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Depreciacion y Amortizacion
Depreciacion y Amortizacion
Concepto
Otra connotación que tiene la depreciación, vista desde el punto de vista financiero y
económico, consiste en que, al reconocer el desgaste del activo por su uso, se va
creando una especie de provisión o de reserva que al final permite ser reemplazado sin
afectar la liquidez y el capital de trabajo de la empresa. Supongamos que una empresa
genera ingresos de $1.000 y unos costos y gastos que sin incluir la depreciación son de
$700, lo que significa que la utilidad será de $300, valor que se distribuye a los socios.
Supongamos también, que dentro de esos $300 que se distribuyen a los socios, están
incluidos $100 por concepto de depreciación, que al no incluirla permiten ser
distribuidos como utilidad. ¿Qué pasaría en 5 años cuando el activo que genera los
$1.000 de ingresos se debe remplazar?; sucede que no hay recursos para adquirir otro,
puesto que estos recursos con que se debía reemplazar fueron distribuidos. De ahí la
importancia de la depreciación, que al reconocer dentro del resultado del ejercicio el
gasto por el uso de los activos, permite, además de mostrar una información contable y
financiera objetiva y real, mantener la capacidad operativa de la empresa al no afectarse
su capital de trabajo por distribución de utilidades indebidas.
La vida útil es diferente en cada activo, depende de la naturaleza del mismo. Pero por
simplicidad y estandarización, la legislación Colombiana, ha establecido la vida útil a
los diferentes activos clasificándolos de la siguiente manera:
Aunque la vida útil de los activos ha sido fijada por norma, esta no es inflexible, puesto
que en la realidad económica, algunos activos ya sea por su naturaleza o por el uso que
se les de, puede tener una vida útil diferente a la establecida por decreto, razón por la
cual, el legislador consecuente con esta realidad, en el artículo 138 del Estatuto
Tributario, establece la posibilidad de fijar una vida útil diferente, previa autorización
del director general de impuestos nacionales.
La vida útil de los activos está regulada por una norma tributaria (Decreto 3019 de
1989), por lo que respecto a la vida útil de los activos, mal se puede hablar de una
depreciación contable o fiscal. Esta diferencia se presenta principalmente en los
métodos de depreciación y en el tratamiento que se le dé como deducción, ya que
fiscalmente, la depreciación de algunos activos tiene tratamientos especiales, como
puede ser el caso de los bienes recibidos en arrendamiento leasing (Art. 127-1, E.T).
Los ajustes por inflación han sido derogados tanto para efectos contables como fiscales.
Ver: Decreto 1536 de mayo de 2007 y Ley 1111 de 2006.
Es de aclarar que todos los activos fijos son objeto de depreciación, a excepción de los
terrenos, puesto que se supone que estos no se desgasta por el uso, por lo que en el caso
de las construcciones y edificaciones, antes de proceder a depreciarlos, se debe primero
excluir el valor del terreno sobre el que está la construcción. Respecto a esta teoría, de
que los terrenos no se desgastan por su uso, cabría preguntarse qué pasa con lo terrenos
dedicados al explotación agrícola, que por causa de la erosión propia de la explotación
antitécnica, terminan por dejar inservibles las tierras de cultivo en unos cuantos años,
situación que es muy común en los campos Colombianos.
Métodos de Depreciación
El método de la línea recta es el método más sencillo y más utilizado por las empresas,
y consiste en dividir el valor del activo entre la vida útil del mismo. [Valor del
activo/Vida útil]
Para utilizar este método primero determinemos la vida útil de los diferentes activos.
Según el decreto 3019 de 1989, los inmuebles tienen una vida útil de 20 años, los bienes
muebles, maquinaria y equipo, trenes, aviones y barcos, tienen una vida útil de 10 años,
y los vehículos y computadores tienen una vida útil de 5 años.
Además de la vida útil, se maneja otro concepto conocido como valor de salvamento o
valor residual, y es aquel valor por el que la empresa calcula que se podrá vender el
activo una vez finalizada la vida útil del mismo. El valor de salvamento no es
obligatorio.
Una vez determinada la vida útil y el valor de salvamento de cada activo, se procede a
realizar el cálculo de la depreciación.
Este es un método de depreciación acelerada que busca determinar una mayor cuota de
depreciación en los primeros años de vida útil del activo.
Suma de los dígitos es igual a (n(n+1))/2 donde n es la vida útil del activo.
Ahora determinemos el factor.
(5(5+1)/2
(5*6)/2 = 15
Luego,
5/15 = 0,3333
Es decir que para el primer año, la depreciación será igual al 33.333% del valor del
activo. (30.000.000 * 33,3333% = 10.000.000)
4/15 = 0,2666
Luego, para el segundo año la depreciación corresponde al 26.666% del valor del activo
(30.000.000 * 26,666% = 8.000.000)
3/15 = 0,2
Quiere decir entonces que la depreciación para el tercer año corresponderá al 20% del
valor del activo. (30.000.000 * 20% = 6.000.000)
Y así sucesivamente. Todo lo que hay que hacer es dividir la vida útil restante entre el
factor inicialmente calculado.
Como se puede ver, lo primero que se debe hacer es determinar la tasa de depreciación,
para luego aplicar esa tasa al valor no depreciado del activo o saldo sin depreciar.
Continuando con el ejemplo del vehículo (suponiendo un valor de salvamento del 10%
del valor del vehículo) tendremos:
1- ( 3.000.000/30.000.000)1/5 = 0,36904
Una vez determinada la tasa de depreciación se aplica al valor el activo sin depreciar,
que para el primer periodo es de 30.000.000
Para determinar la depreciación por este método, se divide en primer lugar el valor del
activo por el número de unidades que puede producir durante toda su vida útil. Luego,
en cada periodo se multiplica el número de unidades producidas en el periodo por el
costo de depreciación correspondiente a cada unidad.
Ejemplo: Se tiene una máquina valuada en $10.000.000 que puede producir en toda su
vida útil 20.000 unidades.
Entonces, 10.000.000/20.000 = 500. Quiere decir que a cada unidad que se produzca se
le carga un costo por depreciación de $500
Si en el primer periodo, las unidades producidas por la maquina fue de 2.000 unidades,
tenemos que la depreciación por el primer periodo es de: 2.000 * 500 = 1.000.000, y así
con cada periodo.
Se entiende por vida útil el tiempo durante el cual un activo puede ser utilizado, tiempo
durante el cual puede generar renta.
Toda empresa para poder operar, para poder desarrollar su objeto social requiere de una
serie de activos fijos, los cuales, como consecuencia de su utilización, se desgastan
hasta el punto de quedar inservibles.
Algunos activos, por su naturaleza y destinación, o por el uso que se haga de ellos,
pueden tener mayor vida útil que otros.
Estos valores, claro está, no son siempre reales, puesto que habrán vehículos que duren
más de 5 años y otros que duran menos. Igual con cualquier otro activo.
En el caso de los terrenos, se consideran que su vida útil es indefinida, algo que
dependiendo de su destinación puede o no ser cierto. Es el caso de los terrenos
dedicados a la agricultura, estos después de un tiempo, y si no se hace el mejor uso de
ellos, quedan inservibles, aunque físicamente siguen existiendo, pero pierden su utilidad
para su propósito inicial.
La vida útil es tomada como referencia para la depreciación de los activos fijos, para lo
cual se divide el valor del activo por su vida útil para determinar la cuota de
depreciación [esto en el método de la línea recta, pues existen otros].
Por regla general todos los activos fijos se deprecian, pero existe algunas excepciones,
por lo que existen unos pocos activos fijos que no son susceptibles de depreciar.
Otro activo fijo que no se deprecia son los terrenos. Estos, por disposición legal no son
objeto de depreciación, aunque en algunos cazos valdría la pena revisar esta postura.
La ley ha partido del supuesto que los terrenos no se desgastan por su uso, puesto que
100 M2 serán siempre 100 M2, pero en casos como los terrenos dedicados a la
agricultura sí que se pueden desgastar, aunque igualmente nunca disminuirá su área por
la utilización del terreno.
No obstante, un terreno utilizado por la agricultura, al cabo de algunos años su
productividad habrá llegado al mínimo, e inclusive hay terrenos que después de un largo
uso quedan completamente inservibles. Si bien estos terrenos se pueden rehabilitar
mediante cuantiosas inversiones, el proceso de agotamiento continuará
irremediablemente, por tanto, debe existir alguna forma de reconocer la pérdida de
productividad de un terreno.
Igual sucede cuando el terreno se ve afectado por un deslizamiento, como suele suceder
en nuestras cordilleras, donde fincas completas simplemente desaparecen, debe
entonces en este caso existir un mecanismo que permita reconocer estas situaciones y su
impacto en la estructura financiera de la empresa o el comerciante.
Los activos fijos que tengan un valor igual o inferior a 2.5 salarios mínimos mensuales
legales vigentes se pueden depreciar en un año sin considerar su vida útil.
Por definición legal, cada tipo de activo tiene su vida útil que por obligación se debe
considerar al depreciar los activos fijos.
Pero para el caso de activos de menor valor, la legislación tributaria [que no contable –
aunque puede hacerse contablemente también] prevé la posibilidad que los
contribuyentes deprecien estos activos en un sólo año.
El valor del activo debe incluir todos los conceptos que le son propios de él, como lo es
el IVA en el caso de haberse llevado como mayor valor del activo, que por lo general es
así.
Como se anotó al inicio del escrito, la norma que autoriza la depreciación de los activos
de menor valor en un solo año, es una norma de fiscal, por lo que en la contabilidad
puede perfectamente depreciarse según sea la naturaleza del activo, esto en pro de
generar una información lo más ajustada a la realidad.
La utilización de esta figura cuando no son muchos activos, no implica que la realidad
económica y financiera de la empresa se afecte significativamente, por lo que puede
optarse por depreciar en el mismo periodo tanto contablemente como fiscalmente.
Los activos fijos usados que el contribuyente adquiera, pueden ser objeto de
depreciación tomando como referencia la vida útil que le resta al activo.
Las reglas y procedimientos para la depreciación de activos fijos usados, son las mismas
que para los bienes nuevos, teniendo presente que la vida útil utilizada por el
contribuyente adquiriente del bien usado, sumada con la vida útil transcurrida en manos
del anterior propietario, no puede ser inferior a la vida útil establecida por la norma para
el activo correspondiente. Así lo expresa el artículo 139 del estatuto tributario:
Una vez el contribuyente adquiera el bien usado, puede hacer un calculo aproximado y
razonable de la vida útil que le resta al activo, la cual, como ya se expuso, sumada con
la vida útil transcurrida por el activo en manos del anterior o anteriores propietarios, no
sea inferior la que le corresponde según el reglamento.
La vida útil nueva con la anterior, no puede ser inferior a lo que le corresponde a un
activo nuevo, pero sí podría ser superior, pues la norma solo limita el hecho que no
puede ser inferior, pero deja abierta la posibilidad que sea superior, definición que le
corresponde al contribuyente quien tiene la facultad de fijar o determinar la vida útil que
le queda al activo.
Un contribuyente adquiere una maquina usada, la cual había estado en poder del
anterior propietario durante 6 años, el mismo tiempo durante el cual ha sido depreciada.
El contribuyente adquiriente, deberá fijar su vida útil en no menos de 4 años, toda vez
que la vida útil de cualquier maquinaria nueva es de 10 años, y en el ejemplo, el activo
ya había sido depreciado durante 6 años por el anterior poseedor.
El contribuyente podrá fijar una vida superior a los cuatro años, si considera que
razonablemente esa será la vida útil del bien.
En la depreciación, lo importante es no utilizar una vida útil menor, puesto que esto
implicaría una mayor deducción por depreciaciones, debido a que entre menor vida útil,
mayor será la cuota de depreciación, lo cual afecta la renta líquida, disminuyendo de
esta forma el impuesto que el contribuyente debe pagar.
Al utilizar una vida útil mayor, la cuota de depreciación será menor, y por tanto la renta
líquida aumentará, aumentando a su vez el impuesto a pagar.
EL VALOR DE SALVAMENTO
Cuando se deprecia un activo fijo, se suele dejar una cuota de salvamento, decisión que
a veces no comprendemos del todo.
La cuota de salvamento es aquel valor del activo que no depreciamos, de modo que al
terminar la vida útil del activo, nos queda ese valor sin depreciar.
La fórmula de la depreciación en línea recta con cuota de salvamento, suponiendo un
activo cuyo valor es de $10.000, con una vida útil de 5 años y un 20% como cuota de
salvamento, es (10.000-2.000)/5.
Así, al finalizar el quinto año de vida útil tendremos un activo con valor en libros de
$2.000.
La realidad es que no hay una razón valedera que lleve a la empresa a tomar la decisión
de no depreciar la totalidad de un activo.
Y aunque es normal que un activo una vez depreciado completamente tenga un valor,
financieramente no es lo más conveniente tener en los activos un activo que ya ha
cumplido con su vida útil.
No depreciar un activo completamente, significa que se deja de llevar al gasto ese valor,
y esto representa una mayor utilidad, que a su vez representa un mayor impuesto de
renta, y que significa también tener que distribuir más utilidades, despojando con esto a
la empresa de un importante capital de trabajo que puede resultar necesario para el
crecimiento o mantenimiento de la empresa.
Cualquier razón que exista para no depreciar el 100% del activo haciendo uso de la
figura de la cuota de salvamento, no parece compensar el efectivo negativo desde el
punto de vista financiero que tendrá esta decisión.
CONTABILIDAD DE LA DEPRECIACION
Luego, tenemos que por un lado, hay un valor que se debe contabilizar como un gasto, y
por otro, un valor exactamente igual, que se debe disminuir del valor del activo.
En nuestra contabilidad, la depreciación no se resta directamente del activo, sino que se
crea una subcuenta diferente a la subcuenta del activo, donde se va acumulando la
depreciación que se va reconociendo periodo tras periodo.
La cuenta 1592 es la que registra la depreciación acumulada de cada uno de los activos.
20.000.000/5 = 4.000.000
Luego, la depreciación será de $4.000.000 por año, valor que se irá acumulando hasta
depreciar completamente el activo.
La contabilización será:
En el gasto, dependiendo de la utilización que se haga del activo, la cuenta será la 5160
o la 5260; siendo la primera gastos operacionales de administración y la segunda, gastos
operacionales de venta.
La empresa para obtener ingresos, debe hacer uso de sus activos, los que al ser
utilizados, naturalmente que sufren un deterioro o desgaste, que es lo que conocemos
como depreciación.
De modo pues que la depreciación lo que hace es evitar la distribución de los recursos
que deben reponer los activos que se desgasten por su uso. La depreciación tiene como
papel principal proteger el patrimonio de la empresa, y permitir reponer o mantener la
capacidad operativa de la misma.
La legislación fiscal permite la depreciación acelerada para aquellos activos que por su
naturaleza y utilización sufren un desgaste acelerado.
El decreto 187 de 1975, en su artículo 71 considera como turno normal aquel que tenga
una duración de 8 horas diarias.
Así las cosas, siempre que un activo sea utilizado durante mas de 8 horas al día, se
podrá incrementar su alícuota de depreciación en un 25% por cada 8 horas adicionales,
o proporcionalmente al número de horas adicionales.
De este modo, si un activo es utilizado durante las 24 horas del día, la vida útil se podrá
disminuir considerablemente.
Veamos.
Supongamos una maquina cualquiera cuyo valor es de $10.000.000 que trabaja un turno
normal de 8 horas al día. Esta maquina deberá ser depreciada en 10 años. Es decir, que
la cuota de depreciación anual será de $1.000.000
Para llegar a ese valor, la vida útil a tener en cuenta, deberá ser ya no de 10 años, sino 8
años, puesto que 10.000.000/8 = 1.250.000.
Para que la cuota de depreciación sea de 1.500.000 la vida útil que se debe utilizar será
de aproximadamente 6,67 años (10.000.000/6,67 = 1.500.000).
El decreto 2649 de 1993 define los activos intangibles como aquellos recursos obtenidos
por un ente económico que, careciendo de naturaleza material, implican un derecho o
privilegio oponible a terceros, distinto de los derivados de los otros activos, de cuyo
ejercicio o explotación pueden obtenerse beneficios económicos en varios períodos
determinables, tales como patentes, marcas, derechos de autor, crédito mercantil,
franquicias, así como los derechos derivados de bienes entregados en fiducia mercantil.
Con el objetivo de reconocer la contribución en la generación de renta de la empresa
que los activos intangibles hacen, deben ser amortizados, esto para cumplir con el
principio de asociación según el cual a cada ingreso se le debe asociar su respectivo
gasto.
Quiere decir esto que si la vida útil estimada de un intangible es de 15 años, y la licencia
adqurida es por 10 años, la vida útil deberá ser de 10 años, puesto que esta es la menor
de las dos.
Como ya se expuso, la vida útil la estima cada empresario según la naturaleza del activo
intangible, estimación que debe realizarse dentro un marco de prudencia y
razonabilidad, pues que no se trata de asignar una vida útil de forma arbitraria y
caprichosa sino que esta debe corresponder a la realidad de cada activo y de cada
empresa.
Vemos por ejemplo que una marca dependiendo de la empresa a que pertenezca puede
mantenerse vigente por más o menos tiempo. Seguramente que la vigencia de la marca
Coca-Cola se puede estimar sin problemas en 100 años, en cambio una marca de una
pequeña empresa de provincia no será adecuado estimarla en 100 años, por lo que a la
hora de estimar la vida útil de un intangible se deben considerar muchos aspectos que
son propios de cada unidad económica y por consiguiente no pueden generalizar ni
copiar procedimientos entre empresas.
Recordemos que la vida útil es aquel lapso de tiempo durante el cual se espera que un
activo pueda contribuir a generar ingresos.
Los métodos de amortización pueden ser los mismos que se utilizan en la depreciación.
No quiere decir esto que el mismo método utilizado para depreciar los activos fijos deba
ser utilizado para amortizar los activos intangibles. Es completamente válido utilizar un
método en la depreciación y otro distinto en la amortización.
Al cierre de cada periodo es preciso reconocer las posibles pérdidas sufridas por el
intangible, lo que supone la necesidad de acelerar la amortización de ser el caso para
poder realizar el respectivo ajuste acorde a la realidad de los hechos.
Por último valga recordar que la amortización es aquel procedimiento que busca
reconocer como gasto [llevar al gasto] la contribución que una activo ha hecho a la
generación de ingresos, lo cual implica el desgaste y desmejoramiento del activo. Un
activo, por su utilización se desgasta día a día, desgaste que debe llevarse al gasto.
DIFERENCIA ENTRE DEPRECIACION Y AMORTIZACION
El artículo 13 del decreto 2649 de 1993, contempla la obligación de asociar con los
ingresos del periodo, cada uno de los costos y gastos en que se incurrió para generar
dichos ingresos, de allí que en el caso de los ingresos generados por la utilización de los
activos, se debe asociar, reconocer el desgaste o agotamiento de los activos con la
generación de los ingresos, puesto que no puede existir un ingreso sin costo o gasto.
Bien, queda claro que tanto la depreciación y la amortización tienen como objetivo
reconocer el desgaste y/o agotamiento que sufre todo activo al ser utilizado por la
empresa para el desarrollo de su objeto social, y por consiguiente en la generación del
ingreso.
En realidad no hay mayor diferencia, puesto que el objetivo y hasta las metodologías y
procedimientos de los dos, son básicamente iguales. La única diferencia importante a
resaltar, es el tipo de activo sobre el que se aplica cada concepto. Mientras la
depreciación hace referencia exclusivamente a los activos fijos, la amortización hace
referencia a los activos intangibles y a los activos diferidos.
Otra diferencia es que para la depreciación, la ley ha fijado de forma expresa la vida útil
de cada uno de ellos, mientras que los intangibles y los activos diferidos, se amortizan
según la naturaleza y condiciones de cada uno de ellos, y en por lo general el nivel de
amortización se fija según el criterio del comerciante o empresa.