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DERECHO NATURAL Y DERECHO POSITIVO

Conjunto de normas ideales, justas y eternas, reguladoras de la conducta


humana.

Si por derecho se entiende el ordenamiento social justo, el derecho


natural constituye el meollo o núcleo de ese ordenamiento que, conforme a la
naturaleza humana, tiende a la instauración de la justicia en la Sociedad; y
el derecho positivo es la acumulación del derecho natural, es decir, la
traducción del derecho natural y su adaptación a las circunstancias sociales
concretas de un momento histórico determinado. El derecho positivo es aquel
que regula en forma efectiva la vida de un pueblo en un determinado momento.

En tanto que el derecho positivo es el orden que procura una aproximación


creciente a la justicia, el orden que tiende a su perfección sin alcanzarla por
completo, el derecho natural es la orientación de esa transformación, de ese
dinamismo; es el atractivo de la justicia. Por esta relación entre ambos órdenes,
es dable comprender el derecho positivo-según el pensamiento de Renard-
como la interpretación del derecho natural influida por:
1) las condiciones del medio social.
2) las posibilidades de la coacción.
3) la preocupación de consolidar el orden establecido.

El derecho natural ejerce sobre el derecho positivo una doble acción.


Una acción negativa que tiene el sentido de una barrera: significa la
paralización del derecho positivo en la medida que este contradice
sustancialmente al derecho natural, por resultar entonces un derecho injusto,
es decir, un no-derecho. Y una acción positiva en
cuanto el derecho natural es un manantial de orientación del derecho positivo,
del que no organiza soluciones pero al que imparte directivas.
Desde este punto de vista el derecho positivo agrega al derecho natural una
doble armadura de fórmulas y sanciones.

Por esa influencia del derecho natural sobre el derecho positivo,


la historia jurídica muestra un continuo deslizamiento de las nociones
generales de justicia y moral social hacia el derecho positivo. Recuérdense los
ejemplos que suministra el derecho romano con la actio doli y
el derecho contemporáneo con el reconocimiento de la propiedad intelectual:
es que el progreso del derecho positivo se realiza mediante una invasión
progresiva de la moral social.
Las teorías del derecho natural se denominan jusnaturalistas y se dividen en
dos grupos principales:
a) unos lo consideran emanado de la voluntad divina (escuela
escolástica)
b) otros lo aceptan como surgido de la naturaleza de las cosas.
Dentro de la segunda posición, la escuela del derecho de la naturaleza
sostiene el derecho del hombre en estado de naturaleza (estado de
aislamiento, por oposición al estado de sociedad); derecho inmutable (como la
naturaleza del hombre), escrito en el corazón del hombre y que, por la reflexión
e introspección, puede ser precisado hasta en sus
detalles de aplicación

Finalmente se llega al derecho natural irreductible o de contenido progresivo,


donde la idea de justicia esa fundamento del derecho y su finalidad, el bien
común, variable según las épocas y los países,

DERECHO OBJETIVO Y DERECHO SUBJETIVO

El concepto de derecho tiene dos significados diferentes que es menester


precisar: el punto de vista objetivo y el punto de vista subjetivo. Si lo
contemplamos como un ordenamiento social destinado a regular la conducta
humana, advertimos de inmediato que el derecho está formado por un cúmulo
de normas, es decir, de reglas impuestas a la actividad de los hombres, y a las
cuales
deben estos someterse. Si, por el contrario, lo contemplamos desde el fuero
interno de cada uno, nos vemos en posesión de derechos que podemos hacer
valer frente a los demás, o sea que el hombre tiene facultades para obrar y
conducirse en determinados sentidos dentro de una cierta esfera.

En el primer caso. El derecho objetivo es ese conjunto de normas


(leyes, costumbres, resoluciones judiciales y preceptos doctrinarios).

En el segundo Caso. El derecho subjetivo consiste en las facultades que


tienen las personas para actuar en la vida jurídica.

En cambio, el punto de vista subjetivo en el derecho tiene siempre un


carácter individual, pues la norma coloca en manos de una persona
una facultad de obrar frente a otras. Esta facultad puede contemplarse:
a) como libertad (es lícito todo acto que no sea prohibido o penado por
el derecho).
b) como poder jurídico (el cual encierra la posibilidad de realizar los
actos jurídicos para los cuales tenga capacidad cada persona)
c) como pretensión (o sea el derecho de exigir de otros el cumplimiento de
un deber impuesto por las normas).
El primer aspecto es unilateral; el segundo crea una relación entre dos o
más sujetos, la cual surge precisamente a
raíz del acto jurídico; y el tercero consiste en la facultad de hacer efectiva la
consecuencia de esa relación, exigiendo de otros la conducta a la cual se
han obligado o que una norma les impone.

El derecho subjetivo puede definirse, por lo tanto, como el conjunto


de facultades que una persona tiene para obrar lícitamente, a fin de
conseguir un bien asegurado por una norma jurídica natural o positiva.

Se trata siempre de una facultad, es decir, de una prerrogativa otorgada o


reconocida a las personas, que éstas tienen en potencia, y cuya utilización
queda librada a su voluntad discrecional.
Esta facultad lleva implícita la posibilidad de ejercerla, pero no debe
confundirse con el acto mismo de llevarla a la práctica.
Tal prerrogativa es inherente a la naturaleza misma del hombre.
El derecho no puede ni pretende imponer una determinada conducta: se
limita a señalar la que estima conveniente y a castigar la que considera
nociva. Y ello se explica, pues el hombre
es un ser dotado de voluntad y de razón, cuyos actos conscientes derivan
del empleo de su libre albedrío, que el derecho no podría
nunca suprimir.

Interesa remarcar que estas nociones de derecho objetivo y derechos


subjetivos no son antagónicas sino por el contrario se corresponden y
exigen recíprocamente. En efecto, el derecho objetivo consiste en
un ordenamiento social justo. Pero por eso mismo, es decir, en cuanto justo,
ha de reconocer a las personas humanas la posibilidad de obrar en vista de
sus propios fines.

De aquí se sigue que el derecho objetivo existe para el derecho subjetivo, y


a su vez éste encuentra en aquel la fuente inmediata de su existencia. Y
décimos inmediata porque la mediata es la naturaleza racional del hombre
que lo provee de la inteligencia, voluntad y libertad por las cuales el sujeto,
conoce, quiere y obra.
DERECHO ESCRITO

El Derecho escrito es un sistema jurídico que posee una normativa recogida


por escrito; se opone al concepto de usos y costumbres, que da origen al
Derecho consuetudinario. Habitualmente se entiende por tal
al Derecho expresado en una ley (Derecho legislado), emitida por
un legislador, promulgada y publicada para su cumplimiento.
La legislación escrita comienza con la historia y
la civilización en Sumeria (Código de Hammurabi, véase Historia de las
instituciones en la antigüedad). Los legisladores griegos
(Solón, Licurgo, Clístenes) que daban leyes a sus polis fueron venerados
como héroes. En la Antigua Grecia se entendía el respeto de la ley como la
condición de ciudadanía y de libertad, al concebir cada individuo su sujección a
la comunidad política y sus normas no como resultado de la dependencia de
otro hombre más fuerte o más digno, sino como la sumisión a un principio
inmaterial ("la ley es el rey", nomos basileus), incluso cuando se está en
desacuerdo con ella o acarrea la propia muerte (suicidio de Sócrates).
El Derecho romano era principalmente un Derecho escrito (ius
1
scriptum), mientras que el de los pueblos germánicos era consuetudinario.
Varios reinos germánicos que se establecieron en el Imperio Romano de
Occidente, especialmente los godos y los francos, fueron publicando leyes o
cuerpos legales escritos.
En general, en la Europa del norte predomina la tradición jurídica del Derecho
consuetudinario, mientras que la Europa meridional, de tradición grecolatina, es
el ámbito del Derecho escrito; incluso el territorio de Francia se dividía en dos
mitades, según predominaba una tradición jurídica u otra (véase Antiguo
Régimen en Francia). Las consecuencias de ello se extendían a múltiples
cuestiones, como el grado de libertad de los jueces para innovar en Derecho y
sentar precedentes, aplicando su propia jurisprudencia, en casos previstos o no
en la normativa escrita o la costumbre

DERECHO CONSUETUDINARIO

Es la expresión de la norma jurídica a través de la conducta de los hombres


integrados en la comunidad; como expresión espontánea del Derecho, se
contrapone al derecho legislado o derecho escrito, que es la expresión reflexiva
de la norma. La norma consuetudinaria o costumbre es, pues, norma de
conducta que, observándose con conciencia de que obliga como norma
jurídica, es tan obligatoria como la contenida en un texto legal. El origen de la
norma consuetudinaria o costumbre jurídica se encuentra en los usos
o prácticas sociales; cuando la comunidad considera que el incumplimiento de
un uso hace peligrar el orden convivencial, se transforma el uso en norma
consuetudinaria.

Por esto se ha dicho que la costumbre jurídica es la norma creada e impuesta


por el uso social. Para que la costumbre sea jurídica es preciso que sea un uso
social continuado y uniforme, que sea racional y que sea observado con la
convicción de que se trata de una norma obligatoria. Cuando la costumbre se
aplica en defecto de ley, complementando ésta, se habla
de costumbre «praeter legem»; si la costumbre se aplica para interpretar la ley
dudosa, se habla de costumbre «secundum legem»; y se dice que
hay costumbre «contra legem» cuando su contenido normativo está
en contradicción con la norma legal.
Código civil, artículo 1.
La más antigua de las fuentes, la primera en el orden histórico, es sin duda
la costumbre, o derecho no escrito, practicado por el consentimiento de un
pueblo o de un grupo social en ausencia de leyes escritas. Se forma
insensiblemente por el uso, la repetición inveterada de los mismos actos, que
poco a poco van adquiriendo cierto carácter de obligatoriedad al convertirse en
exigencias colectivas. Cuando una costumbre llega a imponerse en
una sociedad y a ser considerada como una necesidad jurídica, se transforma
en derecho consuetudinario.

El origen de la costumbre es análogo al de los usos y convencionalismos


sociales; pero al agregársele una sanción jurídica, mas efectiva que las
sanciones sociales, aquella se convierte en una norma
del derecho cuyo cumplimiento puede ser exigido por los demás.

Se distingue, por lo tanto, de aquellos usos en virtud de que acuerda a otras


personas el derecho de reclamar coactivamente el respeto de la norma
establecida.
La costumbre (consuetudo, mores maiorum) es esencialmente no escrita,
aparece sin ser expresamente sancionada ni promulgada por
ninguna autoridad, y solo se convierte en derecho cuando ese uso ha sido
practicado durante un tiempo mas o menos largo.
Cierto es que las costumbres pueden llegar a redactarse por escrito y aun ser
recopiladas y ordenadas, pero esta posibilidad no altera su naturaleza de
derecho originariamente no escrito.

El derecho consuetudinario puede definirse como el conjunto de normas


jurídicas que se practican constantemente en una sociedad sin haber sido
sancionadas en forma expresa, y que se consideran jurídicamente obligatorias.
De este concepto se desprenden los elementos que integran la naturaleza
íntima de éstas normas:

1) la costumbre interpretativa (secundum legem) es la que se forma


de acuerdo con la ley, y consiste en la observancia de sus preceptos o
en su interpretación si la ley se presta a confusiones.
En realidad no se trata, en este caso, de un derecho consuetudinario,
puesto que el legislado lo ha precedido:
Es el mismo derecho escrito que se ha incorporado a los hábitos
sociales.
2) la costumbre supletoria (praeter legem) surge en ausencia de la ley
completando los vacíos del derecho escrito. Se trata ya de la creación
de nuevas normas jurídicas que no se oponen a las existentes, pues
la legislación no ha regulado todavía la materia sobre la cual
versa costumbre. Constituye el tipo ideal de formación jurídica
consuetudinaria, pues esta complementa el derecho escrito sin
contradecirlo.
3) La costumbre contraria a la ley (contra legem) es la que aparece
en oposición a normas legales expresas que imponen una conducta
diferente.
Surge esta costumbre después de sancionada la ley, y en contra de ella: en
estos casos el derecho escrito no llega a introducirse en los usos sociales, y
por lo tanto no alcanza efectiva vigencia o la pierde con posterioridad.
La caducidad de las leyes a causa de una costumbre contraria puede
producirse:

a) Por desuetudo, o se la práctica que prescinde de la ley y actúa como si ésta


no existiera, y
b) por la costumbre abrogatoria, que crea un uso o impone una conducta
diferente de la prescripta legislativamente.
Caracteres de la costumbre: suelen citarse los siguientes:
 surge espontáneamente;
 es de formación lenta.
 no tiene autor conocido.
 suele ser incierta o imprecisa.
 es particularista, pues las costumbres abarcan siempre una esfera
cuyos límites no son sólo geográficos, sino también de carácter social,
ya que son observadas generalmente por una clase o grupo social
determinado. Las costumbres generales son sumamente raras, Pus han
sido reemplazadas por las leyes, y subsisten sobre todo en el derecho
de la navegación.

DERECHO PUBLICO
Es la parte del ordenamiento jurídico que regula las relaciones entre
las personas o entidades privadas con los órganos que ostentan el poder
público cuando estos últimos actúan en ejercicio de sus
legítimas potestades públicas (jurisdiccionales, administrativas, según la
naturaleza del órgano que las ejerce) y de acuerdo con el procedimiento
legalmente establecido, y de los órganos de la Administración pública entre sí.

La característica del derecho público es que sus mandatos no se encuentran


sujetos a la autonomía de la voluntad que pudiesen ejercer las partes (es decir
«no» pueden ser modificados por las partes en uso legítimo de su autonomía
de la voluntad, como sí ocurre en el derecho privado). Son mandatos
«irrenunciables y obligatorios», en virtud de ser mandados en una relación de
subordinación por el Estado (en ejercicio legítimo de su principio de imperio).
La justificación es que regulan derechos que hacen al orden público y deben
ser acatados por toda la población.

También se ha definido al derecho público como la parte del ordenamiento


jurídico que regula las relaciones de supraordenación y de subordinación entre
el Estado y los particulares y las relaciones de supraordenación, de
subordinación y de coordinación de los órganos y divisiones funcionales del
Estado entre sí

DERECHO PRIVADO
Es la rama del derecho que se ocupa, preferentemente, de las relaciones
jurídicas entre particulares. La distinción entre derecho privado y derecho
público constituye, históricamente, uno de los fundamentos principales de la
sistematización del derecho. El criterio tradicional considera que si uno de los
sujetos intervinientes en una relación es «público», es decir, es el Estado,
estamos en presencia de derecho público. Por el contrario, si ninguno de los
sujetos de la relación que contemplamos es el Estado, estamos ante una
relación de derecho privado.1
Este criterio no excluye la intervención del Estado en la regulación de los
derechos y deberes que existen entre sus ciudadanos ni niega el papel de juez
que, en último caso, siempre se atribuye el Estado. Pero no considera que esta
implicación sea definitoria de una relación de derecho privado.
Consecuentemente, la distinción tradicional considera pertenecientes al
derecho público únicamente aquellos negocios jurídicos en los que el Estado
actúa como parte directamente interesada, como si fuera un particular más.
Por las razones expuestas, se entiende que se rigen por el derecho privado las
relaciones jurídicas entre particulares y el Estado cuando este actúa sin
ejercer potestad pública alguna. Es el caso, por ejemplo, de los contratos de
compraventa o alquiler de inmuebles celebrados entre una administración
pública y un particular o de las sociedades o empresas con personalidad
jurídica propia creadas según las normas del derecho mercantil y en las que la
administración ostenta una parte del capital de la compañía. Las relaciones
internas y externas de dicha compañía en el tráfico mercantil se regirán por el
derecho privado con independencia de que uno de sus socios, aunque sea
mayoritario, sea el Estado.
CONCLUSIONES.
Derecho Positivo. Es el conjunto de normas jurídicas escritas por una
soberanía (por el órgano estatal que ejerza la función legislativa).

Derecho Natural. Es una doctrina ética y jurídica que postula la existencia


de derechos humanos fundados o determinados en la naturaleza humana.
Propugna la existencia de un conjunto de derechos universales, anteriores,
superiores e independientes al derecho positivo y al derecho consuetudinario.

Derecho Objetivo Es la norma o el conjunto de normas, y el derecho subjetivo


es la facultad que se tiene para exigir el cumplimiento de la norma. Así mismo,
el derecho objetivo tiene dos connotaciones, una como derecho natural y otra
como derecho positivo.

Derecho Subjetivo. Nace por una norma jurídica, que puede ser una ley o un
contrato, a través de un acuerdo de voluntades para que pueda hacerse
efectivo este derecho sobre otra persona determinada.

Derecho Escrito. Es un sistema jurídico que posee una normativa recogida


por escrito; se opone al concepto de usos y costumbres, que da origen
al Derecho consuetudinario. Habitualmente se entiende por tal
al Derecho expresado en una ley (Derecho legislado), emitida por
un legislador, promulgada y publicada para su cumplimiento.

Derecho Cosuetitudinario. Tiene fuerza y se recurre a él cuando no existe ley


(o norma jurídica escrita) aplicable a un hecho. Conceptualmente es un término
opuesto al de derecho escrito. También es considerado un sistema jurídico,
como lo son el derecho continental y el common law. Incluso en algunos países
coexiste con ellos.

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Derecho Privado. Es la rama del derecho que se ocupa, preferentemente, de
las relaciones jurídicas entre particulares. La distinción entre derecho privado y
derecho público constituye, históricamente, uno de los fundamentos principales
de la sistematización del derecho.

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