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https://www.abc.

es/economia/abci-quedando-atras-regiones-espanolas-mas-ricas-
201910101057_noticia.html

https://www.lavanguardia.com/economia/20180110/434208713049/datos-turismo-
2017-record-llegadas-turistas-internacionales.html

Disturbios

Sentencia del proces

El Supremo sentencia a Junqueras a 13 años por sedición con malversación y a entre


nueve y 12 al resto de encarcelados por el 'procés'

La Sala, que ha adoptado dicho fallo por unanimidad, rechaza aplicar a los líderes
separatistas el artículo 36.2 del Código Penal para que los penados no accedan al
tercer grado penitenciario hasta que hayan cumplido la mitad de su condena en
prisión

https://www.elmundo.es/espana/2019/10/14/5da4104f21efa0200a8b461c.html

http://www.rtve.es/noticias/20171222/posicion-union-europea-sobre-cataluna-no-
cambiara/1650120.shtml

Donald tusk

«Le pido que respete el orden constitucional y no anuncie una decisión que haría
imposible el diálogo». El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, el
mediador deseado por Puigdemont, el «amigo» de la Cataluña independiente,
arrojó un jarro de agua fría a las aspiraciones independentistas en cuanto tuvo la
oportunidad de pronunciarse frente al Comité de las Regiones: «Le pido a usted
[Puigdemont] que respete el orden constitucional y que no anuncie una decisión
que haría el diálogo imposible». El polaco, como regionalista y miembro de una
minoría étnica que sufrió persecución, es una de las figuras políticas más
autorizadas en la UE para sindicarse. «Se lo pido como alguien que entiende los
argumentos y emociones de los dos lados [...]. La diversidad no debe conducir a
conflictos cuyas consecuencias serán negativas para Cataluña, España y Europa
entera»,

Uno de los mantras preferidos del independentismo más duro es que su opción
política cuenta con una mayoría social en Cataluña. Los resultados de las
elecciones generales del pasado domingo, sin embargo, muestran una realidad
muy distinta. Cuatro de cada diez votos (el 39,38%) fueron a parar a las
formaciones que nítidamente defienden la secesión —ERC, Junts per Catalunya y
el Front Republicà—. Ese resultado es su máximo histórico en unos comicios
generales, pero aún está muy alejado de la mayoría. Las formaciones no
independentistas, por su parte, acumularon 1.748.129 sufragios, el 43,2% del total
de los emitidos en Cataluña. El 17,4% restante incluye a En Comú Podem
(partidarios de un referéndum de autodeterminación pero sin posicionamiento
claro sobre la independencia) y partidos minoritarios que no se pronuncian sobre
esta cuestión

La UE rechaza tajantemente la idea de una Cataluña independiente

Juncker frena en seco cualquier posibilidad de mediación europea y descarta una


Unión «con 98 países»

«Si una parte del territorio de un Estado miembro cesa de ser parte de ese Estado
porque se independiza, los Tratados dejarán de aplicarse a ese territorio».

https://www.abc.es/espana/20140416/abci-territorio-union-europea-cataluna-
201404151647.html

Separatismo en España
La Unión Europea aclara su
posición sobre Cataluña: “lo
que digan la Corte y el
Parlamento español”
Jean-Claude Juncker respaldó al gobierno español en el
conflicto catalán, en una entrevista con La Vanguardia. Y
recordó que ante el separatismo, cesan los tratados de lo UE.

14/09/2017 - 12:48Clarín.comMundo

CataluñaEspañaUnión Europea
Las instituciones europeas empiezan a tomar partido en el conflicto catalán para
ponerse del lado del gobierno español. El presidente de la Comisión Europea Jean-
Claude Juncker dijo en una entrevista que publica hoy el diario barcelonés ‘La
Vanguardia’ que “sobre Cataluña, lo que digan el Parlamento y el Tribunal
Constitucional”.

Juncker recordó a los independentistas que, en caso de separarse de España, Cataluña,


“si quisiera convertirse en miembro de la UE, debería negociar su adhesión”. La
Comisión Europea lleva años repitiendo como una mantra que si Cataluña se
separa de España se le aplicaría lo que en Bruselas se conoce como “la doctrina
Prodi”.

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En 2004, el entonces presidente de la Comisión Europea Romano Prodi, lo explicó así:


“cuando una parte del territorio de un Estado miembro dejara de pertenecer al
Estado en cuestión, por ejemplo porque se convirtiera en un país independiente,
los Tratados cesarían de aplicarse en ese territorio”.

En su entrevista al diario catalán, Juncker dice que sigue “la línea de la Comisión Prodi.
La Comisión Europea siempre ha pensado que debemos escuchar atentamente lo
que dicen el Tribunal Constitucional y el Parlamento español. Me reafirmo en esa
posición”.

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Juncker no da crédito a las acusaciones del nacionalismo catalán sobre la supuesta


falta de libertad de expresión en España. Según el jefe del Ejecutivo comunitario,
las decisiones tomadas por el Parlamento español y por los tribunales “no tienen
nada que ver con la libertad de expresión y de conciencia. En la UE todo el mundo
es libre para decir lo que quiera mientras no se salga del carril de las leyes básicas
y los valores de la democracia”.

El presidente de la Comisión Europea también recuerda a los nacionalistas que “si en


algún momento Cataluña se separara de España”, para volver a ingresar en la UE
“se sometería a las normas y procesos habituales. Es decir, negociaciones de
adhesión”. Cualquier país de los 28 del bloque podría bloquear indefinidamente
esas negociaciones.
Juncker también cuenta en la entrevista que no es su opinión personal sino del
conjunto de la Comisión Europea: “hemos estudiado y hablado el tema en el
colegio de comisarios (uno por país aunque representan los intereses de la UE no
de sus países) en varias ocasiones: Parlamento y Tribunal Constitucional”.

Existe un documento previo ya fechado en marzo de 2004 ( íntegro aquí en inglés),

donde la Comisión Europea responde por escrito a una pregunta formulada por una
diputada británica. En dicha misiva, se invocan dos artículos, el 299 y el 49, del Tratado
de la CE (luego remozados en el Tratado de la Unión Europea tras los cambios
aplicados por el Tratado de Lisboa). Dichos artículos -que recogemos posteriormente
con literalidad- dicen que los tratados solo se aplican a los Estados que los han
firmado, de lo que se deduce que si un país no está en esa lista de países (que se
mencionan en todos los documentos uno a uno) entonces en ese país no se aplican los
tratados, es decir, está fuera de Europa, no forma parte de la Unión Europea. En el
caso que nos ocupa, España es miembro de la Unión Europea, no la suma de sus
territorios. España seguiría siendo parte de la UE y el otro país resultante no está en la
lista por separado.

También se menciona en ese documento de 2004 el artículo que regularía el ingreso


de Cataluña, el 49, lo que supone que la Comunidad ha de negociar desde el
principio y convencer a todos los países, uno por uno, de los Veintiocho para ser el
Estado número 29, hasta lograr la unanimidad.

¿Qué dicen los tratados expresamente?

Lo que Ullurzun sí manifestó alto y claro es que «si una parte del territorio de un
Estado miembro cesa de ser parte de ese Estado porque se independiza, los
Tratados dejarán de aplicarse a ese territorio». Los Tratados no se aplicarán sobre
una Cataluña independiente, en definitiva, pero... ¿qué dicen estos tratados sobre
que un territorio se escinda de un Estado miembro?

Es verdad que en los Tratados de la Unión Europea no hay un artículo que recoja y
exprese tácitamente que un territorio escindido de un país miembro queda fuera
de la UE por la vía automática, con este matiz, y que se trata de una interpretación
unánime que hacen las instituciones. Pero lo recogen de otra forma: no es menos
cierto que esto sucede porque en realidad no está previsto que ningún país salga
de la UE, como tampoco está previsto que ninguna región salga de España por la
vía constitucional. Si hubiera un artículo explícito, los nacionalistas catalanes que
ansían dosis de soberanismo no podrían seguir coreando la tesis de que todavía
pueden negociar o abrir un proceso de adhesión a la UE, puesto que por ley estaría
ya regulado.
El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, ha avisado este jueves de las
consecuencias del proceso soberanista en Cataluña, porque un territorio
independiente quedaría fuera de la Unión Europea y porque actuar contra la
Constitución de un Estado miembro supone ir «en contra del marco legal de la
Unión Europea».

«Toda acción en contra de la Constitución de un Estado miembro es una acción en


contra del marco legal de la Unión Europea. Respetar el Estado de derecho y los
límites que impone a quienes gobiernan no es una elección sino una obligación»,
ha advertido Tajani en una carta en respuesta a la eurodiputada liberal Beatriz
Becerra y a la que ha tenido acceso Europa Press.

En un discurso a jóvenes estudiantes de su país, Luxemburgo, Juncker aseguró ayer


que si Cataluña se convirtiera en un estado independiente de España, otras
regiones europeas abrirían el mismo debate por encima de la legalidad, lo que
acabaría destruyendo Europa. Además, también explicó que el Ejecutivo
comunitario no puede actuar como mediador en esa extraña situación porque se
crearía «más caos» en la Unión Europea.

Solo lo hace entre estados miembros

UE solo respetaría un referéndum avalado por el tribunal constitucional

LONDRÉS, EL NO A BERCOW

El Gobierno británico desautorizó al presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow,


que había dejado abierta la opción de que Carles Puigdemont -huido a Bélgica- pudiese
defender su postura en Westminster "sin riesgo a ser extraditado a España".

"La posición del Gobierno sobre Cataluña es clara, y es que se trata de un asunto interno de
España", saltó el secretario de Estado para Europa y la Américas, Chris Pincher. Y matizó
además: "El Reino Unido apoya enérgicamente el Estado de Derecho y está claro que los
líderes políticos, como cualquiera, tienen el deber de acatar la ley", en referencia a
Puigdemont y las penas impuestas por el Supremo a 12 independentistas catalanes.

El secretario de Estado para Europa aseguró que la cuestión de la independencia de Cataluña


debe ser resuelta "siguiendo los cauces constitucionales y legales", y evitó pronunciarse sobre
las penas impuestas, alegando que "es un asunto de España y de sus instituciones
democráticas".

Apoyo enérgico en Europa a la Justicia y al Gobierno españoles ante el desafío


independentista

Reino Unido y Francia manifiestan su respaldo a España mientras el secesionismo catalán


pierde repercusión mediático
Articulo 155 mas control sobre Cataluña


 Cataluña formo parte de la hispania romana y visigoda
 Paso a ser uno de los dominios del reina de aragon en 1151
 La idea de Estado Catalan es una idea reciente que surgio hasta la llegada de la I
Republica en 1873
 Se ha propuesto algo asi como estado catalán federado con la política española
 Ideas que derivaron en regionalismos enfrentados por toda España. Sur, costa,
centro norte. No en Galicia.
 Cataluña nunca fue reino ni país.
 Wifredo Borrell de linaje hispanogodo
 Aquí habría que precisar que Wifredo «El Velloso», que había recibido los títulos
por mediación de los francos, no buscó nunca la independencia de los condados y,
por supuesto, no configuró ninguna nación catalana ni nada parecido
 Borrell viajó a Francia para rendir tributo al nuevo Rey, Carlos «El Simple», donde
fue investido oficialmente como conde en 899.
 Hubo que esperar más de un siglo más para ver la completa desvinculación de los
Condes de Barcelona con respecto la Corona franca. En el año 987, el Conde de
Barcelona, Borrell II, fue el primero en no prestar juramento al monarca de la
dinastía de los Capetos, pero hay que recordar que se sometió en vasallaje al
poderoso Califato de Córdoba.
 En el siglo XII, el conde Ramón Berenguer IV se casó con Petronila de Aragón, hija
de Ramiro II «el Monje», conforme al derecho de este reino, es decir, en un tipo de
matrimonio donde el marido se integraba a la casa principal como un miembro de
pleno derecho. El acuerdo supuso la unión de la Casa de Barcelona, que controlaba
la mayor parte de los Condados catalanes, y del Reino de Aragón en la forma de lo
que luego fue conocido como Corona de Aragón. De ahí que Corona de Aragón y
Reino de Aragón no sean la misma cosa.
 La conocida como Corona de Aragón permitió a ambas entidades conservar sus
propias instituciones y leyes medievales, mientras impulsaba la expansión
catalanoaragonesa por el Mediterráneo.
 https://www.abc.es/sociedad/abci-manipulan-historia-espana-cataluna-carta-
esquizofrenia-editorial-201809231917_noticia.html
 https://www.abc.es/historia/abci-gran-mentira-farsante-catalan-afirmo-
descender-emperador-azteca-moctezuma-201908080105_noticia.html

500 años juntos


«La historia muestra claramente que para Cataluña los intentos secesionistas
tuvieron consecuencias catastróficas y que los períodos de integración pacífica
con el resto de España, desde 1715 hasta el presente, fueron épocas de desarrollo
económico y social muy por encima de la media española y de otros países de
nuestro entorno».
Derecho a decidir
«No es cierto que el derecho a decidir venga legitimado por el Derecho
internacional. Por el contrario, una suerte de “derecho a la estatalidad” para
cualquier minoría nacional sería suicida para una organización estable del mundo
y autodestructivo para cualquier minoría nacional (que debería auto-dividirse
eternamente)».
Soberanía nacional
«Es falso que el derecho a decidir sobre la ruptura de un Estado pueda pertenecer
“solo” a los ciudadanos que residen en un territorio concreto pues ello supondría
negar el mismo derecho al resto de los ciudadanos sobre una cuestión que les
afecta directamente. En democracia el derecho a decidir ya existe, no hay que
crearlo “de nueva planta”, la cuestión nada baladí es que ese derecho es
patrimonio de todos los ciudadanos españoles y no sólo de una parte de ellos».
«España nos roba»
«Es estrictamente falso que el Estado trate a Cataluña de forma
discriminatoria mientras que es obvio que el tratamiento fiscal del País Vasco
beneficia enormemente a este territorio a expensas del resto de los españoles. De
hecho, una comparación con la actividad fiscal territorializada de otros gobiernos
de corte federal sugiere que España es un país perfectamente normal, excepto
por la salvedad del sistema del cupo».
Costes económicos
«El resultado [de una independencia de Cataluña y el País Vasco] sería una caída
sustancial, abstrayéndose de efectos fiscales, de alrededor de un 10% de la
productividad, salarios y renta en Cataluña y el País Vasco. Incorporando efectos
fiscales, la caída de la renta sería de alrededor de un 2-3% en Cataluña y de un 10%
en el País Vasco».
Costes políticos
« La secesión supondría levantar fronteras y aduanas que rompería la libre
circulación de mercancías y de medios de pagos que existe en la Unión Europea,
porque originará la salida de esa Comunidad de Derecho con todas sus
consecuencias: la necesidad de pasaporte al quedar fuera del espacio Schengen,
la necesidad de decidir qué moneda será de curso legal, sin poder apoyarse en el
Banco central europeo, la pérdida de las ayudas de la política agraria comunitaria,
de los fondos estructurales y de cohesión y un largo etcétera».
Costes institucionales
«Será preciso atender a muchas reformas institucionales y de reordenación
territorial: el traslado de tantas sedes de instituciones y organismos estatales en
Cataluña; habrá de abrirse un cauce para que los funcionarios públicos puedan
optar entre permanecer en el territorio escindido y perder, en los términos de la
legislación en vigor, la nacionalidad española y la carrera administrativa, o pasar a
España; ajustar los presupuestos; analizar las ayudas dadas a través del Fondo de
reestructuración bancaria o del Fondo de liquidez autonómico, las ayudas a los
Municipios, las destinadas a la reducción de los peajes de las autopistas, las cifras
de las inversiones... otro largo etcétera que determinará el correspondiente
finiquito».
Costes de la política lingüística
«Los principales costes en materia lingüística se dan por lo menos en cinco
dimensiones básicas: a) la siembra de falsos principios normativos, b) la
implantación de sentimientos colectivos infundados, c) el sufrimiento de muchos,
d) la desigualdad de oportunidades entre los ciudadanos y e) el derroche
presupuestario».
Costes culturales
«La secesión de Cataluña (y por ende la del País Vasco) dejaría una huella
traumática en la cultura española, sumiéndola en una crisis psico-social similar a
la del 98 pues, como entonces, lo que está en cuestión es la idea de España».

Así lo demuestra la Fundación FAES

1. ¿Se puede hablar con razón de una historia de «España contra Cataluña»?
«No, en absoluto. Ni en 1714 ni en los trescientos años transcurridos desde
entonces. (...) Si la política democrática consistiera en esgrimir agravios históricos
probablemente los pueblos europeos, y con ellos el español, nunca hubiéramos
logrado superar nuestras diferencias de forma pacífica».
2. ¿La Transición fue querida por los catalanes?
«Sí, sin duda. La Transición española fue también una transición muy catalana. (...)
Los catalanes tenían una clara conciencia de que no había habido una guerra civil
de Cataluña contra España, sino una guerra civil de todos los españoles, también
de unos catalanes contra otros catalanes».
3. ¿La Constitución y el Estatuto de 1979 fueron queridos por los catalanes?
«Rotundamente sí. La Constitución española es también la Constitución de los
catalanes, que la celebraron masivamente. Lo es sea cual sea su residencia, igual
que es la Constitución de los madrileños, los vascos o los andaluces que viven y
trabajan en Cataluña. Dos de los siete ponentes constitucionales eran catalanes y
muchos diputados y senadores catalanes hicieron aportaciones destacadas a la
Constitución».
4. ¿La Sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de 2006 impide que
los catalanes tengan un estatus satisfactorio dentro del marco constitucional
español?
«Obviamente no. Ciertamente eso se repite todos los días en declaraciones y
documentos, hasta el punto de que esa es la creencia general de muchos
ciudadanos catalanes, pero no es verdad. Es una lamentable excusa, porque el
Estatuto era inconstitucional en numerosos e importantes aspectos y el Tribunal
Constitucional no tuvo más remedio que declararlo así».
5. ¿Puede hablarse en algún sentido de falta de representación de los catalanes en
el proceso constituyente o en las instituciones del Estado?
«No, esa afirmación carece de fundamento. Desde 1977 hasta hoy el número de
diputados en el Congreso elegidos en Cataluña ha sido de 579. Los diputados
elegidos en Madrid han sido 429. Algo parecido puede decirse del Senado. Desde
ese punto de vista, la Constitución y las leyes que se han hecho en el Congreso de
los Diputados para toda España han sido, si se permite la expresión, mucho más
catalanas que madrileñas».
6. ¿Existe un derecho a decidir al margen de la Constitución y el Derecho?
«No. Ni en España ni en ninguna otra democracia. La Constitución y las leyes son
precisamente las que aseguran el derecho a decidir sobre los asuntos políticos que
nos afectan, como se viene haciendo con absoluta transparencia y naturalidad en
las elecciones locales, autonómicas, europeas y generales, entre otros
procedimientos, incluido el referéndum en los términos fijados en la
Constitución».
7. ¿Es aplicable a Cataluña el llamado derecho de autodeterminación?
«No, no lo es. Se trata de un derecho limitado a procesos de descolonización y
regímenes no democráticos y que no respetan el Estado de Derecho, sujeto a
condiciones enumeradas por la ONU que no tienen nada que ver con lo que
sucede en Cataluña ni en ninguna otra parte de España».
8. ¿Es legal convocar una consulta con unas preguntas como las anunciadas en
Cataluña para el 9 de noviembre de 2014?
«Rotundamente no. Ni la Generalitat de Cataluña ni ninguna otra institución
española pueden plantear un referéndum con semejante contenido. (...) Cuando
se apela al derecho a decidir, como ocurría en la Ley del Parlamento Vasco y ahora
en Cataluña, el Tribunal observa que ese derecho presupondría la existencia de un
sujeto (pueblo vasco, pueblo catalán) equivalente al sujeto titular de la soberanía
que es el pueblo español. Pero ni cabe otro soberano, ni el derecho a decidir deja
de afectar al conjunto de los ciudadanos».
9. ¿Puede el Estado convocar la consulta o delegar la convocatoria de la misma en
la Generalitat, tal y como ha acordado el Parlamento de Cataluña?
«No cabe que ninguna institución, ni siquiera el Gobierno del Estado, convoque un
referéndum de secesión. Como tampoco cabe que el Gobierno delegue en la
Generalitat la competencia para convocar una consulta de esta naturaleza, y
menos aún para convocar un referéndum con unas preguntas anunciadas por los
propios interesados, que ya se conoce que son inequívocamente
inconstitucionales».
10. ¿Existe algún otro cauce legal para una consulta de secesión en Cataluña sin
modificar la Constitución?
«No. No existe ningún otro cauce legal para una consulta de secesión en Cataluña
sin modificar la Constitución. (...) Si la Constitución no se puede reformar
fácilmente es porque de ese modo se garantiza que el acuerdo de todos no se
puede cambiar entre unos cuantos, y esto es algo que beneficia a los partidos
pequeños, no al revés, como en ocasiones se afirma».
11. ¿España ha robado en el pasado a Cataluña?
«No. Desde el siglo XVIII se constata un intenso proceso de modernización de la
sociedad catalana, uno de cuyos indicadores más claros es el aumento de su
población. (...) Gracias a estas políticas proteccionistas y no de libre competencia,
Barcelona pudo convertirse en una gran ciudad comercial e industrial, como
núcleo de una Cataluña próspera».
12. ¿España roba ahora a Cataluña?
«Por supuesto que no. El secesionismo afirma que existe un presunto maltrato
fiscal que padecen los ciudadanos catalanes en el actual modelo de Estado y que
por ello es urgente alterar el sistema de financiación de Cataluña, como primera
etapa, y avanzar luego por la senda de la ruptura como un empeño ineludible tras
tantos años de injusticia. Pero eso no es más que un mito, algo que a fuerza de ser
repetido puede llegar a parecer verdadero, pero no lo es. Es, simplemente, la
propaganda que algunos partidos catalanes han alimentado para activar uno de
los factores más peligrosos del populismo nacionalista: el sentimiento de
pertenencia a una comunidad que es agredida desde el exterior y cuya identidad
está siendo puesta en peligro».
13. ¿Cuál sería la moneda de una Cataluña fuera de España?
«Una Cataluña fuera de España estaría fuera también de la Unión Europea y, cómo
no, de la Unión Económica y Monetaria, es decir, del euro. La deslocalización de
instituciones financieras, los costes de financiación más elevados, la caída de las
exportaciones a España y a la UE, y la deslocalización de empresas no financieras
son algunos de los efectos que se seguirían naturalmente del mantenimiento del
“euro catalán” como moneda de una Cataluña escindida».
14. ¿Sería más rica una Cataluña fuera de España?
«No, al contrario. Su situación económica cambiaría muchísimo y para mal.
Además de perder el euro, si Cataluña se encontrase fuera de la Unión Europea se
vería separada de sus vecinos, España y Francia, y del resto de socios europeos por
el Arancel Exterior de la Unión; la legislación de la Unión dejaría de aplicarse en
Cataluña, y también se vería privada de los Fondos de la Política Agrícola Común y
de los demás fondos que a lo largo de su historia Europa ha creado para paliar los
efectos de la crisis en países que han estado seriamente afectados por ella o para
favorecer el desarrollo regional de algunos de ellos».
15. ¿Cuáles serían los datos económicos de una Cataluña escindida?
«Dado que el peso del comercio con el resto de España es decisivo en el conjunto
de la actividad económica de Cataluña (aproximadamente 10.000 millones de
euros de exportaciones de Cataluña a Francia, frente a 62.000 al resto de España),

JOSEP BORREL ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y


Cooperación del Gobierno de España desde 2018.

Empezando por el «España nos roba» y la fábula de que, al día siguiente de la


secesión, Cataluña dispondría de 16.000 millones que le convertirían en un país
más rico que Qatar, cuando el beneficio fiscal no superaría los 3.000. O el invento
de una secesión a coste cero, cuando la factura de las estructuras básicas de
Estado superarían los 8.000 millones

Las regiones mas ricas, por ejemplo Madrid, también pierden dinero es un estado
solidario.

Handelsblatt, el periódico portavoz de la patronal alemana califica al señor Mas de


presidente golpista. En Europa están con los ojos como platos oyéndole decir que
va a saltarse la legalidad a la torera aunque no tenga ni la mitad de los votos a
favor. Cataluña no será independiente porque lo diga su Parlamento, sino porque
lo reconozcan los demás Estados. Cataluña vive un realismo mágico, nos hemos
instalado en la ficción permanente, los hechos no importan.

los efectos de la secesión serían devastadores. Como media, un tercio del empleo
en Cataluña depende directamente de las exportaciones al resto de España, y en
sectores como la agricultura, ganadería y pesca, industria y construcción ese
porcentaje alcanza alrededor del 50%».
16. ¿Seguiría Cataluña en la Unión Europea?
«No. Ni seguiría ni probablemente entraría fácilmente, puesto que eso exige el
acuerdo de todos sus miembros y el cumplimiento de unos requisitos que el
secesionismo rechaza de plano. (...) El Consejo Europeo no admitiría jamás que un
hipotético representante catalán invocara un hecho diferencial o un derecho a
decidir, o un derecho a la estatalidad y a la asimetría para oponerse a una norma
europea».
17. ¿Seguiría Cataluña en la OTAN?
«No, no seguiría en la OTAN, por razón equivalente a la anterior. Su portavoz
recientemente ha dejado claro que si una parte del territorio nacional de un país
se secesiona, tendría que renegociar su entrada: “Para que cualquier nación se
incorpore a la Alianza necesitaría obtener el consenso de todos los aliados de la
OTAN”».
18. ¿Seguiría Cataluña en la ONU?
«No seguiría en la ONU, tendría que solicitar su ingreso. (...) Es improbable que
países determinantes como Rusia, Estados Unidos, Francia o China aceptaran
prestar su apoyo a la secesión contra un Estado democrático, por razones de
principio y por razones de orden político interno».
19. ¿Qué tratados internacionales tendría que negociar Cataluña si se produjera la
secesión?
«El principio es que España sin Cataluña seguiría siendo parte de todas las
instituciones de las que ahora lo es –aunque no necesariamente en las mismas
condiciones; por ejemplo, en la Unión Europea habría que renegociar el peso en el
Consejo, el número de europarlamentarios, etc.– y que Cataluña no lo sería de
ninguna hasta que lograra negociar su ingreso como un nuevo miembro. Todos los
tratados afectados tendrían que ser negociados».
20. ¿En conjunto, cuál sería el resultado de la secesión para Cataluña?
«El resultado de la secesión es claro desde el punto de vista jurídico, político,
económico, social e internacional: debilidad institucional, empobrecimiento severo
y aislamiento internacional. Pese a que el secesionismo se esfuerza en ocultar esta
realidad a la sociedad catalana, lo cierto que es que los procesos secesionistas
conducen a esas consecuencias, y Cataluña no tiene por qué ser una excepción».

https://www.abc.es/espana/20140129/abci-mentiras-cataluna-independentistas-
201401291250.html

El derrumbe de la Monarquía visigoda dejó en manos musulmanas prácticamente la


totalidad de la península, incluida Cataluña. La inestabilidad interna entre musulmanes
y la victoria cristiana en Poitiers (en el año 732) permitieron al Imperio carolingio crear
en las siguientes décadas la Marca Hispánica en territorios cercanos a los Pirineos.
Éstos, a su vez, se organizaron políticamente en diferentes condados dependientes del
rey franco. No obstante, según el poder central del Imperio se debilitaba y las guerras
civiles desangraban a los francos, los condados catalanes –que quedaron
progresivamente en manos de un mismo linaje– se desvincularon para formar una
entidad propia. En el año 987, el conde Borrell II oficializó esta decisión al no prestar
juramento al primer monarca de la dinastía de los Capetos.

Durante siglo y medio, los Condados catalanes vivieron cierta independencia política,
dentro de un contexto donde toda la península se encontraba fragmentada en
pequeños reinos cristianos enfrentados en solitario al incontestable poder musulmán.
No fue hasta el gobierno del conde Ramón Berenguer IV cuando se produjo la unión
dinástica entre los Condados catalanes y el Reino de Aragón a través de su boda con
Petronila de Aragón. La conocida como Corona de Aragón permitió a ambas entidades
conservar sus propias instituciones y leyes medievales, mientras impulsaba la
expansión catalanoaragonesa por el Mediterráneo.

Si bien los Condados catalanes fueron el elemento más dinámico en la expansión que duró
varios siglos, el enclave comercial de Barcelona sufrió en el siglo XV un claro declive
económico y demográfico que coincidió con la unión dinástica entre la Corona de
Castilla y la de Aragón. Entre 1462 y 1472, la ciudad de Valencia alcanzó un mayor
desarrollo y superó por primera vez comercialmente a Barcelona. Fue una crisis
pasajera motivada por epidemias, pero que no remitió definitivamente hasta el siglo
XVII. Esto impidió que Cataluña encarara en las mejores condiciones posibles la llegada
de la Edad Moderna y las oportunidades que ofreció la conquista de América. No en
vano, la espectacular recuperación económica de la ciudad en el siglo XVII, gracias a las
nuevas vías comerciales abiertas por los castellanos, solo se vio interrumpida por la
rebelión de 1640. A causa de la exigencia de mayor compromiso económico hacia la
Monarquía Hispánica y, sobre todo, de su enemistad personal con el virrey, parte de la
nobleza catalana auspició en 1640 una revuelta popular contra el ejército real que
había acudido a esta región española a combatir a Francia. «Los nobles y verdaderos
catalanes, a quien tocaba por derecho de fidelidad y de sangre la defensa de la justicia,
de la patria y de la honra del Rey, estaban cubiertos de miedo en sus casas sin
atreverse a salir», escribió un catalán de la época sobre una revuelta que adquirió
rápido un carácter antiseñorial. Asustados por la brutalidad de la revuelta, la oligarquía
recurrió a una calamitosa alianza con la Francia del Cardenal Richelieu, que causó
graves perjuicios económicos a los campesinos. Luis XIII inundó los mercados de
productos de su país durante doce años. El final de la Guerra de los Treinta años
permitió a Felipe IV recuperar Cataluña, cuya población aplaudió el regreso a España.

La muerte de Carlos «El Hechizado» sin dejar descendientes dio lugar a principios del siglo
XVIII a la Guerra de Sucesión, donde se enfrentaron los partidarios de Felipe de Borbón
con los del Archiduque Carlos de Austria en un conflicto que adquirió dimensión
internacional. Si bien la burguesía mercantil y el elemento eclesiástico dispusieron un
gran recibimiento a Felipe en un primer momento, el sentimiento «antigabacho»
derivado de 1640 y las mejores ventajas comerciales ofrecidas por el Archiduque
causaron que una parte mayoritaria de Cataluña se decantara por el bando de los
Austrias. El final del conflicto, protagonizado por la suicida defensa de Barcelona en
1714, puso fin a los fueros catalanes –calificados por los nacionalistas de hoy como
libertades de un ficticio estado–, que eran privilegios medievales respecto a otras
regiones españolas.

Cataluña vivió un nuevo periodo de desarrollo económico que se vio truncado


dramáticamente un siglo después por la invasión francesa. La Guerra de la
Independencia aunó a todos los españoles, incluidos los catalanes, en la empresa
conjunta de crear un estado-nación. Sin embargo, el proyecto tuvo un desarrollo
desigual en algunas regiones a causa de la inestabilidad política, el tímido desarrollo
económico y la descomposición del Imperio. La Guerra de Cuba terminó manifestando
el descontento de algunos sectores dirigentes, como ocurrió en los casos catalán y
vasco, frente a ese estado nación español. En Cataluña, los industriales textiles, que
perdieron mucho volumen de negocio con la caída de las últimas colonias, hicieron
una apuesta hacia proyectos de base catalanistas. Con todo, las tendencias
abiertamente secesionistas siempre fueron minoritarias entre estos movimientos –
incluso en la Segunda República, el periodo franquista y la Transición– hasta su
irrupción en la última década.

 Es mentira que que Cataluña era un ente independiente hasta la toma de Barcelona
por el Duque de Berwick el 11 de septiembre de 1714, durante la fase final de la
Guerra de Sucesión a la Corona de España
 Por ejemplo la historia registra que la Corona de Carlos II realizó para defender el
Principado de las agresiones de Luis XIV
 Sitema foral. Cataluña tenia sus privilegios

El foralismo es una doctrina política basada en la reivindicación


de competencias administrativas exaltando los antiguos fueros y leyes de los distintos
territorios de España. De esta se nutren variados movimientos desde algunos con ideas
avanzadas sobre la sociedad hasta otros con ideas conservadoras.

Foralismo, el mantenimiento de los fueros y privilegios tradicionales frente a la política


centralizadora del Antiguo Régimen, según el cual las regiones debían mantener sus
instituciones de gobierno autónomas, su sistema propio de justicia y la exención fiscal y
de quintas para el servicio militar.

La historia robada a la Corona de Aragón o por qué el Reino de Cataluña nunca existió

En el año 987, el Conde de Barcelona, Borrell II, fue el primero en no prestar juramento al
monarca de la dinastía de los Capetos, pero hay que recordar que se sometió en vasallaje
al poderoso Califato de Córdoba

La mitología nacionalista ha distorsionado y retorcido hasta la saciedad la


naturaleza «catalana-aragonesa» de la Corona de Aragón para encontrar una justificación
histórica a sus reclamaciones políticas. De ahí que algunos no hayan dudado en
equiparar Países Catalanes (una denominación cultural acuñada en el siglo XIX) a Corona
de Aragón, esto es, al conjunto de reinos que estuvieron sometidos al Rey de Aragón,
entre los siglos XII y XV, donde se encontraba la propia Aragón, Valencia, Mallorca, Sicilia,
Córcega, Cerdeña, Nápoles, los ducados de Atenas y Neopatria y los distintos condados
catalanes.

El mito de Wilfredo el independiente

La zona que hoy corresponde a la comunidad autonóma de Cataluña estuvo desde el siglo
XII integrada en esta Corona de Aragón, y solo durante un breve periodo fue un ente
propio, incluso entonces dependiente de otros reinos. Tras el colapso de la Hispania
Visigoda y la invasión musulmana en el 718 d.C, el Imperio carolingio estableció una marca
defensiva como frontera meridional con Al-Ándalus. Esto supuso la ocupación por los
francos durante el último cuarto del siglo VIII de las actuales comarcas pirenaicas y de
Gerona, así como de Barcelona en el año 801. El antiguo territorio visigodo se organizó así
en diferentes condados dependientes del rey franco.

Conforme el poder central del Imperio se debilitaba, a lo largo de los siglos IX y X, los
condados catalanes, que estaban vertebrados por Barcelona, Gerona y Osona, fueron
progresivamente desvinculándose de los francos. En este punto, las leyendas nacionalistas
sitúan erróneamente al noble Wifredo «el Velloso» –el último conde de Barcelona
designado por la monarquía franca– como el artífice, no ya de la independencia de los
condados catalanes, sino del nacimiento de Cataluña y sus símbolos. Como hicieron los
cronistas castellanos con «El Cid Campeador», la mitología catalanista recurrió a un
personaje real, que debió gozar de gran importancia en su tiempo pero del que se conocen
pocos datos históricos, para moldear su biografía y cubrir los grandes huecos con datos
legendarios.

Las
Cortes Catalanas según una miniatura de un incunable del siglo XV. Fernando II de Aragón
en su trono enmarcado por dos escudos con el emblema del señal real.

Wilfredo pertenecía a un linaje hispanogodo de la región de Carcasona (la mitología


catalana fija su nacimiento en la inmediaciones de Prades, en el condado de Conflent,
actualmente en el Rosellón francés). En el año 873 heredó el Condado de
Urgel, tradicionalmente en manos de su familia. Aprovechando la fallida rebelión del
Conde de Barcelona Bernardo de Gothia contra Carlos «El Calvo», la fidelidad de Wilfredo
hacia el monarca le hizo ganarse como premio el apoyo del resto de condados. El noble fue
el primero en aglutinar los títulos de cinco de los doce condados, siendo el fundador de la
dinastía de la Casa de Barcelona. Esta dinastía necesitaría, sin embargo, varios siglos para
concentrar en sus manos otros títulos menores.
Aquí habría que precisar que Wifredo «El Velloso», que había recibido los títulos por
mediación de los francos, no buscó nunca la independencia de los condados y, por
supuesto, no configuró ninguna nación catalana ni nada parecido. Fue con la Capitular de
Quierz, promulgada el 14 de junio de 877 por Carlos «El Calvo», cuando se sembró el
auténtico germen de la separación de los condados catalanes del Imperio carolingio. Esta
orden real estableció la heredabilidad de los honores otorgados por la corona. Es decir,
que a la muerte de Wifredo «el Velloso» sus títulos pasaron a sus hijos sin que fuera
necesario que el Emperador del declinante Imperio carolingio eligiera al sucesor.

Fue con la Capitular de Quierz, promulgada el 14 de junio de 877 por Carlos «El Calvo»,
cuando se sembró el auténtico germen de la separación de los condados catalanes del
Imperio carolingio

Lo cual no significa que se pueda hablar desde ese momento de una entidad propia y
unitaria en la región catalana. En 897, a la muerte de su padre, Wifredo II Borrell se hizo
cargo conjuntamente con sus hermanos Sunifredo y Miró, de los condados paternos,
reservándose para él el gobierno de los condados principales, Barcelona, Gerona y Osona.
Llegado el momento, Wifredo Borrell viajó a Francia para rendir tributo al nuevo
Rey, Carlos «El Simple», donde fue investido oficialmente como conde en 899.

Hubo que esperar más de un siglo más para ver la completa desvinculación de los Condes
de Barcelona con respecto la Corona franca. En el año 987, el Conde de Barcelona, Borrell
II, fue el primero en no prestar juramento al monarca de la dinastía de los Capetos, pero
hay que recordar que se sometió en vasallaje al poderoso Califato de Córdoba.

Génesis de la Corona de Aragón

En el siglo XII, el conde Ramón Berenguer IV se casó con Petronila de Aragón, hija de
Ramiro II «el Monje», conforme al derecho de este reino, es decir, en un tipo de
matrimonio donde el marido se integraba a la casa principal como un miembro de pleno
derecho. El acuerdo supuso la unión de la Casa de Barcelona, que controlaba la mayor
parte de los Condados catalanes, y del Reino de Aragón en la forma de lo que luego fue
conocido como Corona de Aragón. De ahí que Corona de Aragón y Reino de Aragón no
sean la misma cosa.

Imagen de la Reina Petronila


En un contexto de alianzas medievales, la asociación de ambos territorios no fue, pues, el
fruto de una fusión ni de una conquista, sino el resultado de una unión dinástica pactada
entre la Casa de Aragón y la poseedora del Condado de Barcelona. De hecho,
originalmente los territorios que formaron la Corona mantuvieron por separado sus leyes,
costumbres e instituciones. A lo largo del segundo cuarto del siglo XIII, se incorporaron a
esta Corona las Islas Baleares y Valencia. Este último territorio, el Reino de Valencia, pasó
a convertirse en un reino con sus propias Cortes y fueros.

La Casa de Aragón dejó paso a una dinastía autóctona de Castilla. La muerte sin
descendencia del Rey de la Corona de Aragón Martín I «el Humano», en 1410, abrió una
grave crisis sucesoria. Los intereses comerciales terminaron favoreciendo al candidato de
la dinastía castellana de los Trastámara, Fernando de Antequera –hermano del Rey de
Castilla Enrique III–, quien, tras el llamado Compromiso de Caspe de 1412, fue nombrado
Monarca de la Corona de Aragón. Posteriormente, el matrimonio de Fernando II de
Trastámara con Isabel de Trastámara, Reina de Castilla, celebrado en Valladolid en 1469,
condujo a la Corona de Aragón a una unión dinástica con Castilla, efectiva a la muerte del
primero, en 1516, pero ambos reinos conservaron sus instituciones políticas y sus
privilegios administrativos (lo que el independentismo catalán designa hoy como
«libertades»).

TEMAS

 1700 Muere Carlos II: fin de la dinastía de Habsburgo en España.

 1701 Comienza la guerra de Sucesión española: la Gran Alianza de La Haya lucha


contra Luis XIV y su nieto Felipe, proclamado rey en Madrid.

 1702 Felipe V emprende la campaña de Italia.

 1704 El archiduque Carlos desembarca en Lisboa y emprende la campaña de


Extremadura. Ingleses y holandeses toman Gibraltar.

 1705 El archiduque conquista Barcelona y es proclamado rey.

 1706 Victoria de los aliados en Ramillies. Felipe V sale de Madrid.

 1707 Felipe V vence en Almansa y vuelve a Madrid.

 1710 El archiduque toma Madrid. Dos meses después Felipe V vence en Brihuega y
Villaviciosa y recupera la capital.

 1711 Muere José, emperador de Austria, cuya Corona pasa al archiduque Carlos.

 1712 Felipe V renuncia a sus derechos sobre la Corona de Francia.

 1713 Tratado de Utrecht.

 1714 Paz de Rastatt.


Nos remontamos a la Guerra de sucesion. 1701-17013

Carlos II, que había muerto sin descendencia, nombró sucesor a Felipe de Anjou , nieto de Luis
XIV de Francia y bisnieto de Felipe IV, quien fue coronado con el título de Felipe V. Acababa así
la dinastía de los Habsburgo y llegaba al trono español la dinastía de los Borbones.

Muere monarca español sin descendencia y entran a España los borbones.

El rey actual de España es un Borbón, como ustedes saben. Por que es esto. Esto es porque
Carlos II murió sin descendencia. Murio pero nombro como sucesor a Felipe de Anjou, nieto
de Luis XIV de Francia y bisnieto de Felipe IV.

Muy pronto, sin embargo, se formó un bando dentro y fuera de España que no aceptaba al
nuevo rey y apoyaba al pretendiente el Archiduque Carlos de Habsburgo. La guerra civil y
europea estalló.

El conflicto tenía una doble perspectiva:

El ascenso al trono español de Felipe V representaba la hegemonía francesa y la temida unión


de España y Francia bajo un mismo monarca. Este peligro llevó a Inglaterra y Holanda a
apoyar al candidato austriaco, que, por supuesto, era sustentado por los Habsburgo de Viena.
Las diversas potencias europeas se posicionaron ante el conflicto sucesorio español.

Por otro lado, Felipe V representaba el modelo centralista francés, apoyado en la Corona de
Castilla, mientras que Carlos de Habsburgo personificaba el modelo foralista, apoyado en
la Corona de Aragón y, especialmente, en Cataluña.

Hay textos que dicen que la sociedad catalana estaba dividida (como esta ahora no pueden
negar que esta dividida) otras dicen que apoyaba a Carlos de Habsburgo.

Se puede afirmar que el testamento de Carlos II fue aceptado de manera general en todos los
reinos de la Monarquía de España, aunque también es justo decir que inicialmente existió una
cierta reticencia por parte de los estados de la Corona de Aragón por el secular
enfrentamiento contra Francia, en especial en el frente pirenaico-catalán (aún estaba
demasiado reciente la toma de Barcelona por parte de las tropas francesas en 1697 tras un
durísimo asedio), y que veían ahora entronizarse al nieto del que tanto sufrimiento había
generado, Luis XIV.

Sin embargo, se puede afirmar que la postura de Cataluña, y del resto de España, hacia el
nuevo Rey fue de gran apoyo. Las manifestaciones populares y oficiales en su favor fueron
generales y la literatura panegirista exaltó al nuevo monarca y a la nueva dinastía, salvando
incluso el hecho de que Felipe V fuese francés. Así, el catalán Raymundo Costa escribía en su
“Oración panegírica” (1701): “Felipe quinto para Cataluña no es extraño, sino patricio,
Natural, y buen Catalán, quando la Sangre Real, que alienta sus venas ha salido de los
cristales transparentes de esta perenne y clara fuente de Nobleza del Principado de
Cataluña”. Por su parte, el también catalán Francesc Brú señala en su “Lamentación fúnebre”
(1700): “el Rey es español por más que haya nacido en Francia. Porque los reyes toman la
naturaleza de la Corona, no de la cuna; de los reinos en que mandan, no de las tierras en que
nacieron [...] venga a España el serenísimo Felipe de Francia y será más español que
nosotros, pues a nosotros nos hizo españoles la tierra, y a Felipe el Cielo, a nosotros la cuna y
a Felipe la Corona”.

Desde la llamada “Acadèmia dels Desconfiats” (núcleo del austracismo), si bien se exaltaron
las supuestas relaciones idílicas entre el Principado y el fallecido Carlos II, también se
defendió al nuevo Rey. Los académicos aceptaron el Testamento Real como última muestra
de fidelidad hacia el amado Carlos II. Este argumento de defensa del nuevo Rey se basaba
sobre todo en el principio de la unidad e indivisibilidad de la Monarquía, que constituía el eje
central del testamento carolino, pensándose que quién la podía defender mejor era la
potencia más fuerte de ese momento, es decir, la Francia de Luis XIV, abuelo del nuevo
monarca católico. El punto de referencia de este austracismo catalán fue, por tanto, la
exaltación de España. Paradójicamente sólo entre declarados filipistas, como Pellicer y
Copons o Josép Aparici, se glorificó a Cataluña.

https://www.abc.es/espana/20150925/abci-historia-cataluna-nacion-inexistente-
201509241227.html

https://www.hiru.eus/es/historia/la-guerra-de-sucesion-espanola

http://reinadodecarlosii.blogspot.com/2010/09/la-diada-o-la-gran-mentira-del.html

https://www.elnacional.cat/es/cultura/marc-pons-felipe-v-detestaba-
catalanes_244770_102.html

https://www.abc.es/historia/abci-increible-aventura-reyes-espana-monarquia-resistente-
todo-201702202119_noticia.html

https://www.abc.es/historia/abci-historia-robada-corona-aragon-o-reino-cataluna-nunca-
existio-201901040221_noticia.html

https://www.abc.es/historia/abci-gran-mentira-nacionalista-catalanes-fueron-marginados-
conquista-america-201905220114_noticia.html

https://www.abc.es/historia/abci-dolorosas-mentiras-historicas-sobre-espana-cataluna-
adoctrina-escolares-201909061221_noticia.html

La guerra de Sucesión española enfrentó a dos casas reales, a distintas potencias extranjeras
y, también, a españoles entre sí que defendían a su propio candidato a reinar. No fue una
guerra de secesión, como pretende el nacionalismo catalán, sino de sucesión. Buena parte
de los catalanes, valencianos y de los habitantes de los territorios de la antigua Corona de
Aragón tomaron partido por el Archiduque, básicamente por la aversión que existía en esta
zona de España hacia los franceses, que en las sucesivas guerras contra el Imperio español
habían arrasado poblaciones y puertos. No obstante, entre los castellanos el Archiduque
tenía también muchos partidarios, del mismo que los Borbones tenían los suyos en Cataluña
o Valencia. Cuando Barcelona fue tomada por los austracistas en septiembre de 1705 se
vieron obligados a salir de la ciudad seis mil catalanes borbónicos. Por toda la geografía
española se vivieron escenas similares.

Las cuestiones nacionalistas brillaron por su ausencia durante este conflicto, en cuyas
últimas fases las autoridades de la sitiada Barcelona hicieron un llamamiento al pueblo para
que luchara «per son honor, per la pàtria i per la llibertat de tota Espanya». ¡La libertad de
toda España! No solo por la de Cataluña… Y, en cualquier caso, la libertad entendida como
los privilegios medievales que aún se conservaban en algunas regiones de España.

La guerra terminó con el triunfo de Felipe V. Junto a las victorias militares de Almansa,
Briguega y Villaviciosa, un acontecimiento internacional fue clave para entender el desenlace
del conflicto: Carlos de Habsburgo heredó en 1711 el Imperio alemán y se desinteresó de su
aspiración a reinar en España. Sus aliadas, Inglaterra y Holanda, pasaron en ese momento a ver
con prevención la posible unión de España y Austria bajo un mismo monarca.

El Tratado de Utrecht

La guerra concluyó con la firma del Tratado de Utrecht en 1713. El tratado estipuló lo
siguiente:

 Felipe V era reconocido por las potencias europeas como Rey de España pero
renunciaba a cualquier posible derecho a la corona francesa.

 Los Países Bajos españoles y los territorios italianos (Nápoles y Cerdeña) pasaron a
Austria. El reino de Saboya se anexionó la isla de Sicilia.

 Inglaterra obtuvo Gibraltar, Menorca y el navío de permiso (derecho limitado a


comerciar con las Indias españolas) y el asiento de negros (permiso para comerciar
con esclavos en las Indias).

El Tratado de Utrecht marcó el inicio de la hegemonía británica.

Las mentiras catalanas

1 Artur Mas, ya en 2014: «Tengo el honor de ser el 129º presidente de la Generalitat de


Cataluña, institución creada en 1359 y que desde la primera presidencia de Berenguer de
Cruïlles [un obispo de Gerona] ha reflejado durante casi siete siglos la voluntad de
autogobierno de los catalanes». El problema es que la Generalitat no tuvo 128 presidentes
antes de Mas, ni 130 antes que Torra, porque la Generalitat que existió en tiempos medievales
nada tiene que ver con la actual institución nacida con la Transición, si acaso hija o nieta de la
surgida en tiempos de la Segunda República.

2 El relato nacionalista presenta la historia de Cataluña como un pueblo de elevado


sentimiento de libertad, «entre los más avanzados y democráticos de Europa», según Josep
Fontana, que ha tenido que enfrentarse desde tiempos medievales a los esfuerzos opresores
de Castilla por acabar con su autogobierno. De tal manera, la Guerra de Sucesión es narrada
por el nacionalismo como un conflicto de secesión, una lucha del progreso y la democracia
catalana contra el absolutismo y feudalismo castellano. Omite el relato secesionista que la
guerra fue, simplemente, un conflicto civil entre españoles, donde hubo casi tantos catalanes a
favor del bando borbónico como del bando austracista; y donde ninguno era más democrático
que el otro.

DIVISION ENTRE LOS CATALANES

El mito reclama el 11 de septiembre de 1714 como el «día que Cataluña perdió sus libertades»,
a pesar de que aquellas cacareadas libertades eran unos privilegios administrativos, en el
sentido medieval, de los que gozaba esta región de España respecto a otras, como señala el
hispanista Henry Kamen en su prolífica obra.

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