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Diplomatura Universitaria en Pensamiento Tomista

Importancia de Santo Tomás como maestro del pensamiento cristiano.

CONSIGNAS: realizar una síntesis personal sobre las siguientes Trabajo práctico 1
preguntas:
Presentación: antes del 30 de
a) ¿Cómo se imagina, según lo visto en este módulo y a partir
octubre
de lo que pueda usted saber por otra fuente, el estilo de
vida de Santo Tomás como fraile de la Orden de
predicadores? Autor: Roberto Pablo Noriega
b) ¿Cómo le parece que se relacionan sabiduría y santidad en Jaime
la vida del Aquinate?
c) Exponer la lógica de la estructura (partes y temas) de la CALIFICACIÓN:
Suma Teológica de Santo Tomás.

 Extensión máxima del TP1: 3 páginas A4, letra tipo arial 12,
Profesor: Dr. Mario Caponnetto
interlineado 1,5.
 No recurra al recorte y pegue. Si utiliza textos ajenos, cite la
fuente.
 Por favor, titular su archivo: TP1-NombreApellidos (ej:TP1-
JuanGabrielRavasi)
 No modifique este encabezado ni los márgenes del documento.
Comience a escribir debajo de este recuadro. ¡Muchas Gracias!

a) Entiendo que las circunstancias, trascendiendo las motivaciones humanas, favorecieron un


desenvolvimiento histórico donde la providencia pudo hacer que la voluntad de Dios
prevaleciera por sobre los intereses mundanos. Así, las expectativas familiares respecto de la
vocación de Tomás a la vida benedictina, por motivos más sociales y económicos que
religiosos, fue la oportunidad de sembrar en el niño la pregunta que acompañará el itinerario
vital de Tomás: ¿Qué es Dios? Asimismo, la experiencia monástica le brindó la posibilidad de
desarrollar un vínculo de intimidad con la Palabra de Dios a partir de una lectura orante.
Finalmente el encuentro con el carisma dominico le ofreció a Tomás el ámbito propicio para
poner su excepcional capacidad especulativa al servicio de la predicación.
Tomás quiere ser un fraile. Un hecho curioso dado que, a este deseo, fue a lo único a lo que se
aferra, casi con obstinación, hasta su muerte. No quiere ser abad, ni siquiera quiere ser monje
o prior. Ya dentro de la Orden de Predicadores no pretende ser un fraile prominente. Su único
anhelo es ser un fraile. Con un temperamento tranquilo, culto y más bien académico, opta por
ser reconocido como un mendigo. Y esto es más interesante porque no es en absoluto un
mendigo innato, no obstante lo cual insiste en ponerse bajo las órdenes de una disciplina
religiosa para ser requerido a serlo. Teniendo posibilidades de ser un caballero elige una vida
mendicante. No tiene la característica propia de un mendigo pero la nueva Orden es el espacio
propicio para desplegar su capacidad especulativa al servicio de la defensa de la fe católica en
un contexto histórico desafiante.1

1
Cf. CHESTERTON, G. K., Santo Tomás de Aquino, traducido por MANUEL MERCADER , 2ª ed.
(Buenos Aires 1996), 48-51
Un fraile dominico de la época de Tomás está en los comienzos de una Orden religiosa y, en
cuanto tal, alcanzado por la fuerza del tiempo fundacional. Imbuido del espíritu de la Orden
imagino un fraile cautivado por la propuesta de una vida pobre como posibilidad de una mayor
libertad para cumplir con su vocación de anunciar el Evangelio. El anuncio asume la forma de
una defensa de la fe cristiana, de allí la necesidad de una reflexión profunda animada por el
encuentro con Dios en la oración y en su Palabra. Siendo un varón introvertido el claustro
favorece la gestación del espacio de soledad necesario para poder dedicarse a la
contemplación. Encuentra en la obra fundada por Santo Domingo el cauce para una
interioridad tan rica como la suya y de allí la defensa de su vocación ante la oposición de su
familia.
Imagino que la sencillez de su estilo de vida como fraile fue el contexto adecuado para poder
rumiar en la meditación y la oración la verdad revelada en la Palabra de Dios para poder
exponerla en la predicación y la enseñanza.
La dimensión de su obra escrita, asumiendo las limitaciones técnicas de la época, permite
inferir que Tomás dedicaba la mayor parte del tiempo que su condición de fraile le permitía, a la
escritura del producto de su reflexión.

b) La santidad supone la renuncia a poseer; mientras que el conocer, es el modo que tiene el
entendimiento de poseer. Buscar la santidad y adquirir conocimiento parecen ser caminos
opuestos. Es obvio que para un cristiano la primacía siempre la tiene el amor. El amor pide la
oración y la santidad de vida, que son los reflejos vivos del amor. La oración es el medio para
crecer en el conocimiento de Dios. Por eso para Tomás la adquisición de conocimientos
intelectuales está en función y al servicio de la salvación, del retorno a Dios. 2
Si un pensador, un intelectual, vive su llamado a la santidad, también su ciencia será santa y
santificadora. Especialmente la teología lo será si se hace en obediencia al impulso del
Espíritu, si proyecta a Cristo para su tiempo y si aporta al crecimiento de la Iglesia.
Entiendo que la santidad consiste en alcanzar la mayor desapropiación de todo lo que no es
Dios para poder experimentar el amor en su plenitud. Nuestra vida es la búsqueda de alcanzar
progresivamente esa desapropiación de lo creado para quedarnos con el Creador. Considero
que Tomás expresó esa búsqueda renunciando a las comodidades de una vida de caballero o
al prestigio de ser abad, conforme su condición social le hubiera permitido, eligiendo ser
mendicante. Pudiendo mandar eligió someterse a la autoridad de otros.

2
Cf. OCHAGAVIA, J., Santidad y Teología (13.05.05): Reflexiones en la canonización del padre
Hurtado (Acceso 30-10-2014), disponible en http://www.scielo.cl/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S0049-34492005000200006&lng=es&nrm=iso
Toda desapropiación tiene como finalidad la preparación para la propia pascua, por eso no
resulta extraño que Tomás haya experimentado, poco antes de su muerte, que la obra a la que
había consagrado toda su vida, era poco más que nada frente a la verdad divina. Se hizo santo
poniendo su vida al servicio de la Sabiduría. Con las herramientas que humanamente poseía
buscó contemplar al menos una mínima parte de lo que sólo Dios podía revelarle para ponerlo
a disposición de quienes buscan dar razón de lo que creen por la fe.

c) Santo Tomás concibe la Teología como la ciencia que trata de Dios, tal como se da a
conocer por la Revelación realizada en Cristo. A Dios se lo puede considerar en sí mismo y
también en relación con las creaturas, en cuanto principio y fin de las mismas, especialmente
de la creatura racional. A partir de ese concepto, Tomás estructuró su obra cumbre de teología:
la Suma de Teología, dividiéndola en tres grandes Partes. Cada Parte se subdivide en
Cuestiones y cada Cuestión se subdivide en Artículos, en los que se discuten los aspectos
particulares de la cuestión general.

Iª Parte: De Dios. Trata de Dios en Sí mismo y como principio del que proceden las creaturas,
en tres temas: Dios Uno - Dios Trino - La procesión de las creaturas a partir de Dios.
IIª Parte: Del movimiento de la creatura racional hacia Dios. Trata de Dios como fin al cual
tienden las creaturas, especialmente las racionales. Es la parte moral de la Suma, que se
subdivide en dos subpartes:
Iª - IIae Trata de los fundamentos del orden moral, o sea, los actos humanos en general y las
definiciones generales de la virtud, el vicio, la ley, la gracia, el pecado, etc. Configura la Moral
fundamental
IIª - IIae Trata de los actos humanos en particular, es decir, las virtudes y los mandamientos en
concreto. Configura la Moral Especial
IIIa Parte: De Cristo. Trata de Cristo que, en cuanto hombre, es la vía por la que nosotros
tendemos hacia Dios. Aborda temas de Cristología y Mariología - Sacramentología -
Escatología (Tomás sólo escribió hasta el sacramento de la penitencia. El resto fue terminado
por sus discípulos).

Se puede ver que la estructura de la obra refleja la economía del exitus-reditus: Dios es el
Primer Principio del que emana todo lo creado (exitus - Iª Parte) y el Fin Último al que todo
regresa (reditus - IIª Parte). Este regreso de la creación a Dios se hace por el único camino de
retorno al Padre: Jesucristo (IIIª Parte).

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