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Apiterapia

Las abejas pueden ayudarte a mejorar tu salud. Además de consumir los


productos que elaboran, la apiterapia consiste en inocular el veneno de
sus aguijones con el objetivo de tratar diversas dolencias.

Escrito por Laura Saiz, Periodista especializada en deporte, belleza y bienestar

Cómo es una sesión de apiterapia

 Qué es la apiterapia
 Beneficios de la apiterapia y contraindicaciones
 Productos de las abejas buenos para la salud
 Cómo es una sesión de apiterapia
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Cada sesión de apiterapia es distinta, ya que es un tratamiento que se
personaliza de acuerdo a los problemas y objetivos de la persona que la va a
recibir. Sin embargo, hay unas pautas generalizadas que la mayoría de los
pacientes siguen en sus tratamientos.

El primer punto y fundamental es asegurarse de que el candidato no tiene


alergia al veneno de las abejas, por lo que necesitará contar con una prueba
médica, un test de alergias, que confirme que el paciente es apto. Por lo tanto,
es recomendable acudir previamente al alergólogo y comentarle el deseo de
introducirse en el mundo de la apiterapia. Es más, muchos centros que aplican
apiterapia tienen acuerdos con clínicas que realizan la prueba de la alergia
específica para el veneno de la abeja; para ello, se realiza un análisis de
sangre(no es necesario estar en ayunas) y se entregan los resultados en
menos de una semana. Este paso es fundamental, ya que las personas
alérgicas a la apitoxina pueden llegar a sufrir un choque anafiláctico que puede
desencadenar incluso la muerte.

Tras el paso anterior, el profesional realizará una nueva prueba indirecta para
tener una segunda confirmación de que no hay problemas en administrar este
tratamiento.

La primera sesión de apiterapia será informativa, y mientras se espera el


resultado de las pruebas alérgicas, el profesional indicará al paciente que tome
otros productos elaborados por las abejas (propóleo, miel, jalea real…) para
potenciar el tratamiento posterior con la apitoxina. También es posible que el
especialista aconseje tomar suplementos vitamínicos,
fundamentalmente vitamina C, para que los beneficios de los componentes
del veneno de abeja se asimilen mejor.

Con los datos del estudio inicial el especialista valorará dónde y a qué
dosis hay que aplicar el veneno de abeja, aunque hay ciertos profesionales que
no consideran que la zona de administración sea importante, ya que será el
organismo el que se encargará de transportarlo hacia donde sea necesario.
Una vez que se tiene claro dónde aplicar la apitoxina, el experto cogerá una
abeja con unas pinzas especiales y la acercará hasta el lugar elegido para que
ella pique al paciente.

Las sesiones de apiterapia son personalizadas según cada paciente.


Aunque no es agradable, el dolor provocado por la picadura controlada de una
abeja es muy asumible (aunque dependerá del umbral de dolor de cada
persona), y la molestia no dura más de un minuto.

Además, hay que tener en cuenta que es posible que aparezca


posteriormente hinchazón, edema, o algo de dolor tras el picotazo de la abeja;
en principio, no hay que preocuparse por estos efectos secundarios porque son
totalmente normales y el especialista los controlará en las siguientes sesiones.

Normalmente se empieza con una sola abeja –algunos especialistas prefieren


inyectar la apitoxina ellos mismos sin recurrir a abejas vivas– y en sesiones
semanales, para ir aumentando poco a poco la dosis si es necesario, y
espaciando en el tiempo las sesiones. Dependiendo de la dolencia a tratar y de
la tolerancia del paciente, se puede notar mejoría incluso a partir de las 2-3
primeras sesiones, cuyo precio individual suele estar a partir de los 40 euros.

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