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P. Hace años este tipo de diabetes era común en adultos mayores de 50 años. En la actualidad es
cada vez más frecuente el diagnóstico de esta patología en niños y adolescentes. ¿Por qué?
R. Esto se debe a la obesidad, que afecta a millones de personas cada vez en edades más tempranas.
La obesidad y la diabetes son enfermedades que están asociadas. En el origen de la obesidad hay un
factor ambiental: influyen los cambios en los estilos de vida. Cada vez hay niños más sedentarios
por la urbanización. A esto se le suma la alimentación poco equilibrada. También hay un factor
genético. El estado de obesidad de la madre, el desarrollo de diabetes gestacional o su dieta durante
el embarazo predisponen al niño a desarrollar en el futuro obesidad o diabetes. Lo cierto es que la
obesidad suele ir en familias: sueles ver a padres obesos que tienen hijos obesos. Es difícil saber si
es por el ambiente en la casa, es decir, el tipo de alimentación, o porque la madre está obesa en el
embarazo.
Es recomendable tomar alimentos de temporada que crecen en nuestro entorno porque son más
económicos y por motivos medioambientales
P. ¿La calidad del producto y la forma de cocinarlo pueden alterar los beneficios de la dieta
mediterránea?
R. Es recomendable tomar alimentos de temporada que crecen en nuestro entorno porque son más
económicos y por motivos medioambientales. Los métodos de cocción también son importantes.
Las carnes quemadas se asocian a un riesgo de cáncer de colon. Por otra parte, se recomienda tomar
crudas las frutas y verduras al menos una vez al día.
R. Los platos tradicionales de la dieta mediterránea se basan en una composición en la que al menos
el 50% son vegetales, el 25% de alimentos ricos en hidratos de carbono como podría ser pasta,
arroz, pan y el otro 25% en alimento proteico como podría ser pescado, huevo, pollo o legumbres.
Esto sería una composición ideal. No es tanto qué comer sino qué no comer. Tenemos que intentar
eliminar de nuestras despensas todos los alimentos procesados, los refrescos, las galletas o los
cereales del desayuno. Un buen desayuno o una buena merienda sería el pa amb oli, es decir, pan
moreno, con tomate y aceite de oliva.
R. Hay que educar a los niños nutricionalmente. Los comedores escolares deben ofrecer menús
equilibrados. También las máquinas expendedoras. Un estudio que ha analizado el contenido
nutricional de estas máquinas revela que solo tres de sus productos cumplen los criterios
nutricionales adecuados, entre ellos el agua. Sería importante que las máquinas pudieran dar frutas.
Hay que tomar al menos tres porciones al día, lo que es complicado. Por lo tanto, debería estar más
accesible tanto en el trabajo como en los colegios, incluso cortada para que fuera fácil para los niños
y no les diera pereza comerse la manzana entera. También se podrían tomar otras medidas. Por
ejemplo, hay colegios que ya tienen un día de la fruta a la semana. Sería ideal que todos los días
fueran así.
R. A ellos también les falta mucha educación nutricional. Se podrían hacer campañas de
concienciación. Considero que hay mucha confusión hoy con el acceso a internet y los medios de
comunicación. A veces la gente lee que el café es bueno. Pero luego, al cabo de dos días, lee que es
malo y se confunde. No obstante, la gente está más concienciada con tener que llevar un estilo de
vida saludable no solo para perder peso. Hace 15 años hablabas de dieta y la gente pensaba
solamente en adelgazar. Ahora está más interesada en saber qué es sano y qué no es sano para la
salud.
P. En algunos lugares como en México, el Gobierno implementó en 2013 un impuesto a las bebidas
azucaradas y a los alimentos no saludables. En España, solo Cataluña ha aplicado un impuesto a
este tipo de bebidas. ¿Es una buena medida para prevenir la obesidad?
R. En México este impuesto ha supuesto una disminución en el consumo, sobre todo en las clases
con menos recursos económicos. Esto es interesante porque la obesidad hoy en día es un problema
que afecta a los más pobres. Esto se debe a que los alimentos altamente procesados son los más
baratos. Aún no sabemos el efecto a largo plazo. Estas medidas son positivas sobre todo si lo
recaudado luego se invierte en hacer campañas de concienciación, promover alimentos saludables o
bajar sus impuestos.
R. El aceite de oliva virgen extra o el pescado azul son caros. En las islas Baleares la gente humilde
ha seguido una dieta mediterránea durante muchos años. ¿Cómo? Tomando alimentos de
temporada. Si quieres comprar rape o salmón va a ser caro, pero si vas al mercado y compras el
pescado que hay en ese momento será mucho más barato. Consiste en saber cuáles son los
alimentos de temporada.
4-Escribe 4 medidas que tú creas que pueda ayudar a los adultos y jóvenes a comer mejor (distintas
a las que vienen en el artículo).