paulatinamente a concebir el concepto del Desarrollo Sustentable
como una nueva forma de desarrollo para enfrentar el futuro de las naciones (Carrasco
Roque,2016).

Actualmente las condiciones materiales de vida de la población en las grandes ciudades


se han venido deteriorando, la concentración de habitantes en un espacio físico de las
ciudades, la contaminación atmosférica como producto del aumento en la circulación
de los vehículos y de industrias contaminantes, la generación de desechos sólidos, la
contaminación e integración del suelo agrícola a la ciudad por el proceso incontrolado de
la urbanización (McGranahan, Songsore y Kjellén, 1996), por un lado; la devoración
agigantada del territorio por los procesos de asentamientos y cambios en los usos del
suelo, el consumo irracional de la energía por parte del modelo actual de ciudad donde la
concentración y centralización de servicios y la demanda de un mercado que consume y
desecha, por el otro, están actuando de manera negativa en el territorio y exigen hoy día
un carácter imprescindible de un nuevo paradigma de ciudad. Y sobre todo, dentro de
este ámbito, como respuesta a la insostenibilidad actual de crecimiento metropolitano se
precisa de un nuevo concepto de ciudad. Es en este sentido entonces, que se pueden crear
las condiciones para proponer un paradigma de crecimiento y hacer que la ciudad de hoy
se presente como sostenible; cambiar el papel funcional de insostenibilidad y de
crecimiento difuso y fragmentado por una más planificada e integradora y no sólo se
abastezca de recursos y de deshacerse de residuos, sino también tenga capacidad de
controlar las pérdidas de calidad ambiental tomando en cuenta la ciudad como un
“sistema fuerte y dinámico”.

En este sentido retomando el planteamiento de Naredo, podríamos concluir con él cuando


dice que, los sistemas físicos sobre los que se organiza la vida de los hombres (sistemas
agrarios, industriales,... o urbanos) se afirma que la sostenibilidad de tales sistemas
dependerá de la posibilidad que tienen de abastecerse de recursos y de deshacerse de
residuos... (Naredo, 1998). O también se puede interpretar dentro de lo que D. Mitlin y
D. Satterthwaite, plantean como el desarrollo fuerte, en el sentido de que el desarrollo
fuerte incluye muy bien los objetivos sociales explícitos para lograr las metas de impulso
dentro del desarrollo sostenible, en tanto que exige cambios sociales, no sólo en el
mantenimiento de lo social sino que guarda continuamente los recursos de y para la
sociedad (Mitlin, y Satterthwaite, 1996).

Suiza y Alemania son los países que lideran la lista con más ciudades sostenibles,
mientras que sólo una ciudad del continente americano aparece dentro de los 10
primeros sitios, Viena repite por segundo año consecutivo en el primer lugar (Laura
Martinez, 2018).

1 Viena, Austria.
2 Zurich, Suiza.
3 Ginebra, Suiza
4 Vancouver, Canadá.
5 Auckland, Nueva
Zelanda
6 Dusseldorf, Alemania.
7 Frankfurt, Alemania.
8 Munich, Alemania.
9 Berna, Suiza.
10 Sydney, Australia.

Bibliografía:
https://upcommons.upc.edu/bitstream/handle/2117/93459/TESIS.pdf
https://blog.oxfamintermon.org/cuales-son-las-caracteristicas-de-una-ciudad-
sostenible/?fbclid=IwAR2avQ2pUP56JLsC_4EwP6GN0fHSLb7WfK0T8ov35R7Y8c4r
mE5myrovej4
https://www.sostenibilidad.com/construccion-y-urbanismo/la-ciudad-
sostenible/?fbclid=IwAR20FToYUuiiCBJmdXz29YOfB5GIY2NqT6kw0Grdp7IPQW4
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