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PARTICIPACION EN LA POLITICA DE UNA MUJER EN COLOMBIA: ¿ACEPTACIÓN O

RECHAZO?

Valentina Vargas R.

RESUMEN
ANTECEDENTES

A partir de los años 1953 y 1952 se ha visto como en Colombia ha existido un vehemente
desarrollo normativo acerca de los derechos políticos de la mujer, sobre todo en sentido de
los derechos civiles y políticos. Esto ha sido un impulso para el desarrollo de la investigación
científica y para entender con más claridad el objeto de la existencia de esa participación
que tiene la mujer en este ordenamiento.

La paradoja hipócrita. Problematización de la participación política de la mujer misak


El artículo estudia las contiendas políticas de la comunidad indígena colombiana Nación Misak
para la defensa de la naturaleza y el territorio. Particularmente, se analiza el papel
paradigmático de la participación de la mujer dentro de la comunidad, puesto que son
víctimas de múltiples violencias en el ámbito privado y en los cabildos y organizaciones
indígenas, a pesar de que, según los planes de vida de la comunidad y su cosmogonía, la
mujer es la protectora y salvaguarda del patrimonio natural. Para indagar esto, se tienen en
cuenta las diferentes prácticas de género de la comunidad indígena y la relación de la mujer
con los recursos naturales. La situación paradójica de la mujer se demuestra por medio de
una investigación cualitativa estructurada en siete entrevistas, cuatro de ellas a mujeres y
tres a hombres de la comunidad misak. A manera de conclusión, se señalan las nuevas
iniciativas y estrategias de lucha pacífica que han adoptado las mujeres misak para enfrentar
este problema. (Stefannia Parrado Morales, 2014)

¿Cómo mira el Estado? Constitución de 1991 y compromisos de género del Estado colombiano

El presente artículo analiza la noción de órdenes o compromisos de género de un Estado, la cual fue
acuñada por Nancy Fraser para señalar toda estructura de gobierno que asume y promueve cierta
ordenación de los sexos, ya sea expresa o tácitamente, intencionadamente o no, a través de sus
manifestaciones jurídicas y de política pública. En el caso de Colombia, este estudio ha de iniciarse
con la Constitución de 1991 y las sentencias de la Corte Constitucional que desarrollan su articulado.
Las decisiones relativas a menores intersexuales han demostrado ser un terreno fértil para observar
los esfuerzos de la Corte por entender cuál es la relación sexo/género, díada que se encuentra en la
base de todas las teorías sobre sexualidad, ordenación de los cuerpos y relación hombres/mujeres.
(Lina Céspedes Báez, 2011)

Hacia la construcción de una propuesta de formación política dirigida a mujeres

El actual contexto colombiano exige sujetos formados políticamente, preparados para asumir los
retos que trae consigo el post-acuerdo, y que desde una mirada política promuevan la construcción
de una cultura de paz que permee los diferentes contextos y ámbitos humanos. El presente artículo
tiene como finalidad presentar una investigación desarrollada con las mujeres de la Organización
para el Desarrollo Urbano y Campesino del departamento del Cauca -Ordeurca-, su objetivo principal
consistió en elaborar un marco de fundamentación pedagógica de un programa de formación
política, que les permitiera a las mujeres de Ordeurca compartir sus vivencias y experiencias de
Formación política y a la vez construir el programa de formación que deseaban. El proyecto se
desarrolló a través de la metodología de Investigación-Acción; para lograr este propósito se
elaboraron tres talleres formativos, se analizaron una serie de entrevistas realizadas a las mujeres y
líderes de Ordeurca y se estudiaron los diarios de campo producto de las reuniones formativas en las
que participaban. A partir de la información obtenida, se lograron identificar cuáles eran los
principales modelos pedagógicos, estrategias pedagógicas, ejes temáticos y principios utilizados
para su formación. Los resultados de la investigación realizada hicieron evidente que los programas
de formación política contribuyen notablemente al empoderamiento, movilización y formación de
mujeres líderes. (CLAUDIA LORENA BURBANO-GARCÍA, 2018)

DESARROLLO
Si tomamos como punto de partida la Constitución centralista de 1886, los derechos
políticos, que consisten especialmente en los derechos de voto y de ser elegido, y para cuyo
ejercicio se exige la calidad de ciudadano, se otorgaban sólo a los varones. El artículo 15 de
dicha Constitución estableció: “Son ciudadanos los colombianos varones mayores de
veintiún años que ejerzan profesión, arte u oficio, o tengan ocupación lícita u otro medio
legítimo y conocido de subsistencia”. En este sentido, se puede entender que no había, no
existía una sola participación política de la mujer en ninguno de los sentidos, ya que quienes
tenían esta oportunidad eran solamente hombre, mayores de edad.

El Acto Legislativo No. 3 de 1910, el cual reformó la Constitución de 1886, mantuvo el


sufragio, calificado, en cabeza de los varones, considerados como ciudadanos. La Reforma
constitucional de 1936, la más importante desde el punto de vista ideológico,
institucionalizó el sufragio universal para los varones, sin restricciones de orden económico,
y las mujeres adquirieron el derecho a ser nombradas, no elegidas, para desempeñar
empleos públicos, aunque llevaran anexa autoridad o jurisdicción.

Fue entonces con la Reforma de 1945, Acto Legislativo No.1, que la misma, le otorgó a la
mujer la ciudadanía, pero la función del sufragio y la capacidad para ser elegido
popularmente continuaba siendo eficaz en cabeza de los hombres. El Congreso, por medio
del Acto Legislativo No. 1 de 1952, convocó una Asamblea Nacional Constituyente (ANAC)
para reformar la Constitución, pero el 13 de junio de 1953, el Teniente General Gustavo
Rojas Pinilla dio un golpe de Estado militar, frustrándose esa reforma. Reunió la ya
convocada ANAC, la que lo legitimó como Jefe de Estado por el resto del período
presidencial en curso Acto Legislativo número 1 de 1953, y después lo reeligió mediante el
Acto Legislativo No.1 de 1954 para el período 1954–1958.

Mediante el Acto Legislativo No.3 de 1954, la ANAC modificó el artículo No. 171 de la
Constitución Nacional, en cuanto tenía como limitante que el sufragio estaba reservado
únicamente para ciudadanos varones. Para que esto hubiese sido posible, fue necesaria la
incidencia de las normatividades internacionales, como la convención sobre los derechos
políticos de la mujer, en donde los 51 Estados miembros, en ese entonces, convinieron una
serie de garantías para que la mujer pudiese elegir, ser elegida y aspirar a cargos públicos
sin ningún tipo de discriminación. Actualmente, a raíz de estos actos, los países están
obligados a respetar en todas sus formas de manifestación, la inclusión de la mujer en la
actividad política.

Las mujeres, sin embargo, se les hizo imposible ejercer este derecho, pues el General
Rojas nunca convocó a elecciones populares. Gobernó con Decretos Legislativos de Estado
de Sitio y actos de la ANAC. El 10 de mayo de 1957 cayó del poder y salió del país, dejando
el gobierno en manos de una Junta Militar. Como el Congreso no sesionaba desde 1949,
salvo la Legislatura 1951–1952 para el trámite del Acto Legislativo No. 1 de 1952, se acudió
al constituyente primario, mediante la convocatoria a un Plebiscito, para reformar la
Constitución conforme los acuerdos bipartidistas.

Con el Plebiscito del primero de diciembre de 1957, al expresar que la Constitución de


Colombia era la de 1886, con las reformas introducidas hasta el Acto Legislativo número 1
de 1947, inclusive, quedaron derogados los posteriores, entre ellos el No.3 de 1954, así que
se dispuso en el artículo primero: “Las mujeres tendrán los mismos derechos políticos que
los varones”, y se les convocó también a ellas para votar esa reforma.

Las mujeres salieron ese día a votar alegre y masivamente. Desde entonces vienen
ejerciendo plenamente sus derechos políticos en igualdad con los varones y tienen acceso
a todos los cargos de elección y nombramiento en las tres ramas del Poder Público y en los
órganos autónomos e independientes. Las mujeres deben participar más en el ejercicio del
derecho de elegir y ser elegidas, así como los hombres, pensando en el bien del país, del
Departamento, del Municipio o del Distrito, según el caso, y recordar para el efecto que el
voto es un derecho y un deber ciudadano.

Tal como ha sido expuesto, para la mujer en su calidad de ciudadana y en el ejercicio de


esta función, ha sido cada vez menos difícil ser parte del conglomerado que participa o se
vincula en la esfera política. Sin embargo, todavía están vivos, estereotipos y pensamientos,
raigambres y si se puede mencionar, tabúes, referentes con la actitud y aptitud para que
una mujer desarrolle lo que por mucho tiempo perteneció simplemente a hombres y que
hoy es causa de consternación para algunas personas.

El hecho de que una mujer se inscriba para ser candidata ya sea a alcaldesa, Gobernadora,
presidenta y demás cargos públicos, parece como si fuesen peripecias truncadas en estos,
ya que muchas personas aún piensan en los tiempos en que los hombres eran quienes
tenían la vocería y las oportunidades, y lo ven como añoranzas. A partir de esto, se infiere,
que aún vive la no aceptación de la misma sociedad para que la mujer no sea candidata.

(espectador, 2018)
Estos resultados estadísticos revelan que la mujer indistintamente del hombre, en cuanto a
su derecho al sufragio, se ha propuesto a la diligencia. En el interior de Colombia es donde
se ha desarrollado más este derecho que a pujos se ha conseguido en el país.

(espectador, 2018)

Por su parte, la gráfica anterior deja mucho qué decir, y es porque, se debe resaltar que
pese a las diferentes reglamentaciones que existen frente al tema en cuestión, existe algo
más que produce este fenómeno, no a la vista, sino en el corazón de este. Resolvemos
entonces, investigar si hay la posibilidad de que haya aun raigambres de discriminación
hacia algunas personas del género femenino, dado que ¡por qué una mujer no se atreve a
asumir o por lo menos intentar ejercer un cargo como el de presidente de la república de
Colombia!

En la gráfica número tres, a continuación, se vislumbra el promedio de mujeres


participantes en el parlamento colombiano en 2018, y como ciudades de diferentes
regiones reconocieron la oportunidad para que la mujer fuera en representación de estos.
Indefectiblemente la mujer sigue siendo la minoría, en comparación a las personas de
género masculino.
(espectador, 2018)

(espectador, 2018)
(espectador, 2018)

(espectador, 2018)

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