Juan David Pérez Méndez

Artículo de Prensa
Amigos

La amistad es considerada el afecto puro y desinteresado entre dos personas,

lo cual invita a cada individuo a cumplir con una serie de requisitos morales que le
permitan tener la madurez necesaria para tomar este tipo de relación.

Jesús mismo tuvo un amigo, Lázaro, y como lo dicen los Evangelios, lloró por su
muerte, pero en la actualidad, ¿qué tanto el hombre valora y reconoce la importancia
de la amistad?, más aún, ¿tendrá conocimiento de que es la amistad?

Las nuevas generaciones han sido afectadas por una infinidad de información
distorsionada sobre satisfacer necesidades que desde un principio no son necesarias
en cada uno, desean poseer bienes materiales, estar a la moda, tener “libertad” en
todo, lo cual les hace buscar ir en contra de valores y sobre todo dejar a la familia
relegada a una convivencia durante las comidas y la amistad ha pasado ser un
compañerismo de parranda.

Los jóvenes ven la amistad como una buena compañía en los momentos de
fiestas y de travesuras, han dejado por un lado el valor afectivo que conlleva. Un buen
amigo es el que está en la parranda conmigo o el que me ayuda para mentirle a mis
papás, esta es una idea común; sin embargo ya no ven la amistad como una forma de
convivencia sana y moralmente adecuada.

Ahora encontramos hasta publicidad que fomenta este tipo de ideas y lo peor
es que los jóvenes creen que esta la forma correcta de fomentar la amistad. Se ha
deformado el valor y el papel de la misma entre ellos, han caído en un relativismo
social en la que no importa la formación y las buenas acciones, sino el tiempo que se
pasan juntos en la fiesta.

Otra consecuencia es que al no poseer una amistad sana, caen también en la

deformación interior y esto no es exclusivo de los jóvenes, sino también vemos ahora
adultos que buscan escaparse de sus responsabilidades, actuando como adolescentes
sin causa.

Es importante que los jóvenes busquen realmente amigos, que les permitan
crecer sanamente, a la vez que es importante acercarse a los adultos que han
orientado correctamente su vida, para que sean modelos y maestros en su formación.
La amistad no es algo que está de moda, va más allá de la parranda o de la travesura
de fin de semana. Es compartir e ir creciendo juntos pero sobre todo orientar
conjuntamente la vida para formarse socialmente y cuando se hace correctamente,
también lo lograrán moral y espiritualmente.