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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES


Y POLITICAS

Friedrich Engels

(Friedrich o Federico Engels; Barmen, Renania, 1820 - Londres, 1895) Pensador y dirigente socialista alemán.
Nació en una familia acomodada, conservadora y religiosa, propietaria de fábricas textiles. Sin embargo, desde
su paso por la Universidad de Berlín (1841-42) se interesó por los movimientos revolucionarios de la época: se
relacionó con los hegelianos de izquierda y con el movimiento de la Joven Alemania. En esa época se dedicó a
la lectura y estudio de las teorías de Hegel y a entablar contacto con varios
grupos revolucionarios.

Abandonó los estudios por lo que fue enviado por su padre a trabajar como
administrativo en una empresa comercial en Bremen, Más tarde comenzó a
trabajar en la empresa textil relacionada con su familia, donde pudo ver de
primera mano las condiciones de los obreros británicos, condiciones que
plasmó en su obra La situación de la clase obrera en Inglaterra (1845).

El estudio de la Filosofía lo llevó aún más lejos. En aquella época, en la


filosofía alemana predominaba la doctrina de Hegel, de la que Engels se hizo
partidario. A pesar de que el propio Hegel era admirador del Estado
autocrático prusiano, a cuyo servicio se hallaba en calidad de profesor de la
Universidad de Berlín, la doctrina de Hegel era revolucionaria
La filosofía de Hegel llevó a Engels a preguntarse:
“Si todo en el mundo se desarrolla, si unas instituciones sustituyen a otras, ¿por qué han de perdurar eternamente
la autocracia del rey prusiano o del zar ruso, el enriquecimiento de una minoría insignificante a expensas de la
enorme mayoría, el dominio de la burguesía sobre el pueblo?”.

Aunque ya se conocían de antes y habían mantenido una intensa relación por correspondencia, Engels no
comenzó a trabajar con Karl Marx hasta 1844, publicando juntos obras tan influyentes como La Sagrada
Familia (1844), La ideología alemana (1844-46) y el Manifiesto Comunista (1848).

Marx y Engels, conservando la idea de Hegel del perpetuo proceso de desarrollo, rechazaron su preconcebida
concepción idealista; analizando la vida real, vieron que no es el desarrollo del espíritu lo que explica el
desarrollo de la naturaleza, sino, a la inversa, que el espíritu tiene su explicación en la naturaleza, en la materia.
Contrariamente a Hegel y otros hegelianos, Marx y Engels eran materialistas. Enfocando el mundo y la
humanidad desde el punto de vista materialista, vieron que, lo mismo que todos los fenómenos de la naturaleza
tienen por base causas materiales, así también el desarrollo de la sociedad humana está condicionado por el
desarrollo de las fuerzas materiales, las fuerzas productivas. Del desarrollo de las fuerzas productivas dependen
las relaciones en que se colocan los hombres entre sí en el proceso de producción de los objetos indispensables
para la satisfacción de las necesidades humanas.

Y en dichas relaciones está la clave que permite explicar todos los fenómenos de a vida social, los anhelos del
hombre, sus ideas y sus leyes. El desarrollo de las fuerzas productivas crea las relaciones sociales, que se basan
en la propiedad privada; pero también cómo este mismo desarrollo de las fuerzas productivas despoja de la
propiedad a la mayoría de los hombres para concentrarla en manos de una insignificante minoría; destruye la
propiedad, base del régimen social contemporáneo, y tiende al mismo fin que se han planteado los socialistas.
Estos sólo deben comprender cuál es la fuerza social que por su situación en la sociedad contemporánea está
interesada en la realización del Socialismo e inculcar a esta fuerza la conciencia de sus intereses y de su misión
histórica. Esta fuerza era el proletariado.

Engels lo conoció en Inglaterra, en el centro de la industria inglesa, en Manchester, adonde se trasladó en 1842,
como empleado de una firma comercial de la que su padre era uno de los accionistas. Allí Engels no se limitó
a permanecer en la oficina de la fábrica, sino que anduvo por los barrios inmundos en los que se albergaban los
obreros y comprobó con sus propios ojos la miseria y las calamidades que los azotaban. Como resultado de sus
observaciones y estudios apareció en 1845 su libro La situación de la clase obrera en Inglaterra.

Engels fue el primero en afirmar que el proletariado no sólo constituye una clase que sufre, sino que
precisamente la miserable situación económica en que se encuentra lo impulsa inconteniblemente hacia adelante
y lo obliga a luchar por su emancipación definitiva. Y el proletariado en lucha se ayudará a sí mismo. El
movimiento político de la clase obrera llevará ineludiblemente a los trabajadores a la conciencia de que no les
queda otra salida que el Socialismo. Este libro constituía una terrible acusación contra el Capitalismo y la
burguesía. La impresión que produjo fue muy grande. En todas partes comenzaron a citar la obra de Engels
como el cuadro que mejor representaba la situación del proletariado contemporáneo. Y en efecto, ni antes de
1845 ni después apareció una descripción tan brillante y veraz de las calamidades sufridas por la clase obrera.

Pensamiento socialista

Engels se hizo socialista estando ya en Inglaterra. En 1844, al pasar por París de regreso a Alemania, conoció
a Marx, con quien ya mantenía correspondencia. En la capital de Francia los dos amigos escribieron juntos su
obra La sagrada familia o Crítica de la crítica crítica. Esta obra, escrita en su mayor parte por Marx y que
apareció un año antes de La situación de la clase obrera en Inglaterra, contiene las bases del Socialismo
revolucionario-materialista.

En nombre de la verdadera personalidad humana, la del obrero, pisoteado por las clases dominantes y por el
Estado, Marx y Engels exigían no la contemplación, sino la lucha por un orden social, mejor. Desde 1845 a
1847 Engels vivió en Bruselas y en París, alternando los estudios científicos con las actividades prácticas entre
los obreros alemanes residentes en dichas ciudades. Allí Engels y Marx se relacionaron con una asociación
clandestina alemana, la Liga de los Comunistas, que les encargó que expusiesen los principios fundamentales
del Socialismo elaborado por ellos. Así surgió el famoso Manifiesto del Partido Comunista de Marx y Engels,
que vio la luz en el año 1848.

No obstante, en los últimos años de su vida se alejó de sus primitivas concepciones revolucionarias y abrió la
puerta a un socialismo más reformista, vía que seguiría después de la muerte de Engels su colaborador Eduard
Bernstein y que acabaría por imponerse entre los socialdemócratas. El 5 de agosto de 1895 falleció en Londres.

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